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Arquitectura y Urbanismo ISSN: 0258-591X [email protected] Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría

Suárez, Esther; Montiel, Pedro OJÍMAR, ¿PUEBLO DE PESCADORES? Arquitectura y Urbanismo, vol. XXVII, núm. 1, 2006, pp. 86-91 Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría Ciudad de La Habana, Cuba

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Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto NUEVO ESPACIO Arquitectura y Urbanismo, Vol. XXVII, No. 1/2006 PUERTO-BAHÍA/HISTORIA URBANA COJÍMAR, ¿PUEBLO DE PESCADORES? Esther Suárez y Pedro Montiel que permite temperaturas más frescas en verano y menos frías en invierno. Ostenta un gran banco de algas sobre la porción rocosa de la costa, lo cual permite en gran medida que el aire que penetra desde el mar, tenga un mayor contenido en oxígeno, con un alto grado de pureza, ya que en Cojímar no existen grandes industrias. En 1938 se demostró que junto a Sibarimar, lugar de –más hacia el este en el litoral norte–, era la región costera cuyas aguas eran las más ricas en minerales, de toda la Isla de Cuba. Por todas estas cualidades, se puede afirmar que Cojímar es un asentamiento urbano único en el mundo: a solo siete minutos del centro de la capital del País, posee cualidades climáticas y accidentes geográficos –entre ellos un valle, un abra, una sierra, un bosque y un cañón– que le otorgan valores paisajísticos envidiables, NACE Y CRECE COJÍMAR Por su ubicación geográfica en 1545 se inicia la edificación COJÍMAR, LUGAR SINGULAR de un torreón, por orden del gobernador de La Habana, tal y Cojímar, descubierta por azar, devenida en un lugar tan como habían sugerido dos ingenieros militares españoles; próspero como multitudinario, para luego, inesperadamente el marqués de Caldereita y el contralmirante Navarro, fabricar ser objeto del desconocimiento y del olvido, no obstante su un torreón en La Chorrera y otro en Cojímar. Este torreón, singular historia, de arte, de cultura, de grandes que persiste en la actualidad fue construido con materiales personalidades; escrita en su esencia por sus tradiciones cubanos, y su construcción culminó en 1642. populares. Por esta época, Cojímar se extendía desde el límite oeste El 2 de febrero de 1555 el famoso corsario francés Jackes de lo que es hoy la Unidad Camilo Cienfuegos (Habana del de Sores hace referencia por primera vez al poblado de Este), la Playa del Chivo, hasta la Playa de Bacuranao, Cojímar, al atravesar estas tierras, hacia , en llegaba hasta la bahía por el sudoeste y rodeaba busca del gobernador de La Habana, lo cual consta en acta Guanabacoa. Constaba con 137 habitantes y 24 casas que capitular, describiendo el poblado como una estancia de se habían ubicado evitando la cercanía al torreón, donde casas de guano y tablas, de cuyos pobladores escuchó su estaba prohibido construir por razones de seguridad. Los nombre. Con el tiempo se fue haciendo cada vez más primeros pobladores en las áreas aledañas a la fortificación, conocida por las personas pobres que vivían alrededor de tenían que ver directamente con la membresía militar de la , Guanabacoa y de la propia Habana. fortaleza; además de algún que otro pescador que llegó y Su nombre geográfico es Boca de Cojímar, y posee tres contraviniendo lo establecido se ubicó en las cercanías, costas, dos abrasivas y una acumulativa, constituida por como sucedía en cualquier boca o costa del País. Esta un banco de arena, que al ser descubierta por los pobladores situación se mantuvo hasta principios del siglo XIX. cercanos, fue utilizada para tomar baños de mar. Consta de Es a inicios del siglo XIX, cuando la afluencia de personas un río de curso recurrente el cual emergió trazando la sierra de Guanabacoa, Casa Blanca y Regla era cotidiana, de La Cabaña y Cojímar, que se extiende desde el Morro haciéndose luego casi masiva, cuando es autorizada por el hasta Bacuranao. Está conformada por tres terrazas, dos sumergidas y una emergida, además posee un microclima

ESTHER SUÁREZ LLANES Y PEDRO MONTIEL GARCÍA. Estudiantes de segundo año de la Facultad de Arquitectura de La Habana. ISPJAE, Cujae, Ciudad de La Habana, Cuba.

