Historias No Inventadas
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HISTORIAS NO INVENTADAS Zalathiel Vargas Pérez NOTAS Y REFLEXIONES SOBRE LA VIDA DE UN ARTISTA, EN UN MUNDO ALIENADO FRANZAL, EDICIONES 2015 1 A Françoise Bagot, mi compañera © Copyright, Derechos Reservados, 2014, Salatiel Vargas Pérez –Zalathiel- Indautor: Franzal, ediciones. México. 2015 2 “Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más chistosa del mundo” George Bernard Shaw HISTORIAS NO INVENTADAS NOTAS Y REFLEXIONES SOBRE LA VIDA DE UN ARTISTA, EN UN MUNDO ALIENADO Zalathiel Vargas Pérez 3 INDICE Escritos de artista pintor ………………………………………………… 5 Asonada en un rincón del paisaje urbano ……………………………….. 12 ¿Por qué?... …………………………………………………………. 23 El constructor ………………………………………………………….. 32 Las noches literarias con la musa de la bondojito ………………………... 48 La vida misma ………………………………………………………….. 60 La madre, los hijos… …………………………………………………. 76 Adelita, la hija y el borracho ……………………………………………... 89 Bougainville …………………………………………………………….. 101 Los infantes …………………………………………………………… . 120 La inspiración …………………………………………………………… 127 Las infantas, del rosa al carmín ……………………………………………138 El soñador ………………………………………………………………..152 Sobre y bajo el agua ¿quién eres tú? ……………………………………… 160 La plumilla, el chamán y los cornetes ……………………………………...172 El microbús la suma de los totales ………………………………………. 191 La mentira, el engaño, la trampa ………………………………………….. 210 Pequeños avatares, casi chismes ………………………………………… 218 El príncipe de las tinieblas y la ambulancia ……………………………… 228 El crucero y el tobogán del laberinto ……………………………………… 236 Un camino a recorrer, las tres Evas ………………………………………...246 Vida cotidiana …………………………………………………………… 257 La fauna, la flora, Marita …………………………………………………. 270 El bochito ……………………………………………………………… 286 El palacio borda …………………………………………………………. 289 4 ESCRITOS DE ARTISTA PINTOR Reunidos los amigos de siempre, una tarde lluviosa, en el café Los Pericos Locos de la plaza de los Arcos de Toluca, Varzal contaba: -En 1970, le mostré a dos de mis amigos escritores los textos que había escrito desde mi adolescencia hasta esta fecha, comentándome ellos, después de su lectura, que lo que había escrito estaba muy, pero muy mal redactado. –¡Carajo!, ¿y ahora qué hago con estos escritos? -pensó. Así, sin reflexionar, fue y tiró 370 hojas escritas a mano por los dos lados -trabajo de dieciséis años- en el lago de Chapultepec. Mientras lanzaba los trozos de papel corriendo alrededor del lago, volteaba para ver cómo los patos y los gansos los picoteaban. Los echó al agua, pensando que lavaría todo eso que su intelecto, con incapacidad para las letras, había expresado, con la tinta de una pluma fuente, en letras pequeñísimas, en varias libretas; y, así, se propuso nunca más volver a redactar con intenciones literarias. –Al escribir, lo hacía solo para los guiones de mis historietas; escribía unas frases y enseguida dibujaba dentro de la viñeta la idea del texto (simbiosis: texto-imagen); o a veces a la inversa: dibujaba y luego escribía; y así la secuencia se iba desarrollando poco a poco. En cierta ocasión Doña Teresa, en ese entonces Directora de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes, le invitó para que pintara unos cuadros para una exposición en el museo Carrillo Gil, titulada “Paráfrasis, Glosas y Citas-1983”, donde parafrasearía a los pintores que él quisiera. Durante siete meses trabajó en ese proyecto, que le pareció apasionante, participando con seis obras en la muestra en el museo. Al entregarle las pinturas, ella le pidió un texto explicando lo que había parafraseado. Él se disculpó, diciendo que no sabía escribir. 5 El día de la inauguración, el subdirector le dio el catálogo, donde se veía reproducida una de sus obras, titulada: El Hombre de la Mazorca, pintado según el óleo del hombre del bombín que tiene una manzana en la cara, del pintor Magritte: parafraseando a este artista, pintó a un hombre con la cara tapada parcialmente por una mazorca, del color del oro, en vista de que es uno de los alimentos más importantes de la dieta mexicana. Tiene un sombrero de grandes alas y copa alta; pero del sombrero solo se ve el contorno, ya que, adentro, hay nubes, nubes del estado de Morelos, de donde era el más grande de los generales de la Revolución Mexicana, aunque se le veían en el cuadro solo parte de los bigotes: el público, al ver la obra, decía: ¡Es el general Zapata! Esto me lo contó después la crítica de arte, pues había llevado a sus alumnos a ver la muestra. En el catálogo estaban los seis títulos de las obras y un texto firmado con su nombre, el cual decía: “’Siempre he cuestionado a través de lo que hago ciertos actos, acontecimientos, eventos, objetos e imágenes, que, impulsados por los mass media, amenazan convertirse en hechos o instancias heroicas. Por eso transformó una de las más eficaces imágenes surrealistas de René Magritte en un Zapata visto a través de un parapeto, el mismo que ha impedido en la etapa posrevolucionaria la auténtica Revolución Agraria”. -Está bien el texto, es más o menos lo que yo quería