Mi Casa De Nipa : Poesías
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JESÚS BALMORI MI CASA DE ÑIPA POESÍAS 1941 MANILA GRÁFICA, INC. 112 Escolta Manila COPYRIGHT, 1941, BY JESÚS BALMORI ÍNDICE Página» Nostalgia 7 Caso 11 Cruz y Espada 15 Celos 19 Blasón 25 Sampaguita 29 En Cruz 33 Romance de Amor y Campo 37 Filipina de Ayer 43 Madrigal Galante 47 Las tumbas anónimas 51 Renunciación 55 Nena 59 Rosas 63 Corazón de Jesús 67 El Beso es la Música del Amor 71 Ite Missa Est 75 Ojos que no ven . •/ 79 Santo Rosario de Mi Vieja 83 Filipinas Ante su Dios 87 El Alma de los Pianos 91 El Hombre 95 Xares Poyete 99 Señorita provinciana 103 Gratia Plena 109 Marina 113 Adorote Devote Latens Deitas 117 Navidad Pueblerina 121 La Gueisha 125 Noohe de Bulevar 131 La Rosa 135 Yo Fui Tu* Divino Maestro 139 Una noche, una mujer 143 En el Columpio 147 Después de Todo 151 Talismán 155 Como un Árbol sin Hojas y sin Flores 159 ¿Qué Nave? ¿Qué Nube? ¿Qué Estrella? . 163 Serenata de la Luna 167 Renunciar es Poseer 173 Nupcial 177 El Grito 181 ¡Eva Mía Divina! 185. En medio de la senda 191 A Mi Reina 195 Romance de Mi Dolor 199 Filipinas a España 203 Reina y Madre 209 Primaveral 217 Yo he abierto mi puerta a un mendigo 223 Estampa 227 Madrigal del Misterio 231 Patria Adorada 235 A la Memoria de un Gran Hombre 239 A María del Rosario 243 Divina Encarnación 247' Ofrendo ÍL/*l mis hermanos ^/ Ueves y jyoac[uin ^onzalez ^rrlonaragón Nieves: Fue un dedeo romántico de Jooquin, euondo vivió, el vep impredo eerte libro de verdor. l~lou te lo ofrezeo o ti, como uno oración o ocu memorio bieno- venturado. Que Dkw Nuestro Señor lo bendigo, o travem de epu olmo u tu dolor. JESÚS BALMORI. NOSTALGIA NOSTALGIA i 'asita mía, aquella que en mis locas hazañas Aband oné, tundido en amargura y lloro; Ahora estará trepando el rosal por tus cañas, Y se abrirán las rosas sobre tus ñipas de oro Ï Como es Mayo, tu fronda estará cual ninguna De fragante y pomposa y cuajada en rocío; j Solo que en vano todo I En las noches de luna Siempre estará tu banco de piedra vacío. ¿ En donde está el poeta ? dirá la flor, dolida; ¿ En donde está el poeta ? dirá la fuente, inquieta; Todo preguntará a la mujer querida, Al amor de mi vida, en donde está el poeta. Además de la flor, la aura cálida y pura, Y el frondoso "ilang-ilang" que yo estuve cuidando; Y la pobre mujer, temblando de amargura No podrá contestar, porque estará llorando í CASO CASO ira un pobre gorrión que vivia de vagar por las selvas en flor, con su nido colgado del día y su noche prendida al amor. Alcandora celeste, en la altura fué camino la aurora para él; y era suya la espiga madura, y la poma de rosa y de miel. Vida humilde de plácido encanto, como envuelta en tibiezas de tul, sin más alta ambición que su canto, ni más fin que el volar al azul. Cuando el viento encendió las estrellas, de rocío su pico colmó; la alcatifa de flores sus huellas como sombras de estrellas marcó. Pero un día de Mayo, por nada, cuando todo era luz y cristal, de una sola certera pedrada, lo mató, sobre el viento, un zagal. El zagal era grande, era fuerte, era hombre, y por esto, oh Señor, ¡ le placía causar una muerte Ï i le embriagaba sembrar el dolor I ¡ Pobre flor del azul, que volaba sostenida por la claridad ! Qué mal hizo el gorrión que cantaba ? Por qué herirlo con tanta crueldad? San Francisco de Asís, soberano de los fuegos en el corazón : Si el maldito zagal es tu hermano, no le llames hermano al gorrión í CRUZ Y ESPADA CRUZ Y ESPADA aún conservan mis playas su gloriosa silueta, Y aún palpita en la historia el valor ele su hazaña : El Caudillo y el Fraile, Legaspi y Urdaneta, La cruz del Redentor y la espada de España ! Caballeros de hierro ante gente sencilla Con la frente inclinada a los Conquistadores; Y a los pies del pendón morado de Castilla, i Las Islas Filipinas coronadas de flores I Tres siglos se tornaron, mortales, a la nada. Llevándose al Caudillo y al Fraile en el fecundo Palpitar de su gloria y aletear de su vuelo; Pero nos ha quedado, como herencia sagrada, i La espada para abrirnos los senderos del mundo I ¡ Y la cruz para abrirnos los caminos del cielo I ET INCARNATUS EST. El guerrero español y el Señor boholano Se encontraron, buscándose, bajo la noche bruna. Legaspi se llamaba el Capitán hispano. El Señor de