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ECOS, Año 23, Número 1–2, 2020 Publicación de SIGNIS Cuba Asociación Católica Cubana para la Comunicación DIRECTOR EDICIÓN Gustavo Andújar Jorge Villa

CORRECCIÓN DISEÑO

Erasmo Pérez Giselle Aparicio

SUMARIO

CONTENIDO AUTOR PÁGINA Editorial Documentos - Comunicado de SIGNIS Cuba ------4 - 5 - Mensaje del Santo Padre ------6 – 10 - La Iglesia Católica y el cine ------11 - 12 - Gina Preval: Una vida de entrega Por Jorge Villa 13 - 42 Reflexiones - Espiritualidad y redención: La Strada Por Jorge Villa 43 – 44 - Las fake news Por F. Antonio Martínez 45 Críticas - Nomadland Por Jorge Villa 46 – 47 - El Príncipe Por F. Antonio Martínez 48 – 49 - Fátima Por Gustavo Andújar 50 De la radio y la televisión - Humor en TV Por Jorge Villa 51 – 53 - Premio Obra de la vida Por Giselle Aparicio 54 En el recuerdo - Carlos León Por Arístides O´Farrill 55 - Adiós a una rosa Por Jorge Villa 56 – 64 - Hasta siempre Juan Padrón Por Julio César Perea 65 – 66 - La dulce Olivia Por Julio César Perea 67 - Mi nombre es Bond Por Arístides O´Farrill 68 - El largo adiós Por Julio César Perea 69 - 100 GALAS ------101-105 Un poco de todo - Premio Nacional de Cine Por F. Antonio Martínez 106 - Detrás de las cámaras Por Giselle Aparicio 107- 109 - Panorama ------110-115 - Un olvido de la cultura cubana: Gina Por Jorge Villa 116 Cabrera

Nueva Junta directiva de SIGNIS Cuba

Comunicado

ignis Cuba tiene una nueva Junta Directiva. Por la importancia que este hecho reviste para nuestra asociada, la Revista ECOS decidió S reproducir a continuación, el comunicado que Xavier Carbonell, su nuevo Presidente, diera a conocer el pasado 11 de abril. Para la nueva Junta, que deberá enfrentar fuertes retos en un difícil contexto, nuestras más sinceras felicitaciones.

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 55 JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

«Ven y lo verás» (Jn 1,46). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son

Queridos hermanos y hermanas:

La invitación a “ir y ver” que acompaña los primeros y emocionantes encuentros de Jesús con los discípulos, es también el método de toda comunicación humana auténtica. Para poder relatar la verdad de la vida que se hace historia (cf. Mensaje para la 54.ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2020) es necesario salir de la cómoda presunción del “como es ya sabido” y ponerse en marcha, ir a ver, estar con las personas, escucharlas, recoger las sugestiones de la realidad, que siempre nos sorprenderá en cualquier aspecto. «Abre pasmosamente tus ojos a lo que veas y deja que se te llene de sabia y frescura el cuenco de las manos, para que los otros puedan tocar ese milagro de la vida palpitante cuando te lean», aconsejaba el beato Manuel Lozano Garrido[1] a sus compañeros periodistas. Deseo, por lo tanto, dedicar el Mensaje de este año a la llamada a “ir y ver”, como sugerencia para toda expresión comunicativa que quiera ser límpida y honesta: en la redacción de un periódico como en el mundo de la web, en la predicación ordinaria de la Iglesia como en la comunicación política o social. “Ven y lo verás” es el modo con el que se ha comunicado la fe cristiana, a partir de los primeros encuentros en las orillas del río Jordán y del lago de Galilea.

Desgastar las suelas de los zapatos

Pensemos en el gran tema de la información. Opiniones atentas se lamentan desde hace tiempo del riesgo de un aplanamiento en los “periódicos fotocopia” o en los noticieros de radio y televisión y páginas web que son sustancialmente iguales, donde el género de la investigación y del reportaje pierden espacio y calidad en beneficio de una información preconfeccionada, “de palacio”, autorreferencial, que es cada vez menos capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas, y ya no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad. La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin “desgastar las suelas de los zapatos”, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar de visu ciertas situaciones. Si no nos abrimos al encuentro, permaneceremos como espectadores externos, a pesar de las innovaciones tecnológicas que tienen la capacidad de ponernos frente a una realidad aumentada en la que nos parece estar inmersos. Cada instrumento es útil y valioso sólo si nos empuja a ir y a ver la realidad que de otra manera no sabríamos, si pone en red conocimientos que de otro modo no circularían, si permite encuentros que de otra forma no se producirían.

Esos detalles de crónica en el Evangelio

A los primeros discípulos que quieren conocerlo, después del bautismo en el río Jordán, Jesús les responde: «Vengan y lo verán» (Jn 1,39), invitándolos a vivir su relación con Él. Más de medio siglo después, cuando Juan, muy anciano, escribe su Evangelio, recuerda algunos detalles “de crónica” que revelan su presencia en el lugar y el impacto que aquella experiencia tuvo en su vida: «Era como la hora décima», anota, es decir, las cuatro de la tarde (cf. v. 39). El día después —relata de nuevo Juan— Felipe comunica a Natanael el encuentro con el Mesías. Su amigo es escéptico: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?». Felipe no trata de convencerlo con razonamientos: «Ven y lo verás», le dice (cf. vv. 45-46). Natanael va y ve, y desde aquel momento su vida cambia. La fe cristiana inicia así. Y se comunica así: como un conocimiento directo, nacido de la experiencia, no de oídas. «Ya no creemos por lo que tú nos dijiste, sino porque nosotros mismos lo hemos oído», dice la gente a la Samaritana, después de que Jesús se detuvo en su pueblo (cf. Jn 4,39-42). El “ven y lo verás” es el método más sencillo para conocer una realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio, porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimonio me alcance.

Gracias a la valentía de tantos periodistas

También el periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá donde nadie va: un movimiento y un deseo de ver. Una curiosidad, una apertura, una pasión. Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales —periodistas, camarógrafos, montadores, directores que a menudo trabajan corriendo grandes riesgos— hoy conocemos, por ejemplo, las difíciles condiciones de las minorías perseguidas en varias partes del mundo; los innumerables abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación que se han denunciado; las muchas guerras olvidadas que se han contado. Sería una pérdida no sólo para la información, sino para toda la sociedad y para la democracia si estas voces desaparecieran: un empobrecimiento para nuestra humanidad.

Numerosas realidades del planeta, más aún en este tiempo de pandemia, dirigen al mundo de la comunicación la invitación a “ir y ver”. Existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, sólo desde los ojos del mundo más rico, de tener una “doble contabilidad”. Pensemos en la cuestión de las vacunas, como en los cuidados médicos en general, en el riesgo de exclusión de las poblaciones más indigentes. ¿Quién nos hablará de la espera de curación en los pueblos más pobres de Asia, de América Latina y de África? Así, las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra el COVID. Con los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real. Pero también en el mundo de los más afortunados el drama social de las familias que han caído rápidamente en la pobreza queda en gran parte escondido: hieren y no son noticia las personas que, venciendo a la vergüenza, hacen cola delante de los centros de Cáritas para recibir un paquete de alimentos.

Oportunidades e insidias en la web

La red, con sus innumerables expresiones sociales, puede multiplicar la capacidad de contar y de compartir: tantos ojos más abiertos sobre el mundo, un flujo continuo de imágenes y testimonios. La tecnología digital nos da la posibilidad de una información de primera mano y oportuna, a veces muy útil: pensemos en ciertas emergencias con ocasión de las cuales las primeras noticias y también las primeras comunicaciones de servicio a las poblaciones viajan precisamente en la web. Es un instrumento formidable, que nos responsabiliza a todos como usuarios y como consumidores. Potencialmente todos podemos convertirnos en testigos de eventos que de otra forma los medios tradicionales pasarían por alto, dar nuestra contribución civil, hacer que emerjan más historias, también positivas. Gracias a la red tenemos la posibilidad de relatar lo que vemos, lo que sucede frente a nuestros ojos, de compartir testimonios.

Pero ya se han vuelto evidentes para todos también los riesgos de una comunicación social carente de controles. Hemos descubierto, ya desde hace tiempo, cómo las noticias y las imágenes son fáciles de manipular, por miles de motivos, a veces sólo por un banal narcisismo. Esta conciencia crítica empuja no a demonizar el instrumento, sino a una mayor capacidad de discernimiento y a un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunden, como cuando se reciben los contenidos. Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir.

