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LOS VISIGODOS IGNACIO MERINO ANATOMÍA DE LA HISTORIA Publicado bajo una licencia Creative Commons 3.0 (Reconocimiento - No comercial - Sin Obra Derivada) por: Ignacio Merino, 2012. Anatomía de la Historia, 2012. www.anatomiadelahistoria.com [email protected] Edición a cargo de: José Luis Ibáñez Salas Diseño: Anatomía de Red CC € BY NC Los visigodos Por Ignacio Merino 1. Una larga migración obtuvo sobre ellos una importante victoria cerca de Nish1. De Escandinavia a Mesia Aunque el problema bárbaro es ya importante Desde que abandonaron las heladas llanuras de en tiempos de Marco Aurelio, es en el periodo de Gothia en la península Escandinava, durante la se- cincuenta años conocido como “la anarquía militar” gunda y tercera centuria del primer milenio cristia- (235-285) cuando la presión de las tribus germáni- no, los godos emprendieron un largo éxodo que ha- cas se hace permanente: hacia el 260 francos y ala- bría de llevarlos finalmente al Mediodía de Europa. manes traspasan las fronteras de la Galia; en el 263 los godos toman Éfeso y en el 267 los hérulos atacan Entre los siglos II y III d. C., sucesivas oleadas de Atenas. Sólo Diocleciano (284-305) habría de poner guerreros nórdicos cruzaron el Báltico para asentarse orden en aquella situación. en una fértil franja entre las desembocaduras de los ríos Oder y Vístula. Habían franqueado el mar para La posibilidad de cooperar con Roma en las fron- no volver. Aquellos godos de cultura germánica bus- teras y la presión que ya venían ejerciendo los hunos caban tierras ubérrimas y ciudades a las que someter, desde el este causaron entre los godos una profun- pero también querían aprovechar los avances de la da división de orden táctico. Como consecuencia, a civilización romana de la que se contaban maravi- principios de la tercera centuria el numeroso con- llas. La frontera norte del Imperio, el limes por ex- tingente se separó en dos grandes ramas étnicas de celencia que seguía las cuencas del Rin y el Danubio carácter autónomo. Los greutungos fueron hacia el donde se estaba produciendo la síntesis de lo germá- este hasta ocupar las estepas entre los ríos Dniester y nico y lo latino, ejercía una poderosa atracción sobre Don, tomando el nombre de “godos brillantes” u os- ellos. Pero había ya demasiados pueblos “bárbaros” trogodos. Los tervingios se establecieron más al oeste, queriendo traspasar sus límites: francos, burgundios, entre el Danubio y el Dniester, y fueron conocidos alanos, suevos, alamanes y vándalos hacían la guerra como “godos sabios” o visigodos2. Mientras que los a las legiones romanas. También había más espacio primeros conservaban su independencia de manera hacia el este, en las mismas fronteras con Oriente. más acusada, los segundos comenzaron a colaborar con Roma como auxilia en su complicada política Poco después del 200, la nación goda ocupaba las de mantener sujetos a los bárbaros con pactos, gue- estepas septentrionales del mar Negro. En este am- rras y concesiones de tierras. Finalmente, el empera- plio territorio las tribus formadas por clanes que se dor Aureliano concedió la Dacia a los visigodos. sustentaban sobre lazos de fortísima lealtad se con- virtieron en uno de los principales enemigos del Im- 1 Ver Musset, L.: Las invasiones. Las oleadas germánicas. perio romano, alternando victorias y derrotas. Así, Labor. Barcelona, 1967. mientras que en el 251 lograron arrasar los Balcanes 2 James, E.: Visigotic Spain. New Approaches. Clarendon y derrotar a Decio, en el 269 Claudio II el Gótico Press, Oxford, 1980. Los visigodos 3 www.anatomiadelahistoria.com En todo este territorio del este continental, estos bárbaros incrementan su acoso hasta hacerse piezas godos “sabios” se convirtieron en la fuerza hegemó- imprescindibles del juego de equilibrio. En el 332 nica, gracias a su férrea disciplina, notable inteligen- Constantino firma un pacto general con los bárba- cia y a la maestría que habían adquirido en la meta- ros, dentro de su política de tolerancia religiosa y lurgia para obtener sus admirables armas. Durante política, con el que logra regular sus movimientos décadas convivieron y se hicieron respetar por otros migratorios y emplearlos en la defensa de las fronte- pueblos germánicos como los gépidos asentados en ras, a menudo unos contra otros. Transilvania, los hérulos establecidos alrededor del mar de Azov y los recién llegados vándalos asdingos En el 364 es proclamado Valentiniano I, con su que ocupaban la margen oriental del Danubio infe- hermano Valente como césar de la parte oriental del rior3. Imperio. El momento es tan grave que le hace decir a Amiano Marcelino, el más importante historiador Establecido el cristianismo como religión del del período: “En este tiempo, como si las trompetas Imperio, los visigodos llegaron a ser una de las más cantasen sones de guerra por todo el orbe romano, peligrosas amenazas. La zona del Ilírico se convir- los pueblos más salvajes desbordaban en furiosa ex- tió en objeto de saqueo