Los Caminos De África En La Historia Natural De Plinio
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Nec aquarum natura miraculis cessat Los caminos de África en la Historia Natural de Plinio Tesis Doctoral presentada por Adriano Duque Universidad de Sevilla. Departamento de Filología Griega y Latina Directores: Juan Gil Fernández y Rocío Carande Herrero 1 ÍNDICE PÁGINA Introducción 4 1. La Historia Natural 4 2. La concepción del mundo 6 3. Magna his libido coitus 14 4. Geografía y corografía 18 5. El mapa 25 6. La idea de África 26 7. De la geografía al mito 31 8. El presente trabajo 33 Capítulo 1: Las tradiciones africanas en Plinio 35 1.1. Fuentes autóctonas 48 1.2. Los pueblos de África 51 1.3. Los blemies 56 1.4. Los pueblos que cambian de sexo 62 1.4.1 Tipos de transformación 65 1.4.2. Cambio de sexo y folklore 70 1.5. El conocimiento de África a partir de los textos africanos 72 1.5.1. Autores 73 1.5.2. La agricultura de Magón 82 1.5.3. El África de Juba 83 1.5.4. La racionalización del mito 87 1.5.5. Hércules en el Mediterráneo 91 Capítulo 2: Tiempo y espacio 97 2.1. Las Fuentes del Nilo 104 2.2. El periplo del Nilo 108 2.3. El origen y el viaje en el tiempo 110 2.4. Tipología y exokeanismos 116 2.5. Temporalización del espacio 118 Capítulo 3: El espacio mítico 121 3.1. Los ríos comunicantes 125 2 3.2. La personificación de las aguas 131 3.3. La diosa África 137 Capítulo 4: El espacio simbólico 142 4.1. Las zonas de África 144 4.2. Criaturas africanas 148 4.3. El thiasos marino 163 Capítulo 5: Paradoxografía. El espacio imaginario 175 5.1. Mirabilia fontium et fluminum 180 5.2. El mundo como representación 187 5.3. El espacio inestable 189 Capítulo 6: El África peligrosa 196 6.1. El hombre frente al peligro 205 6.2. Periculum y paradoxografía 206 6.3. El África en los triunfos romanos 208 Conclusión 219 Bibliografía 224 3 INTRODUCCIÓN Los estudios sobre el conocimiento geográfico de África en la Antigüedad se han centrado sobre todo en la contribución de los geógrafos en lengua griega y latina. A través del análisis de autores como Heródoto, Aristóteles, Estrabón o Plinio, los estudiosos como Jehan Desanges o Pietro Janni han tratado de explicar cómo el descubrimiento de África justificó el paso de la visión de un espacio determinado por las rutas marítimas, en el que los continentes constituirían grandes masas insulares, a la concepción de la οἰκουμένη como un gran territorio en torno al cual los mares no serían sino grandes lagos oceánicos. El presente trabajo se basa principalmente en la Historia Natural de Plinio y estudia de qué modo el autor romano utilizó la descripción del agua como un elemento fundamental para organizar su descripción del espacio africano. Tomando como referencia los testimonios de los viajeros grecolatinos, pero también las tradiciones vernáculas africanas transmitidas por autores como Juba II, mi estudio expone la concepción que Plinio tenía del espacio africano, y muestra hasta qué punto la descripción de las aguas de África le permitió conciliar distintas tradiciones sobre este continente. Tras examinar la descripción que Plinio hace del río Nilo como frontera física y temporal, el estudio se centra en la caracterización de las aguas como espacio mitográfico entre el mundo grecorromano y África, para concluir que los relatos míticos permitieron generar un espacio moral que podía incorporar visiones contradictorias de África. A continuación, el estudio se dirige hacia la descripción de las maravillas de África, reconociendo con ello el papel fundamental de la Historia Natural no ya como descripción del territorio africano sino como una interpretación de los fenómenos que la conforman. Finalmente, el estudio considera la noción de peligro en la Historia Natural y de qué forma dicha noción permitió elaborar una descripción del continente como un espacio simbólico que conciliara la visión nueva de un mundo desconocido con los principios de la civilización romana. 1. LA HISTORIA NATURAL Compuesta entre los años 77 y 79 d. C., la Historia Natural constituye un compendio enciclopédico que abarca la descripción del universo y el mundo, el hombre, los reinos animal y vegetal, su farmacopea y el reino mineral. Pero la novedad de Plinio consistió en la incorporación de la geografía a la concepción general de la naturaleza. En este sentido, escribe Juan Paniagua, “La apertura de la obra con la sección dedicada a la geografía por fuerza debe obedecer a las 4 implicaciones que habían asumido esta disciplina y su conocimiento en Roma en el último siglo. Toda la Historia Natural recibe como marco la descripción geográfica del mundo conocido, en el que se desarrollan y tienen lugar todos los demás contenidos que plantea Plinio en la obra, antropológicos, zoológicos, botánicos y