Nada reemplaza el hecho de ver en persona

En la comunicación, nada puede sustituir completamente el hecho de ver en persona. Algunas cosas se pueden aprender sólo con la experiencia. No se comunica, de hecho, solamente con las palabras, sino con los ojos, con el tono de la voz, con los gestos. La fuerte atracción que ejercía Jesús en quienes lo encontraban dependía de la verdad de su predicación, pero la eficacia de lo que decía era inseparable de su mirada, de sus actitudes y también de sus silencios. Los discípulos no escuchaban sólo sus palabras, lo miraban hablar. De hecho, en Él —el Logos encarnado— la Palabra se hizo Rostro, el Dios invisible se dejó ver, oír y tocar, como escribe el propio Juan (cf. 1 Jn 1,1-3). La palabra es eficaz solamente si se “ve”, sólo si te involucra en una experiencia, en un diálogo. Por este motivo el “ven y lo verás” era y es esencial.

Pensemos en cuánta elocuencia vacía abunda también en nuestro tiempo, en cualquier ámbito de la vida pública, tanto en el comercio como en la política. «Sabe hablar sin cesar y no decir nada. Sus razones son dos granos de trigo en dos fanegas de paja. Se debe buscar todo el día para encontrarlos y cuando se encuentran, no valen la pena de la búsqueda»[2]. Las palabras mordaces del dramaturgo inglés también valen para nuestros comunicadores cristianos. La buena nueva del Evangelio se difundió en el mundo gracias a los encuentros de persona a persona, de corazón a corazón. Hombres y mujeres que aceptaron la misma invitación: “Ven y lo verás”, y quedaron impresionados por el “plus” de humanidad que se transparentaba en su mirada, en la palabra y en los gestos de personas que daban testimonio de Jesucristo. Todos los instrumentos son importantes y aquel gran comunicador que se llamaba Pablo de Tarso hubiera utilizado el correo electrónico y los mensajes de las redes sociales; pero fue su fe, su esperanza y su caridad lo que impresionó a los contemporáneos que lo escucharon predicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él, de verlo durante una asamblea o en una charla individual. Verificaban, viéndolo en acción en los lugares en los

que se encontraba, lo verdadero y fructuoso que era para la vida el anuncio de salvación del que era portador por la gracia de Dios. Y también allá donde este colaborador de Dios no podía ser encontrado en persona, su modo de vivir en Cristo fue atestiguado por los discípulos que enviaba (cf. 1 Co 4,17).

«En nuestras manos hay libros, en nuestros ojos hechos», afirmaba san Agustín[3] exhortando a encontrar en la realidad el cumplimiento de las profecías presentes en las Sagradas Escrituras. Así, el Evangelio se repite hoy cada vez que recibimos el testimonio límpido de personas cuya vida ha cambiado por el encuentro con Jesús. Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros la que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son.

Señor, enséñanos a salir de nosotros mismos, y a encaminarnos hacia la búsqueda de la verdad.

Enséñanos a ir y ver, enséñanos a escuchar, a no cultivar prejuicios, a no sacar conclusiones apresuradas.

Enséñanos a ir allá donde nadie quiere ir, a tomarnos el tiempo para entender, a prestar atención a lo esencial, a no dejarnos distraer por lo superfluo, a distinguir la apariencia engañosa de la verdad.

Danos la gracia de reconocer tus moradas en el mundo y la honestidad de contar lo que hemos visto.

Roma, San Juan de Letrán, 23 de enero de 2021, Vigilia de la Memoria de San Francisco de Sales.

Francisco

[1] Periodista español, que nació en 1920 y falleció en 1971; fue beatificado en 2010.

[2] W. Shakespeare, El Mercader de Venecia, Acto I, Escena I.

[3] Sermón 360/B, 20.

La Iglesia Católica y el cine

Fuente: SIGNIS Mundial

a Iglesia Católica y el Cine han mantenido una relación muy estrecha que se remonta a la creación de la Organización Católica LInternacional del Cine, OCIC, en 1928. Su fundación tiene el objetivo de organizar y coordinar la labor de los católicos presentes en el mundo del cine.

Mediante la OCIC se edificó un puente que unía a diferentes personas del séptimo arte de diferentes partes del mundo, que aglutinaban reseñas y críticas sobre cine, comentarios, informaciones sobre profesionales y obras vinculadas a esa manifestación cultural. Otros variados escritos y publicaciones, que incluían el periodismo y otras formas de comunicación, además de la impresa, como el cine debate, la televisión, la radio y más adelante en el tiempo, los sitios WEB y medios digitales, también estarían presentes.

Esa labor de OCIC ha sido continuidad de SIGNIS, nacida en el Congreso Mundial OCIC-UNDA, celebrado en Montreal, Canadá, en 1998, donde se decidió por mayoría de votos, la unión de la entonces Asociación Católica Internacional para la Radio y la Televisión, UNDA, con OCIC. Desde su creación, en el acápite del periodismo sobre cine y la crítica cinematográfica, SIGNIS integra el campo de cine dentro de la educación en medios, dándole una fuerte importancia a la educomunicación, con el objetivo de crear ciudadanía.

En 1947, la OCIC amplia sus actividades internacionales sobre cine, participando y conformando jurados internacionales de festivales de cine. Esta participación en los festivales cinematográficos del orbe, SIGNIS la ha mantenido y en la actualidad organiza jurados interreligiosos y ecuménicos en más de 30 festivales de todo el mundo, desde los más conocidos, como Cannes, Venecia, Berlín, San Sebastián, Mar del Plata, a otros más modestos, pero especializados, como el de Hong Kong, Fajr (Teherán), Zanzíbar, Brisbane, Locarno, La Habana y otros más. Esta participación es una oportunidad profesional a los miembros de las distintas asociadas de SIGNIS en todo el mundo para formar parte de esos jurados. Esta presencia de los comunicadores de diferentes credos en las diversas actividades de los festivales de cine, hace que la organización ofrezca espacios de diálogo permanente con los católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, hindúes, musulmanes y miembros de otras religiones.

A partir de la década del 90 del pasado siglo, surge una nueva realidad. El cine, la televisión, el video y la comunicación digital comienzan a integrarse en un nuevo sistema tecnológico y de distribución de contenidos. Esta nueva realidad, exigen también una nueva visión de las actividades de SIGNIS en el mundo del cine y de las relaciones de los productos cinematográficos con la televisión, el internet y los medios digitales. SIGNIS, como defensor de la diversidad cultural en los medios de comunicación, está consciente de la importancia de promover el cine y la producción audiovisual de aquellos países o aquellas minorías que están ausentes o pasan inadvertidos en los medios de comunicación globales. Se busca también ayudar a dar rostro a los sin rostro, a la creatividad y a las historias de aquellos que son invisibles.

SIGNIS contribuye de manera concreta al desarrollo de un cine dirigido hacia los valores humanos y espirituales a través de su presencia en el mundo profesional del cine; mediante seminarios y conferencias internacionales, competiciones de posproducción de películas latinoamericanas, asistencia en la producción, la distribución de películas a través de su red de productores y distribuidores de televisión, y vía la conservación del patrimonio cinematográfico.

NOTA: La Iglesia Católica en Cuba ha estado también estrechamente vinculada al mundo del cine, pero para profundizar en este tema se recomienda consulte el número 2 de la Revista ECOS de 2008, el artículo de Alberto Ramos, Cine e Iglesia Católica en Cuba. GINA PREVAL: UNA VIDA DE ENTREGA Por Jorge Villa

Los vínculos existentes entre el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) y la Organización Católica Cubana para la Comunicación (SIGNIS Cuba), no hubiesen sido posible sin la presencia de esa gran joven de espíritu que respondió al nombre de Gina Preval.

Mucha historia acumulada en el quehacer de una formación cinematográfica desde la Iglesia Católica Cubana, tenía en su haber nuestra apreciada Gina. Su labor se remonta a la primera mitad del siglo XX y su trabajo desde entonces fue incansable. Su nombre siempre estuvo vinculado desde su arraigada fe católica, a las personalidades más destacadas de la cultura cinematográfica. No descartaba ningún aporte, aunque no compartiera totalmente el mismo, pues siempre creyó que de la diversidad de criterio salía lo mejor para el ser humano.

Es innegable el aporte cultural de Gina Preval desde el ámbito católico a nuestra cultura nacional. Pionera de los Cine Clubes y la importancia de los mismos en la formación de una apreciación cinematográfica, apostaba por su relevancia en los aportes de los valores universales.

