Carlos Pérez Agustí 1
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Carlos Pérez Agustí 1 Lectura y Escritura Académica I Dr. Carlos Pérez Agustí - Profesor de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. [email protected] Diseño y diagramación: Mariela Barzallo León Econ. Carlos Cordero Díaz Rector de la Universidad del Azuay Ing. Miriam Briones García Vicerrectora de la Universidad del Azuay Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso previo de la Universidad del Azuay Universidad del Azuay: Dirección Av. 24 de Mayo 7-77 y Hernán Malo. Teléfono: (593) 72881-333 Fax: (593) 72815-997 Apartado 01.01.981 www.uazuay.edu.ec Símbolos usados en el libro Lectura Ejercicio Memoria de Aprendizajes Introducción Saber la lengua y usar la lengua El término “competencia”, en general, se refiere a todas aquellas capacidades in- dividuales que son condición para el desarrollo personal y social en las distintas áreas del saber. Es decir, el vocablo “competencia” se refiere a un saber y su uso. La “competencia lingüística” constituye los saberes del código de la lengua que permiten producir y comprender los distintos mensajes en el proceso de la co- municación humana. En el caso del lenguaje verbal, la competencia lingüística implica saber escuchar, hablar, leer y escribir en una lengua. Esto, a su vez, exige el conocimiento del código gramatical. Lengua y lenguaje El lenguaje es la función o capacidad humana para adquirir, desarrollar y usar sis- temas de signos en la comunicación. Hay lenguajes verbales, constituidos por las lenguas, y lenguajes no verbales, que comprenden los demás sistemas de signos. Entendemos por lengua común o estándar el sistema de reglas que los hablantes usan. El estudio de estas reglas le corresponde a la “Gramática”. El “saber la lengua” es un conocimiento práctico y no necesariamente teórico. No obstante, los conocimientos teóricos pueden perfeccionar la práctica. Por nuestra parte dejamos claramente establecido que la explicación teórica no enseña por sí sola a hablar y a escribir. Discurso, texto y párrafo Hasta hace poco la oración era considerada como la mínima unidad del habla con sentido completo, aunque también es posible considerarla como un tipo de estruc- tura gramatical y el término “enunciado” como la emisión concreta de una oración. Lo importante es que actualmente, por los avances de la ciencia del lenguaje, en especial la pragmática, sabemos que la unidad más pequeña de comunicación no es la oración sino un “acto de habla”. Por “acto de habla” debemos entender una acción o actividad de uso del lenguaje, es decir, mínima unidad de acción en que se pone en uso la lengua. Sin embargo, en la práctica tampoco nos comunicamos con un acto de habla, sino con secuencias de actos de habla, lo cual constituye el “discurso”, definido, entonces, como una cadena de actos de habla. El discurso expresa el pensamiento en contex- tos reales de la vida familiar, laboral y científica. En este sentido, “texto” y “discurso” son conceptos muy similares. El texto es el mensaje que se construye con el discurso, la macroestructura que lo sustenta. Por lo tanto, el texto escrito se constituye en el producto fundamental del proceso de comunicación y en el medio de contacto entre el escritor y el lector. En cuanto a las unidades que lo integran, el texto puede entenderse como una se- cuencia significativa conformada por palabras, oraciones y párrafos. Estos últimos son unidades mayores de expresión del pensamiento, de ahí su especial importancia. La gramática Dijimos antes que el estudio del sistema de las reglas de la lengua le corres- ponde a la gramática. Si el lenguaje es el pensamiento, conocer la estructura de nuestro lenguaje equivale a saber cómo se han estructurado nuestras razones. Sin embargo, el contenido gramatical de este texto de enseñanza no está ela- borado para memorizar la gramática, sino para pensar en ella y con ella. La gramática enseña a exponer las ideas, pero sobre todo enseña a generarlas. La gramática nos ayuda a ordenar la realidad, el orden gramatical es el orden de nuestro pensamiento. Álex Grijelmo lo dice de otra forma: Ojalá que el respeto a esa obra colectiva –el idioma común, patrimonio histórico y cultural de todos los hispanohablantes- nos permita dejarla en herencia a las nuevas generaciones en toda su riqueza, como los árboles, como los montes, como las especies protegidas, a salvo de las depredaciones artificiales de un progreso que a veces avanza hacia atrás. “Escritura académica” Todos los niveles de nuestra formación se desarrollan en medio de textos: en la escuela, en el colegio, en la Universidad. Ejercicios, exámenes, ensayos, infor- mes, tesis exigen trabajos de escritura. Por lo tanto, el conocimiento y la aplica- ción de las posibilidades expresivas de nuestra lengua son indispensables para la formación del futuro profesional universitario. No sólo en el ámbito de educación: ciertamente, en cualquier sociedad moderna la escritura nos acompaña a lo largo de nuestras vidas. E incluso en el mundo laboral nunca nos alejamos totalmente de la escritura. Pero