mineralógicos”.1 Lejos, sin embargo, de presentar una visión equilibrada del mundo, Plinio presta especial atención a los artículos e intereses comerciales del Imperio Romano; así, mientras que los libros II y IV se consagran a Europa, Plinio anuncia al final de este último su intención de ocuparse de África y Asia.2 La cercanía del continente africano a la urbe romana resulta de especial relevancia, ya que permite que Plinio acceda a todo un caudal de información que sin duda le resultaba más accesible. La descripción del conocimiento sobre el continente africano depende, según hemos visto, de un mecanismo de síntesis del conocimiento científico. Dicha descripción ayuda a situar los conocimientos adquiridos en el plano físico de la realidad. En su libro Pliny the Elder’s ‘Natural History’, Trevor Murphy escribe que el material etnográfico de Plinio no estaba destinado a establecer un catálogo descriptivo, sino a delimitar los límites del mundo conocido y del poder romano;3 del mismo modo, Greg Woolf llama la atención sobre el hecho de que Plinio subordinara la historia a la geografía. A través de un esquema tomado de la literatura de los periplos, Plinio organiza la información disponible y la sitúa en un espacio universal en el que presente y pasado mítico se unen: The ethnographic structure of the world, it insinuates, derives from its overall shape, not from the contingent chance of the moment at which Pliny surveyed it.4 El modelo de los periplos púnicos y griegos permitió, por otra parte, a Plinio establecer un hilo conductor sobre el que organizar la información recibida, a la vez que le sirvió de recurso narrativo en el que integrar la visión de autores como Eratóstenes, que concebían el mundo como una masa acuática sembrada de islas: en la obra de Plinio, la búsqueda de las fuentes del Nilo se convierte en un hito de especial importancia, no sólo porque afirmaba el carácter continental del África sino también porque su búsqueda permitía mantener la idea de un mar circundante que englobaría las diferentes masas terrestres. 1 PANIAGUA AGUILAR 2006, p. 163. 2 PLIN. 4, 122. 3 MURPHY 2004, p. 213. 4 WOOLF 2011, p. 11. 5 2. LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO La concepción helenística del continente africano ha sido expuesta por Christian Jacob, que en su exposición sobre la cartografía en época helenística señala hasta qué punto la visión geográfica dependía de un conocimiento basado, más que en la localización de los elementos geográficos, en su evocación poética.5 Frente a esta visión poética de la realidad, Jacob contrapone la obra de Anaximandro, a quien la tradición identifica como el primer geógrafo, y cuya aportación habría consistido en componer una serie de listas de nombres agrupados por categorías y con clara función mnemotécnica.6 Concebido en el siglo VI a. C. para delinear las rutas marítimas entre la ciudad de Mileto y sus colonias en el Mar Negro y el Mediterráneo, el mapa de Anaximandro tenía forma esférica, similar a la de la base de una columna, y su altura sería un tercio del diámetro de la base;7 en el centro de la esfera se encontraba el mar Mediterráneo. El mapa se hallaba dividido por una línea horizontal que tocaba la ciudad de Delfos, el centro del mundo.8 En la parte superior se encontraría la región de Europa, y en la parte inferior Asia. El mundo habitado consistía en dos pequeñas zonas al norte y al sur del mar Mediterráneo. Según Naddaf, el centro geográfico se hallaba en la ciudad jonia de Mileto o incluso en la ciudad de Teos, situada en el delta del Nilo Tomando como referencia la obra de Heródoto, Naddaf señala la diferencia fundamental entre la tierra (γῆ) y la tierra habitada (οἰκουμένη); según Heródoto, lo que los escritores clásicos consideraban como una esfera no era la zona habitada sino la tierra en general, lo que abría la posibilidad de considerar tres masas continentales: 9 γελῶ δὲ ὁρέων γῆς περιόδους γράψαντας πολλοὺς ἤδη καὶ οὐδένα νοονεχόντως ἐξηγησάμενον: οἳ Ὠκεανόν τε ῥέοντα γράφουσι πέριξ τὴν γῆν ἐοῦσαν κυκλοτερέα ὡς ἀπὸ τόρνου, καὶ τὴν Ἀσίην τῇ Εὐρώπῃ ποιεύντων ἴσην. ἐν ὀλίγοισι γὰρ ἐγὼ δηλώσω μέγαθός τε ἑκάστης αὐτέων καὶ οἵη τις ἐστὶ ἐς γραφὴν ἑκάστη.10 Para Germaine Aujac, la alusión de Heródoto se refiere con toda probabilidad a la representación de las periodoi ges (circuits of the earth) que se representaban en bronce o madera 5 JACOB 1990, p. 23. 6 Ibíd., p. 38. 7 KAHN 1960, p. 81. 8 Esta visión de la superficie terrestre fue expresada por Agatémero, Hist. 1, 2: Οἱ μὲν οὖν παλαιοὶ τὴν οἰκουμένην ἔγραφον στρογγύλην, μέσην δὲ κεῖσθαι τὴν Ἑλλάδα, καὶ ταύτης Δελφούς· τὸν ὀμφαλὸν γὰρ ἔχειν τῆς γῆς. Cf. BOUCHET 2010, que examina la cuestión de la centralidad del mundo en Isócrates y su relación con el modelo de desarrollo en Atenas.