Ha pasado mucho tiempo desde que asistió, invitada por una amiga, a una reunión de la Juventud Femenina de Acción Católica. Cuando aquello tenía 25 años y desde entonces, partiendo de su fe, convirtió al cine en una de sus grandes pasiones.

Se podría seguir relatando muchas cosas más de esta maravillosa mujer, pero dejemos que sea ella misma quien nos cuente su historia, a partir de una conversación sobre su vida, que sostuve con ella en la terraza de su casa en abril de 2019. La misma la traslado íntegramente, tal como ella recordaba lo vivido y como lo expresó, quizás con alguna u otra pequeñísima corrección formal, pero respetando totalmente su contenido y forma de decir. I- El camino lo traza el Señor.

A través del tiempo uno se va dando cuenta que desde antes de uno nacer ya tiene todo su itinerario de vida.

Yo nací en la Víbora, en el hoy Municipio de 10 de Octubre, el 14 de Mayo de 1922, aunque en aquel entonces mi familia vivía en La Cabaña, Municipio de Casa Blanca, porque mi padre era Oficial del Ejército Nacional. No obstante, mi madre siempre iba a casa de mis abuelos, que vivían en la Víbora, a tener a sus hijos. Posteriormente nos radicamos en esa barriada, pero al morir mis abuelos nos mudamos para la vecindad del Vedado y nuestra vida social fue más intensa.

Fui una persona que tuvo una niñez y una juventud feliz. Era la primera nieta, la primera sobrina, todo el mundo me agasajaba, pues al parecer era una niña simpática. Todos me invitaban a salir y como en mi casa había auto me llevaban siempre a cualquier paseo, pues a Gina le encantaba pasear y estaba dispuesta siempre a hacerlo.

Vivimos un año en los Estados Unidos y quizás eso provocó mis deseos de viajar, porque yo siempre tuve deseos de poder viajar y de hecho, gracias a Dios, siempre lo pude hacer. Por eso pienso, pues llevo días pensando en todas esas cosas, que toda mi vida la ha planeado el Señor. Uno puede tener metas, sueños, pero el camino lo traza el Señor. Estoy totalmente convencida de eso.

Yo no fui a un colegio católico porque el Señor no quiso precisamente que fuera, pero cuando yo llegué al Centro Católico de Orientación Cinematográfica (CCOC), el cual posteriormente se afiliara a la Oficina Católica Internacional de Cine (OCIC), la futura OCIC Cuba, estaba inquieta de algo nuevo. Mi formación religiosa era muy rudimentaria, irregular diría yo, quizás social, que se limitaba con cumplir con la asistencia a la misa del domingo. Tenía muchas cosas en mi vida, estaba contenta, era feliz, pero no me llenaba y precisamente ahora, al cabo de los años, me he dado cuenta, repito, de que el Señor no quiso que yo fuera a un colegio católico. Yo pude estar en un colegio católico, igual que estuve en un colegio especial, de niñas seleccionadas, que tenían además del plan de estudio académico, otras actividades especiales relacionadas con la cultura, el deporte, etc., actividades que no eran comunes que las tuviesen en aquel momento un colegio en Cuba, pero obviamente no estaba en el plan trazado para mi, ir a un colegio católico. Mi vida social era intensa. Me gustaba bailar, jugar al tenis, viajar, ir al cine y todo lo pude realizar a plenitud, por eso puedo afirmar que yo he tenido cuatro momentos fuertes en mi vida: la actividad social, el tenis, el cine y la iglesia.

El tenis me marcó mucho. Me ayudaba a mi estado anímico, a superar pérdidas familiares, y fue Pino Herrero la persona que me animó a empezar a jugar tenis. Comencé en agosto de 1947 y ya para diciembre de ese mismo año era premiada en el certamen de novatas.

En aquel entonces yo trabajaba en la Compañía de Aviación Británica (British Airlines) y conversaba mucho sobre cine con la secretaria de la agencia. Un día me dijo que me iba a presentar una persona que trabajaba para el cine de una forma seria y siempre me había interesado mucho conocer de cine, como se hacía, su técnica, más que lo relacionado con los artistas, por lo que me entusiasmó mucho la idea. Me presentó entonces a América Penichet que era la persona que estaba presidiendo el Centro Católico de Orientación Cinematográfica (CCOC) y me invita a una sesión de la Juventud Femenina de Acción Católica.

Así comencé a relacionarme con ellos y también 1947 es el año en que me vinculo a la Sección de Cine de la Federación de Juventudes de Acción Católica y me hago miembro de OCIC, precisamente en el año que se funda OCIC Cuba. Se incorpora entonces el cine en mi como otra pasión, pero no tanto como para dejar el tenis. Llevaba ambas en conjunto. Dos años más tarde asumo la edición de la Guía Moral de Cine, la que posteriormente devino la Guía Cinematográfica en el período comprendido entre 1955 a 1960.

La Guía Moral era una publicación semanal que contenía la clasificación moral de todas las películas que se estrenaban semanalmente en Cuba. Se enviaba a las parroquias, diócesis y colegios, y algunos periódicos de la época, como el periódico El Mundo, la publicaban. La Guía orientaba al mundo católico, religiosos y laicos, pero con el tiempo se nos alertó de que la misma era negativa, si nos seguíamos aferrando a una simple clave de orientación moral. Estaba comprobado que en los colegios los chicos se interesaban en esas claves de juicios morales, pero en sentido inverso, pues les motivaba ir a ver lo prohibido, lo desaconsejable. A esto se unía algunos extremos de la Legión de la decencia, que por algunos motivos, no propiamente cinematográficos, boicoteaba alguna que otra película. Creo necesario aclarar, que aunque ambas organizaciones teníamos intereses similares, éramos dos instituciones bien diferentes.

OCIC – Mundial, siempre estuvo atenta a nuestro quehacer, por lo que estando en sintonía con sus objetivos y orientaciones, se fueron incorporando a la Guía los juicios de apreciación artística, además del criterio moral. Esa alerta fue muy buena, pues nos dimos cuenta de que una guía que abarcara la apreciación artística y moral, además de una síntesis de la película, que diera a conocer al espectador lo que iba a ver, era más importante que exponer sólo un juicio de apreciación moral. Este cambio hizo que la Guía se transformara en las Guías Cinematográficas anuales, cuyo primer volumen recopiló todas las películas exhibidas en Cuba en 1955. Se mantuvo hasta la recopilación de las películas proyectadas en 1960, pero después fue imposible seguir publicándolas. Hoy día, las Guías Cinematográficas continúan siendo una inestimable fuente de investigación para historiadores y especialistas de cine, particularmente a los investigadores sobre el tema.

Después del Concilio Vaticano II, la OCIC indicó que se podían suspender las clasificaciones, que en algunos países quedaron a criterio de seguir haciéndolo o no. Nosotros entendimos, que además de las clasificaciones, siempre un tanto rígidas, era más productivo formar a los espectadores a través del cine debate, haciendo referencia particular a los valores positivos de las películas. Este tema ya se había abordado en el Congreso del Apostolado Seglar celebrado en Roma en 1957, con la presencia de su Santidad Pío XII.

Retomando el tema de mi vida familiar, he comentado que no era católica de formación. Fui bautizada como todos los niños con muy poca edad, pero mi Primera Comunión la vine a realizar a los 13 años y entonces comencé a participar en la misa de los domingos, pero sin tener esa devoción por la iglesia. Sin embargo ese grupo de personas de la Acción Católica, con las que me vinculaba a través del cine, eran personas dirigentes católicas muy, pero muy fuertes y realmente me cautivaron. Yo quería ser igual que ellos, por lo que empecé a estudiar, a interesarme en los temas de la religión católica. Esa falta de conocimientos profundos de la religión católica, que tenía en aquel entonces, fue mi motor impulsor, pues creo que de haber tenido una fuerte instrucción religiosa, hubiese llegado a OCIC pensando que era una integrante más de la misma. Debo agregar que todas estas personas católicas, las cuales admiraba profundamente, eran muy conocedoras de cine, pero tenían también un amplio espectro cultural en otras manifestaciones artísticas, por lo que al integrarme a ellos, me impactó mucho más su quehacer cultural, su vinculación con la sociedad.

