ABRIR CAPÍTULO IV, ( PUNTO 3 ) La filiación miel0pta!
Zaragoza en J59J731, reproducido en grabado por La llustració Catalana735 y adquirido por el Estado’730.
A la de 1871 concurren dos obras sobre el tema: Don Juan dc Lanuza. en el momento de partir para el cadalso, protesta ante el gobernador de Zaragoza contra el calificativo de traidor de Ramón Elorriaga737;y La sentencia de Lanuza de Nicasio SelTel y Gomín738.
Y una 1876, Suplicio del Justicia de Aragón don Juan de tan ¡¿za de Vicente Bameto”39, también con escaso éxito, que cierra el ciclo.
3.3.3. (YLROS CUADROS Dl? TEMA NIEDIEVAL. has’ Al igual que octilTe en otros períodos históricos una pequeña representacioii de cuadros (le lii gloria de temática no espanola que, aunque nu unir:camente 110 dciii asiado representativos. Son í rite resantes cii la Iue(li(la en que niu~straii un cierto entronque con una cultura común europea, y a que todos ellos sin excepción se remiten a sucesos (le la historía (le Furopa.
Por lo que respecta a los cuadros de tema medieval la polaíizacíóii es extrema: la níavoria (le los cuadros se refieren, bien a la unagelí cíe una Edad Media cristiana, bien a Ja obra de Dante, hito central (le la percepción cultural roniántica.
~ ~ cuadro (le astt[lto medieval no español es La aparición de das ¿ángeles a Godofredo de Buillón, preseiítado por Federico de Madrazo a la Exposición (le la Academia (le 1839, al que. desde la perspectiva i(leológica que aquí [los interesa, se debe considerar un cuadro espanol con muchos matices, ya que responde a un cncargo del gobierno francés rna Ja
proyectada sala (le las cruzadas y, como tal, respoIi(lería a notivos ideológicos completalflente ajenos a los aquí analizados, Sólo como una pequeña anulación: resaltar la importancia de las Cruzadas en la ¡mtolo~ía ííac¡otial francesa, de lo que este cuadro es un ulero ejemplo. y que
‘7t RO. dc 13 de enero de 1861 La Ilustrad6 Catalana, IX, 1888, p. 101. 236 En 12.000 reales, RO. de 24 de febrero de 1865. Depositado en ci Museo de. Arte Nioderno de Barcelona por RO. de 10 de noviembre de 1866. Actualmente en la Academia de Bellas Artes de Sant ion de Barcelona. depésiro del Museo dcl Prado. 732 Catálogo... 187/. Nladnd, 18’1. 738 uí’ñ’íct,,. ‘?~ Caullogo... 1876, Madrid, 1876.
613 Capítulo JI’ alimentará toda una retddca sobre las responsabilidades históricas francesas en Oriente Medio presente incluso cii la íreíísa francesa actual.
El cuadro de Madrazo, que ya había sido expuesto anteriormente en París, tuvo, a partir de supaso por la Exposición de la Acadeníla. un ciedo éxito -fue reproducido en grabado por el Semanario Pintoresco Español’740 y adquirido por la Corona en 1 g47’?1 ~-. en un momento en que los cuadros de historia no eran todavfa muy frecuentes . Llegó incluso a ser habitual que los críticos trajesen a colació¡í su existencia para justificar el lugar de Federico de Madrazo entre los cultivadores (le la graií pitítura, la pintura de líistoria, algo (lifícil (le defetider en el caso (leí seoundo de la saga de los Madrazo, prácticamente un especialista en el, para el siglo XIX. eetiero menor del retrato:
Verdad es que ningun o de los dos [se reí ere a Federico de Nladra ¡o y a Ca los Luis de Ribera1 ha presentado cuadro histérico algi no: pero ¿quién no recuerda en los retratos expuestos por uno x otro, a los consumados autores de Godofredo y de las Alarías. del Ori?en dc los (?irones y de las admirables bóvedas del Congreso 4e los Diputados?’42.
La crítica poste¡~r será menos benévola x’ así Geferino .\raujo escribirá, de for¡íía retrospectiva en 1 896, ql te:
FI Godofredo está pi titado como lo hacían en Francia algunos romuuticos. ni los más ni los mejores43.
Años más tarde, Exposición de la Academia de 1850, (icuaro Pérez Villaaníit retomará el teína de las cruzadas con La entrada dc los cruzados cii Jerusalén: cuadro. como todos los (le este autor, de inclusión probleiíiática dentro (leí getler() líístónco ya que el hecho histórico, con figuras a escala muy ¡educida, pasa casi síempie desapercibido. Pero. en este caso, segdn opinión aparece pintado con ciertas pretensiones de cuadro histérico ~ 740 Semanario Pintoresco Español, 1839. 20, p. 153 741 Por Francisco de Asís. 742 AMADOR DE LOS RíOS, 3.. ‘Exposicién de Bellas Artes’. Rei’is¡a Peninsular, 1. 1856, p. 550. ‘?~~3 El Día, 5 de julio de 1896. Citado por PARDO CANALIS, E. ‘~ VELAZ DF MEDRANO, E “Revista de Nobles Artes. Exposición de pinturas’, Lo España. 13 de octubre de 1850 614 Lo filiación nacional Aunque no propiamente un cuadro de historia, se trata de un asunto habitual en la pintora religiosa anterior, cabria incluir aquí el Santa Isabel dando limosna a los pobres, llevado por Isidoro Lozano a la Exposición de la Academia .e 1849. Al margen de Madrazo y Villaamjl, y el pseudo-cuadío de historia (le Lozano, habrá que esperar a la segunda mitad del siglo para encontrarnos con los primeros cuadros de tema foráneo. Las referencias a una tradición común, europea y cristiana, se continúan con Santa Isabel curando a los leprosos, otra vez a medio camino entre la pinmra religiosa y la de 45: San historia, pintado por Luis de Madrazo y Kuntz etí 1859. adquirido por la Corona’? Ricardo, rey de Inglaterra. en el momento de bajar las gradas del trono, que acababa dc renunciar para dirigirse a ileira Smi/a y re/irarse a un claustro, expuesto por José Othon en la Nacional de 1862”lt’J: iras/ación dc San Francisca de Asr~ (le Nlet’cadc y 12abre~. que obtuvo un gran éxito en l~ Nacional cíe 1866 -ya previamente había recibido pritilera me(lalla en la Exposición de París ce 1866-: medalla priníera clase” Y conípra por el Estado’?43 y reproducción en grabado por El Atasco Uuíii’ú’saF49 y La Ilusiracion tic España’?5t1. representa: la Tnínsl ación (le 5? it Francisco cíe Asís en el ni omento en que el cad iver dcl Santo es irítrod u cido en la i2lesi a (le San Damián, donde Santa Clara, en unión dv las monjas se ayroxi ma al santo cuerpo Y ‘e besan las [uanos con santa devoci óti y ternura’?51 San Francisco dc Asís después de la impresión de las llagas de Julio Cebrián Mezquita, medalla (le tercera clase en la Nacional cíe 1881752 y compra por el Estado”53: y Visión de San Francisco de Asís cíe Oliver Aznar. Nacional cíe 1890’?5k que representa al sant o. ca si t eelda, reclinado sohe el duro asicuto, apoya(la la es¡,al la en la 1,ared, Ii ada un tiucon. eu postura incomoda, que casi hace aparecer doblada la figura: su ‘ostro indica que no se cuida de las molestias que pueda subir eí cuerpo: los ojos húmedos en piadoso llanto, la boca entreabierta. acusan el éxtasis que se ha enseñoreado de su alma. A la derecha, por entre los hierros crurados de una reja. y meffio envueltos en resplandores celestiales, han í cintrado varios án2eles que tanen diversos instrumentos ‘?t Figura en el Inc ulano de las pinturas dei Palacio Real de 1870 746 Catálogo 1862, Madrid. 1862. ~ Por unanimidad, RO. dc 15 de febrero de 1867. 245 Fn 4000 escudos. RO. de 3 de mayo de 186?. Actualmente en eí Museo de Arte Moderno de Barcelona, deposito de] Niuseo de] hado. ‘?t ~j Museo Universal, 1862, p. 108. 750 Lo Ilu.ctrac,ó,¡ de ¡<‘pena. 1887,1). 173. ‘?~ E dc P. Nl., ‘‘Exposición Nacional de Bellas Artes”, La ¡<¡‘oca, 2t tic enero cíe 1867. 752 Por unanimidad, [<.0. (le 14 de abril dc 1881. ‘?53 F.,í 2.500 pts., RO. dc 2 dc noviembre (le 1881. ~ ~ /890, Madrid, 1890. ~ PICON. FU. “Exposición Nacional (le Bellas Artes’, El lnq’nreiel. 6 de mayo de 1890. 615 Capítulo IV Éstos dos últimos, cuadros más de pintura religiosa que de historia. Pero el asunto estrella de los cuadros de temática medieval no española es, sin ninguna duda, Dante xT su Divina Comedia, que contaba con importantes antecedentes en la ~itxtura europea de ptimeros de siglo - entre otros. Erancesca de Rímnini y Paolo Malatesta de 1n~ , 1819; y Dante y Virgilio de Delacroix, 1821-. En España el pilmer cuadro inspirado en la obra de Dante data de 1860, en cuya Exposición Nacional pudieron verse el Semíramis en el infierno de Dante de Casado del Alisal756, adquirido por la Corona’?57; y El conde Ugolino castigando al Arzobispo Roger de Gimeno y Canencía, mención (le medalla de primera clase’?58. A partir de aquí los cuadros en torno al escritor florentino se suceden: El ¡>ante cíe Suñol, Nacional de 1864’?~~, adquirido por el Estado ese mismo año para el Niuseo de Arte Moderno: Fado y Francesca de Rímini de Erancjsco de Paula Dfaz Carreño, medalla de tercera clase en la Nacional de 1866760 y compra por el Fstado’?6l: Dante de Dióscoro (le la Pitebla, misma Nacional’?62: Paolo y Francesca de Antonio Crisbert Pérez, Nacional cíe 1871 ~< Lasciate ogni speranza. ¡Oh voy cl, ‘entrate! de Joaquín Espalter y Rulí, Nacional (le 1876: Infierno de Dante cíe Cecilio Pía ~‘ Gallardo, medalla de tercera clase en la Naciotial (le 1884’?64, compra por el Estado’765 y repro(lucción en gíabado por La 1/ns fl’anm¡ Jbé,icJ<<~: El Infierno —ni qué decir tietie qtte el 1nfjerno~ con mastíscul as sólo puede ser el de Dante- cíe Joaquín Araujo Ruano, medalla (le segunda clase en la Nacional (le 18876: El anciano de Santa Zita, Magistrado de Luca de Cándido I)uráti cíe Cottes. Naciotnl de 1890”ñ8: y El Aqueronte (Infierno de Dante) de Félix Resttrreccion 1-lidal go. ‘~ Catáloga.. /862, Madrid, 1862. ~ Figura en el In”e;¡rat’io de las pinturas del Palacio Real de 1870 758 RO. de 2 de diciembre de 1860. ~ Caifliogo... 1864, Madrid, 1864. 760 R. O. de 15 de febrero (le 1867. 761 En 1.000 escudos, R.O de 3 de mayo dc 1867. Depositado en cl Musco Santa Cruz de Tenerife, donde actualmente se encuentra, por R.CY de 29 de noviembre cíe 1900. 762 Cn¡áfogo...1866, Madrid. 186’?, 763 Catálo”o 187 Ampliación.... del1,jurado,Madrid,por1871.it.nauimidad. RO. d.e 22 de junio de 1887, 765 En 2.000 pts , RO. de 19 dc junio dc 1884 Depositado cii ci Instibito de Ciudad Real por RO de 20 de octubre de 1884. Acínalmente en el Museo de Ciudad Real, deposito del Museo del Piado 66 ~ líustt’acwn ¡brin ca., 1884, p. 669. 76” Por miammidad. RO. de 22 de jumo de 1882. “68 Catálogo 1890, Nlddrid, 1890 616 fa filiación nacional condecoración en la Exposición Internacional de 1892769 y reproducción en grabado por La Ilustración Española y A,nericana’?7Q También rejacionado con la cultura medieval italiana, aunque no con Dante, Giotto y Cimabue de Vicente Sabaterv Puchades, Nacional de 1865771. Y. por último, tambien referido a Italia, aunque en este caso no a su cultura, Cola de Rienzi, El último de los tribunos de Roma de Luis Romea Avendaño, un cuadro de temática extraña -la figura de Nicolas Gabrino de Rienzi, el fogoso orador romano que se sublevó eti el siglo XIV contra la tiranía ejercida porlos nobles en la ciudad pontificia, resultaba completamente ajena al publico espanol—. relacionado, sin duda, no tanto con el personaje histórico, como con la novela cíe igual título de Bulw’er Lytton y la opera sobre el mismo tenía de Wagner. El cuadro. cxpuuso‘‘‘t en la N’’’lactona (le 1 SS7”’” flavo un relativo éxito: muncion poí ampliación del jurado’?’?3 y reproducción en grabado por La IlusP’ación. Revista Hispano- Aníc,’wana’?’1. La historia de Portugal propo’cíola a la l)it~ira (le lii stona medieval argumento para un pequetio número de cuadros que resulta difícil (le distinguir (le los de temática estrictamente española. Esto es especialmente claro en el caso de Inés cte Castro. “española”, aunque reina de Portugal, cuya truculenta historia, etí las que las concomitancias estéticas e ideológicas cotila de Juana la Loca son obvias, será llevada a la piuttua de historia en dos ocasiones. El asunto había atraído, como n~ podía ser menos, la atención de arlis:as y literatos desde muy pronto. Camoens le había dedicado va unas estrofas en Os Lusiada,v, en el siglo X\’II Vélez de Guevara se había inspirado en él í~ím su dt’ama Ruinen- después do ,norñ””5.. Va etí el si 4o XIX, la cultura romantica le va a dedica,’ hasta tilia opera. Inés de Castro, estretíada por Persíaní en Níadrid crí 1837. En pintura su aparición será más tardía, 1867, y no con demasiado éxito eti este primer momento: Reinar después de morir, o coronación de doña Inés de Castro, c-tpuesto por Alejandro Grau en la Nacional de 1867’?’?6 pasó completamente des~~~percibido. e9 R O, dc 2 dc diciembre dc 1892. ~ Lo línstración Española y Americana, 1, 1892, p. 92. “~ Catálogo... 1866, Madrid, 186’?. Catáloga..1887, Madrid, 188’?. E. O. de 22 de jumo de 188’? Lo Ilustración, Revista l-Iispa.t¡oAmenicat¡a, 1882, p. 601. ~Drama que todavía seguía representándose en los teatros dc Madrid a finales dcl siglo XV[Ii. <‘Catálogo... 1866, Madrid, 1867. 617 Capítulo JI’ Hay que esperar hasta la Nacional de 1887 para encontrarnos con el gran cuadro sobre el tema, Reinar después de morir. Doña Inés de Castro de Salvador Martínez Cubelís, cuyo éxito lite espectacular -medalla de primera clase’?’?7, compra para el Museo Nacional778 y reproducción en grabado por La ilustración Art/silca’?’?9, La ilustración. Revista Hispano- Americana780 y Blanco y Negro’?81-. lienzo que consiguió, posiblemente gracias a su truculencia -representaba a los monarcas sentados en el trono, ella con sus despojos apenas cubiertos por un velo, con la corte rindiendo pleitesía al cadáver-. convertirse en la imagen real del hecho histórico. El mismo carácter español se le puede atribuir a la historia de Leotuor Téllez, muerta en prisión. encen-adía p<~~ su yerno ¿Juan 1 (le Castilla. y que inspirará dos cuadílos cíe historia, obra los dos de Manuel Ángel: Doña Leonor Tellez, reina de Portugal, prisionera cii el con rento de Tordesillas. Nacional de 1881782, y Daño Leonor Téllez Nacional de 1884783. 3.4. LOS REYES CATóLICOS. El periodo histórico definido p~’ la presencia cíe estos monarcas en el trono espanol ocupa un lttgaz’ central en esta genealogía imaginaria de la nación. El ser tíaciotial. que se había foijaclo a lo largo La unión dinástica cíe las coronas de Aragón y Castilla, junto con la posterior conquista de (irajuada y la anexión (le Navarra, cerraba el largo paréntesis iniciado con el fin de la monarquía visigótica y hacía retornar la historia a su cauce natural. Por si esto fttese poco. la recién recobrada unidad —y’ hay que hacer hincapié en el hecho de w~ siempre se habla de la utnidad nactonal como algo perdido que se vuelve a recuperar- cnt también el pít¡~t~ ‘~‘?‘~ Por mayoría, faltaron dos votos para la unanimidad. RO. de 22 dejnnio de 1881 728 En 8.000 pts., RO. de 9 de julio de 188’?. Depositado en la Universidad de Valladolid por RO. 23 de diciembre dc 1933. fue dest.i’ui do durante la (Suena Civil. Lo Ilustración ArtÑica, 188’?, p. 3o5. 781 Blanco y Negro, IV, 1894. p. 332 (fotografía). 782 Catálogo... 1881 .Madiid, 1881. 783 Catálogo... /884. Mad,id, 1884. 618 La filiación nacional esos momentos de esplendor que, en la mitología romántica, definían el espíritu de tina raza784 y (le 1111 pueblo. Los Reyes Católicos marcaban el inicio de l~ hegemonía de España y lo español en Etiropa y Amenca. Los Reyes Católicos representan en el irna~nario decimonónico las tres claves en torno a las cuales se articula la identidad nacional española: la unidad territorial de la península -aunque no consiguen incorporar a Portugal echan las bases para la postenor anexion por Felipe II-, el cnst¡amsmoy la expansión impe al. ~.?nbuen resumen de lo que la monarquía de los Reyes Católicos significó para el siglo NIN lo tenemos en lo escrito porPi y Nlaí’gaIl en su Jlisíoria de la Pintura Española: El siglo N\’ ha sido, para toda Furopa. lula (le las más grandes pocas. Para nuestra Fspa ña lía siclo el térin i no de una lucha (le siete siglos: la ni nerte de una aristociuci a trtrbtt lenta: t’l principio de una era de conquistas: el desarrollo de mx sentimiento de nacionalidad casi desconocido: la infancia de nuestra literatura dramática: la transición de nuestro idioma a si periodo de virilidad: el verdadero arraugne de la ciencia y la poesía: el tiempo de la onginalidad: e. apogeo de nuestra mayor fortuna y sohda omandeza. En el fue cuando pasamos del estado de aislamiento al estado tic sociedad, del t~tíd tísmo a la monarquía. del caos: a la orgattizacioti. cíe la cl scítridad a la luz, (le la rittiei’te a la di en el fue cuaudc dimos expansión a nuestras facultades: e:í el fue cuando cruzarnos los tu ares y descubrimos níl mundo, nos pírimos’ en comunteacion con Europa y preparamos los ejércitos que h bí in de humillar a Francia y conquistar Italia. dimos libre vuelo a la imaninación y abrimos d la lítuatura caminos eu que habían de seguimos más tarde las demás naciones. No hay para nosotros mi siglo más brillante en la historia: etupezó con años de dcsventrua. pero acabó con días esplendorosos x’ ln~ lía lites (... 1. Doúa Isal) el . va casa Prtíeba de qíte esta imagen de la monarquía de los Reyes Católicos era ampliamente compartidas por las clases cultivadas del país la tenemos en uíia crítica aparecida en el periódico La Época, porlo anto con un carácter más popular que el libro de Pi y Margall, uno pocos años más tarde, con motivo de la exposición de El testatnento de Isabel la Católica de Rosales, crítica en la que se usan prácticamente los mismo lénninos pararefetirse a este periodo histórico: 784 El liso del término raza corito sínomnio de nación y de pueblo es constante en el si 5lo XIX, lo mismo que la creencia en una interpretación racial de la historia. 785 p~ y NIARGALL, F., Historia de la Pintura en España. Madrid, o. cuí .pp 69-70 619 Canítido JI” Este artista, Sr U. Eduardo Rosales, que ha expuesto tres obras, ha tenido la feliz inspiración de bitscar para asunto de la principal y verdaderamente itnportante. mio de la más memorable ¿poca de míesira historia nacional: los últimos días de Isabel la Católica y el acto de su testamento. En el amor profundo que profeso a las grandezas de la historia patria. la época de los Reves Católicos, aquella época en que la nación se constituye y forma, se civiliza e instruye, se extiende y prospera, aquella ¿poca en que se crea y acumula el caudaloso tesoro dc genio y de valor, dc políticos y de soldados, de sangre y de riqueza que luego han de gastar sin freno los monarcas austríacos, saciándose de fama y de gloria en breve tiempo para precipitarse con su pueblo en una 86: vergonzosa postración y [luna, aquella época se lleva lo más vivO y ardiente de mi afecto’? nótese de paso la explícita oposición entre la época de los Reyes Católicos: d esplendor, vía de los Austrias: la núna y la decadencia. Etí la pinutra de lustona. la importancia otorgada a este l)enodlO queda claramneiite (le manifiesto en el hecho de que nos da el rn(lice cíe colTelacl<)tl mas alto de todos los considemdos (véase cuadro u0 1). A esto hay que añadir el hecho (le que tanto Isabel la Católica como Fernando el Católico figuran el el techo del hemiciclo de las Cortes -él como autor cíe las Lees de 7’oo, y ella en gesto de instar al aragonés ~xque incluya dentro de estas el Ordenúnrie;ítn de Alcala- 5.’ de que el Parnaso de los grandes hombres de España de Juan Antonio de Ri l)era mcl uye a dos personajes de esta época -Cisneros y el Gran Capitán- enti’e las cuatro figutas que rodean la alegoría cíe España. 1-lay, por lo que se refiere a la iconografía de los Reves Católicos, algunos aspectos de tipo general interesantes. Especialmetíte el hecho cíe que las rcpreseíitacmones de Isabel sean bastante más numerosas que las cíe Fernando (véase cuadro n0 12), a pesar cíe la interpretación oficial de su reinado como una sola corona. el célebre “tanto monta’ cíe la heráldica de la época. En esta líredlilección por la figura cíe la reina debió cíe inflitir. (lurante el periodo isabelino, la homonimia entre ambas soberanas y el que ambas fuesen las dos unicas mujeres reinas cíe la historia cíe la íiación. Como escribe Cnízada \1iHaamil. comentando la Exposición cJe 1864: lauto moler los huesos a tina sola Reina en cuadros y en coruedias, ¿orne en píe pensar: pero citando recordé que es hoy tina Isabel la sucesora (leí trono de la otra. - (~ie protege las artes Como y no hay ejemplo. mc expliqué el caso: y vi bien claro que, como hoy no encargan nada aquellos reverendos, a quien nosotros servíamos, los artistas ofrecen a la actual soberana la vida de su antepasada en forma de metuorial pintado’8. La asociaciótí entre ambas soberanas fue un lugar común durante todo e) período isabelino. Ya en la Exposición de la Acacleniia de 1838 pudo verse un cuadro cíe Vicente López titulado Isabel ¡ guiando al templo de la gloria a sri nieta Isabel II. Identificación 786 GARCíA .J.,’La Exposición de Bellas Armes. Carías fatuiliares a un ausente’, La Eí~oca. 23 dc diciembre de 1864. 8 CRí ZADA VII,l .A AMII ., O.. trízica ¿/e la. b’postc¡6~t Nac¿o,raí de Bellas Artes de /864 que lince ‘1 difunto pintor Orbaneja. o. cít. 620 La iliación nacional que culminaría con la publicación en París. en 1858, de mí libro titulado Paralelo entre las reinas católicas doña Isabel 1v doña isabel IL en el que la vida de la una aparece como el reflejo de la de la otra: nombre, acceso al trono oscuro pero legítimo, matrimonio con un primo español incluyendo asocíacioties tan peregrinas como el Descubrimiento de América y la constíucción del ferrocarril -por lo que ambos tienen de descubrimiento de nuevas tierras’?88-. Estos paralelismos llegan, en lo que se refiere a la pintura de historia, a que dos cuadros sobre ambas reinas -I,>oña Isabel la Católica visitando en Loja a los heridos y enfermos de Valídeperas, 1860. el de Isabel 1, y Visitc’ de Isabel II al Hospital de la Caridad de José Roldán,1862, el de IsabelU-repitan práctisainente el msmo esquema, el uno como calco del otro. OculTe, sin embargo, que esta predlllección se mantiene más allá de la época isabelina, por lo que cabe suponer que debieron de influir otros factores, entre ellos, el sesgo castellanista (le la construcción nacional al qtte se ha hecho referencia en otras ocasiones. Total Adquin Prejuja Medalla Nicílalla Níedalla Reprod. dos dos prisn ~ra segtlndla tercein en Estado clase clase clase graba(lo Total siglo II 13 II It. 6 4 15 18081833 8 1834• 1854 25 30 25 1855 186’? 14 20 16 2 16 8 26 1868 1874 5 4 ]3 0 20 100 15 l8’?5•~ 895 8 4 14 0 o II (‘í,adio u” ti Cuadros sobre la época de los Reyes Católicos Las citas indican eí % sobre et total (le cuadros de pinuua de historia en cada apartado y petiodo cronológico. Por lo que se refiere a su evolución temporal. el momento de máximo auge corresponde al periodo isabelino, especialmente durante la primera déca:la, cuando esta preferencia por los monarcas catolicos en genemí e Isabel en particular convicíle a aquella monarquía en el punto de referencia histórico central para los españoles. Preferencia a la que no debió de ser a¡ena, como va se ha dicho anteriormente, la homonimia cíe la reina CaÉólica y la reinante en ese momento. Prueba de esto último sería la mayoritaria presencia de ct.adros sobre Isabel la Católica en la década de 1834-1854, cuando la pintura de historia depence todavía, de manera cast exclusiva. 788 GUELI , Y RENTE.J., Paralelo entre fas reinas caíótieas doña Isabel y doña Isabel II, París, 1855’. 621 Capítulo JI! de los encargos de la Corona, y ésta se encuentra inmersa en una dura lucha por la afinnación de la legitimidad dinástica de la nueva heredera, lucha en la que el parnlelismos establecido entre las dos Isabeles, especialmente sus dificultades de acceso al trono y. se esperaba. su glorioso reinado, es utilizada como amn propagandística contra los que se oponen a la eíflrornzacíon como reina de España de la hija de Fernatdo VII. En los demás periodos la presencia de esta época es mucho menos marcada, con un claro descenso, tanto en el porcentaje de obras presentadas, como en los de premiadas y adquiridas por el Estado. Descenso especialmente marcado dm-ante el sexenio revolucionano, en el que el rechazo de este periodo histórico, a juzgar por los datos, íarece bastante claro Aunque lo que resulta más llamativo es el ínantenííníetito (le este tono bajo durante la Restauración. teniendo en cuenta el carácter moderado \ conservador del penodo. La presencia La Guerra cíe Granada, símbolo cíe la unidad nacional, y’ el descubrimiento cíe Amén ca. símbolo del destino itupermal cíe la nacion . son los dos episodios más repetidos cíe tocía la pintua cíe historia espanola, convertidos así en santo 5’ seña cíe la identidad tmacional. Como escnbe el pintor José Galofre en 1857, puliendo utí mejor lugar para sit cuadro Isabel la Católica firmando las capitulaciones de Santa Fe a la sazón en el Palacio Real.: Representa los ulos hechos mas’ qrati~íes dIc nuestra líistotia, o sea, la Rendicion de Granada y la inníedi ata marcha de Colón en bu sca de un iii] e~O contin ente. Bien ‘ucrece el asunto que es te siempre a la vista, y los restos de los Reyes Católicos que están en Granada, asÍ corno los de Colón que están en Valladolid. en su mudo silencio agradecerán a V, Nl. este recuerdo9<> El descubrimiento de América es, junto con la Guerra de Granada. el gran episodio que identifica el reinado cíe los Reyes Católicos, suponiendo entre ambos más cíe] 50½de los cuadros sobre este penodIo (ver cuadro n0 12). La identificación cíe la nación española como una nación imperial, cuya gran gesta habría siclo el (lescubritniento y postetior conquista cíe 789 Bien porque no se incluyan eu. alguno de los grupos de. si.Quificado prefijados. bien porque lo que dcstaque sea justaníente el que representen hechos de este periodo. ‘~‘ Citado por REYERO, C Imagen historíca de España (1850-1900V Madrid. [987, p. 253 622 La f¡l¡ac¡opí nacional América, explica esta predilección, que convierte los hechos colombinos en obra de la nación española y que tanta retórica ha seguido alimentando hasta nuestros días. La presencia de Ja gesta colombina cii los diferentes n:.eclios de comunicación y eApresión artística es continua -revistas’?9t, óperas’?92, libros de historia’?93, obras literarias’?94 - lo mismo ocítrnra en la pintura, donde los cuadros sobre la aventura de Colón, al margen de la inclusión de la figura del descubridor entre los que rodean el trono de Isabel II en el techo del Salón de Sesiones del Palacio del Congreso, se stíceden ura y ob-a vez. Los primeros cuadros de tema colombino son anteriores al nacimiento de las Expesiciones Nacionales de pintura: Los Reyes Católicos recibiendo a Colón a su vuelta del Nuevo Mundo de Valentín Cardereta, Exposición de la Academia de 1835: Cristóbal Colón pidiendo para su hijo en el convento de La Rábida de Esqttivel y Suárez. Exposición 791 “Descubrimiento de América”, Semanario Pintoresco Español. 54. 1837: “Descub,in,iento dcl Nuevo Mundo”, Semanario Pin¡o,’esco Español. 1. 184$. incluye un grabado del desembarco de Colón: ARIAS DF MIRANDA JI.. ‘Sotirea q~b¿~ se debe el descubrimiento dcl nuevo continente”, Revista de España. tomo XXIII. 1871: ‘‘Cristóbal Colóu en la Líniversidad de Salamailca’’, Semanajio Pintoresco Español. 20, 1844, pp. 153 154. iu cluy e un grabado di el cii adro (le Colín presenta (lo a la exí os i ción de Paris (le 1 843: AMPILí.~(} N. , ‘‘(1491) La iltim a noche de dici eml)re. Colón”. El Museo Universal, XIII, 1869.1)1). 70 y 79: MARTíNEZ DE VElASCO, E, “Homenaje a Colón’, Lo Ilr’stración Es¡.’añola y Americana 1, 1869, p. 21: FERNANDEZ ULtRa, C., “Aniversario de la salida de Colón del puerto de Palos, en busca de las Indias”. La ilustración Española y Americano, II, 1880. p. 53: “Biografía. Cristóbal Colón”. El Patiorama, 1. 1839. pp. 161-165: “Cristóbal Colón”, La Semana. 1857. pp. RS-lOt FERRER DE CaUTO, 3., “Colón y Alonso Sánchez. Cuestiones criticas sobre el desctíbrimi tnto del hemisferio occidental, y de la adinini straci óu español a en sus provincias del Nne~ o N tundo”, La A rnórica. (“róni ca hispano-amen Cano, Madrid, 13, 1851 p. 8: 792 El Cris tú/oro Colón de Carnicer es de 1831. ~ CAMPE, JAl., Historia del descubrimiento y conquista de América, Madrid, 184$. ‘?~ PLISALGAS GUERRIS, 1., El sacerdote blanco o la Jritnilia dc uno de los últimos caciques de Cuba., Barcelona, 1839; COOPER, 3.17, C’,’istóbal Colón, Madrid. 1852: ORELLANA, EJ., Cristóbal Colón, Barcelona. 1858: CAMPOANIOR, R. de. (‘olón. Valencia, 1853: NOMBELA Y TABARES. 3., (ir.istóhal Colón, Madrid, 1867:.... ~ Actualmente en el Cuartel del Ejército del Aire de Madrid. 796 Actualmente ene] Palacio Real dc Madrid. ~‘? Actualmente en el Palacio Real de Madrid. 798 RO de 15 de marzo de 1853. 623 Capítulo IV no es suficiente para pagar los gastos, está dispuesta a vender sus joyas. pintado por Francisco de Níendoza hacia í8S5’?~~. Con la creación de las Exposiciones Nacionales de pintura la presencia del Descubrimiento se hace todavía mayor, siendo rara la Nacional que no contó con su correspondiente de Colón. En la de 1856 pudieron verse La flotilla de Cristóbal Colón descubre el Nuevo Mundo de Antonio ]3rugada800, adquirido por la Corona801 y reproducido en grabado por La Ilustración Española 5’ Americana802; y Cristóbal Colón en cl Convento de lo Rábida de Eduardo Cano cíe la Peña, éste, que tuvo un gran exíto - medalla de primera clase803, compra para el Museo de Arte Moderno804 y reproducción en gi’abado por Las Bellas Artes805 y La Ilusa-ación Artíqica806~, íeptesenta a Colón conferencia— ‘ lid1 O con cl padre Marchen a y— algituos pilotos (leí puerto (le Pal os, sobre el convencimiento que tiene qíte el can] mo tuás corto para ir a la lndlia está hacia la parte de Occidente qtie seña?a con la mano80 En la de 1858. Colón recibido por los Reyes Católicos en Rareelona de Francisco García Ibáñez, mención de medalla de pi ¡nera clase808 y compra íor el listado809: y Colón pidiendo hospitalidad en cl Convento de la Rábida de Benito Mercadé y Fábregas, mención de medalla de segunda clase810 y compra por el Estado81 1 En la de 1862, Colón conducido a España con grillos y esposas de Jover Casanova812, reproducido en grabado por La II,,sn-ación IbÑ’ica813: y Primer desembarco de Colón en América de Dióscoí’o Teófilo cíe la Puebla Tolín. medalla cíe primera clase811. ~ Actualmente eu el Palacio Real de Madrid. 800 (‘atóloga.. i&i6, Madrid, ¡856. ~ Actualmente etx el Palacio Real de Madrid. 802 Lo ilustración Española y Americana, II, 1891, pp. 285. ~ RO. 7 de agostos 1856. 804 RO. dc 7 de agosto de 1856. 20.000 reales. Pasó al Palacio del Senado de Madrid, donde actualmente se encuentra, por RO. de 8 de enero dc 1881. 805 Las Bellas Anes, I,1858-1859. entrega II. 806 Lv ilustración Artística. 1892. p. 637. ~ EL DÓMINE LUCAS, “Exposición General de Bellas Artes”. Lo Época, 29 de mayo dc 1856. 808 RO. de 18 de noviembre de íSSS. 809 Fn 6.000 reales, RO. de 4 de febrero dc 1859. Actualmente en el Museo del Ejército de Madrid. 810 RO. de 18 de noviembre de 1858. 811 En 4.000 reales, RO. de 10 dc febrero de 1859. Depositado en el Museo de Bellas Aties de (letona, actual Musen d’Art, por RO de 21 de septiembre de 1876. 812 Católoga..i862. Madrid. 1862. 813 La Ilustración ibérica, >0 1892. It 639 814 RO de 29 de noviembre de 1862. 