IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 2008.

¿Educación sentimental? La recepción de la en Tucumán.

Mariana Carlés.

Cita: Mariana Carlés (2008). ¿Educación sentimental? La recepción de la telenovela en Tucumán. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas.

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¿Educación sentimental? La recepción de la telenovela en Tucumán.

Mariana Carlés Universidad Nacional de Tucumán. Palabras claves: Telenovela, recepción de medios masivos, prácticas culturales

El presente trabajo se enmarca dentro de un proyecto de investigación que tiene por principal objetivo indagar el rol que cumple un producto cultural mediático, la telenovela, en la reproducción y transformación de prácticas culturales. Se parte del supuesto de que los productos culturales tienen un carácter activo en la producción de hábitos, formas de vida e ideologías sociales y que, gracias a su enorme difusión y masivo consumo, la telenovela colabora en la reproducción de saberes tradicionales y, al mismo tiempo, es receptor, traductor y difusor de nuevas prácticas. En este marco general, las presentes reflexiones constituyen los primeros pasos de un proceso de investigación que tiene, como punto de partida, algunas de las conclusiones a las que se llegó en un trabajo anterior plasmado en una tesis de licenciatura1. En una encuesta realizada en Tucumán, en el año 2005, ante la pregunta ¿crees que se puede aprender algo de una telenovela?, la mayoría de los adolescentes encuestados eligieron las opciones que aludían a “cómo conquistar a un hombre o a una mujer” y “lo que le gusta a un hombre/a una mujer”. Dada las características de aquel trabajo de campo (irregularidad de edades, mayoría de encuestados femeninas, etc.), establecer una generalización acerca de si las tienen un rol importante en la incorporación de saberes, prácticos y conscientes2, acerca del cortejo amoroso era, en ese momento, muy arriesgado. Sin embargo, los datos recogidos hicieron resurgir antiguas intuiciones, sustentadas quizá en el “rumor social”, acerca de la posibilidad de que, dada la centralidad, como rasgo genérico, de la

1 El foco del mismo estuvo puesto en el proceso de circulación y recepción del producto cultural telenovela, en una particular región de Latinoamérica (Tucumán). 2 Por saber práctico se hace alusión al conjunto de factores psíquicos que subyacen a cualquier acción humana y que explican el curso y la naturaleza de esa acción. A su vez, los saberes concientes serían aquellos procesos mentales de los que el agente puede hablar. Es necesario aclarar que saberes prácticos y conscientes no son necesariamente coherentes entre sí.

1 temática amorosa, algunos sujetos configuraran a esos textos como “lugares de saber” respecto de estos menesteres. Motivada entonces por datos empíricos elaboré un nuevo proyecto de investigación que tiene, como uno de sus objetivos específicos, establecer posibles relaciones entre las representaciones del amor, del cortejo amoroso y de la sexualidad que circulan dentro del género telenovela y las ideas que del cortejo amoroso y la sexualidad de tienen los espectadores adolescentes de este género. Alejada de posturas conductistas y apocalípticas acerca de los medios masivos, se intentará dar cuenta de los reales procesos de recepción. Para esto, en esta primera aproximación, se circunscribió el campo a una comunidad determinada: un grupo de adolescentes, alumnas de entre catorce y quince años de un Colegio privado de la ciudad de San Miguel de Tucumán y se realizaron entrevistas semi estructuradas3 (año 2007) y una encuesta en la que se completaron sesenta y tres cuestionarios (año 2008). La elección de los grupos sobre los que se trabajó fue condicionada por razones prácticas (soy docente en esa institución)4. Es necesario también advertir que en el año 2007, la mayor parte de las entrevistadas, además de consumir lo que podemos denominar telenovelas “clásicas” (Pasión de Gavilanes, El Zorro, La ley del amor, etc.) eran “fanáticas” de la tira Patito feo, al tiempo que también veían (en los cortes publicitarios porque se transmiten en el mismo horario) el programa Casi ángeles. Dada la centralidad que estos programas tenían en sus respuestas, se optó por hacer hincapié en uno de ellos, Patito feo. Ambas series forman parte de lo que generalmente se cataloga, en la bibliografía especializada en el género que aquí se trabaja, como telenovelas infanto-juveniles. Las dos han hecho uso de, lo que podemos llamar, una “nueva modalidad”, para Latinoamérica, del formato telenovela: la prolongación de las historias en nuevas temporadas5. Es así que, tanto Patito feo como Casi ángeles tienen, este año, su continuación6. En el año 2007, en la comunidad entrevistada, la preferencia la llevaba la primera de las telenovelas mencionadas.

