HISTORIA DE LOS BOSQUES Y DE LA NATURALEZA DE PALENCIA Juan Andrés Oria De Rueda Y Salgueiro Académico Numerario
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PITTM, 89, Palencia, 2018, pp. 285-301, ISSN 0210-7317 HISTORIA DE LOS BOSQUES Y DE LA NATURALEZA DE PALENCIA Juan Andrés Oria de Rueda y Salgueiro Académico Numerario RESUMEN: En el presente documento se comentan algunos aspectos de interés en el devenir histórico de la vegetación, la flora y la fauna en el territorio de la provincia de Palencia, desde la remota antigüedad hasta el momento actual, destacando la relación con el hombre. PALABRAS CLAVE: Palencia, Historia, Naturaleza, Bosques. HISTORY OF FORESTS AND NATURE OF PALENCIA ABSTRACT: In the present paper some aspects of interest in the historical evolution of the vegetation of Palen- cia province are commented. Specially, aspects of the flora and the fauna in the territory of the province of Palencia are commented, from the remote antiquity to the present moment, emphasizing the relation with human action. KEY WORDS: Palencia, History, Nature, Forests. Me es grato hablar estas palabras sobre cas e incluye amplias zonas de transición la naturaleza y los bosques hoy, día 4 de entre las mismas. La región mediterránea o octubre de 2018, festividad de San Francis- de la España seca es la dominante, mientras co de Asís, patrono de forestales, albéitares, que la eurosiberiana o cantábrica se circuns- ingeniería de montes y plantíos, naturalistas cribe al norte más alto y montañoso. El lími- y colmeneros del Cerrato, fabricantes arte- te entre las dos no es una línea, por lo que sanales de cerveza y poetas de lenguas hay dilatadas superficies de transición. minoritarias, entre otros gremios. A lo largo de la Historia, se han produci- do diversos avatares en los que la vegeta- LA HISTORIA MÁS ANTIGUA ción se ha visto modificada, tanto por facto- La Naturaleza, también llamada Crea- res climatológicos como antrópicos. La His- ción, en la provincia de Palencia es pródiga toria de la naturaleza de Palencia está llena en especies vegetales y animales, pues se de acontecimientos de los que podemos encuentra en diversas regiones bioclimáti- sacar interesantes reflexiones y conclusio- * Texto de la sesión científica celebrada el día 4 de octubre de 2018. 286 Juan Andrés Oria de Rueda y Salgueiro nes, que nos sirvan para comprender mejor Posteriormente, en la era Secundaria, es nuestro medio natural y que en un futuro no cuando se produce la gran expansión de las cometamos los mismos errores. coníferas, pues se llegan a estimar en dicha De la más remota antigüedad, en la era época 10.000 especies de gimnospermas a Primaria, poseemos numerosos restos de nivel mundial, muy lejos de las apenas 700 vegetales y bosques en forma de restos fósi- actuales. les. De hecho, el llamado bosque fósil de Es en el Terciario cuando se perfilan los Verdeña, en la montaña septentrional, es paisajes vegetales actuales de Palencia, pues uno de los ejemplos más valiosos e ilustrati- se extienden las angiospermas y proliferan vos de los primigenios bosques. Allí han ya muchos de los bosques y árboles que quedado marcadas las huellas de árboles podemos observar en la actualidad, como primitivos como Sigillaria y Cordaites encinas, robles, hayas, tilos, fresnos, ála- (estos últimos, ancestros de las modernas mos, alisas, etc., además de efedras, pinos y coníferas) y sus plántulas, sometidos a ria- tejos. Además, medraban otras especies de das y fuertes perturbaciones. árboles que posteriormente se extinguieron, En la atmósfera primaria, el contenido como los de los géneros Liquidambar, de anhídrido carbónico era mucho más ele- Liriodentron, Magnolia, Pterocarya, Aescu- vado que el actual, hasta 18 veces mayor, y lus, Hamamelis, Celtis, Carpinus, etc. e la atmósfera habría sido irrespirable para el incluso algunas palmeras, como Trachycar- ser humano. Grandes helechos arborescen- pus. No obstante, hoy en día, algunas de tes y primitivas gimnospermas crecían en estas especies se utilizan como ornamenta- ambiente pantanoso y periódicamente fue- les, de modo que las podemos ver plantadas ron abatidos por catástróficas inundaciones adornando los parques y jardines palentinos. y mareas. El que se enterrasen esas enormes En las áreas lacustres terciarias medraban cantidades de restos vegetales en forma de los preciosos cipreses calvos (Taxodium), carbón y petróleo resultó imprescindible coníferas de hoja caduca que hoy día pode- para que los animales y el ser humano mos admirar, sobre todo en otoño, en los pudiesen sobrevivir posteriormente. Fue estanques del Parque del Salón o de la Isla una primitiva y masiva fijación de carbono Dos aguas de la capital provincial. atmosférico. Ya en la era Primaria resulta En la era Terciaria tiene lugar un hecho notoria la abundancia de antiguas coníferas fundamental: el esencial cambio climático, en los yacimientos paleontológicos palenti- que produce el factor más destacado y dife- nos, como las pertenecientes a los géneros rencial para nuestro paisaje, flora y vegeta- Lebachia, Walchia, Ernestiodendron, Otovi- ción. En efecto, nuestro