Andalucía Y El Cine Durante La Guerra Civil Y La Dictadura Franquista Una Aproximación
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Cultura IF010/09 Andalucía y el cine durante la guerra civil y la dictadura franquista Una aproximación Julio Diamante Stihl factoríadeideas Andalucía y el cine durante la guerra civil y la dictadura franquista Una aproximación Julio Diamante Stihl IF010/09 Edita: Fundación Centro de Estudios Andaluces, Consejería de la Presidencia, JUNTA DE ANDALUCÍA. © Texto: Julio Diamante Stihl © Fundación Centro de Estudios Andaluces Bailén, 50, 41001 – Sevilla Tel.: 955 055 210 Fax: 955 055 211 www.centrodeestudiosandaluces.es Octubre de 2009. ISBN: 978-84-692-5951-1 Índice Prólogo.............................................................................................................................................. 7 1..Antecedentes.y.Guerra.Civil.......................................................................................................... 13 1.1. Los inicios del cine en España y en Andalucía ...........................................................................................13 1.2. El cine en España y Andalucía durante la II República.................................................................................18 1.3. Andalucía y el cine durante la guerra ........................................................................................................25 2..Andalucía.y.el.cine.durante.la.dictadura.franquista........................................................................ 35 2.1. Entre azul y negro (1939−1948) .............................................................................................................35 2.2. El amigo americano (1948−1957) ...........................................................................................................49 2.3. Operación apertura (1957−1967) ...........................................................................................................64 2.4. El cierre de la apertura (1967−1973) ......................................................................................................79 2.5. Último acto (1973−1975) .......................................................................................................................88 2. 6. A manera de epílogo .............................................................................................................................93 3..Andaluces.en.el.cine.(1896−1975)................................................................................................ 99 4..Bibliografía................................................................................................................................ 105 Prólogo Prólogo un principio, el tema que se me propuso Se ha hecho un retrato del andaluz como un individuo para este trabajo era Cine andaluz durante vago, alegre, gracioso y fullero. Y se ha mostrado una Enla guerra civil y el franquismo. Argumenté sociedad del ¡ojú! y el ¡digo!, compuesta por toreros, entonces que la existencia de un cine que pudiese ca- bandoleros y donjuanes, y, en materia femenina, por lificarse en rigor como andaluz había sido tan mínima monjitas o hembras con el puñal en la liga. durante los dos períodos señalados que ese título me parecía inadecuado. De hecho, hasta la llegada de la Para aproximarnos a esa visión forastera de la mujer democracia la producción cinematográfica española es- andaluza vale la pena recordar las palabras de Merimée tuvo concentrada casi exclusivamente en Madrid y en al describir a Carmen: “Su pelo era negro, con reflejos Barcelona. azules como el ala de un cuervo. Sus ojos tenían una expresión a la vez voluptuosa y fiera”. Sin embargo, sí es cierto que a lo largo de la historia del cine español hay muchas películas con temática vincu- También es razonable recordar que durante muchos lada a Andalucía, y es igualmente cierto que ha habido años el paradigma de la mujer andaluza fue Imperio Ar- un buen número de andaluces que han trabajado en las gentina, natural de Buenos Aires. Y que, algo más tarde, distintas ramas de la cinematografía. Por ello me pare- el cuadro se completaba esencialmente con las carac- cía más acertado el título que lleva. terísticas de las “folklóricas”: el rompe y rasga de Lola Flores, “La Faraona”; la graciosa honestidad de Carmen No deja de sorprender la abundancia de cineastas de Sevilla, “Carmen de España”; la saludable hermosura de otras regiones de España interesados por los temas an- Paquita Rico; la voz excepcional de Juanita Reina, etc. daluces. Y uno puede preguntarse sobre el porqué de Una galería de mujeres atractivas sin duda pero que, al esa atracción. ¿Las estéticas de lo andaluz, lo andalusí, menos tal como fueron utilizadas, no cubrían el retrato lo gitano? ¿Las estéticas o los pintoresquismos? Más