624 La ttliarwu nacional compra por el Estado81 5 y reproducción en grabado por La llust¡-ación ibérica816 y Blanco y Negro817, representa el momento en que Colón toma posesión, en nombre de la Corona de Castilla. cíe las tierras recién descubiertas: Es la hora primera de la mañana y la luz del claro Oriente de los trópicos alinubra la escena. Colón ha desembarcado en una tierra cubierta de espléndida y robusta vegetación, tal como apareció al rayar ci alba a los tripulantes dc la Pinta: eí primer movimiento En Ja de 1 866. Colón pidiendo hospitalidad en ti con rento de La Rábida de José Diaz y Palma82’?. En la 815 RO. dc 14 de enero de 1863 en 30.000 reales pala el Museo de Arte Moderno: paso Ultramar por RO. de 7 de julio 1880 Depositado en la Real Academia Gallega por RO. al N’linisterio dc 1921. Actualmente en el Ayuntamiento dc La Coruña. de 13 de abril de 816 La Ilustración Ibérica. X. 1892, pp. 648-649. 81 Blanco r Negro. 11, 1892, p. 650. 818 GÁRCIA,.í.. “Cuentos de la Villa. Exposición de Bellas Artes”, La Época, 5 denovieinbre dc 1862. 819 Catálogo... 1864, Madrid, 1864. 820 RE.. de 13 de enero de 1865. 821 Catálogo... 1864. Actualmente en la lilnivcrsidad de Barcelona. 822 p 0, uuammjdad, RO. de 13 de enero de 1865 Premiado dentro del grupo de género histórico. 823 R.O de 22 de febreío de 1865. Depositado en la Universidad de Barcelona. dotíde sigue actualmente, por RO. de 1 de mayo de 1886. 824 La Ilustración Ibón ca, X. 1892, p. 679. 825 Lo flusrracióu Artística, 1892, p. 647. 826 Blanco y iVaqro. 11, 1892, p. 653. 827 Catálogo... ¡866, Madrid, ¡867 828 Cata’loga.. /876. Madrid. 18% 625 Capítulo Jl~” En la de 1878, el mismo Felipe Masó expone Colón cii La Rábida829, reproducido en grabado, en dos ocastones, por La ilustración España/ti y Americana830; y Antonio Muñoz Degrain recibe la Cruz de Carlos III con Isabel la Católica cede sus joyas para la empresa de Colón&~l. basado en la Historia Gencí-al de España de Zamora y Caballero, que será reproducido en grabado por La ilustración Española y Americana832, La ilusíración Artística833 y Blanco y Negro83t. En la de 1881, con gran éxito -medalla de priinei-a clase835, compra por el Estado836 y reproducción en grabado por La Hormiga de Oro83> Reposición de Colón de Fíancisco Jover Casanova. <íue i’eprodttce en sus menores detalles un pálTafo tic la llistozia de Fernando e isabel (le Prescott, cuyo texto acompana a los (latos sobre el etíadro en cl Catálogo dc la exposiciotí: Colón. cotl estas se ourt(la(les de la disposición favorable hacia él por parte de sus reyes, partió sin dlila ción para Granada, a donde Ile 2ó ci 17 dc agosto del mismo año de 1500. En cuanto se presentó tuvo entrada a la presencia real: y doña Isabel, no pudiendo reptituir sus lágrimas al aspecto del hombre cuyos ilustres st rvscios habían sido indignam ente recompensados bajo el manto, digámoslo así, de su propia autondad. procuró calmar su lacerado corazón dándole las más vivas y senaladas muestras de afecto x del pesar que sus miortumos íe causaban, Colón, desde cl primer u’ Orn ento (le su (lesgraci Ii bí confiado en ta rectitudí y l,on(la(l de (lona Isabel: polqule colílo observa un antiQtiO eset’1 tor easteh mo, esta le Ita? la favorecido si empre ruttcl,o más qn e su ni at’i do, pí’otcgietído sus intereses \ d,nd. 1 c tutiestras (te especial afecto y benevolencia: y’ cuando ahora vio la emoción que a su R~ il Sencra conmovía, y escLelió sus palabras de consuelo, quedose compleamente satisfecho su honrado y generoso83 ~. corabon: arrojándose a sus plantas. dejose arrastrar (le ¡Os sentiníientos que le dominaban y lloro Eíí la de 1887, Colón cíe José Nin y Tud&39: Colón cii La Rábida dc’ José Potíce y Puente8t0, reproducido cii grabado por La JIo-mn.iga de Oro841, La ilustración Revista H¿spano-Amerícana8’12 x La 1/itsfl’ación Caíólic-a81’t x’ Fidelidad de Colón cíe Eustasio 829 Católogo... 1878, Madrid, 1878. 830 En 1887 (La Ilustración Española y Americana, 11. 1877, p. 408) y 1892 (Lo Ilustración Española y Amer¡cana, l¡, 1892, p. 241’>. 831 Poí unammidad, RO. de 14 (le febrero (le 1878. 832 La Ilustración Española y Americana, 1878, 1, p. 189. 833 La Ilustración Artística, 1892. p u3”’. 831 Blanco y Negro. II, 1892. p. 241. 835 Por mmanimidad, RO. dc 14 de abril de 1881. 836 En 8.000 pms., RO. dc 17 dc diciembre de 1881. Depositado en el Museo Pro~’incia1 de Valladolid por RO. (le 4 de febrero (le 1882. A citial tuente ert la l.iniversídadl de Valí a(lol i JI, deposito (leí Mmtseo del Prado. 837 La hormiga dc Oro, 1889, pp. 408-409. 838 Cardlogo.,,1881. Madrid. 1881, p. 64. 839 Catálogo 1887. Madrid. ¡887. 840 ibídem. Actualmente ene1 Ayuntamiento de~’\iálaga. ~ Lo hormiga de Oro. 1887. p. 700. 842 La Ilustración, Revista Hispano-Americano, 1887, p. 600. 626 La filiación nacional En la de 1890. Presentación de Colón a los Reyes de España de Manuel Crespo y La Exposición de 1892, con carácter internacional en conmemoración del IV Centenario del descubrimiento de América, será especialmente pródiga en cuadros sobre el descubrimiento. Primeros homenajes a Colón en el Nuevo Alunco dc José Garnelo y Alda846, reproducido en grabado por La Ilustración Artística847, Blanco y Negro848 y Gran Vía849: Colón exponiendo sus proyectos a los Reyes Católicos de Pedro Mendigacha850; Isabel la Católica orando por la empresa de Colón de Pntonio Muñoz Degrain851: Llegada de Cristóbal Colón a la isla de Guanahaqí de Justo Ruiz Luna852; Los áltimos dios de Colón de Salvador Souiano Biosca8~’3: y La primera comunión en América de Eugenio Teixcira854, en el que el comulgante es el propio descubridor. Sorprendentemente. Y a p~~”’ dle esta avalancha de Colones, una especie de ilustración de las mil una cai’as del descubridor: Colón expornenclo sus planes.. Colón llegando al Nuevo Nlunclo. Colón comulgando, Colón agornzando hubo dluien reprocho a los pintores ¡no haber pi-estado más atención a la ~uí’ade Colón!. Véase como ejemplo lo escrito por Olivares en el penotiuco El Resumen: Creíamos ttosoti’os ítíe los artistas españoles, ardientes patriotas y y erdíadieros entus, astas del g rail acontecimiento que hoy se conmemora y solemniza. demos raílan con ul pincel, en el actual Concurso, algo de lo que la plunía de literatos ilustres y la palabra de eminentísimos oradores han consagrado para honor de España al glorioso recuerdo de una k z.ana’asotnbrosa y’>. En los vastos salones de la Exposición de pinturas hay colgados más de mil qtúrnentos cuadros, y entre tan gran número de lienzos apenas hallamos cuatro referentes a Colón855, Eulogio Genovés cierra el ciclo con Cambio le rumbo relacionado con el descubrimiento de América, expuesto en la Nacional dc 1 895~~’. 843 La Ilustración Católica, 1889, p. 337. 844 Catálogo... 1887, Madrid, 1887, 845 Catálogo... 1890, Madrid, 1890. 846 CaláIogd>... 1892, Madrid, 1892 Actualmente es> el Museo Naval de Madrid, 847 La Ilustración Artñti ca, 1893, p 319 848 Blanco y Negro, 11, ¡892, p. 725. 849 Oran Vía,3 de febrero de 1895. ~ Catálqgo... 1892, Madrid, 1892. 851 Il’ídcm. 852 Ibídem. Actualmente en el Museo de Bellas Artes de Cádiz, 853 Catálogo... 1892, Madrid, 1892, 854 Ibidant. ~ OLIVARES, SI. de. “Un cuadro die Colón’, Li’! Resumen, jOde neviembre de 1892, 856 Catálogo... 1895, NIadrid, 1895. 627 Capítulo IV Al margen de Colón. los demás episodios del descubrimiento apenas atraen la atención de los pintores de historia. La urnca excepción es el descubrimiento del Pacifico por Núñez de Balboa, ya en la frontera entre cl reinado de los Reyes Católicos y el primero de los Austrias. Un asunto que ya había sido propuesto en uno de los Concursos de la Academia, el de 1832. prueba de pensado pau’amedalla de primera Jase de pintura,: Descubrimiento del mar del Sur por \.rasco Núñez de Balboa. Con las noticias vagas que adquirieron los españoles primeros pobladores del Darien. de haber a la otra parte un mar inmenso y naciones e imperios de mucha riqueza y poderío.resnelve Vasco Núñez de Balboa ir con algunos castellanos á descubrir aquel mar: y después de reducir en el camino á sunchos caciques que se le oponían, haciendo alianza con ellos, emprendió la subida de la alta siena, que media entre ambos Océanos. Antes de llegar a la cumbre le muestran los indios el lugar desde donde se descubría el deseado mar, Manda hacer alto al escuadrón y sube solo: y al presentarse a sus ojos el ,i ar al’ st ral , ‘obrecogi (¡O de gozo, cae de rodillas en tierra, tiende los brazos hacia él. y vertiendo lagrimas da gracias a Dios por haberle 8V Concurso en cl que había obtenido el primer premio Cat-tos Luis de Ribera, el segundo 858. Benito Sáez y el prenlio extraorcliííaíio Cesáreo (iariot El tetna pa¡’eció gozar cíe un cieno prestigio en la pninera mitad del siglo XIX: acleíiíás cíe su aparición en los Concui-sos cíe la Academia, Quintana le dedica a Vasco Núñez cíe Balboa una de sus biografías, es uno cíe los asuntos propuestos por Madrazo en su proyecto cíe decoración del Congí-eso de los Diputados y su presencia en las revistas dic la época es bastante habitual859. Pero postet’¡onnente sufí-e un claío declive: las historias de España no le otor~aii tún~una relevalicia especial y su presencia en las nacionales es prácticamente anecdótica, sólo dos cuadros y sin ningún relieve especial, aunque, al menos en la prensa, se produce un cierto re~’ival del tema con motivo cíe la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de A¡nét’ica8<’0. 857 Distribución de los Premios concedidos por el Rey Nuestro Señor ~‘5los Discípulos de las tres Nobles Artes, hecha ¡‘orlo Real Academia de San Fernando en la ¡¡tota pública de 27 de .4Iar:ode 1832. Madrid, 1832. 858 Para el desarrollo de este Concurso, véase CASAIX) ALCALDE i’’i-’intores pensionados en Roma en el siglo XIX”, Archivo Español de Arte, 1966, p.364 Los cuadios de los tres ganadores se conservan en la Real Academia de Bellas Artes dc San Femando de Níadud, ~ FERNANDEZ VILLABRILLE, lY,”Descubnmniento del ruar (leí Sur”, El Mu.”~’c de las Familias, 1, 1843, p. 43: “Basco Nuño de Balboa”, El laberinto. 18-14, p 57, VIDART, L., “Vasco Nuñez de Balboa”, Almanaque de la Ilustración, 1891. p. II:... 860 BARRANTES, V,, “Núñez de Balboa, descubridor del istmo de Panamá”, La Ilustración Española ~ Americana, II, 1892, Pp 414 y 451: OPISSO. A.. “El segundo Colón, Vasco Niñez de Balboa”. La Ilustración Ibón ca, Y, 1892, p. 645: VIDART, 1.., “Vasco Núñez de Balboa”, Almanaque de la Ilustración, 628 la filiación nacional Eusebio Valídeperas expone en la Nacional de 1864 l7asco Núñez de Balboa lomando posesión del Mar del SurStl. que tuvo un ciedo éxito: fue comprado al alio s¡izuíente por la CoronaS62. Peor parado salió Alfotiso Calderón con su Revúlación del itiar Pacífico, cuya exposición en la Nacional dc 1866863 pasó completamente desapercibida pan críticos y jmado. Por lo que se refiere a la Guena dc Granada varios factores explican su primacía864. En priníer lugar Granada representaba el fin de la Reconquisla y’ la consecución de la anhelada unidad nacional: qué níejor prueba de la existencia de una nación española que el hecho de que httbiese sitio capaz cíe llevar a cabo tilia misión nacional culminada con éxito ocho siglos niás t~’-cíe. Granada repí-esetítaba el acto fítndacional de la naeióit española, que recobraba su unidad perdida tras el desastre cíe Guadalete. Conio escribe Niurgufa, a prop~s¡to del cuadro cíe lIspalter El suspiro del moro.: un a (le las pá girtas ‘u¿is gí o tiosas de ‘tites tra iii storía, es la q~ íe se ‘cfi crea la expítisi óu de los: degenerados hijos del profeta. Después de una lucha titMíica 1~l’()J)io Eh se’unclotI luoaitI el nombre cíe Gí’anacla evocaba en [acultuí’a romántica la quintaesencia del refinamiento oriental, caballeresca y decadente como un romance fí-onterizo. Y como una ilustración de un romance frontrí-izo deben verse algunos cíe los cuadros sobre la c’ondíuista cíe Granada más conocidos: La rendición de Granada (le Francisco 861 Catálogo... 1864, Madrid. 1864. 862 Isabel II, RO. de 14 de febrero de 1865, Actualmente en el Palacio Real de Níadrid 863 Catúíogo... 1866, Madrid. 1867, 864 Primacía que se da no solo en la pintura. Su presencia es tambiéí habitual ce revistas (“El triunfo del Ave María”, Semanario Pintoresco Español, 8,1845, pp. 57-60: “Biografía espanola, Hemán Pérez del Pulgar, cl de las’ hazañas”, El Siglo Pintoresco, 1846, pp. 97-101: SIN4ONET. FiL. “La tone de la Vela en Granada y el 2 de enero de 1492”, Ls; ilustración Españolo y Americana. 1, ¡882., pp. 58.59:...), obras de teatro (Adel el Ze,grí dIc Gaspar Feruiando Cofl. estrenado en 1838: Boabdil el Chico, último rey moro de Cranaca, de Juan Rniz del Cerro, estrenado en 1848:..,), novelas (FERNÁNDEZ GONZALEZ., Nl., Allah-Akbar a los castellanos - la pree‘ííinencia ott’rgada en toda la cultura de la época isabelina a la fi gura dic Isabel la Católica, en detrimento de Fernando, ¿Nlera cuestión de hornoniríia con Ja monarca reinante o un elemento mas del filocastellámumo dela construcciótí nacional española anurior a la ¿poca de la Restauración’? 629 Capítulo Jj/ Pradilla. Isabel la Católica entrega el hijo a Boabáil de Francisco Cerdá o El suspiro dcl moro de Joaquín Espálter. El primer cuadro sobre la conquista del reino nazaiita data de 1839, año en que Rafael Tejeo Díaz lleva a la Exposición de la Academia un Episodio de la conquista de Málaga. Después: Reí>dición de Granada de José Marcelo Contreras, Exposición de la Academia de 1848; ¡brahim-El Djerbi o el Aforo Santo, cuando en la tienda de la Marquesa de Aloya se intentó asesinar a los Reyes Católicos (Sitio de Afálaga)866 de Rafael Tejeo. pintado en 1850 por enc~’’go de Isabel II. un cuadí-o que a veces ha sido confundido con el anterior sobre la conquista de Málaga. y llevado a la Exposición 1.Iniversal de Pal-ls de 1853: La rendición de Granada a los Reyes Católicos, pintado por van Halen en 1850 ~ adquirido por Isabel II~’t Isabel la Católica dando libertad al lujo de Boabdil. encargado por Isabel II. qtie paoó por él 15.000 reales en 1853. a Francisco Cerdá: El suspiro del moro cíe Joaquín Espalter Y Rull8<’8, encat’gaclo por Francisco cíe Asís cii 1855 La entrada de Isabel ¡ en campo cristiano: y El combate de Garcilaso y Tarfé o Triunfo del Are Afaría. Estos tíos ultimos encargados wr Isabel II a Francisco cJe Paula van Halen cii i.8558t9. La moda gíanadina prosigue con la llegada de las Nacionales: El suspiro del libro cíe l3eíi¡to Soriano Murillo -medalla de segunda clase etí la de 18568’0 y compt’a. ese ¡nistno año. para el Museo de Ale Moderno871-, que representa: el moinettt o eu <ítte el desgraciado Bonbdil, caminando cott] o Itt gitiv o por stts a ttigtt os domuinl os, se vuelve a mirar desde el celTo de Padul la perla m~s rica de su perdida corona, y recibe de su madre Ayxa-la-l-lorra aquella enérgica represión’. “Bien haces en llorar como mujer lo que no supiste defender como hombre”, El dolor, la desesperación de la raza africana aí dar el últituo adiós a sus hogares, mejor que en débil monarca están expresadas en otras caras sombrías, en otras miradas ,tmen,tza(loras que se distinguen entre los grupos de los (lesterrados, y que parecen acusar a l3oabdil (le los uílort,,iuos futuros (le su raza82 ~ Actualmente en el Palacio Real de Madrid. 8o7 Fíam’a ene1 Imentario de las pinturas del Palacio Real de 1870. SÓS Actualmente en el Palacio Real de Araujuez. 869 El precio del primero, qt’e figura en el Inventario de las pinturas del Palacio R~’al de 18”’0. fue de 7000 reales; el del segundo, que tambiénfigura en dicho inventario, 5.000. 870 RO. 7 de agosto 1856. 871 En ís.ooo reales, RO. 7 de agosto de 1856. Actualmente en el Niuseo de Bellas Aites de Palma de Nl alloica, díepósito del Niuseo del Prado. 872 “Exposición de Bellas Artes’, Lo Fs¡’eran.za, 3 jturio de ¡856. 630 La filiación nacional En esta misma Nacional de 1856, Batalla de Lucena dc Francisco de Paula van Halen873, cuya compra. en 5.000 reales, fue solicitada por el autor a la Corona pero ésta no aceptó el precio. En la de 1858. Triunfo del Ave Maria en el cerco de Granada de Miguel Jiménez García874. En la de 1860, Boabdil cuando vuelve de la prisis$n de Luisa Rodrígitez del Toro, mencion dc medalla de segunda clase875; y Doña ¡sabe’ la Calólica visitando en Loja a los heridos y enfermos de Eusebio Valldeperas876, comprado por Isabel II en 30.000 reales y’ reptoduciclo en gt-abado por El M¡.¿sco Unit.’crsal877 y La Ili.,sa’ación tic España878 En la de 1862. Toma de Loja por don Fernando el Católico de Eítsebio Valídeperas, mención ordinaria8’79, compra por la Corona883 y í’epí’oducción en ~t’al~adopor cl El NAis <‘a Unií’e,’sal881 y La llusn’ación ño España~2. Representad mcíinento en que Dou Fcrtíaud o “ecibe el h orncuaje (le Eoabdii, presetitad o al ti onarca cristiano por (3 onzal o dIc Córdova, x’ el hijo dc A i Na la 11 orra En Ja de 1866. Los Reyes Católicos recibiendo a los cautivos cristianos cí> la conquista de Málaga cíe Eduardo Cano cte la Peña. corsicleración cíe nieclalla de primera clase881. Cuacixo éste en principio de tctna bastante anodino, pero cíttc Galofre n~ ducía en calificar cíe “útil y bello” porque muestra “una vez mas ILI abnegación y caíiclacl cíe Isabel la Católica”885, lo que sí ¡nuestra en todo caso son los itítrincados recovecos ideológicos por los que se mueve lapintura (le historia consíderaiiclo útil larepresentación pictórica cíe tui asunto cíe estas caí-acteríst¡cas. 873 (atcilogo... ¡$56, Madrid, 1856. 874 C’auilo,gct.. 1858, Madrid, 1858. 875 RO de 2 dc diciembre de 1860. 876 Uatdlogo,..lSótI, Madrid, ¡860. ~ El Museo Universal, IV, 1860, p. 66. 878 Lo Ilustración 631 Capitule’ LV’ En la de 1871, ¡fernán Pérez del Pulgar clavando el Ave Afaría en la níezguita de Gro ¡rada de Alejandro Ferrant y Fischerrnans886, reproducido en grabado por La Ilustración Española y Americana887 y’ La Gro;; ½¼888. En la de 1884, Proclamación de Boabdil de Plácido Francés889, reproducido en grabado por La Ilusa-ación Española y Ame,’icana890. En la de 1887. Prisión de Boabdil en la batalla de Lucena de Pedro González Bolívar891, reproducido en grabado por La Ilustración. Revista Hispano-A mc¡-ícana. 1887892. En la dc 1890, La rendición de Granada de Félix Caballero ~‘ Pérez893. En la dc 1892. ¿Granada, Granada. por los reyes Don Fernando y doña Isabel! de Carlos Luis de Ribera y Fieve, había siclo encargado por Isabel II en 1853 pelo no fue terminado hasta 1892, siendo expuesto en la Internaciotial de ese año89t: Una ¡¡azaña de Hernán Pérez del Pulgar del mismo RibcraSdíS: IDI suspiro del moro de Francisco Praclilla y’ Ortiz89 <‘:y Representación dramática de la rendición de Granada ejecutada en Roma (1492) ante los embajadores de los Reyes Católicos de Lorenzo \.“allés. la representación cíe tina representación, que valió a su autor una condecoración89’7. Pero el gran cuadro sobre la condluista del reino nazaríi la “imagen real” del hecho histórico, el que i’a a fijar en el ima~dnat-io colectivo lo ocuniclo en 1492. es La rendición dc Granada de Francisco Pradilla y Ortiz898. Nacido ~‘acomo versión oficial -respotide a un encargado del Senado, cíue pago por él en 1882 la importante cantidad dIc 50.000 pts.. tras aumentar, por iniciativa del propio Senado, el precio inicialmente convenido-, su éxito posterior envío a las Exposíciones Universales cíe Munich (1883) ~‘ París (1889)5’ reproducción en 88ñ Can-llego... /87/, Madrid, 1871, 887 La Ilustración Española y Arnerica,ta. 1871, p. 556. 888 La Gran Vía, 1893, p. 211. 889 Catálogo... 1884, Madrid, 1884. 890 La Ilustración Española y Americana. 1884, p. 365. 891 Catálogo... /887, NIadrid, 1887, 892 La ilustración. Revista Hispano-Americana, 7. 1887, p, 453, ~ Católogo... 1890, Madrid, 1890. 894 Catálogo... /892, Madrid, 1892, Actualmente en la Catedral de Burgos. 895 ibídem. 896 Ibídc-m, 89’ RO de 2 de diciembre de 1892. 898 Actualtuente ene] klacio del Senado de Madrid, 632 La filiación nacional orabado por La Ilustración Artística899, Blanco y Ncgro9ttO y Gran Vía901, a esto habría que afiadir su reproducción, y’ venta, en láminas sueltas902- lo convertirá en la imagen definitiva, en cl emblema, dc un episodio hecho símbolo de la unidad naMonal. Quizás la mejor descripción de este lienzo, sobre el que se volverá detenidamente más adelante, sea la que de el mismo hace su autor en cada al marqués de l3arzallana. presidente del Senado,: mi coníposicion es un segmento de semicírculo, que el ejército cristiano fonna desplegado, paralelo a la carretera, En la planta supongo que, en medio del semicfrzulo, están situados los caballeros, teniendo o guardando en medio a las damas de la Reina; ésta, el Rey y sus dos hijos mayores están situados delante y en el centro del radio, con los pajes y reyes le armas ‘a los lados. El Rey Chico avanza por la carretera a caballo hasta la presencia de los Reyes, haciendo ademán dc apearse y prontwciando la sabida frase, El Rey Femando le condene. Can Hoabdil vienen a pie, según las capitulaciones, los caballeros de su casa (...), se presenta en el cuadro por orden perspectivo: primero ttn rey’ de atinas (.1 figura voluminosa adniin,c iórt . contení 1,l 899 La Ilustración ,4rrística. 1886, suplemento al nC 211. 900 Blanco í’Negro, 1892, II, p. 1. 901 Gran Ita 16 de octubre de 1895. 902 Así pos ejemplo, la revista Arte y Letras puso a la venta en 1882 láminas fotográficas del cuadro de Pradilla en formato de 1 li~K90 a 2S pts. el ejemplar, un precio realmente alto, Es este un asunto, eí de la venta de l’,m,nus de cuadros, muy poco conocido, pero que merecería rin estudio en profundidad (precios, tirad s coínpuad ores.,.), ya que díebió (le t cíler gran impdu’tanci a, t altt o en la difusión dIC imágenes como en la fijacion de ottstos estéticos. 903 Carta de fladilia al marqués de Baruallana coruinticándole el envio del cuadro, Roma 13 de jtínio de 1882, Citado en Católogo de las obras de arte existentes en el P 0lacio del Senado, Madrid, l92~, PP 39-42. 633 Capitulo JI’ Total Adquiti Prenria Medalla Medalla Medalla Reprod. dos dos primera segunda tercera en Estado clase clase clase grabado Descubrimiento 38 29 28 50 0 0 43 GuemudeGraíiada 28 32 21 0 25 0 26 Cisneros 7 5 14 17 25 33 9 JuanalaLoca 6 7 10 0 25 33 4 Guemt de Italia 5 3 0 0 0 0 *>Xmbos monarcas 14 15 21 0 25 33 9 **lsabel la Católica 19 24 24 33 0 33 22 ***Fer<~audo el Católico 2 2 3 0 0 0 4 0 12. lun portancía relativa de los diferetutes ciclos cíe la epoca de los Reyes Católicos. las cifras Citad ro tI iudicati porcentajes (%) sobre el total de obras sobre el reinado de los Reyes Católicos. Se cousiderau títíjeatuente aquel]os ciclos que suponen rs ás dcl 5% díel total. En el caso dc Feman dIO el CatóliCO se incluye pali mostrar la diferencia de tratamiento entre ambos monarcas en la pintura de historia. * Ca acl ros el’ los qn eamr recen represeu t ados os dos tu ott ateas. Ir) clt ** Ct ta<1 tos en los que aparece la reí ua peío no el rey. Jurel uve ci t a~jros *~‘* Cuadros en los qute aparece el rey pero tío la reina. Inc-luye tatubien obras Has’ toda otra serie de cttadí-os. relacionados con la vida coticliatia cíe la ruina Isabel. que parecen tener un carácter meramente hagiográfico: la imagen de una reina cuyas virtudes domésticas van a la par con las políticas. No hay que desdeñar, por otra parte. la influencia que cii la proliferación de estos temas domésticos pudo ¡eiier el modelo feínenino mantenido por la lMlrgttesia decimonónica: el cíe la mtfler hogareña ocupada cíe la eclucacion de stís hijos. Aqu< entrarían cuadros como Isabel la Católica presidiendo la educación dc sus hijos de Isidoro Lozano -cotisicleración cíe medalla (le segunda clase en la Naciotial cíe 15640(t.l y compra 905-, cuyo tema, a pesar dc stt carácter atíecdddco. fue considerado por la crítica: por el Estado Perísatni cuto digno de uit ‘artista el de presentar el i tttet’ior doméstico de aqttella faruil i it nacidla sobre los escalones ¿leí más poderoso Trono del suelo XV. culada con tanto amor y estu ero para realizar 904 RO. de 13 de enero de 1865. 905 En 20.000 pts., RO. de 22 de febrero de 1865. Depositado en el Museo de Arte Moderno de Barcelona por RO. de lO ¿le junio ¿le 1866. Actualuneute en la Audiencia Tenjiorial dc Barcelona. deposito del Museo del Prado. 634 La filiación nacional alto destinos y cercenada en flor por la mano del cielo, y esjtarcidos sus restos y sellados por 906, terrible y doloroso infortuunio El mismo Juan García describe minuciosamente la escena representada en el cuadro: Leo couno está compuesto el cuadro del Sr. Lozano, En el centro, un poco a la izquierda del espectador, el pftncipe D. Juan acompaña al órgano su c~1ntica que entonan sus hermanas doña Juana y doña María en pie a sus espaldas: junto al órgano, la princesa doña Isabel trabaja en labor de aguja, y cerca de ella la marquesa de Moya, casi de espaldas x puesta en primertémñno, cierra la composic descripción en la que no es difícil ver, con el anacrornsmo que esto supone, un reflejo de los ideales hogareños de las clases medias a las que va dirigida lapintiu’a de historia. Doña Isabel la Católica cii la Cartuja de Miraflores. ejemplo en este caso cíe amor filial -representa la visita de la reina al féretro dc su padre- cJe Luis Alvarez Catalá, consideración de medalla de segunda clase en la Nacianal dc 1867908 y compra por el EstacJo909. La educación del príncipe don Juan cíe Salvador Martínez Gubelis. medalla cte primera clase en la Nacional cíe 1878910. compra por cl Estado911, envio a la Exposición 1.Iniveí’sal de París cíe ese mismo año y reproducción en grabado por La Ilustración Española y Americana91 2 La Aaden, ¡u9 13 La lh.jsl,’ació CalaIana¶t II ~ La llusb’ación dc España9t5, contando además coti cl beneplácito de la crítica, q~ desUcó su vinculación con la escudo espanola: cl etía d.t’o es de utul pi tutor vigoroso, espon Lineo, inspirado en lo qt’ancli0505 inocie1 os de la escuela español a91 6 En otros, aun niantenienclo el carácter hagiogláfico, 1=c~tic se destacan son otras virtudes tic la reina católica, no las estrictamente domésticas. Esencialmente su elocuencia: Doña 906 GARCíA, it , “La Exposición de Bellas Artes. C “irtas fa,niliares a í’iuí arisente”. Lo Época, 23 de diciembre de 1864 907 Ibídem 908 RO. de 15 de febrero de 1867. 909 E.u 2.500 pts.. R 0.3 (le mayo de 1867, Depositado en la l..Inive.’s’idad de Granada. palacio de la Madraza, donde sigue actualmente, por RO. de 17 de unarzo de 1921. 910 Por tananiruidad RO. de 14 de febrero de 1878. 911 1-’ n 7.000 pts.. RO, 26 de muarzo de 1878. Depositado en el Palacio del Senado, donde sigue actualmente, por RO. de 8 de enero de 1881. 912 La Ilustración Española y Americana, 1878, 1, p. 221. 913 La Acadentia, IV, 1878, p. 181. 914 La Ilustració Catalana, IV, 1883. p 264 915 te Ilustrad ón de España. 1886, p 140 916 GARCIA CADENA. P..”La Exposición de Bellas Artes”, La ilustración Española y Americana. 1, 1878. p. 111, 635 Canílíuio 11/ Isabel la Católica humillando con su elocuencia a los que intentaban robarla en el palacio de Madrigal, expuesto por Lino García en la Nacional de 1856917: y su cultura: La reina Isabel la Católica dando lección de latín con doña Isabel (sic) Galindo de Luisa Rodríguez dc Toro, mención en la Nacional de 1856918 y reproducción en gíabado por el Scmanario Pintoresco Español919; y Doña Isabel la Católica con doña Beatriz Galindo dc la condesa de Velarde, Nacional de 1884920. Lugar especial en esta iconografía biográfica de la reina castellana tiene el cuadro de Eduardo Rosales Doña Isabel la Católica dictando su testamento. y no sólo por su indudable calidad pictórica -uno de los cuadros capitales de toda la historia dcl arte español- sino. =‘especialmente desde la perspectis’a adlul analizada, por la interpí’etacíon qíte de este suceso hace la histoí’io~raffa decimonónica. La muerte de la reina católica no es únicamente Liii mero episodio, importante sin duda. de la peripecia vital de la soberana, sino. ~‘ sobre todo, un sticeso históí’ico preixaclo de connotaciones políticas. Connotaciones qtte se poneíi cíe manifiesto una y otra vez en la conesponclencia que cl autor matítíene con su ~fl~1() 3’ después etinacio, Fernatído Martínez Pecírosa. a propósito del cuadro92t. Ya para la elección del teína le coínunica que está buscando “un asunto cíe partido, bajo el punto cíe vista artístico, ~‘ cíe ~raíi significación en nuestí’a historia”: una vez ele~dclo el momento del testamento, las razones qt¡e alega son que ‘este moíuento cíe la gran Reina es cíe los más hermosos cíe su ~doriosavida. porque se ve en él el inmenso amor cine tenía a stí pueblo, y es al mismo tiempo, interesante por las cláusulas que cii él dejó- consn~nacias : ya más tarde. y- frente a las objeciones que sobre la elección del tema tiene Martínez de Pecírosa. Rosales argumentará”c~ue tina cíe las ma~’oi’es glorias nacionales es Isabel y en aquel momento la encuentro ¡mtv superior a rn¡wtmo cíe los ínuchos admirables cíe su vida”, P:uecidas opiniones c=xpondrala crítica con motivo de la exposicion pública del cuadro, resaltando tanto, una vez más, las ní’tudes domesticas cíe la soberana -esposa ejeníplin’- como la perspicacia política del testamento: eco leal en el tueun orabi e docitm cnto qute dlicta dic SttS virtudes excels’us, de su graurde7a de alíaa, ¿le su prevision política. de stt aunor a lit uua ci óu tirle ha re2ido , cíe su cariño couyu~a1 inrueu¡so. llevado 917 Can-llego... /856, Madrid, 1856. 918 RO. 7 de agostos 1856. 919 Semanario Pintoresco Español, 1851, p. 149. 920 Catálogo... /884, Madrid, 1884. 921 Cartas publicadas por Pardo Canalís en la Revista de Ideas Estéticas (PARDO CANALIS. E.. “‘lextos: Rosales” I&’tista de Ideas Estéticas, 121,1973): las citas 636 La It//ación nac-ional hasta más allá del sepulcro, en el cual qurería yacer cerca de su e:woso. para perpeltuar la urnón que 922, habían tenido en “ida Rosales, que se inspira en la Historia dc’ los Reyes Católicos de Prescott. 0pta por una composición marcadamente dramática, centrada, en contra de la verdad histórica, en un reducido número de personajes: El rey, sentado a la cabecera de su esposa, que parece oprituido tajo el peso de las sensaciones (...). Diríase que el rey conoce en aquellos momentos lo que antes no ha conocido, el valor de lo que va a perder, y que turia luz de remordimiento agolpa euu su alma lau memorias del mal t¿rmiuo usado con la ínclita matrona Nunca fue, en ‘ida ur en muerte, grato a los ojos castellanos el suspicaz ‘aragonés: el cuadro del Sr. Rosales’ no modificará esa sentencia de la naturaleza y dc la historia [nótese cíe paso la diferente valoraci El éxito del cuadi’o fue clamoroso: medalla de piillítra clase cii la Nacional de 186492.1, primera Medalla en la Exposición Universal (le París del alio 1867 —quedó empatado con La 925 para la nedalla cíe honor, que finalmente se cacciata dcl Duca d’>’ltene del italiano Ussi concedió a éste Ultínio-, compra por el Estado para cl Musco de Arle Nlode¡’tío926 y reproducción en grabado por La lInsl)’acw.II dc España~Q7, La lmustració Catalana928 ~“ La Jlusíració,¿ Católica, ésta en dos ocasiones929. además de su exposición en Dublín en 1866. 922 GARCt’X, 1., ‘La Exposición de Bellas Artes. Caras familiares a un atusente”, La Época 23 ele dicicutíbre de 1864. 923 921 RO. de 13 de enero de 1865. 