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PRÓLOGOS

Mi amigo Gustavo Enrique Wierna, me pidió le revisara el libro “Ocio Intelectual” por lo que tuve que leerlo meticulosamente de ”pe a pe” , y me deje llevar por el relato casi vivencial, a medida que el autor, a medida que el autor iba desovillando sus recuerdos, evocando un mosaico de sucesos, y revalidando etapas de su vida universitaria, profesional y sentimental.

En este libro asisto a la pulseada entre el “Profesional Docente” por excelencia, y el”Indio” por imprudencia, donde todo lo expresado se convierte en un testamento válido, con entretelones mundanos relatados con frondosidad de exposiciones, una suerte de intimidades veniales de un San Gustavo Enrique, con veleidades donjuanescas.

El autor en su autobiografía bosqueja datos que ordenadamente nos lo confía en un discurso a ratos trivial, pero donde sabe enmascarar profundamente estados afectivos, aderezados con un sinfín de anécdotas (que lo divierten), a fin de brindarnos descripciones que a toda costa quería dejarlas documentadas, como engranajes que ensamblan en el correlato de su vida. De a ratos predomina el sentimiento fraternal, la hermandad humana, la alegría de vida compartida con sus compañeros de casa allá en Rosario de Santa Fe; también momentos de soledad, y una acentuada saudade que contagia.

Alerta instala su mirada sobre la vida y obra de sus compañeros y como co-protagonista presencial, fue acopiando escenas en la memoria, que de tanto repetirlas fueron sufriendo una metamorfosis, que la fantasía y la chochera de sus años se encargaron de agrandar. Sólo faltaba testimoniarlas, y se dio el lujo de plasmarlas en un libro. 3

Estas memorias se leen solas, porque así lo invita la verosimilitud de su sencillez lingüística, sin exigir al lector un mayor esfuerzo. Son situaciones que uno las acepta como si ya las hubiera conocido, como si uno hubiese sido partícipe y compinche de esas aventuras. Pero aclaremos que esa sencillez no está reñida con la profundidad de conceptos y de principios que el autor lanza como venablos al centro de la emoción, lo que de muestra su lucidez, personalidad y línea de conducta sobre todo, poniendo en evidencia algo que todos sus amigos conocemos: su don de gente, propio de ese niño grande, juguetón y travieso arrimado a la bohonomía.

Gustavo se descorporiza cuando en el Capítulo XIX “Nostalgias”, recuerda con veneración a una de sus tías, donde queda flotando una travesura, un desliz, su papelón, los pesares y el arrepentimiento. Sin querer, quedó plasmada una enseñanza que enriquece el espíritu.

Advierto que Wierna va saliendo poco apoco desu “obligación” al ocio intelectual como “hobby” que le prescribiera su médico. Por mi parte, lo sigo instando a mi amigo para que comience a escribir “Cuentos”. El conoce el mundo del relato, ahora sólo le falta un poco de imaginación para crear personajes y situaciones que desemboquen en un final feliz o no, asombroso, novedoso o estúpido, usando la fantasía, el gracejo y la mentira como medios.

Su vida siempre expuesta y llena de anécdotas, son base para Cuentos. Hasta ahora todo fueron relatos rescatados de la memoria histórica, detallista y meticulosa de Gustavo. El desafío ahora es la creación, inventando una narración atrapante que hasta aparezca cierta, y esté llena de emociones que hagan vibrar al lector. He lanzado el guante, y si se entusiasma mi amigo, deberá hacerse asesorar bien, leer cuentos y descubrir su técnica. De esa forma ingresará por la puerta grande al mundo de la cuentística con buenas perspectivas. Muchos pasajes de su relato servirán de basamento para estructurar cuentos, introduciéndoles esa cuota de fantasía y un vuelo mágico e imaginario que pueda arribar a un epílogo aceptable. Es necesario que Gustavo prosiga exhumando recuerdos, buscándose, encontrándose y perdiéndose cuantas veces sea necesario, en 4 la ambigua certidumbre que las palabras ocultan, soñando y haciendo soñar.

Cesar Antonio Alurralde

Estimado Gustavo:

Cuando leí Carrera March ¡!¡! A tierra te dije que el libro era un pedazo de la historia de Salta, no esa historia de luchas, de gobiernos y desgobiernos, de cuestiones econó-micas o administrativas, que sería más cercano a tu profesión, sino un pedazo de esa historia menuda, esa historia de las personas comunes y corrientes por detrás de la cual aparece a pantallazos, o esbozada o intuida, la que suele servir de tema a los historiadores. Pienso en este momento en aquel capítulo cuyo trasfondo fue el movimiento obrero contra un gobernador salteño, creo que en 1949, que tiene tanto valor real como aquel otro de El señor gobernador y la insurrección, de Néstor Saavedra. Tú dices lo que le tocó vivir a un conscripto. Y eso es lo valioso.

Pues ahora eres “repitente”, con Ocio Intelectual sucede lo mismo. Quienes dentro de cincuenta años, o menos tal vez, se pregunten cómo eran las perspectivas de los recién egresados del secundario y cómo erala vida de los estudiantes universitarios tendrán en tu libro un excelente testimonio. Todo está lleno de anécdotas de la vida estudiantil, es como un mosaico de situaciones personales tuyas, pero a la vez son “ejemplares” (no me refiero a los buenos ejemplos) quiero decir que son situaciones típicas de la vida en las pensiones y en el ambiente de la universidad, que reflejan un estilo de vida juvenil en que se mezclan el humos, el compañerismo, la responsabilidad, la fidelidad ... Pero creo que tu obra va más allá: en el trasfondo de cada situación, en el contexto de la vida personal aparecen retazos dela vida social Argentina en el momento de tus estudios, la necesaria emigración de los jóvenes a los pocos centro universitarios de la época, la relación entre chicos y chicas ,la vida política 5 y sus consecuencias, el buen ejemplo de los funcionarios, como el de aquel Contador General de la Provincia, el verdadero comienzo, como proyecto de la universidad en Salta en la visita que os hizo Monseñor Tavella, el comportamiento de los hombres en los momentos difíciles de los cambios políticos.

En fin Gustavo, he leído tu libro de un tirón con verdadero gusto, para volver a leerlo después con detenimiento. He adivinado quiénes eran los personajes, muchos de ellos amigos comunes o personas conocidas. Es también para ellos un pantallazo, como foto viva, de su vida universitaria. Y a mí me ha hecho recordar una novela que leí siendo estudiante secundario en España, “La casa de Troya”,refleja la vida de los estudiantes en la Universidad de Santiago de Compostela, inspirada sin duda en la realidad vivida por el novelista.

Tu libro no es una novela. Es autobiografía de esas que hacen falta para conocer lo que fue Salta y también Rosario ,a través de la vida de un joven universitario. Y por último, nos queda algo más que conversar: no creo que seas un “ocioso”, así que al ocio habrá que entenderlo en otro sentido, sin duda en un estado de contemplación, que no es un estado pasivo sino la condición para ser “creador”, Y ciertamente que has dado un precioso recuerdo.

Un abrazo de:

Vicente Pérez Saez

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A Pocha, mi esposa y madre de mis hijos.

Ser maravilloso, recibido de Dios como un Premio inmerecido, para fundar juntos una Familia, que por tener como cimientos el amor será eterna. El Señor bendijo nuestra unión , dándonos Hijos y nietos, a los cuales abrazo y beso en esta dedicatoria.

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Gustavo E. Wierna

CARTA AL LECTOR

En la exposición de motivos del libro ¡¡Carrera Mach a Tierra!! Explicaba que mi condena como docente o como funcionario público fue siempre escribir cosas serias, y no el placer de comunicarme con mis semejantes y a veces conmigo mismo.

Si me había animado a escribir contando experiencias vivénciales, fue pedido de amigos, de alumnos y exalumnos, que integran también el núcleo de mis seres queridos.

El Medico Neurocirujano, que con amor y responsabilidad se tomó el trabajo de devolverme apto para comportarme en la sociedad, me recetó que hiciese un poco de “ocio intelectual”, eso fue lo que hice cuando escribí el libro anterior y lo que pretendo hacer con el presente. Lo 8 escrito es otro ocio de un intelecto que no puede quedarse quieto. No esperen encontrar una perfección lingüística o un estilo depurado, porque el buscar eso dejaría de ser ocio para convertirse en trabajo.

El primer problema lo constituyó el tema al cual referirme, las opciones que se me presentaron fueron varias.

a) Referirme a uno de los más hermosos capítulos de la vida de los hombres que tuvimos la suerte de ser estudiantes universitarios gracias al esfuerzo de toda la sociedad.

b) Relatar un anecdotario, de mi paso por la función pública y la docencia

c) Referirme a los problemas que presenta la actualidad los “sexagenarios que tuvimos el valor de no morirnos

Si me hubiese decidido por la tercera alternativa sería más un masoquismo, o la protesta de un hombre que se resiste a ser considerado un ex humano, condición a la que nos encontramos reducidos, aquellos infelices mortales, que llegamos a sufrir los “maleficios de la jubilación” que nos convierte en “chatarra humana” usada como mercadería de los geriátricos.

Entonces el resultado, en lugar de ser un ocio del intelecto, puede resultar algo perjudicial a la salud. Por ese motivo antes de encarar un tema de esa naturaleza, debo consultarlo con un médico.

Quedó en consecuencia, como tema central, la vida de un estudiante universitario, en la época en que me tocó vivirla, que se diferencia en muchos puntos de lo que les toca a quienes integran hoy la muchachada estudiantil.

Uno de los puntos diferentes, se refiere a la dificultad que se nos presentaba por la falta de establecimientos de Enseñanza Superior, que obligaba a los provincianos a dejar la patria chica, para ser considerado un extranjero en la patria grande.

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Otro punto muy importante es el trato ente los estudiantes, donde la relación entre chicas y muchachos, aún cuando existía una cierta y sincera amistad, el trato era de usted, el tuteo tenía lugar recién cuando existía una relación más íntima.

No es una autobiografía, ni menos un “anecdotario de verdades”. Por lo contrario, los hechos reales siempre se encuentran rodeados de otros entornos a ador-nados con un toque de fantasía que los disfraza, pero que no los oculta ni los niega.

Traté de mostrar el estilo en que vivíamos un grupo de amigos, que supo hermanarse en tierra en esos tiempos lejanas. Pero no por ello deben tomarse los nombres de los personajes que aparecen como reales, ni las situaciones al “pié de la letra”, sino que debe tenerse presente la aclaración que toda semejanza, tanto en los nombres como en la situaciones vividas, son “puras coincidencias con nombres y situaciones ocurridas en la vida real”

De todas manera, si alguno de mis amigos con los cuales compartimos esa etapa de la vida se siente aludido y ofendido, le pido que me perdone. Si quiere que me retracte, desde ya me considere retractado, y si no acepta mi retractación, que tenga la bondad de irse “a la carrera, a pie, en bicicleta o en tranvía” a donde el Diablo perdió el poncho. (Note el señor lector la delicadeza usada para remitir a los necios , a su debido lugar)

El autor del libro que usted está leyendo

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Capíiulo I

EL VIAJE Hasta más allá de la primera mitad del siglo XX en la República Argentina existían contadas Universidades situadas en los centros de mayor población o de mayor peso en las decisiones políticas, que como siempre favorecían la regiones más ricas, que rara coincidencia en el emergente continente sudamericano eran las que mirando a lo lejos bañaban sus pies en el mar de espaldas al resto del país.

Ello obligaba a la juventud que pretendía cursar estudios superiores a emigrar del terruño natal. La Universidad se convertía en un privilegio otorgado según razones de distancias o de poder económico. Aunque es de hacer notar el interés de algunos Estados e organizaciones interiores a la Capital Federal, (Provincias, Municipios y Empresas locales) que mediante becas u otras ayudas buscaban la formación de los jóvenes que luego serán sus dirigentes.

La corriente de juventud que se desplazaba era casi exclusivamente masculina. Las pocas chicas que emprendían la "aventura de los estudios universitarios lo hacía por regla general cuando poseía parientes en los lugares de estudios; o las menos, por ser 12 dueñas de la fuerte personalidad que las harían a con posteridad lideres en las luchas en pro de le igualdad de derechos y la liberación femenina ¡Las muy araduras!...¿Cómo sí alguna vez en todas las épocas y lugares del mundo no hubiera hecho con nosotros los varones, lo que ellas quisieron. dando validez a las “redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz?. Recitándolas cambiando el sexo de los sujetos lo que resultaría así: “Mujeres necias que acusáis a los hombres sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”

Pero siempre existió la excepcionen que confirma la regla de la “Monja poetiza” mejicana que alumbrara en la segunda década del 1.600

Nuestras pobres novia o amiguitas aspirantes a esa denominación que quedaban esperando nuestro regreso con las angustiosas dudas propias de la edad y de la espera, habían acuñado en su lenguaje popular diversas denominaciones "muertos en combate”“mutilados de guerra” y “sobrevivientes".

Los "muertos en combate eran aquellos que habiendo partido para estudiar, habían sido primero "cazados” (así con "zeta”) y luego "casados” (así con ese) por una "lugareña ". Y una vez que contrajo matrimonio no regresaba a Salta.

"Mutilados de guerra”: eran los estudiantes que regresaban ya casados o con un compromiso serio que los llevaba a el casamiento con la novia foránea que luego lo acompañaba en la vida cotidiana en Salta, donde casi siempre vivía también una novia engañada en una vana espera. El apelativo se originaba en que había sido "mutilado en lo más importante que tiene el hombre: su libertad. Era el estudiante que había claudicado frente a uno ojos, por unas caricias, unas curvas ï simplemente por un "arrebato juvenil.

Y por último estábamos los supervivientes, fauna compuesta por los que de tan feos que éramos ni los perros nos ladraban más, los más tontos, los tímidos y los más vivos, que éramos aquellos que habíamos sabido o podido eludir los asedios femeninos y disparar a 13 tiempo y por último los "formales” que supimos guardar a ultranza la fidelidad a una novia ausente y en espera, los que ni por casualidad mirábamos á otra mujer. (Creo que esta última especie solo existe en la rosada imaginación femenina).

Contando con la ayuda y el sacrificio de mi familia, especialmente de mis hermanas solteras estaba decidido a continuar los estudios en la Universidad Nacional del Litoral donde ya sé encontraban algunos de mis ex-compañeros del Colegio, y otros amigos emprendieron el ´ viaje.

En esos tiempos el medio de traslado posible era el tren que saliendo de Salta a la noche. Pasaba al día siguiente con las primeras luces del amanecer por la ciudad de San Miguel de Tucumán a la noche llegaba a la ciudad de Córdoba a siguiente madrugada pasaba por Rosario, para arribar a Buenos Aires al medio día. Esos horarios se cumplían siempre y cuando hubiese buen tiempo, viento a favor o que ninguno de los gremios involucrados hubiese tenido la peregrina idea de declararse en huelga.

El tren se encontraba compuesto por coches dormitorios, de primera y de segunda clase. En las épocas de inicio de clases o cuando regresábamos de vacaciones los estudiantes copábamos los asientos de madera de la segunda clase.

Allí nos encontrábamos con los que viajaban a Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Rosario, Buenos Aireó y a La Plata. Y pobre de aquel que no perteneciendo a la "cofradía estudiantil” tenía que convivir con nosotros el viaje, siempre era objeto de bromas, cargadas. etc etc.

Me despedí de mis familiares. Mamá me dio sus valiosos consejos mater-nos como si en lugar de ausentarme a estudiar partiera para enrolarme en la Legión Extranjera como soldado mercenario.

Acompañado por Víctor y Adolfo que retornaban para continuar sus estudios en el mismo destino ocupamos nuestros lugares en los duros y destartalados asientos de segunda clase.

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Allí me encontré con muchos conocidos que emprendían distintos rumbos. Todo "amigados por ese lazo invisible que significaba le "condición de estudiante".

Ocupábamos la mitad del coche los otros viajeros trataban de escapar del ruido que hacían nuestras bromas y cantos. Pero la excepción la dio inicialmente un “gauchito anteño” vistiendo su típico atuendo, pañuelo al cuello, sombrero negro alón con la copa "retobada” (1) unos litros de tinto entre "pecho y espalda" una botella en una mano y un "caja chayera”(2) en la otra. Volvía a sus pagos para seguir disfrutando el Carnaval que ya perfumaba el aire.

No había llegado el tren al Río Mojotoro cuando nuestro "gauchito" al son de la caja y con voz de quién ya se encuentra "hasta el anco”(3) comenzó sus coplas.

Flor de yuyo Flor de yuyo Yo so’i tuyo Yo so’i ruyo Flor morada Que china Que disgraciada. Que es tu hermana Mi tía Juana Mi tía Juana La’i espiao por el cerrojo me a metio un

(1) "Retobada"¬ forrada en cuero este vocablo es un argentinismo

(2) "Caja chayera"¬ Tamboril pequeño con que el nativo acompaña el canto de sus coplas y tonadas (3) “hasta el anco" Sí bien el anco es un zapallo alargado del género ‘pepus’ y en voz quechua. La expresión estar “hasta el anco" indica encontrarse en un estado total de beodez 15

palo en el ojo

Haciendo un alto en su canto y mirando fijo á Rodolfo (un estudiante de odontología que estaba sentado frente a él, le dijo:

- Animate no seas "caguila” (4) saca la guitarra y la botella de "torrontés que ‘tenis’ ahí guardada, cantemos. y chupemos

Al parecer Rodolfo estaba esperando la invitación sacó la guitarra del portaequipajes se sentó al lado del "gauchito" como para entonarse le arrebató la botella, la destapó y con un "largo beso” la dejó a la mitad y así entonado inició su canto con una vieja copla de folklore salteño:

Quisiera cruzar el río sin que me sienta la arena al diablo ponerle grillos y a tu amor una cadena.

Pero mientras Rodolfo cantaba esa copla, el "borrachito” iniciaba otra que sonaba así:

El amor y la la leña verde, solo aesdn cuando hay ocación cuando hay ocación Voy pa’l valle Voy pa’l valle Tal vez l'halle

=(4) "Caguila"- De acuerdo al Diccionario de Regionalismos del Dr. José Vicente Solá es mezquino, cobarde 16

Tal vez l'halle

Y así sin piedad para el resto del pasaje el dúo de dos a dos voces distintas con dos instrumentos distintos tocaban distintos ritmos y entonaban coplas distintas y sin hacer discriminaciones raciales intercambiaban tragos de vino tinto y blanco.

El tren llegó a la Estación de General Güemes allí se agregaron los estudiantes que provenían de las ciudades de Jujuy, San Pedro, Ledesma y Orán.

- Indio de porquería ¡Vos por estos lados!.

Tal fue el salud del "negro” Párraga un estudiante de medicina que fue uno de mis compañeros de Cuartel cuando en el año anterior cumplimos con el Servicio Militar. Todos nos confundimos en un abrazo y al son de saludo sin importarnos los "berridos” del dúo formado por el "gaucho y Rodolfo, estudiantes saltéenos y jujeños y hasta algunos que eran bolivianos y peruanos nos unimos en algo que quería ser un coro, no digamos de cantores sino "gritando fuerte” la canción que unía una gran parte de la juventud:

Estudiantes! ... Alcemos la bandera que ilustraron los próceres de ayer, y foresca a sus pies la primavera, el amor renovado en nuestro ser. Y echen a vuelo el nombre de estudiantes en bronces de romántica emoción, los que lo son, los que lo fueron antes, los que por suerte, tienen de estudiantes ¡Para toda la vida el corazón!

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El monótono traqueteo del tren y el poco descanso previo motivado por las despedidas y a pesar de que el dúo continuaba su concierto muchos empezamos 0 dormirnos.

De golpe se hizo el silencio Rodolfo y el gauchito ‘cajero’ confundidos en un abrazo dormían; uno; el gauchito, su "pedo ” y el otro, el estudiante. meditaba su “mona”

Cuando el tren detenía su marcha en esa Estación de nombre difícil, que se encuentra diez kilómetros antes de la ciudad de Metán,(5) Leopoldo, despertó al gauchito de un grito al “gauchito” y le preguntó:

- ¿Usted no tenía que bajarse en Metán? - Sí, ... Muchas gracias “niño” Leopoldo - Apúrese, que ya sale el tren ... ¡ Muuuévasee don Jacinto!.

Y poniéndose en acción le ayudo al "gauchito” con su poco equipaje y lo puso en el andén cuando el tren ya reiniciaba su marcha. Alguien exclamó

- Pero che Leopoldo esto no es Metán. ¿ Por qué lo hiciste bajar? - Para que camine, se le pase el "pedo” (6) y nos deje dormir

A la mañana siguiente. cuando despertó Rodolfo le preguntamos el porque de su actitud con su compañero de canto, entonces nos enteramos que se llamaba Jacinto, que peón en una finca de propiedad de su papá, cinco kilómetros antes de Metán. Que tenía que llegar a tiempo para el primer ordeñe de las vacas, y si lo dejaba seguir hubiese se quedaría en Metán hasta el entierro del Carnaval

(5) Estación Ingeniero Schneidewind (6) “Pedo” denominación que el común de la gente toma de borrachera

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Sin contratiempo llegamos a Tucumán donde bajaron algunos estudiantes y subieron otros que viajaban a Córdoba, Rosario, Buenos Aires y La Plata

En una de las primeras Estaciones Ferroviarias de le Provincia de Santiago del Estero subió un digno ejemplar de santiagueño flaco, de regular estatura camisa blanca, sombrero gris de alas anchas. A poco de acomodarse de la pequeña bolsa de sus pertenencias, extrajo otra “bolsita” que contenía un plato atado con una servilleta, preparado, por su prolijidad, seguramente por manos femeninas, dentro del mismo un ‘pollito’ asado con pinta de estar sabroso..

Con un diestro movimiento le arrancó una pierna envolvió el resto lo acomodo en el porta equipajes y con placer comió la presa, tras lo cual arrullado por la música de fondo que producía el traqueteo del tren pronto estuvo dormido.

Manos hábiles y rápidas que no individualicé tomaron el plato u donde antes había un pollo, al que el dueño le había comido una pierna les puso una "bola de papel" de diario y lo dejaron perfectamente acomodado. Supongo que el contenido original del plato sirvió de desayuno para algunos estudiantes.

Poco después de medio día el pobre santiagueño tomó el plato desató la servilleta, se puso de pié de un salto mientras su mano derecha sacaba de la cintura un "cuchillo cañero” y con los ojos rojos por la “bronca” gritaba:

- Ladrones, piratas, cuadrilleros, pandilleros, me robaron "el ave" Si es macho ladrón de mi ave que de la cara. Seguro que es alguno de ustedes, ‘pituquitos de mierda’, vengan den la “jeta”, de a uno, de dos o en cuadrilla que se las ‘vua "vua'romper” a todos y de un solo tajo

Tres estudiantes “tucumanos” que estaban sentados cerca para calmarlo le dieron un vaso de vino, lo sentaron con ellos convidándole unas milanesas. El santiagueño se calmaba poco a poco y de vez en cuando con la impotencia propia de quién fue robado repetía á 19 viva voz: Me robaron el ave que me preparó con todo amor la Antonia. De pronto, Poniéndose de pie y dirigiéndose a todos exclamó:

- Dios quiera que el ave tuviese “moquillo” y que al ladrón le agarre “churretera”

En Córdoba bajó otra tanda y con la gente que subía perdimos la mayoría en el vagón. La que correspondía ahora al "personal de servicio" que luego de las vacaciones retornaba a sus respectivos trabajos.

Me llamó la atención que varios de los estudiantes de cursos adelantados ya estaban "acomodados" con las "sirvientitas" y “trabajadoras” debido posiblemente a conocimientos en viajes anteriores y mientras "platicaban” usufructuaban del mate y provisiones que las mismas llevaban

Con las primeras luces del día llegamos a Rosario donde terminaba nuestro viaje después de las despedidas del caso bajamos del tren juntamente con Víctor, Adolfo, el "negro” Párraga. Leopoldo, Rodolfo, Oscar u otros que no recuerdo.

Alquilamos una destartalada camioneta donde cargamos nuestros bultos y subimos todos para que nos repartiera en nuestros respectivos hospedajes.

Ya estaba en otras tierras a más de mil kilómetros de mi Salta dispuesto a emprender la "aventura del estudio universitario".

Ese día y los dos siguientes mr albergué en la pensión donde se alojaban Adolfo, Víctor y José Antonio, ocupando el lugar del ´cholo’ Roberto que aún estaba en Salta. Mientras buscaba una pensión donde alojarme..

En mi cabeza repiqueteaban los versos que la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou. pareciera haberla escrito dedicada a mí:

Sí a otro pago muy lejos del tuyo, 20

indiecito, algún día te llevan, y no eres feliz y suspiras por volver a tu vieja querencia Y una tarde en un soplo de viento el sabor a tus montes te asalta ya sabrás, indiecito asombrado, lo que es la palabra "nostalgia".

Y me preguntaba con un poco de miedo y sin esperar respuesta ¿Qué será de mí?. Pobre "indio norteño" corrido de su Valle a los ponchazos por Doña “Necesidad de Progreso” y con el propósito que me había formulado de volver cuando pudiera ser útil a mis hermanos, en un poblado tan grande.

En una ciudad a la que veía tan distinta a la mía que por el movimiento de su gente hacía aplicable lo que el poeta Juan Carlos Dávalos dijera de Buenos Aires es un "hormiguero pateado"

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Capítulo II

LA PENSIÓN

Encontrar una casa de Pensión para estudiantes no era difícil. Los diarios publicaban avisos ofreciéndolos en casas de familia otras quE estaban autorizada por la Municipalidad para funcionar como tales, posen un letrero que dice "Pensión para estudiantes" algunas 22 ofrecen servicios completos, desayuno, almuerzo, merienda y cena. Otras, solamente habitación.

Desde varias generaciones anteriores a la mía y en los distintos lugares del mundo, existen y existirán pensiones que uno debe evitar, y que recibían las siguientes denominaciones:

b "Lavoisier" en recuerdo del químico francés autor de la ley de conservación de materia, cuya síntesis es “nada se pierde todo se transforma. Y que en el caso concreto de las pensiones que ofrecen comida, se refiere a que el plato de “polenta” del almuerzo será la sopa de sémola de la cena, el guiso o el puchero de un día son las albóndigas del día siguiente, y así etc. etc. b Las conocidas con el nombre genérico de "pensiones del vómito" por la calidad y clase de las comidas que brindan.

b Las llamadas con el apelativo:"¿ocupa joven?" que no tienen nada que ver con el arte culinario sino con los servicio extras que ofrecen que se manifiestan, por regla general, pasada l media noche, cuando un "taconeo femenino" precede los golpe en la puerta de la habitación donde duerme "el estudiante la clásica pregunta "¿Ocupa joven?".

Aparte de esa gama, estaban las ofertas que realizaban asociaciones religiosa, que habilitaban los "Pensionados", tanto para muchachos, como para. Pero para conseguir lugar en ellos no solamente había que solicitarlos con tiempo, sino tener una "buena palanca"

Es por ello que el asesoramiento inicial de quienes ya vivieron esa experiencia es de suma importancia.

Elegí una que por el precio y los informe me pareció conveniente. Se encontraba el barrio de la Facultad de Medicina; la contra radicaba en que la pensión quedaba lejos de mi Facultad y de la residencia que era ocupada por los otros salteños, además tendría que compartir la habitación con otra persona.

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El domingo a la mañana me dirigí allí para arreglar condiciones "Cuando me informaron el nombre de quién sería mi compañero de habitación acepté. Acompañado de Doña Luisa (una solterona cincuentona, pero aún en edad de merecer más de una mirada, dueña de la casa), me dirigí a la que sería mi pieza.

Grande fue la sorpresa del "Negro Párraga", nos abrazamos, charlamos un rato me contó qué entre los pensionistas en el primer piso estaba el "corchito? Bravo, otro ex-camarada del Servicio Militar y comprovinciano del "negro". Estudiaba ingeniería y compartía a la pieza con un hermano menor que vino a estudiar Medicina.

El lunes a la mañana me instalé en la pensión, durante el almuerzo conocí al resto En total éramos como veinte pensionistas, seis estudiantes un matrimonio con un par de criaturas, el esto empleado y obreros. Llamaba la atención la falta de "mujeres pensionistas". Los seis estudiantes fuimos ubicados la misma mesa, donde luego de las presentaciones del caso, el hecho que conociera tanto al "negro" como al "corchito” hizo que fuese muy bien recibido y el ambiente grato.

Me llamó la atención e trato preferencial que Doña Luisa le brindaba al "negro Párraga". La explicación se encontraba en el hecho que era el pensionista de mayor antigüedad , un poco mayor que los otros estudiantes, puesto que el Servicio Militar lo hizo luego de una prórroga de dos años" y que se encontraba ya cursando el Quinto Año de Medicina. Ser amigo y compañero de habitación del ‘negro’, podía tener algunas ventajas (8)

Ese mismo día a la tarde ya estaba en la Facultad para iniciar mi carrera.

A la mañana del día siguiente el negro me interrogó sobre mi vocación tratando de indagar si tenía “pasta” para medicina. Como esa tarde llevaría al hermanito del “Corchito Bravo” para que conociera el

(8) Ver el Libro "Carrera March a tierra" donde en un Capitulo hago refencia a éste compañero de Cuartel 24

Hospital en el cual el negro asistía a sus clases prácticas me invitaron a acompañarlo.

Vistiendo un guardapolvo blanco prestado por Párraga1, recorrimos distintas Salas dependencia del Hospital Centenario" éramos tantos los muchacho, de guardapolvos que nadie nos preguntaban nada, menos, estando acompañado con unos "practicantes" que ya eran conocidos.

Vamos ahora a probar si tienen "estómago” para ser médicos. Dijo Párraga y nos hizo entrar una Sala pequeña donde ya habían otros de guardapolvos blancos observando y siguiendo las explicaciones que daba alguien que supongo sería un Médico

Se trataba de un parto. No pude aguantar, cerré los ojos, bajé la cabeza con miedo de descomponerme", pensé: si esto tiene que sufrir una mujer en un parto yo me quedo soltero o me meto a Cura. EL negro nos “arrió” diciéndonos

- Vamos ahora a ver una operación de intestino que hacen en e Quirófano del lado.

- Yo me voy de vuelta a la pensión, no aguanto esto, y haciendo fuerza para no vomitar, emprendí el regreso. Indudablemente no tenía “estómago ni valor” para ser médico.

El día miércoles decidí subir a la terraza para lavar mi ropa1, allí encontré al hermanito del Corchito y a otro de los nuevos pensionistas haciendo hervir en dos latas de 20 litros1 de agua con cal y otra sustancia, algo que no individualicé con la primera mirada. Ellos habían encendido el fuego en el asador allí existente.

Al darme cuenta de lo que se trataba inmediatamente llegue a la conclusión que mi permanencia en ese lugar y aún en esa pensión, estaba de más, tmando nuevamente mi paquetito de ropa sucia me volví a mi pieza.

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Esos "salvajes impúdicos" estaban haciendo hervir para limpiar un esqueleto humano que Luis (el hermanito del ‘corchito’) había conseguido con bastantes malas arte del cementerio de un pueblito cercano a San Pedro en la Provincia de Jujuy.

Luego de hervido tomaban huesito por huesito lo limpiaban con un cortaplumas sacando lo les pudo quedar pegado después vendría la operación de armado para servir de material de estudio.

Los días pasaban con rapidez1 ya estaba integrado a la Facultad y en la pensión las cosas marchaban con normalidad

Salvo lo que ocurría por las mañanas, desde inicio de esa semana Párraga que tenía un reloj despertador que en lugar de funcionar cuerda por el ruido que hacía parecía una locomotora que funcionaba a leña y una campanilla que era capaz hasta de resucitar a un muerto.

Como durante un mes debía cumplir a partir de las seis de la mañana turno en un trabajo práctico en el Hospital como exigencia de una materia que cursaba puso en funcionamiento la infernal “máquina de impedirse dormir. El reloj sonaba las cinco, el negro se desperezaba, se levantaba se dirigía al baño y seguida volvía murmurando maldiciones (por omitir escribir puteadas, que ha decir verdad el negro era muy afecto a ellas). Del termo qua había preparado la noche anterior se servía una taza de café se ponía el guardapolvo blanco y partía.

Ese medio día llegó con bronca y acompañada por algunas de esos términos en los escritos solamente se indican con estrellitas, sapitos, espirales, etc. Que por higiene en lenguaje no creo oportuno mencionarlos; nos relató

- Ya son tres días que pasa lo mismo cuando suena el reloj el tipo de la pieza del lado, ese "quiscudo" que trabaja en la fábrica de botellas se levanta, sale corriendo y me gana el baño. Parece que se pone a leer el diario No sale nunca y tengo que irme sin higienizarme ni ir al baño, corriendo para no llegar tarde. Pero me las pagará

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Como Párraga era hombre de palabra sabía que cumpliría su amenaza, y cumplió Esa noche puso el reloj las dos de la madrugada: cuando sonó la campanilla escuchamos el ruido en la habitación del lado luego el correr de pieses descalzos con dirección al baño que compartíamos todos los habitantes del piso. El "Negro" apagó la campanilla de reloj y seguimos durmiendo.

Pasada una media hora fumos despertados por unas patadas en la puerta de la pieza los reclamos del vecino a gritos nos hacía:

- Estudiantitos de porquería esto no se le hace a un "pobre laburante peronista", que madruga para ganarse la diaria ya vamos a vernos las caras: manga de maricones, estudiantitos de mierda, oligarcas cagones, etc., etc.

Cuando nos encontramos a la tarde ya estaba mansito entendió que no había mala intención que Párraga había puesto el reloj porque tenía que estudiar para preparar un examen.

El pobre tipo se había levantado las dos de la mañana, bañado, afeita-do, perfumado y luego con bronca se tiró de nuevo sobre cama, como resultado de ello se durmió y llegó tarde al trabajo.

Los muchachos salteños andaban en tratativas de alquilar una casita o un departamento me habían propuesto que fuese de la partida lo cual había aceptado puesto que ello nos llevaría a vivir todos juntos como en familia y llevar otro tipo de vida.

En esas tratativas se encontraba Víctor y José Antonio, asesorados por un Sacerdote Salesiano que había sino nuestro Director en Salta. Cerca de fin de mes la cosa estaba lista para proceder a cambiarnos el primero del mes siguiente.

Cuando le comunique al "negro al corchito y a Luis quedamos, el que para despedirnos, concurriría el sábado a cenar fuera de la pensión.

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Llegado e día luego "hacer la cola” de rigor en el baño pude gozar de una refrescante ducha, para estar más elegante abrí el ropero para ponerme el traje dominguero, el azul que era infaltable en el “ajuar” de los estudiantes en esos tiempos. Pero en lugar del traje había una percha. vacía

- Negro, ¿No viste mi traje azul?.

- ¿Tu traje azul? sí , si lo vi y aquí tengo la “boleta"

- ¡¡¿Qué?!!

- Cómo la semana pasada necesitaba plata lo empeñé en el #turco” de la esquina, me dieron veinte pesos, no te calientes el lunes lo retiro y listo.

- Negro de porquería ¿Por qué no empeñaste el tuyo? - Porque está medio viejo me daban solamente quince pesos yo necesitaba veinte . Con esto dio por terminado e entredicho nos fuimos a cenar.

La cena me supo a gloria luego de un mes a guisotes, estofados, sopas de pensión. Entre los cuatro habíamos consumido dos botellass de vino, a la hora de los postres el Corchito planteó el interrogante: si en lugar de postre pedíamos otra botella de vino ¿Nos salía más barato? y el mozo tuvo que traer dos botellas más.

Debo reconocer que debido a mi falta de "entrenamiento alcohólico" me sentía medio mareado por lo que a llegar a pensión fui el primero en quedar dormido.

Cuando las penumbras de la noche se disipaban por las luces del amanecer abrí los ojos, ahogué un grito, escondí la cabeza entre las frazadas poco a poco me animé de sacarla nuevamente.

Sobre de la cama cruzándola estaba la mesa, sobre elle mirándome con las oquedades de los cubierta con un toalla sosteniendo 28 entre los huesos de la mano un letrero se encontraba el esqueleto que había armado Luisito al que había bautizado con el nombre de Estefanía, porque según él perteneció a una mujer.

El "negro” largó una carcajada que terminó de despertarme. Miré nuevamente el esqueleto, el letrerito escrito con letra que con toda seguridad no era de un estudiante de medicina, sino por alguien que tenía nociones de dibujo decía: “Yo soy lo que tu eres y tu serás lo que yo soy”. Como despedida me habían gastado una broma digna de estudiantes de medicina

Cuando le dije a Doña Luisa que me marcharía día siguiente me dijo que cuando deseara tendría un lugarcito en la pensión si me quería quedar a mediados de mes tendría una pieza para mi solo puesto que al "negro” le daría una pieza más grande de esas que tienen balcón a la calle.

Teniendo en cuenta la solicitud con que era tratado el Negro por Doña Luisa y que a pesar del medio siglo de existencia todavía poder merecer algo, un pensamiento me amargó la boca y no pude menos que decirle a mi amigo

- Mira negro por la forma que te mira Doña Luisa y las atenciones que te brinda, te aconsejaría que te rajes de aquí, porque sino te veo un mal fin.

- Andate a la mierda, ni vos ni yo tenemos entidad suficiente para predicar moral con la bragueta abierta, y por otro lado yo mi cuido soño de las viejas y de las jóvenes.

Como ya estaba resuelto hice dos viajes en Tranvía trasladando mis pocas pertenencias a mi nueva residencia.

Salí de día y con la "frente alta” no fui de esos que a escondidas, como era lo usual entre los estudiantes, se mudaban a escondidas, de noche y dejando un clavo de varios meses impagos con deseo como despedida “Que Dios se lo pague”. Mi egreso de la pensión fue un cambio de domicilio, no la aventura de una fuga..

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Capítulo III

LOS COMPAÑEROS, LA CASA Y EL REGLAMENTO

Siempre se necesitó un poco de audacia para emprender la aventura da alquilar una vivienda, pero para hacerlo a un grupo de "es- tudiantes" se requiere y se requería mucho, más. Por ejemplo sufrir un "rapto de locura"¬ estar muy necesitado, caso a borde del "colapso financiero” o por el contrario amar mucho a la juventud. Ignoramos el motivo que tuvieron para aceptarnos como inquilinos eso lo dejamos 30 reservado al juicio de Dios, Pero si le estamos profundamente agradecidos por la oportunidad que nos dieron.

El grupo estaba constituido por seis amigos que cursaban la misma carrera universitaria. Y que se conocían ya desde hacía años por lo que conformaban un grupo bastante unido a pesar de las diferencias propias que tenemos los seres mortales.

Cuatro habíamos sido compañeros en los cursos de estudios secundarios: José Antonio, Víctor, el Gringo y yo. a los que se le sumaron otros dos que si bien habían concurrido al mismo Colegio lo hicieron en cursos anteriores: Adolfo y Pancho.

Por culpa del año de Servicio Militar, del cual Víctor y José Antonio se habían exceptuados por números bajos, me encontraba más atrás que mi compañeros.

Víctor es un metanense de estatura más bien baja por lo que debía cargar por toda la eternidad el apodo de "Petizo" José Antonio hijo de un español comerciante de Salta acarrea no sabe desde cuando el apodo del "Flaco"¬ Adolfo un descendiente de yugoeslavos es un “ropero co patas” y con alma d "mercachifle” como no podía ser de otrá forma era llamado el Yugoeslavo o simplemente el "Yugo". Eì Gringo Duilio un típico ejemplar de la raza itálica, alto, morrudo y colorado (Las chicas decían que era el más "pintudo” del grupo) y Pancho, también conocido como "eì pelao" un inmigrante que cuando tenía diez años cruzó el Atlántico desde la lejana Italia y fue a anclar en Salta.

Pancho apareció por el Colegio a fines de un verano cuando los calores son más fuerte, vistiendo "botines de montaña" ropa gruesa y sin saber decir una palabras en cruz en el idioma de don Cervantes. Ante nuestras mofas y burlas agachaba su cabeza de tamaño nada despreciable, bastante despoblada de pelos y repetía a única palabra que sabía "gracias ". Y yo que aún ignoro el ¿Cuándo? ¿Dónde? y el ¿Cómo?, gané, según muchos de mis amigos, el apodo de:"el Indio" que seguramente lo veré en los "vistos y considerandos” del fallo inapelable dictado por Dios sobre mi eterno destino cuando proceda a mi juzgamiento. 31

El departamento alquilado era la planta baja de una modesta casita en un barrio ubicado más allá del Parque de la Independencia. En la planta alta vivía Doña Blanca, la dueña de casa que en todo momento "llevaba la voz cantante", acompañada por su marido y dos chicas, una de siete y la otra da seis años. Por ellas nos puso como obligación que no "armásemos escándalos".

Un sacerdote salesiano, el Padre Emilio Norry, que había ocupado la Dirección del Colegio en Salta en la época de nuestros estudios le dio la "garantía” moral y prometió que nos vigilaría de cerca, cosa que cumplió en exceso.

Nuestra morada contaba con dos dormitorios, un comedor, una cocina que servía también de comedor de diario, baño, un lavadero y un pequeño patio donde entre las plantas existentes sobresalía un limonero.

