Crecimiento Urbano Y Desarrollo Regional: El Caso De Zamora, Michoacán*
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Crecimiento urbano y desarrollo regional: el caso de Zamora, Michoacán* Gustavo Verduzco El Colegio de México Introducción La distribución de la población en el territorio nacional ha sido una preocupación primordial en América Latina durante los últimos decenios a causa, sobre todo, de la excesiva concentración de habitantes en una o en pocas ciudades de la mayoría de países de esta parte del continente americano. La migración campo-ciudad ha sido el principal mecanismo de reacomodo demográ fico a través del cual se ha agudizado en la actua lidad el desequilibrio urbano que ya prevalecía como resultado de estrategias específicas en los ámbitos económico y político. A este respecto existen varios trabajos importantes que señalan las diferentes características del proceso de ur banización en México y en Latinoamérica en di versas etapas de su historia que por el momento no me detendré a comentar (ver: Hardoy, J. 1975; Browning, H., 1970; Morse, R., 1973; Moreno Tos- cano, 1973; Unikel, L. et al., 1976; Roberts, B., * Este trabajo se realizó auspiciado por El Colegio de Michoacán y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropo logía Social (CIESAS). Se agradece también el apoyo recibido pa ra realizar algunas etapas del trabajo de campo de parte del Pro grama de Investigación Social para estudios de Población en América Latina (PISPAL), y de la Fundación Ford. 1978). Conviene subrayar, sin embargo, que la consideración de fenómenos pasados no tiene sentido como simple erudición, sino que resulta indispensable para entender las características actuales del fenómeno urbano (ver también Ba- lán, J., 1976). Aunque ha sido común en la litera tura sobre el tema conceptualizar el proceso de urbanización como un elemento integral de la conjunción de variables económicas, políticas y socio-culturales, normalmente se ha desligado el análisis de estos aspectos del de una visión his tórica de los mismos. Bryan Roberts insiste en que el proceso de urbanización en América Lati na debe ser visto como un producto esencial del tipo de expansión capitalista que ha tenido lugar en el mundo, expansión que no ha sido pareja en todas las regiones y que tampoco las ha afectado con la misma intensidad a través del tiempo. Es to nos explicaría, por ejemplo, por qué ha habido un desarrollo portuario en una época determina da, o la promoción de un tipo de industrias en otro periodo, o la construcción de la red ferrovia ria, etc. Por eso arguye este autor que no resulta conducente en Latinoamérica asociar simple mente la problemática urbana con la falta de industrialización (op. cit.; pp. 5-35). Un problema grave de nuestros desbalan ces en la distribución de la población se percibe a través de la estructura del empleo: el campo ex pulsa a sus gentes y nuestras ciudades no pueden absorber satisfactoriamente a esa fuerza laboral. En el caso de México la presencia abrumadora de la capital del país ha estado actuando en parte como freno de una expansión urbana menos des equilibrada ya que hacia allá se han estado dirigien do grandes flujos migratorios desde todos los rin cones del país (Muñoz, H., Oliveira, O. y Stern, C., 1977). Aun ciudades como Guadalajara, resultan inadecuadas para absorber a la población mi grante regional, ya que los mayores contingen tes migratorios del occidente se han dirigido al Distrito Federal (Winnie, W. y Arroyo, J., 1979). Pero la base del problema no está (siguiendo a Roberts), directamente en la falta de incremento de la actividad industrial, sino en el papel que ha jugado nuestra economía dependiente y periféri ca ante los países más industrializados o centra les. Esto quiere decir que para entender mejor la situación se requiere de una atención global a la problemática a distintos niveles: no se trataría sólo de evaluar nuestra relación con el conjunto de países, sino de entender nuestras políticas y estrategias económicas en las actividades urba nas y rurales como el resultado, en buena parte, del papel cambiante qae nos ha ido asignando la expansión misma del proceso capitalista desde los países centrales. No es azaroso, por ejemplo, que en los distritos de riego del país se cultiven principalmente productos tanto para el mercado exterior, como para proveer a las empresas trans nacionales de insumos industriales (Barkin, D., 1982; Rama, R. y Vigorito, R., 1979; Durán, J. M., 1983). Esto a su vez tiene que ver con la introduc ción de maquinaria agrícola en las labores de cultivo y los cambios en la demanda del trabajo rural, y se asocia con las dificultades de los pe queños productores agrícolas para hacer frente a cultivos de alta inversión, etc. A continuación se presenta un estudio de caso con el objeto de atender a los detalles del cre cimiento urbano de una ciudad pequeña dentro de su propio contexto regional. Se desea descri bir el proceso de cambio junto con un somero aná lisis de las causas. Obviamente que los resulta dos de este trabajo no pueden ser generaliables en sus detalles distintivos, pero son útiles para mostrar las características del tipo de relación ¿structural que inhibe o promueve determinados cambios en las actividades rurales y urbanas de una región del país. La intención es, por tanto,, describir primero los procesos de transformación que han ocurrido en Zamora, Michoacán y su hinterland, para pasar después a reflexionar so bre la fenomenología del caso.