, ICON OS REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES

No. 27, enero 2007 ISSN I 390-1 249 CDD 300.5 I CDU 3 I LC H8 .S8 F53 Vol I I , Issue I , january, 2007 Quito -

FLACSO ECLJ.A.DC>R

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Ecuador FLACSO E;CU.A.OOR fCONOS. Revista de Ciencias Sociales Numero 27, enero 2007 Quito-Ecuador

ISSN: 1390-12491 COD: 300.5 I CDU: 31 LC: H8 .S8 F53 (Vol. l I, Issue I, January 2007)

!co nos, Revista de Ciencias Sociales es una publicacion de Flacso- Ecuador. Fue fun dada en 1997 con el fin de estimular una re­ flexion critica desde las ciencias sociales sobre remas de debate social, politico, cultural y economico del pals, b region andina y el mundo en generaL La revisra esta dirigida a Ia comunidad ciemffica y a quienes se inreresen por conocer, ampliar y profun­ di'l.ar, desde perspectivas academicas, esros rem as. fconos se publica cuatrimestralmente en los meses de enero, mayo y septiem­ bre.

Para Ia selecci6n de arriculos se utiliza un arbirraje bajo el sistema de doble ciego (peer review).

Iudexacilm fconos esra incluida en los siguientes indices cientiftcos: Sociological Abstracts, Ulrich's. Hispanic American Periodical Index (HAP!), Thompson Gale (Informe Academico), EBSCO-Fuenre Academica, Latindex-Caralogo. REDALyC (Red de Revistas Cientfficas de America Larina y d Caribe) y CLASE (Ciras Lninoamericanas en Ciencias Sociales). lconos On Line Los contenidos de fconos son accesibles on line en rexto completo a rraves de los portales de CLACSO (www.clacso.org.arlbi­ blioteca/revistas), REDALyC (wvAV.redalyc.org), DOAJ (www.doaj.org), FLACSO-Ecuador (wv.n,v.flacso.org.ec/hrmllico­ nos.html) y Tecnociencia (Consejo Superior de lnvestigaci6n Cienrifica de Espana).

Los ardculos que se publican en la revista son de responsabilidad exdusiva de sus aurores; no ref\ejan necesariamente el pensa­ miento de fconos. Se auroriza Ia reproducci6n total o parcial de Ius conrenidos siempre que se cite expresamenre como fuenre a l~·oiWS, Revista de Ciencias Sociales

Director de Flacso-Ecuador: Adrian Bonilla Director de fconos: Eduardo Kingman Garces Editor de fconos: Edison Hurrado Arroba Asistenre edimrial: Lorena Andrade

Comite editorial Felipe Burbano, Mauro Cerbino, Edison Hurtado, Hugo Jacome, Eduardo Kingman, Carmen Martinez, Franklin Ramirez, Alicia Torres

Comite asesor inrernacional: Andres Guerrero (Espana), Blanca Muratorio (U. Vancouver, Canada), Bolfvar Echeverria (UNAM. Mexico), Bruce Bagley (U. Miami, EEUU), Carlos de Mattos (PUC, Chile), Flavia Freidenberg (U. Salamanca, Espana), Francisco Rojas (Flacso, Costa Rica), Javier Auyero (SUNY Stony Brook, EEUU), Joan Marrfnez Alier (U. Barcelona, Joan Pujadas (U. Rovira i Virgili, Espana), Liisa Norrh (U. York, Canada), Magdalena Leon (U. Nacional, Colombia), Rob Vos (ISS, Holanda), Roberro Follari (U. Cuyo, Argentina), Vfcror Breton (U. Lleida, Espana), Lorraine Nencel (CEDI-A, Holanda), Cecilia Mendez (U. California, Santa Barbara, EEUU).

Coordinador del dossier ": miradas crfticas sobre espacio urbano y esfera publica'' X. Andrade · Ensayo grifico: Ricardo Boh6rquez Disefio y diagramaci6n: Antonio Mena lmpresi6n: Rispergraf C.A. Envfo de arrkulos, informacion, solicitud de canje: [email protected] Suscripciones, pedidos y disrribuci6n: [email protected] ©FLACSO-Ecuador Ca.silla: 17-11-06362 Direccion: Calle La Pradera E7-174 y Av. Diego de Alrnagro, Quiro-Ecuador WW\v,f\acso.org.eclhrml/iconos.html Telefonos: +593-2 .323-8888 Fax: +593-2 323-7960

COD 300.5 I CDU 3 I LC: H8 .58 F53 Iconos: revisra de ciencias sociales.··-Quito: Flacso-Ecuador, 1997- v. : iL ; 28 em. Ene-Abr. 1997- Cuatrimesrral- enero-mayo-septiembre ISSN: 1390-1249 l. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales-Ecuador. L Faculrad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Ecuador) rCONOS REVISTA DE C1ENCIAS SOCIALES

No. 27, enero 2007 ISSN I 390-1 249 COO 3005 / COU 3/ LC H8 58 F53 Vol I I, Issue I, January, 2007 QUito - Ecuador

Sumario

Los diez afios de lconos. Editorial 3-4

Coyuntura

Elecciones presidenciales 2006: una aproximaci6n a 105 actores del proceso . 15-25 Paulino Pecolde

Resumen Analiza las elecciones presidenciales de 2006 en Ecuador a partir del analisis de los escenarios y acrores principales: los dos candidaros finalisras, y Alvaro Noboa, el Tribunal Supremo Electoral, organismo rector del proceso bajo sospecha, las cncuesras de inrencion de voro y los medios de cornunicacion. Palabras clave: elecciones, legislacion electoral, campaiia electoral, medios de comunicacion, opinion publica, discurso poli­ tico, marketing politico, Ecuador.

La democracia dificil: neopopulismo y antipolitica en Ecuador . 27-35 Julio Echeverrfo

Resumen El articulo analiza la confluencia enrre anripolitica y populismo en la ultima coyuntura electoral en el Ecuador. Se dis­ cure el concepto de neopopulismo para describir nuevas 16gicas de inrerrnediacion polirica, y se analizan los cambios experimenrados en el sistema de parridos por efecto de la emergencia del fen6meno anripollrico. Finalmenre, se deli­ nean posibles escenarios para la coyuntura post-electoral. Palabras clave: democracia, partidos politicos, populismo, neopopulismo, antipolltlco, Ecuador.

Los movimientos politicos locales , en el escenario electoral . 37-45 i i Mone-Esther LocUisse [ I Resumen ~ El articulo analiza la participacion de los movimientos poliricos locales en las elecciones en Ecuador. Los MPL apare­ I cen en el 2000, cuauo afios dcspues de la apertura del sistema electoral a los movimienros independientes. Mientras ! su represenraci6n es territorialrnenre desigual e inestablc, en parte, por causas institucionalcs, su parricipacion sigue en t I aumenro. i Palabras clave: movimientos politicos independientes, partidos politicos, posicion anti-sistema, sistema de tJgregacion, opor­ tunidades pollticas. J Dossier

Guayaquil: miradas criticas sobre el espacio urbano y la esfera publica 49-50 Presentaci6n al Dossier X Androde

La domesticaci6n de los urbanitas en el Guayaquil conternporaneo . 51-64 X Androde

Resumen Esra pieza etnografica discute la consrruccion de "sujeros regenerados", una forma de subjerividad politica que forma pane del proceso de renovacion urbana implantado por la adminisrracion local de Guayaquil desde hace algo mas de un Iusrro. El objeto de estudio es un curso del programa municipal de aprendizaje a distancia ("Aprendamos: una opor­ runidad para superarnos") destinado a fomentar concepws de "ciudadarua para rodos". Palabras clave: ciudadania, educncion. renouacion urbana, television, Guayaquil, Estado, etnografla,

Criminalizaci6n de la libertad de expresi6n: protesta social y administraci6n local en Guayaquil 65-75 Xavier Flares Aguirre

Resumen Mediante el esrudio de la detencion de rres personas por protestar en contra de la Metrovra, esre aniculo analiza la naturaleza de la imposici6n de las poliricas publicas en Guayaquil. Para el efecto, se recogen los hechos narrados en los medios de prensa de la ciudad, se los encuadra denrro de una pracrica politica local generalizada y se los contras­ ta con teorias contemporaneas de derechos humanos en materia de liberrad de expresion. El articulo dernuesrra el ca­ racrer autorirario y anridernocrarico de las autoridades locales y la necesidad de crear espacios que respeten y propi­ cien el debate enrico entre las auroridades y la sociedad civil sobre las politicas publicas, Palabras clave: criminalizaci6n de faprotesta, libertad de expresion, politicas publicas, espaciopublico, Guayaquil, sociedad civil.

Reflexi6n y resistencia: dialogos del arte con la regeneraci6n urbana en Guayaquil 77-89 Radalfa Kronre Chambers

Resumen La regeneracion urbana ha transformado radicalmente a la ciudad de Guayaquil. El innegable impacro posirivo que ha renido esre fen6meno en la ciudad no esra exento de que se sefialen algunos aspectos problemaricos que conlIevan esros procesos y las dinarnicas que de elIos derivan. Duranre varios afios han aparecido en los circuiros arristicos publicos obras que enrablan dialogos y preguntas en rorno a esras arisras. Palabras clave: arte, arte contempordneo, Guayaquil, regeneracion urbana.

La imagen postal de Guayaquil. De las irnagenes regeneradas a las microintenciones de control estetico . 91-105 Tina Zerega

Resumen Este articulo presenra un esrudio sobre posrales de Guayaquil producidas enrre 1970 y 2004 Yda cuenta del impacto de la recienre regeneracion urbana en el imaginario visual urbano actual. Postales y fot6grafos evidencian como la mi­ rada se centra en espacios regenerados que marerializan intenciones de control social e idealizaciones urbanas y racia­ les, asi como un rechazo hacia 10 popular. Palabras clave: postal, estudios uisuales, discursividad visual, estetica, representaciones urbanas, imaginarios urbanos. an­ tropologia visual. Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil . 107-117 Hugo Benavides

Resumen EI articulo busca enrender el gran poder que la sensibilidad de Silva obruvo sobre su ciudad natal, explorando algunos de los principales senrimienros que Ie perrnirieron alcanzar un lugar paradigmarico denrro de los linderos auro-reflexi­ vos de Guayaquil. Propone que varias generaciones de guayaquilenos han utilizado a Silva como un espejo de multi­ ples niveles para reflejar sus complicadas imagenes de ausencia, pesadillas coloniales y las formas insrirucionales de un rechazo civilizador. Palabras clave: MedardoAngel Silva, Guayaquil, cholo, poesia, culturapopular.

Ensayo fotografico Panama Seat: tradidonal asiento guayaquilefio 118-132 Ricardo Boh6rquez Gilbert

Debate

Comunistas, indigenistas e indigenas en la forrnaclon de la Federacion Ecuatoriana de Indios y el Instituto Indigenista Ecuatoriano . 135-144 Marc Becker

Resumen AI revisar la participacion de los acrivistas que fundaron la FEI se revela que, lejos de la imagen tradicional de dorni­ nacion blanco-mestiza y exclusion de acrivisras indigenas (como era el caso de/lIE), la Federacion fue un espacio com­ partido donde los acrivisras urbanos y rurales trabajaron junros en la lucha para los derechos indigenas. Usualmenre, acadernicos -rnayormente exrranjeros- han inrerpretado mal a estas organizaciones, y han asignado a los comunistas que trabajaban con la FEI caractensricas mas apropiadas a los indigenisras liberales que fundaron ellIE. Palabras clave: indigenas, indigenistas, izquierdistas, comunistas, FE!, lIE.

Temas

Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Alvaro Uribe Velez . 147-162 Carolina Galindo Hernandez

Resumen Este articulo examina el forralecimienro del poder ejecurivo en Colombia duranre el gobierno de Alvaro Uribe. Se pre­ tende indagar si el programa de gobierno de Uribe corresponde a un proyecto de corte neopopulisra y se analizan las limitaciones del usa de la categoria neopopulismo en la explicacion de la actual experiencia pohrica colornhiana. Palabras clave: neopopulismo, democracta, gobierno, Colombia, Alvaro Uribe Velez, seguridaddemocrdtica.

John Victor Murra. 191 1-2006 163-166 Olivia Harris

Resefias . 169-178 Elecciones presidenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso Presidential elections 2006: an overview to the actors

Paulina Recalde Departamento de Sociología, PUCE. Directora de investigación, Perfiles de Opinión. Investigadora del Observatorio Político, CELA, PUCE

Email: [email protected]

Fecha de recepción: diciembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen Este artículo aborda las elecciones presidenciales de 2006 en Ecuador a partir del análisis de los escenarios y actores principales. A más de los dos candidatos finalistas, Rafael Correa y Álvaro Noboa (con propuestas y concepciones del país totalmente antagónicas), las elecciones tuvie- ron como protagonistas a un Tribunal Supremo Electoral, organismo rector del proceso bajo sospecha, a encuestas de intención de voto, como idealizados referentes, y a medios de comu- nicación figurando en actividades proselitistas. Estos se interrelacionaron en dos tipos de esce- narios en los que se desarrolló el proceso electoral: el del status quo y el de la reforma política.

Palabras clave: elecciones, legislación electoral, campaña electoral, medios de comunicación, opinión pública, discurso político, marketing político, Ecuador

Abstract This article approaches the presidential elections of 2006 in Ecuador from the analysis of the stages and principal actors. Besides the two finalists candidates, Rafael Correa and Álvaro Noboa (with offers and antagonistic conceptions of the country), the elections had as protag- onists to a suspicious Supreme Electoral Court, the surveys of intention of vote, with idealized models, and to mass media appearing in proselytizing activities. These actors were interrelated into two stages in the electoral process: one of status quo and one of political reform.

Keywords: elections, electoral legislation, electoral campaign, mass media, public opinion, po- litical discourse, political marketing, Ecuador

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 15-25 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Paulina Recalde

ran las 17h00 del 15 de octubre cuan- La segunda sorpresa, que hasta el momen- do sorprendidos recibíamos los resul- to no ha sido suficientemente asimilada, fue tados de la primera vuelta de la elec- la ubicación del candidato del Pa r t i d o E 1 ción presidencial de Ecuador . Los resultados Sociedad Patriótica (PSP), Gilmar Gutiérrez, que nos daban cuenta de lo sucedido no co- hermano del recién derrocado pre s i d e n t e rrespondían al conteo rápido oficial contrata- Lucio Gutiérrez5 y cuya candidatura no cons- do por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), taba en las encuestas de intención de voto ni sino a las encuestas de boca de urna (exit poll) en los análisis como una de las más opciona- que habían aplicado 3 empresas de investiga- das para ganar las elecciones6. Gu t i é r rez ción de opinión pública (Informe Confiden- ocupó el tercer lugar7 en las elecciones presi- cial, Market y Cedatos en convenio comercial denciales dejando atrás al candidato de la con los canales de televisión Teleamazonas, alianza Red Ética y Democrática– Izquierda TC Televisión y ECUAVISA, respectivamen- Democrática (RED-ID), León Roldós8, y a la te). Estos serían finalmente los únicos datos candidata del Partido Social Cristiano (PSC) con los que contaríamos para el análisis hasta Cynthia Viteri9, ambos representantes de dos varias horas después del cierre de la jornada partidos históricamente fuertes en el país. El electoral, pues la empresa contratada para el triunfo de un miembro de la familia efecto E-Vote incumplió con el objeto del Gutiérrez se repetía en 11 de las 15 provincias contrato suscrito con el TSE. en las que había ganado en la primera vuelta La primera sorpresa que saltaba a la vista era del proceso electoral del 2002. el hecho de que el candidato de Alianza Pa í s Al día siguiente, los comentarios, los aná- (AP), Rafael Corre a 2, ocupara el segundo lugar lisis, las conclusiones sobre los resultados de a 4 puntos porcentuales del candidato triunfa- primera vuelta se encargaron, como siempre d o r, Álva ro Noboa, del Pa rtido Re n ova d o r Institucional (PRIAN).3 Esto llamaba la aten- 4 La intención de Correa habría sido alcanzar el 40% del total de votos válidos y colocarse diez puntos por- ción porque Correa era el candidato que se centuales por encima del candidato inmediato y así había mantenido por varias semanas como fa- evitar el ballotage. vorito en las encuestas de intención de vo t o. 5 Lucio Gutiérrez fue separado del poder en abril de 2005 como consecuencia de una revuelta ciudadana Incluso él mismo había anunciado desde sus protagonizada por los autodenominados “forajidos”, a rengas de campaña electoral que llegaría en concentrada fundamentalmente en Quito, y que pro- “una sola vuelta”4 . Correa lucía, entonces, testaba por diversos presuntos actos de corrupción y como el perdedor de la jornada. prácticas institucionales ilegítimas e ilegales del go- bierno de Gutiérrez. 6 Ver artículo “Pronostican la disolución de Sociedad 1 En este proceso participaron 13 binomios: 6 de parti- Patriótica”, en Diario HOY, 15 de mayo de 2006. dos políticos, 2 de alianzas entre partidos y movi- 7 Gilmar Gutiérrez obtuvo, según los resultados oficia- mientos políticos y el resto de movimientos políticos. les del TSE, el 17,42% de la votación, un total de Constaban como empadronados 9.165.125 ecuato- 950.895 votos. Triunfó en Bolívar (48,43%), Cañar rianos y 36.613 Juntas Receptoras del Voto JRV. (30,37%), Chimborazo (24,50%), Cotopaxi Acudieron a votar 6.617.167. Se registraron 316.376 (30,57%), Los Ríos ( 45,57%), Morona Santiago votos blancos y 775.694 votos nulos. (49,66%), Napo ( 75,05%), Orellana (61,13%), 2 Correa logró el 22,84% de la votación. Ganó en Pastaza (41,44%), Sucumbíos ( 51,92%), Tungu- Azuay (32,3%), El Oro (34,15%), Ga l á p a g o s rahua ( 26,45%) y Zamora Chinchipe (32,59%). (42,60%), Imbabura (29,29%), Loja (27,52%) y 8 León Roldós obtuvo el 14,84% (809.754 votos). Pichincha (30,42%). 9 Cynthia Viteri recibió el 9,63% (525.728) de la vota- 3 Noboa obtuvo el 26,83% de la votación total. Ganó ción total, cifra incluso algo inferior a la obtenida por en Carchi (33,89%), Esmeraldas (36,81%), Guayas Xavier Neira (553.106) en las elecciones de 2002 (36,24%), Manabí (44,92%) y en el exterior cuando la participación del PSC había sido conside- (25,25%). rada un fracaso.

16 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Elecciones presindenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso en nuestro medio, de encontrar la explicación so electoral, sino que fueron en gran medida a lo sucedido e incluso de considerar que era quienes en la primera vuelta colocaron en el obvio que se hubieran dado tales resultados. imaginario del ecuatoriano a Correa como el Pero digámoslo francamente, seguimos sor- seguro ganador, y a Gutiérrez como aquel que prendidos. poca o ninguna posibilidad tenía de llegar a La política en nuestro país se encuentra ocupar los primeros lugares en la elección. Y permeada por dos realidades distintas que no es que necesariamente encuentre intencio- subsisten. Por un lado, hay una visión de la nalidad en este manejo de la opinión pública, política que se crea desde los medios. Se trata es que creo que más que nunca cabe pregun- de una “re a l i d a d” que se re p rod uce al re s t o tarse por qué como sociedad los hemos colo- de la sociedad, y que se alimenta del manejo cado a uno y otro como únicos y privilegia- y orientación de la opinión pública que dos referentes de la realidad política, especial- hacen los medios de comunicación desde sus mente de la electoral. ¿Dónde queda el pro- p a rt i c u l a res criterios de información; es una ceso de intermediación de las instituciones de forma de ver la política que encuentra a sus representación? cómplices en los sondeos de opinión pública Como dice Minc, “cuanto más se debili- y a sus detractores o integrados en los lídere s tan los cuerpos intermedios, más invasores se de opinión. En este escenario se desenvo l v i e - hacen los sondeos” (1995: 24). De igual for- ron las candidaturas de Correa, Noboa, Ro l - ma, “la televisión influye más especialmente dós y Viteri, y a esta forma de ver el país fue cuánto más débil es la canalización partidista a la que le asombró el hecho de que Corre a de la opinión pública” ( Sa rtori 1998:107). Y no ganara la primera vuelta y, sobre todo, es que, el de los sondeos es un titular privile- que los Gu t i é r rez y el PSP hayan sobre v i v i d o giado y una fuente de información muy ape- a la revuelta de abril y hayan “re g re s a d o” for- tecida por medios de comunicación, líderes de talecidos. opinión y audiencia en general. Esto no re- En el otro lado hay una relación con la po- p resenta vicio alguno a primera vista, pero los lítica “no mediatizada”, una construcción de datos de medición de opinión pública, inclu- lo político que se alimenta también en las ins- yendo los de medición de intención de vo t o , tancias familiar, barrial, local y provincial. son cifras susceptibles de manipulación, se Gilmar Gutiérrez manejó su campaña electo- c o n s t i t u yen en varios casos en parte de la es- ral por fuera de los medios de comunicación, trategia de marketing de los candidatos y en- descartado y disminuido por los líderes de tonces no muestran sino que ocultan o mol- opinión. Gutiérrez se hizo visible más allá de dean la realidad. Sólo el manejo independien- la pantalla de televisión y logró captar votos te, ético y claro de su ficha técnica (metodolo- en una campaña que no tuvo cobertura me- gía, muestra, margen de erro r, área geográfica, diática. i n s t rumento de investigación, etc.) puede va- lidarlos como insumos, partiendo siempre de la premisa de que los datos de encuestas des- Medios de comunicación y empresas criben tendencias, no predicen acciones. Y es de investigación de opinión pública: que, como dice Sa rtori, “dar por segura una dos caras de una misma moneda opinión no equivale en modo alguno a pre ve r un comport a m i e n t o” (1998: 75). Los medios de comunicación y las empresas Durante el proceso electoral de la primera de investigación de opinión pública cumplie- vuelta y mientras estaba permitido publicar ron no sólo papeles protagónicos en el proce- los resultados de las mediciones de intención

17 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Paulina Recalde de voto, estos, analizados por los medios de El proceso que acabamos de vivir segura- comunicación, fueron los que dieron pauta mente será recordado por la evidente toma de para los análisis, las previsiones e incluso las posición de varios medios de comunicación y invitaciones a debates, entrevistas y foros a los periodistas: ocultando a algunos candidatos y candidatos más opcionados en esa fecha. sobre exponiendo a otros. Por lo esbozado Otorgando a unos más que a otros candida- como hipótesis en cuanto a los dos tipos de tos la posibilidad de aparecer, de dar uso de acercamiento que tiene la sociedad ecuatoria- esos espacios. Los medios de comunicación se na a lo político y electoral (a través de los me- encargaron de dejar casi una certeza en la au- dios de comunicación y por fuera de ellos), diencia de lo que sucedería en las elecciones: queda pendiente la tarea de sopesar la in- Rafael Correa estaría primero, Álvaro Noboa fluencia que tuvieron sobre los resultados fi- segundo y León Roldós y Cynthia Viteri en nales de la elección presidencial. un distante tercer lugar. Una vez que entró en vigencia la restric- ción para la publicación de datos de medición Tribunal Supremo Electoral: un de intención de voto10, las empresas de inves- organismo bajo sospecha tigación de opinión pública y medios de co- municación se convirtieron en fuentes secre- El TSE asumió la organización de este proce- tas y privilegiadas de información e incluso so electoral una vez más bajo sospecha. de “pronósticos”.Varios de los periodistas uti- Manejado por los propios partidos políticos, lizaron lenguajes acomodados para dar a en- se convierte en un organismo con rol de juez tender los resultados de las mediciones y de y parte. El organismo ha demostrado perma- paso sus preferencias electorales en un antici- nentemente prácticas cuando menos ilegíti- po de lo que sería su comportamiento hacia la mas en la toma de decisiones. Esto nos dejó segunda vuelta, cuando varios de ellos actua- ante un terreno deleznable que ha permito ron “como un instrumento de información sembrar, desde varias voces, la presunción movilizadora” (Bourdieu 1997: 92) e hicie- (porque hasta el momento ningún actor lo ha ron incluso cierto proselitismo a favor de demostrado), la sospecha, de fraude electoral Noboa o de Correa. En este punto cabe dife- en las elecciones de primera vuelta o por lo renciar entre la postura individual del perio- menos un manejo mal intencionado de las dista o comunicador expresando sus afinida- distintas normas que rigen el proceso en su des, y la postura empresarial alineada con de- conjunto. terminados intereses políticos y, sobre todo, Más allá de que haya existido o no un económicos gracias a la cual se le brindan al fraude en el escrutinio, es importante recor- candidato amplios espacios en el medio con dar algunas acciones tomadas por el TSE y descarada concesión, bajo el pretexto de la co- que influyeron sin duda alguna sobre el pro- bertura de la noticia11. ceso electoral. Siguiendo el orden en que se suscitaron varios eventos, empecemos revi- 10 En Ecuador, el artículo 52 de la Ley Orgánica de sando el proceso de calificación de las distin- Control del Gasto Electoral impide a los medios de comunicación social (radio, prensa y TV) que difun- tas candidaturas a la presidencia. El PSP ins- dan resultados de mediciones de intención de voto cribió como su candidato a la presidencia al veinte días antes de las elecciones. ex presidente Lucio Gutiérrez. Esta candida- 11 Los cierres de campaña del candidato Álvaro Noboa tura fue descalificada aludiendo que el bino- fueron transmitidos en vivo y en directo durante lar- gos minutos en varios de los canales de televisión del mio electo en los comicios de 2002 no podía país. por ley presentarse a una reelección inmedia-

18 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Elecciones presindenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso ta y que a Gutiérrez se le habían suspendido c a r ta abierta para que el candidato del sus derechos políticos12. El artículo 66 de la PRIAN hiciera uso una vez más de su fortu- Ley Orgánica de Elecciones contempla que na en la campaña electoral, con pautaje in- cuando la candidatura de un partido o movi- tensivo en medios de comunicación masiva, y miento político es rechazada esta debe ser re- regalando no sólo camisetas, avena y harina, emplazada, si es la intención de la organiza- sino también microcréditos, sillas de ruedas, ción política, en un plazo de tres días. La can- computadoras e incluso dinero en efectivo. didatura del binomio Gilmar Gutiérrez - En otro tema, el proceso de contratación Leonardo Escobar, que reemplazaba a la ante- de la empresa E-Vote por parte del TSE para rior, fue inscrita 19 días después de la desca- la transmisión rápida de resultados del proce- lificación de la candidatura de Lu c i o so electoral ha sido cuestionado y aún tiene Gutiérrez, y el TSE la aprobó. elementos por aclarar. La Comisión de Con- La responsabilidad de la Ley Orgánica de trol Cívico de la Corrupción (CCCC) ha de- Control de Gasto y Propaganda Electoral nunciado que el señor Paulo Seiji Nayaka, su- (marzo 2000), “con la cual se intentaba redu- puesto representante del Consorcio E-Vote, cir el gasto de campañas, mejorar su control y según el Departamento de Estadísticas de la cambiar la manera de hacer campañas” Dirección Nacional de Migración, no ingresó (Quintero: 2005: 89), recae en el TSE. “Sin al Ecuador a la fecha de la firma del contrato. embargo, los aspectos de la ley referidos a Reveló también que la Superintendencia de sanciones y correctivos, parecen quedarse cor- Compañías no tiene registrado al consorcio tos en su aplicación total” (Quintero: 2005: ni a las dos empresas que lo conforman y que 91). En septiembre de 2006 el TSE debatía si el Registro Mercantil del Distrito Metropoli- el gasto publicitario en el que había incurrido tano de Quito no tiene inscripción alguna de el candidato Álvaro Noboa y su partido poder general, administrador, ni nombra- PRIAN durante el 2005 y 2006 debía ser ca- miento extendido por E-Vote. Al parecer, se talogado como gasto electoral. Un primer in- celebró el contrato cuando aún no estaba forme de la Unidad de Control del Gasto de- constituido el consorcio, pues la adjudicación terminó el bloqueo de la cuenta de esa candi- ocurrió el 30 de agosto del 2006 y la consti- datura pues había gastado cerca de 4 millones tución de E-Vote se realizó en la notaría ter- de dólares, sobrepasando el techo de $2,7 mi- cera del Distrito Metropolitano el lunes 4 de llones fijado por la ley. No obstante, una im- septiembre (cfr. Diario Expreso 26 de octubre prevista mayoría en el organismo del sufragio de 2006). dejó sin efecto la resolución y desbloqueó la Más allá de lo administrativo, el consorcio cuenta de la campaña de Noboa13. Esto dio formado por las empresas Telecom y Probank tenía el compromiso de entregar los resulta- 12 La suspensión de los derechos políticos de Lucio dos relativos a la presidencia una hora y Gutiérrez se dio a raíz de un presunto ingreso irregu- lar de dinero a su campaña en la elección presidencial media después de elaboradas las actas de es- de 2002. crutinio en las Juntas Receptoras del Voto, y 13 Véase Diario Expreso del 21 de septiembre de 2006: proporcionar datos de diputados cuatro horas “Minutos antes de finalizar la reunión del TSE, la después. En la primera vuelta del 15 de octu- vocal del PRE Narcisa Subía planteó la revisión de la inmovilización de las cuentas de Álvaro Noboa…Una bre se procesó solo el 70,5% de los resultados vez expuesto el punto, se sometió a votación y Xavier presidenciales y nada en cuanto a la votación Cazar del PSC, Marco Benavides de UDC, Sandra Cabrera de Pachakutik, Angelita Albán del Prian y Narcisa Subía del PRE, votaron a favor de la suspen- Torres y Jorge Valdospinos, de la ID, votaron en con- sión de la inmovilización. Mientras que Patricio tra de la resolución”.

19 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Paulina Recalde por diputados. El Tribunal Supremo Electoral Rafael Correa y Lenín Moreno: decidió terminar unilateralmente el contrato el binomio que invitaba a “volver y hacer efectivo el cobro de garantías. La pro- a tener patria” puesta de E-Vote, avaluada en $5,8 millones, aparentemente no cumplía con los estándares Rafael Correa logró ciertamente encontrar en tecnológicos y de soporte requeridos para el la “revuelta forajida” el impulso original para proceso. Los simulacros de la transmisión de su candidatura. La convocatoria de ciudada- datos no se realizaron como correspondía. nos y colectivos14 a formar una organización Para la segunda vuelta electoral se obvió la política como Alianza País surgió como con- contratación de una empresa para el conteo secuencia del derrocamiento del presidente rápido y se optó por dejar al TSE como res- Gutiérrez en abril del 2005. Asimismo, la ponsable de la transmisión de datos, dejando trascendencia de Rafael Correacomo figura a más de un ecuatoriano con la preocupación pública se debe en gran parte a su breve paso de lo que podría ocurrir con los escrutinios. por el Ministerio de Economía y Finanzas en Los resultados finales mostraron que tener a el gobierno de . Su gestión los poderes (político, económico, electoral) como “Ministro forajido” lo proyectó hacia la alineados no bastó para solventar las falencias vida política y le permitió explotar algunos de un candidato y la poca efectividad de un elementos, sobre todo en la primera fase de su partido político como maquinaria electoral, estrategia de campaña15, en torno al tema de por lo menos en el ámbito de las elecciones reducción de pago de la deuda pública, aten- presidenciales. ción a la deuda social16, manejo económico soberano y un discurso que vinculaba lo polí- tico y lo económico en un “eterno retorno”. Los antagónicos finalistas El rechazo a la firma del TLC y el impulso porque se declare en caducidad el contrato Las candidaturas de Rafael Correa y Álvaro con la empresa petrolera OXY17 fueron sus Noboa, sus promesas de campaña y discursos primeras promesas básicas de campaña y su tuvieron dos momentos distintos: la primera discurso de bandera, que parecía se agotarían y la segunda vuelta. Se matizaron, se modifi- prontamente. caron, se adaptaron a las distintas circunstan- cias, pero nos dejaron siempre la certeza de que había que elegir entre dos concepciones 14 Alianza País agrupa, entre otras, a organizaciones y absolutamente distintas sobre la reforma po- movimientos políticos como Iniciativa Ciudadana, Acción Democrática Nacional (ADN), Movimiento lítica, el papel del Estado, la función del mer- Alfarista Bolivariano, Jubileo 2002. cado, las relaciones internacionales y las polí- 15 En el documental “oficial” de la vida de Correa se lo ticas públicas, por citar algunos temas. El ob- describe como el “ministro más capaz y más patriota” que ha tenido el país y se destaca “las transformacio- jetivo de las líneas siguientes no es profundi- nes radicales al modelo económico” que logró realizar zar en el contenido de estas diferencias sino en “solo 160 días de gestión”. Cfr. www.rafaelco- en cómo éstas se hicieron ver a través del ma- rrea.com nejo de la campaña. 16 Según El Comercio (9/10/06) el Observatorio Fiscal señala que entre mayo y julio el ministerio a su cargo destinó 390 millones de dólares para la deuda externa y 272 millones para la salud y educación. 17 Contrato que el Estado ecuatoriano declaró en cadu- cidad frente a la falta de la empresa Occidental (OXY) de haber traspasado, sin haberle notificado, el mane- jo del 40% de sus acciones a la empresa ENCANA.

20 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Elecciones presindenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso

Pilar importante del discurso de campaña y al colocar, a través del manejo de spots pu- y propuesta del plan de gobierno de Correa y blicitarios, dudas sobre la permanencia de la Moreno ha sido el “que se vayan todos” de la dolarización en un posible gobierno de revuelta de abril de 2005, traducido funda- Correa (además lo calificó de comunista y te- mentalmente en dos elementos: 1) ubicar a rrorista)21. La promesa básica de Alianza País los partidos políticos (la “partidocracia”18) tuvo que ir tomando, entonces, ciertos mati- como su antagónico y 2) proponer una refor- ces: ma política, constitucional19 a través de la fi- gura de la Asamblea Constituyente. Estos dos 1) La propuesta de dotación de vivienda fue elementos fueron el centro de la comunica- reforzada y comunicada insistentemente. ción de su campaña. La evolución de la in- Incluyó una oferta concreta que en su plan tención de voto a favor de Rafael Correa hizo de gobierno original no constaba: la du- que la opinión pública reconociera un acerta- plicación del bono de vivienda22. do manejo publicitario (coherente, atractivo 2) Fueron insistentes las declaraciones del bi- y con buen uso de elementos de marketing nomio en torno a que se mantendría el sis- para generar recordación) que lo llevaría a im- tema de dolarización en el país, sin dejar poner la agenda al resto de candidatos. Pero la de lado las críticas que Correa habría campaña del binomio Correa-Moreno termi- hecho desde su instauración23. nó dejando de lado otros aspectos que de 3) Si en la primera vuelta hubo resistencia en hecho constaban como ejes programáticos del algunos sectores por el uso simbólico que Plan de Gobierno de Alianza Pa í s hizo de su correa mientras arengaba “Dale 2007–201120. Esta omisión sólo fue vista Correa dale” como elemento para encen- como un posible error por el propio buró po- der a la masa, en la segunda vuelta Rafael lítico del movimiento a la luz de los resulta- Correa tomó la guitarra e improvisó algu- dos de los comicios de primera vuelta, cuan- nos de sus jingles para animar los míti- do la hipótesis inicial que se produjo fue que nes24. Noboa había acertado al privilegiar los temas de políticas públicas como vivienda y empleo 21 Se tomaron como base las declaraciones de Correa ne- 18 El comercial de televisión denominado “partidocra- gando que las Fu e rzas Armadas Re vo l u c i o n a r i a s cia” difundido por Alianza País dejaba ver a un león Colombianas (FARC) fueran terroristas. persiguiendo a una gacela. El texto hace referencia a la 22 “Duplicaremos el Bono de la Vivienda para permitir partidocracia como los dueños de la patria y la demo- que quienes no tienen casa, tengan acceso a ella; y cracia, como “la dictadura de las mafias que se hacen para que incluso, quienes ya la tengan, puedan mejo- llamar partidos políticos”. Se afirma que “la figura de rarla” (Diario Expreso, 29 de noviembre de 2006, un Congreso decadente es con lo que hay que termi- p.3A). “El candidato espera edificar 100 mil viviendas nar para ir juntos hacia la Asamblea Constituyente”. por año para lo cual necesitará $360 millones que, 19 El Plan de Gobierno de Alianza País menciona que la según sus planes, provendrán de los excedentes petro- reforma contemplará: a) independencia y correspon- leros” (El Universo, 25 de noviembre de 2006, p. 4A). sabilidad entre las funciones del Estado; b) reestruc- 23 “Un tipo de cambio fijo irreversible, en una economía turación y fortalecimiento de los organismos de con- abierta, pequeña y de baja productividad, es clara- trol; c) reestructuración y fortalecimiento de las enti- mente un disparate técnico, que seguramente algún dades del Estado; d) revocatoria del mandato; e) par- día controlará la inflación, pero probablemente que- ticipación de la ciudadanía; f) planificación democrá- brando al sector real de la economía” (Correa 2004: tica y g) transformación del sistema electoral. 89). 20 Los ejes programáticos son: Re volución constitucional 24 “La acción era considerada por Correa como un y democrática, Re volución ética: combate frontal a la punto emblemático dentro de su campaña. No obs- c o r r upción, Re volución económica y pro d u c t i va , tante procesó las críticas que se produjeron en la pri- Re volución educativa y de salud y Re volución por la mera vuelta, en la cual esa acción fue vista como vio- dignidad, la soberanía y la integración latinoamericana. lenta, y en ciertos grupos de mujeres, como patriarcal

21 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Paulina Recalde

4) Las acusaciones de ser un comunista en- nicación que se habían alineado frontal- c o n t r a ron algunos caminos de re s o l u c i ó n : mente a la propuesta de Rafael Correa. ¿La C o r rea se dejó ver en la iglesia como el ca- propuesta de vivienda de Álvaro Noboa25, tólico cristiano practicante que es, se re u n i ó ubicada como estelar en la primera vuelta, con la cúpula de la Iglesia ecuatoriana y fi- había sido desarmada? nalmente dejó ver cómo este argumento ya había sido usado por Álva ro Noboa en Rafael Correa dejó ver claramente cómo los campañas pasadas para tratar de afectar la elementos en la estrategia de la primera vuel- imagen de su oponente (Noboa en las elec- ta electoral sufrieron modificaciones en la ciones de 2002 calificó en reiteradas ocasio- campaña hacia la segunda vuelta: nes a su contendor Lucio Gu t i é r rez de “c o- m u n i s t a”). Una vez más, el eje de su discur- “Nuestra lucha era contra el stablishment po- so fue una retórica anticomunista (cfr. lítico. Sí cambió el escenario que esperába- Qu i n t e ro 2005: 138). Entonces, ¿qué en- mos. Nosotros pensábamos pasar a la segun- tiende el líder del PRIAN por comunismo? da vuelta con León Roldós, ahí se hubiera podido continuar con el mensaje de la ciu- 5) La coyuntura de la segunda vuelta -pro- dadanía contra la partidocracia, pero pasa- pensa para alianzas y acercamientos políti- mos con Álvaro Noboa. Hay que hablar de cos- fue manejada con cautela por el bino- seguir tendiendo patria o tener un (Anas- mio Correa-Moreno. Partidos como la tasio) Somoza” Izquierda Democrática manifestaron su (El Universo 2006, 16-11-06: 7A). apoyo, y Rafael Correa se apresuró a ma- nifestar que las bases siempre serán bien- Si tomamos como referencia la opinión que venidas. Conversaciones con la dirigencia tenía la población de Quito y Guayaquil del partido pudieron haber sido vistas sobre Rafael Correa en octubre y cómo está se como una traición al discurso contrario a modificó en noviembre, podemos anticipar- los partidos políticos tradicionales que nos a manifestar que los ajustes surtieron había profesado en su campaña inicial. efecto. En el Cuadro 1 se observan las per- 6) La estrategia de comunicación de Alianza cepciones de cuán eficaz podría ser la acción País para debilitar la imagen de su opo- de Correa como gobernante frente a temas nente se concentró en denunciar presun- como estabilidad económica, estabilidad po- tas prácticas ilegítimas de Noboa como lítica, generación de empleo, dotación de vi- empresario: contratación de población in- vienda, inversión extranjera y dolarización, fantil en sus plantaciones bananeras, sala- por citar los elementos considerados conflic- rios injustos, uso de violencia en contra de tivos en la promesa de campaña de Correa en sus empleados, etc. En la última semana la primera vuelta26. de campaña de la segunda vuelta, la de- nuncia de abandono de papeletas de ins- 25 Ofrecía construir 300.000 viviendas por año en todo cripción al plan de vivienda de Álvaro el país. La construcción estaría financiada con la emi- Noboa en una planta de reciclaje de papel sión de bonos garantizados por el Estado al 8 y 10% de interés. en Manabí, encontró gran eco y desplie- 26 Fuente: Perfiles de Opinión. Encuesta personal. Área gue de cobertura en los medios de comu- Geográfica: Quito y Guayaquil. Universo: hombres y mujeres de 18 y más años. De niveles socioeconómi- y reaccionaria. Algunas mujeres de Alianza País agre- cos medio alto, medio típico y medio bajo. garon que en ese hecho había connotaciones machis- Ecuatorianos. Muestra: 527 encuestas. Margen de tas. Correa (…) decidió entregar su cinturón” (Revista error: + 4.3. Intervalo de confianza 95,5%. Fecha de Vanguardia, 2006: 52). campo: 18 a 20 de noviembre de 2006.

22 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Elecciones presindenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso

Cuadro 1 Candidato que garantizará mejor los temas en el país

Rafael Correa Álvaro Noboa Octubre Noviembre Octubre Noviembre La estabilidad económica 35.90% 51.80% 59.50% 37.70% La estabilidad política 37.90% 57.10% 57.50% 32.90% El combate de la corrupción 53.60% 64.50% 38.40% 23.20% La creación de empleo 28.70% 48.00% 67.20% 42.80% La dotación de vivienda 25.00% 44.20% 70.40% 43.30% La reforma política 53.70% 64.10% 39.50% 24.80% La inversión extranjera 25.70% 39.50% 71.20% 52.30% La protección de los derechos humanos 44.40% 61.10% 48.30% 28.60% La dolarización 29.90% 46.00% 65.40% 42.70% La firma del TLC 18.70% 26.80% 72.70% 59.20% La permanencia de la base de Manta 22.90% 27.70% 68.20% 57.70% La renegociación de los contratos petroleros 36.50% 43.80% 57.60% 43.70%

Fuente: Perfiles de Opinión

Finalmente es importante anotar cómo desde caravanas y la presencia de su Fundación la ciudadanía se generaron formas de resisten- Cruzada Nu e va Hu m a n i d a d 2 7 que brinda cia a la candidatura de Álvaro Noboa en atención médica en el país, daban cuenta de Quito y Guayaquil (queda como tarea inda- su voluntad de hacer el tercer intento por lle- gar sobre lo sucedido en el resto del país). gar a la presidencia. Una de ellas y probablemente la que mayor La campaña “formal” arrancó con dos he- carácter inédito tenga, es la difusión de ensa- chos insólitos, seguramente planeados con in- yos, blogs, caricaturas, videos caseros y con- tención de lograr cobertura mediática: un su- signas a través de Internet. Estas formas “no puesto retiro de su candidatura y una corta oficiales” rebasan el ámbito de los medios de alianza electoral de 13 días con PSP. comunicación convencionales y tienen una El discurso de presentación del binomio capacidad lógica de multiplicación y formas Noboa – Taiano dejó ver a un candidato agre- de influencia distintas. sivo y más convencido que nunca de ser “el enviado de Dios”. El uso de la biblia, la con- vocatoria a orar en sus mítines y la invocación Álvaro Noboa y Vicente Taiano: el de Dios en cada discurso fueron prácticas que enviado de Dios en su tercer intento se acentuaron hasta llegar casi a la compul- sión durante su campaña de primera y segun- El eterno candidato Álvaro Noboa Pontón se da vuelta. Esta teatralidad acompañaba a la presentó a las elecciones presidenciales de este año teniendo a su haber una campaña electo- 27 Según la página web del candidato (www.alvarono- ral sin pausa desde su participación en las boa.com) durante el 2005 la Cruzada Nueva Huma- nidad habría realizado más de 270 visitas a casi todas elecciones del 2002. Espacios contratados en las provincias del país, dando atención a más de medios de comunicación masiva, eventuales 135.000 pacientes.

23 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Paulina Recalde entrega de camisetas, microcréditos, compu- nos actuales de Venezuela y Cuba, por tadoras y sillas de ruedas (una por cada loca- citar algunas. ción visitada). El candidato no se conforma- 2) Si en los procesos anteriores evitó clara- ba sólo con entregar la silla de ruedas: Noboa mente aparecer en los medios de comuni- cargaba al enfermo y lo sentaba, no sin antes cación (especialmente en TV)29, en la cam- imponerle las manos y orar por él. Si el cla- paña de segunda vuelta, ayudado por la mor de la masa amenazaba con salirse de con- complicidad de algunos canales de televi- trol, tomaba su infaltable pequeño bolso ne- sión, se presentó en decenas de seudo-en- gro de cuero, siempre a la mano, y entregaba trevistas para exponer sus propuestas de algunos dólares para calmarla. campaña y sobre todo para atacar al can- Los spots publicitarios resultaron ser un didato Correa con acusaciones que ya deja vou de la campaña del 2002: tomas del hemos mencionado. candidato desde la oficina central de su parti- 3) Si para la segunda vuelta del 2002, “el do político, es decir, su empresa Industrial candidato del PRIAN, Álva ro No b o a , Molinera, rodeado por los candidatos a las di- anunciaba que no buscaría alianzas con ferentes dignidades invitando a votar por “la ningún partido… (y) así enfrentaría la se- 7”, o en la sala de su mansión, acompañado gunda vuelta, confiando en sus propias por su familia toda vestida de blanco agrade- redes clientelares partidistas para conquis- ciendo a Dios y a los pobres del Ecuador a tar votos” (Quintero 2005:190) con lo quienes insistentemente profesó su amor. Sin cual, a decir de Quintero, “fracasaría por- embargo, es importante anotar que el candi- que no se alió, o más vale, no pudo aliar- dato rompió con tres elementos característi- se, con quienes podrían haber sido sus so- cos de sus campañas anteriores (1998 y cios “naturales” de centro derecha y dere- 2002): cha…” (2005: 194), en el 2006 como candidato ganador de la primera vuelta se 1) Si antes se había resistido a participar en volcó a buscar apoyos y alianzas. debates con otros candidatos, durante la campaña de primera vuelta asistió al deba- Quizá las dos innovaciones iniciales pueden ser te organizado por la cadena internacional vistas como aciertos, pero esta última, desde de noticias CNN (con Rafael Correa, mi hipótesis, terminaría afectando su imagen Cynthia Viteri y León Roldós). Fue el es- por la torpeza con la que fue manejada en el cenario en el que mejor dejó ver su estra- ámbito de la comunicación. La compañía de tegia de polarizar las propuestas de campa- Pascual del Cioppo (dirigente del PSC), Carlos ña. Las tibias propuestas de Roldós y Víctor Morales y Gabriela Pazmiño (candida- Viteri le abrieron paso para confrontar tos del PRE y la última nuera de Ab d a l á casi exclusivamente a Correa con sus pro- Bucaram), y Guillermo Pichi Castro (pre s i- mesas de limitar el papel del Estado, in- dente de la considerada Corte de Justicia de centivar el libre mercado, hacer la reforma facto instaurada por Lucio Gu t i é r rez en su go- política vía Congreso Nacional, firmar el bierno), re s u l t a ron el retrato perfecto de lo que TLC, atraer la inversión extranjera28 y dis- la población había rechazado en las urnas o en tanciar la relación del país con los gobier- las calles en su momento.

28 Noboa venía desde la campaña anterior anunciando 29 “Noboa fue un candidato que evitó pronunciarse que su gobierno daría “un caramelo” a los inversionis- s o b re asuntos programáticos en varios medios” tas extranjeros eliminando el impuesto a la renta. (Quintero 2005: 138).

24 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 Elecciones presindenciales 2006: una aproximación a los actores del proceso

El 26 de noviembre del 2006 capaz de construir y soportar este tipo de “movilización”. Eran las 15h30 del 26 de noviembre del 2006 Alianza País debe asumir los riesgos de ser cuando unos aliviados y otros renuentes reci- una organización incipiente, donde las indi- bíamos la información de los exit polls realiza- vidualidades pueden rebasar al colectivo si las dos por algunas empresas de investigación. normas internas no se definen a tiempo. La Rafael Correa superaba por casi 14 puntos al organicidad es el paso siguiente. Los ciuda- 30 candidato Álvaro Noboa. danos y los colectivos que se sumaron al pro- La sorpresa de ese domingo era para el yecto de Alianza País en campaña y en las poder constituido. Noboa concentra y alinea urnas deben asumir la responsabilidad de el poder político, económico, electoral, em- acompañar y vigilar el proceso. presarial y esto parecía suficiente para ganar las elecciones. Pero el voto ecuatoriano se mo- El país vive un momento definitivo. viliza también por motivaciones de corte emocional: de afinidad o de resistencia a cua- lidades y prácticas personales, se inclina por la Bibliografía promesa de campaña que se presente más ve- rosímil, y se define esta vez por romper el Correa, Rafael, 2004, “Dolarización y desdo- orden constituido que encuentra agotado y larización: más elementos para el debate. percibe corrupto. Comentarios al dossier de Íconos 19”, en El primer discurso en los medios de comu- Íconos, Revista de Ciencias Sociales, No. 20, nicación del nuevo presidente fue una invita- FLACSO-Ecuador, Quito, pp. 84-89. ción al diálogo, un reconocimiento sensato de Bourdieu, Pierre, 1997, Sobre la televisión, que la votación que había recibido estaba Anagrama, Barcelona. compuesta del apoyo a su propuesta, pero Quintero, Rafael, 2005, Electores contra parti - también del re c h a zo a la de Noboa. El princi- dos en un sistema político de mandos, Abya pal reto de este gobierno será la instauración Yala, Quito. de la esperada reformada política vía Asamblea Minc, Alain, 1995, La borrachera democráti - C o n s t i t u yente. La primera prueba será lograr ca. El nuevo poder de la opinión pública, los consensos y aceptar los apoyos necesarios Temas de Hoy, Madrid. sin que esto signifique vaciar la reforma del Sartori, Giovanni, 1998, Homo videns. La so - contenido originalmente pro p u e s t o. ciedad teledirigida, Taurus, Madrid. El binomio electo debe partir de la consi- deración de que históricamente el voto ecua- toriano se ha manifestado como una simpatía y un apoyo en las urnas que difícilmente se ha c o n ve r tido en una lealtad a largo plazo. Gobernar con el “ciudadano empoderado, al- tivo y activo”, como rezaba la invitación de Alianza País, requiere de una organización

30 Según información oficial del TSE una vez escrutadas el 100% de las actas (36.613), Correa obtuvo 3.539.329 votos y Álvaro Noboa 2. 716.023. Se procesaron un total de 680.353 votos nulos y 70.073 votos blancos.

25 ÍCONOS 27, 2007, pp. 15-25 La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador Tough democracy: neopopulism and antipolitics in Ecuador

Julio Echeverría Dr. Ciencias Políticas, Universidad de Trento. Profesor de la Escuela de Sociología, UCE.*

Email: [email protected]

Fecha de recepción: diciembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen El artículo analiza la confluencia entre antipolítica y populismo en la última coyuntura electo- ral en el Ecuador. Se discute el concepto de neopopulismo para describir nuevas lógicas de in- termediación entre electores y ofertas políticas que no calzan en el concepto tradicional de po- pulismo. Se analizan los cambios experimentados en el sistema de partidos por efecto de la emergencia del fenómeno antipolítico. Finalmente, se delinean posibles escenarios para la co- yuntura post-electoral, en el contexto de la demanda de reforma política que permanece pen- diente desde la revuelta de abril de 2005.

Pa l a b ras clave: Democracia, partidos políticos, populismo, neopopulismo, antipolítico, Ecuador

Abstract The article analyzes the confluence of antipolitics and populism in the last electoral process in Ecuador. The neopopulism concept is discussed to describe new logics of intermediation bet- ween voters and politicians -that do not fit into the traditional concept of populism. The chan- ges in the political parties, an effect of the emergency of the antipolitical phenomenon, are also analyzed. Finally, the article draws possible post-electoral scenarios, in the context of the de- mand of political reform that remains pending since April of 2005.

Keywords: Democracy, political parties, populism, neopopulism, antipolitics, Ecuador

* Autor de La Democracia Bloqueada (1997) y El Desafío Constitucional (2006).

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 27-35 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Julio Echeverría

urante los años 1970s, se argumen- por la lógica del procesamiento selectivo que taba que la modernización del siste- supone el funcionamiento del sistema de par- D ma político que estuvo detrás del tidos. Al hacerlo, genera el espacio para la retorno al régimen democrático en Ecuador emergencia de formas neopopulistas, que pre- relegaría al populismo y a sus expresiones a sentan características de innovación frente a reliquias del pasado. Esta proyección estraté- las formas de intermediación propias del po- gica de la reforma no se ha realizado: el siste- pulismo tradicional. ma de partidos que emergió de ese diseño ins- La antipolítica irrumpe con fuerza en los titucional en alguna medida colapsó, y las años 80 y 90 del siglo pasado, aparece como elecciones de octubre de 2006 muestran más crítica a la ineficacia y corrupción de la polí- bien el fortalecimiento de expresiones políti- tica tradicional: la lógica tortuosa y de blo- cas autoritarias y populistas. queo decisional de los partidos y la ineficacia Las propuestas, estilos políticos y resulta- y corrupción de la burocracia pública, fenó- dos de estas elecciones dejan planteados algu- menos a los cuales opone, las virtudes de la nos interrogantes de cuya respuesta depende- gestión tecnocrática, de las lógicas empresa- rá en mucho el devenir de la política futura riales privadas, la espontaneidad y moralidad en el Ecuador. ¿Estamos frente a la aparición de la ”sociedad civil”, el valor de los indepen- de nuevas lógicas de intermediación entre dientes o outsiders, formas que aparecen como electores y ofertas políticas que permiten ha- legítimas en cuanto se demuestren autóno- blar del surgimiento de formas neopopulistas mas o independientes de los vínculos puestos innovadoras frente al tradicional fenómeno por los políticos y por las instituciones de la populista? La caída de adhesiones electorales representación, partidos y parlamento (Cfr. hacia los partidos mayoritarios que emergie- Mastropaolo 2000 y Echeverría 2004). ron del proceso de retorno a la democracia de El neopopulismo emerge con connotacio- los años 70, y el aparecimiento de nuevas nes de mayor espesor institucional en las elec- fuerzas políticas ¿permite hablar de un cam- ciones de octubre del 2006, en el terreno abo- bio de ese sistema de partidos? ¿Antipolítica y nado por la antipolítica; su aparición re vela el neopopulismo son dos fenómenos distintos, carácter de la crisis institucional en el Ec u a d o r. o dos aspectos de una forma de producir po- La conceptualización tanto del neopopu- lítica que se combinan y alimentan recíproca- lismo como de la antipolítica no se reduce a mente? la descripción de los rasgos personalistas del accionar político, sino que remite a construc- ciones semánticas que articulan las posturas La conexión entre antipolítica programáticas y las líneas de acción de los y populismo contendientes del proceso político, las cuales pueden devenir en verdaderas estructuras de El carácter de los enfrentamientos proselitis- régimen y de sistema político.1 tas en las elecciones presidenciales del 2006 El neopopulismo retoma elementos del puede interpretarse como resultado de la co- populismo clásico: el “pueblo” aparece como nexión entre antipolítica y populismo. La an- connotado de “virtudes morales puras y sim- tipolítica emerge como respuesta a la crisis de ples”, dotado de un “saber o razón última” a representación, pero su intervención agudiza la descomposición institucional; pre t e n d e 1 En qué medida estas construcciones discursivas pue- dan derivar en la conformación de verdaderos regí- sustituir a la representación por la expresión menes políticos, será materia de verificación hipotéti- directa de demandas y preferencias, sin pasar ca ulterior.