la realidad es que la mayoría de los jóvenes acceden a la Universidad sin una debida ejercitación de su competencia lingüística. Ante esta situación, nunca más necesario que despertar desde el inicio la conciencia en los estudiantes de que el dominio de la escritura determina en buena medida el éxito o fracaso académico. En consonancia con esta reflexión, este texto pretende ser una guía para el afianzamiento de la escritura académica y está dirigido fundamentalmente a los estudiantes universitarios de los primeros ciclos de cada carrera. Su objeti- vo es promover el interés por mejorar la competencia comunicativa y acompa- ñar al estudiante en la superación de las dificultades idiomáticas. No persigue la formación de lingüistas ni de escritores, aunque el proceso de aprendizaje también pudiera ser una ayuda en tales aspiraciones. Otra característica común a los dos niveles en que se estructura este trabajo: el texto persigue la enseñanza de la lengua en situación de comunicación. Enten- demos por “situación” la toma de posición comunicativa que adoptamos en una circunstancia determinada, seamos emisores o receptores. La situación la crea- mos al comunicarnos con los demás. Según esto, hay que dotar al alumno uni- versitario de unas competencias comunicativas que vayan más allá de la sintaxis de la oración; es decir, acercarle a los valores pragmáticos de la comunicación. Finalmente, volvamos a lo que expresamos casi al inicio sobre el lenguaje y el pensamiento, para aplicarlo a nuestro texto: está concebido como un medio de captación y construcción intelectual del mundo y, a la vez, un instrumento de comprensión global de la cultura, de la época y de la realidad en que se encuen- tra involucrado el estudiante. Diseño pedagógico y propuesta metodológica Ante todo, el texto ha sido elaborado para desarrollar el proceso de aprendizaje y está estrechamente relacionado con la evaluación. Ahora bien, es indispensable, para lograr el éxito en el manejo de las destrezas básicas del lenguaje, el trabajo de tutorías individuales y grupales. Es importante también establecer que se incluyen trabajos de transferencia de integración de la teoría con la práctica, mediante proyectos como la “Memoria de aprendizajes”, que están incluidos después de cada Bloque temático. De esta forma se impulsa el aprendizaje activo, para que el estudiante sea sujeto de sus construcciones cognitivas en relación al lenguaje. El diseño metodológico de esta obra constituye una propuesta abierta a múlti- ples posibilidades de creación pedagógica que pueden facilitar, en el contexto de la corrección idiomática, tanto el manejo de las herramientas y destrezas del lenguaje, como la interactividad educativa. Esta propuesta se sustenta en las siguientes concepciones didácticas y pedagó- gicas que presentamos a manera de sugerencias: Los procesos de lectura y escritura presiden la auténtica intención de los dos volúmenes. Ambos procesos se enriquecen mutuamente: la lectura favorece la producción de textos escritos. El desarrollo alucinante de la informática en nuestra época no afecta la importan- cia de estos planteamientos: leemos en la computadora, escribimos con el teclado, navegamos por los innumerables textos de Internet. Textos y más textos, que es lo mismo que decir: lectura y más lectu- ra, escritura y más escritura. En las dos partes de esta asignatura se privilegian los aspectos prácticos sobre los teóricos, actividades prácticas que favorecen la ejercitación de las cuestiones teóricas brevemente desarrolladas. Creemos que son ejercicios asequibles para estudiantes no espe- cializados en disciplinas relacionadas con las ciencias del lenguaje, pero absolutamente compatibles con las nuevas orientaciones en la enseñanza del idioma. No es indispensable desarrollar todas las actividades y ejercicios pro- puestos ni en el orden en que aparecen. Queda a criterio del profesor decidir cuáles deberán ser cumplidos o proponer otros diferentes. Es importante destacar que esta obra, en su totalidad, puede mane- jarse perfectamente con una metodología propia del “taller”: ejer- DISEÑO CURRICULAR DEL TEXTO cicios preferentemente trabajados en clase y organizados grupal- mente. Así el aprendizaje del lenguaje tendrá un valor añadido: el aspecto lúdico de la enseñanza. Estructura de la obra Esta especie de manual consta de dos volúmenes: “Lectura y Escritura académica, primera par- te” y “Lectura y Escritura académica, segunda parte”. Cada volumen se estructura, a su vez, en cinco unidades que recorren los aspectos esenciales de la formación idiomática a la manera de tema nuclear: lectura, el proceso de escritura, los tipos de textos, las estructuras y elementos gramaticales básicos, la argumentación, etc. Cada unidad, por su parte, está integrada por una serie de aspectos del lenguaje que funcionan al modo de ejes transversales: estrategias de escritura, destrezas léxicas, práctica ortográfica, etc. Evaluación Los ejercicios de evaluación que constan en cada uno de los bloques temáticos han sido diseñados en función de los resultados de aprendizaje propuestos.