Hicimos un "bolsillo” para comprar las cosas indispensables para amueblar la vivienda al cual gracias a un "aporte extra” y sin cargo de rendir cuentas de mi hermano Edgardo pude contribuir.

No recuerdo con exactitud cual fue el sistema que utilizamos para dividirnos en los dormitorios. Conforme al sistema que utilizamos para otras cosas es probable que hayamos recurrido a un sor- teo utilizando las barajas usadas para jugar al truco porque las de jugar al "siete y medio" por tradiciones estudiantiles siempre se encuentran "marcadas".

En el dormitorio que tenía ventana a la calle quedaron acomodados: Víctor, Adolfo y Pancho. El dormitorio que tenía ventana al patio, bajo de la terraza de la casa de Doña Blanca nos tocó compartir con José Antonio. Como resultó ser la habitación más fría, que en el acto la bautizamos como el "Dormitorio de los machos".

El Gringo tuvo que armar su cama en la habitación que servía de comedor y de lugar de estudio lo que significó una 32 solución puesto que roncaba como un tractor con una bujía empastada, con el caño de escape roto o un camión que funcionaba con un cilindro de menos.

Lo primero que surgió fue la necesidad de organizarnos y tratamos de ponernos de acuerdo. Primero nos planteamos la necesidad de un Reglamento: escrito o si por el contrario era suficiente darnos una serie de pautas y normas de conducta, voluntariamente aceptadas a la que nos sometíamos (era una Constitución no escrita) Y que las determinaciones más importantes se resolverían luego de ponernos de acuerdo, por votación si no se hubiera llegado a un consenso. Triunfó está segunda postura.

Teniendo en consideración que ese era "nuestro hogar" tendríamos que actuar de la misma forma que en casa de nuestros padres y que debíamos ganarnos el respeto del barrio; por ello se llegó por consenso a las siguientes normas de convivencia:

En lo relativo al comportamiento en general:

Debíamos mostrarnos corteses con todos los vecinos y siempre dispuestos a colaborar en lo que podamos. h No solamente teníamos que portarnos bien sino demostrar que éramos un grupo de caballeros, siempre dispuestos a “dar una mano”

h Corrección en la vestimenta y en el aseo personal.

h Silencio en los horarios de estudios y la colaboración entre nosotros. En lo que hace a las materias objeto de estudio, la colabo- ración debe ser una "obligación fraternal” el no prestarla se considerará una falta grave.

h Estaba terminantemente prohibida la entrada a la casa, aunque fuese con el pretexto de estudios. Podemos estudiar con una compañera pero no en nuestra casa. Para no dar motivo a las “viejas charlatanas del barrio que siempre viven “chismografiando”

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h Se encontraba exceptuado de lo dispuesto en el punto anterior, las visitas que recibiésemos de parientes directos. Las que recibirían el trato de huéspedes, que teníamos lá obligación moral de atender y servir.

En lo que hace a las obligaciones domésticas:

h Mensualmente uno de nosotros por turno rotativo debía hacerse cargo de la administración del hogar, registrando los ingresos egresos y deudas. Entregando la administración al que le siguiese en turno.

h Diariamente en forma rotativa uno se ocupará de efectuar lad comprad y cocinar otro de lavar ollas, platos y utensillos utilizados.

h La limpieza y arreglo de cada pieza era obligación de sus ocupantes. Debía hacerse inmediatamente, luego de levantarse.

h Semanalmente preferentemente un sábado a la tarde debíamos proceder a lavar el patio y encerar los pisos.

En lo referente a la vida social:

h Trataríamos de asistir juntos a la Misa dominical y en el mes de setiembre a la novena del Señor y de le Virgen del Milagro que organizaba el Centro de Residentes Salteños en Rosario.

h Si nos poníamos de novios, la novia debía ser aceptada por el voto de la totalidad de los habitantes de la casa

h Por razones de seriedad, estaba prohibido tener más de una novia en forma simultánea en Rosario y sus alrededores. Se exceptuaba de ésta prohibición la "novia oficial" que uno pudiera tener e Salta.

h En el caso que la "candidata" no fuera aceptada, o de poseer más de una novia en forma simultánea, en un plazo de cuarenta y ocho horas debía cortarse las relaciones, caso contrario debía retirarse del hogar a la finalización del mes en qur se hubiese descubierto la falta y emplazado.

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No costó mucho emprender la vida en comunidad. Lo que inicialmente dio más trabajo fue aprender a cocinar, tarea en la que recibimos el apoyo da amigas y compañeras, las cuales recibían una lla- mada telefónica a media mañana para efectuarles preguntas tales como ¿En cuanto tiempo el arroz se encuentra a punto?, ¿Cómo se "arregla” la mayonesa cuando se corta?, o pedir una receta "rápida y barata". Poco a poco fuimos haciéndonos especialista en distintos platos. Salvo algunos accidentes comprensibles como el que le ocurrió a Adolfo con el arroz. Le preguntó á Víctor cuanto debía poner, este le indico un puñadito por persona. Pero el puñadito de Víctor es el que corresponde a una persona normal, las mano que posee Adolfo que más que manos, parecen “palas de Panaderías,” los tres puñaditos lo llevó a utilizar hasta la pava para poner el arroz recocido que sirvió para que esa a la noche cocinara "croquetas", o a mi cuando quise dar vuelta una tortilla de papas en la forma y con la cancha que lo hacen los ‘maestros de cocina’ la tortilla dio una vuelta en el aires, no la pude barajar cuando caía, se “estrelló” en el suelo y ese día comimos papas revolcadas Las cosas se desarrollaron normalmente. Nadie se murió de hambre ni ‘empachado’.

Cuando ya nos encontrábamos "asentados” y el tiempo nos apuraba por el avance en los estudios contratamos una persona mayor, (por no decirle vieja") que nos cocinara e hiciese la limpieza.

Y desde ese día nos aburrimos de comer milanesas en el almuerzo y milanesas recalentadas y embebidas en aceite era el ‘menut’ de la cena. Siempre opinamos que los sábados y domingos días en los cuales Norma tenía descanso se comía mejor.

Dos de los habitantes de la casa fumábamos cigarrillos "rubios” u dos, cigarrillos "negros". De común acuerdo compramos un par de etiquetas de cada clase y establecimos el sistema que cuando sacábamos un cigarrillo para fumar o para convidar, teníamos que colocar en un "tarrito” que oficiaba de alcancía, una moneda equivalente al valor del cigarrillo. No recuerdo el tiempo que duró el sistema. Pero fue hasta aquella vez que encontramos en la alcancía papelitos con una leyenda que decían "vale por un cigarrillo" firmados por varios de nosotros.

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Como el almacenero no aceptaba esa clase de moneda, el sistema se "pudrió” y tuvimos que abandonarlo.

Antes de entrar a estudiar "Economía Monetaria" ya habíamos creado una moneda de "uso interno". No se dio aquello que Aristófanes decía en el libro "Las Ranas"º "La amoneda mala desaloja a l moneda buena y que posteriormente fue recogida por el financiero inglés Tomas Gresham, como una "Ley económica". Simplemente pasó que la rigidez de la estructura macroeconómica rompió lo endeble de nuestra microeconomía.

Capítulo IV

EL VECINDARIO

No quiero referirme al barrio en general puesto que no difería de la generalidad de los mismos. Donde existen los comercios suficientes para que los moradores puedan satisfacer sus necesidades: almacenes, carnicerías, panadería, 0bazares, etc- etc. , y hasta un Club Social y Deportivo. Y el de nuestro barrio era "Un Señor Club" 36

Lo interesante en un barrio son los vecinos y para nosotros, muchachos veintiañeros, las vecinas en "edad de merecer". En esa materia la Divina Providencia se había esmerado.

Un muestreo inicial nos indicó una "fauna femenina” muy intere-sante, conforme las individualizábamos y al no conocer sus nombres las denominábamos de alguna forma que para nosotros resultara inconfundible. Pero conste que esa era una denominación totalmente doméstica que con el tiempo cuando llegamos a tratarlas y a conocer sus verdaderos nombres la dejábamos de lado Así teníamos: h La Noveno ☺

Era una señora más o menos de nuestras edades, que no hacía mucho había contraído matrimonio. suave con movimientos "perfectamente estudiados” para resaltar con cada paso, Vivía en la misma cuadra y en la misma vereda, separada da nuestra morada por unas tres casas. Tenía un andar la perfección de su anatomía. Cabellos color miel y como dijera un poeta de la lengua castellana, cuyo nombre no retengo en la memoria:

"hermosa sin los amaños de enfermizas vanidades con unos ojos castaños de un mirar sin engaños que infunden tranquilidades"

Se encontraba en el cuarto mes de gestación de su primer hijo pero. ¡Qué bien le quedaba el embarazo! ¡Cómo envidiábamos al marido!.

Un poco por el hecho de ser casada y mucho por el físico de su conyuge. Para nosotros era una "fruta prohibida", la que solamente podíamos contemplar cuando pasaba frente nuestra puerta

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De acuerdo a los "Mandamientos de la Ley de Dios aprendidos en nuestra instrucción catequista el noveno mandamiento que dice: "No desear la mujer de tu prójimo". Ella significó para nosotros el apodo inicial. Pero para abreviarlo con sólo decir "el noveno o "la noveno" ya se sabía de sobra a quién hacíamos referencia.

Posteriormente intercambiamos saludos y algunas palabras, a raíz de los encuentros diarios en los comercios del barrio. Con el paso del tiempo, Gloria fue una vecina amiga a la que estábamos siempre dispuestos a auxiliar en cualquier cosa y sin dobles intenciones.

Cuando ella necesitaba el arreglo de una canilla qua goteaba el cambio de los tapones del medidor de la luz o que efectuásemos cualquier arreglito en su casa, cuando su marido llamado Juan se encontraba ausente, cosa que ocurría con frecuencia por el trabajo de mecánico que tenía recurría a nosotros.

Con Juan también tuvimos un trato amable más de una vez nos acompañó a la cancha de fútbol. Con el paso del tiempo el matrimonio algunas veces como una prueba de amistad y de confianza dejó a nuestro cuidado a Mónica, su primera bebita en cual aprendimos el agradable arte de malcriar criaturas.

Cuando Gloria se enteró, del apodo con el cual nos referíamos a ella, porque nosotros en una charla informal se lo dijimos, en lugar de enojarse rompió a reír a carcajadas y dijo que no se enojaba sino que ese fue el mejor "piropo” que le dirigieron en su vida h La Helicóptero ∆

La pobra Andrea era una hija de italianos que del cuello para arriba y cuando nos hablaba tenía un dejo de belleza. Pero de cuerpo entero, caminando y hablando ‘con las manos’ era digna de lástima.

Era lo inverso de "chueca”, es decir tenía las piernas como los paréntesis pero colocados al revés [así: )( ], creo qua una 38 persona con esas combas, en el idioma castellano se la denomina "patizamba" su andar era similar al de una bicicleta con una rueda excéntrica y los ademanes con los cuales acompañaban sus palabras eran ampulosos. Hablaba siempre a los gritos con voz destemplada y casi a los empujones. Según Pancho, que algo de música entendía se expresaba en tono "La mayor" el apodo que le pusimos la describía casi a la perfección.

Para nosotros siempre fue la "Helicóptero", la hija del verdulero de la esquina. No confundirla con la hija del verdulero de la vuelta, esa era un "churro bárbaro" pero no nos daba ni la hora, tenía un novio que poseía un auto, lo cual nos colocaba en inferioridad de condiciones.

Por la "Ley de las compensaciones" lo que a Andrea le faltaba en elegancia le sobraba en simpatía. Ella era quién nos atendía en las compras, bromeaba con nosotros, no daba indicaciones valiosas y recetas pars aplicarlas en la cocina la que nos introdujo en e Club del Barrio, nos presentó las primeras "vecinitas" la primera que nos invitó a un "cumpleaños” y la que nos habilitó un crédito para nuestras compras diarias.. h La Cinco y Cuarto Α

Nunca supimos como se llamaba ni donde vivía era un lindo ejemplar femenino que se desempeñaba como maestra en la Escuela existente en la misma cuadra de casa Casi en la esquina sobre la misma vereda.

La chica cuando terminaba su horario a las cinco y cuarto de la tarde, pasaba por la acera de casa para esperar el tranvía en la esquina.

Un día alguno de nosotros la descubrió y pasó el dato desde ese día el reloj despertador sonaba a esa hora Dejábamos de estudiar salíamos a la puerta para verla pasar y luego de deleitarnos con su elegante figura retornábamos para l merienda que el encargado del día tenía la obligación de preparar. 39

Una vez cuando pasó delante de nosotros los cuatros que estábamos en esos momentos la aplaudimos e inclinamos las cabezas a modo de reverencia. Desde ese día cambió de recorrido prefería hacer dos cuadras de más en lugar de pasar frente de la casa donde unos "inadaptados sociales" la aplaudieron.

En una Feria de Platos de la Escuela para la cual los alumnos de la misma nos habían invitado, el Gringo y yo pudimos entablar una cordial conversación con ella.

Le ofrecimos nuestras disculpas y le prometimos "portarnos bien" no hacer de nuevo la "payasada” anterior de aplaudir a su paso.

Nos sorprendió lo mucho que sabían las maestras de noso- tros, quedamos en que no la molestaríamos más y que ella retornaría al camino original.

A raíz de esa charla cada vez que pasaba nos saludábamos. Pero como todas las cosas tienen su precio cada vez que la Escuela hacía una rifa o algo parecido aparecían los chicos á vendernos un número y a pedirnos la colaboración del caso, lo que cumplíamos gustosos sobre todo cuando nos decían que venían de parte de la maestra de Tercer grado.

☺ h La Chueca

Si María hubiese vivido e la época en la cual las mujeres vestían de largo usando ‘miriñaques’, ‘tontillos’ y otras cosas raras que se ponían, no se si para agradar a los hombres o por un mandato de una sociedad machista o simplemente para sufrir de puro ‘masoquista que eran’ hubiera sido una linda chica, de esas que cuando a uno lo mira lo dejan temblando. Pero a la pobre criatura le tocó nacer en esta época cruel, donde por imperio de la moda las faldas llegaban a las rodillas u dejan a la vista e insinuaban con precisión la totalidad de la anatomía.

De la cintura para abajo era un desastre, unas piernas cruelmente torcidas y nudosas terminadas en unos pies que para cubrirlos 40 necesitaba zapatos por lo menos del número 40. Su andar se asemejaba al de "un loro caminando sobre la arena caliente"

Resumiendo, podíamos decir que de la cintura para arriba era una linda mujer y de la cintura para abajo parecía á "rudo físico de un "zaguero central” de un equipo de fútbol. El primer golpe de vista del primero de nosotros que reparó en ella, trajo como resultado un apodo que no podía ser otro que ’la chueca’

Vivía al frente de nuestro domicilio, estudiaba ingeniería y por tener horarios similares en su Facultad, normalmente nos encontrábamos en la esquina cuando esperábamos el tranvía.

Como tenía en común con nosotros el estudio no tardamos en saludarnos y trabar una buena relación dw vecindad. Entre el grupo de salteños se encontraba "El Paco", también conocido a pesar de haber nacido en Granada, con el mote de "Farruco"- Vivía en una pensión pero normalmente concurría a nuestra casa, ya sea para estudiar con algunos de nosotros, de visita o simplemente para estar acompañado.

No supimos nunca a ciencia cierta, el cuándo. ni el cómo se iniciaron las relaciones de Paco con "la Chueca".

Creemos que primero llegó a pedirle un libro de Matemáticas, luego a efectuarle alguna consulta, después nos enteramos que ambos concurrían a un Club Español donde aprendían bailes típicos de la Madre Patria. El resultado no pudo ser otro: el Paquito quedó "enganchado" con la Chueca.

A Paco le molestaba el apodo siempre argumentaba con razón que no la quería para subrayar libros o trazar líneas. Un apodo como la mayoría de las cosas no es estítico, sino que está sujeto a una evolución y más o menos lógica. Así María que de entrada fue para nosotros "la Chueca" tuvo su primera evolución cuando le agregamos la preposición "de" que sirve para unir un complemento especificativo al sustantivo. Dejó de ser una chueca indeterminada para convertirse en "la Chueca da Paco"-

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Un apodo de dos palabras siempre es muy largo por ello para muchos de nosotros quedó sencillamente y para siempre como: "la Paca o la Farruca" h La Bienvenido:

Haciendo cruz con la Escuela había un Bazar cuyo nombre comercial era "Bienvenido".

Los dueños del negocio tenían una hija que de acuerdo a lo que pudimos apreciar se encontraba cursando la escolaridad secundaria puesto que por las mañanas se la veía de delantal y con útiles. La chica tendría sus dieciseis años, muy bien llevados no era una beldad pero no era tampoco algo que pudiese pasar desapercibido. En seguida quedó fichada y archivada con la denominación de "la Bienvenido".

Con el tiempo supimos que tenía por nombre Isabel y que practicaba "patinaje artístico” en el ‘Club de barrio’ (*) esta actividad le había proporcionado una figura bastante interesante, con una cabeza coronada con cabellos renegridos que enmarcaban unos ojos color verde esmeralda

La veíamos un poco menor y ella nos vería a nosotros un "poco mayores" el resultado es que muy a pesar nuestro, no nos daba ni la hora. Pero cuando nos atendía en el negocio siempre lo hacia con cierta deferencia, lo que nos impulsaba a concurrir a efectuar las compras después de las cinco de la tarde, hora en que ella atendía el Bazar con cierta deferencia lo que nos impulsaba a concurrir a efectuar las compras siempre después de las cinco de la tarde, cuando era ella la que atendía el Bazar. Por motivos que se aclaran en otro capitulo guardo de ella un grato recuerdo. h La Aceituna o la Turca:

(*) El Club del Barrio, era el Club Provincial en Rosario, ubicado en la calle 27 de febrero y Callao 42

Era nuestra inmediata vecina. Su casa estaba al lado de nuestra morada.

La chica estudiaba en la Facultad de Filosofía y Letras. Los padres la habían bautizado con el nombre de Clara pero debido al color de su piel derivada de su ascendencia árabe el nombre y al físico pequeño, uno de nosotros comenzó a llamarla, primero la Turca y luego la Aceituna.

Al poco tiempo de estar viviendo en el barrio un sábado a la noche se presentó con una compañera de estudios para invitarnos en ese mismo momento a su casa donde tenían un ‘asalto’ (9) Como es casi una norma, en una Facultad de Filosofía faltan varones

Ni lerdos ni perezosos nos "prendimos". Allí fuimos todos y servimos de testigos a una insólita situación: mientras los pocos muchachos se encontraban trenzados en lo que para nosotros era, una intrascendente discusión de terminología filosófica las chicas con las "caraó largas" sentadas escuchaban la música bailable.

Dejamos a los filósofos con sus especulaciones y nosotros nos dedicamos a la atención de las chicas: bailar, comer, charlar y beber hasta la madrugada.

Nos enteramos que todos ya estábamos "fichados" e individualizados hasta por los apodos. Por cuanto, cuando nosotros en las cálidas noches rosarinas estudiábamos en el pequeño patio al amparo de un mosquitero que nos servía de defensa contra esos mosquitos tipo "bimotores" que desde las islas del Paraná invaden Rosario, por respeto a los que podían estar en las terrazas vecinas la mayoría de las veces nos encontrábamos solamente en calzoncillos.

(9) Asalto Reunión de chicas y muchachos que se armaban casi imprevistamente en la casa de algunos de ellos donde los asistentes llevaban la bebida y los alimentos

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"La Turca" con algunas compañeras siempre estudiaba en la terraza de su casa y desde allí nos "junaban" (10) h La metamorfosis del trato

Cuando nos mudamos al barrio creo que hasta los mendigos nos disparaban de miedo que nosotros les pidiésemos a ellos. Las viejas nos miraban como intrusos, las madres como sujetos peligrosos para sus hijas, los comerciantes como "tránsfugas” y alguno de ellos hasta esperaban que primero paguemos después recién nos entregaban el objeto comprado. Los muchachos nos trataban con recelo como si fuésemos hinchas de ‘Newell's’ en medio de la hinchada de ‘Central’.

Luego de los dos primeros años quedamos integrados a la comunidad "barrial" la cual nos aceptó después que dimos muestras de ser "buenos muchachos".

Lo llamativo del cambio se produjo cuando ya cursábamos las últimas materias. No nos explicaremos nunca como las "viejas vecinas” que poseían chicas casaderas conocían la marcha de nuestros estudios. Ahora nos invitaban a los cumpleaños y fiestitas. Las "nenas que antes en el Club del barrio nos escapaban ahora nos integraban a las ruedas de amigos y parientes.

Pancho que era el más perspicaz dio en la tecla con la explicación adecuada, cuando llegamos estudiantes de primer año ahora ya estábamos próximos a recibirnos, ello significaba que antes éramos un "peligro” para sus hijas, ahora habíamos pasado a ser "un partido". Es por ello que Doña Azucena, Don Pipo y algunas otras vecinas cuando pasábamos nosotros sacaban sus hijas a la vereda como un comerciente pone en exhibición la "mercadería disponible". Y a esa actitud la considerábamos como una "competencia desleal” para nuestras noviecitas que en Salta nos aguardaban con el “Jesús en la boca”y un “santo pilato” en el pañuelo.

(10) Junar - En el lunfardo rioplatense significa mirar con disimulo 44

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Capítulo V

¡¡VELAY!!! (*) ... UNA SALTEÑA

Luego de leer por tercera y cuarta vez, la carta da su madre Víctor nos dio la noticia Al día siguiente había que ir a la Estación del Ferrocarril para recibir una salteña que venía a estudiar

(*) VELAY – interjección conocida en muchas partes. a veces equivale a “miren ustedes” 46 la misma carrera que nosotros. Como no conocía Rosario la mamá de Víctor que era amiga de la madre de la futura alumna nos encargaba que la recibiéramos aì arribo del tren y la acompañásemos a un pensionado dirigido por Hermanas Paulinas cuya dirección nos enviaba.

Se trataba de Anita. Por el nombre no la ubicaba pero tanto Víctor como Adolfo la conocían "de vista". Nada más que por curiosidad dispuse acompañarlos a recibir a la que sería nuestra única representante del sexo bello entre aproximadamente un medio centenar de muchachos.

El tren llegaba a las seis de la mañana unos diez minutos antes arribamos a la estación. Lo que ocurría "cada muerte de un Obispo" ocurrió ese día. El tren llegó con casi quince minutos de adelanto. Con la mirada y recorriendo en el andén iniciamos nuestra búsqueda ella nos vio primero y reconoció a Adolfo y a Víctor.

Se encontraba paradita al lado de su valija y otros bultos. No solamente tenía cara de asustada, de verdad lo estaba y empolvada hasta las pestañas con la tierra del viaje. Para colmo de males esa madrugada de inicios del otoño corría un fresco vientito del Sur levantando polvo y hojas de modo que no resultaba muy placentero iniciar las presentaciones y platicar en el andén de la estación ferroviaria.

La llevamos a la confitería existente en la estación para desayunarnos y poder vernos bien las caras. Cuando se sacó el gorrito con que se protegía la cabeza de la tierra y pude contemplarla bien la reconocí.

La había visto muchas veces en Salta. Estudió en un establecimiento educacional situado no lejos de mi casa y lo que es más, muchas la había visto pasar de vuelta del Colegio y recordamos que jugó al básquet representando el equipo de su Colegio contra del Colegio Santa Rosa del cual fui entrenador. Y 47 que juntamente con Pocha, una "galleguita deliciosa (11) y María Elena, una "pechugona" formaban un trio que volvieron locas a mis jugadoras, como al "Cuerpo Técnico". Al final del primer tiempo le indiqué_ a "Negrina" la jugadora más alta que tenía: "a esa galleguita” cuando entre por "abajo" márquela de frente, como al descuido acaríciele la cara con las uñas, y cuando salte no la "tape" márquela de costado, póngale el codito un poco levantado para que sea ella la choque con el estómago y le cometa una falta en ataque. A pesar de esas instrucciones perdimos: "como en la guerra".

Como si fuera un precioso paquete pero paquete al fin la subimos a un taxi y la llevamos hasta el pensionado que las Hermanitas Paulinas tenían en la calle Rioja, donde ya era aguardada por la Hermana Superiora de esa Casa.

Esa tarde acompañada por una de las chicas del Pensionado ya estaba en la Facultad para iniciar sus estudios.

Debido al buen carácter que poseía, en seguida se encontró unida a todo el quehacer estudiantil y a las actividades del grupo de salteños los cuales la tratábamos como una verdadera hermana que la Divina Providencia había confiado al "cuidado y protección” de todos nosotros.

De los salteños el único que bailaba bastante bien el folclore regional norte era Víctor. La llegada de Anita le permitió

(11) Los términos "gallego y gallega" se encuentran empleados de forma tal que comprenden a todos los que poseen sangre ido ascendencia española, sin importar si son de Galicia Castilla o Aragón, etc., etc. La_ galleguita a la que hago referencia, tres años después de ese partido y hasta la fecha es mi novia, y en la actualidad la esposa que me dio diez hijos y más de una docena de nietos, sobre los cuales tengo el sagrado derecho de malcriarlos. No si me perdonó las instrucciones que le di a ‘Negrina’, porque nunca le confesé ese pecado.

48 formar una pareja de baile y así en las reuniones de la agrupación estudiantil se dedicaron a enseñarnos a bailar.

Debo confesar con un dejo de vergüenza que el único que no pudo aprender nada fui yo. Por cuanto mi "fino oído musical me impedía diferenciar una chacarera de una zamba e incluso, de un bolero o del Himno Nacional.

En el Pensionado, por sus condiciones naturales al liderazgo. Anita al poco tiempo se convirtió en algo así como la "jefa o la "caudillo de un grupo de estidiantas".

Era la invitada obligada a todas las reuniones donde se podía bailar y a los "asaltos” que organizábamos. Pero en esto de invitarla había bastante de ‘intereses machistas’ la presencie de Anita significaba la concurrencia del grupo de chicas del Pensionado entre las que se encontraban: "Coca", "Meneca", la "Maciza", "Malena", la "Beba", la "Arrabalera” y alguna otra "nueva".

Como en todas las cosas, en esto también tuvimos un "pero". Si pasaba dos o tres piezas seguidas sin que "sacásemos” a bailar a Anita, o veía que alguna bailaba “demasiado apretadita” o “cara a cara”, con el tono propio de la que tiene mando y la responsabilidad. Decía:

¡Chicas! .. ¡Vamos! y al producirse la ruptura de la igualdad "chicas = muchachos" prácticamente el baile debía darse por liquidado Porque en esos tiempos los muchachos bailábamos únicamente con las chicas y viceversa. Pero siempre formando parejas. ¡Era de lindo bailar así apretaditos, “pechito a pechito” y "mejilla a mejilla"!

Pero lo que no podremos olvidar ninguno de los que fuimos sus compañeros de estudios es que con todos, Anita fue una chica "gauchita", una verdadera hermana En mi caso particular me arreglo un 49

"entuerto" que casi me impide rendir examen de una materia con un margen de éxito más o menos aceptable.

En el Plan de Estudios figuraba una asignatura denominada Filosofía. Las falencias de mis estudios secundarios me impedían entender "de lo que trataba". Para mí era una cosa oscura que no tenía una relación lógica con la carrera elegida, de modo que esa materia quedó en mi programa para rendir "colgada" para rendirla en Marzo o más adelante.

Y conste que había acudido puntualmente a escuchar las clases teóricas que dictaba una joven Profesora. Creo qua a ese hecho se debía el que a la materia no la entendiera nada.

La Profesora era un "monumento de mujer" a la cual todas nuestras compañeras le tenían celos y hasta bronca. Los primeros `bancos’ siempre se encontraban ocupados por muchachos. Pero eran muy pocos los que seguían su clase, la mayoría asis- tíamos solamente para "recrearnos con la presencia de la docente. A sus "esculturales formas se añadía una natural simpatía y la "costumbre" de "sentarse” en poses artísticas de esas que son más "insinuantes que mostrativas". Debo confesar que me tenía "embobado” al igual que a muchos de mis compañeros y en mi fuero intimo aspiraba rendir frente ella un examen magistral.

Para salir del paso concurrí al Pensionado que los Paulinos poseían para varones allí Andrés un excelente alumno y mejor muchacho que estudiaba la carrera de Filosofía puso todo su empeño en hacerme razonar filosóficamente y prepararme para rendir el examen.

Cuando ya le había encontrado algo de sustancia la asignatura objeto d estudio y hasta perdido el miedo de "hacer un papelón ante la diosa que teníamos por Profesora una tarde el Director del Pensionado, un Sacerdote alemán entrado en años (por 50 no llamarlo viejo de mierda) estirando el brazo derecho y con un movimiento de la mano me llamó a su presencia, con voz dura y acento extranjero me interrogó.

- Dígame‚ jovencito: ... ¿Qué intenciones tiene usted con Meneca?

- Yo, Padre, ninguna, ¿Por qué?...

Lo que siguió fue una cosa para mi incomprensible, el Sacerdote me retó llamándome, sinvergüenza., falto formalidad y otras cosas por el estilo sin darme lugar para explicar nada, poniendo bajo mis narices un “puño grandote” que quedaría mucho mejor en el brazo de un herrero que de un Cura. Para terminar ordenándome que me marchase inmediatamente que nï volviese jamás a esa "honrada casa".

Terminó conmigo y se la "agarró” con Andresito al que le echó en cara la "clase de amigos que llevaba al pensionado y prohibirle que se juntase conmigo, so pena de ponerlo a él también “de "patitas en la calle".

Me fui como puede marcharse un "perro apaleado" a la primera que encontré para contarle el "entripado” que portaba fue a Anita. La cual se mostró sorprendida y dispuesta a aclarar la situación, a la cual no encontraba explicación alguna menos aún uniendo en ‘algo así’ a dos personas que sabía no tenían nada que ver, como era el caso de "Meneca” conmigo.

Pasados unos días, el Sacerdote me llamó por teléfono para pedirme disculpas y que concurriera al pensionado para dármelas personalmente.

Anita, había aclarado la situación. A la monja Directora del pensionado femenino la portera le había ido con el chisme que 51 un salteños flaco, alto y de bigotes al atardecer concurría a buscar a Meneca y se marchaban "muy juntitos" rumbo a las oscuridades del Monumento a la Bandera la monja preocupada por "el honor del Pensionado le pasó el "chisme” al Cura.

El salteño alto y flaco que usaba bigotitos resultó ser "Tonino" Un comprovinciano para colmo de los males "gallego" que había sido compañero en el Colegio secundario pero no en el mismo curso. Cuando se enteró, aceptó la parte de culpa que pudiera haber tenido y rompió en una sonora carcajada. Pasaron los años cuando nos encontramos y recordamos lo ocurrido este buen descendiente de la Madre Patria se ríe, pero me jura que no se olvidará nunca la cara la cara que puso Meneca cuando le contaron lo ocurrido.

¡Gracias Anita!, por salvarme si no hubiese sido por esa oportuna intervención, posiblemente no hubiera tenido a oportunidad de entender lo es la Filosofía, y menos la de rendirla ni hubiera tenido la dicha de gozar de la amistad de Andrés, durante muchos años.

Pero así como a mí me arregló el "entuerto" al "Cholo Roberto” y a la Coca, una adorable criatura "correntina" les hizo una que es digna de recordarse y de incluirse en los anales como un ejemplo de lo que debe denominarse "anti pierna".

Tanto Roberto como Coca demostraron un mutuo interés. Pero del Pensionado las "chicas” no salían solas con un muchacho.

Roberto invitó a Coquita al cine, pero para que le permitiesen ir tuvo que invitarla también a Anita. Todo fue bien hasta que entraron a la sala.

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Ana se sentó al medio de ambos. La misma jugada ocurrió otras veces y lo que más bronca le dip a Roberto fue una vez que quiso pasar el brazo por tras de Anita para "entrelazarlo” con el de Coca, nuestra salteña con un tono de voz que fue nítidamente escuchada por los ocupantes de las butacas vecinas, le dijo a Roberto:

- ¡Joven! Retire el brazo que me compromete.

Roberto estriló de bronca. Cuando le preguntamos a Anitá el motivo de su proceder nos respondió muy "suelta de cuerpo":

- Yo los cuide pensando en la novia que Roberto tiene en Salta a quien conozco y aprecio, aunque no somos amigas.

Anita se olvidó que en las cosas del amor las deudas se pagan en esta vida y siempre más temprano que tarde.

No había pasado mucho tiempo de ese incidente, Anita se enamoró y comprendimos en el acto que estaba bien que no fuera de un salteño, puesto que eso hubiese sonado en nuestros corazones como un “amor incestuoso"

El afortunado fue un muchacho de Entre Ríos, que una vez se sinceró conmigo contándome el miedo que le metieron un sábado, cuando ya entrada la noche salía de la Biblioteca de la Facultad le cerraron el paso en forma amenazante tres tipos grandotes como camiones tanques: eran el Gringo y otros dos salteños con un tono de voz que no era precisamente de "buenos amigos” y tomándolo de las solapas del saco le dijeron:

- Aceptamos que estés de novio con Anita, pero ten presente que ella para nosotros es una hermana la vamos a cuidar y proteger como se cuida y protege a una hermana. De modo que a la 53 primera "macana que te mandes" te vamos a romper la cara. Estas legalmente notificado ¿Estamos?.

Supimos que el pobre muchacho "panza verde”(12) cumplo y se portó siempre como un caballero., Anita si ese comportamiento te gustó o no te gustó es otro cantar. En la Contabilidad de la Vida según tu decisión: debítala o acredítala en la cuenta: "Amores Fraternos" con débito o crédito, según corres- ponda a la cuenta: "Amigos” que al final de la existencia en el cuadro de resultados se saldará al refundirse en la cuenta "Las Buenas y las Malas" indicándonos el resultado obtenido en las relaciones con nuestros semejantes.

Después nos enteramos que tuviste otro "amorcito" ese fue un jujeño. Si la "barra se hubiera enterado, es casi seguro que no hubiera merecido perdón ni en el más allá sino que lo hubiéramos considerado una traición a la "Patria Chica". Hubiera sido un delito imperdonable. Como son los casos de un noviazgo de una santiagueña con un tucumano, de una chaqueña con un correntino, de una rosarina con un santafesino o de un riojano con una catamarqueña. (13)

Nuestra "salteña” regresó integrando el "Pelotón de sobrevivientes" Tiempo después contrajo matrimonio con uno de los que formaron la legión de sus compañeros en Rosario. Si la relación tuvo su inicio en la lejanía o si recién "se encontraron” en Salta es ya inmiscuirse en lo que comprende al concepto de las "acciones privadas” que coloca el asunto en lo reservado al conocimiento y jurisdicción de Dios.

(12) El apodo de "panza verde" endilgado a los entrerrianos se debe a la costumbre de "cebar y tomar mate a toda hora, lo que acarrea como consecuencia lógica que el estómago se tiña de color verde. (13) Para comprender esto hay que tener presente las "rivalidades” que en todo el mundo existen entre los pueblos vecinos y que constituyen algo así como una muestra del "folclore humano 54

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Capítulo VI

LA LINDA

Las asignaturas se dividen en Técnicas y Prácticas. En las llamadas prácticas se integraban por grupos de aproximadamente un “treintena” de alumnos entre varones y mujeres. Los grupos en Primer Año se formaban siguiendo criterios variados que recorrían una gama comprendida entre el orden alfabético de los apellidos, hasta el azar. Recién los años próximos, cuando entendíamos de se trataba la vida 56 estudiantil, éramos nosotros los que podíamos elegir la Comisión de Prácticos

Creo que el grupo que formábamos en aquella primera asignatura del ciclo contables se hizo orden de inscripción. Se componía aproximadamente de veinte a treinta cursantes, entre las que se encontraban siete u ocho chicas, notamos que salvo una que era misionera, todas las de más eran rosarinas.

En todo grupo humano más aún en los mixtos cuyos integrantes se encuentran en edad de presumirse, se distinguen distintos personajes, entre ellos: la linda, la fea, la gauchita, la pillada, el avivado, el chupamedias, el traga, el pesado etc.

"Linda” es aquella que sobresale de las demás, y a veces solamente ella la cree es así.

Es la que rodeamos los varoncitos con la esperanza de ser mirado por dos ‘chispeantes’ ojos que anhelamos nos miren con ternura y nos diferencien del resto de los "otros muchachos".

Es esa a la que quisiéramos como algo más que una compañera de curso como amiga y de ser posible ‘una amiguita cariñosa’.

Es aquella que es rodeada por sus compañeritas con un dejo de envidia y de "servidumbre". Como si le rindieran pleitesía se le arriman formando un entorno como el perrito que se acurruca a los pies del amo que se encuentra sentado a la mesa y espera gozar de algunas ‘migajas’ caídas al descuido, salvo que ellas no esperan ni una migaja, ni una caricia, sino que al servirle de ‘pierna’ o cómplice en algún enredo, por descarte les toque en suerte algún galán, sin importarles mucho que sea de ‘segunda mano’.

Ser linda es ciertamente un don de Dios, pero ‘hacerse la linda’ no tiene nada de divino, sino de demoníaco.

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Y ser linda, saberse linda y exigir el trato que debe darse a una reina, no produce admiración y respeto en sus compañeros, sino una especie de rechazo, donde tampoco está ausente la envidia.

Una siempre quisiera darle una lección de humildad que termine con su arrogancia. Aunque internamente suspiremos por que ‘la diosa’ nos premie acariciándonos con una mirada.

Dorita era linda: una carita angelical, en un cuerpo de líneas perfectas. Se sabía linda y reclamaba el trato debido a su belleza. Y como adorno el padre de Dorita tenía la ‘guita de los ladrones’ que ella sabía ostentar y demostrar. (14)

Sus actitudes hacia el grupo eran "chocantes" De acuerdo a lo que opinaban sus compañeras se "hacía la qué” interjección ponderativa que aún se encuentre en uso y que da lugar a una serie de definiciones que buscan aclarar un concepto que poseemos que sabemos su significado pero no encontramos las palabras adecuadas para explicar- lo.

No recuerdo con certeza el autor, o autora de la iniciativa pero la misma tomaba cuerpo dentro de nosotros. Había que darle una lección que le sirviese de escarmiento.

Aprovechamos que esa tarde el profesor encargado de nuestro grupo no asistió a dictar su clase. Y que Dorita en el patio descaradamente "presumía” con unos alumnos pertenecientes a otra Comisión y no solamente eso, sino que eran de otros cursos. Y a lo mejor de otra carrera, y ese caso caía en lo que, en lo íntimo de nuestros viriles corazones, considerábamos una despreciable traición. .

A las chicas del grupo las considerábamos nuestras. Como si tuviésemos una suerte de prioridad para ocupar sus corazones. Había que darle un escarmiento. Entre los muchachos había acuerdo,

(14) La ´”guita de los ladrones"¬ dicho popular y regional que debe traducirse como tener mucho dinero o poseer gran fortuna 58 pero ¿Qué haríamos? No podíamos insultarla y menos, pegarle, tendría que ser que ser algo que le doliese en lo más intimo.

Cuando ya desesperábamos entre los muchachos sin atinar un castigo intervino la astucia femenina encarnada en Emma (a) "la Chuncha" (15) una de nuestras compañeras que apenas levantaba un poco más de un metro de suelo, que como ya había "enganchado” al santiagueño Arias, consideraba cumplido uno de los objetivos que la habían conducido a la Universidad.

- ¿Por qué todos a la vez no le declaran su amor?

Por unanimidad rechazamos la iniciativa pero ella insistió con argumentos que resultaban válidos y eran compartidos con algunas compañeras que se nos unieron, Emma y Nelly, ellas expusieron un plan.

Cada uno de nosotros exceptuado el "santiagueño Arias" al que la ‘chuncha’ excluía por ‘derecho de pertenencia’, tenía que escribirle una carta a Dorita declarándole su amor las que debían ser remitidas una cada día, de forma tal que diariamente recibiese una misiva amorosa.

La primera carta le causaría una sorpresa, que como a toda mujer la halagaría, con la segunda y la tercera su ego la haría sentir en las nubes, pero a partir de la cuarta o la quinta se daría cuenta de la broma, cosa que por las dudas se tenía aclarar en la última carta. La broma le dolería hasta el alma cada vez que se acordase o se encontrase con uno de los firmantes porque esas cosas, según las chicas que nos secundaban, no se olvidan nunca.

El plan en sí mismo no era malo pero habría que llevarlo a cabo sin dejar nada librado al azar. Por ejemplo, tenía que asegurarse la continuidad en el envío de las cartas, puesto que si solamente recibía la primera el remitente "podía quedar enganchado"

(15) Chuncha. Voz aymara que designa a caballo de baja estatura. Por extensión a las personas de poca estatura (Sola , J.V.Diccionario de Regionalismos de Salta. 59

Para garantizar que las cartas tengan que contener una ardiente declaración amorosa escrita con seriedad y altura, beberíamos llevarlas escritas, la ‘Chuncha’ y Carmencita les darían el visto bueno.

Cuando ya prácticamente la idea y el plan se esfumaba y en el grupo comenzaba la deserción, Dorita entró al aula, arreglada como para una fiesta, como era su costumbre, con la nariz levantada y sin dignarse saludar, fue a tomar su lugar de costumbre, en la primera fila.