3 Se entrevistaron diez alumnas de entre catorce y quince años. 4 En este sentido se es consciente de la parcialidad que pueden tener los resultados dado que sólo se están teniendo en cuenta, no sólo un solo género sino también un solo grupo sociocultural. 5 Se podría postular, como hipótesis, que esta nueva modalidad está “promocionada” por la profusión, gracias al sistema de televisión por cable y televisión satelital, de productos culturales norteamericanos. Recordemos que tanto las como la sitcom norteamericanas tienen como modalidad común la de división por temporadas. Podemos también decir que una diferencia entre nuestros productos y aquellos es que en cada temporada de “telenovelas latinoamericanas” siempre hay un cierre de las historias (las amorosas, las policiales, etc…) mientras que los productos norteamericanos, en general también “especulan” con los finales que relanzan la solución de los conflictos hacia la siguiente temporada. 6 La continuación de una serie, obviamente está determinada por el éxito comercial del “original”, y más allá de que se suele decir que “segundas partes nunca son buenas”, la fidelidad del público, a veces, hace que bien valga la pena el riesgo del fracaso. Incluso es probable que, aunque la segunda parte no sea muy apreciada por su público (caso de y Patito feo), el sólo hecho de estar en cartelera siga significando réditos comerciales no sólo por las marcas que esponsorean la tira sino también por el merchandising que se produce alrededor de esta.

2 Este año la encuesta realizada demostró que es la segunda la que arrasó con el éxito de audiencia. De las sesenta y tres encuestadas, sólo tres permanecen fieles a “Patito” (de treinta y cuatro que veían siempre y trece que veían a veces, es decir que el 74,60% veían el programa), cuarenta y cinco ven Casi ángeles (un 71,40 % de las encuestadas) y quince no ven ninguno de los dos programas (23.80 %). Sin embargo, más allá de que no declaren “seguir” la serie, la mayor parte de las encuestadas está al tanto de lo que sucede (cambian de canal en los cortes publicitarios, se guían por los avances que ven cuando miran otros programas del canal que emite Patito feo y escuchan lo que cuentan los que siguen la serie)7.

1. Sobre las ideas del amor y el cortejo amoroso Es necesario explicitar algunos presupuestos respecto del amor y del cortejo amoroso; de la manera en que se incorporan estos saberes en la subjetividad de las personas y de la relación existente entre el amor y las ficciones que trabajan esta temática. Se es consciente de que la telenovela no es el único texto ficcional que tematiza al amor y que seguramente la interacción con otros sujetos durante el proceso de socialización es mucho más decisiva a la hora de adquirir “saberes” acerca del cortejo amoroso. En este sentido, sólo se asume la posibilidad de una incidencia en las prácticas. En segundo lugar, desde el marco teórico que encuadra esta investigación, no se postula que el lazo que une ficción y realidad se establezca a manera de “reflejo”. Sin embargo, se puede decir que las ficciones en general y la telenovela, en particular, construyen ciertas ideas de lo que el amor es (o debería ser), de cómo se deben comportar los sujetos en ciertas situaciones vinculadas al cortejo, etc. Estos mensajes se constituyen en un discurso de enorme difusión y, en este sentido, tiene la posibilidad, como todo discurso, de incidir en los saberes prácticos. Es posible entonces postular, hipotéticamente, que las representaciones de las relaciones amorosas que constituyen el saber consciente de los agentes estén influenciadas, directa o indirectamente8, por las representaciones del amor que este género, entre otros discursos, divulga. También es necesario dejar en claro que se presupone la relatividad cultural de lo que se entiende por “amor”. En este sentido, coincido con Ricardo Kaliman cuando sostiene que aunque “es seguramente en virtud de ciertas constantes antropológicas que algunos congéneres

7 Teniendo en cuenta esto es que opté por seguir centrando mis preguntas en el programa Patito feo. Esto no significa que no se tengan en cuenta las apreciaciones que se hacen sobre otras telenovelas. 8 Puede ser que un sujeto no consuma telenovelas, sin embargo puede relacionarse con otros sujetos que sí lo hagan y en este sentido se podría hablar de una incidencia indirecta.

3 llegan a ejercer una especie de atracción sobre nosotros”9, el amor, en su imagen romántica de “fuerza ciega”, es un fenómeno cultural, lo que no invalida la intensidad con la que lo experimentamos. Si bien existen ciertas constantes antropológicas que van desde los impulsos sexuales, a la necesidad de recibir o mostrar afecto, cada cultura “conceptúa y pone en movimiento esos impulsos de modos que le son particulares. La relatividad cultural del amor se pone de manifiesto en el propio seno de nuestras complejas sociedades modernas, donde es fácil encontrarse con diferentes modos de entender y practicar el amor”10. En la encuesta realizada (2008) se presentó un listado de opciones para que las encuestadas marcaran, por orden de importancia, lo que más les había gustado de la telenovela Patito feo, las treinta y cuatro niñas que el año 2007 habían visto el programa eligieron, en primer o segundo lugar, la opción de “las historias de amor de los chicos” (en menor medida eligieron la opción “historias de amor de los adultos”). Este hecho autoriza a pensar que las imágenes del amor que desde esos productos se difunde, tiene incidencia en los esquemas valorativos e interpretativos de los agentes con respecto a este asunto.