El presente trabajo fue realizado como evaluación final de la asignatura Historia de Cuba y en él los autores hacen referencia a algunos aspectos de la historia del pueblo de Cojímar, considerando el vínculo con la playa como una de sus tradiciones populares más importantes. El torreón de Cojímar. E. SUÁREZ, P. MONTIEL ayuntamiento de Guanabacoa la construcción de balnearios y comercios, con el objetivo de satisfacer las necesidades de aquellos que acudían a pasar el día en la playa. Desde esa época se hace referencia a casas situadas en el Cayo de Pescadores (una especie de delta de arena ubicado en el centro de la bahía, accidente que luego desapareció), llamado así por ser allí donde se reunía con frecuencia un grupo de personas con varas de pescar. Al concluir la tercera década del XIX el ayuntamiento de Guanabacoa levanta la prohibición de construir viviendas en la zona declarada militar, o sea, las cercanías del torreón. Dos opiniones bastante encontradas se relacionan con esta situación; de una parte, la muy extendida de que la existencia de pequeñas poblaciones sobre las costas sirven de abrigo al contrabando y la otra, por el contrario, consideraba que más facilidad ofrecían al contrabando los puertos desiertos, porque el contrabandista evita en cuanto es posible los testigos. Esta segunda opinión es la que al parecer predominó en las autoridades. De modo que fue creciendo la tradición de La Playa de Cojímar, siendo conocida así en mapas de la época y por las personas que la frecuentaban como bañistas. Esta playa constaba de un puente de baño de gran altura, con escaleras que descendían hasta el mar (el cual por desconocimiento han llegado a nombrar espigón de atraque), al igual Muelle en Cojímar. que en todos aquellos balnearios donde hay rocas y no arena, existe un puente desde donde lanzarse al mar y escaleras para subir. El baño se fue convirtiendo entonces en el atractivo principal de Cojímar y no por casualidad; la mayoría de los médicos que atendían algún caso de enfermedad en las vías respiratorias recomendaban vivir en Cojímar o visitarla en un lapso de tiempo determinado a manera de terapia, conocidas sus extraordinarias condiciones ambientales. AUGE Y DESARROLLO CONSTRUCTIVO DE COJÍMAR Al publicarse la autorización para la construcción de viviendas en La Playa de Cojímar, toda la región adyacente a la costa fue ocupada por casas, algunas de las cuales aún existen. Hacia 1864 se aprecia la instauración de hoteles, balnearios y otras edificaciones que van haciendo de Cojímar un poblado con características diferentes. En ese año se construye el primer hotel balneario, Nuestra Hotel Cojímar. Señora de la Asunción, propiedad de Pío García localizado en el hoy conocido como Claro de Luna. Este, el primer balneario público de Cuba, pues pese a existir la esclavitud en él se bañaban blancos y negros, tuvo cuatro nombres: Cojímar Beach Club, su segundo nombre, de 1916 a 1926, cuando queda desvastado por el famoso ciclón, por lo que cambia de propietario y en 1929, ya reconstruido, pasó a llamarse Baños de Doña Pilar hasta 1934. Y es en 1940 que Precedo, un arquitecto de Regla, transforma el balneario y le confiere su nombre actual. Luego, de 1867 a 1868 se erige el lujoso Hotel Cojímar, que debiera su posterior fama al hecho de ser la primera edificación de dos plantas construida allí, aunque cuenta con una página triste, pues fue utilizado por Valeriano Weyller como parte de su plan de reconcentración. Se cuenta que las personas llevadas allí eran sometidas a semanas de ayuno, las cuales para no morir ingerían una especie de caldo hecho con semillas de calabaza, tripas y macaos. Al término de la dominación colonial española, “la gente nueva de la República”, fijó en Cojímar, que aún seguía siendo La Playa de La Habana, su balneario El 10 de marzo de 1907 es inaugurado el Hotel Campoamor, cuyo gran prestigio, entre otras razones, se debía a que sus empleados hablaban cuatro idiomas, su administrador había ocupado tal faena en Hotel Campoamor en 1907 y en la actualidad. hoteles de Sri Lanka, Egipto, Londres y los Estados Unidos de América;

