Catálogo De Ciencia Ficción Brasileña
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
2 Índice: 1. Fantástico Margen: el Canon y la Ciencia Ficción Brasileña. F.C.G. Pereira 2. Catálogo de Ciencia Ficción Brasileña. Marco A. M. Bourguignon. 3. Trasplante del cerebro. André Carneiro 4. Último vuelo a Marte. Fausto Cunha 5. De la recepción crítica a la recepción creativa: Dos abordajes de la narrativa cyberpunk en Brasil. Rodolfo Rorato Londero. 6. Brasa 2000. Roberto de Souza Causo. 7. La ética de la traición. Gerson Lodi-Ribeiro 8. Ostraniene. Lúcio Manfredi 9. El cine fantástico y de ciencia ficción en Brasil. 10. Historia del cine ciberpunk. 1994. Armitage 3. Para descargar números anteriores de Qubit, visitar http://www.eldiletante.co.nr Para subscribirte a la revista, escribir a [email protected] 3 Fantástico Margen: el Canon y la Ciencia Ficción Brasileña. F.C.G. Pereira (Fragmentos de su Disertación de maestría en Estudios de la Literatura. PUC- RJ. Rio de Janeiro, 2005.) Breve Historia de los Confines Expresiones pioneras De acuerdo con Tavares, “La primera obra [del género de ciencia ficción en Brasil] nunca fue publicada en libro: fue un folletín escrito por Joaquim Felício dos Santos y publicado en el diario O Jequitinhonha (de Diamantina, MG) entre 1868 e 1872, y su título era Páginas da História do Brasil, Escritas no Ano 2000. Se trataba de una obra satírica en la cual el Emperador Pedro II era transportado al año 2000, donde (sic) “atestigua la caída de las monarquías en todos los países del mundo” En ese mismo año de 1868, Joaquim Manuel de Macedo – autor de A Moreninha (1845), una de las novelas más leídas del siglo XIX – publicó la también popular Luneta Mágica, la historia de un joven y su par de espejuelos extraordinarios, que pedagógicamente le permiten ver nítida e distintamente ora el mal ora el bien del mundo. La aparición, en esta obra, de un objeto que ofrece superpoderes llama la atención en el contexto literario de la época, de un elemento narrativo que más tarde se agregaría a los clichés de la ficción científica. En 1875, Augusto Emílio Zaluar, portugués de nacimiento, escribe y publica en Brasil su novela O Doutor Benignus, influenciado por las obras iniciales de Julio Verne, Cinco semanas en globo (1863) y Viaje alrededor de la luna (1870). O Doutor Benignus está considerado la primera novela brasileña en la cual se muestran claramente las varias convenciones del género en formación: un científico como protagonista, la máquina de ver el futuro y un primitivo mundo perdido. El estudioso Fernando Lobo Carneiro comenta que la novela anticipa algunas de las preocupaciones de la ficción científica moderna, por su “entusiasta e irrestricta adhesión” a algunas en ese entonces recientes tesis científicas, como la tesis de la pluralidad de los mundos habitados (en oposición a la asumida (sic) de que solo la Tierra abrigaría a vida), de Camille Flammarion, y “las por entonces recientes tesis de Darwin sobre la evolución de las especies.” En la introducción a la primera edición de la novela, Zaluar reivindica la afiliación de su obra a lo que un periodista anónimo de su época llamó ‘romance científico, o instructivo’. 4 Causo plantea, sin embargo, que la novela de Zaluar es la reproducción de informaciones encontradas en compendios de historia natural que sustituyen la especulación; y que “las aventuras vividas por los personajes son pasivas, sin que los héroes intervengan sobre la realidad del mundo (lo contrario de lo que hacían los protagonistas de Verne e Wells)”, de esta forma, la obra se presenta como “una legítima novela científico brasileña del siglo XIX (...), un producto tanto de la imitación como de la distancia cultural sufrida por el país en relación a Europa” Esta distancia – representada por un cuadro de pasividad en relación a la producción científica- tecnológica, desarticulación entre la idea de la ciencia y la de los emprendimientos productivos, además de la falta de identificación entre la producción científica y su lugar institucional – es un patrón observado por Causo en una serie de obras de ciencia ficción nacional, en que la presencia de artefactos científicos funcionará narrativamente como una excusa para las intrigas amorosas o, simplemente, entretenimiento desarrollado en un ámbito privado y burgués. Además de entretenimiento, el público lector de finales del siglo XIX buscaba en los textos literarios la actualización con las últimas tendencias europeas. Así, muchos autores nacionales se ejercitaron en ese ‘nuevo estilo’ propuesto por Julio Verne y H.G. Wells, cuyas obras eran traducidas al portugués apenas uno o dos años de su lanzamiento en los países de origen. De acuerdo con Tavares, la literatura romántica europea, con sus temáticas de magia oriental, estados alterados de la mente y pactos con el maligno, también estimuló el desarrollo de las literaturas de extrañamiento, entre las que figuraba la ficción científica. Un folletín de Emília Freitas publicado en 1899, A Rainha do Ignoto, fue el primer texto