Siempre he querido hacer bien todas aquellas cosas con las que me comprometo hacer, por eso lo que traté fue de estudiar a fondo la religión, el cine, todo lo relacionado a diferentes manifestaciones artísticas, que tenían su influencia en el cine. Tuve la suerte de compartir con personas maravillosas, entre ellas el Dr. Julio Morales, abogado y quien murió siendo sacerdote y América Penichet, ya mencionada anteriormente, y que llegó a ser Vice Presidenta de OCIC para América Latina. Pero también estaba Walfredo Piñera, quien era ya uno de los críticos más importantes del país, Fausto Canel, que llegaría a ser director de cine para el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), Beatriz Echegoyen, Caridad Rosales, los sacerdotes Tomás Macho e Ignacio Biaín, Manolo Fernández, Carlos Alzugaray y otros de igual prestigio.

Quiero hacer un aparte con América Penichet, a quien le estoy muy agradecida en mi vida. Ella, junto a Acción Católica, fue fundamental en mi preparación y formación religiosa y cinematográfica. Tuvimos una estrecha colaboración y llegamos a ser muy amigas, hasta el punto de que fue mi madrina en el Sacramento de la Confirmación. Era un ser extraordinario, atenta a toda persona que, según su criterio, tuviera condiciones para reforzar el trabajo que se realizaba. América tenía una enorme capacidad para el trabajo y un conocimiento muy fuerte sobre el cine.

Para Mayo de 1948, por gestiones de América y otros miembros de OCIC Cuba, llega a nuestro país André Ruszkowski, Secretario General de OCIC, quien realiza un par de funciones de cine-debate (Monsieur Vincent, Maurice Cloche, 1947; El peregrino del infierno, Henri Schnneider, 1946), que han sido catalogadas como históricas. En las mismas se hizo énfasis ante el público especializado asistente, de que la calidad artística es un elemento imprescindible en la promoción efectiva de los valores morales por el cine. Puntualizó además que la misión de las oficinas nacionales no estribaba en absolver o condenar las películas con arreglo a clasificaciones rígidas, sino en ofrecer elementos para propiciar un juicio sopesado en el espectador, para lo cual era indispensable la educación del gusto cinematográfico.

Su visita fue una especie de reafirmación para mí, de que lo que quería en la vida era lo que estaba haciendo. Nos mostró a todos que deberíamos de tener, además de una buena formación católica, una fuerte preparación de apreciación cinematográfica que nos permitiera entrar, como un profesional más, al mundo profesional del cine.

Esto hizo que yo volcara, todavía más, mi tiempo en el estudio de la religión, el cine, pero sin olvidar el tenis, que como se sabe, era mi otra pasión. No me quedaba tiempo libre para más nada. Mi familia no me veía ni el pelo, o estaba estudiando cine en los cursos que impartía Valdés Rodríguez en la Universidad de La Habana, o inmersa en libros de religión o practicando tenis. Por eso tengo la convicción de que lo que he hecho en mi vida fue el camino que el Señor me trazó, porque me permitió dividir mi tiempo de tal forma que pudiera hacerlo todo y, sin falsa modestia, hacerlo bien. Hoy día pienso que fue realmente todo lindo; el enfrentarme a una religión profunda, al extremo de que yo traté de ser religiosa. Para mí lo más grande de quien abrazara la religión católica, era ser cura o monja y como no podía ser cura, monja entonces. Por esa razón en 1955 me fui a España para hacer el Noviciado de las Hermanas Franciscanas Misioneras, pero tuve problemas estomacales, provocado por una pandemia y los médicos me recomendaron abandonar el convento. Desde entonces mis problemas estomacales me han acompañado siempre.

II- El Señor nos pide más dar que recibir.

Leyendo el evangelio en estos días vuelvo a interiorizar que uno tiene que dar, el Señor nos pide más dar que recibir. El que se reciba, él lo hará, pero hay que dar y yo en ese tiempo me di completa.

Fue una época de muchísimo trabajo, pero fabulosa. En más de una década, el CCOC presidido entonces por nuestra América Penichet, funda y coordina más de cuarenta cines- clubes en toda Cuba. El primero en comenzar fue el que funcionaría por más de una década en el desaparecido cine habanero Duplex, extendiéndose luego al cine Trianón, y el 23 y 12, ambos en la barriada del Vedado en La Habana. Posteriormente se extienden a zonas del interior del país como Sagua la Grande, Camagüey y Santiago de Cuba, con funciones dirigidas al gran público y otras a un público más especializado, como estudiantes, religiosas, sacerdotes, trabajadores, etc. El P. Ignacio Biaín, fue su coordinador durante once años, al cabo de los cuales tuvo que dejar esta labor, debido a sus responsabilidades como redactor de la columna Mundo Católico, del desaparecido periódico El Mundo y como director de la revista La Quincena, editada por los franciscanos. Por cierto, el Padre Biaín, en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista, mantuvo contactos en la clandestinidad con los simpatizantes del Movimiento 26 de julio. Sufrió mucho con los desacuerdos entre la Iglesia Cubana y el Gobierno Revolucionario. Murió en La Habana el 13 de noviembre de 1963 de un infarto. En su columna periodística fue reemplazado por Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, hasta que en 1967 los censores determinaran prohibir dicha columna.

Regresando al tema de los cines-clubes, ante su proliferación, fue designado asesor para estas actividades el P. Tomás Macho. Otros importantes miembros del Centro, que atendían este quehacer en todas sus etapas fueron Manolo Fernández y el Doctor Julio Morales Gómez, devenido sacerdote posteriormente, como ya he señalado. Para la década de 1960 fue nombrado asesor el P. Fernando de la Vega Benson, cuya presencia fue tan conocida y apreciada en los medios profesionales de cine y televisión, y comenzó, además, a asesorar otras actividades de OCIC/SIGNIS Cuba y era solicitado como consultante, cuando escenas de carácter religioso, iban a filmarse para cualquier material audiovisual.

Sin temor alguno puedo expresar, que el aporte de los debates en la metodología de los llamados cines- clubes católicos desde 1952, constituyó una novedad acogida con entusiasmo por los aficionados y generalizada en las instituciones culturales de cine. Su divulgación fue tan amplia, que influyeron enormemente en los cines- debates populares que se organizaron en varios cines de la capital en los primeros años de la Revolución por iniciativa de Ángel del Cerro, entonces Director Municipal de Bellas Artes. Por aquella época no era habitual debatir las películas, modalidad que se ha perdido bastante en la actualidad y que la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica ha tratado de revivir.

Creo, si la mente no me falla, que en esa fecha de 1952 es cuando se empiezan a realizar otras actividades de publicaciones, que comprenden la edición y venta de textos y documentos sobre cine. También, como ya he explicado, se decide transformar en Guía Cinematográfica a la Guía Moral del Cine, luego de publicar un par de volúmenes que recogían el trabajo realizado en los períodos de 1937- 1951 y 1952-1954. Por ese tiempo, en 1953, ve la luz por primera vez la revista Cine Guía, dirigida por Manolo Fernández, que no sólo se distribuía en Cuba, sino también en la América de habla hispana. Ese mismo año soy nombrada representante de cine del Consejo Nacional de la Asociación Femenina de la Acción Católica y en 1957 paso a ser su Vicepresidenta.

Además de las publicaciones y los cines clubes, desde 1950 se empezaron a entregar los Premios Anuales del COCC. Estos premios tenían tanta importancia, que muchas veces los productores de las películas premiadas, utilizaban el galardón recibido como promoción de las mismas. Dichas ceremonias de premiación recibían una amplia cobertura por los medios de comunicación existentes.

También alrededor de 1952-1953 se coordinó con la Universidad de La Habana los cursos de verano sobre apreciación cinematográfica que impartía el prestigioso profesor José Manuel Valdés Rodríguez y el CCOC se ocupaba de becarlos. También el CCOC organizaba talleres de estudios cinematográficos para educadores católicos, pionera de lo que hoy podría llamarse educomunicación, donde se impartían temas sobre psicología, sociología, estética y técnica cinematográfica. También se inaugura una biblioteca especializada sobre cine, poniendo al alcance de los interesados importantes publicaciones extranjeras sobre este tema.

El CCOC, desde su fundación, ocupó un lugar de importancia dentro de su actividad profesional, no sólo en Cuba, sino también en América Latina. Delegados del CCOC asistían a casi todas las reuniones anuales convocadas por OCIC, y para enero de 1957 se celebró en La Habana, el Congreso Mundial de OCIC, con la designación de América Penichet, como Vicepresidenta de OCIC para América Latina. Esta fue la primera vez que se celebraba un congreso fuera de Europa, y empleando el español como idioma oficial. Fueron días de intenso trabajo antes del Congreso y después del Congreso, pues asistieron delegaciones de 28 países, y prestigiosas personalidades como el crítico Cino Lo Duca y el presidente de la Muestra del Festival Internacional de Cine de Venecia.