* El Bajío zamorano Luis González ha dado en denominar “Bajío za morano” a aquella extensión territorial del Esta do de Michoacán que cubre una buena parte de la esquina noroccidental de la entidad (1978). En términos de la división política estatal abarcaría entre diez y quince municipios.* La topografía dominante es llana y de montaña baja aunque hacia el sur existen algunos sectores con monte alto (mayores a los 2,500 mts. s.n.m.). La ciudad de Zamora ha sido la localidad más importante de esos rumbos en términos de las actividades comerciales y de servicios. La ciu dad se encuentra en el Valle de Zamora que es el * Los datos que aquí se presentan son parte del material de investi gación del proyecto “Desarrollo agrícola y urbanización en el B a jío zamorano”. Esta investigación empezó a realizarse hace tres años en El Colegio de Michoacán. Se ha manejado material pro veniente de diversas fuentes: archivos privados de haciendas; archivos municipales; archivos de la SRA y de la SARH; censos de población y agropecuarios; entrevistas a personas de diversa índole, etc. A finales de 1981 se aplicó una encuesta a una mues tra de la fuerza laboral de la ciudad de Zamora (801 casos). Una parte muy pequeña de los resultados de la encuesta han quedado integrados en el trabajo que aquí se presenta. * Estos son: Zamora, Jacona, Tangancícuaro, Chilchota, Purépero, Tlazazalca, Churintzio, Tingüindín, Santiago Tangamandapio, Chavinda, Villamar, Pajacuarán, Ixtlán, Ecuandureo y Tocumbo (ver mapa núm. 1). EL BAJIO ZAMORANO (En la parte noroccldental del estado de Michoacán) LA PlEDAt©^. EDO DE JALISCO / EDO. DE * a Gu^datajOra - • / 6UANAJU Lago de Chopata Carretera a “ - Guodalajara __J 0CHURINTZIO /" / CHAVINDA A JIQUILPAN i \ Colima 0* bpUREPERO ^ ^ X tangancicuari ' " i ^ ^ ^ /f\<x \ SIMBOLOGIA ® POBLACIONES / ______CAMINOS ASFALTADOS / _____ CAMINOS VECINALES V Tt o c u m b o CERROS Y MONTAÑAS a Uruapan - ____ LIMITES ESTATALES = = = = = VALLES Y TIERRAS PLANAS i a la tierra caliente V /' mayor de la región; cuenta con aproximadamen te 16 000 has. de tierras que están irrigadas casi en su totalidad. Tradicionalmente la agricultura zamorana se ha dedicado a la producción de gra nos (maíz, trigo y garbanzo), aunque de treintai- cinco años a la fecha se ha estado especializando también en cultivps de papa, cebolla, fresa y hor talizas.1 Muy cerca del Valle de Zamora se en cuentran los valles de Ecuandureo, de Guadalupe y una parte de la llamada “Ciénaga de Chapala” que juntos y añadidos a las tierras de Zamora su man cerca de 30 000 has. de terreno plano. Los lo tes laborables de los cerros se han utilizado tradi cionalmente para cultivar maíz, frijol y garbanzo en parcelas muy pequeñas (los llamados “ecua- ros”), y con uso intensivo de la mano de obra fa miliar. Antecedentes El proceso modernizador del Porfiriato Aunque el carácter comercial de la agricultura de los valles del Bajío zamorano existe desde tiem pos coloniales (ver: Morin, C., 1979), la llegada del ferrocarril durante la última década del siglo XIX, junto con la ampliación del riego, impulsa ron enormemente la producción de granos desti nada a los nuevos mercados internos y externos.2 Entre 1883 (antes del ferrocarril), y 1904 (5 años después de la presencia del tren), las tierras de rie go del Valle dfi Zamora aumentaron en 8 094 hec táreas (2V3 de veces más).3 Para Tos primeros años de este siglo se goza ba ya en Zamora de los adelantos técnicos más avanzados de la época: ferrocarril, electricidad, telégrafo, teléfono y maquinaria agrícola e indus trial moderna. Los últimos veinte años del Porfi- riato fueron de bonanza, sobre todo para la aris tocracia terrateniente y eclesiástica, ya que fue entonces cuando se construyeron iglesias y edi ficios suntuosos y cómodas mansiones que empe zaron a ajuarearse según el gusto afrancesado de aquellos tiempos. Pero no obstante que los gran des beneficios iban a poca gente, algunas venta jas de la prosperidad alcanzaron a la población en general: se dejó de beber el agua charandosa del río Duero, se extendió el alumbrado público a casas y calles, y el mercado municipal pasó a alo jarse a un edificio digno, hecho de ensambladu ras de hierro, según el estilo de la época.4 Aunque para 1910 Zamora era una pobla ción pequeña de cerca de quince mil habitantes, la nueva situación del México modernizado im pulsó su papel como centro de intermediación re gional ante la amplitud del mercado nacional.