constante, mientras que sus citación las fronteras que les eran próximas”. Valen- incursiones dentro del territorio imperial se hacían tiniano y Valente se reparten la defensa del Imperio, cada vez más contundentes, como la que Constan- pero las diferencias ideológicas y culturales entre el tino consiguió repeler en Mesia (331-332). En esos Oriente griego y el Occidente latino se radicalizan años los ostrogodos crearon un gran estado que se creando una brecha que los godos aprovechan en be- extendía hacia el Báltico, bajo el famoso rey Erma- neficio propio. narico. Los visigodos, muy divididos en banderías, se convirtieron en federados del Imperio y a cambio Políticamente, los visigodos seguían divididos de un subsidio anual suministraban tropas al ejército entre quienes buscaban mayor o menor cercanía a imperial, bajo jefes propios. Roma. En el 367 la facción más beligerante rom- pió el pacto sellado con Constantino y reanudó la Es en esta época cuando abandonan sus antiguos guerra. Su jefe, Atanarico, comenzó las hostilidades dioses para convertirse al cristianismo, según el dog- pero Valente lo persiguió más allá del Danubio hasta ma arriano. El artífice de este cambio fue el obispo que en el 369 le obligó a pedir la paz. Esta derrota Wulfila (Ulfilas), un hombre de origen capadocio debilitó irremediablemente la posición de Atanarico que capturado por los godos aprendió su lengua y y propició el ascenso de Fritigerno, un devoto arria- fue ordenado sacerdote en Constantinopla por el no seguidor de Ulfillas que impuso el cristianismo obispo arriano Eusebio de Nicomedia. Durante sie- como religión de la nación visigoda4. te años Ulfilas predicó el Evangelio entre los godos, tradujo la Biblia a su lengua y su tenacidad se vio La presión de los hunos recompensada con creces pues aunque hubo impor- tantes resistencias paganas como la liderada por Ata- Replegados, los visigodos esperan mejor oca- narico, finalmente todo el pueblo godo se convirtió sión. Pero un nuevo factor, largamente presentido, en masa al arrianismo. les obligará a ponerse en marcha. Desde las estepas eslavas se oye ya el bramido de los terribles hunos, En la segunda mitad del siglo IV, el Imperio está que en ejército numerosísimo aspiran a conquistar repartido ya entre Oriente y Occidente. Débil y las prometedoras tierras de la Europa central. Su lle- fragmentado por sucesivas usurpaciones y revueltas, gada habría de marcar el destino de los pueblos ger- sufre el desgaste que la expansión del cristianismo mánicos de la zona, pero muy especialmente de los produce en la disolución de los antiguos vínculos re- visigodos. ligiosos y políticos. Aprovechando las frecuentes sa- cudidas a que es sometida la autoridad imperial, los 4 Barbero de Aguilera, A.: El reino visigodo. Planeta. 3 Ibid., p.67. 1997. Los visigodos 4 www.anatomiadelahistoria.com Llamados hiung-nu en las fuentes chinas y funni un héroe legendario, se deshizo del estorbo de su por Plinio el Viejo, los hunos eran una enorme masa hermano y consiguió reunir un reino casi tan exten- de velocísimos jinetes de condición trashumante, so como el propio Imperio romano, al otro lado del raza mongol y lengua uraloaltaica, que formaban un Danubio. Pero no era suficiente para sus ambiciones pueblo unido bajo un férreo caudillaje. Oriundos de ecuménicas. Deseaba ser el nuevo emperador y so- las estepas de Asia, en el siglo III iniciaron una lenta meter tanto a germanos como romanos, incluso al pero persistente emigración hacia Occidente que los mismo papado. llevó desde el norte de China hasta las fértiles tierras de la Putsza magiar y la misma cuenca del Danubio. Mientras tanto, los sucesores de Teodosio siguie- ron la política de tolerancia y compromisos con los Los nuevos invasores derrotaron de forma con- bárbaros. Además de su importante presencia en el tundente a alanos y ostrogodos y poco después a los ejército, los germanos fueron ocupando puestos de propios visigodos (375), que no tuvieron más reme- mayor importancia, llegando a emparentar con la dio que huir hacia Occidente y buscar su salvación casa imperial. El general vándalo Estilicón casó con en el Imperio romano. El emperador Valente aceptó Serena, sobrina de Teodosio; Arcadio y Honorio, hi- acogerlos en las despobladas tierras de Mesia, a cam- jos del emperador y futuros emperadores de Oriente bio de que sirvieran como federados a Roma, pero y Occidente, se unieron en matrimonio con hijas de los abusos de los agentes imperiales crearon un clima jefes bárbaros; el primero con Eudoxia, hija del rey de desconfianza y discordia que los llevó de nuevo franco Bauto, y el segundo con dos hijas de Estili- a la sublevación. Entonces se dedicaron a saquear cón, sucesivamente. los Balcanes y provocar a las legiones romanas cada vez más cerca de Bizancio, hasta que consiguieron De Mesia a Aquitania infligir en el 378 una grave derrota al ejército de los imperiales en la batalla de Adrianópolis, donde el Cuando se puso el sol sobre el campo de batalla propio Valente halló la muerte.