Vol.XXVII,No.1/2006 87 NUEVO ESPACIO/PUERTO-BAHÍA/HISTORIA URBANA sus dueños Francisco del Toro y su esposa Pilar Vaamonde y del Toro, eran también propietarios del Hotel Telégrafo de La Habana, donde se inició el turismo internacional en Cuba y estos dos hoteles también eran preferidos para los recién casados pasar su luna de miel. En su parte posterior poseía una pista de baile cuyo piso de granito pulido fue uno de los primeros de su tipo insertados en Cuba. En la década del veinte fue reorganizado el trazado de Cojímar y urbanizada con manzanas cuadradas de 100 m X 100 m. Un millonario norteamericano, dueño de la famosa fábrica de chocolates Hersey en Pensilvania y fundador del central y el pueblo del mismo nombre en la provincia habanera, fue uno de los hombres que soñó en convertir a Cojímar en el balneario más importante de Cuba, capaz incluso de competir con Varadero por su cercanía a La Habana. Para ello compró tres filas de manzanas y dos franjas de tierra, una de norte a sur y la otra de este a oeste; esta última, de diez metros de ancho, sería por donde pasaría luego el tren; un ramal del Tren de Hersey (Habana-Matanzas), instaurado por él, que viajaba desde Casablanca hasta Cojímar, dando dieciséis viajes diarios entre ida y vuelta y contaba con dos vagones que venían repletos de personas que iban a bañarse a la playa. Y en 1925, el 20 de mayo, como parte de los comercios que existían se inaugura la Terraza de Cojímar, que fue y sigue siendo famosa internacionalmente; sobre todo por sus paellas, reafirmándose su prestigio universal al referirse a ella Hemingway en dos de sus novelas. Cuando Machado toma el poder planea hacer una ciudad, en la que nombraban la “taza de oro de la costa Este”, que comprendía Cojímar, desde el Morro hasta la boca, a la cual llamaría Atlantic City, cuyo balneario estaría situado justamente allí. Paralelo a ello se comienza la construcción del Hotel La Loma situado en el reparto del mismo nombre, este sería el último de los hoteles construido antes de la etapa revolucionaria. Si desde la tercera a cuarta década del siglo XX, otras zonas de playa hacia el este de la ciudad fueron ganando en importancia, el poblado de Viviendas típicas de Cojímar. Cojímar nunca perdió la suya, basada en su singularidad: por el carácter jerárquico que poseía la playa, los grupos de mayores recursos poseían viviendas en la línea de costa, donde residían y gozaban de la maravillosa playa, sin embargo, la clase media tenía también acceso, existiendo casas con cuartos de alquiler donde se hospedaban. Lo cercano de este pueblo a Guanabacoa, Regla, Casablanca y a otras zonas de La Habana lo convertían en un lugar muy popular, animado además por puestos de ventas de fritura de bacalao, de tiburón, majúas fritas, bares, restaurantes y otros tipos de comercios destinados a apoyar la actividad fundamental: la playa. Con motivo de los XI Juegos Panamericanos, se inaugura en el año 1991 el Hotel Panamericano, junto a la villa del mismo nombre cuyo propósito era el alojamiento de las delegaciones de atletas y federaciones que tomarían parte en los juegos. Se le considera la extensión moderna de Cojímar. PERSONALIDADES EN COJÍMAR Vivienda de la segunda mitad del siglo XIX. Gabriel García Márquez luego de conocer Cojímar escribió que con solo tres palabras se podría caracterizar a Cojímar como: “ un lugar oculto, bonito, y tranquilo”. Oculto porque la sierra de la cabaña es dividida por el río que hacia el este conforma la Sierra de Cojímar