28 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador la cual se remite la política y que está más allá bierna un proceso, sino como acto que da de la artificialidad propia de la lógica concep- cauce a un nuevo orden (cfr. Laclau tual o intelectualista de la “política formal”. 2006:283). El neopopulismo apela a símbo- Apela a una razón intuitiva que deriva en ac- los movilizadores con capacidad de integrar la ción emocional, en adscripción incondicional multiplicidad de actores, demandas e identi- a un líder que encarna las virtudes del “pue- dades; el símbolo sustituye la lógica selectiva blo”. El populismo reduce la diferenciada propia de la representación por otra de tipo pluralidad de lo social a la lógica de la unidad agregativo, una lógica indiscriminada del tipo expresada en la categoría de “pueblo”, una atrapa todo o catch-all. construcción de universalidad en la que se El hecho paradigmático de la conexión substituye la elaboración programática deli- e n t re antipolítica y neopopulismo en el berativa por mecanismos afectivos de adscrip- Ecuador nos remite a la revuelta forajida de ción emotiva de las masas con el líder. abril del 2005, y al fracaso de ésta en su in- A diferencia del populismo clásico, el ne- tento por traducir las demandas del movi- opopulismo opone el pueblo no ya a la oli- miento en efectivas reformas del sistema polí- garquía, sino a la institucionalidad de la re- tico. La incapacidad de impulsar la reforma presentación y a su caricatura bajo la forma política tanto desde las fuerzas ciudadanas de la partidocracia. En cuanto forma de la como desde el Ejecutivo y los partidos se modernización, el populismo incorporó a las constituyó en el telón de fondo en el cual se masas excluidas a la política, antes territorio realizaron las elecciones de octubre. privativo de las oligarquías. El neopopulismo declina su proyección inclusionaria y la susti- tuye por una lógica de trasgresión y subver- Primera vuelta: la reforma sión institucional; se sirve entonces de la an- política como expediente electoral tipolítica y de su lógica de erosión de la insti- tucionalidad. La universalidad que construye En el contexto reseñado, el tema de la refor- el neopopulismo es sustitutiva de la “univer- ma política se convirtió en el eje sobre el cual salidad de la forma partido”; aparece como al- giró la campaña electoral en su primera fase, ternativa al fracaso de su lógica deliberativa y se constituyó en el referente discursivo de construcción decisional, a su incapacidad sobre el cual se definieron los resultados elec- de intermediar o canalizar demandas cada vez torales. Tanto Rafael Correa, líder de la nueva más diferenciadas. Al decaer el partido como organización Alianza País (AP), creada para “forma organizacional”, el neopopulismo enfrentar el proceso electoral, como León tiende a desconocer la “función de la repre- Roldós, expresión de la alianza entre Red sentación“ como agregación/selección delibe- Ética y Democracia (RED), su novel organi- rativa de demandas y proyecciones de realiza- zación creada con igual fin, y el partido ción en la construcción decisional. En esta di- Izquierda Democrática (ID), expresión del rección, neopopulismo y antipolítica se retro- ala social-demócrata del tradicional sistema alimentan. El neo-populismo apela a la polí- de partidos, hicieron de la reforma política su tica como acto demiúrgico y no como proce- principal campo de enfre n t a m i e n t o. so de transformación, por tanto como acción Estimulados por la lógica video-política fo- constitutiva y no derivativa; como trasgresión mentada por los medios, redujeron la com- de la que emerge un nuevo orden sin que éste plejidad del tema a pocas fórmulas de impac- haya sido prefigurado por ninguna razón pro- to emocional con las cuales se proyectaron a gramática; no como institucionalidad que go- la captura del voto de los electores.

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El escenario montado por los medios rea- como descrédito de la institucionalidad re- firmó la línea antipolítica. El registro discur- presentativa, el populismo como exaltación sivo que impulsaron algunos de los principa- de las “virtudes elementales del pueblo”. les medios de comunicación se caracterizó Probablemente a esta construcción sim- por una operación de severo juzgamiento plista y elemental se debió el hecho de que moral a la función de la representación polí- todas las propuestas de los candidatos no re- tica. El escenario que generaron se asemejaba firieran a los contenidos efectivos de la refor- a un ring en el cual todos los actores políticos ma política, los cuales seguramente nunca competían por aparecer como actores “puros” fueron pensados ni concebidos en su real di- de cualquier connotación política. Es desde mensión, sino a los procedimientos que la este campo que se formuló el slogan de la viabilizaran. Fue en este campo donde se de- anti-partidocracia, un eje discursivo que con- cidió uno de los enfrentamientos centrales de dicionaba a que todos los candidatos se cui- la primera vuelta; la postura maximalista de daran de presentarse como políticos, un re- Correa que promovía la convocatoria a una gistro que ya se ensayó en elecciones pasadas Asamblea Constituyente con plenos poderes, y que condujo a que los candidatos prefirie- desarmó virtualmente a la propuesta de ran mostrar sus mejores dotes histriónicas, su Roldós, la cual divagó en el procedimentalis- afabilidad, su “cercanía al pueblo”, al cual se mo de su convocatoria (consulta popular que caracterizó como compuesto de una multipli- seleccione temas prioritarios a ser procesados cidad de actores carentes, a quienes se ofrece por el Congreso entrante o, en su defecto, todo tipo de solución. En esta construcción convocatoria a una Asamblea Constituyente). mediática, el pueblo aparece como un objeto La alianza de este último con un partido puro, hecho de virtudes simples, connotado comprometido con la “vieja partidocracia”, de una moral incontaminable y positiva, un fue suficiente para desbaratar la estrategia de pueblo engañado por los políticos y presto a Roldós y relegarlo a un cuarto puesto de las entregarse a líderes que, como él, son puros e preferencias electorales. i n c o n t a m i n a d o s . 2 La antipolítica apare c e Pero mientras esta línea de enfrentamien- tos en el campo de la centroizquierda se re- solvía a favor de Correa, otra línea de conflic- 2 El registro discursivo de referencia en esta construc- ción mediática es el de la anticorrupción, la cual apa- to se venía configurando, solamente que per- rece como arma afilada para arremeter contra la polí- manecía oculta por el registro discursivo de la tica y los políticos, a los cuales se denigra por su res- reforma política: era la línea que oponía a ponsabilidad en la degeneración de la vida pública. Correa y su organización Alianza País con las En esta construcción semántica, la corrupción apare- ce como degeneración moral y no como efecto-causa fuerzas neopopulistas del PRIAN, partido de de la des-institucionalización generalizada. Una cons- Á l v a r o Noboa, y del Pa r tido So c i e d a d trucción semántica que es administrada y explotada Patriótica, partido de los hermanos Gutiérrez. por el poder mediático, el cual aparece como abande- rado de la democracia, entendida a su vez de manera Es entonces cuando emerge la verdadera con- simplista, reducida a la caricatura de la participación frontación entre antipolítica y populismo, sin cortapisas, de su horizontalidad. El pueblo como una confrontación que se instala como regis- encarnación del bien, como depositario de la sabidu- ría a la cual hay que acudir, cuya voz hay que escu- char. Los medios y sus altoparlantes o conductores de opinión que registran con precisión estadística la cali- opinión como los sacerdotes del culto democrático, ficación implacable de ese pueblo sujeto a sondeos se- aquellos que conducen la aparición en la escena, los manales. Sobre la función de los medios y el papel de que juzgan y sancionan las virtudes de los candidatos los sondeos de opinión en los procesos electorales, que desfilan por los sets televisivos y por las cabinas de véase la ya clásica aproximación al tema presentada la radio. Todos expuestos al ardid de las encuestas de por G. Sartori (1998).

30 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador tro dominante al finalizar la primera vuelta El nexo antipolítica-populismo funcionó electoral y cuya articulación compleja aconte- de otra manera en el caso de Rafael Correa y cerá durante la segunda vuelta. Una línea de su organización Alianza País. A pesar de la atracción-repulsión entre antipolítica y popu- alta formación profesional del líder como de lismo que luego se afirmará como una perfec- la de su equipo cercano de campaña, y quizás ta equivalencia funcional. La antipolítica des- por un excesivo sesgo economicista, la orien- peja el campo para la emergencia de la oferta tación de la campaña no logró identificar con populista. El populismo emerge aquí como claridad el fenómeno antipolítico y se convir- apelación directa al pueblo, sin la intermedia- tió en uno de sus principales impulsores. La ción representativa de los partidos, y aparece p r opuesta refundacional de la Asamblea bajo dos versiones: a) la de la oferta clientelar Constituyente con plenos poderes profundiza y demagógica dirigida a dar respuesta a las ca- la línea antipolítica de impugnación a la re- rencias de una población que bordea los lími- presentación; el llamado a la anulación del tes de la supervivencia (“ofrezco construir voto para la elección de diputados que apare- 300.000 viviendas al año”, A. Noboa); o b) ció exitosa en la acumulación de adhesiones como operación demiúrgica de refundación para la elección de Presidente en la primera institucional bajo la idea de una “Asamblea vuelta, generó en cambio un efecto de vacia- Constituyente con Plenos Poderes” (“ofrezco miento de poder de estas fuerzas en la inte- b a r rer con la p a r t i d o c ra c i a c o r ru p t a”, R. gración del Congreso. Correa se volvió el Correa). abanderado de la anti-partidocracia sin perci- Los perfiles diferenciadores entre antipolí- bir que esa línea reforzaba el registro antipo- tica y neopopulismo casi se confunden al ana- lítico del cual usufructuaban y medraban las lizar el carácter de las dos propuestas discursi- fuerzas populistas emergentes, el PRIAN y el vas; sin embargo, el énfasis antipolítico carac- P S P, sus principales opositores políticos. teriza con más precisión a la línea de Correa, Alianza País logró barrer a la partidocracia del mientras la postura de Noboa reactualiza una viejo piso institucional, pero preparó el terre- expresión de populismo arcaico de corte reli- no para la consolidación de estas nuevas fuer- gioso3. El ritual de la oferta populista en zas emergentes, de dudosa vocación democrá- Noboa es funcional a su estrategia de copa- tica: el Partido Sociedad Patriótica, organiza- miento institucional de la legislatura, cuyo ción en la que la política democrática es subs- desmantelamiento resultaba de la operación tituida por la disciplina jerárquica de la lógi- antipolítica. ca militar de la cual proviene, y el Partido Renovador Institucional Alianza Nacional, 3 Álvaro Noboa apela en sus presentaciones públicas a donde el líder hace las veces de gerente-pro- una visión religiosa descendente en su concepción del pietario, y la opinión de las bases tiene el poder: aparece como intermediario entre el pueblo y mismo peso que tendrían los obreros de una la divinidad, como aquel que se dirige al cielo para plantación bananera. transmitir las plegarias y los deseos de su pueblo, y al cual regresa con dádivas y limosnas. Sus ofertas de po- lítica pública aparecen como obras extraordinarias di- rigidas a satisfacer las carencias más inmediatas y ele- Segunda vuelta: triunfo de la mentales del pueblo. El carácter arcaico de su apela- ción populista radica en que replantea el mecanismo antipolítica y el populismo de legitimación del poder. Si el populismo clásico apela a la voluntad del pueblo como referente de legi- La dureza del enfrentamiento entre actores timidad alternativo al de la “legitimidad por gracia di- vina”, el populismo arcaico de Noboa postula una ra- del espectro de centroizquierda no permitió dical regresión semántica y discursiva. advertir el avance de las nuevas fuerzas emer-

31 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 Julio Echeverría gentes en el campo de la derecha y del popu- bio total e inmediato no apenas éstos, líder y lismo. El resultado electoral de octubre del vanguardia, accedan al poder identificado 2006 sorprendió a muchos, no solamente con la jefatura del gobierno. Su concepto de porque la victoria anunciada de Alianza País y democracia activa una visión asamblear y di- de Correa no se produjo, sino porque junto a recta, de aguda desconfianza a toda lógica re- la victoria del PRIAN de Álvaro Noboa, apa- presentativa y delegativa. reció en tercer lugar y con una votación ma- Arrasado el campo de la representación y yoritaria en 13 provincias del país el Partido copado por las nuevas fuerzas emergentes, el Sociedad Patriótica liderado por Lu c i o eje de las confrontaciones se ubica en un Gutiérrez, ex-presidente defenestrado por el campo discursivo en el que se dirimen estra- “Movimiento Forajido” de abril del 20054. tegias populistas. La estrategia de Correa ne- La estrategia de Correa demostró gran ca- cesariamente debía modificarse en la segunda pacidad de arrastre electoral porque hizo suya vuelta; su programa maximalista cedió ante el la demanda antipolítica que se venía refor- pragmatismo de las ofertas de su contrincan- zando desde los años 90, y que no pudo ser te; la propuesta de Asamblea con plenos po- revertida por los intentos fracasados de refor- deres admitió la posibilidad de algún tipo de ma política desde abril del 2005. En ese en- acotamiento temático previo, el cual podía tonces ya se produjo una peculiar transforma- construirse en la misma convocatoria a la ción discursiva en el debate político. La de- eventual Asamblea Constituyente; la radical manda ciudadana de institucionalización negativa a la negociación del TLC con los frente al poder arbitrario de Gutiérrez, con la EEUU dejó abierta posibilidades de negocia- cual emergió el movimiento forajido, fue re- ción; las ofertas puntuales calcaron el método significada por el discurso refundacional, que impuesto por Noboa: también Correa acudió recuperaba el sentido de la impugnación que al ofrecimiento de viviendas y de incremento durante los años 90 impulsó el activismo so- de subsidios, si bien en sus propuestas es re- cial liderado por el movimiento indígena. conocible una mayor dosis de racionalidad y Una modificación discursiva que reapareció de respeto a los vigentes mecanismos institu- en la campaña electoral en la fórmula de la cionales de la administración publica5. anti-partidocracia. El radicalismo de Rafael Correa y Alianza País es de signo opuesto al 5 La deriva hacia el pragmatismo de las ofertas electora- que impulsan el PRIAN y Sociedad Patrió- les que caracterizó a la segunda vuelta electoral, refle- tica: se remite a las posturas de la izquierda de ja la preeminencia de la oferta demagógica, la cual no se detiene a medir su efectiva viabilidad institucional los años 60, de claro corte anti-institucional, y financiera. La propuesta de “construir 300.000 vi- que mira la transformación como un acto de- viendas al año” impulsada por Noboa, si bien no miúrgico dirigido por un líder y un “grupo de puede resistir un elemental análisis de viabilidad fi- escogidos” o vanguardia, que canaliza una nanciera e institucional, es perfectamente congruente con su discurso populista arcaico de tintes religiosos; amalgama de fuerzas populares hacia el cam- el impacto que logra en las masas es directamente pro- porcional al carácter “extraordinario” de su oferta y se 4 Los resultados de las elecciones de octubre perfilan al asemeja más a la dádiva milagrosa que a una efectiva PRIAN y al PSP como efectivos instrumentos de una propuesta de política pública. En el caso de Correa, la agresiva estrategia de copamiento institucional. Los composición antipolítica de su discurso es congruen- datos oficiales los confirman como organizaciones te con un modelo de democracia directa propia de las mayoritarias y representativas del conjunto de las pro- posturas insurreccionales de la izquierda de los años vincias del país, con un bloque legislativo de 28 dipu- 60, poco atenta a la promoción y defensa de las insti- tados en el caso del PRIAN y de 25 en el caso del PSP, tuciones de la democracia representativa; su propues- de un cuerpo de 100 legisladores que integran el ta de “Asamblea Constituyente con plenos poderes” Congreso Nacional. en alguna medida acude también al carácter “extraor

32 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador

En este tema es quizá donde aparece con tan a sustituir a las fuerzas que antes integra- más claridad los efectos de la lógica populis- ban el sistema de representaciones. Las fuer- ta: el populismo enfatiza el acceso al poder y zas mayoritarias del sistema de partidos que se despreocupa de la gestión de gobierno; las ha hegemonizado durante los últimos 26 propuestas electorales tienen como horizonte años de vigencia de la institucionalidad de- la llegada al poder, no importa si luego las mocrática están cediendo el paso a nuevas or- ofertas son realizables. En este caso, el popu- ganizaciones, tanto en el campo de la derecha lismo retroalimenta el desarreglo institucio- como de la izquierda. La radicalización de nal propio de la antipolítica, al desbaratar posturas que caracterizó al evento electoral cualquier racionalidad y corroer el piso de condujo a un efecto de polarización en el cual sustentación de lo que será la propuesta pro- casi desaparecen las posturas que se remitían gramática ya como mecanismo de gobierno. al centro político y que en alguna medida La necesidad de mantener las ofertas de cam- aparecían como defensoras de la instituciona- paña desarticula cualquier racionalidad de lidad política creada a partir de la redemocra- gobierno, lo que puede conducir a bruscas ca- tización de los años 70. ídas de legitimidad, o en su defecto, a la ins- Emerge una nueva derecha populista, ar- tauración de mecanismos clientelares y auto- mada de una simplista visión de restricción y ritarios para la reproducción de lealtades po- reducción de la intervención del Estado en el líticas, donde el pueblo aparece como masa mercado y de apertura sin cortapisas hacia los de maniobra útil para la reproducción del ré- mercados globales, que combina empresaria- gimen populista. do y religiosidad y que añade a estos ingre- dientes un radical alineamiento “anticomu- nista”, para oponerse, ya en la línea de la geo- Quiebre y recomposición del sistema política latinoamericana, al eje Castro - de partidos Chávez-Evo Morales, al cual parecería adscri- birse Rafael Correa y su organización Alianza El futuro de la política ecuatoriana es incier- País. A esta línea de reemplazo de la derecha to. El resultado electoral de noviembre prea- tradicional, particularmente de la derecha so- nuncia escenarios cargados de enorme com- cialcristiana, mediante la emergencia del plejidad. La lógica de gobierno aparece escin- PRIAN6, se añade la conformación de la otra dida y fragmentada en su articulación institu- fuerza que completa el espectro del neopopu- cional. La composición mayoritaria de las lismo, el Partido Sociedad Patriótica, el cual fuerzas políticas que integran los órganos de poder, el Ejecutivo y el Legislativo, permite 6 Si bien Noboa, en una línea antipolítica, incluyó en prever la configuración de duros enfrenta- su discurso la crítica a la partidocracia (entendiendo mientos entre los actores políticos. por ello a los partidos tradicionales que emergieron de la redemocratización de los años 70, en particular a El resultado electoral nos revela la emer- sus principales fuerzas PSC e ID), siempre basó su es- gencia de nuevos actores políticos que apun- trategia de acceso al poder en una operación de pene- tración en las estructuras institucionales, en particular en las representativas, a través de la creación de un dinario” de la oferta política, al generar la ilusión de nuevo partido formado entre los resquicios dejados una refundación del país a partir de los resultados que por la vieja partidocracia. Ya en las elecciones de podrían derivarse de su integración y funcionamien- 2004, el PRIAN fue el partido que presentó la mayor to; también en este caso la recurrencia a los plenos po- cantidad de inscripción de listas a nivel nacional, gra- deres evoca la fórmula de la plenaria potestas, sola- cias a la capacidad de inversión económica del Grupo mente explicable en el marco de las formas teológicas Noboa, la más grande fracción del capital primario de legitimación del poder. exportador de la economía ecuatoriana.

33 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 Julio Echeverría p resenta también, bajo la figura de su apuntan a consolidar su presencia política y “Presidente Vitalicio” (Lucio Gutiérrez), una hacer del triunfo electoral su plataforma de línea semejante de copamiento territorial del crecimiento y desarrollo político. Para las poder, inspirado en una clara operación de es- fuerzas neopopulistas, la trinchera parlamen- trategia militar. taria es el terreno para esa consolidación y la En el lado opuesto aparece Alianza País modalidad del chantaje al Ejecutivo puede ser con un perfil de claro corte antipolítico, for- el mejor mecanismo de esta estrategia. Esto mado en una línea de fuerte desconfianza al ya se evidenció en la postura del PSP, que sistema de representaciones, contradictor ra- evitó desde un inicio pronunciarse por una dical del régimen de partidos frente al cual adhesión a ninguna de las candidaturas fina- desató una arremetida frontal. Inspirado en la listas en la segunda vuelta electoral. experiencia de lógicas participativas propias La masiva votación hacia Correa y su or- del activismo social y del movimentismo de ganización Alianza País en la segunda vuelta los años 90, mantiene una estructura de mo- electoral, podría favorecer una línea de duros vimiento, más que de partido; en la coyuntu- enfrentamientos cuya no resolución, de no ra electoral desdeñó la representación en el mediar la consecución de acuerdos, conduci- Congreso por identificarlo con la “partidocra- ría a una nueva coyuntura de desestabiliza- cia”; una medida que, como ya lo advertimos, ción democrática que ponga nuevamente en permitió el reforzamiento de sus opositores riesgo el desarrollo político del país. neopopulistas en la legislatura. La posición del candidato triunfador ¿Esta el Ecuador frente a una reconfigura- Rafael Correa y su organización Alianza País ción del sistema de partidos? ¿Es factible en- aparece seriamente comprometida. La consig- trever la generalización de nuevas lógicas de na de “Asamblea Constituyente con Plenos intermediación entre masas y campo decisio- Poderes”, y el llamado a “anular el voto” para nal, que pudieran derivar hacia la configura- la representación parlamentaria, en el enten- ción de estructuras de régimen de tipo neo- dido de que apenas en el poder se constituiría populista? El resultado electoral, tanto en la la Asamblea y los diputados elegidos para el primera como en la segunda vuelta, premia a Congreso serían destituidos por ésta, comple- las posturas antipolíticas y neopopulistas. Sin tó su línea antipolítica. No sólo no advirtió embargo, entre estas fuerzas se instaura un es- que el ataque a los partidos tradicionales y su cenario de duras confrontaciones que prea- debilitamiento, así como su renuncia a pre- nuncia una reedición de los conflictos y blo- sentar candidatos a diputados, permitía tras- queos entre ejecutivo y legislativo que carac- ladar vacíos de votación a sus oponentes, sino terizaron al tradicional sistema político. La que, en el caso de un eventual triunfo de su contundente victoria de Correa y de Alianza candidatura, tendría nuevamente que lidiar País en la segunda vuelta electoral aparece con el procedimentalismo electivo e impedir como un importante obstáculo a la deriva ne- el acceso a la eventual Asamblea no sólo a los opopulista a la cual parecía proyectarse el ré- actores pertenecientes a la vieja partidocracia, gimen político si la victoria hubiera sido del sino también a los nuevos actores emergentes. candidato Álvaro Noboa y de su partido el El carácter de la postura política de PRIAN. El escenario político permanece por Alianza País le conduce a una difícil disyunti- tanto abierto, y la confrontación entre anti- va: o asume el sendero de la confrontación política y neopopulismo parecería configurar- con las nuevas fuerzas emergentes para im- se como la que caracterizará a la coyuntura pulsar las posturas más radicales de su pro- política en el plazo inmediato. Ambas fuerzas grama político, o desarrolla una postura de

34 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 La democracia difícil: neopopulismo y antipolítica en Ecuador

“reforma pactada” con las fuerzas parlamenta- líneas, que parecen convivir en la coalición de rias que permita impulsar un programa de re- Correa y que refleja su doble conformación formas acotadas y los elementos básicos de un como actor electoral y como actor de gobier- programa reformista de gobierno. En el pri- no, parecería residir la posibilidad de su su- mer caso, estaríamos frente a la radicalización pervivencia política. Por otro lado, parecería de su inicial postura de desconocimiento de ser también la única posibilidad de sobrevi- la institucionalidad, lo que se traduciría en el vencia del sistema democrático y de las insti- intento de convocatoria a la Asamblea tuciones del Estado de derecho en el Ecuador. Constituyente por fuera de las instituciones y de los procedimientos previstos constitucio- nalmente. Una línea de ruptura que significa- Bibliografía ría la instauración de un escenario de agudas confrontaciones y de inestabilidad política Ma s t ropaolo, A., 2004, “Antipolítica, la que podría poner en riesgo nuevamente la mucca pazza della democrazia”, en continuidad del desarrollo político democrá- Meridiana, Rivista di Storia e Scienze tico del país. Sociali, Torino, novembre. La línea reformista supondría, en cambio, Echeverría, J., 2004, “La postpolítica y la an- recorrer el complejo camino de reposicionar t i p o l í t i c a”, Revista Te n d e n c i a, Qu i t o , la propuesta programática sin que ello con- Febrero. duzca a alejarlo de sus bases de apoyo y sin Laclau, E., 2006, La razón populista, FCE, que ello signifique, por tanto, una brusca México. caída de su legitimidad como actor de go- Sartori, G., 1998, Homo Videns. La sociedad bierno. En el adecuado manejo de estas dos teledirigida, Taurus, Madrid.

35 ÍCONOS 27, 2007, pp. 27-35 Los movimientos políticos locales en el escenario electoral Local political movements on the electoral scenario

Marie-Esther Lacuisse Estudiante doctoral de Ciencia Política, Centre d’Etudes de Relations Internationales, Paris

Email: [email protected]

Fecha de recepción: noviembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen: El artículo analiza la participación de los movimientos políticos locales en las elecciones en Ecuador. A diferencia de otros países, como Perú, donde los movimientos políticos locales y re- gionales hacen parte de la vida política desde los años 80 y tienen una fuerte representación desde los años 90, en Ecuador surgieron en la escena política en 2000, cuatro años después de la apertura del sistema electoral a los movimientos independientes. Mientras su representación es territorialmente desigual e inestable, en parte, por causas institucionales, su participación sigue en aumento. Esta paradoja entre representación y participación se convierte en un indi- cador significativo del proceso político en Ecuador, sobre todo en este año de elecciones, donde un candidato de un movimiento político independiente nacional ganó las elecciones presiden- ciales.

Palabras clave: movimientos políticos independientes, partidos políticos, posición anti-sistema, sistema de agregación, oportunidades políticas

Abstract: This article analyzes the participation of local political movements in the electoral process in Ecuador. Unlike other countries such as Peru, wherein local and regional political movements have been inserted into political life since the eighties, gaining a strong level of representation from the nineties onwards, in Ecuador they stepped onto political stage in 2000, four years after the electoral system had been opened up to political and independent movements. While its representation remains geographically uneven and unstable for partly institutional reasons, its participation keeps growing. This paradox between levels of representation and participa- tion is becoming a meaningful indicator of the ongoing political process in Ecuador, especial- ly in a year of election, where a candidate from a national independent political movement won presidential elections.

Keywords: independent political movement, political parties, anti-system position, aggregation system, political opportunities

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 37-45 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Marie-Esther Lacuisse

os movimientos políticos locales per- constitucional de 1998, que promocionó la tenecen a lo que el Tribunal Supremo democracia local para alejarse de los conflic- L Electoral (TSE) denomina como los tos del gobierno central. “ Movimientos políticos independientes” Esta observación me condujo a analizar (MPI). Agrupan a organizaciones nacionales durante un año algunos movimientos locales como Pachakutik o Alianza País, así como a que habían ganado escaños o alcaldías, para otros provinciales y cantonales (locales). La de esta manera conocer el origen de sus acto- Ley de partidos políticos de 1979 prohibió las res y los motivos de creación de estas organi- alianzas y candidaturas de independientes zaciones1. Dentro de un trabajo amplio se para consolidar el sistema de partidos, pero trató de destacar la significación de estos mo- en 1994 -en un contexto de crisis política- el vimientos en relación con las arenas políticas sistema electoral se abrió a los movimientos creadas por los partidos en las diferentes re- políticos independientes y a las alianzas. giones, y explicar el juego de oportunidades Para las elecciones de 1996, el políticas que ha favorecido su emergencia. Movimiento Unidad Plurinacional Pachaku- Respecto al escrutinio de concejales en el tik Nuevo País emergió en la escena nacional. 2006, un hecho resulta todavía más revelan- Pero es únicamente a partir del año 2000 que te: la diferencia entre su tasa de participación los movimientos locales, sobre todo cantona- y de representación. La tasa de participación les, empezaron a ganar representación y se de estos movimientos nunca fue proporcional multiplicaron. El único rasgo común que tie- a su representación desigual, fluctuante e nen estos movimientos (que se presentan inestable. Sin embargo, en este año la dife- como organizaciones alternativas a los parti- rencia se incrementó, al tiempo que Rafael dos), es el de haber ganado una representa- Correa, candidato de un movimiento nacio- ción exclusiva en la Sierra y el Oriente. Su nal independiente, ganó las elecciones presi- tasa de participación es, sin embargo, igual en denciales. El análisis de estos movimientos las tres regiones. Si en el caso de Pachakutik puede revelarse como un interesante indica- esta exclusividad se explica por la concentra- dor del proceso político. El aumento de par- ción de población indígena en las dos regio- ticipación coincide con el rechazo creciente nes, el desarrollo de los movimientos locales hacia los partidos políticos evidenciado en la responde a otra lógica que tiene que ver con elección del outsider a la presidencia. También la crisis de 1999 y, más allá, con la reforma se debe considerar, en relación al escrutinio presidencial y legislativo del 2006, cómo se Cuadro 1: Participación de los MPI a las elecciones desde 1996 ubican estos movimientos en el escenario electoral nacional y el peso que puedan tener. Hay entonces un interés por analizar lo que significa su participación, tanto por explica- ciones institucionales del tipo de liderazgo que proponen, así como la evolución de su peso electoral.

1 Este análisis se basa en la tesis de maestría: “Organizaciones alternativas a los partidos políticos: los movimientos independientes en Ec u a d o r” , Sciences-PO Paris, y auspiciada por FLAC S O - Fuente: TSE. Elaboración propia Ecuador, 2005-2006.

38 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Los movimientos políticos locales en el escenario electoral

Un producto del sistema 1998. De la misma manera que la apertura del sistema a los independientes fue una Para comprender la emergencia de estos mo- forma de introducir la fuerza de oposición a vimientos es necesario entenderlos, en primer los partidos para reducir su acción, la promo- lugar, como un producto del sistema ya que ción de la democracia local es otra estrategia en el escenario político ecuatoriano, las elec- para alejar la protesta nacional hacia los go- ciones seccionales han ganado importancia biernos seccionales. desde las reformas constitucionales de 1998. La Constitución de 1998 es la prolonga- La Constitución reforzó la autonomía funcio- ción de un proceso inaugurado con la prime- nal asociada a la ley del 15%2, a la vez que ra gran protesta indígena en 1990, seguido promulgó una desconcentración de las fun- por la elección de Sixto Durán Ballén y de su ciones del Estado con miras a emprender una consulta sobre las modalidades de participa- descentralización progresiva. A pesar de tener ción electoral. En ese caso, hubo un proceso problemas de eficiencia, estas leyes han pro- de reforma ligado a lo que Sydney Tarrow vocado un aumento en la participación de or- llama las “oportunidades políticas”. A partir ganizaciones políticas locales en las elecciones del caso de la apertura del sistema ruso en seccionales. 1987, con la llegada al poder de Gorbatchev, La participación masiva de los MPI al Tarrow demuestra que la acción colectiva de nivel local durante el proceso electoral del organizaciones sociales o movimientos políti- año 2000 no señala una continuidad con la cos no está relacionada -en un primer mo- emergencia de Pachakutik en las elecciones de mento- a sus niveles de recursos y su estruc- 1996, que fue el primer MPI en ganar repre- turación, sino más bien a la vulnerabilidad sentación y que ahora pertenece al sistema de del poder mismo, caracterizado por cinco va- partidos. Los dos procesos tienen por único riables determinantes (grado de apertura del punto común una representación exclusiva sistema, división de las elites, búsqueda de en las regiones de la Sierra y el Oriente. aliados influyentes, nivel de represión y la es- Pachakutik fue el resultado político de la ac- trategia empleada para doblar la oposición). ción colectiva de la CONAIE, mientras que En este marco, el concepto de oportunidades los numerosos movimientos que surgieron en no se limita a aquellas disponibles para oposi- el 2000 se entienden más bien como un efec- ción, sino que incluye también a las de las eli- to de las reformas de 1998. El éxito del mo- tes, ya que “los movimientos no se aprove- vimiento Unidad Plurinacional Pachakutik chan únicamente de las oportunidades dispo- Nuevo País en las elecciones de 1996, segui- nibles, las crean por otros que inician otras do de su acción por la destitución de Abdalá formas de acción” (Tarrow 1999: 117). En el Bucaram, abrió ciertamente un nuevo refe- caso de Ecuador, los partidos recuperaron rente para la sociedad civil. Sin embargo, fue- fuerza de acción en 1997 para conducir la ron los partidos políticos tradicionales los que Constituyente, pero abrieron paso a la parti- m a n e j a ron la Asamblea Constituyente de cipación de los MPI. Los debates sobre descentralización en la Asamblea Constituyente de 1998 eran reflejo 2 La ley del 15%, aprobada en marzo 1997, contribuyó a adjudicar un presupuesto fijo a los gobiernos loca- de la voluntad de los movimientos políticos les. Corresponde a la distribución del 15% del presu- nacionales presentes ahí, pero también a la de puesto nacional entre gobiernos provinciales y muni- los partidos de derecha (PSC y DP). Ahí se cipalidades: 75% es asignado a las municipalidades, un 20% a los gobiernos provinciales y queda un 5% tomó la decisión, además de la ley del 15%, para un fondo de emergencia. de acabar con el CONADE, organismo de la

39 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Marie-Esther Lacuisse planificación nacional, y de reforzar los órga- descarga de unos cuantos líos, ya que la opo- nos de planificación provincial y cantonal, a sición se encamina directamente al munici- la vez que el doble régimen se mantendría pio. En el caso de Píllaro, por detrás de la re- (cfr. Carrión 2003). Esta posición puede ser belión se descubre un intento de los partidos considerada como una estrategia de parte de políticos por recuperar al cantón. En las últi- los partidos tradicionales mayoritarios con mas elecciones, el MIP no logró escaños de miras a limitar la protesta al nivel nacional, al concejales (en 2004 obtuvo 3), mientras que cargar a los gobiernos locales de más respon- el PSP ganó 2 escaños sin haber tenido repre- sabilidad. También las restricciones aproba- sentación anterior. Las nuevas reglas del siste- das al poder legislativo forman parte de este ma político han favorecido la emergencia de proceso de deslegitimación de las demandas estos MPI y la extensión de la inestabilidad de transformación social que apuntaban a in- política a este nivel de gobierno. crementar el rol de la ciudadanía en las deci- siones políticas. Tarrow (1999) expone que un estado centralizado ofrece una ventaja a La evolución del peso electoral los disidentes al presentarse como “un campo de los movimientos locales de batalla único”, mientras que el federalismo multiplica los terrenos. Para nada el Ecuador El cuociente electoral elaborado por el TSE se entenderá como un estado federalista o en el 2004, calculado a partir de los resulta- efectivamente descentralizado (el proceso está dos de elecciones pluripersonales, indica que significativamente bloqueado), pero el meca- los MPI no lograron sobrepasar el 5%. Sin nismo operado ha favorecido la implantación embrago, hay dos elementos que deben to- de una nueva manera de hacer política a nivel marse en cuenta para mostrar que su repre- local y de formas alternativas de acción de sentación no es tan insignificante. En primer parte de la sociedad civil. La Constituyente lugar, la representación de los MPI locales legitimó también la creación de juntas parro- varía de acuerdo a las regiones en el seno del quiales con miras a democratizar las zonas ru- sistema de partidos. En la Costa, los MPI lo- rales. La crisis de 1999 acentuó el proceso y cales tienen una representación nula, mien- desencadenó al mismo tiempo la inestabili- tras que alcanzaron un 8% en la Sierra y un dad del gobierno central. Desde hace poco 12% en el Oriente en las elecciones de alcal- tiempo, se percibe una multiplicación de los de del 2004. Este hecho tiene que ver con la focos de rebelión local, en particular al nivel fragmentación política, que es mucho más de los cantones. El mediatizado caso de importante en las dos últimas regiones3. Por Chone por falta de control del sistema finan- otra parte, los movimientos locales, provin- ciero fue ejemplar, pero este tipo de rebelión ciales y cantorales lograron 25 alcaldías en el local alcanzó también un cantón gestionado 2000 contra las 4 de 1996. En el 2004 la cifra por un MPI: en abril del 2006, el alcalde de ascendió a 37. Al mismo tiempo, surgió el fe- P í l l a ro, líder del Movimiento Píllaro nómeno de alianzas entre estos movimientos Independiente (MIP), sufrió una derrota no locales llamados “independientes” y los parti- constitucional por causa de la aplicación de la dos políticos. De las 25 alcaldías, 12 fueron ley de aumento del impuesto local que se victorias en alianza con partidos políticos y el había aprobado unos meses atrás. Y es que en Ecuador los gobiernos seccionales son libres, 3 En el 2002 el número efectivo de partidos de la sierra era de 7,9 y de 3,6 en la costa. Elaboración a partir de hasta cierto punto, de decidir su política tri- los datos el TSE con la fórmula de Laasko y Taagepera butaria; de esta manera, el gobierno central se (1979).

40 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Los movimientos políticos locales en el escenario electoral fenómeno aumentó en el 2004 en un 70%. Cuadro 2: Candidatos de MPI a alcaldes electos, 1996-2004 La misma tendencia se percibió en las elec- ciones de concejales del 2004, donde de 84 electos un 66% fue en alianza. Los partidos que hicieron más alianzas con estos MPI son el PSP (49 ganadoras) y la ID (11). En el 2006 su representación parece declinar. Sin analizar los resultados completos y solamente refiriéndose a los MPI analizados anterior- mente (ver cuadro 3), la representación supe- rior que poseían fue recuperada por los dos partidos informales PSP y PRIAN. Los que Fuente: TSE. Elaboración propia han mantenido su representación son los mo- vimientos provinciales más vinculados con el sistema político (el movimiento TD en males, el PRIAN y el PSP, los ganadores de las Carchi y el ARE en Loja). La reducción del elecciones seccionales del 2006. Por ejemplo, 2006 tiene, sin embargo, explicaciones racio- en el caso del cantón Baños, donde participa- nales que ya se identifican en el caso de ron dos MPI, la votación nominal fue supe- Píllaro. rior a la votación en plancha. La aplicación de La participación creciente de los MPI un método de repartición exacto de los votos desde el año 2000 demuestra que la sociedad nominales habría acordado un escaño adicio- civil se organiza a nivel local para controlar nal al Movimiento Unión Bañena asociado a por sí misma la gestión de su cantón, con el Alianza País y al movimiento MCNP de fin de alejarse de los partidos. Esta observa- Tungurahua. ción tiene correlación con el incremento del Las alianzas que desfavorecen a los MPI sentimiento anti-partidista que se desarrolló locales en términos de representación electo- en la sociedad ecuatoriana. Sin embargo, tres ral fueron activadas por los partidos politicos. resoluciones aprobadas por el Congreso y el Esta práctica tiene que ver con la no rehabili- TSE, es decir los partidos tradicionales, in- tación de la agenda electoral de las elecciones tentaron poner límites al avance de los MPI seccionales por la Constituyente (que a partir locales. La consulta popular de 1997, que de allí se ejecutan a la mitad del periodo pre- permitió aprobar una reforma del escrutinio sidencial y legislativo). Las elecciones locales de un sistema de voto por lista a un voto no- intermediarias no tienen la misma incidencia minal, por lista o entre lista (Constitución en los sistemas consolidados que en los siste- 1998: art. 99), fue cambiado en la segunda mas inestables. En el segundo caso no consti- codificación de la ley de elecciones publicada tuyen un indicador de confianza y tampoco en julio del 2000. Se agregó en las papeletas preventivo. Respecto a la movilización electo- un casillero que otorgaba la posibilidad de ral que generan las elecciones seccionales, voto por lista (o en plancha), que desfavorece como lo mencionaba ya Simón Pa c h a n o a los MPI. De la misma manera, el método (1998), la independencia de los dos escruti- ponderado de repartición de escaños, que re- nios, nacional y local, permite a los partidos valoriza el voto en plancha, no favorece a conducir alianzas con organizaciones políti- estas organizaciones. Esta reforma sostenida cas sin comprometerse a nivel nacional. por los partidos tradicionales tampoco resul- Algunos partidos no se pliegan, sin embargo, tó exitosa para ellos. Son los partidos infor- al juego de las alianzas, sea porque cuentan

41 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Marie-Esther Lacuisse con una base electoral consolidada, como el para candidaturas a consejeros y concejales. PSC, o sea porque, como el PRIAN, han En el Guayas, el Movimiento Blanco no pro- construido su estrategia de campaña sobre puso candidatos en estas elecciones y dio su candidaturas endógenas (o sin alianza). apoyo a Alianza País. Tampoco todos los MPI son favorables a las A pesar de que los MPI locales perdieron alianzas. A partir del análisis del cuadro 3 en representación en el último escrutinio, su el cual se presentan 8 MPI locales, cuatro participación no ha dejado de aumentar. En p rovinciales y cuatro cantorales, elegidos comparación al 2002, hubo 14 MPI suple- sobre criterios cuantitativos y cualitativos4, se mentarios que participaron, tanto en la Costa puede observar que son los movimientos pro- como en la Sierra, lo cual contrasta con su re- vinciales los que practican las alianzas, a pesar presentación diferenciada en las dos regiones. de las elecciones de renovación de concejales La mayoría de los MPI locales y provinciales (de minorías). Las alianzas se convierten, se renuevan cada cuatro años por no cumplir tanto para los partidos como para los MPI, en con la ley del 5% de representación según la un juego de negociaciones. No hay interés en circunscripción en la cual participan. Los que crear una alianza antes de que el gobierno no logran un cuociente suficiente reaparecen central se defina. A pesar de la crítica a las ins- con los mismos actores bajo otros nombres, tituciones centrales desde lo local, movimien- es decir se fusionan con un movimiento más tos cantonales multiplicaron alianzas con el importante, es el caso del Frente Cívico de partido de gobierno en el 2004 para tener Tungurahua que se asoció al MCNP, otro una relación directa. Habrá que verificar si movimiento local. Este ejemplo deja una ex- esta práctica prosigue o si el hecho de que el cepción porque a nivel local como nacional PSP estuviera en el poder fue determinante los actores prefieren valorizar su candidatura en la multiplicación de alianzas, por falta de a la fuerza de grupo. Los movimientos canto- base electoral en el 2004. Tampoco se puede nales en este marco tienen más candidatos descartar que la red que construyó el partido electos que los provinciales. Parece que hay con estas alianzas pueda en parte explicar su poca posibilidad en el contexto político ac- éxito a nivel local y nacional en el 2006. tual para que se conforme una red de estos Según esta lógica, el escrutinio local del 2006 movimientos alrededor de una agrupación confirma que los movimientos provinciales y única luego de las elecciones presidenciales cantonales han conformado un apoyo ideoló- (donde cada uno conserva su “localismo”). gico a Rafael Correa, porque en la Sierra hubo alianzas entre ellos y Alianza País. Estos movimientos, cuya posición es mayoritaria- ¿Qué tipo de liderazgo? mente anti sistema, en el sentido de Sartori (1980), a pesar de no tener representación se La estructura organizacional de los MPI es convierten en una base electoral importante. baja y su nivel de imbricación está fragmen- Correa se apoyó sobre este relevo electoral tado. La línea de demarcación sostenida es la para su campaña. En las provincias de Azuay comunidad local, no la nación. Tienen el y Tungurahua, por ejemplo, se alió con movi- apoyo de la población rural que desaprueba a mientos locales que comparten sus principios las instituciones centrales. La población busca una relación de cercanía con los políticos que la gobiernan al nivel local. El caso del ARE 4 En este cuadro, hay que citar el plan de desarrollo de la provincia Tungurahua y la participación activa de (ex MIRE), movimiento de Loja, es en este las juntas parroquiales en el cantón Píllaro. sentido significativo: su representación a nivel

42 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Los movimientos políticos locales en el escenario electoral

Cuadro 3 Evolución de la representación de los MPI provinciales y cantonales

Representación MPI Diputados Diputados Alcades Alcaldes Concejales Concejales Concejales Concejales 2002 2006 2000 2004 2000 2002 2004 2006

T-D (Carchi) Felipe ninguno no hubo can- 1 + 3 en no hubo can- 5 sobre 19 2 +10 en 4 Vizcaino didaturas alianzas (PSP) didaturas alianza (PSP y PRE) sobre 25

MIRE (Loja) Rafael Davilla Alfredo 1 (Loja) 1 en alliance 1 3 en alianza 1 (Loja) Castillo (PSP) PSP

MIAY ninguno ninguno 3 en alianzas ? 2 5 en alianza 3 (Alausi, (Chimborazo) PSP (Alausi, (PSP) sobre guamote, Guamote, 42 Colta) Colta)

Frente Civico ninguno ninguno, lista Ambato 4 sobre 30 1 sobre 39 1 El F-C pre- (Tungurahua) associada al alliance sentó sus can- MCNP didatos asso- ciados al MCNP

MUB (Baños, 2 sobre 4 ninguno 1 sobre 4 as- Ninguno Tungurahua) sociado al (candidatura F-C en alianza con el MPAIS y el MCNP).

MIP (Pillaro, Edwin Cortes Edwin Cortes 3 sobre 4 1 sobre 3 3 sobre 4 Ninguno Tungurahua)

MUC(Baños, Fausto Acosta 1 sobre 4 Ninguno Tungurahua)

MREA Hector 2 sobre 4 1 sobre 3 (Ruminahui, Jacome Pichincha)

Fuente: TSE. Elaboración propria.

local es nula a pesar de haber alcanzado 1 di- Los MPI son organizaciones de la periferia putado desde el 2002. El movimiento tiene y en particular de la zona agrícola. Lo que se- un proyecto de desarrollo que se encamina a rían movimientos ciudadanos en las ciudades la región sur y a una nueva división regional grandes, se convierten en movimientos políti- del país, lo que convierte su proposición en cos en los cantones medios de la zona rural. propuesta nacional y no local. La posición La representación política de estos movi- que tienen los alcaldes de Quito y Guayaquil mientos es localizada. En la Sierra, se ubican es parecida. La identificación con la munici- en Tungurahua, Carchi, Chimborazo, Azuay palidad supera a la del partido, lo que se tra- y Loja. En los tres primeros casos, los MPI duce en un nivel de aprobación que supera al tienen más presencia en los cantones rurales, mismo partido. mientras que en la sierra sur su apoyo se con- centra en las capitales de provincia. Hay una

43 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Marie-Esther Lacuisse excepción que es el caso del cantón Rumi- Los actores de los MPI no son líderes so- ñahui, en la provincia Pichincha. Aquí puede ciales. De entre los que ganaron en las elec- definírselos como organizaciones políticas co- ciones anteriores, solamente una minoría munitarias porque existen a través de eleccio- provenía del mundo social. Otra minoría nes. Sus actores no quieren ser identificados proviene del sector privado. Los indígenas con el sistema de partidos. Los actores de los tampoco dominan. Son sobre todo ex-miem- MPI en general dirigen su discurso en contra bros de partidos que se retiraron por falta de de la verticalidad del sistema, encarnado por democracia interna dentro del partido. Al in- partidos que, como el PSC y la ID, concen- vestigar, de 33 alcaldes electos en alianza o sin tran sus acciones en Guayaquil y Quito res- ella, 21 habían tenido antes una afiliación pectivamente. Las posiciones hacia las insti- partidaria. Las entrevistas a 22 actores de 6 tuciones son variables según la circunscrip- MPI confirman esos datos. La apertura del ción del MPI. Los líderes de los movimientos sistema electoral sirvió para integrar la oposi- cantonales no defienden principios ideológi- ción dentro del sistema, así como para los cos; defienden sobre todo su capacidad de de- partidos fue la oportunidad de incluir en sus sarrollar la zona gracias a modos alternativos listas independientes que tenían una imagen como la inversión privada o las organizacio- mediática; asimismo, se facilitó también la sa- nes de cooperación internacional. En vista de lida de los que no estaban de acuerdo con la la debilidad del sistema de agregación y del línea del partido. Ahora un ex-miembro de bloqueo del proceso de desconcentración, de- partidos políticos se torna líder de su organi- bido al mantenimiento del doble régimen a zación reproduciendo los mismos vicios que nivel provincial, están buscando conexiones los caracterizan. Se necesita distinguir dos po- diferentes. A pesar de aprobar la ley del 15% siciones que son la del actor que quiere el que permite alejarse del Congreso para lograr poder y el otro que busca el desarrollo. servicios domésticos que antes eran la única Refiriéndose a los cantones donde gana- fuente de recursos, en general los actores cri- ron MPI cantorales, sin importar el origen tican los modos de funcionamientos del go- del líder, un fenómeno se distingue: donde bierno central. El discurso anti sistema man- los MPI ganaron las alcaldías sin alianza en tenido por Correa durante su campaña se en- 2004, la tasa de participación electoral fue cuentra también en los actores de los movi- más alta que el promedio que se fija alrededor mientos locales. No hay tampoco que hacer de 72%6 contra 78,5% en Ru m i ñ a h u i , un panorama idealizado de este tejido de mo- 77,3% en Montufar en el Carchi, 77% en vimientos, porque la estructura de gobiernos Píllaro. En 2006, estas cifras se han manteni- desarrollados por ellos se ha mantenido verti- do en Rumiñahui y Píllaro. La tasa de parti- cal, aparte de algunas excepciones que han cipación más alta que se encuentra en el desarrollado planes de desarrollo sostenible y Oriente es también en un cantón donde ganó participativo5. un MPI cantonal. Eso demuestra que si la creación de estos movimientos fue una conse- 5 Hay pocos datos nacionales en Ecuador sobre las elec- cuencia de la reforma del sistema político al ciones locales en término de ausentismo y votos nulos. La cifra de 72% fue elaborada a partir de una inicio, responden también a la voluntad de la muestra de 45 ciudades, que toma en cuenta dos ciu- sociedad civil que se involucra más en la po- dades de cada provincia (la capital y una media). Esta lítica cuando participan. muestra da cuenta también que la variable territorial juega un papel importante. En la sierra sur, en Esmeraldas y es Zamora se ubican las tasas de partici- sierra central, las más altas. La variable MPI hace cre- pación más bajas y en la sierra norte y la mitad de la cer la variación.

44 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Los movimientos políticos locales en el escenario electoral

La paradoja que demuestra la relación par- Bibliografía ticipación/representación de los movimientos políticos locales es decidora de la inestabili- Bartolini, Stefano, 2005, “Les clivages en po- dad de los gobiernos locales. El espacio polí- l i t i q u e”, en Revue In t e rnationale de tico local se revela tan inestable como el na- Politique Comparée, Vol 12, No. 1. cional por falta de un sistema de agregación Carrión, Fernando, editor, 2003, Procesos de eficiente, tanto a nivel geográfico como orga- descentralización en la comunidad andina, nizacional. Las elecciones seccionales de 2006 Flacso-Ecuador, Quito. no han demostrado una consolidación de los Laasko, Markku y Rein Taagepera, 1979, movimientos políticos locales en términos de “Effective Number of Parties: A Measure representación. A nivel comparativo, los par- with Application to West Europe”, en tidos políticos tradicionales que tenían una Comparative Political Studies Vol. 12, Nº implantación fuerte en municipalidades defi- 1, abril. nidas no lograron tampoco conservar su mo- O ’ Don nel, Guillermo, 2003, “Ac e rca del nopolio, como fue el caso del PSC y la ID. Estado, la democratizacion y algunos pro- Los partidos informales lograron los escaños blemas conceptuales”, en De s a r r o l l o tanto a las elecciones legislativas come a las Económico, jul-sept, Vol 33, No. 130, pp. seccionales. Se tendría que verificar más pro- 163-182. fundamente la incidencia que tuvo el método Pachano, Simón, 1998, Representación caóti - ponderado sobre los resultados de concejales ca, Flacso-Ecuador, Quito. para ver si la formula condicionó los resulta- Sartori Giovanni, 2003 (1980), Partidos y sis - dos de los movimientos o si la falta de imbri- tema de part i d o s, Alianza editorial, cación que tienen fue un prejuicio mayor. Por Madrid. el contrario, las elecciones presidenciales han Tarrow, Sydney, 2004 (1998), El poder en mo - demostrado que los que se alejan de los parti- vimiento: los movimientos sociales, la acción dos políticos pueden ganar e, incluso, con el colectiva y la política, Alianza Editorial, apoyo de una mayoría de movimientos polí- Madrid. ticos locales. Este apoyo no constituye tam- poco una red consolidada porque la fragmen- tación esta presente a todos los niveles de elecciones y a veces más al nivel local por la explosion que provocó la reforma por la des- centralización en 1998.