2. Sobre Patito Feo11 y su recepción La serie toma su nombre del intertexto del cuento maravilloso Patito feo y hace alusión a la protagonista, Patito (Patricia), niña de catorce años que se caracteriza por ser buena en demasía, tímida, insegura, dulce, bondadosa, sumisa (una especie de “estrellita mía” versión pequeña). Más allá de estas “virtudes” Patito es una “eximia” cantante. Este don es el que, de alguna manera, genera uno de los principales conflictos de la serie: la enemistad entre esta niña y Antonella. Antonella es una de las antiguas alumnas del colegio que lidera un grupo “las divinas”. Este suele menospreciar y maltratar al resto del alumnado. La niña se caracteriza por ser, además de hermosa y coqueta, muy segura de sí misma, caprichosa y mala, malísima. La competencia en diversos campos (el canto, la disputa por el amor de los chicos, la belleza, etc.) estructura la narración de esta historia. Paralelamente, y casi a modo de reflejo, el mundo de los adultos “reproduce” las enemistades del mundo adolescente. En la esfera adulta se mueven diversos personajes que dotan a la serie de una comicidad que roza lo grotesco, apelando permanentemente a la

9 Kaliman, Ricardo, 2005b 10 Kaliman, Ricardo, 2005b. 11 Patito Feo es una producción de Ideas del Sur (Canal 13 de Bs.As.) que se emite por Canal 10 de Tucumán a las 18:00 hs. Narra la historia de una niña, Patito, hija de madre soltera, que vivía en . Cuestiones de salud la obligan a viajar a Bs.As. con su madre y, por esas casualidades de las telenovela, caen en el hospital donde trabajaba su padre. Claro está que ni padre ni hija sabían de la relación que los unía. La separación de los progenitores se debió a “interesadas y malvadas” intervenciones de la madre del muchacho.

4 intertexualidad. El texto muchas veces se convierte en una parodia del propio género telenovela, con alusiones que, en general, sólo los receptores adultos pueden comprender. Esto explicaría quizá el hecho de que no son pocos los adultos que en el 2007 miraban este programa.12 Respecto de las representaciones del amor que están presentes dentro de la trama de esta telenovela, podemos distinguir, en primer lugar, las historias que se configuran siguiendo las reglas tradicionales del género que respetan una matriz melodramática13 y lo que, en la cotidianidad, se denomina “amor romántico.”14 Nos encontramos así con la historia de un único amor, obstaculizado por diversos factores (madres que se oponen, terceras y terceros que se interponen, la casualidad que dificulta los encuentros, etc…), y con, claro está, el triunfo del mal sobre el bien en el esperado “happy end”. En segundo lugar, están las historias que protagonizan las/los “antagonistas”: Antonella, su madre, etc. Y, finalmente, las que tienen los otros personajes adolescentes de la serie que se caracterizan por ser, como las de las “antagonistas”, fluctuantes: lejos de existir un único amor, los chicos/as van cambiando de objeto de deseo. El personaje de Antonella en el transcurso de las dos temporadas ha cambiado varias veces de “novio” y es necesario destacar que esta “inestabilidad” no siempre es mal vista por las receptoras del programa. Esto podría explicarse a partir de la autoconciencia que tienen las adolescentes de estar transitando una etapa en la que la búsqueda y los cambios son, no sólo aceptados sino deseados. De todas maneras, es pertinente mencionar que, cada vez que Antonella se “enamora” de verdad, se “hace buena”, deja de hacer maldades, establece una relación menos conflictiva con Patito y el resto de sus compañeras. Nuevamente se hacen presentes ideas “románticas” de lo que es el amor y de lo que es capaz de provocar. A su vez, es importante mencionar que, aquellas que, además de telenovelas infanto juveniles, declaran ver telenovelas “clásicas” suelen destacar las historias de amor como el hecho que más les gusta: “Me gusta (Diego De la Vega15), porque en la vida real es un hombre muy sencillo que se transforma en el zorro y que defiende a la persona que ama.”