925 Galet’t’a de Arte Moderno, Roma. 926 En 12.000 pis’., RO. de 22 de febrero dc 1865. Actualmente en e. Casón dcl Buen Retiro, Musco del Puado. Madlrid. 927 ~ fNsn’aciÑ, de £s¡’aña, 1886, p 36 928 La /lustració Catalana, \..TIIi, 1887, p. 248 249, 929 ~ Ilustración Oazdl¡ca. 1888, yo 306-307: La llasn-a¿’ñ’Sn Ca¡#.Qcs, l~92, 9.341. 637 Canta/o Jjt Nienos unánime se mostró la crítica, sobre todo la más cercana a los liberales, que ve en los, a su juicio, excesivos elogios a la obra de Rosales un intento de subvalorar El desembarco de los puritanos en América del York de Gisbert. tambiéíi expuesto en esta Nacional. Así, para Pedro Antonio cíe Alarcon: La figura principal, la de la reina, no tiene nada de representación histórica: ni es un retrato, ni está en situación, ni expresa la solemne poesía de aquel instante, Estamos por decir que el señor Rosales, al tener que pintar la última hora de Isabel 1 tendida en su lecho, se ha inspirado inconscientemente en la impresión quele produjera alguna vez en el teatro la muerte de la Traviata. Lo cierto es que la augusta ‘anciana, la austera moribunda, que el señor Rosales debiópintar aquí, se ve ucemplazada por mía jo’~ en cualquiera adornada con la toca tradicional de la conquistadora de la Allianí lira, En catubio. Don Fernando \~‘ está adun i ralílemente concebido y caracteu’i zado De círaiquier modo que sea, el novel expositor merece mil enhorabuenas, como las que nosotros le damos leales y sentidas, hijas de nuestro amor al arte y a la patria, no fruto de ‘aviesas intenciones, como lo han sido a nuestro juicio los primeros hiperbólicos y exageradísimos aplausos con que la gente del oficio saludó esta obra, Aquellos aplausos. lejos de provenir de rm entusiasta alegría, representaban el deplorable intento de peujuclicar a dos pintores españoles: al señor Gisbert, 930. rebajando su criacíro de los Piultanos hasta icualatIo o suborcijuarlo aí señor Rosales Oltos cííticos, por el contraíio. llegan a comparar su forma cíe pintar con la de Velázquez - máximo elogio al qíte podía aspiral’ un joven pintor, que recién iniciaba stt carrera artística— a la par qtte ensalzan lo bien traído del asunto y la forma en cíite es plasmado en el lienzo. Todavía veinte años más tarde. en 1884, cscíibiní Fernatiflor que: Rosal es era luí peuísa En todo caso el cuadro cíe Rosales marcará ttn auténtico hito en la representación de últimos momentos, en los que tan pí’óchga fue la pintui-a decimonónica. La imagen de la reina. agonizando, en la penumbra del castillo cíe N leclitía del Campo. sobre una catna con dosel y rodeada cíe sus personas más cerc:uías ~el rey, Cisneros, stí hija Juana. los Marqueses cíe Moya...- se convertirá en arquetípica de este tipo de cuadros A ello no debieron de ser ajenos. tanto la recuperación de un cierta escitela española de raíz velazqueña, como el efectismo de la composición. Composición de la qite algunos historiadores modernos han resaltado las explícitas referencias al cuadro de León Coignet La hija de Tintoretto932. qtte Rosales tuvo ocasión de ver en 1857 a su paso por Burdeos, camino cíe Italia, y que, a juzgar por sus tiotas cíe viaje, le habría impresionado pt’ofunclatnente0’3’~ .Aundíue más evidente parece la influencia compositiva de Últinws mnoinen tos del Principe don Carlos. con el que Gisbert había 930 Crítica aparecida en El Musco t.’piy’crsal citado en Primer Centenario de las Evpc.ciciones Nacionales de Bellas Artes. Un siglo de arte español 638 La filiación nacional obtenido medalla de primera clase en la Nacional cíe 1858~~~. Influencia que explicaría la sorprendente similitud compositiva entre el cuadro de Rosales y otro de Jover Casanova. Últimos monuentos de Felipe II, expuesto también ci:. esta misma Nacional dc 1864; similitud que tendría su origen en las comunes dependencias. con respecto al cuadro de Gisbert, convertido así en origen del modelo iconográfico de últimos momentos que tan amplio predicamento tendría en la pintura española decimonónica. Sea como fuere, el éxito iconográfico es tal que. tdavía en 1948. Juan de Orduña reproducirá esta misma escena, prácticamente en sus menores detalles, en la película Locura dc Amor935. Las campañas militares en Italia. una dc las imágenes arquetípicas. como se verá en su momento, del ser imperial de la nación española, comienzan a aparecer en la pintura dc historia desde mttv protito -cíe hecho ya hay cuadros sobre el tema e..í el siglo XVIII- centrados siempre cii la figura cíe] (iran Capitán. un personaje de presencia habit’ual en la cultura española decimonónica: libros de íd storia93<’, obras cíe teatro037, artículos de revistas038, novelasd~39.... Por lo que se refieíe a la pintura dcl siglo XIX, va en el Concurso de la Academia de 1808 se propone para la prueba cíe pensado un cuadro sobre Gc nzalo de Córdobadí4O. ob teniendo medalla de oro Joaquín Fernández (iYuzado con El Gro u Capitán en italia 941• En 1836 Federico de Madrazo lleva a la Exposición cíe la Academia El Gran Capitán contemplando el cadáver del Duque dc Nemours tras la batalla de Ceriñola 942 José dc Madrazo x’ Agudo a la (le 1838 El asalto dc ullantcfrío por cl Gran Capitán ~ reproducido en grabado por el Smi—malo Pintrn’esc’o Español9”1”1. Casadio del Alisal expone en la Nacional de ís~; Los dos Caudillos (¡SI Gran Capitán y el duque dc Nemnours’), cuadro con el ~3’~Bien es cierto que para un critico contemporáneo, Pedro Autonie de Alarcón en el ya citado ‘artículo de Fil Museo Universal, con obvia maledicencia, el ori 2en del cuadro habría que buscarlo en alguna representación de la muerte de la irauiata. vista por el autor en su juventud. ~ Película que también reproduce en otro de sus fotogramas, y también con rina fidelidad extrema, el Doña Juana la Lota de Prachula, 936 FLORIAN, ,I.P.C. de, Gonzalo ~‘1e7aluitán,Córdoba,Barcelona,historia1853.de las accio/es, lances amorosos, u’irtudcs populares y empresasEl Gro,, GapitángloriosasderíeCujíestey ZárateGran ( se estrené en 1843. ~ “El Gran Capitán”, El Museo Umu’ersal, III. 1859, pp. 169 1’1, “Fi Gran Capitán”, Sernana,’io Pintoresco Espa4ol, 1836: CASTRO, A. dc, “Gonzalo Fernández de Córdoba”, La América, Cró,rica 4isparro-Amerrca~;a, Madrid, 13. 18@l, p. 6: ~ TARI{AGO Y MATLOS, T., El (Aran (‘apilán Madrid, 1862. 940 L)isn-’il,¡íción 24 de Septiembre de 1808. Madrid, 1832. 911 Actualmente en el Museo de Cádiz, 942 A etrualmente en el Nínseo de Cádiz. ~ Posteriormente fue expuesto en París. Ñu la actualidad etu el AlcA::ar de Se~ovta. ~ Semanario Pinío,’e.cco Español, 1838, p. 173. 639 Capítulo IV que obtiene un gran éxito, consideración de medalla de primera clase9’tS. envío a la Exposición Universal de Paris dc 1867 y compra por el Estado946, representa el momento en que. a la Enatuatia sioniente del combate, al recorrer el Grau! Capitán con otros calualleros el campo de batalla, encuentra el cadáver de su adversario el duque de Nemours, reconocido por uno de sus pajes entre un montón de cadáveres desnudos, El generoso Gonralo de Córdoba, con una mano puesta sobre ej caballo, contempla con dolor aquel cadáver, y llora la mnerte de tanbuen caballero, a qnien hizo después tan espléndidas honras fúnebres94. Manuel Crespo y Villanueva expone en la de 1884 Muerte del Gran Capitán, basado en la obra de Gonzalo de Oviedo Quinc¡.¡agésinw Biografio dcl Grau CopUda948. Y, finalmente. Casado del Alisal vuelve sobre el tema en la Nacional de 1890 con Gonzalo de Córdoba retratado por Giorgone9’19, reproducido en grabado por La llu,s’u’ac¡óu Española ‘y A> ti <‘¡‘¡ca; El cardenal Cisneros, símbolo cíe rectitud moral \‘ honestidad en el gobierno, es, al margen de los propios monarcas y Colón, una de las figuias a las que la historiografía decimonónicacía más relevancia cíe todo cl peiiodo. Su biografía ocupa un lugar preeníií~etíte en todas las historias generales, destacando siempre stt fií’meza cíe carácter x’ la idea del poder político entendido como serviciorJsl. Vados son los cuadros qtíe reflejan la vida cíe Cisneros, cenflados casi siempre en estos rasgos de firmeza de carácter y falta de ambiciones personales. \~icente Tortosa expotie en la Nacional cíe 1860 El cardenal Cisneros rehusando la bula en que se le nomnbral>a cardenal052. Víctor Maíízano ~ Mejorada lleva a la Nacional de 1864 Cisneros y los Grandes. consideración cíe medalla de segutícla clase953 x’ compra por el Estadod)S.l. Cuadro cíne entraría cronologi catnente, no ínttx’ num dentro de ese grupo. el primero eroso pero representativo. cíe RO. de 15 de febrero de 1867. 94<, RO. de 24 de julio de 1869, en 1.600 escudos con destino al Museo de Arte Moderno, depositado en el Senado, donde si5ue aclualmente, por RO. 640 La f¡Iwczon nacional aquéllos en que la imagen de un gobierno fuerte como ideal político deseable o como objetivo que conseguir pat’eee hegemónica. En algunos de ellos la valoración de este aspecto, la exaltación de aquellos personajes históricos capaces de imponerse a las rencillas internas, es tan llamativa que, aunque estadísticarncnte no sea muy significativo, merece destacarse, principalmente por gozar estos escasos cuadros de las preferencias de los estamentos oficiales955. No es difícil ver en esto un trasunto de la vida política del diecinueve, marcada por la hegemonía del ejecutivo y por la incapacidad de los su:esivos gobiernos para imponer su voluntad política sobre el conjunto de la nación. La exaltaciin de gobiernos fueítcs eratanto un anhelo como un program de acción política. Resulta sugerente ver en la predilección por esta imagen el desalTollo larvado de la idea de la necesidad de un poder fuerte, plasmado en los sucesivos “espadones” que periódicamente se alzaron con el poder a lo Lugo del XIX, que llegaría a su plena floración a finales de siglo con los regeneracionistas y su demanda de un “círnjano de hierro” como solución a los males del país. En este caso concreto la interpretación política C5 (le Lodos modos mucho más iíimediata: el cuadro simbolizaría la lucha de la corona contra los privilegios estamentales. un trasunto (le la revolución liberal y de la alianza cíe burguesía y Corona corta la nobleza. Manzaíio representa cl momento en que Cisneros. en respuesta a los gí’andes que inquieí’en sobí’e qíté poderes tiene para gobernar sobre España. se asoma a una ventana y, señalando sus tropas. dice que aquéllos son sus poderes. Episodio IxalTado detalladamente por todas las historias de la época. prueba de su alto valor simbólico. La icoíiografia dcl suceso estaba va establecida cuando Manzano pinta su cuadro: en la l’Iisío,’ia de la Villa de Mar/jid cíe Amador de los Ríos y Rada Delgado, publicada en 1860, h:xy un grabado de Carlos Múgica con ¶6 t:.’~ 1 un esquema compositivo mux’ semejante9- , y éste se uult’t a representar ci suceso “tal como oculTó”. 1 .a escena es de gran teatralidad, con Cisneros a la izquierda dcl cttadll’o seí’ialando con las dos manos hacia el exterior, y los grandes -condestable de Castilla. duque del Infantado y conde de Benavente- formando un solo bloque en el otro e~tremo dcl cuadro. El contraste entre el austero hábito franciscano de Cisneros y las ricas vestiduras de los nobles acentúa el dramatismo de la escena, resaltando la imagen dcl poder político entendido como servicio, y ttunbién la de Cisneros. sítubolo del pueblo frente a los nobles, en este sentido el cuadro fue claramente interpretado como una proclama liberal de defensa del poder del pueblo frente a los nobles. 9~ Con Ima sola excepción, todos obtuiyie.ron algún premio además cíe slu posterior adquisición pOl el Estado. 950 AMADOR DF LOS RíOS, 3.. y RADA DELGADO, 1 de E:, Historia de ¡a Villa y Corre de Madrid, Madrid, 1860. tomo II, p. 132. 641 Capítulo IV Miguel Jadraquc y Sánchez Ocaña lleva a la Nacional de 1871 Presentación de Cisneros a Isabel la Católica957, que tuvo un cierto éxito -medalla de tercera clase958, envio a la Exposición Internacional de Viena de ese mismo año y repí’odtícción en grabado por La Ilustración Española y Americana959-, pero al que la crítica acusó de no atcneí’se a la verdad histórica: Ni Isabel la Católica serueja en nada al retrato de la nuejor de las reinas que se ve en la ctuiosísima tabla de nuestro Museo Nacional, y que el erudito acadénico don Valentín Carderera incluye cromolitografiado en mu importante iconografía cs¡.’añola: ni ci gran Cardenal de España muestra en su figrura el sello de nobleza y distinción que caracteriza a los Hurtado de Mendoza: ni Cisneros confronta con el retrato esculpido e.u mármol que se trajo de la Universidad Complutense a la Central de esta cort.e960, En esta mistna Nacional de 1871 Francisco Jover .anova obtuvo medalla de segunda clase con El cardenal Jiménez de Cisneros liberando a los cautivos de OrónO6í también comprado por el Estado9ñQ y también reproducido en i~rabado, en este caso por Lo llusn’acióu¡ ‘1 ¡jfljj¿y¡9tSS José Blanco Corís expone en la Nacional de 1881 Presentación del cardenal Cisneros a Isabel la Católica 96’í• Alejandro FeíTant y Fischermans recibe medalla de pulmera clase en la Exposición Internacional de 1892 con Cisneros, fundador del Hospital Santuario de la Caridad de Illescas9óS, reprodiucidlo en gí’abado poí’ Lo Jlusb’oc¡ón Españolo ‘y Anuíricuna%<~ Blo,;c’o V Neg¡’ct7 y Gro,; Wa968 Extrañamente ninguno cíe estos cuaclí’os hace referencia a la actividad de Cisneí’os como protector de las letras. Sólo en el va varias veces citado programa del Paraninfo cíe la 1.’niversiclac! de Barcelona figura un Cisneros relacionado con la i’ida intelectual. El Cardenal ~ Caía/cgo... 1871, Madrid, 1871 ~ Por unanimidad, RO. de 20 de noviembre de 1871. ~ La Ilusgración Española y Americana, 1,1872, p. 329. 960 CANETE, L. “La Exposición de Bellas Artes de 1871”, L 4n fiuvración Española y A,neric’nna., 1, 1872, p. 23. 961 RO. de 28 de noviembre de 1871. ~ En 4.500 pts., RO. de 6 de marzo de 1874, depositado en el Senado, donde actualmente se encuentra, por RO. deS deenerode 1881. 963 ir ilustración Artística, IX, 1890, j). 19 ~ Catálogo 188/, Madrid, 188!. 965 R.O de 2 de dicieuubre de 1892. Actuualtneníe en el Hospital deja Caridad de Illescas. 966 La Ilustración Española y ‘1mericana, II, 1889. p. 73. 967 Blanco y Negro, III, 1893, p. 577 ifotografía). 968 Cran Vía. 20 de enero de 1895. 642 La filiación nacional Cisneros recibe un ejetnplar de la Biblia Políglota impresa en Alcalá de llenares tajo su impulso y dirceción de Bauza y Mas9ó9. A medio camino entre la época de los Austrias ‘y la de los Reves Católicos, se encuentran toda una sene de cuach’os sobre la ch’amática historia de la hija de éstos, Juana, y su posterior locura con motivo de la muerte de su esposo, Felipe el Ilern~oso. Un teína de gran éxito pictórico, aparentemente sin ningún tipo de connotación ideológica, y cuyo suceso habría que relacionar tanto con la atracción por el amorpasional -la locura de amor de la cultura romántica-, x’ en este sentido habría que relacionarlo con otros ciclos como el de los amantes de Teruel o la Peña de los Eíiamorados, como por la fascinación por la muerte de esa misma cultura, también gui saliu-nos de la pintura, desde el etítierro de don Alvaro de Luna a la campana de huesca, pasando por un tema casi idéntico, el de la conversión del duque de Gandía, otro de los fav olios de la pintura de historia. Visto desde estaperspect va, la ituagen de la reina de Castilla at’rasú’ando el féictro cíe su mat’iclo de una punta a otra de España. era suficiente para inflannr la imagiuiacion de la época sin necesidad cíe otro tipo cte alusiones ideológicas. La duda que cabe es hasta qué punto esta imagen pasional, cíe loctu’a ~‘ r.’íuerte, no está configurando. por extensión, una iluagen del ser español. un estereotipo de les espanoles -me referiré a ello en el capitulo dedicado al carácter espanol-. pero de momento no estará de más recordar que para la crítica Irancesa, qtte tan unánimemente alabó la Doña Juana la Loca cíe Praclilla970, uno cíe los elogios más repetidos del cuacho es que la figura de la reina es “tellement espagnole”. Sin olvidar tampoco una interpretación más inmediatamente luolitica: la reina Juana era la última reina española antes cíe la motíarquia extranjera y absolutisu de los Habsburgo. El primer cuadro sobre Juana la Loca que aparece ~n una Nacional es La reina doña Juana lo Loca ante el féretro de su esposo Felipe de Gabriel Maureta, medalla de tercera clase en la cíe 1858971 y compia por el Estado072, cítie rept’esenta a la tehia abrazando el ataúd en el que Nace su marido. Para estas fechas ya el teatto vía novela habbíi popularizado el tema -Ramón Franquelo había estrenado [)oña Juana la Lúca en 1847. ManuelTamayo y Baus Locura de Amo,’ en 1855. Eusebio Asqtterino y Romeí’o Larrañaga Felipe el Ile,’nzoso. también en 1 845: C)rellana había publicado etí Barceloíía en 1 854 La rejito Inca de atizar. Historia romántica de doña Juana de Costilla -‘y don Felipe el He ¡¡toso, una novela histórica: incluso Emilio Set-rano había escí’ito un libreto de ópera titulado Doña Juana la Loca.-, pero será el 969 Univeusidad de Barcelona. ~ Casón del Buuen Retiro. Museo del Prado. Madrid 971 R. 0. 18 de septiembre de 1858, 972 RO. de 8 de junio de ¡SSO, depositado en el Ministerio de Justicia, donde sigue actualmente, por R O de 3 de agosto de 1901. 043 Can/tu/o LV éxito de Maureta el que dará el pistoletazo de salida para una sucesión de citadros sobre la reina loca, o, mejor, sobre escenas de reina con ataúd: Doña Juana la Loca mandando abrir el féretro de don Felipe el Hernioso de Carlos Giner. basado en una obra de Arias de Miranda. Apunles históricos sobre la Cartuja de Mh’of7orcs, expuesto en la Nacional de 1862~~~; Llegada a Tordesillas de la reina doña Juana la Loca de Ibo de la Cortina, Nacional de 1866~~~; ~‘Demencia de doña Juana de Castilla dc Lorenzo Vallés. Este último, compuesto a partir de lo narrado por Pietro Mártir de Anglería en una de stts epístolas. de la que se inchíye un pequeño extracto en el Catálogo: L.a reina hizo extraer del sepulcro el cadáver de sui esposo Felipe el Hermoso y colocarlo en su habitación sobre rrn rico lecho: acordándose de lo que cierto fraile cartuijo le había contado de rmrey que resucitó a los catorce años de tenerlo guardado, no se separaba un momento de su lado esperando el feliz instante de verle volver a la vida: todas las instancias de las más respetables personas cíe su Corte eran ineticaces pata disuadiría de str manía, contestando siempre, que callasen 9 Í~, y esperasen que presto despertaría su senor fue el que coseché un mayor éxito de los tres: consideración de Medalla de segunda clase en la Nacional dc 1866976, compía por el Eslado<>2, envío a las Exposiciones internacionales de velo \.Tiena ¡873, y Filadelfia. 1876. gío casi unánime cíe la crítica: la tui ás hermosa fi gura, que pi tít ada benuos lía]!ado euu la E.xpos’i Las únicas voces discordantes se refieren a la escasa enjundia del asunto representado: tuo podemos ca!ifi ear este asuutut o luuás qure de agradaluí e, putesto guíe no es ulul luecluo ql re juaN e por sí tuisuno. ni mutelío metuos uln líe elio cuul tui tuaru te de nuestra ti ston Pero el gran éxito estaba reservado a Francisco Pradilla con Doña Juana la Loca, medalla cíe honor —la primera concedida a un pintor en una Nacional- cii la (le Exposición (le 1878980, envío a las Exposiciones Universales de Viena ‘e’ Ru’is de ese núsmo alio, premiado también en ambas cotí sendas medallas de honor, compra por el Estado981 y’ i’eprocluccion en ~‘~3Catálogo... 1862, NIadrid, 1862. 9~ C’auilogo,.. 1-866, N-’ladrid, 1866. ~ ibídem, Actualmente en el Casón del Buen Retiro, Museo del hado, Madrid. 976 Por unanimidad, R. O. de 15 de febrero de 1867, 977 RO. de 3 de mayo de l86~ en 2.000 escudos, para el Museo de Arte Moderno. Actualmente en el Casón del Buen Retiro, Museo del Prado. Madrid. 978 CRUZADA VILLAA N’IIL, O., Juicio crítico dc la E.’’posicidu Nacional de Bellás Artes de 1867. Artículos publicados en La Reforma, Madrid, ¡867. p. 28. 979 CTAI,OFRE l.,a Exposición Naciotual de Bellas ,ártes”, le Gaceta de Alar/vid, 12 6-44 la filiación nacional grabado por La ilustración Española Americana982, El Mundo Il¡.ísti’odo98~; Almanaque de lo. ilustración984, La Hormiga de Oro985, La ilusn’ación de í’spaña986 y Blancov ATcgro9S7. Lo mismo que ocurrirá con otros cuadros de gran éxito, éste de Pradilla se convirtió inmediatamente en la imagen real del hecho histórico. Representa cl episodio, nalTado por Lafuente, en que la reina Juana, enterada de que el convenio en que iban a hacer noche era de monjas. obligó, movida por los celos, a toda la comitiva a pusar la noche al raso: A las prinueras horas de un día triste, nebuloso y frio, al pie de utul ligero accidente del terreno, casi en cuyo último t¿rmino se ven las pobres tapias de un conx cuto perdido en la soledad de los campos, colocado sobre un-as angarillas, alumbrado por robustos blandones y atravesado en el sendero que forma la huella de los carros, como la muerte en .;] camino de la vida, el féretro que encierra el cadáver de Don Felipe el Hermoso, aún más guardado que por las tablas que le cubren y por las [layes que le aseguran por la celosa vigilancia de aquella henuosísirna mujer: que más que u]tua polure loca es rma ‘u urjer e ti] oquececlora. En torno a la reituav a su espalda, sentados en el surdo y cerca dela hoguera en que ardenlas secas ramas de los desnucos troncos que se ven al fondo. seis dumas lsrjosamcníe vestidas, dos de las curales aparecen como veladas por el humo de la fogata: tras ella, de pie, envuelta en amplios ropones. dos caballeros, uds allá de los cuales aán se divisa otro grupo de gentes. Picote a la reina y al o tío lacio del feretro una dama ííeamente vestida, junto a ella, cíe rodillas, «su fz’ai le coIu u tu ciulo en la ruuatio cu rs’a IIama desvía el ini suno viento quid arrastra las lío jas secas y’ desconu pone el tocado dea quel las esp1¿rídidas bellezas: Y iuego. en los segundos términos y al fondo, el resto de la comitiva, el acompafuamiento del coneja tendido a lo 1-argo del camino y envuelto todo en esa luz fría y blanquecina que indica la hora en que la escena se cumple988. Fuera de estos grandes ciclos temáticos quedan una serie de cuadros -algunos dedicados a la actividad política de los reyes, otros no- que eligen asuntos menos grandilocuentes, más cercanos a la vida cotidiana, y a veces, como ya veremos, con fuertes implicaciones políticas, qtíe reflejan “esa monarquía democrática de los Reyes Ca’.ólicos, esa ho¡u’osa excepcióí; en la cronología cte íiuestros monaí’cas, ese celo por el bien pubÉico ~“ por la recta administración de justicia”089. Aquí habría que incluir cuadros como Proc,ra,na~ión de Isabel la Católica cii Segovia, pintado por Francisco de Paula van Halen hacia 1843 y cpíe será adquirido por la Co rona9Otí. Doña Isabel la Católica cii el Monasterio de A vila rehusando la corona de Pelegrín Clavé. Exposición de la Academia de 1845, fue llevado también a la 952 La ilustración Española y Americana, II, 187$. suplemento al nc XXXIV. ~ El Mundo Ilustrado, 2, 1879, Pp. 364-365. 984 Almanaque de la 1/ugtración, 1880, p 11 985 La florniiga de Oro. 1886. PP. 712-713 986 Esta en dos ocasiones, 1886, Lo Ilustración de España, 1886, p. 2, y 188”’. La Ilustración de España. 1887, p. 157. 987 ¡flanco e Negro, II, 1892. p. 607. 988 PICÓN, JO., “La Exposición de Bellas Artes”, El Imparcial, 4 de febrero de 1878. 989 Palet y Villaba refiricFndose al cuadro de Victor N’Ian’ano Los Reyes Católicos en ci acto de administrar justicia (PALET Y VILLAB.á, 2., “Bellas Arte:;, F..xposición de 1860”. La iberia, 16 de octubre de 18601. ~ Isabel II que ~‘agó por ¿1 6.000 reales, previamente los pintores de cámara Madraz.o y Vicente l.~ópez lo habían tasado en tres o ctratro mil reales. 643 Capítulo f1~ Exposición Universal de París de 1855, una ima2en de la reina castellana en la que la crítica creyó ver representadas todas las virtudes que cimentarían la grandeza de la futura soberana: la infanta Doña Isabel tiene la nobleza y diguridad propias de la que debía años más tarde abt’ir 1-as 991. puertas al nurevo rurundo y humillar ante los ruiuuros de Granada la soberbia de las medias lunas Los Reyes Católicos en el acto de administrar justicia dc Víctor Manzano y Mejorada -medalla de segunda clase cii la Nacional de 1860992, compra por la Co¡’oíía9~ y envío a la Exposición Universal de Londres de 1862-, cuadro cuyo asunto Bastús coíisidera poco chamático, dc poco interés histórico”994, posiblemeíile, tal como puntualiza otro de los críticos, también con motivo de su exposición pública en la Nacional de 1860. porque no representa un hecho histórico concí’eto: I.a invención es poco feliz y auimada, porque etl el cuadro scíl o se pinta el acto general de ciar arrdi encia, Y’ esto procluuc e tutu a x-agueda cl que el arte rechaza - y tui ttcho más la 1uiu rura, quu e es dramática por excelencia, El Sr, Nianzano ptrdiera fácilmente haber interesado al espectador. con sólo particularizar la audiencia y referirla al juicio de algima cuestióu especial (.1. Así el acto de audiencia hubiera sido eminentemente dramático e interesante (,.), Así, pues. si al cuadro general que nos h’cí presentado el Sr, Manz ano con suma “ercíacl bis tóri ca, se bubi995ese,ah adjcío el ittteré s dramático, la invencióuu de esta otura luabría adquirido grandes quilates de valía opinión fl() coitíciclente, cotno se vera en su momento, con la tnanterncla por el resto de la crítica: representa: En el foutdo qure cíe uro salón gótico del au ti guo Al chiar de Nladti d - y bajo tun dosel eru qute se ostetuta el escudo (le -ar’nu as real, los regios consortes aparecdtl selu tados tu actu turd de serucilí a rnat estad a los lados y en sendos escabeles, los oidores del Consejo de lustícta en posiciones anad ~s y cru característicos trajes parecen deliberar sobre las peticiones piesentad-us-, a la derecha y en prttuer término, un escribano, tipo perfecto, asienta con el aplomo y secundad de la práctica ‘5 con la alta convicción de sus funciones y cíe la fe páblica dc la que a ck posttauio, los fallos t. caidos los lu;tllesteros cje niara u’ocleatr la nuasa t’uu qure adlurel se halla colu cacE luteen vistosas da] ruu utrc rs lcv’ porteros clan libre erttu-ada a ¿‘bicos’ e grandes, cuantos ¡uerÑn ¡‘¿dii ¡u stic,a: ; ocupan 1 u iquu el cl euu pintoresco agrupamiento difereutes fisuras, urnas eu actitud de entregar sus peticiones aguardando otras la puovisión de sus demandas99% ¡‘Uniera entrevista dc los príncipes doña Isabel de Castilla y don Fernando de Aragón de Francisco Díaz Can’eño, medalla de tercera clase cii la Nacional de l864~~” y compra por la Coroín098, figtu’a cl tuomento en que: 991 CAÑETE, Nl., ‘Exposición pública de la Academia Nacional de San Fernando”, Rer’isra literaria del Español, 20, 1845, p. 16. 992 RO. de 2 de diciembre dc 1560. ~ Isabel II pagó por él en 1861 40.000 reales. Actualmente en el Palacio Real de Nladrrd, 991 BASTUS, F.,”Exposicion de Bellas Artes de 1860”, La aurora. de la u’,da, lSuO, p. 26. ~ NIORA, 2. de D., “Exposición de Bellas Artes”, La Discusión, 1 de noviembre de 1860. 99ñ “Bellas Artes. Lxposieión cte 1860”, El I)ia,’io Español, 7 de noviembre de 1860. ~ RO. de 13 de cuero de 1865. ~ Isabel II. euu 15000 reales. Actusalníetute en el Palacio de Riofrio, Setrovia. 646 La filiación nacional doña Isaluel sentada y acompañada de ti-es danjas, recibe a don Pernando, que llega, apoyada sir mano derecha sobre el brazo izquierdo del arzobispo de Toledo: u.m personaje, que será Cárdenas sin duda, 9, se indlina hacia su señora, hablándola y señalando a los que vienrn~ Y La muerte del Católico, expuesto por Ricardo López Requeni en esta misma Nacionalt000. Hay también ausencias significativas. Así, la conquisia de Navarra ola expulsión de los judíos apenas aparecen en la pintura de histoija. La primer:., probablemente, porque se intenta evitar cualquier posible imagen de violencia, de coacción estatal en la configuración de la nación: todo Estado-nación se quiere hijo de la voluntad de sus ciudadanos, no de la violencia primigenia qíte. prácticamente sin ninguna excepción. toda entidad estatal supone. Desde esta perspectiva, la violeíicia contra los ínusulníanes resultaba hoitima: sc trataba de expulsar a los usurpadlores del solar nacional: pero no contra aquéllos qtíe por esencia eran considerados como españoles. El ¡trismo proceso explicaría la prácticamente tot U ausencia, en lapintui’a de historia en su conjunto, de imágenes de conflictos bélicos entre los distintos reinos peninsulares. incluidos los mantenidos entre castellanos y portugueses, época medieval, y españoles y portugueses, anexión por Felipe Uy separación bajo Felipe IX’. El caso ile la expulsión de Los judíos resulta más complejo, a la par que llamativo. Mientras que el fiíial de laReconquista y la expulsión de los musulmanes se convierte en tino (le los ejes tetuátícos. mio sólo (le la pititura sobre el 1’eina(Io de los Reyes Católicos, sino de toda la pintuma de historia en general, la contemporánea expulsiór. de los judíos merece una atención margtnal. casi vergonzosa. Vailos son los motivos que pOtrían explicar esta actitud: la idea dc la nación española como una nación territorial, con fronteras naturales definidas -salvo el espinoso asunto de Portttgal-, en este sentido la conquista cíe Granada significaba la recuperación de una parte del territorio nacional, cosa que no ocuiTía con la expulsión de los jttdíos: la lucha cíe los liberales por constníir un Estado tolerante, lo que se avenía mal con la exaltación cíe una nación ligada a lorquemada y la Inquisición: y, por último, los judíos nunca tuvieron ese carácter niltíco (leí otro frente al que se había construidola nación española, que sí habían tenido los musulmanes. Sólo dos cuadros se refieren a la expulsión: Torquetuada, que ilustra un episodio de la iiisto.”ia dc Fernando e isabel de Prescot, presentado por Silvio Fernández a la Nacional de 18811001: y La expulsión dc los judíos (año de 1492) de Emilio Sala Francés, Nacional ~ GARCÍA. 3.. “La Exposicióut de Bellas Artes. Cartas familiares a sin ausente’, La Epoca. 23 de diciembre de 1864. ~ Catullogo... 1,S64 Nladnd 1864. ¡Útil Católogo...1&SJ, Madrid, 1864. 