45 ÍCONOS 27, 2007, pp. 37-45 Guayaquil: miradas críticas sobre el espacio urbano y la esfera pública

X. Andrade Ph.D.(c) en Antropología.The New School for Social Research

uayaquil ha sido analizado cada vez que el ritual electoral brinda una de sus ya acos- tumbradas sorpresas, especialmente, en los años recientes, por las ciencias políticas. G Pensada la ciudad desde una academia mayormente centralizada en la capital, Qu i t o , es evidente un re l a t i vo desconocimiento de sus particularidades espaciales, históricas y cotidianas. Las ciencias sociales tienen una tarea pendiente en el estudio sistemático de Guayaquil, la ciudad más grande del país, y que desde hace un lustro se ha visto sometida a un acelerado proceso de transformaciones sociales debido a una re n ovación urbana impuesta por las recientes administra- ciones locales. La colisión entre la cobertura noticiosa, el análisis cotidiano de los intelectuales pú- blicos locales y la propia propaganda municipal han pro m ovido un ambiente mayormente favo- rable, cuando no abiertamente celebratorio, de la re n ovación. Precisamente, uno de los efectos sociológicos de la misma ha sido la homogenización de la esfera pública, cuando no su gradual anulación. Preparar un dossier analítico sobre distintas dimensiones ocultas gracias a la señalada con- vergencia de intereses, resultó un desafío particular. La inclusión de miradas críticas que provi- nieran de diferentes disciplinas fue un criterio prioritario de selección. El devenir del espacio público, la ausencia de debate sobre su destino y las representaciones visuales y textuales que se hacen de él, condujeron a recorrer desde la protesta cotidiana hasta las reflexiones desde el arte en la búsqueda de respuestas que brindaran luz inicial sobre una ciudad que, paradójicamente, ha sido encumbrada al nivel de paradigma de desarrollo humano y se ha constituido, gracias especialmente al auge de la industria turística, en un referente de gobernabilidad a nivel inter- nacional. Cuestiones de ciudadanía y del contenido racial de los discursos sobre la guayaquile- ñidad fueron también levantadas a la hora de analizar la retórica de la gobernabilidad local, con sus énfasis empresariales y políticas privatizantes. No obstante las convergencias anotadas, el tono crítico de los artículos es heterogéneo, poniendo sobre el tapete la diversidad de entendi- mientos sobre procesos urbanos de gran complejidad desde la perspectiva también conflictiva de distintos actores sociales y/o productores y receptores culturales. Con este conjunto de trabajos -que incluyen contribuciones desde la crítica de arte, la et- nografía, la historia, el derecho y la comunicación social- se espera promover una discusión ne- cesaria a la hora de restaurar la idea nada nostálgica de que una ciudad es posible solamente en

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 49-50 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 X. Andrade la medida en que promueve, protege y fomenta activamente un conglomerado portador de opi- niones diversas. En medio de tanto tono celebratorio, los artículos incluidos en este dossier dan cuenta de un sentido de la esfera pública que ha sido gradualmente dejado de lado. Todos, salvo uno, han sido escritos por intelectuales residentes en Guayaquil y, por ello, se destaca también su mirada desde adentro de los procesos sociales analizados. Es el carácter reflexivo de esta em- presa común, libre de los lugares comunes sobre el folklor local y de las ideologías dominantes sobre sentidos de pertenencia adscritos a nociones políticamente operativas de “guayaquileñi- dad”, quizás el principal aporte de estas páginas. Si bien constituyen esfuerzos fragmentarios al conocimiento de la ciudad emergente, ellos tienen la bondad de aportar sólidos y puntuales es- tudios de caso para la comprensión de la realidad de una ciudad a inicios del siglo XXI. La frag- mentariedad de lo levantado da cuenta de la urgencia por emprender tareas de investigación pormenorizada sobre los temas que estos estudios despiertan.

50 ÍCONOS 27, 2007, pp. 49-50 La domesticación de los urbanitas en el Guayaquil contemporáneo Disciplining Urbanites in Contemporary Guayaquil

X. Andrade Ph.D. (c) en Antropología,The New School for Social Research

Email: [email protected]

Fecha de recepción: noviembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen Esta pieza etnográfica discute la construcción de “sujetos regenerados”, una forma de subjetividad polí- tica que forma parte del proceso de renovación urbana implantado por la administración local de Guayaquil desde hace algo más de un lustro. El objeto de estudio es un curso del programa municipal de aprendizaje a distancia (“Aprendamos: una oportunidad para superarnos”) destinado a fomentar con- ceptos de “ciudadanía para todos”. Al enmarcarse como un dispositivo complementario a los cambios promovidos por la renovación urbana, dicho programa constituye un mecanismo para promover una ideología de la participación ciudadana cuya principal agenda es despolitizar a los sujetos mediante el disciplinamiento de su mirada sobre la ciudad en términos de ámbitos de acción, conflicto y cambio cla- ramente delimitados alrededor de la persona, la familia y el barrio. La investigación de campo fue reali- zada entre junio, agosto y septiembre de 2006.

Palabras clave: ciudadanía, educación, renovación urbana, televisión, Guayaquil, Estado, etnografía

Abstract This ethnographic piece discusses the construction of “regenerated subjects”, a form of political subjec- tivity that forms a part of the process of urban renovation implanted by the local administration of Guayaquil for something more of one period. The object of study is a course of the municipal program of learning (“Aprendamos: una oportunidad para superarnos”) destined to foment concepts of “citi- zenship for everyone”.

Keywords: citizenship, education, urban renewal, television, Guayaquil, State, ethnography

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 26, Quito, enero 2007, pp. 51-64 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 X. Andrade

ste artículo discute la construcción de el barrio. Paralelamente, el gobierno local es “sujetos regenerados”, una forma de presentado como “facilitador de la participa- E subjetividad política que forma parte ción”, esto es, en la dimensión meramente del proceso de renovación urbana implantado instrumental constituída por el Municipio, el por la administración local de Guayaquil marco legal que faculta su accionar y la de- desde hace algo más de un lustro. El objeto de fensa de las obras impulsadas directamente estudio es un curso del programa oficial de por sus actuales gestores. El carácter neutral y a p rendizaje a distancia (Ap rendamos: Un a no esencialmente ideológico y político del Oportunidad para Superarnos) destinado a fo- ejercicio del poder municipal en el Guayaquil mentar conceptos de “ciudadanía para contemporáneo es conjurado mediante una t o d o s”1. Al enmarcarse la tarea educativa concepción del ciudadano-como-infante. como un dispositivo complementario a los Esta etnografía estudia el proceso de do- cambios urbanísticos promovidos por la re- mesticación de los urbanitas tal como es novación urbana liderada por el alcalde Jaime construido por distintas tecnologías de la ciu- Nebot (2000-presente), dicho programa y sus dadanía, incluyendo los textos y la tutoría te- distintas metodologías y componentes, se levisiva, ambos destinados a apuntalar los va- constituyen en mecanismos para promover lores implícitos en una concepción de la ciu- una ideología de la participación ciudadana, dad como una institución familiar. cuya principal agenda es despolitizar a los su- Teóricamente, el trabajo avanza hacia una an- jetos mediante el disciplinamiento de su mi- tropología del poder local fundamentada en rada sobre la ciudad en términos de ámbitos una corriente feminista crítica y de teorías an- de acción, conflicto y cambio claramente de- tropológicas contemporáneas que ponen én- limitados alrededor de la persona, la familia y fasis en la subjetividad del Estado. Bajo tales ópticas, critica los ideales neoconservadores dominantes sobre la ciudadanía como el re- 1 El texto referencial es “Curso de ciudadanía: una sultado de valores y actos de constricción pri- oportunidad para todos” (Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil 2006, 208 págs.). Consta de 8 capítu- vados y personales antes que del ejercicio del los y 5 anexos: el curso va desde el barrio, pasa por la derecho a reconstituir esferas públicas. La in- diversidad cultural, discute el carácter de la ciudada- vestigación de campo fue realizada entre nía, el buen convivir social, y las tareas pertinentes al Municipio. Cada capítulo incluye una definición con- junio, agosto y septiembre de 2006, periodo ceptual y ejercicios de comprensión, un comic (inclu- coincidente con la difusión del curso ye viñetas que corresponden al programa televisivo en “Ciudadanía: una oportunidad para todos”. el que se relata la tramitación de un parque comunal como un ejemplo de participación ciudadana) y se- lecciones de fotografías y textos, principalmente de editoriales históricos y celebratorios de la renovación Intimidad urbana. Los programas televisivos siguen un esquema parecido, con una introducción a un problema, opi- niones de expertos, sketches de una ciudad idealizada - Lauren Berlant postula la noción de “ciuda- denominada Puerto Esperanza- y conclusiones. Salen danía infantil”, teniendo como referencia em- al aire cuatro veces por semana y están destinados a pírica al carácter de la esfera pública estadou- apuntalar las lecturas independientes realizadas por parte de los estudiantes registrados. Además, existe un nidense originada en el periodo reaganiano, 2 sistema de tutorías telefónicas para brindar un segui- esto es, durante los años ochenta. El conser- miento más cercano cuando requerido a través del vadurismo político característico del im- Centro Tutorial de Fundación Ecuador, una institu- ción privada contratada por la Municipalidad para efectos de difusión de sus distintas publicaciones edu- 2 Mi principal referencia para los argumentos plantea- cativas. dos en este artículo es la colección de ensayos sobre

52 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 La domesticación de los urbanitas en el Guayaquil contemporáneo pulso neoliberal en la economía se caracteri- nido en la forjación de nuevos ideales de ciu- zaría, según esta autora, por un colapso de lo dadanía en la sociedad norteamericana, el político y lo personal en “un mundo de inti- presente estudio profundiza en una dimen- midad pública” que ha dado lugar a una con- sión de este proceso que es fundamental para cepción de la nación en la que los ciudadanos entender la hegemonía socialcristiana en el adultos han sido reemplazados por un mun- Guayaquil contemporáneo. Se trata de la do imaginado por niños (y por fetos, cabe c o n s t r ucción de una subjetividad política añadir, puesto que también en Ecuador la re- (“ciudadanía para todos”) que resulta de la su- tórica antiaborto ha sido tratada directamen- presión del conocimiento crítico sobre el en- te en la esfera política y liderado su debate torno social y de su suplantación por la cre- por fuerzas vinculadas a la ultraderecha y al encia de que el terreno privilegiado del cam- Opus Dei con la finalidad de reinstaurar no- bio social reside primordialmente al interior ciones tradicionales sobre la sexualidad, la fa- del propio individuo. Específicamente, este milia y el papel del Estado sobre el control y artículo se pregunta sobre los textos (escritos la sujeción de los cuerpos a través de la insti- y audiovisuales), objetos arqueológicos con- tución educativa)3. temporáneos desde la mirada etnográfica en Mientras que Berlant se preocupa de en- relación a la ideología que constituye un pro- tender la imbricación entre las nociones de lo ceso histórico preciso: la de la renovación ur- íntimo y las construcciones discursivas sobre bana a principios del siglo XXI. lo público, y las consecuencias que ello ha te- Su fundamento etnográfico es provisto por la doble participación del autor en tanto cabeza parlante del propio programa, estu- s e xo y ciudadanía compilados en The Queen of America Goes to Washington City (Berlant 1997). El diante registrado y televidente del mismo, y tema de la intimidad como una dimensión incorpo- debe ser visto en relación a las reflexiones so- rada y no solamente espacial de la privatización de lo ciológicas sobre la renovación que he venido público ha sido teorizada en antropología y en los desarrollando paralelamente (Andrade 2006). campamentos del feminismo y queer studies, a los cua- les esta autora se adscribe (cf. Critical Inquiry vol 24, En este sentido, la educación sobre ciudada- no. 2). nía es parte del conjunto de modificaciones, 3 La Iglesia Católica participó en el útimo periodo en la reglamentaciones, discursos y prácticas que discusión de tres temas: a) la seguridad ciudadana, donde se alineó con una perspectiva re p re s i va liderada conforman el Guayaquil contemporáneo tal por la alcaldía, b) la controversia suscitada alre d e d o r como es construido desde el poder local. de la película “El Código Da Vi n c i”, y c) el abort o. Asimismo, las nociones de ciudadanía que se So b re este último, el debate en la primera mitad del año se centró en la prohibición de la licencia para la han tornado dominantes en la esfera pública venta del medicamento Postinor 2, “la píldora del día -o en las ruinas que la constituyen ac-tual- d e s p u é s” y, en la segunda mitad, en contra de una ley mente, con solamente resquicios de donde se que pro m u e ve la educación sexual entre escolares. La emite ocasionalmente alguna forma de pensa- a rticulación entre una influyente fracción del Pa r t i d o Social Cristiano -en la alcaldía guayaquileña desde una miento crítico- reposan en la conjugación de década y media atrás- y el Opus Dei, el ala más con- valores neoliberales que, además de interpre- s e rvadora de la Iglesia bajo cuyo mando se encuentra tar al sujeto en términos de la libertad pro- el Arzobispado de Guayaquil, quedó en evidencia por la prensa con motivo de estas discusiones. Ma rchas de ductiva y de consumo que se le asigna, ve en estudiantes de colegios católicos y part i c u l a res fuero n el ejercicio de la participación ciudadana “un realizadas para rechazar la eventual promulgación de suplemento ideológico” que debe ser realiza- una nueva ley que pro m u e ve la impartición de clases do primordialmente al interior de los sujetos, s o b re educación sexual. Posteriormente, grupos “p ro - v i d a” re a l i z a ron marchas también en Quito hacia me- convirtiéndola en una suerte de mantra hege- diados de nov i e m b re de 2006. mónico conducente a la iluminación de los

53 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 X. Andrade ciudadanos regenerados4. parte de la Municipali-dad, y del ejercicio Esta contracción del ejercicio ciudadano ciudadano como una práctica predominante- opera bajo la filiación a un espíritu cívico ba- mente doméstica: sado en nociones de orgullo local y de la su- jeción de la voluntad política al carácter pre- “Como cada persona dentro de una fami- suntamente neutral de la administración de lia aprende a colaborar con su madre y su lo público, encarnada en la institución de la padre, cumpliendo con su rol de hijo, en el ámbito privado, en el país, también apren- Municipalidad. De hecho, la ideología domi- demos a colaborar y construir la conviven- nante de la identidad local articulada alrede- cia; tenemos un importante papel para de- dor del discurso de “la guayaquileñidad”, ha sempeñar en el ámbito público. abrigado gradualmente, desde el retorno a la Ser ciudadano es ser y sentirse parte de democracia y gracias a la hegemonía de un una familia mayor, formada por todos los partido político, un elemento particular que que han nacido en un país o han decidido es la filiación a ideales socialcristianos. El ar- formar parte de él, respetando las disposi- gumento central de este artículo es que, para ciones de sus leyes” (MIMG 2006: 76). su eficaz operación, el modelo de sujeto que avanza la “regeneración urbana” -el proceso Tal como subraya Berlant (1997: 27), en su de transformación espacial, producción turís- i n t e r p retación de las tesis originales de tica y limpieza sociológica impulsado por el Tocqueville sobre la democracia, la infantili- poder local- requiere de la figura del ciudada- zación de los ciudadanos puede ser la conse- no como un infante poseedor de una ciega fé cuencia de una cierta tiranía que hace de los en la representación del bien común por individuos entes pasivos y dependientes del poder tutelar del Estado, siendo ésta una ten- 4 Aquí parafraseo el ensayo de Zizek sobre el consumo dencia inherente a los orígenes mismos del de filosofías orientales en el tardío capitalismo y sobre discurso político sobre la democracia. Si en el Budismo como la emergente ideología dominante las últimas décadas en Estados Unidos, fue- del capitalismo global. Zizek sostiene que la mirada ron imaginados “ciudadanos infantiles” para interna resultante de estas doctrinas, que en principio se presentan como remedio frente a las presiones del lidiar con la crisis de la identidad nacional re- ritmo capitalista, en realidad funcionan como su per- sultante de la migración global y sus conse- fecto complemento ideológico: “manteniendo una cuencias sobre los marcadores raciales y de distancia e indiferencia internas hacia el loco ritmo de [este] acelerado proceso, una distancia basada en el clase, de la emergencia política de las minorí- entendimiento de que toda esta emergencia social y as étnicas y sexuales, y de transformaciones tecnológica es en última instancia solamente una pro- radicales en instituciones tradicionales como liferación insustancial de semblanzas que no atañen realmente al corazón del ser” (2001: 33, traducción la familia y la escuela, en el Guayaquil de ini- mía). La tradición católica del medio guayaquileño y cios del siglo XXI los mismos fueron cons- la proliferación de referencias religiosas por parte de truidos por la necesidad de forjar una fantasía editorialistas en los medios impresos, las apelaciones a local basada en el retorno a nociones idealiza- la conversión religiosa que se hacen reiteradamente desde noticieros hasta programas de farándula, y los das de la ciudad que sirven para apuntalar la programas televisivos de religiones de distinto corte nueva estructura urbana emergente y la hege- posicionan en la reflexividad interna el accionar de los monía política lograda por el proyecto social- sujetos por igual. La preminencia de retóricas de este estilo ocupa un lugar difícil de soslayar especialmente cristiano. de cara a las más recientes elecciones presidenciales en Una concepción dependiente de la ciuda- las que la religión ha emergido como un factor de fi- danía es patente en este proceso a pesar de liaciones extremas, movilizado particularmente por que la retórica dominante impulsa pública- frentes -sin embargo- opuestos que defienden ora el ethos neoliberal ora la doctrina social de la Iglesia. mente nociones contrarias basadas en la idea

54 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 La domesticación de los urbanitas en el Guayaquil contemporáneo de “participación”, la misma que es delimita- bana en una experiencia democrática, solida- da semánticamente al ajuste individual y co- ria, creativa y productiva para todos”, dentro, l e c t i vo a los cambios impuestos por la re n ova- a su vez, de una concepción de la “educación ción urbana. En la práctica, en consecuencia, ciudadana, que trasciende el sentido que la participación se entiende como una colu- tenía en el siglo XIX, para convertirse en el sión entre el ejercicio ciudadano y el espíritu y ejercicio consciente [sic] de los derechos y de la maquinaria de la regeneración. De hecho, los deberes sociales, económicos, políticos y las convocatorias a la participación ciudadana culturales” (MIMG 2006:5).5 No curiosa- no están centralizadas en -ni son emitidas so- mente, los anexos del libro incluyen directa- lamente desde- el poder local, sino que se ha- mente propaganda sobre la obra municipal llan al orden del día en los medios con re i t e- realizada por esta administración, contrarian- radas llamadas expresas a la puesta de la cami- do así el tono más tradicionalmente pedagó- seta de la “re g e n e r a c i ó n” urbana que, general- gico -y fantasiosamente apolítico- del conjun- mente, van precedidas de re c o rdatorios sobre to de la obra (ibid: 117 y ss.).6 un pasado de administraciones populistas ca- La concepción más influyente en estudios lificado apocalípticamente de “t e r ro r í f i c o” , urbanos sobre la privatización de lo público “d e l i n c u e n c i a l” y/o “d e m e n c i a l” : se halla normalmente confinada a una serie de metáforas espaciales que describen el se- “Comprometerse con la ciudad y no sólo estar en ella. Meterse la ciudad en el cuer- po y el alma. Eso demanda hoy nuestra 5 El curso de ciudadanía fue el sexto de los impartidos por el programa Aprendamos. Los anteriores fueron hermosa Guayaquil. Esto supone redefinir dirigidos a temas más técnicos, de computación, de nuestros roles, reestructurar nuestra visión higiene, de comercialización y mercadeo para formar de lo social, cívico, político y cultural. pequeños empresarios. Guayaquil nos necesita como ciudadanos y 6 De hecho, uno de los anexos se intitula “Guayaquil: no como habitantes, pobladores. Esto está una ciudad que hace camino al andar” (pp. 118-142), coincidente con el slogan promocional del proyecto en el fondo de aquel loable proyecto que autonómico del alcalde para la provincia del Guayas. sale desde una municipalidad que entiende Esta, sin embargo, no es una estrategia aislada. En la que la ciudadanía es un proceso educativo recientemente inaugurada muestra permanente de inacabado y permanente. Sus autoridades dioramas sobre la historia de la ciudad desde la época saben que cumplen. Pero no todos los que prehispánica hasta la contemporánea en el nuevo Museo Naval (Octubre de 2006), por ejemplo, el pe- vivimos en Guayaquil estamos conscientes riodo histórico actual es definido directamente como [sic] que Guayaquil también nos necesita “Más Ciudad”, la marca que corresponde a esta como ciudadanos. Por eso en el marco del Municipalidad. El rehacer de la historia emprendido proyecto Aprendamos hay que aplaudir la por esta administración, de hecho, lleva consigo una edición de una hermosa publicación del activa preocupación por crear una arqueología, un corpus de objetos materiales, que activen ciertos sen- curso Ciudadanía: una oportunidad para tidos construidos de memoria ciudadana mediante su todos” (Paredes Ramírez 2006). inscripción en el paisaje urbano, especialmente en los espacios semipúblicos. El propio Malecón 2000 guar- En la presentación del libro al que refiere en da un espacio para pasados presidentes cuyo único as- esta cita uno de los sociólogos e intelectuales pecto común es haber nacido en la ciudad, siendo el lugar de nacimiento una de las bases de la ideología de públicos de mayor reconocimiento en el la “guayaquileñidad” que requiere de inmortalizacio- medio y que sirve precisamente de referencia nes monumentales, así como los postes y bancas de las etnográfica para este artículo, el pro p i o zonas regeneradas incluyen la impronta del nombre del actual alcalde. En este sentido, el manual de ciu- Alcalde Nebot enmarca tales dispositivo s dadanía sigue una línea coherente con los dispositivos educativos como parte de un proyecto de arquitectónicos -que también son educativos en el “educación que permita convertir la vida ur- sentido disciplinario- en la ciudad emergente.

55 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 X. Andrade cuestro del espacio público por intereses pri- Sin valorar la construcción de personas di- vados o corporativos como parte de la implo- rigidas a la vida pública, la ideología na- sión o el colapso de los ideales modernos cionalista contemporánea reconoce el bien sobre la ciudad.7 Aquí hago uso de enfoques público solamente bajo una nación parti- alternativos que plantean la preminencia de la cularmente delimitada y conformada por proyección de nociones sobre intimidad, se- mundos privados simultáneamente vivi- dos” (Berlant 1997:5, traducción mía). xualidad y domesticidad en el lenguaje cívico ( A retxaga 2003). Siguiendo a Mi c h a e l Los términos en el ejercicio comparativo aquí Taussig (1993), en este artículo interesan las propuesto tienen obviamente particularida- artes miméticas del Estado que, en el campo des en referencia a los descritos para la socie- de la educación, copian y citan un repertorio dad norteamericana en la obra de Berlant: la extraido de la vida íntima de los individuos intimidad de lo público es también ejemplifi- (“meterse la ciudad en el cuerpo y en el alma”, cada por los dispositivos para regular y con- “aprender a colaborar con su madre y con su trolar los cuerpos mediante códigos de vesti- padre”) para extenderla a la vida social de las menta y “buenas costumbres” en los espacios ideas políticas con la finalidad de hacerlos semipúblicos creados por la renovación urba- sentir, degustar, ver, tocar, oír y oler la magia na.9 La amenaza migrante (que pone en jaque de la -antes así definida y constreñida- “parti- los sentidos esencialistas de la identidad gua- 8 cipación ciudadana”. La nostalgia por la se- yaquileña en tanto resultado de la pertenen- guridad familiar se ha implantado gradual- cia a una comunidad por natalicio, y que es mente en el cuerpo político, y el voluntaris- un tropo frecuentemente activado desde el mo y la privacidad forman partes clave en los ejercicio de la política) ha sido conjurada his- sentidos de identidad política así creados. De tóricamente con ideas de blanqueamiento ra- hecho, este tipo de narrativas copan los me- cial como sinónimo de urbanidad y ciudada- dios masivos, apuntalando sentidos de inti- nía pero, al mismo tiempo, se proyecta la cre- midad que terminan anulando el sentido de ación de un también idealizado barrio chino, lo público, un proceso que no es exclusivo al una de las masas migrantes históricamente caso guayaquileño pero que lo describe per- asentadas en Guayaquil. Su visualización, sin fectamente: embargo, tiene más que ver con una proyec- ción comercial de la ciudad hacia los merca- “La esfera pública […] en el presente rinde dos asiáticos que con un recocimiento propio la ciudadanía a una condición de membre- hacia la diversidad interna. En suma, la ape- cía social producida por actos y valores personales, especialmente actos que se ori- lación a sentidos neutrales (lease blanco/mes- ginan o se dirigen hacia la esfera familiar. tizos) de ciudadanía se halla en el corazón de la arqueología ciudadana que constituye la re- 7 Para una revisión crítica ver Caldeira (2000: 297- novación urbana. 335); para una lectura histórica sobre el caso de Quito ver Kigman (2006). 8 No gratuitamente la metáfora que refiere a la diversi- 9 Como contraste, ver Berlant y Warner (1998) para dad cultural de la ciudad en estos materiales es descri- entender la reafirmación defensiva de la heteronor- ta gráficamente como un acto de consumo culinario, matividad como resultado de la proliferación del tal como se analizará más adelante. Si bien temas tales cuerpo homosexual en la esfera pública. En Guaya- como la comida o la música forman parte del reper- quil, su visibilización se reduce a programas de farán- torio costumbrista que apuntala nociones extendidas dula y talk-shows en los que regularmente son ridicu- sobre identidad, el sentido de participación aquí cons- lizados. Sin embargo, códigos de admisión a los espa- truido demanda el valor de la inmersión y la expe- cios semipúblicos excluían explícitamente a tales co- riencia práctica. lectivos.

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Arqueología fusión de parqueaderos, locutorios telefóni- cos, almacenes de empeño, centros comercia- En tanto antropólogo, la textualidad -materia les y negocios de baratijas chinas que van inscrita sobre objetos y/o proyectada en imá- constituyendo un paisaje serial, repetitivo, genes- es susceptible de una mirada etnográfi- anodino. ca. Los textos pueden servir como objetos de A pesar de la fuerza homogenizadora de la indagación sistemática en tanto bienes, mate- economía favorecida por la renovación, basa- ria, desecho, ruina. En tanto tal, las publica- da en la explotación de un espíritu netamen- ciones pedagógicas del programa Ap re n d a m o s te comercial al impulsar un crecimiento de la deben ser vistos en su naturaleza arq u e o l ó g i- plusvalía inmobiliaria y el establecimiento de ca. Así como la re n ovación urbana misma de- mecanismos discriminatorios para el acceso a vela las ilusiones en las que se sustenta me- los locales como parte del proyecto de lim- diante la gradual, pero rápida, degradación de pieza sociológica implementado (los antiguos los dispositivos arquitectónicos utilizados quioscos de cómida rápida tradicional, mane- para el maquillaje espacial, como el porc e l a- jados por pequeños comerciantes indepen- nato usado en sus ve redas lo re vela día a día, dientes, fue reemplazado por cadenas de me- así también el libro del curso “Ciuda-danía: dianos empresarios, por ejemplo), el espacio una oportunidad para todos” encapsula -en público continúa atestiguando procesos de tanto desecho de la cultura material de un contestación a la exclusión sistemática de p royecto político- una serie de discursos para ciertos sujetos. Cabe citar dos ejemplos de lo normatizar la vida social. Dicha normatiza- último, aunque ambos sean de naturaleza ra- ción tiene lugar mediante la infantilización de dicalmente diferente: el de los vendedores los ciudadanos a nivel del lenguaje y de las re- ambulantes y el de las manifestaciones públi- p resentaciones visuales utilizadas en los mate- cas. El primero es la muestra más evidente de riales pedagógicos. El hecho de que ha-yan una presencia constante, fluída, efímera, cir- sido diseñados en diálogo con un medio au- cular, y repetitiva de quienes han sido el obje- d i ovisual, como la televisión, sin embargo, to privilegiado de la dinámica exclusionaria plantea la posibilidad de múltiples entendi- que encarna la renovación. Las manifestacio- mientos así como de mensajes muchas ve c e s nes, en cambio, son episódicas, y en los dos c o n f l i c t i vos entre lo que se pretende en las re- últimos años han sido organizadas oficial y p resentaciones textuales y las que se perf o r- mediáticamente alrededor del problema de la man en la serie televisada. Por ello, el análisis seguridad pública.10 no debe limitarse a jugar en los términos del poder ideológico del medio sino también 10 En la más reciente, de junio de 2006, sin embargo, múltiples agendas fueron introducidas por los partici- considerar la dinámica particular que impo- pantes, incluidos quienes criticaron frontalmente el nen la televisión y su consumo priva d o. estímulo hacia la expansión del mercado de productos Domingo 25 de junio de 2006, 07:00 horas: de fabricación china, crítica formulada generalmente bajo nociones racistas que aúnan a los chinos a la pre- capítulo televisivo sobre la diversidad cultural. sencia de migrantes colombianos y peruanos como si Tres días antes había ido a la cafetería de mi fueren una causal directa de la violencia urbana. preferencia ubicada en Córdova y P. Ycaza en Dicha marcha (“de las velas” o “por la paz y por la vida”) fue catalizada por la muerte accidental de una pleno centro “regenerado”, la locación de mis infante en las cercanías de Samborondón. Algunos observaciones etnográficas cotidianas. El sitio manifestantes aprovecharon, sin embargo, para criti- -un pequeño negocio familiar- es de aquellos car el tratamiento esencialmente represivo del gobier- pocos que todavía resisten el embate unifor- no local y de los medios sobre el tema de la violencia y la delincuencia, contrariando la visión monolítica mizador de la renovación urbana con su pro- proyectada por estos últimos.

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Mensajes contradictorios: volante sobre seguridad ciudadana distribuida junto con el libro de Ciudadanía.

Una oposición estratégica de la sociedad dando una entrevista de dos horas que tuvo guayaquileña, sin embargo, es aquella que lugar con los productores del programa edu- históricamente se ha articulado frente a la cativo Aprendamos en la que se cubrieron va- otredad quiteña, una versión radicalizada y rios temas que, me dijeron, se irían discutien- acotada de la rivalidad entre estereotipos re- do gradualmente en cada uno de los progra- gionales entre costeños y serranos. De hecho, mas de la serie cuando salga al aire unos este ha sido un motivo de discusión en mis vi- meses después. Durante su grabación intro- sitas a la cafetería de la esquina. De vuelta a duje elementos críticos a las políticas munici- ella, la camarera se acerca a mi mesa y co- pales así como a nociones de identidad que menta haberme visto recientemente en la te- son eventualmente movilizadas como un levisión. “¿Sobre qué hablaba?”, le pregunto. componente clave de la ideología de la “gua- “No recuerdo bien”, me dice con una sonrisa yaquileñidad”, acotando que esta misma no- inusitada para su normalmente distante trato, ción se halla basada en una visión estática y y luego agrega, “algo sobre cómo ser mejores esencialista de la cultura, concepto del cual ciudadanos”. Una semana antes, una presun- me distancié precisamente por sus usos públi- ción se me había enquistado en la mente cos perversos por quienes avanzan una agen- cuando, en un restaurante del barrio, la ad- da conservadora que tiene a la “guayaquileñi- ministradora me recibiera con la misma bien- dad” como su correlato culturalista.11 venida. Un tanto sorprendido le pregunté sobre qué había hablado en esa ocasión. 11 Por supuesto que aquí no estoy criticando los senti- mientos de orgullo local, sino la forma en que distin- “Sobre la familia”, me dijo, sumando a mi tos elementos son combinados para hablar de una perplejidad. “No debería tomarme en serio”, “cultura” monolítica a la cual le correspondería una le dije sin saber bien de qué me hablaba. agenda política dada, haciendo caso omiso de la di- Sin embargo, salí del restaurante recor- versidad y conflictividad internas.

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La camarera me explica que ella es una de tampoco en el libro, una sola mención al ra- los 220.000 inscritos en este tipo de cursos cismo por su propio nombre. Mi propia de- (entre los cuales, claro, a esas alturas me in- nuncia sobre el tema durante la entrevista, cluyo yo también), y que ha tomado junto por supuesto, fue dejada fuera de los frag- con algunas de sus compañeras otros con an- mentos en los que me hicieran los editores terioridad sobre temas relacionados con el aparecer, así como abolidas mi exposición sector servicios y la microempresa. Presionada sobre los sustratos claramente racistas del re- por precisar con más detalle la temática de la gionalismo entre costeños y serranos, y mi clase en la que yo participara se queda en las crítica a las ideas de blanqueamiento que son vaguedades de la “ciudadanía” sin elaborar promovidas por el discurso de la municipali- más allá. Su genuino entusiasmo inicial por el dad y de los medios sobre “guayaquileñidad”. programa, sin embargo, revela a cabalidad el La despolitización del conflicto intercul- poder de las ilusiones creadas y de la reduc- tural en el Ecuador contemporáneo, conflicto ción del ejercicio ciudadano hacia el terreno que en los últimos decenios ha modificado la de los valores, las actitudes y el comporta- escena política nacional gracias a la moviliza- miento personales en el convivir urbano. ción indígena y la afirmación étnica negra, Orgullosamente guayaquileña, sostiene, es chola y montubia, se logra en Aprendamos necesario ajustarse a los cambios generados mediante distintas estrategias visuales y tex- por la renovación urbana. Y aunque pienso tuales. En el libro, la sección se abre con un en que lo que ella me hace decir con su resu- párrafo aparentemente bien intencionado y men de brochazo de la última clase me hace cándido: cómplice de las ideas avanzadas para despoli- tizar la esfera pública, a mí me resultan fasci- “En Ecuador conviven gran cantidad de culturas de diferentes orígenes, que com- nantes los mecanismos de selección de textos parten el sentimiento de pertenencia a su en mi versión ad honorem de talking-head país, tienen una misma nacionalidad y se para Aprendamos. identifican como ecuatorianos. Esta diver- Prendo la televisión el domingo en refe- sidad es uno de los factores que más lo ca- rencia y asisto al capítulo 3, “Comunidades racteriza” (MIMG 2006: 39). culturales”, en su acápite sobre “La identidad multicultural”. La lección a avanzarse es sobre Esta versión de la ecuatorianidad, sin embar- la tolerancia, “la aceptación de las diferencias go, contiene una cadena de falacias tendiente culturales y del abandono de los prejuicios”. a oscurecer el carácter contestado y plurina- El programa de hoy incluye una panorámica cional del Estado. La más clara de ellas es que de distintos tipos sociales (la negra, la india, desde los ochentas y gracias a la emergencia el montubio) que representan a los migrantes indígena la misma idea de “nación” ha sido como fuentes exógenas de cambio cultural. sometida a debate. Por supuesto, tal perspec- Implícita en esta representación se halla la tiva sobre la historia se ve reforzada en el pro- idea de que anteriormente, léase en la fanta- grama televisivo cuando padre y madre sía de un tiempo previo a las migraciones, “lo (“Justo” y “Progreso”, respectivamente; curio- guayaquileño” tuvo un grado de homogenei- samente ambos con nombres masculinos, no- dad y de pureza. La construcción de este menclatura que traiciona el conservadurismo punto cero de la historia sirve, a su vez, para binario de las discusiones sobre género paten- normalizar el status quo blanco-mestizo. De tes a lo largo del libro y que tienden a enfati- hecho, no existe ni en el programa televisivo zar a la familia nuclear heterosexual como pa- con sus entrevistas y viñetas costumbristas, ni radigma del engendro ciudadano) enseñan a

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Capítulo 2: El lugar dónde vivimos. su hijo una receta para ser tolerante. La esce- camente. Las referencias simbólicas de estos na tiene lugar alrededor de la mesa, donde la materiales son el bazar y el mercado, no la madre ha servido un plato de “azulinos”, una vida social. Su lenguaje es el del neoliberalis- comida adscrita, se debe inferir, a una etnia mo y el libre acceso y consumo de bienes, ficticia y que genera la sospecha y el rechazo sean estos identidades culturales o comida del infante. El nóvel ciudadano aprende de su “azulina”. La antropología que lo informa es padre -“Justo”- que “las comidas y las tradi- esencialmente conservadora y costumbrista. ciones de otras culturas te permiten viajar allí Las “culturas” son asumidas como conjuntos sentado sin moverte, y conocer otros mundos resultantes de colecciones de rasgos y costum- con otros sabore s”, mientras su madre - bres y empaquetados como bienes distribui- “Progreso”- añade, como ejemplo, que “yo dos en el escaparate de un supermercado. Si la tomo lo positivo de cada una de ellas [las cul- renovación urbana es esencialmente una pro- turas diferentes] y abandono los tontos pre- ducción turística (Kirshenblatt-Gi m b l e t t juicios” (MIMG 2006:41). El muchacho ac- 1998), el acercamiento intercultural que pro- cede, llena su estómago de “azulinos” y el pone Aprendamos conjuga ese ímpetu situan- final feliz es redondeado. do al acto de consumo del Otro más allá de la “Puerto Esperanza”, la ciudad ficticia que historia de explotación y subordinación que s i r ve de instrumento pedagógico en supone el discurso de lo nacional y, por ex- Aprendamos, a la manera de una alegoría ide- tensión desde los noventas, el mantra de la alizada de Guayaquil, es una ciudad sin colo- gobernabilidad local. Como el merc a d o res, donde los elementos extraños son asumi- donde el flujo de mercancías y dinero es en- dos, en el mejor de los casos, bajo una lógica teramente libre y plenamente democrático, se mercantil consumista de los otros, y en nin- piensa, éste también es un ejercicio neutral y gún momento como un potencial factor de armónico de ciudadanía. Después de todo, cuestionamiento, cambio o transformación hasta la “identidad” es un bien a apropiarse y en las relaciones de poder establecidas históri- a ser refuncionalizado con miras a formar un

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Capítulo 3: Comunidades culturales. todo armónico y, así, rodearse de un aura de Así, estos materiales no ahorran en su intento espiritualidad cívica (Zi zek 2001). Sólo por conve rtirse en banderas de bolsillo para aprendemos del sabor de los “azulinos” pero un buen ciudadano cuyo componente racial no de su color real, el mismo que presunta- m e s t i zo es maquillado por el propio silencia- mente no es negro ni amarillo ni cobrizo sino miento de su condición y la de los Ot ro s 1 3. uno también ficticio, inédito y neutral para Todo ello en una ciudad donde los intelectua- describir a “culturas” diferentes de la matriz les públicos están acostumbrados a hacer co- etnocentrista -blanco mestiza, no nombrada- mentarios cercanos a la xenofobia como de- bajo la cual se construye la narrativa global de fensa de la identidad, la tradición y los va l o re s los textos12. autenticados precisamente por su fijación his- En el satinizado mundo de Pu e rt o tórica patricia, argumentos que pasan sin es- Esperanza (el lenguaje gráfico de los comics utilizados en la viñetas en el libro refuerza el 13 La contraparte “indígena” en la serie televisiva está compuesta por una pareja de artesanos, presumible- efecto infantilizante y neutralizante) sólo mente de la Sierra, con su asento limpiado de cual- existe una textura que brinda el color de toda quier entonación quichua y sus trajes de tienda turís- y cada una de las escenas y gráficas, ella está tica debidamente prensados. Indios genéricos. Cholos y montubios aparecen como seres recién transporta- compuesta por tonalidades de azul y blanco. dos a la ciudad y caracterizados por su poca civilidad. Puesto que no existe estricta correspondencia entre las 12 “Azulino”, sin embargo, no es una elección precisa- representaciones sobre etnicidad que se hacen en los mente afortunada si de borrar cualquier relación con distintos dispositivos pedagógicos, los afroamericanos referentes racistas se trata, puesto que existe una ex- no existen como personajes de Puerto Esperanza, ni presión local que alude despectivamente a cierta tipo- en el comic, ni en el programa televisivo, pero cinco logía de la negritud en tanto “negros azulados”. El re- fotografías que se incluyen en el libro revelan su exis- ferente asoma, entonces, como una alegoría del espí- tencia: niños jugando (pp. 48 y 145), futbolistas (pp. ritu racista de la sociedad local pero ahora reinscrito 124 y 145) y Kofi Annan cuando el premio de en materiales pedagógicos sobre ciudadanía, partici- Naciones Unidas a Guayaquil como paradigma de de- pación y democracia. sarrollo humano en 2003 (p.119).

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Capítulo 4: La importancia de una organización ciudadana. c rutinio alguno, y donde el propio alcalde ha propagandística, futuro ciudadano regenera- reaccionado contra manifestaciones de re s i s- do. Ya iré a mis establecimientos favoritos de tencia de los ve n d e d o res ambulantes con lla- vuelta la semana entrante para informarme madas a “que se vayan a protestar de vuelta en sobre mi propio performance y compartir el campo”. De hecho, los materiales de sonrisas cómplices pero esencialmente dife- Ap re n d a m o s re f u e rzan, a pesar de su explícita rentes. Si la señora del restaurante manabita y agenda pro tolerancia, la idea de que la incivi- la camarera de la cafetería sólo recuerdan va- lidad citadina es el resultado directo del salva- gamente que he hablado de generalidades jismo rural importado por los inmigrantes. tales como “la familia” y “ser mejores”, quizá Este es un domingo ciertamente extraño, con el trabajo de campo teniendo lugar en do ésta una sutileza de la degradación de la esfera publica, la misma que se consigue regularmente me- mis propios aposentos entre las 7 y las 8 de la diante la identificación automática de críticos de la mañana, mi rostro -cabeza parlante televisa- municipalidad como enemigos, para lo cual el propio da- como el de un experto en el programa alcalde hace uso de un amplio repertorio de alusiones Aprendamos y, paralelamente, tomando la lec- escatológicas que constituyen parte de la “anatomía del disgusto” del poder local, la misma que apela con ción sobre intercambios interculturales en mi frecuencia a los sentidos para imaginarse distancias calidad de estudiante.14 Etnógrafo, autoridad con el pasado populista de la ciudad (Miller 1998). Ellos han sido definidos en el pasado como posee- dores de cerebros llenos de “estiércol o veneno”, por 14 A diferencia de las otras voces construidas como au- ejemplo, y en el caso de la detonación de una bomba toridades intelectuales cuando medianamente se re- panfletaria al momento de la crisis de la Metrovía (un fieren a tensiones sociales resultantes de prácticas de momento que catalizó un amplio descontento popu- discriminación, la mía fue precedida por una locución lar), el Alcalde sugirió a sus autores que imprimieran en off que rezaba “hay quienes se quejan de…”, sien- sus proclamas en papel higiénico.

62 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 La domesticación de los urbanitas en el Guayaquil contemporáneo eso signifique que han visto el programa sola- El don de la ciudadanía entra, así, en un mente para jurar la bandera, llenar el examen circuito de intercambios con la mercancía te- y ganar un certificado en el mejor de los levisada. La “autoestima” se espera que de- casos. Después de todo, no son precisamente venga en devoción política por parte de los niños como los textos de ciudadanía lo qui- sujetos creados. Más allá de Marcel Mauss, la sieran, sino personas que pelean su supervi- fantasía de la ciudad regenerada y sus tecno- vencia en una ciudad de carne y hueso, donde logías disciplinarias deben traducirse en los colores de la piel ciertamente han pesado votos. En octubre de 2006, sin embargo, los dramáticamente a la hora de forjar sus pro- relatos electorales en la ciudad de Guayaquil pias esperanzas y de situarlas en el mercado y la provincia del Guayas desnudaron la exis- laboral de cierta manera. tencia de un cortocircuito entre regalos (li- La plusvalía de los materiales analizados ra- bros gratuitos) y mercancías: dica en avanzar una agenda conservadora, pa- ralizante y naturalizante de las relaciones so- “Ninguna transacción mercantil es pura- ciales al afirmar la ideología de la ciudadanía mente instrumental; siempre envuelve un como resultante de decisiones vo l u n t a r i a s , sentido de reciprocidad; igualmente, todo s u b j e t i vas, personales, y de actos de constric- intercambio de regalos guarda siempre un ción internos antes que de debates públicos, elemento de cálculo. La televisión añade algo a esta ecuación. Invoca la lógica del p rocesos y transformaciones sociales. La justi- don dentro del espacio privado asegurán- cia de Justo es una acción íntima: Pa u l o dolo para el intercambio de mercancías. Coelho-meets-Raúl Vallejo, y la vida social de Las experiencias del intercambio de regalos Pro g reso y sus amiguitos dentro del sistema y mercancías puede, de esta manera, ser se- curricular confirma adicionalmente la tenden- parado y en consecuencia imaginado como cia subjetiva de la privatización de lo público.1 5 algo separado (Rajagopal 2001: 5-6, tra- Sujetos vaciados del blanco, del negro y de los ducción mía). matices entre ambos para ser rellenados de azul, celeste y blanco. Todo ello con la venia de El acto de ver la televisión es, adicionalmen- un Estado subordinado que ha optado por ol- te, un acto autónomo, generalmente indivi- vidarse de la secularización del mismo para fa- dual, aunque las variaciones culturales sean vo recer agendas partidarias e ideologías sobre cruciales a la hora del ejercicio interpretativo el carácter ciudadano destinado a pensarse a sí por parte de los receptores (Abu-Lughod mismo como la pieza más íntima en la core o- 2006). El espacio privado de la recepción se grafía del Estado (De r by 1998). halla abierto a la reconstrucción imaginativa y no existe un correlato directo entre el mer- cado y las comunidades interpretativas que se 15 Vallejo, siendo Ministro de Educación, mediante el van tejiendo al momento de la mirada televi- acuerdo ministerial # 249 de Mayo de 2006 dispuso la distribución gratuita de estos libros para su uso en siva (Rajagopal 2001). En la imaginación de “colegios fiscales, fiscomisionales y particulares del la mesera, mi interlocutora principal sobre cantón Guayaquil, así como un CD en formato de Ap re n d a m o s, el currículum impartido no DVD por colegio, que recoge los programas televi- sivos que complementan el texto escrito”. El principal tenía importancia, abandonó su carácter de considerando de dicho acuerdo es disponer “la uti- espectadora y, por último, el intento de obte- lización del texto ‘Ciudadania: una oportunidad para ner su certificado. Datos oficiales dan cuenta todos’ como instrumento didáctico toda vez que se de menos de un 10% de estudiantes que cul- enmarca dentro de los lineamientos de la Campaña Nacional de Educación Ciudadana impulsada por el minan todo el proceso tal como fuera inicial- Ministerio de Educación y Cultura”. mente planificado. Probablemente, al con-

63 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 X. Andrade trario de los mentalizadores y de los serios De r b y, Lauren Hutchinson, 1998, “T h e educadores envueltos en diseñar un proceso Magic of Modernity: Dictatorship and educativo inédito en el medio, los materiales Civic Cu l t u re in the Do m i n i c a n analizados forman parte del terreno sembra- Republic, 1916-1962”, Di s e r t a c i ó n do para la formación de ciudadanías depen- Doctoral, De p a r tamento de Hi s t o r i a , dientes, un terreno abonado con anterioridad Universidad de Chicago. Mimeo. por el resto de dispositivos ordenadores que Kingman Garcés, Eduardo, 2006, La ciudad conforman la renovación urbana. y los otro s: Quito 1860-1940, Fl a c s o - Ecuador y Universidad Rovira e Virgili, Quito. Bibliografía K i r s h e n b l a t t - Gimblett, Barbara, 1998, Destination Cu l t u re: Tourism, Mu s e u m s , Abu-Lughod, Lila, 2006, “Interpretando la(s) and Heritage. Be rk e l e y, Un i v ersity of cultura(s) después de la televisión: sobre el California Press, Los Angeles y Londres. método”, en ÍCONOS, No. 24, Flacso- Miller, William Ian, 1998, The Anatomy of Ecuador, Quito, p. 119-141. D i s g u s t , Ha rva rd Un i versity Pre s s , Andrade, Xavier, 2006, “’Más ciudad’ y Cambridge, MA y Londres. menos ciudadanía: renovación urbana y Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil, aniquilación del espacio público en 2006, Curso de ciudadanía. Una oportuni - Guayaquil”, en Ecuador Debate, No. 68, dad para todos, Muy Ilustre Municipalidad Centro Andino de Acción Popular, Quito, de Guayaquil, Guayaquil. p. 161-197. Paredes Ramírez, Wellington, 2006, “Más A retxaga, Begoña, 2003, “Ma d d e n i n g Ciudadanía para Guayaquil”, en Diario States”, en Annual Review of Anthropology, Expreso, Guayaquil. No. 32, Annual Reviews, p. 393-410. Rajagopal, Arvind, 2001, “Introduction”, en Berlant, Lauren y Michael Warner, 1998, A r vind Rajagopal, autor, Politics After “Sex in Public”, en Critical Inquiry, No. Television: Hindu Nationalism and the 24, Vol. 2, C.I. Publications, p. 547-566. Reshaping of the Public in In d i a, Berlant, Lauren, 1997, The Queen of America Cambridge University Press, Cambridge, Goes to Washington City: Essays on Sex and UK y Madrid. Ci t i ze n s h i p , Duke Un i versity Pre s s , Taussig, Michael, 1993, Mimesis and Alterity: Durham y Londres. A Pa r ticular Hi s t o r y of the Se n s e s, Caldeira, Teresa P.R., 2000, City of Walls: Routledge, Nueva York y Londres. Crime, Segregation, and Citizenship in Sao Zizek, Slavoj, 2001, “From Western Marxism Pa u l o , Un i v ersity of California Pre s s , to Western Bu d d h i s m”, en Ca b i n e t Berkeley, Los Angeles y Londres. Magazine, No. 2, New York, p. 33-36.

64 ÍCONOS 27, 2007, pp. 51-64 Criminalización de la libertad de expresión: protesta social y administración local en Guayaquil Criminalization of free speech: social protest and local administration in Guayaquil

Xavier Flores Aguirre Abogado, Universidad Católica de Santiago de Guayaquil

Email: [email protected]

Fecha de recepción: noviembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen Mediante el estudio de la detención de tres personas por protestar en contra de la Metrovía, este artículo analiza la naturaleza de la imposición de las políticas públicas en Guayaquil. Para el efecto, se recogen los hechos narrados en los medios de prensa de la ciudad, se los encuadra dentro de una práctica política local generalizada y se los contrasta con teorías contemporáne- as de derechos humanos en materia de libertad de expresión. El artículo demuestra el carácter autoritario y antidemocrático de las autoridades locales y la necesidad de crear espacios que res- peten y propicien el debate crítico entre las autoridades y la sociedad civil sobre las políticas pú- blicas.

Palabras clave: criminalización de la protesta, libertad de expresión, políticas públicas, espacio público, Guayaquil, sociedad civil

Abstract Through a case study of the detention of three people for protesting in opposition to the Metrovía, this article analyzes the authoritative nature of the public politics in Guayaquil. To do so, the facts are narrated as they were seen by the local press, and fitted inside a widespread political practice. Finally, they are contrasted to contemporary theories of human rights as for freedom of speech. The article demonstrates the authoritarian and undemocratic character of the local authorities and the need to create spaces that respect and propitiate the critical debate in relation with the public politics between the authorities and the civil society.