12 Sólo por dar un ejemplo en una ocasión la madre de Antonella, que a la sazón es novia de Leandro, para retenerlo se hizo pasar por ciega usando una peluca de cabello rubio y lacio y parodiando la actuación de Grecia Colmenares en Topacio. 13 Siguiendo la idea de Nora Mazziotti, concibo al melodrama como un hipergénero que recorre diversas prácticas que se caracterizan por la intención de emocionar. En sus comienzos (principio del siglo XIX) planteaba de manera binaria conflictos entre mundos opuestos proponiendo el triunfo público de la virtud. Para hacerlo recurría a hipérboles y antítesis grandiosas, necesitando de una actuación ampulosa y personajes tipificados. En la telenovela lo melodramático aparece como una matriz proveedora de un tono general que se abreva en situaciones fundamentales del relato, tanto desde lo argumental como desde la interpretación actoral. Mazziotti, Nora (comp.) 1993: 154.

14 Representaciones del amor que tienen su surgimiento en el “amor cortes” y que todavía perduran a través de diversos géneros literarios. 15 Protagonista masculino de la telenovela El zorro, emitida por canal 8 de Tucumán en el año 2007.

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3. Las informantes 3.1. Sobre los adolescentes y los medios masivos de comunicación Se suele remarcar la “potencial capacidad de socialización que posee la televisión entre los adolescentes”16. Desde diversos ámbitos, incluso los mediáticos, se hace hincapié en la preocupación acerca de los efectos (que siempre son vistos como negativos), que muchos programas televisivos, entre ellos las telenovelas, tienen sobre los chicos/as. En diversas ocasiones he escuchado a docentes que adjudican la responsabilidad de las disputas y competencias de distintos grupos dentro de un curso a la existencia del programa Patito feo. Como si las divisiones internas de los cursos, las rivalidades entre los alumnas/os no hubiesen existido antes de que apareciera el “divinas vs. Populares”. Este tipo de comentarios da cuenta de la persistencia de antiguos prejuicios, de corte funcionalistas, sobre el poder y funcionamiento de los medios que no dan cuenta de la complejidad de los procesos de recepción. En este sentido, desde esta investigación, y teniendo en cuenta los resultados del anterior trabajo de campo, se asume una postura que, sin restar poder ideológico a los medios, otorgan un papel activo al receptor quien es, en última instancia, quien interpreta activamente el mensaje. En palabras de David Morley “Los mensajes que recibimos de los medios no nos encuentran aislados, porque todos llevamos con nosotros, en el momento de recibirlos, otros discursos y otro conjunto de representaciones con los que estamos en contacto en otras esferas de la vida. Los mensajes del momento confluyen con otros que hemos recibido antes, mensajes explícitos o implícitos de otras instituciones, de personas conocidas o de fuentes de información en las que confiamos. Inconscientemente, tamizamos y comparamos entre sí los mensajes recibidos de una parte y de otra. De ahí que el modo en que respondamos a los mensajes que nos ofrecen los medios dependa precisamente del grado en que coincidan con otros mensajes (o se opongan a ellos), con otros puntos de vista que hayamos encontrado en otras esferas de nuestra vida. (…) Hablar de «efectos» es, pues, una manera abreviada, e inadecuada, de señalar el momento en que las audiencias leen y dan sentido de manera diferente a los mensajes trasmitidos y operan según esos sentidos en el contexto de su propia situación y experiencia.”17 La actividad de recepción/interpretación de los textos da como resultado, lo que Morley, siguiendo a Hall, denomina “lecturas preferenciales”, pero también permite la existencia de

16 Montero Rivero, Yolanda. 2006:13. 17 Morley, David. http://www.nombrefalso.com.ar/index.php?pag=97. Ultima visita 27/6/08.

6 “lecturas a contrapelo”18. Si lo que asusta a padres, docentes y adultos en general, son las primeras o las segundas, es difícil de delimitar. Lo que sí podemos decir es que estos grupos tienen la idea de que los medios parecen estar asumiendo mayor importancia como instrumentos socializadores en detrimentote los agentes socializadores tradicionales: la familia, la escuela, la Iglesia, etc.19 Pero el temor viene también asociado al hecho de que los que miran son “adolescentes”. Esto es, un “grupo sociológico con una compleja estructura en lo que atañe a su personalidad y su identidad”20. Durante este momento de la vida existe la necesidad de integrar el yo en un contexto social y de encontrar construcciones sociales consensuadas que permitan experimentar la adhesión a un grupo de referencia. En este contextos cobran importancia, por un lado, los grupos de iguales y por otro, cualquier discurso social que pueda convertirse en accesos a parcelas de la realidad sobre la que no tienen experiencia directa. Coincido entonces con Yolanda Montero Rivero, cuando sostiene que la televisión se convierte en mediadora de lenguajes, centro de la cultura, al tiempo que remite a valores y símbolos que comparten los miembros de una determinada comunidad. Así, los textos televisivos construyen modelos mediante la captación, remodificación y la proposición de valores, formas de interacción, etc. que se convierten (o pueden convertirse) en modelos a imitar.21 Pero esto no significa postular que los medios han sustituido a otras instituciones que tradicionalmente habían llevado el peso de los procesos de socialización. Como se verá más adelante, muchas de las interpretaciones de los textos telenovelescos llevadas a cabo por mis informantes, están relacionadas con la presencia, en sus subjetividades, de asunciones identitarias generadas por instituciones no mediáticas y tradicionales.

