Verba Hispanica Xvi
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16-prelom.qxd 10.3.2009 7:50 Page 1 ISSN 0353-9660 VERBA HISPANICA XVI Ljubljana, 2008 1 16-prelom.qxd 10.3.2009 7:50 Page 2 VERBA HISPANICA XVI ANUARIO DEL DEPARTAMENTO DE LA LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD DE LJUBLJANA ESLOVENIA Directoras: Branka Kaleni} Ram{ak Jasmina Marki~ Secretario: Matías Escalera Cordero Consejo de redacción: Barbara Pihler Gemma Santiago Alonso Mitja Skubic Maja [abec Diseño de la portada: Franco Juri Edición a cargo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Ljubljana, Eslovenia, el Departamento de Lenguas y Literaturas Romances, y con el patrocinio de la Embajada de España en Eslovenia. 2 16-prelom.qxd 10.3.2009 7:50 Page 3 @ARKO PETAN El escritor @arko Petan nació en 1929 en Ljubljana. Escribe novelas, cuentos cortos, obras de teatro, poesía, ensayos y cuentos infantiles. Los rasgos más destacados de su li- teratura son el humor y la sátira, y se ha afirmado, tanto en Eslovenia como en el extranjero, como excelente autor de aforismos. Recibió varios premios literarios y sus obras han sido traducidas a veintisiete idiomas. Es director de teatro –su labor teatral cuenta con más de ciento veinte puestas en escena– y fue también director del Teatro Nacional Esloveno (Drama). En 2003 un grupo de estudiantes de un curso de español del Departamento de Tra- ducción e Interpretación (Universidad de Ljubljana) y Santiago Martín tradujeron un cor- pus de aforismos de @arko Petan y en 2004, la editorial Ediciones Bassarai (Vitoria) lan- zó un libro con unos seiscientos aforismos en español1. Sin embargo no fue la primera aparición de Petan en territorio español, pues en 1998 ya había aparecido un špuñado’ de cinco aforismos en un periódico gallego. Con el tiempo, en euskera han salido dos obras: en 2006 Iragana (Preteklost) –obra en la que Petan habla de sus experiencias en una cár- cel militar entre 1959 y 1961– y dos años después Diktadore alaia (Veseli diktator: ~udo- vito `ivljenje Josipa Broza Tita), novela en la que, entre otros temas, Petan ofrece pruebas (testimonios y fotos) de la presencia del mariscal Josip Broz Tito en España. En 2007 salió en español la novela Tras los pasos de mi padre (Hoja za o~etom, 2000). @arko Petan dice que es su novela más (auto)biográfica y más querida. Esta nove- la –novella, en realidad– se publica en esloveno dentro de una antología de once textos recopilados bajo el título de O revoluciji in o smrti (Sobre revolución y muerte). En bre- ve, la novela trata de recuperar la figura del padre en tiempos revueltos. El hijo (@arko Petan) intenta desvelar el mito de su padre, hombre apuesto, enigmático y emprendedor. Según los valores contemporáneos, hoy día su padre sería considerado un capitalista. En la novela, después de la ausencia, viene la nostalgia, y el hijo desea superar a su padre en edad. Leyendo, varias anécdotas de la vida de los Petan ponen de manifiesto entre otras cosas que no conocemos las manías, los miedos, los deseos, los caprichos de nuestros se- res más próximos hasta el último momento de la «Gran Partida a la Otra Orilla». 1 El proyecto siguió adelante con los estudiantes Ga{per Smrekar e Irena Sonc. En la última fase, el traductor Pablo J. Fajdiga también ayudó en la elaboración del texto. 3 16-prelom.qxd 10.3.2009 7:50 Page 4 Pomnim, da sem se takrat, pred ve~ kot sedemintridesetimi leti, po~util kot od sra- mote zaznamovani in od ljudi prezirani Jude` –zatajil sem o~eta. Bilo je v beograjskem voja{kem zaporu, zasli{evalci so me izmeni~no temeljito obdelovali, najraje so to po~eli pono~i, ko ~loveku oslabijo obrambni mehanizmi. @e na za~etku neenakega merjenja mo~i sem zagre{il neodpustljivo, za~etni{ko napako –zagna- no sem se lotil dokazovanja svoje nedol`nosti. Izku{eni zaporniki ne dokazujejo ni~esar, vedo, da zasli{evalcev, ki imajo monopol nad resnico, ne more{ prepri~ati o ni~emer, kar ni v skladu z njihovimi pri~akovanji. […] Pokazali so mi fotografijo o~eta na mrtva{kem odru. […] Medtem ko sem si ogledo- val fotografijo, se je moje razposajeno razpolo`enje prelevilo v obup. Komaj sem zadr- `eval solze, po`iral sem golide sline, ki se mi je nabirala v ustih. ^astniki so me zveda- vo motrili, najbr` jih je zanimalo, kak{en vtis bo fotografija neredila name. Zagotovo so hoteli nedvoumno dognati, ali je moja zmedenost pristna ali zaigrana. ^ez ~as, morda je minila minuta ali celo dve, sem dvignil pogled in ga usmeril v mo`akarje v uniformah tiste nagnusne »sivomaslinaste« barve. Nekaj ~asa sem jih mol~e meril s pogledom. Pol- kovnik je prvi odmaknil o~i, podpolkovnika sta vztrajala. »No, kaj pravi{ zdaj?