‘Tranquilino’ Riolá y la ‘Chuncha’ no pudieron menos que exclamar a forma de saludo:

- ¡Hola Dorita!: ¿Por que llegas tan tarde? ¿Tuviste algún percance?

Dirigiéndose a Emma, le dijo no tuve percance alguno, y mirándolo a ‘Tranquilio’, con voz y tono de una ‘vieja gorda y rica’, le escupió en la cara:: ‘a usted no le di ninguna confianza para que me trate con familiaridad y menos aún para tutearme. Cuándo tenga necesidad de dirigirme la palabra me dice siempre, señorita Dora, o señorita García ¿Estamos? (16)

Y dando una media vuelta, como una modelo en una pasarela, con andar majestuoso abandonó el aula, dejándonos entre perplejos y atolondrados por su reacción.

Esa respuesta que sonó como un ladrido, produjo internamente en nosotros el acuerdo. Ella misma con sus palabras y su actitud se había condenado.

Emprendimos la retirada y nos agrupamos sentados en un banco ubicado en el jardín de entrada a la Facultad.

(16) Recordemos lo expresado en Carta al Lector, referente al trato usual entre las chicas y los muchachos compañeros de curso y de Facultad. Siempre fue de usted y de señorita. 60

Mientras nosotros nos poníamos de acuerdo en la forma de redacción de las cartas algunos otros se abrían del grupo, al final solamente quedamos comprometidos en el plan diez varones. Pero contábamos con el apoyo de algunas de nuestras compañeras: Emma (a) la "Chuncha" Mirtha, Carmen, Nelly y Margarita.

Las deliberaciones no fueron largas muy pronto llegamos a una conclusión. La cita con las cartas escritas en sobres abiertos era para la próxima clase de la Comisión

Poniendo el empeño que pondría si la destinataria fuera esa novia desconocida, que siempre anhelamos tener y que habita en lo profundo del corazón de cada joven, esmerándome en la caligrafía con el diccionario al lado, escribí una ardiente y apasionada misiva de amor, tan ardiente que tenía miedo que el sobre se quemara al contacto del contenido.

Esa noche soñé con Dora, a la que en la carta la llamaba "mi dulce Dorita" y le mentía un amor a primera vista, y hasta le juraba que "ella produjo en mí por primera vez el despertar de mi corazón. (Hasta en sueños, cuando se tratan de cuestiones de amor los hombres somos unos mentirosos, caraduras y lo peor es que no me avergüenza el admitirlo) . A los dos días, luego de rehacer la cartita con mayor prolijidad emprendí el camino a la Facultad.

Ese día Dorita ni se dignó dedicarnos una mirada, ni un "meneo” de esa deliciosa parte de la anatomía que se inicia en la espalda y al final cuando se hace más redondita y llamativa cambia su honesto nombre, por otro más vulgar.

De los diez conjurados solamente siete habían cumplido con el "deber escolar". La "chuncha" buscando en esa "Caja de Pandora" que las mujeres usan con la denominación de cartera, extrajo un mazo de naipes españoles, separando las primeras sietes primeras cartas de ‘espadas’ sentenció:

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- El que saque el As de Espadas será el encargado de mandar todas las cartas y el saque el siete se encarga de mandar ya no más, la carta de quién sacó el as.

- Si para la lotería tendría la misma suerte, que para otras cosas tengo, sería millonario. Saqué el As de Espada, antes de haber tomado totalmente conciencia de ello, la ‘Chuncha’ me quitó el sobre miró la carta cerró el sobre, el "turco” Salomón le puso una estampilla y la introdujo en el buzón del Correo, que había cruzando el Boulevard Oroño.

El plan ya estaba en marcha.

Para ser sincero conmigo mismo debo reconocer que me costó trabajo decidirme a remitir las cartas siguientes. En mi fuero íntimo deseaba que ‘la Linda’ me tomara en serio.

Si existiese un muchacho que no quisiera tener una novia con la pinta de Dorita sería un estúpido, o habría que "psicoanalizarlo". Aunque es una verdad que duele la que pone José Hernández, en boca de Martín Fierro, "No es bueno tener prenda que otros codicien".

De valiente que soy para esas lides durante la semana siguiente no fui a las reuniones de la Comisión de Prácticos. Luego calculando que ya tenía que haber recibido la totalidad de las cartas y por temor de quedar ‘libre’ en esa asignatura por inasistencias, concurrí ‘a dar cara’ en la reunión de la Comisión de Trabajos Prácticos.

Pareciera que Dorita esperaba que estuviéramos todos los firmantes, cuando terminó la clase poniéndose de pie mientras nos señalaba con un dedo acusador a los siete complotados dijo:

- A ustedes siete y delante de todos, puesto que todos son cómplices les digo: que son unos malos compañeros y unos cobardes, malignos e indignos de llevar pantalones. Lo que hicieron no se hace nunca a una mujer. Pero como soy mejor que ustedes, ni los perdono, ni los odio, solamente los desprecio. Y les prohíbo que me dirijan la 62 palabra. Esta fue mi última clase con ustedes ¡ME CAMBIÉ DE COMISIÓN!

Sin decir más y creo que con una lágrima en los ojos se marchó

No sabré nunca si le dimos una lección, o si por el contrario, la recibimos. Mucho tiempo después recién comprendí que el ser ‘linda’ es un don que se recibe de Dios ‘un talento’ que debe hacerse fructificar abonando el alma con la "dulzura" para que lo lindo‚ se convierta en hermoso y regar lo hermoso con "virtudes” para que se transforme en bello.

Una cosa es ser linda, mucho más es ser hermosa, porque a la estéticá le hemos agregado la dulzura para con nuestros semejante, pero mucho más aún es ser bella porque a la hermosura la hemos cultivado con las virtudes y adornado con el recato que hace que lo hermoso sea integralmente bello, porque la belleza es la armonía total.

Que fue de ella, la perdí de vista ese año. Nos volvimos a encontrar en la Facultad cuando en turnos de exámenes coincidíamos las fechas cambiamos muy pocas palabras, generalmente solamente el saludo, pero relativo a lo ocurrido en ese Primer Año, ninguna. Me pareció a primera vista, que seguía siendo la misma “engrupida” de antes la que se sentía por saberse linda y poderosa económicamente, el centro del universo. Rodeada de admiradores, pero huérfana de amigas y de amigos

No pude menos que recordar lo que había leído en un pasaje de un libro que para ser amado, primero debemos nosotros amar, me pareció que la pobre no aprendió la lección que le quisimos dar porque siempre lo lindo se puede admirar, desear. Pero difícilmente se llega a amar a una persona que no es capaz de amar.

Dorita ten presente que los que te ‘gastamos la broma’ eramos unos mucha-chos totalmente inmaduros, con la irresponsabilidad propia de quienes por pertenecer a un primer año solamente sólo pueden 63 denominarse "proyectos de estudiantes". Olvida y tómalo como un halago de muy mal gusto que en realidad eso fue.

Siempre me quedó la duda, ¿Lo hicimos nosotros libremente, o solamente fuimos los instrumentos, de una trama propia de la astucia femenida para librarse de una competencia potencial?, en el combate de “cazar galanes”

Capítulo VII

LOS PRIMEROS EXAMENES

Una de las primeras cosas que me llamó la atención cuando entré‚ a la sede de la Facultad fue encontrar en un transparente el calendario con los turnos de exámenes de todo ese año. El Gringo me inform›ó que las fechas eran inamovibles. El único caso de postergación de una Mesa de Examen, que le comentaron ocurrió cuando falleció el Profesor Titular de la materia dos días antes del examen.

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Siguiendo uno de los consejos recibidos referido a que una ‘materia cursada debía ser rendida en la primera oportunidad, y que era conveniente a comienzos del año hacer "el plan para rendir" tratando de cumplirlo formulé mi Plan de Rendir Materias.

Como era natural los alumnos de primer año recién podíamos rendir exámenes los regulares de las materias cursadas, en el turno de fin de año: Noviembre – Diciembre, salvo que nos inscribié- semos en condición de alumnos libres en otra carrera que tenga materias comunes y nos "tirásemos al lance de rendir algunas en esa condiciones en el turno del mes de Julio y luego pedir equivalencia.

Había perdido esa oportunidad por desconocimiento, cosa que aprovecharon Mirtha, Emma y como era de esperar teniendo en cuenta el poder que sobre esa persona ejercía la "Chuncha"_ había arrastrado en la "aventura de rendir libre” al santiagueños Pedrito Arias. La materia Filosofía era dictada, como lo dijera en un Capítulo anterior por un "Budín" que tenía formas de mujer.

Las dos chicas por la mejor preparación recibida en los Establecimientos secundarios y por ser una asignatura de esas que se rinde hablando mucho aprobaron. (No descartemos tampoco la ‘posibilidad remota’ pero posibilidad al fin, que para esas disciplinas las mujeres fuesen más ‘avispadas’ que los varones). El pobre Pedrito Arias quizás, por susto, melancolía, por haberse cohibido o porque no le cayó simpático a los Profesores, o simplemente porque se ‘tiró un lance’ cosecho el primer aplazo de su carrera.

De acuerdo a mi plan: pensado, estudiado, estructurado y reestructurado varias veces para rendiría todas las materias cursadas en el año, menos Filosofía que quedaría para el próximo año.

Uno lo dispone al comienzo del año y esa idea se hace carne en nosotros sin embargo las fechas de constitución de las mesas examinadoras, a pesar que se establecían al inicio del período lectivo, siempre nos sorprendían con más de un tema “no visto o sancochado”

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Recién cuando estamos a dos o tres días del establecido nos damos cuenta con horror de todo lo que no sabemos, del poco tiempo que disponemos y nuestro escaso vocabulario. Entonces nos entra la desesperación y rogamos a Dios que alguno de los profesores que inte- gran la Mesa tengan un inconveniente insalvable que se declare una huelga general, que se produzca un terremoto etc., etc., cualquier cosa. Con tal que el resultado sea la postergación de la constitución de la Mesa Examinadora un par de días en la creencia, a veces firme, que en ese lapso estaremos mejor preparados.

Muchas veces los estudiantes llegamos a pensar que la situación de esa angustia, "pre-examen" es similar a la de un condenado al cual le fijaron el día y la hora para su ejecución esto trae como consecuencia de se muere incontables veces hasta que llega el día y la hora fatídica.

Eran muy pocas las materias que había rendido en el Secundario, no tenía la "cancha" que había visto en otros compañeros, de esos que rendían entre diciembre y marzo todo el curso y que todavía eran capaces de llevarse como asignatura previa, los recreos. Y que con total "caradurismo” se presentaban a rendir y aprobaban, por can- sancio de la Mesa, por constancia o por lástima.

Debutaría rindiendo Contabilidad. A pesar de sentirme bien preparado el día anterior quería "devorar libros y apuntes". El "Flaco”José Antonio luego de someterme a unas cuantas preguntas me dijo:

- Mira te encuentro bien preparado lávate la cara, cámbiate de ropas y nos vamos al Cine. Nunca es conveniente estudiar la tarde anterior al examen, después o a la vuelta te "pegas un baño” y a la cama., Pancho tiene unas pastillas para no dormir y otra para los nervios. Pero lo mejo es no tomar nada, aparte de mal acostumbrarte pueden dañar tu salud

Nos fuimos al cine volvimos a la hora de cenar, me bañé y a la cama. A pesar de sentirme más relajado no pude dormir gran cosa. El amanecer me encontró desayunado, afeitado y vestido con el traje ‘azul 66 marino’ que me acompañaría durante toda la carrera, en todos mis exámenes.

Cuando llegue a la puerta da la Facultad me encontré con Mirtha, el "turco” Salomón, Carmencita, el "tranquilino ”Riola. Mirtha y Carmencita nos pidieron que antes de entrar las acompañemos a rezar un poco en la Capilla del Colegio de Monjas, que se encuentra a una cuadra de distancia de la Facultad. ¡Qué bien me hizo!. De rodillas frente al altar de Santa Teresita, le encomende a ella mis estudios, le pedí ayuda y le prometí llevarle un ramo de rosas rojas cuando me reciba. Salí mucho más tranquilo.

El tribunal examinador se encontraba integrado por el Titular de la Asignatura que en ese tiempo ocupaba en cargo de Decano, el Adjunto y un Profesor, que según me dijeron, era el Titular en otra Contabilidad y autor del libro en el cual habíamos estudiado.(El Dr. Alberto Arévalo).

Me llamó la atención encontrar entre los que rendíamos examen a un salteño que conocía, podría decirse solamente de vista, porque no estaba integrado al grupo de comprovincianos, había venido a estudiar como cuatro años antes que y según los "chismes” de la sociedad provinciana se encontraba ya al término de la Carrera. Sabía que su nombre era Armando, pero no recordaba el apellido, nos saludamos y nos deseamos suerte.

Mis nervios terminaron recién cuando después de una media hora de exposición del tema y de contestar varias preguntas (me pareció que llevaba por lo menos un par de horas) el Profesor Titular me dijo:

- Suficiente señor, puede retirarse.

Me uní al grupo que fuera del aula esperaban las notas y tejían comentarios diversos. Entre esos comentarios había uno que contaba que en el turno pasado un pobre muchacho en el pizarrón, cuando hizo un asiento contable puso la palabra “precio”, pero con ‘ese’ (presio). El Profesor le dio por concluido el examen y lo despachó con 67 un aplazo y un consejo “ vuelva a rendir cuando haya aprobado la Escuela Primaria”.

Mirtha que había rendido mientras yo me encontraba en "capilla" se quedó en el aula para escuchar mi examen. Cuando salí mirándome a los ojos, con un ‘brillo’ en la mirada para mi desconocida y como amenazando darme un beso, actitudes que me sorprendieron gratamente me dijo:

- Lo felicito "Indio" tiene que haber aprobado con una buena nota. - Yo la felicito a usted Mirtha si bien no escuché todo su examen por encontrarme preparando el mío por lo poco que escuché estoy seguro que aprobó

Luego que concluyeron y de recibir todos los exámenes y hacer las Actas salieron los Docentes. El Titular de la materia cumplió con lo que ya era un rito: leer únicamente el nombre y la nota de los alumnos aprobados, los nombres no pronunciados correspondían a los aplazados.

Cuando escuché mi nombre sentí una sensación de alivio, algo similar a lo que debe sentir el corredor en una carrera da obstáculos, cuando saltó una valla sin tocarla.

El Profesor Adjunto nos entregó las Libretas Universitarias. Tanto en la mía, como en la Mirtha y Carmencita había una buena nota, ‘Tranquilino’ apenas había obtenido la nota mínima de aprobación (la nota más ansiada por los estudiantes de todo el mundo, ‘el cuatro’) al "Turco” Salomón lo habían aplazado.

Allí aprendí el ABC.. de la "jerga de las calificaciones" cuando la nota era aprobatoria decíamos: ‘me saqué” un cuatro, un seis, un siete, etc., cuando la nota es un aplazo, el dicho era: "me pusieron”‚ un uno, un dos o un tres. Esto significa en el idioma universal de los estudiantes que: cuando la nota es aprobatoria el mérito es exclusivo del alumno, pero cuando la misma es un aplazo la culpa es exclusiva y excluyente 68 del docente. El pobre Profesor ni siquiera tiene el derecho a una "responsabilidad solidaria"

El "Carpincho” Luna un rosarino de esos que ya integran la pléyade de "aspirantes a estudiantes crónicos" puesto que con la nota obtenida en el examen de la fecha, sumaba su cuarto aplazo en la misma materia, nos dio el siguiente consejo:

- A la Libreta del Estudiante, después de este turno de examen la tienen que perder y pedir un duplicado que no cuesta mucha plata y lo hacen rápido de esa forma tendrán en su poder dos Libretas: Original y Duplicado.

- Pero si pierdo el Original solamente tendré el Duplicado. Contestó el “tranquilino” Riola.

Me extraña que no entiendas ¿Sos tonto, o solamente trabajás de gil?. Esto de perderla es lo que tienes que poner en la nota con la que "pedis” el duplicado. Cuando lo tienes continúas la carrera presentando siempre el duplicado. Al original lo usas para ponerte vos las calificaciones, que tienes que mostrar en tu casa, a los amigos y a las viejas curiosas. ¿Estamos? Si no entendiste anda a la farmacia compra un litro de "avivol concentrado” y tomalo de un sólo trago.

La exclamación del "Turco Salomón” fue algo así como: ¡Sos grande Carpincho! Eso será lo primero que haga el año que viene.

En Matemáticas me consideraba incluido en el tropa de los estudiantes que sufrimos "matematicanofobia" habían estudiado bastante, pero lo que sabía era muchísimo más por la memoria que por el razonamiento, había cosas y problemas que los resolvía, pero que no los entendía

Se tomaba el examen en una aula que poseía pizarrones en las cuatro paredes entraban seis en el primer llamado y luego conforme salían algunos contentos y otros con cara de velorio entrábamos los reemplazantes.

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Cuando entré lo hice acompañado por el "Turco” Salomón. Me dieron un ejercicio que comencé a resolver, según yo iba por buen camino, cuando siento una voz de trueno que preguntaba:

- ¿De dónde es usted?

Me di vuelta para contestar pero la pregunta no era para mí, sino para un rubio, alto, flaco y desteñido, que con aire de hombre satisfecho y pose displicente mostraba un pizarrón lleno de números y letras. El alumno respondió:

- De Jujuy, señor Profesor.

-¿Y para hacer eso, se vino desde Jujuy? Y todavía con la pose de un artista dice: "Vengan a contemplar mi obra de arte “... ¡Vuélvase a Jujuy! y deje de hacerle gastar dinero a sus padres y continuó diciendo.

- Mire aquí usted tiene ‘3 x’ , igual a todo lo que sigue para concluir al final con un igual a ‘5 x’. Como "equis" es una constante usted me está afirmando textualmente que tres es igual a cinco y eso es una mentira aquí y en la China

Tomando la tiza a lo ancho con dos trazos en cruz tachó desde 3x en adelante y señalando la puerta, con el tono de una voz de mando de un Cabo de Infantería dijo:

- ¡¡¡MARRR...CHEEE!!!

El rubio alto flaco y desteñido emprendió la salida del aula no solo aplazado sino abochornado y trastabillando.

Defendiéndome como pude y con la ayuda invalorable de Santa Teresita que me dictaba y una apreciable dosis de serenidad saqué a flote el examen y obtuve esa ansiada nota aprobatoria, que si bien no superaba al cuatro, con ella me sentía más que conforme.

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El "Turco"¬ también había aprobado juntos nos fuimos a dar unas vueltas por el Centro de la ciudad festejamos tomando unas cervezas con los acompañamientos de rigor.

A esos exámenes de Noviembre le siguieron en Diciembre, los de las otras materias correspondientes al primer año excepto Filosofía que la dejé colgada para rendirla el próximo año.

Una cosa que me llamó la atención ocurrió en el examen de Derecho Civil un estudiante proveniente de una Provincia del Norte, luego de sacar las dos bolillas conforme al reglamento, tomó asiento en el lugar reservado para los que se encuentran en "capilla". Y cuando le tocó el turno muy suelto de cuerpo antes de sentarse dijo:

- No se nada Señor, perdónenme pero me retiro.

Y dando media vuelta se fue del aula. Cuando en casa comento el hecho me aclararon los muchachos que ese alumno debía provenir de alguna de esas Provincias que tienen un régimen becas que para man- tenerla de un año para el otro tienen que presentar un certificado que diga que rindieron todas las materias del curso, sin importar la nota obtenida.

El resultado es qua la mayoría de los alumnos solamente podían gozar los beneficios de la beca los dos primeros años. Cuando enfrentaban los exámenes finales del Segundo Año, por problemas de correlatividades no podían rendirlas a todas y perdían la beca. Pienso que esas leyes deben haber sido dictadas por legisladores que si bien cobran "suculentas dietas" de estudios universitarios sabían poco y nada. Ello me dejó con la bronca suficiente para alimentar mi mal humor en los días que faltaban para regresar a pasar las fiestas de fin de año en casa.

Llegó el mes de marzo mucho antes de lo que esperaba. Con la ayuda de Andresito, un alumno estudiante de Filosofía que vivía en uno de los Pensionados de los Paulinos había preparado la materia lo mejor que podía estaba confiado en que daría un buen examen.

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Era de los primeros inscriptos sentía miedo pero no tanto por la posibilidad de un mal resultado sino por hacer un papelón delante la Profesora.

¡Qué desilusión! la Profesora no estaba en la, Mesa la misma era integrada por el Profesor Titular al cual no conocía ni de vista por cuanto no le había asistido a ninguna clase y por dos Adjuntos. A algunas de las clases que dictaba uno de ellos había concurrido pero existiendo las dictadas por "la diosa" era perder el tiempo ir a las otras clases

Ya sin importarme mucho la posibilidad de hacer un papelón los nervios se me calmaron por completo hasta tuve la intención de no presentarme para rendirla cuando estuviese ella, la Profesorita que me tenía "embobado".

Afronté‚ el examen con una tranquilidad que me asombró y hasta me dí el lujo de opinar en contrario de lo que decía uno de los Adjuntos, citando a Santo Tomás y nombrando la "Summá Theologica".

Obtuve una muy buena nota.

Fui al Pensionado a contarle de mi examen a Andrés, allí nos encontramos con el Cura que me hiciera el problema con Meneca, y que se había arreglado gracias a la intervención de Anita. Me recibie- ron en forma muy amables y junto a Andresito nos llevó al comedor de la Comunidad, los tres mientras hablábamos de diversos temas, me contaron que Andrés dejaría el Pensionado para reingresar al Seminario del cual egresaría como Sacerdote. Años después la Orden Religiosa a la pertenecía lo destinó a ejercer su apostolado en Salta, donde continuamos nuestra amistad. El Cura nos invitó a tomar el té con masitas. ¡Ya éramos grandes amigos!

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Capítulo VIII

EL ‘SARAMPION’ DE LOS ESTUDIANTES

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Existe una vacuna para el sarampión, pero a pesar de ello los chicos siguen enfermándose por ello aún es considerada como una enfermedad propia de la niñez.

Cuando nos encontramos en la edad juvenil o hemos abrazado la condición de estado de estudiantes, a pesar de los consejos de nuestros mayores tanto los varones como las mujeres contraemos la "enfermedad de los amores de estudiantes" que fueron cantados como: "amores de estudiantes, flores de un día son".

Por más promesas realizadas a mi madre y a mi "alter ego”, no pude ser la excepción También contraje ese "bendito: sarampión estudiantil” que llamábamos metejón, festejo, etcétera., que ahora los estudiantes engloban todas esas “emociones” con el ‘estado’ de "novios", que comprende todos los pasos previos y desde el momento de las primeras "escaramuzas del flirteo" ya se llaman mutuamente “novios".

Cuando comenzados los dictados de los cursos normales en la Universidad y me encontraba inscripto en todas las materias del Segundo Año. Por suerte no tenía choques de horarios pero en una de las "Comisiones de Prácticos", el dictado comenzaba a las 22 horas, y si el Invierno se presenta este año como el del año pasado seguramente "chuparíamos" un lindo frío cuando saliésemos al "filo” de la media noche. Como compañeros en la Comisión los tenía al Santiagueño Pedrito Arias, al "Tranquilino” Riola, a la "Chuncha” Emma, a Carmencita y a Mirtha. La mayoría estaba formada por alumnos provenientes de otras Comisiones y de recursantes.

Uno de los empleados de la Sección de Alumnos nos dijo en un cálculo aproximado en el Segundo Año se encontraban inscriptos menos de la mitad de los que cursaron el año pasado el Primer Año.

Al término de la primera clase y a la salida de la Facultad nos encontramos con algunos de los ex-compañeros de Comisión. Luego de los saludos de rigor que consistían en un “hola, un apretón de manos y un hasta mañana”, me fui acompañando a Carmencita hasta que tomó el tranvía que la llevaba a su domicilio. 75

A la mañana siguiente Emma la "Chuncha" me llamó por teléfono para pedirme que fuese un rato antes a la Facultad, por que elle quería decirme algunas cosas de esas que no se pueden decir por teléfono.

A pesar de haberme apurado acuciado por la curiosidad cuando llegué Emma ya me esperaba. Primero me llamó la atención por haber llegado cinco minutos tarde, recalcándome que a una mujer nunca se la debe hacer esperar, luego me largó la siguiente pregunta:

- Usted, ¿Sabe remar?

Dudé antes de contestar, pensando que a una respuesta negativa, la "Chuncha", me diría que me “vaya a la "mierda" en bote, y si la respuesta fuese afirmativa me diría que me marche al mismo lugar "pero a nado” la juzgué‚ incapaz de esa guasada , y dije:

- Sí, algunos domingos voy a remar al lago del Parque.

- O sea que no sabe lo que es remar en el río Paraná. Pero ¿Se animaría a iniciar un aprendizaje acelerado?

- Sí ¿Pero, a qué viene esto?

- Bueno, si se anima a darnos una mano sin preguntar nada más lo esperamos el Sábado a las 9, en el Club de Regatas.

La llegada de Tranquilino y de Pedrito hizo que el diálogo tuviese un giro imprevisto. Dirigiéndose a los recién llegados les dijo:

- El Indio también será de la partida.

Y así sin darme cuenta cabal de lo que hacía y sin haber dado mi consentimiento me encontré "entropado” con Pedrito Arias y el ‘Tranquilino’ Riola en una aventura desconocida.

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El sábado fui puntualmente al Club donde ya me aguardaban Mirtha y el ‘Tranquilino’ Riola, al poco rato llegó Emma con Pedrito que seguía a Emma, como un "perrito faldero" acompañados de otra chica de unos quince años llamada Norma, que era la hermanita menor de Mirtha.

El Tranquilino, Mirtha, Norma y Emma era socios de Club, sabían remar y nadar a la perfección. Allí me enteraron de que‚ se trataba.

Mirtha intevendría en la prueba de natación denominada “el cruce del Río Paraná” en la categoría de “juveniles” Se largaría desde una de las islas y concluiría en el club. Para entrenarse necesitaba dos remeros y un nadador que la acompañase. Y había pensado en nosotros, re- cordando que mi record en natación era de cinco metros en un depurado "estilo perro". Acepté únicamente como remero, cosa similar ocurrió con Pedrito que como buen santiagueño conocía tanto de nata- ción como de la vida que llevaban los habitantes de Marte, y al agua solamente la usaba para toma mate y lavarse la cara.

Nos enseñaron e hicieron remar hasta la Isla del Espinillo, así mientras las chicas nadaban y hacían gimnasia Pedrito y yo seguíamos empuñando los remos atentos a las instrucciones del ‘Tranquilino’ Riola.

Luego del asadito, de unos mates y de descansar un rato, nueva- mente y como si fuésemos "galeotes" nos mandaban a los remos.

El domingo nuevamente estuvimos en el Club pero esta vez mientras nosotros remábamos Mirtha nadaba; al inicio la acompañó, Emma, Norma y luego el ‘Tranquilino’.

Durante un mes acompañamos el entrenamiento de Mirtha. Los muchachos de casa ya comenzaban a cargarme, y a solicitarme de acuerdo al reglamento no escrito que nos regía, que la presentase oficialmente y la sometiese a votación para ver si era aceptada.

Yo me defendía diciendo la verdad. "No había nada entre noso- tros". 77

Antes no había reparado mucho en Mirtha ni en sus suaves líneas, lo que me había impactado desde que la conocí fueron sus ojos y esa chispa de fuego que los iluminaban cuando me miraba con algo de picardía. ¡Qué lástima, yo de puro bruto que era no sabía leer el mensaje de sus ojos!.

Si su figura dentro del azul y amarillo traje de baño ya era un espectáculo el "summum” de su estampa me la brindó un domingo, cuando sentada en la lancha de cara hacia a mí vistiendo una vaporosa blusa color del mar hundía los remos inclinando el cuerpo hacia adelante para clavarlos en el agua y volver con el rítmico movimiento de cada remada el cuerpo hacia atrás ¡Dios mío! ¡Que hermosa la veía!.

El viento acariciaba sus cabellos y desde el interior de su torax brotaban dos deliciosas ‘protuberancias’ que se ofrecían con la velocidad de un relámpago a mi muda contemplación.

Desde el fondo de mi ser la voz de mi conciencia, como pidiendo piedad a mi corazón entonaba una canción de moda cuya letra decía: “Por Dios no te pongas más la blusa azul" Realmente esa blusa y más aún su contenido, llenaba mi mente de fantasías.

Llegó por fin la carrera. De acuerdo a la reglamentación los botes de acompañamiento, eran tripulados por expertos remeros y nadadores del Club.

Concurrimos con Emma y Pedrito a ver la llegada. Mirtha, como no podía ser de otra forma, de acuerdo con nuestros deseos, a su capacidad y la categoría de competencia le correspondió subir al podio gozando de un cómodo y merecido segundo puesto.

La fui a felicitar la abrace‚y le di un beso en la mejilla ella estaba contentísima. Allí conocí a sus padres, a su otra hermanita y al hermano mayor, que me contempló con la curiosidad propia de quién esta estudiando con detenimiento una "rara avis". La tarde siguiente en la Facultad, el santiagueño Pedrito Arias me preguntó a boca de jarro:

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- ¿Vos sos tonto, ciego, misógino o "pan con pan"?, - ¿Por qué?

- No te diste cuenta que Mirtha esta "metida con vos” que todos los días espera que la hables, que le digas algo. Y vos en lugar de dedicarte a ella de puro estúpido, por no decirte otra palabra que te definiría mejor, a la salida de la Facultad acompañas a la "engrupida” de Carmencita, que como todos saben, ya tiene un novio y con “guita”, decime la verdad ¿Sos opa de nacimiento o te entrenas para cada día para ser más estúpido?.

- Y vos ¿Cómo sabes cuales son los sentimientos de Mirtha?

- Por la sencilla razón que me lo contó "la Chuncha". Mira, ahora a la salida te vamos a dar una oportunidad, vos nos acompañas ya veremos como nos arreglamos para dejarlos solos.

Nunca supe que tema trató el docente en esa clase yo estaba con la mente y el corazón en otro lado, pensando en cosas más interesantes. que en los débitos y créditos

A la salida Pedrito la tomó del brazo a Emma y apurando el paso me dejaron Mirtha.

Sacando valor para no ser cobarde, le dije que la acompa- ñaría hasta que tomara el tranvía que la dejaba en la esquina da su casa. No recuerdo que motivos puse, pero el hecho es que tomamos el vehículo de transporte y quedamos sentaditos uno al lado del otro.

Así en un asiento de un viejo y en la actualidad extinguido medio de transporte público obtuve su consentimiento para visitarla y acompañarla a la salida de la Facultad, los otros pasos como es lógico en esos asuntos del corazón vinieron solos.

Mi compañero de cuarto el "Flaco" José Antonio que fue el primero en conocer "el asunto" lo planteo en el almuerzo y solicitó la "votación del caso” tanto Víctor como José Antonio la conocían y no ponían objeciones. 79

Adolfo sostenía que primero tenía que ubicarla; Pancho al deducir por el apellido la ascendencia hispánica de Mirtha sostuvo que aceptarla significaba entregar un "indio" en "encomienda”(17) y eso en el siglo XX era una flagrante violación de los "Derechos Humanos". Postura que fue compartida por el "Gringo". Al final y luego de muchas vueltas dejaron el voto en suspenso lo que significaba que podía seguir tratándola. Este "duo de tanos" el Gringo y Pancho que día a día hacia méritos para ganarse el apodo de “pelao” que aún lo acompaña me tuvieron en vilo una semana al final lo mismo que Adolfo votaron por la afirmativa.

Desde entonces y en todas las reuniones estudiantiles en los "asaltos bailables” que se organizaban, en los paseos a las Islas etc. estábamos juntos ya eramos un duo llamado: “Mitha y el Indio”

El ritmo de vida continuaba igual. Lo único digno de mención fue, que siguiendo las instrucciones de un anuncio en los transparentes de la Facultad que solicitaban estudiantes de Ciencias Económicas. Me presente a la Fabrica Militar de Armas Portátiles dependiente de la Dirección General de Fabricaciones Militares, el hecho de haber cumplido con el Servicio Militar egresando como Oficial de la Reserva y estar mi "clase formando parte de la reserva activa” significó mi ingreso. Ahora debía entrar A trabajar en el horario de 6 a 13 de lunes a viernes en la Tesorería del la Empresa Militar y me encontraba sometido a las normas castrenses.

Antes del mes de julio las Comisiones de Prácticos se encontraban con la mitad de sus integrantes, unos por inasistencias otros por aplazos en las pruebas parciales quedaron en condición de libres es por ello que no tuvimos problemas para cambiarnos a otra Comisión Comentario [JAW1]: que nos permití salir un poco más tarde y disfrutar más tiempo de la mutua compañía.

(17) Encomienda. En referencia a la Institución Colonial existente Colonial por la cual entregaban los indios a loe españoles para que los hagan trabajar y los eduquen en la fe Cristiana 80

El "Cacique Pancho” uno de los salteños que vivía en la casa auto denominada el “Infiernito", una tarde en la Facultad me dijo:

-Tené mucho cuidado con el “Tonino”, ese gallego «i’mierda», anda “mirandola” mucho a tu mina creo que tiene ganas de “soplártela”

De nuevo se me cruzaba este “tipo” en mi camino. Para evitar complicaciones a Mirtha la “marcaba” más de cerca y al ‘Tonino’ lo mi- raba con recelo

Una tarde lo encaré y me confesó que efectivamente Mirthá la parecía una de las chicas más lindas e interesantes de la Facultad, pero cuando se enteró que era la mujer que yo elegí como mi "peor es nada”(18), lo único que le correspondía hacer como ex compañero de Colegio era hacerse a un lado.

No recuerdo de quien fue la idea. Yo tenía en mi plan previamente trazado que rendir en Noviembre la asignatura Economía I Comencé‚ su estudio juntamente con otras que debía rendir en ese turno pero apareció Pedrito que propuso otra forma de estudiar que acepte gustoso.

Todas las tardes estudiaríamos los cuatro: Emma, Pedrito, Mirtha y yo. Un día nos reuniríamos en la casa de la "Chuncha" al siguiente en la de Mirtha los varones nos turnaríamos para aportar los bizcochitos para tomar el té que prepararían las chicas.

De esa forma encaramos la preparación de la materia; llegado el tiempo fuimos los cuatro juntos á inscribirnos para rendir.

Tanto Mirtha como yo marchábamos invictos es decir sin conocer lo que significa un aplazo en una Carrera Universitaria y nos teníamos mucha fe para el examen que se avecinaba.

=(18) "Peor es nada” Según el Diccionario de Regionalismos de Salta, del Dr. José V. Solá es una frase común usada en la región para designa al festejante o al novio o novia. 81

La lista de examinándoos se confeccionaba de acuerdo al orden de inscripción así resultó que entre una veintena de alumnos el cuarteto rendiría en este orden: primero Mirtha seguida de Emma, Pedrito y cerrando el grupo me encontraba yo. No podría precisar lo que ocurrió el resultado fue el siguiente: en el Acta de Exámenes aparecían, entre otros, cuatro aplazos al hilo.

Mirthá se enredó con la problemática de las necesidades a Emma la ‘sarandearon de lo lindo’ con las teorías de la utilidad, a Pedrito lo "bailaron” con los precios en los sistemas de Mercados y a mí con las distintas teorías del valor.

Como para endulzar la "derrota del equipo" el Santiagueño no tuvo en ese momento otra ocurrencia mejor que tomar el fracaso a la "chacota" y analizó que la Mesa Examinadora había resuelto luego de los vistas y considerándoos del caso,: que: a Mirthá nadie le necesitaba, que Emmá no poseía ninguna utilidad, que yo no valía absolutamente nada y que el era tan bueno como el aire, el agua, y así como no existe una unidad de medida para el amor y para el dolor, tampoco encontraron una unidad adecuada para medir de su valor, por esa razón no pudieron asignarle precio en ningún tipo de Mercado.

Fue la única experiencia que realizamos de preparar una materia en conjunto ello se asemejó más que a una preparación "en grupo de estudio” a un “estudio en grupo” (19) En ese tema nunca nos pusimos de acuerdo: para ella yo fui el culpable de su primer aplazo y para mí la culpa era exclusiva de ella. Pienso que al lado de una chica con la estampa física y las características morales de Mirtha, Adan Smith, no hubiera sido capaz de escribir "La Riqueza de las Naciones" ni David Ricardo hubiese llegado a ser uno de los primeros teóricos de la "Economía Política Clásica".

Pero eso no importaba lo consideramos como accidente que es normal y muchas necesario en la vida de un estudiante, ahora

(19) "de grupo” Regionsmo que se utiliza para significar algo que no se realiza con la seriedad que merece. Es similar a decir de mentiritas. comogando" 82 teníamos otras cosas más interesantes para pensar, vivir y charlar que recordar "ese examen".

La asignatura, preparada luego en forma individual resultó aprobada por los cuatro en siguientes turnos de exámenes y con buenas notas.

¡¡Por Dios no te pongas más la blusa azul!!

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Capítulo IX

COSAS DE LA VIDA DIARIA

Las residencias 84

Existen estudiantes que durante toda su carrera univer- sitaria vivieron en una pensión otros que obtuvieron lugar en pensionados creados para tal fin normalmente por una comunidades religiosas y otros, que optaron por vivir en familia en una casa administrándose y dictándose sus normas de convivencia.

Estas últimas recibieron a veces como fruto de alguna actitud, o aptitud de sus integrantes o por una causa fortuita, una denominación que las identificaban entre nosotros durante años.

La casa donde vivían algunos de los salteños que estudiaban medicina, era conocida como "La Abadía ", nunca supimos ni averiguamos el motivo. Los correntinos tenían varias residencias, uns de ellas se denominaba "El Tinglado’ por ser prácticamente un galpón dividido internamente por tabiques. Un grupo de salteños también estudiantes de Ciencias Económicas alquilaron una casa a la que ellos la llamaron "el Infiernito". A la nuestra inicialmente la llamaron "los salesianos" por el origen del Colegio Secundario de donde proce- díamos. Luego me enteré que le decían también: "el Vaticano" Un pequeño grupo de jujeños integraron el hogar que nosotros los salteños llamábamos "Cotópolis", de acuerdo con la idiosincrasia de las respectivas provincias la casa de los santiagueños era conocida por todos los estudiantes con el nombre de "El Dormidero” y la de los tucumanos con el del "Aguantadero".

Habían también casas que tomaban el nombre de algo que individualizara a sus moradores como la casa donde vivían unos misioneros que tomó el nombre de “El corral” por vivir allí un estudiante al que más que por el nombre se lo conocía con el apodo del "Buey" Las dos piezas que alquilaban los hermanos del Cura, como no podía ser de otra forma la denominábamos "La iglesia" La casa que compartían con sus comprovincianos un entrerriano rubio, casi ‘albino’, grandote, chueco y que desde su querida Concordia lo precedía el apodo de "Oso Polar" tenía que llamarse "La osera”.

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En cuanto a las normas de comportamiento era atributo de sus ocupantes ninguno de una casa interfería en otra existía como hombres civilizados que éramos un respeto mutuo

¡¡Qué par de b...s!!! (x)

En las tardes de invierno por lo general estudiábamos en casa, utilizando todos lo lugares disponibles.

Una tarde el "Yugoeslavo” Adolfo el "Flaco” José Antonio y yo estábamos estudiando en la cocina cada uno una materia distinta. En la mesa, frente a nos encontrábamos con José Antonio el "Yugo"¬ en la cabecera por cuanto le tocaba el turno de cebar el mate que circulaba de mano en mano. No tanto para matar el frío sino para "alimentar “el vicio.

En el comedor se hallaba estudiando el Gringo con un compañero de Facultad, y en el dormitorio, estudiaba Víctor una mate- ria y Pancho otra . Todo se hacía en silencio apenas se escuchaba el susurro que producían el Gringo y su compañero de estudios.

Por el lugar que dejaba vacante la falta de un vidrio en la pequeña ventana que daba al lavadero. entraba un ‘fresquete’ por ese motivo los tres teníamos colocadas ropas de abrigo y nuestras bufandas caían sobre la mesa.

¿Quién tiró la primera piedra? No lo recuerdo digamos que uno de los dos, dio un pequeño tirón a la punta de la bufanda, que tenía colocada en el cuello del que se encontraba al frente y como a cada acción corresponde una reacción en un momento dado nos encontramos ambos de pie y tomando con ambas manos las puntas de la bufanda del otro poníamos nuestro mayor empeño en ahorcarnos mutuamente.

(x) Señor lector yo coloqué la palabra “bobos” cualquier otra palabra es ya interpretación suya 86

En un momento dado sentía que la vista se me nublaba y las piernas parecían negarse a sostenerme escuché el grito y sentí el golpe dado con sus brazos por Adolfo esto nos hizo "soltar la presa” y caer en nuestras sillas desfallecientes.

Adolfo a los gritos nos decía de todo, pronto se sumaron los otros moradores de la casa. Como si entendiese "algo de algo” el Gringo nos miraba los ojos y Víctor nos movía los brazos para que recuperásemos el ritmo de la respiración.