3.2. Sobre las informantes y los discursos identitarios Es necesario hacer algunas aclaraciones acerca del perfil de las informantes. Estas asisten a un colegio privado católico al que se le adjudica, en el imaginario tucumano, la característica de “tradicional y conservador”. Se puede decir que la familia “tipo” que envía a sus hijas a este colegio responde a una línea católica tradicional y conservadora e incluso, muchas de las alumnas pertenecen a familias que se auto adscriben a un grupo social que suele pensarse como descendiente de lo que fueron las familias “patricias” de Tucumán. Si se menciona esto es porque, a partir de la anterior investigación, se pudo comprobar la incidencia que tienen

18 Ibid. 19 Montero Rivero, Yolanda. 2006:17. 20 Montero Rivero, Yolanda. 2006:15. 21 Ibid. 19.

7 ciertas identidades22 y discursos identitarios a la hora de apropiarse, interpretar y usar productos mediáticos. Así por ejemplo, surgieron coincidencias en las interpretaciones del texto Pasión de Gavilanes, que se explicaron por el hecho de asumir una identidad cristiana que exigía rescatar ciertos mensajes (por ejemplo que esa novela transmitía valores morales como el amor fraternal) y omitir ciertos aspectos que entrarían en contradicción con las pautas de conducta que postula la institución religiosa a la que pertenecen (como el hecho de que las protagonistas tuvieran relaciones prematrimoniales). Se tiene conciencia de que se está partiendo de cierto presupuesto (que las niñas en la familia reciben una educación conservadora y tradicional) que no necesariamente es verdadero. Sin embargo, teniendo en cuenta las respuestas de la mayoría de las alumnas entrevistadas y el hecho de que el 85,70 % de las encuestadas se declararan católicas (cincuenta y cuatro niñas de las cuales cuarenta se definieron como practicantes, cinco como muy practicantes y seis como poco practicantes), habla de que el presupuesto es operativo. Si bien es cierto que “la autoadscripción de los televidentes a diversas comunidades permite explicar la existencia y aplicación de diferentes patrones específicos de recepción”23, es necesario tener presente que todos los sujetos asumen identidades heterogéneas, muchas veces contradictorias entre sí. La contradicción no siempre es percibida y tiene, según la historia de vida del sujeto, distintas formas de resolverse de manera tal que no impida el accionar cotidiano. En este sentido, muchas de las respuestas de las chicas resultaron contradictorias. Así, en la encuesta (2008) algunas niñas declararon no ver telenovelas y acto seguido completaron las secciones que aludían a lo que más le gustaba de la telenovela que veían, o llenaban la sección que hacía referencia a Patito feo. Esto puede estar hablando de la convivencia de, por un lado, la asunción, como válidos, de los discursos que menosprecian al género. Y, por otro, de sus deseos y gustos como consumidoras mediáticas. Es necesario mencionar que los resultados del trabajo de campo realizado en el 2005 mostraron que los discursos que cuestionan el género, suelen ser reproducidos por personas que se autoadscriben a comunidades religiosas cristianas, a familias tradicionales y algunos sectores de lo que podemos llamar “burguesía intelectual”.

22 En la presente investigación, se entiende por el concepto de identidad a “las nociones o sentimientos de pertenencia de los agentes sociales a determinados grupos o colectivos humanos.” En este sentido la identidad se define como “una autoadscripción en el seno de un colectivo, generalizada entre los miembros de ese colectivo.” (Kaliman, Ricardo (Direc.), 2006: mimeo ) Los sujetos realizan, según los diferentes ámbitos en los que interactúan, diversas autoadscripciones: un mismo agente social puede asumir toda una serie de identidades heterogéneas (e incluso contradictorias), en tanto puede autoadscribirse a un grupo familiar, a un colectivo religioso, a un grupo étnico o nacional, etc. 23Idea formulada por Diego Chein, 2005, en Kaliman (Direc.) 2005a.