647 Canilu/o .1V de 18901002 -este cuadro había ya recibido, cuando fue expuesto, una segunda medalla en el Certamen Universal de Paris de 1889, posteriom’mente obtuvo medalla de oro en el de Berlín de t003 y reproducido en grabado 1891-, adquirido por el Estado pata el Museo dc Arte N’Ioderno por La ilusa-ación Española it’ Amc¡’icana1 004 La ilustración ibérica1 005 y La ilustración Artíst¡calÚO6 Sala lleva al lienzo uno de los momentos más dramáticos previos a la expulsión: Tiene por asunto el momento en que el célebre Torquernacia, viendo a los Reyes Católico inclinados a transigir autorizando la permanencia en sus Estados de los israelitas, arroja ante ellos sobre una mesa un crucifijo, diciendo: “juudas Iscariote vendió a suu Maestro por 30 dineros: Vuestras Altezas le van a vender por 30 000: acprí está: tomadley vendedle”100’, í’epresentado con una absoluta fidelidad: En el fondo el solio Real: los Regios cónvurges en él, serutados de frerute crí espectador: desp tres, etut re las gracias del Tr’otuo y’ la mesa, 1’orqurenu ada: en t u’e 1 cr rut esa y’ el espectador, el ,j udio. (‘onu o acompañamiento. dos reyes de anuas al pie del baldaquino, y en el estrado, a la derecha de los Soberanos, los cabalicuos, ‘va ¡‘a izquierda, las damasl(tttS. Por último. se podría tamnbiétm incluir adíuí un cuadro sobt’e Cesar Borgia. que aunc¡ue no estrictamente dentro (le la pintura de histoí’ia española. dacIas las relaciones con e] mundo espanol del personaje -eta hijo del papa valenciano Alejandro VI, se casó con la hija (le Juana cíe Albiel. reina cíe Navaj’ra,a la muerte de su padre fue enviado a España w~ el nuevo papa,.Julio 11, y muijó en un combate junto a las mnurallas de la ciudad navarra de Viana- cabría cotísiclerar como un asunto espanol. Se trata del Cesar Borgia renuncio a la púrpura codead/cia ante el papa Borgia con el que Joacluin Luque Roselló obtuvo medalla de tercera clase en la Nacional (le 18871009 fue además r’eproducído en gí’abaclo por La ilusnación Española it’ 4,nc’,’icanatOtú Aunque quizás aquí lo que más debería llamnar la atención sea justamente la escasa presencia de figura tan literaria. 1002 Cat¿ilogo... 1800, Madrid, 1890. 1003 En 30.000 pts.. RO. de 7 de diciembre de 1892 en 30.000 pts. Depositado en el Museo de Bellas Artes de Granada. donde actualmente se encuentra, por R.O de Ql de mayo de 1957 1004 La Ilustración Española. y Americana, II, 1890, p. 208 1005 La Ilustración Ibérica, VIII, 1890, p.S64. 006 La Ilustración ,4í’,istiea. 1893, p. 573. 1007 CALVO, L, “Exposición de Bellas Artes”, art, cit,, pp. 177-178. 1008 ALFONSO, L... “E.xposicio’n Nacional de Bellas At’tes”, La Epoca. 18 dc judo de 1890. 1009 A ¡upíi aci óru del juirado, por ulnani nridad, R. O. de 22 cíe j uunio cíe 1887, 1010 La I/trsPwr.’Mi¿; Es¡u~ñola u’ ,‘lmericcua, 11, 1887, p. 2~4. 648 La filiación nacíuna! 33. AUSTRIAS. La época de los Austrias es, tras Reyes Católicos y s~glo XIX, el periodo que da índices de correlación duración cronológica/cuadros de historia más altos (ver cuadro n0 1), favorito de los pintores de historia ;r detenuinante en la construcción dc la imagen que los españoles se van haciendo de sí mismos. Son, en especial. Carlos 1 y Felipe II quienes ocupan un lugar hegemónico en la imaginería polítmco-nacmonal del siglo XIX. Una y otra vez los pintores de historia recurrirán a sucesos ocurridos en el reinado de estos monarcas como ilustración de aquellos aspectos que sc consideran como invariables castizas del ser nacional: tradición impeí-ial, la lucha antiabsolutista, etc. La imnagen que emerge de estos cuadros es la de un siglo XXI c¡tlrn.tnttcidn del proceso dc fonnacióím del espíritu nacional; el esplendor de un pueblo inten-uinpido bruscamente con la mm¡erte de Felipe II y que ruo reaparecería hasta dos siglos más tarde con la Guena cíe Independencia. Imagen que aparece mezclada, sin solución cíe continuidad, con la (le una época que había significado. también, el fim cíe las libertades colectivas cíe castellanos y ara~oneses. la ocultación (le una traclicion nacmomnl democratica. Los dios primeros Austm’as eran los (leí imperio. per’o también los cíe los Comuneros y Lamiza: los que habían llevado a la naclon española a su momiíento de muáximo esplendor y los que la habían apartado de stt auténtico espíritu nacional, libre y democrático. Esta segunda tmagen, la de los Austrias como responsables de la decadencia española. tendrá gran predicamento en el prinier liberalismo, pata el que la instauración en el trono de los Reyes Católicos de esta monarquía, extranjera, no sólo había acabado con las libertades castellanas. sino qute había condenado al país a lies siglos de servidunibre y desdichas”1 (~l 1; origen de um largo intetTegtlo al que las Cot’tes dc Cádiz, retomando la antorcha coímrnera. pondrían fin. Imagen que aparece perfectamente expresada en la crítica que del cuadro de Villodas, Mensaje del rey Carlos 1 al Cardenal Cisneros. hace, con motivo de su exposición en la Nacional cíe 1878. Jacinto C)ctavio Picón: Eir etuanto al momento escogido por el artista para la ficción 1ictórica, creemos que con dificultad hurbiera podido encontuas en la historia patria un momento más dramático qule aquél en que Cisneros. ci representante de la política nacional y la personificicién de la preponderancia del estado llano, recibe postrado en su lecho de muerte el mensaje pos el cual el fundador de la dinastía austn’aca que inició la desastrosa política de la intolerancia, le nanda retirarse a sus tierras pagando con la ingratitud más infame los servicios prestados a la causa de España y del emperador por el u ustre carcíetral 1012 1011 MARTíNEZ DE LA ROSA, E,, “Bosquejo histórico de la guerra de las Comunidades” en Obras Completas, Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, 1962. p. 33 a. 1012 PICÓN. .1. 0., “La Exposición de Bellas Artes”, El ¡nrparciaf, II de febrero de 1878. 649 Capítulo .fV Pero fuera de esta primera generación liberal, incluso dentro de ésta a medlldia que avanza el siglo, los posturas son mas ambivalentes. Ambivalencia muy bien reflejada en la obra historiográfica de Cánovas del Castillo, quien pasa de la condena sin paliativos a la Casa de Austria, la Inquisición ~‘ la aventura ameí’icana de sus pmimeros escritos, a una visión mucho más matizada, cuando no a una clara rectificación, en sus estudios más tardíos1013. Al hablar de la época de los Austria hay que hacer, en todo caso, trna clara diferenciación cronológica entre el siglo XVI y el siglo XVII. En este proceso de selección/exclusión del pasado que toda construcción nacional supone. el siglo XVI aparece enormemente sobrevalorado: tal como escribe un articulista de El Ajusto Universal: El siglo XVI es indndableni ente cl siglo tnás’ grande de todos los siglos (.t, Todo es srublime, udescriptibí e, gra rudí oso1014: ínientras que el siglo XVII sólo tiene impol-taríciaen cuanto constntctor de una cultura nacional. Además de proporciomu’ temas prn’a los grandes argumentos políticos. que analizaré más adelante, la época de los Austnas servirá también de pretexto para una setie de cuadros cíue simm tener, al menos aparemítetuente. ningún tipo de implicación política gozarán de los favores cíe público y crítica en las Exposiciones Nacionales. Ejemplo paradmgmático será el cíe ¿Juana la Loca acompañando el cadáver de su esposo Felipe el hermoso101 ~. El asunto reunía todos los requisitos para transformarse en el tema rotnátitico por excelencia. La imagen (le mína mtmjer enloquecida por los celos, cnízando España aconipañacla de un cadáver, era en sí como un (llamila romántico: el amor, los celos y la muem’te. El tema será pintado sucesivamente a lo largo del siglo, pero cabría pregunta’se hasta qué plílulo los contemporáneo& además del dramnatismo del amnor y la locura, no hacían también una interpretación política del tenía. Al fin y al cabo, Doña Juana representaba el final de lo que pialo ser y no ftte: Luma monarqtmía auténticamemite española. La evolución a lo largo del siglo de los cuadros sobre la monarquía de los Austrias mituestra claramente cómo el mito de la España impeí’mal es una creación de la España de la Regencia y la época isabelina -falta por completo en el primer tercio dc siglo. cuando se continúan de las pautas dieciochescas-, que alcanza su cénit a partir de la segunda mitad de siglo -1855-1867 y sexenmo revolucionario- para suftir un cierto eclipse, relativo, en la época de la 1013 Sobre este aspecto véase YLLAN, E., Ccino~as del Castillo, Entre la historia y la. política, Madrid. 1985. 1014 PAZ. A. de, “Consideraciones sobre la revolución de las comunidades de Casdíla”, El Museo L’nix’ersal. 1864, p 50. ~ Este tema está a medio camino entre la época de los Austrias y la de los Reyes Católicos: (le hecho, se ha incluido ‘va en ésta, pero bay una lecttn’a ideológica que sólo se pitede hacer desde aqr.rél. 650 fa filiación nacional Restaum’ación, especialmente por lo que se refiere a obras prt sentadas, pero no a las premiadas y adquiridas por el Estado. En todo caso, llama más la atenúón la homnogeneidad a lo largo de setenta años -estamos hablando de variaciones de menos del 6%- que los ligeros cambios producidos entre unos y otros periodos (véase cuadro u0 13). La asunción de la época de los Austrias como elemento esencial de la identificación nacional española parece algo amplia y generalmente aceptado a lo largo de todo el XIX, la única excepción sería el pmimer tercio de siglo, pero ya se ha hecho referencia en múltiples ocasiones a que ideológicamente habría que incluirlo dentro del siglo anterior. Desde el punto de vista iconográfico lo que parece Inarcar un giro definitivo sobre la consideración de la época de los Austrias en la mitología ruacional española es. como en otros muchos aspectos. la diecoracion del techo de la sala sexta del Palacio del Pardo realizada por Jtían Antonio de Ribeí’a en 1825. Como se vio en su momento, la presencia de persomiajes y hechos de los siglos X\’1 y XVII en los Concum’sos de la Academia del siglo XVIII había sido prácticamemmte despreciable. pero Ribera da un vuelco íadical y absoluto, pues de los 28 personajes que formna¡m pam’te (le su Parnaso de los grandes hombres de España. de su genealogía de los grandes nombres de la patíia. 22, es decir e] 79%, pertenecen a los siglos de los .Xttstrias: padre Mariana1 01<,, ,‘mñommio de I~eyva, Juan Sebastián Elcano, ,Xntotmio de Solís ~I ‘, l-lertmán Cortés, Fizan-o, iua¡m cíe He¡Terat 018, \.relázquez, Alonso Berruguete, Gaspar BeceíTa1 019 José (le Ribe¡’a1 020 N turillo. fray Luis cíe León1021, Miguel cíe Cervantes, Calderón de la Barca, Luis de Góngor&022, Feruand~ de Herrera1023, Lope de Vega, Francisco cíe Quevedo Alonso cíe Ercilla1 024 Baí’tolotné Leonardo cíe Argetmsola1 025 y Garcilaso de la Vega1 326• Cailos Luis de Ribera, hijo del anteí’ior, seguirá punto por pLinto las pautas paternas en la decoí’ación del techo del Salón de Sesiones del Palacio del Congreso, conjunto icommgráfico 1016 No llegará a figurar en ningún cuadro de historia, aunque sí ea la decoración del Salón de Sesiones del Palacio del Congreso de los Diputados. 1017 No llegará a figurar en ningún cuadro cíe bistorta, 1018 No llegará a figurar en ningún cuadro de historia. aunque si en la decoración del Salón de Sesiones del Palacio del Congreso de los Diputados. 1019 No llegará a figurar’ en ninguíru cuadro de histou’ia, 1020 No llegará a figurar en ningún criadro de Iristoria. 1021 No llegará a figurar eru tuinguitr cuadro cíe historia. 1022 No llegará a figurar en ningrin cruadro de historia. 1023 No llegará a figurar en uuingrítl citad ro (le ti st oria. 1024 No llegará a figurar en ningún cuadro de historia, 1025 No llegará a figurar en ningún cuadro de historia. 1026 No llegará a figurar eiu ningún cuiadro de historia. 651 (‘anírufo fl” mucho más emblemático que el antemior: Felipe II, Carlos V, Saavedra Fajardo1027, padre Mañana1028, Cervantes, Lope de Vega, Juan de Herrera1029, Velázquez, Alonso Berruguete y Luis Vives1030. Total Adquiri- Preunia Medalla Medalla Niedalla Reprod. dos dos primera segurnda tercera en Estado clase clase clase grabado Total siglo 28 26 2? 15 30 34 20 1808-1833 0 0 1834-1854 20 18 1855-186? 32 22 2? 21 26 38 26 1868-1874 33 32 33 0 40 0 23 18751895 2? 32 26 14 30 32 23 Criad t’o II” 13. (‘uradros’ sobre la ¿~‘ oca de los A ttstrias. Las cifras i ndicaru porcentaj es ( %) sobre eí total cíe er uatiros (le 1)i stop a cur eacia gtl.upo y apa vtacío cr’oruo] OLICO. Por lo que se refiere a los cuadros (le historia propia.metmte dichos, lo mnlsmo qtte octírre cori todos los demás pemiodos, se agrupan en una serie de ciclos temalicos que ínonopohzan en stt conjunto la pí’actic~¡ totalidad cíe la pintura cíe historia imíspiracla en esta época (véase cuaclí’o n0 14). La época cte Carlos V ocupa Itígar pm’ivilegiaclo en esta icono~zrafía nacioímal. El pt’opio mommrca es uno de los personajes más representados de la íhintm¡ra cíe histotia. íncluida 511 presencia en el techo del Salón cíe Sesiones del Palacio del Con”reso. siouiermclo en esto las patitas histonograficas que reservaban al emperador umm lugar central en la historia del país tal como muestran no sólo el espacio reservado a su í’einado en en las historias generales, sino también la apat-ición monografías especificas -historia ,íouelcsca española. C’a,’los Ido España y y d<’ AIé’nzauíia cíe Velázquez Sámmchez1 031, Historia del enzpe’ado¡’ Carlos Y cíe Nítíñoz Maldonado1032, Carlos 1 dc España dc Nebot y Padilla1033 e, incluso, de íiovelas 1027 No llegará a figurar en ninguin cuadro de historia. 1028 A pesar de su obra ser abundantemente urtilizada por los pintores de historia, no llegará a figurar en ningún cuiadro de historia. 1029 No llegará atigunar en ningún cuadro de. historia. 1030 No llegará a Iigtuar en mugán cuadro cíe historia, pero su estat ita es una cíe las qríe flanquean la entrada cte la Biblioteca Nacional esptnola. 1031 VELAZQI.TEZ SANCI 1W. 1, historia novelesca ~‘.~‘í>añola.C’arlos ¡de España y’ y de Aletuania, NIacíricí, 1854. 1032 MITÑO2. MAI,DONÁDO .3,, U¡gorja del ‘rnperador Ca,’lo 1”. Madrid, 1862. 652 La filiación nacional históricas sobre su persona -Carlos ¡ de España. o los ‘Jete embajadores de Sánchez dc Fuentes1034, Rey. c,npei’ado¡’ x monje de Anduezalt~3S, Carlos ide España y Vde Alemania, o Venganzas reales. Novela histórica de Velázquez Sánchezt036,.... -. A lo que habría que añadir la existencia de una abundante iconografía de época. en particular Tiziano, que facilitaba grandemente el trabajo de los pintores1037. La imagen del reinado del primero de los Autrias se articula en torno a dos ejes fundamentales: expansión imperial y nacionalización de la figura del monarca, cuyo retiro en Yuste se convierte en una especie de garante de su espaflolidad. de acto simbólico de nacionalización. La visión negativa que podía derivarse de Carlos V como el verdugo de las libem’tades nacmonales en Villalar, es eliminada por completo gracias tui curioso subterfugio: ni un solo cuadro í’elaciona al mmíonam’ca con la Gucm’ra de las Comtínidades. Un hecho histórico que. según la iconografía decimonónica, p:u’ece haber tenido lugar en ‘ana cierta intemporalidad. en el que hay víctimas, pero no vercítígos. Carlos V se configura así en el imaginario colectivo como el monarca español -Yuste Jo espafloliza- que lleva la tradición imperial española. uno de los rasgos definitorios cíe lo español como ya veí’emos, a su cénil. Y esto es todo. La imagen de tilia tradición nacional de carácter imperial se vertebra en tomo a dos grandes ciclos: expansión ainencana yguemTas con Francia. Por lo que se í’efiere al ptinícro, la expansión arncric.rna, lo mmiisnío que ocun’e emm el caso cíe los Reyes Católicos, es uíio de los temas muás frecttentes de la iconografía carolina. Tradición immíperial centrada. cmi este caso, eti la conquista y no en los descubrimientos, y mux’ l)am1icttl~1t~em1te etm la conquista cíe Méjico ~ Coí’tés (Ver cuadro n0 14>. 1 ~ntema que ya había sido consicleí’ado por Niadrazo para la decotación del Pahcio del Congreso y dlue. finalmente. aummdlue no aparece como tal temna en si etm el pm’ograma de CamIos Luis cíe Ribera, silo hace ~ NEBOT Y PADILLA, L., (‘arlos IdeEspaña, Madrid, 1855. 1031 SANCIIEZ DE PUENTES, 3.. Carlos Id> España. o los siete embajadores. Madrid, 1851. 1035 ANDIJEZA, i.M Rc~’, c’mpcrador y moqje, Barcelona, 1856. 1036 VELÁZQLIEZ SÁNCHEZ, 3, Carlos It/e España x’ VdeAk’nionia, o l’engamas peales, Novela histórica, Sevilla, 1855, 1037 No deja de ser significativo, a este respecto, qrre um critico, a propósito de la Entrada de Carlos Y en c’l Monasterio de Yuste de Joaquín Agrasot, reproche al pintor precisamente el no haber respetado la iconograt’ía histórica del emperador: “u.mo de sus mayores defectos cousiste en haber prescindido de los retratos de Carlos \‘. y aplicándole una cabeza que en nada se parece a las conocidísimas de Tiziano y Pompeyo f.eoni” (VICENTI. A., “Exposición de Bellas Artes”, El Clobo,1.’ de junio de 1887), 653 Confluía IV Cortés en una de las doce medallas que, como símbolo dc las vimiudes españolas, ornan el techo del hemiciclot038 La distribución temporal de cuadros sobre la conquista de Méjico vuelve a mostrar, una vez más, cómo es el periodo isabelino el que configura la mayoría de los grandes mitos nacionales españoles, pioduciéndose tuía auténtica avalancha de obras sobre el tema en tollio a los años centrales del siglo. Joaquín Fernández Cruzado lleva a la Exposición dc la Academia cíe 1842 Presentación a Hernán Cortés de Guatimnocín por el capitán García de Holguín. En 1852 Isabel II adcíuiere, en 100.000 reales, un cuach’o de Antonio Gómez y Cros tittmlado La batalla de Otumbat 039 Pero seí’á la aparición de las Exposiciones Nacionales la que maí’cará el éxito clefiídtis’o del tema entre los pintores cíe historia. Ya en la píltuera. la cíe 1856. obtuvo un gran éxito la Prisión de Guatimoci’n, último emperador de los mejicanos, por las’ tropas de ¡fernán Cortés y su presentación a éste ca la plaza dc Méjico de Carlos María Esc 1 ~‘ 1• 1uivel, medalla cíe segunda claselUlO y compra ~r el l’istaclo 1038 La presencia de Cortés en la enitrura decimonónica, no se limita uluicanientea la pintura. Es tanubién habitural en otros ámbitos: libros de historia -Gayangos publica en 1870 las (‘arfas y r<’laciones de Hernán Cortés al emperador Carlos 1’-, ol)ras cíe teatro -Los mocedahes de Hernán Cortes cíe Eseosina, estrenado con gran éxito en 1845—, poesías Lo Buena r’cntoto, romance (leí Cortés o La conquista de Messico de Ignacio Ovejero, Los ,¡au’Év de Cortés de Chapí-. artículos de revistas - “Hernán Cortés”, Semanario Pintoí’esco Español. 126, 1838 FERNAN GABALLLRO “La casa en que muu’ió Hernán Cortés, en Castilleja de la Cuesta”. La llt4stí’auoír Espanola x Americana, 1. 1877, pp. 246- 24?: ASQUERIN’O, E,”Las cenizas de Hernán Cortés”, La Ar,¡é¡ ita ( rón¡ca hispanoAmericana, 1, 1862, p 4: FERNANDEZ VILLABRILI..E, E., “El conquistador de Meijer. El Museo de fas Familias, II. 1844, p. 3: FERNÁNDEZ VILLAERíLI~E, F, “La batalla de (jtumb, El Mus~’ode fas FamiLias, III, 184S, p. 15?:..-, etc, 1039 Actualmente en el Palacio Real de Níaclud, 1010 RO. de 7 de agosto de 1856. ¡041 RO. de 7 dc agosto de 1856 en 7.000 reales. Depositado en Zaragoza por RO. de 24 de enero de 18??. A etna!tuente en el Nl Luco de Bellas Artes de Zaragoza, depósito del N’luuseo del Prado, 65-1 La filiación nacional En la dc 1858 Antonio Gómez y Cros recibirá medalla de tercera clase1042, y la colTcspondiente comnpí’a del cuadro por el Estado1 043, ccii Hernán Cortés entrando en el aposento dc Montezuma. En la de 1862 el mismo pintor valenciano, que parece haberse especializado en el tema, expone hernán Cortés liberándosc de los d~s indios que trataban de asesinarle1044. Tamnbién de hacia estas fechas, fue expuesto en el \‘Iinisterio de Fomnento en julio dc 18631045. es el Hernán Cortés quemando las ¡zares de Sans y Cabot, encargo de Miguel Aldana para hacer pareja con El desembarco de los puritanos de Gisbert, motivo por el d~tie se tm’ae aquí. a pesar cíe no ser llevado a ninguna Nacional ni ser adquirido por el liEstaclo. Cuadro cine gozó de una cierta celebridad, además de la ya re[eí’icla exposición pública en un centro oficial. ftme t’epí’oducido en grabado por El Atasco (Ji eii’e¡’sal1 ~ En la Nacional dc 1866 se produce una auténtic’i eclosión cíe lienzos dic temática cortesiana: Primera entrevista dc Hernán Cortés y Montezuma cíe Litis López Piquer 1 017: Guatimocín y su esposa presentados p risiolzeros u Hernán Cor/é,v cíe Eusebio Valídeperas, consideración de tercera medalla1 018; y La noche dc Zempoala: c.rpcdición dc hernán Cortés contra Pánfilo dc ;Vcrváez de Francisco dc Paula van Halen, itispiradlo éste ctm la Conquista dc’ la Nuct’a España. de Solís1 049 Eduardo Gimeno y Canencia lleva a la Nacional cíe 1871, sin ningún éxito. Episodio de la conquista de México1 050 Ya emu la época dc la Restauración, Ramírez Ibáñez expone en la Nacional de 1887 I)e la Catequista de M4¡ico; Otumba1 051, no premiado puro adicíturidlo por el Estado1 052 y 1042 R. O. 18 de septiembre de 1858. 1043 En 10.000 reales, RO. de jOde febrero de 1859. Depositado enla Diputación de Aflvacete por RO deS de junio de 1880. Depositado ert el Ayuntamiento de Albacete. doade sigue aefua)rnente, í,or O.M de 20 de febrero dc 1986. 1044 Catalogo.., 1862, Madrid, 1862. 1045 l..a noticia cje su exposición en ej Ministerio de Fomento es recogida por varios pericicicos: La L’spct’auca, 14 de Julio de 1863: La Época, 14 de Julio de 1863: Lo España. 14 dc Julio de 1863:... 1046 El Museo U,,ic’rrsal, 49. alio IX, i 865. p. 388. 1047 Catálogo... 1566, Madrid. 1867. 1048 Por unarri ruidad, R O. de 15 de febrero de 1 86?, 1049 (‘aMiogo... 1866, Madrid, lStC 1050 CaulIoga.. /87/ Maduid, 18?]. 1051 Catálogo...1887, Madrid, 1887. 655 Capítulo JI’ reproducido en grnbado por La JIusí,’ación. Revista Hispano-Ame’icana1053; el mismo Ramírez Ibáñez en la de 1890, Noche triste. Retirada de los españoles de Méjico1054, una imagen melancólica de la primera demTota de Cortés: El héroe a quien España debió no menos que urn imperio, aparece sentado en una peña en actitud que denota profundo abatimiento: tras él está la india que. le amé, de quien fue amado y que supo servirle con fidelidad admirable: no lejos de ellos se ven varios capitanes y hacia la parte de la derecha desfilan los restos destrozados de las tropas entonces allí por primera “ez vencidas y que luego lomaron gloriosas ~‘e.r1ganzas1055: y José Urja y Una, también en la de 1890. hernán Corlés ante Carlos VI~IS~S. éste ima representación bastante banal del primer encuentro, tras la colíquista de Méjico. entre el cmpet’adory el coíiquistador extíemneflo: 1..lega el héroe aconipanado de indíge;u as de las tierras conc 1 057 1uistadas, los círales jaen “ucos l)r’eseutes, y es recibido juor’ el emperador Fuera de la conquista dIc Méjico. ya en 1808 la Academia había proptiesto para la pnteba de repente. segunda clase, de pintura,: Martíru de Elvira, soldado del e érci to espafuol en la provincia 4eAu’atreo, ‘tríedel furerte ayerqontado y’ ardiendo e¡u ira por lulrl uer peudi cío su 1 anta en 1 1tatalla , sea floja al ejéu’ci to ,\ ‘arr cano y 1 a recobra matando a un valierute indio que ja deficrude con gra¡u valor1058: y en 1832 para la pmiteba cíe pensado. pliniera clase, de pintura: Deser brimietuto del ni ar del Sur por Vaseo Núñez de Balboa. Cort las noticias ~ugas’ qrie adqiuirieu’on los españoles purueros líniflaclores del Da riert, de haber a la otra l)~rte r u ¡tuar imneulso x’ ¡u acrorres e imperios de mucha riquueza y poderu’o.resuelve Vasco Núñez de Balboa ir con algunos castellanos á descubrir aquel mar: y después de redírcir en el camino á muchos caciques que se le oponían, haciendo alianza con ellos, emprendió la subida de la alta siena, que media entre ambos Océanos, Antes cíe llegar a la cumbre le muestran los indios el lugar desde donde se descubría el deseado ruar, Nl anda hacer alto al escitadrón ~ sírbe solo: y al presentarse a sius: Ojos el liJar niustral, sobrecogido de coto, cae de rodil]as eíu ti ella, tien de los brazos Ii acia él. y icrí 1 euudo 1 águi unas da guacias: a Dios por haberle ayudado1 059 1052 En 2.000 ííts., RO. de 9 cíe noviembre de ¡888. Depositado en el Nínseo de Bellas Artes cíe Tenerife, donde sígure actualmente, por R O. cíe 29 de noviemiute de 1900. La adquisición fue recomendada por el Jírrado de la Exposr cron, 1053 ¿~ ,‘lustrac¡ón, Pecina hispano ,Amcrica,;a, 7. 1887 í’.SOS 1054 Cnrcifogo. .. 1890, Madrid. 3890. Actualmente en el Museo de licUas Artes de Santa Crxw de Tenerife 1055 PICÓN, JO., “Exposición Nacional de Bellas Autes”, Fi imparcial, 19 de mayo de 1890. 1056 Catálogo... 1890, Madrid. 1890. 1057 PICÓN. JO.. “Exposición Nacional de Bellas Artes”, FI Imparcial, 13 de mayo de 1590. 1(158 L)istribución, .27 de Septiembre de 1808. Madrid. 1832. 1059 Distribución. .27 dc Alarzode /832,Madnd, 1832. 656 La IYIiacidn nacional Posiblemente haya que relacionar con el concurso ant erior un cuadro de Luis Ferranz, El descubrimiento del Mar del Sur por Hernando dé Magallanes. que figum’a en el mnventamio de las pinturas propiedad del infante Sebastián G~biiel de Borbón hecho en 1835 con motivo cíe la incaimtación de sus bienes, si suponemos que eL titulo está cambiado. En todo caso, entraña dentro del mismo gm’upo. Después hay que esperam’ hasta la Nacional de 187S para encontrarnos con un cuadro sobre la expansión americana en tiempos de Carlos V, no íefemido a la conquista de Méjico, se trata dc Muerte de Pizarro, conquistador del Perú de Ramírez Ibáñez. que tuvo un cierto éxito -medalla de tercera claselOÓO, compra por el Estado106t y emívio a la Exposición lIniversal de París de 1878-. Con este cuadro la Restaum’:mción pam’ece imúciai’ una especie de intuiciclo pizan’ista que, en — caso, llegará a adquirir la fuerza del dedicado a Cortés1 002 Angel Lucano expone en la Nacional (le 1881 Entrevista de Carlos Y con Francisco Pi;arrot®3, que, aunqtte no premiado ni adc 1umrido por el Estado, ftic profusamente repetido en trabaclo por bis revista de la época: La J/nsn’acu’hi Ispísnala >‘ A;nr’,’tcana, esta en dos 1065 e La Ilnst,’ac¡on Ibe¿’¡ca 1 (>ótS José La~tíiia Pérez en la ocasiones 1 ~, llusn’ació¡i A¡’t¡suca cíe 1887 Pizarro muerto por sus compañeros1 067 Trinidad Solano, tambiémí cii esta misma Nacional de 1887, Atabalipa meditabundo1 068 Y Vicente Campesino Mingo. que eterra el ciclo. Carlos 1’ dando el título de gob.?rnador de Perú a Francisco Pizarro, cii la dc I890~ 069 ~ Por unanimidad, RO. de 14 de febrero de ¡878, ¡Col En 1.750 prs., RO. de 5 de mayo de ¡879. Depositado en el Senado por RO. de 3 de agosto de ¡901. Desde 1941 ene1 Ninseo del Ejercito de Madrid, depósito (leí Mu’use~ del Prado. 1 oó2 Resulta llamativa esta menor presencia de Pizarro. siempre con respecto a Hernán Cortés, en la pintura de historia, Máxime sí ¡cuernos en cuenta que no ocurre lo misído en los demás medios’ de expresión y coruuuuuc aeroil, donde la fiQurra de Pizarro es al rrue¡u os, tan ha lii rial como la de Cortés: teatro Fra,, cisco Pizarro de Ferrer del Río, estreuada en 1861-, novelas históricas-A/on.~’o y Cora o .i,a abolició,.’ del culto del Sol, sacada dc la historia de los incas de López (le Tetona, publicada en Valladolid en 1834: Pi.arro y el siglo XVI de Alonso de Aveciua, publicada en. Madrid en 1845-. libros de historia -Los Incas, ola destrucción del Perú de Marmontel. publicado en Barcelona en 1837: o Historia e-/e la conquista del Perú, de Prescotí. publicado en Madrid en 1853-, artículos en revistas - “Francisco dt Pizano”, Semanario Pintoresco Español, 41. 1848, pp. 321 -323: FERRER DEI. RIO, A., “Historia. Francisco Pizano”, El Siglo Pintoresco, 1, 1845, pp. 75<9, FERNANDEZ VILLABRILLE. F.. “La couuquuisra del Perú”, El Museo de las Familias, II. 1844, p. 154: ANDUEZA iNI de, “Francisco dc Pizarro”, El Museo de las Familias, V, l84~. y. 148-. Sería interesante ver hasta qué punto Mújico ha ocurpado un luí =arprivileW.ado en la imaginería imperial española. 1063 Católogo... 1881, Madrid. 1881. 1064 J.c Ilustracion Española y Americana, II, 1881, p. 105 y J.c ilustración Ii”spaiiol¿. y Americana. 1, 1887, p. 40. l0~i5 j¡ns/ración Artístico, 1885, p. 353. 1066 La flystra<.’íón Ibérica, X, 1892, p. 52. 1067 (i’ardlogo... 1887 Madrid, ¡887. IGóS Ibídem. 1069 Catálogo... 1890, Madrid, 1890. 657 Capítulo IV Los conflictos entre Carlos Y y Francisco 1 de Francia, con episodios como el de la batalla de Pavía -a la que la participación personal del propio monarca dotaba de un aura caballeresca-, cuya importancia simbólica como recuerdo de imna época en que las armnas españolas habían enseñoreado Eui’opa era evidente, o la pm’isión del monarca fí’ancés en Madrid, habían atraído la atención de los primeros escmitores e historiadores románticos. Asíel duque de Rivas no sólo dedica uno de sus Roman ces histh’icos a la batalla de Pavía, sino qite escribe además Solaces dc un prisionero o Tres noches en Madrid, sobre la forzada estancia de Francisco 1 en la torre de los Lujanes1070: o. del lado de los historiadores, NIignet, quien publica Rivalidades <‘rifle Francisco 1v Carlos 1”? En pintura. su apanciómm es también relalívamenle temprana. En fecha indeterminada, pero en todo caso anterior a 1868, Giovanni Migliaí’a pinta una ¡‘risión dc Francisco 1, que sería adquirido por el Estado107t. Mariano de la Roca y Delgado lleva a la Exposición de la Academia de 1850 La batalla de ¡>ar¡’a. Dm 1853, por encargo de Isabel II, quien al parecer eliize ella misma el temna Antonio Gómez y Cros pimmta La batalla dc Paría, expuesto posteríommmmte en la Nacional de y pc>~’ el que la Corona pagó 40.000 reales. Representa: el ‘uonu etuto en qiue el soLlado español 3 iran de 1) rbiet a pouue la espada al pecho al rey de Francia Francisco 11073. Emm la sigímiente Nacional, la cíe 1858. se puchero:> ver tí’es cuadmos sobre este asunto: La batalla de Pavía de Paulimio cíe la Lindet07t, éste un cuadio extraño ya que, en fechas tan tempranas como éstas —posteriormente este tipo de cuadros proliferai’án muncho más- es níja í’ccrcacióím pamódica del episodio (le la batalla, mepresenta tína matanza cíe pavos.’ 121 canjc de Francisco ¡por sus dos lidos de Miguel Fluyxcnch1 075 reproducidlo en grabado por El 1070 No fue el duque de Rivas el único escritor decimonónico cn sentirse atraido por estos heebos históricos, Pérez Rioja publica en San Sebastián en 1863 ion nes de Urbieca. Leven~4a histórica: López Borreguero en Madrid en 1864 Elena de Montesamo o Episodios del sitio de Pavía, ,Vou’ela hisíó¡’i ca:.., El tema es también habitual en la prensa de la época. QUEVEDO, J., “Batalla de Pavía y puinsión de Francisco 1”, LI Museo de las Familias, IV, 1846, pp 97. 121 y’ 151: ‘‘Glorias nui litares españolas. Batalla de Pavía’’, El Siglo Pintoresco, 1846. PP 13 84. “La batalla de Pavía”. Semanario Pintoresco Español, 42. 1848, pp. 329-332 (incluye grabados de la batalla y de Carlos V y Francisco 1):.,. 1071 Figma en el Catalogo provisional del Museo de .~rte Moderno de 1899. 1072 Canilogo... 1856, Madrid, 1856. Actualmente en el Palacio Real de Madrid 1073 EL DOMINE LUCAS, “Exposición General de Bellas Artes”, La Epoca. 29 de mayo de 1856. 1074 Cau$logo... ISIS, Madrid. 1858. 1075 Il’í 658 La filzacion nacional Museo Universal1076; y La visita del emperador Carlos y a Francisco ¡ en su prisión de Eduardo La Rochette1077. En la de 1866 dos: Carlos V y la duquesa de A cazó,, visitando a Francisco 1, enfermo y prisionero en Madrid de Justo García Vilarnala1078; y Entrevista de Francisco ¡ y su prometida, doña Leonor dc Austria dc Gisbertm079. Éste tiltimno, que valió a su autor la Encomienda de la Orden de Carlos 1111080 y que fue expuesto siendo ya propiedad del marqués de Salamanca1081, representa el encuentro en Illescas del rey fí-ancés y la hermana del emperador. entregada en matrimonio a aquél como garantía de los pactos firmados entre ambos monarcas,: se errcrreu ¡rair los coru raxentes en Illescas, yiuiiend o cíe Toledo la infa¡.ut’ Ctmadt’o de temnitica un tanto extraña, sólo margimialmetíte relacionado con lo cíne aquí sc está analizando, cuyo carácter anecdótico, centrado en los aspectos muás ínu’~uner>te sentímnentales, V tratamníento pictórico lo hacen tuás próxiír~o a la pintura ¡‘nubadaur cíue a la gi’an pintura cíe historia: posiblemente este fuese el motivo de que no goLase de los favores de la crítica.Así para Cruzada X”illaamil: falta lo esencial, yre es la graircIeza de la idea. el espfritir sublime del arte 1... 