separando este pueblo de la carretera principal y por ende del conocimiento de la mayoría de las personas que la usan para ir hacia otro lugar; bonito porque la belleza natural de su boca, de su río, del bosque, del abra, del cañón lo convierten en un paraje idílico, de diversa vegetación y una flora espectacular que se puede observar en los jardines de las casas y en muchas ocasiones en su ambiente natural; es tranquilo principalmente por su posición geográfica, además del relativamente poco poblamiento, así como por las características de su entorno. La llamada casa barco. 88 Arquitectura y Urbanismo E. SUÁREZ, P. MONTIEL Figuras de renombre en el ámbito internacional como Ernesto Lecuona, Moisés Simon, Federico Villauge –director del teatro Alambra–, visitaban Cojímar los domingos para disfrutar de sus maravillas, pasear en bote por el litoral costero e incluso dentro de la bahía, pescar dentro o fuera del río, degustar excelentes productos del mar, visitar y tomarse fotografías en el Castillo que para entonces se encontraba abandonado, entre otras actividades. Pero a lo largo de su historia Cojímar ha sido lugar de residencia de reconocidos artistas de diferentes manifestaciones. De las casas situadas en la región adyacente a la costa, construidas en la época colonial, sobre todo en el siglo XIX aún se conservan varias, y entre ellas una se conserva en extraordinario estado, tanto exteriormente como en su interior; legada de generación en generación, fue el hospedaje vacacional del famoso pintor Víctor Patricio Landaluz. Sin dudas, el lugar ofrece un ambiente propicio para pintar. Dentro del mundo del espectáculo se destacan Eloísa Álvarez Guedes –quien vivió en Cojímar hasta su fallecimiento– y los Wood. En Cojímar vivió Rita Longa y viven allí otros artistas de la talla de José Villa Somerón, uno de los grandes escultores cubanos de la actualidad; o Nelson Domínguez, quien se encuentra a cargo de los planes de recuperación del Hotel Cojímar, pues se piensa montar un moderno taller de grabado en los bajos del antiguo hotel, donde el propio artista daría clases gratuitas de grabado a jóvenes y ancianos de la comunidad interesados en el arte. En los altos se piensa montar exposiciones de alcance internacional; que por su equidistancia de la Terraza de Cojímar y el busto de Hemingway, conforma una trilogía turística de grandes perspectivas. Otras tantas personalidades de renombre coincidieron en Cojímar a lo largo de su historia. En las primeras décadas del siglo XX, está el doctor Cubría, acreditado ginecoobstetra residente en Guanabacoa –primer médico cirujano en Cuba en realizar una cesárea a un embarazo gemelar, lo que amerita su prestigio y profesionalidad_, quien se construyó una casa frente al Castillo para pasar sus vacaciones. Por esos tiempos una pareja de ricos jóvenes europeos, que esperaban un hijo en un embarazo que había sido diagnosticado de alto riesgo, con peligro de que pereciera la criatura, o que la madre no sobreviviera al parto; arriban a Cuba en busca de los servicios del doctor Cubría, quien se encontraba en Cojímar. El mismo atiende el caso, que fue un rotundo éxito, garantizando la vida de madre e hijo. El esposo agradecido, paga sus prestaciones, pero sintiéndose en deuda aún, promete hacer un obsequio al doctor, digno de su trabajo; para lo cual recorre las casas de empeño, que por aquel entonces eran numerosas en La Habana y albergaban objetos de gran valor. En una de ellas el hombre encuentra La Terraza de Cojímar.