8 Treinta y siete de las sesenta y tres encuestadas (58,73 %) escucharon decir que las telenovelas eran malas o, al menos, inapropiadas para chicas de su edad. En general declaran haber escuchado estas ideas de los padres, abuelos, profesores o mayores, es decir, de sujetos que ellas configuran como lugares de saber. A pesar de reproducir estos discursos, se sienten atraía por un mensaje que, en palabras de muchas “las representan” y miran el programa aunque teniendo presente las valoraciones negativas que le adjudican los adultos. Una de las encuestadas, al tener que justificar por qué ya no veía Patito feo, sostuvo que “creo que es muy infantil y que contamina la cabeza de los chicos. Digo, es lo mismo que Casi ángeles pero como adolescente no puedo negar mis impulsos a ver cosas de amor, aventura, etc.” Otra posibilidad que se presenta es que se reconozcan “disvalores” (desde el punto de vista cristiano) que son difundidos a través del texto sin que esto impida mirar el programa. Una niña sostuvo que estaba mal que la madre de Patito hubiese tenido una hija soltera porque “a mi me parece que no hay que tener relaciones antes (de casarse), sino después” (declaró haber aprendido esto en la familia), acto seguido sostuvo que estaba mal que mostraran eso en la televisión “porque la gente ve eso y muchas personas son ignorantes y toman ese ejemplo y no está bien”. Se pueden observar, entonces, ciertas interpretaciones de los textos guiadas por la asunción de ciertos discursos identitarios que prescriben lo que debe ser considerado correcto. Esto da cuenta de la fuerza que estos discursos tienen en los saberes conscientes de estas chicas: se admira a Antonella (la “mala” de Patito feo) pero se le cuestiona su maldad. Una informante, al inquirirla sobre este personaje aseveró, enfáticamente “me encanta como es, es una ídola pero tampoco la tomaría como modelo, está mal porque se la cree y porque es mala”. Si en esto podemos ver la reproducción de discursos tradicionales, paralelamente se perciben ciertos cambios en la valoración de algunos actos que, según posturas conservadoras, serían condenables. Así por ejemplo una de las informantes mencionó el programa Son de Fierro. Si bien ante la pregunta de qué es lo que le gustaba contestó que “a pesar de que se pelean, frente a los problemas, se unen”, en el momento en que se efectuó esta entrevista la protagonista del programa, Lucía, había abandonado a su marido porque se había enamorado de otro hombre. Este hecho, lejos de ser condenado por la niña, fue comprendido “no es que me parezca muy bien, ni tampoco muy mal…. Es su opinión. Estaba confundida, quería probar.” Así mismo, en general las informantes no ven negativamente que la madre de Patito sea madre soltera (salvo el caso antes citado). Esto podría explicarse por el hecho de que estos sujetos se han socializado en un mundo donde las separaciones de pareja, las madres solteras, dejaron de ser consideradas, por algunos sectores, como algo totalmente

9 “inusual”. Muchas de las alumnas del colegio son hijas de padres separados, e incluso hay casos de ex alumnas que son madres solteras. Es difícil, en la vida cotidiana, condenar a alguien que se quiere y con quien se convive. Estas contradicciones, además, dan cuenta de las tensiones que deben resolver los medios masivos de comunicación respecto de las instituciones y discursos hegemónicos y las demandas de la audiencia. En este sentido, coincido con Jesús Martín Barbero cuando sostiene que “lo que se produce en la televisión no responde únicamente a requerimientos del sistema industrial y a estratagemas comerciales sino también a exigencias que vienen de la trama cultural y los modos de ver. (…) la televisión no funciona sino en la medida en que asume –y al asumir legitima- demandas que vienen de los grupos receptores; pero a su vez no pueden legitimar esas demandas sin resignificarlas “en función” del discurso social hegemónico24. La presencia de discursos hegemónicos en el proceso de adjudicar sentido, por parte de este grupo socio-cultural25-etario, se percibe, sobre todo, a la hora de que den cuenta de si ellas creen que la serie Patito feo transmite valores y si aprendieron algo de ella. Veintinueve de las sesenta y tres encuestadas respondieron que sí transmitía valores, el 46% (veinticuatro que no y diez no contestaron), pero más allá de la estadística lo interesante es notar qué valores se supone que transmite: “que no hay que juzgar a las personas por su apariencia”, “que no hay que discriminar”, “no burlarse de la gente por su aspecto físico”, “a ser mejor persona”, etc. En estas declaraciones podemos ver la incidencia de ciertos discursos prescriptivos hegemónicos26 , que se relacionas con la trama argumental de la serie (grupos que se discriminan entre sí por la manera en que visten, por su aspecto físico, etc), la que, a su vez, retoma las demandas de los receptores.