Quedamos mirándonos con José Antonio y de pronto ambos largamos una carcajada. De puro (prefiero dejar a la imaginación del lector los adjetivos calificativos que pudimos merecer), digamos solamente de estúpidos y testarudos casi nos horcamos menos mal que estaba presente el Yugo que es un animal grandote y si se empleaba a fondo es mejor no pensar lo que pudo ocurrir nada más que por llamarla de alguna forma digamos: una inocente broma.

Pancho dio su opinión en los siguientes términos “son dignos ejemplares de sus ascendencias españolas”

Festejos y Deportes

En esos días habíamos recibido de Salta una damajuana de 10 litros de vino "patero” de Cafayate, Era un regalo que nos enviaba condiscípulo del Colegio Secundario, destinado para la fiesta del primero de nosotros cuando se graduara el primero de nosotros posteriormente al contemplar con melancolía el contenido y analizar las posibilidades que teníamos de recibirnos decidimos que la tomaríamos cuando surgiera algún acontecimiento que mereciera festejarse.

El desafío a jugar un partido de fútbol ´ contra los jujeños había sido aceptado por ambos Centro de Estudiantes tendría el domingo en las instalaciones del Club de una institución bancaria.

Ese sábado Pancho rendiría una materia, de esas que en la jerga estudiantil denominábamos "bravas" por el Tribunal Examinador que 87 tenía. El domimgo teníamos que ganar el partido frente de los jujeños, y a la noche festejaríamos con un asado las dos las dos victorias la de Panchito frente de la Mesa Examinadora y la nuestra al fútbol frente a los "cotudos".

Temprano Pancho partió a la Facultad no pudo rendir esa mañana sino que pasó para la tarde. Al caer la noche acompañado de Adolfo llego con una cara qua hacía innecesaria cualquier pregunta.

Pero solo inició el relato del examen contando que la noche anterior para poder pasarla en vela estudiando esos últimos puntos que uno encuentra sin dominar, cuando ya estamos en vísperas del examen y para poder estudiar sin dormirse había tomado una pastilla automedicada, cuyo uso estaba difundido entre los estudiantes la cual no solamente impedía dormirse sino que según algunos, confería lucidez mental.

Pero no pudo rendir a la mañana sino que de acuerdo al orden de inscripción lo hizo a la tarde, cuando ya había concluido el efecto de la droga que contenía la pastilla quedando en lugar de la esperada lucidez una "opificación y un estado de somnolencia total.

Según el "Yugo" el Profesor le preguntó sobre las clasificaciones de los hijos y lo interrogaba diciéndole:

-Dígame usted, por favor de acuerdo al Código Civil ¿Cuáles son los hijos adulterinos?

Pancho no recordaba absolutamente nada miraba a la Mesa con ojos de no saber ni siquiera el lugar en el que se encontraba.

- Mire usted que son hijos nacidos como consecuencia de un adulterio ¿Cómo cree que pueden llamarse?

Y el pobre Pancho se rascaba la cabeza volteando los pocos pelos que aún le quedaban, sin articular palabra alguna.

El "Yugo" rogaba a Dios que no le preguntasen al "Pelao”cuales son los "hijos putativos” recordando que según una anécdota anónima 88 que circula en la mayoría de las Facultades de Derecho, alguien una vez dijo a la Mesa Examinadora que esos eran los hijos que tenían las‚ "malas mujeres"

Luego de insultarse a sí mismo y jurar que nunca más tomaría pastilla alguna, para evitar futuras tentaciones tiró el paquete a inodoro. Como es de "rigor” en los estudiantes en esas oportunidades dejó es- capar algunos recuerdos poco gratos, destinados a las madres de los Profesores y sin aguantar más se "derramó” en la primera cama que encontró de donde no quiso levantarse ni siquiera para cenar.

A la mañana temprano tomamos el tranvía que doblando en la calle Salta, después por Alberdi y su continuación. Luego de una media hora de viaje llegaríamos a nuestro destino.

En el vehículo viajábamos: jujeños, salteños y unos chicos que por los equipos que llevaban marchaban también a practicar algún deporte en el mismo Club que nosotros.

El tranvía se detuvo en una parada donde existía un kiosco, el ‘mótorman’ y el guarda bajaron para saborear un café‚ que ya los esperaba servido. Por lo visto esa parada, ya era una costumbre.

Dando un salto el tranvía emprendió la marcha mientras los responsables del mismo gritaban y corrían sin alcanzarlo. Ese jujeño desteñido, largo y flaco que había corrido el Profesor da la Mesa Examinadora de Matemática había ocupado el lugar del ‘mótorman’.

Algunas "viejas" que iban a Misa, gritaban, unos jujeños protegían al improvisad "mótorman" otros nos reíamos y los dos "responsables legales" del vehículo corrían tratando de alcanzarlo.

Cuando el tranvía paró todos nos largamos del mismo y corriendo nos dirigimos al Club, que estaba a un costado de las vías No se que pasó con el ‘motorman’ y el guarda, cuando ellos llegaron solamente quedaban los niños y unas cuantas ‘señoras gordas’, es posible que los responsables del tranvía, no avisaron nada, puesto que ellos habían abandonado sus puestos de trabajo, y podrían ser sancionados. 89

A las 10 ya estábamos en la cancha, considerábamos que teníamos un equipo bastante bueno, en el cual sobresalían nítidamente el "Mudo" estudiante de Bioquímica y el "Gallego” Jorge que estudiaba medicina, y había jugado en primera división en un club salteño. Nosotros nos creíamos "indios de pelea” y a nuestros rivales por la pinta los considerábamos "indios de comparsa".

Los jujeños no habían conseguido juntar once jugadores era solamente diez muchachos y como a nosotros nos sobraban tres, dejamos dos para suplentes, y al ‘Cholo’ Roberto {como jugaba al tenis) lo considerábamos "un tronco” para el fútbol, lo convencimos para que integre el equipo de ellos . Con ese refuerzo ellos tendrían diez y nosotros doce jugadores en el campo de juego. Tal era el concepto “a priori”que como futbolista nos merecía "El Cholo"

A lo que pasó en la cancha no le pudimos encontrar explicación alguna, según nuestra apreciación inicial ellos eran unos "pataduras" y nosotros unos "crack (20)

Sin embargo nos ganaron por seis goles contra (para no pasar un papelón histórico digamos solamente) muchos menos. Como para darnos una bofetada a los que los subvaluamos el ‘Cholo? nos metió tres de los seis goles recibidos.

Pero la carne ya estaba comprada, el carbón también y la damajuana esperaba ansiosa liberarse de su contenido.

Festejamos, comimos, cantamos y sobre toda las cosas bebimos. Entre aproximadamente una veintena de muchachos liquida- mos no solamente la ansiada damajuana, sino varias otras botellas que se mantenían en reserva: el resultado fue para algunos catastrófico.

A Pancho, a un santafesino denominado "El Mono" , a Juan Mario un atildado rosarino que de tan pulcro que era nunca decía una

(20) Palabra inglesa que utilizada deportivamente significa: estrella, persona de gran valor etc 90 palabrota, y a un misionero que llamábamos con cariño: "Chamamé" se les ocurrió pasada le media noche, en calzoncillos, camiseta, zapatos y con bastante vino circulando por sus venas aumentando el torrente sanguíneo correr una carrera dando una vuelta a la manzana, como premio el ganador obtendría: una botella de vino de Misa que nos había regalado el Padre Emilio Norry.

Tuvimos que auxiliarlos a los cuatro: al "Mono” prácticamente le hicimos respiración artificial, a "Chamamé, a Juan Mario y a Pancho los recogimos entre los cuatro que nos manteníamos en un relativo dominio de nuestros actos y prácticamente los arrastramos hasta tirarlos en las camas..

Los gritos de "Chamamé" nos hicieron entrar nuevamente al dormitorio el espectáculo que apareció a nuestra viste fue digno de una película de terror Pancho de espaldas en la cama vomitaba para arriba parecía el "chorro” que suelen largar las ballenas lo que salía de adentro por culpa de la ley de le gravedad le caía en la cara y sobre la cama.

Mientras con el trapo para el piso le limpiaba la cara, entre el Flaco y el Gringo lo pusieron boca abajo, otro trajo el balde para que recibiera lo que Pancho devolvía.

Víctor renegaba y con razón a Pancho lo habíamos puesto en la cama de él, la que a partir de ahora y por varios días tendría que quedar en desuso. Dominada la crisis abrimos la puerta del baño para sacar una toalla y elementos de limpieza y encontramos postrado de rodillas en pose de adoración al "Mudo" con la cabeza casi totalmente metida en el inodoro devolviendo trozos de asado y chorizos mezclados con fino vino cafayateño.(¡Qué manera de desperdiciar el vino!).

A los pocos sobrevivientes, creo que solamente fueron el Flaco, Víctor y yo nos tocó limpiar todo, socorrer borrachos, descompuestos y a la mañana aguantarnos los retos de doña Blanca, la dueña de casa y tratar de explicar lo inexplicable a una vecina de esas "metetes” que existen en todos los barrios, que se sintió deshonrada cuando vio pasar a media noche tres borrachos en "paños menores" que corrían a otro. Ese 91 día perdimos la fama de ‘buenos muchachos’, para quedarnos únicamente con la ‘estudiantes del interior’

Como ninguno concluyó la vuelta a la manzana el premio fue declarado desierto y consumido posteriormente por los moradores de la Casa.

Conejitos de India

Es indudable que para los estudiantes de medicina y para los de odontología el resto de los que cursamos otras carreras fuéramos algo así como cobayos o material de para experimentación.

Siempre andaban buscando voluntarios que les sirviesen como pacientes para la realización de sus trabajos prácticos.

La primera vez que Leopoldo vio a "Flaco" José Antonio el cual como resultado de su poco afortunado aprendizaje del patinaje tenía la boca, no digamos dientes, sino las ruinas del Capitolio, no pudo menos que frotarse las manos y exclamó: ‘Bravo Flaco a vos te necesito’. Con vos tengo material hasta para hacer la tesis. No te comprometas con otro, yo te arreglo todo’.

Durante años lo tuvo de paciente le practicó extracciones, emplomaduras, coronas, otras curas y reparaciones que le dejaron el comedor ‘0 kilómetro’.

Pareciera que Leopoldo le pasó el "Santo” a toda la Escuela de Odontología puesto que fueron varios los que hablaron por teléfono pi- diendo voluntarios para "diversos usos"

Un día me levanté con dolor de muelas fui a buscar a Leopoldo, no se encontraba en la pensión, encuentro allí a su compañero de pieza, al que conocía por los apodos de “hermanito” y de “loco” me llevó a la Facultad me metió en una Sala donde se encontraban varios estudiantes atendiendo a algunos pacientes, en su mayoría jóvenes de ambos sexos. El 92

"Loco” luego de una breve charla con quién parecía el responsable, posiblemente un Jefe de Trabajos Prácticos, o un docente auxiliar me sentó en un sillón y sin previo aviso me revisaron la boca con ese "aparato de tortura" que termina en una punta en forma de gancho y que, hasta con saña usan los dentistas.

Hizo su diagnóstico al Jefe y luego sin consultarme me hizo volar una muela me dio una tarjetita donde me marcó los demás que tenía que hacerme y me indicó los días en los cuales bebía concurrir.

Y con esos infernales "tornos a pedales" que en esos tiempos existían en las Universidades me arregló dos dientes y varias muelas, que duraron hasta el final de su “vida útil” muchos años después.

Esa experiencia me sirvió para extraer una conclusión, que aún la tengo por válida "Existen dos lugares donde se acaban los valientes, frente a une Mesa Examinadora y en el sillón de un dentista”.

Leopoldo se enojó un poco por cuanto consideraba a los salteños como su "coto de caza” exclusivo pero se las aguantó y perdonó a su amigo.

Nuestro "médico de casa” era Oscar, estudiante de medicina de los últimos años lo llamamos cuando José Antonio comenzó con fiebre alta vino al momento lo reviso y diagnosticó "paperas” y temiendo las complicaciones que son propias de esa enfermedad, en al acto llamó a un Médico que era docente de la Facultad, el Doctor Contreras, quién corroboró el diagnóstico y recetaron unas cuantas inyecciones, que debían colocarse cada seis horas.

Oscar luego de aplicar las primeras, planteó el problema que no podría venir cada seis horas a poner la inyección porque encontrarse en vísperas de rendir exámenes. Luego del cálculo del estado de las finanzas de casa y de la aceptación de parte de Oscar, quien sostenía que era conveniente que toda persona supiese colocar una inyección en caso de emergencias, le "dorarnos la píldora" al Flaco, lo colocamos boca abajo y en las nalgas, con un bolígrafo Oscar marcó dos circunferencias, indicándonos que debíamos limpiar previamente con alcohol dentro de 93 ellas cuidando de no borrarlas. Allí debíamos colocar las inyecciones, dejándonos los elementos del caso y deseándonos valor a nosotros y aguante a José Antonio. Se marchó luego de llenarnos la cabeza de consejos.

¡Pobre José Antonio! Aguantó como un santo su martirio casi todos debutamos con esa práctica ilegal de la enfermería, quien mejor lo hacía y lo tomó con algo personal fue el "Gringo". Ignoramos si el "Flaco” nos perdonó pero se curó sin consecuencias posteriores.

Un capítulo aparte es el que ocurrió con Paco y Tatalo, un salteño estudiante de medicina, que al igual de Oscar vivía en la Abadía. Tatalo buscaba desesperadamente alguien que se animara a que lo operarse de apendicitis. Nos hablo a todos sin conseguir un voluntario, ni aún ofreciendo pagar.

Hasta que encontró en "Paquito (a) el ‘Farruco’ al que podía ser más permeable. Para convencerlo le decía que la operación que realiza un practicante es la más segura. Puesto que aparte del que opera se encuentran varios estudiantes que hacen las veces de ayudantes y uno o dos docentes que fiscalizan y a al primer error, aunque fuese en la forma de tomar los instrumentos, lo hacen a un lado y lo sustituyen por otro.

"Farruco” fue operado con éxito de apendicitis. Ahora si era necesaria la operación creo que nunca le sabremos, pero fue un voluntario aporte a sus prójimos.

Aplicación del Reglamento

Después de la cena "el Pela Pancho", que se desempeñaba como encargado del mes, pidió reunión de plenario por cuanto existían cosas importantes que tratar.

Como primer y único punto se sugirió una modificación sustancial a las normas de conducta que nos regían. Argumentando la 94 seriedad de la Casa, la fama y la hombría de bien que teníamos la obligación de ganar y otros fundamentos más que esgrimía con esa labia que posee y que según nosotros, si lo dejábamos hablar siempre nos convencía. Convencimiento que varias veces no logró frente los integrantes de las Mesas Examinadoras. Propuso que los casos de existencia de una "novia oficial" en Salta y reconocida como tal tanta en esa ciudad, como en el núcleo que frecuentábamos aquí, debía ser sustituirse por la prohibición de tener dos o más novias en forma simultánea en un "mismo lugar”

Era una indirecta demasiada directa dirigida al "Gringo" quien expuso en su defensa varios argumentos que resultaron faltos de consistencia.

Más aún cuando a todos nos constaba por haberla visto a "Lolita" no una, sino varias veces con un muchacho en la pileta del Club Se resolvió con la abstención del “susodicho Gringo" aceptar la moción y concederle al atribulado "binovio” las cuarenta y ocho horas de plazo para que rompiese relaciones sentimentales con una chica del barrio conocida por "Lola o Lolita” por sus amigos.

Creía que todo terminaría allí pero el "Pelao” y el "Petizo" estaban esa noche convertidos en verdaderos "Catones” (21) me plantearon a continuación un pedido de aclaración sobre mis relaciones con Irma.

Informé que se trataba de una amistad, nacida de la ayuda que ella me pidiera para estudiar de Contabilidad, materia de la cual era ayudante alumno, y que ese era el único motivo por el cual concurría a la casa de la chica, distante unas cuantas cuadras de nuestro hogar y que era una amistad que recién comenzaba como fruto de una función de docencia..

La respuesta del "Pelao de mierda" fue contundente: con una amiga que se tiene también como alumna, no se baila en la "boite” del Club, "boleros” bien apretaditos, ni a una amiga por teléfono se le

(21) En una alusión a Marco Poncio, llamado "Catón” el célebre censor por su austeridad de principios en Roma en el año 18 (a.C) 95 susurra, "ya voy mi dulce palomita". Por otra parte al dar el voto favorable para mi relación con Mirtha tenían todos la obligación moral, como hermanos, de bregar por la corrección de mis procedimientos.

El "petizo” Víctor dijo que entre Irma y Mirtha no había puntos de comparación que mientras Mirtha era linda y toda una dama, Irma era una gorda ‘fofa’ y además medio tonta.

El resultado fue el mismo, que en el caso del Gringo tenía cuarenta y ocho horas de plazo para concluir mi relación con Irma.

Luego le siguió el turno a la "Beba" un "filito” extra que Adolfo tenía escondido y que fue puesto al descubierto. el "Yugoslavo" se la aguantó y en su descargo argumentó que esa era solamente una "novia suplente" por cuanto la titular su encontraba transitoriamente en el pueblo donde vivía su familia por tener enferma a su madre.

El argumento resultó peor, fue tratado hasta de desalmado y de cruel. Recibió también del plazo de las cuarenta y ocho horas.

Sobre el pucho Adolfo planteo la situación de Víctor con "la Tita” por cuanto al parecer, ahora surgía una tercera persona.

El Petizo le tapó la boca comunicando oficialmente que desde hacía más de una semana había roto todo tipo de relación con Tita.

El reglamento había sido aceptado como una norma de conducta ahora llegado el momento había cumplirlo y todos lo cumplimos-

El paño de lágrimas:

Cuando diariamente y a una hora determinada se tomaba un medio de transporte, por lo general resultaba que sea el mismo vehículo, con el mismo conductor y los pasajeros en su mayoría son los mismos. Eso pasaba casi todos los días.

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Julián trabajaba de "mótorman” durante el día y de noche se rebuscaba unos pesos como portero, sereno o cuidador en el Club del barrio. A la hora que José Antonio o nosotros tomábamos el tranvía para ir a estudiar a una Biblioteca, nos tocaba el que conducía Julián que ya nos saludaba al subir. Irma por los general subía unas cuadras antes, muchas, motivo por el cual a veces resultaba nuestra compañera de viaje.

Cuando "el Flaco” subió al tranvía se encontró con Irma y se sentó a su lado e iniciando la conversación ella le preguntó

- Dígame José Antonio ¿Qué le pasa al Indio? - Que yo sepa, nada, ¿Por qué?

Era lo que Irma necesitaba, le contó que yo la había hablado por teléfono y le había dicho que no iría más a su casa a ayudarle a estudiar, que lo nuestro no existió, que había muerto antes de nacer, y entre sollozos continúo descargando su amargura sobre el pobre "flaco” que no podía decirle que ellos me habían dado 48 horas de plazo para que rompiera las relacionen con ella, por ser un secreto impuesto entre nosotros como norma de convivencia.

José Antonio se tuvo que ‘bancar’ el llanto de la "Gordita” hasta que llegaron a la Biblioteca donde ambos se dirigían para estudiar.

Cuando bajaron Julián, el mótorman, los miró y le "hizo un ojito” como de cargada al Flaco.

Pero estaba visto que ese sería para José Antonio un día inolvidable

En la Biblioteca se encontró con Tita, quien en cuanto lo vio lo invitó a salir para conversar se sentaron en un banco da la Plaza y allí Tita le contó que Víctor había roto el noviazgo, que seguramente existía otra mujer.

Cuando José Antonio trataba de consolar a Tita y a inventar motivos para justificar al amigo, algunos viejos jubilados los miraban con curiosidad, seguramente cargadas de reproches dirigidas al varón, pasó el 97 tranvía conducido por Julián en su recorrido de vuelta, quien vio la escena y gritó:

- ¡Eh, Flaco! Deje de hacer llorar mujeres.

Al pobre José Antonio le faltaba todavía cumplir con la última "buena acción” del día como digno ex explorador de Don Bosco durante su estada en el Colegio.

De vuelta rumbo a casa para evitar otros encuentros no deseados tomó otro medio de transporte que lo dejaba un poco más retirado de nuestro domicilio. Unas dos cuadras antes de llegar se encontró ‘cara a cara’ con Lolita que caminaba en sentido contrario la chica hizo detener al "Flaco" para llorarle sus cuitas debido a que el "Gringo” la había colgado sin que ella le diera motivo alguno. Y como suele ocurrir en esos casos las mujeres siempre se consideran las víctimas, las que son engañadas por nosotros los varoncitos, sin caer en cuenta que para un engaño hacen falta tres o más personas.

Sin embargo en uno de los Cancioneros Populares recopilados por don Juan Antonio Carrizo se encuentra una copla cargada de verdades que dice así

"Tantos aritos de plata tantos anillos de oro, si la vaca fuera honrada no tendría cuernos el toro".

José Antonio ya no sabía que decir. Decididamente ese no fue su día de suerte le tocó "dar la cara" por tres de nosotros.

Para colmo de males Julián que ya había terminado su turno se dirigía al Club fue testigo de otra mujer que lloraba frente a un atribulado muchacho.

Deteniéndose delante de ellos, con los brazos en la cintura lo increpó al ‘Flaco’ diciéndole:

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- ¿Hoy se dedicó a hacer llorar mujeres?

- No me interprete mal Don Julián hoy hago el papel de paño de lágrimas

- Mire Don Flaco, mejor es ser un paño de lágrimas que una toallita higiénica.

José Antonio levantó los ojos mirando al Cielo para dar gracias al Señor por no haberse encontrado con ‘Beba’ . Según lo confesara posteriormente se consideró el mártir de una "absurda" reglamentación, y pidió infructuosamente su derogación, puesto que los que la habíamos padecido esperábamos tomarnos la revancha, porque en los asuntos del amor, como en los deportes, en las guerras y en muchas otras cosas la vida siempre nos ofrece otra oportunidad

Los roncadores:

Sería interesante que en algún lugar del mundo alguien tuviese la idea de realizar un concurso de roncadores.

Cuando ello ocurra dos de nuestros integrantes serían dignos para participar como representantes del país. Nos asisten sobrados motivos para saber que aún sin entrenamiento previo ocuparían los primeros lugares.

Al Gringo de entrada cuando hicimos la distribución de los dormitorios lo dejamos solitario, bregando por el buen dormir del resto al "Pelao Panchïto” lo tenían que aguantar Víctor y Adolfo.

Una de esas calurosas noches de Noviembre cuatro de nosotros estudiábamos en el patio de casa donde habíamos colocado una mesa, protegidos de los "mosquitos bimotores y con propulsión a chorro" 99 por un mosquitero de dos plazas; todos nos encontrábamos en calzoncillos y alguno tenía puesta una camiseta. No podíamos estar totalmente en "cuero" para no escandalizar a la "Turca", que junto con otras compañeras estudiaban en la terraza de su casa.

Pero un ronco ruido similar al de un camión que "repecha” una empinada cuesta impedía nuestra concentración

Decidimos tomar una medida por el bien de todos aterrados por la proximidad de los exámenes.

En perfecto silencio procedimos a abrir la puerta de calle y entre los cuatro tomamos la cama del Gringo donde "roncaba plácidamente” lo sacamos a la calle acomodamos la cama en la vereda cerramos la puerta con llave y retornamos a nuestros estudios.

No había transcurrido una hora cuando fuimos aturdidos por el timbre de calle, que sonaba en forma insistente.

- Debe ser el Gringo lo dejemos un rato más dijo Adolfo.

Pero la voz de doña Blanca desde la ventana de su casa, nos llamó y nos dijo:

-Vayan a abrir la puerta que está la Policía

Efectivamente el Gringo cubierto con la sábana articulaba reproches y palabras que posiblemente no eran dignas de figurar, ni en la Biblia, ni en un manual de buenas costumbres

En la calle en un vehículo policial un gordito de cara "achinada" hacía fuerza para no reírse mientras que el Sargento nos encaraba a nosotros y nos retaba por tirar basuras a la calle, vecinos de los costados y del frente se asomaban a mirar. Entramos la cama en la cual previamente se hizo acostar al Gringo y como penitencia por la "contravención" que significaba "tirar basura a la calle" juntamente con el chofer se sentaron un rato con nosotros. aceptando la invitación de tomar unos mates. 100

Mientras tanto el Gringo siguió durmiendo como si nada hubiera interrumpido su plácido sueño y deleitando nuevamente nuestros oídos con sus ronquidos.

Un fin de semana quedamos únicamente con Pancho los otros cuatro habían viajado por un par de días a Buenos Aires.

Para no desarreglar la casa resolví dormir en la cama da Adolfo en la misma pieza que Pancho

Pase la mitad de la noche en vela sin poderme dormir por los ronquidos de Pancho. Tenía que encontrar una solución y la encontré..

Del fondo de casa traje la caña hueca que usábamos como sostén de la soga donde tendíamos a secar la ropa: con ella al lado cada vez que Panchito iniciaba la sección de ronquidos le "encajaba un "cañazo” en la frente el "Pelao" se despertaba de un salto, y yo le pedía:

- Por favor Panchito dame cinco minutos de luz, para que me duerma primero.

Asݒ lo tuve hasta que me pude dormir primero.

La segunda noche lo sentencie‚ para que se acostase una vez que yo esté dormido. Pero lo mismo antes del amanecer tuve que usar la caña-.

Cuando regresaron los otros encontraron la caña en la habitación y las quejas de Pancho, prácticamente realizaron una reunión plenaria donde mi actitud fue dura-mente criticada. El no tener antecedentes anteriores me salvó de una posible sanción por "falta de compañerismo".

Un casamiento Ι ϑ

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Pepe, un rosarino amigo de todos nosotros y compañero de andanzas, tanto en los asuntos estudiantiles, como en lo la Acción la Acción Católica Universitaria, luego de terminar su carrera no pudo gozar un período de soltería.

Antes de recibirse Marta ya lo había cazado (con zeta), y ahora lo casaba (con ese), luego de uno de los noviazgos más originales que recuerdo.

Cuando Pepe concurría a visitarla antes de entrar a casa de los padres de la novia se reunían en la vereda, a unos pocos metros de la puerta y bajo la lámpara de la calle que alumbraba en la media cuadra. Decían que ellos no tenían nada que ocultar a las miradas indiscretas y "conventilleras de las viejas del barrio.

La fecha de casamiento se encontraba dentro del mes que administraba el Yugoeslavo Adolfo quien obrando con una mentalidad de "mercachifle" lo encaró a Pepe y le preguntó a "boca de jarro":

-¿Sacaste la cuenta de cuanto te cuesta cada invitado a la cena?.

- Sí me sale (le dijo una cantidad) y le pregunto ¿Por qué?

- Mira nosotros somos seis, nos das la mitad de lo que piensas gastar y nosotros no vamos . Como Pepe siempre fue un caballero, no le contestó como se merecía, sino que lo tomó a risa.

Asistimos a la despedida de soltero que en esos tiempos eran verdaderas despedidas, reuniones de amigos donde se respetaba la integridad física y moral ´ del novio. Normalmente era una cena formal en un buen comedor-.

Para asistir al casamiento había que ponerse las mejores "pilchas" y por supuesto bien planchadas.

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Nuevamente se puso a prueba el espíritu mercantilista de Adolfo, quien se ocupó previo pago pos adelantado de plancharnos las camisas y los trajes.

Minutos antes de salir Víctor notó una pequeña arruguita en el saco cerca del hombro. Adolfo que para la "plancha” era un perfeccionista le puso un trapito húmedo sobre la arruga y le asentó la plancha caliente. El grito de Víctor se escuchó, supongo que en todo Rosario y no es raro que haya llegado hasta Buenos Aires.

Con un quemado a cuestas, fuimos al casamiento de nuestro amigo y compañero en más de una aventura..

El Petizo solamente bailó un "Gato" en otros no bailó porque no aguantaba una mano por más cariñosa que fuera puesta sobre el hombro, e internamente con toda seguridad no se acordaba nada bien de Adolfo. Bailamos con la novia y con las "chicas de la barra. Nos comportamos como seres civilizados ¿o domesticados?.

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Capítulo X

ACTIVIDADES COLATERALES

Es bueno para la formación integral del estudiante que durante la vida estudiantil, realice otras actividades tendientes a lograr una mejor preparación para la vida.

Casi todas las Universidades poseen sus coros, grupos de teatros, conferencias grupos dedicados a actividades sociales y deportivas, destinadas a los estudiantes. Todas encaminadas a uno de los 104 fines fundamentales de las Universidades: ayudar al hombre a lograr su formación integral.

Los Centros de Estudiantes, Ateneos, Clubes, Peñas nos ofrecían a los estudiantes una gama de posibilidades, tanto en lo cultural como en lo deportivo.

Juntamente con Roberto "El Cholo" nos inscribimos y realizamos un Curso de Oratoria y técnicas de expresión oral dictado por un excelente Profesor, cuyo único requisito era la presentación de la “Libreta de Estudiante. Debo reconocer que me sirvió mucho en mi desenvolvimiento como estudiante, posteriormente en la vida profesional y, muchísimo más que varias materias juntas.

La existencia del Centro de Residentes Salteños nos servía para aglutinarnos, allí nos encontrábamos con personas mayores que habían formado sus hogares lejos del territorio natal y aplacábamos las nostalgias que a veces nos invadía.

Una actividad normal del Centro de Residentes era la organización anual de la Novena del Señor y de la Virgen del Milagro que por tradición se rezaba en el Colegio Salesiano, donde nos sorprendimos con la presencia de un compañero de estudios que no era de religión cristiana, el cual nos explicó que el hecho de asistir a compartir con nosotros no era significaba renegar de su religión sino que él también era salteño y se sentía muy bien alternando en todas las actividades con sus comprovincianos

Otra actividad del Centro de Residentes Salteños, fuera de tendernos siempre una ‘mano’ era la de organizar un acto en homenaje al "Héroe Gaucho" General Dn. Martín Miguel de Güemes ese año los estudiantes nos ocuparíamos de organizar el acto recordatorio.

Habíamos conseguido formar un conjunto que entonaba y difundía la música folclórica donde contábamos con la valiosa ayuda de un jujeño que era un artista tocando la quena, una rosarina que acompañaba en piano y un santiagueño que como es ‘obligación de 105 estado’ par conservar la ciudadanía santiagueña tocaba el bombo y la guitarra como los dioses

Anita (nuestra única representante femenina) y Víctor conjuntamente con unas hermanitas García, naturales de Rosario pero vinculadas a la colectividad provinciana, que bailaban muy bien se encargaron de los distintos bailes folclóricos acompañadas por algunos muchachos estudiantes, en ’ calidad de rellenos’ (o comparsas)

Pepita una ‘rubiecita’ rosarina hija de una familia salteña, cuado su madre había aprendido de su madre a recitar versos típicos salteños, siguiendo sus pasos en una Escuela de Recitados que hubo en Salta dirigida por una señora casada con un señor de apellido Mirau, diría unas poesías a las que le agregaría un par de poesías de don Juan Carlos Dávalos recitadas por José Antonio, entre la que incluiría la titulada los “chivos” que por la fuerza y entusiasmo que ponía nosotros decíamos que le nacía de muy adentro de su ser que era la voz de una anterior reencarnación, y la otra perteneciente a la poetiza salteña Emma Solá de Solá, por la forma en que concluía el verso: "Hijo d’indio m'hijo bien macho y bien fiero" decía que la autora la había escrito seguramente pensando en mí , pero únicamente por lo de ‘fiero’ que lo de ‘macho’ aún debía demostrarlo, pero nos faltaba un orador de fondo que brindase una conferencia referida a la vida y epopeya del héroe.

No recuerdo quién fue el encargado de buscarlo y comprometerlo, ni muy bien de quien se trataba por cuanto ninguno de los moradores de casa estaba encargado de ello, creo que era una autoridad en la materia, rica en los saberes históricos de la gesta güemesiana el que hablaría en la parte central del acto.

Nosotros ensayamos poniendo nuestra mejor voluntad y de acuerdo a las condiciones naturales de cada uno. Por ello me asignaron teniendo en cuenta mis dotes artísticas y mi voz y entonación para el canto el único papel para el cual servía y que lo hacía, modestia aparte, muy bien: el de "telonero". En abrir y cerrar el telón , ese sería mi aporte al espectáculo.

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El Presidente del Centro de Residentes nos reunió y nos comunicó que era posible que en el Acto se encontrase presente el Gobernador de la Provincia da Salta, que estarían de paso rumbo a Buenos Aires, acompañado por algunos de sus Ministros y que habían prometido su asistencia el Intendente Municipal, Decanos de Facultades, algunos Profesores y una Escuela primaria que tenía el nombre del héroe gaucho.

Todo marchaba bien el espectáculo se encontraba armado y ensayado cuando surgió el imprevisto, la tormenta que podría tirar todo por la borda, el orador invitado no asistiría y faltaban dos días para el Acto de Homenaje que por ser el día que correspondía no podía prorrogarse.

Ignoro de quién fue la idea que el reemplazo podría hacerlo e "Pelao Pancho". Si los que aceptaron la idea fueron unos inconscientes, pero mucho más me parecía un inconciencia que "Pelao" aceptó el encargo un par de días antes de la función y teniendo apenas conceptos vagos del tema.

En casa esa tarde cada uno aportó lo poco que sabíamos entre anécdotas y recuerdos de las enseñanzas que esforzadas maestras realizaron para ‘desasnarnos’ más un par de libros de Historia conseguido de una de la Bibliotecas. Constituían el bagaje con el cual Pancho tendría que arreglarse para salir a flote sin ahogarse y sufriendo lo menos posible.

Llegó el día recibimos a las autoridades. Al conocerse que asistiría el Gobernador de la Provincia, se hizo presente también el Intendente Municipal, el Jefe del Regimiento y para no ser menos el Arzobispo que en esa época era un Cardenal.

Roberto era el anunciador y con el Himno Nacional entonado por el Coro de la Escuela llamada General Martín Miguel de Güemes, comenzó el Acto.

Todo marchaba sobre rieles. Promediando la función venían las palabras alusivas a cargo de Pancho. Cuando fue anunciado por el 107

"Cholo", haciendo referencia a su origen extranjero y a su vocación por los conocimientos históricos, sentí un frío que me corrió por la médula espinal. Pancho hablaría de pie con el telón corrido mientras se preparaba el escenario para el cuadro siguiente a cargo de los bailarines folclóricos.

Subió el escenario el "Pelao", y comenzó su charla contra lo que temía con voz clara y varonil deshojaba páginas de una particular historia matizada con cosas de su propia cosecha, por ejemplo aquello que el General montado en su caballo reclutaba sus tropas llamándolos a los paisanos por sus nombres y con palabras tales como: ¡Nacianceno, Cosme y Eustaquio vengan a defender la Patria! si existieron entre las tropas gauchas algún Nacianceno, solamente Dios y el mentado Nacianceno lo supieron.

Llevaba ya una larga media hora y el público lo seguía con atención al menos eso es lo que veía desde mi observatorio tras del telón.

El escenario estaba armado los actores prestos y ya nerviosos pero "el Pelao" no terminaba. Desde el fondo del salón, Rodolfo, José Antonio y otros salteños le hacían señas con los brazos para que concluyera la charla.

Para ayudar á los que le hacían señas, aún no sabía para que cosa, me agaché atrás del telón y metiendo la mano por debajo del mismo comencé a tirarle ‘suavemente’los pantalones al ‘Pelao. Según me contaron luego, el espectáculo era incomprensible, un señor que con la seriedad del caso se dirigía a un atento auditorios mientras que en forma incomprensible le temblaban los pantalones.

Muchos habrán escuchado la expresión "de miedo le temblaban las piernas" aplicada a Pancho podría decirse con verdad: de ‘caradura’ le temblaban los pantalones".

Una cerrada "salva de aplausos” me indicó que Panchïto había concluido

Fue efusivamente felicitado. Entre los asistentes se encontraba el Ministro de Economía de la Provincia da Salta que había 108 sido nuestro Profesor de Contabilidad en el Colegio Secundario el cual abrazando a Pancho le dijo: "Nunca hubiera imaginado que usted sepa tanta Historia de su patria adoptiva, sinceramente lo felicito y me siento orgulloso de haber sido su Profesor".

Según los asistentes y una pequeña crónica de un vespertino local el Acto Recordatorio de una gesta provincial, organizado por el Centro de Residentes de esa Provincia fue un éxito y un ‘delicado aporte a la integración cultural del país’.

Otra experiencia interesante resultó la puesta en escena por parte del Ateneo Rosarino de Cultura Universitaria (ARCU), de le obre de Alejandro Casona: "Los árboles mueren de pie".

Quisimos hacer algo serio y creo que lo logramos.

En ella tomaban parte en distintos papeles Pancho, el Gringo y el Cholo. Víctor y yo hacíamos de apuntadores. Le pareja principal estaba formada por dos rosarinos: Martha, una chica que al decir de muchos, entre los que me incluyo, poseía los ojos más lindos de ls Facultad y sus alrededores, y por “Ñeco” un excelente muchacho que tenía el don de hablar hasta cuando dormía.

La dirección estaba a cargo de un señor muy, que era docente de la Universidad en la Facultad de Filosofía y Letras que ya había dirigido varias obras con estudiantes

Lo más interesante que tiene la empresa de poner en escena una obra de teatro de aficionados se encuentra en los ensayos. Es allí donde nacen amistades y se logra una extraordinaria convivencia grupal.

De acuerdo a los papeles asignados Pancho representaba un "señor mayor" que hacía pareja con una compañera de la Facultad llamada Juanita, simpática "menudita” algo gordita y bien ‘españolita’ hacía realidad aquello que dice ese verso salteño: La mujer chiquitita es un regalo mas vale lo 109

poco y bueno, que mucho y malo.

La fiesta resultó todo un éxito tan es así que tuvimos que representarla varias veces y hasta se recibieron pedidos para presentarla en Santa Fe y en otras ciudades.

Pero esa convivencia en los ensayos y de vida en ficción suelen ser el nacimiento de otros problemas, que si bien pueden ser deseados no son previsibles.

Al término del ciclo, la pareja estelar: Martha y Ñeco eran novios y posteriormente fueron esposos hasta que la muerte los separó:. Aparte de esa existían otras dos parejas una de ellas formada por Juanita y Pancho. Como esa última pareja involucraba a uno de los moradores de casa el problema tenía que plantearse y se planteó.

Todos concluíamos en que Juanita era una chica muy buena y que las relaciones de físico y estaturas estaban bien pero surgían otros interrogantes. La altura de los estudios de una y otro, la diferencia da ascendencia mientras que el ‘Pelao’ Pancho era italiano nativo la chica era hija de españoles. En fin, pequeños detalles que se fueron agregando y que debo reconocer que más que reales eran inventados por el Gringo y por mí, básicamente para molestar y hacer sufrir a Pancho. buscando el “desquite” de sus votaciones en casos similares.

Tanto insistimos buscándole defectos a la futura pareja que el interesado en previsión de una votación negativa pidió una tregua de por lo menos un mes para asegurar sus sentimientos.

De puros malditos que fuimos tanto Adolfo, como el Gringo y yo sostuvimos y logramos que en lugar de un mes le concediéramos como tiempo máximo de gracia únicamente una semana.. Pasada la semana nadie recordó nada y al cabo de un par de meses el problema no existía, la relación era ya inexistente, al dejar de tratarse un par de meses ya era realidad lo que sostuvo La Rechefocaul “El mismo viento que apaga una vela enciende una hoguera, mata un amor pequeño y 110 acrecienta uno mayor”, asomaba a los ojos de Pancho, otra figura femenina.

Sin que existiera acuerdo previo, el Gringo el Yugo y yo nos habíamos desquitado de aquella oportunidad en que nos aplicaron la frialdad del Reglamento, referente al capítulo que trataba de ‘novias’

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Capítulo XI

LA PROBLEMATICA ESTUDIANTIL

Es cosa sabida que la problemática estudiantil existió y existirá siempre en las Universidades. Porque el estudiante es una de las partes vivas de ellas, sería inconcebible que para la formación plena del 112 hombre prescindamos de los hombres, que desempeñan una función mancomunada en la formación de los hombres y el progreso de las sociedades con el objetivo de logra el ansiado bien común que les permita gozar la paz social. Es por ello que en Universidad se debe enseñar permitir la práctica de la Política, porque hace a la libertad y responsabilidad del hombre.

La misma tendrá matices propios como resultado de los problemas sociales que viva en ese momento la comunidad en la cual se encuentra inserta, de los avances de las ciencias las técnicas y las artes‚ Así como de las apetencias de los Partidos Políticos en su misión de guiar a la comunidad.

A esta apetencia que es el arte de conducir por el camino del bien común muchas veces la confundimos con las apetencias que mueven el accionar de los grupos a individuos, que ejercen una actividad en la búsqueda de espacios de poder, y hacen de esa actividad su "profesión habitual" sin que se persigan intereses generales sino ventajas grupales, no exentas de egoísmos personales que conducen siempre a la demagogia.