Cuando la celebración del Congreso ya yo estaba en la directiva del CCOC. En ese Congreso tuve la responsabilidad de coordinación de la estadía de los invitados, los cuales fueron alojados en el Hotel Colina, ubicado frente a la escalinata de la Universidad de La Habana. El transporte nos lo facilitó el Colegio de Belén, regido por los Jesuitas, que aportó también sus salones para las sesiones del Congreso. Su realización en Cuba marcó pautas en la OCIC, pues por primera vez se utilizó la traducción simultánea y puedo asegurar que estuvo presente casi toda América Latina

Los fondos para la celebración del mismo provenían de distintas fuentes, incluidas, por supuesto, de sus miembros. También aprovechábamos el hecho de que Caridad Rosales, miembro de OCIC y vinculada a la actividad del cine club, era también miembro de la Sociedad Pro Arte Musical, y organizaba funciones de ópera para recaudar fondos para el Congreso. Tuvimos tanto apoyo, que generalmente los congresos dejan un balance financiero con algo de pérdida, pero este, por el contrario dejó ganancias, que permitió hacernos de un salón para visualizar películas, el mismo que está ubicado hoy día en el Centro Cultural Padre Félix Varela, que en aquel entonces era la sede del Palacio Cardenalicio.

Ya que mencioné al Colegio de Belén, debo hacer un breve aparte, pues este centro católico de enseñanza, estaba muy vinculado a OCIC y a la cultura en general. En aquella época, si mal no recuerdo, creo que su último rector fue el Padre Arroyo y era un sacerdote muy preocupado por fomentar el gusto por el buen arte en los estudiantes. De todos es conocida la gran reputación que tenía el Coro de Belén dirigido por el maestro Ochoa, que hasta discos de larga duración llegaron a grabar. También se ofrecían funciones de cine, las cuales se dividían según el alumnado que participaría. Así recuerdo que para los mayorcitos, o sea, los que ya estaban cursando sus estudios de bachillerato, se exhibían algunas películas que eran específicamente recomendadas para colegios y parroquias. De ellas vienen a mi mente dos películas inglesas: El que se fue (The One Who Got Away, Roy Baker, 1958) y Este es mi reino (Campbell´s Kingdom, Ralph Thomas, 1958). Para los más chicos se mostró varias veces El bufón del rey (The Court Jester, Norman Panama y Melvin Frank, USA, 1956) y La ciudad de los niños (Gilberto Martínez Solares, México, 1956). También era muy solicitada Aventura en Japón (Escapade in Japan, Arthur Lubin, USA, 1958).

Dada la vinculación de OCIC con el Colegio de Belén, debo hacer un aparte de mis memorias y hacer notar que cuando la invasión a Cuba por Playa Girón, en la Bahía de Cochinos, y las injustas sospechas que habían recaído sobre la Iglesia Católica de su participación en la misma, el colegio, antes de la nacionalización del mismo, sus áreas deportivas y otras dentro del inmueble, fueron tomadas por las milicias revolucionarias. Se aplicaron medidas extremas con los centros de educación católica, a pesar de que el Colegio de Belén era caracterizado por la enseñanza propia de los jesuitas, para algunos bastantes liberales, para ser una institución religiosa. No olvidemos que paralelo al Colegio de Belén, los jesuitas tenían también un centro de formación de técnicos y obreros para personas sin recursos, donde asistían gratuitamente sus hijos, o con una cuota muy, pero muy baja de costo de matrícula.

Volviendo al tema que nos ocupas, si hago un recuento de cómo finalizó la década de 1950, el resultado no podía ser más que positivo. Trabajábamos con niños, jóvenes y adolescentes y teníamos muy buenas relaciones con los profesionales del mundo del cine, tanto en el entorno nacional como internacional. Recuerdo que cuando la filmación de La Rosa Blanca, su director Emilio “Indio” Fernández, intercambiaba criterios con OCIC por medio de la figura de Walfredo Piñera. Lo mismo sucedía cuando otras personalidades del mundo cinematográfico visitaban Cuba, como los españoles Manuel Mur Orti y Carmen Sevilla, o los argentinos Francisco Petrone y Libertad Lamarque. También trabajábamos con los adultos de la tercera edad e incluso llegamos a brindar nuestra asesoría a otros países de América Latina, pues Manolo Fernández fue figura primordial en la fundación de OCIC Venezuela. En aquel momento el Centro Católico de Orientación Cinematográfica junto a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo y el Departamento de Cine de la Universidad de La Habana, formaban el trío fundamental de instituciones dedicadas al estudio y la apreciación cinematográfica en Cuba. Fue precisamente esa interrelación entre las tres instituciones, que permitió el inicio de una amistad con miembros de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, como Alfredo Guevara, Director y fundador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) y Julio García Espinosa, director de cine y fundador del ICAIC, entre otros.

Por todo lo dicho anteriormente es que me alegro mucho de haberme entregado así, pues hoy en día me permite seguir y si en alguna reencarnación me dijeran que querría hacer, respondería que volvería hacer lo mismo que hice, sin importar los obstáculos que tuve que pasar. Problemas ocurrieron, pues siempre ha habido problemas a resolver en cualquier etapa, mucho más en el caso mío. Monseñor Evelio Díaz tenía la seguridad de que yo no iba abandonar el país después de 1959 al triunfo de la Revolución Cubana, y en los momentos difíciles, los cargos de la gente que se iban, venían para arriba de mi. Yo no me sentía preparada para nada de eso, pero él mismo me lo decía, tú has sido designada por el Señor para esta tarea y él te ayudará. De esta manera fui asumiendo cargos, que de forma jaranera, siempre decía que Monseñor me obligaba, pues me expresaba que él tenía que tener seguridad de que no iban a ocurrir más cambios en la dirigencia. Ahora bien, y me gusta que eso quede bien claro, reitero que nada de esto hubiese sido posible, si lo primero que yo hubiese hecho para CCOC no hubiese sido formarme. Mi formación fue esencial y fue la primera meta que me tracé cuando entré a ese prestigioso grupo que fue el embrión de OCIC.

III- El Señor te va ayudar.

El año 1959 fue un año intenso. En aquellos primeros meses del 59, a pesar de que todos estábamos identificados con el proceso revolucionario, nos comenzamos a percatar de que la ideología del proceso, se acercaba cada vez más a una ideología materialista alejada de toda creencia religiosa. Así las cosas comencé a trabajar en el Instituto Cubano de Cartografía y Catástrofe, donde era Jefa de Departamento, el cual había sido seleccionado en varias ocasiones como el Mejor Departamento del Instituto. Paralelamente seguía con mi actividad laical dentro de la iglesia, con cargos de responsabilidad en la Junta Directiva de OCIC, específicamente en la incidencia que debería tener la Guía Cinematográfica en el espectador. El objetivo de la misma, como ya he expresado, era que el espectador estuviese preparado para lo que iba a ver, junto con un juicio artístico y moral que acompañara a la síntesis argumental. Así las cosas llega 1961 y la invasión de Playa Girón.

En aquel entonces se creyó, como he hecho saber, que la Iglesia Católica Cubana había apoyado, había colaborado con la invasión de Playa Girón. Esa afirmación era falsa, independientemente de que hubiesen habido personas que hubieran ayudado a una contrarrevolución local, pero no a una invasión. No obstante todos sus dirigentes fuimos detenidos, incluyendo a Monseñor Evelio Díaz.

Me tuvieron detenida en la misma oficina del Instituto de Cartografía, desde las 3 de la tarde hasta bien entrada la madrugada y fui liberada, porque mi jefe estaba muy molesto e intervino para que me liberaran. Me pusieron en libertad alrededor de las 5 de la madrugada, pero exigí que a esa hora yo no iba a regresar a mi casa, que me quedaría retenida, a menos que me llevaran. Y así lo hicieron, me regresaron a mi casa en un jeep, realizando un fuerte registro en la casa, levantando losas del piso, buscando armas escondidas.

Ese mismo día, cerca del mediodía, regresé al Instituto y presenté mi renuncia, en contra de la voluntad de mi jefe, pero expresé que yo no podía seguir trabajando en un lugar, donde dada mi condición de católica, creaba desconfianza, y no estaba en disposición de ir presa cada vez que se oyera sonar un petardo en la ciudad. Por supuesto, aceptó mi renuncia.