clima predominante cia y Ulmannia, antecesoras de los pinos y será el mediterráneo, de veranos luminosos enebros actuales. Los restos de numerosos y secos y lluvias desde el otoño a la prima- helechos y colas de caballo, así como ramas vera. Con este motivo, en la Península Ibé- y conos de todos estos enebros y pinos pri- rica se produce la individualización de nues- migenios, son muy frecuentes en los derru- tros ecosistemas xerófilos más característi- bios y montones de gleras y tierras proce- cos, como nuestros emblemáticos encinares, dentes de la actividad minera de la montaña. los robledos de páramos y sierras, bien alba- rejos o marojos, así como nuestros aromáti- PITTM, 89, Palencia, 2018, pp. 285-301, ISSN 0210-7317 Historia de los bosques y de la naturaleza de Palencia 287 cos pinares, estepares, tomillares y otros se han mantenido hasta la actualidad, así matorrales propios de solanas y cuestas. como de otras muchas especies de animales Al finalizar el Terciario, en el periodo esteparios. En este último periodo y muy llamado Mioceno superior, se documenta recientemente llega el águila imperial una abundancia de ambientes esteparios con (Aquila heliaca adalberti) a la Península mayor presencia porcentual de Pinus y Ibérica, procedente de las áreas esteparias Quercus, y se extiende la flora esteparia: del Este de Europa y Asia Central. Poste- compuestas, plantagináceas, quenopodiáce- riormente, los ambientes forestales se recu- as y cistáceas, bajo un clima más continen- peran y cubren de encinares, robledales, tal. En esos tiempos es cuando se deseca el pinares y bosques mixtos buena parte del mar Mediterráneo y se extienden los hábi- territorio. tats desarbolados, con entrada de plantas La fauna cuaternaria incluye no solo a esteparias del este de Europa y de los desier- corpulentos rinocerontes y abundantes tos de Asia Central en la Península Ibérica. mamuts, sino también a numerosísimos Proliferan entonces muchas plantas de caballos, cebros, bisontes, ciervos, toros, desiertos asiáticos, como las de los géneros rebecos, corzos y jabalíes. Leones y leopar- Ephedra, Salsola, Suaeda, Stipa, Gypsophi- dos persiguen a tan variadas presas. El caso la, Astragalus, Artemisia, Onopordon y del cebro (Equus hydruntinus) resulta curio- Thymelaea, además de Nepeta, Juniperus, so, pues subsiste hasta tiempos históricos en Camphorosma, Helianthemum, Plantago, muchos lugares de España, donde ha dejado etc. Muchas de estas curiosas plantas las abundante toponimia como Cebrones, observamos hoy en las pendientes cuestas Cebreros, Cebros, etc. Parece ser que eran margosas de los blanqueros del Cerrato. En muy veloces y astutos, de modo que los estas estepas miocénicas, resultaban muy cazadores difícilmente los podían sorpren- abundantes muchos ungulados esteparios der. Por otro lado, no eran sensibles a las (caballos salvajes, gacelas, camellos, rino- enfermedades que podían trasmitir los cerontes, etc.). humanos, algo que parece que sí afectó gra- vemente a otros, como mamuts y rinoceron- NEANDERTALES Y CROMAÑONES, tes, que se extinguieron por un conjunto de LEOPARDOS, CABALLOS Y CABRAS causas, varias de ellas antrópicas. Los caba- MONTESES llos (Equus caballus ferox) eran los ungula- En el Cuaternario, se produce el vaivén dos pleistocenos más abundantes en el pai- de las glaciaciones y muchas de las plantas saje vegetal de la cuenca del Duero y for- descienden a zonas más bajas que las que maban grandes yeguadas que se trasladaban ocupan actualmente. Al final del Pleistoceno en busca de pastos. Estos veloces herbívoros y hasta el Holoceno o actual (desde hace sufrieron drásticamente la presión cinegéti- unos 100.000 años hasta hace unos 10.000) ca prehistórica, llegando casi a extinguirse, se produce un nuevo y máximo exponente pero con el Neolítico se recuperaron pobla- de ambientes esteparios en la Península Ibé- cionalmente como domésticos, al ser un ani- rica y Europa. Es el auge de las bellísimas e mal noble y muy resistente, pues aprovecha incomparables avutardas ibéricas (Otis los lastones o hierbas muy duras y bastas, tarda), que orlan la Tierra de Campos y que así como las olagas y argomas muy espino- PITTM, 89, Palencia, 2018, pp. 285-301, ISSN 0210-7317 288 Juan Andrés Oria de Rueda y Salgueiro sas, protegiendo, por tanto, los montes de nes de bosques de monasterios y catedrales. los grandes incendios forestales. Algunos rodales han sobrevivido hasta hace La llegada del hombre primitivo tiene unos años como auténticas reliquias, que- una cierta impronta en el paisaje, pues el uso dando algunos restos aún en ciertos parajes del fuego y la caza intensiva de los ungula- como Hurones (vecindad de Burgos) y algu- dos da lugar a un fortísimo descenso de los nos enclaves por los valle de ríos como el herbívoros, lo que ocasiona la extinción en Ucieza, Teira (Zamora), Cega, Carrión, etc. cadena de los grandes predadores. Es un hecho estudiado que las manadas de huma- PAISAJES CÉLTICOS AGROFORES- nos se ven apostadas cerca de las principales TALES vías migratorias de los grandes rebaños de El Neolítico se inicia hace unos 10.000 herbívoros.