La apetencia de la Política por lo general es distinta á la apetencia de los partidos políticos. La primera corresponde á los "estadistas" y la segunda a los que en el camino del quehacer político quedaron solamente en la "politiquería!". Cuando existe esta confusión la Institución Universidad es una de las que más sufren. Una mirada retrospectiva en la Historia nos muestra que a pesar de las críticas que siempre se le efectuaron, la Universidad como institución, nunca estuvo encerrada en un cofre de cristal, sino que siempre valiéndose del saber que no puede mantenerse prisionero realiza su tarea de formar hombres que fueron los "líderes y la dirigencia de la sociedad. Sin perder de vista qua la Universidad fue el motor del progreso científico y técnico quo en este siglo asombró a todo el mundo.

No corresponde a los propósito de este libro realizar un análisis crítico a la "Política" ni a los "políticos”, que con respecto a la Universidad llevaron o quieren llevar adelante distintas tendencias enraizadas en los partidos políticos, sino solamente mostrar cual era el 113 comportamiento de nosotros, como estudiantes en una época bastante movida que nos tocó vivir y ser protagonistas.

Hace a la naturaleza misma del estudiante universitario que por su formación que para la búsqueda de la verdad analice siempre las decisiones del Poder y de acuerdo a su escala de valores las acepte o no las comparta.

Esta actitud propia da la raza humana en el camino de la civilización lleva a que las personas que poseen el Poder no entiendan a los universitarios como dice ese Maestro del Derecho que fue el Dr. Rafael Bielsa: "Esto no lo conciben los improvisados ni los dominados por una especie de lujuria del mando, confundiendo el “mandar con el gobernar" y es por ello que consideran siempre al universitario como el "contra” natural del Gobierno.

La finalización de la primera mitad del siglo XX encontró al país con las siguientes Universidades: Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Litoral, Cuyo y Tucumán las >que contaban de acuerdo a las publicaciones oficiales con 83.536 alumnos y 2.892 docentes con la jerarquía de profesores (Datos tomados de la Memoria de 1949 del Ministerio de Educación de la Nación)

Durante el año 1948 se dictó una Ley Universitaria y en el año siguiente el Presidente de la Nación declaraba "Desde hoy quedan suprimidos los actuales aranceles universitarios en forma tal que la enseñanza sea absolutamente gratuita y esté al alcance de todos los jóvenes argentinos que anhelan instruirse para el bien del país. Quedaron solamente vigente aranceles por servicios, tales como: certificados costo de Libreta del Estudiante, reinscripciones para rendir materias aplaza- das, títulos, etc.

A lo largo y a lo ancho del país se fortalecía las corrientes de opiniones que solicitaban la creación de más Universidades no sola- mente Nacionales, sino también Provinciales y Privadas como medidas de justicia distributiva y de igualdad de oportunidades.

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Salta no se encontraba ausente de este anhelo. Contaba ya con un Instituto de Humanidades que funcionaba de acuerdo a un Convenio entre la Universidad Nacional de Tucumán y el Arzobis- pado Salta. Se encontraban encaminadas gestiones que en el año 1954 culminaría con la Escuela Superior de Ciencias Naturales, la que al año siguiente sería la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán con asiento en Salta y en el 1953 un grupo de jóvenes integraron una Asociación Sindical de Tenedores de Libros y Peritos Mercantiles la cual fundó la Escuela Superior de Ciencias Económicas, que posteriormente pasó a depender en su aspecto docente, de la Universidad Nacional de Tucumán y en lo económico de la Provincia de Salta.

Ese grupo de muchachos fue también impulsor de una creación en la ciudad de San Salvador de Jujuy, a donde concurrieron en varias oportunidades para arengar a los estudiantes de nivel secundario en reuniones que se celebraban en la Escuela Normal de Maestros de Jujuy.

Mediante convenio entre la Universidad de Tucumán y la Provincia de Salta iniciaron su funcionamiento una Escuela de Enfer- mería, y el Instituto de Endocrinología que luego se transformaron en la actual Facultad de Ciencias de la Salud.

Por disposición del Arzobispado de Salta, se procedió a la fundación de la Universidad Católica de Salta, de acuerdo con las disposiciones de la Ley Nacional que autorizaba el funcionamiento de Universidades Privadas la que inició su funcionamiento en el año 1966.

En 1972 tomando como base los establecimientos existen- tes que dependían de la Universidad Nacional de Tucumán el Gobierno Nacional procedió a le fundación de la Universidad Nacional de Salta.

Cuando se produjo mi "exilio” para estudiar encontré en las Universidades existentes, que todas las Facultades contaban con un Centro de Estudiantes el que se encargaba de nuclear a los alumnos, editar apuntes, dictar clases de apoyo a cargo de estudiantes y de graduados, sin descuidar la parte social ni la deportiva. 115

Con el advenimiento del Peronismo al gobierno surgió la Confederación Gremial Universitaria (C.G,U.), como brazo ejecutor de la política del Partido Político gobernante y en las Universidades querían tener presencia exclusiva.

La Confederación Gremial si bien contaba con agrupaciones en cada Facultad tenía una conducción centralizada para cada una de las Universidades. Como Presidente de la Confederación, para la Universidad del Litoral fue designado (nunca se supo por quién, ni cual fue el mecanismo) un "estudiante de medicina" que según rezaban los "panfletos" que tuvieron su apogeo en esa época‚ era un "estudiante crónico" que luego se recibió de Médico en menos de un año.

La CGU, como se la denominaba comúnmente como primer logro académico obtuvo de las Facultades, que no se colocasen en las Libretas Universitarias los aplazos obtenidos por los alumnos y como segunda conquista en ese campo la existencia de los exámenes mensuales. En cuales se podía rendir todos los meses una misma materia, hasta aprobarla: por «cansancio», o «piedad» de los docentes. Posteriormente la eliminación de varias correlatividades con lo que la Facultad avanzó por la ruta del "facilismo” y los profesores se convirtieron en meros "tomadores de exámenes".

Como era previsible la lucha entre los Partidos Políticos llevada a cabo en el seno de la Universidad, trajo como consecuencia que en los Centros Estudiantiles existentes se ubicaran los estudiantes que no compartiesen esa corriente política y que tuvieran nacimientos los Ateneos que se proclamaron totalmente independientes de toda actividad política partidista e incluso muchos de ello en sus Reglamentos sostenían la prohibición de tratar los temas de política par- tidista y religión.

Como las últimas posturas se encontraban de acuerdo con mi pensamiento me inscribí en el Ateneo existente en la Universidad denominado ARCU (Ateneo Rosarino de Cultura Universi- taria), sin dejar de pertenecer al Centro de Estudiantes.

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Mucho se habló y se escribió denunciando excesos en esa época. Solo me referiré a los que fui testigo presencial o partícipe, los otros escapan a los márgenes de estos recuerdos.

No veíamos con buenos ojos la intromisión de la Política de Partidos en la Universidad y pudimos palpar los daños que la misma le ocasionó a la Universidad. Uno de ellos, fueron la cesantías disfrazadas en casos muy sonados, por no adherirse a una campaña de reelección presidencial o jubilaciones “de oficio” de docentes de primer nivel nacional e internacional entre ellos un Premio Novel de Medicina, o como se aplicó en muchas Universidades Argentinas, el sistema de de Seguros y el de prestamos Bancarios, que determinan que un hombre a los 65años es un riesgo y hay que darlo de baja , y que se convierte en insolvente para el sistema bancario y en un botín apreciado y disputado por las organizaciones de “usureros”. La Historia, desde la época de loa griegos, con sus Consejos de Ancianos. Es la esa edad del hombre que se encuentra en la cumbre de sus conocimientos. Pero las Universidades los declaran “obsoletos”. Sin embardo la mayoría de los Premios Nobel a las Ciencias, Literatura,a la Paz etc., se otorgaron apersonas mayores de sesenta y cinco años

En la época de oro de la C.G.U. Los Profesores eran suplidos por profesionales que no habían realizado ninguna "carrera docente" pero eran adictos a régimen, o funcionarios en actividad, del Gobierno preferentemente en el Poder Legislativo, se designaban sin concursos y muchos de ellos eran, constituía un premio que se otorgaba a un Legislador o a un Juez, para acrecentar su “curriculum ” Esto dio lugar a que se los bautizara con el nombre de "Profesores Flor de Ceibo” (22)

Pero a nosotros nos interesaba por sobre todas las cosas no perder el tiempo y apurar nuestros estudios. No por ello dejamos de participar en las distintas corrientes estudiantiles.

Se aproximaban unas elecciones generales si bien los habitantes de la casa nos encontrábamos al margen de la actividad

í(22) La denominación "Flor de Ceibo" se refería a una clase de ropa confeccio- nada de muy poca calidad y a un bajo precio vendida o regalada a la clase obrera 117 política partidista, recibí de un compañero de estudios natural de la Provincia de Jujuy una invitación para viajar a Salta a votar en un tren especial en un Camarote con cuatro camas. Como el emitir mi voto era algo que obligaban en todos trabajos, y que se decía sería obligatorio para que los estudiantes puedan seguir su carrera, acepté más por la aventura de viajar gratis que por la obligación electoral.

El padre de "Chicho" tal era el apodo de éste jujeño cuyo padre ocupaba una banca en el Congreso de la Nación, consiguió para su hijo un camarote de cuatro camas que llegaría desde Buenos Aires a Jujuy. Nosotros teníamos que tomarlo en Rosario. Nos juntamos con un jujeño y tucumano, Chicho y yo. Así realizamos el que sería mi mejor viaje de la época de estudiante, con cama y comida (no nos ofrecieron compañía femenina, pero luego nos enteremos que habían disponibi- lidades).

Fuimos atendidos a "cuerpo de rey" nos llevaban las cosas que pedíamos al camarote teníamos prácticamente "canilla libre” para solicitar, con el bajo precio destinado a la clase obrera; comidas, bebidas, cigarrillos, pero nosotros no pagamos absolutamente nada "Chicho" tan solo firmaba las boletas de lo que consumíamos. ¿Quién pagó todo ello? No lo recuerdo a ciencia cierta, pero supongo que al final habrá sido todo el pueblo argentino.

A mi regreso el "Tranquilino" Riola me trajo una novedad que corrió como un reguero de pólvora, el Colorado “Gordo”, uno de los dirigentes del Centro de Estudiantes, rendiría una de esas materias que tenían un Profesor nuevo, de los formaban la legión de los “profesores flor de ceibo” que había entrado con la categoría de Titular por la “Puerta Grande”. De acuerdo a lo que ya se rumoreaba en los corrillos de alumnos, aplazaba a todos los que en la lista de exámenes figuraban con un punto "rojo" que indicaba la condición de "contrera" y aprobaba los que tenían un tilde azul.

El Colorado “Gordo" para diferenciarlo de su hermano llamado, el Colorado “Flaco" (colorados por ser "pelirrojos") eran dos hijos de españoles venidos de niños con sus padres huyendo de la Revolución Española, ambos testarudos como buenos vascos decían 118 hinchando el pecho de ‘fatuo orgullo’: “Que ellos por la Gracia de Dios y de la Santa Sede, eran ateos y republicanos".

El "Gordo” no escuchó ningún consejo, se consideraba bien preparado y se tenia que presentar a ese examen. Un empleado de la Facultad de esos administrativos chismosos, (que para la perdición o salvación de los estudiantes existen en todas las estructuras universitarias) le dijo que delante de su nombre existía un "tilde rojo" que no se presentara en ese turno. Pero fiel a los dictados de su sangre, no hizo caso y se presentó a rendir.

El aula estaba llena, no tanto de los que esperaban rendir sino, como en mi caso, de curiosos para ver que sucedía.

Luego de unos cinco minutos de exposición el Profesor inició "un ametrallamiento” de preguntas. El “Gordo” salía a flote, no nos explicábamos de donde sacaba las respuestas. pero seguía adelante.

Más que un examen parecía uno de esos partidos de fútbol donde un equipo tiene al otro "metido dentro del área penal" y patea desde todos los ángulos posibles, pero el arquero o los palos siempre impedían concretar el gol. Hasta que como una medida tomada como una "eutanasia" el árbitro le "regala” un penal al equipo que domina el juego y que debe ganar.

Esa imagen se me presentó en la mente, cuando el Profesor le formuló una pregunta mediante la cual el alumno debía responder indicando lo que decía un autor,(que nunca en mi vida oí nombrar, ni leí algo de él) referente a un determinado tema.

El Colorado “Gordo" miró al docente y sonriente le dijo:

- Perdone Doctor, pero a ese autor no lo conozco, ni usted lo menciona en la bibliografía de su programa.

El Profesor sin levantar la vista respondió:

- Eso es de fundamental importancia. ¡Retírese! 119

De esa forma con un aplazo terminó su examen "un vasco testarudo".

Cuando salío fuimos muchos los que abrazamos y felici- tamos al alumno el cual como un profeta que se siente iluminado por Dios y está ejerciendo su oficio, manifestó:

- Este "Profesor de ‘pacotilla’ cuando caiga el régimen, será uno de los primeros en quedar cesante.

Se equivocó el “Gordo” en su profecía, cuando cambio el régimen ese Profesor no apareció más por la Facultad, según la jerga inventada por los de su Partido "se borró”. Luego la Facultad dio término a sus funciones por "abandono de servicio".(Me enteré Diez años después, previa sentencia judicial, fue reincorporado con todos los honores)

A la entrada de la Facultad se encontraba un busto del General Belgrano. Un día, luego de un acto protocolar, la Confederación Universitaria (CGU) descubrió en el mismo pedestal uno del Presidente de la Nación. Al hecho no le di ninguna importancia, muy por el contrario me parecía lógico que existiera uno de quién en esos momentos era el Primer Mandatario de todos los argentinos.

Pero por lo visto existían otros que no compartían esa opinión. Un lunes a la mañana el busto no amaneció en su sitio, sino "bien guardadito" bajo de la escalera, lugar donde se amontonaban algunos trastos viejos protegidos por una puerta que se encontraba asegurado con un candado y donde se había colocado el busto del General Belgrano.

Esa acción motivó una reacción de la CGU y un Acto de Desagravio consistente en colocar nuevamente el busto en su lugar y pronunciar un par de discursos. Pero a los quince días la historia volvió a repetirse, incluso hubo otro acto de desagravio.

Un sábado luego de haber estado estudiando en la Biblioteca de la Facultad hasta que cerró sus puertas nos dirigimos con otros 120 compañeros de estudios a tomar un café‚ en un Bar cercano; como suele suceder entre charlas y cigarrillos se hizo bastante tarde. Cuando emprendimos el regreso nos llamó la atención que frente la puerta de entrada a la Facultad se encontrara estacionado un furgón de la Policía Provincial y cuidando la puerta cuatro agentes cada uno con un perro de esos que infunden miedo de solo mirarlos.

Era una hermosa noche de verano, había gente tomando fresco y caminando por el Boulevar Oroño, nos unimos al grupo de curiosos que ya se había formado. Allí un docente de los viejos, que ya habíamos tenido como Jefe de Prácticos acompañado de una señorita, que suponíamos era su novia nos informó que: el "movil policial” estaba aguardando la presencia de agentes de la Policía Federal puesto que los de la Provincia no tenían "jurisdicción ni competencia” para proceder a ingresar en una Universidad Nacional adentro de la cual se encontraban individuos presumiblemente de sexo masculino "movidos por móviles inconfesables” (esto dicho sonriendo, y usando la jerga policial)

Pero antes que la Policía Federal llegara, por la otra mano del Boulevar Oroño a muy poca velocidad se aproximo una camioneta con varios jóvenes

La camioneta detuvo apenas su marcha antes de llegar a la puerta de la Facultad y de ella bajaron un muchacho que conocía como estudiante de la Escuela de Veterinaria de la Facultad de Medicina con una hermosa perra "Manto Negro"

El animal que indudablemente se encontraba en época de celo, guiada por otro muchacho que poseía uno de esos silbatos especiales, con el ‘garbo’ de una modelo que desfila sobre una pasarela para despertar en los hombres que la contemplan miradas de «sádicos libidinosos», pasó frente de los perros que no podían ser "contenidos” por los agentes policiales.

Contemplar ese paso inmediatamente trajo a mi calenturienta mente la siguiente reflexión: Hasta en los animales hembras se encuentra ese “encanto", mezclado con ese "recato provocador propio del sexo” que 121 tiene la virtud de enloquecernos a los machos, tanto humanos como a otros animales

Lo que ocurrió fue‚ un espectáculo "circense" los pobres servidores del orden público no pudieron sujetar a los perros que fieles a sus instintos los arrastraron y algunos de los animales hasta lograron soltarse.

La perra se dejó seguir un poco luego demostrando que estaba bien enseñada y en un muy buen estado físico, respondiendo a su dueño con un ágil, salto estuvo nuevamente en la camioneta que emprendió una marcha regular, los perros la siguieron ante la desesperación de los agentes de policía y la risa de la gente.

Cuando dio comienzo el ‘zafarrancho’ la puerta de la Facultad se entreabrió y los muchachos, que salieron corriendo se mezclaron entre los curiosos, y desaparecieron. El policía que conducía el furgón y que fue el único que quedó luego del "desbande” provocado por los perros no pudo hacer otra cosa que contemplar como había sido sustituido el busto del Presidente sin poderlo evitarlo ni detener a ninguno de los causantes.

En esa oportunidad como en casi todos los enfrentamientos entre Policías y Estudiantes siempre terminaban los Policías ridiculi- zados lo cual los llevaba a usar la fuerza bruta de la represión, porque sus cerebros atrofiados por la falta de uso, no puede darle rumbos alternativos.

Domingo Faustino Sarmiento escribió “Bárbaros las ideas no se matan". En toda las confrontaciones entre la "Inteligencia poseedora de la idea y el "Poder" poseedor de la fuerza física y de las leyes que dictó, la única forma existente para que el Poder logre un triunfo efímero es matar al poseedor de la idea. Pero nunca podrán matar la idea porque habitan en dimensiones distintas. Mientras que a la fuerza represora la encontramos desarrollada en el mundo de la materia, las ideas habitan en el mundo del espíritu,

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Capitulo XII

DE VUELTA AL HOGAR

Hacía un par de meses que de común acuerdo con Mirtha habíamos resuelto un "impase" en nuestras relaciones hasta estar seguros de nues- tros sentimientos, y con el objeto de meditar bien los pasos siguientes. 124

El punto inicial del desencuentro y duda radicaba en el lugar futuro de residencia. Ella sostenía que luego de recibirnos, si llegábamos a cons- tituir un hogar tendría que ser en Rosario, yo pretendía que el hogar se constituyera en Salta. Y como ambos somos descendientes de españoles "cabezas duras" nos declaramos libres. Por el momento debíamos dejar de frecuentarnos como novios, por lo menos durante seis o siete meses hasta que madurasen nuestros sentimientos. Pero como amigos (y aspirando a ser algo más que ello), nos encontrábamos casi a diario en la Facultad.

Si bien las cosas en la Universidad en lo referente a estudios podía decirse que marchaban en forma normal no podía decir lo mismo en mi relación laboral.

El Gremio pesaba mucho en las decisiones que tomaba la Dirección sobre todo las relacionadas con el personal Estas se encontraban teñidas de un color político partidista. Tanto el obrero como el empleado y aún el directivo valía por su compromiso con el Partido Gobernante y no por su capacidad.

Esto trajo como consecuencia que se rompiera el compa- ñerismo que antes reinaba. Ahora había que cuidarse hasta de respirar y sospechábamos los unos de los otros.

El primer choque lo tuve con uno de los empleados de la misma Sección: la Tesorería el “rulo” Castillo (un “chupamedias” "manyaorejas", incompetente y trepador como todo gremialista), me denunció al Gremio por haberme negado a estampar la firma en un petitorio pidiendo la reelección del Señor Presidente de la Nación. Y luego con el Delegado Gremial que inútilmente me exigió la afiliación al Partido oficialista.

Mi inmediato superior, el Tesorero era un hombre joven, que tenia el grado de Teniente 1° . Según el concepto del "elemento femenino” con las cuales compartíamos el trabajo diario, tenía una pinta "bárbara”. Mis escasos conocimientos en la materia ‘léxico femenino’ me impedía entender, puesto que yo, "un pobre indio" interpretaba que bárbaro era el nombre que daban los romanos a loe extranjeros y que en 125 sentido figurado se usa como: fiero, cruel, inculto, bruto, grosero o tosco. Sin embargo para ellas significaba totalmente lo contrario.

Ellas "hacían cola" para admirarlo y lanzarle miradas lángui- das acompañadas de algún “suspiro", mientras que los hombres (que en su mayoría eran soldados que cumplían su servicio militar, en calidad de: ‘enchufados” y dos estudiante incorporados como subtenientes de reserva) "hacían cola" para envidiarlo.

Carmen Rosa era la chica "preferida” del Tesorero, ocupaba un escritorio enfrente al mío. Nos dábamos muy poca bolilla, solamente teníamos el saludo, puesto que las funciones que cumplíamos eran muy distintas.

Una mañana el Teniente 1° me llamó a su despacho y con voz de pocos amigos me dijo: - Tengo una queja en contra de usted. - Usted dirá señor Tesorero cual es el error o falta cometida en mi trabajo. - No se trata del trabajo, sino de su comportamiento me informaron que usted en forma descarada pasa toda la jornada mirán- dole las piernas de la señorita Carmen Rosa.

Si bien a "fuer de sincero" debo reconocer que las piernas de la niña ameritaban más de una mirada por hora, pero lo afirmado por el "señor” Tesorero no se ajustaba a la verdad. Luego de un diálogo poco feliz me amenazó con pedir mi traslado a otro lado porque mi postura, contraria al peronismo lo comprometía.

A los dos días el Jefe Administrativo me hizo llamar para comunicarme que el Secretario del Gremio había solicitado mi cesantía por no ser afiliado a Partido y que el Tesorero pedía me trasladen a otra Oficina. Para darme una mano me sugirió que me afiliara al Partido, y a la CGU, y que aceptase me trasladen a la Oficina de Costos.

Le contesté que no me afiliaría, pero en cuanto al cambio de funciones, lo aceptaba gustoso por cuanto me interesaba más la parte de costos, materia que rendiría en el turno de exámenes de ‘febrero – 126 marzo’ para lo cual pediría la licencia para rendir y tomar las vacaciones luego de esa fecha.

Formulé el pedido y como respuesta al mismo fui convocado a la oficina del Director, el cargo era ejercido por un Teniente Coronel que me recibió en forma muy amable. Me informó de la presión que ejercía el Gremio sobre varios de nosotros, por no tener la Libreta del Partido, y para salvarme me ofreció un traslado temporáneo a Salta donde ocuparía el cargo de Tesorero en el Establecimiento Azufrero de reciente formación. Cuando los ánimos se aplacasen, cosa que sucedería muy pronto pues tenía fundados motivos para ello, podía volver a Rosario hasta concluir los estudios y pasar luego al cuerpo de Profesionales en la Dirección General ubicada en Buenos Aires..

Mis compañeros de vivienda no dejaron de alarmarse por mi partida y sobre todos las cosas por el peligro de dejarme "atrapar por el trabajo y no retomar a los estudios”. Esto es bastante común, cuando el estudiante le encuentra "el sabor al dinero” deja el estudio para un luego, que no llega nunca.

Rendí los exámenes y emprendí el regreso, para gozar de la licencia anual y al término de la misma incorporarme a mi nuevo lugar de trabajo.

Es por ello que: antes de concluir los estudios emprendí el regreso a casa. Estaba conforme con volver a gozar de la compañía de mis amigos y del amor de mi familia en el hogar materno. La única contra podía estar en un posible atraso en los estudios.

Salta me recibió como no podía ser de otra forma con los brazos abiertos como se recibió según el Evangelio al "Hijo Pródigo". A mi familia le prometí retomar los estudios lo antes posible.

Me reencontré con mis amigos, con las actividades que desarrollaba antes de partir a estudiar, tanto las deportivas como las sociales, y me reintegre a la JAC (Juventud de Acción Católica).

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Como me encontraba falto de entrenamiento y ya era un "jugador libre" me inscribí en un equipo de básquet que disputaba el campeonato de ascenso. Me dejé atrapar con las actividades, el trabajo y con la lucha que muchos de mis ex-compañeros de Colegio llevaban a cabo, en procura de la fundación de una Casa de Estudios Superiores en Ciencias Económicas.

Desde mi reencuentro con Salta no había tocado ni un libro. Pero ya la Biblia en el Antiguo Testamento coloca en boca de Dios Padre lo siguiente: "No es bueno que el hombre esté solo" y a ese mandato Divino lo tomaron como la "sagrada misión de sus vidas” las mujeres que valiéndose de los dones y gracias con que fueron dotadas nos seleccionan, eligen e impiden que nos encontremos solos.

¿Cómo se las arreglan? no lo sé, por no poseer esa fina intuición, pero lo cierto es que siempre terminamos eligiendo y conquistando, lo que ellas quieren que sea elegido y conquistado.

No habían pasado tres meses cuando una tarde en un banco de una Plaza a una chica le confesé mi amor. Como no podía ser de otra forma se trataba de una "galleguita" vecina de barrio a la que conocía por su apodo de ‘Pocha’, que a mis requerimientos amorosos me respondió con una pregunta: ¿Qué le dicen mis ojos? y yo como un inculto animal para esas cosas del amor, no pude aprender a leer lo que dicen los ojos de una mujer.

Desde ese momento y hasta el presente continúa mi noviazgo con ella. Que fructificó generosamente en hijos para educar y en nietos para malcriar.

Pero para que ello ocurriese tuve que aceptar desde el inicio las condiciones impuestas: la primera de ellas fue dejar de lado otras ocupaciones, tal como la de jugar al básquet, dedicarme únicamente al trabajo, y al estudio por supuesto sin descuidarla a ella. Para asegurarse el cumplimiento de mi promesa Pocha me acompañaba diariamente en la tarea de estudiar y hasta me confeccionaba apuntes.

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Las relaciones en el trabajo en un comienzo eran excelentes pero luego comenzó el mismo problema. El Gremio exigía mi afiliación al partido o mi renuncia al cargo; con ese objeto me entrevistó el Delegado Gremial Zonal y ante su requerimiento le contesté:

No me afiliaré a su Partido ni a ningún otro. Nací libre y quiero morir libre. No vendo mi libertad, ni mi conciencia, por "un plato de lentejas" y si llegase a afiliarme a cualquier Partido Político me asiste la seguridad que antes de los tres meses me expulsarían por "inconducta partidaria". Le reitere que no enajeno mi libertad a ningún precio y que la democracia se hizo para los hombres libres, lo que ustedes hacen dista mucho de ser "democracia" es una dictadura "Fascista y Corporativa".

La respuesta a mi perorata de parte del señor Delegado Regional, fue tajante:

– “Es usted un ‘contrerá’ recalcitrante y un vende Patria Ya tendrá noticias nuestras”.

A partir de ese día tuve que "coimearlo” al ordenanza para que de vez en cuando me llevase un café o un vaso con agua por cuanto, al parecer, había recibido instrucciones respecto del trato que me debía brindar.

Pero como no pensaba "hacer carrera” en la Institución sino dejar pasar un tiempo hasta que pudiese regresar a mi antiguo lugar de trabajo no me afligía mucho.

Así fue transcurriendo el año el ambiente político cada vez se encontraba más enrarecido, aparecían nubarrones que presagiaban tormentas.

Al Teniente Coronel que era Director del Establecimiento de Rosario, junto con un grupo de Oficiales de las Fuerzas Armadas, los pasaron a situación de Retiro, argumentando que estaban "conspirando contra la autoridad constituida.

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Ahora existían enfrentamientos hasta con la Iglesia. La situación me impulsó a tomar parte activa en la oposición dedicándome a la actividad "panfletera” que tanto molesta a los que ocupan el Poder, cuando no hay libertad de prensa.

Así a pesar de susto de mi mamá que sospechaba mis andanzas y de Pocha me dedicaba a la tarea de hacer circular "El Intransigente” (23) que se editaba a escondidas y en mimeógrafo. A pesar de todo el empeño puesto por las autoridades provinciales, nacionales y municipales continuaban alimentando las esperanzas hasta que cayó el Régimen.

Seguía estudiando, de mi noviazgo con Pocha, podía decirse que ya era un asunto que iba en serio. Pero mi novia era irreducible me tenía "cortito” y no perdía la oportunidad de reiterarme que solamente pensaría en el casamiento cuando le demuestre mi amor concluyendo mi carrera universitaria.

Una mañana a la hora del desayuno me llamó el Jefe Administrativo y sin decirme palabra alguna, me alargó una copia de una Resolución de la Dirección General que en forma lacónica decía: "Vistas las renuncias interpuestas", y en la parte resolutiva: "Acéptense las renuncias del personal que a continuación se indica. En la misma entre diez o quince nombres estaba el mío con el número del documento de identidad y de legajo para que no hubiese equivocación alguna.

- Señor, yo no presenté renuncia alguna.

- Lo suponía pero la Resolución ya está tomada ahora prepare el arqueo, inventario de la Tesorería y esta tarde entregue todo a su reemplazante que fue el portador de la misma.

Esa tarde entregué todo a mi reemplazante el que de acuerdo a lo que había supuesto era "mi amigo” el "Rulo” Castillo. Si hubiera

(23) "El Imtransigente" Diario que por ser opositor al Gobierno fue clausurado y su impresión prohibida pero por medio mimeografito y cambiando de lugares de impresión casi a diario siguió saliendo y distribuyéndose en secreto 130 podido leer mis pensamientos dirigidos a todo su árbol genealógico sin excepción alguna es seguro que por lo menos me rompía una silla en la cabeza.

Si bien al comienzo me dio mucha bronca, y estuve "haciéndola la guardia para cuando saliese de la oficina romperle la cara, un par de amigos me convencieron que ere mejor aceptar las cosas como se presentaban ya que en todas las cosas Dios escribe derecho sobre renglones torcidos y que si todo dependía de mí, es posible que no hubiera tenido el valor suficiente para "romper lanzas" con el trabajo y encarar el regreso para continuar los estudios.

No me quedaba otra cosa que hacer: volver a Rosario y continuar mis estudios. Tanto Pocha como yo teníamos miedo que nos ocurriese lo que habíamos leído de La Rochefocauld: “El mismo viento que apaga una vela enciende una hoguera, así pasa con la ausencia, mata un amor pequeño y acrecienta uno mayor”.

Quedamos de acuerdo en que nos escribiríamos todos los días esa sería la forma de sentirnos presentes siempre. Para que en lugar que la vela se apague la obligada ausencia física encenderse la hoguera del amor.

En el ínterin de los muchachos que ocupaban la casa en Rosario se habían recibido Víctor, el Gringo, y José Antonio y Adolfo. Víctor y el Gringo se quedaron en Rosario para continuar con el Doctorado en cambio los otros dos regresarían a Salta donde ejercerían la profesión de Contador Público.

De modo que tenía lugar en la casa donde ahora vivía un hermano de José Antonio y le habían prometido un lugar a un santafecino con fama de buen alumno apodado: el “Mono”.

Los primeros días de febrero gracias a la sacrificada ayuda de mis hermanas emprendí el camino para retomar los estudios.

En la Estación Ferroviaria, Pocha delante de sus padres me dio un ardiente beso de despedida, lo que motivó un serio ‘carraspeo’ de su 131 papá que aún no se convencía que su hijita del alma se haya enamorado de "un indio".

Capítulo XIII

DE NUEVO EN CARRERA

A mi arribo a la Estación ferroviaria de Rosario, acompañado por alguno otros estudiantes, entre ellos el Cholo Roberto, 132 e1 "Tatalo", el "Cabezón", "Cacho y "El Cacique" una profunda tristeza me embargaba, sentía que regresaba "fracasado", aunque dentro de m›mi la llama del orgullo alumbraba el conformismo con mi actitud de haber sido cesante antes de claudica con mis principios.

La primera vecinita que encontré‚ fue Gloria "La Noveno", que llevaba en brazos a su hijita Mónica, me saludó con u abrazo y un beso, como se saluda a un viejo amigo y eso me hizo sentir muy bien, estaba nuevamente en carrera.

Al barrio lo encontré igual, únicamente que noté a sus habitantes un poco mas viejos y a los muchacho, compañeros, completamente aclimatados e integrados a la sociedad barrial-.

Tenía en casa dos nuevos compañeros, Agustín hermano menor de José Antonio y Eduardo más conocido en el ambiente estudiantil por su apodo: "El Mono" que reclamaba no contento con su nuevo "alias" argumentando que en su casa siempre le dijeron "Durdy".

De acuerdo a la distribución que ya habían establecido me tocó compartir la habitación con "El Mono": en la misma pieza a la cual con José Antonio la habíamos bautizado como el dormitorio de los "machos", y la misma cama que ocupaba con anterioridad.

Antes de arreglar las cosas, fiel a lo que siempre hacía cuando llegaba á Rosario fui hasta la esquina donde existía un buzón del Correo, donde deposité la carta que ya traía escrita desde Salta, en la cual contaba el viaje y comunicaba que había llegado bien. Solamente que esta vez en lugar de ser una carta destinada a mi madre, como era la costumbre ahora eran dos cartas, la segunda dirigida a Pocha donde le decía que la quería mucho y le mentía que no había podido dormir en todo el viaje, pensando en ella. La verdad en lo que a dormir se refiere era muy distinta, puesto que antes y lo mismo que ahora "me duermo" hasta en los medios de transportes urbanos de pasajeros.

A la tarde ya estaba en la Facultad donde encontré a Anita, la que me recibió con más alegría que otras veces. por cuanto ella temía que había abandonado mis estudios. 133

Le conté que me encontraba de novio y en serio, me preguntó por la identidad de ella y al enseñarle una fotografía de mi amada ausente exclamó.

¡No puede ser, no es posible! ¡Qué una chica tan linda y tan buena, se haya fijado en un "mamarracho” de indio como vos! Es un premio que no mereces.

Para agregar que eran amigas y que fueron compañeras de Colegio, si bien ella siguió el "Comercial", Pocha siguió "Bachillerato".

Pocha no me había dicho nada de eso, pero yo ya lo sabía, porque las conocía a ambas desde los campeonatos intercolegiales, donde ellas dos participaron representando al Colegio Nacional.

- Bueno, te lo digo en la cara, te voy a marcar‚ constantemente y si me entero que andas con otra chica, te juro, que primero te pego un chirlo y luego se lo cuento a la Pocha..

Ya estaba reintegrado a las actividades cotidianas mi nuevo compañero de pieza, era digno de ser colocado como un raro ejemplar de "humanoide" en un “Museo de Ciencias Naturales" Era un excelente muchacho, con el tiempo demostró que era mejor como. un amigo, constituyéndose por su forma de ser en la excepción de lo que es vulgarmente un alumno "ocotero" (24)

Lo primero que llamó mi atención fue el letrero colocado en la puerta1 del lado de adentro donde salvo error por olvido, decía más o menos así

PASAR REVISTA

(24) Ocotero: Según el Dr José V. Solí en el Diccionario de Regionalismos de Salta proviene del quechua “okkoté" Se aplica al alumno estudioso, capaz de aprender y recitar las lecciones de memoria 134

γ ¿A DONDE VOY?" α Estoy peinado α Me lavé los dientes α La camisa está limpia?

γ¿QUE LLEVO?:

α Dinero para el tranvía, α Lentes, α Pañuelos, α Lápiz y lapicera, α Los papeles y/o libros que debía llevar, α Documentos, α Peine,

γ ¿TENIA QUE TOMAR O LLEVAR ALGÚN REMEDIO?

Antes de salir, se detenía frente del letrero, leyendo en voz alta, hacía la revisión a conciencia y recién partía.

Nuevamente empezamos a vivir la rutina diaria, hacer las compras y administrar de acuerdo a los turnos" En cuanto a la cocina se encargaba la misma una señora mayor que se encontraba antes (note el lector mi delicadeza que al referirme a Norma, nunca use el término de "la vieja" o “la bruja”)"

Los domingos a la tarde generalmente concurríamos a la Cancha de fútbol, nos habíamos dividido de forma tal que le mitad ere socio de Newell' y la otra mitad se encontraba asociada al Club Provincial, pero nos arreglábamos para entrar todos con las mismas credenciales.

Esa tarde era un partido muy interesante jugaba River en Rosario En la primera tanda entré‚ juntamente con Víctor, 135 inmediatamente salí y le entregué el ‘carnet’ de Víctor al Gringo y el mío a Agustín, yo entre con la contraseña.

Pero ese día lo habitual no funcionó quizás por la excesiva confianza el Gringo no realizó la operación previa de introducir su fotografía en el lugar de la de Víctor y para su desgracia, le mostró el carnet abierto con una fotografía que no tenia nada que ver con la cara del portador. Le retuvieron el carnet y el Gringo pasó según, el papelón de su vida y tuvo que escapar de vuelta a casa.

En la cancha nos encontramos con el "Tranquilino” Riola, con el cual hacía más de un año que no nos veíamos. Charlábamos, recordando cosas, de pronto el "Tranquilino” se puso serio, el rostro desencajado y mirando al campo de juego con ojos de furia inició una letanía de insultos ‘puteadas’ y otros adjetivos calificativos (indignos de un escrito) al árbitro que ingresaba a la cancha. Su vocabulario e inventiva era más digna de un "carrero” o de un "estibador” del puerto que de un estudiante universitario.

- Tranquilino, pausa serénate el partido aún no comenzó el pobre Juez ni siquiera tocó el pito para saludar.

- Mira Indio yo vengo a la cancha para desahogarme para calmar los nervios, y "putear” a ese m tipo me hace bien porque siempre nos bombea.

- Está bien te comprendo pero por lo menos espera que cobre algo mal, no lo insultes de entrada.

- Mira a vos te dije ya muchas veces cual es mi filosofía: "Hablan bien no cuesta un carajo y reporta un beneficio de la gran puta". Por eso en el único lado que me desahogo es en la Cancha y vengo solamente a eso. No me interesa ni River ni ‘Ñul’, yo soy de Rosario Central, o sea que soy “canalla y no “leproso”

Las actitudes como la del "Tranquilino" eran contagiosas a los diez minutos de juego todo el sector se dedicaba con un entusiasmo digno de una mejor causa e inventar y gritar los más variados insultos 136 destinado a "ese señor de negro" que no nos hizo nada pero que se constituye como una regla no escrita en ese deporte, es el receptor de todos los nervios acumulados por una porción de la sociedad, durante el lapso que dura un partido de fútbol, y por un tiempo indeterminado. el único que tiene la culpa de una derrota.

Puesto que en esta como en otros deportes la culpa de perder no la tiene el equipo de nuestros amores no reconocemos el mérito del adversario tan sólo le queda como único culpable, el árbitro o cuando mucho la culpa es compartida con la "terna arbitral"

Para que se le pasara la bronca al Gringo por el papelón que había hecho, decidimos ir esa noche al baile que despidiendo la temporada de Carnaval realizaba el Club Provincial, donde actuaría una orquesta de primer nivel. Entramos todos sin ningún problema, cuando pasábamos frente del Baño de Damas de cuatro en fondo, Pancho, Agustín yo y el Gringo, obedeciendo a un ‘guiño’ de Pancho este empujó a Agustín, a mi y yo al Gringo que fue a parar dentro del baño, un comedido cerró la puerta, la cual desgraciadamente quedo trabada. De adentro partieron chillidos de mujeres, e insultos destinados al intruso. Mientras el Gringo hacía todo lo posible para poder salir, nosotros valientemente emprendimos una "retirada estratégica" el único que quedó para acompañar al compañero en desgracia fue Víctor que no había tenido ni arte ni parte en el asunto Uno de los porteros pudo abrir la puerta y el Gringo de tan colorado por la vergüenza ya era ‘"tornasol’ daba explicaciones que muy pocos creyeron" Pero como su comportamiento en el "toiette de damas” fue el de un caballero en apuros, pero siempre un caballero, por ello se constituyó en el centro de una pequeña y particular fiesta mientras nosotros nos quedamos sin asistir al baile el y Víctor se integraron a un grupo de ‘víctimas’ del encierro, bailaron y bebieron hasta el amanecer.

Cuando llegaron de vuelta a casa guiados por las primeras luces del amanecer, Víctor para tranquilizarlo pero en medio de la ‘semicurda’ que traían, prometían venganzas, pero como el resultado para ellos fue un éxito rotundo, como buenos cristianos nos perdonaron.

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Ya que hablamos de olvidos revolviendo papeles viejos que habían dejado su hermano, y el Yugoslavo, antes de proceder a que- marlos, Agustín encontró una pequeña libretita que perteneciera a Adolfo, No se trataba de un diario sino de anotaciones simples, pero había una que decía: "Desquitarme del Flaco y del Indio" la parte que correspondía al Flaco se encontraba tachada, ignoro qué le hice al Yugo pero como él tampoco lo recuerda puedo dormir tranquilo.

Pancho se puso de novio en serio. Ese día tenía que ir a su primera visita oficial a casa de la novia, estaba sumamente nervioso tan es así que hasta tuvimos que ayudarle a anudar la corbata, peinar sus pocos pelos y juntamente con El Mono y Víctor lo acompañamos prácticamente hasta la puerta de la casa de Maricarmen.

Pero aún no se había definido la aceptación de la candidata, faltaba el voto de Eduardo el cual no lo dio por cuanto no la conocía de modo que esa primer visita significaba la aceptación tácita, pero dejaba constancia que le faltaba aún emitir su voto.