Después de este hecho, continué con todas mis responsabilidades dentro de la iglesia y asistía también al Instituto Secular “La Cooperadora”. En ese tiempo, me seleccionan, junto a una compañera mía llamada Marta García, para que fuéramos a trabajar a la Nunciatura, para colaborar con el archivo de prensa. Posteriormente Marta García dejó el país, no por cuestiones políticas, sino personales, y me quedé sola trabajando allí. Cuando aquello el Nuncio era Monseñor Luigi Centoz.

Recuerdo que en 1961, mientras trabajaba en la Nunciatura, un día en la sede de la misma recibo una comunicación del Sr. Embajador de Bélgica en Cuba, donde se solicitaba mi presencia en esa sede diplomática. Esto me pareció muy extraño y lo consulté en la Nunciatura y me dijeron que ellos no tenían conocimiento de eso, que sería una situación muy específica de la embajada belga. Yo tenía un auto chico, un FIAT, como los polaquitos que circulaban en Cuba en la década de 1970, y no fui en él por si acaso me estaban siguiendo. Al llegar a la embajada me encontré al Dr. Ramón Casas, quien era médico y Presidente de la Junta Nacional de Acción Católica, quien se encontraba asilado en la embajada belga, porque le habían dicho que lo iban a poner preso. Debo hacer notar que en aquella época era muy difícil que se les concediera el permiso de salida del país a los médicos, por lo que la única opción que tenían para hacerlo, era pidiendo asilo en una embajada.

El Dr. Casas solicitaba mi presencia porque Monseñor Evelio le había informado que yo era quien iba a asumir su cargo y me quedé atónita ante ese pronunciamiento, paralizada de la sorpresa. Para mí era imposible, pues todavía estaban presentes Julio Morales, América Penichet y otros compañeros, mucho más preparados que yo para ese cargo.

De ese rápido encuentro en la embajada belga con el Dr. Casas, me fui a ver a Monseñor Evelio y le expresé que eso no era posible, porque había muchas personalidades en la Junta y no debía ser yo la seleccionada. Monseñor me dijo que eso lo entendía, pero que era a mí a quién él necesitaba para ese cargo. Me expresó que conocía los planes de América de emigrar y que no quería a Julio Morales en el cargo, pues Julio no se había percatado de su vocación para el sacerdocio, pero él sí y lo prefería de sacerdote en vez de ocupar la Presidencia de la Junta. Quería esperar a que Julio, quien ya era abogado, se diera cuenta de su vocación para que ingresara al seminario, como realmente ocurrió después.

Después de un buen rato de conversación analicé que había comenzado el noviciado, pero me enfermé y no me dejaron seguir. Matriculé en el Instituto Secular y era muy difícil que siguiera, pues se sabía iba a cerrar. Entonces Monseñor me hizo ver la verdad de mi vida, al señalarme: tu tranquila que el Señor te va ayudar. El Señor te quiere a ti haciendo labores de la iglesia, entonces los votos tuyos yo los tengo y tú seguirás el camino que el señor tiene para ti. Era indudable que ese era el plan que el Señor me había trazado. Uno puede tener planes, trazarse metas, pero el Señor te pone el camino y el camino que me puso siempre fue difícil.

A partir de esa conversación con Monseñor, mis responsabilidades y cargos aumentaron, pues la única persona en quien Monseñor tenía la seguridad de que no iba abandonar el país, era yo, pues además de tener mis votos, sabía que el resto de mi familia estaba muy integrada al proceso revolucionario y la misma era muy importante para mí, por lo que no me apartaría de ella tuviesen la ideología que tuviesen.

Haciendo un breve aparte, cuando un viaje a Manila, siendo ya presidenta de OCIC, volví a encontrarme en Chicago durante una escala por mal tiempo, con el Dr. Casas, a quién logré localizar a través de la guía telefónica del aeropuerto, que es un local inmenso. Pensé sería imposible localizarlo, pero como era médico y estaba ejerciendo, no fue complicado encontrarlo. El mal tiempo se prolongaba y en esos casos de contingencia podías salir del aeropuerto y alojarte en un hotel. Gentilmente fue a buscarme, pero no obstante no me alojé en un hotel, pues eran carísimos y pasé la noche en su casa con él y su esposa Rosa, que también trabajó para la Iglesia en Cuba. No había otra opción, pues yo no llevaba dinero, ya que era la época en que estaba prohibido salir de Cuba portando dinero de cualquier procedencia, aunque trabajase en la Nunciatura. Pasé una velada maravillosa, pero desde entonces no he vuelto a saber de él.

Paralelamente a mi trabajo para la Iglesia Católica, continuaba colaborando en la Nunciatura. El período revolucionario y los nuevos cambios, llegan a Monseñor Centoz en la Nunciatura con una muy avanzada edad, por lo que es reemplazado por Monseñor Cesare Zacchi, quien asumió como Encargado de Negocios y no como Nuncio. Creo que no sólo yo, sino todos los que conocieron a Monseñor Centoz, estarán de acuerdo en que era una persona muy bondadosa, amaba mucho a Cuba, pero que en aquellos primeros años de la Revolución ya estaba muy envejecido para los nuevos retos que había que asumir. Tenía conciencia de que no era capaz de enfrentar la situación que se presentaba.

Monseñor Zacchi le pidió al Obispo Monseñor Evelio Díaz que diera su voz y apoyo para que continuáramos colaborando con el Archivo de Prensa en la Nunciatura. Hasta ese momento sólo trabajaban religiosas y religiosos en la Nunciatura y nuestro trabajo era importante, además, el Instituto Secular al cual pertenecíamos, se disolvió, cerró definitivamente. Monseñor Zacchi nunca informó al Vaticano de que se estaba trabajando en la nunciatura, pues como ya he dicho anteriormente, hasta entonces no trabajaban laicos. Esperó para comunicarlo hasta que supo que en la Nunciatura de París trabajaba una laica y la Nunciatura de Francia era muy importante. Oficialmente yo no debo aparecer en los record del Vaticano, hasta el momento en que él informó.

Monseñor Zacchi estuvo mucho tiempo como Encargado de Negocios del Vaticano en Cuba. Fue maravilloso trabajar con él. Vino a Cuba sin conocer nada del país, pero se identificó con la realidad cubana como ningún extranjero lo había hecho, y mucho menos un diplomático. Amó a Cuba como una segunda patria. Fue una piedra angular en las relaciones entre la Iglesia y el Estado Cubano, en un momento donde casi no había comunicación entre el gobierno y la representación eclesiástica cubana. Prácticamente lo nombran Nuncio al dejar Cuba, si mal no recuerdo en 1975, y es debido a una solicitud del gobierno cubano que lo hacen Nuncio. El estado cubano quería hacerle un reconocimiento por tantos años de labor en el país y le solicita al Vaticano que le de cierta jerarquía a Zacchi para poderle retribuir por su prestigioso servicio. Cuando ya está al salir de Cuba es que el Vaticano le otorga el nombramiento de Nuncio.

Hasta entonces el Vaticano no había nombrado Nuncio en Cuba, dado que era un país socialista y al nombrarse un Nuncio este pasaba automáticamente a ser el Decano del Cuerpo Diplomático, aunque no tuviese el tiempo requerido de antigüedad para asumir ese nombramiento, pues se le da una preferencia a la Iglesia y así se mantiene hasta el día de hoy. Imagínense que situación tan delicada de tener un representante del Vaticano con el nombramiento de Decano del Cuerpo Diplomático en un país comunista, donde las presiones de otros estados era mucha. Por tal motivo, para no darle una importancia diplomática a la representación de la Santa Sede en Cuba, es que se mantuvo tanto tiempo al representante del Vaticano en nuestro país con el cargo de Encargado de Negocios del Vaticano en Cuba y es precisamente el gobierno cubano, dado el tiempo que Monseñor Zacchi llevaba en Cuba, el cual solicita por vías diplomáticas, se le haga el nombramiento de Nuncio. Su nombramiento le daba más prestigio al Estado cubano, pues era la primera vez que un país socialista tenía un Nuncio como representante del Vaticano y eso impresionaba mucho en el mundo de la política internacional.