decir al pintar esta obra. –le dijo a la persona que le entregó el catálogo. -Pues tenía que estarlo, ya que fue la propia Doña Teresa del Vizconde quien lo escribió. Y ella escribió lo que nosotros le preguntamos a usted por teléfono, -le contestó. En el catálogo solo estaba escrito el título de Paráfrasis y no llevaba el título que Teresa les había escrito en la invitación: Paráfrasis, Glosas y Citas. ¿Es que ningún artista había enviado su texto y la crítica de arte había escrito los 22 textos que estaban firmados por los artistas? ¿Por qué ‘a güevo’, tenía que tener una glosa, una explicación, la exposición y el catálogo? Como se negaba a escribir con afanes literarios, en la historieta encontró un refugio por unos años. Este género hizo una simbiosis de sus dos placeres, dibujar y escribir; aunque para la literatura no es bueno, ya que al escribir siempre le faltan verbos, pone acentos de más, le falla la puntuación... 6 Ocurrió una vez que tenía que entregar en 10 días un texto de algún crítico de arte o de un escritor para imprimir su catálogo del Museo de Arte Moderno del Estado de México, en 1990. No sabía qué hacer; había pasado más de una semana, y al otro día tenía que tener lista la presentación y, desgraciadamente, no había encontrado a nadie, ya que era época de vacaciones. Decidió que volvería a escribir, pero no con intenciones literarias, como ya lo había decidido 20 años atrás, ya que tenía un poco de experiencia como escritor-dibujante en el comix-arte, pensando que podría realizar escritos de artista pintor: -Escribiré como yo hablo, sin ninguna composición ni estilo, con la misma libertad que tienen para expresarse los pintores inocentes, los artistas de arte primitivo, los del Arte Bruto: como los zapateros, carpinteros, herreros… A las 11 de la noche, se sentó delante de la máquina de escribir, -unos meses más tarde en su estudio tendría a Bomboncito, su computadora, la que le resolvería algunos problemas para expresarse- y, pensando incluir a un crítico de arte ficticio que llamaría Vaps, redactó el siguiente texto: CABALGANDO CON MÁQUINAS, CÓMICS Y MUJERES Reunidos los amigos de siempre en el café Los Pericos Locos de la plaza de Los Arcos de Toluca, diseñados y construidos por Tolsá, Gaudí y Gonsalhank en 1732, le decía a mi compadre muralista, ahora director del Museo: -“¡No hay tos! Claro que sí, yo conozco bien al maestro Varzal, y puedo escribir una presentación”. Oigo aún la voz de Leopoldo al decirme: -‘Pinche Vaps, si quedas mal no hay salario’. Como no lo conocía, pues nunca había oído, realmente, hablar de este artista, salí corriendo a la Biblioteca Nacional del DeFecto, en donde encontré una notas escritas por él, que dicen: ...¿Cómo comunicarse con las masas para que lo que uno produzca sea visto por ellas?. Recordaba los pueblos y caseríos de las sierras de México que había visitado siendo estudiante donde hasta en la casa más humilde había calendarios que la mayoría de las veces eran reproducciones de los cuadros de un pintor llamado Jesús Helguera. 7 Me sorprendió que estos óleos –impresos sobre papel–, eran parte de la vida familiar en todo el país. La obra de este artista era vista, sentida y admirada por el pueblo; el calendario era un medio de comunicación masiva empleado eficazmente por Helguera. Desgraciadamente, siempre se anunciaba en ellos algún producto. Con la misma necesidad de comunicarse con el pueblo, los muralistas mexicanos hicieron una gran proeza para su tiempo. Sin dejar de admirar la obra de estos grandes artistas, siento que la función de comunicación masiva del mural es nula en la actualidad. Ahora el ruido, la velocidad y la contaminación nos aíslan de estas obras murales, nos mecanizan, alienándonos, impulsándonos a seguir corriendo, ya que el tiempo se termina. Es difícil detenerse como antes a observar y gozar las pinturas que los muralistas realizaron en espacios públicos. ...Sin conocimientos de las técnicas del comic, comencé en 1970, como artista plástico, solo en este país, a ilustrar nuevas historias, sin saber que en los USA unos pocos años antes había existido ya una revolución de la historieta, el comic underground, movimiento que conocí en Francia varios años después. En 1974 llegué a París con un centenar de historias ilustradas en una carpeta bajo el brazo, las que mostré a un dramaturgo, quien, entusiasmado, me puso en contacto con historietistas que antes habían sido pintores o escultores y que hacían comic con el mismo espíritu que yo; editaban una revista titulada Zinc. Así empecé a publicar quincenalmente mis dibujos; posteriormente en la revista Actuel, y llevé a cabo uno de mis sueños, el de publicar masivamente mi obra para tocar a un público más vasto. En 1975 llevé la historieta a la tela, pintando al óleo mis propios cartones en gran formato. Aunque no son obras surrealistas, la influencia del surrealismo es importante en esta etapa y principalmente la del artista florentino Braccelli Giovan Batista (1624) al que había copiado sus dibujos de algún libro en la Biblioteca Nacional de París cuando era estudiante en ese país.