1 el ctr adro tuist órico, eu su acepción altauurente filosófica, no consiste en 1rue en él ligtu’en estos o los otros peusonales. que registra la crónica de los pureblos. sino que en él se desarrolle un hecbo4e unquepueblohaya influido<... ). El espectadorpoclerosanuenreni mira¡‘aranicambiar,se acuerdamodificardel vencedoro inuprimirde Pavía,ureva nimachadel vencidoa la vidarey. ni cíe su puometida esposa, sino que sólo le importa y siente delante del lienzo la escena de galanteos que pasa entie cía Luas y’ eatrallet’o,s de la corte1083. N’hentras que paraDoínenech: FI momeurto escogido por el artista es aquel en que besa a su prometida, tomado de estos dos ‘englones: “La reina se hincó de rodillas, y le pidió la mano, Vi Rey la dijo: “No os he de dar sino la boca”: e la levantó e besó”, Atendida la gran misión del arte, su fin altamente moralizador y civilizador, qíuisiéramos se nos dijera si el asunto del Sr. Gisbcrt, en las dimensiones colosales que 1076 El Museo Universal, 185?, p. 35. 1077 Cauliogo... /858, Madrid, 1858, 1078 Catálogo... 1866, Madrid, 1866. 109 Ibídem ~ RO. de 15 de febrero cíe 1867, 1081 El cuadro respondía a un encargo hecho por el político isabelino al pintor. 1082 GARCíA, 1., “La Exposición de Bellas Artes, Divagaciones”, La Época, 28 dc marzo de 1867. 1083 CRUZADA VILLAAMIL, 6., “Exposición Nacional de 11 Alas Artes de 1866. Pintura”, El Arte en España, 1867, l~ 17. 659 Capítulo IV aparece, tiene toda la importancia que requieren las bellas artes, porque en nuestro concepto. carece de la grandiosidad que exigen éstas (...) en el gran arte moderno, en el del Catolicismo, en el que nos dicta la est~tic’a, la idea debe ser primala de la tonan, mientras en ci exiadio Aunque la impom’tancia histórica de los personajes representados podía paliar, en opinión de otros críticos, la intranscendencia del asunto: Entrevio, no dudarlo, al concebir tal pensamiento, las dos figuras más colosales de aquella época: el primer Rey diplonuático y el último Rey caballero: dos figuras dignas de estudio y de 1085 atencion Juan García Martínez obtiene tun condecoración1 Ú8~ en la Nacional de 1871 con Rescate dc Francisco ¡ dc Francia y entrega en rellenes de sus hijos, adquirido años más larde por el Estado1087 En la Nacional de 1884 se exponen otros dos: Prisión del rey Francisco ¡ de Francia en Madrid, durante su enfermedad. 19 de septiembre de ¡525 cíe Vicente Campesinot088; y Francisco 1 en en la torre de los Lujanes de Anmomiio Pérez Rubio. éste Ultimo, adíquiridlo por el Estado1 089, r’ep¡’esemmía la llegada del mev fí’aícés a la casa que hará las veces cíe pí’isión dluralite su estancia muaclrileña: A 1 ir derecta rl rr al cal cíe de casa y corte s egírido cíe caballeros hud.ica ~drey qire está en el. centro a escalera qu:e eondtrce a los apos cntos gire le harr ‘le servir de pi si óuu. A la i zq uierda, caballeros, servidores En la cíe 1887 1\ Lanuel Arr’oyo x 1 ,oí’etrzo recibe medalla de tercera clase cotm La duquesa dc Alenzón presentada a su hermano Francisco 1, de Francia por el emperador Carlos Y’00t, tamnbién coínprado por el Estado1002 x reproducido en grabado por La llorutiga dc Q,’o~<~ y La lii., sti’ac¡oi. Reí isla IIíspa¡¡o~A,¡íe¡.ícauaí 094, 1084 DOMENECH, i.M.,”Exposicióu. de Bellas Mies de 1867”, La Esperanto, 12 de febrero de 1867. 1085 BENEDICTO. .1., “La exposición Nacional de Bellas Artes en el año de 1867”, La España. 12 de febrero de 186?. 1086 RO. de ZSde no\iemnbre de 1871. 1087 RO. de 14 de agosto de l8~6, 1088 Catdlogo...i8S4, Níadrid, 1884. 1089 En 1.500 pts. RO. de 24 dc jrutío de 1887. Depositado err el Museo de Palma de Mallorca, donde sione actualmente, por RO. de 3 de agosto de 1901 FI pintor había pedido en las bojas de inscripción 2.000 pts. uiunqiac pareció aceptar la cifra ofrecida sin problemas. 1090 “Exposición de Bellas Artes”, El Liberal, 24 de mayo de 1884 1091 Mayoría, faltaron siete votos, R,O de 22 de jimio de l88’~ 1092 En 2.000 pts., RO. de 14 de noviembre de 1887. Actualmente en el Instituto Zorrilla de Valladolid. 1093 La ilon’nfga de Oro, 1887. p. 684. 1091 La ilustración Revista Ibspano-~4n¡ericaera, 1 88’ p 504 660 La filiación nacional Por último, en la Exposición Internacional dc 1892 Sarladé y de heredia recibirá una medalla dc tercera clase con Jornada de Paí’ía1095. También, aunque de formna indirecta, podría incluirse cmi este grupo el cuadro de Francisco dover Casanova, Tratado de Cambray, entre Margarita de Austria y Luisa de Saboya, expuesto en la Nacional de 18711096, que fue adquirido por cl Estado en 18831097x’ reproducido en grabado por La llusu’ación A,’tfs’1ca1098. El resto cte la de hegemonía imuperial en Europa llevada a cabo por el primero de los Austm’ias. apenas si merece la atención (le los pintores de historia, si se exceptúa un curioso cuadro de francisco Javier Amérigo y Apamici, El saqueo de Roma, basado en la Historia dc España cíe Roscw Saitmt Hilaire1009, que titio un gran éxito en la Nacional de 1887 -medalla de primera clase1 100 compra por el Estado1 101 y reproducción en grabado por La flusn’ación Española ‘y Americana1 lOt y que, más que la t’eivindicación cíe tIna líadición imperial, parece un intento de lavar a los españoles de su responsabilidad en el famoso saco, pues. como recuerda el Caíálogo: estas parodias Ircu’lese~rs eran ejeecreadas por los luteranos’ de Fí’audluerg1103: ohuiamnemíte no iban a ser los católicos españoles los resporsablcs del saqueo (le la capital de la cristiandad. Se volverá sobre este cuacho -que. para colmo de inoportumúdad, fue expuesto al público en 1887, precisamente el año de los acuerdos entre el Vaticano y el Estado español. que ponían fin a muchos alias de tirantez— más adelante. El retiro y muerte del emperador en Yuste, comí cl folletinesco episodio dc la presentacióií tic sti hijo (Ion Juan cíe Austria, ocupa un lugar privilegiado en la icom>ografía carolina. La reiterada elección de un asunto tan aparentetnente anodino, al margen cte la fascinación por la nuterte (le la cultura romántica, habría que relacionarlo con el carácter nacionalizaclor que el retiro tic Yuste adqniría. como muestra cíe nacionalización simbólica del primero dIc los ixustrias. Un monarca extranjero que, como repiten timía x’ 1095 RO. de 2 de diciembre dc 1892. 1096 Catálogo... 187!. Madrid, 1871, 1097 RO. de 4 de diciembre de 1883, Actualmente en la Universidal de Santiago de Compostela. depósito del Museo del Prado, 1098 la Ilustración Artísti’a, IX, 1890,1>. 20. 1099 Catálogo... 1887 Madrid, l88’~ ~ Por unanimidad, RO. de 22 de jumo de 18W 1101 RO, de 19 de enero de 1887, en 8000 pts. con desUno al NIuseo Naciouual de Pintru’a y Escultura, actualtuente en el N’Iuíseo de Bellas Artes de San Pío y de Valencia. depósito del Niurseo del Piado, 1102 J.a Ilustración Española y Americana.. II, 188?, p. 104-105. 1103 Ca/álogo... 1887, Madrid, 1887, p. 17. 661 Capítulo J’l~ llega a España ignorando la lengua de Castilla y rodeado de flamencos, podía dificilmente ser considerado como un monarca español. Salvo que pudiese mostrar, de alguna manera, su españolidad, su carácter de español de adopción. ¿Y qué mejor pm’ueba de españolidad que el que, a] final de su vida. quien había sido eníperador del numdo se sienta tan español como para elegir, entre sus muchas posesmones. morir en un remoto rincón de la España más profunda? El episodio resultaba lo suficientemente novelesco como para haber atraído sin más la atención dc los amtistas decimonónicos1 1 04• Pero, prueba de que era considerado también un importante hecho históí’ico. lo hará tamnbién de los histoíiadores, mereciendo una monografía: Carlos E su abdicación. estancia ‘y muerte en el Monasterio de Yuste de N’b~iet. Los pintores plasmarán en sus lienzos cada uno de los episodios del retiro imperial. La llegada del emnperaclora Yuste dará lugara: Entrada dc Carlos Y en el monasterio de Yustc de Angel Lasso de la Vega, expuesto en la Nacional cíe 18561105 Entrada de Carlos Y en el Monasterio de Yuste de Joaquín Agrasot y ¿Imían - medalla de segunda clase en la Naciomíal de 1 5g71 1 Oñ adíquirido por el Estac1o1 107 y reproducido en grabado por La Ilusnacióz, Ibérica1 108 La llustíy¿ción A,i¡stu’a1 109 La Ilusíí’ación. Revista Hispano-Americana1 líO ~r La 1/it sfra c’¡ó¡¡ Católica1 IíL Muestra el momento en que el emperador, seguido de su séquito. hace entrada en el monasterio. canííííando sobre las hojas naueí’tas del pórtico. cii el que le espeí’an los monjes. con el prior vestido de pontifical. Llegada dc Carlos Y al monasterio de Yuste cozm el qume José Alaicón y Cóteoles obtuvo mm muemiciómí cmi esta mismna Nacioíial de 18871112 Este, basanclose en Caí/os V.s¡.t abdicación, estancia y mutile en el Monask’í’io de Yuste cíe N’1i~net1 113 sitúa la escetía etm el 1104 Al margen de la pintura, inspirard ima novela histórica. El monasterio de Yuste. Leyenda tradicional del siglo XI’1 de Herrero, publicacada en Sevilla en 1856, La prensa también se ocupará del asunto con cierta asiduidad, por ejemplo. NIUÑOZ Y GAVIRIA, .1.. “Carlos V en Yuste”, El Museo de las familias, 1855. p. 193. 1105 Católogo. .48,56, M,idrrcl, 1856, 1106 Ampliaeión del jurado, por unanimidad. R. O. de 22 de junio de 1887. 1107 RO. de 1 de diciembre de 1882. flopiedad del Museo del Prado, fue depositado en la Escruela de Pellas Artes de Oviedo donde, fure destruido en 1934 1108 La ilustración ibérica, \.T, 18W, PP 440 441 1109 La 1/u stración Artística, 1887, p. 231. 1110 La Ilustración, Revista Hispano-Americana. l88’~, p 440 La Ilustració,, Católica. 1 885’. p. 414. 1112 RO. de 22 de junio de 1887. por unanimidad, 1113 Ca¡dlogo...1887, Madrid, 185V 662 La filiación nacional extemior del monasterio, con un Carlos V renqueante, que, apoyándose en el conde de Oropesa, se dim’ige hacia el prior: al fondo, en medio de un numeroso séquito, aparece la carroza. todo ello en un melancólico paisaje invernal. Fue reproducido en grabado por La Hormiga de t11 5. Oro~ 114 y La Ilustración. Revista Hispatzo-Americana Por tiltimno, Antonio Casanova y Estorach volverá nievainente a la carga en la Nacional de 1890 con otra Entrada de Carlos Y en Yuste1116. con la que no obtuvo ningún éxito, ya se debían haber visto demasiadas, en el que el emperador. más decrépito que en el cuadro anterior, hace su entrada en litera: El emperador viene en una litera traída a hombros por robustos alemanotes en ctryos coletos amarillos campea el águila de los Artstrias, A la pnerta del monasterio aparecen los frailes em’creltcs en herniosas capas de im’aginiería o brocado, con cruz alzada y denotando en sus rostros grande aleQr La estancia en el muonastemio, 110 ya la entrada, será el tenía elegido por ~Lam’celino de Uncela y López. Carlos Yen Yuste, Nacional dc 18661118: Manuel Garay Arévalo, Carlos Y en Yuste. Nacional de 187I~ 119; y Miguel Jadraqu~ y Sánchez Ocaña, Carlos Y en 1”uste, éste -medalla de segunda clase en la Nacional de 187811 20, compra por el Estado1 12] envío a la Exposición Universal de Paris de 1878 y reprodmicción en grabado por La llz.,sn’ación Española y Americana 1122 y La ilusn’ación Católica, éstt. en dos ocasiones1 12k representa al emperador semítado ante una muesa sobre la cíne se mueven utnas figuras mecanicas constí’uidas por Ttírriaimo, qte aparece de pie a su izquierda. y í’odeado~; ambos por otm’os momijes. Tamnbién relacionado comí la estancia del emperador en Yuste. auncíue en este caso con entidad propia. está el novelesco episodio del emícuentro entre el emperador y su hijo bastardo clon Juan de Austria -éste último un personaje que gozó de gran popularid:td en la cultura 1114 La Hormiga de Oro, 1887, p. 600. 1115 La ilustración. Revista i-Iispano-Atner’canai 188”, p. 453. 1116 Cotálogo.../890, Nladrid, 1890. 1117 PICóN, 1.0.. “Exposición Nacional de Bellas Artes’, ti Imparcial. 7 cíe mayo de 1890. 1118 Cardlogo..1866, Madrid. 1867. 1119 Catdlogo...1871. Madrid, 1871. 1120 Por unanimidad,. RO, de 14 de febrero de 1878 1121 Fu 2.500 pts., R,O 26 de marzo de 1878. Depositado eru el PaLacio del Senado por RO. deSde enero de 1881. Depositado en la Cámara de Comercio de Salaunanca, donde sigueactualmente, pou R.O de 29 de septicuntre de 1919. 1>22 La Ilustración Española ‘e Americana, 1, 879, p. 49. 1123 ¡‘~ Ilustración Católica, V, 1881-1883, p. 223: y La ilusiració,, Católica, 1890, p. 30. 663 Capítulo IV romántica, de lo que es una buena pm’ueba su continua presencia en las revistas de la época1124- que será elegido por vanos pintores como tema de sus cuadros, En 1863 Adophe Aze pinta El Emperador Carlos Y y Felipe II recibiendo a Don Juan de Austria, que será adquiíido por Isabel jjl 125 Benito Mercadé y Fábregas lleva a la Nacional de 1862 Presentación de Don Juan de Austria al emperador Carlos Y. basado en la Crónica de Carlos V de Amedee Pichot1126, que, a pesar de no haber obtenido ningún premio, será adquiíido por Isabel II al ano siguiente en 20.000 reales1127. Represemita a un Juan de Austria múiXo qiíc, conducido por una dama, es llevado a la pí’esencia del emperadon quien pone afectuosanmente la mano sobre su hombro: cuadro de tipo doméstico, casi costtímbm’ista. Eduardo Rosales expone en La de 1871 Presentación de don Juan dc Austria a Carlos Y en Yuste1 128, una escena de carácter aún mas ceremonioso que la anterior. Carlos Nt representado comno un anciano. qute. enfenno de gota y protegidas las pietilas con gruesos ropajes. va desgranando los días desde el dintel de una ventana, se vuelve hacia el joven príncipe, quien, presentado por un personaje completamente vestido de negro, se adelanta ligeramente a sus acompañantes iniciando un gesto de reverencma hacia el anciano: todo ello en mecho de una perspectiva escenica de gran efectismo, muy dependiente de la pintiíra francesa - particularmente 1 12~ y Luis XIV 11’1z¿erte del duque dc Guisa cíe Delaroche desayunando con Molitre de Geromet 13L~ El cuadro (le Rosales, aunque no prenimaclo ni adíquirido por el Estado1 131, tuvo un cierto éxito, siendo reproducido cmi grabado por La lb.¡sl¡’ac’¡on Española y Anze,’h’ana1 32~ Peto lo tnás interesante de este cuaclio es stt pequeño formato, que. desafiando las grandes máquinas compositivas de la época, se convierte en un 1124 RAMíREZ DE LAS CASAS LElA, L.M., “Diman de Austria”, Senianario Pintoresco Espafiol, 1849, pp. 26-29: “Don Juran de Airstria o la batalla de Le 1íanto” Semanario Pintoresco Español, 1836: “l)on Juan de Austria”. Semanario Pintoresco Español. ¡853. p. 361: SEPúLVEDA, 1<.. “El anillo de boda de D. Juan de Austria”, La Ilustración Española y Americana, 11, 1877, p. 98: “Don Juan de Austria”, El Museo de Familias, 1, l838. PP. 370 372: “Cuestión histórica sobre qirién fue la madre de D. Juan de Arustria”, La llustracion, 1852, p 383: FERNANDEZ VILLABRILLE, E., “El vencedor de Lepanto”. El Museo de las 1125 Figura en el Inventario de las pinturas del Palacio Reo! de 1870. 1126 CaMlo,vc... 1862, Madrid, 1862. 1127 Actualmente en el Palacio de Riofrio, 1128 C’attilogo...1871. Madnd. 1871. 1129 Museo de Chant:lh, puntado en 1835. 1130 Publie Library de Níalden, pintado en 1863. ~ Aunque actualmente for’rne parte de las colecciones estatales -Casón del Buen Retiro, Nínseo del Ñudo, Madrid- es gracias a la donación hecha al Museo del Prado en 1919 por la duquesa viuda de Bailén. 1132 Ja lNctrcc¿ú,t Er¡~año/a u’ Americana, 1. ¡872, pp. 88-89. 664 La filiación, nacional precedente precoz de la pintura de gabinete, con escenas de historia, que tanto éxito tendrá entre la biu’gimesía española. y no española, de finales de siglo. La visita de San Francisco de Borja, quien había tomado la decisión Pero el temna estí’eIla de los cuadros sobre Yuste es la muerte del empeí-ador, episodio que permitía unir en un tuismo cuadro la relevancia del pet’sonaJe comm la fascinación por lo mnomitíom’io cíe la cttltttra clecimuonónica. Son múltiples los pintores qime plasmami los últimos muotuentos del emperador. En 1840 Domingo Gallego y Alvarez presenta cmi la Exposición de la Academia La muerte del emperador Carlos Y en Yus¡e. Ya en época de las Nacionales, Joaqu La guerra de las Comunidades, de la que como ya se vera en su momento, se hace una interpretación claramente política —un episodio más cíe la 1 irga lucha por la libcm’tad y contra la arbitrariedad monárquica- no ftte, a pesar de esto, y teniendo cii cuenta la proliferación cíe cuadros sobre los~ ~~\tístí~asen general y C~~’los 1 en particular, un acontecimiento demasiado 1133 RO. dc 29 dc noviembre de 1862. 1134 Catálogo... 1862, Madrid. 1862. Actualmente en el Museo de la ‘:atedlral de Se.~ovia, 1135 R. O. dc 29 de noviembre de 1862. 1136 En 5.000 reales, RO. de 14 de enero de 1863, Depositado en la Diputación de Albacek por RO. de 15 dc unfio de 1880. Depositado en el Gobierno Civil de Albacete, d,ride signe actualmente, el 20 de agosto de 1956, 1137 Catálogo... 1862 Madrid, 1862. 1138 1139 Catálogo... 1864. Madrid, 1864. 1110 Actualmente en el Cirartel del Ejército del Aire de Madrid, 1141 Catálogo .1881 . Níadid, 1881, ¡142 F..xtrarreglatnentaria. por unanimidad, RO. de 14 de abril de 1881. 1143 E.uu 5.000 pts , R O de 30 de enero de 1882, De 1íosit.ado en la Universidad de 7 iragoza, donde sigume actualmente, por RO. de 13 de diciembre de 1884. 663 Capítulo ¡‘1’ rcpn=sentadol’tten lo que debió de influir, sin ninguna duda, la interpretación partidista que el siglo XIX hace del suceso histórico. Su aparición en pintura es. de hecho, bastante tardía. Hay que esperar hasta la Nacional de 1860 -justo cuando comienzan a aparecer las primeras fisuras en el modelo ideológico puesto a punto por el moderantismo isabelino- para encontramos los primeros cuadros sobre el tema. Aunque su irnmpción es con gran fuerza y por partida triple. Manuel Domínguez obtiene mención Con postem’mondacl a esta Exposiciómm, íutevos cííaclí’os sobre el tema se vaim a ir sucediendo en las Nacionales, sin lograr atraer la atenciótí del público: Doña Alaría Paeheco en la 1144 Algo que choca todavía más si consideramos su, continua preseucua en la piciusa decimouuónica: SAINZ. MILANES. .1., “Juan de Padilla”, El Museo de las Familias, l, lS’43. p. 223: “Bosquejo históruco de la guerra de las comumdades”, Al/mm Pintoresco Universal. 3. 1843. pp. 38.44 y 51 1 iduih ‘~ los Comuneros”. La Crónica, 1845, p. 209: PIRALA, A., “Villalar, 23 de abril de 1521”, La ¿nmana 1 1849 lS~0, p 388, FERRER DEL RIO, A.. “Comunidades de Castilla”, El Museo de las Painílía’ IX 18V p 1ó4 “Resumen histórico de las Henriandades de Castilla, desde su origen hasta la época tu que se extínolucuon El Museo Universal, III, 1859. pp ll-l2v 65-66: FERRER DEL RIO, A., “Villalar La Atner¡ca Croinca Hispano- Americana. 18, 1860, p 10: FERRER DEL RIO,A , “El ujltirno comunelo El Muren de lar Familias, 1860. pp. ‘~9. 111, 125. 148 y 171: PAZ, A “Consideraciones sobre la re’.’olucuon di. ls comunidades”, El Museo Uniu’ersal, 1864, p. 50: TORRE NIUNOZ, D.,”El obispo comunero don Antonio de Acuila (apuntes sobre su familia’’, La Ilustración Española y Americana, II, ¡885, p. 170: CA STRO, A. de, “El obisíío Acurta y Níartín Lutero”, Lo Ilustración Católica, 1894, pp. 162163 y 166:... 1145 RO. de? de dicienubre dc 1860. 1146 Las figuira de Padilla y de su mujer, doña María, habían atraído desde muy pronto la atención de los escritores e historiadores románticos, con uma clara preferencia sobre los otros héroes comuneros, Níartínez de la Rosa había estrenado en Cádiz, en 1812, La rinda de Padilla: Quintana dedica una de sus odas patrióticas a Padilla: Vicente Barrantes escnbe una noxela histónca titulada Juan de l’aíjilla.... 1147 Catálogo... 1860, Madrid, 1860. 1148 RO. dc 2 de diciembre de 1860. ~ Se expuso rula copla encargada por Olózagil, de menor tamaño qre el original. 1150 La Ilustració Catalana. III, 1882. íí. 124. 1151 La ilustración de España, 1887, pp 36. 1152 Pluma u’ Lápiz, 1893, pp. 172-173. 1153 En s.ooo reales, Actualuiemute e¡u el Palacio del Congreso. Madrid. 666 La fi/iach5n nacional defensa de Toledo de Francisco Rica y Almarza, basado e:í Decadencia de España. Historia dcl /úvan.ramicnío tic las connmiíladcs de Castilla de FelTer dci Rio, explíesto en la Nacional de 1864~ 154; Doña Afaría Pacheco recibiendo la car¡a de despedida de su esposo Padilla, prisionero cii Villalar de Alberto Cominelerán, Nacional de 18781155; Doña María Pacheco de Padilla después de Villalar de Vicente Borrás y Mompó, Nacional de 18811156, éste con gran éxito -medalla de scgtumda cla;e1 157, compra por el Estado1 158v reproducción en grabado por La ilustración Española ~ Americana1 1 59~; tambiémí en esta Nacional de 1881, aunque con peor símei’te, Padilla en la prisión de José Mendiguchía1 160; en la dc 1887. Villalar dc Manuel Picolo y López, medalla de tercera clase1161 y reprodíteción en grabado por La Jh.,sn’ación Española ‘y Americana1 162; ~¡, cerrando el ciclo con una medalla de segunda clase, en esta misma exposición, Los C9n¡uneros de Castilla salen de Valladolid al mando de don Juan de Padilla cíe Juan Planella y Rodi’íguez, medalla de segunda clase1 163 ~ compra por el Estaclo1164. N¡crece la íe;tm llamar la alención sobre el hecho de que la revuelta de las Germaiiítms. contemupolanea de la dic las Conímíniclades, pero (le mimcha más difícil inclusión en tun tradición liberal—democrática, nunca llegaría a ser considerada como tui episodio clave de la tradición nacional, ni un solo cuadro de la pintura de historia naciona] llega a í’ecoger el hecho. La fasciíiación por lo macabro y el clramnatmsmo exacerbado, en estado puro y sin ningún tipo de referencia política explica el relativo éxito pictórico de la vida dIc San Francisco cíe Boija. marqués de Loníbay y duque de Gandía, y’ más conc:’etamente del episodio que le llevó a abandonar la vida cortesana ~‘ vestir el hábito monástico: aquél en que al hacer entrega, por encan~o de Carlos V, al cabildo de Granada del cadáver de la mujer del rey. Isabel de Portugal, el marqués descubre hon’oí’izado cómo el indisimulade objeto cíe su pasión amorosa, la jovencísimna emperatri.. se ha convertido cmi tun pestilente carm’oña, y se promete “íítmnca más servir a señor cítíe se tne pueda morir”. El asunto fue resumido así por el crítico de La 1154 Catdlogo...186-4. Madrid, 1864. 1155 Cotdlogo... 1878, Madrid, 1878. 1156 Cauilogo...18S4. Madrid, 1884. 1157 Por unanimidad, RO de 14 de abril de 1881. 1158 En 4.000 pís., RO. de 30 de junio de 1881. Depositado en la universidad de Barcelona por RO. de 1 de mayo de 1886. Actualmente en la Facultad de Medicina, depósito del Museo del Prado La [lustración Española y Americana, 11. 1881, p. 305. 111)0 Catálogo.., 1881, Madrid. 1881. 1161 A rrupliación jurado, por unaniíuidad, R .O. de 29 de junio de 1887. 11 tí2 La íli/51t’flr?ióii Española y Americana, 11, 1887, p. 57. 1 63 Por tnayoría, dos votos en coirtía, RO. de 22 de jrnui o de 1887. 1164 En 4000 pts., R O de 14 de noviembre de 1887, Depositado en la Academia de Bellas Artes de Barcelona. 667 Capítulo TV República, con motivo de la exposición pUblica del que quizás sea el cuadí’o más famoso sobre el tema, La conversión del Duque de Gandía de José Moreno Carbonero.: La malicia de algunos escritores rusiuña que D. Francisco de Bor~a, marqués dc I.lotnb’ay, duque dc Gandía, caballerizo mayor de la emperatuiz. viaey de Cataluña, deudo de los tremendos Borgias de Italia, esforzado capitan en las campañas de Carlos V. sucesor después de Ignacio de l..,oyola en la Compañía de Jesús, y santo, por último, que la Iglesia “enera en sus altares, alimentaba, aunque oculta culpable pasión amorosa por su senora y soberana Isabel (le Portugal. Sea cierto o no, lo único averiguado es que, según refiere la historia, muerta la esposa del emperador a consecuencra de malparto, su cuerpo fue llevado con malí pon.rpa al paírteón de Granada, acompañando el firucual el duque de Gandía y otros muchos hombres ilustres. Al tiempo de hacer la entrega del cadáver, se abrió la caja de plomo en que iba, y pedido juiranienro a Borja, a quién se había entregado con toda solemnidad, respondió que de ningún modo podía asegurar. sin temor de taItas a la verdad, que aquel que miraba fuese el cuerpo de la emperatriz, pues le veía mudado de aquella grande hermosura y belleza que haluía tenido en vida, Atónito en gran matrera con es te espectáculo de la fraoil i dad y la ruiseria luum ana, lii‘SO fi rine propósito de re’uui ciar 1 165 eruaru to aru íes prídi ese toda sul grarudeza ‘~‘ t’au st o. y iledi carse en teu’a tui ente a Di os y a síu seu’vi ci o La macabra historia había siclo ampliamente ditimdida por la literatura hagiografica ban’oca, no en vano parecía una ilustración del los J:’je,’c’i’’ios Espirituales cíe San 1 gnacio. habiendo atraído la ateiíciómm cíe los pintores y gt’abadores ya tíescle muy piotito, desde Ri ni a 6 ox’a. En el siglo XIX. attnqtie por motivos diferentes, cíne tienen más que ver, como va se ha dicho, con la fascitíación por la rmiei’te cíe la culttira romantí ca cíne con 1<> estrictamente religioso, va a seguir gozando cíe ciexia populandladí: el dtícítte cíe Rivas le díedlica uno tic sus an ces, el Semanario Pintoresco Español un artículo en fecha tamm temprana como 18361 I6<,~, Emm pintura, a los cuadros va resefiados sobre su etítrevista con el emuperador en Jaranddla. indirectamente relacionados con este tema, lxix’ que añadtr des más que plasman justo el momnent() de la apertura del féretro: Conversión del marqués de Lombay cíe Lorenzo Vallés, Nacional cíe 186411 ~ en el díue: 5 rr riu r do en uraN’e y dolorosa ni cdii aci órr el uuobi e Lombar’, eorrtenupí a eí tYrct ro abierto sobre Sm rrtul¡ullo sillon. A la parte opuesta y etu segírrudo tórnuirro algirnas damas y cortesaruos’ 1165 “La Exposición de Bellas Artes”, fa Repñblica. 31 de mayo de 1884, lltuÓ ‘El marqués de Lombav (duque de Gandía)”. Semanario Pintoresco Es pa/lo!. 13, 1836. ~ Can/logo... 1864, Madrid, 1864. 1168 GARCÍA .1, “La Exposición de Bellas Artes. Cartas familiares a un ausente”. la. [‘poca, Al dc cuero de 1865. 668 Iii tiliacion nacional ‘y el ~‘acitado La conversión del Duque de Gandía de José Moremio Carbonero, que represelíta exactamente e] nijsmo momento que el antenor: Eru pu’iíner térnu irlo el féretro con el cadáver de la cm 1,eratriz Isabel. esposa de Carlos \.~, cubierta por un velo firtísimo y transparente que cae sobie un paño con las aumas rníperiales eru el que descansa el féretro. Un caballero uranhene abierta la tapa con lina ulano y con la otra se lleva la goria ala WIZIZ, no pudiendo resistir el olor del cadáver en descomposición: en el centro, el duque de Gandía, que ha recibido tenible impresión al contemplar el cadáver descompuesto dc la que fuera en vida hermosisíma mujer, reposa medio desvanecido la cabeza sobre eL hombro del rus caballero revestido de rica aínaduír E.u el fondo frailes, damas y’ caballeros couufr ud idos: hacia la i YqtiI erda , ur ru obispo revestido de rica capa pl un al y recitando preces, próximo a una escalera por la que desciende parte del acompañamiento del duque y a cuyo pie‘ se ve urna dama que cutre con la mano su rostro bañado en llanto. Junto a la dama un precioso pajecillo de expresivo1169. semblante, contemplando aquella fúnebre escena que se representa en la cripta de irn templo Cuadro éste último cíne sobrecogió al público en la I.txposí ción del año 1884. en la cíne obtuvo un gran éxito —medalla (le primera clase1 170, coivipia p~ el i¿stado’1 ‘ ciii’ ío a las Exposiciones lntet’nacionates cíe Niummich, Viena, \í alicano. Chicago x París y í’ept’odtícción en £~t:tl)ad<) por La //uslrac’kh¡ Española y ,‘l.,¡íc¡’icyata1 72, La /7 ,.s’py¡rKñí liitt’’t’’<’t ~ la llusí¡’ac’ida ib’ España , la líasl,’c¿can? íU’lísi ~ 1175 ~ ~ llo,’m ¡go ~le tiro II , íiasa lidio II COInc tI ¡ ¡‘Se en la ima ~eímreal del hecho histórico. La pioliferación de cuadros sobre la x’ida del empet’adoi’. con el consiguietíte agotamiento de teínas. 11 erará a los pintores a plas¡íi~ír en sus cuadros otros tnuchos episodios de su y icí a. Unos cíe un ciefl o si gui ficado político. como es el caso de ~11e¡¡saje del rey Carlos ¡ al Cardenal Cisneros de Ricardo \‘illodas. qíte: lflc.Scritu aquel s11 1,reuuo instante eru nItre, al llC~ai’ ti llanos del prelado las reales misivas, le faltan las furor—zas ivía tirniar la ‘e.s’1urrr’sta Y’it dictada Y deja caer sobre el ;eclo la citlíei.ir altLti(la ir ‘rut tieniujio por el do]nr nl nial y el dcsfall eciíuieíut o físico, uíi etu tras el conto portador dc los pilegos rrcscncía ~~~l~< bí e La escena y. sin tomar parte en ellaíí7~ 1169 “Exposición dc Bellas Artes”. E/Liberal, 24 dc mayo de 1884. 1170 Por vinaniuxidad, RO. dc 12 de junio dc 1884. 1171 En 9.000 pt~.. RO, de 20 de piulo de ¡884 Deposirado crí el iY’luseo de Bellas Artes de Granada, donde sigue en la actuialidad, por ONí. de 21 dc mayo dc 195?. 1172 La Ilustración Española. y Americana, 1, 1884, p. 169. 1173 La Ilustración Ibérica, 1884. pp. 503-504. 1174 ¡,a llnstrat ‘mu1n deArtÍstica,Uspaña,¡892,1886,p.~u.592.181 11761175 La llormilíastraegoh i/i’ Oto, 894, pp. 488-489. l~7 PICÓN .1.0 La Ex 1u<ísieiórr de Bellas Artes”, El Imparcial, 4 de febrero dc 1878, 669 Cao/mio IV Cuadro que obtuvo un cierto éxito —medalla tic segunda clase en la Nacional cíe 1 878~~, envio a la Exposición de Pam’ís tic ese mismo año y compra por el Estado ~ ‘~— y em el que la crítica vio, por encima cíe etíalquier otra consideración, un rechazo frontal a la figuta tIc Carlos V ~‘ lo que éste representaba en la histomia (leí país: el í’esponsable de la muem’te Cisneros y del fimm cíe la política nacional y denmcratica que éste representaba: erí aquid la esíancta donde inuieren con rr u sol o 1)0 ní lIte [lila política saly adora y un ideal 1180, urandíoso Interpfetacidn quíe produjo, al chocar cíe forma fromítal con la imaoemm, inavurítatiamemite positiva, que del emperador daba la pímittíra de hIstoria. algtmas disensiotíes por paile tic los cine no consíderaromi legítimo, “aun síetíclo cierto. cute el amie contneínoí’ase la muerte tic Cisneros por la ¡ ugratiltidí cíe Carlos X< Otros cotuplelainente aneedoticos. como el Tiziano retratando al e ¡aperador Carlos 1’, expuesto por Euscl)io Val! (leperas eu la Nacional de 18711181 , interesan! e sólo cii lo cíne ticíme tic i ncoqoraci ón del pi u]or mt al¡ ano en un a Iníditiomí euIt ural espaliol a. 1 Iax’, íx>r Ultimo, algttnus otros (lije 50 reheremí a peisoimajes (le la época peto si u iii íígu na relación directa con el emperador. Es el caso cíe lisita dcl eardenal ¡‘overa a A boso Berruguele dc Nílguel Jadracíue y Sánchez (‘)ca.