Keywords: criminalization of protest, freedom of speech, public policies, public space, Guayaquil, civil society

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 65-75 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Xavier Flores Aguirre

a Metrovía es el sistema integral de de la sociedad civil como de las autoridades transporte masivo urbano de la ciudad locales. L de Guayaquil. Empezó a operar a fina- Este artículo intenta, primero, encuadrar les de julio de 2006 y lo administra la estos hechos dentro de una práctica generali- Fundación Municipal Tr a n s p o r te Ma s i vo zada de imposición de políticas públicas y, se- Urbano de Guayaquil, conocida como “Fun- gundo, contrastarlos con teorías contemporá- dación Metrovía”, cuyas funciones son el neas de derechos humanos en materia de li- control, la gestión y la supervisión de la eje- bertad de expresión. El objetivo es desentra- cución del sistema mediante la tercerización ñar las deficiencias del discurso y la praxis de de sus servicios1. La puesta en marcha de la las autoridades locales, que rayan en una na- Metrovía implicó el reemplazo de varias líne- turaleza autoritaria y antidemocrática, y que as de transporte público, hecho que motivó la advierten de la grave necesidad de fortalecer protesta de la ciudadanía en lo que podría la participación de la sociedad civil y la insti- considerarse como una de las primeras mani- tucionalidad local y la creación de espacios festaciones críticas que desde la sociedad civil que respeten y propicien el debate crítico en se realiza hacia los proyectos masivos de la relación con las políticas públicas. Municipalidad de Guayaquil, que desde el inicio de la administración socialcristiana (1992-presente) suele gozar de generalizada y La protesta y las detenciones acrítica aceptación. En este artículo se analiza la naturaleza de El lunes 14 de agosto de 2006, alrededor de la imposición de las políticas públicas en las 19h00, aproximadamente 200 moradores Guayaquil, a partir la detención de tres per- de las urbanizaciones La Floresta y La Pradera sonas por protestar en contra de la Metrovía. realizaron una protesta que interrumpió el El análisis se realiza a partir de los datos reco- paso vehicular en el paradero denominado gidos en los medios de prensa escrita de la “La Floresta 2”. La protesta bloqueó el tránsi- ciudad de Guayaquil desde el 15 de agosto de to de la Metrovía. El fundamento de la pro- 2006, el día después de realizadas las deten- testa era que la implementación del sistema ciones a quienes protestaron, hasta el 10 de Metrovía los obligaba a caminar varias cua- septiembre de 2006, aproximadamente dos dras en circunstancias inseguras hasta llegar a semanas después de su liberación, sucedida el la estación más cercana, lo cual se había pro- 28 de agosto de 2006. Los medios de prensa ducida debido a la eliminación de varías líne- consultados fueron los diarios locales El as de transporte urbano. Además, se decía, en Universo, El Telégrafo, Expreso y Extra. Vale el breve período de funcionamiento de la destacar que la cobertura fue distinta en cada Metrovía ya varias personas habían sido vícti- uno de ellos: El Universo mantuvo una posi- mas de los delincuentes. La protesta duró ción informativa pero distante; El Telégrafo aproximadamente 20 minutos y se realizó de fue parco; Expreso y Extra, ambos pertene- manera pacífica hasta la irrupción en escena cientes al mismo grupo empresarial (Gra- de miembros de la Policía Nacional, quienes nasa), aportaron con la información más sus- comandados por el Jefe de la Unidad de tanciosa para la redacción de este artículo, en Vigilancia Sur, coronel Bolívar Obando, ro- la medida en que sus notas de prensa involu- ciaron gas al grupo (en el que habían mujeres craban las opiniones de varios actores tanto y niños), golpearon a varias de las personas, destruyeron la evidencia de su agresión y de- 1 Ver más información en www.metrovia-gye.com tuvieron a cinco personas: los ciudadanos

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Jorge Gilbert, Antonio Malagón y Johnson por la prohibición de salida del país, en razón García, y el camarógrafo Eduardo Molina y de considerar que de las versiones receptadas su asistente Christian Vera, del canal de tele- en la Fiscalía se desprendía que los incidentes visión Canal 1. De acuerdo con los medios de se adecuan a lo que tipifica el Art. 129 del p rensa, la detención de Gi l b e rt se perpetró Código Penal, que establece una sanción de p recisamente porque emitió declaraciones uno a tres años y una multa de 44 a 87 dóla- para Canal 1, mientras que a Ga rcía lo detu- res. Los tres ciudadanos salieron libres, pero v i e ron porque reclamó al coronel Obando las el proceso sigue su marcha. El 17 de noviem- r a zones por las cuales insultaba a Gi l b e rt, que bre el Fiscal emitió un dictamen en el que ab- en ese momento emitía sus declaraciones. A solvió a Malagón y García y acusó a Gilbert, Malagón lo detuvieron, según sus declaracio- a quien le imputó la autoría del delito de pa- nes y las de testigos del hecho, por curioso. La ralización de servicios públicos. detención del camarógrafo Molina se debió a que éste filmó la agresión policial; los agentes de policía sacaron y dañaron la cinta de vídeo La crítica ciudadana que Molina había grabado. La detención de Vera, su asistente, se debió a que éste intentó La detención de Gilbert, Malagón y García defenderlo; también fue golpeado por miem- provocó algunas críticas desde la sociedad b ros de la policía. El martes 15 de agosto, el civil. Los propios moradores del sector pro- Intendente de Policía del Guayas, Fr a n c i s c o testaron en un parque para exigir su libertad; Nickel, ordenó la liberación de los periodistas. recolectaron firmas entre ellos y presentaron Los tres ciudadanos detenidos no corrie- una denuncia ante la Defensoría del Pueblo. ron con la misma suerte. El mismo día que Organizaciones de derechos humanos repro- los detuvieron, el 14 de agosto, fueron trasla- charon los hechos. El Comité Ecuatoriano de dados a la Penitenciaría del Litoral. Al día si- Derechos Humanos y Sindicales, que respal- guiente, el Juez décimo quinto de lo penal del dó legalmente a los detenidos, manifestó Guayas, José Ramírez, formalizó su detención duras críticas a la manera en que se condujo por obstruir y paralizar la Metrovía. El Fiscal el proceso. Su Secretario señaló que con este Héctor Vanegas inició la instrucción contra procesamiento lo que se lograba era “coartar los tres detenidos por el delito tipificado en el los derechos ciudadanos de expresar su in- artículo 158 del Código Penal: “sabojate y te- conformidad sobre un determinado tema, en rrorismo de bienes públicos”, que no es sus- este caso la Metrovía”. El Comité Permanente ceptible del pago de fianza. El 25 de agosto, por la Defensa de los Derechos Humanos ex- en su peritaje de los hechos, el Fiscal verificó presó que no podía admitirse la criminaliza- que la protesta de los moradores ocurrió a 38 ción de la protesta ni tampoco la violenta res- metros de la parada de la Metrovía, entre las puesta de las autoridades policiales, que aca- calles Roberto Serrano y Primera de la ciuda- rrea una reacción, a su vez, violenta. Su dela La Floresta I y solicitó al Juez vigésimo Secretario Ejecutivo calificó como “absurdo y cuarto de lo penal del Guayas, Luis Rojas, la antidemocrático” que ante los reclamos de los revocatoria de la prisión preventiva que pesa- moradores de La Floresta se reaccione de esa ba contra los tres detenidos por considerar manera y sostuvo la existencia de una falta de que se desvanecieron los elementos de con- diálogo y la urgencia de propiciar uno en el vicción. El lunes 28 de agosto, el Juez susti- que participen todos los sectores sociales. tuyó la orden de prisión preventiva que pesa- El Defensor (e) del Pueblo del Guayas es- ba en contra de Gilbert, Malagón y García timó que “todos tienen derecho a re c l a m a r” y

67 ÍCONOS 27, 2007, pp. 65-75 Xavier Flores Aguirre que la pena que se les pretendía aplicar a los namiento de la Metrovía. Asimismo, varios detenidos era “t e r r i b l e”. Abogados en libre editoriales criticaron la falta de información e j e rcicio y funcionarios del Ministerio Público en la puesta en marcha de este medio de del Guayas calificaron de “improcedente, ile- transporte. Sin embargo, pocas veces critica- gal y absurd a” la acusación contra los deteni- ron de manera directa las acciones que se ini- dos; uno de ellos sostuvo incluso que lo que se c i a ron en contra de Gi l b e rt, Malagón y p retendía era desconocer el derecho de la ciu- García. En realidad, sólo el editorialista Emi- dadanía a protestar y que “indudablemente la lio Palacio y el autor de este artículo publica- administración de justicia está siendo maneja- mos en nuestras columnas editoriales de dia- da desde la Mu n i c i p a - l i d a d” . rio El Universo una crítica a los hechos repre- En distintos medios impresos, miembros sivos del 14 de agosto y sus consecuentes de- de la sociedad civil expresaron sus abiertas tenciones. Emilio Palacio expresó que las au- críticas. Entre otros, psicólogos calificaron los toridades entendían la democracia “como el hechos de “actitud fascistoide, donde los ciu- acto de ir a votar cada cuatro años. Los ciu- dadanos no tienen derecho a protestar” y sos- dadanos en ese lapso solo pueden hablar y es- tuvieron que “la manifestación y la piedra si- cribir para hacerle la venia al jefe. Las discre- guen siendo expresiones de frustración, ante pancias no están permitidas. Son socialmente la ausencia de espacios de diálogo verdadero”. rechazadas. Y si eres un ciudadano de a pie El sociólogo Héctor Chiriboga señaló que era [como Gilbert, Malagón y García], terminas costumbre “atropellar a las clases desposeídas” tras las rejas”. En la misma línea, en mi edi- y, en ese contexto, comparó la protesta que torial expresé que “la protesta, siempre que realizaron los moradores de la vía a Sambo- sea pacífica (como en este caso), no es acto rondón por la apertura del puente Carlos que merezca reproche ni sanción penal por- Pérez Perasso y la protesta de La Floresta: “en que es un acto que se ejecuta bajo el amparo el norte no se apresó a nadie y se entregó la de un derecho fundamental de toda sociedad obra, en el sur fue todo lo contrario”, con lo civilizada, cual es el derecho a la libertad de cual sugirió la existencia de un trato diferen- expresión”, una sociedad democrática “no se cial en función de la clase social de quienes construye sobre la base de una imposición protestan. Enfatizó también que “hay que sino sobre las posibilidades de escuchar las crear estaciones de expresión ciudadana para voces disidentes. Ojala que este caso constitu- desterrar la confrontación”, para que se em- ya un ejemplo de que en esta ciudad […] piece a tomar en cuenta a las comunidades pueden privilegiarse las ideas y el debate pú- afectadas por las políticas públicas y se propi- blico en torno a ellas por sobre la imposición cie la reflexión crítica en la esfera pública. El de una noción de orden público que acalla la antropólogo Xavier Andrade denunció que la disidencia”. Estas fueron, por cierto, las úni- falta de diálogo y las políticas inconsultas son cas críticas que las autoridades locales respon- el estilo de la Municipalidad y cita como dieron. ejemplos el proyecto del puerto Santa Ana, con posibles consecuencias dramáticas res- pecto de la privatización de las orillas del La reacción y sus consecuencias Guayas y la intención de convertir el antiguo aeropuerto en centro de convenciones sin es- Al día siguiente de los hechos, la reacción del tudio técnico alguno. presidente de la Fundación Metrovía, Fede- En varias ocasiones, distintos periódicos rico von Buchwald, fue declarar que no sabía del medio recogieron quejas sobre el funcio- qué buscaban quienes protestaban: “no sé en-

68 ÍCONOS 27, 2007, pp. 65-75 Criminalización de la libertad de expresión: protesta social y administración local en Guayaquil tonces cuáles son los motivos del reclamo, es- un servicio público, siempre y cuando canali- tamos investigando, incluso a algunos trans- cen sus protestas dentro de la ley”, y que los portistas”. Pero sí enfatizó, con dudosa agu- actos de Gilbert, Malagón y García “[perjudi- deza, que “quienes sean detenidos por parali- caron] a decenas de miles de personas [sic] de zar la Metrovía deberán comprarse un libro escasos recursos que acudían a sus casas desde muy grande porque pasarán mucho tiempo sus lugares de trabajo [lo que] la ley, no noso- en la cárcel”. Lo secundó en este punto el ge- tros, y más precisamente el artículo 158 del rente de la Fundación Metrovía, Mario Guz- Código Penal, califica […] como un delito mán, quien señaló que “quien paralice el ser- penado de 8 a 12 años de reclusión”. Más vicio público de transporte habrá incurrido aún, dicho funcionario fustigó la actuación en un delito que se pagará hasta con 12 años del Fiscal Vanegas, que solicitó la revocatoria de cárcel”. de la prisión preventiva de los encausados, a El día siguiente de esa declaración, el 16 quien acusó de prevaricar y sobre quien de- de agosto, se pre s e n t a ron ante la prensa el claró que “habrá que tomar medidas contra p residente de la Fundación Me t rovía y el él”. La comunicación termina con una grave Di rector de la Comisión de Tránsito del sentencia: “recurriremos a la ley y a la justicia Guayas, Ro b e r to Pólit, con el propósito de para que se sancione a quienes, a cualquier tí- solicitar que la ciudadanía apoye a la Me t ro - tulo, paralicen el servicio público de la vía. De c l a r a ron que la “c o n f u s i ó n” por la eli- Metrovía”. minación de los buses “se va superando” y Las opiniones de otras autoridades locales que se harían modificaciones en el re c o r r i d o son análogas a las emitidas por los funciona- de ciertas líneas para servir adecuadamente a rios de la Fundación Metrovía. Muchas de los moradores de La Pradera y La Fl o re s t a estas opiniones se realizaron con posteriori- que protestaban. No hicieron, sin embargo, dad a la liberación de Gilbert, Malagón y m a yo res comentarios sobre las agre s i o n e s García y se referían a protestas de los estu- contra los periodistas: “la policía nacional diantes que tenían fundamento en otros he- tiene que responder sobre eso” dijo vo n chos, como la muerte de Homero Torres Buchwald y se desentendió del asunto. Esto, (quien el 1 de septiembre fue arrollado por a pesar que el propio jefe del Comando un bus de la Metrovía), la detención de per- Guayas de la policía, coronel Víctor Hu g o sonas que protestaban o el funcionamiento C ó z a r, reconoció ante la prensa “los erro re s mismo de la Metrovía. Todas estas protestas de procedimiento de un oficial” en la deten- no se realizaron siempre de manera pacífica, ción de quienes protestaban. con lo cual conviene establecer una diferencia Las autoridades locales no se refirieron en entre las consecuencias y responsabilidad que ningún momento a las críticas que contra sus pueden derivarse de las protestas pacíficas, políticas se realizaron en los medios de pren- como la sucedida el 14 de agosto, y aquellas sa locales, salvo el caso de las columnas edito- que no lo son. Sin embargo, cabe destacar riales arriba referidas. La respuesta del presi- que para ambos tipos de protesta, la política dente de la Fundación Metrovía, publicada el de las autoridades locales se mantuvo del 3 de septiembre, no tiene reparo: describe al mismo modo inflexible. detalle su política de criminalización de la El gobernador Carlos Ortega expresó que protesta. Von Buchwald sostuvo que “un ciu- “según el artículo 129 del Código Penal, los dadano o varios pueden criticar, pedir correc- que participaron en este incidente serán san- ciones, protestar incluso, manifestar respecto cionados por la Fiscalía del Guayas por tra- -entre otras cosas- al [sic] funcionamiento de tarse de un delito”, mientras que el Alcalde de

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Guayaquil, Jaime Nebot Saadi, expresó que ario de las autoridades locales en materia de “en lo que concierne al Municipio de política social: la continua imposición de una Guayaquil, no permitiremos que las avenidas disciplina sobre los usos públicos que se apli- sean destruidas bajo el pretexto de una pro- ca en Guayaquil bajo los auspicios del deno- testa. Si hay que sancionar a alguien con todo minado proceso de “regeneración urbana”. el rigor de la ley lo tendremos que hacer”, y Esta disciplina se manifiesta en una serie de añadió, “no tiene justificativo que las obras de prohibiciones2 y de regulaciones inconsultas la ciudad, que están en gran desarrollo, sean (verbigracia, la estética que en general se im- destruidas o convertidas en lugares para pro- pone, la eliminación de las bancas en la zona tagonizar manifestaciones. No estoy de acuer- regenerada, la implantación de disfuncionales do con esa actitud”. También afirmó de áreas verdes, etc.). Este fenómeno conduce, modo tajante: “En Guayaquil, con o sin en esencia, a la existencia de una arquitectura ayuda del Estado, yo mantendré el orden, urbana que propicia la conversión del ciuda- como lo he hecho muchas veces (…) Si el dano en turista de su propia ciudad y a un Gobernador no pone orden, Nebot pone uso del espacio público sujeto a una vigilan- orden”. cia extrema que favorece la comisión de vio- El director del área de Justicia y Vigilancia laciones a las libertades civiles de las personas, del municipio de Guayaquil, Andrés Roche, en nombre de una idea sesgada o arbitraria declaró que la obstaculización de la vía públi- del orden y la seguridad3. ca se sanciona con penas de 8 a 12 años de Cabe destacar que la imposición de esta prisión. Además de esta inflexibilidad y evi- política pública de continuas prohibiciones y dente criminalización de la protesta, la estra- de apropiación privada de los espacios públi- tegia de las autoridades locales consistió en cos es materia de escasa discusión en una ciu- vincular la política y las protestas, como una dad en la que el discurso de las autoridades se manera de desvirtuar la naturaleza de esas acepta casi sin crítica alguna por parte de sus protestas. Así, el gobernador de la provincia habitantes. Este aparente consenso, por su- del Guayas sostuvo que “no permitirá el de- puesto, lejos de legitimar las acciones de las sorden público y tomas de vías, con el pretex- autoridades de la ciudad, es meramente indi- to del fervor existente por el proceso electoral cativo de la autosatisfacción y la apatía de las próximo a realizarse en el país”, mientras el alcalde acusó a un movimiento político de iz- 2 Entre ellas, las prohibiciones de ingreso a áreas públi- quierda de politizar las protestas y movilizó a cas (el lugar X “se reserva el derecho de admisión”), de besarse, de sentarse, de circular o de comportarse de partidarios del Partido Social Cristiano (PSC) una manera distinta a la ordenada, de vestimenta para y funcionarios municipales a que se concen- el caso de los habitantes del cerro Santa Ana y de los traran en zonas céntricas de la ciudad con el taxistas -fallida esta última-, de acceso de los despose- supuesto propósito de “defender la Metrovía ídos -vagos y mendigos- y de los vendedores informa- les a las áreas regeneradas, lo que se traduce en una y la obra del alcalde de Guayaquil”. verdadera “limpieza sociológica” del sector y en abu- sos varios de las autoridades que aplican esta restric- ción. 3 Una aproximación sobre este fenómeno puede apre- Intermedio crítico ciarse en el ensayo del antropólogo X. Andrade (2006). Fuera de unas pocas voces críticas en los me- La reacción de las autoridades locales ante dios de comunicación locales, es probable que el mayor cuestionamiento a la obra de la regeneración estos hechos de protesta no constituye, ni urbana proceda del ámbito artístico local. Una genea- mucho menos, un caso aislado. La reacción logía de ese fenómeno puede consultarse en Kronfle es, en todo caso, lógica consecuencia del ide- Chambers en este dossier de ICONOS.

70 ÍCONOS 27, 2007, pp. 65-75 Criminalización de la libertad de expresión: protesta social y administración local en Guayaquil elites y la clase media (que son las directas be- Jaime Nebot como el director de la neficiarias de las mismas) y el silenciamiento Fundación Me t rovía, Federico von Bu c h - de los excluidos del proceso de “regeneración wald, sostuvieron siempre que los actos de urbana”. La consecuencia de lo anterior es la protesta que en la vía pública realizaron Gil- producción de una ciudadanía mínima, que bert, Malagón y García merecían una conde- carece en general de los canales de expresión na penal, en específico, la establecida en el ar- para manifestar su eventual descontento con tículo 158 del Código Penal, de 8 a 12 años las políticas públicas que las autoridades de de prisión. Esta criminalización de la protes- Guayaquil les imponen, casi en todos los ta se halla en plena sintonía con el discurso y casos, de manera inconsulta. la praxis de las autoridades locales en materia de política social. Esta criminalización exclu- ye el análisis jurídico que desde el derecho El derecho constitucional y el derecho de los derechos humanos se puede realizar de este fenómeno. Teniendo como contexto la producción de Esta exclusión contribuye a que las autorida- esta ciudadanía mínima, la criminalización des locales tengan una visión claramente ses- que varias autoridades locales hicieron de los gada de este fenómeno. actos de protesta de los ciudadanos de las ur- Su visión es sesgada porque cabe, en efec- banizaciones La Floresta y La Pradera merece to, la realización de un análisis jurídico mu- una crítica jurídica desde dos perspectivas cho más complejo. Uno que comprenda que que tienen íntima relación entre sí. La prime- las protestas en la vía pública son una mane- ra: que el análisis jurídico que vertieron las ra de ejercer los derechos a la libertad de ex- autoridades locales sobre los actos de protesta presión y a la libertad de reunión que garan- es asaz limitado porque implica la reducción tizan tanto la Constitución como los tratados de este fenómeno a un ámbito exclusivamen- de derechos humanos. En este sentido lo en- te penal, cuando en el contexto descrito es tendió el Informe Anual 2005 de la Relatoría evidente que existe una colisión de derechos. para la Libertad de Expresión de la Comisión La segunda: que en virtud de que el análisis Interamericana de De r echos Hu m a n o s jurídico se relaciona con una evidente coli- (CIDH), que dedicó su Capítulo V al análisis sión de derechos, inter alia, el derecho a la li- de “Las manifestaciones públicas como ejerci- bertad de circulación y el derecho a la liber- cio de la libertad de expresión y la libertad de tad de expresión, las autoridades locales, y reunión”. Precisamente, en su primer párrafo con mayor razón las autoridades judiciales, la Relatoría destacó: deben resolver esa colisión a favor del derecho que de mejor manera desarrolle los presu- “Los sectores más empobrecidos de nues- puestos de una sociedad democrática, esto es, tro hemisferio confrontan políticas y ac- el derecho a la libertad de expresión. ciones discriminatorias, su acceso a la in- formación sobre la planificación y ejecu- ción de medidas que afectan sus vidas dia- La colisión de derechos rias es incipiente y en general los canales tradicionales de participación para hacer En los hechos del caso se demostró que el públicas sus denuncias se ven muchas único entendimiento que las autoridades lo- veces cercenados. Ante este escenario, en cales tuvieron acerca de los hechos de protes- muchos países del hemisferio, la protesta y ta en contra de la Metrovía fue su criminali- la movilización social se han constituido zación. Así, en particular, tanto el alcalde como herramienta de petición a la autori-

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dad pública y también como canal de de- Con fundamento en esta doctrina del “foro nuncias públicas sobre abusos o violacio- público” y, en particular, en el criterio ex- nes a los derechos humanos”. (CIDH puesto por la Relatoría de la CIDH, debe en- 2005)4. tenderse que la protesta que realizaron en la vía pública Gilbert, Malagón, García y otras La primera parte de la opinión de la Re l a t o r í a decenas de personas la noche del 14 de agos- refleja una realidad sociológica que se aplica to del 2006 constituyó, no un acto criminal plenamente en el país y, en part i c u l a r, en como sostuvieron las autoridades locales, sino Guayaquil. La actuación de las autoridades lo- una manera de expresar su descontento por el cales en este caso concreto de las protestas así funcionamiento del servicio de transporte lo acredita. La lógica consecuencia de ello no masivo Metrovía y de peticionar ante las au- puede ser otra que la mencionada por la toridades públicas para que efectúen cambios Relatoría, esto es, que la protesta y la mov i l i- en sus políticas a este respecto. zación social constituyen, dadas las circ u n s- El corolario de esta primera crítica jurídi- tancias, mecanismos de petición y denuncia ca es, entonces, que el caso de la protesta en ante las autoridades públicas. Un apoyo adi- contra de la Metrovía implica un análisis ju- cional (tan necesario como implícito) para rídico que trascienda la visión estrictamente esta consideración hecha por la Relatoría se penal que las autoridades locales tienen del halla en la consolidada doctrina del “f o ro pú- asunto en virtud de la evidente colisión de b l i c o” que largamente ha sostenido la Cort e derechos, cuando menos, entre el derecho a la Su p rema de los Estados Unidos de América circulación y el derecho a la libertad de ex- desde el caso Hague vs. C.I.O. En esa ocasión, presión. este alto tribunal se pronunció sobre el uso de la vía pública en los siguientes términos: La primacía del derecho a la libertad de expresión “[Las calles], desde tiempos inmemoriales, se han utilizado con los propósitos de reu- En el contexto de esta colisión de derechos es nión y de comunicación de ideas entre los importante destacar el valor que el derecho a ciudadanos, y para la discusión de temas la libertad de expresión tiene para toda socie- públicos. Tal uso de las calles y de los espa- cios públicos, desde antiguo, ha sido parte dad que se precie de democrática. En una de los privilegios, inmunidades, derechos y opinión que forma parte de la jurisprudence l i b e r tades de los ciudadanos” (Cort e constante de la Corte Europea de Derechos Suprema de los EEUU: Hague vs. C.I.O). Humanos (CEDH), este alto tribunal deter- minó que: 4 Sobre la primera parte de esta cita, que hace referen- cia a las circunstancias sociales en que el derecho a la “[…] la libertad de expresión constituye manifestación pública se encuadra, conviene recordar uno de los pilares esenciales de una socie- las palabras del Juez William Brennan de la Corte dad democrática y una condición funda- Suprema de Justicia de los Estados Unidos: “Los mé- todos convencionales de peticiones puede ser, como mental para su pro g reso y para el desarro l l o suelen serlo, inaccesibles para grupos muy amplios de personal de cada individuo. Dicho dere c h o ciudadanos. Aquellos que no controlan la televisión o no solo debe garantizarse en lo que re s p e c- la radio, aquellos que no tienen la capacidad econó- ta a la difusión de información o ideas que mica para [expresar sus ideas] a través de los periódi- son recibidas favorablemente o considera- cos o hacer circular elaborados panfletos, pueden lle- gar a tener un acceso limitado a los funcionarios pú- das como inofensivas o indiferentes, sino blicos” (Juicio “Adderley versus Florida”, 385 U.S. 39, también en lo que toca a las que ofenden, 1966). resultan ingratas o perturban al Estado o a

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cualquier otro sector de la población. Ta l e s Como ya se mencionó, las circunstancias so- son las demandas del pluralismo, la tole- ciales son las que habilitan que se utilicen rancia y el espíritu de apertura, sin las cua- estos mecanismos de participación., y con les no existe una sociedad democrática mucha mayor razón en los países que tienen 5 […]” (CIDH 2005, capítulo V) . democracias tan débiles y poco institucionali- zadas como el nuestro, Esto no implica, por Como ya se expuso en el apartado anterior, el supuesto, que el ejercicio de este derecho a derecho a manifestarse en la vía pública se manifestarse públicamente carezca de límites. contiene en el derecho a la libertad de expre- En efecto, el derecho a la libertad de expre- sión. En este sentido, tal como ha destacado sión no es un derecho absoluto: el artículo 23 la Relatoría de la CIDH, “la participación de numeral 9 de la Constitución y el artículo 13 las sociedades a través de la manifestación pú- de la Convención Americana se los imponen. blica es importante para la consolidación de Es evidente que esta defensa de la libertad de la vida democrática de las sociedades” (Íbi- expresión no pretende desentenderse de los dem). De ahí que, en relación con la colisión efectos colaterales de las protestas. Sin duda de derechos que se mencionó, la Relatoría re- alguna, la comunidad tiene el derecho de re- conoce que: prochar los excesos que muchas veces suceden en el curso de una protesta (rotura de bienes “[…] al momento de hacer un balance públicos, lesiones, etc.), incluso mediante el sobre el derecho de tránsito, por ejemplo, recurso al derecho penal. Pero aún en esos y el derecho de reunión, corresponde tener en cuenta que el derecho a la libertad de casos, tal como aclara el jurista argentino Ro- expresión no es un derecho más sino, en berto Gargarella, “no debe perderse de vista lo todo caso, uno de los primeros y más im- más importante: es perfectamente posible portantes fundamentos de toda la estruc- distinguir estos reprochables excesos de la tura democrática: el socavamiento de la li- prioritaria necesidad de resguardar las expre- bertad de expresión afecta directamente al siones públicas de la ciudadanía” (Gargarella nervio principal del sistema democrático” 2000). (Íbidem).6 En efecto, la sanción penal para situacio- nes de protesta se debe dar en casos absoluta- 5 Esta opinión también se recoge en la jurisprudencia mente excepcionales. Debe aplicarse como de la Corte y Comisión Interamericanas de Derechos excepción, solo cuando suceden hechos de Humanos. violencia que estrictamente la requieran: no 6 En el Informe de la Relatoría se cita un caso del es nunca la regla a la cual debe sujetarse la ac- Tribunal Constitucional español que, dada la simili- tud con los hechos en cuestión, amerita una mención. ción de las autoridades siempre que éstas sean El peticionario recibió una sanción por participar en auténticamente democráticas. La lógica de una manifestación que interrumpió el tránsito por 45 esta excepcionalidad de la sanción penal estri- minutos. El Tribunal sostuvo que la interrupción del tráfico no puede considerarse, sin más, como una ba en el efecto amedrentador del debate pú- conducta contraria al límite que específicamente esta- blico que puede darse en virtud de su impo- blece el art. 21.2 CE (alteración del orden público), sición. En este sentido, la Relatoría para la pues, tal y como se ha indicado, los cortes de tráfico sólo pueden considerarse comprendidos en dicho lí- Libertad de Expresión fue enfática en desta- mite cuando como consecuencia de los mismos pue- car las consecuencias de la penalización: dan ponerse en peligro personas o bienes. Dicho lo cual, el Tribunal resolvió que la sanción que se impu- so al peticionario le vulneró su derecho de reunión en nal Constitucional Español, 42/2000, Sentencias del la medida en que su conducta se hallaba amparada en 14 de febrero del 2000, FJ 2, citado CIDH 2005, pá- el ejercicio de este derecho fundamental” (Cfr. Tribu- rrafo 91).

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“El amedrentamiento a la expresión a tra- de las autoridades locales, en particular a la vés de la imposición de penas privativas de Alcaldía de Guayaquil. la libertad para las personas que utilizan el Dos menciones finales que tienen impor- medio de expresión antes mencionado, tancia en aras de entender la actuación de las tiene un efecto disuasivo sobre aquellos autoridades locales y que se refieren al com- sectores de la sociedad que expresan sus p o r tamiento de los agentes de la Po l i c í a puntos de vista o sus críticas a la gestión de Nacional en el caso concreto: de acuerdo con gobierno como forma de incidencia en los procesos de decisiones y políticas estatales la Relatoría para la Libertad de Expresión, que los afecta directamente [en virtud de “las autoridades públicas poseen medios ade- lo cual determinó que] es necesario valorar cuados para dispersar a multitudes, y que si la imposición de sanciones penales se aquellos responsables de mantener el orden constituye como el medio menos lesivo público deben hacer un esfuerzo para causar para restringir la libertad de expresión” sólo el mínimo posible de daños y violaciones (CIDH 2005, capítulo V)7. a la integridad física y para preservar y respe- tar la vida humana”. Asimismo, en cuanto a Con fundamento en lo expuesto, en la medi- la específica relación con los periodistas y ca- da en que la protesta que realizaron Gilbert, marógrafos que cubren una protesta pública, Malagón y García constituyó una protesta la Relatoría sostiene que “éstos no deben ser pacífica, que pretendía hacer conocer el des- molestados, detenidos, trasladados o sufrir contento de una parte de la sociedad en rela- cualquier otra limitación a sus derechos por ción con una política pública que les ocasio- estar ejerciendo su profesión” (CIDH 2005, naba un perjuicio, su actuación se encuadra- capítulo V, párrafos 98 y 101). En el caso de ba dentro del ejercicio de su derecho a la li- las protestas del 14 de agosto no sólo fue evi- bertad de expresión. Su actuación era una dente que la policía actuó a contramano de manifestación plenamente democrática; su estas obligaciones de respeto y garantía, sino criminalización por parte de las autoridades que es sintomático el silencio aquiescente de locales es exactamente lo contrario. La san- las autoridades civiles locales que, implícita- ción penal es válida solo por excepción; la in- mente, alienta este tipo de prácticas que se vocación al “orden público”, en las circuns- encuadran dentro de su política de criminali- tancias dadas, constituye un justificativo de zación de la protesta. una praxis autoritaria, misma que lamenta- Como corolario de esta segunda crítica ju- blemente no es extraña a los procedimientos rídica, conviene entonces mencionar nueva- mente a Roberto Gargarella: “El derecho 7 En un sentido análogo se expresó el Centro de debe proteger la protesta, en lugar de acallar- Estudios Legales y Sociales (CELS) (acaso sea la la, [porque] la democracia se asienta en el di- ONG de derechos humanos más importante de senso, más cuando tenemos una democracia Argentina) que analizó el derecho a la protesta en el marco del fenómeno “piquetero” y concluyó: “La se- representativa: dado que delegamos en los go- lección estatal de un acto de protesta como ilícito bernantes el poder político, el control de las penal, cuando esta selección se realiza en infracción a armas, es especialmente necesario que nos re- aquellos principios del poder penal del Estado -por ejemplo, porque el acto de protesta está amparado en servemos como sociedad la posibilidad de cri- el ejercicio legítimo de un derecho- constituye un su- ticarlos permanentemente” (Ga r g a re l l a puesto de criminalización ilegítima […] En caso con- 2005). Situación que, vale admitirlo, en el trario, el poder penal del Estado, lejos de conformar Guayaquil contemporáneo simplemente no un recurso de última ratio para el aseguramiento de la paz social, se utiliza como un mecanismo espurio de sucede. control social” (CELS 2003).

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75 ÍCONOS 27, 2007, pp. 65-75 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil1 Meditation and resistance: dialogues between art and urban regeneration in Guayaquil Rodolfo Kronfle Chambers Licenciado en Historia del Arte – Boston College, MA.

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Fecha de recepción: agosto 2006 Fecha de aceptación y versión final: noviembre 2006

Resumen La regeneración urbana ha transformado radicalmente a la ciudad de Guayaquil: el desarrollo de mega proyectos públicos, la mejora de servicios y la masiva construcción de infraestructura se han acompaña- do de normativas y regulaciones concomitantes que han modulado en cierta medida aspectos sociales, económicos y culturales. El innegable impacto positivo que ha tenido este fenómeno en la ciudad no está exento de que se señalen algunos aspectos problemáticos que conllevan estos procesos y las dinámi- cas que de ellos derivan. Durante varios años han aparecido en los circuitos artísticos públicos obras que entablan diálogos y preguntas en torno a estas aristas. Lejos de plantearse como una oposición tozuda a los aspectos provechosos de la regeneración, el campo artístico ha dado señales de querer establecer un espacio para el ejercicio ciudadano crítico afincado en la reflexión. Este texto se diseñó para una confe- rencia visual presentada en uno de los núcleos teóricos que convocó la más reciente Bienal de La Habana (Nuevos Signos de Visualidad Urbana y el Arte), por lo que aquí se reúne y contextualiza una selección de este tipo de obras.

Palabras clave: arte, arte contemporáneo, Guayaquil, regeneración urbana.

Abstract The urban regeneration has radically transformed the city of Guayaquil: the development of mega pub- lic projects, the improvement of services and the massive construction of different infrastructure have come together with normative and concomitant regulations that have modulated social, economic and cultural aspects. The undeniable positive impact of this phenomenon in the city is not excuse of some problematic aspects that bear these processes and the dynamics that derive from them. During several years, in the public artistic circuits have appeared works that establish dialogues and questions around these topics. This text was designed for a visual conference presented in one of the theoretical points that gathered the most recent Biennial of Havana (New Signs of Urban View and the Art), so here are ex- posed and contextualized a selection of this type of works.

Key words: art, contemporary art, Guayaquil, urban renewal.

1 Ponencia presentada en el Forum Idea, Evento Teórico, Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, La Habana en abril de 2006.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 77-89 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Rodolfo Kronfle Chambers

ste artículo busca dar forma al impac- A partir del año 1992 hasta la actualidad, se to que han tenido los procesos de re- suceden ininterrumpidamente cuatro térmi- E generación urbana implementados en nos de alcaldías del mismo signo partidista, Guayaquil en el campo del arte. Esta investi- las cuales emprendieron los cambios radicales gación no pretende asumir una posición polí- que han convertido a Guayaquil y a sus pro- tica respecto a los criterios de regeneración cesos de regeneración urbana en un caso de urbana, aunque por la naturaleza misma de estudio a nivel regional. El latente afán de las prácticas artísticas actuales, siempre ávidas todo un conglomerado social por recuperar de reflexionar acerca de las problemáticas de una preeminencia nacional, y los orgullos su entorno en el campo social y cultural, el re- provenientes de confrontaciones regionalistas sultado lógico de este texto será una mirada históricas frente a la capital Quito, constitu- que pondrá sobre el tapete aspectos polémi- yen una fuente esencial que fue aprovechada cos de estos procesos. para impulsar la regeneración y jugó su parte Prácticas artísticas de diversa índole han en las dinámicas desatadas por estos procesos. incorporado de maneras muy heterogéneas las aristas más conflictivas de la regeneración al interior de sus discursos. Una buena parte El Malecón de estas, como se hará evidente más adelante, se ha basado en estrategias de resignificación La imagen de Guayaquil como puerto y su de los sistemas de símbolos que la misma re- actividad comercial era antiguamente emble- generación activó o puso a circular. matizada por su malecón sobre el río Guayas: lugar turístico, de paseo, de descanso y de en- cuentro social, que con los cambios y creci- Antecedentes básicos miento de la ciudad fue perdiendo importan- cia. La intervención sobre el mismo, promo- La ciudad de Guayaquil, con sus estimados vida para “devolver la cara de la ciudad al río”, tres millones de habitantes, es la urbe de ma- constituye el referente portaestandarte de una yor población del Ecuador, su puerto princi- larga fila de proyectos públicos que apunta- pal y otrora su indiscutible motor económico. ron a remozar la imagen de Guayaquil. Muchos años de nocivas administraciones Este megaproyecto de casi 3 kilómetros de municipales con rasgos populistas contribu- extensión, desarrollado entre 1998 y 2002, yeron a un deterioro físico y hasta moral de la significó no sólo la total reconstrucción del ciudad, manifestado en una alicaída identi- mismo, sino una gran ampliación de su ta- dad local, la cual solía hallar resonancia en es- maño ganándole terreno al río. El cambio no lóganes idealistas y románticos como sólo se planteaba como de infraestructura, “Guayaquil Perla del Pacífico” o “Guayaqui- sino que se acompañaba de rígidos controles leño Madera de Guerrero”. La ciudad se de- sobre la conducta de los “usuarios”; regulacio- batía entre lamentables condiciones de salu- nes promovidas como necesarias para no de- bridad, una decadente infraestructura y los sentonar con el nuevo sello citadino de orden serios problemas generados por la explosión y limpieza. Ejemplos de estas restricciones in- demográfica de los sectores sociales más des- cluyen la prohibición de asolearse sobre ban- poseídos, cuyo permanente crecimiento se cas o cualquier otra superficie, la prohibición atribuye a décadas de descontrolada migra- de despojarse de zapatos, la prohibición de ción interna acompañada de asentamientos protagonizar escenas románticas, pasear ani- poblacionales ilegales. males, etc. En fin, cosas típicas de los espacios

78 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil públicos recreativos. Para implementar estos La obra Gracias Te o d o s i o (2001) de Sa i d e l controles se instaló un cerramiento periférico Brito, emplazada en el mismo malecón, simu- regido con horarios de apertura y cierre, y se la una cámara de vigilancia que ha sido trasto- contrató un pequeño ejército de guardias pri- cada en su escala a pro p o rciones monumenta- vados cuyos silbatos amonestadores se pue- les. Sintetiza así esta nueva sociedad bajo la den oír cada vez que existe una violación de lupa, en tiempos que no de manera fortuita se las disposiciones. e n t retejían con la desmesurada popularidad El peso político de la estructura municipal de reality show s como el Gran Her-mano y con y la influencia del poder de sus líderes han ge- la implementación de un plan de seguridad nerado un clima de autocensura a la hora de c o o rdinado por el municipio denominado que analistas y comentaristas de asuntos pú- “ojos de águila”. Esta obra, y una pintura del blicos emitan sus opiniones. Los pocos arti- mismo autor donde aparecen personajes des- culistas que problematizan aspectos de la re- cansando como animales en las ra-mas de los generación son percibidos como parias, cuya árboles (Sin T í t u l o, 2002), puede reflejar lo inconformidad es injustificada y al margen de que el antropólogo Xavier Andrade (2006) ha la aceptación mayoritaria. Es intere s a n t e denominado “la aniquilación gradual del es- notar entonces cómo el campo artístico se pacio público expresada mediante políticas de convierte en una de las tribunas críticas más c o n t rol y vigilancia e, igualmente, de part i c i- activas, aunque el uso que hace de lenguajes pación e incorporación de las coreografías del codificados haga transitar de manera ambigua poder local por parte de los urbanitas” . y limitada sus discursos. Esto último es en parte atribuible a que las obras deben inser- tarse muchas veces en las programaciones cul- turales auspiciadas por la propia administra- ción municipal.

Lorena Peña – Sombras nada más – 2005

Las prohibiciones en el espacio público de las cuales hemos hablado fueron abordadas tam- bién por Lorena Peña (Sombras Nada Más, 2005), quien -en el marco de una convocato- ria cultural anual que el museo municipal de- sarrolla en el mismo malecón, denominada Festival de Artes al Aire Libre (más conocida como FAAL)- dispuso una gran cantidad de siluetas que a manera de sombras fantasma- góricas aspiraban recordar al paseante las acti- vidades que en antaño se desarrollaban en si- tios así (lustrar zapatos, llevar mascotas, ven- Saidel Brito – Gracias Teodosio – 2001 der cigarrillos, dormir en bancas, etc.), ahora

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Juan Pablo Toral – Albergues para la ciudad – 2005 vetadas en función de un pretendido decoro sus improvisadas guaridas nocturnas. Los pre- visual primer mundista. sentó en el salón más antiguo del país, apenas En el mismo festival, Juan Pablo Toral pre- interviniéndoles con una sustancia grasa me- sentó su Proyecto Albergues para la Ciudad diante la cual esbozó sobre ellos la silueta del (2005), donde pretendía brindar, por las no- remozado perfil urbano visto desde el río. La ches que duraba el evento, alojamiento a un convocatoria de dicho evento buscaba actua- grupo de mendigos desplazados por la fuerza lizar la idea del readymade, juego que el artis- del casco céntrico regenerado, en una cons- ta puso en marcha aludiendo a su vez a la ac- trucción cuya disposición arquitectónica era tividad de reciclaje de cartón que sirve de sus- relativamente cómoda, pero cuya fachada de tento a estos personajes. cartón revelaba la naturaleza de los huéspe- Muchas de estas obras ponen de relieve al- des. La ubicación exacta tenía dejos de estra- gunos móviles muy concretos para la produc- tegia al poderse contrastar ante referentes con ción contemporánea, en similar vena con lo alta carga simbólica como el edificio del que el teórico Hal Foster (2004) comentaba Banco La Previsora, el más conspicuo del per- en una reciente ponencia: “sin duda, un ser- fil ribereño, erigido por una institución fi- vicio que el arte todavía puede proporcionar nanciera que tuvo su cuota de responsabili- es el de detenerse, el de tomar una postura, el dad en la peor crisis bancaria que soportó el de ser registro concreto que agrupe lo estéti- país hace unos pocos años, y cuya fama de co, lo cognitivo y lo crítico. Más aún, lo lanzamiento se asentaba en el estribillo de ser amorfo de la sociedad puede ser una condi- el primer “edificio inteligente”. Sus coordena- ción que el arte debe impugnar más que cele- das estaban también muy cerca del emblemá- brar; una condición que puede convertirse en tico monumento de La Rotonda. Como era forma con el objetivo de reflexionar o de opo- de suponerse, los mendigos invitados nunca ner resistencia”. pudieron pernoctar en la temporal vivienda al serles impedido el ingreso al espacio “públi- co” del malecón. En torno a la misma proble- Eliminando “lo feo” (o el discreto mática, Toral ha trabajado otras piezas como encanto de lo global) la titulada Regeneración Urbana (2004), en la cual empleó como soporte los mismos carto- El plan de regeneración urbana, que en mu- nes que usan los indigentes para confeccionar chos sentidos parecía emular en lo físico mo-

80 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil delos foráneos, fue calificado por voces críti- cas como una “miamización” de la ciudad, re- firiéndose por supuesto a la más importante urbe de La Florida, centro de vacaciones pre- ferido de la burguesía local. Palmeras y adoquines pasan a ser elemen- tos característicos de la renovación física y se comienzan a potenciar por ende de manera simbólica. El proyecto Sin Título (2004) del colectivo Lalimpia, participante en la VIII Bienal de Cuenca, consistía en cubrir el piso de un corredor del Museo de Arte Moderno con adoquines transparentes que dejaban ver grillos “congelados” en su interior; estos ani- males -vale aclarar- caracterizan con su masi- Colectivo La Limpia – Sin Título - 2004 va presencia a la temporada invernal guaya- quileña. Según lo plantearon, los artistas pre- tendían desnudar las plagas sociales que sub- obra de Oscar Santillán e Illich Castillo hace yacen bajo el maquillaje de Guayaquil, para referencia a la erradicación de vendedores inducirnos a cuestionar las lógicas de supues- ambulantes introduciendo un tropo en su tí- to “progreso” implementadas en las políticas tulo: Burri en el Centro (el informalismo es de la regeneración, al enfatizar el embelleci- muy practicado en Guayaquil) (2003). La pin- miento de ciertas áreas por sobre la solución tura reproduce uno de los elementos arqui- de problemas sociales más urgentes. tectónicos neo-clásicos del Palacio Municipal Articulando ideas similares, Juan Pablo Toral en cuyo interior aparece una obra del men- nuevamente reinterpreta el perfil de la ciudad cionado artista: el movimiento pictórico de- (Primera Acumulación- 9 de Octubre, 2005): viene en comentario irónico para referirse a en una prospección cuasi-arqueológica resca- esta realidad social. tó las antiguas baldosas que fueron removidas El cabildo pone en marcha un concepto de su acera y las contrapuso como cimiento visual homogenizador que intentaba reesta- de una nueva erección urbana con el ahora blecer el orden y otorgar la sensación de uni- popular adoquín. formidad al crecimiento más bien orgánico y Poco a poco, al ritmo de los avances, se caótico de esta urbe2. Edictos municipales van tomando en las zonas intervenidas medi- prescribían repintar las casas y edificios de las das para erradicar lo que se va tildando de zonas intervenidas con esquemas de colores “feo” o que “afea” la ciudad. Por ejemplo, a predefinidos, el resultado final privilegia, por través de la Comisión de Tránsito se impidió ejemplo, combinaciones en colores pasteles, la circulación de triciclos por las zonas rege- muchos de los cuales, más allá de las diferen- neradas, herramienta de trabajo de cientos de personas que conforman economías paralelas 2 La convicción de este emprendimiento se puede des- no reguladas. El conspicuo problema del co- prender de las mismas declaraciones del alcalde. En mercio informal se empezó a manejar por el una nota aparecida en diario El Universo titulada Municipio con tintes de una legalidad que “Cabildo controlará con una ordenanza azoteas de edificios” (21-abril-2006) se lo cita diciendo: “para llegó a extremos represivos a cargo de una re- que pueda verse como en otras ciudades una ciudad cién conformada guardia metropolitana. Una homogénea, no solo desde abajo sino desde arriba”.

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y aforismos del habla popular) que adorna- ban azarosamente los autobuses. Aquí los ar- tistas juegan nuevamente en doble sentido con referencias de la Historia del Arte, pero esta vez guayaquileña, al invocar a la abstrac- ción geométrica que practicaba Araceli Gilbert, uno de los referentes modernos más importantes del Ecuador. Lo que se disfraza- ba como una pintura -único medio permiti- do en dicho salón- era en realidad un proyec- Xavier Patiño – Soy lo prohibido - 2001 to de arte público, o un ejemplo de lo que se pudiese hacer, tomando a los autobuses como cias en los estilos arquitectónicos, nos recuer- soporte mismo del imaginario plástico de dan las gamas cromáticas empleadas en el dis- Gilbert, el cual por lo menos tiene una im- trito Art Deco de Miami Beach. Parodia de portancia y un valor cultural concretos. este tema fue la cáustica instalación Soy lo Prohibido (2001) de Xavier Patiño, obra que parte del instructivo que “obliga a pintar fa- chadas y cerramientos de edificaciones” y que en su numeral cuatro incluye restricciones para colores reñidos con un etéreo buen gusto, como el “amarillo patito” y el “verde perico” que entre otros “contaminan visual- mente o desmerecen la ciudad”. En una pieza de legislación de antología, de criterios en buena parte risibles, se sientan las bases para una homologación cromática de la ciudad, cosa que será parodiada por Patiño al detallar en las paredes de la galería inscripciones alu- Óscar Santillán e Illich Castillo – sivas a los colores y sus implicaciones raciales, Lo constructivo desde un soporte urbano - 2003 poéticas, sexuales y alegóricas. El artista asu- mía para sí mismo la “fealdad” que el muni- cipio se había empeñado en erradicar, decla- Gran ironía de estas políticas homogeneiza- rando como título de una de las piezas El pa - doras constituye la erradicación de una expre- tito feo soy yo. sión popular genuina como la decoración de La obra titulada Lo constructivo desde un los autobuses para simultáneamente promo- soporte urbano (2003) de Oscar Santillán e ver un mega-proyecto de arte público, el cual Illich Castillo, presentada en el más concurri- consistió en la intervención plástica de los pi- do certamen artístico municipal, reaccionaba lares de decenas de nuevos pasos a desnivel a su vez a las recientes disposiciones que obli- con un artificial y edulcorado imaginario fol- gaban a estandarizar el pintado de los vehícu- clórico-costumbrista, muy cuestionable desde los de transportación pública. Aquello reem- el punto de vista artístico, que no hace sino plazaría -y “esterilizaría”- a los folclóricos y contribuir a la calcificación de estereotipos multicolores diseños e imaginativa rotulación culturales e identitarios resumidos en banales (llena de inscripciones con sagaces estribillos imágenes de postal, y que apela a los paradig-

82 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil mas de la pacata e insustancial escultura pú- En líneas compartidas, una de las pinturas blica que se encuentra por todo el país (ejem- de Fernando Falconí hecha mano de la tradi- plo: el Monumento a la Piña en la ciudad de ción de la pintura clásica para resignificar un Milagro). tema como El Rapto de Europa (2005). Lo Más procesos de homologación, ahora los trae a valor presente para referirse a la trans- que son fruto del impacto de la globalización formación de la realidad económica local, al capitalista, se revelan y desentrañan poética- escenificar el mitológico relato protagonizado mente en una sencilla acción (In-dependencia: ahora por figuras de la imagen publicitaria de paseo por la 9 de Octubre, 2005) de Romina productos de consumo masivo, la mayor Muñoz, Gabriela Fabre y Gabriela Cabrera, parte de los cuales pertenecen a empresas quienes vaciaron varios tachos de basura en la multinacionales. más significativa arteria vial de Guayaquil, la denominada Avenida 9 de Octubre, bautiza- da así en honor al onomástico independentis- Verde que te quiero verde ta de la urbe. El resultado irónico es la reco- pilación de desechos que sólo hablan de pro- Las lógicas de la regeneración desataron inte- cesos acelerados de asentamiento de franqui- resantes debates que constituyeron terreno cias extranjeras, o lo que puede ser visto como fértil para el campo de la antropología visual. nuevos procesos de colonización económica Una de las preocupaciones que atraviesa la altamente visibles en la calle que celebra la instalación In Urbi Naturam (2004) del co- autonomía local. Las artistas realizaron una lectivo Lalimpia tiene que ver con el déficit profunda asepsia de los envases y recipientes, de áreas verdes en la ciudad y con la imple- en los cuales encuentran -por su relación vital mentación de un esquema de jardines decora- de alimentación- contactos estrechos con los tivos para ser contemplados más no utiliza- habitantes de la ciudad, e intervinieron lúdi- dos; en su cuota de aporte recubrieron los camente los mismos con hilos multicolores, 321 m2 de una galería con césped. El antro- remendando a la vez las roturas producidas pólogo Xavier Andrade (2004), quien tam- en su descarte. bién ha señalado el “carácter ilusorio de la Cito aquí unas palabras del teórico cultu- oferta ecológica”, por su parte, inauguró uno ral Nikos Papastergiadis (2005:37) que resue- de los proyectos críticos más depurados del nan en esta pieza: “La ciudad se transforma medio, la Galería “Full Dollar”, cuyos boleti- para inducir su caída. Se embellece, no por la nes articulan en refinadas parodias situacio- experiencia edificante del espíritu que esto nes de índole artística que apuntan a desesta- ofrecería a sus ciudadanos más prosaicos, sino bilizar paradigmas culturales, sociales y prin- para enganchar a los habitantes del mundo cipalmente las mismas políticas de regenera- corporativo que flotan libremente. En esta ción urbana. La intangible Galería opera bajo lucha por capturar y encantar a lo foráneo, la su estribillo de “capital privado al servicio del ciudad amenaza con perder sus propias es- arte contemporáneo y la limpieza sociológi- tructuras, las cuales aseguran que la esperan- ca”, e intenta “comentar sobre la problemáti- za y el sentido tengan un hogar. La globaliza- ca relación entre el arte contemporáneo y la ción requiere que se desarrollen ciertos están- regeneración urbana, o de lo cultural como dares para asegurar la seguridad y compatibi- parte de una agenda de renovación urbana lidad, pero también se ve rechazada justa- que tiene efectos positivos y exclusionarios”. mente porque ha traído consigo el nacimien- Otro ejemplo relacionado con las políticas to del insípido y banal des-lugar”. medio-ambientales fue la intervención en el

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Larissa Marangoni – Yo ya no me baño en el Estero - 2002 espacio público de Larissa Marangoni titula- sin que quede claro el tema de la propuesta de da Yo ya no me baño en el Estero (2002), ins- recuperación ambiental. talación que empleaba dos vallas publicitarias de las que han proliferado en la ciudad y le han dado un nuevo carácter al paisaje urbano. Lo social supura Las vallas se alzaban cerca de uno de los ra- males del Estero Salado, antiguo santuario Varias obras intentan poner de re l i e ve los natural para el esparcimiento público y dis- mecanismos de poder y control urbano en la tinguido por sus manglares, que con el pro- ciudad, a pesar de que los mismos caigan a greso de la ciudad ha sido gravemente conta- veces en prácticas meramente ilusorias. minado por aguas negras. En la primera valla Como hemos visto, algunos artistas han se- se proyectaba un video en el cual la artista ñalado a través de su trabajo que la “limpie- aparece nadando en la piscina de un club so- z a” de mendigos o comerciantes informales cial aledaño a dicho sitio, y en la segunda se en las zonas regeneradas no ha solucionado amplía una fotografía en la cual aparece flo- en realidad los problemas, aunque una part e tando en el azul cerúleo acuático, al mismo de la ciudadanía asuma que estos asuntos tiempo una grabación reproducía testimonios estén arreglados ya que ahora aquellos margi- de gente mayor que alcanzó a disfrutar del nales no están a la vista. entorno natural de aquel lugar. Lo que la ar- Ordenanzas municipales de diversa índole tista plantea como una tradición interrumpi- entran en vigencia para regular hasta el más da en su generación, interroga e intenta crear mínimo detalle de la nueva imagen de la ciu- conciencia a la vez acerca de las políticas no dad. Xavier Patiño nuevamente alude a una integrales de la regeneración urbana, entre de ellas en la situación generada en su pro- cuyos proyectos desarrolló otro malecón de puesta Zona Rosa (2001), donde en teoría de- más modestas proporciones al pie del estero sacata la ley que normaba el traslado de bares

84 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil a zonas determinadas al montar un hipotéti- que se definen por su compulsión de rescate co cabaret de “bailarinas exóticas” al interior de la memoria, avocadas a lidiar con expe- de una galería. Lo que por un lado ponía en riencias traumáticas, especialmente con las evidencia una doble moral empeñada en difi- condenadas al olvido. cultar el acceso a consumos “perniciosos” de re c rea ción también se re velaba como un nuevo esfuerzo por invisibilizar realidades Historia e historias marginales. Así, la renovada imagen e infraestructura Una de las vetas con mayor potencial de ex- de la urbe muestra una paradójica relación plotación en el arte guayaquileño actual se con álgidas condiciones sociales, inconteni- encuentra en el acto de escrutar y sacudir bles y difíciles de tratar o erradicar. Urgencias contenidos históricos ya sedimentados. En de este tipo al interior de la trama urbana se esta línea empiezan a aparecer diversos tipos incorporan en diversos trabajos como llama- de cuestionamientos hacia las versiones ofi- dos de atención. En uno de ellos, del colecti- ciales de la historia, a partir de referentes re- vo Los Amigos de lo Ajeno (Entre Rojo y vitalizados por la regeneración. Verde. Los trapos sucios se lavan en la calle, En el certamen artístico que se despliega 2005)-, se reflexiona sobre la alarmante men- en el malecón, Stéfano Rubira potenció el dicidad infantil en los semáforos de la ciudad, valor simbólico de aquel sitio en una pintura presencias tan ubicuas que constituyen un habitual panorama de anormalidad. Prese- ntan un conjunto horizontal de franelas de limpieza sobre las cuales retratan una fila de coches esperando la luz verde para continuar su anónimo tránsito. En otro trabajo (Sin Título, 2005), de Karen y Karina Nogales, se trata un hecho que en el 2004 conmovió a la ciudadanía. Las artistas rindieron un silencioso tributo a los ancianos fallecidos en la huelga de hambre protagonizada por los jubilados del seguro so- cial en aras de mejorar sus pensiones. En la obra se reproduce a escala natural los nichos del cementerio donde fueron enterrados, em- pleando una literal transcripción visual de los mismos. La pintura, ejecutada con pigmentos iridiscentes que irradian luz en la oscuridad, llegaba a producir en la penumbra de la expe- riencia un profundo efecto emocional, invo- cando la noción de lo “espectral” en la etérea presencia de lo que no vemos a través de ras- gos simbólicos, conectando efectivamente lo psíquico con lo social. Este tipo de obras representan una línea de producción cada vez más notoria, obras Stéfano Rubira – Sin Título - 2004

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(Sin T í t u l o, 2004) en la cual sustituye el óleo Apropiándose de una maqueta hecha para por una sustancia farmacéutica llamada viole- el mismo monumento, que no fue aprobada ta de genciana, comúnmente empleada para “por no ajustarse a los cánones estéticos pre- curar heridas. Re p resenta con ella una emble- establecidos”4, pero que reposa en la sala his- mática manifestación de la clase obrera ocu- tórica del Museo Municipal, Illich Castillo rrida en 1922, la cual fue violentamente re- socava el imaginario iluso y fraterno de esta primida causando la muerte a numerosos tra- historia que construye retazos de la memoria b a j a d o res cuyos cuerpos fueron arrojados al colectiva porteña. Lo hace a partir del arte r í o 3. De esta forma, el lugar donde se re a l i z ó popular, prestando los crudos recursos estéti- la pintura y los materiales químicos emplea- cos empleados en la confección de los llama- dos en ella -sus propiedades de sanación ahora dos “años viejos”, monigotes de papel perió- transmutados a un sentido catártico- forman dico que son incinerados ritualmente por p a rte de una agenda de significación estraté- todas las familias en fin de año. La obra titu- gica, donde lejos de adscribirse al frívolo en- lada Cómo se encienden los discursos populares, torno de la convocatoria, el artista re p re s e n t a según Homs (2005) pretende así desmitificar in-situ, dentro de una táctica de inserción y hechos canonizados que se asumen como in- sentido de oportunidad, un hecho histórico- vulnerables, al tiempo que activa lecturas que social cuya latente deuda está aún pendiente. delatan la extraña connivencia del discurso En el corazón del malecón se encuentra bolivariano con la izquierda latinoamericana uno de los monumentos más reconocibles de e, inclusive, al disponer de estas figuras en un Guayaquil, aquel que conmemora la reunión paisaje de tonos rosa, potencia el “sesgo am- que en este puerto tuvieron los libertadores biguo” de la representación original, en tiem- Bolívar y San Martín en 1822. Este referente pos propicios para el debate en torno a la le- será apropiado, en tono inquisidor, al interior galización de las uniones entre personas del de algunos trabajos. Un proyecto de Oscar mismo sexo. Santillán y Manuel Palacios consistía en so- En el más reciente Festival al Aire Libre breponer a la escultura de los próceres un mo- (FAAL) Juan Carlos León echa a andar su nitor en el cual un video pretende trucar el Proyecto Invasión (2005) al solicitar a deter- apretón de manos por un juego de Piedra, minados paseantes del Malecón, específica- papel o tijera (2002), controvirtiendo el im- mente a quienes provenían de barriadas mar- probable e idealizado gesto que según la es- ginales, que hagan -a manera de maqueta- cultura protagonizaron estos generales, una una recreación tridimensional de su vivienda. construcción histórica que ha devenido en Para el efecto les proveía de los materiales tí- narrativa imprescindible dentro del imagina- picos empleados en su precaria construcción: rio de la ciudad. Los sentimientos de unión, caña, plástico y zinc. Con el conjunto de ca- amistad y solidaridad se ponen en tela de sitas obtenidas simuló una serie de “invasio- duda en los revisionismos históricos a los que nes” que ya no se apropiaban de terrenos bal- apela esta obra, según los cuales Guayaquil díos en las periferias urbanas, sino que sim- fue objeto de disputa entre estos actores y ga- bólicamente se asentaban en los lugares más nada por la sagacidad de Bolívar. representativos de la ciudad, en una suerte de visita no anunciada de la realidad del margen en pleno centro regenerado. Estas invasiones incluían intervenciones en plazas públicas 3 Este hecho inspiró luego una de las novelas más sig- nificativas de la literatura ecuatoriana, titulada Las Cruces Sobre el Agua de Joaquín Gallegos Lara. 4 Cita contenida en la ficha museográfica de la obra.