Las fechas de lo exámenes a pesar de conocerlas desde principio de año y de ser esperarlos, y prepararnos siempre nos sorprenden, cuando aún nos faltan unos "puntitos” para concluir el estudio Todos teníamos algo que rendir, de modo que el estudio se realizaba metódicamente, y en casa existía ese silencio cargado de nervios, sustos y promesas que siempre existen en las vísperas de exámenes.

Fue un turno donde podemos decir que "nuestros ángeles de la guarda", en el manejo del "bolillero hicieron milagros" Aprobamos todos, todas las materias rendidas, con los puntos que sabíamos y con buenas notas

En la asignatura que rendí me sorprendió encontrarme "tan seguro" y exento de nervios fue uno de los mejores exámenes que rendí. Posiblemente mucho se debió las oraciones de Pocha con la cual nos escribíamos diariamente para mitigar la ausencia con la presencia epistolar.

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El Ateneo realizaba reuniones sociales muy a menudo, en las mismas se bailaba, cantaba, etc. Para recibir el Verano un domingo se programó un "asado” tipo pic nic en un Club situado en las afueras de la ciudad. Debo confesar que sentía algo de temor por mi encuentro con Mirtha, con la cual había tenido muy poca relación desde mi retorno, por ello dude‚ entre quedarme con "El Mono" que tenía que estudiar o hacer frente y hablar con ella, como habíamos quedado. Resolví asistir.

Entre las primeras chicas en llegar, como era de esperar, se encontraba Anita con todas la "barra del Pensionado"

Me llevó a un aparte y mirándome con una mirada digna de una suegra y no de una amiga, me recordó que ella estaría vigilante y que cualquier mal paso mío no solamente se lo contaría a Pocha, sino que me arañaría y en previsión de tener que usarlas las había afilado y las pasaba lentamente delante de mis ojos, para que las viera bien y temblara de miedo.

Pasadas las once llegó un grupito de chicas entre las que se encontraban: Emilia, Nelly, Inés, Emma y Mirtha.

Nuestro saludo no fue diferente al de las otras chicas y luego de mantener una charla con varias de ellas, de distintos temas a la hora de comer me senté al lado de Mirtha, le conté que me había puesto de novio en Salta, ella primero me miró con esos ojos llenos de luces y picardías y luego me dijo que eso facilitaba lo que ella quería decirme:, en mi ausencia y de acuerdo a lo que habíamos resuelto ella también se encontraba de novia con un excelente muchacho y que en la primera oportunidad me lo presentaría.

Ello me tranquilizó no habíamos sido infieles, sino que de acuerdo a lo convenido habíamos elegido nuestros destinos obrando con libertad y responsabilidad. No existió traición, sino una mutua comprensión. Lo que a ambos nos pareció bien aceptamos con alegría, por cuanto ello significaba cubrir el pasado con ramos de flores y no con espinas. Seríamos y seguimos siendo ‘amigos, y ‘colegas’ que los fines de años intercambian tarjetas de saludos

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Mirtha se encontraba ahora más adelantada por ello nuestros horarios en la Facultad no coincidían de modo que era difícil encontrarnos lo cual ni me alegraba, ni me entristecía.

Y así quedó "aventado" lo que pudo ser un fantasma, mientras como dijo el Poeta, notaba que en esta ausencia se apagaba una vela y se acrecentaba una hoguera en la distancia nos encontrábamos más juntos que nunca.

Capítulo XIV

LA VIDA SIGUE IGUAL 140

Los nuevos La vida en casa sigue sin muchas variantes los dos nuevos compañeros: Agustín y el Mono y se comportan como "veteranos" Si bien el primer día que le o cocinar al Mono en ausencia de Norma (La señora que teníamos empleada para esos menesteres) tuvimos que aguantar un

γ "plato muy especial".

Dijo que prepararía de entrada chauchas en la forma que la hacía su mamá y como plato fuerte un fuente de ‘tallarines. No aceptó indicaciones. Como un "cocinero de ley" se sintió rey en su cocina.

A las chauchas las "despuntó" y las puso a hervir cuando calculó que estaban á punto las colocó en una fuente le agregó el contenido de un frasco de "crema de leche" una taza de harina de trigo y las presentó ante nosotros como un artista presenta su obra para que sea admirada por la sociedad por la sociedad.

Pero en lugar de admiración únicamente recibió críticas las chauchas habían hervido sin sal y como tampoco le agregó ese condimento indispensable con posterioridad no tenía gusto a "nada",además aún estaban duras por falta de cocción la harina "cruda" entreverada con la "crema de leche" formaban un ‘tulpo’ incomible. Pero como teníamos hambre agregándole sal, aceite, algo de mostaza, mucha buena voluntad y cerrando los ojos para dejar vagar la imaginación nos comimos ese plato de entrada.

Luego nos enteramos que la intención del Mono era preparar "chauchas con salsa blanca".

Nos preparamos para cualquier cosa en el segundo plato y allí nos equivocamos si bien no era un plato de primera estaba bastante "comible" la salsa la había preparado desarmando un par de chorizos a los que fritó en aceite juntamente con unos tomates previamente pisados con el tenedor y una cebolla picada fina. Los fideos por esas casualidades que suelen ocurrir muy de vez en cuando estaban a punto como decía el Gringo: le salieron "al dente". 141

No murió ninguno tampoco hubo necesidad de llamar al Médico. Ese fue el "debut" del que con el tiempo llegó a ser capaz hasta de hacer y decorar una torta.

Agustín debutaba ese mes como administrador a las cuentas las llevaba con prolijidad y las compras las realizaba con mesura o sea que el "chiquilin” andaba bien se defendía y no cometió el error que cometiera Adolfo y que nos sirvió para cargarlo "per secula seculorum”

Había ocurrido la primera vez que emprendimos la vida en común, En el país la carrera de precios contra los "agobiados salarios y que existe desde que el hombre aprendió a vivir en comunidad y seguirá siendo una moneda en todas las épocas. En un mes que el Yugo era el administrador preparó una lista y realizó las compras de mercaderías calculando el consumo de todo el mes.

Pero en los cálculos hubo un artículo que se le escapó. Compró también el pan para todo el mes. Pasado el tercer día a ese pan era incomible salvo que usásemos un martillo y un cortafierro.

El Yugoslavo se defendía diciendo: que en la compra no había incluido la leche y que con esa compra teníamos asegurado el postre. El pan se convirtió en "budín de pan, de cada día". Como resultad de esa adquisición hasta el día de hoy "odio el budín de pan", sobre todo cuando está mal hecho.

γ El último recurso

Nos arrimábamos a fin de mes Agustín procedió a ajustar el presupuesto preventivo de acuerdo a lo ejecutado. Se asustó y con un poco de temor me consultó.

- Mirá, de acuerdo a los gastos diarios, nos va faltar plata para llegar a fin de mes.

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Y me alcanzó un papel donde tenía registrado sus cálculos, le dediqué una mirada, y respondí

- No creo que alguno de nosotros tenga el suficiente dinero para efectuar un adelanto a esta altura del mes de modo que como responsable de la administración tendrás que tomar los recaudos para que lleguemos a fin de mes, usando a "el último recurso” y a punta de revólver conseguir plata.

- ¡Qué! ... ¿No entiendo?

- En el ropero de Víctor en el estante de más arriba, encontrarás un revólver niquelado calibre 38 largo con "cachas" de nácar, hay que usarlo para conseguir el dinero.

El Mono que hasta ese momento era un mudo testigo de la conversación no pudo menos que intervenir, ante la mirada de asombro de Agustín.

- No pretenderás que el "chico" salga solo a asaltar gente tendría que acompañarlo alguno de ustedes que tienen más experiencia.

- Estás loco o borracho a las ocho de la mañana. Nadie está sugiriendo cometer un delito. Yo le digo que cuando la situación de falta de circulante es angustiante, debemos recurrir al "último recurso": el crédito.

Sigo sin entender nada, Dijo Agustín.

- Miren "último recurso” es el nombre que le pusimos al revólver, porque es el que siempre nos saca de los apuros. Pero no por el uso que ustedes imaginan. Lo sacas así como está, en su cajita y lo llevas al "boliche de empeños que tiene el padre del "Turco” Salomón te lo recibirá y te dará más o menos treinta pesos, y la boleta de empeño lo primero que tiene que hacer el que sigue en la ‘administración’ es recuperarlo. Eso es lo que llamamos llegar a fin de mes a punta de pistola. ¿Está claro ahora?.

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Ese fue el triste destino en nuestras manos de estudiantes de un revólver que bautizamos con el nombre de "último recurso". Nunca tuvimos balas para el mismo y creo que debe haber muerto "virgen". Al menos mientras estuvo con nosotros no disparó un solo tiro.

Tuve que acompañarlo a Agustín para que realizase la operación de un crédito pignoraticio y tal como le había anticipado el "Turco" sin dedicarle una mirada al arma, nos dio los treinta pesos.

Mientras recibo el importe miraba la estantería de "cosas muebles" que seguramente pertenecieron o fueros puestas bajo la administración de estudiantes. Había allí desde libros varios hasta prendas de vestir pasando por máquinas de escribir de fotos, miscros- copios y otros instrumentales médicos y artículos para el hogar.

Y el voto que faltaba

Pancho estaba molesto y no le faltaba razón para ello, para ello lo habíamos autorizado que visitase a ‘Maricarmen’ pero no así su noviazgo, faltaba aún el voto del Mono el cual siempre aducía que no la conocía ni siquiera de vista.

Pero la situación tenía que resolverse y Pancho quería que se resolviese lo más urgente posible argumentando que con el tiempo esos problemas se vuelven irreversibles, y que no podría aceptar un voto en contra.

Ignoro cuál fue el motivo real que una tarde llevó a Maricarmen acompañada de dos compañeras a llamar a la puerta de nuestra casa.

Atendió el "Mono" la chica preguntó por Pancho a lo que el "pitecantropo” preguntó:

- ¿De parte de quién?

- ¿De quién va ser?, mía, de Maria del Carmen. 144

- ¿Así que, usted es Maricarmen?,

- ¿No creerá usted que soy el Hada Madrina de Blanca Nieves?... ¿No?.

Y sin articular palabra el Mono con todo el descaro del mundo la miró de arriba abajo y de abajo arriba, dando vueltas alrededor de ella sin dejar de mirarla hasta que al fin dijo:

- El gusto de conocerla, ya mismo lo llamo a Pancho

La chica habrá pensado que estaba en presencia de un loco o de un "deschavetado" lo que menos debió haber imaginado es que la estaban "estudiando" "conociéndola” para dar un voto fundado.

Esa noche cuando compartíamos la cena muy suelto de cuerpo e Mono anunció que había conocido al "amorcito del "Pelao Pancho" que daba su voto afirmativo. Dejando constancia en su voto que no absolvía a ‘Maricarmen’ de su "tontera” puesto que no podría expli- carse nunca que pudo haber encontrado una mujer normal y atractiva en el "Pelao". Agregando que si el fuese mujer aspiraría algo mejor.

γ El "termo" verde:

El Diccionario para la palabra "termo", nos indica como significado: el de un recipiente aislante para conservar los líquidos a la temperatura en que son introducidos. Para los estudiantes es un elemento indispensable casi como los libros de textos para emprender la aburrida tarea de tratar de almacenar información en nuestras mentes venciendo el sueño. En América del Sur, algunos contienen únicamente agua para ‘cebar’ mates, otros puede contener café o cualquier otro líquido ello depende de los gustos, de la hora, y de la temperatura de la hora de estudio..

En una Casa de Estudiantes que se precie como tal deben existir como mínimo un termo por estudiante.

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En esos días Adolfo había regresado a Rosario por dos motivos, el primero para tratar de continuar el Doctorado y el segundo aprovechar para someterse a una médico integral. Como correspondía le hicimos un lugar en casa..

Hacía rato que la noche otoñal había cubierto con su manto toda la ciudad. En la cocina nos encontrábamos con Víctor, el Mono y Agustín en silencio estudiando cada uno una materia distinta. Mientras estudiábamos el mate circulaba de mano en mano.

Adolfo hizo su entrada acompañado del "Gringo". Como algo ritual, por lo habitual, estiré la mano alcanzándole un espumoso mate al Gringo el cual luego de "hacerlo cantar” (25) preparó otro y se lo alcanzó a Adolfo, quien preguntó

- ¿Qué termo están usando?,

- Este. ¿No lo ves? respondió el "Gringo" poniéndole el termo en las narices.

- El termo ¡VERDE! ...No, no quiero!

Todo hubiera terminado ah›í nomás pero el "Mono" no pudo con su natural curiosidad y le preguntó a Adolfo:

- ¿Qué diferencia hay entre el termo azul, el negro o el amarillo, con el verde?.

- Resulta que al termo verde lo usé esta mañana para llevar la "materia fecal" que me pidieron para el análisis.

Un ¡Qué!, que no sabría decir si era una interjección , una exclamación de asombro o una manifestación de duda dicha en coro fue la respuesta seguida de un ¡Andarte a la mierda! ¿Cómo no avisas? y

(25) Hacer cantar el mate significa chupar de la bombilla hasta que al sorber únicamente salga aire emitiendo un ruido muy paticular 146 otras yerbas no aptas para los oídos finos fue la respuesta casi a coro del grupo. El Gringo que siempre fue expeditivo abrió la puerta de la cocina, revoleó el termo y el mate y los estrelló contra la pared posterior del patio.

Siempre fui medio "asquerosiento" (26) en el acto al sentir la sensación de algo que me subía del estómago corrí al baño donde devolví no solamente el contenido de una media docena de mates sino que como acompañamiento fue la cena, la merienda y todo lo que podía quedarme adentro.

Así terminó lo que en principio se había planeado como una noche de provechoso estudio y mientras me revolvía en la cama aún incómodo de la fuerza efectuada para vomitar, no podía menos que decir para mis adentros y como consuelo ‘Yugo’ de porquería si no fueras tan grandote, ¡Qué patada en las bolas te pegaría. Tenía razón Víctor cuando decía que este con toda seguridad no es un "yugoeslavo croata” sino un “yugoeslavo croto”.

Abaratar costos

Con la seriedad que el caso merecía el Mono planteó durante el almuerzo la necesidad de bajar los costos de funcionamiento de la Casa por cuanto la "espiral inflacionaria" cada vez se hacía más incontrolable.

Tanto el "Gringo" como Víctor exponían argumentos basados en Teorías Económica. Como ellos estaban estudiando la materia se entendían los dos, los otros preferíamos charlar de otros temas.

Víctor hizo la moción concreta de reducir los costos efectuando algunos ajustes como por ejemplo consumir una botella de vino diariamente en lugar de dos, comer postre únicamente en el

(26) Asquerosiento (regionalismo salteño) persona propensa a sufrir ascos y repugnancias 147 almuerzo y día de por medio medirnos en las llamadas telefónicas concentrarnos en un solo lugar de noche para estudiar y de esa forma consumir menos luz . Casi todas las cosas menos la reducción del vino fueron aceptadas pero el Mono planteó como una solución alternativa, la necesidad de conseguir ingresos extras en especies, poniendo como ejemplo el hecho que, desde el día que Víctor se puso de novio con la hija del dueño de la Panadería el kilo de pan que nos vendían a nosotros siempre era más abundante que el que se vendía a los otros clientes y aparte habíamos recibido más de una vez como regalos: masas y facturas.

Poco a poco la idea fue tomando cuerpo realizamos un especie de censo o recuento de los proveedores que tenían hijas en edad de merecer la idea central consistía en que las debíamos enamorar, para luego conseguir ventajas económicas en las compras.

Tanto Víctor como Pancho se excusaron de tomar parte por cuanto ya se encontraban de novios en serio y una ofensiva de ese tipo al elemento femenino del barrio, teniendo en cuenta que el diablo hace las ollas pero no las tapa, podría resultar perjudicial en sus relaciones formales si es que ellos se encontraban incluidos en el plan..

No corrió lo expuesto por el Gringo y por mí en el sentido que también estábamos de novios en serio en Salta. El argumento esgrimido para rechazarlo era algo así como: "ojos que no ven, corazón que no siente" y que al final solamente era un experimento que nos serviría para confirmar, por comparaciones nuestros sentimientos hacia la novia ausente. Lo que lo convertía al proyecto en algo loable, noble y hasta moral .

El que mejor argumentaba en contra del Gringo y de mí como de costumbre era Pancho que por el tamaños de su cabeza era indudable que daba cabida a una buena cantidad de operarios en el cerebro que estaban al "pedo" y lo hacían pensar macanas.

Se hizo la selección de candidatas; salieron: Fiorella la hija del verdulero de la vuelta que era una linda chica aunque no sabíamos 148 con certeza si había otro galán rondando, Isabel la hija del dueño del bazar de la esquina, Violeta hija de uno de los dueños de la fiambrería, y una chica que hacía poco tiempo se encontraba en el barrio donde los padres tenían una despensa bastante grande cuyo nombre aún ignorábamos y que la identificábamos como "la Rubia" de la despensa.

Cada una sería representada por una sota de la baraja española Víctor fue el encargado de tirar las cartas y Pancho efectuó el corte la primera que salió fue la sota de copas que correspondía a la Rubia de la despensa, la que le tocó al Mono, a mi me salió la sota de espadas que simbolizaba a Isabel "la Bienvenido". a Agustín le tocó lá sota de oro por lo que tenía que tirarse el lance con Violeta y el Gringo tenia que encargarse de conquistar a Fiorella.

Las parejas ya estaban decididas por la suerte, ahora había que poner todo nuestro empeño, en lograr las conquistas para los cual se había establecido una semana fecha en la cual deberíamos informar loa avances de la misión encomendada.

Esa misma tarde luego de bosquejar en mi mente el plan de acción emprendí camino Al club, donde con toda seguridad la encontraría practicando en la pista de patinaje.

Efectivamente, allí se encontraba con sus compañeras practicando un baile. Me senté‚ embobado contemplando semejaban un hermoso ramillete de flores dulcemente movidas por una brisa, las chicas bailaban sobre patines al son de una melodía siguiendo las instrucciones de la Profesora qua miraba con "cara de pocos amigos” a los curiosos de sexo masculino que nos extasiábamos en absorta, pero muda contem- plación.

Como algo que surge del más allá, con la velocidad de un rayo mi mente trajo el recuerdo de una conversación mantenida muchísimo tiempo atrás con un Sacerdote del Colegio Salesiano, que había puesto sus ojos en mí y creyendo descubrirme una vocación sacerdotal me invitó a ingresar al Seminario. Esa vez le dije que para mi era imposible por cuanto me gustaban las mujeres y no una en particular sino todas en general. Al recordar la cara que puso el sacerdote una 149 sonrisa asomó a mi rostro. Esa verdad aún se mantenía, y supongo que se mantendrá.. No solamente contemplaba a Isabel sino que en verdad me "gustaban todas y con ganas las hubiera incluido en mi “harén” si hubiese sido un Sultán.

Al término del ensayo invité a Isabel y a otra de las chicas a tomar algo fresco en la Confitería del club, como me conocían como cliente, y como vecino de años, posiblemente ellas sabían mucho más de nosotros, que nosotros de ellas. Como eran chicas del barrio pero que cursaban el secundario no las teníamos muy en cuenta, aceptaron. Así nos encontramos varias veces mientras ellas bailaban yo las admiraba Pero cuando Isabel notó que tenía intenciones de avanzar un poco en la relación me paró en seco. Me dijo que tan solo aceptaba una amistad de vecinos de barrio nada más, que para ellas los muchachos que vivíamos en casa solo eran buenos vecinos, que ella ya tenía un pretendiente. Me dio la impresión que una amistad de vecinos, pero nos tendría en cuenta seguramente formando parte de ese "Fondo de Reserva" que generalmente poseen, las mujeres en sus rosadas imaginaciones,.

La chica no podía ocultar que ese año terminaría el Secundario con orientación Comercial y que ingresaría a la Facultad para estudiar de Contador y que contaba con que los “chicos” de casa que van adelantados que ella, para que les dieran una mano en alguna materia.

De modo que antes de dos semanas tuve que confesar mi fracaso. Pero a pesar de ese fracaso en un tipo de relación íntima Isabel, la que llamábamos "La Bienvenido" nos hizo un significativo descuento en una compra que tuvimos que efectuar para reponer vajilla y prácticamente nos regaló un termo, para reponer el que rompió el Gringo, por culpa de Adolfo.

Si bien en el terreno sentimental habíamos fracasado "El Mono” algo había conseguido. En la despensa nos habilitaron una Cuenta Corriente para cuando nos quedásemos faltos de fondos.

El único que logró significativo progresos en las relaciones que buscábamos fue el Gringo con Fiorella los demás en la 150 materia "amores rebotamos como pelotas de "pinç pong".Y los costos no se abarataron.

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Capítulo XV

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VISITAS..Y RECUERDOS

Visitas

De acuerdo a lo que se especificaba, en Reglamento que habíamos convenido los iniciadores de la casa, y a la cual debían ajustarse los que se incorporaran posteriormente, las visitas de familiares directos serían consideradas como huéspedes a los cuales tendríamos que atender y servir.

Casi todos nosotros alguna vez fue visitado por algún familiar, recordaremos en estas líneas solamente algunas para recordar y mostrar el comportamiento de los ‘dueños de casa’

Aparte de la visitas de nuestros seres queridos estaban las que realizaban normalmente compañeros de estudios tanto locales como estudiantes provincianos que llegaban ya sea por razones de estudios o simplemente cercano de fin de mes en busca de una "cuarta que les permitiese sobrevivir.

Uno de los asiduos visitantes era "Noticioso" hermano menor de "Pancho" que estudiaba una especialidad de Mecánica, pero no vivía en nuestra casa. Pero en lugar de servirlo el siempre venia a servir. Llegaba a media mañana, sin decir nada más que el saludo se metía en la cocina buscando lo que pudiera estar sucio para lavar y guardar. Como normalmente llegaba los sábados, día en el cual Norma, la cocinera, tenía descanso, entonces tomaba la “batuta” y preparaba, como no podía ser de otra manera dada su calidad de italiano, unos tallarines, como para chuparse los dedos

Cacho era un muchacho natural de un pueblo de la Provincia de Santa Fe distante algo más de cien kilómetros de Rosario pero en lugar de viajar diariamente vivía en una pensión, aprovechaba la vecindad de su casa paterna para remitir semanalmente en ómnibus la valija con la ropa sucia, y retirar la que le devolvían, con ropa limpia y planchada. La madre siempre le colocaba productos de la granja que poseían: huevos, fiambres, dulces etc. Una vez le ocasionó un disgusto a 153 su mamá cuando le remitió de vuelta algunos productos, por considerar que le sobraban Como a diario estudiaba en casa alguna materia con alguno de nosotros o simplemente buscaba compañía, desde la fecha que su madre se enojó por la devolución, casi todas las semanas aparecía con un paletito que contenía huevos, fiambres o alguna otra cosa.

Norma, la Cocinera, dejaba la cena semi preparada, había siempre no solamente que calentarla, sino que agregarle lo que faltaba. Para esos agregados venían bien los aportes de Cacho, porque para esa comida siempre faltaba uno o sobraban dos.

Un compromiso de vida

El Padre Emilio Norry, que fuera Director de nuestro Colegio Secundario, nos visitaba con frecuencia, y casi siempre llevaba una botellita de ese vino que elaboran los Salesianos y se usa para celebrar la Santa Misa, siempre nos avisaba con anticipación lo esperábamos con el asadito listo. Su visita era para nosotros un bálsamo de espiritualidad.

Un sábado de fines de enero al medio día nos anunció que esa noche iría a cenar acompañado por otro sacerdote salesiano que ocupaba un cargo importante en la Iglesia y que nos conocía a los dos.

Porque a esa altura del año estábamos en casa única- mente el Gringo y yo que prácticamente no habíamos tenido vacaciones, por tener que rendir, cada uno de nosotros una materia bravas en el primer llamado de febrero. Habíamos regresado luego de pasar las fiestas de fin de año, para preparar nuestros exámenes.

Preparamos el asadito amasamos e hicimos un par de docenas de empanadas "salteñas" que horneábamos en un horno construido con una caja de lata de dulce de esas tipo fuente que ya lo 154 habíamos usado varias veces con muy buenos resultados, ese plato que era la especialidad del gringo lo había aprendido de su padre..

El Gringo Duilio sospechó quién podría ser el otro "invitado" le pidió a doña Blanca, la dueña de la casa que vivía en la planta alta, una vajilla más "pituca” y un buen mantel. A la hora indica- da apareció nuestro amigo y ex Director el Padre Emilio Norry acompañado por el Arzobispo de Salta Monseñor Roberto J. Tavella

Pasamos una hermosa velada orgullosos de haber recibido la visita de nuestro Pastor, charlamos de muchos temas Le contamos que ambos estábamos de novios en Salta. Se interesó por la identidad de ellas, le mostramos las fotografías de ellas, y sonriente nos dijo “¡Que chico es este mundo!, las conozco a las dos, una es la chica de la Acción Católica encargada de la Librería de las Jóvenes, y esta niña fue alumna mía en el Colegio Santa Rosa , cuando llegue el momento en que ustedes decidan formar sus hogares, yo quiero casarlos en mi Capilla Privada.

El Señor Arzobispo nos hizo meditar sobre la "mucha- chada que quedaba en Salta y su zona sin poder estudiar y con tono paternal recordándonos nuestra condición de ex alumnos de Don Bosco nos pidió que una vez graduados lo acompañemos en la lucha tendiente a lograr que la institución "Universidad” llegue a Salta". nosotros le prometimos que tomaremos esa misión como un mandato expreso y un compromiso de vida (*) Como no podía ser de otra forma terminamos con un partido de "truco" (Supongo, al no conocer ningún Sacerdote criollo, que no sepa este juego de cartas) que el "truco” es una materia incluida en el plan de estudio de los Seminarios destinados a la formación sacerdotal.

(*) Monseñor, lo invitamos a que juzgue el cumplimiento de nuestra promesa, tanto la del Gringo Duilo como la mia, en lo relacionado a nuestro trabajo por la Institución Universidad..

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Pero en ese Deporte no valen las "caballerosidades" ni corren los "milagros". Con el Gringo tenemos la alegría de poder contar que les ganamos al que fue nuestro Director del Colegio Secundario y a quién fuera el primer Arzobispo de Salta. Logro que muy pocas personas pueden jactarse de contar.

Recuerdos Eduardo apodado no sabemos por quien como el Mono, apodo que en el habiente estudiantil hizo olvidar el de Durdy portaba desde su niñez, nos informó que ese sábado vendría a visitarnos su mamá, su hermanita que almorzarían en casa y a la tarde asistirían al Acto Académico de la Facultad donde se procedería al cambio de Abanderado.

Aparte de gozar el triunfo del hijo, es probable que el otro objetivo de la visita que efectuarían señora y hermana sería el conocer la clase de "individuos que compartían el mismo hogar con su hijo

‘Durdy’ (llamémosle así ahora solamente mientras dure la visita de su madre) es un excelente alumno de modo que la noticia que recibiría la bandera de la Facultad no nos sorprendió en absoluto y ´ nos alegró tanto como si todos fuésemos a recibir la enseña de la Patria y compartir el honor que se confería al alumno del último curso poseedor del mejor promedio.

De puro modesto Durdy se restaba mérito diciendo que mucho de ello se debía a que con Sarita, la "señorita" encargada de llevar los legajos de los cursante en la Sección de Alumnos y de buscar el mejor promedio,: "se tiraban maicitos" (27)

Ese sábado me tocaba cocinar, a Víctor ayudar poniendo la mesa y lavando los platos, pero como era un almuerzo especial y las "entradas" eran su especialidad, el Gringo pidió prepararlas.

Hizo tomates rellenos con mayonesa, atún, los que eran acompañados de una ensalada de lechugas, huevos duros y agregando en

(27) "Tirarse maicitos" Expresión regional, que indica, la situación existente cuando se presumen mutuamente una chica y un muchacho. 156 cada plato rabanitos artísticamente cortados en forma de flores decora- tivas agregando a la presentación de cada plato, una ornamentación artística cosa que el contenido "entrase primero por los ojos

No recuerdo cual fue el plato fuerte que preparé, solamente que el almuerzo salió bien «Ahí aprobamos el examen de cocina, al que indudablemente, en forma inconsciente nos sometía la Señora».

Con posterioridad al postre preparé el café, para servirlos en los posillos que nos había prestado doña Blanca, lo cual no como no era gran ciencias, me salió bastante pasable. Pero ocurrió lo que menos esperaba, que resulta común cuando los hombres nos metemos en la Cocina, (No me di cuenta que el asa de la Cafetera quedó prácticamente sobre la llama de la cocina), y al tomarla con la mano para servir los posillos, desde el fondo de mi alma brotó “como si naciese del fondo inmortal de la historia” un ¡¡¡TUUUYY.... CARAAAAJO!!! que es posible que mi madre en Salta, haya escuchado el grito de su hijito.

El Gringo se encargó de llevar a servir el café yo fui a pedir disculpas por ese exabrupto a la mamá que nos visitaba. La Señora interpretando su papel de madre me tomó a mano, extrajo de su cartera una crema y mientras me la colocaba sobre la quemadura me decía que no me preocupase que fue una reacción lógica y que no entendió ese grito de “Tuy”,así que tuve que explicarle que las expresiones: "Tuy y chuy”, eran conocidas en el norte argentino: ‘Chuy’ se utilizaba cuando se sentía frío, mientras que ‘tuy’ por el contrario era la interjección con la cual se expresa que el calor ha atravesado el umbral del dolor.

Todos concurrimos al acto y lo gozamos como propio, nosotros lo tomamos como un triunfo de la Casa, del equipo de estudio que formábamos

Para la cena preparamos un asadito bien regado, brindamos con sidra festejando el éxito del "Mono", perdón de Eduardo (a) "Durdy".

Que bien nos hizo esa visita aparte de haber tenido el gusto de conocerlas pudimos admirar a la hermanita del Mono en la cual sus 157 padres pusieron mucho más empeño que en la confección del muchacho. Una bella y simpática chica santafesina que alumbró con sus ojos y su sonrisa ese sábado, nuestras horas de estudiantes.

A la que no pudimos atender como era nuestro deseo fue a la Mamá de Víctor. No valieron los argumentos del Petizo ni los nuestros la Señora que había concurrido muy de paso con don Pablo, su marido tenía planeado cocinar para nosotros, no hubo fuerza humana capaz de torcer su voluntad.

Cuando debimos responder a la pregunta que nos formuló, relativa a lo que deseábamos comer, teniendo ya algunos antecedentes de oportunidades que la habíamos visitado en su Casa en Metán al unísono le pedimos "frangollo" (28)

Así en Rosario, a pesar de no haberse conseguido la totalidad lo ingrediente requeridos pudimos gustar del frangollo que preparaba la señora que fueron los mejores que haya comido en mi vida.

Es que los platos de la cocina regional no solamente cuentan los ingredientes sino por sobre todas las cosa "la mano de la cocinera" Se puede seguir al pié de la letra una receta colocarse exactamente los mismos ingredientes y, sin embargo a no todas las personas le salen las comidas iguales, y cada cocinera tiene su "toque especial", que a veces se puede transmitir de generación en generación, pero siempre cada persona tiene una particularidad propia, nacida de su individualidad

Era un domingo en que a la tarde no había fútbol, pasamos un poco de sobremesa y otro, respondiendo una invitación de don Pablo nos trenzamos en una inolvidable partida de truco, allí nos demostró el padre de nuestro amigo que no en vano tenía ganado más de un Campeonato de esa especialidad en Metan, jugando mano a mano, de cuatro y de seis ganó todas las partidas, demostrándonos que el truco no es

(28) El frangollo, es un plato típico de la región del norte argentino y del sur boliviano que se hace con maíz blanco, pelado y molido (Existen variadas recetas de acuerdo a la zona origen de la cocinera y de los elementos con los cuales se cuenten), pero lo fundamental es la “mano de quién cocina” 158 un juego de azar, sino de maña y picardía {pero sin trampas, sin cartas marcadas y jugado por hombres y no por las mujeres, que mienten siempre por costumbre).

La madre: Esas visitas nos llevó a plantearnos el interrogantes ¿A nuestras madres las debíamos considerar como visitas o huéspedes, o como dueñas de la casa? No hizo falta mucha discusión existía en nosotros un concepto claro de lo que es una mamá.

La presencia de una mamá en nuestro hogar de estudiantes no era una visita, era una Reina que llegaba a una parte de su reino para llenarlo de amor de ese amor que solamente las mamás son capaces de transmitir.

Para explicarme mejor quizás sea necesario retroceder al principio, al momento de la Creación de todas las cosas. En la Biblia en el Libro de Génesis cuando se refiere a la creación ofreciendo dos relatos En el segundo de ellos se refiere a la creación de la mujer de la siguiente forma:

"Dijo luego. No es bueno que el hombre esté solo Voy a hacerle una ayuda adecuada«. Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del campo, todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera”.

"EL hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo a todos los animales del campo, más para el hombre no encontró ayuda adecuada. Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas rellenando ese vacío con carne. De la costilla que Dios había tomado del hombre formo una mujer, la llevó ante el hombre Entonces _éste exclamó Esta vez sí que es hueso de mis huesos, carne de mi carne".

"Esta será_ llamada varona porque del varón ha sido tomada".

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"Por eso deja el hombre a su padre a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne”

Esto ocurrió el Sexto día. Para toda lo anterior al hombre, Dios se valió del Poder su ‘Voluntad Creadora’ de la palabra: Hágase la luz y la luz se hizo. Toda la creación se hizo de esta forma, pero cuando decidió crear al hombre, dijo ‘hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Cuando llegó el turno de crear a la mujer, Dios durmió a Adán, le sacó una costilla y con sus manos Divinas, modeló la única ‘su única obra artesanal’, la mujer, la que como madre sería la Reina de la Creación.

Había creado la fuente del amor y la seguridad de la conservación de la especie humana, ahora podía descansar

Dios es Amor pero para comprender mejor y vivir en el amor humano tuvo que encarnarse, nacer como hombre de una mujer y así experimentar en carne propia el amor de y a una madre. Pudo sentirse amado como un hijo, y arrullado en los brazos de una mujer a la que pudo llamar MAMÁ

Esa experiencia Dios la encontró tan buena para el género humano, que por ello cuando tuvo que partir nuevamente, nos dejó la prenda del amor más grande que puede tener el hombre: su mamá. Desde la Cruz Redentora dirigiéndose a María Santísima y Juan en repre- sentación de toda la humanidad, dijo:: "Mujer ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre".

Me llena de gozo y todo mi ser se hincha de orgullo al saberme hijo de la mujer más bella que pisó esta Tierra que me esperará con los brazos abiertos para darme la bienvenida en la eternidad.

Mi corazón siempre hizo una distinción entre los términos Madre y Mamá. Consideré como madre a la persona qua dio a luz un hijo y como Mamá a aquella que no solamente lo dio a luz sino que se brindó íntegra a él, dar ese amor, protección y comprensión que solamente una mamá puede brindar.

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Pero en el Plan Divino cuando Dios crea la mujer la dotó de una sensibilidad tan particular, que son muchos los ejemplos que nos dio la humanidad de mujeres que sin haber engendrado un hijo fueron verdaderas mamás por el amor brindado a hermanos, sobrinos, ahijado, con un comportamiento ejemplar muy superior a otras mujeres que asesinan a sus hijos en sus vientres, para que estos no sean maternos.

De ello en forma inexcusable tendrán que dar cuantas cuando deban responder en el más allá a pregunta: ¿Mujer que hiciste con los hijos que como "talentos" te entregué e hice fructificar en tu vientre?

Ignoro si cometo una irreverencia pero si la cometo pido perdón porque ella nace del amor. Dios sabe que saludo a diario a la Santísima Virgen con el vocablo más dulce pudo haber inventado el hombre: MAMA.

Más de una vez comienzo mis oraciones al pié de un altar Mariano diciendo: "Hola Mamá recibe este beso que nace de lo profundo del alma y permíteme besar en Ti a todas las mamás del mundo que por el dogma de la Comunión de los Santos viven junto a TI rogando siempre por nosotros".

Es por ello en mi concepto compartido por los moradores que una Mamá no era una huésped sino la Dueña y Señora de la Casa y la mamá de todos nosotros.

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Capítulo XVI

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LOS ÚLTIMOS EXAMENES

Con el paso de los años, los que tuvimos el privilegio de ser estudiantes hicieron que el recuerdo de nuestros exámenes tuviese mucha similitud con un "Sándwich" El primer pan está formada por la primera materia rendida y le segundo por aquella que marcó la finalización de nuestra permanencia en la Universidad. En el medio nuestros recuerdos se mezclan los contenidos de todas las otras asignaturas que jalonaron nuestra carreras y de cuyas pruebas finales se guarda un recuerdo agridulce por el sabor de los momentos agrios que significó un aplazo la dulzura de aquellos en los cuales disfrutamos un buen examen y por últimos aquellos que por la bravura de nuestra “pelea”, pudimos salir a flote, con un “cuatrito” salvador que actúan como condimentos dela vida estudiantil. Ello le da la consistencia necesaria y el sabor final al “emparedado” Si todas las carreras son iguales, el emparedados tienen distintos gustos, porque cada uno preparó el suyo, agregándole, sus principios y valores, a los saberes aprendidos.

Pancito se encontraba al verde es decir le faltaba una sola materia la cual debía rendir por segunda vez. Como únicamente nosotros sosteníamos, le cayó tan simpático al Profesor que amablemente lo había invitado a un "balotaje".

Rogábamos a Dios que la asignatura que le faltaba aprobar no fuese la "materia gris" que suponemos todos los hombres `poseen, excepto los afiliados a los Partidos Políticos que vendieron su libertad por la quimérica esperanza de enriquecer sin trabajar, ejerciendo un cargo representativo.

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El docente de Matemáticas era un hombre de los que podíamos catalogar como "bravo", conocía a la perfección su materia y exigía a sus alumnos, aunque debo reconocer que era justo en sus calificaciones, el que había estudiado y lo demostraba estaba seguro que aprobaba y con muy buena nota.

Pero en la forma que se estaban dando los cambios de docentes el que se proponía como recambio era uno de esos que denominábamos "Docentes Flor de Ceibo (29) y con esos que no sabían gran cosas resultaba más fácil aprobar. Bastaba a veces ponerse en la solapa un "determinad escudito" o lograr que la C.G.U., le ponga un tinte azul delante del nombre del alumno.

El solo pensar que esa sería también mí última materia a rendir en un futuro próximo me hacía tener miedo con la suficiente anticipación que impedía un espera relajada.

Llegó el día en que Pancho debía afrontar la última prueba, antes de amanecer ya estuvo levantado y emprendió su marcha a la Facultad.

La única noticia que tuvimos esa mañana, fue que entró al aula a rendir aproximadamente á las ocho de la mañana, integrando el primer grupo y hasta las once aún no había salido.

El Gringo y Agustín que lo habían acompañado ya habían regresado a casa para almorzar.

El Mono había levantado los platos sucios de la mesa y daba comienzo a su lavado, cuando rameando los pies con la mirada perdida, el rostro con muestras cansancio, como si fuera un ‘pelele’

Todos a una nos tiramos encima del ‘Pelao’, pensando ya unas palabras de consuelo y de aliento.

(29) En un Capítulo anterior expliqué que el nombre de "Profesores Flor de Ceibo se daba a aquellos que sin antecedentes entraban a la Docencia por la "ventana" obedeciendo a otras razones, que por cierto no eran "Académicas"). 164

- Pancho rompió el silencio diciendo:

- Viejo de Porquería (30) me tuvo más de cinco horas. ¡Ya no podía tenerme en pie!

- Bueno Pelao no lo tomes así, le dijo Víctor hay que prepárala para y rendirla nuevamente, a lo que Pancho respondió:

- ¡A esa materia ‘de mierda’ No la voy a rendir nunca más!

Y con "gesto fiero" tiró sobre la cama del Gringo la carpeta de apuntes y un libro, del cual saltó dispara al suelo la Libreta Universitaria al tiempo que desde su pecho broto un alarido, largamente contenido, y exclamó:

-¡No la rendiré nunca más! ... Porque APROOOOBEEE!!

Las caras largas se tornaron en alegres, hubieron risas, gritos, abrazo, besos, felicitaciones y sobre el pucho nos pusimos a planear el asadito de festejo. Había egresado el Pelao

Esa noche, conforme era de rigor ,Pancho repetía cada uno de los pormenores de su examen mientras nosotros, con no exenta mala intención brindábamos con él ‘a fondo blanco’ hasta que quedó completamente ‘en un pedo’ de esos que ya hay que tratarlos de usted (31) al festejo no faltaron algunas de las amigas, una de ella valiendo del arma portátil, que nunca falta en una cartera, extrajo su lápiz labial y con letras claras escribió en la amplia frente de Pancho "CONTADOR PÚBLICO NACIONAL" pero como aún quedaba lugar en esa frente

(30) Ponemos “porqueria” porque el torrente de malas papabras que salieron de la boca de Pancho son irreproducibles. (31) Pedo = beodez = borrachera. Se dice que "hay que tratarlo de usted cuando es de tal magnitud que meritúa a ese tratamiento. Fondo Blanco se asocia a beber el baso o la copa de un solo trago hasta que queda vacio y se ve el fondo

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‘panorámica’ que ya casi llegaba hasta la nuca, con los labios recién pintados, le puso la firma con un beso. Y otra le agregó PERON CUMPLE

Como por su propios medios no llegaría a la cama entre dos o tres lo llevamos y lo colocamos, según ‘Tatalo’, en su jerga de estudiante de medicina en posición "de cubito supino" extendiendo los brazos. Mirando al Mono y con el tono voz propia de aquel que ya tiene la lengua ‘patalca’ (32) le decía.