El Hotel Loma.

Vol.XXVII,No.1/2006 89 NUEVO ESPACIO/PUERTO-BAHÍA/HISTORIA URBANA un diamante de diez kilates que le resultó interesante y apropiado; el vendedor le contó que aquella joya había pertenecido a la cuarta corona de los zares de Rusia, la cual había sido traído a Cuba por un turco, cuyo propósito era venderla a la esposa de José Miguel Gómez, entonces Primera Dama de Cuba. A la señora no le interesó y el turco, endeudado y sin dinero, se vio obligado a empeñarlo. Cubría aceptó el valioso regalo, el cual vendió luego al gobierno cubano por el precio de dieciocho mil pesos; colocado más tarde en el Capitolio de La Habana, marcando el kilómetro cero de la carretera central. También una de esas personalidades curiosas que vivó en Cojímar, fue el dueño de la peletería de lujo “El Paraíso”, Agustín tinito Cruz, el cual tenía una casa en las inmediaciones de la de la Sierra de Cojímar, además era propietario de una gasolinera situada al pie del Hotel Campoamor. Este hombre fue el ganador del primer concurso de pesca deportiva celebrado en la década de 1930; y entre otras ocupaciones fue embajador de Cuba en España TIBURONES, AGUJAS Y HEMINGWAY EN COJÍMAR Cojímar también empieza a ganar fama como lugar de pesca deportiva desde la década del treinta. El 20 de octubre de 1944 un periódico publica la noticia de que “un pescador de Cojímar captura el mayor tiburón del mundo”: su nombre era Toldward Sánchez –dueño de la fábrica de helados Guarina y copropietario de uno de los grandes centrales de Cuba, el Senado, además estaba casado con una de las hijas de la familia Sarrá, una de las más adineradas de la época–, pero muchos creen que el crédito de aquella faena correspondió realmente al patrón de la embarcación de El torneo de pesca de la aguja. Toldward, Cheo Hernández, quien sí era pescador de oficio. Por sus dimensiones de más de 10 m de largo el escualo no pudo ser pesado y parte de él se pudrió en las arenas de “El Cachón”, una pequeña playa que se encuentra adyacente a la desembocadura del río. Y es precisamente en la década de los años cuarenta cuando los pescadores de Cojímar alcanzan connotación universal, por la gran cantidad de tiburones que se pescaban en sus costas, tal es así que se establecen tres empresas destinadas al comercio del mismo, e incluso durante la Segunda Guerra Mundial, el bacalao que se comía en La Habana era precisamente tiburón. Paralelamente se crea una minindustria de carácter artesanal donde se destacaba la del tiburón blanco. También se crea una fábrica de conservas, CUBAMAR, de bonito, que no era de gran calidad por lo que se vio obligada a cerrar. Según testimonios, causaba gran impacto, avistar a los escualos en la superficie del mar, desde lo que hoy es el Malecón de Cojímar, estos eran capturados por los genuinos pescadores, en botes y pequeñas lanchas de motor; lo cual es un tanto discordante con el hecho de que “el pescador del mayor tiburón del mundo” era propietario de un yate. De todos modos, Cojímar llegó a contar con quinientos yates, de personas adineradas, anclados en el río y parte de la bahía, cuyo fin fundamental era el paseo y en menor medida la pesca con carácter deportivo. Aunque el censo de población de 1943 arroja que en Cojímar la cifra de pescadores oscilaba entre treinta y cuarenta de un total de siete mil habitantes que tenía el pueblo, los concursos de pesca eran fomentados por el Club Náutico de Cojímar, que eran zonales y participaban principalmente los pescadores asociados. Pero el concurso de este tipo que dará renombre a Cojímar será el Campeonato de la Pesca de la Aguja, Ernest Hemingway. Este famoso novelista estadounidense, aficionado a la caza y la pesca, también estuvo muy vinculado a Cojímar. Conocido por sus aventuras –los safaris en África, la participación como reportero en la El torneo de pesca de la aguja.

