Índice Prefacio
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ÍNDICE PREFACIO...................................................................................................................6 CAPITULO 1 MARCO INSTITUCIONAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE MICRORREGIONAL Principales características de las instituciones para el Desarrollo Sostenible Microrregional.....…………………………….............8 S. Sepúlveda CAPITULO 2 REDEFINICION DEL MARCO INSTITUCIONAL Organizarse para el cambio: el poder del pueblo y el papel de las instituciones......................…………………………………………………………...33 R. Sharp Las ONGS intermediarias: el eslabón de apoyo en el desarrollo de las bases.......................... ……..........………..……......51 T. Carroll Entrega de servicios....................................................................................................64 T. Carroll.. Atributos institucionales de los buenos ejecutantes....................................................................…………………….……......85 T. Carrol CAPITULO 3 ORGANIZACIÓN SOCIAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE Métodos abreviados y participativos para obtener información social para proyectos................…………. ………………….100 R. Chambers Adaptemos los proyectos a las personas .....................................………….……......113 N. Uphoff Como definir la forestería sostenible .......................................................................128 G. Honadle Ajustes posteriores a la sequía entre los pastores del Cabo de África: dimensiones políticas y del desarrollo institucional...................................................149 J. Harbeson Aspectos institucionales de la investigación y el desarrollo agroforestales................................………………………………......159 B. O. Lundgren CAPITULO 4. UNA APLICACIÓN METODOLOGICA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE MICRORREGIONAL Análisis espacial para el desarrollo regional: caso de la Cuenca del Río Bicol en Las Filipinas .....................................................167 D. Rondinelli. ANEXO BIBLIOGRÁFICO..........................................................................................223 PREFACIO El concepto de desarrollo económico ha evolucionado rápidamente en la ultima década; a la idea inicial de crecimiento del ingreso real per capita, ha incorporado nuevos requisitos políticos, sociales y ecológicos que ubican al medio ambiente y a las personas en el centro de un proceso que debe ser intrínsecamente sostenible. Por otro lado, la dimensión de los desequilibrios regionales parecieran haberse acelerados, con el aumento de la heterogeneidad social y económica al interior del territorio nacional en la mayoría de los países del continente. La falta de equidad que esto significa, los diversos problemas que enfrenta la población urbana y rural, así como también los desequilibrios regionales originados y el deterioro ambiental, colocan al tema del desarrollo regional sostenible en el primer plano de discusión. Sin embargo, para algunos economistas ortodoxos la relación entre la pobreza rural y el deterioro de los recursos naturales renovables es tan consecuente como la que existe entre la inflación y el desempleo. Para muchos especialistas en desarrollo económico esta claro que los tres factores mas importantes que vinculan aquellas dos variables son: el rápido crecimiento demográfico; la consolidación de la agricultura comercial en las tierras más fértiles, con lo cual se acelera el desplazamiento de los péquenos productores hacia zonas ecológicas frágiles, y los sesgos en la distribución del acceso a la propiedad y uso de la tierra. Consciente de este contexto, el IICA ha afinado su marco conceptual de desarrollo económico, en general, y el de desarrollo rural, en particular, durante los últimos dos años. En esta renovada perspectiva institucional se plantea el desarrollo rural como un proceso que tiene como objetivos finales el incremento de la competitividad, el perfeccionamiento del manejo de los recursos naturales renovables y la equidad social y política. Estos tres elementos implican un reconocimiento explícito de su inevitable contenido político. Por ello, se establece que la aplicación de un modelo de modernización incluyente, con un alto contenido social, requiere la superación de las deficiencias y brechas de la estructura del sistema social, económico y político. Lo anterior demanda el establecimiento de un dialogo múltiple y amplio, que facilite la articulación de los diversos sectores y actores sociales, comprometidos con el cambio de estructuras y el mejoramiento del nivel de vida de la mayoría de la población. Dicho dialogo debe encauzarse hacia la formación de un nuevo andamiaje institucional del Estado, así como también de nuevas expresiones organizativas de la sociedad civil, que sean capaces de superar