Hacia Una Sociología Del Arte Contemporáneo En La Ciudad De México
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD AZCAPOTZALCO PROGRAMA DE DOCTORADO EN SOCIOLOGÍA ÁREA DE CONOCIMIENTO: TEORÍA Y PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO Políticas de la mirada, políticas de la acción. Hacia una sociología del arte contemporáneo en la Ciudad de México T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTORA EN SOCIOLOGÍA PRESENTA MTRA. FABIOLA CAMACHO NAVARRETE ASESOR: DR. JOSÉ OTHÓN QUIROZ TREJO Enero 2019 1 PARA VIDA Y JESÚS FRANCISCO PARA ETHEL, OFELIA Y PAPÁ PARA SANDRA Y MAESTRO CONDE PARA OTHÓN 2 AGRADECIMIENTOS Todo proceso de escritura nos lleva a desdoblarnos dentro de nuestras propias experiencias, y al mismo tiempo, a suspendernos dentro de la complejidad del conocimiento en construcción. La historia de la sociología en sí misma nos demuestra no sólo el hecho de que se trata de alcanzar respuestas sobre los procesos derivados de la vida social, sino también el poner en perspectiva el peso de lo social y de vivir en comunidad sobre nuestros propias prácticas y saberes. Desdoblar mi conciencia sobre el impacto de vivir en una comunidad donde el arte lo es todo y a la vez poder ver sus alcances, procesos así como escenarios y soluciones de un campo del cual de alguna forma yo misma estoy inscrita, me ha incitado a caminar y recorrer de manera álgida la historia de nuestra ciudad de cara a los procesos del arte y el nacimiento de lo que todavía hoy nombramos arte contemporáneo. Pero dicho proceso jamás hubiera sido tan apasionante si lo hubiera caminado de manera solitaria. José Emilio Pacheco decía que en este país ya nadie sabe dar las gracias y mi único deseo es cambiar esa mirada. Así que sirva la presente no sólo como el inicio de un hilo que la propia Ariadna se encarga de tejer y destejer dentro de mi propio laberinto, sino como una muestra del profundo amor y lealtad que tengo con las maravillosas personas que me han acompañado y ayudado durante estos cuatro años, corrijo, durante mi vida. A mi hija Vida Alejandra Conde Camacho por haber sido una cómplice íntima desde su huella en mi cuerpo de cada uno de los momentos de este trabajo, por haberme dado el aliento y la manera de comprender de manera vital y sensible el tiempo y su finitud, por enseñarme a través de la ternura la importancia de amarse para amar. Gracias, hija, por hacerme experimentar los principios de la luz sobre la sombra, por 3 proyectar sobre mi cuerpo una luminosidad que sólo el amor real puede establecer; por enseñarme a jugar y a cantar. A mi pareja, el músico, escritor y editor Jesús Francisco Conde de Arriaga por estos años de acompañamiento, de lealtad, de paciencia y escucha infinita. Unas cuantas líneas no me servirían para visibilizar la totalidad de mi amor, mi gratitud eterna por creer en mí, por el café, los libros, las cantinas, los mezcales, las páginas corregidas, los estruendos, las risas, la intimidad de un vientre colmado, la resonancia de todas las notas expandidas en nuestra República amorosa de Coapa; por el hogar y la enseñanza del valor de saberse acompañada, amada. Eres mi canción de todas las mañanas, mi persona favorita. A ambos y a nuestras gatas, Maga y Manteca, por hacerme comprender por el camino del amor y el compromiso, la necesidad de construir mi mundo. A mi madre, mi mejor maestra, María Esthela Navarrete Picazo, por todos estos años que no ha dejado de cuidarme, por la paciencia infinita, por darme las herramientas necesarias para construir mi propio lugar, el que era adecuado para mí. No existirá momento en el que no recuerde su determinación, ternura y entereza para encarar los momentos límite sin perder el deseo. Gracias, mami, por tu deliciosa comida, tus canciones, tus caricias, el aliento y todas las cosas que siempre me nutren el alma y el cuerpo. A mi hermana-madre Ofelia María Esthela Camacho Navarrete, por todo el amor y fuerza que me ha otorgado durante estos años. No sabría qué hacer sin tu sonrisa, sin tus chistes, sin tus abrazos, gracias por ser mi cómplice y mejor amiga, por darme lo mejor de ti. A mi papá, Felipe Camacho Díaz, cuya memoria se unió al aliento de Vida para recordarme lo que vale la pena y el por qué sigo haciéndome tantas preguntas. Por tu guía, por el infinito amor que, a diez años de tu muerte, sigue tocando mi espalda en las madrugadas de trabajo. 