brasileño con elementos de ciencia ficción publicado por una mujer. Según Tavares, la historia está basada en la “Isla de Nevoeiro, una utopía feminista situada en la costa de Ceará (...) protegida del mundo exterior por los poderes hipnóticos de Rainha, que es descrita como abolicionista, republicana e espiritista”. Al final, Rainha muere de melancolía y la isla es destruida por la erupción de un volcán. Este es uno de los primeros ejemplos de novela utópica brasilera, y también una expresión literaria explícita de la búsqueda femenina por un ‘lugar’ en la sociedad – funcionando como una crítica al sistema político-social de la época y como una sugestión, por entonces controvertida, del poder de las mujeres de acelerar el deseado progreso nacional. El humanismo y la rebeldía del abolicionista Henrique Maximiano Coelho Neto lo llevaron a cuestionar, a través de sus extrapolaciones, el compromiso ético de las ‘avanzadas’ estrategias de negocios que, juntamente con las perspectivas de modernización, se desarrollaban en el país a finales del siglo XIX. Tavares destaca dos cuentos, “Adão & Cia’, sobre almacenes que venden bebés en el año 2500; y ‘Nova Companhia’, donde una empresa explora la caridad pública, yendo al extremo de quebrarle las piernas a los individuos para transformarlos en mendigos más convincentes”, ambos reunidos en la antología Lanterna Mágica (1899). Coelho Neto – fundador de la cátedra número dos de la Academia Brasileña de Letras – fue también un pionero de la especulación en cuanto a las malversaciones del capital, tema constante en contundentes obras de ficción científica. Las posibilidades críticas ofrecidas por la narrativa de especulación también fueron aprovechadas por Machado de Assis, que incursionó por las entonces raras historias en que los científicos y el método científico eran directamente enfocados. El ejemplo más clásico es ‘El Alienista’ (1882), que en su retrato de las contradicciones de las ciencias de la mente hace de Machado un pionero de la ciencia ficción dura ‘soft’. En otro texto, ‘Cuento Alexandrino’ (1884), dos cuentistas viviseccionan animales y seres humanos en busca del origen de la deshonestidad. Ya en Memorias Póstumas de Bras Cubas, además de varios otros cuentos, el estilo realista está bordado con filigranas fantásticas. El autor fundó la Academia Brasileña de Letras y como tal ocupa un lugar central en el canon literario brasileño. ¿Quién sabe si su producción tan extensa donde utiliza los temas y posibilidades narrativas características de la ficción científica no hubiera podido 5 originar una tradición brasilera en el género? El vigor de la narrativa machadiana tiene magnetismo y extrañamiento de sobra para suscitar las famosas ansiedades de la influencia. Sin embargo, esto nunca ocurrió. El período pionero, de inicios del siglo XX hasta la década de 1950, fue caracterizado por la producción más esporádica, de autores consagrados por otro tipo de obra, y una no segregación en relación a la restante producción de la literatura instituida. Como regla, la cohesión proveniente de la influencia estética entre los autores estaba prácticamente ausente de la ficción científica brasilera, cuya referencia mayoritaria siempre fueron las obras venidas de afuera. El puente entre loa fuertes precursores y sucesores nacionales todavía vacila. Ningún autor se dedicó exclusivamente a un género – que, en Brasil, no llegaba a diferenciar las novelas góticas, surrealistas, de las de aventuras o viajes – más la mayoría la ejerció como una ligera aventura expresiva. Podemos seleccionar obras importantes y representativas entre aquellas que contienen elementos pertenecientes a la tradición de ciencia ficción, mas todavía hoy es difícil determinar el canon del género en el país. Al contrario de una tradición, percibimos un panorama fragmentado, incursiones individuales más o menos reincidentes, autores que poco dialogan entre sí. Dentro de las primeras obras de ficción científica a comienzos del XX, las novelas utópicas tuvieron una fuerte expresión en el período de 1909 a 1929. Hay varios ejemplos, y Tavares comienza citando a São Paulo no Ano 2000, ou Regeneração Nacional: Uma Crônica da Sociedade Brasileira no Futuro (1909), de Godofredo Emerson Barnsley, en la cual el protagonista se duerme en 1909 y despierta en el año 2000, siendo guiado por un hombre muy bello en este paseo por la ciudad del futuro. El Reino de Kiato: El País de la Verdad (1922), publicado por Rodolfo Teóphilo a través da Lobato & Co. Editores, describe un país ideal donde la eliminación del alcohol, de la sífilis y del tabaco, así como la mejora en la dieta y la utilización de ropas adecuadas, curarán todos los males de la sociedad. El libro de Theóphilo anticipa diversas cuestiones presentes en la plataforma del ‘1º Congresso Brasileiro de Eugenismo’, realizado en Río de Janeiro en 1929. En 1918 Monteiro Lobato ya había publicado la serie de artículos ‘Problema Vital’ a través de la Sociedad Eugénica de São Paulo (versión nacional de Eugenics Society, de Londres).