90 Arquitectura y Urbanismo E. SUÁREZ, P. MONTIEL guerra y otras– exhibía además premios internacionales en aprobación acerca de poner su nombre al torneo y, en torneos de pesca. Como parte de sus hobbies manda a muestra de gran modestia, él se rehúsa y solo accede a construir un yate al que nombró “Pilar”. Su patrón Carlos tomar los honores de entregar el trofeo a los ganadores. Es Gutiérrez, un conocido pescador que vivió y murió en Cojímar, así como por primera y única vez intercambia con Fidel convenció a Hemingway de venir a pescar a las cayerías Castro, ganador de la edición de 1960 de este torneo. cubanas y anclar el “Pilar” en el puerto de La Habana, y En colaboración del Instituto Nacional de Deportes y luego en Cojímar. Recreación (INDER) se crean los Campeonatos Nacionales The Old Man and the Sea (El viejo y el mar) era un cuento de la Pesca de la Aguja que se mantuvieron hasta el año que el escritor escribía antes de conocer a Cuba y a Cojímar, 1973, año en el que se traslada nuevamente la sede a y fueron tantas sus vivencias en este pueblo y tanto el cariño Cojímar, donde actualmente se realizan torneos municipales que profesó hacia su gente, que decide hacerlo novela e insertar y provinciales, para luego efectuarse el torneo nacional, y la trama de la historia en ese contexto, e incluso hacer de su desde ese año llevan el nombre de Hemingway. protagonista, personaje de ficción, un habitante de Cojímar. ONCLUSIONES En ocasión de ser galardonado con el Premio Novel de C Literatura, Hemingway envía la distinción a Cuba, y la dedica Visitar Cojímar, observar su patrimonio, admirar la a los pescadores de Cojímar, a quienes llama sus amigos. magnificencia de casas de doble puntal con cocheras Su predilección por el pueblo lo lleva a querer comprar una múltiples y habitaciones para criados; reconocer un legado casa que estaba frente a la Terraza cuyo nombre era Quinta en esas grandes mansiones decimonónicas que ante Pedralvez, en la actualidad conocida como Quinta Aguada, nuestros ojos escépticos intentan revivir su época de mayor entonces propiedad de un millonario catalán quien la concibió auge; permite demostrar cómo la realidad de una sociedad como residencia permanente para su única hija quien tenía acaudalada contradice la versión difundida de un pequeño problemas de insuficiencia respiratoria; obra del arquitecto pueblo sujeto a la pesca como actividad económica y de Mario Rotlán –artífice del Art Noveau en Cuba–, había sido subsistencia fundamental que tanto su auge y desarrollo, terminada en 1908, ocupando la casa y sus áreas exteriores como su fama extraterritorial tuvo su principal condicionante una manzana completa, de la cual las tres cuartas partes en la playa, lo cual sumado a la pureza del aire y las constituyen un fantástico jardín, que poseía árboles y plantas condiciones paisajísticas la convirtieron en un ambiente ideal, de tres continentes. Pero esa venta nunca se produjo. que sedujo a todos, a lo que se sumaron a sus tradiciones En una de las tantas porfías existentes entre Hemingway populares. Ello contrasta, contrapone al desdén con que se y su patrón, este prescinde de sus servicios, para contratar enfoca este Pueblo en la actualidad, tomando inclusive un tiempo después a Gregorio Fuentes el cual se convirtió matices de olvido y desconocimiento. en su amigo más allá de ser su capitán de embarcación. En el presente, debido a innumerables factores tanto Antes de morir Hemingway pone a su nombre el yate Pilar; sociales, como culturales y económicos, la pesca en el cual es donado más tarde al Ministerio de Cultura. En la Cojímar se ha alejado de su legitimidad, perdiendo aquel actualidad se encuentra expuesto en la Finca Vigía, que carácter deportivo que durante no poco tiempo exhibió para fuera su residencia, transformada hoy en museo. transformarse en un fin meramente comercial y de Por la ventajosa posición de la bahía de Cojímar, se subsistencia. Esto, sumado a otra gran serie de factores instaura en 1951 una Base de Pesca Deportiva, la cual se como la contaminación ambiental, la pérdida de parte del nombró con posterioridad Ernest Hemingway, en honor a legado cultural, unido a la casi nula divulgación acerca de esta ilustre figura; base que acogería, en función de sede las actividades que aún se realizan; ha ido sumiendo a este permanente, los torneos de pesca deportiva de la aguja del pueblo en el olvido. Si bien las instancias de gobierno y mismo nombre. Al surgir la idea de crear un torneo de culturales están buscando el modo de revertir esta situación, cobertura nacional, visitan a Hemingway para solicitar su es imprescindible valorar con mayor fuerza aquellas tradiciones que tejieron en su mayor parte la historia del actual “pueblo de pescadores”.

FUENTES CONSULTADAS Norberto Fuentes. Hemingway en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1984.

Entrevistas al licenciado Ernesto García Gutiérrez, Historiador de Cojímar, diciembre, 2005.

Restos del atracadero de Cojímar

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