Pías * Recuerdos Taurinos De Antaño ^ Juan Jiménez, «EL ECIJANO»
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Pías * Recuerdos taurinos de antaño ^ Juan Jiménez, «EL ECIJANO» En los últimos meses del citado año embarcó Torecndo el 18 de octubre de 1898 en la Plaza para el Uruguay la cuadrilla, compuesta del per• de Guadalajara, de la citada república mejicana, sonal siguiente: Primer matador. Joaquín Sanz. sufrió una cogida al pasar de muleta un toro dd «Punteret»; segundo, Juan Jiménez, «el Ecijano»; so• país, resultando con una gravísima herida en el bresaliente de espada, José Rodríguez Davié, «Pe- vientre, herida que le tuvo unas semanas entre - pete»; banderilleros, José Jiménez, «el Panadero»» la vida y la muerte. Bernardo Hierro, Eugenio López, «el Zócar», Joa• Su fuerte naturaleza neutralizó el peligro y lo• quín Menasalvas, «el Barberillo», y Anastasio Ma• gró reponerse; pero no curar del todo, por lo cual teo y Saturnino Arrones, «el Serranito», y como los facultativos le recomendaron abandonase la picadores, «Trescalés». Fuentes, Cortada, Postigo Y prríesión del toreo, dedicándose a labores más có• «el Habanero». modas y sosegadas, en las que poder evitar todo Al morir «Punteret» a consecuencia de la co• brusco movimiento, y sobre todo, saltos v caídas, gida que sufrió el 26 de febrero de 1388, queda• que podían producir peligrosas consecuencias. ban por verificarse varias de las corridas contra• Juan Jiménez hizo caso, en principio, de los con• tadas, y para ello se modificó el orden del perso• sejos de la ciencia; pero al verse muy mejorado nal de la gente de a pie en la cuadrilla, quedan• creyóse en condiciones de soportar sin peligro el do «el Ecijano» de primera espada; «Pepete», de ajetreo de la lidia, comenzando nuevamente a segunda, y Hierro, de sobresaliente^. Triste coinci• practicar su arte, sin que ninguna novedad alte• rase su salud. dencia, los tres que figuraron como espadas en ésta organización perdieron la vida en el ejercicio Para el 5 de febrero organizó en la capital del de su arte; Estado de Durango una corrida a su beneficio, Juan Jiménez, «el Ecijano» para la que adauirió reses de la hacienda de Terminados los compromisos contraídos con la Santa Lucía, que había de estoquear, llevando Empresa de Montevideo, regresaron los diestros o como segundo espada al novillero español Cons• UEN mozo, sereno ante los toros, un poco bas• España, y antes de embarcar giraron una visita tantino Quílez, «el Enquileno». to y desgarbado en su arte, decidido al es• al cementerio donde dormía el sueño eterno el aue B toquear, serio, humilde y pundonoroso, siem• Transcurrió sin novedad la lidia de los cuatro fué su jefe, el pobre «Punteret», por cuyo descanso primeros toros, y al pasar de muleta al quinto pre a deseo de complacer a los espectadores', así en la gloria rezaron emocionados. fué en sus años de lidiador el espada de menor sufrió «el Ecijano» repentinos y fuertes dolores; Ya en su Patria, continuó Juan Jiménez su cam• cedió los trastos a su compañero, v en brazos de categoría, de quien hemos de ocuparnos en el paña de novillero durante el año citado de 1888, presente estudio biográfico. las asistencias POSÓ a la enfermería, donde los y al terminarlo hizo una jira por los ruedes meji• doctores apreciaron una gravísima peritonitis aue Juan Jiménez Ripoll, que tal era su nombre com canos, toreando con buen éxito conquistando exce• le ocasionó la muerte momentos después en Ja pleío, vio la luz en la sevillana ciudad de Ecija, lente cartel v haciéndose con buen número de en• misma enfermería. —y de ahí procede su apodo— el 24 de junio tusiastas admiradores y amigos. Juan Jiménez, «el Ecijano», fué un matador de de 1858. Su primitivo oficio fué el de vaquero Decidido a elevarse de categoría, quedó conve• en una de las ganaderías de su tierra, en la que toros de más valor v voluntad que arte. Desen• nido con la Empresa madrileña la^ fecha de su vuelto con el capote, banderillero T)ronto y eficaz, prestó servicios durante varios años, surgiendo en alternativa, que había de tener lugar en la corri• él la vocación taurina cuando tenía bien cumplí- pareaba en todo§ los terrenos, manejaba la mu• da del 22 de mayo de 1890, siendo el primer es• leta con eficacia; pe'-o todas estas labores las rea• dos los cuaj-o lustros, pasando también de cinco pada Angel Pastor, quien le cedería el estoque y al hacer su presentación como novillero en Sevilla lizaba con alguna frialdad, sin las vistosidades y muleta y el primer toro. finura características del estilo sevillano. el 25 de julio de 1885, alternando este día cofl No pudo tomar parte Angel en esta corrida, y Juan Manuel Campos Y Manuel García, «el Es• Su carácter corría parejas con el arte impresa le correspondió actuar de padrino