4. De la relación ficción- realidad Algunos aspectos mencionados por las alumnas llamaron la atención. En primer lugar, ya se mencionó que Patito feo tiene una estética que roza lo grotesco. Sin embargo, varias fueron

24 Martín Barbero, Jesús. 1993 en Mazziotti, Nora,1993:48 25 Se asume, como pre supuesto, que las alumnas pertenencen a lo que generalmente se consideran clases medias. Este pre supuesto está sustentado sobre todo en el hecho de que el colegio es relativamente costoso. Esto no significa que se crea que lo que se denomina “clase media” sea un grupo uniforme respecto de prácticas, ideologías, estructuras de sentimiento, asunciones identitarias, etc. De hecho, el trabajo de investigación realizado en los años 2005-2006 demostró cómo este grupo social, que en general, en algunos estudios de recepción es considerado como unívoco e indiferenciado está conformado con subgrupos que realizan interpretaciones divergentes de los mensajes que circulan en los medios. Sin embargo, el estadio que se encuentra la presente investigación, impide establecer la pertenencia de las alumnas a dos diversos subgrupos que conforman la “clase media”. 26 discursos que no sólo se relacionan con los mandatos cristianos pero que en este caso podemos, sin temor a equivocarnos, asociarlos a ellos.

10 las alumnas que sostuvieron que “Patito feo es la (novela) que nos refleja a nosotros porque habla de la adolescencia” (entrevista 2007). Esta idea volvió a aparecer en la encuesta efectuada este año, aplicada tanto a Patito feo como a Casi ángeles. Se indagó entonces si existían en el colegio grupos que estuvieran tan enemistado como las “divinas” y “las populares” (el grupo de Patito), y si había alguna chica tan mala como Antonella. La respuesta fue afirmativa aunque se colocaron las enemistades en el pasado “ahora no se, pero antes sí”. La informante que cito explicó estas transformaciones a partir de la edad. Se tiene conciencia entonces de que esta es una etapa muy cambiante y que los lazos de amor-amistad-enemistad no son rígidos27. La identificación que realizan las niñas entre sus vidas cotidianas y las vidas ficcionales es cuestionable. Pero más allá de la distancia que se pueda encontrar entre el verosímil ficcional y el social en esta novela, la flexibilidad de los lazos de amistad/amor adolescentes sí es percibida por el adulto. El problema de la identificación llevó a analizar la percepción que las chicas tienen acerca de la telenovela como lugar de saber respecto de ciertas prácticas. En este punto, llama la atención el hecho de que, a pesar de que el personaje bueno (con el que supuestamente uno tiene que empatizar) es Patito, a la hora de elegir la figura favorita, Antonella llevó las de ganar. Su seguridad, autoconfianza, su “llevarse el mundo por delante”, su aspecto físico, la manera en que se viste y actúa, su actitud descarada ante el sexo opuesto, su éxito dentro del círculo masculino (todos los chicos gustan o gustaron de ella), generan admiración y esta actitud fue generalizada en todas las informantes del 2007. Del mismo modo, fueron varias las encuestadas (2008) que declararon que lo que les gustaba de la novela era cómo se vestía y comportaba Antonella. Aparentemente, y siguiendo las declaraciones de una de las niñas, se sienten identificadas con Patito pero desearían ser Antonella, poseer esa confianza en sí mismas. Esto podría explicarse desde diversos puntos de vista. En primer lugar, Patito responde, como ya mencioné, a una imagen femenina bastante arcaica. Imagen que el mismo género telenovela se encargó de parodiar y transformar acorde a los nuevos roles que la sociedad le impone hoy en día a la mujer, al menos en ciertos sectores. Por otro lado, la etapa vital que atraviesan estos sujetos está llena de cambios y transformaciones en las prácticas y saberes conscientes que necesariamente generan inseguridades y miedos. Este no es un sentimiento

27Esto podría explicar el porqué de que en la telenovela infanto juvenil la característica genérica de “una historia de (un único) amor contrariado” no se respete con exactitud. De todos modos, suele incluirse al menos una de estas historias “clásicas” e incluso, cuando la regla se rompe, suele generar descontento. Más allá de las transformaciones que el género sufrió a lo largo de su historia, esta es una de las “reglas” que la mayoría de las telenovelas siguen respetando.

11 agradable razón por la cual no es extraño que se desee tener eso que no se tiene: autoconfianza.