de una mujer andaluza más compleja y real. bien parece lo segundo a juzgar por los resultados: a lo largo de la historia del cine español se ha ignorado “Andalucía es un pueblo amante de la vida. Su genio es la realidad cultural, económica y política de Andalucía. hermosamente pagano... Perseguido, casi muerto, el ge- Factoría de Ideas Centro de Estudios Andaluces nio de Andalucía tiene aún elocuentes manifestaciones en La posibilidad de un cine andaluz hubiera podido darse los cantes, en las liturgias, en las fiestas, en las costum- con la llegada de la Segunda República, que significó la bres, en el arte de sus hijos, hasta en el andar del pueblo”. modernización de España, donde en 1930 el analfabe- Estas palabras de Blas Infante no se han traducido en un tismo era de un 66 por ciento, atroz herencia que dejó cine acorde con ellas. Algo tiene que ver esa grave ausen- la monarquía. La corta y agitada vida política de la Re- cia con la imagen de la “españolada” heredada del Roman- pública no permitió que ésta pudiera llevar a cabo una ticismo o a que la visión provenía de gentes ajenas a An- acción cinematográfica tan positiva como la realizada dalucía. Pero el problema es todavía más serio, porque no en otros campos de la cultura. se trata sólo de que no haya habido un cine merecedor de estar a la altura de Andalucía sino de que en realidad no ha En la guerra de España, aunque Andalucía tenía unas existido, durante todo el largo tiempo aquí contemplado, clases bajas muy luchadoras, cayó pronto en poder un cine andaluz bueno, regular o malo. Y de esta gravísima de los sublevados, “en parte por la proximidad de e irracional ausencia no se puede culpabilizar únicamente África, donde estaban las fuerzas mayoritarias de los a gentes ajenas a Andalucía, sino que es preciso buscar fascistas, en parte por la pérdida de la ciudad clave sus causas en la propia Andalucía, en las razones que la de Sevilla” (Malefakis). Por ello, la producción cinema- mantuvieron empobrecida y encadenada: caciquismo, lati- tográfica con temática andaluza sobre el conflicto fue fundismo, ruralismo, clericalismo, conservadurismo... irrelevante. El conformismo y reaccionarismo de las clases acomo- Con la posguerra, los leales al Gobierno legítimo de la dadas, su desinterés por la cultura, impidieron la exis- República hubieron de sufrir procesos desprovistos de tencia de un cine andaluz que aprovechase la historia, toda legalidad, fusilamientos y exilio, exterior e “inte- los paisajes, las costumbres, las gentes de una tierra rior”. Lo que significó en el campo del cine una sangría maravillosa. considerable. Gozaron de privilegios, eso sí, los filmes que evocaban la “Gloriosa Cruzada” o invitaban a soñar La falta de entidad, por no decir la inexistencia de un con grandezas imperiales o demonizaban al coco co- cine andaluz durante el período aquí contemplado, pare- munista, al socialismo, al liberalismo, al laicismo —que ce hacer imposible separar los intentos de producción todos entraban en el mismo saco de la España masóni- o las intervenciones artísticas y técnicas de andaluces ca y marxista. del conjunto del cine español. Se utilizó una Andalucía de pandereta para disfrazar la Por otra parte, también parece imposible separar la miseria y mediocridad de la vida española, presentada vida cinematográfica de los avatares políticos acaeci- como “diferente”. El pilar de esa “diferencia” era que dos durante estos años. Por eso las actividades del todo había de quedar “dentro de las normas y consig- cine vinculado en mayor o menor grado a Andalucía se nas del Movimiento”, con “acatamiento al dogma” y a acompañan aquí de datos significativos del cine español los “fundamentos morales” del sentido católico tradicio- y de la vida política española. nalmente español. Andalucía y el cine durante la guerra civil y la dictadura franquista. Un aproximación Prólogo La Iglesia, gran cómplice de Franco, al que recibía en los templos bajo palio, era dueña de la enseñanza, la moral y las costumbres de los españoles. Por eso, en el cine, la censura religiosa acompañaba in- disolublemente a la censura política. Una y otra eran las dos mitades de la Gran Tijera. Se ayudaba con generosas subvenciones a los adictos al “nacional−catolicismo”, y se prohibía, mutilaba o castigaba cualquier asomo de heterodoxia. Tras la muerte del dictador, las autonomías favorecieron un proceso descentralizador cinematográfico. Es enton- ces cuando un cine andaluz podrá iniciar su andadura. Este modesto trabajo además de intentar una aproxi- mación a la vida cinematográfica en Andalucía durante la guerra civil y el franquismo, se acompaña, por las razones expuestas anteriormente, de algunos datos de la vida política y cinematográfica españolas, a las que estuvo inexorablemente vinculada, y también de unos breves recuerdos del cine en sus orígenes y durante