Mira Mono, ¡Yo a tu hermana, LA QUIERO a tu mamá TAMBIÉNN LA QUIEEERO, Y A tu papá también LO QUIEEERO!

Pelao de porquería déjalo tranquilo a mi Tata que aunque estés en pedo te “vua" pegar tal ‘cagada’ que no te va a conocer, ni tu mamá, ni Maria del Carmen.

La fiesta para nosotros había concluido pero Pancho en la cama cantaba con toda la voz que tenía, pero esta vez con tono alcohólico esa canción italiana titulada: "MAMMA".

El año lectivo finalizaba al Gringo y a Víctor les restaba únicamente la Tesis Doctoral, que estaba preparando. El Mono la había rendido y aprobado entre "gallos y medianoche, para evitar la calurosa despedida. El año entrante no estaría con nosotros. Yo había aprobado un Seminario de Formación Política que nos habían impuesto. y que más que formación política, era un "adoctrinamiento peronista" quedé también al verde tenía que rendir la misma materia que había aprobado Pancho eso no me daba miedo, aunque de sólo pensarlo temblaba, peromedecía para mis adentros que era "de puro coraje”

El lugar del "Mono" lo ocupó un sobrino de Adolfo a quien llamábamos "el Yubo" (su nombre de Pila era Yubomir).

(32) Patalco/ca: - Dícese del gusto áspero que deja en la boca la fruta que no está en sazón, particularmente el caqui y la algarroba. (Solá, J.V.- Diccionario de Regionalismos de Salta 166

De esa forma iniciaríamos el año que en la política asomaba como "algo caliente" por la lucha de un Poder que ni ganadores ni perdedores, aún no aprendieron a ejercer. Si para ejercer un oficio o una profesión cualquiera hay que estudiar ¿Por qué para Gobernar no hace falta rendir o presentar por lo menos un ‘curriculum’ de honradez y una prueba de capacidad?

Había gozado unos quince días de vacaciones que está de más decirlo pasé casi todo el tiempo con Pocha. Lo que motivó que mi mamá, haciendo uso de ese “celo maternal” que sienten respecto de las “futuras nueras” me dijera que por lo menos le dejase una fotografía.

Me llamó la atención el comprobar el pequeño número al que nos encontramos reducidos quienes ingresamos en el mismo año, muchos de las primeros compañeros ya se habían ‘borrado’ de la Universidad.

Algunos: como Mirtha y el Tranquilino ya se habían reci- bidos otros aún seguíamos en distintas alturas de la carrera, a Carmencita se le planteó la opción entre Matemáticas Financiera y el casamiento, y había optado por casarse, dejando los estudios, para ese más luego que nunca llega, ahora estaba convertida en ama de casa y no creo que haya salido de esa noble profesión, la Chunca y Pedrito Arias seguían de novios, pero bastante más atrás en los estudios.

Fuí a la Biblioteca de la Facultad en busca de unos libros que necesitaba, allí encontré a Armando al cual hacía mucho que no lo veía y que creía que había concluido sus estudios, por cuanto hacía bastante tiempo que su madre, en Salta, me había comentado que se encontraba entrampado en su última materia. Grande fue mi sorpresa al comprobar que aún estaba recomenzando a estudiar una materias de primer año.

Me lleno de pena el recordar que su madre ignoraba el estado actual de su hijo. Armadito había rendido tres veces la misma materia de Primer Año, sin poder aprobarla, luego formó pareja con una estudiante formoseña, tuvieron que trabajar y al final integró el nutrido grupo de los desaparecidos en acción. Tengo entendido que algunos años después estuvo de visita en casa de sus padres para que conozcan a los nietos.

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Todos los salteños sabíamos el problema Armandito. Pero él "pacto de silencio" no escrito entre los estudiantes nos obligaba a callar esos asuntos.

Al "Cacique" Pancho, al "Farruco” Paco que vivían en el Infiernito, y al "Cholo” Roberto que moraba en una pensión en compañía de unos jujeños nos faltaba la misma materia. No era por miedo (mejor digamos por "prudencia" siempre esa quedaba para más elegante) a esa bendita asignatura, todos preferíamos dejarla para el último con, la remota esperanza que antes se jubilase, muriese o lo despidiesen al Profesor como eran las presiones de la C.G.U. (Confederación Gremial Universitaria – que respondía al Partido Peronista) ejercía sobre el Decano

Formé pareja de estudios con Paco que dicho sea de paso aún seguía de novio con María "la Chueca", la cual ya se encontraba cursando el último año de la carrera de Ingeniería Civil y se había comprometido a ayudarnos. Juntos emprendimos la tediosa tarea de llenarnos la cabeza de letras símbolos, fórmulas y figuras raras.

El plan indicaba el día 18 de abril como fecha de la prueba final según establecía el cronograma de exámenes.

Estudiábamos de ocho a diez horas diarias, incluidos sábados y domingos, siempre consultando a la noviecita de Paco de cualquier duda.

Tanto Pocha como la novia del "Cholo” Ketty, conocían la situación de sus galanes y en las cartas que recibíamos diariamente, mi noviecita me contaba que hacían fuerza desde allí, que juntas concurrían a rezar todas las novenas posibles y el Vía Crucis en el cerro San Bernardo, ya habían promesas a Dios a la Virgen y a todos los Santos pidiendo, pornosotros, ya habían prometido tantas cosas que habían hipotecado su vida. Eso me alentaba y hacía sentirme logísticamente bien acompañado.

Llegó Abril nos encontrábamos inscriptos pare rendir los cuatro entre los primeros estaba el “Cacique” Pancho luego Paco, el Cholo y yo, nos seguían unos cuantos más.

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La tarde anterior al examen hicimos un repaso general nos encontrábamos bien preparados, pero como siempre, una prórroga de un par de días no nos vendría mal.

Cuando fuimos a rendir a las ocho de la mañana, nos llamó la atención que la Mesa se hubiese trasladado para ese mismo día a la tarde.

Únicamente se tomaron los exámenes a los seis primeros alumnos a los restantes nos pasaron para el día siguiente entre ellos se encontraba el "Cacique Pancho" y nosotros. Según nos dijo un "Bedel" la prórroga se debía a un enfrentamiento entre los Profesores Adjuntos con el Titular, sobre todo con uno de ellos que en febrero de ese año había entrado a la Cátedra “por la ventana” y que los profesores viejos no lo aceptaban como integrante de la Mesa.

Con ansiedad aguardamos los resultados de los seis. Aprobaron al "Colorado Gordo" los otros cinco estaban “bochados” y debían rendir nuevamente o sea que solamente habían aprobado a uno

La barra de salteños que esperaban los resultados era numerosa, aparte de todos los moradores de casa , estaban los del Infiernito, los de la pensión del Cholo Roberto y los jujeños por cuanto dos de ellos que tendrían que haberse recibido se encontraban entre los aplazados Abrazamos al "Colorado Gordo” y lo felicitamos

Tanto los del "Infiernito" como los de "cotópolis (léase jujeños) tenían la "farra preparada”, la carne y los bebestibles comprados. No costó mucho trabajo ponerse de acuerdo para juntarse todos a la noche en la casa de Pancho, los salteños para juntar fuerzas y los jujeños para olvidar las penas de los hachazos.

Esa noche en la terraza de la casa que ocupaban unos cuantos salteños que ya había ganado el apodo "del Infiernito" había preparado el asado.

Juntaron las provisiones (comibles y bebibles) que habían preparado ellos y los de jujeños puesto que no era lógico que a pesar de ser tres los que rindieron no pudo recibirse ninguno de ellos y se quedasen sin 169

"festejo” (a veces los aplazos tienen mejor gusto, si son acompañados con unos chorizos a la parrilla regados generosamente con vino sin importar el color, con tal que se encuentre debidamente bendecidos por el dios Baco) Comimos y bebimos como "hijos de sirvientas" hasta quedar ahítos e hipando, cantamos, contamos cuentos, etc., etc.

Un jujeño alto y gordo, que en lugar de vientre tenía "Un cementerio de Cacharpayas (33) y una merecida fama de bebedor sostenía que los salteños en cuestión de aguante para las bebidas, éramos unos "maricones". Eso no se podía tolerar, pero no sería de buena educación teniendo en cuenta que los salteños éramos más que ellos, tirarlos a todos desde la terraza a la calle. Ello significaría el comienzo de una nueva "guerra civil salto-jujeña”.

El primero que recogió el guante fue Tonino y sentados frente a frente en un "toma voz y dale a Braulio" hicieron cantar una botella de ginebra. Tonino quedó todo "machucado" el lugar que dejó vacante fue‚ ocupado por el "Cabezón” que apenas llegó a aguantar media botella de tinto, y como el jujeño seguía pidiendo contrincantes no faltó un tercero, Mario el hermano del "Cacique Pancho. Cuando este dijo basta, el jujeño seguía "fresco como una lechuga” y reclamando rivales. Nos ganó y no salía de entre los salteños otro voluntario.

El Cacique Pabcho no podía admitir ser derrotado en algo y menos por un jujeño. Tomando un cuchillo "tipo carnicero" que había servido para cortar el asado, me lo puso a la altura del "pupo", mientras que con la otra mano me tomaba del cuello, y con voz que no era de un alcohólico anónimo, sino de un borracho conocido, me decía

(33) Según el Diccionario de Regionalismos del Dr. Solá Cacharpaya es una fiesta de despedida Se usa también para significar una fiesta dode se como mucho con abundante vino y guitarreada

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- Anda a ‘chupar’ vos, no seas "alfiñique" ni nos hagas quedar como el culo ¡Anda! Que vos no tomates nada todavía, o ¿Ahora queres vos que fuiste un indio criado a “chilcan”(*) queres brindar con ‘Champán’

- ¡Panchito! Nosotros tenemos que rendir mañana

- ¡Anda!... No seas caguila

Frente de tipo en "Pedo" que te mira con mirada asesina y con los "ojos rojos” existen dos alternativas posibles: hacerle caso o romperle una botella en la cabeza, opté por la primera y ocupé el lugar frente del desafiante.

Sirvieron dos copas el gordo apuró la suya de un solo trago yo traté‚ de imitarlo, sentí que el líquido me quemaba las entrañas de un salto me levante‚ y corriendo llegué al parapeto de la terraza, incliné mi cuerpo en dirección a la calle y devolví no solamente la ginebra sino todo lo que había ingerido.

No recuerdo como me las arreglé para escapar, creo que fueron Agustín y Yubomir, las almas caritativas que me sacaron y ayudaron a llegar a casa.

Mal dormido y con el estómago revuelto a las ocho estuve en la Facultad. Dios se apiadó de nosotros, en el pizarrón el Bedel había escrito "La Mesa de Matemática III se postergó para el 15 de mayo a horas 16,- " . No podía dar crédito a lo que leía cuando llegó Dorita, linda, bien arregladita, pero como siempre ‘engrupida’ acompañada de otra chica, que también se encontraban inscriptas para rendir.

Dorita nos informó, que de acuerdo a lo que decían las lenguas viperinas que abundaban en su "encumbrado entorno en un elitista club

(*)Chilcán – Alimento hecho de harina de maíz ‘capia’ tostada, que con leche o agua se sirve como desayuno a los chicos de la Puna Salto-Jujeña 171 social". “Que el Profesor por ser hincha de Rosario Central era ‘un ordinario’ y que no sería raro que se hubiese ‘mamado’ festejando un triunfo o apagando una pena de acuerdo al resultado obtenido por "ese cuadrito de barrio conocido por sus, lios, riñas, y problemas económicos. Posiblemente el Docente que ahora estaría demorado en alguna Comisaría o «durmiendo la mona”.

Oficialmente nunca supimos la verdad, pero tampoco me interesó buscarla al contrario di gracias a Dios, y nos dedicamos con Paco a estudiar nuevamente sin decaer el ritmo y ayudado por la ‘chueca’ que ya era una flamante Ingeniera desocupada-

Mientras más avanzábamos descubríamos nuevas cosas que antes ignorábamos, sobre todo encontrábamos respuestas a la pregunta del ¿por qué? de esa materia en el Plan de Estudios.

Así llegamos a Mayo y nos presentamos para rendir.

Comenzaron a examinar a los que se habían inscripto para rendir en ese turno regular, tomaron todo el día. Cuando los diez que habíamos quedado pendientes del turno anterior esperábamos ser llamados los Profesores salieron y ante nuestro asombro nos informaron que no tenía nuestra inscripción ni el Acta Preparada que esperásemos hasta que se arreglase el problema planteado. Y a esa hora ya no se encontraban ni el Secretario, ni el Decano por lo que tuvimos que aceptar rendir en junio. El Profesor Titular nos aseguró que nos tomaría primero a nosotros.

Según nos enteramos después, por uno de los bedeles, los representantes estudiantiles de la C.G.U., habían cuestionado ese examen, argumentando que en la nota del “Colorado Gordo”, había “favoritismo” (recordemos que rendía con un tilde rojo, y que hubo un problema interno en la Cátedra) hasta tanto se solucione no podía cerrarse esa acta, y que el problema estaba a resolución del Consejo Directivo.

Esta vez Paco insistió en que no podíamos desperdiciar la oportunidad, que ahora prepararíamos los puntos más difíciles, esos que los Profesores preguntan cuando "Tiran a matar al alumno", así lo hicimos 172 contando con la valiosa ayuda de "la Chueca" que sabía tanto, que hasta contagiaba amor a esa asignatura que tanto temíamos.

Mientras en Salta, tanto Pocha como la novia del Cholo Roberto. continuaban "hinchando a Dios con rezos y promesas, ahora creo leer "entre líneas” en una de las cartas de Pocha que las postergaciones que argumentamos ‘olían a cuento’ Pero lo mismo me instaba a seguir preparando la materia.

La fecha de la Mesa Examinadoras estaba fijada para el 21 de junio esta vez nos encontrábamos mejor que nunca de tanto estudiar había partes que las sabíamos hasta de memoria. El Consejo había resuelto dar por válida la nota colocada al ‘Colorado Gordo’ y disponer que se prosiga con la toma de exámenes a los alumnos inscriptos.

Pero el 16 de junio se produjo un estallido revolucio- nario contra el Gobierno Nacional, aviones navales bombardearon la Casa Rosada y la Plaza de Mayo, apoyando a fuerzas armadas y grupos civiles declarados en rebeldía, y como consecuencia de ello los turnos de exámenes normales que había comenzado el 15 y las actividades en la Universidad se suspendieron .

Como el clima político estaba bastante enrarecido, las actividades en casi todas las Universidades Nacionales se suspendieron hasta Agosto. Adelantando el receso que normalmente se daba hasta fines del mes de julio.

Se nos planteó el problema tomarnos un respiro y marcharnos unos días de vuelta al pago, o seguíamos estudiando. Como Paco con- tinuaba sus relaciones ‘sentimentales’ con "la Chueca" y nuestro examen para ella era una cuestión no solo de honor, sino ya del amor que sentía en ayudarnos era de la opinión de seguir estudiando, según esa ayuda para ella, no era un trabajo sino el principio de “un apostolado y de amor docente”. Compartir gratuitamente con otros estudiantes, lo que la Universidad le dio en forma gratuita”.

Esa opinión acompañada a la falta de medios para viajar, nos llevó a continuar la preparación de esa bendita materia, y centramos el 173 repaso en esos puntos que por ser difíciles, los docentes suelen considerarlos básicos. . Así llegamos a Agosto tal como lo había prometido el Profesor Titular inició el examen con nosotros: entre los seis que formaban la primera tanda entramos con Paco y el Cholo.

De entrada me tiraron uno de esos problemas destinados a liquidar cuanto antes la cuestión pero gracias a la testarudez del "Paquillo" y a las explicaciones de María ( ‘chueca’) habíamos visto tantas veces ese tema que sabía de memoria hasta el resultado de una multiplicación. Antes de llegar al final fui interrumpido y me pidieron que explicase. A la mitad de la explicación, me plantearon otra de esas “perlas” que se piden cuando se quiere finalizar pronto el asunto, porque prácticamente la decisión esta tomada. Me encontraba resolviendo lo planteado con medio pizarrón lleno de cosas tan raras que ya no recuerdo que eran ni para que servían, cuando siento la voz del Profesor que me pregunta:

¿Es su última materia?

Si Señor, es mi última materia.

Estirando la diestra estrechó mi mano al tiempo que decía: - Lo felicito "Colega", puede retirarse

Y me alargó la Libreta Universitaria donde se encontraba una excelente nota, la más alta que obtuve en mi carrera.

Salí transpirando a pesar de frío de esa mañana invernal miré el reloj mi examen había durado 41 minutos, y era el primero que salía, algunos minutos después salió Dorita llorando, nos abrazamos. Ella para felicitarme y yo para consolarla, y por no perder la oportunidad de "sacarme un gusto largamente había soñado, abrazar y besar, a esa linda y joven mujer” . 174

Salió Paco nos confundimos en un abrazo también había aprobado la materia, Ahora se encontraba al "verde". El Cacique Pancho se unió a nosotros, él también había aprobado.

No esperamos más emprendimos el regreso a mi casa antes pasamos por una estafeta del Correo donde presente un formulario de telegrama dirigido a Pocha, contaba con una sola palabra “Terminé” a la que seguía como despedida “un beso”.

Haciendo escalas en cuanto "bodegón" encontrábamos abierto tomábamos una copita de grapa o ginebra, lo que tuviese, para entibiar la mañana. Abrazados a veces cantando y pateando los "tarros para basura” que encontrábamos a nuestro paso seguíamos camino a casa.

Una cuadra antes de llegar nos encontramos con Isabel "La Bienvenido” quien al vernos de esa forma nos paró y preguntó el motivo de nuestra alegría al conocer que había concluido mis estudios me felicitó y obsequió con un abrazo y un beso.

Pedí una comunicación telefónica para comunicarle la novedad a mi madre, luego de esperar aproximadamente diez horas , pude hablar, cuando escuché la voz de mamá, temblando de emoción y casi a los gritos exclamé:

- ¡Mamá: me recibí!

- Ya lo sabía, y ya era hora que terminaras deestudiar, hijo ...

La repuesta me dejó helado, tiempo después la entendí y justifiqué su actitud. El telegrama había llegado antes que la comunicación telefónica, ella se había enterado por Pocha, es com- prensible en toda mujer que es madre y, libra una lucha interna donde se mezclan el amor con el dolor de una posible separación y la esperanza, cuando aparece otra mujer con la compartirá el hijo, debió dolerle que esa mujer se haya se haya enterado primero.

En casa fue el festejo de rigor pero yo pensaba en el regreso cuanto antes tan es así que al día siguiente luego de llenar el pedido de 175

Título y pagar del Derecho del mismo saque pasaje y esa misma noche emprendí la vuelta al pago.

A mí me parecía mentira había dejado atrás la vida de estudiante ahora ya era un profesional universitario tendría que asumir obligaciones y compromisos había concluido una etapa de la vida que nos marca para siempre

Esta vez la ausencia había acrecentado la hoguera, marchaba rumbo a un destino lleno de amor.

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Capítulo XVII

TERMINE ...¿Y AHORA? Los inicios

Ya estaba de regreso en mi ciudad en compañía de mis seres queridos ahora debía encarar mi actividad profesional y tomar una decisión muy importante la que deben afrontar tanto varones como mujeres, constituir su hogar.

Había concluido una carrera universitaria, ya era un Profesional Universitario ahora debía pensar en trabajar y en realizarme como persona.

Cuando meditaba en ello pensaba que hubiese sido mejor continuar sintiéndome un estudiante. Eso ya lo había escuchado d otras personas ‘Nos apuramos para recibirnos algo y luego comprobamos que la etapa concluida fue una de las mejores de la vida.

Bien llegué a Salta y antes de entrar en la posesión física del Diploma ya me relacioné con clientes e inicié juntamente con el Gringo, mi ex compañero de casa y ahora colega los primeros trabajos profesionales.

Lo que se esperaba ocurrió, Se produjo un cambio en el Gobierno Nacional, una revolución cívica – militar, derrocó al Poder Ejecutivo Nacional, disolvió la Legislatura y dispuso las Intervenciones Federales a todas las Provincia.

Casi en forma inmediata fuimos llamados el Gringo y yo por el nuevo Gobierno a colaborar en la Contaduría General de la Provincia.

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Me encontré con un amplio horizonte que me era totalmente desconocido había sido preparado casi con exclusividad para desempeñarme en la actividad privada por lo que tuve que aprender desde el ABC y allí descubrí que para ocupar un cargo en la función pública si bien se requiere una preparación previa, pero es mucho más importante que ella poseer una sólida vocación de servicio a la comunidad y que misma solo se adquiere sirviendo

El contar con un puesto de trabajo seguro, aparte de algunos clientes me facilitó la decisión y antes del acto de haber egresado y prestar Juramento en la Universidad ya había fijado la feche de casamiento.

Cuando ya tenía casi todo preparado fui llamado por el Señor Arzobispo quien me recordó: que en lo que se refería a mi casamiento y al del Gringo existía un compromiso con él. En su Capilla Privada y delante de nuestro Pastor debíamos celebrar nuestros matrimonios.

Pocha me dijo que ella no se había comprometido a nada que se casaría en la Iglesia a la que concurrió siempre en el “Santuario de Nuestra Señora del Valleª. Si yo quería casarme en la Capilla Privada del Arzobispo podía hacerlo, pero no con ella, que buscase otra novia.

Resultó más fácil convencer al Arzobispo, como solución nos casaría el Obispo Auxiliar Mos. Pedro Reginaldo Lira.

El mismo día que el "Eì Cholo” Roberto, contraje matrimonio con Pocha, Realizando así en forma totalmente consciente y en pleno ejercicio de mi libertad el acto más importante de mi vida, dar nacimiento de una nueva persona, llamada "matrimonio". Ya no seríamos más "ella y yo” ahora y para siempre seríamos, "nosotros".

Si con Roberto hubiésemos planeado casarnos el mismo día es casi seguro que no se hubiese dado esa coincidencia.

El único inconveniente los tuve en mi fiesta de casamiento teniendo en cuenta que la del Cholo fue al medio día y la mía a la noche, 178 eso trajo como resultado que muchos invitados comunes (amigos, condiscípulos del colegio, de la Universidad y gente del mismo barrio)

Ese hecho, invitados comunes motivo que a mi fiesta varios "ellos” y algunas "ellas” llegaran con "sangrantes heridas alcohólicas". (Nótese la elegancia para no decir que llegaban en "pedo". Un pobre "naranjito" que estaba plantado en el jardín de entrada del Salón de Fiesta fue un mudo y sufriente testigo, aguantó una vomitada del "Pinky", y ser regado por el “Cabezón” Arias, el "Requechero" Luna y otros más, con “aguas de segunda mano”.

El concepto del juramento que debía cumplir y que trataré de sintetizar en pocos renglones me impulsa prestarlo delante de quien había elegido como testigo permanente durante toda mi vida del grado de su cumplimiento, delante de mi esposa que acompañó en el acto jurar y recibir le Diploma.

La Universidad por la responsabilidad que le incumbe como fermento de la sociedad formando a los hombree que deben servirla no puede menos que exigirle a sus graduados un juramento que los comprometa a cumplir su misión que no es otra que la prolongación de su "estado de estudiante" que debe guardar en su corazón para toda la vida la actitud de servicio a la sociedad que les brindó la oportunidad de serlo viviendo las ansias de nobles ciencias nunca saciadas y sin apartarse del camino de la verdad. Puesto que solamente la verdad hace a los hombres libres.

El juramento que la Universidad exige es el compromiso solemne, libremente expresado poniendo en juego y como testigos los valores más altos de acuerdo a la escala que forman la conciencia de quien al recibir un título se incorpora en una función de servicio a la sociedad.

El Acto de Juramento siempre concluye con la advertencia expresada en palabras más o palabras menos pero que significa y se identifica con la frmula "Y si así no lo hiciereis que Dios y la Patria os lo demande".

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Muchas veces pareciera que la Patria no lo demanda y por eso son muchos los ejemplos de profesionales que perdieron su condición de "universitarios al claudicar en su compromiso con la verdad y con su misión de servicio para convertirse en "profesionales del egoísmo y de la mentira". Pero tarde o temprano la actividad social o la historia los pone al descubierto frente a la comunidad.

Pero, ¿Nuestra conciencia y Dios? Me asiste el convenci- miento, que a la voz de la conciencia podemos acallarla a fuerza de desoírla, pero nuestra sindéresis no nos permitirá olvidad. Tampoco escaparemos al final de nuestra existencia terrenal a la rendición de cuentas el uso que hicimos de los talentos que nos fueron entregados, y que representan los sacrificios que la sociedad hizo para que nosotros podamos llegar a poseer un título universitario y en esa rendición de cuentas. No caben comprobantes falsos ni argumentos falaces, ni para su presentación no existe prórroga, ni acepta moratorias.

Ahora debía efectuar otra importante opción la forma de ejercicio profesional. Me encontraba habilitado para ejercerla en el Sector Privado y en el Sector Público.

Pero los acontecimientos se presentaron de forma tal que antes de formular una opción me encontré‚ actuando en la actividad privada atendiendo clientes y en la docencia secundaria primero y en la universitaria luego y casi sin darme cuenta mezclado en el Sector Público.

A los dos años de egresado fui llamado a colaborar en el Ministerio de Economía como Subsecretario de Economía y Finanzas. Acepté más por un compromiso personal que por tener ganas aunque, debo confesar que me consideraba con la capacidad necesaria para desempeñarme y que empezaba a encontrarme bien como un servidor público.

Una primera lección: 180

Lógicamente era aún muy "pichón", pero no me costó mucho madurar. De esos comienzos guardo gratos recuerdos. Uno de ellos y quizás el más grato, fue la primera lección recibida del Contador General de la Provincia.

Humberto, el Contador General era un funcionario de carrera administrativa, que no poseía título universitario pero conocía muy bien sus funciones era competente y recto en su trabajo. Motivo por el cual pudo mantenerse en el cargo de Contador Mayor a pesar de los embates de los políticos de turno.

Llegó el final de un año había que proceder a pagar los sueldos a los empleados de la Administración y el Sueldo Anual Complementario que era igual a la doceava parte de lo liquidado en el año, según la costumbre se abonaba antes de las fiestas de Navidad y el sueldo el último día hábil del año o los primeros días del mes de enero..

De acuerdo a las disponibilidades de fondos en la Tesorería General llegué‚ a la conclusión que no me alcanzaría para efectuar los dos pagos conforme era costumbre.

Hablo con el Contador General y le informo que el Ministro, para salvar la situación, haría el Libramiento de Pago por los montos netos, que las retenciones efectuadas a los empleados para la Caja de Jubilaciones, para las Obras Sociales, para los Gremios y las mutuales conjuntamente con los aportes que al Estado le corresponde aportar se pagarían cuando se reciban las coparticipaciones a fines de enero, y que pediríamos a la Nación un adelanto de coparticipaciones. Al principio me pareció raro el tono de voz del Contador General, y hasta una falta de respeto a la jerarquía natural pero sus argumentos me dejaron pensativo y fui a consultar al Ministro.

El Contador me había dicho que si le mandaba de esa forma los Libramientos de Pago no los pagaría que tendríamos que ordenárselo mediante Decreto y cuando lo notifiquemos del referido acto administrativo, de acuerdo a las facultades que tenía por Ley la 181

Contaduría General procedería a formular la "Observación Legal que paralizaría el cumplimiento del acto hasta que fuese insistido

Una vez insistido procedería a dar cumplimiento al mismo y comunicar a la Justicia por cuanto entendía que se producía un acto contrario a la ley, que prácticamente era una retención indebida de fondos, prácticamente un robo. Motivado por el hecho que los aportes retenidos a el empleado, que ya no son fondos del Estado, sino de los afiliados a la Caja de Jubilaciones e impedirían el pago en término de las jubilaciones y que los Gremios al no recibir los aportes descontados a sus asociados entrarían en mora, porque las compras para las fiestas de fin de año, siempre producían mayores gastos.

Tanto el Ministro de Economía, como el Titular del Ejecutivo que eran Abogados entendieron los argumentos esgrimidos por el Contador General y comprendieron la razón que le asistía.

Se pagó primero los sueldos, se demoró un poco el pago de los aguinaldos pero se cumplió con todo, antes del día de los Reyes Magos, gracias a un ingreso extra que por regalías de hidrocarburos se encontraba en gestión.

Años después los ‘cráneos de le economía’ que colocaron el hombre al servicio de esta disciplina hicieron una costumbre el pagar sin efectuar los aportes, inventaron salarios con el título de "no remunerativos" ocultando la verdad, para no hacer aportes ni descuentos, perjudicando a los sistemas previsionales y a las obras sociales- Ahora esos mismos "cráneos de las finanzas internacionales” los llaman ‘trabajadores o sueldos en negro’ y se rasgan las vestiduras cuando obligados por ellos los tienen que realizar los países emergentes ola actividad privada para proteger las fuentes de trabajo.

El resultado se encuentra a la vista. Ese procedimiento produjo la quiebra de los Sistemas Previsionales, de las Obras Sociales y de muchas Mutuales. Los culpables de esos perjuicios sociales no solamente carecieron de un juzgamiento, sino que son considerados como héroes‚de las Finanzas y a lo mejor esperan algún bronce que se pondrá verde de vergüenza cuando sea utilizado para recordarlos, o que a una calle la 182

"bauticen” con sus nombres. Pobres ilusos, a lo mejor escapan del juicio de la historia escribiéndolas ellos. Pero no podrán escapar al juicio de Dios. Nuestro vate salteño el Dr. Gustavo Leguizamón, más conocido por su apodo de “Cuchi Leguizamón”, decía «No me importa perder todos los pleitos en esta tierra. Pero si ganar el Juicio Final».

Que hermosa lección de civismo la de ese Contador General. Lástima grande que los tiempos cambiaron y en nombre de la economía, eficiencia y eficacia que son medios se olvidan que la moral es la Virtud esencial que debe mover la acción del Administrador Público.

Y en la vida diaria vemos con espanto que aún sigue anotándose victorias Maquiavelo con la máxima que "el fin justifica los medios” con la prescindencia total de la moralidad del medio y de la ignorancia culpable de la dignidad de la persona humana. Mirando en nombre de los Derechos Humanos, ‘la paja en el ojo ajeno sin reparar en la viga que tenemos en el propio’.

El pasado dice: Presente:

Me encontraba desempeñándome como Vocal del Tribunal de Cuentas de mi Provincia, por rotación anual ejercía la Presidencia.

La Secretaria Privada me anunció que el Señor Jefe de la Policía que había asumid días antes como tal, realiza las visitas protocolar. Se trataba de un Funcionario Policial, retirado, no recordaba si de la Policía Federal o de la Provincia de Santa Fe

Luego de las presentaciones de rigor el Jefe mirándome, con detenimiento, con esa mirada clásica que denotaba se condición de oficial de Policía, me preguntó.

- ¡Usted cursó los estudios universitarios en Rosario?

- Si señor me recibí en la Facultad de Ciencias Económicas de esa Universidad.

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- A usted lo conozco desde que era estudiante, durante un tiempo, casi todos lo días concurría a mi casa, según el motivo expresado para: "estudiar” con Irma, una sobrina de Cañada de Gómez, que vivía con nosotros, y de "golpe” desapareció como si lo hubieran corrido con agua caliente.

¡Irma!, la recuerdo con cariño, ¿Qué es de su vida?, cuando tenga contactos con ella le hace llegar mis saludos y mis recuerdos.

Está casada con un Dentista tiene tres chicos, y vive una vida feliz en Santa Fe.

Perdone que le reitere, cuando la vea hágale presente mis saludos, guardo de ella un lindo recuerdo.

Al parecer ella también‚ porque a uno de sus hijos le puso de nombre Gustavo. Sin que existe entre nuestra familia ningu- no con ese nombre

¿Qué chico que es el mundo! El pasado se hacía presente, no podía decirle la verdad: "Que mis compañeros de vivienda me habían dado cuarenta y ochos horas de plazo, para que rompa relaciones con Irma, aplicándome aquella cláusula del reglamento de la casa, que prohibía tener simultáneamente más de una novia en Rosario y sus alrededores

Mantuvimos muy buenas relaciones con el tío de la "Gordita". Comprendíó perfectamente que solamente se había tratado de una "simpatía” propia de los estudiante sin haber a llegado a ser noviazgo.

El ejercicio profesional:

El pueblo, mediante los aportes efectuados en forma directa al Estado y a las Instituciones intermedias vigiladas por el mismo sostiene la enseñanza universitaria.

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Es la misión de la l Universidad formar al hombre apto para satisfacer las necesidades del pueblo en todas las especialidades de las ciencias, técnicas y artes.

En suma, a la Universidad el pueblo le asignó la función de ser el fermento de la sociedad Ayudando a los hombres que la deben gobernar y servir en todo el camino que debe recorrer en buscan- do el Bien Común que le permita crecer y desarrollarse en Paz Social.

Toda profesión tiene una función social ineludible, y la modalidad profesional exige que el afán de propio provecho de su lugar al espíritu de servicio.

Existe una estrecha relación entre los elementos que componen una profesión y la moral por lo que toda actividad para que sea buena debe estar regulada por una normatística que haga de la verdad una norma permanente de conducta sin utilizarse la técnica para distorsionar la realidad.

Toda profesión universitaria pueda ejercerse en los denominados Sectores: Privado y Público.

En el Sector que denominamos Privado la misma puede ejercerse:

 Por cuenta propia sin relación de dependencia, en forma unipersonal o asociado.

 En relación de dependencia.

Al Sector Público lo encontramos integrado por la Adminis- tración a cargo de los Estados, Federal, Provinciales y Municipales.

El desempeño de un cargo público aún los cargos electivos a los que les compete la misión de deliberar y gobernar en nombre del pueblo es también ejercicio profesional por cuanto la naturaleza y la personalidad del hombre no puede dividirse sino que es una sola.. Se es 185

"profesional universitario" comprometido con la verdad en todas las actividades de nuestras vidas.

Tratándose de cargos públicos nos dice Francisco Letizia en su libro "El problema de la moral": "va contra la justicia distributiva si la labor profesional se realiza favoreciendo intereses individuales familiares o de pequeños grupos. Se lesiona la justicia social y defrauda a la sociedad por el trabajo realizado á medias o deficientemente".

La función docente es también ejercicio de la profesión tanto la realizada en establecimientos que pertenecen a Asociaciones Públicas como a Privadas

Pero para ejercer cualquier profesión en cualquier lugar o de cualquier forma existe una condición básica: la vocación.

El Dr. Francisco Letizia nos dice: "La vocación no es un proyecto cualquiera sino el proyecto fundamental de la existencia es el llamado, la voz interior, la voz de la naturaleza que invita a entregarse a una actividad con especialidad y con amor.

La vocación nace del amor y se nutre con la intención de servir a los demás ejerciendo la actividad propia del sujeto con celo y responsabilidad".

Respondiendo al llamado d esa voz nacida en el interior de mi ser, me dediqué a ejercer mi profesión, fundamentalmente,:como docente.

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Capítulo XVIII

JUICIO A LA JUVENTUD DE HOY

Somos viejos los años pasaron dejando en nuestros rostros surco en formas de arrugas y cicatrices en el alma en forma de recuerdos.

¡Qué fácil resulta enjuiciar! ¿Cuándo aprenderemos que cada ser humano tuvo su lugar en su tiempo? ¿Qué cada lugar y cada tiempo son distintos? ¿Qué lo pasado pertenece ya al pasado?.

Absorto en ese pensamiento y en esa contemplación no me percaté que alguien me miraba con detenimiento hasta que sentí un suave golpe en el hombro volví la cabeza y me encuentro con un rostro sonriente que no me era desconocido. Se trataba del negro Antonio que entre los apodos que traía desde chico se contaban los de "Negro Falucho”, "Mandinga” y "Chofer del Diablo” un compañero de correrías de nuestra niñez. Nos confundimos en un fuerte y cariñoso abrazo.

Es lindo encontrarse con amigos que son tales desde la época de nuestros "pantalones cortos". Sentado en una Confitería frente a sendos vasos de espumosa cerveza , intercambiamos recuerdos, anécdotas y nos contamos algo de lo poco que hicimos y de lo mucho que dejamos de hacer en nuestras vidas.

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¿Qué hace este par de viejos “carcamales", seguramente, como antes, ‘deseando’ las chicas que ven pasar y amargándose al saber que son ajenas.

Es Miguelito otro de lo "ex- muchachos” del ya inexistente barrio Se unió a nosotros y luego de una amable tertulia quedamos en encontrarnos a tomar el té el domingo a la tarde en casa de Antonio, ahora un próspero comerciante a quien le sonrió la Diosa fortuna.

Con las ansias de novio primerizo esperé el domingo, a la hora indicada me encontraba llamando a la puerta da la casa del "Mandinga", me atendió una jovencita quinceañera, al preguntar por el señor Antonio la chica gentilmente me preguntó:

¿A quién debo anunciar al Abuelo?

Mira ‘m’hijita, decíle a tu Aguelo’, el Negro Falucho, el Mandinga, el Chofer del Diablo o el apodo que tenga ahora que lo busca el "Indio". O sea la única carta que mata al ‘As de Espadas’.

Con una sonrisa la joven me dijo:

Pase señor “Don Indio” que mi abuelo, el señor "Muestra Gratis”, la señora doña "Viole” y la bisabuela lo están esperando.

Efectivamente ya se encontraba allí Miguelito a quién por su reducida y siempre elegante imagen lo habíamos apodado el ‘Checho’ como: “muestra gratis de hombre” y Violeta a la que hacía añares que la había perdido de vista y que compartiera con nosotros la niñez y la adolescencia. Junto a ellos se encontraba María de los Milagros (Conocida en su juventud por nosotros y por todo el barrio como: ‘la Milagritos’) hermanita del dueño de casa. Y sentada en su mecedora, como la recordaba desde mi juventud, estaba doña Eduviges, una tía solterona, del Mandinga que había vivido formando el grupo de la familia de su hermana y de la cual se decía que como la Dolores:’fue alegre en su juventud’

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Como siempre estaba Doña Eduviges, sentada en su mecedora, había ayudado a su hermana a criar los hijos, ahora se dedicaba malcriarlos a ellos, a sus hijos y mantenía viva la esperanza de hacerlo con los nietos. Era la única de su generación, de edad indefinida, pero de mente lúcida, viva, dicharachera y ‘retadora’

Ya no era la hacendosa de tiempos idos ahora era, una viejita, encorvada, toda ella una sola arruga, pero se había convertido en la historia viva del barrio.

Inmediatamente después llegó el "Chino" con su esposa, cuando me enfrenté a ella, la señora me interrogó con una pregunta: ¿no me recuerdas, Indio salvaje? soy Berta

Si ahora te recuerdo, hace años que no sabia nada tuyo ni quiera que estés casada con del Chino

Doña Eduviges nos miraba con atención conforme nos individualizaba recordaba las travesuras con las cuales cuando chicos habíamos hecho sufrir a todo el barrio.

Dos empleadas presurosas nos invitaron a pasar a tomar el té. Y allí se animó la tertulia todos nos encontrábamos en situación de abuelos, y cada uno por turno comenzábamos a contar las anécdotas de hijos y nietos.

Espiando por la puerta entreabierta un chiquilín de unos diez años que contemplaba la reunión llamó a otro chico a los gritos.

¡Vení Marito! mirá el asilo de ancianos y los siglos de vida que se juntaron en el comedor.

Anda adentro, no seas mal educado "chango de porra”, dijo Falucho para agregar a continuación: Estos changos de ahora ni respeto tienen Ya que en nuestros tiempos le íbamos a decir una cosa como esa a nuestros mayores ¡Con éstos chicos y los tiempos que vienen , no se a donde se va ir a parar el mundo!.

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Era el fósforo que necesitábamos para encender la mecha de la batería de cohetes que cada uno portaba.

María de los Milagros comenzó a relatar que una de sus nietitas que concurría a segundo grado se consideraba de novia de un compañerito de grado, a quien, para que no se enteren sus padres lo hablaba por teléfono desde la casa de la abuela, y pedía que lo llame a Robertito su galán, y se mandaban besitos, en lugar de preguntarse por los deberes del día siguiente y cada comunicación no era inferior a veinte minutos.

Doña Eduviges la interrumpió dirigiéndose a María de los Milagros: ¡Y quieres qué haga la nena! Si es nieta de ‘tigra’, si voz fuiste igualita, cuando todavía eras una chinita "Maltoncita” (33) ya andabas perdiendo los pañales por el ‘Carluncho’ el hijo más chico de Doña Pilar, y cuando eras "osaquita” ya lo corrías por el barrio al hijo del "panadero” para enseñarle a besar en la boca. Además no tienes derecho a criticarla porque vos "la trabajabas de vieja alcahueta".