5. ¿Se aprende viendo una telenovela? Dentro de los conceptos que enmarcan la presente investigación la acepción de aprendizaje que se maneja tiene presente los conceptos de saber práctico y consciencia. De esta manera, el hecho de aprender algo sería el proceso por medio del cual los sujetos incorporan esquemas valorativos e interpretativos a sus saberes prácticos28. Las informantes, al menos en su mayoría, sólo asocian el proceso de aprendizaje con la idea de incorporar información nueva (a su consciencia.). Reconocer que algo brinda información no es asumir un “aprendizaje”. Del mismo modo que no lo es reconocer o decir que un texto “trasmite valores”. De hecho, las encuestas dieron cuenta de que sostener que una telenovela transmite valores, no implica haberlos aprendido. Muchas de las que sostuvieron que Patito feo transmitía valores declararon que no habían aprendido nada de este texto. En este hecho pueden entrar en juego distintas variables: la reproducción de prejuicios respecto del género (al ser considerado negativamente por el mundo adulto que las rodea, reproducen, en su saber consciente, estas ideas y le restan importancia); también puede suceder que se reconozca la presencia de valores dentro del mensaje pero se considere que estos ya habían sido incorporados a través de otras instituciones (la familia, el colegio, etc.). En este punto se puede ver con claridad el hecho de que “que haya una cierta emancipación de la familia no significa que los padres (y otras instituciones) dejen de influir en sus opiniones.”29 En general, la función que los receptores de este género suelen adjudicarles es la de entretener, relajar, divertir y el término aprender no suele aparecer espontáneamente. Se es consciente de la posibilidad de que las respuestas que dieron las informantes hayan sido “forzadas” por la situación de “entrevistada/encuestada-entrevistador/encuestador”. Por otro lado, las reflexiones conscientes de las entrevistadas no tienen porqué coincidir con el saber práctico. La percepción de si se aprende, o no, y de qué es lo que se aprende, es bastante particular y, en muchas oportunidades, contradictoria. Por un lado, algunas de las entrevistadas, declaran que no aprenden, sin embargo, en el transcurso de la entrevista, mencionan algunas actividades

28 podemos distinguir entre dos operaciones del saber práctico. Una es la incorporación, modificación y/o confirmación de los mencionados esquemas interpretativos y valorativos, y otra, la incorporación “consciente” de nueva información que, a su vez, ofrecida a través de un discurso –el texto telenovela -, tiene, como todo discurso, la posibilidad de incidir en los esquemas del saber práctico. 29 Montero Rivero, Yolanda. 2006:56.

12 o acciones que “copiaron” de la telenovela. Saber a ciencia cierta si aquellos que dicen no aprender aprenden, e incluso si lo hacen aquellos que declaran aprender, implicaría un seguimiento en los quehaceres cotidianos de cada entrevistada. Por ahora, sólo se cuenta con sus palabras y los implícitos que estas conllevan. A su vez, las encuestadas sostuvieron que el género da información acerca de lo que les gusta a las mujeres (cuarenta y siete encuestadas), lo que les gusta a los hombres (cuarenta), de cómo conquistar a un hombre (treinta y nueve), y cómo conquistar a una mujer (treinta y seis), de cómo ser mejor persona (treinta) y de costumbres de otra cultura (veinticinco). Estos resultados confirman los arrojados por la encuesta realizada en el 2005. Se indagó, en las entrevistas, acerca de si los chicos con los que ellas se relacionaban (amigos, novios, etc), hacían las cosas (relacionadas con el cortejo amoroso) que hacían los chicos en las telenovelas. La mayoría de las niñas asoció “cosas” con comportamientos relacionados a la sexualidad y aunque no delimitaron la palabra, por sus risas, gestos, y frases (“ud. sabe”) se pudo inferir que tenían presente la idea de besos, cierto tipo de caricias e, incluso, relaciones sexuales. Algunas negaron hacerlas (sin aclarar qué) porque a veces “son muy zarpadas” (van muy rápido, juegan a dos puntas), porque “son muy chicas para eso” o “porque les da vergüenza”. Lo que sí es significativo y que diferencia a esta franja etaria de otras es el reconocimiento que tienen acerca de que las cosas que chicos y chicas hacen dentro de las telenovelas les pueden servir como comportamientos a imitar incluso cuando reconocen la dificultad de seguir ciertos patrones: admiran a Antonella porque es “lanzada” con los chicos pero a ellas les da vergüenza. De las entrevistadas sólo una declaró que prefería que las protagonistas de telenovelas tuvieran muchas historias de amor, “así es más entretenido”. El resto declaró preferir los “finales felices” (que incluyen que la protagonista se quede con su galán). En general, coexisten ideas contradictorias: las historias de amor de las telenovelas son exageradas pero pueden pasar y, en consecuencia, generan determinadas expectativas que no siempre se cumplen. En este sentido se puede postular que lo que se incorpora en los saberes, conscientemente o no, además de ciertas prácticas del cortejo amoroso, es un deseo, una expectativa, que generan ciertas estructuras de sentimiento. Si la telenovela, como un producto de la industria cultural, responde a las expectativas de los posible consumidores, en el proceso colabora en con la construcción de deseos y fantasías. De la fantasía del final feliz, del amor único, del galán romántico que regala, en vez de flores, ositos de peluche. Algunos podrían interpretar esto como un efecto negativo, “alienante”. Sin embargo, tiendo a pensar que deseos y fantasías, sobre todo en esta etapa de la vida, conducen a la acción, a la

13 transformación, a la búsqueda y es en este punto en el que se puede sostener que la telenovela, al tiempo que colabora con la reproducción de saberes tradicionales es receptor, traductor y difusor de nuevas prácticas.

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