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Incorporo este análisis dentro del contex- to de la regeneración urbana ya que ésta pro- pició la inclusión del que fue tal vez -en su planteamiento inicial- el más ambicioso pro- yecto museal de la región: coronando el ma- lecón se construyó el llamado Mu s e o Antropológico y de Arte Contemporáneo, más conocido por sus siglas como MAAC. Las reñidas discusiones que se suscitaron en torno a los proyectos que llevaba a cabo la institución, que en sus inicios bregaba por una ampliación de los horizontes culturales locales, han caracterizado hasta la actualidad la difícil validación de estas “nuevas” prácticas cuyos fines apuntan más hacia la creación de sentido. El desbrozamiento razonado de las distin- tas posturas ha estado ausente de las discusio- Juan Carlos León – Proyecto Invasión - 2005 nes al respecto, a cambio de lo cuál muchos artistas han preferido articular al interior de donde suscitaban una interacción entre este su propia producción algunos aspectos del paisaje relegado y los insignes prohombres in- debate, tratados la mayor de las veces con un mortalizados en el bronce de la historia, aire de ambigüedad. Este tipo de obra se ha abriendo así la posibilidad de replantear mi- presentado en los diversos concursos de arte radas meditadas ante el evidente fracaso de de la ciudad, los cuales se han aprovechado cualquier proyecto de construcción de nación como lugar de enunciación para hacer frente concebido con la mejor de las intenciones. Se a la problemática cultural. dieron además los inevitables “desalojos” por Así tenemos a un Wilson Paccha, artista parte de los guardias privados contratados quiteño que cuestiona las supuestas prácticas para resguardar el espacio público, reprodu- curatoriales exclusionarias implementadas en ciendo metafóricamente lo que en efecto ocu- la institución, al tiempo de insinuar una ads- rre muchas veces ante la ilegalidad de las in- cripción de la misma al modelo de turismo vasiones en el día a día de la ciudad. cultural que hoy llamamos el “efecto Bilbao” (El Guayanheim y el MAAC son frijoleros, 2003). Por su parte, Oscar Santillán hecha El difícil retorno de “lo real” mano de un burlón humor para impugnar a la directora actual del MAAC en Tre s Estos ejemplos de prácticas artísticas actuales Mariellas con Macho (Homenaje a la muy fe - que hemos revisado no se han gestado, sin cunda Escuela de Guayaquil) (2004), instala- embargo, en un clima de generalizada com- ción escultórica fabricada a base de un fácil- prensión o aceptación. Las mismas han nada- mente reconocible saponáceo ecuatoriano -el do a contra corriente en un polémico am- Jabón Macho- que ganó fama gracias a sus biente cultural que tiene como mar de fondo comerciales eróticamente sugestivos. La carga una confrontación entre el paradigma estéti- semántica del material empleado, el juego de co moderno y el contemporáneo. palabras en el título y el guiño sexual se plan-

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Óscar Santillán – Tres Mariellas Con Macho. Homenaje a la Muy Fecunda Escuela de Guayaquil - 2004 tean -a falta de foros de discusión para tratar encuentran en los discursos nacionalistas e estos temas- como un comentario para incre- identitarios que el mural sugiere. Este pro- par la gestión cultural desempeñada en la ins- ductor sumado a otros actores de la escena titución. La reiterada representación de las fa- cultural local llegaron a formar una Veeduría mosas Venus de Valdivia (objeto de continua Cultural con el objeto de exigir una rendición reproducción en la obra pictórica de la fun- de cuentas respecto a temas como estos, pero, cionaria aludida y conocido emblema de fer- a pesar de los postulados que planteaban, al- tilidad) en este cáustico material sugiere una gunos artistas como Marco Alvarado expresa- imposibilidad de fecundidad, la anulación de ron su disconformidad con dicha iniciativa un ambiente propicio para la creación; en un en obras como La pesadilla sajina de Tita, el nivel adicional increpa el uso del patrimonio vidente waorani que soñó que se transformaba arqueológico como parte constitutiva de la en veedor ¿o era la del veedor que se transfor - identidad nacional, cosa que entremezclán- maba en waorani? (2005). dose con apologías localistas sirve como coar- Xavier Patiño condensa en su Viejo Titán tada de justificación hacia intercambios y o Artista Mo d e rno Luchando por ser aperturas culturales. Contemporáneo (2004) los dilemas por los El museo pasa a ser el tema central de que atraviesan muchos artistas de la escena Saidel Brito en Labores Domésticas (2005) ante las fluctuantes condiciones. De igual pintura que impone en la fachada del nuevo forma, su díptico Palabras Críticas (2003), MAAC el mural que remata el frontis del an- pintura que muestra a dos simios enfrentados tiguo edificio de la institución; comenta con con mirada inquisitiva, se inscribe en un am- este tropo la pervivencia de administraciones biente en el cual ya empezaban a aparecer en- retrógradas cuyas coartadas de justificación se foques metodológicos y usos de herramientas

88 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 Reflexión y resistencia: diálogos del arte con la regeneración urbana en Guayaquil de la teoría crítica a los cuales el medio no es- pacio. Estas negociaciones y la necesidad de taba acostumbrado. Ot ros como Jo r g e un diálogo efectivo ha nutrido e inyectado de Velarde equiparan la influencia del arte con- energía a toda una generación de nuevos cre- temporáneo con nuevas prácticas colonizado- adores que se muestra indivisible de los con- ras que atentan contra la identidad y los vín- textos en los cuales opera, y donde el arte culos con la tradición, según se desprende de puede ofrecer aproximaciones más plurales y su obra Palimpsesto…sabor a mi (2004). En éticas para la consolidación de un verdadero aquella obra, al igual que en Decreto optimis - espacio público ciudadano. ta para hippies y surrealistas contemporáneos de Marco Alvarado, se pueden intuir comenta- rios reticentes o escépticos relativos a la “fac- Bibliografía tura” de la producción contemporánea. Las luchas de poder protagonizadas por Andrade, Xavier, 2006, “Más ciudad, menos un establishment cultural, irracional a la hora ciudadanía: renovación urbana y aniquila- de una desinteresada interpelación intelectual ción del espacio público en Guayaquil”, hacia los nuevos rumbos que van marcando en Ecuador Debate Nº 68, Centro Andino las prácticas artísticas del medio, es parodiada de Acción Popular, Quito, pp. 161 - 198. con el mismo aire de intolerancia en la obra —————, 2004, “Entre el arte y la antro- Sicariato organizado para matar el sentimenta - pología”, entrevista en diario El Universo, lismo modernista (2005) de Juan Carlos León, 8-07-04, Guayaquil. la cual asume la estética de un tabloide sensa- Foster, Hal, 2004, “Archivos y utopías en el cionalista para fabular una crónica jovial de arte contemporáneo”, ponencia presenta- aquella suerte de zeitgeist en el clima de con- da en Resistencia, Tercer simposio inter- frontación imperante. nacional de teoría sobre arte contemporá- Con esto cierro esta breve mirada a los neo, Patronato de arte contemporáneo, vínculos de una escena artística, sus lecturas, México. posturas, compromisos y militancias hacia Papastergiadis, Nikos, 2005, “Sur-Sur: Una una realidad concreta que se desenvuelve en In t ro d u c c i ó n”, en Enfoques a distancia el plató de la ciudad, en una relación que sobre la producción de cultura en la situa - plantea otras perspectivas para abordar los ción contemporánea, T E O R / é Tica, Sa n problemas que atraviesan este conflictivo es- José.

89 ÍCONOS 27, 2007, pp. 77-89 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético1 Postcard conception of Guayaquil. From regenerated images, to aesthetic control micro intentions

Tina Zerega Departamento de Investigación en Comunicación y Cultura, Universidad Casa Grande, Guayaquil

Email: [email protected]

Fecha de recepción: septiembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen Los estudios de la visualidad han analizado las series de postales en forma individual y en su conjunto, ya que sintetizan intenciones e idealizaciones que pueden considerarse como actos antropológicos. Este artículo pre- senta un estudio sobre postales de Guayaquil producidas entre 1970 y 2004 y da cuenta del impacto de la re- generación urbana en el imaginario visual urbano actual. Un análisis de contenido y textual de estas postales, así como entrevistas a los fotógrafos que las producen, permitieron descubrir discursividades visuales genera- das alrededor de la ciudad de Guayaquil. Las postales y fotógrafos evidencian cómo la mirada se centra en es- pacios regenerados que materializan intenciones de control social e idealizaciones urbanas y raciales, así como un rechazo hacia lo popular. Asimismo, también se analizan postales que presentan otras miradas-intenciones alternativas a los discursos hegemónicos visuales.

Palabras clave: postal, estudios visuales, discursividad visual, estética, representaciones urbanas, imaginarios urbanos, antropología visual

Abstract The visual studies have analyzed the postcard series individually and as a whole, as they summarize the ob- jectives and idealizations that might be considered as anthropological actions. This study based on postcards of Guayaquil, carried out from 1970 to 2004, shows the impact of the urban regeneration upon the current urban visual imaginary. A content and textual analysis of these postcards as well as interviews to photogra- phers that produced them, enabled us to find out the visual discursiveness generated with regard to the city of Guayaquil. Postcards and photographers clearly demonstrate how the attention is focused on the regener- ated spacious materializing the intentions of social control and urban and racial idealizations, as well as a re- jection to what is considered popular. There are also postcards with other alternative looking-intentions to- ward the visual homogeneous discourse.

Key word s : Po s t c a rds , visual Studies, visual discursiveness, aesthetic, urban re p res entations, urban imaginaries, visual anthropology

1 Este estudio fue iniciado en el área de Estudios Urbanos del MAAC (Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil – Área Cultural del Banco central de Guayaquil) en el año 2004 y reformulado en el DICYC ( Departamento de Investigación en Comunicación y Cultura) de la Facultad de comunicación Mónica Herrera de la Universidad Casa Grande, Guayaquil. Se agradece la contribución de ambas instituciones para la realización de este estudio, así como los comentarios realizados a éste por parte de Carlos Tutivén (MAAC, DICYC) y Xavier Andrade.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 91-105 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Tina Zerega

n Guayaquil no existe una sola ciu- culturales y de motivo, y contribuirán a las dad. Una es la ciudad física que se ex- lógicas de interpretación de estas postales E pande y planifica. Otra es la que se (Joly 2002). habita y que entra en tensión con las planifi- Metodológicamente, el sentido de la postal caciones. Otra es la ciudad que se imagina a se constru ye en este texto a partir del análisis partir de recorridos, conversaciones e imáge- de la serie de postales como conjunto, así nes mediáticas. Y definitivamente hay una como de las características individuales. Se en- ciudad que se imagina en las postales de co- tiende a la postal como parte de una serie que rreo. Todo ello, en el marco de la “regenera- c i rcula, se comercializa, se vende. El estudio ción urbana”: un proceso de mejoramiento de una serie de imágenes, que eve n t u a l m e n t e que implica remodelaciones y reconstruccio- se convierten en un arc h i vo, en una “c o l e c- nes de diferentes espacios de la ciudad, acom- c i ó n”, que se ha movilizado desde los análisis pañadas de marcos legales y ordenanzas que de sus contenidos, hacia el análisis de su cir- buscan tener un “efecto sinérgico” y “condu- culación y de cómo ésta establece lo que se cir” hacia una “mejora” de las conductas so- considera como culturalmente difere n t e ciales y la calidad de vida2 (Wong 2005). ( Poole 2005). El análisis implica, a su vez , La postal es un formato específico de re- fragmentar la serie para considerar a cada una presentación fotográfica de la ciudad. Es una de estas postales como “actos de intenciones foto que se comercializa y se destina princi- a n t ro p o l ó g i c a s” (Poole 2005) que pueden ser palmente a un mercado extranjero que, ade- entendidos como microintenciones (Ed w a rd s más, sirve de recuerdo y reemplaza un mo- 2001, citado por Poole 2005). Toda imagen mento de estadía en un lugar. Hay que tener sintetiza una microintención, en la medida en en cuenta que a medida que la ciudad se va que es un texto que plantea “d i re c t i va s” sobre complejizando, los ciudadanos nos converti- cómo interpretarlo y en el que emergen “hori- mos en “turistas” de nuestra propia ciudad, zontes de expectativa s” sobre esas imágenes en donde los diversos sectores socioeconómi- (Joly 2002). Estas microintenciones deben en- cos acuden a la nueva infraestructura para ver tenderse como una síntesis que re p resenta una lo que “ha cambiado” (Aguirre et.al. 2001, serie de idealizaciones de raza y clase (Po o l e Delgado et.al. 20013). Estas miradas implica- 2005). Las fotografías re p resentan una serie de rán desplazamientos indiciarios, icónicos, imágenes que no existen por fuera de sus bor- des. La re p resentación “permite al espectador ver por delegación una realidad ausente, que 2 “Este continuo mejoramiento urbano va ajustando se le ofrece tras la forma de un re p re s e n t a n t e” los disfuncionamientos entre el desarrollo sociocultu- ( Aumont 2000:111). En este caso, la ciudad ral y el espacio público que se habita, modificando las que se muestra en las postales recoge una mi- formas urbanas de sectores deprimidos olvidados y abandonados donde se fomentaban las actividades re- c rointención de un fotógrafo, que a su vez chazadas por la sociedad que provocaban actos de in- puede sintetizar en ella visiones ideológicas de gobernabilidad y corrupción, lográndose un contexto la ciudad, compartidas con el poder, el merc a- ambiental seguro, limpio y de mayor convivencia que do y otros ciudadanos; pero también permite mejora la actuación social y la cultura urbana… este espacio mejorado será el medio pedagógico donde p resentar otras maneras de re p roducir la ciu- aprenderán de manera natural y reflexiva los actuales dad, que no se encuentren acordes a las visio- y nuevos ciudadanos, una convivencia más incluyen- nes hegemónicas imperantes. te” (Wong, 2005: 11). 3 Delgado et.al. (2001) es una investigación sobre ima- Podríamos considerar a las postales como ginarios urbanos de Guayaquil de guayaquileños y ex- la objetivación de imaginarios y discursivida- tranjeros para la realización de una propuesta gráfica.. des urbanos y, en el caso de la ciudad de

92 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético

Guayaquil, las postales de la última década cierto optimismo, una masiva aceptación ciu- están muy vinculadas al impacto de la “rege- dadana (Delgado et.al. 2001, Wong 2005) y neración urbana” con los discursos políticos y en entusiasmos mediáticos que proyectan la mediáticos que la acompañan. idea de una ciudad que progresa (Aguirre Este estudio sobre los imaginarios urbanos et.al. 2001, Delgado et.al. 2001) y que se ava- desde las postales analiza aproximadamente lan con apoyos económicos, voto electoral y 300 postales publicadas de Guayaquil que débiles ciudadanías. f u e ron recolectadas entre el año 2001 y El fenómeno de la “regeneración urbana” marzo del 2004, y que abarcan imágenes de la empieza a tener repercusiones en los “imagi- ciudad producidas aproximadamente entre neros” (Muratorio 1994) de la ciudad en el 1970 y marzo de 2004. Este estudio utilizó sentido en que va sugiriendo, persuadiendo y, herramientas como el análisis de contenido y en algunos casos, imponiendo tendencias textual en el marco de un análisis discursivo sobre lo que se debe mostrar, lo que no se visual que se complementó con entrevistas a debe mostrar y la forma en que debe ser mos- casi la totalidad de los fotógrafos sobre el trada Guayaquil y que se evidencian en los mercado postal4, su dinámica, sus supuestos cambios del mercado de postales: estéticos y su trabajo fotográfico. Todo texto genera su significación en un “Hace 20 años, uno podía decir que el contexto que funciona como un marco de mercado de postales era Quito… Ahora la lectura. Así, los imaginarios sobre la ciudad proporción es diferente. Podría decir que el de Guayaquil se han transformado radical- 70% del mercado de postales es Guayaquil mente en la última década a partir de la pro- y el 30% Quito, por el cambio de 180º que ha dado la ciudad” (entrevista a fotó- liferación de estéticas arquitectónicas (pos) grafo B). modernistas y el auge de los centros comer- ciales en el marco de una crisis social preocu- Parte de esta legitimación se evidencia en una pante que se manifiesta en los índices altos de producción creciente de postales y proyectos migración y en indicadores de violencia e in- editoriales con imágenes de Guayaquil que ha seguridad pública exacerbados por el poder y proliferado en los últimos años. Estos libros los medios. Por otro lado, la “regeneración urbana” ha “devuelto” a los ciudadanos el es- pacio público antes pauperizado, dominado por el comercio informal y la marginalidad (lo que se objetiva en los discursos mediáticos y políticos de “inauguración” de esos espa- cios), pero lo ha devuelto resignificándolo, convirtiendo a los espacios urbanos en espa- cios semi-públicos, administrados por funda- ciones cuyos técnicos dictan normativas y re- glamentos sobre el uso de esos espacios. Sin embargo, estos cambios han redundado en

Monumento a los Donantes. En este monumento se 4 Se entrevistaron los 3 fotógrafos productores de esas ubica el nombre de todo ciudadano, empresa o in- postales. Ellos solicitaron mantenerse en el anonima- stitución que haya aportado económicamente a la to. Los únicos no entrevistados de manera formal fue- construcción del Malecón 2000. ron los hermanos Franco. Carlos Andrade, Grupo Mamey, 2000-2004.

93 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Tina Zerega fotográficos centran su mirada en los espacios sentación urbana y por discursos hegemóni- regenerados (Orellana 2003, González 2003 cos que se dejan leer en el texto y especial- y 2004), ya sea enfatizando fragmentos de la mente en el subtexto: entre las líneas de la arquitectura (Crespo 2004), contraponiendo composición visual de la superficie fotográfi- imágenes iniciales de la ciudad y enfrentán- ca y las líneas discursivas de los productores. dolas a imágenes del presente (González, Como productores debemos considerar tam- 2006) o incorporando dimensiones de la na- bién a las instituciones públicas o imprentas turaleza (González 2004). privadas que encargan, demandan o reciben La postal es un acto retórico: “s e l e c c i o n a , la oferta de trabajo, ya que las postales son e valúa, clasifica, jerarquiza. In c l u ye y exc l u - también parte de un proceso de negociación ye” (Lozano 1998:168). En ese sentido y en comercial, que en este caso está relacionado al estricto rigor, la postal es un re c o rte en el proceso de producción y circulación. continuo imaginario. La postal visibiliza e Tradicionalmente las postales sirven de invisibiliza (Shields 2003) y censura (Jo l y sustento y de filtro a la memoria, entendien- 2002). Es una “m i c ro i n t e n c i ó n” sobre la ciu- do la memoria en un sentido pro b l e m á t i c o dad: “desde que hemos localizado el instante, ( Berger 2000). Las postales re c u e rda n y en- la escena, el encuentro que se quiere ‘t o m a r’ c u b ren . Dicen cómo debe re c o rdarse esa ciu- nos transformamos, cambiamos de mirada y dad. Así, aunque las postales recogen imáge- de forma de vivir el momento: videntes con- nes selectivas de la ciudad, nunca la “re e m- ve r tidos en mirones, intensificamos el ins- p l a z a n”. Aunque podríamos afirmar que de tante, escenificándolo, encuadrándolo, y de- hecho sí hay esa intención subyacente en la seamos hacer que exista ese lugar, ese instan- c reación de estos productos, por lo menos en te, esa persona, eternamente, inmort a l i z a r l o” el discurso de fotógrafos, instituciones públi- (Joly 2002: 92). Si bien entonces la postal no cas y turísticas y -por qué no intuirlo- en los “re p re s e n t a” a la ciudad, hace parte de las “re- c o n s u m i d o res finales. La postal pretende, y p re s e n t a c i o n e s” de la ciudad y en la medida en el imaginario puede hacerlo, remplazar a en que estas re p res entaciones están vincula- la ciudad real idealizando un momento o es- das a proyecciones mentales y sociales de sus pacio temporal de su historia presente y pa- habitantes y a las lógicas del poder, el estudio sada. En nuestro caso, llama la atención la de las postales se vuelve una entrada signifi- ausencia notable de postales que aludan a los c a t i va para dar cuenta de un “discurso urba- pasados recientes o lejanos. Algunos de los n o” como una forma de creación, pero a su fotógrafos re ve l a ron que desde los 80 hasta vez como un dispositivo “que regula la re l a- mediados de los 90, la ciudad disminuyó su ción del espectador con sus imágenes en un p roducción de postales de manera considera- c i e r to contexto simbólico” e histórico ble: “no había qué pere n n i z a r” en esos tiem- ( Aumont 2000: 202). Con su trabajo, los fo- pos en que “la ciudad estaba sucia, descuida- tógrafos ofrecen “lecturas de la ciudad” que d a”. Así, las postales son otro ejemplo de una mediatizan la mirada y el resultado visual de- amnesia social guayaquileña: más que pere n - pende en gran medida de qué expectativa s nidad, la postal en Guayaquil busca la nove- pensamos que ese otro-que-mira tiene de la dad, la transformación y el cambio inaugu- ciudad. ral, no ese “pathos generalizado de la añoran- La ciudad de las postales es imaginada por z a” (Sontag 1977). fotógrafos-imagineros para los turistas exter- nos, internos, emigrantes y paseantes, soste- nida por hábitos no cuestionados de la repre-

94 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético

Composición collage en la que el monumento de La Rotonda se ubica en el centro, pero a la vez se des-cen- tra la mirada hacia otros lugares de la ciudad. Fotógrafo no determinado, 1990-1995.

De las ciudades a a las demás ciudades: “la ciudad-malecón” “Guayaquil es la ciudad de lo espectacular, Antes de los procesos de “regeneración urba- es un modelo de desarrollo urbano, la re- na”, las postales se caracterizaban por una generación urbana provoca que cada mes exista algo nuevo; en cambio Quito es his- composición en collage, en la que se mostra- tórica…es lo colonial” (Entrevista a fotó- ban diferentes lugares de la ciudad. En el grafo A). 2004, aproximadamente el 80% de estas pos- tales tenían que ver con la regeneración urba- Esta elección visual que se fija en los tó- na. Y entre ellas, se privilegian imágenes del picos modernistas de la regeneración en las Malecón. Esto coincide con otras cifras nu- postales, nos lleva a pensar si Guayaquil ha méricas de corte sociológico, en las que para roto con la arquitectura “tradicional” no sólo los ciudadanos “salir a la ciudad” tenía que en las fotos, sino en sus políticas patrimonia- ver con ir a un Mall o un Malecón (Aguirre les arquitectónicas: “los edificios de los cuales et.al. 2001). se pretendía informar fueron destruyéndose Ambos lugares (Mall y Malecón) tienen por la velocidad y la voracidad de una diná- cosas en común: una estética modernista, los mica de renovación urbana sin respetar e in- aluminios, las luces, lo siempre-limpio, lo corporar la memoria y la cultura arquitectó- siempre-controlado, aquello que se constitu- nica al desarrollo y al progreso de la ciudad” ye en un “atributo diferenciador” en relación (Lee, Compte y Peralta 1996: 13).

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Postales con imágenes del sur: con frecuencia se cen- traron en retratar “el progreso” o el modernismo del sur, como es el caso de El Centro Cívico y el Parque Forestal. La imagen apunta a retratar la “novedad” de la época. Fotógrafo Indeterminado, 1970-1979 Imprenta Gráficas Feraud.

Compte (2003) también critica que úni- cobertura en los medios (o se registran en las camente se circunscriba al centro como ar- páginas finales) y la propia gente de esos sec- quitectura patrimonial y califica las acciones tores habla de los cambios “del centro” como vinculadas al mantenimiento del patrimonio “los grandes cambios”: como “infructuosas y escasas”, así como a los habitantes de “desinteresados” en la conserva- Pregunta: ¿Y a qué se refiere con regenera- ción de ese patrimonio. ción? Es necesario tomar en consideración que existen otros proyectos de regeneración urba- Respuesta: A los cambios del Malecón. Los parques no se sacan mucho. Es que la na en las zonas marginales de importante in- gente del parque, los globos, los comer- fraestructura e impacto social que incluyen ciantes. A nuestra gente no le gustan cosas remodelaciones de parques, mercados y ba- muy saludables para la ciudad. Yo creo que rrios marginales. Sin embargo, análisis me- por eso lo que más se saca es el Malecón y diáticos y los libros fotográficos revelan que el Cerro. Ese es el gran cambio de la ciudad”. esas obras municipales no gozan de una gran (Entrevista a fotógrafo C; los subrayados son nuestros).

Los grandes cambios de la ciudad se toman las cámaras. Y sus fotos revelan cierta amnesia resultado de los lugares que prefieren retratar. Para la cámara que captura postales, por ejemplo, el sur no existe. Las postales de décadas anteriores, en cambio, sí recogen imágenes del sur. El sur continúa siendo un sinónimo de marginali- dad, no sólo porque los asentamientos de sec- Raúl Rueda, 2000-2004. tores populares han crecido en ese sector, sino Diseño: Artes Gráficas Digitales. Imprenta Coello. porque es un sector no legitimado en el ima-

96 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético ginario ciudadano (Aguirre, Nader, Tutivén, les bajo la concepción anteriormente presen- Zerega 2001). También “el sur” (que en el tada sobre la idealización de raza. La ciudad caso de las postales de la década de los 80 se idealizada es la que entra en tensión en el mo- limita a imágenes vinculadas al Pa r q u e mento en que se la habita y planifica, pero Forestal, los monumentos del Parque Forestal también en el momento en que se toma una y el Centro Cívico construidos alrededor de fotografía. Es la ciudad del orden, de la urba- los años 70) se muestra “mientras está en nización de los lugares y costumbres, del aseo, buen estado”. Sin embargo, es interesante de la seguridad5: “antes, en Guayaquil, sólo se considerar que, aunque estos edificios, par- podía hacer foto nocturna. En la noche había ques y plazas han sido recientemente regene- ricos colores que distraían la mirada de una rados, aún no forman parte de la oferta de banca mal pintada, de un árbol mal cuidado, postales y no se insertan dentro de los circui- los edificios” (Entrevista a fotógrafo C). La tos turísticos oficiales. La postal está condi- ciudad idealizada, soñada, deseada desde hace cionada a reproducir espacios de circulación años por los guayaquileños, se manifiesta en turística: “el atractivo de una postal es tener la “regeneración urbana”. La “regeneración una imagen del lugar que se visitó. A los tu- urbana” es una ciudad soñada por el poder, ristas les interesan los lugares y no las perso- pero legitimada por la mayor parte de los ciu- nas…” (entrevista a fotógrafo C). En ese sen- dadanos, a costa también de la deslegitimiza- tido vemos cómo la producción y el mercado ción de los espacios no-regenerados en los de las postales depende también del circuito que viven. Algunos de estudios de corte etno- turístico configurado en cada ciudad. gráfico y exploratorio, sugieren que sólo se ¿Qué sucede entonces con la marginali- nombra a lo regenerado como “ciudad” y que dad? Si bien la regeneración intervino tam- los demás lugares no existen si no están den- bién en sectores marginales, esas zonas no se tro del marco de la regeneración (Benavides y convierten en postal. Por lo visto no basta la Poveda 2002, Chancay y Uscocovich 2002, simple regeneración del lugar para ubicarse Delgado et.al. 2001, De Wind y Cr espo en lo “mostrable” o “memorable”. Robles 2003, Aguirre et.al. 2001). (1997), un autor que trabaja el concepto de De hecho, las fotos de los 90 tienden a imaginarios urbanos, habla de esta ciudad usar grandes planos generales que muestran el utilizando las metáforas del pantano y el jar- edificio en sus contextos, que “engrandecen” dín. De acuerdo a Robles, Guayaquil se de- las infraestructuras y las muestran “comple- bate siempre entre esas significaciones. El sur tas”. Aproximadamente el 48% de las imáge- y los sectores marginales son un pantano, la nes poseen encuadres de gran-plano-general y ciudad regenerada del centro o la idealizada un considerable porcentaje revelan tomas de del urbanismo norte son ahora un jardín. Y gran angular. Además, la ausencia de planos esa percepción se legitima en los medios de cercanos nos sitúan en una posición de con- comunicación y entre los ciudadanos. templación frente al objeto, nos sitúan a una distancia “prudente”. Así, la postal nos hace

La ciudad idealizada o la 5 Reflexiones como éstas pueden dar cuenta de las “in- perennización del jardín tenciones” detrás de determinada fotografía turística de Guayaquil: “[La regeneración urbana nos brinda] El tema de la ciudad idealizada ha sido am- la oportunidad de caminar por las calles y pasear a lo largo de veredas impecables, lavadas con chorros de pliamente desarrollado en los estudios urba- presión y trapeadas cada noche por celosas cuadrillas nos latinoamericanos y en los estudios visua- de mantenimiento” (González 2004).

97 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Tina Zerega levantar la cabeza para mirarlo: “la distancia la de un ángulo diferente. Allí es cuando codificada entre el espectador y el objeto es me dicen ‘pero no sale completo’ o ‘le falta un rasgo semiótico más. Las fotografías nos iluminación’” (Entrevista a fotógrafo C). sitúan como espectadores física y socialmente en relación con una serie de factores sociales Los efectos digitales (retoques de cielos, colo- e interpersonales significativos: el poder, la res acentuados e incluso imágenes superpues- proximidad, la distancia” (Kress, Leite-Garcís tas) acentúan el carácter idealizado que se y Van Leeuwen 1997:407). desea construir. La necesidad de idealización es intrínseca a la producción de postales:

“La fotografía de viaje tiene una aplicación al turismo. Hay que hacer que todo apa- rezca espectacular, bonito, apetecible. Es una fotografía maquillada… ya sé lo que esperan [los operadores turísticos]. La ciu- dad es un producto y hay que lograr que aparezca vendible. [Las postales] evitan sis- temáticamente mostrar pro b l e m a s” (Entrevista a fotógrafo A). Foto tomada en gran plano general en la que se uti- lizó a su vez un gran angular que incrementa las En ese marco, ¿qué es lo no-postalizable, lo connotaciones de “poder” adscritas al edificio de la no-ideal? Las imágenes que tienen relación Gobernación. con el campo, la pobreza, los habitantes , la Raúl Rueda, 2000-2004, Diseño Artes Gráficas Digitales, Imprenta Coello, Archivo MAAC. tradición y lo “pequeño” no son parte de la producción postal de este momento, precisa- mente porque no se insertan con facilidad en A esto se suma el hecho de que en las posta- los discursos y planes de la regeneración, pero les haya primado una composición simétrica- también porque no se enmarcan en lo que se equilibrada (74%) y exista una preferencia desea mostrar. Asimismo por ejemplo, una por las fotos de composiciones de linealidad pelea de gallos como la que se muestra en una vertical (57%). Al casi no mostrarse personas postal por Manuel Tama, imagen netamente en la fotografía (los lugares asemejan a un rural, única en esta serie, da cuenta de una re- “paisaje natural”), se muestran distanciados alidad que no se muestra en las fotografías de del espectador, recordando que “la inaccesibi- las postales. La “invasión rural” se considera lidad es una cualidad capital de las imágenes como una de las causas del “desorden” y se de culto” (Benjamín 1974:149) y que, suma- evidencia en los estudios de corte etnográfico do al carácter irrepetible de ese momento, anteriormente señalados, en las problemáticas contribuye a las problemáticas del aura y que de los espacios regenerados plantadas por lo presenta una mirada “políticamente educada” medios y las ordenanzas y reglamentaciones de lo urbano (Benjamín 1977:42). urbanas. Existe una demanda de orden que Sin embargo, la estética de las postales da tiene que ver con “ordenar al campo”. cuenta también de cómo la demanda prefiere Por otro lado, es interesante notar que las esa composición “naturalizada”: postales que antes del año 2000 se concentra- ban en buena medida en mostrar diferentes “Digamos que tomo la Catedral con unas lugares del centro de la ciudad, han sido re- ramas cruzadas al frente o tomo una cúpu- emplazadas por un nuevo centro: el malecón.

98 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético

En la muestra de las postales de la década de los 90, aproximadamente el 38% se ubican en el centro de la ciudad, mientras que en la muestra de postales del 2000-2004, solo el 12% se ubican en esa zona. Con frecuencia existen proyectos que se nombran a sí mismos como de “rescate del centro” en un sentido patrimonial, pero tam- bién en un sentido de “rescatarlo” del desor- den del comercio informal, de la marginali- dad, de la delincuencia. Parece que el comportamiento informal (que normalmente se adjudica al migrante campesino y que lo relacionan a los de barrios marginales; ver De Wind y Cr espo 2003) “ensucia” la postal o, tal vez, “la desordena”. La gente le quita su brillo geométrico y carte- siano: “por ejemplo, sobre esta postal de la Plaza de la Administración, me han dicho ‘no le ponga el carrito con una venta de naranjas, porque ya no queremos que eso pase en Algunas muestras de décadas anteriores de Gu a y a q u i l’” (entrevista a fotógrafo A). dimensiones más habitadas del centro. Fotógrafo Indeterminado, Imprenta Gráficas Feraud .

Dos postales de contraste: a la izquierda, postal del Mercado Sur “invadido” por el comercio informal antes del proceso de regeneración, y arriba, transformado en lo que se conoce como “El Palacio de Cristal” en la Plaza de la Administración, de- spués de los procesos de regeneración. El edificio se moviliza del “deterioro” en que se encontraba (según discursos oficiales) a la completa y trans- parente “pulcritud”. Izquierda: Fotógrafo indeterminado, Imprenta Gráficas Feraud, Archivo MAAC, 1980-1989. Arriba: Luis Muñoz (Folch), Imprenta Imágenes Ediciones, Archivo MAAC, 2005.

99 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Tina Zerega

Realizar un estudio de representación de la la marginalidad urbana, lo “popular” asumi- “regeneración urbana” en los medios sería in- do como lo “cholo” y los “comportamientos teresente, porque en muchos casos se apunta inapropiados” de connotaciones moralizan- también al “control” y “limpieza” de estos es- tes. Lo “apropiado” es entonces reproducir la pacios. imagen-postal, muchas veces cliché, ideológi- Una y otra vez vemos lo marginal por ca en el sentido de reproducir los valores y las fuera de la ciudad ideal: “en relación a esta cosmovisiones de lo establecido, que segura- foto del cerro antes de la regeneración, me mente son parte de los propios repertorios han pedido que ya no circule…me dicen ‘esto que circulan en las instituciones políticas y fue, pero esto ya no es así’” (entrevista a fotó- culturales de discursos localistas o autonómi- grafo A). Un signo de idealización es la au- cos, los textos de colegio, las festividades cívi- sencia completa de la ciudad habitada en la cas de la ciudad. Aún así es interesante obser- ciudad ideal, lo que a su vez parece ser un fe- var que ambos repertorios (sea el campesino nómeno global en la producción postal. Si folclorizado o el del pasado burgués de la co- bien la demanda condiciona la reproducción tona tradicional) casi no aparecen en las pos- de la imagen de ciudad deshabitada, también tales y son “avasallados” por las imágenes de algunos de esos fotógrafos legitiman repre- corte arquitectónico. Sin embargo, estas imá- sentaciones que dan cuenta de una asimila- genes dan cuenta de otra concepción de corte ción o un “estar de acuerdo” con los mecanis- más “folklorista”, que podría considerarse a mos de control y los discursos políticos y me- su vez como una limitada concepción de la diáticos para mantener fija la imagen ideali- ciudad al “postalizarse” y que -en pocas oca- zada de ciudad. siones- se asume por los productores desde una posición crítica: “En mis fotos prefiero que no aparezcan personas. Sobre todo por la moda: la moda “Yo hacía postales con indígenas cargando cambia y desactualiza la foto. Ad e m á s a sus niños en Guayaquil. Tenía una niña puede salir una persona con una funda, al- pidiendo caridad, un racimo de guineo, y guien despeinado, los enamorados besán- se vendían muchísimo, pero dejé de hacer dose, no estar bien vestidos… Si alguien eso… Una vez viajé a Estados Unidos y está en el Parque Histórico y aparece con cuando le preguntaba a la gente, ellos pen- su vestuario apropiado, un señor con su saban que todos en Guayaquil, en cotona, es otra cosa… apropiado sería el Ecuador, éramos indígenas o pobres. Yo traje de campesino, si el traje va acorde, lo por eso ya no hago eso… Eso no es ubico. No es que me digan mis clientes ‘sin Guayaquil” (entrevista a fotógrafo B). gente’; yo lo decido. Hay que cuidar las fotos si van a circular. Es preferible que no Las postales son también el espacio para pre- haya gente. Hay que cuidar el vestuario. Si sentar al Otro visto como un espectáculo, re- va a circular ¿qué van a decir?, que somos presentado dentro de los marcos de estereoti- indios, que somos cholos. Preferible que pación (Hall 1997). Vemos cómo en la pos- no nos vean. Yo he visto que en las posta- les de afuera, de otro país, casi no se ven tal, en el caso que elija representar en ella al personas” (Entrevista a fotógrafo C). otro, la diferencia entra también en el marco del espectáculo: el indígena, el montubio, el En ese sentido, vemos que no toda la gente campesino. Ése debe -puede- convertirse en debe quedar por fuera de la imagen-postal. postal. El otro-popular no es “apropiado” Son solamente ciertas personas, las personas para esa postal y tampoco es “apropiado” en “inapropiadas”, entendiendo por inapropiado los procesos de regeneración. Estas presencias

100 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético obedecen también a las reflexiones de la ima- gen como idealizaciones de raza (Po o l e 2005). Podríamos enlazar estas interpretacio- nes a otras, vinculadas a los estudios sobre los “miedos” urbanos, en donde el otro (sobre todo el otro-marginal, popular) es el lugar donde se acumulan las desconfianzas, temo- res y reproches urbanos. El otro y sobre todo el otro popular es el que se evita, el que puede hacer daño, el que desordena, el que ensucia, aunque también hay que considerar que el concepto de “otro” varía según las comunida- des de sujetos (Delgado et.al. 2001, Crespo y De Wind 2003, Chiriboga et.al. 2002). Por supuesto, en las series siempre hay ex- cepciones. Los hermanos Franco rescatan las dimensiones habitadas de la ciudad y espacios de “menor legitimidad” si se lo compara con las demás postales.

Imprenta Imágenes Ediciones, Archivo de Postales del Observatorio Cultural Urbano del MAAC.

Los hermanos Franco (principalmente Bolívar, “Bolo”) muestran una dimensión ha- bitada de la ciudad: se contrasta al Malecón - el lugar del orden, la reglamentación, la lim- pieza, lo formal- con la cuadra del frente, donde ubicamos lo informal del comercio, la costumbre cotidiana, lo no-bien-sentado. Sin embargo, paradójicamente, la ciudad-cotidia- Arriba: Bolo Franco, Imprenta Senefelder, na-habitada como la de esta postal “n o Archivo de Postales del MAAC, 1995-1999. vende” (Bolo Franco). Abajo: Bolo Franco, Imprenta Senefelder, Archivo de Postales del MAAC, 2000-2004.

101 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Tina Zerega

Bolo Franco, Imprenta Senefelder, Archivo de Postales del MAAC, 2000-2004.

Otro caso a analizar (a pesar de su muy esca- de recuerdos religiosos, etc., que podrían sa producción), es el fotógrafo Andrade del también, desde otra óptica, enmarcarse en grupo “Mamey”. Andrade se centra en la di- concepciones del otro como espectáculo o mensión habitada urbana en casi toda su pro- idealizaciones de raza, pero en todo caso, en ducción, entendiendo por lo habitado tanto a el marco de la serie de postales analizadas y los “sujetos de sector popular” y “vendedores que circularon en el 2004, representa otra mi- informales” como a “objetos” que dan cuenta rada de la ciudad, no solamente por los temas de lo habitado: frutas en un mercado, venta elegidos, sino por las formas y encuadres con los que la cámara mira. Folch también presenta dimensiones habi- tadas de la ciudad, sobre todo en sus últimas producciones, aunque las presente siempre en los marcos de la regeneración del centro (Cerro, Plaza de la Administración, Mirador del Cerro Santa Ana, la calle 9 de Octubre, etc.) y no en lugares descentrados de la rege- neración urbana como el caso de los herma- nos Franco o Andrade.

Carlos Andrade, Grupo Mamey, Archivo de Postales del MAAC, 2000-2004 .

102 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético

Cerrando encuadres

La postal en Guayaquil funciona como una especie de peón semiótico que posiciona a la ciudad frente a las otras dos ciudades-históri- cas (Quito y Cuenca) y como “equiparable” a la de esos otros que vienen “del primer mundo” a observar procesos de desarrollo. La estrategia visual implica el “borramiento” de todo aquello que no contribuya a ese posicio- namiento y que aleje a Guayaquil de su pasa- do de “desorden” y lo acerque a otros órdenes de países desarrollados y “sorprenda” al turis- ta con este orden, que tal vez no pensaba en- contrar. A través de la televisión y de los procesos de migración de imaginarios accedemos a esta nueva concepción de la ciudad-mundo que se reproduce también a nivel local y que es parte Fotógrafo Luis Muñoz (Folch), Imprenta Imágenes de las políticas municipales y estatales que ha- Ediciones, Archivo de Postales del MAAC, blan constantemente de una “imagen-ciu- 2000-2004. dad” o una “ciudad-marca” para el turismo, las inversiones y los negocios. Sin embargo, n u e vo. El “p a s a d o” fotografiado (Cerro , ese mismo concepto de ciudad-mundo, en el Malecón, Centro) en realidad es un pasado caso de la postal, presenta dos tipos de ideali- reconstruido (tampoco se pretende indicar zaciones. La primera es una ciudad “idealiza- que existen “pasados originales”), sin embar- da en el pasado”, que les sirve para explicar el go, estos lugares-hitos del pasado representan origen, justificar y tratar de entender su pre- a su vez los hitos de la regeneración, lo que se sente por la búsqueda del génesis, el “de ha “logrado” cambiar. De hecho, los mentali- dónde venimos”, “cómo nacimos” (Gaggioti zadores de la regeneración urbana hablan de 2000). Esta ciudad se construye a partir de la “mantener el momento” (concibiendo el mo- invención de elementos simbólicos que se li- mento regenerado del espacio como un mo- garán muy especialmente a un momento, mento original o momento cero) como un también simbólico, que se denomina la “fun- instrumento estratégico en el plan de regene- dación de la ciudad”. Éste es el caso de la pos- ración urbana (Wong 2005). tales del cerro Santa Ana, que en el “mito-ur- Por otro lado, el Malecón representa una bano” es el lugar donde “nació” la ciudad, ciudad “idealizada en el futuro”, que ayuda a aunque las referencias históricas para susten- los grupos a organizar su proyecto de ciudad, tarlo no queden explícitamente establecidas, la cual se compara y liga a otras ciudades de pero que también podría ligarse a ese mismo la red urbana. En esta mímesis con otras ciu- espacio y al Malecón como los símbolos del dades se procura además la búsqueda de la nacimiento de una “nueva ciudad”, la regene- identidad colectiva a partir de la comparación rada, la ordenada. “somos como”, “somos distintos a” (Gaggioti Esta idealización del pasado entra en con- 2000). En el caso de Guayaquil, la ciudad- tradicciones severas con una idealización de lo malecón la posiciona como una ciudad de de-

103 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Tina Zerega sarrollo, que da cuenta -aunque sea a manera Bibliografía de mimesis- a ciudades de carácter comercial del primer mundo, pero que a su vez la dife- Aguirre, Antonio, Nader, Denisse, Tutivén, rencia de Quito, que ha hecho de lo históri- Carlos y María Mercedes Zerega, 2002, co-colonial el eje de su posicionamiento. “Sondeo cuantitativo de los aspectos rela- Además, es la ciudad del orden, del control, tivos a la ciudad, su pasado y el museo”, de la seguridad. Banco Central, sucursal Gu a y a q u i l , ¿Qué Guayaquil, entonces, se recorre en mimeo. las postales? Podríamos decir que es el nuevo Aumont, Jaques, 1992, La imagen, Paidós, Guayaquil. El Guayaquil que se quisiera - Barcelona. desde el poder y la ciudadanía- reproducir en Benavides, Beatriz y Ana Gabriela Poveda, toda la ciudad. El Guayaquil idealizado en 2002, “Lo que se toma y lo que se deja. donde los sujetos, los guayaquileños, somos Investigación realizada entre los morado- vistos como “contaminadores” del nuevo es- res de la escalinata Diego Noboa alrededor pacio que debería conservarse siempre mo- de los cambios generados en su vida coti- derno, siempre ordenado, siempre limpio, diana a partir del proyecto de regenera- siempre seguro. Y podríamos decir que la vi- ción urbana”, Tesis realizada en la sión-postal (tal vez por el poco tiempo de la Universidad Casa Grande, Guayaquil. regeneración) se reproduce también en mu- Benjamín, Walter, 1977, “Pequeña historia chos de los medios de comunicación, de los de la fotografía”, en José Muñoz Millanes, discursos políticos y algunos de los sociales y editor y traductor, S o b re la fotogra f í a , educativos. ¿Qué significa eso? Kress, Leite- Walter Benjamín (2005), Colección Pre- García y van Leuden (1997: 389) indican que textos, N. 705, Valencia. “las significaciones de quienes dominan en —————, 1974, “Sobre algunos temas de mi medio, continuarán siendo dominantes Baudelaire”, en Muñoz Millanes José, edi- para mí y serán ellos los que modelen, más tor, Sobre la fotografía, Walter Benjamín que yo mismo, los recursos representativos de (2005), Colección Pre-textos, N. 705, mi comunidad y, por lo tanto, los medios de Valencia. mi producción de significaciones”. En ese Berger, John, 2000, “Usos de la fotografía”, sentido se explica el impacto de la regenera- en Revista Trimestral Elementos, N. 37, ción no sólo a nivel del discurso de los fotó- Vol. 7, Universidad Autónoma de Puebla, grafos, sino también en el de los ciudadanos México. guayaquileños. En ese sentido, estas series de Chancay, Alexandra, Uscocovich, 2002, “El postales son representaciones urbanas, pero consumo cultural del espacio público de no vanas representaciones. Son representacio- jóvenes de sectores populares en la regene- nes que dan cuenta del nuevo orden imagina- ración urbana: caso malecón 2000”, Tesis rio, de la intención del orden que aplicamos a de licenciatura realizada en la Universidad la ciudad, pero que también pueden conver- Casa Grande, Guayaquil. tirse en un encuadre donde otras miradas, Chiriboga, Héctor, Tutivén, Carlos y María otras intenciones de hacer ciudad, sean posi- Me rcedes Ze rega, 2001, “Material de bles. campo Cartografías Urbanas de Gu a y a q u i l”, Banco Central- Su c u r s a l Guayaquil. Compte, Florencio, 2003, “La ciudad de los soportales”, en publicación sin compila-

104 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 La imagen postal de Guayaquil. De las imágenes regeneradas a las microintenciones de control estético

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105 ÍCONOS 27, 2007, pp. 91-105 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil1 Medardo Angel Silva: unuterrable voices and being cholo in Guayaquil

Hugo Benavides PhD. en Antropología por City University of New York Profesor Asistente en Fordham University, New York

Email: [email protected]

Fecha de recepción: septiembre 2006 Fecha de aceptación y versión final: octubre 2006

Traducción: X. Andrade

Resumen El artículo busca entender el gran poder que la sensibilidad de Silva obtuvo sobre su ciudad natal, ex- plorando algunos de los principales sentimientos que le permitieron alcanzar un lugar paradigmático dentro de los linderos auto-reflexivos de Guayaquil. Propone que varias generaciones de guayaquileños han utilizado a Silva como un espejo de múltiples niveles para reflejar sus complicadas imágenes de au- sencia, pesadillas coloniales y las formas institucionales de un rechazo civilizador.

Palabras clave: Medardo Angel Silva, Guayaquil, cholo, poesía, cultura popular

Abstract The article looks to assess the particular power that Silva’s sensibility came to have over his city of ori- gin, exploring what are some of the major sentiments or tropes that enabled Silva’s paradigmatic place in the city’s understanding of itself and its way of being? What are some of the major effects of senti- ments that catapulted themselves again and again to the city’s multiple generations? The article also ex- plores how these same effects of sentiments would contribute to Silva’s high regard in the official cul- ture, and evidences the fact that Silva’s iconic figure has continuously and historically reflected the city’s own ambivalence over its own questions of origins and identity. Finally, the article poses that in Silva, fleeing streams of Guayaquilean generations have had a mirror with myriad levels of realities upon which to reflect their own bitter truths of un-belonging, colonial nightmares, and rejecting consequences of civilizing manners and norms.

Key words: Medardo Angel Silva, Guayaquil, cholo, poetry, popular culture

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 107-117 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Hugo Benavides

Las voces inefables Intento dar cuenta de este ritual destinado a idealizar la trágica vida de Silva, comparán- ste artículo intenta entender el poder dola con la de uno mismo al relacionarla con que la sensibilidad de Silva adquirió al el uso de sus palabras poéticas, las mismas E representar a su ciudad de origen. Al que funcionaran como una suerte de balsámi- hacerlo, estoy menos interesado en proveer ca inspiración para diferentes clases sociales una hagiografía sistemática de la vida de Silva en Guayaquil durante el último siglo. ¿Cuáles o una detallada biografía. Me interesa dejar son los mayores sentimientos o tropos que hi- que diferentes momentos de su vida y obra cieron posible el lugar paradigmático de Silva sean iluminados por los ciudadanos contem- en el entendimiento que la ciudad tiene sobre poráneos de Guayaquil y su historia. sí misma y su manera de ser? De hecho, fue- En este sentido no busco proporcionar un ron muchos de los mismos efectos de estos tipo de juicio ético o literario sobre la vida y sentimientos los que contribuirían a la alta es- la obra de Silva, sino formarme un juicio tima de Silva en los libros escolares oficiales, acerca de las problemáticas particulares sobre permitiendo una comprensión inicial de las cuales él trabajó durante su corta vida. Al cómo llegó a obtener tal estatus y su influen- mismo tiempo, creo que tales problemáticas cia en las generaciones futuras. No obstante, no fueron un objeto de obsesión individual este canon educacional oficial es secundario sino que fueron importantes también para comparado con la problemática más amplia una serie de generaciones de guayaquileños que Silva representa para los guayaquileños que lo siguieron. También estoy conciente de en general. Lo que Silva representa va en con- la reificación particular que este trabajo pro- tra de los mecanismos tradicionales de las his- veerá, contribuyendo aún más al aura román- torias oficiales que más bien contestaban, de tica y estatus sentimental que tiene este autor. manera soterrada, al mayoritario reconoci- En vista de ello, no busco excluirme a mí miento de Silva por parte de sus coterráneos. mismo del marco de análisis. Como Foucault El Silva que es retratado en los libros escola- (1990) elaborara en el primer volumen de su res es muy limitado en su profundidad, y Historia de la Sexualidad, no hay manera de sirve para ponerlo implícitamente en una po- que un análisis dado de la realidad social deje sición similar al resto de los poetas ecuatoria- de formar parte y contribuya a la realidad so- nos, lo cual es erróneo. Es como si a pesar de cial que busca estudiar. Es así que mi análisis la presentación limitada de Silva, los efectos es el resultado de realidades diversas, inclu- efusivos de sus sentimientos omitieran la yendo la que deriva de mi propia encultura- constreñida representación oficial de su con- ción como un ciudadano ecuatoriano, y más tribución en la vida histórica de Guayaquil, específicamente el hecho de ser guayaquileño. aunque, contradictoriamente, dicho conoci- Pasé horas de horas leyendo la poesía de Silva, miento produjo un todavía más entusiasta re- meditando sobre una existencia saturada de conocimiento social. ira y preguntándome, después de todo, cuán En consecuencia, mi apreciación de la diferentes realmente fueron nuestras vidas. contribución de Silva ha emergido no sola- Sin embargo, esta comparación cultivada con mente de aquellos guayaquileños que he en- Silva no era un acto aislado. De hecho, este trevistado sino también de quienes han con- ritual de identificación regional estaba pre- versado episódicamente conmigo en los últi- sente en todos los guayaquileños que entre- mos treinta años. El hecho de que la ciudad visté y también es parte de su exégesis litera- posee un pequeño parque en su nombre y ria (véase Rodríguez Vincens 2001). que su nombre también ha sido desplegado

108 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil significativamente en el nuevo y renovado Malecón, son signos de la profundidad del sentimiento que ha dado forma a la ciudad continuamente. Es también evidencia de que la figura icónica de Silva ha reflejado a través de la historia la ambivalencia de la ciudad sobre sus propias cuestiones de origen e iden- tidad. En Silva, múltiples generaciones gua- yaquileñas han tenido un espejo con una mi- ríada de niveles de realidad en el cual reflejar sus propias y amargas realidades de no perte- nencia, sobre pesadillas coloniales y sobre las consecuencias del rechazo de las maneras y normas civilizadoras.