ña. Nacional de 1884íí82, :tdc 1ít¡r¡do por it! t183 u JIO (le los escasos cuatiros dc lii stoíi a cii Iiacer refet’eí cia a niía 1 ¡‘adicí on ciii (ti ral Estado española anterior al sudo XY II. tema (Itie será retomado írnr Eulogio Varela cii lii Nacional de 1890 con Rerruguete en su estudio ~ dc Miguel Servel descubriendo la circulación de la sangre. expuesto 1)0V Julián ‘i’ot’ciesillas en esta misma Nacional tic 1 884~ 185 interesante en la medida en que sigíííhca ítií liIni(l() intento (le legitím:tcíoíí de una ratI i ciun cultural heterocioxa, en uíi cíob le sentí cío: he leí’o clox a etm el pl a u o ¡‘CII ~I 050, Y’ heterodoxa en lo (lite ten itt cíe reí i’ indicación tic umt tracEnón cien] ib ca: o cíe tíos cua(lros inspirados etí El I.aca¡’i/lo de Torm <“s: El lazarillo de Toruies cíe Suárez Llanos, medalla cíe ll”8 Por uurcirumidad, RO. dc 14 dc febrero de ISTS. 1179 En 3.SOOpts. RO. 26 de marzo de l8~8, Depositado en la Diputación de Albacete por RO. de LS de Jumo de 1880. Depositado en el Avuutamie.nr o cíe Albacete donde se encuentra ací nalunenre. por O. M. de 20 de febrero cíe 1986. 1180 PICóN, J.C.,”La Exposición de BeBas Artes”, El lrn¡,arcial 4 de febrero dc 1878. 1181 Catálogo...1871. Madrid. ¡871. 1182 (‘a tálogo... 1884, Níaduid, 1884. 1183 En 2.000 pts., RO. 12 dc mayo de 1886, arrne]rre cl autor había pedido en las hojas de iris cri 1,eión 4.500. l)eposi t ado eíu Pal aci o del 3euuad o de N lad“i d . donde sigile actuua1 nu cnte, por RO. 26 de diciembre de 1907. 1184 (fltOlOi~(> 1800 Madrid, 1890. 1185 Can/lo gr’... 1884, N’tadiid. 1884. (>70 La fdiacio¡i nacional tercera clase en la Nacional dc 18581186; y El lazarillo le Tormes de Luis Satítatuaría y Pizarro. Nacional de 18871187. aciquim’ido por el Estado1188. Cuadros amubos que m’etniten a una tradición ctmlttu’al mucho más om’tocloxa. Por lo que se refiere a Felipe II. los cuadros scbre hechos de su reinado son significativamnente menos qtte los de los refetidos al reinado anterior (ver etíadro n0 14). aunque bastante numerosos1 189 Además. y lo mismo que sti padre, tatubiémí tendt’á stm I)laza en el cielo de la bóveda del hemiciclo de las Cortes, en este caso como autor de las Leves de ludias, un ejemplar cíe las cuales lleva en su nxrno. Lo mismo cíne en el caso (le Carlos ~s.T. son mnuchos los cuadros en los cíne es el propio monarca el cíne aparece en la composición. Pero aquí acaban las coiticiclencias. Mientras la imnagetí del primero (le los Austrias se configura como globalmente posítiva, la culmitmación de una tradícion imperial, la de lelípe 11 auLcíiiiere tintes más sc tubrios: no es va el pasado imperial Lo díue interesa cíe su reinado, sitio el síínbolo de la intransigencia reí¡ giosa y cíe la arbítraneclací ‘cal, cíe titía t¡’aclícíóii nacional negativa x’ contra la c¡ue se debe luchar. Son los cotíllictos cotí 1 atutza, .\ntoni o Pérez o su propio lii¡o. el príncipe Catios, los que clefineti la ¡ magen cId rey’ prudente: y no. como parecerí;m lógico, Los grandes hechos cíe stt política exterior. Resulta llamatí so c~ue epí sodios como 1 ~el)at1tc).la iii vencible o las guerras de 11 aimcles c 1íteden oscurec’¡clos otios ttna época. pOV éstos cíne clibu jan lobrega ima2eL: VI conflicto emítre 1 e1 ipe II y stt secretailo Antonio Pérez. con el epílogo del a¡tLsticialnento cíe Lanuza. es tino de los episodios históricos del reínado dc 1 elil)e II c~uc más atrajo la atención del si4o xjx 1190 ~n~} por parte de la historiografía erudita —l3em’midez de Lasto publica en 1186 R. 0. 18 de septieníbrc de 1858. 1187 Catálogo... /887, Maduid, 1887. 7. Depo~iíado en el Instituto de Almeuja por RO. de 12 de 1188 Ñu 750 pts RO. de 1 de octubre de188 diciembre de 1SS Actuulinente en el Nins~o dc Almería, depósito del Museo del Piado. 1189 Esto se coííesponde bien con la tambi 1n haluítuíl presencia (leí reinado de este monarca en libros de historia (SAN MIGUEl L íi¡ ¡oria de Felipe II Rey de España, N’iadr.d, 18441847:.Á, prensa (BORREGO, A.. ¡¿stuidio solíre 1 u r rutdo de Felipe II 1 d~ c rdc lícia del poden ci espan ol” , La Anw’rica. Crónica hispano— .ámerh’ana. lSol p PERE.? DE 0117M \N 1, “Un uuuonarca ideal. Felipe 11’, l,a Ilustración Española y Amen rano.1, 1884 pp ¡02-106: LLA NOS \ (‘osas de ¡‘clipe It’’, La Ilustracion Españolo u’ .4,ncrirano, II, 1885, gp. 3ó ~5e G 0MHZ, Y.. h tulle II y el Escorial’’. I.a Ilustración (‘atólica, 1880. p. 3 5:...) literatura (ESCOSL~RA, FN de la, Ni rey ni roque, Niadrid, 1835: 1E.RNANDEZ. Y GONZALLZ.. Nl,, Níartín Gil (Memorias de tIempo de Felipe II). Níadrid, 1854: FERNANDEZ Y GON!.ALLZ , M., El ¡‘astelero de ¶Iadr¡’gal. Memorias dcl tiempo de Fcii¡u’ II. NIadrid, 1862:...) de la época. 1199 Y desde fechas iurly tempranas: el La,mu,a del drugne de Rivas es de 1822. 671 (‘ap/tu/o TV 1841 Antonio Pérez. secretario de Estado del rey Felipe 111191: Mignet, en 1845. Antonio Péi’t’z y Felipe J~1 192 como, a nivel mas popular, de la piensa. en cuyas páginas Ja presencia del tetna es prácticatnente habitual1 ~ y la literatura1194; en ambos casos con un claro mati’¿ de crítica a la actittíd real. En pintura será también uno de los temas recmí’renles de la iconografía filipina. En la Nacional de 1 $58 Caí’los l..aíTaz recibe mnencón (le primera medalla por Prisión de Lan ata1195, aclqttirido p~’ el Estado1196. En la de 1862 Víctor Matízano obtieííe medalla de se2tínda clase coíí El presidente del Consejo de Castilla, Rodrigo Vázquez, visitando en la cárcel a la ¡‘an¡ilia de Antonio Pérez1 19v, adquirido por el itífatíte Sebastián Gabriel etí 40.000 reales x’ teproclucíclo eíi grabado por El Museo Uniu’er.s’a11 198 // ¡‘U/e ti, Lspam¡1 199 ~.‘ ~ llusn’ac’i6¡í de España1 200 jj trstt’a, basáridose en lI’pisíolaí’¡o t’.s’¡íanol: Ira eme/dos de tina taita de Ainton¡o 1201 . un Ii echo 1 mc u! ento, y pail icuíaí’mei te reptobabí e, ya que afecta a mtnos ni ños, del enfreímtam¡ento entre Felipe JI y An toní o Pére z..’ acínél etí ~ el pí’esi ciente cíe! Consej O dic Castilla. Rodrigo Vazquez. se ensafia cori la mmi jer cíe! secretario del i’ev ,Juatía Coello, x’ síts Y’ filo Ii jos tot’tur’andoios a base de hatubre — ni ¡entras qtte se regodea en su suft’imicuto. Suceso cwe el 1 ¡cuto ni uestí’a cori una cietia sobne(ladl, aunc~ue obs’jamejíte contribuye a la i IIIa gen negativa cíe! reinado del segundo de losAustijas: representa la puerta cte la prisiolu de (loiua .lrraria Y a escalera (le fuente a la nuisrfla, por donde sc dispouue a bajar el ¡iresiderute, apoyado en rtrr peusoluaje (le 1íarcce su seer’etauío. Eru el diurtel del calaliozo estáí iníplor’¿ríudo12laopiedad2 del diuro k’úzquue7. doiua .1 uwrntr = suis hijos U..>. DC ~ jrulu t o a 1 p,rerta, hallase el carcelero 1191 BERN’l(’DEZ. DE CASTRO. ,4n¡onio Pdre:, secretario/e ¡¿sta/o del rey tel, 1’c It. Madui d,1841. 1192 NIIGNET.M.. ,4ntonio ¡‘¿rez y Felipe II, Barcelona, 1845, 1193 “Antonio Pérez”, Semanario flutoresco Español, 92, 1837: PIZARROSO, C., “Biosratía de Antonio Peres, La lectura para todos, 1, 1859, pp. 48” 488: NARD. “Causa contra Antonio Pérez, ministio de Felipe 11”. La. Semana, 1,18491850, pp. 77. 86, 102 y 118:... 1194 ESCAMILLA, 1’., La hija de Antonio Pére:, Madrid. 1859. 1195 R. O, de 18 de noviembre de 1858. 1196 En 14000 ucales,, RO. de 10 de febrero dc 1859. Depositado en la Universidad dc Barcelona por RO. de 1 de ni ay tí de 1886 á ctrr 1 Inun te eu el Castin (leí l3ueru Retiro. N tusco del liradtí. Nl adni d. 1197 R O. de 29 cE uowníbu. de ¡862. 1198 El Museo 1/ni r wl Y II,18671863,,p. 9.í> (~0 1200~ LaEl Arre¡h,srroció,ren Espanadr Lspoua,Xl ~5$7, p. Stl 1201 Can/logo... ISP Madnd 186’ 1202 VILLALX’A 1 L’xpt sidón de Bellas Artes” El Diario Español, 25 de octubre de 1862. 672 La filiación nacional Marcelino de Unceta y López expuso en esta mism¿m Nacional Don Juan de Lanas auxiliado en la capilla por los frailes agustinos y ~ospadres de la Compañía de Jesús’203, llevado postelionnente a la Exposición Atagonesa de 1868. NIanuel Ferí-án obtuvo medalla de segunda clase en la Nacional de 1864 con Antonio ¡>érez libertado dc la cárcel de los Manifestados, por el pueblo de Zaragoza en ¡591’20’k adc 1205. 1uirido por el Estado En la Nacional de 1871 se exponen dos obras sobre Lanuza: Don Juan de Lanuza. en el momento de partir para el cadalso, protesta ante el gobernador de Zaragoza contra el ealificativo dc traído,’ cíe l4amuótm Elorria~a 206 y La sentencia de Lanuza. de Nicasio Serret y Coinfo1207 lina en la 1876, Suplicio del Justicia de Aragón don Juan de Lanuza tIc Vicente l.ku’tíeto, basado en las Relacuníes de Atítoríl o Pérez1 208 Viii la Nacional de 1 884 Vi tente BolTás y Nlotupó recibe tina condecoración1 209 por Antonio Pérez recibiendo a su familia después del tormento, basado en la Historia Geneí’al ib’ Es t 210 adc 1211 y rept’oclttciclo en gíabaclo por 1,aña cíe l2fuetlte 1uirido por el EstaCo La l/t,sñ’¿¿ción It’spañola y Aníe,’ií’ana 1212 y La 1/it szracidn l’,éric’a 1213 Finalmente José P,ermudo Mateos lleva a la ltxposicion tic 1892 Los ¡¡¿los de Antonio I>érez ante el magistrado Rodrigo Vázquez12 14 qI~I~ autmqtre no pretniaclo, sera adquirido w’ el EstadIo en 1 8931215. 1203 (‘atrílogo... /862, Madrid. 1862. Acttualnícntc ene] Ay,uutaníicnt’ de Zaranoza. 1204 RO. de 13 de encio de 1865, 1205 En 12.000 reale.s RO de 24 de febrero de 1865. Depositado euu el Museo de Arte Moderno de Barcelona por RO. dc 10 de nwembre de 1866. Actualmente en la Acudemia de Bellas Artes de Sa-nt Jordi de Barcelona, deposito di Museo del Prado. 12 (t6 Can/Ir> >s> ‘>7] \hdríd. 1871. 1207 Ibídem, 1208 C’an/h’¾g>1576 M alud, 1876. 1209 Por unanimidad, RO. de 12 de junio du 1884. 1210 Catálogo... /884, N4adíid, 1884. 1211 Fn 4.000 pís.. RO. de 19 de junio de 1884 Depositado en el Museo Provincial de Valladolid. donde actualnuentc sc cucríctutra, por R O dc 8 dc novicmbrc dc 1884. 1212 La Il¡,.s tracióu Española y Amer,ca,ra, 1884, p 41. 1213 La Ilustración Ibérica, 1884, pp. 487-488. 1214 Can/logo... /892, Madrid, 1892. 1215 RE). de 14 do dicuembie dc 1893. Actrial,ueare caía Escuela de Bellas Artes de la Coruña, deposito del Museo del Prado, 673 (‘av/talo IV La trágica relación entre Felipe 11 y su hijo el príncipe Carlos, cute culminará con la muerte cíe éste últiíuo, con sus claras connotaciones, como veremos en su momento, cíe cí’ítica de la arbitm’arieclad real, octnpa imní lugar importante en la imagen que de la historia del país se hace el siglo XIX. Ya en una fecha tan crítica como 1837 Eugenio Ochoa había ptmblicado su Auto de fi?, novela histórica sobre el príncipe Carlos en la que se hace una despiadada crítica de Felipe II. convemiido en ejemplo prototípico del tirano.A esta pt’irnera y temprana creación literaria seguirán otras -El príncipe don Carlos. ¡¿‘retida histórica en verso de FranciscoDfaz. El haz dc ¡Ña de Manuel Tamayo...-, todas ellas con irna imagen negativa del monarca; la misma que propagan los frecuentes artículos apat’eciclos en las revistas cíe la época sobre el teniat2l el príncipe tendido en srr 1 echo, atiende las exírortaciones que le diruge Sr r contes(ir Erax’ Dic oo de Clu’ el hijo de nr rey de los más grarudes de la ticula, crivo poderoso impcuo debería heredar más tarde, iuuniuierudo por’ lualuer querido aruiluicioruar liria corí~ru.r arutes de treru1lo La Nacional 1216 “Carlos de Austria, príncipe de Asturias”, Semanario Pintoresco Español, 11, 1836: NS., “Relación histórica de la prisión y muerte del príncipe 1) Carlos, luro (leí rey Felipe II y nieto de Carlos V”. keí’isra de Madrid, 1841, pp. 286-292: NARD, E.. “Proceso contra don Carlos deA ustíla, hijo de Felipe II”, La Semana. 1. 1849-1850, p. 54: FERNÁNDEZ VILLAIdRILLE, E. “El príncipe (Darlos. Hijo de Felipe II”, El Museo ¿h’ las Familias, 111, 1845, p 129, SUERO. J., “171 príncipe Don Carlos de Arrstria”, 151 Musco Pintoresco, 1859, pp.3 19 y’ 324 1217 ~ 0. ¡8 dc septicrrrbre dc ¡858. Actuialmente en el Palacio Real dc Niadrid. 1218 Isa lic] 11. A ctrralmente en el 1N’rlaci ti Real (le Nladr, d. 1219 Fí Museo Pintoresco, l839,p. 21. 1220 La Ilustración de España, 1887, p. 61. 1221 IRIIRETAGOYENA, 674 La filiación nacional pudieron ver tres cuadros sobre este asunto: Primer au¡o de fe del reinado de Felipe II en Valladolid de Rogelio Egusquiza1223, plasmación pictóí’ica del que había tenido lugam’ el 21 de mayo de 1559 y en el que el príncipe don Carlos y la infanta doña Juana juraron defender la fe católica: Felipe II y los monjes de san Diego d~ Alcalá cii la enfermedad del príncipe don Carlos, de Antonio Pérez Rubio1224; y felipe II presenciando un Auto de Fc de Domingo Valdivieso I-lenam’ejos1225. Éste Último, por el que su autor obtuvo una condecoración1226, además de la correspondiente compra por el Estado’227, representa: En un balcón o galería de elegante. arquritectula del renacimiento, está sentado el temido rey: anistera y níezqnin.a corte le acompaña, un cardenal, un fraile dominico ‘; un caballero, Entre los balaustres y coluuuíuuas de la gah.í’ía se descutíre el fondo, cielo azulado y tiS;te, edificios de lina plaza donde se verifica el auto, de cuuyo trágico aparato se ven únicamente alguras llamaradas y las nulies de humo que surgen y se ensanchan oscrueciendo el ambiente (‘‘.1 un niño, adolescente apenas, que con mas gentileza que respeto se apoya en el sillón del rey, y por encima de su hombro, mira, sin pestañear, corno “nlgaonu ente dcciruuos. esto es, ‘irl lier(ler ripio, lo que pasa en la plaza1228 También relacio¡mado con el conflicto entre Felipe II y su hijo. atmquc cíe forma menos clií’ecta, está Visita del cardenal Espinosa a Isabel de Valois. expuesto por \“icente Campesino en la Nacional cíe 18811229. En esta misma Nacional, .losé lIria x Una obtiene medalla de tercera clase con I?í príncipe don Carlos y el duque de Alba1230, adqtniricio por el Estadotm231 Enrique ()fiate Ariño ctem’ra el ciclo sobre el príncipe Cailos con Prisión del príncipe don Carlos de Austria, exptresto etm la Nacional de 18901232. lii l~’p~ rey gozai’á también de las preferencias cíe los pilitores de historia. Aclenía’s de los ciladíros en los qtme aparece interviniendo en hechos importantes ocurticlos dttrante su reinado. son también muchos en los que es su propia vida privada la que se conviet’te eím ar2uiiiento prlncí pal, casi siempre asociada al Escorial, 1:. obra filipiti a por excelencia emm la imnaginería PoPtilar española: Últimos momcntos de felipe II en cl Real Sitio de San Lorenzo del Escorial de Carlos María Esquivel. medalla de tercem’a clase en la Nacional de 1223 Catálogo... /87/, Nladrid, 18”]. ¡224 ti>idem. 1225 Ibídem, 1226 RO. de 28 de no’>’iernbre de 1871. 1227 En 2500 pts . RO. de 13 de novuembre de ¡873. Depositado en la Universidad de Barcelona, donde sigue actualmente, por R.O dc 1 de mayo de 1886. 1228 GARCíA. J., “En la Exposición de Sellas Artes”, La Epoca. 30 cíe diciembre de 1871. 1229 Can/logo.. 1881, Nlad,’id. 1881. 1230 Extraneglirmentaria, por ¡níanimidad, RO. dc 14 de abril dc 188]. 1231 Un 1.625 1,ts. , R. O. cíe 16 de Junino de 1887. Actualmente en la II niversidad Complmr tense de Madrid. deposito (leí Nlniseo cíe] Pía(¡O. 1232 Catálogo... 1890, Nladnid, 1890. 675 (‘aviado TV 1231. Fclipc JI en sus 18581233 y compra por el Estado al año siguiente en 12.000 reales últimos días de Victor Nianzano y Mejorada, Nacional de 18601235, que nos ínuestra a itn Felipe II, ya viejo y achacoso, asistiendo a los oficios divinos desde sit alcoba. Eclipe 11 implorando el auxilio dc la Divina Majestad de Alfredo Perea y Rojas. mención de medalla de segunda clase ctm esta misma Nacional cíe 18601236 y reproducción en grabado por El Museo Universal1237’ í’epr’esenta: a Felipe II implorando el anuxilio de la Divina Majestad, después de haber celebrado jítuta de teólogos, a la cual consulta las pretensiones de los Países Bajos sobre la libertad de concrejucra 1238 Últimos momentos de Felipe II cíe Francisco dover Casanova. medalla cíe tercera clase en la Nacional de 18641239 compra por el listado1240 y reproducción en grabado por La llusí¡’ación A¿’íírtica 1211 Representa el niomento Postrado en el 1 ecluo, teníenvío a 1.> vista el at a rl4 para no apartar (le si ni rin rnomcuto la idea de la nurrerte, aluare(’e Felipe II, sosterado el braio deí’ecluo por utu prelado, al alargar la ruano al Prírucilio (loru Felipe q re, hin cada dr ti olía una rodil br, lii bes;> err postrera despedida. NIÁs abajo, casi al pIe (leí lecho, 1 :r irrfaunra [“loOa lt’a]íel Clara Etiocul a, la luij a querid del rex’ . lleva el íuarurr el o a los oios para enrugar el llanto, Al otro lado del lecho un caballero, apo\ ad r ¡ r barba en la mano ¡u ed rna irst cmcnte A caso uno 1e los mcdi cos que le hau asistido en li nt cl mcd 4. A la derecha e i’zqcnicrda, grurpos 1233 R. 0. 18 de septiembre dc 1858. 1234 RO. lo de febrero dc ¡959. Depositado eru la Universidad de Oviedo por RO. de 22 de octrubre dc 1W9. Erre destruido en eí incendio dc 1834. 1235 Cauilogo...1860, Madrid. 1860. 1236 RO. de 2 dc diciembre de 1860. 1237 El Museo Universal, VI, 1862, 1u. 392. 4c octubre de 1860. 12391238 “ExposiciónR. Dde 13 dodecíuBellasercí (leArtes”,1865. La Época, 22 1240 En 8.000 reales, RO. dc 20 dc marzo de 1865. Depositado en el Palacio del Senado, donde sigrre actrralrnente, luor RUidoS de enero de 1881. 1241 La Ilustración ‘1 nigua, IX. l89O.p. 21. 12<12 “l7xposicitsn dc Bellas Artes”, El Liberal, 24 de uríayo de 1884. 1243 Can/logo... /878, Madrid, 1878. 1244 Ca’dl&¿o...1881, Madrid, 1881. 676 La filiación_nacional Felipe ¡¡ recibiendo a una diputación de los Países Bajos en el monasterio del Escorial de Santiago Arcos, medalla de tercera clase en asta mistna Nacional de 18811245. Últimos momentos de Felipe II de Antonio Casanova y Estorach, medalla de segunda clase en la Nacional de f5g4124ó, fue propuesto por el jur~.do para adquisición por el Estado, pero la tasación. 3.000 pls.. no fue aceptada por el autar. Y La silla dc Felipe II en el Escorial, centrado en la imagen del í’ey como contructor de. Escorial: aparece el fundador de la octava maravilla ocupando cl asiento que mandó labrar en lo alto de una de las rocas que domina el Monasterio, para inspeccionar de urna m rada el estado de las obras, Uno de sus secretari.os da lectura del contenido de un pliego, y el Res parece preocupado, fijando en el surdo su mirada distraida, A pocos pasos esti un noble que exp:esa con síu grave actitud el respeto que el Rey imponía aun a los más elevados: en primer término la silla de manos y los lacayos y al fondo, envueltas en las vagas tintas del amanecer, la silueta dcl magnífico edificio en cuya 12~l7 eoíu stsrIcen con el que Jimis Alvarez Catalá obtttvo un un grami éxito en la Nacional cíe 1890 -medalla de pritiiera clase1248, repitiendo el premio obtenido una año antes en la Exposición de París, cotupra por el empet’ador cíe Alemania para el N[useo cíe =s’Ltrnich t’epi’oclucción en grabado por La llusi,’ac’ion A,’íís’lk’a 1219 y Pluma y LJpftt2~0—. l.~a victoria sobre los ttmrcos en Lepanto. a pesar cíe stm carácter grandilocuente y etnblernatico y haber siclo tíno cíe los temas propuestos rara la decoración cId Conoreso —el último episodio aííterior al siglo XIX y único del reinado (le Felipe II de los propuestos por Madrazo- sólo cIará origen a tres ciradmos cíe histona, lo que probarnm, aparemitemente, el carácter níiarginial atribuido al enfientamiento con los turcos en la const ni cciómí cíe una identidad miacional. Algo difícil cíe entender, tanto si tenemnos en cuenta la habitual presemicía del tema en la historiografía clecimnonotmica1 251: como lo escijio por algunos autores cíe este siglo a propósito cíe este hecho histórico1252. Quizás la explicaciótm habría que buscarla en esa especie cíe fascinación por la den’ota. por la autoflagelación colectiva, Inc puede tastrearse emi gían pam’te de 1245 Por umnanimidad. RO, de 14 dc abril dc 1881. 124(u Por unammidad, RO. de 12 dc jimio de 1884. Actualmente ene] Museo de Tortosa. 1247 CALVO, L., “Exposición de Bellas Artes”, art. cir,, p. 78. 1248 Por u,uuaudunidad, RO. dc 31 de mayo de [890, 1249 La Ilnstracic>n Artística, 1893. p. 96. 1250 Pluma y Lápiz. 1893, pp. 203-204. 1251 FL.RNANDLZ. DE LA PUENTE Y ACEVEDO, Memoria hist¿rico-crítica del combate na val y u’ictori oso de lepanto, Madrid, 1853, RO SEI .1 ~, C. , Hi storta del combate nc al de Lepanto, y juicio de la importancta y consecuencias de aquel suceso, Madi’id, 1853:... 1252 ‘Y case sino, c<’rur o ej etul pl o. lo escu’i lo por rin critico de arte con uniot ivo de la exposicióru cuí la Naciouu al de 1862 dcl cuadro de Sans Episodio de Trafalgar: “Trafalgar y’ Lepanto soru dos nonubres quíe incluyen como en uuu paréntesis todos los brillantes hechos de la marina espatola. Un triunfo, ci más grande., cl más s~¡oH oso qnre ha visto la cristi atudad, y r.rua flerrota nuás nioni osa aún que el nuismo ¡riumfo. He ‘aquí los dos puntos crílminautes de la historia de nuestro temido poder naval Lepatíto. el Himno, Trafrígar, ta EI 677 (‘ap/talo IV la pintura de histomia decimonónica española y que podría teííer mayor importancia ideolóoic’m que la que apaí’enita. Estai’íamnos ante tiria especie de constante, comúmí tanto a la relioión1 253 comno al nacionalismo, fruto (le la necesidad qtte toda ideología totalitaria par’ece tener de mitos de sacrificio colectivo. de formas de recreación sacrificial capaces de soldar la solidaridad entre los ni.iembros del gnmpo. En este sentido las victorias, y Lepanto sería un buen ejemplo, tienen mucha mnenos iítilidad que las den’otas. Es este un aspecto sobre el que se volver’á más adelante. En todo caso, y como ya se dijo, la batalla de Lepanto sólo llegará a ser tomada corno tema pictórico en tí’es ocasiones .Antonio Bm’ugada expoííe en la Nacional de 1856, en la que obtuvo nííetmciónm por el conjunto de las obras presentadas’25 ~, Episodio del combate naval de Lepanto, aclqtti í’¡do ese mistíio año por el Estado1 ~ más miii píetexto paí’a una marina que un cuadro cíe historía en sentido estricto. y asilo enteníclio la críticat 256 )espués habrá cítre esperar hasta bien entrada la Restauración w~~’a encontrarnos, en la Nacioííal cíe 1887, con La batalla de Lepanto de Luna Noviciot 257 ítn etwargo del Seriado para hacer paresa con La rendición dc Granada1 258 Finíalnííente Justo Ríniz I.~una cerrará el ciclo con Lepanto. exptte5t() en la Nacional cíe 18951 259 No r’efetido a la batalla de Lepanto, pero con el trasfondo coniun cíe la lucha cíe españoles y turcos por el doníiníio del Mediterráiieo, estarían dos cuadros del mismo título. Tonta de una galeota de tureos por el pueblo de Cádiz. tino de Ricardo Balaca y otro (le Alejandro Eerí’ant y Fischertnatís. expuestos ambos en la Naciotíal cíe 18661260 -el cíe Fisclie¡’nians prenijado cotí medalla cíe segunda clase1 ~ ~, se~útí alega el pi nto¡’1 262, ~ adquirido por el Estado por ser ya propiedad del Ayutítarniento cíe Cádiz en el rnoniierito de su exposición— e inspirados ambos en liria relación anónima del hecho coíiservada en el archivo intiíuc¡pal de Cáctizl2ÚA. Un asumíto de i inportancia estnctameiíte local —cíe hecho el círaclio nace 1253 No dcja de ser llamativo a este respecto la mucho mayor presencia en ja iconografía cristiana del momento de la crucifixión y no de la resunecion, 1254 R. O. de 7 de a2osto de 1856. 125511.0. de? de agosto de 1856. en 10000 íeales Depositado en la Universidad de Barcelona por RO. de 1 dc mayo de 1886. Actuialmente en el Museo Níarírimo de Barcelona, depósito dcl Niuseo dcl Prado. 1256 ~~~critico de La Epoca, por ejemplo, incluye cl cuadio directamente en el aíartado de malinas (EL DÓMIN E LUCAS, “Exposición General de Bellas Artes”, La Época, 6 de junio de 1856). 1257 Can/logo... /887, Madrid, 1887. Actualmente en el Palacio del Senado de Níaduid. 1258 FI precio fi Iral pagado por el Sen aclo cii 1888 fuíe de 30.000 pt.s. 1259 Catálogo... /895, Madrid. ¡895. 1 260 Catálogo... I86~, Níadul d, 1867. Fi deA1 eja n dro Ferrant y’ Fiselue n’nui 1us Se en crídm u’a aetrí alunerite en el Museo de Bellas Artes de Cádiz. 12o1 R. O de 15 de febrero de 186’ 1262 Ñu los nuce tos í~rí el COnCttrS&u cíe peiusi ona(lo cte luéu’r no eiu la A ca(lernia tic Rení a del aíro 1873. 1263 Catálogo... /866, Níadrid, 1867. 678 La filiación nacional como respuesta a un conctn’so convocado sobre el tema por la Academia de Bellas Aí’tes de Cádiz- pero al que la presencia en una Nacional hace transcender de sim cam’ácter localista. EL otro gran episodio bélico del reinado de Felipe II, la desgraciada expedición naval contra Inglatena. figíu’ará sólo dos veces cii la pintura de historia. Escasa presencia que hay que atribuir al carácter luctuoso que el hecho tenía para la conciencia nacional española. La derrota había sido deníasiado estrepitosa c~’’eciendo además de ese carácter heroico y ejemplar de otras denotas, la de Trafalgar por poner el ejemplo de otm’o desastre naval. Y es que comiio escribirá un crítico, justamente a propósito de la elección de la batalla (le Trafalgar por Ruiz Luna como tema de tnii cuadro.: Fundo pensar tamluién en el naln Íragio de la annada “Invencible’’: pero este i ufortujulo nacional es pa r’a 1loraul. o, no para eonmcnr orado por el arte, y’ así no pruede ni debe teíuer mas contnemolaeton que el epitafio que le pulso Felipe 11: “Yo envíe mu arruada a combatir contra los hombres, no contra los elementos 1264, Los dos cuadros, ambos ya de fecha muy tardía, soíx: La la venciNe, llevado, con gran éxito —Iiie(lalla cíe segunda clase1265 compra por el Estadot QÓti Y reprod treción cli grabado pOV Lo lío sb’a’io¡í Española y Anwrh’aura 1262, La i/o su,’a¿’ión lb¿ ‘ica 1268 x 8/amo y Neg,’o12Ú9~ por José (iiirtner cíe la Peña a la Exposición de 1892: qtre representa los restos de la celebre alma(la cíe 150 br clues. que Felipe II comió a don A1~’aro de Bazán plimero. y 1 mcgo al Y Felipe II recibiendo la noticia de la pérdida de la Invencible de Elena 13 i’oc’ktnattii 1txposiciont Nacínrial cJe ¡8951221 Las relaciones 126-1 ALFONSO, L.,” Fxposición Nacional de Bellas Artes”, La Época, 18 de mayo dc 1890. 1265 Por unanimidad, en el aparrado de malinas, paisajes y flores, RO. de 2 de diciembre dc 1892. 126o En 320 pts. -cl bujo precio hay que ponerlo en relación con el Iceebo dc que no fue considerado como un cuadro de histoíia RO dc 1 de diciembre de 1893, Depositado en eldíaga el 28 dc enero dc 1933. 1267 La Ilustractó,, E.íranola y Americana, II, 1892, p. 433. 1268 Lo Ilustración Ib~, ¡ca ‘vI. 1893, p. 39. 1269 Blanco u’ Negro III lSfl. p. 550 (fotografía). 1270 pu¿IQ, 8.,’’Em la 1 xposicióru (le Bellas Artes. lcnpresi ones cíe un at’icioumado’’ , La Iberia, 6 dc rlovi emPre de 1892. 121 Catálogo ¡SOS Nládrrd. 1895. ¡272 Catálogo... l,S,54 Madud, 1884. 679 Capítulo IV desde su prisión a la conquista dc Portugal de Antonio Sánchez Narváez, Nacional de 18671273 Las tampoco demasiado fáciles con un personaje que gozó de las simpatías de la historiografía romántica1274, su hennano bastardo, Don Juan de Austria, en una sola ocasmon: Don Juan de Austria (un episodio de su vida). exptnesto por Antonio María Jaspe Moscoso en la Nacional de 18811275, qtre recoge el enl’r’entaniiento entre Juan de Austria y Felipe II naí’raclo 1)01’Lafttente en su Historia General ríe España. I)entro del reinado de Felipe II, pero sin relación con el monam’ca, están los ctnadros sobít Sanita Teresa de Jestís, figura en la qtre convergían, a un tiempo, la triple condición de sammta. escritora y personaje (le uno cíe los momnentos mnás brillantes de la tradición nacional, lo cíne la con vertía, coni() se vera en su motíie rito, en tr u a Ii gir ra especialmente si tubólita1 27 tS Limitándonos por el momento al número cíe veces cítre eíuisodlios cíe su sida fuei’omm llevadIos al lienzo sir primnera aparición se remonta a la Exposición de la Academia Benito Niercaclé y Fábregas recibe umía condecor’acióimt280 en la Nacional de 1871 con Santa Teresa de Jesús dando sus descargos ante el Provincial de su Orden, a quien acompañan varias religiosas1 281 , adcítníriclo ~ el Estado1 282 y reproducido en grabado por bu iíormiga ¿1<:’ Oro1 283: repiesenta: 1273 Catálcgc~ /866. Nladnd, 1867. 1274 Todas las bistortas generales describen ponnenorbadamerute cada lino dc los episodios de sur vida: desde su edrncación separado de la corte, basta su ~u’anéxito en Lepanto, pasando por el novelesco episodio de la visita a su padre en Yuste, Los artículos sobre episodios de su x’ida son también frecuentes en las revistas de la epoca. 1225 Catálogo... 188/. Madrid, 1881. 1 276 De heebo, su pre seueia en 1 ‘a s revistas cíe 1 7<17< es constante: ‘‘ Santa Teresa de le stís” , Secn.anarz o Pintoresco Español, 1840, p. 3?: “S;rnuta Teresa”. El Laberinto, ¡8431844, pp. 31? y 323: CORONADO, C . “los genios gemelos. Safo y Saura Teresa de Jesuis”, Semanario Pi,;toresc’o ESpañol, 1850, pp. 89 94, FABRAQUER, conde de, “Estudios histórico rcliQiosos. Santa Teresa dc Jesús”, El Museo de las Familias, 1863, p. 52: ANTEQUERA, iNI., “Santa Teresa de Jesús”, La Ilustración Católica, y, 1881-1883, p. 124: LA SSO DE LA VEGA, A , “Santa Teresa de Jesús en la literatuna patu’ia”. La Ilustración ltspaiiola y Americana .11, 1882, p. 210:... 1277 Fi gríu’a en el Catálogo 1 ‘ror’isionai ¿leí t1,,,se o de ‘Irte Moderno de 1899. 1278 R. 0. 18 de septienubre de 1858. ¡279 Catálogo... /862, Níaclnid, ¡862. 1280 RO, de 28 de noviembre de 1871. 1281 catálogo 1871, Níadnid, 1871. 680 La filiación nacional a la santa de pie en medio de una sala, alrededor de la cual están sentadas las monjas, sus hermanas, 1284 presididas por mit prefacio Pablo Pardo expone en la Nacional (le 1876 Viátito de Santa Teresa, basado en la Vida de la Santa del Padre Rivera1285, también adquiridlo por el Estadloí2SÓ. En la Nacional de 1884 figuraron dos cuadros sobre la vida de Teresa de Cepeda: Éxtasis de Santa Teresa de José Alcázar Tejedor128 y Uno de los éxtasis de Santa Teresa de José María Domenechm288: cuadros ambo:; más de pintura religiosa, casi devocional. que históíica. De los dos fue el de Alcazar Tejedor. una imagen recogiday monacal cíe la santa cíe Avila: Dejando caer linguidameiute los lurazos a lo largo del cuerpo y upoyando la cabeza en el nuriro está ‘emutada la figríca en. el ir arico sernici reníar dei coro de nur tenílul ~. j rinto a la sil1 a puncipal, realzada por dos o tres escalones, Viste la Santa hábito pardo con manto y toca blanca, y en la mano derecha sosticute la cuí? dcl rosario que ha u’esbalado por los priios casi hasta tocar cí pavítuento: delante de ella hay colocado un elegante soporte cIne sostiene un gran tomo, acaso de cantos idi giosos: ea primer término, niractcu en el suelo, se ve un itt jo/lo, ven el fondo, luminoso sin ser builí arrte. se dílínija la curva de 1 in hemiciclo decorado corr lun truas mtrr’ales de colores pálidos1 289 el niuco cIne flivo algíín éxito —fije í’eprochrciclo en grabado por La Ilostraci6 Catalana 1290 La flusl,’ac’ío,¡. Revista Hispano-A merii’ana1291 ~ La llu,s’l,’ac’¡oii Católica 1 29t lhmo crí la cíe 1890 Santa Teresa de Herreros le Tejada1 293, que cierra el ciclo teresiano en la pímitirra de historia española del siglo XIX. Corno muy cercanos por temática a los cuadros scbre Santa Teresa se podm’ía incluir dentro cíe este grupo Viaje de San Juan de la Cruz a ikradrid. expuesto por Carlos Giner en la Nacional cíe 1 864120 1, 1282 En 6.000 pts., RO. de 13 de uroviembre de ¡873. Depositado en el Museo Provincial de Zaragoza por RO. de 5 dc enero dc 187?. la Uormi’~a de Oro, 1886, pp. 664-665. ¡284 R. , ‘‘Exposición cte Bellas A oes”, El P¿’nsam/en¡o Epat7o/, 3 ch’ novierubre de 1871 1285 Catálogo... 