« je vpra{al eden izmed podpolkovnikov. Za~eto igro sem nadaljeval. »To ni moj o~e.« […] Zatajil sem o~eta, odpovedal sem se mu. Nisem ga izdal kot Jude` zavoljo trideset srebrnikov, ampak za ni~ev ob~utek trenutnega zmagoslavja nad svojimi mu~itelji. […] Ta greh mi {e vedno kot mlinski kamen le`i na du{i. […] V~asih se me zdi, kot bi hotel z obujanjem trpkega spomina na o~eta podzavestno nadoknaditi vse, kar sem bil zamudil v ~asu, ko je {e `ivel. Takrat se sploh nisem zave- dal, da se je o~e po mamini smrti –umrla je nekaj let pred njim– tako tesno navezal na- me. Zavoljo slabe vesti sem za~el raziskovati njegovo `ivljenje, za to sem imel le malo virov, ducat pisem, nekaj fotografij in lasten spomin; nekaj drobcev pa sem izvedel od brata in od ljudi, ki so ga poznali. Teh je `al malo {e `ivih, velika ve~ina njegovih sodob- nikov je pomrla. Zakaj to po~nem? Ne vem, morda zato raziskujem njegovo `ivljenje, ki za druge ni bilo ni~ posebnega, da bi na{el odgovor na vpra{anja, ki me begajo, ki so zame zelo pomembna. Kdo je bil? Kak{en je bil? Kako je `ivel? Kako je umrl? Prepri~an sem, da na nekak{en ~uden na~in, v drugem ~a- su in v druga~nih okoli{~inah, neodvisno od svoje volje in `elja, nadaljujem njegovo pot ozi- roma to pot ponavljam, hodim po njegovih stopinjah, ki jih je ~as `e napol zabrisal. Z vsakim drobcem iz o~etovega `ivljenja, ki ga iztrgam iz pozabe, o`ivljam o~etovo podobo, nazorneje vidim njegovo usodo, ki je bila in je {e vedno, vsaj v poglavitnih potezah, tudi moja lastna. […] 4 16-prelom.qxd 10.3.2009 7:50 Page 5 Recuerdo que entonces, hace más de treinta y siete años, me sentí como Judas, ta- chado por la vergüenza y despreciado por la gente por haber negado a mi padre. Fue en la cárcel militar de Belgrado, y los interrogadores, alternándose, me manipu- laban con ahínco, preferían hacerlo de noche cuando el mecanismo defensivo del hom- bre es más débil. Al principio de aquella lucha desigual había cometido un imperdonable error de principiante: intenté demostrar mi inocencia. Los presos que tienen experiencia no demuestran nada, saben que a los interrogadores que tienen el monopolio de la ver- dad no es posible convencerles de nada que ya no esté en su horizonte de expectativas. […] Me mostraron una fotografía de mi padre sin vida. […] Mirando la foto, el humor en ebullición se convirtió en desesperación. Apenas podía controlar las lágrimas, tragaba la mucha saliva que tenía acumulada en la boca. Los oficiales me contemplaron con dete- nimiento, tal vez les interesaba saber qué efecto iba a producirme la foto. Sin duda que- rían averiguar si mi confusión era real o fingida. Después de un rato, tal vez pasaron uno o dos minutos, levanté la mirada y la posé en los hombres de color gris aceitunado. Du- rante un rato los reté en silencio con la mirada. El teniente coronel fue el primero en apar- tar la vista, los dos subtenientes me mantuvieron la mirada. –Bueno, ¿y ahora qué dices? –preguntó uno de los subtenientes. Seguí con el juego ya comenzado. –No es mi padre. […] He negado a mi padre y lo he denunciado. No lo he traicionado como a Judas por treinta monedas, sino por un sentimiento vano y momentáneo de victoria sobre mis tor- turadores. […] Este pecado me sigue pesando en el alma como una piedra de molino. […] A veces parece como si de forma inconsciente quisiera compensar todo lo que he perdido, mientras mi padre aún vivía, con el amargo y desesperado recuerdo de él. En su momento ni siquiera me di cuenta de que mi padre, después de la muerte de mi madre –ella murió unos años antes que él–, estuviera tan unido a mí. Por mi mala conciencia empecé a investigar su vida, pero para ello tenía muy pocas fuentes, una docena de car- tas, algunas fotos y mi propia memoria; algunos fragmentos los supe por mi hermano y por personas que lo habían conocido. Muy pocos viven todavía, la gran mayoría de sus coetáneos ya han muerto. ¿Por qué hago esto? No lo sé, tal vez por eso investigo su vida, que para otros no tuvo nada de importan- cia, para encontrar respuestas a las preguntas que me preocupan y que para mí son muy importantes. ¿Quién era? ¿Cómo era? ¿Cómo vivió? ¿Cómo murió? Estoy seguro de que de alguna forma extraña, en otro tiempo y en otras circunstancias, independientemente de su propio deseo y voluntad, sigo su camino, es decir, hago de nuevo su camino, sigo sus pasos, borrados a la mitad por el tiempo. Cada trozo de vida de mi padre que arran- co al olvido resucita la imagen de él, veo con nitidez su destino, que era y sigue siendo en líneas generales también el mío.