Parque histórico de Guayaquil El precio de ser cholo en Guayaquil

Velada del Sábado

Marcha la luna trágica entre nubes de gasa … Sin que nadie las toque se han cerrado las puertas… imaginario de Silva anotado más arriba), nos El miedo, como un lobo, pasea por la casa… hace llorar por la noche sobre nuestra ador- Se pronuncia los nombres de personas ya mecida existencia cuando nadie está mirando muertas… (véase Rulfo 2003 sobre similares espectros ideológicos en su memorable novela, Pedro El abuelo las lámparas, por vez octava, prende… Páramo). Se iluminan, de súbito, semblantes aturdidos… Si l va presenta una construcción intere s a n- Es la hora en que atraviesa las alcobas el duende Que despierta, llorando, a los niños dormidos… te cuando trata de la siempre actual distinción p e yo r a t i va de ser llamado “c h o l o” en el con- (Estancias: XIV; Silva 2000:98). texto del Guayaquil histórico y contemporá- n e o. “Cholo” es un marcador racial ambiguo que denota una posición de clase baja en re l a- Algunos indicadores importantes de identifi- ción a lo mestizo, a pesar de que ambos re f l e- cación presentes en la vida y la imaginación jan similares ancestros mezclados, castellano e poética de Silva también probaron ser para- indígena. Y, aunque Si l va era negro, o tenía digmáticos en la vida social de la ciudad; par- rasgos raciales fuertes que correspondían a ticularmente lo que significa ser llamado, o una supuesta herencia africana, su ambiva l e n- creerse cholo en ese contexto social, y el om- te pertenencia racial le permitió cobijar simi- nipresente sentido de pecado o transgresión l a res sentimientos de desplazamiento re s p e c t o en la vida familiar de la ciudad y del puerto. del ancestro indígena para encontrar, sino Considero que tales discursos sociales son ele- consuelo, por lo menos un lugar para la con- mentos centrales que, como un duende (en el m i s e r a c i ó n común. En este sentido, la ambi-

109 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Hugo Benavides valencia racista sobre el ancestro africano de la identificación indígena, más cercano uno se ciudad refleja de muchas maneras, o se cons- halla al status social más alto y a mayores t ru ye sobre, la igualmente enorme tensión oportunidades para un mejor estilo de vida que se mantiene sobre la herencia más inme- (Whitten 1984, Naranjo 1984). diata de la ciudad, el legado indígena Por supuesto, esto tiene ramificaciones (Townsend 2000, véase también Wade 1997). complejas (véase Benavides 2002 para una Uno puede ver también esta tensión en las discusión del pasado indígena de Guayaquil), palabras de Silva, donde es muy raro encon- tales como la mantención de formas indíge- trar mención explícita alguna, no se diga in- nas en las relaciones sociales y las obligaciones corporación, de los rasgos indios como parte laborales, y particularmente de una elite indí- de la historia de Silva y de Guayaquil. La con- gena que abogó por las políticas coloniales temporánea presencia indígena en Guayaquil para asegurar su propia sobre vivencia. En durante y desde el tiempo de Silva, es el re- Guayaquil y su vecindad costera, esto signifi- sultado de las migraciones provenientes de la có una serie de prácticas sociales que, por un Sierra principalmente. Estas migraciones his- lado, aseguraron una rápida retransformación tóricas permitieron a decenas de miles de in- de las etnicidades, pero que, por otro lado, dios escapar de las formas feudales de relación aseguraron algún nivel de continuidad a las laboral [que los ligaban al sistema de hacien- tradiciones sociales. En este contexto, una et- da, n. del t.] e intentar proveer una vida dife- nicidad india fue mantenida mediante la for- rente y mejor no sólo para ellos mismos sino mación de comunidades seculares y final- para sus hijos. La fuerte presencia indígena, mente se cristalizó en formas modernas tales tradicionalmente presente en los mercados, como el reclamo de tierras por parte de co- lugares de construcción y el trabajo domésti- munas (véase Álvarez 1989). Mientras tanto co, no le fue indiferente a un hombre sensible dos grupos étnicos, así llamados como “cho- como Silva, haciendo de su silencio algo más los” y “montubios”, también solidificaron sus significativo y sugerente. identidades a pesar de las varias capas de cla- Sin embargo, en razón de la realidad de sificaciones étnicas instituidas por la Corona esta negación, la original presencia indígena española para relevar su propia pureza racial en Guayaquil es también caracterizada por el y, así, asegurar formas socioeconómicas de silencio, el de una miríada de generaciones de dominación. indígenas costeños diezmadas bajo el domi- Las historias e identidades resultantes de nio colonial y también por las políticas socia- cholos y montubios son definidas de la si- les republicanas. Las poblaciones indígenas guiente manera: los primeros como ex-indí- costeñas fueron las primeras en ser devastadas genas que residen en la Costa y sobreviven en por la ocupación española y también las más base a la pesca y la agricultura a pequeña es- golpeadas por epidemias invasoras, regulacio- cala, y los segundos como ex-comunidades nes cambiantes y opresivas, y prácticas direc- indígenas que ocupan las orillas de los ríos y tamente genocidas. Como resultado de estos se dedican más intensivamente a la agricultu- elementos étnicos y genocidas, la población ra y al intercambio comercial. Es en este con- costeña sufrió una transformación rápida, texto que ambos términos ganaron un alto marcando la muerte de la mayoría de las co- grado de reconocimiento dentro de la socie- munidades indígenas y la transformación ét- dad guayaquileña, marcando una compleja nica de sus descendientes y sobrevivientes. De historia de identidades étnicas y también de esta manera y reduciéndolo a su forma más legados coloniales y racistas. Ambos térmi- simple, mientras más alejado uno está de una nos, como toda categoría étnica, terminaron

110 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil resignificando mucho más que lo que inicial- t roc inada por la tradicional elite política gua- mente expresaban y fueron fácilmente incor- yaquileña que ha romantizado una identidad porados dentro del vocabulario porteño de montubia en exhibiciones de museo y festi- términos peyorativos. Después de una com- vales para ampliar sus propios ideales hege- pleja evolución histórica (véase de la Cadena mónicos urbanos. 2000 para un desarrollo diferente en el caso “Cholo” es un epíteto más intrincado y peruano, y Weismantel 2004 para un ilumi- devastador, sobre todo cuando es usado espe- nador análisis pan-andino del término cíficamente como un insulto. El ser llamado “chola”), “cholo” y “montubio” terminaron “cholo” significa una definición mucho más siendo usados menos para fines descriptivos esencial y una distancia mayor frente a nocio- (como en la diferenciación citada) y más para nes de civilización y humanidad (léase del cuestionar el origen, la raza y la posición so- deber ser de la guayaquileñidad). Una vez cial, esto es, la identidad civilizada. más, la mayor distancia geográfica está tam- Sin embargo, “cholo” adquirió el carácter bién implicada en este significado. Debido a del peor de los estigmas y “montubio” se con- ello, junto con “maricón” o “negro”, la peor virtió en una forma más atenuada de insulto, forma de identificación en términos guaya- aún a pesar de que ambos reflejan una heren- quileños es “cholo”. Particularmente porque cia mezclada y un problemático ancestro in- el término tiene las mismas connotaciones de dígena. Cuando utilizado como un insulto (y “montubio” en lo que respecta a ser tonto, re- es usado excepcionalmente en un sentido dis- trasado, y/o del sector rural, pero adicional- tinto en la vida cotidiana) “montubio” impli- mente carga fuertes implicaciones raciales. ca retraso, rural e inclusive estúpido. Pero, Las características fenotípicas implicadas son quizás porque es más cercano a la ciudad ge- una piel más oscura, un tamaño menor y ras- ográficamente hablando, también se usa para gos indígenas, específicamente en el caso de describir a alguien que puede tener estándares los hombres la falta de bello en el cuerpo y la de clase baja pero que todavía tiene algunas cara, y el pelo erizado. características redimibles. Así, es más proba- Todos ellos o una combinación re i f i c a d a ble que los montubios sean transformados en de algunas de estas supuestas características ra- mestizos, blanco-mestizos, y hasta plenamen- ciales harían que uno sea llamado “c h o l o” , te guayaquileños y que tengan su clasificación cuestionando profundamente los sentidos de racial perdida dentro de la nueva identifica- p e rtenencia. Es en este punto que la imagen ción citadina. de Si l va adquiere ramificaciones y ru p t u r a s Tampoco es raro encontrar comentarios s i g n i f i c a t i vas en el campo de la imaginación generales en Guayaquil que se refieran a al- social de la ciudad. En vista de que muy pocas guien que ha adquirido un estatus normativo fotos de Si l va han sobrevivido, es muy difícil de ser catalogado como un montubio o distinguirlo fenotípicamente en una categoría haber actuado como uno cuando recién lle- racial discreta. Es por esta falta de evidencia gado a la ciudad. Uno también puede obser- visual que su identidad negra es un secre t o var dos fenómenos recientes que se hallan re- bien mantenido, priva t i vo de quienes lo cono- lacionados: 1) un movimiento político cre- c i e ron de primera mano, o quienes escarbaro n ciente entre las poblaciones costeñas autode- en las pocas biografías de su vida. Sin embar- finidas como montubias que están usando go, la poesía de Si l va y las piezas periodísticas esta identidad racializada/étnica para legiti- están llenas de silencios implícitos y significa- mar sus derechos territoriales y políticos; y 2) ciones que brindan vida (y posibilidades de es- una empresa mucho más problemática pa- cape) a una sociedad plagada por espectros co-

111 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Hugo Benavides loniales que toman la forma de miedos racia- de las grandiosas casas de madera, las barracas les primarios, que incluyen el de no querer ser y las avenidas centrales vacías, describen un catalogado como o llamado “c h o l o” . entorno privado de los conflictos de clase, la Es significativo que Silva apareciera como tensión racial y la represión sexual que per- ajeno frente a su enorme acertijo racial. De meaban la ciudad hacia el cambio del siglo hecho, sería difícil encontrar una sola referen- pasado. Estas representaciones idealizadas de cia a ello en cualquiera de sus escritos. El Guayaquil también proveyeron una fantasía autor parece haber invertido una enorme can- romántica de paz y tranquilidad para la ma- tidad de energía en no hablar acerca de lo que yoritariamente blanco-mestiza y terrateniente todo el mundo sabía, mas no quería admitir- elite. La falta de evidencia del caos urbano en lo: el complejo y la forma racista de auto- estas fotos habla volúmenes enteros en contra identificación (social) privativa de Guayaquil de la representación de dos de los más gran- y sus habitantes. Pero un mero nivel de nega- des movimientos sociales de la ciudad (la ción individual, para Silva, habría sido no es- Revolución Liberal y el Movimiento de los cribir sobre ello y, por supuesto, tampoco Trabajadores), así como de la peor masacre identificarse. Sin embargo, la obra de Silva, moderna de la población citadina que ocurrió tanto como los grabados del Gu a y a q u i l en Guayaquil durante este periodo (en no- Antiguo2, conllevan una fuerte identificación viembre de 1922). social. Es como si proveyera un telón mágico De esta manera, como en las representa- sobre el cual los habitantes olvidados de la ciones del Guayaquil Antiguo, la poesía de ciudad fueran capaces de pintar sus propios Silva pudo haber evitado categorizaciones ra- sentimientos y formas de ser. ciales explícitas, pero no está libre del contex- Igualmente importante, las representacio- to racial y las interrogantes que a él, como al nes en blanco y negro del Guayaquil Antiguo, conjunto de la ciudad, los cobijaban. Su poe- sía está llena de principios raciales, no necesa- riamente aquellos de su entorno inmediato 2 Las imágenes del Guayaquil del siglo pasado han sido capturadas en un sinnumero de fotografías y dibujos sino más bien del más amplio mundo colo- de la ciudad. Estas representaciones artísticas han sido nial que alimentaba su propia imaginación. utilizadas para definir dicho período como el de Por ejemplo, las referencias poéticas sobre Guayaquil Antiguo. Como toda reconstrucción del pasado, el Guayaquil Antiguo, más que una recons- blanqueamiento se hallan siempre presentes trucción fidedigna, está permeada de deseos de lo que en los símbolos del agua, la castidad virginal, muchos quisieran que la ciudad haya sido. El mismo la luna, y el cuerpo: título de Guayaquil Antiguo ofrece autoridad y au- tenticidad a un pasado que no excede más de cien años. De esa manera, los cientos de representaciones A ti la inclinación de las pelucas, en blanco y negro ofrecen imágenes de grandes casas al plegarse los blancos abanicos, de caña, astilleros y espaciosas avenidas, arguyendo un sobre la seda de las blancas nucas; ambiente libre del conflicto de clase, tensión racial y represión sexual que vivía la ciudad a principios de los porque tu nombre sabe a miel y rosas, 1900s. Así, las fotos ofrecen un recurso romántico y fantástico de paz y sosiego para el pequeño grupo de y pronunciarlo es evocar los ricos hacendados blancos/mestizos que han controlado la Trianones de las fiestas suntuosas. ciudad históricamente. La ausencia en estas imágenes de los disturbios causados por la revolucion liberal (De la vieja Francia, Silva 2000: 51). (1895-1905) y por los enfrentamientos de los sindi- c a t o s / t r a b a j a d o res con la policía, que daría lugar a la En la economía poética de Silva, tales símbo- m a s a c re de las Cruces sobre el Agua (1910-1922), de- finen precisamente los parámetros de negación históri- los están cargados con una esencia mágica ca que el recurso de un Guayaquil Antiguo permite. que los hace ser leídos como si pertenecieran

112 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil a un mundo etéreo, precisamente porque de sentimientos que escapan a las escrituras y aunque se alimentaban de interrogantes ra- c o n s t reñimientos hegemónicos. Al mismo ciales específicamente guayaquileñas permití- tiempo, bajo el disfraz de los sentimientos in- an un cierto escape a ese mismo mundo. dividualizados, los poemas sutilmente, pero En estas imágenes profundamente ricas y de manera decisiva, ofrecen y articulan un poéticas, los colores que reflejan el tono de la amplio rango de emociones sobre un fondo piel son liberados de su limitada significación regional, el de Guayaquil, que ha sido dene- y más bien sirven para pintar un sutil mundo gado de manera tan inflexible. emocional frente al cual los guayaquileños se No debe pasarse por alto que, debido a su pueden relacionar de una forma más pro f u n- suicidio, la poesía de Silva haya sido subesti- da. En este sentido, colores malditos tales mada por los críticos literarios, comentadores como el negro y el café son significados con sociales e intelectuales en general, como si implicaciones menos amenazadoras pero toda- fuera faltante de contenido social y, a la vez, vía encarnan plenamente el rango emocional categorizada como una forma de simple me- que su pura mención despierta. De esta mane- lodrama romántico. Sin embargo, son preci- ra, Si l va también trabaja convincentemente samente sus ambiguas y profundas significa- con una imaginería de tradiciones y rituales ciones las que no han sido perdidas entre el árabes, imbuyéndolos y liberándolos, una vez público guayaquileño más amplio. Desde el más y al mismo tiempo, de sus herencias colo- momento de su muerte los habitantes abraza- niales. Este complejo entretejido de colores y ron sus poemas y sentimientos como algo que significados es más aparente en las palabras lle- reconocían como cierto, no a pesar sino pre- nas de impresiones de este extracto de su cisamente debido a las políticas oficiales im- poema A una danzarina ( Si l va 2000: 47-8): plementadas. Por esta razón, los guayaquile- ños recuerdan las palabras de Silva como in- Tus ojos -perversos magos- dicadores sentimentales de lo que significa ser Son como dos negros lagos o no verdaderamente guayaquileño. Estos En cuyo fondo tranquilo, sentimientos son particularmente evidentes Con musulmana pureza, en Pedro (entrevista, agosto 16, 2003), al pre- Duermen en segundo asilo guntarle sobre Silva y su relación con la iden- La crueldad y la tristeza… tidad guayaquileña: Tu boca -purpúreo lirio- Flor de sueño y de delirio, “Pienso que porque su obra era limitada Es una planta de Oriente pero profunda, y si no estoy equivocado En cuyo bermejo seno, [Silva] era parte de un grupo de poetas del Junto a la miel, el paciente periodo. Pienso que es debido a su trabajo, Liba también el veneno… que aunque corto tenía un enorme impac- to, que cantidad de gente fueron capaces Lo que Silva provee en esta compleja resigni- de identificarse con ello”. ficación va más allá del silencio inicial o la ne- gación de las limitaciones racistas y al contra- Para los guayaquileños hay una sobresignifi- rio de lo que superficialmente parecería poe- cación acerca de Silva y lo que representa, que sía romántica “escapista”, ofrece una recon- es en muchas maneras aquella ira íntimamen- versión mucho más matizada de las más ínti- te experimentada por haber sido excluidos de mas y sofocantes interro g a n t e s r a c i a l e s . las riquezas de la ciudad y su supuesta exis- Mediante sus escritos Silva ofrece una efusión tencia racialmente libre. De hecho, al sortear

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to racial, que los sentimientos extremos des- critos por la poesía de Silva significan tanto para una población que vive estas limitacio- nes sociales en extremo. Inclusive, no es más relevante o importante para los guayaquile- ños haber leído la obra de Silva muy cercana- mente, sino más bien que ella se halla imbui- da de significaciones trágicas que sirven para encarnar una vida llena de ira y angustias como la que Guayaquil representa. En otras palabras, no importa más si Silva hace uso de términos raciales específicos a la realidad guayaquileña para expresar el Tumba de Medardo Angel Silva, Guayaquil real (en un sentido Lacaniano), en enterrado con su madre su más insoportable (véase Kundera 1984) y concreta manera. También importa poco si de forma evidente las normas racialmente han leído su obra o si Silva o ellos mismos se constrictivas, Silva es capaz de escapar de ellas han alineado concientemente con su revisión para representarlas exitosamente en su furia del trauma colonial del Guayaquil real. Lo simbólica completa. Silva no necesitaba ha- que importa es que la identificación con la blar explícitamente acerca de ser cholo, pero obra de Silva ocurre inmediata e inconciente- cada uno de sus poemas estaba lleno de la ira mente. Así, resulta obvio sobre lo que Silva de implicada por el hecho de ser uno de ellos o forma implícita habla. Su obra también in- del miedo por ser definido como tal. yecta efectivos significados a la existencia pos- Mediante este subterfugio, Silva alcanza una colonial tan sistemáticamente desplazada y manera de expresar los efectos “reales” del destinada al olvido de lo real, puesto que es al acertijo racial experimentado por todos los mismo tiempo lo real que Silva trabajó astu- guayaquileños y el amargo e insostenible co- tamente en su poesía y escritura para sí raje de ser forzado a silenciarlo. mismo y sus compatriotas. Como Miranda (entrevista, agosto 15, No es poco común ser llamado “cholo” en 2001) señala: “estos poemas llevan consigo Guayaquil. La gente sufre esta herencia pos- algo en sus corazones, en sus raíces, en su colonial de la misma manera que muchas vida, ellos tienen una increíble riqueza dentro otras afrentas raciales, sociales, sexuales y de de sí”. Es en este sentido que la significación género. No deseo subestimar el extremo dolor sobresaturada de la poesía de Silva con temas y profunda pena que la identificación de de tragedia, pérdida, deseo, muerte, dolor y cholo acarrea, precisamente porque no hay abandono no es meramente melodramática o otros significados plausibles que tengan peso recalcitrante. De una manera muy sucinta, la similar. Es también debido a este complejo poesía de Silva captura décadas y siglos de nivel local que un terreno palpable de escape pérdida y rechazo, no solamente de un pasa- no es posible. Esta es siempre la forma más do colonial sino de una relectura poscolonial perniciosa de las identificaciones raciales y ra- del mismo pasado que fuera asegurada para cistas, es decir, la que a pesar de saber con- Guayaquil y sus futuras generaciones. Es por cientemente que uno no está limitado por un esta posición imposible, más firmemente ex- conjunto de atributos físicos (que definirían presada pero no limitada a su cuestionamien- ciertos roles sociales), tales atributos todavía

114 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil sirven a esa frustante estigmatización racista to guayaquileño de plácido vacío capturado para dar forma a una enorme e inconciente en el blanco y negro de los grabados y pintu- formación identitaria impuesta a ciertos indi- ras del Guayaquil An t i g u o que todas las esce- viduos, con avidez y terror precisos (véase nas conducen a la muerte. Es también en estos Baldwin 1984, Fanon 1970). Sin embargo, la plácidos dibujos donde el desgarrador d o l o r identificación racial y el extremo terror in- individual, tal como es expresado por Si l va, es conciente que la identificación de cholo lleva p recisamente más poderoso para re p resentar el consigo, es una de las características de una Guayaquil real tan activa y forzosamente ne- miríada de otras contenidas en la superviven- gado en todos sus rituales concientes y super- cia cotidiana e histórica del crecer en ficiales. Al mismo tiempo, una forma más se- Guayaquil, y de experimentar ese terror nega- gura de escape también es efectuada y expre- do en la re p resentación plácida de un sada como amor, del cual el maternal es el más Guayaquil Antiguo que nunca existió y que inmediato y no libre de su propia dosis de te- es de apenas algo más de cien años. r ror poscolonial. Como algunas académicas han señalado (Anzaldúa 1988, Duras 1997, Kincaid 1997), la figura maternal juega el Conclusión: raza, pecado y papel de un espectro muy íntimo y aterrador vida familiar en Guayaquil en contextos poscoloniales cuando el nativo colonizado debe elegir entre una presencia pa- Así, uno poco a poco empieza a pintar por sí t r i a rcal impuesta desde afuera y una figura mismo el retrato de los sentimientos extremos materna internamente colonizada. de terror, pena y tragedia que encierra la exis- Silva y su madre (como la mayoría de los tencia poscolonial guayaquileña. Cualquiera h o m b res guayaquileños) fueron incre í b l e- de estas identidades -cholo, negro o maricón, mente cercanos, una relación marcada desde de no ser perfecta en términos coloniales- muy temprano por la muerte del padre de pueden conducir, para muchos incluido Silva cuando era todavía un niño y la suerte Silva, hacia la desesperación y la muerte. Por que Silva debió tomar con la responsabilidad supuesto, nadie es nunca perfecto o normal económica de su familia. En su corta carrera, bajo estos términos coloniales explícitamente Silva mostró una gran cantidad de afecto inhumanos y reificados, lo que les permite a hacia su madre, convirtiéndose en una figura estas categorías convertirse en una poderosa a la que él debía su vida pero que, al mismo p rescripción normativa. Quizás bajo tales tiempo, servía para marcar la futilidad de en- condiciones, el suicidio no sería tan exitoso contrar sentido alguno a su propia existencia. puesto que todavía sirve para marcar la muer- Su poema Lo tardío (Silva s.f.: 88), expresa te, por ser una forma conciente de morir. El este doble amor/frustración de la manera más suicidio también provee un mínimo de con- sucinta: trol sobre la vida de uno mismo y, por lo tanto, es la más no-chola de las características Madre… existenciales: vivir la vida de uno como si se Por qué, cuando soñaba mis sueños infantiles, tratara de un individuo libre y, así, decidir En la cuna, a la sombra de las gasas sutiles, sobre su propio futuro social. De un ángulo del cuarto no salió una En vista de que ser cholo es también una serpiente m a rca de sumisión y servilismo, tomar la vida Que, al ceñir sus anillos a mi cuello inocente, de uno mismo como si fuera su propiedad es Con la gracia flexible de una mujer querida, una forma de resistencia. Pe ro es en este re t r a- Me hubiera liberado del horror de la vida?

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Madre: la vida enferma y triste que me Señor, contra tu ley pecado habemos has dado Y, en vez del alma dulce que nos diste, No vale los dolores que ha costado; En el día final te ofrecemos No vale tu sufrir intenso, madre mía, Un corazón leproso, viejo y triste! Ese brote de llanto y de melancolía. (En la actitud del que ya nada espera, Si l va 2000:310). Más valiera no ser a este vivir de llanto, A este amasar con lágrimas el pan de Cuáles eran estos deseos específicos y cómo nuestro canto, llegaron a contribuir finalmente a su suicidio Al lento laborar del dolor exquisito son de menor importancia, por lo menos para Del alma ebria de luz y enferma de infinito. mi empresa histórica y etnográfica. Aunque sea ésta su dimensión personal o más bien, su La profunda relación entre Si l va y su madre experticia en expresar de manera íntima una resulta bastante explícita al momento de su situación social plagada con altibajos lo que m u e rte , y su cercanía emocional es enfatizada hizo de Silva la figura icónica que es ahora. por ella según Abel Ro m e ro Castillo, el mayo r En este sentido, la identificación nacional biografo del autor. Cincuenta años después de que se da a través de Silva expresa los diferen- la muerte de su hijo, ella todavía mantenía un tes entendimientos que tienen distintas gene- enorme afecto hacia él al punto de escribir in- raciones sobre un hombre que estuvo solo en tensos y sentidos sonetos (véase Ro m e ro su pecado y sus transgresiones sexuales, inde- Castillo 1970) y, aún más dramático, esco- clinable en su conocimiento de las hipócritas giendo ser enterrada en la misma tumba. Su relaciones familiares y sociales normatizantes m a d re es también una de las primeras en arri- y capaz de entender el extremo dolor que de- bar a la escena y ver el sangriento cuerpo de viene del choque entre el deseo sexual y la Si l va tirado y muriéndose. Sus expresiones de conducta supuestamente normativa. Silva no amor demarcan una cantidad efusiva de afec- estaba dispuesto a negociar una tregua y más to entre madre e hijo. Un afecto que fácil po- bien confrontó la vida y la muerte en su más dría ser visto como sublimando los sentimien- vívida honestidad, y que más podría proveer tos eróticos, ellos mismos complejizados por una imagen llena de fantasía a la que tantos los elementos raciales y de clase del contexto guayaquileños pudieran retornar para reflejar poscolonial. Esta tensión incestuosa y pecami- su propia existencia oprimida. Después de nosamente erótica, también está presente en todo, como guayaquileños nos sentimos or- las identidades heredadas de clase y raza junto gullosos de nuestra salvaje honestidad sexual con otros marc a d o res físicos y sus significacio- en oposición a las comunidades serranas. nes emocionales. Sólo el conocimiento de pri- Pero, al hacerlo, como el propio Silva enseña mera mano de la experiencia sexual transgre- ambiguamente, expresamos y ocultamos sora podría haber sido tan fuerte como para nuestro sufrimiento personal en manos de p rovocar sentimientos de pecado, culpa, tan ambiguas normas sexuales hegemónicas: m u e rte e implacable deseo corporal, como continuamente lo expresa en sus poemas: Oh, vida inútil, vida triste Que no sabemos en que emplear! En la actitud del que ya nada espera Nos cansa todo lo que existe Nos embriagamos de teorías vagas, Por conocido y por vulgar! Soñando hacer brotar la primavera De la infección de nuestras propias llagas! … Frívolos labios de mujeres Nos brindan su hechizo fatal!

116 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Medardo Angel Silva: las voces inefables y el ser cholo en Guayaquil

Infeliz del que oyó en Citeres Kincaid, Jamaica, 1997, My Brother, Farrar, La voz del pecado mortal! Straus, and Giroux, New York City. Kundera, Milan, 1984, The Un b e a ra b l e Y con aquella calma fría Lightness of Be i n g , Harper and Row Del que en un principio no ve, Publishers, New York City. Iré a buscar mi paz sombría, Naranjo, Marcelo, editor, 1984, Temas sobre No importa adónde … . Pero iré! la Continuidad y Adaptación Cu l t u ra l (Extractos, Canción del tedio, Silva, s.f.:89-90). Ecuatoriana, EDUC, Quito. Rodríguez Vicéns, Antonio, 2001, Notas al Bibliografía margen, 1990-1999, Quito. Romero Castillo, Abel, 1970, Medardo Angel Álvarez, Silvia, 1989, Tecnología pre-hispáni - Silva: Una Biografía, Casa de la Cultura ca, naturaleza y organización cooperativa en Núcleo del Guayas, Guayaquil. la cuenca del Gu a y a s, CEAA-ESPOL, Rulfo, Juan, 2003 (1953), Pedro Páramo y El Guayaquil. llano en llamas, Planeta, Madrid. Anzaldúa, Gloria, 1988, B o rd e rl a n d s / L a Silva, Medardo Ángel, 2000, Obra poética, Frontera: The New Mestiza, Aunt Lute, editada por Antonio Rodríguez Vicéns, San Francisco. A r tes Gráficas Señal Im p reseñal Cía. Baldwin, James, 1984, Notes of a Native Son, Ltda., Quito. Beacon Press, Boston. Townsend, Camilla, 2000, Tales of Two Cities: Benavides, Hugo, 2002, “The Re p re s e n - Race and Economic Cu l t u re in Ea rl y tation of Gu a y a q u i l’s Sexual Pa s t : Republican No rth and South Am e r i c a : Historicizing the En c h a q u i r a d o s”, en Guayaquil, Ecuador and Ba l t i m o re , Journal of Latin American Anthropology, Ma r yland, Un i v ersity of Texas Pre s s , Nº 7(1), Florida International University, Austin. p. 68-103. —————, n.d., El árbol del bien y del mal, De la Cadena, Marisol, 2000, Indigenous Clásicos Ariel, Nº 33, Guayaquil. Mestizos: The Politics of race and culture in Wade, Peter, 1997, Race and Ethnicity in Cuzco, Peru, 1919-1991, Duke University Latin America, Pluto Press, Chicago. Press, Durham. Whitten, Norman, 1984, “Et n o c i d i o Duras, Marguerite, 1997 (1984), The Lover, Ecuatoriano y Etnogénesis In d í g e n a : Pantheon Books, New York City. Resurgencia Amazónica ante la Fanon, Frantz, 1970, Black Skin, White Mask, Colonización Andina”, en Ma rc e l o Grove Press, New York City. Naranjo, editor, Temas sobre la Foucault, Michel, 1990, The Hi s t o r y of Continuidad y Adaptación Cu l t u ra l Sexuality, vol. 1,2, and 3, Vintage Books, Ecuatoriana, EDUC, Quito. New York.

Fe de erratas:

En el artículo de Cecilia Ortiz, publicado en el Dossier de ICONOS No. 26 (pp. 73-84), se im- primió por error la siguiente frase en la página 79, columna izquierda:

"En ese mismo año se forma la Federación Ecuatoriana de Indios a instancias del Partido Comunista".

Debe decir:

“En 1944 se forma la Federación Ecuatoriana de Indios a instancias del Partido Comunista”.

117 ÍCONOS 27, 2007, pp. 107-117 Panama Seat tradicional asiento guayaquileño

a calle Panamá, en el centro de Guayaquil, es una herida sucia en el renovado centro financiero y económico de la ciudad. L Vendedores, mendigos, bodegas de cacao y café, talleres mecá- nicos conviven con bancos, mármol, porcelanato, ejecutivos, franqui- cias, cámaras espías y edificios de colores falsos, como una camisa hawaiana que nos han obligado a poner, sonriendo para parecer tropi- cales.

Una ciudad para ver y no tocar. Una ciudad donde no hay como sen- tarse afuera, en el fresco, en la sombra.

Antes de que la renovación llegue a ella, busco a los sobrevivientes que viven la calle desde su tradicional asiento-negocio-cama-living: cuida- carros, vendedores ambulantes, zapateros, bodegueros, lateros, gasfite- ros esperando algún gil para sacarse unos dólares.

Hay que andar ligero, ligerito. Porque ya mismo se van. Se los van!

Ricardo Bohórquez Gilbert www.flickr.com/photos/ricardobohorquez Vendedor de artículos de cuero (Panamá y Junín)

119 Sillón de Hugo (Panamá y Junín)

120 Hugo (Panamá y Junín)

121 Ergonómico (Panamá y Junín)

122 Parterrizado (Rocafuerte y Juan Montalvo)

123 Residente (T. Martínez y Panamá)

124 Cuidacarros (Panamá y Junín)

125 Vendedor de gafas (Panamá y Junín)

126 Silla Barcelona (Panamá y T. Martínez)

127 Descanso del mecánico (T. Martínez y Panamá)

128 Esquinado (Rocafuerte y Juan Montalvo)

129 Banco fresco (Panamá y Junín)

130 Salón de videos (Panamá y Sucre)

131 Lavandería (T. Martínez y Panamá)

132 Comunistas, indigenistas e indígenas en la formación de la Federación Ecuatoriana de Indios y el Instituto Indigenista Ecuatoriano Communists, indigenists e indigenous in the formation of the Federación Ecuatoriana de Indios and the Instituto Indigenista Ecuatoriano

Marc Becker Associate Professor of History,Truman State University

Email: [email protected]

Fecha de recepción: julio 2006 Fecha de aceptación y versión final: noviembre 2006

Resumen En la década de los cuarenta, activistas urbanos en el Ecuador jugaron papeles importantes en la formación de dos organizaciones que trataron de buscar soluciones a los problemas persistentes que enfrentaban los in- dígenas: la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) y el Instituto Indigenista Ecuatoriano (IIE). Sin embar- go, había muy poca comunicación o colaboración entre los involucrados en las dos organizaciones. Usualmente, académicos -mayormente extranjeros- han interpretado mal a estas organizaciones, y han asig- nado a los comunistas que trabajaban con la FEI características más apropiadas a los indigenistas liberales que fundaron el IIE. Al revisar la participación de los activistas que fundaron la FEI se revela que, lejos de la ima- gen tradicional de dominación blanco-mestiza y exclusión de activistas indígenas (como era el caso del IIE), la Federación fue un espacio compartido donde los activistas urbanos y rurales trabajaron juntos en la lucha para los derechos indígenas. Una exploración a la filosofía e ideología detrás de las dos organizaciones revela debates continuos sobre diferentes visiones de cómo resolver los problemas que enfrentaron a las comunida- des indígenas en el Ecuador.

Palabras clave: indígenas, indigenistas, izquierdistas, comunistas, FEI, IIE

Abstract In the mid-1940s, urban activists in Ecuador played key roles in the formation of two organizations that sought to address persistent problems facing Indigenous peoples, the Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) and the Instituto Indigenista Ecuatoriano (IIE). There was, however, very little overlap, communication, or collaboration between those involved in the two organizations. Academics have commonly misinterpreted these organizations, and assigned to communists and the FEI characteristics more appropriate to liberal in - digenistas who founded the IIE. Surveying the participation of activists in the founding of the FEI reveals that far from white domination to the exclusion of Indigenous activists (as was the case with the IIE), the feder- ation was a shared space where urban and rural activists worked together to struggle for Indigenous rights. Exploring the philosophy and ideologies behind the two groups reveals underlying and ongoing debates over different visions for how to address poverty in rural Indigenous communities in Ecuador.

Keywords: Indigenous peoples, indigenists, leftists, communists, FEI, IIE

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 135-144 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Marc Becker

Suposiciones académicas la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) equivocadas1 en 1944. Aunque fue nominalmente la primera organización indígena nacional de na suposición común entre acadé- Ecuador, la FEI fue llevada y organizada micos que estudian mov i m i e n t o s por no-indios que buscaron aprovecharse indígenas en el Ecuador es que la de las tensiones entre la promesa del esta- U do de relaciones rurales modernas y la rea- FEI, como dice Melina Selverston (1994: lidad de relaciones feudales entre hacien- 138), “no se llevó por los indígenas sino por das y obreros indígenas”. el Pa r tido Comunista”. Amalia Pa l l a r e s (2002: 13) también repite que “los intelec- Esta idea de que la FEI fue organizada por tuales mestizos urbanos y unos activistas indí- no-indios refleja no sólo una falta general de genas” dirigieron la Federación. Más reciente- conocimiento de la historia y trayectoria de mente, Deborah J. Yashar (2005: 101), en su las organizaciones indígenas en el Ecuador, libro Contesting Citizenship in Latin America, sino que también deja ver que algunas supo- escribe que la siciones que están debajo parecen seguir el ar- gumento de Marx (1963: 124) sobre que el “FEI era esencialmente una organización campesinado francés fue “incapaz de afirmar de inspiración marxista con enlaces al su interés de clase en su propio nombre” y, Partido Comunista... Finalmente, la FEI hizo poco para promover una identidad in- por eso, “no pueden representarse, sino que dígena, discutir los derechos indígenas, y deben ser representados”. Según esta perspec- modificar las condiciones de ciudadanía de tiva, es solo en los últimos años, con una los indios. Al contrario, buscó movilizar a nueva generación, que los indígenas fueron los indios como trabajadores rurales semi- capaces de proporcionar liderazgos al interior proletarizados, despertar una conciencia de del movimiento indígena. Sin embargo, lo clase, y crear aliados de la clase obrera que vemos es una larga historia con fuertes ecuatoriana... Sin sorpresa, el liderazgo de movimientos que ya habían nacido y crecido esta organización era mayormente no-indí- durante décadas de organización dentro de gena”. las mismas comunidades indígenas. La FEI forma una parte importante de esta historia, En su nuevo libro, From Movements to Parties y es un gran error asignar a la FEI caracterís- in Latin Am e r i c a , Donna Lee Van Cott ticas indigenistas más apropiadas del IIE, que (2005: 103) también sostiene algo similar salió del mundo blanco-mestizo. sobre la FEI:

“El Partido Comunista organizó a los in- El Instituto Indigenista dios de la región andina como obreros ru- Ecuatoriano (IIE) rales en una red de organizaciones. Formó La composición y orientación ideológica de la 1 Versiones anteriores de este ensayo se presentaron en FEI contrasta con el IIE, ya que éste fue or- el XXIII Congreso Internacional de la Latin American Studies Association (LASA) en San Juan, Puerto Rico, ganizado por un grupo prominente de médi- en marzo de 2006, y en el Tercer Encuentro de LASA cos, economistas, sociólogos y abogados. El Sobre Estudios Ecuatorianos en Quito en junio de IIE surgió de la iniciativa del Congre s o 2006. Qu i e r o agradecer a Dr. Kenneth Ralph Kincaid, Gabriel Johnson-Ortiz y a un evaluador anó- Indigenista Interamericano que Lázaro nimo de la revista por sus comentarios y aportes a la Cárdenas lanzó en Patzcuaro, México, en versión final del ensayo. 1940. Frente al ambiente racista de la época,

136 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Comunistas, indigenistas e indígenas en la formación del FEI y el IIE cuando muchos veían a los indígenas como rales y sociales que lanzó la candidatura pre s i- mano de obra servil y ni siquiera como seres dencial de José María Velasco Ibarra (De la humanos, estos indigenistas fueron verdade- To r re 1993: 84, 107). Con esta formación ros progresistas y tuvieron aportes importan- ideológica, su declaración identificó a los in- tes como la abolición del concertaje. Su dígenas de la Sierra y a los montubios de la apoyo a favor de los derechos indígenas fue Costa (que vivían a los márgenes de la socie- un gran logro. Y no es que sólo comunistas e dad) como uno de los problemas más funda- indigenistas proporcionaron las únicas me- mentales a los cuales tenía que enfrentar el diaciones de los conflictos rurales y étnicos. país. Estos subalternos rurales, que según la También hay que tomar en cuenta las inter- ADE constituyen el 75% de la población del venciones de los tinterillos y abogados urba- país, no lograban ser ciudadanos porque eran nos que patrocinaban a los indígenas en sus analfabetos. Sin embargo, el problema más litigios y gestiones. Sin embargo, lo que nos grande acerca de ellos era que no quisiero n llama la atención aquí es que las característi- asimilarse a la visión occidental de la nación. cas que académicos normalmente asignan a Ellos “necesitan vivir como hombres, en casas los comunistas y a la FEI son más apropiadas y no en chozas; dormir en camas; comer ali- a los indigenistas y su organización, el IIE. mentos de ve rdad; usar herramientas que pue- Las ideologías liberales que informaron a den pro p o rcionar el adelanto técnico de nues- los indigenistas en la fundación del IIE eran t ro siglo; beneficiarse de las ventajas de la me- parte de las actitudes generales de las elites dicina y de la higiene; vestirse como hombre s hacia los indígenas. En vez de reconocer el de nuestro tiempo y de nuestra cultura”; ne- valor de las culturas indígenas y la fuerza de la cesitarían ayuda “para extirpar definitiva m e n- diversidad, las elites vieron a los indígenas te lo negativo que en lo fisiológico, espiritual, como algo que amenazaba la unidad nacional social, económico y político han sedimenta- y detendría el desarrollo económico del país. do, en el transcurso de siglos de opresión, en Como describe Mercedes Prieto (2004: 185- sus personalidades” (ADE 1944: 53, 55). 86), “el indigenismo pasó a ser el idioma para Este tipo de comentario sobre el “proble- formular la integración de los indios y para ma del indio”, saturado de racismo y paterna- resolver las tensiones entre igualdad y exclu- lismo, revela un enigma filosófico muy iróni- sión de los indios de la vida civilizada como co. Por un lado, la ADE expresaba un deseo consecuencia de su inferioridad”. Los indige- de escuchar a las voces subalternas y ayudar- nistas no querían “borrar” a los indígenas, les a realizar sus metas: denunció a los que sino incorporarlos en un estado mestizo uni- trataban a las masas subalternas como sujetos tario. Este proyecto de “regeneración” del pasivos, proclamó que los indígenas y los indio no tomó en cuenta ni se basó en los in- montubios deben ser activos en “organizar tereses de las comunidades indígenas. sus sociedades cooperativas, ligas agrarias, co- En abril de 1944, en medio de una fru s- munidades, sindicatos, grupos culturales, trada campaña electoral antes de la etc.” para pronunciar, “con sus propios la- Re volución de Ma yo, la Alianza De m o c r á t i c a bios”, sus reclamos y demandas (ADE 1944: Ecuatoriana (ADE) difundió una declaración 54). Pero, por otro lado, la ADE ya tenía cla- s o b re la “incorporación del indio y del mon- ras ideas de cómo resolver este “problema del tubio a la vida nacional”. La ADE conformó campesino”, lo que incluía la asimilación de una “fanesca ideológica” que venía desde la iz- los campesinos a la sociedad mestiza domi- q u i e rda hasta la derecha, con una plataforma nante. Como ha demostrado Kim Clark ambigua de unidad nacional y reformas mo- (1998: 206), esta asimilación era inclusiva y

137 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Marc Becker cultural en vez de ser exclusiva y racial. Las re- IIE buscó establecer un Departamento de formas sociales ofrecieron al indígena “la Asuntos Indígenas para estudiar las vidas y mano paternal del Estado, que lo haría mo- costumbres indígenas con el objetivo de usar derno, racional y educado”. En cambio “para e s t ructuras estatales para re f o r m a r l a s 3. De hacerse verdaderos ecuatorianos los indios igual forma, en su “Manifiesto Indigenista” tendrían que adecuarse a las normas cultura- de 1946, el IIE (1946: V) propuso: les, sociales, políticas y económicas de los mestizos”. Todo esto, sin pensar o preguntar “Esta reforma crea al mismo tiempo una que querían los indígenas. Junta de Cuestiones Indígenas, integrada Aunque el Partido Comunista era parte de por el Ministro de Previsión Social, el la ADE junto con los conservadores, socialis- Profesor del Código del Trabajo de la tas, liberales e independientes, parece que los Universidad Central, un representante de- signado por el Instituto de Pre v i s i ó n militantes afiliados al movimiento indígena Social, y un representante del Instituto no lograron jugar un papel influyente en for- Indigenista Ecuatoriano”. mar la ideología de tales pronunciamientos. Como vivían “en el momento crucial de No había ni voz ni lugar para los indígenas, nuestra historia”, los comunistas (como los peor para mujeres indígenas, en el IIE. demás de la ADE) buscaban la unidad nacio- Tampoco se tomaron en cuenta sus inquietu- nal y la libertad política en vez de realizar una des en las reformas que se pro p u s i e ron. Las sociedad pluri-cultural (PCE 1984 [1943]: imputaciones que académicos normalmente 136, 138). Esto abrió espacios para las actitu- hacen en contra de la FEI es que no fue diri- des paternalistas de la ADE hacia los subal- gida por indígenas sino por blancos-mestizo s ternos, las cuales son evidentes en la con intereses lejanos a los derechos indígenas Constitución de 1945. En lugar de reconocer o a las identidades étnicas. Estas imputaciones la fuerza y el valor de las sociedades pluri-cul- están extraviadas, en su lugar, estas críticas de- turales, los diputados (todos hombres blan- berían estar dirigidas al IIE. Y es que fue el cos) favorecieron la imposición de una cultu- IIE, y no la FEI, el que formaba parte de la ra occidental unificada y hegemónica. De este ventriloquia política de raíz liberal del siglo modo, se desviarían del lema de la Revolu- XIX a la que critica Andrés Gu e r re ro (1994). ción de Mayo: “Por la restauración democrá- tica y la unidad nacional”. El IIE reflejó estas mismas actitudes libe- La Federación Ecuatoriana rales paternalistas de asimilación en sus pro- de Indios (FEI) pias políticas y acciones. Mientras que en la FEI ya se incluía a algunas mujeres indígenas La FEI, por otro lado, surgió de una perspec- en posiciones de liderazgo, el IIE se compuso tiva subalterna y no-gubernamental, y lanzó exclusivamente de hombres blancos-mestizos una agenda mucho más radical. Si e m p re de clase media y alta, con el sociólogo Pío mantuvo su base social en las luchas de los Jaramillo Alvarado como el director del huasipungueros por la tierra, más que todo en Instituto y Leopoldo N. Chávez, el Ministro las haciendas estatales de la Junta Central de de Previsión Social, como el subdirector2. El Asistencia Pública (luego Social) en zonas

2 Estatutos del Instituto Indigenista Nacional”, Boletín 3 Nuevo Departamento de Asuntos Indígenas”, Boletín Indigenista (México) 3:4 (diciembre 1943): 242-57; In d i g e n i s t a (México) 3:2 (junio 1943): 87-91; “Inauguración del Instituto Indigenista Nacional”, El “Creación del Instituto Indigenista Nacional”, Boletín Comercio (Quito), 28 octubre 1943. Indigenista (México) 3:3 (septiembre 1943): 159.

138 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Comunistas, indigenistas e indígenas en la formación del FEI y el IIE como Chimborazo, Cotopaxi y Cayambe en ción para adultos y escuelas para los niños in- la sierra central y norte. Al contrario del IIE, dígenas, adhesión al Código de Trabajo, y ser- la FEI nació como un proyecto de colabora- vicio médico gratuito en las haciendas5. ción que cultivó la participación activa de mi- Los líderes en la formación de la FEI sa- litantes indígenas. Una interpretación erró- lieron mayormente del Partido Comunista, y nea de la historia de la FEI crece parcialmen- es por eso que de ahí surgieron algunos lide- te de la suposición de que el Pa r t i d o razgos en la organización. Desde sus primeros Comunista, como otros partidos políticos de momentos, en los años 1920, los sindicatos esa época, era singularmente un fenómeno de indígenas que formaron la base de la FEI fue- las elites urbanas. Los indígenas, sin embargo, ron vinculados con el Partido comunista tenían una presencia pequeña pero significan- ( Prieto 1978: 42). Según César En d a r a te en el partido. Ellos lograron abrir los ojos (1987: 56), uno de los fundadores del parti- de los izquierdistas urbanos a los importantes do, “en ningún momento el Partido dejó de aspectos étnicos de las luchas indígenas considerar que una de sus tareas fundamenta- (Becker 1999). les era la organización del movimiento indí- Delegados que asistieron al Pr i m e r gena en las diferentes regiones del país. Pro- Congreso Ecuatoriano de Indígenas en agos- ducto de este ingente esfuerzo fue la constitu- to de 1944 en la Casa del Obrero en Quito, ción de la Federación Ecuatoriana de Indios examinaron los problemas que enfrentaban (FEI) en 1944”. Sin embargo, el Partido Co- los indígenas, y formaron planes para resol- munista no formó el movimiento indígena, verlos. Líderes indígenas destacados como sino que los dos nacieron de la misma lucha. Jesús Gualavisí (que en 1926 fue uno de los Los estatutos de la Federación revelan cla- que fundó el Partido Socialista), Dolores ramente que las raíces del movimiento indí- Cacuango (miembro del comité central del gena provienen de comunidades rurales, y no Partido Comunista), Agustín Vega (líder de del planeamiento de intelectuales urbanos: cooperativa Tigua) y Ambrosio Lasso (jefe del sindicato en Galte) presentaron informes de “La F.E.I. se compone de los sindicatos, trabajo de sus organizaciones locales en comunas, cooperativas, instituciones cul- Cayambe, Tigua y Chimborazo4. Decir que la turales y defensivas indígenas, así como tri- bus... En la Capital de la República fun- FEI fue un proyecto no-indígena significa cionará el Consejo Central de la F.E.I., dejar de lado mucha de la obra central de esos compuesto del Comité Ejecutivo más uno importantes líderes indígenas. Ese Congreso o más dirigentes indígenas residentes en aprobó una lista de treinta y tres demandas provincias, según la magnitud del movi- que abarcaron un amplio abanico de proble- miento” (FEI 1945: 3-4). mas, empezando con una insistencia por la li- bertad completa de organización en las co- Además, como indica Prieto (1980: 119), la munidades indígenas. También exigió el tra- FEI se basó en el “hecho de que el campesino tamiento humano en las haciendas, la aboli- serrano posee un carácter étnico diverso”. ción del trabajo forzado, la creación de un Esta realidad influyó sobre la formación y las Ministerio de Asuntos Indígenas, la educa- acciones de la nueva federación.

4 Esta noche se inaugura el congreso indígena ecuato- riano”, El Día (6 agosto 1944): 8; “Anoche se inau- 5 Ponencias aprobadas por el Congreso Indígena reu- guró el primer congreso indígena ecuatoriano”, El nido en esta Capital, del 6 al 9 de Agosto retropróxi- Comercio (7 agosto 1944): 4; “Delegados al congreso mo”, Ñucanchic Allpa Época II:16 (5 noviembre indígena están en Quito”, El Día (7 agosto 1944): 7. 1944): 5.

139 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Marc Becker

El espacio del liderazgo compartido entre los intereses indígenas. Cuando Gu e r re ro líderes indígenas y comunistas se manifestó (1993: 92) despacha a la FEI como “un ‘o r g a- en la sesión de clausura del Congreso en el nismo de masas’… controlado por el Pa rt i d o Teatro Sucre en el centro de Quito. La clau- C o m u n i s t a”, no toma en cuenta que los mis- sura ofreció tantas oportunidades para indí- mos indígenas tenían una voz activa en la for- genas como para no-indígenas. Ma t í a s mación ideológica del part i d o. Si la FEI fue Llanqui habló sobre la situación de indígenas solo una “organización política compuesta por en el Ecuador y Ricardo Paredes resumió los m e d i a d o res externos”, hay que dar una expli- esfuerzos del Congreso. Líderes comunistas cación para la presencia activa de “d i r i g e n t e s , blanco-urbanos como Paredes ya habían lle- p reciso, por intelectuales emergidos del seno vado años trabajando muy de cerca con sin- de los grupos étnicos, gente que habla en len- dicatos indígenas en sus comunidades, y en gua y en intereses pro p i o s”, factores que, ningún sentido fueron lejanos a las luchas in- según Gu e r re ro, surgieron solo con el leva n t a- dígenas. Fue una de las principales dirigentes miento indígena de 1990. Su interpre t a c i ó n indígenas, Dolores Cacuango, quien dio la de la FEI como un “aparato indigenista no es- bienvenida a Velasco Ibarra quien, como pre- tatal; preciso, un organismo de mediación, de sidente honorario del congreso, cerró la reu- e x p resión y traducción (una ventriloquia polí- nión. Además, el Teatro del Niño de la Unión tica) de sujetos sociales” (1993: 102) tiene Sindical de Pichincha presentó una “Hora más que ver con el IIE que con los líderes in- Social” en homenaje a los delegados del con- dígenas que fundaron la FEI en 1944. greso. Los activistas concluyeron que el con- Delegados al congreso indígena eligieron a greso fue un evento de importancia histórica Gualavisí como presidente del congreso, a trascendente, un adelanto significante en las Rubén Ro d r í g u e z como vicepresidente, a luchas por los derechos indígenas6. Cacuango como tesorera, y a Carlos Br a vo Los indígenas y los no-indígenas jugaro n Malo como secre t a r i o. Gualavisí y Cacuango papeles fundamentales en la formación de la eran indígenas, mientras los otros dos eran Federación. Esto no quiere decir que los mili- blancos bien conocidos por su trabajo en co- tantes comunistas e indígenas tuvieran papeles munidades indígenas, lo que indica un espa- iguales, ni que no existieron los inevitables cio compartido en términos de etnicidad y gé- conflictos presentes en cualquier interc a m b i o n e ro. Algo similar ocurrió en la junta dire c t i- humano, sino que, desde las desigualdades, va del congreso: los delegados seleccionaron a ambos grupos tomaron ventaja de las fuerz a s Gualavisí como el primer presidente de la del otro para construir un fuerte mov i m i e n t o n u e va federación y a Cacuango como su se- social. Los líderes indígenas aprove c h a ron de c retaria general. Durante gran parte de la pró- sus conexiones orgánicas con comunidades xima década, Cacuango dominó la Fe d e r a - rurales mientras que los comunistas urbanos ción. Ella no estaba sola como mujer en tal t r a j e ron su habilidad con los mecanismos de posición de dirigente. Prieto (1978: 59) nota poder para hacer cambios políticos a favor de que “se integran mujeres al liderazgo de los sindicatos, muchas veces, las principales cabe- c i l l a s”. Raquel Rodas (2006: 92) habla de 6 Hora social en homenaje a delegados indígenas”, El Día (8 agosto 1944): 3; “Congreso indígena”, El Día Cacuango junto con Tránsito Amaguaña y (9 agosto 1944): 2; “Sesion de clausura del congreso Angelita Andrango como “un trío de mujere s de indígenas se llavará a cabo hoy”, El Comercio (9 c o m b a t i vas, inteligentes y tenaces” quienes agosto 1944): 12; “El primer congreso indígena del Ecuador”, Ñucanchic Allpa Época II:16 (5 noviem- p re s t a ron liderazgo en ese tiempo. Mu r i e l bre 1944): 2. Crespi (1976: 151) relata otros ejemplos en

140 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Comunistas, indigenistas e indígenas en la formación del FEI y el IIE donde, a un nivel local, mujeres indígenas fue- La fuerte presencia de referencias y de- ron líderes sindicales en organizaciones que se mandas étnicas rompe con aquellos modelos conformaban principalmente por hombre s . académicos cuidadosamente construidos que Los delegados al congreso de la FEI escri- apuntan a una evolución de organizaciones bieron estatutos para la nueva federación que basadas en la lucha de clases en los años ante- definieron un programa popular de reforma riores a los sesenta, a las federaciones étnicas social. La Federación buscó: en los años setenta, hasta finalmente culmi- nar con las nacionalidades étnicas en los años a. Llevar a cabo la emancipación económica ochenta y noventa. También desafía suposi- de los indios ecuatorianos; ciones sobre que la FEI “no tenía demandas b. Elevar su nivel cultural y moral, conser- étnicas” (Perreault 2001: 404, De la Pena vando lo bueno de sus costumbres e insti- 1998: 45). Ideologías de clase, etnicidad y na- tuciones; cionalidad estaban todas presentes en varias c. Contribuir a la realización de la Unidad formas y en varios niveles en la fundación de Nacional; y la FEI, con activistas dando énfasis a distintos d . Establecer vínculos de solidaridad con aspectos para encontrarse con las necesidades todos los indios americanos (FEI 1945: 3). y demandas actuales. Organizaciones indígenas parecidas a las Estas metas re velan las avanzadas ideologías de Ecuador surgieron alrededor de este de los fundadores en términos de pro b l e m a s mismo tiempo en otros países latinoamerica- étnicos y económicos, y tocan algunos temas nos. Como con la FEI, el Congreso In d í g e n a que sólo recibirían más atención unos cua- Nacional en La Paz, Bolivia, de 1945 se renta años después. La primera meta indica a p rovechó de recientes aperturas políticas que la FEI pondría sobre el tapete los pro- para crear una oportunidad para que más de blemas económicos en el contexto de una mil indígenas pudieran juntarse por primera lucha de clases, pero siempre con un enfoque vez para compartir sus preocupaciones co- é t n i c o. Aunque en el tercer punto el pro g r a- munes. El congreso era una experiencia que ma se apropió del discurso de la “unidad na- ayudó a levantar la conciencia política y c i o n a l” de la ADE, no defendió el re e m p l a zo c rear una identidad indígena unida. A la vez , de una identidad étnica indígena por una sembró cierto temor en los residentes blan- identidad nacional mestiza homogeneizada, cos de La Paz, e incrementó la oposición como los indigenistas pro p u s i e r on. Más e n t re los hacendados y otras elites locales en bien, insistió en la importancia de la pre s e r - el campo. Muchos participantes re g re s a ron a vación de la cultura indígena. En contraste sus comunidades con más fuerza para conti- con las ideologías asimilativas de los indige- nuar la lucha. El resultado fue parecido a lo nistas liberales (según las cuales era necesario que pasó en Ecuador: un periodo de activis- suprimir las identidades indígenas para le- mo agrario re n ova do que presentó un serio vantar su nivel económico), la FEI creyó que desafió al sistema de hacienda (Dandler y la etnicidad no excluía ni entraba en contra- Torrico 1987, Go t k owitz 2005). En 1953, dicción con el desarrollo económico. los Mapuches formaron una Asociación Aunque la FEI planteaba una lucha de clases, Nacional de Indios Chilenos con una orien- no ignoró la presencia de racismo y la im- tación explícitamente izquierdista y con p o rta ncia de componentes étnicos en una alianzas fuertes con el partido comunista lucha campesino-indígena. c h i l e n o. Tal como sucedió con la FEI, la Asociación buscó unificar a todos los mapu-

141 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Marc Becker ches en una lucha para su emancipación, in- cuando ellos estaban construyendo sus pro- cluso para terminar con la discriminación ra- pias organizaciones y podrían representarse: cial, conservar su cultura tradicional, re c u p e- rar el acceso a la tierra, y elevar el nivel eco- “¿Con qué criterio democrático se está se- nómico, político, social y cultural de los in- leccionando el personal que debe consti- dígenas chilenos (Foerster y Mo n t e c i n o tuir la Representación Ecuatoriana? ¿Se ha A g u i r re 1988). Estas reuniones han demos- pensado siquiera en que los dos millones trado ser claves a la hora de fomentar las lu- de indios -aplastante mayoría de la pobla- ción ecuatoriana- son los únicos que tie- chas indígenas. Estas organizaciones de otro s nen pleno derecho a designar sus genuinos países, sin embargo, no han recibido una crí- y auténticos representantes, por lo mismo tica tan marcada como a la que la FEI ha es- que se trata de la defensa de sus propios y tado sujeta en Ec u a d o r. vitales intereses?”.