1876, Madrid, 1876. 1286 En 1.500 pts., RO. dc 29 dc mayo dc 1876. Depositado enla E~cue1a dc Bellas Artes de Salamanca. donde sione cír la actualidad, por RO. dc 23 dc diciembre dc 1897. 1287 Catálogo. .1884, Madrid. ¡884, 1288 Catálogo... 1884, Madrid, 1884. ¡289 PICÓN, 3.0., “La Exposición de Bellas Artes”, El Correo, 30 de mayo de 1884. 1290 La Ilustració Catalana, VI-Vil, 1885-Sé, p. ¡69. 1291 La Ilustración, Revista I-IispanoAmericana. 188?, p. 533. 1292 fn ilustración Católica, 1 889, p. 342. 1293 Catálogo... /890, Nladi cI, 1890. 1291 (‘a tálogo...]864, Madrid, 1864, (iS! Capítulo LV Otros santos de la época de los Atístnas figurarán también> cii esta genealogía inííaginaria de la nación, aunque sólo en su vertiente de santos españoles. Es el cado de Sari José de Calasanz. Viático de San José de Calasanz, expuesto por José María I)oníenech en la Nacional de ¡8711295 y qtre, a pesar de sus antecedentes dentro de la pintura t’eligiosa, cabe considerar como un cuadro de historia: y de San Jtran de Dios, San Juan de Dios, salvando dcl incendio a los enfermos del Hospital Real dc Granada de Gómez Moreno, éste sí una ca¡’acterístico cuadro de historia. qtíe obtuvo medalla de segunda clase en la Nacional de 18811296 y que sería reproducido en grabado por La Ih.tstración Española y Amcí’icana1 297, La I/usn’ación C’a/ohca1298. La Horm.iqa tít’ O¡’o~299, La llostració Catalana1300 y La J/r.isn’ación (‘atólk’a 1301 La época (le los Austrias menores, vista como un tiempo de crisis y decadencia, tiene cunosameníte una presencia importante en la pintura de historia (ver cuadro n0 14). P~~o centrada casi exciusívamnente. no cii hechos políticos, sino cii la configuracion cíe inija i níagemí dle la culttu’a n’mcional Son Ns. grandes tigtu’as literamias y anlísticas del siglo XVlIlas cíue aparecen una x’ otra vez crí los cuadros de historia sobre este periodo, contribuyendo. jtrí¡to con los estimclios históricos y de historia literaria llevados a cabo a lo largo diel siglo XIX. a la configuración del ¡nito del siglo XVII como siglo cíe oro de la cultura espanola. lo que. al margen Total Adíquriul Prerma Med~dla Medalla Medalla Repro¿t. dos dos 1)’lruiera seonudir tercera en Estado clase ¿ase clase nuabado Épduea Carlos ½‘ 29 34 29 33 29 26 39 (IlCarlos \T II 12 0 9 13 19 (1 )Conqncista de.Amch’ica 8 9 0 5 9 0 (2)Conquista de Méjico 5 6 4 0 5 9 3 (l)Estancua en Yuste 8 10 0 9 4 13 (1 >CarlosV. Francisco 1 5 6 5 0 0 9 6 1295 Catálogo...187¡, NIadrid, 1871. 1296 Po unauútuidad, RO. de 14 de abril dc 1881. m297 ~ ¡í¿,st,’ació;, LÁpaiYola y Americana 1. 1881, p. 405. 1298 La Ilustración Católica, 1886,í. 79. 1299 La Hormiga de Oto, 185>8, píOS. 1300 La L’nstració Catalana, X, 15>89, ¡a. 12. 1301 La Ilustración Católica, 1890, p. 235. 682 La filiación nacional Epoca Felipe II 19 21 25 33 24 22 23 (3)PelipeIl 6 6 10 33 S 9 10 Austrias Menores 43 35 3? l’ 33 30 ‘32 (4 %ryantes 2? 28 22 0 19 21 23 (5)Episodios del Quijote 22 19 12 C 9 12 13 Cuadro nr0 14. Importancia relativa de los diferentes ciclos de la época de los Austrias, Las cifras indican porccuitaJes (%) sobre el total de obras de la época de los Auusínias, Se consideran niuuicamente aquellos ciclos quíe suponen más dcl 5% dcl total, 1) Los cuadros dIC estos apartados están neluidos en el de Epoca Caros V. el apartado de Carlos V se reItere a arloellos dradros en los (Ide fi gura el emperador’. (2) Los cuadíros de e~ te apanado estan niel nr (3) Los enadíros de estos a 1uartadlos están incluidos en’ el ~ieEpoca Felipe 11, el apartadlo de Eelipe II se refiere a a pucHos eltadíros en los qr.re fi grura el rey. (4) Los crradios de este apartacío estánr incluidos también en el de A’ rs;t das Nícuores, Se inelírre rl todIo 5 aqrrellos cruadros quelíaeenr reíeren el a t aiuto al puopio Cervantes corno a peuson a es de sus obras. 15> Los cuacíros de este apartado están también inelmridos en el 11 gran níito ctrlttn¡’al cíe la España del siglo En los cuadros cíe temática cervantina se imicluyen tanto escenas cíe su vida como otras sacadas cíe stns obt’as literarias, El Quijote en primer lugar. í~’o no exclusivamente. Por lo que se refiere a sim vida. cíe presencia habittmal en la vida intelectimal del siglo XIX -especialmente en la prensa1 303, peto no sólo1 ~ la mayoría de los cuadros se centran en episodios 1302 Se incluye a Cervantes aquí, porquue, a pesar deque su í’ida se dc’san’olla a caballo entre los des siglos, en la é,oca ¡van mitología nacional su finura queda irrevocablemente unida a la oca, al siglo de oro español y a la época de decadencia 1303 Las referencras a tenantes son continuas en las revistas del XIX: “Miguel de Cervantes Saavedra”. El M¿,sec’ tic’fm/zas 11. 1 S39, pp.’3O-32: LOPEZ. 3. 7<1 Pintura cíe la,s inmediaciones )‘ pueblo de Esd 1uivias. donde escribió ( r\ mtc s mrria parte del Quuijote: reseda de esta obra inmortal’’, Rc’u’ista dc Europa,1, 1846, p. uo3 (‘ap/tu/o ¡‘U relacionados comi la creación del Q¡¿ ¡Jote y composiciones de tipo más o menos alegórico de exaltación del genio cervantino, aunque a veces pttedan figurar Lunhién otros como su muerte - todo personaje de cierta emitidad tiene que tener su cotTespommdliente rniíem’te o numertes en la pintura de historia- o prisión en Argel. Etm la Nacional de 1858 pudieron verse, Cervantes escribiendo el Quijote y hollando con sus pies’ los libros de caballería de Antonio Gómez y Cros1305; Últimos momentos de Cervantes de \¡ ictor Manzano Mejorada, adquirido por el Estado1306: ~‘ Cervantes preso. imaginando cl Quijote de Mariano de la Roca. medalla de terceí’a claset30”’ y compra por el Estado1308. lisie Ultimo representa a Cervantes: en la prisién cíe Arganiasilla de AIba, imaginando U Qn ote. Cciv’antes está senir adío elu ruta 1)i edra. coir tas pi errua.s tendIdas x crinzadas . rltra ¡u ano en la rn ejilla y la izqrriercía apoyarla dr la ci rut una: enu el tondo oscuRo se ~e alenóri camcnne a Douu Quiij ole apov ado en la lanza y a Sauu cho co u su rucio1309. En la cíe 1 860. Lectura, por su autor, de la primera parle del Quijote cíe Manutel Cabral 1310: y La recomendación del alma de Cervantes de José Maria i)ométmech 1311 129: FERNÁN DLZ MILLÁIS RILLE, E., “X1i~uel de Cervantes Saavedra”, El Musco ch’ la.’ Familias, \., 184 p 3 2 \LACIO,I, “Nliguel de Cervantts” Li M¡,cu’ Pi;to¡csdo 18S9 p 34 fIBINO L Ccix antc s ex olrtcionan’io’’ Ir, Ilustración Esj,añr’la ~r,,cu, ana 1 1 3”í pp 103 ¡66 t. \ SF N \ \ E 1 NI ‘‘Nín ouuel dlc ( enantes Saavedra” La Ilustración E~anola u’ 4r,,~ rlcana 1 1 8”’~ píí ~66 ~6 ( \ ‘<1 RO X de, (. errannes y el conde de Lemos”, Lo Ilr,stracton Lcpanola Aun ‘cuna 1 18, ~ pp %l 1~4 \SLNS[ dM LI conde de Lenjos. protector de Cervantes La lía Qrac¡on (ato/u a 1880 pp II y MEl~LADLl~ L.,”Cervantes”, La Ilusgració Catalana 1880 1551 p ½ NIN’ SI \NL L Nl Nlioncl d 1 Cerí antr s S ravedra”, La ilustración ibérica, 1.. 1 SS Pp 6 ERíN t 11±Nt l’lomuo C r.rx u.nks La Ilusíración, 111, 1882 1883. p. 238: LASSO DE. LA VEGA, A., “Cervantes, autor dranuático”, La Ilustración Española y Americana, 1, 1883, ~. 250: SEPULVEDA . E., ‘‘La bija de Cervantes’’, tú Ilustracichr Española y Americana 1,1883, p. 191. 219, 234 y 24?: BARA Df). E, “Cervantes soldado’, la ilustración Artística, 1895, p 16: 1304 Tambídii la Iitenarma se oerrpc de sur viría, por ej ciupí o Ceru’antes. Nou’ela ¡jis tórica de Ortega y Frías, publicada en Madrid en 1859. ¡305 (‘atálogo. .1858, Madrid, 1858. 1306 En 5.000 reales, RO. de lO de febrero de ¡859. Depositado en el Museo Provincial de Jaén, donde sioue actualmente, por RO. de 11 de octubre de 1905. 130? R 0 18 cíe septicmnlure de 1858. ~ Fn 10000 reales. RO.. de ¡0 de febrero de 1859 Depositado euu la Universidad de Bareelorua por RO. dc 1 cre urr;ryo de 1880. l)epositado en Ciudad Real por RO de 24 dc octubre cíe ¡923. Actumalunente en cl Museo de Ciudad Real, depósito dcl Níumseo del hado 1309 IRURETAGOYENA, CM.,”Exposicirin de Bellas Artes de 1858”, ani, cii.. p. 9. 1310 Catálogo... /860. Madrid. 1860. 1311 Ibídem, 684 La filiación nacional En la de 1864, Rescate de Cervantes de Federico Catalá1312: y Últimos ¡¡¡omentos de Cervantes de Eduardo Zamacoist’31’3. En la de 1866, Cervantes en la cárcel de Argaa¡asilla, escribiendo el Quijote de Eduardo CarceIIer1314; Últimas palabras de Cervantes en el Quijote de José Fernández Olmos1315: Apoteosis de Cervantes de Manuel Ferrán, consideración de medalla de segunda clase1316 y compra por el Estado1317: y Cervantes lcyendo el Quijote a varios amigos en la prisión de Plácido Francés, mención honorífica de segunda clase1318. En la de 1876. Cervantes en el momento de empezar a escribir el Quijote de I~edro Sátíchez Acuña1’319. En la de 1878, La dedicatoria del Qu~ote de lZaftel Montes1320 En la cte 1884 Cervantes, en sus últimos días, escribiendo la dedicatoria al emule de Leinos de Eugenio ()liva y Rodrigo. medalla de segunda clase1 321, compra por el Estadot322 y reprodtmcc¡ón en gn’abacio por La [¡it 5/ra <‘¡oir Aspo ño/a y Amc¡’k’ana 1323 1. a JInsh’aí’mon ¡It. España132’4 y La IIti,vii’at’uni llnv’wa í325• Representa un (‘enantes decrépito, va cercano a su fin: Cervantes enfermo, escribe sobre un libro qure le sostiene un sacerdote, la dedicatoria de la segunda paire del Qrdjote al conde de Leinos. Stí luen’ruaua si~une cori rrn irarla ansiosa lo quíe escribe. A la derecha inri fraile ~.‘ uíu Ii eeruci aclo1326 1312 Catálogo. .1864.Madricl, 1864. 1313 ibídein. 1314 Cat4/cgo...1866. Madrid, 186”’ ~ íbídé’m, 1316 RO. de 15 de febrero de 1867 1317 E5 ¡.200 escudos, R.O de 3 de utavo de 186?. Erre pr’opnnesto dir~’ctanrente por la Academia para la cesión a los NIuseos de Ihovincias. Depositado en el Museo Provincial de Valencia por RO. dc 3 de mayo dc 186?. Deposi lacio en el Instituto de Ciudad Real por RO. de 2 ~leairnil de ¡924, Actnalrrr ente ~r el Mtrseo de Ciudad Real, depósito riel Museo del Prado, 1318 1k. 0. de )~ de febrero de 186?. 1319 Carálogo..187á, Madrid, 1876. 1321 Por unanimidad, RO. de 12 de jurnio de 1884. 1322 En 3.000 prs., RO. cíe 19 dc junio dc 1884. Deponitado en el Museo Provincial de Ciudad Real, donde sigue actualurente, 1)01 1<0. de 11 de noviembre dc 1931. 1323 La iln.”traci on Española y Americana, II, 1883. p. 284. 1’324Lú 1/asíra/ca dr’ España, 188?, p. 124. 1325 La llusíra ión ifichica, 1889, pp 1(14-105. 1326 “Exposición de Bellas Artes”, El LiberaL 24 de mayo de 1884. 685 Capítulo IV En la de 1887: Apoteosis de don Miguel de Cervantes Saavedra de Juan García Martínez1327, pt’optresto par’a ampliaciómx de medalla por el jurado, ampliación que no fue aceptada; y Cervantes y sus personajes, de Angel Lizcano, muedalla de segunda claset328, cotupra por el Estado1329 y m’eírodltmcciót en grabado por La IIusu’ación Española y Americana1330, La Jiusiración. Revista Hispano-An¡.ericana1’331 y La ¡lustración Católica13’32. El grupo más numeroso es. con todo, el de cuadros sacados de pasajes del Quijow. José Ribelles y I’Ielip lleva a la Exposición de la Academia de 1835 Don Quijote en el acto de ser armado caballero y Manteamiento de Sancho. En la Nacional de 1858 pudieron verse Sancho Panza revelando a la Princesa el secreto del encanto de Dulcinea cíe Víctor Nianzano Nlejor’aclat33’3: y El donoso y grande escrutinio que el cura y el l)arl)ero hicieron en la librería del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Nlercadé y Fábí’egas1331. En la de 1860. Don Quijote mirando el manteamiento de Sancho de Y etítura Miera ~ ~:Como D. Quijote sc ¡tizo armar caballero por el ventero de Nligtrel N faría Ocal13 ½y El Quijote preguntando a la cabeza encantada sí fue verdad o sueño lo dc la cueva de Montesinos. también de Ocal1 337, En la (le 1862 Entierro del pastor Crisóstomo cíe Manuel García Ilispaleto. medalla de tercera clase1338 y compra por cl Estadot HO: y Don Quijote escribiendo a Dulcinea desde Sierra Moreira de Manuel Rodríguez (le (3uzmánt310. ¡327 Catálogo. .1887, Níadrid, 185” 1328 Por mayoría, dos votos en contra, RO. de 22 de junio de 188?. 1329 En 4.000 pis.. RO. dc 14 de noviembre. de 185?. Dcjosit’ado cix la Academia dc Reilas Artes de La Contixa por RO. de 18 de noviembre de 189?. Actualmente en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, depósito del Museo del Piado, 1330 La ilustración Española y Americana, II. 1 88?, p. 41. 1331 La llu.”tración. Revista i—Iispano—Amerir’ana. 188?. p. 473. 1332 La Ilustración Católica, 1888. p. 421. 1333 Catálo go.../SSS. Madrid 1858 1334 ~ cm ~ Catálogo.. .1860, Madrid, 1860. 1336 ¡bídc’t,¿ 1337 Ibídem. ¡338 RO. dc 29 dc noviembre de 1862. 1339 En 5.000 reales, RO. dc 14 de enero de 1863. Depositado en el Muisco Provincial de Zaragoza por RO, de 5 de enejo de 1872 Depositado en el Instituto Nacional de Enseñainza Media de Villafuanca de los Barros por ONI. de 5 de enero de 1933. Actualmente en la Diputación Piovincial de Badajoz, depósito del Niuseo del Prado. 1340 Catálogo... /862, Nladíirl 1862 686 La f,l¡ac¡ot nacional En la 1864 Don Quijote leyendo libros de cabalkría de Manzammo y Mejorada1341. En la de 1866. con ‘ana auténtica invasión de asuiito:~ cervantinos. Disputa cutre Don Quijote y el cura cii casa de los duques de Rogelio Egusquiza, adquirido por el Estado1342; Don Quijote defendiendo los libros de caballería de Manuel Eerrán1343; Sueño dc Don Quijote cii la cueva de Montesinos de José María López y Pascual; y. por último. Don Quijote pronunciando el discurso de la edad de oro delante de los cabreros -consideración de medalla de tercera clase1344 y compra por el Estado1345-, Entierro del pastor Grisóstomo -éste propiedad ya de la Corona. imifante Sebastián Gabriel de Borbón, cuando fue expuesto- y Don QuUote en cl carro saliendo de la venta -taml)ién adqtmit’mclo por el Estado1 346~, obra los tres cíe Antomito Pérez Rubio, pintor especializado en esta pintuma de pequeño taniafio, a medio (‘amino entre el género histórmco x’ el de costwnbres1347. En la dc ¡871. lI/da/go en casa de los duques de Anto¡mio Gisbe¡’t~~’~~. reproducido en grabado por La Ilustración Española y Amu,’k’ana 1349 y La llm’m.iga dc Qrol3S(t. Eim la de 1876: “Y iieron un molino de viento que en aquel campo había” de Luis Nluriel Lópezt351: Despedida de Sandía ¡‘amo para ir a su gobierno de la ¡tísula Barataria. y Escena del Quijote: sucesos cii la venta entre Los cinda, Dorotea, Cardenio, D. Fernando, el cura y deniós concurrentes, estos dos últimos del prolífico Atitonio Pérez Rubio1352. lIn la de 1878: Señor Quijada ¿quién ha p14 esto a vuestra merced de esta suerte? de .Xrturo Montero y Calvo1 ~ y Una aventura dcl Qu¿jote 1341 Catálogo 1864, Madrid, 1864. 1342 En 2000pts., RO. de 14 dc agosto dc 1895. Depositado en la Escuela de Bellas Artes de L.a Coruña por R.O de 18 de junio de 1896 .Actualxneníe desapatecido. 1344 Por unanimidad, RO. de 15 de febrero de 1S6 1315 En 300 escudos, R.O de 3 de mayo dc 186 D~ positado cruel NIuseo Puovincial 687 Canitnlo IV Carbonero, ésta última, medalla de segunda clase1354, reproducción eí grabado por La ilzísíración Espa¡Yola. Americana1355 y envío a la Exposición Utúversal de París de 1878. En 1880 el Estado adquiere Una escena del Quijote de Jadraqtíe y Sánchez Ocaña1356, cuadro que. cosa extraña, pasó directamemite a las colecciones del Estado smn ser previamente expuesto en una Naciomial. En la Nacional de 1881 se expusieron: ¡)on Quijote; una escena del retablo de Alaese ¡>edro de José Ahu’cón Suárez1357; Casamiento dc Quitero y Basilia de Manuel García Hispaleto’ 358: Presentación de Dorotea a Don Quijote de Pedro González Bolívar1 ~ tuedatia de tercena claset3~0 x’ compra por el Estadot 3<1: La aventura de don Q ¡¡¡jote cuando ataca a la procesión de los disciplinantes. acícítniridlo por el Estado 1362 x’ Las vi,ídicaciones de la pastora Marcela. tamnbien adquirido por’ el Estado 13 <,3 amubos de Aníton¡o Pérez Rubi 0136]: y Doíí Qu~ote en casa de los duques cíe Eíu’iqne Recio Gil, medalla cíe tercera claset ~ 1354 Por ruruaunimid’ad, RO. de 14 cíe febrero cíe 1878. la ffr,straciór, Española Anrericaria, 1, 1878 ~i 308. 1356 En 2.450 pts.. RO. de 22 dc abril de í SSO. Depositado en la Sociedad Económica de Anuieo.s del País de Santiago de Compostela por RO. ríe 19 dc julio (le ¡886. Depositado en el Nluseo de l3a~lajoz. donde signue actualmente, por DM. ríe 26 dc febrero cíe 1932 1357 (‘atálo go... 188/. Madrid, 1881. 1358 ibídem, 1359 ibídem. 1360 Lxtxareglameutaria. por unanimidad, RO de 14 de abril de 1881. 1361 Fn 2.000 pts.. RO. de 7 de jrtI io (le 1882. Deposi nado eur la Escruela de Bellas Artes ríe Sal aruu anca por RO. de 23 de noviern bre de 1896. Depositado en la Dipuraci ñu Prov i nucial de ¡Xlicante, clonde si guue aeturalmeur e, por DM. de 12 de enero de 1932. 1362 En 1.500 pís., RO. dc 30 de enero de 1882. Depositado en el Minisrenio de Insturecióní Pública y Bellas Artes por RO de 12 de mayo dc 1903, Depositado en la Subsecretaría del Ministerio de lnstnicción Pública y Bellas Artes poi RO. dc 18 de agosto de 1913. Depositado Escuela Superior dc Canto de Níadrid, donde sigue actnral rruente, por O Nl ríe 21 ríe jn ario de ¡971. 1363 En 1.250 pts, , R. O. ríe 20 cíe j rrnio ríe ¡885. Depositario eur el Niiui sterio de brujir enno de Níarin d. actualmente desaparecido. 1364 C’atálogo 1.581. NIacínid. 1881. 1365 Íixtrar’reglauuenutam’ia, 1uor umnarnnn dad. RO. de 14 de abril dc 1881. 1366 En 2.000 pts. , R. O. dc 3 de enero de 188?. Depositado en la Dipurmacióru de Cáceres, don de sigue actualmente, por R O. de 3 dc febrero de 1 ~57 1367 La Ilustración Española y Americana 11, 1881,1). 156. 13o8 La Ili.¿.strac¡on de t~síraña., 1886, p. 13. 688 La filiación nacional Eii 1882 el Estado adquiere. con destino al Museo del Prado, Una escena del Qu¡jote En la Nacional de 1884 pudieron verse: Discan o que hizo don Qu¿jote de las armas y de las letras de Manuel García Hispaleto1370, no premiado, aunque había sido propuesto por el jumado pam’a condecoración, pero si adquirido por el Estado137t; y Sancho se despide de los duques y de don Quijote para ir a ¡omar posesión de gobierno de la Ínsula Ba,’ataria de Manuel Suárez Espada’372. En la de 1887: A ventura de los cueros de vino de Barruso y Cina1373 Los duelos con pan son me nos cíe Lino Casimiro Ibos’ra1 ~ La aventura de los níercaderes de Jorge de la Guardia ~ El mensaje dc Sancho a su mujer Ln la (le 1892: El cura y los que con él estaban íeíí tras un peñasco a Dorotea lavándose los pies en el arroyo (Doíí Qui,”ote) de 1-Iernánde¡. Amorest 3”8; Don Qu?jote antes de su primera salida de Miguel k.draque y Sánchez Ocaña1379 La aventura de los nícreaderes y Escena del Quijote. estos dos últimos de José ~v1oreno Carbonerot380. El mismo Moreno Carbonero ciemTa la serie cori Ei encuentro del rucio, Nacional de 1895’~~~, reproducido etm fotografía por Blanco y Negro1382. 1369 RO. de 2 dc diciembre dc 1882. Depositado en el Instituto lut’aestro kan de Avila por RO. dc 20 de octuibre de ¡.384. Actuiatruenre crí el Museo de Ciudad Real, depósi:o del Museo del Piado, 13 0 Catuiío«t .1884, Nladrid. 1884, 131 En 2.000 pms.. 140. 19 dejímio de 1884, Depositado en el Museo Provincial de Ciudad Real, donde sigue actualmente, por R 0 20 dc octubre dc 1884. ~~‘“ Caálogcv.1884, Madrid, 1884 13 Catálogo... /887, Madrid. 188?. 13 4 ,‘bkíe,n, II ~ Ibídem, 13 6 Ibídem, 13 Eíu 750 pts.. RO, de 18 dc noviembre delSS?. Actualnuente en la Academia Militar de Palma de Niallorca, depósito del Museo del Prado, 1378 Catálogo.. .1892, Madrid, 1892. ~ ibídem, 1380 Ibídem. 1381 Catálo,go...I895, Madrid, 1895. Actualmente en el Museo de Fetías Artes de Sevilla, depósito del Centro de Arte Reina Sofía. 1382 illan<’o y Negro. 215, 1895, s. pag. 689 Ca uña/o IV Aunque en mucha menor medida que El Quijote, las escenas sacadas de las Nove/as ejemplares son tanibien tema frectrente en la pimitura de historia. El primero en plasmam- tui episodio de las Novelas Ejemplares en el lienzo fue Rodríguez de Guzínán quien en la Nacional de 1858 expuso, con un cietio éxito -mención de medalla de primera clase1383 y compra por el Estado1384- un cuadro titulado Rinconete y Cortadillo. Ignacio Suárez Llanos Ignacio lleva a la Exposición Naciomíal de 1860 Una escena de La tía fingida, inspirado también en las Novelas Ejemplares, que será premiado con me Tras Cervantes. y a gran clistamicia del autor (leí Quijote, Qireveclo es el esentor del siglo de Oro de presencia más habitual cmi la pintura cíe historia. Ilace su aparición cmi la Nacional cíe 1858. y por partida doble, Lutero; asunto tomado del Sueño del Infierno de Quevedo cíe Sans s’ Cabot, medalla cíe segunda clase1392 s’ compra por el Estado ~3~3 iltmst va un pasale cíe un capítulo de Los Sueños, el tiltniaclo ~Las zahúrdas de Pl utón’i~<~t: ~< Quevedo leyendo una de sus producciones cíe Rafael Gat’cía Hispaleto1305. En la sigimicíxte Nacional, la de 1860, fueron también dos los etradros de tetna c 3Qñ y l)on Francisco de 1trevediano, Quevedo de sobremesa cíe Paulirmo cíe la Lindel 1383 R O dc 18 de noviembre de 1858. 1384 Fn 6000 reales, RO. de 10 de febrero de 1859. Depositado en la Dipuutación Provincial de Caceres por RO de 3 de febrero de ¡88?, Devuelto al Mirseo del Piado por O.M. de? de junio de 1993. 1385 RO, dc 2 ríe diciembre de 1860. 1386 Infante Sebast arr Cabu’u el ríe Borbón, 1382 Po; nnamn)iría <1, 14.0. cíe 14 de aÑil (le 1881. 1388 Por unaruiririclarí, IZO, cíe 14 cíe al>ni1 cte 1881. 1389 Ñu 2 000 pms 14.0. de 30 de junio de 1881. Depositado en el Institurto General y Técurico de Canarias Cabrera Pinto, La La 2nlna, donde si une acttralmerute. por RO. ríe 22 de dicicmbre cíe 1 910. 1390 La Ilustración Ibón <‘a. VIII, 1890, p. 323. 1391 Catálogo... /884. Madrid, 1884 1392 R. O. de 18 de septiembre de 1858. 1393 En 12000 reales, RO. dc 10 dc noviembre de 1859. Deposirado en la Real Academia de Bellas Artes de Sau .tordi. donde se encuentra actualmente, por 14.0. dc lO de abril de 1886. 1391 (7aíálogo.. .1858, Madrid, 1858. 1395 Ibídem. 1396 Ccitcilc>go /86<> Nlaciu’icl. 1860. 690 La filiación nacional Quevedo en San Marcos dc León de Mariano de la Roca y Delgado~1397; éste dltiino claramente en esa línea de imagen negativa de la monar en San Marcos de León, encerrado en rm aposento. cauterizándcse las llagas de las piemas cansadas por los grillos, revela en su semblante todo lo triste y afligida Inc era su situación. Un velón en el snelo proyecta su sombra en la pared1398. Otros dos en la 1876: La vida del Gran Tacaño, sacado de un pasaje de la Vida dcl B¡.íseón llantado Pa/dos, de Juan García Martínez1399; e Intriga coíítra Quevedo en los jardines del Buen Retiro de Antonio Pérez Rubio1400, cste adquirido por el Estado1401. José Gallegos cierra el ciclo quevediano con El loco de los ángeles, inspirado tatnbiéru en el Busco,,, medalla de tercera clase en la Nacional De los grandes dramaturgos del siglo XVII es Lope cíe Vega el de apanciomí mas frecuente cmi la pintura de histoíia. Jenacio Suárez Llanos obtiemxe mulalla de primera clase emí la Nacional cíe 1 862 cotí Sor Marcela de San Félix viendo pasar’ el entierro de Lope de Vega. su padre1 l>>3, adquirido por el Estado1 ~ y reprodlLtcidlo etm grabado por El Musco Un iu’t’í’sal1 405, La llusnación de Espana 1406 y Blanco y Negro1407: representa el paso del féretro del esctitor frente al convento cíe las Trinitaíjas: Fin primer térn, iruo, a la derecha del curdo, x’erlse algunos sc llores de la corte rle Fiel ~pe 1V, que parecen ser poetas y cabalícuos ami gos del finacío, Eru igual tén lino, a la i v 1riierda, gente del 1)rreblo representada por una mujer, una niña y uuna anciana <.4 Detrás de estos personajes aparecen los sacerdotes naturales de Níadrid, los caballeros de la orden de San Juan y frailes mercedarios que llevan hachas verdes: Lope de Vega era familiar del Santo Of:cio, Cuatro capellanes con bonete y sobrepelliz conducen sobre rrnas andas la caja que encierra los ;estos del poeta, ¿pie se deserrbre con las vestidurras saQradas y el cáliz. de oro entre las ruanos cruzaras, Desde el féretro basta la cohorte de cabal1 eros que le sigue Irar el suficiente espacio ¡‘ara que se “ea eru el segundo ténuino el atuio de las ‘Irinilarias, donde1 convento,está la Pon’comunidaddelanteacompañandodel ararid y sigruiendoa Sor Marcela,a la izquierda,tristementehaciaapoyadadonde seensuuponela alta verja que cierRe 139? 1/Idem, 1398 “Exposición de Bellas Artes”, la ¡ 691 Con/rulo IV que marcha el cortejo. una multitud de cabezas, entre las que se descubren las rapadas de los frailes, 1408, completan el cuadro Ammtomxio Pérez Rubio expone en la Nacional de 1871 Encuentro de Felipe ¡JI con Lope de Vega llevando el viático1409. Enmi<íue Recio, en la cíe 1884, Últiníos moníentos’ de Lope de Vega141 ~• Y, también en esta misma Nacional de 1884, José L1ría y 1.Jría recibe medalla de teu-cera clase con Lope de Vega en cl cementerio141 1, adquirido por el Estado1412 Los demás dramaturgos del Siglo de Oro tienen mma presemícia mnucho más episódica. En dos ocasiones es llevado al lienzo Calcíerótí cíe la Barca. personaje sin emubargo habitual en la prensa decimonónicat 113 -x’’al que la revista La Jlust,’acióu, Española y Ame,’ica,¡a nnclió homenaje, con motivo del segundo centenaí’io cíe str muerte en 1881, convocando tui concurso cíe pitmt’tíra en el que fueromi premiados cuadros de Serra, Domingo Niuñoz. Niorera. Checa, etc.- La hija del aire cíe Puebla, exptresto en la Nacional cte 18811 III y Calderón —a pesar del títtmlo represemita una escena de El Alcalde de Zalamea- expuesto por Carlos 1.~ópez en la Naciotial cíe 18871415. Emm una sola ocas¡ótí lo será Tirso cte IX [ohm, Fray Gabriel Téllez, expuesto por Juaí \iancehls en la Naciomíal de 1 88114.16, no prenhl aJo pct~’~ additni t’ido por el Estado. Emitre los pintones, los mnás nutuetosos somm los etracíros referidos a Velázquez. Eusebio Valldepeías lleva a la Nacional de 1856 Felipe IV pintando la cruz de Santiago en el retrato de Velázquez1’t 17 Benito Mercadé y Fábregas a la de 1860 Velázquez premiado por Felipe ¡U’~ 8, una recreaciótí del legendario episodio en cítre cl monarca pinta con su propia mnano, sobre el auton’etrato del pintor en Las Metíiíías la cruz cíe caballero de la Orden de Santiago: 1408 VII.LAL\’A U.. “Exposición de Bellas Artes”, El Diario Español, 29 de octubre de 1862. 1409 Crná/ogo.../87/, Madrid, 1871, 1410 Catálogo... 1884, Níadrid, 1884. 1411 RO. de 12 de junio de 884. 1412 En 2.500 pts.. 14.0. 19 de junio de 1884. Depositado en el Instituto de Ciudad Real por R.O 20 de octubre de 1884. Actualmente en el Nínseo de Ciudad Real, deposito del Museo del Prado. 1413 BURGOS 3. de, ‘‘Bio~ra fía. Don Le rbo Calrieu’ón ríe la U area”, El Panorama, IV, 1840. pp. 305-308: ROSSELL, (1, “Don Periro Caldleu’órí de la Barca”, Almanaque de la Ilustración, 1879, p. 15; LASSO DE LA VEGA A. . “Caracteres gerucuales y di stiu tix’ os dle las obras ‘le Calderón’ , La Ilustración Española y Amcricana, II. 1880, pp. 31?, 334v 38?:.,. 1414 Catálogo... ¡88/, Madrid, 1281. 1415 Catálogo.,. 1.527, Madrid, 188?, 1410 Catálogo... 128/, Madrid, ¡881. 1417 Catálogo 1856. Níarliud, 1856. 418 Catál. go... 1860, Nladrud, 18o0. 692 La /nl¡oc¡ó,m nacional Trabajando Velázquez en Palacio en su admirable cuadro de las Meninas, conocido también por la Teología dc la pintura (...) en el que se retraró así mismo con Ja pateta en la mano, Felipe IV, el rey ‘amigo de los poetas y de los ‘artistas, en un momento de adn’ iración por su pintor de cámara, le condecora con e> hábito de caballero de Santiago, pintando coi su propia mano en el retrato del príncipe de nuestros pintores, la cruz roja de la Orden. El rey conserva en la mano el pincel con el que acaba de trazar aquélla en el cuadro, y Velázquez, sorprendido por la honra que merece al soberano, se inclina hacia éste, en actitud de respetuoso agradecimiento: la reina, la infanta Margarita y los enanos, Man Borbola y Micolasico Pertusato, 1~9, completan la escena Antonio Pérez Rubio obtiene medalla de tercera clase en la de 1862 comi Meninas y pajes de Felipe ¡V142~>, cuadro, a pesar de no figurar el pintor, de claras resonancias velazqueñas. Manuel Garay expone en la de 1866 Presentación de Alonso Cano, hecha por Velázquez. al coí¡de duque de Olivares1421, mención de medalla de tercera claset422 Pérez Rubio, en la de 1876, Presentación de Ruben~, como embajador, hecha por Velázquez a Felipe IV. Y, por último, una vez más Pé.:ez Rubio, basámidose ahora en la lila g,’aj’ía de Velázquez cíe Palomino, el í’econocimiemxto real hacia el amlisla, honra al arte. Murillo es. prácticamemite al núsmno nivel que Velázquez. el otro gran pintor del siglo cíe oro, segútí la pintura cíe historia decimonónica1424. Alejatmclro Fem’rant x’ Fischermans expone en la Nacional de 1864 Al,¿rillo, caído del andamio en que pintaba, es socorrido1425 m’epí’ochiciclo en grabado por Blanco x Negrolrt un boceto del cinacíro con el qine el pintor había ganado el concurso convocado í>or la Academia cíe Bellas Artes de Cádiz tres años antes y dlue, según el tmsmo pintor> 42?, no fue aclc 1uirido por el Estado por ser ya propiedad <[el Ayímntamiento de Cádiz cuando vino a la Exposicióíí: Vicente Izquierdo. en la mismna Nacional, 1”28: Manuel 1 Jsscl crí la dc >866 Murillo ca los Murl/lo pintando la Concepción 1439 “Bellas Artes, Exposición dc 1860”, E/Diario Español, 14 de noviembre de ¡860. 1420 RO. dc 29 de noviembre dc 1862. 1421 Catálogo... 1866, NIadnid, 186?. 1422 RO. de 15 de febrero de 186?. 1423 Catálogo... 1881, Madrid. 1881. 1424 Y no sólo según la pintura, tal como muestra su continua presencia en las revistas de la época: SLRINGAI”ATAÑ, “Bartolomé Esteban Murillo”, Ef Panorama. II, 1838, pp. 15-16; “Murillo”, El Musco de familia.”, II, 1839. pp. 1 l?-i 18: ANIADOR DE LOS RíOS, .1.. “Mru’illo y la escuela sevillana”, El Siglo Pintoresco, 1845. Pp. 241-246: MUNOZ Y GAVIRIA, 3,, “Bar olomé Esteban Murillo”, El Museo de las Earni/ias, 1859. p. 6’: CRUZADA VILLAAMIL, G., “Nurevas noticias de la vida y obras de N’lunillo”. El Arte en España, VI, 1867, pp. 5-8: MADRAZO, P. de, “BartoLomé Esteban Murillo”. Almanaque de la Ilusrt’ación., 1880, p. 41: BARÁDO, E.. “Nínrillo”, La llustracir Catalana. III. 1882. p. 118:... 1425 (‘atátogo... 1864. Nlarlnd, 1864. 1426 Bíaitro u’ Negro, II, 1892, p. 20?. 1427 Lo alega corno mérito en el concm’so para pensionados de rnéritr de la Academia de Roma del año l8?2. 1128 Catálogo... 1864, Madrid, 1864. 