Bohol, el Raja Sicatuna. Se besaron. Y urdieron abrirse mutuamente Una herida en la vena donde su sangre ardia. Para mezclar su vida, y consagrarla ardiente En un cáliz : [ Tu santo corazón, patria mía í Si Filipinas hoy, rotas ya sus cadenas, Quisiera aparecer ante su historia, sola, Olvid ada del pacto de su viejo Virrey, Se tendría que abrir nuevamente las venas, Y arrancar de sus venas esta sangre española Que en su vida y su alma es Dios, idioma y ley I PALIMPSESTO. El Capitán Salcedo, preso en los dulces ojos De la princesa india dormida en su candor, Se desciñó la espada, y postrado de hinojos, Puso sobre su sueño un beso y una flor. El seno de la tierra sintió una nueva vida; La espiga de oro se hizo prenda del sembrador; Y toda Filipinas despertó estremecida Y se alzó sacudida por un grito de amor. Después, en otra noche romántica y preclara, Como ninguna otra de luminosa y bella, Como si a más de estrella, tuviera luna y sol, Surgió de aquella noche de amor, María Clara, Dulce como una rosa, blanca como una estrella, Pulsando en su arpa indígena su cántico español I CELOS CELOS 'ajo el arco de los cielos, En campo de labrador, Riñeron por locos celos Una espiga y una flor. Porque la espiga decía. Orgullosa de poder Y de su valer fecundo. Que cada espiga valía Lo que pudieran valer Todas las flores del mundo. Y sostenía la flor, De indignación purpurada Ante tan grave desdoro, Que una flor valía por Toda la tierra colmada De espigas de plata y oro. —Yo, proclamaba la espiga, Llenándose con su nombre, Soy la amada y soy la amiga De las aves y del hombre; Soy lo que implora del cielo En su oración y su afán, Porque soy para su anhelo, Vida y pan I Y respondía la flor : —i Yo soy esencia y quimera, Mariposa de color Abierta en la primavera I El hombre conmigo parte Cuanto de noble hay en él; i Soy la belleza y el arte í i Soy el perfume y la miel! Y replicaba la espiga Con vibraciones de garra : —'La vida es labor de hormiga; ¡ La tuya, son de cigarra í Más que humana, soy divina Cuando mi tallo se inclina Al caer bajo la hoz, Y Dios bendice mi harina, I Porque en ella me hago Dios í Y respondía la flor: -En mi eterno florecer, Dulce lirio o niveo azahar, Soy el pudoroso amor Que acompaña a la mujer A las gradas del altar. A nadie le causo enojo; Me abre la luz de la luna; Mi misión es renacer; Y cuando al fin me deshojo, Dejo un ángel en la cuna, Y hago santa a una mujer. Y la espiga al responder, Puso fuego en su decir: ^-Yo soy la razón de ser Y la razón de existir I Dios en sus manos me pesa; Y me vienen a rezar, i Los hombres, ante la mesa í i El ángel, ante el altar I Y dijo la pobre flor. Consternada de dolor: <—Se diga lo que se diga, Palabras que al viento van; i Porque el hombre, santa espiga, No sólo vive de pañí Y en la vida dolorosa, AI nacer de cada día, Y al morir de cada rosa, i Tú eres la mísera prosa 1 j Yo, la divina poesía I Juzgaron almas amigas Las razones enemigas. Votando, conciliadores, Los Santos, por las espigas. Los poetas, por las flores. .* BLASÓN BLASÓN oy un Lardo indo-hispano. En mi pecho cristiano Mi corazón es vaso donde mezclada está La sangre de Legaspi, el Capitán hispano. Con la sangre tagala de la hija del Raja. Con el talón hundido en olas y en espumas, Esperé sobre el mar el galeón español, Y España, al encontrarme, hesó las áureas plumas Que en mi frente temblaban como rayos de sol. Era herniosa, era buena, era plena de amores; Puse a sus pies mis lanzas, mis espigas, mis flores; La di mi corazón salvaje y oriental; Y desde entonces va en mi pecho desnudo Sirviéndome de férreo y de glorioso escudo Con su idioma divino y su sangre inmortal. 28 SAMPAGUITA SAMPAGUITA < .ujer, yo tengo flores ... Es una flor bonita Y es como tú pequeña y como tú gentil. Las gentes de mi pueblo la llaman sampaguita. Sampaguita de Mayo, sampaguita de Junio, sampa guita de Abril. De su verde alcatifa para mí la arrancaron Unas manos que anhelan mi vida perfumar. Y al mírala perdida, ramas que la cuidaron, Raíces que la nutrieron, se mustian de pesar. ¿ Es posible que no baya felicidad sin llanto ? ¿ Es posible que toda ilusión sea cruel ? Yo gozo del amor de la sampaga, en tanto Sus ramas, sin su aroma, mueren en el vergel. Amor es egoísta. Lo que arde entre sus llamas Para unos es contento, para otros elegía.