Milagritos le retrucó a Doña Eduviges diciéndole que ella les permitía cualquier cosa a los chicos mientras que cuando nosotros teníamos esa edad, nos tenías al trote. que ahora ya estaba reblandecida.

La "veterana" la parí en seco con un: - Vos ni te metás que sos la que malcriastes tanto a los "osacos” y a los chiretitos, que hasta los apañado cuando hacían algo malo y de eso yo soy culpable porque yo "te'i” malcriao y no "te'i” rigoriao, ni "lonjiao" todas las veces que debía hacerlo.

Como es lógico no podía quedarme atrás, si mis nietos también tenían sus amores le dije que uno de ellos pintaba como galán recio cuando concurría al “prejardin” de infantes la maestra tuvo que llamar a mi hija para ponerle las quejas por cuanto mi tierno nietito le había “sacudido”

(33) “Malton”: Según el Diccionario de Regionalismos de Salta de D. José V, Solá es el animal de un a dos años por extensión se dice a las criaturas que se encuentran en esas edades Osaco y chirete son Voces matacas con las cuales se designan a las criaturas, el "osaco" es el que se encuentra entre los dos o tres años hasta que llega a los aproximadamente a los 10 y desde allí hasta la edad del "multiplico" Es también empleado en el Norte Argentino, y en Bolivia en el Uruguay les denomina “chiretes” 190 una cachetada a una compañerita y cuando le pregun-taron e motivo por el cual le había pegado a la nenita, muy suelto de cuerpo contestó "Le pegué a Romina un chirlo en la boca, porque no me quiso dar un beso

Y de qué se extraña si es igualito a mi papá. El pobrecito no tiene la culpa de haber heredado los "genes de abuelo, al que lo conozco, y lo que se hereda no se hurta.

Dijo el Chino, agregando: ya ni te acordás como la perseguías a tu primita ’la Ketty’ que cuando te veía ya se ponía a llorar . Vos eras bastante atorrantito y la hiciste sufrir mucho a tu pobre tía Emilia y no digamos nada de las hechurías que le hacias a tu prima Dorita, a la cual le espantabas los galanes, diciendo que a los novio se los eligiías vos.

Miguelito se encontraba sentado entre el Chino y yo. Como siempre estaba impecablemente vestido y peinado "a la gomina". Al verlo así record›ando cosas de la niñez y en forma casi mecánica mi diestra con un rápido movimiento lo despeinó.

¡Che acabala! siempre vas a ser el mismo indio salvaje que goza haciendo sufrir al ‘hombre blanco’ ¿Cuándo te vas a civilizar?

El "Mandinga" largó una carcajada y me interrogó: ¿Es que todavía no le perdonaste a "Muestra gratis” los retos, y "coscachos que te han pegado por culpa de molestarlo al pequeñín?.

No, no ¡Es solamente una muestra de cariño! Con Miguelito somos amigos, casi hermanos y compañeros de docencia en la Univer- sidad..

Pero vos siempre haz sido el mismo salvaje no vas á civilizarte nunca. Me dijo Miguelito, agregando “Lo que natura no da Salamanca no presta”.

Miguelito sabía que lo que pasaba se debía a los mimos recibidos y a su forma se ser, Siempre era el chico más limpito, más estudioso, hacendoso, el se mantenía impecable, era capaz de jugar a las bolillas sin ensuciarse las rodillas, cuando por razones de juego debía hacerlo, ponía 191 en el suelo el pañuelo, jugaba a la pelota, a los cabezazos sin siquiera despeinarse, era el ejemplo del barrio. A mi me tenían enfermo ya que siempre me decían aprende de Miguelito, como debe portarse un chico bien educado tanto me llenaban la cabeza que más de una vez estuve tentado de pegarle una pateadura, pero en el fondo lo apreciaba y hoy lo aprecio aún más..

Y eso es cierto, no hay cosa que a un chico le molesta más que le pongan otro como ejemplo, los celos lo carcomen y siempre resulta un remedio peor que la enfermedad. Lástima que los Sicólogos no lo enseñen así, y que nuestras madres, como resultado de lo mucho que nos quieren, se esmeran en buscarnos ejemplos.

"Viole" le contaba a Berta que tenía un nietito que estaba preparándose para hacer la Primera Comunión pero el Cura de la Parroquia le dijo que antes de la Comunión tendría que hacerle u exorcismo para sacarle el diablo de adentro de tan atorrante que era.

La oportunidad se le presentaba como para devolverle la gentileza al Chino y no podía desperdiciarla, pero antes que yo, reaccionó el ‘Mandinga’ diciendo:

Eso que el chico se porte mal en el Catecismo es también here- ditario. Al Chino, al Indio al "Usupuca”(35) y a mí el Cura Tomás de la Iglesia de la Viña nos corrió a patadas y tuvimos que recibir la Primera Comunión en San Francisco

Contá que eso lo ignoro, Dijo Berta.

Cuando estábamos preparándonos en catecismo, formábamos parte de una linda "barrita de changos" a la que no se integraba Miguelito por cuanto, como contaba el Indio, era tan serio y formal que le decíamos "e niño cacha". Nosotros subíamos por la torre a techo de la Iglesia y desde la parte de atrás, donde daba al jardín hacíamos campeonatos ó campeonato de acertar con la orinada a unos tarritos qua

192 poníamos en el suelo. No quiero palanganear, pero siempre el que ganaba era yo.

Doña Eduviges interrumpió al narrador con un ¡Ya estas mintiendo Negro Falucho! Hasta para ‘miar’ eras el "pior" de todos, al único lugar que acertadas era a la cama y cuando estabas durmiendo, y como siempre quien sacó las papas del fuego fui yo Porque cuando la Felipa me vino con la demanda ‘i tenió que ser yo. Porque donde ustedes hacían puntería no eran tarros sino los floreros de la Iglesia que luego había que lavarlos con lejía . Cuando la "pandilla” se desarmo al único que Padre Tomás le permitió hacer la Comunión al Usupuca, porque era su mejor nonaguillo.

Aceptamos la aclaración y no recuerdo el motivo por el cual la conversación tomó otro rumbo entramos a tratar cosas de la juventud de hoy. Tanto Miguelito como yo nos encontrábamos tratando con la juventud por estar ligados a la docencia universitaria, Comentamos que cada día lo alumnos estudiaban menos, que a una mala camada le seguía otra peor y así desgranábamos las virtudes de los estudiantes de hoy.

Miguelito contó que se encontraba tomando una prueba escrita a los alumnos de su materia (Química) cuando se dió cuenta que una alumna tenía escrita en la parte interna de una pierna un montón de fórmulas. No supo que hacer. Tuvo que quedarse toda la hora al lado de la chica para impedir que copiara, porque quedaría como un “Profesor depravado”que le levante las polleras o que le diga señorita por favor me muestra sus piernas.

A mi turno conté que a un alumno que había solicitado ser examinado por escrito, lo habíamos aplazado tres veces y aún ignoro si aprobó. El docente encargado de prepar el examen escrito, con solo mirarlo someramente le dijo todo esto está mal y le explicó el porque, en la segunda presentación ocurrió lo mismo, y en la tercera prácticamente entregó la hoja en blanco. Una profesora que nos acompañaba no pudo con su genio y le preguntó al alumno ya con voz más fuerte: No se dio cuenta que los tres exámenes, eran iguales, que se encontraban duplicados en papel carbónico, el alumno meneo la cabeza, primero con un gesto de contrariedad, luego se puso serio y como una explicación de su caso dijo: 193

Sólo un loco puede pensar que en los tres exámenes pregunten lo mismo. Con geto de mujer engañada y mirándolo a los ojos de dijo “Se lo preguntaremos hasta que lo aprenda”

Violeta se refirió a la conducta de los muchachos y las chicas, que concurren a los bailes a las horas que en nuestro tiempo ya terminaban para volver al amanecer, y que la disculpa era siempre la misma ¡Es más seguro volver todos juntos en un ómnibus cuando es de día, que tomar una o dos chicas un taxi, y que ella no podía dormir hasta que ella llegaba a casa.

El Chino se quejaba que primero eran los hijos los que le sacaban el automóvil por la noche, andando de farra en farra, hasta que se quedaban sin combustible, y se tenía que levantar sacar el autito de Berta para auxiliarlos

María de loe Milagros se quejaba de lo que ahora llaman “pompósamemnte” música y que son solamente ruidos de latas , gritos de locos y movimientos que quienes sufren epilepsia, y nadie sabe con quién baila, ni como son los pasos y movimientos del baile..

Berta recordó lo lindo que era bailar, siguiendo el ritmo de la orquesta o bien juntitos y charlando en susurros al compás de un bolero. Y las Academias de Bailes y los cursos que enseñaban Tango por correspondencia ¿Dónde están?

El Chino en sus apreciaciones fue subiendo de tono para incursionar en aspectos referidos al comportamiento moral de los jóvenes. En lo mejor del relato, cuando entraba ya cuestiones lindantes a las “zonas rojas”. Doña Eduviges, con una intervención, propia de una Diputada de la oposición. que solicita una “Moción d Orden”, a viva voz exclamó:

¡En mi casa! No les permito que hablen de esa manera de los que no pueden defenderse de ustedes, que eran "mucho más peores y más pecaminosos que ellos" Si no se acuerdan yo les voy a recordar algunas malicias-. Tanto vos Chino, junto con el Mandinga, el Indio, el Carluncho, el Robertito y el Usupuca. Cuando ya eran ‘chiretes grandes’ 194 se las trabajaban de buenito, y de Iglesieros, salían a la calle y pasaban delante de nosotras, la Beba, la Felipa, y yo que tomábamos unos mates en la vereda, entonando en voz baja la copla, de un cantor borracho en las Carpas Carnavaleras:

“ Cuando voy por calle voy rezongando, pa'que crean las viejas que voy rezando”.

Para pasarlas bien, con el Cura Don Tomás, concurrian a todas las procesiones que se hacían el Salta y de eso ‘te tenis’ que acordar bien Negro Falucho. Porque cuando comadre Felipa vino con el cuento te saque la verdad a ‘coscorrones’ te’i dejao el mate empedrado de chichones. Hasta que al final has ‘largao el rollo’‚”contando que ustedes no iban a las procesiones para rezar oraciones, sino para ORTEAR A LAs VIEJAS (36) de caraduras y “mal aprendidos” que eran decían que “toquetear a las jovencitas” era un ‘pecado de lujuria’, mientras que "ortear" a las viejas era hacer OBRAS DE CARIDAD._

Salvo el ‘Muestrita Gratis’ que siempre ha sido buenito, ustedes no tienen derecho de enjuiciar a los muchachos de ahora, ni perdón de Dios, porque han sido "piores" que todos los jóvenes de hoy.

Y sin decir más se levanto de su silla y se fue a la cocina buscando a Ramona, la empleada doméstica, para que le ‘arrimase’ unos mates

El Chino sintetizó en una frase el pensamiento de todos:

- Dichoso Miguelito que conserva todavía según doña Eduviges la patente de bueno y la coronita de santo siempre brillante... ¿Si supiera la viejita las boletas de infracción que te encajó la vida? ¡Otra cosa sería!

(36) Hortear. Es un regionalismo que se explica mejor con una copla carnavalera de autor anónimo, y que es usado en otras latitudes: ´Con malicia y disimulo. Te toquetean el culo’ 195

Abrazo a Miguelito y poniéndole ambas manos en los hombros le digo: Miguelito de tan bueno y fama que tienes que tienes, ya me resultas, un asco. Pero no cambies nunca porque todos estamos orgullosos de ser tus amigos

Pasamos una linda tarde pero debemos darle la razón a Doña Eduviges. No tenemos los mayores que juzgar sino ayudar a la juventud para que ellos que tienen más medios lleguen a ser mejores que nosotros.

196

Capítulo XIX

NOSTALGIAS

Caminaba por una de las calles céntrica de mi Salta ahora convertida en "Peatonal" Miro con nostalgia el lugar donde se encontraba el hogar de mis abuelos paternos donde ahora el progreso levantó un edificio que nada recuerda al viejo caserón que conocí y disfruté de niño. Una congoja me invade y el recuerdo golpea mi corazón como acusándome por ello, y para acallar ese fiscal acusador que tengo por conciencia debo pedirle perdón, y aclararle que yo había llegado muy tarde al mundo para haber podido hacer algo, pero acepté siempre los actos de mis mayores.

Existe en la lengua española un viejo refrán que reza: “a quién Dios no les da hijos, el Diablo les da sobrinos”

El refrán es doloroso, pero es una realidad palpable en toda la humanidad por los siglos de los siglos.

Es difícil imaginar la tarea de los padres cumpliendo con su obligación de educar a sus hijos, sin que paralelamente se desarrolle esa sagrada misión de los abuelos, las tías, y los hermanos y algunas almas ‘caritativas’de colaborar en la educación ejerciendo el derecho de malcriarlos y mimarlos 197

Notándose aún más el ejercicio de ese derecho por aquellas tías y tíos que habiendo permanecido en soltería, por vocación o porque así lo dispuso Dios, se distinguen como madres materiales y asumen una maternidad o paternidad espiritual..

A esta altura del escrito y de mi vida pareciera que la referencia no pega ni con cola de carpintero con el relato. Pero debo hacerlo por una necesidad interior para cumplir con ella para poner en descubierto una "felonía" y volver a suplicarle el perdón y poder así pasar mis últimos día tranquilo para luego morir en paz.

Para comenzar por el principio es necesario retroceder muchos años. Tanto como para situarnos en el término de mi adolescencia e inicios de la juventud. Lo que significa decir algo así como: “hace tiempo y a lo lejos”

La familia de mi padre se encontraba compuesta por varios miembros, el mayor Norberto, que de su matrimonio solamente aportó cinco hijas y ningún varón, Nicolaza que contribuyó con un muchachito: Germán y dos chichas dos nenas: Fanny y Ema, y mi papá que contribuyó con ocho varones y tres chicas.

Las otras tres tías quedaron en soltería: Mercedes, María y Emilia, vivían en el solar familiar construido siglos atrás por los descendientes de uno de los primeros vinieron de España a formar el tronco de la familia en tierras salteñas, el Capitán del Ejército de Burgos, Don Antonio Ubierna de Frías y Sandoval. Para todos nosotros era solamente “la casa de las tías”

Allí caían sobrinos y primos de distintas procedencias, buscando mimos. cariños e integrándonos al núcleo familiar era el lugar de encuentro de la familia

La menor de las tías: Emilia a la que cariñosamente la recuerdo y la llamo ‘tía Emi’se desempeñaba como docente: había sido maestra, Directora Fundadora de la Escuela Güemes, miembro del Consejo General de Educación y hasta casi sus últimos días Profesora de 198

Historia y Geografia en la Escuela Normal de Maestros y en el Colegio Nacional.

Eran tiempos en los cuales los docentes eran mejor considerados que en la actualidad y se los media con otros valores. Recuerdo que con su remuneración como profesora en dos estable- cimientos de enseñanza secundaria, sin tener el máximo de horas le alcanzaba para mantener la casa incluso para gozar en verano de merecidas vacaciones y para ayudarnos, malcriarnos a los sobrinos.

María fue la primera en dejar este mundo. Luego de una larga y dolorosa enfermedad le siguió Mercedes, y Emilia se quedó sola en un caserón casi de veinte habitaciones y tres patrios.

Los sobrinos y algunos sobrinos nietos, nos ocupábamos de hacerle compañía y más de una diablura.

En esos años me encontraba cursando mi Secundario en el colegio Salesiano, luego de un fugaz paso en el cuarto grado en la Escuela Normal, diariamente concurría a su casa. Donde generalmente me quedaba a dormir en la que llamábamos la "piezas” de los muchachos había otras piezas para las chicas.

Un día se encontraba mi tía ‘Emi’ corrigiendo las lecciones escritas de sus alumnos que por disposición Ministerial de esa época debían recibirse cada bimestre, las materias eran Historia y Geografía, a mí me gustaba esas materias porque, ella vivía lo que enseñaba, lo que yo no Entendía, sobre todo él ¿por qué? De los sucesos me los explicaba con lujos de detalles No recuerdo si lo hice de comedido, o de curioso, me inclino más por lo segundo, el hecho fue que me ofrecí como ayudante.

Ella aceptó el ofrecimiento con las recomendaciones del caso: preguntar las dudas y corregir los errores, con el paso del tiempo y comprobando mi desempeño me permitió que con lápiz pusiera las observaciones en hojas adjuntas para aclarar los conceptos

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Como me desempeñaba satisfactoriamente, puesto que me gustaba lo que realizaba y hasta me atrevía a efectuarle comentarios y dialogábamos sobre algunos acontecimientos históricos, con el tiempo me permitió que colocara con lápiz la calificación tentativa

Al trabajo lo hacia con gusto por cuanto ello hacía que fueran muchos más adelantado que mis compañeros de curso. Esto me servía para obtener excelentes notas en Historia, y en Geografía y hasta en redacción.

Conforme lo prometido a mi tía guardaba en secreto mi tarea. Con ese "guardar secreto” tan propio de la juventud que no pierde la ocasión de contarlo por cuanto supone que ello confiere un "aire de importancia” en el núcleo de amistades.

Pero en todas las cosas, más aún en las que se encuentran involucrados chicas y muchachos, el diablo siempre mete su cola dirien- do nuestra libertad para hacer cosas que nunca hubiérsemos imaginado.

Es una cosa propia de la naturaleza humana que cuando uno se encuentra en la enseñanza secundaria, conozca a quienes cursan en otros Establecimientos, y es natural que uno se encuentre "entreverado” con alguien del otro sexo ya sea como amiguito cariñoso, aspirante a esa con- dición, o lo que son unos pasos más avanzados: ‘festejante’, "amigovio” o declararse ya como novio.

Si bien concurría a un colegio exclusivo para varones, a donde mi tía Emi no tenia nada que ver, ello no era obstáculo par que conociera a muchas alumnas que cursaban sus estudios en la Escuela Normal, donde ella era profesora, y que entre ellas existiesen algunas que fueron compañeras en cuarto grado de escolaridad primaria.

Debe ser por cuestiones de afinidades sanguíneas. de idiosin- crasia o no sé que otra razón para mí siempre ignorada, que las mujeres por cuyas venas corrían sangre latina, entraron en mi corazón como “perro en su casa” y tuvieron la facilidad de enamorarme, y hacerme cometer más de una locura y hasta para conseguir que acompañara a una de ellas al 200

Altar de Dios, y la aceptara como esposa, en el acto más trascendental que realiza un hombre en su vida.

Entre las alumnas de mi tía, había una:, la "Terucha” (se llamaba Teresa. No era ninguna beldad pero tampoco era fea. Si debía clasificarla diría que se encontraba en un justo termino medio. No recuerdo con precisión el momento ni las circunstancias en las cuales nos conocimos y mutuamente nos "echamos el ojo" éramos nada más que amigos que querían recorrer juntos el camino que podría conducirlos a ser "algo más que amigos" Pero nunca tuvimos, ni la oportunidad, ni el valor suficiente para transitar por ese sendero.

Aún antes de ser su alumna ella sabía que yo corregía inicialmente las "lecciones escritas” que tomaba mi tía. Por habérmelo "sacado” con aquellas arteras armas que entran en la común denominación de "intuición femenina" con las cuales hacen que nosotros hagamos exactamente lo que ellas querían que hiciésemos -

Cometiendo el delito de abuso de armas en ilegítima defensa rayano en el "abuso de la confianza”, a la primera "lección escrita” que le tomó mi tía Emilia entregó la hoja en blanco luego se puso en contacto conmigo y, como Adán tentado con la manzana ofrecida por Eva caí

Le devolví la hoja en la que ella tranquilamente en su casa hizo la "lección escrita cometiendo un error como para no llamar la aten- ción.

¡Tonto de mí creí que esa sería la primera y única vez!. Así como no hay primera, sin segunda, tampoco hay segunda sin tercera ni tercera sin cuarta.

A tía Emi le llamó la atención el hecho que cuando la llamaba para tomarle lección oral "haciéndole gancho" apenas podía llega a un dos en una escala de calificaciones de hasta diez, mientras que en las pruebas escritas merecían notas que se encontraban entre el ocho y el diez.

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Como mi tía no era léela, ni lerda de ideas en lo que se refieren a los comportamientos de los jóvenes y considerando que la “sospechada” era del barrio y que la veía los domingos en Misa la Iglesia de la Candelaria de la Viña, comprendió qua había algo que no funcionaba bien, y ‘me tendió la cama (37)

Cuando recogió las lecciones escritas efectuadas en las hojas inicialadas por ella, tal era la reglamentación vigente. La "susodicha” "Terucha” entregó su prueba, la Tía comprobó que estaba en blanco le colocó una "tilde” medio rara en una esquina al dorso de la hoja.

Esa tarde al volver del Colegio, con la naturalidad de siempre mi tía me alargó las pruebas y me comunicó, como al descuido que saldría a visitar a una amiga, de esas que hablan hasta por los codos. Ni lerdo ni perezoso busqué la hoja sin repararár en la "tilde" la llamé por teléfono a "Terucha” y realizamos lo qua ya habíamos hecho otras veces.

Al día siguiente mi tía me recibió con rostro serio y pose majestuosa, mirándome a los ojos, me dijo:

- Ven, quiero mostrarte algo.

Cuando, estuve frente a ella, me alargó la hoja con la prueba escrita a la que yo había "corregido y con lápiz colocado una calificación preliminar de ocho. Un repeluzno recorrió mi cuerpo, mientras que con un tono de voz que nunca le había escuchado me decía:

- A esta hoja que marqué, la recibí sin nada escrito, ahora la encuentro en este estado y con la lección hecha corregida y evaluada ¿Espero tu explicación?

¿Qué explicación cabía?. Ninguna, solamente la verdad, con lágrimas en los ojos le conté lo que según yo era "mi verdad". Cargando las tintas en la seducción femenina y en la debilidad masculina

(37) Tender la cama. Expresión usada en el sentido de armar una celada, una trampa d armar una celada, una trampa" 202

- Al decir que ella te tentó a proceder como Adán que echándole la culpa a Dios le dijo: "la mujer que tú me diste por compa- ñera". Dentro de mí abrigaba la esperanza que hubieses sido más sincero, más hombre, que hubieses confesado que abusando de la confianza que te brindé, y seguramente persiguiendo “motivos inconfesables, pero comprensibles, te dedicaste a seducir a una inocente criatura, a una indefensa chiquilina.

Bajé la vista, sin atreverme a mirar unos ojos que "echaban fuego". El "reto” continúo más o menos así.

- Eres un caradura incapaz, de aguantarme la mirada«á. Lo que hiciste me hizo quedar mal como docente delante toda la Escuela y a ti como un delincuente que se aprovechó de mi bondad, etc., etc... Al ver que no atinaba a decir palabras, continuó diciento: lo peor es que ¡NI UNA GOTA DE RUBOR TE CUBRE EL ROSTRO!, parece que por tus venas no corre la misma sangre que por las mías

Como yo no atinaba defensa alguna, continuó:

- De esto que ocurrió deberás guardar secreto puesto que los tres: tu, ella y yo somos cómplices en un pacto de silencio, no se lo dirás ni a tu madre ni a tus hermanos, ellos no merecen sufrir el dolor que le causará el saber que tienen un hermanito que se porta como un rufián

- ¡Entendido! y así será cumplido.

También yo guardaré el secreto, esto es algo que debe quedar entre nosotros y Dios. No mirará nunca más esa muchacha, pero en marzo, ya que lo hiciste no tiene una reparación en lo académico en marzo volverás a esta casa a rendir delante de mí los exámenes que ella deberá rendir delante de mesa examinadora: Historia y Geografia con los programas que ella cursó, esa será una parte del castigo, ya veremos si consideramos como nota final la más baja o el promedio. Esa es una parte de tu castigo. Te irás de aquí y volverás lo menos posible

- Si tía, he comprendido lo sucedido, y le suplico me perdone. 203

No te perdono, porque eso sería concederte algo que no mereces, al perdón te lo debes ganar a lo largo de toda la vida, siendo un honrado ciudadano, comportándote siempre como un caballero, siendo un hombre útil a la sociedad, el perdón es un atributo que Dios concede al ser pero que debe ganarse, pero el olvidar no depende del hombre y siempre recordarás esta falta.

Ahora te vas de aquí y no quiero verte hasta que vengas a rendir los exámenes que esa criatura que seducíste deberá también rendirlos frente a la mesa examinadora

Con la mano diestra extendida, me dijo:

¡VETE !.

A las vacaciones pesar de estar eximido en casi todas las materias que cursaba las pasé estudiando a escondidas: Historia y Geografía. Una tarde de los primeros días de marzo mi tía Emi me llamó por teléfono me citó a su casa , donde durante dos largas horas rendí examen de todos los puntos de ambas asignaturas . Cuando terminé me dijo:

- Cumpliste una parte ahora te queda por cumplir durante el resto de tu vida la segunda parte, para ganarte mi perdón.

Dios quiso que yo también fuera docente. Más de una vez pasó por mi calenturienta mente. que haría yo sí un hijo o un auxiliar mío. Me hiciera una cosa así. Si fuera un hijo, por razones obvias que no requieren explicación, como consecuencia lógica de la pateadura recibida, tardarlos varios días en poder sentarse y si fuese un auxiliar, desde ese momento pasaría a ser ex-auxiliar.

Querida tía Emilia pasaron ya muchos años, me encuentro en el atardecer de mi existencia pero no puedo juzgarme a mi mismo No sé si cumplí la penitencia necesaria para merecer tu perdón. Pero ten en cuenta que puse todo mi empeño en ello.

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Esa vez querida tía le pedí el perdón, y ahora lo reiteero, porque cuando nos reunamos en el más allá, quiero poder mirarla a los ojos, confundirme en un abrazo, darle el beso de un sobrino que nunca la olvidó, que trató de cumplir el castigo impuesto y que asimiló la lección recibida

¡Gracias tía Emi por el ejemplo de vida que usted significó para mí!

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Capítulo XX

DOCENTE

Si a lo largo de nuestra vida no hemos sabido granjearnos el afecto y la estimación ajena no hay dudas, que hemos vivido equi vocadamente Aunque gocemos del poder del éxito y del dinero Siul Arco

Muchas veces me he preguntado la razón por la cual soy docente, sin encontrar la una explicación. sólida

Puede ser que ello se deba en parte a "genes hereditarios". Mi Padre fue docente, también lo fueron mis tías, mis hermanos, mis hermanas y mis hijos.

Pero aparte de ello creo que uno es docente por una necesidad imperiosa que brota desde lo profundo de nuestro ser como una vocación de servicio nacida de la capacidad de amar, y que nos invade como un "virus” que contamina todos nuestro actos.

Al poco tiempo de haber egresado tuve la suerte de integrarme a la docencia en la Escuela Superior de Ciencias Económicas, 207 que había fundado un esforzado grupo de jóvenes, que habiendo concluído sus estudios secundarios, no se conformaban con la "chatura” cultural a que la sometía la organización formal de la sociedad. Luego me incorporé como Profesor en un establecimieto Educacional de niveì secundario.

Muy poco tiempo "aguanté" en la docencia media me sentía limitado por el contenido de los programas de estudios que me impedían avanzar hacia nuevos horizontes.

Para ser comprendido trataré de referirme a lo que considero debe ser un docente y en grandes rasgos intentar dibujar el perfil del mismo, que como una meta ideal me impuse alcanzar.

Existe algo así como una condición de estado, que denote une "pertenencia" que es algo más que una situación profesional. Se me ocurre asimilarla al estado de una persona así cuando decimos: casado, soltero o viudo indicamos una forma de vida dentro de la sociedad, que ésta la denomino ‘estado civil’. Cuando decimos "docente" quiero entender que estamos señalando algo más que la actividad que nos permite "ganarnos el pan", para referirnos a un: "estado de vida, propio del ser humano”, dentro de le comunidad de la cual formamos parte.

La duda se me plantea en un comienzo y que aún existe dentro de mi ser es: ¿Fui docente por mi propia voluntad o siguiendo un llamado Divino? creo firmemente que existen las dos cosas en forma simultánea Dios nos ofreció la vocación docente como un "Talento” más de los muchos que puso a nuestra disposición y nosotros haciendo uso responsablemente de nuestra libertad hemos elegido. Pero debemos tener presente que luego se nos pedirá cuentas del uso que hicimos de esos "Talentos".

Y a nosotros que "fuimos mirados a los ojos y escuchamos cuando nuestros nombres fueron pronunciados en forma sonriente sintiéndonos convocados interiormente por la bendita vocación a la docencia, nos toca seguir de cerca la sublime tarea de brindar amor en cada acta docente tratando de formar al hombre del mañana, inculcando valores y brindando información al joven de hoy.. 208

Francisco Letizia en su libro el Problema de la Moral nos dice “ La vocación para la docencia se revela como un conjunto de predisposiciones. preferencias afectivas a ideales culturales. Esta vocación se manifieste en el amor pedagógico.

No basta con que el profesor sea estudioso, comunicativo, sereno, y prudente. Si ama, se supone que está dispuesto a realizar todos los esfuerzos necesarios para mejorar y existe una sola manera par ello, la educación

De nada sirven el gran aparato policial, ni la eficiencia de los Tribunales Examinadores. El educador verdadero es el que se dedica al perfeccionamiento de sí mismo con el fin de guiar, dirigir, y mejorar a los demás.

Su obrar no puede limitarse a una erudición formal y libresca, sino que debe actuar como fermento en la mentalidad de las nuevas generaciones para infundir mayor conciencia de los imperativos de la vida social, del compromiso con la verdad, y el afán de despertar en sus alumnos ls capacidad de amar.

Si embargo debido a determinadas circunstancias muy parti- culares, personas sin vocación se ven forzadas s ejercer la docencia por no tener otro medio de vida o por creer que ello confiere lustre y aumenta su prestigio profesional y autoridad científica y por eso l practican mal. La falta de vocación , llegado el caso les lleva a dar prioridad a su consultorio, estudio o firma comercial. Es precisamente este tipo de docente e que por indiferencia o ignorancia es fuente de conflictos en sus relaciones con alumnos y colegas.

Pio XI eîn "Divini illius Magistri” dijo "Las buenas escuelas son los frutos, no tanto de las buenas instituciones cuanto principalmente de los buenos maestros que egregiamente preparados e instruidos ... y adornados de las cualidades morales e intelectuales, arden e puro amor por los jóvenes a ellos confiados”

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El profesor debe tener conciencia que su misión no consiste en formar economistas, médicos, contadores y abogados, sino en formar hombres que conocen de medicina, ingeniería, derecho o ciencias económicas.

La tarea docente exige una capacidad y resistencia a la fatiga que no se imaginan los que no la practican. La atención permanen- temente sostenida, la preparación de clases, lecturas de revistas y textos de la propia especialidad, la publicación de artículos etc., representan un gasto de energías considerable y un sólido equilibrio psicosomático..

El docente asume una triple responsabilidad:

Con la sociedad que le confío lo mejor que posee, la juventud que le asegura un futuro mejor.

Con sus alumnos que esperan s guía y su testimonio como invalorable ayuda para realizarse como personas humanas.

Y consigo mismo, su conciencia debe ser su permanente e insobornable juez.

Muchos de los docentes no poseemos la adecuada vocación, tampoco la preparación en Pedagogía, Didáctica General, Especial y Psicologíca,.. Sucede que un Contador, un Médico, un Abogado, un Ingeniero etc. a pesar de conocer su especialidad con profundidad puede llegar a ser un pésimo docente. Para subsanar estas falencias es conveniente que los profesionales afectados a tareas docentes tomemos conciencia de ello y procuremos prepararnos mediante cursos especiales y de capacitación para la docencia.

El alumno posee una capacidad de crítica muy perspicaz y es necesario que llegue al convencimiento que su profesor se identifica con la ley que prescribe. Para el alumno el docente es un ejemplo viviente, bueno, mediocre o malo, pero un ejemplo al fin.

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El docente debe caracterizarse por las ansias permanentes de aprender, y en la relación con sus alumnos es cuando más y mejor aprende. Los alumnos con sus preguntas, con la manifestación de sus puntos de vista con su juicio y su duda obligan al buen docente a un continuo replanteo de su enseñanza. Le indican la necesidad de lograr una mayor claridad en lo que consideraba que sabía y una actualización conforme los cambios generacionales.

Por eso nos animamos a pensar que el buen docente debe permanecer con la juventud en el alma, a pesar de que su cuerpo sienta el peso de los años. Dicho en otros términos debe tratar de mantener joven su espíritu por amor a los hombres, abierto a los avances científicos, técnicos y cambios de moda y de costumbres.

Si no posee ese espíritu se encontrará siempre expuesto a lo que San Agustín considera como el principal peligro que lo llevarán al fracaso como docentes y que denominamos “tedium”(aburrimiento) cansancio y frustración por no ver los frutos de su trabajo que muchas veces nos abate y que vemos a diario, en tantos colegas docentes.

Esto suele ocurrir por cuanto no hizo carne en nosotros el mandato vocacional que es sembrar en la mente y en el corazón de los jóvenes a nosotros confiados. Nuestra obligación es esa y solamente esa: sembrar. Los frutos corresponden a la bondad de Dios.

San Agustín continúa diciendo: "la razón secreta de todo éxito pedagógico es el amor con que uno le da a sus alumnos. Solo el que ama a sus discípulos puede ejercer en ellos una benéfica influencia que perdure tal vez, por toda la vida”.

Estas afirmaciones a pesar de los siglos transcurridos conservan su valor. La autoridad de un profesor no se impone por resoluciones o medidas coercitivas, sino que es consecuencia de su superioridad intelectual, y de la ascendencia moral que ejerce sobre sus alumnos.

¿Qué debe enseñar el docente? Si el objetivo es la formación integral del hombre libre, no solamente debemos "informar” las técnicas, sino que la docencia debe asentarse en brindar‚ principios 211 sustentados en valores, de forma tal que el estudiante adquiera el raciocinio suficiente para poder enfrentar los problemas que se le presenten, con una adecuado “bagaje intelectual” que le permita diferenciar lo bueno de lo no tan bueno y lo malo, juntamente con el coraje suficiente para obrar en consecuencia con libertad responsable.

Considero responsabilidad de todo docente cualquiera sea la disciplina a su cargo el fomentar en los alumnos la vocación, la responsabilidad, el espíritu de superación y de actualización permanente.

La problemática docente actual en muchas partes del mundo, incluída nuestra República Argentina dista mucho de ser atractiva. De labios de mi colega de Facultad, el señor Profesor Dr. Froilán M. Miranda en opinión que comparto, escuché lo siguiente: "el docente universitario de hoy es un profesional, que por vocación y amor a la juventud, que es una buena forma de amar a la Patria, eligió ser pobre e incomprendido".

Esto que es comprendido e intuido por los que de una u otra forma se encuentran ligados a la función docente. No lo es por quienes "detentan” el Poder, y comprobaron que es muchos más fácil conducir una "tropilla de caballos" por medio de una "yegua madrina" que un pueblo que piensa, tiene un regular nivel intelectual y sus integrantes se consideran "personas” y no meros recursos humanos administrables y consumibles en un primer uso. Tampoco lo podrán entender jamás los dominados por la "lujuria del Poder” porque no saben diferenciar dos conceptos básicos: el ‘gobernar’ y el mandar’ que son dos cosas completamente distintas, y que hacen al comportamiento ético del hombre.

Un tema "angustiante” en la vida de los estudiantes y también de los docentes es el rendir y el recibir los exámenes de promoción.

Es indispensable el control de los resultados pero debemos tomar conciencia tanto docentes como alumnos que los exámenes no son el objetivo de la enseñanza. La enseñanza tiene por objeto preparar para la vida. Se estudia para saber, para conocer y no para aprobar un examen.

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Los exámenes son una fuente de graves peligros por las consecuencias que pueden tener un aplazo injustificado y una aprobación inmerecida.

El docente debe tener presente que detrás del alumno se encuentran no solamente horas de estudios y de vigilia, sino toda una familia qua acompaña al estudiante en su examen, que al frente se encuentra el porvenir para el cual se está formando y del papel que como docente cumple por la responsabilidad qua asumió con la comunidad que le confió la misión de ser partícipe en la formación de sus integrantes.

Es por ello que el docente debe encontrarse preparado para esa contingencia.

Desde hace muchos años el día que tengo que recibir un examen elevo a Dios la siguiente plegaria:

¡SEÑOR! Hoy recibiré los exámenes de mis alumnos. Te pido: Ilumina los intelectos y pon en sus labios tus palabras da sabiduría. Que no sean traicionados por los nervios.

Me concedas saber distinguir: Lo verdadero de lo falso o dudoso. Lo importante, de lo superfluo. Lo que nace del conocimiento y, Lo que surge de un estado de ánimo . Ordena mis conceptos para ser claro en mis interrogatorios Que vean en mi al amigo presto a tender la mano y no a un juez implacable.

Saber reconocer y aceptar argumentos que no comparta. 213

Que mi presencia en la Mesa Examinadora sea mi testimonio de Cristiano

Por eso porque me sentí comprometido con mi vocación docente, porque amo a mi Patria y quiero servirla, sirviendo a su gente, para realizarme profesionalmente y como hombre comprometido con la sociedad: elegí ser docente

Debemos además tomar conciencia que como docentes tenemos el honor de haber sido elegidos, para ejerce la profesión universitaria que hemos abrazado en un campo tan singular y tan preciado como lo es el impartir información comprometida con la verdad para que el alumno adquiera ciencia y conciencia.

Muchas veces por ser docente y frente el trato recibido por quienes ejercen el Poder, en nuestro nombre, porque los docentes también somos parte el Pueblo, me he sentido pobre, perseguido, incomprendido y desprotegido. Pero como en cada acto docente entregué lo mejor que me dio Dios: el amor siempre me sentí feliz al saberme útil a un hermano y la sociedad.

No temo el momento en que deba dar cuenta de mi vida delante del Creador; si me presento con las manos vacías será porque los "talentos recibidos” que fueron muchos” loa sembré en las almas de mis prójimos, mis alumnos. Estoy seguro que el Señor considerará mi siembra, aunque‚ no haya obtenido frutos.

Uno de los viejos amigos y "colega de título universitario" me hacía la siguiente observación “Si te hubieses dedicado de lleno al ejercicio de la profesión en el Sector Privado hoy tendría económi- camente un mejor pasar"

Esa afirmación es cierta, pero hoy me encuentro acompañado por ese ser maravilloso que Dios me dio como esposa, tengo el amor de mis hijos, nietos y amigos. El aprecio de muchos colegas y además en los corazones de los que fueron mis alumnos, existe un rincón reservado para este "viejo profesor". 214

Y todo ello tiene para mí un valor muy superior a todas las riquezas que pudo haber acumulado el Rey Salomón en la época de su mayor esplendor.

Asumí el cargo de docente. como mi puesto de Servicio a la Sociedad y trato de cumplirlo con la Esperanza que me animó siempre esa canción que entonaba en mi juventud

“Si muero en la batalla sin inclinar la frente, al llegar la aurora triunfal seré condecorado por el Supremo Jefe, con la cruz azul y acero la de los héroes de la JAC"

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I N D I C E

Carta al Lector ...... 1

Capítulo I El viaje...... 5

Capítulo II La Pensión...... 15

Capítulo III Los Compañeros,la Casa y el Reglamento ...... 23 En lo relativo al comportamiento en general...... 25 En lo que hace alas obligaciones domésticas...... 26 En lo referente a la vida social ...... 27

Capítulo IV El Vecindario...... 29 La Noveno ...... 29 La Helicóptero ...... 31 La cinco y cuarto ...... 32 La Chueca ...... 33 La Bienvenido ...... 34 La Aceituna o la Turca ...... 35 La metamorfosis del trato ...... 36

Capítulo V ¡¡Velay!!.. Una salteña...... 39

Capítulo VI La Linda ...... 49

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Capítulo VII Los primeros exámenes ...... 57

Capítulo VIII El Sarampión de los Estudiantes ...... 67

Capítulo IX Cosas dela vida diaria ...... 77 Las residencias ...... 77 Que par de b...s ...... 78 Festejos y Deportes ...... 79 Conejitos de Indias ...... 84 Aplicación del Reglamento ...... 87 El paño de lágrimas ...... 89 Los roncadores ...... 92 Un casamiento ...... 94

Capítulo X Actividades colaterales ...... 97

Capítulo XI La problemática estudiantil ...... 105

Capítulo XII De vuelta al hogar ...... 117

Capítulo XIII De nuevo en carrera ...... 125

Capítulo XIV La vida sigue igual...... 133 Plato muy especial ...... 133 El último recurso ...... 135 El voto que faltaba ...... 136 El termo verde ...... 137 217

Abaratar costos ...... 139

Capítulo XV Visitas .. y Recuerdos ...... 145 Visitas ...... 145 Un compromiso de vida ...... 146 Recuerdos ...... 148 La madre ...... 151

Capítulo XVI Los últimos exámenes ...... 155

Capítulo XVII Terminé ... ¿Y ahora? ...... 169 Los inicios ...... 169 Una primera lección ...... 172 El pasado dice presente ...... 175 El ejercicio profesional ...... 176

Capítulo XVIII Juicio a la juventud de hoy ...... 179

Capítulo XIX Nostalgias ...... 189

Capítulo XX Docente ...... 199

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