Monseñor Zacchi, fue figura clave para que no hubiese ruptura en las relaciones del gobierno cubano y el Vaticano y esa situación le ganó enemigos, particularmente en la ciudad de Miami, en Estados Unidos, donde lo tildaban de “rojo”, y a mí como laica que trabajaba para él en la Nunciatura me acusaban de “rosada”. Todavía hoy día me consideran “rosada”. Irónicamente una “rosada” que fue detenida en 1961. Esas acusaciones no me importaban, porque lo principal era que la Iglesia tenía que mantenerse ahí, la iglesia en Cuba tenía que mantenerse viva, pues la iglesia no son sólo los obispos y religiosos y religiosas, la iglesia es también los laicos y somos muchos y necesitamos exista una relación estado-iglesia y no un enfrentamiento.

A su llegada al Vaticano, con su nombramiento de Nuncio, Monseñor Zacchi es nombrado rector de la Pontificia Academia Eclesiástica del Vaticano y según me contaba Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, tenía su despacho lleno de recuerdos de nuestro país, al igual que su departamento en San Pedro. Se mantuvo en ese cargo hasta su fallecimiento.

Poco después de su muerte, le llegó al Cardenal Jaime Ortega, la comunicación de que Monseñor Zacchi dejaba a la Iglesia Cubana parte de sus ahorros. No era un hombre rico ni mucho menos, pero lo poco que tenía lo quiso compartir con la Iglesia Cubana.

Después de Monseñor Zacchi, vino Monseñor Mario Togliaferri. Me impresionó mucho su enorme capacidad para memorizar y recordar personas y nombres. Era una persona muy buena, que recorrió prácticamente el país, pero que a mi parecer, no llegó a comprender bien algunos aspectos de nuestro pueblo. Monseñor Mario estuvo como Nuncio hasta 1978, cuando es reemplazado por Monseñor Giuseppe Laigueglia. Venía de Bolivia y estuvo poco tiempo en Cuba, pues enfermó y regresó a Roma. Lo reemplazó Monseñor Giulio Einaudi. Monseñor Giulio era otra persona muy bondadosa y ayudó mucho a fortalecer las relaciones entre Cuba y el Vaticano. Estuvo en nuestro país hasta 1988, cuando fue sustituido por Monseñor Francisco Saínz Muñoz.

A Monseñor Saínz lo recuerdo con mucho cariño. Se trabajaba muy cómodo con él, no le agradaban mucho las cuestiones protocolares y se comportaba como si fuera un sacerdote más y no un diplomático. Cuando se fue en 1992, sentí mucha su partida.

Con el último Nuncio que trabajé fue con Monseñor Beniamino Stella, que se mantuvo como Nuncio hasta 1999. Yo trabajé con él hasta 1994, año en que me retiré. Ya llevaba muchos años de trabajo, concretamente 33 años, y había que enfrentar los retos de una nueva tecnología y entendí que para mi ya había llegado la hora del retiro.

A Monseñor Stella lo recuerdo como una persona muy interesada por estar actualizado en todo lo que ocurría en el país. Entendía muy bien la misión de la iglesia en Cuba y fortaleció aún más las relaciones entre la iglesia y el estado cubano. Siendo él Nuncio, ocurrió la visita de Juan Pablo II a nuestro país.

IV- La OCIC en la década de 1960.

A pesar de las dificultades OCIC continuó haciendo su labor y logró hacer la publicación, con menos recursos, de la Guía Cinematográfica correspondiente a 1959-1960. Este volumen se imprimió en los Talleres de la Unidad 19 de la Imprenta Nacional de Cuba el 30 de junio de 1961 y fue la última Guía Cinematográfica que vio la luz. A partir de ese momento continuó con vida la Revista Cine Guía, donde realizábamos la apreciación artística y moral de las películas más importantes.

La Revista Cine Guía se publicó hasta 1961, pero este nuevo tropiezo no paró nuestra labor, pues seguíamos viendo las películas y haciendo nuestras apreciaciones, las cuales eran impresas en hojas sueltas y distribuidas en las iglesias.

Mi labor en la OCIC iba tomando matices sociales, de acercamiento al mundo profesional, oficial del cine, y establecer una fuerte relación con ellos. Estas relaciones ya se venían materializando antes de 1959 con las casas distribuidoras de películas y ahora deberían continuarse, pero bajo otro entorno.

Desde la misma fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), fui designada por OCIC Cuba como la representante oficial de la misma ante el ICAIC. No te niego, que el introducirse en el nuevo entorno social imperante en Cuba era difícil, era un cambio brusco.

Al principio de la revolución todos éramos revolucionarios y habíamos ayudado a la lucha de diferentes maneras. En la ciudad una de esas formas era comprando bonos para recaudar fondos para el Movimiento 26 de julio. La dictadura de Batista era insoportable y generaba por sus asesinatos, un tremendo rechazo. Los que pertenecíamos a la Iglesia no podíamos convivir con esa situación, y esperábamos, como todos, un cambio. Pero según la revolución fue mostrando su ideología comunista, fuimos asimilando que la misma no era afín con lo que nosotros, los creyentes, esperábamos. El obispo de Pinar del Río, Monseñor Rosas, decía que nosotros éramos como unos gatos, que todos nacían a la vez, pero que cada uno iba abriendo los ojos en diferentes momentos. Eso fue mucho antes de que se hiciera público el carácter socialista de la Revolución Cubana en abril de 1961.

A la Iglesia se le acusó en aquellos tiempos de proclamar pastorales muy duras. A mi criterio no eran tan así, lo que eran claras y respetuosas. Lo que disgustó mucho a los católicos fue la adopción del modelo marxista soviético de aquellos tiempos, que no era, ni remotamente, el marxismo de Marx. Era el modelo que había puesto en práctica Stalin y que nos lo sirvieron en bandeja de plata Jruschov y Brezhnev, y temíamos que en Cuba se reprodujera el stalinismo. En mis viajes al extranjero antes de 1959 había conocido a personas que eran naturales de la entonces Leningrado, de Budapest, Varsovia, etc.., y realmente yo no deseaba que en Cuba sucedieran historias como las que ellos me relataban. Pero también comprendía que la Revolución Cubana necesitaba un apoyo para llevar a cabo su reforma social, muy difícil de realizar por el bloqueo ya existente desde los primeros años del triunfo revolucionario e impuesto por los Estados Unidos. Lógicamente esa ayuda no iba a venir ni de Europa occidental, ni mucho menos de Norteamérica, y hubo que buscarla en la Unión Soviética y los países comunistas del Este. Desgraciadamente, en mi modesta opinión, se hicieron muchas concesiones a los soviéticos y como bien decía Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, “el que paga pone la música”. Esta situación pudo haber provocado que en los primeros años la Iglesia tomara algún que otro camino político, quizás, por los que algunos entendían, como una intromisión en la fe de las personas de ciertas acciones realizadas por el estado. Pero eso fue en los primeros tiempos, pues la Iglesia Cubana y sus laicos, siempre tuvieron muy clara la misión de la misma en nuestro país.

A pesar de las diferencias y de que no era un camino de rosas, debo señalar que nunca tuve dificultades para viajar representado a la Iglesia Católica Cubana en eventos de la Acción Católica, incluso desde los primeros años de la década de 1960. Posteriormente, después de 1966, en que el Vaticano determina finalizar la Junta de Acción Católica en todos los países como una asociación que se nombrara así, pues acción católica era todo lo que se hacía en la iglesia, asistí a varias reuniones en el extranjero para intercambiar criterios y experiencias con la nueva situación. En ninguno de mis viajes tuve ningún problema con las autoridades migratorias para obtener mi permiso de salida del país, permiso que en aquel entonces había que solicitar y que era conocido popularmente como la “tarjeta blanca”. Mientras no te llegara la famosa “tarjeta blanca”, no podías salir el país. Así eran las cosas.

Desaparecida la Junta de Acción Católica, la Iglesia Católica determinó darles libertad a los Obispos en sus respectivos países, de cómo organizarse para seguir trabajando en las distintas labores que realizaba la Junta de Acción Católica. En Cuba la nueva asociación laical, con carácter nacional, tomo el nombre de Apostolado Seglar.

OCIC Cuba siguió trabajando igual que siempre. La desaparición de la Junta Nacional de Acción Católica no afectó para nada la labor de OCIC, la cual apoyaba en el mundo cultural al Apostolado Seglar, tal como OCIC hacía cuando la existencia de la Junta. Unidos todos los esfuerzos de los laicos en la Iglesia Católica Cubana en el Apostolado Seglar, se siguieron las pautas aprobadas en su Congreso de 1957, donde se enfatizó que la Iglesia no podía separarse de la cultura, sino que debía interesarse en ella y tener función cultural en cada uno de los países donde la misma estaba presente.