Indigenistas vs. comunistas El periódico procedió a anotar que:

Aunque el IIE y la FEI surgieron al mismo “En el Ecuador existen, desde años atrás, tiempo y enfrentaron problemas parecidos, numerosas organizaciones jurídicas de in- ocuparon dos espacios completamente sepa- dígenas, que tienen suficiente conocimien- rados. No se refirieron la una a la otra en sus to de causa y, por lo mismo, son ellas las publicaciones, y casi nadie estaba involucrado llamadas a hacer oír su milenaria voz en en ambas organizaciones. Esta división con- estos momentos históricos de gran trascen- tradice la aserción de Roberto Santana (1995: dencia para su vida económica, política, 146) sobre que el activismo izquierdista en cultural y social”. términos de cuestiones indígenas surgió desde ideologías indigenistas, y es notable- ¿Por qué el periódico cuestionó sobre si per- mente diferente a lo que ocurrió en Perú, sonas alejadas a los movimientos indígenas donde “el indigenismo compitió con una re- debían representar a los indígenas en una tórica izquierdista insurgente de clase” (De la conferencia internacional, cuando ellos mis- Cadena 2000: 132). El activismo con lideraz- mos podrían representarse? El periódico indí- go indígena de la FEI era demasiado radical gena desafiaba la presuposición de la elite de para los impulsos paternalistas de los indige- que se quería crear tácticas para acceder a la nistas que fundaron el IIE. Brooke Larson representación de los indígenas, que intenta- (2004: 173) nota una ironía parecida en Perú, ban “hacernos candidatizar por las autenticas donde los indigenistas moderados presenta- organizaciones indígenas”. Los editores de ron una “vista del indio desgraciado y desva- Ñucanchic Allpa notaron que “no somos indi- lido”, mientras al mismo tiempo protestas ru- genistas de última hora; nuestra labor perio- rales sacudieron el campo peruano. Las accio- dística en pro del indio data de hace años, nes indígenas no correspondieron a las cons- pero no con fines comerciales”. Y proclama- trucciones académicas. ron: “¡sepa el indio que la redención de los Cuando el presidente mexicano Lázaro trabajadores, es obra de los trabajadores mis- 7 Cárdenas organizó el Congreso de Patzcuaro mos!” A diferencia del IIE, Ñucanchic Allpa y en 1940, el periódico indígena comunista 7 La elección de representantes al Congreso Indigenista Ñucanchic Allpa preguntó por qué el gobier- de Méjico y las calumnias de ‘El Comercio’” Ñucan - no ecuatoriano no envió delegados indígenas, chic Allpa, Época II, No. 15 (28 mayo 1940), 3.

142 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Comunistas, indigenistas e indígenas en la formación del FEI y el IIE la FEI eran proyectos colaboradores que cul- Mestizaje: The Statistical Construction of the tivaron la participación activa de militantes Ecuadorian Nation, 1930-1950”, en Journal indígenas para que los de afuera escuchen las of Historical Sociology 11, No. 2, Blackwell voces indígenas. Publishing, p. 185-211. Al final, las estrategias organizativas indi- Crespi, Muriel, 1976, “Mujeres campesinas como genistas, que inevitablemente socavaron a las líderes sindicales: la falta de propiedad como calificación para puestos políticos”, en Revista organizaciones populares incipientes, perma- Estudios Andinos 5, No. 1, IFEA, p. 151-171. necieron débiles en el Ecuador. Eso permitió Dandler, Jorge y Juan Torrico A., 1987, “From más espacio político para que los líderes indí- the National Indigenous Congress to the genas se organizaran. Igualmente, ellos gana- Ayopaya rebellion: Bolivia, 1945-1947”, en ron experiencia crítica de cómo agitar y pro- Steve J. Stern, editor, Resistance, Rebellion, and mover ciertos cambios sociales, políticos y Consciousness in the Andean World, 18th to económicos reales y significativos. En lugar 20th Centuries, University of Wisconsin Press, de estar basado en movimientos folklóricos Madison y Wisconsin. que glorificaron el pasado indio o en la retó- Endara, César, 1987, “La fundación del partido: rica indigenista que reificó al indio como el una experiencia testimonial”, en Domingo “otro”, los movimientos comunistas indíge- Paredes, editor, Los comunistas en la historia nas dieron énfasis a un análisis estructural es- nacional, Editorial Claridad, Guayaquil. pecífico y concreto de la sociedad. En el con- Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), 1945, Estatutos de la Fe d e ración Ecuatoriana de texto de un débil movimiento indigenista li- Indios, Editorial Claridad, Guayaquil. beral, surgió un movimiento indígena iz- Foerster, Rolf y Sonia Montecino Aguirre, 1998, quierdista fuerte en el Ecuador. Organizaciones, lideres y contiendas mapuches, 1900-1970, Ediciones CEM, Santiago, Chile. Gotkowitz, Laura, 2005, “‘Under the dominion Bibliografía of the indian’: Rural Mobilization, the Law, and Revolutionary Nationalism in Bolivia in Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), 1944, the 1940s”, en Nils Jacobsen y Cristóbal Los postulados de la Revolución de Mayo: pro - Aljovín de Losada, editores, Political Cultures grama de Alianza Democrática Ecuatoriana, in the Andes, 1750-1950, Duke University Talleres Gráficos Nacionales, Quito. Press, Durham. Becker, Marc, 1999, “Una revolución comunista Guerrero, Andrés, 1994, “Una imagen ventrílo- indígena: movimientos de protesta rurales en cua: el discurso liberal de la ‘desgraciada raza Cayambe, Ec u a d o r”, en Me m o r i a No. 7, indígena’ a fines del siglo XIX”, en Blanca Marka, Quito, p. 51-76. Muratorio, editora, Imágenes e imagineros: re - De la Cadena, Marisol, 2000, Indigenous Mestizos: presentaciones de los indígenas ecuatorianos, si - The Politics of Race and Culture in Cuzco, glos XIX y XX, Facultad Latinoamericana de 1919-1991, Duke University Press, Durham. Ciencias Sociales-Sede Ecuador, Quito. De la Peña, Guillermo, 1998, “Etnicidad, ciuda- —————, 1993, “La desintegración de la ad- danía y cambio agrario: apuntes comparativos ministración étnica en el Ecuador”, en José s o b r e tres países latinoamericanos”, en Almeida, et al., Sismo étnico en el Ecuador: va - Claudia Dary, compiladora, La construcción de rias perspectivas, CEDIME-Ediciones Abya- la nación y la representación ciudadana, en Yala, Quito. México, Guatemala, Perú, Ecuador y Bolivia, Instituto Indigenista Ecuatoriano (IIE), 1946, FLACSO, Guatemala. Cuestiones indígenas del Ecuador, Casa de la De la Torre, Carlos, 1993, La seducción velasquis - Cultura Ecuatoriana, Quito. ta, Ediciones Libri Mundi, Quito. Larson, Brooke, 2004, Trials of Nation Making: C l a rk, Kim A., 1998, “Race, ‘Cu l t u re,’ and Liberalism, Race, and Ethnicity in the Andes,

143 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Marc Becker

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144 ÍCONOS 27, 2007, pp. 135-144 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez Neopopulism in Colombia: case of the government of Álvaro Uribe Vélez

Carolina Galindo Hernández Profesora-Investigadora, Escuela de Ciencias Humanas, Universidad del Rosario

Email: [email protected]

Fecha de recepción: enero 2006 Fecha de aceptación y versión final: diciembre 2006

Resumen Este artículo examina el fortalecimiento del poder ejecutivo en Colombia durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y en el contexto político actual de la región andina. Tal contexto advierte un cierto desencantamiento frente al sistema democrático en amplios sectores sociales, expre- sado en una apuesta política hacia fórmulas que parecen reproducir viejos esquemas en las for- mas de gobernar, tales como el neopopulismo, el retorno de patrones autoritarios y el lideraz- go de algunos outsiders. En este sentido, se pretende indagar si el programa de gobierno del ac- tual presidente de Colombia corresponde a un proyecto de corte neopopulista y se analizan las limitaciones del uso de la categoría neopopulismo en la explicación de la actual experiencia po- lítica colombiana.

Palabras clave: neopopulismo, democracia, gobierno, Colombia, Álvaro Uribe Vélez, seguridad democrática

Abstract This article develops an analysis on the stregthening process in the administrative branch of government in Colombia during the administration of President Álvaro Uribe Vélez. This analysis is done within the context of similar processes evolving recently in the Andean Region. This context shows a sort of disenchantment of the democratic system among wide sectors of society, represented in ways of politically aiming at patterns which seem to reproduce old gov- erning schemas like neopopulism, the coming back of old authoritarian patterns and the lead- ership of outsiders. Considering this background, this article intends to establish if the gov- erning program of the present president of Colombia, Álvaro Uribe actually adjusts to the neopopulist line, analyzing at the same time the limitations of the use of the term neopopulism in explaining actual political Colombian experience.

Keywords: neopopulism, democracy, Colombia, Álvaro Uribe Vélez, government, democratic security

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 27, Quito, enero 2007, pp. 147-162 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249 Carolina Galindo Hernández

uince años después del “retorno a la Un examen a esta tendencia del fortaleci- democracia” en América Latina, se miento del ejecutivo constituye el interés cen- Q experimenta en la región una in- tral de este artículo. Esta tendencia se estu- quietante paradoja: pese a los enormes esfuer- diará en el contexto de procesos similares pre- zos gestados tanto a nivel interno como desde sentados de manera reciente en la región an- la comunidad internacional por el retorno a dina, los cuales se han identificado común- la democracia en la totalidad del continente, mente en los últimos años como la expresión se experimenta un “desencantamiento” frente de una nueva forma de “populismo”. Es por al sistema democrático en amplios sectores de ello que pretendo indagar si el programa de la sociedad. Desencantamiento indeseable en gobierno del actual presidente de Colombia, la medida en que la mayor parte de los países A l va ro Uribe V é l ez, corresponde efectiva- de la región apostó por la consolidación de mente a un proyecto de corte “neopopulista”, una democracia participativa tendiente a su- a través del examen de las limitaciones del uso perar la tradición de corrupción y exclusión de esta categoría en la explicación de la expe- que ha marcado gran parte de su historia po- riencia colombiana. lítica. Sin embargo, la nueva “experiencia de- mocrática” parecería reproducir viejos patro- nes en las formas de gobernar, expresados en Populismo y neopopulismo: fenómenos como el “neopopulismo”, el forta- ¿dos caras de una misma moneda? lecimiento del presidencialismo y el liderazgo de algunos outsiders. Sin duda alguna, el populismo fue el fenóme- En efecto, la inestabilidad política y la di- no político más importante de América ficultad para gestar proyectos tendientes a la Latina durante el siglo XX (Ayala 2004:175) consolidación de la democracia, han marcado y uno de los términos de mayor debate en la la trayectoria política del continente en los úl- discusión académica dentro y fuera del conti- timos diez años, especialmente en la región nente. En efecto, en el tratamiento del que ha andina y en el cono sur. Colombia no ha sido sido objeto por parte de los científicos socia- ajena a esta tendencia: la incapacidad de los les, se advierte la existencia de dos grandes gobiernos anteriores para enfrentar el conflic- tendencias, sintetizadas por María Mo i r a to armado, sumada a la crisis económica de Mackinnon y Mario Alberto Petrone de la si- 1999 generada por los efectos de la imple- guiente manera: mentación de medidas de corte neoliberal a comienzos de los años noventa, ha ampliado “el llamado ‘populismo’, ¿es un fenómeno el espacio para el fortalecimiento del ejecuti- histórico singular que se manifestó en un vo en el país, que acentúa aún más su presi- tiempo y espacio determinado, que repre- senta una etapa particular del desarrollo de dencialismo, acompañado históricamente de una sociedad?, ¿o es una categoría analítica una situación de “estado permanente de ex- que puede aplicarse a un fenómeno ‘popu- cepción”. Tal fortalecimiento del ejecutivo re- lista’ más amplio que se manifiesta en dife- presenta una seria amenaza para el manteni- rentes sociedades y épocas?, ¿o es un fenó- miento de las ya muy deterioradas y cuestio- meno histórico y una categoría analítica a nadas instituciones democráticas, así como la vez?” (Mackinnon y Petrone 1999:17)1. para la apertura de nuevas opciones de cam- bio y superación del conflicto armado y de la 1 A propósito de la discusión actual sobre neopopulis- preocupante situación social que ha marcado mo, en los últimos años han aparecido algunos deba- la historia del país. tes interesantes alrededor del carácter científico y las

148 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez

Esta misma opinión es compartida por fiscal y las reformas de mercado, los líderes Marco Palacios, quien señala que el adjetivo personalistas han descubierto diversos instru- “populista” se caracteriza por ser elástico y mentos políticos y económicos para movilizar ambiguo: en América Latina parece tratarse el apoyo del sector popular cuando las insti- de un producto lingüístico de los conflictos tuciones intermedias están en crisis (Roberts estatales y sociales que irrumpen cuando el 1999:380). Haciendo abstracción de las dife- orden capitalista industrial trata de gestarse y rentes perspectivas desde las cuales puede ser consolidarse. Y en el plano político se expresa abordado el populismo2, la respuesta afirma- como un conjunto de tensiones entre el cons- tiva a la pregunta sobre la pertinencia de la titucionalismo liberal de origen ilustrado, le- utilización de populismo en la explicación de gitimador del dominio oligárquico, y la cons- las crisis políticas y sociales en América Latina trucción estatal-nacional de la época de la po- puede apoyarse en una serie de rasgos carac- lítica de masas, con sus peculiares variantes terísticos recogidos por Roberts: 1) un patrón clientelistas del Estado de bienestar, que al- personalista y paternalista, aunque no necesa- canzara su apogeo entre 1945 y 1975 riamente carismático, de liderazgo político, (Palacios 2000:35). 2) una coalición política poli clasista, hetero- Ahora bien, teniendo en cuenta que el po- génea, concentrada en los sectores subalter- pulismo corresponde tanto a una categoría nos de la sociedad, 3) un proceso de movili- analítica como a un fenómeno histórico o zación política de arriba hacia abajo, que pasa época específica en part i c u l a r, se plantea en- por alto las formas institucionalizadas de me- tonces un segundo problema en el tratamien- diación o las subordina a vínculos más direc- to dado a este término y es el de la pert i n e n c i a tos entre el líder y las masas, 4) una ideología de su utilización en la explicación de una serie amorfa o ecléctica, caracterizada por un dis- de fenómenos políticos que se inscriben en un curso que exalta los sectores subalternos o es n u e vo contexto económico, político y social en la región, en otras palabras, en el contexto 2 En los diversos trabajos sobre el populismo latinoa- mericano se pueden identificar varias perspectivas, de la democratización y de la implementación tendencias e incluso tipologías desde las cuales se del modelo neoliberal de desarro l l o. puede abordar el fenómeno. En este sentido, los tra- Esta pregunta puede responderse de ma- bajos de Margaret Canovas (AÑO) dan cuenta de va- riantes del populismo inscritas en una época determi- nera afirmativa en la medida en que se consi- nada (“fundadores”, “generación intermedia” y “neo- dere el populismo desde un punto de vista populistas”). Robert Dix (1985) distingue básicamen- restringido, es decir, que se le considere es- te entre “populismo autoritario” y “populismo demo- crático”. Por último, el estudio de Kenneth Roberts trictamente como un estilo político que, en (1999) identifica más bien cuatro perspectivas básicas palabras de Alan Knight, característicamente desde cada una de las cuales se puede analizar el fenó- involucre una proclamada relación con “el meno: una histórica-sociológica que enfatiza las coali- pueblo”, una mentalidad expresada en la uti- ciones sociopolíticas multiclasistas que surgen típica- mente durante las etapas tempranas de la industriali- lización del término “ellos y nosotros” y un zación en América Latina; la perspectiva económica, periodo de crisis y movilización o desde una que reduce el populismo a la indisciplina fiscal y a un variante “más liberal” del fenómeno, asociada conjunto de políticas expansionistas o redistributivas que se adoptan en respuesta a presiones de consumo con la descomposición de formas institucio- de masas; una perspectiva ideológica que asocia el po- nalizadas de representación política que a me- pulismo con un discurso ideológico que articula una nudo se produce durante periodos de trastor- contradicción entre “pueblo” y “bloque de poder”; y la perspectiva política, que equipara el populismo con no social y económico (Knight 1998:227). un patrón de movilización verticalista aplicado por lí- En este sentido, para analistas como Kenneth deres personalistas y que omite o subordina las formas Roberts, aún restringidos por la austeridad institucionales de la mediación política.

149 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Carolina Galindo Hernández antielitista y/o antiestablishment, y 5) un pro- de políticas caracterizado por un fuerte estilo yecto económico que utiliza métodos redistri- personalista y autoritario, combinado -para- butivos o clientelistas ampliamente difundi- dójicamente- con criterios tecnocráticos. dos con el fin de crear una nueva base mate- Una segunda discusión, representada es- rial para el apoyo del sector popular. pecialmente por Carlos Vilas, José Nun, Mar- Sin embargo, a pesar de contar con una cos Novaro y Aníbal Quijano, cuestiona se- serie de criterios que permitirían una aproxi- riamente la existencia de un neopopulismo, mación a la experiencia colombiana, es muy señalando la deficiente comprensión del fe- importante tener en cuenta para el análisis al- nómeno de base -el populismo- en su formu- gunas discusiones que plantean una cierta lación: según esta postura, ni los escenarios compatibilidad entre una nueva forma de po- socioeconómicos, ni su articulación en la ma- pulismo y los esquemas políticos, económicos triz institucional del Estado, ni el tipo de re- y sociales propios de la implementación del lación dirigentes/seguidores, ni el diseño glo- modelo neoliberal de desarrollo en el conti- bal del régimen delegativo o supuestamente nente. Un primer debate (en completa sinto- neopopulista y los intereses que él promueve, nía con la tipología presentada anteriormente guardan una relación significativa con el po- y compartida por la mayor parte de los ex- pulismo. Si bien el fortalecimiento de rasgos pertos) considera que, si bien el populismo se como el personalismo y el nacionalismo en adscribió originalmente en un contexto y a diferentes países latinoamericanos responde a partir de unas orientaciones económicas to- un encuadramiento histórico y estructural talmente contrarias al neoliberalismo3, es po- bastante preciso (frustración de amplios sec- sible hablar de una especie de neopopulismo tores de la población frente a los resultados en este contexto, en la medida en que se pre- obtenidos por los procesos de democratiza- senta una especie de adaptación de los viejos ción, apertura, descentralización y el nuevo esquemas de un populismo estructural a los modelo económico), no es posible deducir nuevos retos generados por el clima de crisis que este encuadramiento permita, en primer económica y de malestar social provocados lugar, identificar estos personalismos y lide- por la inserción en la dinámica de la globali- razgos en épocas de tensión con una cierta zación (Entrena 2001:110). Esto se refleja en forma de populismo. Para Vilas, el surgi- la persistencia de un llamado a las clases más miento de este tipo de regímenes políticos de necesitadas, así como en un marcado carácter fuerte concentración del poder en liderazgos nacionalista de los discursos. Además, se de alto perfil personal está relacionado con un suman elementos nuevos como la apelación a conjunto variado de factores, de peso desigual recursos de fuerte impacto mediático, un pro- de acuerdo con las cambiantes circunstancias ceso de toma de decisiones e implementación y carece de sentido llamar neopopulistas a re- gímenes o liderazgos políticos neoliberales 3 El populismo latinoamericano “originario” se inscribe que tratan de destruir sistemáticamente todo en la etapa de desarrollo de sustitución de importa- aquello que fue conseguido por las luchas po- ciones, orientada por políticas estatistas y fuertemen- pulares y bajo regímenes nacional-populares: te intervencionistas fundadas en la protección de las industrias estatales y nacionales y mecanismos subsi- diarios orientados a las clases menos favorecidas. Para “En lo que el populismo significó de desa- un análisis más detallado de las políticas económicas rrollo de un capitalismo con distribución adscritas al populismo ver el ya clásico estudio de de ingresos y amplia organización popular, Rudiger Dornbusch y Sebastián Edwards The macro - economics of populism in Latin America, 1 9 9 1 , estos regímenes promueven la concentra- Chicago University Press. ción del capital, el desmantelamiento de

150 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez

servicios públicos estatales, la desmoviliza- al país desde hace más de cincuenta años. En ción popular y el debilitamiento de las contraste con la administración inmediata- condiciones sociales para el ejercicio de la mente anterior de Andrés Pastrana (en la que ciudadanía. En lo que el populismo fue se realizaron infructuosas concesiones a los participativo, estos regímenes son autorita- g r upos subve r s i vos -especialmente a las rios; el efecto social y políticamente inte- FARC- en aras de una solución negociada al grador y movilizador del populismo es en conflicto), el programa de gobierno plantea- estos regímenes desmovilización, margina- ción y fragmentación; la promoción de do por Uribe durante su campaña electoral grandes organizaciones sociales es ahora tenía a la seguridad como su pilar fundamen- individualización forzosa de las relaciones tal, a través de una nueva orientación en el sociales; el capitalismo productivo con dis- tratamiento dado a los “enemigos internos” y tribución de ingresos y crecimiento del a un fortalecimiento del autoritarismo de empleo fue reemplazado por la desindus- Estado en aras de la recuperación de la sobe- trialización, el deterioro de los mercados ranía perdida en una buena parte del territo- de trabajo y la especulación financiera; el rio del país. Estado regulador fue transformado en es- Las expectativas en torno a la gestión de tado privatizador” (Vilas 2004: 35-36). Uribe se concentraron alrededor de tres obje- tivos fundamentales: 1) mejorar la eficacia de Como se puede advertir, estas dos grandes la lucha antiguerrillera, 2) restaurar el princi- tendencias con respecto al tratamiento del pio de autoridad (a partir de la ejecución de neopopulismo pueden adquirir un mayor las reformas institucionales necesarias) y 3) grado de relevancia dependiendo del conjun- enderezar la situación económica y social. to de factores y situaciones frente a las cuales Tales metas eran difícilmente compatibles en se empleen como categorías de análisis. Y es la medida en que el aumento militar atentaba precisamente que a propósito del caso colom- contra la austeridad económica, las reformas biano se pondrán a prueba estas dos perspec- institucionales ponían en peligro el apoyo de tivas para tratar de establecer si, efectivamen- la clase política4 y las exigencias del corto te, el programa de gobierno del actual man- plazo irían en contravía del crecimiento y de datario Álvaro Uribe Vélez corresponde a un las inversiones sociales. Pero, por otro lado, proyecto de corte neopopulista. dichas expectativas eran fuertes en la medida en que se proyectaban a partir de un “nuevo estilo” de gobierno centrado en la recupera- La apuesta por la seguridad ción de la soberanía del Estado, el cual, para democrática y el fortalecimiento Daniel Pécaut, se caracteriza por una cierta del ejecutivo “prisa”:

El 26 de mayo de 2002, con un porcentaje “Siempre en primera línea, interviniendo cercano al 53,2% del total de votos, Álvaro de modo simultáneo en todos los frentes Uribe Vélez fue electo como presidente de de acción gubernamental, sólo delegando Colombia. Los exitosos resultados obtenidos el mínimo, esforzándose en cohesionar a en los comicios se explicaban fundamental- mente por la expectativa generada en diferen- 4 Es necesario recordar que una de las propuestas ban- tes sectores de la sociedad civil alrededor de dera de la campaña de Uribe consistió en la reducción del tamaño del Congreso, uno de los órganos consi- una “política de mano dura”, tendiente a la derados por la opinión pública como uno de los más resolución del conflicto armado que afectaba corruptos del país.

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civiles y militares a la vez que ejerce un mi- presidente Uribe Vélez aseguró un segundo nucioso seguimiento sobre el curso de sus mandato tendiente a dar continuidad a la decisiones y de su ejecución, evaluando “Política de Seguridad Democrática”, pilar una y otra vez los resultados, pidiendo fundamental del plan de desarrollo “Hacia un cuentas en público. Asiste cada semana en Estado Comunitario” y de la campaña electo- compañía de algunos de sus ministros a las ral de su primer gobierno. Algunas de las pre- diversas regiones para sostener allí ‘conse- misas y disposiciones de acción de esta políti- jos regionales de seguridad’ y ‘consejos co- munales’ destinados estos últimos a reco- ca se han constituido en un campo propicio ger quejas y peticiones de los habitantes… para la consolidación de un Estado autorita- 6 Ha impuesto a otros un estilo frenético” rio que, para algunos analistas , ha sido equi- (Pécaut 2003:79). parado con algunos de los gobiernos califica- dos como neopopulistas en la región. Este ritmo vertiginoso de acción de la figura En esta línea, el “Estado Comunitario” se del presidente -completamente atípico en la proyecta como un “estado participativo que historia colombiana y sintetizado en su con- involucre a la ciudadanía en la consecución signa “trabajar, trabajar y trabajar”- explica en de los fines sociales. Un estado gerencial que buena parte el hecho que su popularidad haya invierta con eficiencia y austeridad los recur- llegado a niveles que oscilaron entre un 60 y sos públicos. Y un estado que privilegie la au- un 70%, pese al fracaso de una de sus más tonomía regional con transparencia, respon- importantes iniciativas (el sometimiento a re- sabilidad política y participación comunita- ferendo de una amplia reforma política para ria” (Presidencia de la República 2002:15). reformar la legitimidad del conjunto de la ac- En este documento, carta de navegación de ción gubernamental), de las polémicas alrede- las políticas del ejecutivo, brindar seguridad dor de las políticas de seguridad democrática democrática se persigue como el primer obje- y de reinserción de grupos paramilitares, así tivo que orientará la acción del gobierno. Este como del crecimiento de la fuerte deuda pen- objetivo se fundamenta a partir del supuesto diente que en materia social se tiene con las de que “sin seguridad no hay prosperidad, no clases más necesitadas. Estos niveles de popu- hay sosiego y no puede haber futuro”. El do- laridad fueron estratégicamente capitalizados cumento entiende la seguridad democrática en la medida en que contribuyeron a la apro- como una categoría que trasciende el concep- bación de un acto legislativo que permitió la to de seguridad nacional, ligado a la capaci- reelección presidencial (en medio de fuertes dad del Estado para penalizar y disuadir a polémicas sobre la legitimidad de este acto y quienes se contraponen a la normatividad vi- sobre sus posibles consecuencias en la conso- gente. Para alcanzar tal seguridad democráti- lidación del estado de derecho y de unas ins- ca, el gobierno plantea una estrategia com- tituciones democráticas que logren responder prensiva que incluye, por una parte, el forta- efectivamente a las demandas sociales y polí- lecimiento de la fuerza pública para recuperar ticas propias de un esquema político amplia- el control del territorio y proteger la infraes- mente participativo), y en tanto que las metas del gobierno se proyectan a un plazo que des- 5 Pese a la alta votación obtenida por el candidato-pre- borda el límite de tiempo establecido en la sidente, es importante destacar que los pasados comi- Constitución. cios estuvieron caracterizados por una baja participa- En efecto, tras imponerse con un 62.23% ción representada por el 45% del electorado. 6 Véase el estudio de Cristina de la Torre, Álvaro Uribe 5 de los votos (aproximadamente 7,5 millones ) o el Neopopulismo en Colombia, 2005, La Carreta en las elecciones del 29 de mayo de 2006, el Editores, Medellín.

152 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez tructura nacional y, por otra, la desarticula- ciudadanos de cultura para la seguridad y ción de la producción de drogas, el fortaleci- brindando información que permita la miento de la justicia y la atención a zonas de- prevención y persecución del delito… Los primidas y de conflicto (Presidencia de la cooperantes responden al principio de sol- República 2002: 17). idaridad y al deber ciudadano de con- Después de cuatro años de imple- tribuir al objetivo común de la seguridad. Su cooperación, a diferencia de la de los mentación, se advierte que buena parte de las informantes, no será remunerada. líneas de acción planteadas en esta política De manera complementaria, se ha han vulnerado en buena parte las garantías de puesto en práctica un programa de recom- los derechos humanos y el De re c h o pensas para aquellas personas que, como Internacional Humanitario, así como eviden- informantes de los organismos de seguri- cia el tránsito de un “Estado Comunitario” dad del Estado, den a conocer información (aún por construir) a un Estado autoritario que conduzca a la prevención de atentados que agudiza y degrada aún más la situación terroristas o a la captura de los integrantes de división y conflicto interno por la que de las organizaciones armadas ilegales…” atraviesa el país. La “seguridad democrática” (Presidencia de la República – Ministerio representa más bien un regreso a los viejos es- de Defensa 2003:61). quemas de la “seguridad nacional” (Galindo Hernández 2005:496) en la medida en que se Estas líneas de acción comenzaron a llevarse a entiende la idea de la defensa nacional en tér- la práctica unos pocos días después de la pos- minos exclusivos de la razón de Estado y con- esión del Presidente en el mes de agosto de stituye más bien una adaptación de los térmi- 2002 y de ser declarado el Estado de nos de la seguridad nacional para designar las Conmoción Interior, a raíz de una serie de nuevas situaciones, actores y problemas en el atentados realizados contra el acto de pos- contexto de una democracia participativa. esión en Bogotá y en otras ciudades del país. Este es el caso específico de la línea de acción Las medidas contempladas fueron acompa- orientada hacia la cooperación “Cooperar ñadas de una política de fortalecimiento de para la seguridad de todos”, la cual reza: las fuerzas militares (a través de la ampliación de sus facultades y de la creación de “zonas de “El Gobierno promoverá la cooperación rehabilitación” en algunas regiones del país), voluntaria y patriótica de los ciudadanos, así como de una propuesta de reforma a la ad- en cumplimiento de sus deberes constitu- ministración de justicia tendiente a la lim- cionales y en la aplicación del principio de itación de las competencias de las Cortes en solidaridad que exige el moderno Estado aspectos relacionados con la toma de deci- social de Derecho, con el fin de que cada siones por parte del Ejecutivo. Desde esta ciudadano contribuya a la prevención del perspectiva, se invitaba e incentivaba a la po- terrorismo y de la delincuencia, proporcio- blación civil a combatir a los enemigos inter- nando información relacionada con las or- nos de la nación. La frontera existente entre la ganizaciones armadas ilegales…Si 44 mil- idea de un Estado social de derecho (tal y lones de colombianos acompañan al como se define a la nación colombiana) y un Estado y se sienten apoyados por él, fra- casará el terrorismo. Estado de corte autoritario comenzaba a des- Una red de ciudadanos en las zonas ur- dibujarse a partir de la expedición y puesta en banas y rurales del país cooperará activa, práctica de estas medidas. Solamente medi- voluntaria y desinterasadamente con las ante la radicalización de la polarización del autoridades, participando en programas país: patriotas/ciudadanos compro m e t i d o s

153 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Carolina Galindo Hernández contra terroristas, sería posible alcanzar la tan mente identificados como simpatizantes del anhelada seguridad democrática. Una seguri- actual gobierno, los cuales han logrado con- dad posible gracias al fortalecimiento del solidar su poder regional a través de estos pro- ejecutivo y a una ciudadanía aliada capaz de cesos y de la legalización de algunas de sus ac- identificar y combatir a un enemigo, en este tividades económicas. Igualmente, la inequi- caso no solamente los grupos alzados en dad social7 y la inconformidad de amplios armas, sino todos aquellos que cuestionen de sectores de la población aumentan aunque las alguna u otra forma el accionar del gobierno. cifras que dan cuenta del mantenimiento de Se advierte entonces en esta polarización la popularidad inicial del presidente afirmen la cristalización de un rasgo propio de los go- lo contrario. El diagnóstico es poco alentador biernos populistas de antaño como es el esta- para una de las “democracias más estables y blecimiento de un sujeto político, “los patrio- antiguas del continente”: se evidencia un au- tas”, que representa una idea de un “nosotros” toritarismo de estado que hace parte de un (podríamos decir de un “pueblo”, según la ca- conjunto de situaciones análogas en otros pa- racterización de Alan Knight) que es posible íses de la región y que algunos analistas pre- gracias a la existencia de un “ellos”, encarna- do en los terroristas o en quienes, desde dife- 7 De acuerdo con Libardo Sarmiento (2004), aunque el rentes frentes, manifiestan algún tipo de opo- Plan Nacional de Desarrollo contemplaba el aumento sición al gobierno. En el contexto de esta po- del gasto social, el mejoramiento de la focalización del gasto y la consolidación de un sistema de protección larización surge entonces un sentimiento de social para que las crisis económicas no comprometie- nacionalismo exacerbado, manifestado prin- ran por completo las posibilidades futuras de los gru- cipalmente a través de los medios de comuni- pos más vulnerables como los tres grandes desafíos del cación, que marcó a amplios sectores de la gobierno Uribe en el ámbito social, es importante re- saltar que mientras que en 2001 el 74,6% de los co- ciudadanía. Al margen de la existencia y de lombianos se encontraba bajo condición de pobreza y las acciones de los violentos, confluían en el su ingreso equivalía al 43,4% del ingreso promedio de espacio de la opinión pública colombiana dos la población, en el año 2004 (administración Uribe) la incidencia de la pobreza aumenta a 77,3% y su in- grandes fuerzas, a favor o en contra del go- greso promedio equivale a 43,6% del general. Un im- bierno respectivamente. Este repentino senti- portante factor explicativo de esta situación, entre miento de patriotismo fundamentado en una otros, se encuentra en el hecho que la cuádruple crisis política de mano dura contra los violentos o rural -guerra, pobreza, recesión e importación masiva de alimentos- ha intensificado la migración hacia las en una crítica a la misma, parecía radicalizar- ciudades durante las dos últimas décadas. En efecto, se y canalizarse, por ejemplo, a través de la fi- la población urbana en Colombia crece a un ritmo gura del referendo promovido por el ejecuti- anual de 2,45% y la tasa rural a 0,51% debido espe- cialmente al desplazamiento causado por la violencia vo en el primer año de gobierno, o en las ges- que ha dejado un saldo de 3,5 millones de personas tiones tendientes a la aprobación de la reelec- hasta el año 2004. Estos indicadores, entre otros, per- ción inmediata del actual presidente, en el se- miten señalar a Sarmiento que las políticas públicas de la administración Uribe “no han atacado el males- gundo y tercer años. tar social que genera los graves problemas de pobreza, Sin embargo, y de manera paralela, el con- indigencia y desigualdad: tales políticas públicas ope- flicto armado -y la radicalización de las pos- ran como simples paliativos de los efectos estructura- turas frente a su tratamiento- continúa sin les de exclusión e injusticia que genera el sistema y el estilo de desarrollo colombiano. Siguiendo la tradi- posibilidad alguna para una salida negociada, ción, el enfoque de la política social retorna al asis- ni por parte del gobierno ni por parte de los tencialismo orientado a los más pobres entre los po- grupos subversivos; más aún cuando se han bres, a la vez que la clase dominante continúa espe- rando que sólo el crecimiento económico resuelva realizado importantes concesiones para la todas las patologías de la sociedad” (Sarmiento 2004: desmovilización e grupos paramilitares, clara- 95-96).

154 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez tenden identificar con el surgimiento de una para calificar o no al actual gobierno como nueva forma de populismo. neopopulista. En efecto, desde una perspecti- va comparativa en la larga duración, se puede señalar que en la totalidad de los países lati- Ausencia de populismo en Colombia: noamericanos en los que se acusa el fenóme- continuidades y discontinuidades no neopopulista se ha vivido una experiencia de populismo anterior en diferentes grados de A diferencia de otros países latinoamericanos, intensidad (son los casos de Venezuela, Perú, Colombia no ha contado con grandes expe- Argentina, Ecuador, Brasil y México). riencias de carácter populista. Con la excep- Por el contrario, la construcción de la idea ción de los casos de líderes como Jorge Eliécer de nación alrededor de dos grandes proyectos Gaitán en la década del cuarenta y de la políticos antagónicos (encarnados en los par- Alianza Nacional Popular (ANAPO) encabe- tidos liberal y conservador) impidió en zada por el ex-dictador Gustavo Rojas Pinilla8 Colombia la consolidación de una “verdade- a finales de los años sesenta, la trayectoria po- ra” unidad nacional. De acuerdo con Pécaut lítica colombiana ha estado marcada por una (2000:47-48), la realización del populismo f u e rte ausencia de populismo que, para en Colombia fue obstaculizada por tres gran- Palacios (2001) y Pécaut (2000: 46), no sola- des factores: a) un alto grado de fragmenta- mente ha significado un vacío en la construc- ción social, que hace referencia a las caracte- ción de un gran proyecto nacional sino que, rísticas del territorio, la coexistencia de dife- igualmente, se constituye en buena medida rentes centros urbanos de importancia y el como uno de los principales factores explica- mantenimiento de innumerables zonas sus- tivos del surgimiento y permanencia de la crí- traídas al control del Estado, b) la división tica situación de violencia política y social ex- partidista transmitida de generación en gene- perimentada en el país en los últimos cin- ración y, por último, c) la gestión privatizada cuenta años. de la economía. Desde esta misma perspecti- En este sentido, cualquier análisis sobre va, Palacios (2000: 39) agrega que la ausencia una experiencia neopopulista en Colombia de populismo en Colombia se encuentra requiere tener en cuenta este importante an- fuertemente relacionada con una marcada tecedente sobre la ausencia de populismo en tradición constitucional y antimilitarista que, la historia del país9, en la medida en que un desde el siglo XIX, hundió cualquier posibili- examen de las posibilidades, continuidades y dad de consolidación de un fuerte liderazgo rupturas del fenómeno populista permitirá unipersonal. En otras palabras, “la política, establecer elementos de juicio más precisos considerada como la sumatoria de prácticas locales abigarradas, mezcló diferencias e igua- litarismos; conjuras, procesos electorales y 8 Es importante señalar que Colombia tampoco cuenta con una fuerte tradición de dictaduras militares en el guerras civiles; mucho panfleto y conversa- siglo XX. Incluso, la primera parte del gobierno del ción pública y privada; todo encuadrado por general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957) fue respal- el caciquismo y las lealtades de familia a la dado por parte de un fuerte sector de las elites enca- bandera roja y a la bandera azul. Localismos bezadas por los dos grandes partidos políticos tradi- cionales. que hicieron naufragar a todos los hombres 9 Aquí apelamos a la observación realizada por Norbert fuertes, comenzando Bolívar. Tradición que Elías, según la cual los estudios sobre el problema de viene de la época colonial y de allí deriva sus la construcción de la nación y de los procesos de for- mación del Estado deben ser realizados desde la pers- notas de oligárquica, legalista y civilista”. pectiva de la larga duración (Elías 1998:101).

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Con respecto a las consecuencias de la im- ta años atrás, gracias a la iniciativa de un lide- posibilidad de realización de un caudillismo razgo fuerte y unipersonal. fuerte en el siglo XIX o de un proyecto po- En un contexto de “crisis” generada por el pulista en la primera mitad del XX en conflicto armado, la corrupción y la imple- Colombia, vale la pena señalar, por ejemplo, mentación del modelo neoliberal, la formula- que tanto la violencia de carácter bipartidista ción de este programa de unidad nacional al- de mediados del siglo XX, como el surgi- rededor de la seguridad democrática (sumada miento de guerrillas revolucionarias y diversas al liderazgo carismático y a la retórica contra modalidades de contrainsurgencia que han las prácticas de ‘politiquería’ de los partidos desencadenado la más larga y cruenta con- tradicionales en Colombia) ha permitido es- frontación armada de la historia del país en tablecer en algunos círculos académicos, las últimas cinco décadas, se explican en como ya se había señalado, que la figura de buena parte por la inexistencia o el fracaso de Álvaro Uribe Vélez se presenta como un caso los populismos en el país10. Pese a la fuerza ge- más entre los neopopulismos emergentes en nerada por los liderazgos y propuestas políti- América Latina. Sin embargo, a partir de un cas de Jorge Eliécer Gaitán (cuyo asesinato en examen más cuidadoso desde la caracteriza- 1948 se constituyó como el acontecimiento ción de Roberts y la crítica a esta perspectiva que desencadenó de manera definitiva el ac- por parte de Carlos Vilas, será posible esta- tual conflicto armado) y del ex dictador Gus- blecer hasta qué punto podría existir un tavo Rojas Pinilla (quien logró consolidarse grado de correspondencia entre el gobierno como un “peligroso” contendor de los parti- Uribe y una forma particular de populismo. dos políticos tradicionales a finales de los El estilo político de gobierno y la figura años sesenta), nunca logró gestarse un pro- personal de Álvaro Uribe Vélez ha marcado yecto de unidad nacional sobre bases popula- una ruptura significativa con relación a sus res: la praxis política en Colombia seguía su- antecesores y a otros importantes dirigentes jeta a los imperativos autoritaristas y antilibe- políticos de Colombia. Aunque el actual rales de los partidos tradicionales a los que di- mandatario había ocupado importantes car- fícilmente podían sustraerse los líderes emer- gos de elección popular como gobernador de gentes. Esta ausencia de proyecto y la imposi- Antioquia y senador (desde los cuales había bilidad de “cambiar la sociedad desde arriba” establecido una clara postura con relación al abrió el camino a la violencia y a la insurgen- tratamiento a dar al conflicto armado), será cia como las únicas alternativas a la exclusión desde la campaña presidencial del año 2001 social y política generada por los partidos tra- en la que apelará a toda una serie de recursos dicionales. Por estas razones, el proyecto polí- mediáticos tendientes a presentar un proyec- tico del actual mandatario Álvaro Uribe Vélez to de unidad nacional en torno a la “lucha se presentará como una novedad histórica, contra el terrorismo” y a una resolución eficaz como un “verdadero proyecto de unidad na- del conflicto armado. Esta idea de la recupe- cional” articulado alrededor de la lucha con- ración de la autoridad estatal en buena parte tra el terrorismo y como la única salida eficaz del territorio nacional a través de una “políti- a la situación de violencia generada cincuen- ca de mano dura” constituyó toda una nove- dad en términos programáticos y discursivos 10 Sobre este punto, véase en particular los artículos de con respecto a los otros candidatos y a las ad- Daniel Pécaut “Populismo imposible y violencia: el ministraciones más recientes, la cual sumada caso colombiano” y de Marco Palacios “Presencia y ausencia de populismo: un contrapunto colombo-ve- a la “lucha contra la corrupción y la politi- nezolano”. quería” logró capturar la atención (y los

156 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez votos) de diversos sectores sociales, permi- Uribe haya alcanzado altos índices de popula- tiendo un contundente triunfo en las urnas ridad que se han mantenido a lo largo de su en la primera vuelta11. administración en un nivel cercano al 70% y Esta novedad se ve reflejada no solamente que, como ya se había señalado, fueron capi- en las medidas y políticas propuestas e imple- talizados para su reelección inmediata. mentadas desde comienzos de su administra- Otro elemento novedoso en el estilo de ción (sobre las cuales se hizo alusión en la sec- gobierno de Uribe lo constituye, sin duda al- ción anterior), sino en toda una serie de es- guna, el lenguaje empleado tanto en sus dis- trategias tendientes a capturar la atención de cursos políticos oficiales como en el trato di- los medios de comunicación y el respaldo de recto con la población y en la descripción de la ciudadanía al programa de gobierno en ge- situaciones particulares. Si bien un análisis neral y a la política de seguridad democrática del discurso político de Uribe desborda los en particular. Una de las más importantes e objetivos del presente artículo, es importante innovadoras estrategias es la realización de señalar el uso de un lenguaje fuerte contra los consejos comunitarios de gobierno en todos grupos armados y de carácter paternalista al los rincones del país, transmitidos en vivo por hacer referencia a los sectores de la población radio y televisión con una duración que a más vulnerables. Este estilo de lenguaje, ca- veces supera las ocho horas. A través de la re- racterizado por el uso de diminutivos y califi- alización y transmisión de estos consejos se ha cativos despectivos, ha logrado generar una logrado crear todo un imaginario alrededor mayor aceptación de la figura del presidente de la figura del presidente como un mandata- en la medida en que se presenta como un rio que accede directamente a las regiones, mandatario cercano al sentir de las necesida- está atento a las necesidades de la población, des y del ethos del pueblo colombiano. toma nota de los problemas y exige solucio- Hasta ahora pueden advertirse, entonces, nes inmediatas a sus subalternos a través un tres rasgos característicos en la gestión guber- atípico proceso de petición de cuentas en pú- namental de Uribe: a) un discurso de unidad blico. En otras palabras, el presidente se hace nacional en torno a la lucha contra el terro- cargo a título personal de cada una de las re- rismo, b) un estilo personalista y paternalista clamaciones y peticiones realizadas por los di- en el que se asume al presidente como un in- ferentes sectores sociales en estos consejos, cansable trabajador cuya más importante pre- consolidando así la imagen de un presidente ocupación es el bienestar del pueblo colom- que trabaja sin descanso y que es capaz de biano y, por último, c) un lenguaje beligeran- asumir todos los frentes. Tal imagen sumada te y provocador que lo acerca a los sectores al discurso sobre la necesidad de librar una populares. Y son estos rasgos característicos guerra sin cuartel contra “la corrupción y la los que han permitido, en primera instancia, politiquería” ha logrado, a pesar de las difi- calificar al actual gobierno como populista. cultades y serias contradicciones que han ca- Sin embargo, al examinar de cerca los rasgos racterizado a su gestión, que la figura de característicos básicos del populismo plantea- dos por Roberts, se plantean serias dudas sobre esta correspondencia. 11 Sin embargo, es importante señalar que la aceptación de este discurso (y el consecuente triunfo de Uribe) En primera instancia, vale la pena señalar contó con el respaldo económico y político de influ- que si bien la gestión de Uribe se identifica yentes grupos y asociaciones gremiales como los ga- totalmente con un patrón personalista y pa- naderos, agroindustriales y terratenientes, los cuales ternalista de liderazgo político apoyado en han compartido tradicionalmente sus posturas con respecto al tratamiento del conflicto armado. una ideología amorfa o ecléctica caracterizada

157 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Carolina Galindo Hernández por un discurso antiestablishment (tales como neradas por el conflicto armado en la política de seguridad democrática y la lucha Colombia. Si bien se ha destacado el patrón contra la “corrupción y la politiquería”), es personalista y paternalista de la administra- necesario examinar con mayor detalle los ción Uribe, especialmente en los consejos co- otros rasgos característicos del populismo, munitarios de gobierno realizados a nivel re- pues la trayectoria del ascenso y gestión de gional y local, hay que señalar que aunque la Uribe reviste unas particularidades que van figura de Uribe se presentó como alejada de la alejando sistemáticamente a su gobierno de la estructura institucional y de la cultura políti- caracterización populista. ca de los partidos tradicionales, especialmen- En efecto, si examinamos como rasgo dis- te del partido liberal (su afiliación política tinto del populismo la necesidad de contar original), ésta cuenta con un amplio respaldo con el apoyo de una coalición política poli cla- en el Congreso y en instancias de decisión re- sista, heterogénea y concentrada en los secto- gionales y locales de sectores afiliados a las res subalternos de la sociedad, podríamos ad- redes y a las prácticas clientelistas propias de ve rtir que el triunfo electoral de Uribe y sus los partidos tradicionales. En este sentido, se altos niveles de popularidad obedecen al han presentado como estrategias de coopta- a p oyo de una amplia base. Sin embargo, los ción el nombramiento de familiares de con- alcances de esta adve rtencia llegan hasta un gresistas en cargos diplomáticos, así como los c i e rto punto al señalar que los índices de me- esfuerzos por debilitar a los posibles oposito- dición de la popularidad del presidente son res a sus políticas a través de estas mismas es- obtenidos en su mayor parte por encuestas de trategias12. Éstas lógicas se reproducen cons- opinión financiadas por los grandes medios de tantemente en los niveles regionales y locales comunicación a nivel nacional, la mayor part e y ponen en evidencia la fuerte contradicción de los cuales han manifestado su respaldo de existente entre las prácticas gubernamentales manera explícita o tácita a la gestión guberna- y los criterios y políticas de austeridad, trans- mental. Por otro lado, debe tenerse en cuenta parencia, eficacia y meritocracia del programa que tales sondeos se realizan principalmente de gobierno del actual mandatario. en los grandes centros urbanos, en sectore s Por otro lado, al examinar las transforma- medios y altos y no tienen en cuenta las opi- ciones generadas por el conflicto armado en niones de los habitantes de otras regiones, es- la cultura política colombiana, se advierte pecialmente aquellas que en la actualidad asu- con preocupación que, luego de tres años de men de una forma más directa los rigores del implementación de la política de seguridad conflicto armado y sus consecuencias en tér- democrática, los grupos subversivos y, en minos de seguridad y bienestar social a los que m a yor medida, los grupos paramilitare s , se hizo alusión en la sección anterior. constituyen una fuerza importante del poder Con relación a los procesos de moviliza- local en una buena parte del país13, situación ción política propios del populismo, los cua- les se presentan en un esquema de arriba 12 Este es el caso del nombramiento del ex – presidente hacia abajo y que pasan por alto las formas Andrés Pastrana (quien había cuestionado seriamente institucionalizadas de mediación o las subor- a nivel público algunas de las iniciativas gubernamen- tales) como embajador ante el gobierno de los Estados dinan a vínculos más directos entre el líder y Unidos y de su dos veces contendor en las campañas las masas, el caso del actual gobierno colom- presidenciales, el dirigente liberal Horacio Serpa, biano difiere significativamente de esta carac- como embajador ante la Organización de Estados Americanos. terización e incluye elementos más complejos 13 En este sentido, es necesario recordar que los grupos relacionados con las estructuras de poder ge- armados (bien sean subversivos o paramilitares) aún

158 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez a la que se suma el respaldo abierto que algu- Sin embargo, este último atributo del po- nos de estos grupos o sus agentes financistas pulismo es uno de los más susceptibles de ser brindan a la actual administración (lo que in- cuestionado a la hora de examinar una expe- cide de manera significativa en las estructuras riencia como la colombiana a la luz de cate- de poder y en las formas institucionalizadas gorías como neopopulismo. Tal cuestiona- de relación con las bases populares). Así, el miento puede ser establecido a partir de dos poder alimentado por la figura paternalista y razones. La primera podría ser de carácter his- personalista del actual mandatario se consoli- tórico y se relaciona con la ausencia de popu- da a través de unas fuertes redes de mediación lismo (tanto en sus formas políticas como clientelista bien sea a través de miembros de económicas) en el país. La segunda tiene que los partidos tradicionales y, en el peor de los ver de manera directa con la crítica de Carlos casos, de organizaciones armadas en algunas Vilas a la hipótesis neopopulista y se explica regiones del país, cuestionando seriamente la desde las estructuras y procesos políticos pro- tesis sobre la vinculación directa con el líder. pios del modelo neoliberal de desarrollo bajo Un último rasgo característico del popu- los cuales se pone a prueba la plausibilidad de lismo lo constituye un proyecto económico esta hipótesis en el país. que utiliza métodos redistributivos o cliente- Con relación a una razón de carácter his- listas ampliamente difundidos con el fin de tórico se advierte a lo largo de la trayectoria crear una base material para el apoyo del sec- política colombiana un marcado re c h a zo tor popular; en otras palabras, se considera al hacia formas caudillistas o personalistas de “populismo económico” en particular como autoridad, el cual sumado a la fragmentación un atributo básico del populismo en general. de la unidad nacional generada desde los par- Sin embargo, Roberts considera que esta últi- tidos liberal y conservador, incidió significati- ma categoría puede constituirse en un reduc- vamente en la imposibilidad de construcción cionismo en la medida en que, en diferentes de un proyecto nacional a partir de una sóli- tipos de experiencia populista, los datos espe- da base popular. El carácter atípico colombia- cíficos de la política macroeconómica son va- no con respecto al populismo latinoamerica- riables. Éstos pueden estar orientados por el no también se advierte en términos económi- mercado o por el Estado, pueden estar abier- cos en la medida en que, tal y como señalaba tos o cerrados a la competencia internacional, Pécaut, predominó una gestión de carácter ser permisivos o disciplinados desde el punto privatizado contraria a la tendencia latinoa- de vista fiscal y progresivos o regresivos en su mericana a aumentar la importancia de regu- efecto distributivo general. Esta flexibilidad lación estatal en la década de los años treinta. permitiría entonces que el concepto populis- De manera paralela, iniciativas como la refor- ta se mueva a través de diferentes estrategias ma agraria (pese al establecimiento del prin- de desarrollo, reconociendo entonces la exis- cipio de la función social de la propiedad de tencia de múltiples y diversos instrumentos 1936) y políticas de carácter redistributivo económicos para cultivar el apoyo de las cla- han estado marcadas por la senda del fracaso ses bajas (Roberts 1999:392). y cualquier tipo de asignación de recursos a las poblaciones más necesitadas se ha canali- e j e rcen prácticas como la “a u t o r i z a c i ó n” para la re a l i- zado principalmente a través de mecanismos zación de elecciones, la postulación de candidatos, es- tablecen criterios para la distribución de recursos pú- clientelistas, más que a partir de una gestión blicos y administran justicia. Estas formas coexisten de focalizada y dirigida desde el Estado. Para una manera compleja con las instituciones estatales y Miguel Urrutia, la ausencia de un “macropo- aún no han logrado ser superadas pese a las pro m e s a s e imperativos de las políticas del actual gobierno. pulismo económico” en la historia de

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Colombia puede ser explicada principalmen- guna dificultad con estructuras y prácticas te por la existencia de las fuertes maquinarias clientelistas que han generado, pre c i s a m e n t e , de los dos grandes partidos políticos, la con- un fuerte grado de pasividad ciudadana fre n- centración del poder político en el nivel local te a tales políticas. Por otro lado, las exigen- y el consecuente clientelismo que se deriva de cias propias de la implementación y manteni- la conjugación de los dos factores anteriores miento de una iniciativa como la política de (Urrutia 1991:386). Sin embargo, Urrutia re- seguridad democrática durante la administra- conoce que esta ausencia de populismo ha ción Uribe, han obligado a destinar impor- sido más benéfica para el país en la medida en tantes recursos (que podrían ser orientados al que se constituye como factor explicativo de gasto social) a la intensificación de la guerra su estabilidad macroeconómica que le permi- contra el terrorismo, la cual se constituye a la tió sortear de una mejor manera la crisis de p o s t re en el centro del supuesto nove d o s o los ochenta, en comparación con otros países p royecto de unidad nacional del presidente de de América Latina. los colombianos. En lo que respecta a las posibilidades de Por otro lado, la hipótesis sobre el “neopo- una forma de neopopulismo económico en el pulismo económico” en la era neoliberal, sus- contexto del nuevo orden mundial y del mo- tentado principalmente en un debilitamiento delo neoliberal de desarrollo, es import a n t e y fragmentación de las formas institucionales señalar nuevamente que, a diferencia de los de re p resentación que caracterizaron al gigantes latinoamericanos, en Colombia no se Estado desarrollista, se cuestiona desde la han implementado grandes políticas efectiva s conceptualización misma que se hace del po- tendientes a disminuir (por lo menos parc i a l- pulismo económico. En efecto, para Carlos mente) los costos sociales de los planes de es- Vilas existe una especie de reduccionismo fis- tabilización macroeconómica. Si bien puede calista a la hora de dar cuenta del populismo destacarse el caso de la creación de algunos económico en la medida en que se le define p rogramas como la Red de Solidaridad So c i a l como un régimen económico que, al enfati- durante la administración de Ernesto Sa m p e r zar el crecimiento y la distribución del ingre- (1994-1998) y proyectos a nivel local dentro so, descuida los peligros de inflación y déficit del esquema general del Plan Colombia1 4 e n fiscal, las restricciones externas y las reaccio- los gobiernos de Pastrana y Uribe, las políticas nes de algunos actores del mercado a la regu- m a c roeconómicas y sociales colombianas se lación estatal; en otras palabras, el populismo han caracterizado por ser mucho más riguro- sería una mala política macro e c o n ó m i c a sas en términos de disciplina fiscal, re f o r m a (Vilas 2004:20). Teniendo en cuenta los an- del Estado y re c o r te del gasto público, con lo tecedentes presentados con respecto al mane- cual se puede adve rtir un grado de continui- jo de las políticas macroeconómicas en el caso dad en la tendencia histórica de la gestión colombiano, nuevamente pierde fuerza la hi- económica del país, aunque convivan sin nin- pótesis neopopulista.