4 A la doctora Sandra Arriaga Rico, por ayudarme y no dejarme sola ante las vicisitudes de la vida cotidiana; por querer ser mi aliada, por su compromiso y paciencia, por las cosas que me ha enseñado sobre crianza, sobre la vida, sobre la amistad. Al poeta y maestro José Francisco Conde Ortega, por adoptarme, por la confianza que me ha otorgado durante estos seis años, así como por la infinita sensibilidad que ha demostrado para ayudarme, comprenderme. Gracias por los libros —regalados y prestados—, por creer en mi escritura, en mis causas, por las críticas. A ambos, por todas las sobremesas, cigarros, cafés, tragos y risotadas que me han llenado el alma de placer y sabiduría. A mi muy querido Dr. José Othón Quiroz Trejo, por el enorme compromiso que cada día desde que lo conozco, ha establecido de manera cálida e íntima; por todas sus lecciones, por los libros y los cafés, las largas charlas sobre arte, política y nuestras pasiones, igualmente por la complicidad y el reconocimiento de mi trabajo. La pasión y compromiso que mantiene con sus alumnos y con la sociología me llevaron a seguir este camino con alegría y entrega, con el deseo de que en un futuro llegue a ser como él: un maestro sumamente querido por sus alumnas, sus colegas, sus amigos. Ojalá la presente sirva un poco como muestra de todas las enseñanzas —sociológicas y de vida— que me ha impreso durante más de diez años. A mis queridos maestros Vicente Quirarte, Bernardo Ruiz, Orlando Ortiz, Eduardo Langagne y José María Espinasa y Silvia Peláez por enseñarme a escribir, a escucharme y a leer la historia de nuestra Ciudad, de nuestra literatura; por todas sus lecciones, por creer en mí. Al licenciado Miguel Limón Rojas y a todas y cada una de las personas que forman parte de la Fundación para las Letras Mexicanas, por todo lo que me han dado; 5 estoy segura de que sin la oportunidad que me otorgaron, esta historia no podría escribirla como lo hago ahora. A mis lectores, doctor José Hernández Prado, gracias por acompañarme con su lectura, entrega y entusiasmo durante estos cuatro años; al doctor Luis E. Gómez, a la doctora Angela Giglia y al doctor Alejandro López Gallegos por su lectura, sus acertados comentarios, sus aportaciones y el compromiso que mantuvieron con mi trabajo. A todos los artistas, curadores y gente involucrada en el campo artístico quienes de diversas formas me ayudaron a comprender las condiciones del campo artístico de la Ciudad de México, así como las rutas que el arte contemporáneo establece sobre el mismo. Especialmente a Mariana Arteaga, Christian Becerra, Valeria Montoya, Víctor Muñoz, a la colectiva Prras!, Tamara Ibarra, Cuauhtémoc Medina, Daniel Montero, Mónica Mayer, Rubén Ortiz, Teatro Línea de Sombra y a la extinta asociación Alumnos 47, por ayudarme a comprender el fenómeno, por responder a mis dudas, por aumentar mi pasión. A la gente que de diversas formas me acompañaron en estos años y no perdieron la paciencia o las ganas de seguir siendo mis amigas, además de enseñarme la belleza de la vida e, incluso, en muchas ocasiones, por brindarme oportunidades de conocimiento. A Diego Álvarez Robledo, a Rodrigo García Bonillas, a Erik Alonso, Nayeli García, Diana del Ángel, Mariana Gándara, Aurelia Cortés, Marina Azahua, Ingrid Solana, Francisco Mercado Noyola, Jonathan Rojas, Miguel Ángel Flores Vilchis, Patricia Mungaray, César Tejeda, Jorge Comensal, Leonardo Teja, Ramón Castillo, Dalí Corona, Reyna Felipe, Gabriela Ortuño, Yollolxóchitl Mancillas, Monserrat Espín, Alejandra Monserrat Navarrete López, Fernanda Cabildo Conde, Guillermo Cabildo Conde, Ana Laura Conde, Mario Conde, Rosario Loperena, Irasema Fernández, Víctor 6 Santana, Astrid López, Mariana Moyers. Para todas, mi respeto, cariño y escucha. Igualmente a mis amadas familias Navarrete, Conde y Arriaga por quererme, soportarme y hacerme reír y comer entre mis amadas sobrinas y mis niños adorados. Gracias infinitas. Al Posgrado en sociología de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, particularmente al doctor Arturo Grunstein, por haber sido el mejor coordinador de dicho posgrado, a la doctora Adriana García por sus críticas y escucha, al igual que a la doctora Olga Sabido; a Lydia Morales por su ayuda, comprensión y palabras de aliento. A la revista Sociológica, particularmente a Alejandra Arriaga, a la doctora Lidia Girola y a los chicos de servicio social quienes durante el 2015 me dieron un recibimiento y ayuda que marcaron mi mirada sobre la edición de revistas científicas. A la doctora Maya Aguiluz y al CEIICH UNAM, por su ayuda, comentarios y recibimiento durante esos meses, les agradezco profundamente. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por apoyarme a través de su beca a desarrollar la presente investigación. Sin el apoyo institucional y económico, mi formación no habría sido posible. 7 TABLA DE CONTENIDO Introducción ............................................................................................................................................................. 10 1. Mirada especular: la sociología frente al objeto artístico ..................................................................... 18 1.1 Objetivos y problemas de la sociología frente al objeto artístico .............................................. 25 1.2 Recorrido teórico por las diversas miradas sociológicas de frente al objeto artístico ........ 32 1.2.1 sociología del arte y teoría marxista .............................................................................................. 43 1.2.2 Bases para una sociología del arte en México: Lucio Mendieta y Núñez y el Decimoséptimo Congreso Nacional de sociología de 1968.