693 Cao/tu/o TV capuchinos, pintando la virgen de la sen’i11eto1429: José Mufle! en la de 1878, Sueño de Bartolomé Esteban Murillol43tt e Ignacio León y Escostnra en la de 1884, Murillo en el con vento1431, éste representa. en una escena más bien de género,: Dos frailes caracteru’sticos. tomando chocolate urno y rapé el otro, hablan con el pintor o miran a la modelo que está en el fondo1432. Velázquez y Murillo configuran por sí solos, en la versión de la pintura de historia decimnonónica, la escuela de pintura española. Los demás pintores sencillamente i¡o existen. Unicaniente Valdés Leal llega a figtmrar en dos cuadros cíe historia: D. Jijón Valdés Leal. inspirandose en un panteón para pintar el cuadro que se conserva cii la iglesia de la Caridad de Sevilla de Rodríguez Losada. Nacional de 1 ~ que previamente había obtenido umía medalla cíe oro etí la Exposiciómí de Cádiz de 1854: ~‘Valdés Leal inspiróndose para pintar el cuadro de la Caridad dc Sevilla. llevado por José A1 1a y 1131 .A destacar que en ambos casos lo Perea a la Exposición de 1892. donde obtuvo mención cp¡e parece interesar es más la Iruculetícia Por lo que se refiere a los propios ¡nomíarcas. la aparición de los tres últimos Attstrias. excepcióíí hecha de los cinadros en que Felipe IV figura en relación con Velázquez o lelipe III con Lope de Vega, es muy escasa. Felipe III lo hace en una sola ocasión, en un curioso cuadro expmresto por José Maria Anrial emí la Nacional de 1862. Vista del ¡‘anteón de los Reyes de León en la iglesia colegiata de San Isidoro (fu¡¡dada por Alfonso 1’,> en el acto de ser visitada por el rey don Felipe en agosto de 16001135, qmme habría que relacionar más con la repm’oducción de ínonumnentos históricos. un género comí 2ran auge cmi la pintura decimonónica, qtme con la propia pintura (le htstorta. Felipe IV figura en vatios cuadros, en los qime, gemíeralmemíte. se ínuestra el patronazgo sobre Velázqtnez. Es, ímíy por encima de cua]qtíier otro concepto. el rey protector 1429 Catálogo... /866 Madrid, 186?. 1430 C’atdlogo...1878, NIaririd, 1878. 1431 atólogo... 1884, Nladr’id, 1884. 14V’ Exposición de Bellas Artes>’. El Li/u’ra/, 24 de mayo de 1884. 1 IH Cauílogo...1&58. Nl aduid. 1858. 113 ¡ lx O. de 2 de diciembre de 1892. (‘94 La filiación nacional a Felipe IV el favor inmerecido que concede al conde duque de Olivares, basado en la historia de España de Antonio Caballero y Zamora, expuesto en la Nacional de 1881 por José Brul4BÓ sobre las relaciones con el valido real, el cor.dc-duque de Olivares, cuadro mal acogido por la crítica: la explicación o leyenda de este cuadro (...) llena casi dos páginhrs en el calñlogo de la Exposición: el lieruzo tiene 3,3? metros de alto por 5,4? de anebrira, ¡I.ástirn~ de pamiel y de lienzo!143~: y El rey don Felipe IV en Navalearnero. expuesto por Antonio Pérez Rubio en la Nacional dc 18841438, un asunto completamente anecclotico, el druco tuotivo ~lela elección Carlos II apam’ece en vanos cuadros. todos ellos dc’ tipo anecdótico, que clifundeí’m la ¡mnageii (le una com’te llena de intrigas, presididía por cín rey débil y enfermizo. Antonio Pérez Rubio expotie en la Nacional 1436 Catálogo... 188!, Madrid, 1881. 1437 VICENTI, A “Exposición de Bellas Artes”, El Globo, 4 de Pudo dc 1881. ¡438 Catálogo. .1884. Madrid, 1884 1439 Psi 759 pts., RO. de 19 de junio de 1884, Pérez Ruibio había pedido 5.000. Depositado en el Instituto de Ciridad Real por RO. ríe 20 de octubre de 1884 1440 Catálogo... 1862, NIadrid, 1862. 1411 Catálogo... 1876, Nladri 693 Capirulo IV Otros hechos históricos del siglo XVII. de relevancia escasa, hacen también su aparición en la pintura de historia de forma más esporá El ajusticiamiento de Rodrigo Calderón, decapitado en la Plaza Niavor cíe Mach-id cl 21 de octubre de 1621, visto como un suceso a medio camino entre la denuncia de la arbitrariedad real y la exaltación del valor y el orgíúlo como esencia dcl ser español -la valerosa actitud de Rodrigo Calderón al subir al patíbulo se había convertido en proverbial- que dará lugar a dos cuadros de historia. Uno cíe Carlos Luis de Ribera, Don Rodrigo Calderón en el acto de ser conducido al suplicio, que pudo verse en la Exposición de la Aca La expttJsiómm de los moriscos será llevada al lienzo en tres ocasíoííes: Los moriscos valencianos demandando protección al beato Jitan de Rir’era, con el que irancisco Doniitmgo Marqués obtuvo un mención en la Nacional cíe l86~l1.l’í8: Expulsión de los moriscos cii las playas de Valencia de Vicente Nicolaí¡ Cutancla, también expuesto en la Nacional cte ¡8641’fl9: X’ de otro cuadro con el mismo titulo expt[esto por Cutanda cii la de 1 88 1 ~ 50 Las immtmigas con-tesanas emi la época del último cíe los Austrias, qtme s¡rverm paía reafirmar la mmagen cte decadencia cte este periodo, inspiraran: Privanza de don Juan de Austria de Antotm¡o Pérez Rubio, Nacional de 18621451: Don Antonio de Toledo y duque de Medina Sidonia en búsqueda dcl favorito Valenzuela. 1445 Cató/ogo... /SQZ NIaduid, 1892. Actiralmerute en el Ptríacio Real de N4adrid, ¡446 En 30.000 reales, RO de 20 de dicembre dc 1846 144? (‘?aíólogo... /892. Madrid, ¡892. 1448 Por unanixmd’ad. R.O dc 13 dc enero dc 1865. Fue premiado en ci grupo de género histórico. ~ L’atdlogo... 1864, Nladrud. 1864. 1450 Catálogo... 188/, Níadrid, 1881 1451 Caíd/ovo. .1862. Nladj’id, 1862. 1452 R. O. de 15 de febrero de 1862. 1453 En 1.000 ese Irrlos, R. O dc 3 dc mayo de 186?, Propuesto directameir re por la Academia ¡nra la eesioum a los NIuseos de Provincias.fue depositado en Niuseo de Bellas Artes de Valencia por RO. de 30 de juilio de 186?. 696 La ti/loción nacional en la medida en que el siglo XIX parece otorgar a Fernando de Valenzuela un peso político que va más allá del de cortesano intngante. Trasunto, para la historiografía decimonónica, del ínadnlenmsmno -ftme el pnimcipal impulsor cíe la m’econstnmcció¡ L Las campañas militares en Flandes. durante la época de Felipe IV, un reflejo del carácter itupemial de la nación española emi la época de los Austrias. que a veces parece extenderse incluso a los Austrias menores, serán el motivo elegido por Antomiio de P~rugada cmi El almirante Oquendo venciendo en las dunas a los holandeses, Nacional de 18601455. El asesinato del conde de Villamediana, inspirará a Niamiucí Castellano un cuadro de gran éxito. Muerte del Conde de Villaníediana -medalla dc segunda clase en la Nacional de 18711456 y comnpra por el Estado para el Museo de Arte NIodemo1457-, cuyo exacto significado resulta más complicado (le lo que a primnera vista apareuta. El hecho histórico que inspira el ~ Comp’árese este episodio con el del conde de Villamediana, que tiene también p<’~u prot’agornsta a la reina -en este cago Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV-, narrado más adelante, en ci capíuulo sobre el antiabsolutismo.: son tantas las semejanzas que más cabria h b¡ar de. arquetipo literario que de hecho historico, ~ Ca a/logo... /860, NIadrid, 18o0. 1456 Católogo...187/. Madrid, 1871, 1457 R.C} de 24 dc junio dc 1873 en 2.500 pts. Actualmente en el Museo Municipal de Madrid, depósito del Nluseo del Piado, 697 Ca vítulo IV cuadro tuvo ya una enorme resonancia en stt época -baste reseñar para hacerse una idea que la mirerte del de \Tillamediana dio lu2ar a iína serie de letrillas o poemas firmados por lo más granado de la literatura del barroco español (Lope de VegaAntonio de Mendoza, Ruiz de Alarcón, Mira de Amescíía..j1’458-, resonancia qtne. al tuargen de la propia relevancia del personaje, una especie de aventurero con flifulas literarias -cmi muchos casos con mnay’úsculas ya que algunos de sus poemas soportan smmi mimngtin desdoro la colupan-ación con lo mejor de la prodLíccióml literaria del siglo XVII— y exqitisito gtmsto anlístico1 ~ está directamente relacionada cori el posible origen real de la conjura cíue acabó con su vida. lo que, para la cultura política del XIX. le convertía itunecliatainente en un miiár’tir más (le la am’bitrarie En purrí cF tei’rniuto, y dentro rIel poital de srl propia casa Ii’» 4< los condes de Oñate— yace el cadaver del cotude ríe Villamediarna, rodeado ríe lrnu tropel La conjura cíe \i enecia, ni asunto relati y amiietíte menor. íiero 1458 Ihía selección de las poesías y epilatios escritos en Madrid con motivo de su muerte en CO’l’ARELO Y Nl DR1, E.. El condí’ de Vil/am ediana. Esiuñio bior~,’4fico-critico, col; tarjar poesías ludí/ha y, Nl adnid, lSSó, ~ 143 y ss, l’159 Su colección de pinturas debió de ser tma de las mejores del siglo XVII espanol. 1uai.a algunas noticias sobre ella, al margen de la teínrprarua r’efereíuci a de Pal omino en sus Dialogos dr’ la 1‘launa, río udc nos ene uta como todavía el jiulírcipe dIc Gales a su llegada a Nt adíndí pmrrlo coruí 1,ran’ algímos de los eínadros pr’o”enienies ríe la subasta hecha innl ccliata ruu ente después (le Sm rutnerte. véase CALVO SER RA 1.1. FR, E., Teoría 698 La filiación nac¡ot,al En otras ocasiones los hechos llevados al lienzo son completamente anodinos y sin ningdn tipo de relevancia ideológica. Es el caso dc El príncipe de Goles festejado por Felipe IV en lo corte del Buen Retiro, llevado por Antojio Pérez Rubio a la Nacional cíe 1871 14t,3, y que. a pesar de no merecer la atención del jurade. fue bien acogido por la crítica: 4 bien imaginado, bien compuesto y muy bie,.t caracterizadoíi6 de El aguacil de corte, Vergel, encuentro a su mujer junto a poderosos galanteadores, del ndsmo Pérez Rubio, especializado cii cuadros de pequeño formato y tema anecdótico, expuesto en la Nacional de 18781165: de dos cuadros sobre la ~‘idadel caballero sevillano Miguel Niañara, supuesto modelo dcl Don Juan ¿le Tirso, Don Miguel de Mañara amparando a un desvalido, expuesto por Narciso Senterach en la Nacional de 188714<’t y Exposición del cadóver de don Miguel de Mañara Arpa y Perea, mención en la Exposición Internacional de 1892146; o de ¿=1las armas!, una C5~CCIC (le cuadro tic género lustóncio. tiene por protagonistas a un grupo cíe soldados (le los tercios 1168 con eJ que l’evró 1 Inca obtuvo un gran exilo un la Nacional de 1878 —medalla dc segunda clase14í’9, compra por cl 1 tstado 14 ‘0, reprod tic ¿i un en graba por L¿ ílust,yí caát¡ Española y Anwnicana11”1 y envio a la Exposición 1 Iniversal dc París de ese mismo afio-. 3.6. SIGLO XXIII. Es el si”lo ignorado cte la pintura cíe historia dedutionónica, el que cia los índices de correlación más bajos (ver cuadro n0 1). puieba de hasta qué punto en la mitología nacional decimonónica se configura como un siglo esencialmente no español. ajeno al auténtico ser nacional. Por lo que respecta a la distribución teniporal, su presencia es todavía sigmficativ a cii el pnmer tercio (le siglo, épocafernandina, en que la inomuclula absolutista de éste parece verse 1463 C’arólrwo. .. /87/ Madrid, 1871. 1464 CAÑETE, 1. La Exposición de Bellas Artes de 1871’, Lo Ilustració,, Española y Americana, 1,1872, p. 70. 14&5 Catálogo... 1878. Madrid. 1878. 1466 Catálogo... /887, Madrid, 1887. 1467 RO. dc 2 de diciembre de 1892. 1468 En un articulo aparecido e’’ la Rú~isui de X’alencia se identífica este cuadro con un episodio dc las Genuanías (VALENTINO, art. cii,. p 239). 1449 Por ataRi mi dad, R O de 14 dc febrero de 1878. 1470 Fn 2000 pís., RO. 26 dc febrero de 1880. Depositado en el SEseo Provincial de MAlaga. donde sigile actualmente. por RO. de 27 de octubre de 1931. 1471 La ilustrackin tÁpaizo/a y Anwr,cana, 1878,11, p. 281 699 CaU/tU/O IV a sí misma como una mcta continuación de los Borbones cíe! XVIII. pata caer posteriormente hasta cifras practicainente despreciables. Total Adqniri Prernia 1< alalIa \Iedalla Niediála Reprod. dos (los> Jilifil cia segunda tercera Cii Estado clasc clase clase grabado Total siglo 1 2 3 0 0 0 1808-1833 — 8 18341854 0 0 1855 186? ‘ 2 O 0 0 0 18681874 2 0 0 0 0 0 0 18751895 1 2 1 4 0 0 Cuadro n 15. Cuadros sobre el si ido X\ 1W 1 as cifras itidicají PolceuI=ttS~*.) sobre CI total LI pri¡ua cuadro sobre el si2lo XVIII es Res ea/e dc Cautivas durante cl reinado dc Carlos ¡¡¡1-172 pintado en Roma por José Aparicio e Inglada cii 18] 31 I’’3 expuesto en la Academia en 1815 adquirido por la Corona. Represenla el rescate (le cautivos crísU anos llevado a cabo en Argel clí1768 porreIí~íoso.s trtíutanos y mercedarios descalzos con la ayuda cte Carlos Hl. Tanto desde el punto de vista estético como ideológico es irna mcm contimiación dc los cuadros cíe lii siona cli ea ochescos. Despues habra que esperar hasta 1862 para ~o1venios a encontrar con la representación j)ictdrica de 1111 hecho del siglo XVIII, se trata cíe Batalla de Almansa de Ricardo Balaca. con la que éste obítí xo una ¡nencion hoíioríll ca cii la Nacional de ese año Vi ademas (le 511 adqui si cidii p~ cl Estado 1425: ciiadro curio so en la ¡ucd da cii cíne ¡unestía la iii fI uencia dc las pinturas ant ~uas sobre las imtcnes que sobre las épocas pasadas se hacen los pintores del siglo XIX: la batalla está tratada como 1.111 cuadfo (le batallas dieciochesco. 1472 liste ‘uonarea figura íarnbi¿n, iran o a Felipe V y Fernando Y 1 ¿stos dos níltirn os en medallas. aquél entre los legisladores- en el techo del Salón de Sesiones del Palacio del Conoreso. 1473 Psi uvo ph nievo en el Ndtrseo del Ptado de donde j)as&s al Museo (le Arte Moderno en 1896, tifina cvi el CauJiego pt-oiisioitú/ dcl Ajusto dc Arte Aludcrilo de 1899. A etualm ente desaparecí do, se conserva ui fra Liado en el Ni <‘seo NImdci pal (le Madrid, obra de 13artolomeo Pinefli. 1474 p ~ (le 29 (It HOVIe ‘iii 700 La filiación nacional Incluso el motín de Esquilache, un episodio histórico cuya posible interpretación corno episodio nacionalista y popular frente a las influencias fonLueas debería haberle convenido en uno de esos hechos que mostraban el espñitu de la nación -máxime si tenemos en cuenta, como ya se verá en sií momento, que la exaltación del amor a la independencia como rasgo identificador de España y lo español es mm de los mitos más qiíeridos de la imaginería nacional española decimonónica-, se vio lastrado por esta especie de mancha antinacional que parece perseguir a todo el siglo XVIII. Un solo cuadro trata el tema, El motín dc Esquilache de José Martí y Nionsó, mención especial en la Nacional dc I864~~~” y compra por el Estado para el Museo Nacional1477. En la mayoría de los casos, además de ser poco mmwrosos. los cuadros sobre esta época tienen un carácter claramente anecdótico, más de cuadro de costuínbres que de historia en sentido estricto. Aquí entrarían cuadros como Farinelli aliviando con su canto las dolencias de Felipe U, expuesto por José Martí y Monsó en la Nacional de 18641478; Mora/fn y Goya estudiando las ros lumbres dc Madrid de Antonio Pérez Rubio, Nacional (le 18711.179, a mecho camino, en este caso, entre el siglo XVIII y XIX x’ favorecido, sin ninguna duda, ~ la importaiicia cíe Goya y Nloratín en La configuración (le una cultura nacional española: Don Leandro Fernández dc Moradn leyendo una de sus producciones a varios amigos en cl café (1790» expuesto IKI Manuel A¡nell \ Jordá en la Nacional (le 1 876148t1, del que cabría decir lo mismo que (leí anterior; Decadencia de la !nquisieión, en el siglo XVIJI de Domingo García Dí:.z. Nacional de 18781.481: La capa dc don Rwnón de la Cruz, llevado por Antonio Pérez Rubio a la Nacional (le 18811482 La bendición dc los campos en 1800 dc Salvador Vi ujegra -un cuadro en principio de género peto cuyo tratamiento pictórico es estrictamente el (le un cuadro cíe lllstoíia—, medalla (le 1181 y reproducción en grabado primera clase en la Nacional de 1 gg71483, compra íor el E:;tado pc>r La Jíu,sn¿¿cio’n Artística1 4&S La Ilustración. Rciista Hispano-Anwricana 1486 ‘0 1½?Ffo,m¡ga ~ Qn>1 ~ o La casa de Tócaine—Roque cíe García Hinaleto, aunque 11i5 1)irado en la obra 1476 Por unanimidad, RO. de 13 dc enero de 1865. En 2.500 reaIe~, RO. de 20 de marzo de 1866. Depositado en el Museo Provincial de Murcia, donde signe actualmente, por RO de 14 de agosto de Iré. 1478 Catálogo.. .1864, Madnd. 1864. 1479 Cauilogc’... 1871, Madrid, 1871. 148t> Ciad/ogo... /876, Madrid, 1876. 1481 Catálogo... 1878, Madrid, 1878. 1482 Catálogo...1881, Nladnd, 1881. 1483 Por unairiuiidad, RO dc 22 de junio de 1887. 1484 En 8.000 pts., RO. 9 de julio de 1887. 1485 ¡a Ifastraehin Artística, 188’,p.33 3. 1486 ~ flustru, ejon, Revista 1—lispano-Americana. 1887. p. 680. La [-tormiva de Oro, 1888. p. 1.2. 701 Capítulo IV homónima de Ramón de la Cruz. inera disculpa para un cuadro de género madrileño, un poco a la manera del costumbrismo romántico sevillano que, obviamente, debía de conocer muy bien el pintor sevillano -éste último cuadro, aunque no presente en ninguna Nacional, fue adquirido por el Estado en 18861488, ínotivo por el que es incluido aquí-. A estos cuadros sobre figuras y hechos del siglo XVIII habría que anadhr aqtíellos personajes que obtuvieron el honor de figíírar en la decoración ideada por Carlos Luis de Ribera para el techo del Salón de Sesiones del Palacio del Congreso: bien entre las medallas que simbolizan las virtudes de los españoles: Luis de Velasco, Gobernador del castillo del Mono en 1763, y marqués de la Ensenada: bien entre los que. en representación de las ctencías, las artes y las letras, rodícan el trono cíe Isabel II en el centro de la composiciótí: Cainpomanes y Jovelkmos. Y, aunqtíe con tun importancia menor, los representadlos por Juan Antonio cíe Ribera en su Parnaso ¿le españoles céleb¡’s: .Juan de Villanueva. \í entura Roclrí”uez y Francisco Baven. 3.7. Vi. SIGLO XIX. Es. después cíe los Reves Católicos, aunque prácticamente al niisino nivel, el periodo histórico qt¡e da tasas (le conelación más altas (véase cuadro it 1>. Varios factores determinan esta preferencia. factores de los que habría que destacar básicamente tres: la mayor cercanía histórica, la historia del siglo XIX era histomia vivida, real: la existencia, no p~’ larvada menos evidente. cte una idea de nación cíe tipo político, la nación como ~íoyccto dc futuro y mío sólo de pasado: y. p~ tíltiiiio y riO menos ¡mportaííte. el sentimiento, ampliamente compartido, (le dltIC el siglo XIX era el de la resurreccíoíí nacional,aquél en que, tras siglos de decadeixcia, la nación española volvía a ocupar su lugaren el mti.n(lo. El primero de estos aspectos es bastante obvio. La capacidad para comnover los sentimientos (leí espectador C5 necesariamente mayor cuanto menor sean las getieraciolíes que le separan del suceso histórico. La mayor cercanía a los hechos hace más fácil la implicación afectiva del pdblico. objetivo central de la pintura de historia. Como recuerdaTimbino: No puede afectarnos en igual grado el heroísmo de Níiiuancía 1488 En 2.250 pis.. RO. dc 15 dc abril de 1886. Dcpositado en el Museo PaIagncr dc Vilanova y GcltrÚ por R.O de — de mayo de 1886. Vuelto al Nínseo del Prado por (iNI. de.3 de febrero de 1981 1489 TUBINO. F.M.. El arte ~‘los artistas contemporáneos e’t la peti ínsula. Nl adii d. 1871. p “5 702 Iba filiación nacional El segimdo aspecto es más problemático y complejo, pero, en todo caso, no debe desdeñarse lo que esta preferencia de la pintura de historia por el siglo XIX tiene de intento de generar tina identidad miacioííal como proyecto de futuro. Una idemítidad de carácter fumídacional y revoluciomíario que. aunque en menor medida que la histórica, es también fácilmente perceptible en el desarrollo del nacionalismo español. Desde esta perspectiva el acto fundacional de la nacton sería la Guerra de la Independencia -no en vaxo asunto favorito de la pintura de historia- entendida corno una revolución, que echa las base:; del Estado y la sociedadmoderna española, y mio como una mera oposición a un invasor extranjero. Todo el siglo XIX se convierte así en el largo camino de articulación de una identidad nacional forjada sobre las cemuzas de una guerra, las hogueras de varias revoluciones y el sacrificio de los que supieron morir p~ el progreso cíe la humanidad Al trasladar a sus lienzos hechos de la historia contemporánea los pintores estarían dando respuesta a las exhortaciones de Pi ‘o Níargail cmi 1851: Artistas que amáis de corazón el arte, cenad ante vosotros las ynedas de lo pasado, vivid y pensad en medio de los pueblos qrie rugen a vriestto alrededor corno 1 ~solas (leí Océano, La humanidad sufre y está en perpetua lucha: en lugar dc inmortalizar a los héroes que sucumbieron en la guexia, inmortalizad con vuestros pinceles los mártires de nuestras .san 1nentas revoluciones. Pintad, medio tendida en el sepulcro, a esa misma humanidad: piníadla cubierta aún con los viejos harapos de ia aristocracia y la monarquía: piutadia cayendo de nuevo en su ensangrentado amaúd, a impulso de las lanzas (le la 1 arbarie: pint adía agol izando, lleno de pod fe el corazón. (le úlceras el cuerpo, de tinieblas el alma: píntadia mlle fía a. has ta (Irle amníada otra ve z (leí espín tít del que volvió la vida a Lázaro, rompa sus ataduras ~ renazca al mundo rejuvenecida por ej amor y la ciencia. Sed constantemente los cantore.s de vuestro siglo: sed, Si es quesO s Urtislas, 5u,S ¡)roÍeias (..). Si sólo pintáis lo presente. reconocerán eternamente en vosotros a los artistas del siglo XIX: si llegáis, además, a encemiar lo futuro en el circulo de vuestras producciones. seréis tenidos eternamente como istas y como pfeeursoies1400 ~ por tíltimo, el sentimIento cíe restwrección míacional que tienen los espanoles del siglo XIX cotí respecto a su propia época. Es éste tui aspecto qile. acostumbrados a una inia2cn negativa y esperpéntica -valleinclanesca- (leí siglo pasado -Línagemí que, atinque puesta cada vez mas en cuestión por la historiografía reciente. sigue sicutio operativa, tópicos 5.Y estereotipos tienen la piel dura- nos resulta difícil (le entemícler, pero sobre la que mío cabe la menor duda. Cuando uno se asoma a lo que escribíany opinaban los hombres del diecinueve español. una de las cosas que más llama la atención es esa fe monolítica er la mejora del país. en que la nación ha vuelto a encomítrar el buen caniimío. en que. tras varios siglos de decadencia, se está a punto de volver a figurar entre las grandes naciones del ¡nuncIo. Una fe que comparten los hombres de la época isabelina con los del sexenio revolucionario, y los del sexeiflo revolucionario con los de la restauración: numa fe que resiste incólume todos los embates del siglo. hasta el punto que sólo la derrota dc 1898 fue capaz de hacer metía en este seíídmiento de resurrección nacional, lo ¡490 LIX’ MARGALL, E., Historia de fa Pintura en España. o. cit.. p. 15. 703 Capítulo IV que de paso explica la profunda repercusión que ésta tuvo en la conciencia de las clases diri~entes españolas: fue como el amargo despertar del sueño de iín siglo que todavía seis años antes había celebrado, pleno de pompa y retórica imperialista, el IV centenario del descubrimiento de América, Celebracidíi que venía a significar la reivindicación, en pleno auge del imperialismo, de laprimacía de la nación española entre las nacIones imperiales del inundo. Este sentimiento de resurreccion nacional, que explicaría la preferencia por los hechos y sucesos del siglo XIX en la pintura de historia, es omnipresemíte. comenzando por la propia pinturay la idea, emiunciadía de forma reiterativa portodos los críticos a partir (le la década de los cincuenta, de la resurrección de la antigua escuela española cíe pimítura. Citemos, sólo por poner un ejel1~1)]o -son mntíltiples los qtíc se podrían traer a colación, y a lo largo cíe este esttmdio se hará referencia a otros-. el siguiente párrafo de un artículo aparecido cmi el pemióclico La Época el 22 de octubre de 1860: España regerie rada empieza a irí 0V erse, Y~ aspira a reco uqtii star en política, cii iríd i¡s tfia , en comercio, en artes. en todas las esferas (leí poder. del Val Of moral 5’ dc la iu teli gencia el puesto que tuvo un dia en ei mundos’ que nimea debió perdcr. Hl camino está emprendido y i’e andará todo. El otto de 1860 es ,íu elocueute testimonio de la vitalidad y del progreso del país. A la sombra de un trono qríerido y dc rrn gobierno parertíal y rísto, L.spaña SC calla de caminos de hleiTo y de alambres eléctricos, Niadrid se euVaeiiece, Barcelona levanta, corno por encauto. en t~eves días, ei palacio de Sil indiist ~., 1491 Por lo que se respecta a la evolución cromiológica de la presencia del siglo XIX emí la pimítura cíe historia se dan una serte (le rasgos particulaminemíte llaníatív os, Emí pmim~er lugar la hegemnonía dc los teínas decimonónicos cmi el primer tercio del siglo XIX. en este caso, reflejo. sin du(la, (le un intento, a la sombra de la Guerra de la Independemícia. dc comistmncciómi de una ¡clemitidad nacional (le tipo político, la siugicla de las Cortes (le Cádiz, basada en un proyecto de futuro. Esta hegemonía se fundamnenta casi exclusívamnemite en los etla(ll’os pímítaclos en y sobre la Guerra (le la Independencia, ¡o que ¡nuestra hasta qtíe ptimíto ésta tíív o el carácter de una auténtica ruptura cotí cl pasado, frtmstrada por los sucesos posteriores. Proyecto de integnción que pierde peso en el pemiodo postemior. regencia/época isabelina, en que la legitimación historicista, la identificación ííaciomíal basada cii un pasado cotm’uí y no eh un proyecto (le futuro en común, se vuelve claramneníte hegemónica. Postejionneuíte, el sexenio revoluciomíario retomará este carácter de la líación como proyecto de futuro, que, comí algunas matizaciones -es miíy llalnativo ver como la política aclqtusitiva dcl Estado y las decisiones de los jumados l)alecehi oponerse a esta tendencia, algo que había ocurrido tamubién cmi el sexemijo revolucionario- se mantemídrá círnante la Restauración (véase ciíaclro u0 1 6). 1491 “Exposición de Bellas Artes”. La Época, 22 dc octubre dc 1860. 704 La Iiliaciort tusciortal Total Adquhi- Premia- Medalla Medalla Medalla Reprod. dos dos pnnu ra segunda tercera en Estado elas~ clase clase grabado Total siolo 22 21 17 8 19 19 20 1808-1833 43 46 1834-1854 13 18 1855-1867 16 18 12 7 10 19 16 ¡868-1874 30 23 20 3? 0 0 15 1875-1895 26 22 20 ¾ 23 19 21 (‘ua(Iro it” 16 Cuadros de historia cou temas sacados del siglo NIN. Las cifras indican porcentajes (%) sobre el total de cuadros (le historia eu cada grupo y apartado crorioló gico. 3.7.1. EL SIGLO DE LA GUERRA DE LA IN’DEPENI)ENCIA. Lo mismno que en los demnas peuiodos históricos la hi ~tomia(leí siglo XIX queda redlucidía para la pimitnra de historia a unos pocos ciclos que se repetirán una y otm’a vez por los diferentes pintores, principalmente la Guerra de Ja Independencia, a la qt¡e le corresponde. sin ninguna duda, un lugar estelar en esta representación (le los hechos significativos (le la historía naciomial, (véase cuadro u0 17). Otíerra (le Imldlepen(Lcncia, convertida, no sólo en una (le las gestas eníblemnatícas de la nación española, sitio tamnbién, Y ~ sobm’e todIo. en símbolo de tuto (le los rasgos definitorios paí~ la mitología miactomíalista del ser español: el amor a la independencia. Será en este contexto en el que serán analizados em su momento cada uno de estos cuadros, linbtan(lomne aquí a una mcta entímeración. Antes dc seguir adelante, sin emubargo, es necesam’io hacer una pequeña precisión sobre le sígníficado real (le la Guerra (le la Independencia, máxime cuando todos los mnedios de formación (le opinión decimonónicos, \T no sólo, ni principalmente, la pintura, consiguen configurar tina imagen monolítica (leí conflicto bélico comítra los framíceses hasta logíar su definición exclusiva como irna gtmerra míacmonal: la guerra db imídependíemícia por antonomasia. Se obria. deliberadamente y de forma absoluta, otuos aspectos no níemios significativos, como pueden ser el carácter exclusivamente religioso que toma en algunos mnomnentos y por parte de determinados sectores. de revolución burguesa en otros e, incluso, de auténtica guemTa civil. El éxito cíe esta gcmíuina campaña propagandística llevada a cabo por el Estado decimonónico se mide en que, como ya se lía dicho más arriba, la guerra acabe configurándose en la ideología 705 capítulo iv popular exclusivamente como una guerra contra el invasor, una gtletTa de independencia macmomnl. y ello prácticamente hastanuestros días. Atmnque esta sunhología (le lucha por la independencia es claramente preponderante, la percepción de la Guerra de la Independencia por el siglo XIX es enormemente compleja. incluyendo otros muchos aspectos más sutiles y más difíciles de analizar. En muchos casos la guemTa es vista como un despertar nacional, como la gran empresa que sacó a la nación española del marasmo en que había vegetado desde la época de los Austrias. La demostración al inundo, y a sí misma de que: aqríf había un príeblo, aquí en España, y se mostró mríy proui o. Desamparados de sus reyes, pusieron unes! ‘os padres al fren te (le la g llena la patria iudivi dii al e irídi xisible, la nación 1492 eterna Así cotno una muestra (le cómo, a pesar de los avatares históricos, la esencia nacional pennanecta mncólunie al paso del tiempo. 1 labría que ver hasta dIUC pumíto la guerra no 5U~tI5O tanibiémí la culnúnación de ttn proceso de (lefinlciótl por oposición: el español como lo opuesto o lo comítrario al francés. Límía forma de idetitificación colecúva por oposición al otro, tmn ~ el irasmo lenomeno perceptible cmi el caso Dentro dIC la propia Guerra 1492 CASTELAR, E.,” Discurso dicho por Don Emilio Castclar en los juegos florales de Vigo, consagrados a conmemorar nuestra giterra de la Independencia’, Lo ilustración Espailofa Ameut ano, 1884,p. 230. 1493 EJ número de panfletos, libros. que, a ío largo de los siglos XXI, XVII Nk 111 y XIX. ‘lacen referencia a este enfrentamiento es interminable: Antipatía de los franceses y los ‘panolc Carlos García, 1627: ~Intipairnentre espailolis y franceses, con la indicación de -sí> remedio, Nfadnd lb ~S también el padre Feijoo echo Sil ci.iarto a espadas sobre el tema. Aníiz.’aíía de franceses españoles Paía tui estudio niliS detenido de este tipo de literatura, véase TEMPRANO. E., Lo coterna icciol curoj.’ca, Madnd IDO, en especial capítulo III, 706 La fi/iación tzacio,ta/ Los sucesos del dos de mayo en Madrid. con su carácter de revuelta popular que mostraba el patriotismo de las clases bajas madmileñas y su unión comí el ejercito en la defensa de la patria en peligro, son un tema reculTente CII la vida púbi.ica española díírante todo el siglo XIX: artículos de revistas1494, obras de teatro1495, libros de historia1496, novelas1497,... En pintura los dos primeros cuadros sobre el tema, los de Goya -ambos encargo del Consejo de Regencia. lo que se suele olvidar en detrinento de su carácter netamente propagandístico-, son prácticamente coetáneos de los hechos, de 1814: El dos de A-layo de ¡808 en Madrid: La lucha con los nwn¡elucos1498 ‘o El Tres de Mayo de 1808 en Madrid: Los fusilamietuos cii la montaña del IWncípe P¿o1499. Un poco más tardío y de significado más ambiguo es El hambre de Madrid, pintado por José Aparicio e Inglada en antes de 18181500, adld 15~1 ‘o qtie, ya a linajes de siglo, será reproducido 1uindo por la com’ona en grabadlo por La llusu’ac¡rm Católico1502. Fuera de estos tres primeros cuadros, casi de crónica periodística, los hechos del dos de mayo serán llevados míuevamente al lienzo en vam’ias ocasiones. El plimero en hacerlo, después de Goya y Aparicio. sera Leonardo Alenza quien lleva a la Exposición de la Academia de 1836 su Muerte de Daok en el Porque de Artillería1 ~ Manuel Castellano recibe mnedalla de tercera clase en la Nacional de 1862 con Mucrie de Dimí: y Velardc1 504 basado en la obra de Emilio Ta:narit, Memoria histórica it’ ¿OS