14 El Plan Colombia se diseñó como un plan de inver- Consideraciones finales siones para la paz, constituido con aportes tanto del Estado colombiano como de la comunidad interna- cional (especialmente Estados Unidos), destinado, El populismo ha sido una de las categorías inicialmente, a obras de infraestructura que luego más utilizadas en el ámbito de las ciencias so- desembdesembocarían, por otro lado, en acciones como las fumigaciones de cultivos ilícitos en amplias ciales en la descripción de los procesos socio- zonas del país. políticos en América Latina, pese a la existen-

160 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Neopopulismo en Colombia: el caso del gobierno de Álvaro Uribe Vélez cia de un muy reducido (y siempre cuestiona- cesario realizar un análisis riguroso de las par- ble) consenso alrededor de los criterios y fe- ticularidades propias de cada país y de las nómenos particulares a los que hace alusión. continuidades y discontinuidades en sus pro- Sin importar su naturaleza ideológica (iz- cesos políticos, sociales y económicos. Esta quierda o derecha) y las formas del ejercicio exigencia es aún más apremiante en el caso del poder a las que hace alusión (autoritaria o colombiano, en la medida en que, a diferen- democrática), el populismo se constituye cia de otros países de la región, no se ha con- como el referente explicativo por excelencia tado con una experiencia populista ni con un de fenómenos como la transición hacia la efectivo proyecto de unidad nacional a partir modernidad, la movilización de masas y la del cual pudiera establecerse una idea de na- personalización del liderazgo político propios ción a largo plazo. La política de seguridad de las primeras décadas del siglo veinte lati- nacional del presidente Álvaro Uribe no ha noamericano. Varias décadas después, en el logrado constituirse como un proyecto de contexto de una nueva “crisis”, del retorno de unidad nacional, ni mucho menos cimentado la democracia y del modelo neoliberal de de- en una sólida base popular, rasgo fundamen- sarrollo, el populismo aparece nuevamente tal del populismo latinoamericano. Por el como el único concepto capaz de dar cuenta contrario, bajo la lógica de la disyuntiva de la situación de inestabilidad política e in- amigo-enemigo, utilizada de manera indiscri- certidumbre que ha caracterizado la trayecto- minada contra amplios sectores de la pobla- ria de la región en los últimos años. ción, se ha polarizado a la población colom- Aquí la tarea es más bien examinar hasta biana, la cual no parece tener otra alternativa qué punto el uso de la categoría populismo (y que la de seguir siendo testigo del desmonte neopopulismo) encubre o matiza una serie de de las libertades políticas y de las muy dete- fenómenos políticos que sí deben examinarse rioradas instituciones democráticas, a la par con preocupación como lo es el autoritaris- que el conflicto armado continúa sin posibi- mo, la corrupción y el retroceso de libertades lidades de una pronta resolución. Por ello, políticas e importantes conquistas generadas analizar a la actual administración bajo el ca- en décadas de lucha social. En este caso, ape- lificativo “neopopulista” no solamente es in- lando a la sabiduría popular según la cual se suficiente e impreciso en términos históricos, debe “llamar al pan, pan y al vino, vino”, se sino que también puede llegar a ser irrespon- advierte un cierto abuso del término “neopo- sable en la medida en que no se pueda mos- pulismo” para dar cuenta de acontecimientos trar -en la dimensión que corresponde- los políticos como los que han marcado la histo- riesgos que a largo plazo pueden tener inicia- ria de la región andina en general y de tivas como la de la seguridad democrática Colombia en particular en los últimos años. para el muy incierto futuro de una sociedad En otras palabras, al juzgar a un gobierno o a como la colombiana. una tendencia política como “neopopulista” se puede correr el riesgo de desconocer las re- alidades que se ocultan bajo una figura caris- Bibliografía mática o un heterodoxo programa de redistri- bución económica o, como afirma Vilas, Arango, Rodolfo, 2005, “La reelección, al banqui- llo”, en El Espectador, Bogotá, octubre 16, p.4A. puede caerse en un simplismo conceptual en Ayala Diago, César Augusto, 2004, “Entre el positi- el que se confunde el todo con las partes. vismo y el populismo: la experiencia brasileña”, Teniendo en cuenta la anterior considera- en Consuelo Ahumada y Telma Angarita, edito- ción, antes de hablar de neopopulismo es ne- ras, La región andina: entre los nuevos populismos y la movilización social, Pontificia Universidad

161 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 Carolina Galindo Hernández

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162 ÍCONOS 27, 2007, pp. 147-162 John Victor Murra 1916- 2006

as consecuencias a largo plazo de la experiencia colonial en las Américas fueron no sólo des- L tructivas sino, en términos de N. Wachtel, “de- s e s t ru c t u r a n t e s”. La total aniquilación física, para 1560, de los indígenas de la costa andina, la cual esta- ba densamente poblada y era altamente civilizada, constituye apenas una de las dimensiones de esta ex- periencia. En el altiplano, donde un porcentaje sobre- vivió protegido por la altura, se observa de todas for- mas la temprana desaparición de la macroorganiza- ción: la construcción y mantenimiento de la red de ca- minos de aproximadamente 25.000 kilómetros, la capacidad administrativa reflejada físicamente en los miles de gigantescos depósitos y almacenes puestos al servicio de la burocracia y los ejércitos, los dispo- sitivos ideológicos y administrativos que permitían que un Estado de tal multietnicidad perdurara, todo esto se ha ido y no podrá ser rescatado para la historia universal sin una importante, consciente y real inversión por parte de las repúblicas andinas. Dentro de este contexto, impresiona observar cuántos ele- mentos de continuidad funcionan aún a escala local: estudios recientes han documentado la vitalidad de la herencia andina en la producción agropecuaria, en la religión y la cosmología, en la percepción del paisaje natural y artificial, en la iconografía del principal arte andino: el tejido. El estudio de la herencia europea no me es indiferente, pero me inclinó más hacia la utilización del legado andino, aunque soy muy consciente de que son frecuentemente inseparables.

i no contamos como “viaje” mi emigración a los Estados Unidos ni mi ser- vicio militar en España, el viaje decisivo fue la ida al Ecuador en 1941 S como asistente de Donald Collier del Field Museum. El propósito del viaje era un estudio arqueológico; Collier ya había realizado investigaciones en los Andes y su objetivo era explorar los límites septentrionales del Horizonte Chavín Temprano (algunos siglos antes de Cristo). Mientras buscábamos supuestas in- fluencias mayas en los Andes del norte, aprendí a montar a caballo y a dudar de mi vocación como arqueólogo. También descubrí que mis conocimientos sobre la estructura social balcánica eran útiles en Hispanoamérica. La consecuencia más importante de mi tra- bajo de campo en el Ecuador fue mi descubrimiento de la civilización andina como logro humano fun- damental, y de mi interés por estudiarla y, además, en ser su partidario.

Fragmentos de la entrevista concedida a la Hispanic American Historical Review, que Murra respondió por escrito, 1984. Traducción: Martha León Urdaneta.

Fotografías proporcionadas por Andrés Guerrero

163 ÍCONOS 27, 2007, pp. 163 John Victor Murra Antropólogo e historiador de los Andes

Olivia Harris

l antropólogo e historiador John Victor Murra, nacido el 24 de agosto de 1916 y fallecido el 16 de octubre del 2006 a la edad de 90 años, revolucionó el estu- E dio y comprensión de las culturas andinas y en particular de la sociedad y el es- tado Inca. Mientras los eruditos que le precedieron se habían dejado fascinar por los ras- gos únicos y exóticos del Incario (maravillándose por su estado centralizado y por el enorme poder e influencia de un dominio que se extendió por miles de kilómetros a lo largo de la cadena andina, capaz de desarrollarse sin dinero ni mercados, ni tecnologías como de la rueda y, al parecer, sin cualquier forma de escritura), el genio de Murra ra- dicó en analizar sobre todo el Incario como un sistema extraordinariamente eficaz de administración social. Nacido como Isak Lipschitz, un año antes de la revolución rusa de 1917, en Odesa, el cosmopolita puerto del Mar Negro, su recuerdo más temprano fue atravesar corrien- do el puente que atraviesa el Dnieper en Rumania, con su madre cargando sobre su es- palda las reliquias de la familia. Todo esto en medio del tiroteo que se abría detrás de ellos mientras la joven Unión Soviética se sumergía en la guerra civil. John Murra creció en Bucarest, identificándose, de manera entusiasta, con la diná- mica de un país en proceso de inventarse a sí mismo como nación, a la sombra de las ruinas del Imperio Otomano, el dominio de los Habsburgo y el Imperio ruso. Cuando la ultranacionalista y antisemítica Guardia de Hierro ganó prominencia en el país, en su temprana adolescencia, él se unió al movimiento juvenil socialdemocráta asociado al Partido Comunista. Hacia 1934, sus padres, desesperados por evitar que cayera en la cárcel, arreglaron para que fuera a Chicago, en Estados Unidos, en donde vivía uno de sus tíos como músico, intérprete de contrabajo. Murra estudió en la Universidad de Chicago durante la etapa de Radcliffe Brown, líder de la prestigiosa tradición intelectual de la antropología social británica. Si bien aprendió mucho, al mismo tiempo mantuvo una actitud rebelde. Se cuenta, como anéc- dota, que permanecía de pie al otro extremo de donde Radcliffe Brown dictaba sus con- ferencias gritando: “¿Y qué pasa con la lucha de clases?”. Se casó brevemente con Virginia Miller, una colega militante. Se enlistó como vo- luntario en la guerra civil española y desde 1936 hasta 1939 estuvo en el 58vo batallón de la 15a Brigada (Internacional) del ejército Republicano, defendiendo la república es- pañola contra la insurrección derechista de Franco. Debido a su uso fluido del ruso, el rumano, el francés, el alemán, el inglés y el español, fue trasladado desde el frente al alto

164 ÍCONOS 27, 2007, pp. 164-166 John Victor Murra. Antropólogo e historiador de los Andes mando republicano en calidad de traductor. Esto le proporcionó una inconmensurable experiencia sobre el funcionamiento del poder, y sobre los desvíos y manipulaciones de los comisarios. Fue herido en acción durante la guerra; al final de esta, se escapó por los Pirineos hasta terminar varado con otros miles de excombatientes en un campo de in- ternamiento en la playa de Argeles. Trabajando otra vez como traductor, le impresionó la actitud del Partido Comunista que, con total cinismo, mandaba a sus excombatien- tes a volver a sus países de origen, donde les esperaba una muerte segura a manos de los gobiernos fascistas instaurados en ellos. Su ex-esposa le consiguió la visa para que volviera a Estados Unidos, haciendo uso de su visa, salvando, sin duda, su vida. Pero su compromiso con el comunismo había terminado. El golpe final fue el pacto de no agresión entre Hitler y Stalin en agosto de 1939, momento en el que abandonó definitivamente el partido. Como un signo de su ruptura con su pasado él se reinventó como John Victor Murra. “Murra” (que significa zarzamora) era su apodo rumano debido a sus penetrantes ojos negros; “Victor” seña- laba su política radical; y “John” lo escogió por su carácter anónimo, práctico, america- no. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó con la antropóloga Ruth Benedict, y visitó Ecuador en donde realizó su primer trabajo sobre los Andes. Con la llegada de la Guerra Fría sufrió, al igual que muchos otros, las consecuencias de la cacería de brujas antizquierdista y las restricciones contra cualquiera sospechoso de tener simpatías por el comunismo. Le fue negada, en una primera fase, la ciudada- nía estadounidense, y después de que se la concedieron, no le otorgarían un pasaporte hasta 1956. Esto influyó en que su trabajo de PhD sobre la organización económica del Estado Inca se basara en fuentes documentales históricas. La fascinación de Murra con el funcionamiento de la civilización andina, y la origi- nalidad de su análisis, no fue ajena a su identidad como rumano, y de todo lo que él había aprendido como joven militante. Uno de los factores que lo llevaron a estudiar el estado Inca fue indudablemente el que se lo haya comparado con la nueva Unión Soviética, hasta el punto que el historiador francés de derecha Louis Baudin llegó a ca- lificarlo como el “primer estado socialista” del mundo. Sus lecturas de las fuentes coloniales españolas del siglo XVI fueron llevadas no por los autores consagrados (divine rulers), ni por la cosmología exótica, sino por preguntas más pragmáticas de cómo este régimen único fue organizado y administrado. Él creyó apasionadamente que este era un recurso precioso para la humanidad, porque esta fue una civilización grande y distintiva que se desarrolló independientemente de la in- fluencia europea o asiática. No era ningún romántico, menos un iluso con respecto al poder. Celebró la eficiente carrera de un sistema de gobierno extraordinariamente cen- tralizado en el -al parecer- poco prometedor ambiente de los Andes centrales, y procu- ró entender los medios materiales y simbólicos que hicieron que la población campesi- na del Incario viera al estado como una fuente de justicia, y se animaran a trabajar para sus gobernantes. Al mismo tiempo, como rumano, se sintonizó más con las zonas mar- ginales que con el Cuzco, la capital real del Incario. Las figuras por las que él funda- mentalmente se interesó fueron los burócratas provinciales responsables de los censos y

165 ÍCONOS 27, 2007, pp. 164-166 Olivia Harris de la distribución de las asignaciones de trabajo; igualmente le preocuparon los grupos étnicos capaces de crear condiciones de reproducción social y de evitar las condiciones de hambruna gracias al desarrollo de prácticas sofisticadas de manejo de recursos ubi- cados a larga distancia y en distintos pisos ecológicos. Murra desmereció la expresión “conquista española”. Para él, lo que realmente había pasado era una invasión: la “conquista” implicaba una legitimación del nuevo orden. Para Murra, esta invasión fue una catástrofe: la pérdida de un conocimiento y un en- tendimiento único, debido, en parte, a la destrucción voluntaria y en parte a la igno- rancia y mala interpretación. Al mismo tiempo, él apreció a aquellos funcionarios es- pañoles y soldados que comenzaron a conseguir una comprensión de la civilización que destruían, de modo que su investigación posterior se enfocó al desvelamiento de tales figuras. Los análisis de Murra sobre los Andes se fundaron en un materialismo robusto, as- pecto que fue apreciado por la antropología marxista de los años 1970. Al mismo tiem- po, las nuevas generaciones de intelectuales indígenas en Sudamérica fueron inspiradas por su trabajo, y lo utilizaron en sus tentativas de reavivar sus propias tradiciones so- ciales. John Murra obtuvo varios puestos académicos en Estados Unidos, siendo los más importantes en Puerto Rico, en el Vassar College y en la Universidad de Cornell en el estado de Nueva York. Un viajero infatigable, pasó mucho tiempo en América Latina. En el año 1964 fue cofundador del prestigioso Instituto de Estudios Peruanos, y en 1966 el gran escritor peruano José María Arguedas dedicó a Murra uno de sus poemas más famosos: “Llamado a algunos Doctores”. Murra a menudo decía que la antropolo- gía era su verdadera casa. Murra fue un hombre de intensas paradojas: patriarcal y autoritario, era al mismo tiempo profundamente partidario de las mujeres en sus luchas por crear un espacio per- sonal y ganar el reconocimiento profesional. Una de sus estudiantes, la feminista cali- forniana Laura X, había adoptado su apellido como propio. Aborreció los regímenes soviéticos, y admiró y apreció el localismo de la política estadounidense, pero creyó en un estado fuerte, y mostró poca simpatía por los movimientos libertarios estudiantiles de finales de los años 1960. Las figuras que más admiró eran a menudo poderosos es- trategas: hombres como su camarada rumano Petru Navodaru o Angel Palerm, el co- mandante catalán republicano convertido en antropólogo mexicano. Murra era un con- vencido entusiasta de la psicoterapia, y antes de su muerte donó muchos cuadernos donde había registrado sus propios sueños a los Archivos Nacionales Antropológicos Norteamericanos. Su segundo matrimonio con Elizabeth Sawyer acabó en divorcio. No tuvo hijos, pero fue un profesor motivador y figura paterna para una gama muy amplia de gente a través del mundo, con mucha de esa gente mantuvo una correspondencia infatigable. Su hermana Ata lo sobrevive en Rumania.

Sábado 4 de noviembre de 2006

166 ÍCONOS 26, 2006, pp. 164-66 Reseñas

Organización Mundial de la Salud (OMS) y bajo auspicios de la nueva directora Gro Harlem Brundtland y el economista Jeffrey Sachs (p. 94-100). Los términos y definiciones, sin embargo, no son gratuitos. Para aclarar esta ambigüe- dad examinemos por un momento la historia de la salud internacional como Cu e t o , Zamora y los otros ensayistas recopilados en la obra (Theodor M. Brown, Elisabeth Fee y Jennifer P. Ruger) la presentan. La preocupa- ción por la intervención internacional en salud ha estado ligada al imperativo europeo de seguridad en los puertos y el comercio, desde las primeras cuarentenas en puertos ita- lianos del siglo XVI que luego desembocaron en varios acuerdos y convenciones sobre sani- dad marítima en el siglo XIX. Cueto asocia el n u e vo concepto de “salud internacional” , Marcos Cueto y Víctor Zamora, editores, cristalizado con la creación de la OMS en Historia, salud y globalización 1948, con la nueva hegemonía política de los Universidad Peruana Cayetano Heredia, Estados Unidos que, según el autor, nunca se Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 2006. identificó plenamente con la connotación imperialista de las mismas intervenciones de Marcos Cueto, un autor con gran recorrido la medicina tropical en Europa (p. 15-17, 74- en la historia de la salud, nos presenta un 79). Pero parece olvidarse que intervenciones libro sobre salud y globalización, coeditado estadounidenses en epidemias como las de la con Víctor Zamora Mesía, un colega de la fiebre amarilla en Guayaquil y el norte de Facultad de Salud Pública y Administración Perú a comienzos del siglo XX, se acompaña- de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. ron por los mismos intereses económicos que El tema aparece controversial. Los autores de los representados por los europeos como se los estudios resaltan las dudas sobre la legiti- registra en otra publicación coordinada por él midad que el nuevo término de “salud glo- mismo1. bal”, acuñado por la comunidad internacio- Precisamente estas intervenciones tecnoló- nal (global health), frente a otros como salud gicas, mezcladas con preocupaciones políticas “internacional” o “intergubernamental” (p. en torno al miedo a la influencia socialista y 70) que lo antecedieron. No se puede justifi- comunista, se criticaron en la época del caris- car el cambio de terminología ni por sus usos mático director danés de la OMS, Halfden en revistas académicas y universidades como Mahler (de 1973 a 1988) y su soporte acadé- Yale y Harvard o la escuela de Higiene y mico Kenneth W. Newell. En esos años se Medicina Tropical en Londres (p. 19, 69). Tampoco por el temor de los Estados Unidos 1 Cueto, Marcos, 1992, “Sanitation from above: yellow ante las infecciones emergentes (p. 63-65), ni fever and foreign intervention in Peru, 1919-1922”, por su adecuación a una campaña en pos de en Hispanic American Historical Review, Vol. 72, recuperar el liderazgo en salud a través de la University of Maryland, p. 1-22.

169 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas vivía un ambiente internacional de esperanza ban en países de desarrollo. Los ideales de alrededor las nuevas naciones africanas desco- Mahler y los planteados en Alma-Ata fueron lonizadas y de desarrollo de movimientos na- bloqueados por actitudes conservadoras de cionalistas y antiimperialistas, y de críticas al profesionales de países del hemisferio sur modelo de desarrollo lineal y “por goteo” im- como Perú, donde en 1985 el 70% de los puesto por las naciones occidentales (p. 28- profesionales se concentraban únicamente en 41, 79-86). la ciudad de Lima (p. 41-54, 86-93). Desde que reconocieron que la causa prin- La victoria de políticas de intervenciones cipal de enfermedad y muerte en los países en pragmáticas como el APSS se asentó en los desarrollo consistía en enfermedades básicas nuevos tiempos de difusión del neoliberalis- como respiratorias e intestinales, por lo gene- mo (1981) y en intervenciones de institucio- ral adquiridas por desnutrición, Mahler y sus nes financieras internacionales, como el colaboradores impulsaron y defendieron el Fondo Monetario Internacional y el Banco nuevo concepto de Asistencia Primaria en Mundial, que exigieron “ajustes estructurales” Salud (Primary Health Care). El proyecto que de los países en desarrollo. La OMS no tenía se estableció con los programas APS como capacidad o voluntad de responder a la nueva centro de las políticas de salud pública de la economía política internacional hasta que OMS se legitimó en la conferencia interna- Mahler fue desplazado por directores que si se cional sobre Atención Primaria (Alma-Ata del a p e g a ron al compromiso de la Asamblea 6 al 12 de septiembre de 1978), de donde se General, dominada por países pobres y fon- destacan tres ideas claves en la declaración dos extraordinarios, de imponer las volunta- final: utilización de tecnología apropiada, crí- des de las naciones donantes más ricas y de las tica al elitismo de los profesionales médicos y agencias multilaterales. La OMS perdió terre- el propósito de utilizar los conocimientos y no en la salud pública internacional y el lide- cooperar con los representantes de la medici- razgo pasó al Banco Mundial (p. 93-100). na tradicional. Este organismo que nació en la influyente El proyecto APS, sin embargo, fue cues- conferencia de Bretton Woods (1944) se veía tionado desde su inicio como demasiado ide- afectado por los mismos vaivenes que trans- alista. Dos cuestiones eran las principales: mutaron la historia de la OMS. En inicio sólo ¿cómo financiarlo? y ¿cómo llevarlo a la prác- pretendió invertir en capital físico e infraes- tica? Ya en 1979, representantes de las funda- tructura, en correspondencia con su imagen ciones Rockefeller y Fo r d, del Ba n c o de banco y con el ideal de desarrollo impues- Mundial, USAID y el Desarrollo Canadiense, to por las naciones desarrolladas, pero con la l a n z a ron una contra iniciativa: At e n c i ó n llegada de Robert Mc Namara, otro líder ca- Primaria de Selectiva Salud (APSS). Este pro- rismático que administrara el Banco entre grama se concentraba en cuatro actividades: 1968 y 1981, atravesó un importante cambio monitoreo al crecimiento, rehidratación oral, en cuanto a la percepción del desarrollo. En leche materna y vacunación infantil. El lide- 1970 el Banco apenas registraba un proyecto razgo de la OMS lo consideraba como un de Salud, Nutrición y Población (SNP), pero parche frente a la idea original de asistencia hacia 1997, Mc Namara había alcanzado 154 primaria, pero la iniciativa APPS, una inter- proyectos con un valor total de 13.5 mil mi- vención tecnológica disfrazada como asisten- llones de dólares. Los programas SNP cubrí- cia primaria, era delimitada, práctica y finan- an el 1 % en 1987, pero se incrementaron al ciable, por lo que recibió el apoyo de UNI- 7% en 1991 y en 1996 cubrieron el 11% del CEF y de las agencias de ayuda que trabaja- nuevo préstamo anual de 21 mil millones de

170 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas dólares, en donde se incluyó también el 8% ONG en la salud, la expansión de la medici- para educación y el 5% para protección social na alternativa y los cambios que se producen (ver el artículo de Ruger en las páginas 103- en la medicina tradicional, empírica, cuando 133 del libro). la población sale del campo para establecerse La fortaleza del libro editado por Cueto y en las ciudades. Zamora consiste en su solidez y honestidad al Marcos Cueto despliega cierta confianza tratar este tipo de instituciones que protago- en torno a las mejoras en la salud internacio- nizan las políticas de salud internacional (la nal cuando defiende que puede haber un OMS y el Banco Mundial). Pero los autores mejor equilibrio entre el enfoque tecnológico se muestran vacilantes al sacar conclusiones y la asistencia primaria (p. 57). Su perspecti- políticas con respecto a los cambios en el ám- va de análisis es respetable ya que no nos está bito internacional de salud. Jennifer Ruger, permitido perder las esperanzas, no interesa si autora de uno de los estudios compilados en uno es médico, historiador o representante de le libro, crítica al Banco Mundial el haber dis- las ciencias sociales. Pero mi lectura de esta minuido la capacidad del estado de los países historia de la salud internacional es algo más pobres de intervenir en políticas de salud, y el pesimista. Señalaría, entre otras cosas, la pér- haber ocasionado un des-balance entre salud dida de las utopías que los organismos inter- privada y pública. Pero no profundiza el nacionales albergaban de poder solucionar los tema. Es como si el contexto neoliberal no problemas en salud de los países menos desa- hubiese terminado con los ideales de desarro- rrollados. Y tal vez es eso lo que se esconde llo social como lo logró antes con los ideales bajo la nueva terminología de “Sa l u d de Halfden Mahler y Alma-Ata (p. 128-133). Global”: el ocaso de grandes ideales como la El artículo de Zamora aspira indagar los im- extinción tecnológica de las epidemias infec- pactos de la nueva situación internacional de ciosas antes del año 2000 (p. 19-20, 59-67) y salud en el Perú, pero sólo advierte que la elite la viabilidad de una asistencia en salud pri- médica peruana no está preparada, sin que lo- maria bajo auspicios de los organismos inter- gremos saber en qué deberían prepararse. nacionales, que ya no pueden ser remediados Quedan, además, pendientes aspectos con- por nuevos anfitriones a pesar de que estos cernientes al impacto local de la salud global, sean tan abultados como Bill y Melinda en donde pudiera haberse corroborado el Gates. Con tales fracasos en lo global tendrí- grado de concentración de profesionales en amos que poner mayor atención en lo local. salud en ciudades como Lima, la supuesta de- Valdría la pena indagar acerca de lo que se bilidad del estado, la existencia de una asis- pueda emprender en materia de salud desde tencia primaria y la defensa de los genéricos. estados debilitados como los de los países ter- De igual forma, se pudiese haber investigado cermundistas. la pérdida de personal médico calificado por la migración (p. 181-204), la incursión de las Jos Demon

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partida la reflexión sobre las maneras cómo el Estado afronta el desafío del carácter pluri- cultural, multiétnico e intercultural del Ecuador, reconocido en la Constitución vi- gente por acción del incuestionable protago- nismo del movimiento indígena en el escena- rio político nacional desde hace más de una década. El autor estructura su estudio en tres partes que giran reiterativamente en torno a ese eje central, a partir del examen del marco jurídico-institucional que cobija las políticas culturales, de los discursos oficiales que otor- gan una significación específica a la proble- mática y a su tratamiento, y de la dinámica de aquellos ámbitos institucionales que por ac- ción del Estado han sido definidos como el campo de lo “cultural”. Con apoyo en la teoría crítica de la cultu- ra, el primer capítulo introduce la premisa de Eduardo Puente Hernández considerar la problemática cultural como El estado y la interculturalidad parte constitutiva de un entramado de rela- en el Ecuador ciones de poder dominadas por una cultura UASB, Abya-Yala, CEN, Quito, 2005. hegemónica legitimada por el Estado, que tiende a invisibilizar y marginar las propues- La reflexión sobre políticas culturales en el tas provenientes de los sectores subalternos. Ecuador está recién empezando y todavía son Mediante un análisis contrastado con algunos pocos los trabajos que se preocupan por las principios de la Constitución, el autor en- prácticas y por los actores reales. No hay que cuentra que la legislación ecuatoriana contra- olvidar que la mayoría de las instituciones dice aquellos principios, dando lugar a una culturales del país se forjaron en la primera conflictiva y asimétrica relación de fuerzas, mitad del siglo pasado y, sin cambios sustan- que se aprecia en leyes como la de Propiedad ciales, todavía son las que imprimen con su Intelectual y en el debate sobre los procedi- sello tradicional la impronta cultural del mientos de la justicia indígena. Ecuador. El desfase entre las dinámicas cultu- En caso de un eventual reconocimiento de rales nuevas y la inercia de una estructura ins- la diversidad cultural, éste se haría a costa de titucional anclada en el poder, incapaz de al- una manipulación de las declaraciones plura- bergar procesos alternativos, es el escenario de listas de la carta constitucional con fines ex- investigación que adopta la obra que vamos a cluyentes. Tal sería el caso, por ejemplo, de la reseñar brevemente, al tiempo que invitamos Ley reformatoria de 1992 para la creación de a los lectores a explorar este estudio pionero, Educación Intercultural Bilingüe, que bajo el escrito por un intelectual comprometido pro- pretexto de reconocer el derecho indígena, de fundamente con sus ideas, que cuenta una manejar con cierta autonomía un espacio larga experiencia pública al servicio de las educativo, termina relevando al sistema edu- causas culturales. cativo “ecuatoriano” blanco-mestizo, vergon- Eduardo Puente adopta como punto de zosamente llamado “hispano”, de su respon-

172 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas sabilidad ya inaplazable de asumir la perspec- Ecuatoriana, en el contexto de una re i v i n d i c a- tiva intercultural como un criterio extendido ción de la identidad ecuatoriana ligada a la im- a toda la nación y al conjunto de las relacio- potencia militar y política frente al Perú. La nes sociales de convivencia. p royección actual de esta perspectiva “d e s a r ro- Eduardo Puente demuestra que la legisla- l l i s t a” contaría con un actor fundamental, la ción, no sólo sobre educación, sino acerca de Unesco, empeñada en animar un proceso de la cultura en general, aparece comprometida u n i versalización occidentalizante de la cultura. con esta vocación “nacional”, que encuentra Finalmente, en un tercer capítulo se anali- sus bases en el imaginario de una comunidad za la disputa simbólica que en condiciones aparentemente integrada que acompaña la desiguales se libra entre la cultura dominante constitución del estado-nación. Al servicio de y la cultura subalterna. El autor reconoce que un proyecto monocultural, blanco mestizo, el la correlación de fuerzas ha cambiado con la estado ecuatoriano termina, en consecuencia, presencia de organizaciones y nuevas institu- fomentando políticas culturales elitistas que ciones al servicio de la población indígena y adoptan generalmente formas letradas, patri- afroecuatoriana, pero sin modificar sustan- monialistas, esteticistas, cuyo auspicio se ve cialmente las relaciones de poder que consti- favorecido por el carácter de la legislación que tuyen la base de la cultura hegemónica. ampara a las instancias responsables, entre La importante conclusión final que arroja otras, el Ministerio de Educación, la la investigación de Eduardo Puente es clave Subsecretaría de Cultura, el Consejo Nacio- para la definición futura de las políticas cul- nal de Cultura, el Fondo Nacional de turales de un país enfrentado al desafío de Cultura, el Instituto de Patrimonio Cultural. una Asamblea Constituyente: En un segundo capítulo el autor identifica la tendencia en la cual se inscribe este tipo de “no es un asunto que pueda construirse o política cultural. Luego de un recorrido por el dictarse desde el poder, desde arriba, de ma- debate académico especializado, concluye que nera vertical e inconsulta... debe surgir desde en el país han predominado las corrientes re - la participación política de los nuevos actores d u c c i o n i s t a s, que privilegian la cultura domi- en el proceso de construcción de nuevos sen- nante, en combinación con las de tipo c o n t e m - tidos... mientras tanto desde la academia se debería avanzar en la construcción crítica de p o ra n i z a d o r, que apuestan por estrechar re l a- una nuevo campo epistemológico que le de ciones con un proceso de globalización que fa- sustento al proceso de interculturalizar la so- vo rece la mercantilización de los bienes cultu- ciedad ecuatoriana” rales. Somete a crítica la idea hasta hoy pre va- leciente de “d e s a r rollo cultural”, acuñada con Rosemarie Terán Najas el nacimiento de la Casa de la Cu l t u r a

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denso, cargado de implicaciones y significa- dos. ¿Cómo dimensionar y entender los senti- dos de una época forjados en las caricaturas? Para explicar las diferentes formas de cons- truir significados a través de las artes visuales, Erwin Panofsky (1955)1 -de quien Bourdieu retoma el concepto de habitus- usa el ejemplo de La última cena. En un sentido “pre-icono- gráfico”, este cuadro no es sino la representa- ción de algunos hombres mientras comen. En un segundo sentido, al que Panofsky llama “iconográfico”, el cuadro representa, efectiva- mente, a la última cena de Jesús con sus após- toles, y de ésta se pueden derivar las implica- ciones religiosas y socioculturales que se le asignen. Pero en un tercer nivel, “iconológi- co”, este cuadro de Da Vinci es una muestra del estado del arte y la civilización occidental Hernán Ibarra en el Alto Renacimiento italiano. En el Trazos del tiempo. La caricatura fondo, Panofsky se pregunta cómo y por qué política en el Ecuador a mediados hacemos hablar a una imagen. Y precisamen- del siglo XX te lo que este ejemplo demuestra es que se Museo de la Ciudad, Quito, 2006. pueden hacer distintas lecturas de las imáge- nes en función de los diversos niveles desde A través del análisis de las caricaturas, de los dónde se conciban, crean o decodifiquen (en caricaturistas, de las revistas y periódicos que una palabra, desde distintos habitus). las publican y de los actores que producen y Así, en efecto, el análisis de la caricatura editan esas revistas, Trazos del tiempo da cuen- política en el Ecuador en la década de 1950s, ta de la mentalidad que impera en una época, objeto de Trazos del tiempo de Hernán Ibarra la del Ecuador de los años 1950s. Lo hace al (con el apoyo de Manuel Espinosa Apolo y recoger, selectivamente, como no podía ser de Manuel Kingman), puede hacerse y leerse otra manera, representaciones sociales fragua- desde distintas posiciones y con distintas car- das en caricaturas en torno a las elites políti- gas de significación. Por el lado de la manu- cas y sus disputas (comunistas, liberales, con- factura del libro, del artesanal oficio de la in- servadores, velasquistas, guevaristas, placis- vestigación, Ibarra hace algunos recortes. En tas), a la iglesia y lo religioso, a la cultura po- primer lugar, como historiador de oficio, pular, al pueblo (Juan Pueblo), a la nación Ibarra desempolva, registra y analiza una (que siempre es una mujer, como la patria), a muestra de 500 caricaturas, de un total de lo indígena y rural, al regionalismo, al traba- más de 15.000 producidas en el periodo. jo, a las clases medias y los sindicatos y, parti- Como investigador de la política, nutrido de cularmente, a los eventos del 2 y 3 de junio la sociología y la antropología, ubica actores y de 1959 en Guayaquil que enfrentaron a tra- bajadores y estudiantes con la policía y el ejér- 1 Erwin Panfsky, 1993 (1955), El significado en las artes cito en un estado de emergencia: un evento visuales, Alianza, Madrid.

174 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas escenarios, tensiones, conflictos y resolucio- propios partícipes del juego político mediáti- nes. Su mirada, guiada a su vez por la de los co de ese entonces. Ronda, eso sí, la pregun- caricaturistas, nos acerca al Ecuador de los ta sobre qué es lo político y qué caricatura no años 1950. es política. La pregunta es pertinente porque, Esta decantación del libro se nutre, enton- podríamos decir, hasta un hecho “meramente ces, de debates sobre lo político, sobre la sufi- social” tiene su politicidad en el carácter pú- ciente densidad histórica para dar cuenta del blico de sus significados y/o es susceptible de periodo estudiado, y sobre las concepciones y ser politizado por distintos actores. Así lo re- el papel que tienen los medios impresos en la conoce Ibarra. De ahí que, además, las herra- vida pública y, específicamente, los caricatu- mientas teóricas también incluyan un -breve- ristas y sus obras. Sobre esto último, vale res- encuadre de lo cómico (Baudelaire, Bergson) catar que todo un capítulo está dedicado a re- y el chiste (Freud). Espacios en los que una coger los antecedentes históricos de la carica- codificación/decodificación se produce de tura política en Ecuador: desde las primeras una forma particular (que puede causar risa, caricaturas de inicios del siglo XIX, a plumi- ira, sátira, irritación, burla, indiferencia, etc.), lla y acuarela (la primera en Ecuador repre- pero siempre de manera pública, intersubjeti- sentaba a Bolívar y su edecán), hasta los años va y con cargas de politicidad, es decir, de po- 1950s en que, justamente, “la caricatura polí- sicionamiento frente a lo social-colectivo. El tica había alcanzado un sitio relevante en los tema, sin embargo, no queda saldado. La sa- medios impresos”. En todo ese recorrido, lida a esta encrucijada es de orden práctico. A Ibarra proporciona un abreboca a aquellos decir de Ibarra, el de los límites de lo político que quisieran seguirle la pista a los debates es- es un debate abierto sobre el que, en este caso, pecíficamente estéticos, de soporte, técnicas y no queda otra opción que manejarse operati- concepciones de la representación2. vamente e identificar eventos -perc i b i d o s Como segundo recorte, el encuadre teóri- como- “políticos” que hayan sido representa- co (la relación entre caricatura y política) se dos y significados en las caricaturas de la arma en torno a las nociones de opinión pú- época (“ciclos electorales, coyunturas y acto- blica y espacio político. Bien hace el autor al res políticos”). advertir que, en una sociedad con altos índi- Este segundo re c o rte sobre lo político, se ces de analfabetismo y poca circulación de amplía de inmediato a lo “n o - p o l í t i c o” en fun- periódicos y revistas, aún quedan por enten- ción de construir una “adecuada perspectiva der las implicaciones del consumo de imáge- h i s t ó r i c a” sobre los años 1950s (1948-1963). nes y caricaturas. Este, en general, es un tema Esto es, en realidad, el objetivo más buscado sobre el que aún se puede volver, ya que el en el libro, tal como deja entre ver el título libro privilegia el análisis de las caricaturas Tra zos del tiempo. El Ecuador de los años publicadas, pero no de cómo se consumían y 1950s está ubicado en el contexto mundial -y leían en estratos que no sean las elites y/o los específicamente latinoamericano- de la segun- da posguerra y en el inicio de la Guerra Fr í a 2 De hecho, Ibarra se inscribe y dialoga con dos traba- (en la caricaturas aparecen J. Kennedy y F. jos previos: el de Xavier Bonilla “Bonil” y el proyecto C a s t ro, por ejemplo); y está exc e p c i o n a l m e n- “ Umbrales del arte en el Ec u a d o r” del Mu s e o A n t r opológico y de Arte Contemporáneo de te marcado por una estabilidad política en la Guayaquil. Cfr. Xavier Bonilla, 1989, Momentos de que se eligen democráticamente a cuatro go- nuestra caricatura, Banco Central, Quito; y Lupe Ál- biernos: , Velasco Ibarra en su ter- varez, María Elena Bedoya y Ángel Emilio Hidalgo, 2004, Umbrales del arte en Ecuador. Una mirada a los cera llegada al poder, Camilo Ponce, y el cuar- procesos de nuestra modernidad estética, MAAC-BCE. to velasquismo, con lo que se cierra el ciclo.

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A lo largo del libro, las caricaturas analiza- Alan O’Connor das van dando forma a diferentes núcleos de The Voice of the Mountains. Radio sentido, fragmentos de culturas políticas po- and Anthropology, dríamos decir, a partir de los cuales tiene University Press of America, Oxford, 2006. lugar la vida política cotidiana del Ecuador de mediados de siglo. Como ejemplos al azar to- Apartándose de los estudios sobre comunica- memos el caso de las caricaturas sobre centra- ción masiva –y sus efectos “p e r ve r s o s” – , lismo y regionalismo: un conjunto de imáge- O’Connor busca, con una perspectiva analíti- nes que ponen en tensión el tema de la na- ca heredada de los estudios culturales, espe- ción, de las funciones del Estado, de la ciuda- cialmente del trabajo de Raymond Williams, danía y las identidades locales-regionales, y rescatar experiencias de comunicación popu- que perdura hasta ahora. Otro ejemplo: el de lar y comunitaria desde el punto de vista de las representaciones estereotipadas y racistas sus actores, prácticas y productos. Por otro, que los medios, los caricaturistas, construyen trata de elaborar y exponer un análisis etno- sobre los indígenas y el mundo rural a propó- gráfico en el que -en la experiencia comunita- sito de las discusiones sobre la reforma agra- ria- se construyen las bases de una relación ria. con otros actores de carácter local, regional, Quizás a lo que más se da atención es a las nacional y transnacional, que no necesaria- disputas políticas de turno: por ejemplo, mente sigue lógicas derivadas de los procesos e n t re Gu e varistas, partidarios de Carlos de globalización económica, sino que en sus Guevara Moreno, y Placistas, adeptos de intersticios busca modos de vincular las lu- Galo Plaza, “pueblo y oligarquía”, velasquis- chas políticas, económicas y sociales de los in- tas y liberales, “comunistas” y “pro-yankis”: dígenas y campesinos de la región. todo un mundo de posicionamientos políti- En lo que sigue, expondré las experiencias cos que no por coyunturales dejan de ser tu- de la comunicación popular presentadas, ha- pidos, densos, y sobre todo útiles para enten- ciendo énfasis en su propuesta etnográfica, y der la política de ese entonces (y de ahora). presentaré algunas ideas para vincular esta Hubiésemos querido ver más en detalle a perspectiva con un marco amplio de investi- las caricaturas, ocupando un poco más de es- gación de los medios de comunicación alter- pacio en el papel, pero eso no desmerece la nativa. novedosa y fresca aproximación a temas his- El libro pretende ser una etnografía multi- tóricos y políticos que hace el libro. Se trata, situada. Así, el autor se propone “seguir a la en el fondo, de una invitación a ser más hete- radio”, y entiende por ello no solo el visitar rodoxos en las fuentes y metodologías de aná- diferentes experiencias en la región (el libro lisis (no menos rigurosos), algo que poco a recoge trabajo de campo en Ecuador, Bolivia poco irá calando. El libro cierra con un muy y Chile), sino seguir sus diferentes manifesta- útil anexo sobre las revistas que publican ca- ciones y las vinculaciones entre ellas, sugerir ricatura política. Incluye, además, una breve algunas interpretaciones de sus producciones biografía de los caricaturistas. Es decir, mate- radiofónicas, y analizar modos de representa- riales para seguir trabajando. ciones que otros actores construyen sobre ellas. Edison Hurtado Arroba Para el autor, la antropología, con su tra- bajo de campo intensivo en las comunidades, no asumía de forma adecuada el amplio es- pectro de acción de la transmisión radiofóni-

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A lo largo del libro, las caricaturas analiza- Alan O’Connor das van dando forma a diferentes núcleos de The Voice of the Mountains. Radio sentido, fragmentos de culturas políticas po- and Anthropology, dríamos decir, a partir de los cuales tiene University Press of America, Oxford, 2006. lugar la vida política cotidiana del Ecuador de mediados de siglo. Como ejemplos al azar to- Apartándose de los estudios sobre comunica- memos el caso de las caricaturas sobre centra- ción masiva –y sus efectos “p e r ve r s o s” – , lismo y regionalismo: un conjunto de imáge- O’Connor busca, con una perspectiva analíti- nes que ponen en tensión el tema de la na- ca heredada de los estudios culturales, espe- ción, de las funciones del Estado, de la ciuda- cialmente del trabajo de Raymond Williams, danía y las identidades locales-regionales, y rescatar experiencias de comunicación popu- que perdura hasta ahora. Otro ejemplo: el de lar y comunitaria desde el punto de vista de las representaciones estereotipadas y racistas sus actores, prácticas y productos. Por otro, que los medios, los caricaturistas, construyen trata de elaborar y exponer un análisis etno- sobre los indígenas y el mundo rural a propó- gráfico en el que -en la experiencia comunita- sito de las discusiones sobre la reforma agra- ria- se construyen las bases de una relación ria. con otros actores de carácter local, regional, Quizás a lo que más se da atención es a las nacional y transnacional, que no necesaria- disputas políticas de turno: por ejemplo, mente sigue lógicas derivadas de los procesos e n t re Gu e varistas, partidarios de Carlos de globalización económica, sino que en sus Guevara Moreno, y Placistas, adeptos de intersticios busca modos de vincular las lu- Galo Plaza, “pueblo y oligarquía”, velasquis- chas políticas, económicas y sociales de los in- tas y liberales, “comunistas” y “pro-yankis”: dígenas y campesinos de la región. todo un mundo de posicionamientos políti- En lo que sigue, expondré las experiencias cos que no por coyunturales dejan de ser tu- de la comunicación popular presentadas, ha- pidos, densos, y sobre todo útiles para enten- ciendo énfasis en su propuesta etnográfica, y der la política de ese entonces (y de ahora). presentaré algunas ideas para vincular esta Hubiésemos querido ver más en detalle a perspectiva con un marco amplio de investi- las caricaturas, ocupando un poco más de es- gación de los medios de comunicación alter- pacio en el papel, pero eso no desmerece la nativa. novedosa y fresca aproximación a temas his- El libro pretende ser una etnografía multi- tóricos y políticos que hace el libro. Se trata, situada. Así, el autor se propone “seguir a la en el fondo, de una invitación a ser más hete- radio”, y entiende por ello no solo el visitar rodoxos en las fuentes y metodologías de aná- diferentes experiencias en la región (el libro lisis (no menos rigurosos), algo que poco a recoge trabajo de campo en Ecuador, Bolivia poco irá calando. El libro cierra con un muy y Chile), sino seguir sus diferentes manifesta- útil anexo sobre las revistas que publican ca- ciones y las vinculaciones entre ellas, sugerir ricatura política. Incluye, además, una breve algunas interpretaciones de sus producciones biografía de los caricaturistas. Es decir, mate- radiofónicas, y analizar modos de representa- riales para seguir trabajando. ciones que otros actores construyen sobre ellas. Edison Hurtado Arroba Para el autor, la antropología, con su tra- bajo de campo intensivo en las comunidades, no asumía de forma adecuada el amplio es- pectro de acción de la transmisión radiofóni-

176 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas ca. De forma tal que el texto de O. Lewis muestra cómo se oponen visiones que pro- acerca de una familia pobre en México, las m u e ven la expresión espontánea (la cultura novelas de Thomas Hardy (que recupera de la oral de los pueblos indígenas) y que pro p o n e propuesta de Raymond Williams), los traba- la pre s e r vación por esa vía de las tradiciones jos de Norman Whitten acerca del Ecuador, y de los pueblos (la posición de Radio la perspectiva filosófica y militante de P. Latacunga en Ecuador), por un lado, y una Freire, son algunas de las fuentes mas impor- que en cambio asume que la cultura “e s t á tantes en las O’Connor se basa para proponer s i e m p re en un proceso de cambio, y no hay su perspectiva. una cultura oral u original a ser simplemente La lógica de su investigación y su argu- p re s e r va d a” (la posición de CIESPAL) (p. 15). mentación es la idea de “comunidades cono- Por ello, la relación entre radio y etno-desa- cibles” (Knowable Communities) de Raymond r rollo se convierte en cuestión compleja que Williams. Descifra (y critica) con ella las rela- i n volucra contenidos, estéticas y formas de ciones que se establecen entre la experiencia ver el mundo y la cultura, donde la organiza- vivida de las comunidades y los sistemas polí- ción social puede ser un factor de desarro l l o , ticos y económicos del contexto. Por ello, las así como una imposición externa que termina experiencias que describe son fragmentos, por afectar negativamente a la cultura oral. partes de una pieza más amplia, no termina- La siguiente relación se da entre las repre- da e interminable, que vincula radios popula- sentaciones y las prácticas. Simíatug (boca de res y comunitarias con proyectos de desarro- lobo) es una experiencia en Ecuador que sirve llo, con el esquema dominante de comunica- de prolegómeno para una crítica a la relación ción (masivo), con movimientos sociales a lo entre las representaciones y la historia. Los largo de la región y con los sistemas políticos proyectos comunicativos, en esta perspectiva, y económicos. deben tener una visión de la historia del pro- La primera relación que analiza es radio y ceso, historia que se remonta mas allá del ini- d e s a r ro l l o. Un proyecto de desarrollo en cio de las transmisiones, y que recoge -en este Bolivia (la promoción del uso de soya en la caso- una lucha social, una experiencia de ra- preparación diaria de alimentos) en el que la cismo y exclusión, y la organización de una radio cumple un papel de difusión, sirve para comunidad alrededor de una problemática la ubicación de nuevos líderes o “brokers”, particular (el acceso vial y los altos costos del que ya no pertenecen a organizaciones políti- transporte). cas, sino que vienen de las bases (mujeres Los dos últimos capítulos se refieren a la campesinas, profesores rurales) y se convier- relación entre la comunidad y el contexto ten en líderes informales. En otro espectro de global. La apuesta más importante de esta esta relación, se encuentra radio Bahá’i en conclusión es que el contexto define los con- Otalvalo, Ecuador, en la que se enfrentan una tornos de la experiencia vivida de las comuni- visión de la comunicación comunitaria cen- dades, pero lo que en ellas ocurre también trada en el mantenimiento de ciertas prácti- afecta y transforma al contexto. Es así como, cas, lenguajes y valores “tradicionales”, con por un lado, en la experiencia de las radios una visión de conjunto de los indígenas ota- mineras de Bolivia, la relación con los esque- valeños como un grupo étnico flexible que se mas dominantes en comunicación (la pro- adapta a las dinámicas de la economía capita- ducción noticiosa de una cadena de gran im- lista dependiente del Ecuador. pacto nacional) se reelabora para configurar La segunda relación se establece entre la una visión alternativa de la realidad y de la cultura oral y la organización social. El autor comunicación, es decir, donde lo hegemóni-

177 ÍCONOS 27, 2007, pp. 169-178 Reseñas co se usa para subvertir y no para reproducir tribución de mensajes mediáticos, el contexto un orden social determinado. Por otro lado, geográfico, las estructuras sociales, un cierto la experiencia de Tercer Mundo, un informa- sentido de identidad -en el centro de la co- tivo producido desde Chile, que con un municación comunitaria- y finalmente carac- modo alternativo de distribución (envío a tra- terísticas como desprofesionalización, desca- vés de correo de casetes hacia diferentes pun- pitalización y desinstitucionalización), la pro- tos del continente) busca configurar una pro- puesta de O’Connor nos recuerda que es ducción radiofónica como “forma cultural”, y tanto una cuestión de distinción con los me- no únicamente como una cuestión de mensa- dios masivos y de modos de producción dife- jes transmitidos. Su producto es una forma de renciados, como de formas diversas de rela- construcción de lo global, pues informa acer- ción con los contextos globales que se impo- ca de la región, pero establece una posición nen en América Latina: desarrollo, democra- (ideológica y comunicativa), es decir, trans- cia participativa, control social, neoliberalis- forma el contexto a través de hacer construc- mo, reforma agraria, etc. ciones diversas a partir de la información. Hacer “conocible” a una comunidad, en- La comunidad conocible, entonces, refleja tonces, es una tarea de “seguimiento”. Habrá visiones acerca del contexto, y el contexto que que seguir a la radio, a los panfletos, a las co- fluye a través de la información que compar- munidades virtuales, en resumen, a sus for- ten distintas comunidades es un aporte a la mas culturales buscando sus relaciones con propuesta de nuevas formas de relación con el las estructuras más grandes de la sociedad, las mercado, con los flujos culturales y con los metáforas que crean para explicar el mundo, sistemas políticos. y las influencias que provocan. Así, si “otro Al ubicarnos en lugares de “resistencia”, de mundo es posible”, la investigación debe dar concepciones no capitalistas de la economía, cuenta de estos recorridos, encontrar esos no neoliberales de la política, no globalizadas sentidos que nos ponen en un plano de posi- de la cultura, la pregunta por las alternativas bilidades y alternativas y que llamamos es urgente. Y aunque la discusión alrededor Latinoamérica. de la alternatividad tiene sendos focos de atención (usos represivos y emancipatorios de los medios, exclusión de la producción, dis- Alexander Amézquita Ochoa

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