al cordobés Ra• a su toreo; era serio, formal, buen compañero, v partero». Como se ve, la resolución de Juan Jimé• fael Guerra, «Guerrita», £ue le cedió el primer nez dídicándose a la lidia no fué nada mema- jamás se arrojó a competencias para restar aplau• toro, del ganadero Diez Torres de la Cortina. No sos a los aue con él toreaban. tura. En esta corrida sevillana estoqueó Juan Ji• logró de matador de toros la popularidad v con• ménez dos toro» de Moreno Santamaría, Y la críti• De los diestros de su tiempo que trabajaron fcn tratas obtenidas como novillero, y disminuyó nota• tierras mejicanas fué uno de los aue gozaron de ca de la localidad hizo consíar que el nuevo dies blemente el número de corridas ajustadas, oor lo tro andaba aún bastante escaso de arte, pero que mayores simpatías. que decidió continuar sus campañas allende los RECORTES tenía un valor a toda prueba, entrando a matar maies. con arrojo extraordinario, siendo muv aplaudido. Toreó en Cuba, donde hizo una meritoria v pro• El éxito de esta corrida le facilitó la actuación vechosa campaña; pasó después a Méjico, y de• en otras muchas Plazas de la región andaluza, cidido a residir en aquel país en forma definitiva, especialmente, v la Empresa madrileña le puso contrajo matrimonio con una joven mejicana, ins• en sus carteles loara el 1 de agosto del siguiente talándose en la capital. año 1886 alternase con Leandro Sánchez, «Cache• ta», en la muerte de cuatro novillos colmenareños. Trabajó bastante en aquellos ruedos, donde en Este día confirmó en Madrid «el Ecijano» su muchas ocasiones figuraba como espada y empre• cartel de lidiador valiente de que venía prece• sario; facilitó cuanto pudo la labor de los diestros dido. españoles que en el país se hallaban; ayudó a los Le correspondieron dos bichos de López Nava• que, sin contrato previo, se presentoban para to• rro, de condición bien distinta: bravo, noble Y de rear cómo y donde se terciase, y, en general, rea• poder, el uno, Y manso Y resabiado, el otro, aue lizó con sus medios e influencia beneficiosas ges• fué pareado con les banderillas d^ fu?go. El nue• tiones en obsequio a sus desvalidos paisanos. vo diestro patentizó ante la afición de la Corte que no le arredraban los toros, fuesen cualquiera la® condiciones en qus llegasen a la muerte, y tum• bó a sus enemigos de sendas estocadas, algo de• fectuosas, que se le premiaron con nutridas pal• mas. El croniista, en su resumen, escribió: «El nue• vo novillero «el Eciíano» es sereno y nos ha aus- tado, siendo aplaudido.» Eki vísía del éxito ob'enido, repitió su actuación el 8 de agosto, esta vez con desgracia, pues al entrar a matar su primero —un r^prucho foguea• do del ganadero Jo'é Antonio Sellés, de Cerce• dla— sufrió una cogida al dar una estocada con• traria, resultando con una cornada qus le atravesó un muslo; no obstante, noi pasó a la enfermería hasta que vió doblar al toro. Como en la Corte siempre gustaron los- diestros valerosos, «el Ecija• no» fué muy aplaudido, consolidando su cartel. Realizó buenas campañas los añ?s de 1886 v 1887, especialnreníe éste, en que se colocó a Ja cabeza de los novilleros, y al terminar su labor en las Plazas españolas aceptó la propuesta del matador de toros Joaquín Sanz, «Punteret», para torear como segundo espada una serie de corri• Joaquín Sanz, José Rodríguez dos en la Plaza de Montevideo. «Punteret» Davié, «Pepete» Semanario gráfico de los toros FUNDADO POR MANUEL FERNANDEZ CUESTA Dirección y Redacción: Hermosilla, 15 Teléis. 256165-64 Administración: Barquillo, 13 Director: MANUEL CASANOVA &ño IX - Modrid. 12 de junio de 1952 - N.0 416 CAUA SEMANA Los toreros y sus ^= seguidores de toros de las Ventas, a la crítica, las esperanzas concebidas lejos de en la que toreaban por la gran ciudad, que eleva o que anula definitiva• primera vez dos noville• mente? ros ya populares, naci• dos en Albacete: Moa- Por fortuna para los seguidores de los diestros tero y «Pedrés». albaceteños, el ambiente de recelo s© disipó pron• El espectáculo de su to, ya que la lidia alcqgtizó tonos de intensidad, v presencia, visible aun la expectación no quedó defraudada. Y entonces entre la gran masa aue se produjo otro hecho, después de todo, frecuente: tiene asiento v cabida qu© el público de Madrid el «gran público» se en nuestra Plaza Monu• identificó con el pequeño núcleo lejano que llegaba mental, revistió un inte• rés teñido de una suave hasta Madrid con su carga de ilusiones, y se fun• emoción. Todo un pue• dió con él en un mismo aplauso y en un mismo blo, casi nos ctreveríc- afán de que los toreros, y lo que los seguidores E siempre, los toreros mos a decir que toda de estos toreros de Albacete representaba, triunfa- famosos han llevado una región, desplazándose a la capital de Es• raa plenamente.