la crisis institucional por la cual atraviesan los países de la Región y, al mismo tiempo, puedan dar respuestas apropiadas y confiables a los procesos de participación y concertación ciudadana. El principio que orienta el enfoque metodológico de la propuesta de desarrollo incluyente es la integración de los elementos sociales, políticos, económicos y ecológicos como condición sine qua non para encauzar el proceso y el crecimiento de las sociedades modernas. El análisis que sigue presenta una primera aproximación sobre la necesidad de crear o consolidar sistemas institucionales y de organización social con una visión creativa, que permitan por un lado potenciar la participación de todos los grupos de la sociedad civil y, por otro, asegurar la ejecución exitosa de los programas nacionales de desarrollo microrregional, con una perspectiva de manejo de los recursos naturales renovables de largo plazo. Con tal propósito, la discusión temática se maneja siempre con tres hilos subyacentes de argumentación: el primero se relaciona con el desarrollo rural sostenible (DRS) como un proceso de cambio y, como tal, necesariamente dinámico en el tiempo y el espacio; el segundo se aproxima al análisis desde la perspectiva institucional y de organización social, y considera fundamental el papel que desempeña la formación de los recursos humanos; el tercero se vincula con la participación de la sociedad organizada en el proceso de desarrollo regional. Conscientes de que no existen fórmulas simples para orientar el diseño de instituciones en general, y menos aun de aquellas que deben responsabilizarse por nuevos procesos de desarrollo espacial a nivel de microrregiones, se presenta un conjunto de dudas y se aventuran algunas respuestas; se reconoce que cada sistema institucional esta condicionado por variables exógenas y endógenas, que obligan a concebir cada organización de acuerdo con las características del contexto político, social y económico en el cual se inserta. Para ordenar la discusión, este documento se ha organizado en cuatro partes: en la primera se exponen los principales elementos conceptuales del desarrollo microrregional; la siguiente discute las bases para entender las organizaciones sociales y organizaciones base; la tercera parte plantea, sucintamente, algunas de las características del sistema institucional para el desarrollo microrregional. Finalmente, se presentan los elementos principales de una estrategia para el desarrollo microrregional sostenible. Se agradece, de la manera mas sincera, a aquellos autores, instituciones nacionales e internacionales y las casas editoriales que aceptaron cortésmente que se hiciera uso de material por ellos publicado para estructurar este documento y aumentar su difusión entre los lectores de habla hispana. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LAS INSTITUCIONES PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE MICRORREGIONAL S. Sepúlveda I. Antecedentes. Los estudios realizados por diversos organismos especializados (Jordan et al. 1989) hacia finales de las década de los ochenta, coinciden en señalar que las dos principales causas de la marginalización de determinadas regiones y la agudización de la pobreza rural en la mayoría de los países latinoamericanos son, en primer término, el tipo de patrón de desarrollo económico adoptado y, en segundo lugar, la fragilidad e inequidad de las estructuras institucionales, económicas y productivas sobre las cuales aquel fue elaborado. En ese planteo, se reconoce que la pobreza ha sido una externalidad social negativa, producto de un proceso de desarrollo económico desequilibrado, el cual exacerbo los sesgos existentes en cuanto al limitado acceso a activos, las distorsiones en la participación de los “mercados”, el uso de la tecnología intensiva en capital, la insuficiente generación de nuevas fuentes de empleo en el sector formal capaces de satisfacer la creciente oferta de mano de obra y la creación de oposiciones para generar nuevas habilidades y destrezas o mejorar las existentes, en función de las demandas entre otras razones. En ese contexto, la hipótesis de fondo es: “el costo económico, social y político de no diseñar y ejecutar una B estrategia de desarrollo regional, eminentemente de largo plazo, orientada a resolver las causas de la pobreza, es mayor que el requerimiento de recursos para resolver el problema.” (Sepulveda y Pérez, 1993). Por otro lado, y desde una perspectiva político-económica y ambiental, el fundamento de la estabilidad social de un país pasa por la eliminación de la pobreza, bajas tasas de desempleo y un nivel mínimo de seguridad laboral, procesos amplios de participación política y preparación de los recursos humanos para enfrentar el desafío de una sociedad moderna. La base de recursos naturales, se convierte, en esta perspectiva, en elemento fundamental del desarrollo