En ese momento ya era Presidenta de OCIC desde 1961, después de aquella conversación que relaté tuve con Monseñor Evelio. En aquel tiempo, alrededor de 1962 o finales de 1961, continuaba además en la Vicepresidencia de la Asociación femenina de la entonces Acción Católica, cuya Presidente había abandonado el país, como también lo hizo América Penichet. En esos primeros tiempos se fue casi todo el mundo, para no ser absoluta, y tuve que asumir todas las responsabilidades directivas que iban quedando vacantes debido al éxodo. Para 1967 Monseñor Evelio me impone la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, que me otorgó su Santidad Pablo VI. Fueron momentos muy difíciles para la Iglesia y para mí, pues el Señor siempre me ha puesto difícil el camino.

OCIC comienza, bajo mi presidencia, a tratar de seguir, bajo otras condiciones bien distintas, su presencia en la sociedad a través del mundo profesional del cine. Las condiciones eran muy difíciles, pero había que seguir presente. No había nada y cuando digo nada, nada de nada. Las publicaciones, como es sabido, dejaron de existir y todo nuestro esfuerzo se volcó hacia los cines clubes, los que tratamos de mantener contra viento y marea, hasta que los proyectores no dieron más, pero nunca dejamos de hacer las fichas cinematográficas de las películas que se estrenaban. También tratamos de mantener la superación profesional cinematográfica de los miembros de OCIC por medio de talleres y cursos, donde a veces participaban especialistas del ICAIC como Mario Piedra, Ana Busquets y Roberto Viñas, entre otros.

Conocía, como he expresado, desde antes de 1959, a los principales fundadores del ICAIC, particularmente Alfredo Guevara y Julio García Espinosa. Yo era la representante de OCIC ante el ICAIC y aunque no era una intelectual como América Penichet y otros miembros de OCIC de gran prestigio y cultura, sabía que tenía que acercarme a ellos y crear un clima de confianza. América era muy conocedora, sabía como conversar con cualquiera y capaz de convencer también a cualquiera. Yo nunca he podido hacer eso, pues no creo soy ese tipo de gente como por ejemplo Gustavo Andujar, quien como laico en la iglesia ha tenido y tuvo todos los cargos importantes. Sin embargo, aunque estaba en un tercer o quinto plano, tenía a mi haber que conversaba con miembros del ICAIC y era amiga de algunos de ellos y entonces me dije: Gina, como si nada, ve a verlos a ellos como amiga que eres, no como presidenta, ni nada de eso.

La relación desde el inicio fue respetuosa y franca. El ICAIC dispuso de una persona que atendía todo lo concerniente a OCIC Cuba, la cual me recibía y atendía mis inquietudes y solicitudes todas las veces que me presenté en el ICAIC por aquellos tiempos. El ICAIC nos facilitaba las películas para nuestras sesiones del Cine Club sin cobrarnos un centavo y además nos extendía invitaciones para todas las actividades oficiales que programaba, ya fueran estrenos de películas o actos oficiales de otra índole, como el Primer Aniversario del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

También, al pasar al estado todas las salas de cine y no tener OCIC posibilidades de rentar alguna para visionar las películas, el ICAIC nos facilitó un salón de proyección en el mismo edificio donde radicaban y radican hoy día sus oficinas, o bien en la casa distribuidora. Solamente teníamos que hacer la solicitud y la coordinación previa del visionado.

Se nos facilitaba también la entrega gratuita de varios ejemplares de la Revista Cine Cubano y mientras pudimos imprimir la Revista Cine Guía y la Guía Cinematográfica, OCIC le entregaba al ICAIC ejemplares de ellas.

V- La OCIC en la década de 1970-1980.

La década de 1970, en cuanto a dificultades y carencias materiales y financieras, no difiere mucho de la década de 1960. Tampoco había un avance entre las relaciones Estado e Iglesia Católica, había como un estancamiento, que creo duró bastante tiempo.

En el aspecto social podría decirse lo mismo, aunque es bueno señalar que OCIC Mundial nunca nos dio la espalda, siempre estaba presente a nuestras solicitudes y fueron pocas las veces que no asistimos a los Congresos a los cuales nos invitaban. Si dejamos de asistir a alguno fue por problemas en el otorgamiento del visado. Recuerdo bien que en 1978 se preparó en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, una jornada de estudio para conmemorar el 50 Aniversario de la Organización y a la misma asistieron Monseñor Luciano Metzinger, Obispo del Perú y América Penichet, quien radicaba en Lima y que por entonces era la Presidenta de OCIC para América Latina y el Caribe. Teníamos dificultades y grandes, pero no dejábamos de hacernos sentir de una forma u otra.

Con la década de 1980 y la llegada del video, al lograr tener las condiciones esenciales, reanudamos las sesiones del Cine Club, donde alguna que otra vez invitábamos a alguna personalidad artística, para darle más relieve al debate.

Lo primero de envergadura a lo que me enfrenté en aquellos años, fue con la situación del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Nuestra relación con ese organismo estaba más consolidada y conversaba con Julio García Espinosa en mi casa, con Alfredo Guevara en el ICAIC y les decía que creía era bueno para el Festival y para la OCIC, de que la iglesia estuviese presente en el Festival de La Habana con un jurado internacional. Mi argumento fundamental se basaba en que los organizadores del Festival tenían que abrir una ventana para América Latina, pues era un país socialista quien organizaba el festival, en un contexto internacional latinoamericano difícil. La presencia de un jurado de la iglesia en ese certamen haría que lo considerasen de otra forma, porque OCIC tenía, como SIGNIS ahora, un prestigio mundial. Esto, reitero, era conveniente tanto para el ICAIC como para OCIC, pues OCIC debía extender su presencia también a festivales de países socialistas, donde la iglesia debía de estar. El trabajo iba a ser difícil para ambos, pero si se empezaba iba a seguir, como ha sucedido hasta la actualidad, desde aquel año de 1984 cuando OCIC comenzó a entregar sus premios en el Festival de La Habana. En aquel primer año el jurador OCIC estuvo integrado por Ambros Eichenberger, Presidente Mundial de la OCIC; Monseñor Metzinger, de Perú y Vicepresidente; Miguel Pereira de Brasil; y el Padre Fernando de la Vega y yo, por OCIC Cuba.

Esta participación de OCIC Cuba en el Festival de La Habana fue un gran anhelo que felizmente se hizo realidad y de lo cual me siento muy orgullosa por haber sido parte de ese gran logro.

El año 1985 fue un año fuerte para mi. En primer término, porque después de más de 20 años dejaba la presidencia OCIC y la misma pasaba al laico Abelardo Meneses. También ese mismo año conozco personalmente al Comandante Fidel Castro.

Había una recepción en la Nunciatura y el entonces Nuncio, Monseñor Giulio Einaudi se me acerca y me pregunta como iban los trámites de la delegación de OCIC que participaría en un entrenamiento que se realizaría en México. Le respondo que el entrenamiento había ya comenzado y que México, como no tenía relaciones diplomáticas con el Vaticano, no nos había concedido las visas. Monseñor Giulio le hace el comentario al Comandante y el mismo Comandante solicita que de inmediato le llamen al Embajador de Cuba en México. No sé lo que hablaron, pero terminada la conversación se me acercó y me dijo que me presentara en el Consulado Mexicano que la situación ya estaba resuelta, porque Cuba tenía que estar presente en ese entrenamiento.

Partimos para México, Abelardo Meneses, yo y otros miembros de OCIC y llegamos cuando ya se estaban presentando las ponencias y trabajos finales de los asistentes al curso. No obstante logramos participar, aunque obviamente sin poder realizar ningún trabajo de fin de curso.

El día anterior en que regresaríamos a La Habana, el 19 de septiembre de 1985, ocurrió el desastroso terremoto de México. Fue una experiencia terrible, pero gracias a Dios no nos ocurrió nada, a pesar de que el edificio que estaba al lado del nuestro, se desplomó completamente. A través de la Nunciatura de Ciudad México, pudimos establecer comunicación con la Nunciatura de La Habana para que la misma comunicara a nuestros familiares que estábamos bien. Realmente fue una situación espantosa la que vivió el pueblo mexicano en aquellos días.

A los pocos días de nuestro regreso a La Habana, Walfredo Piñera me comunica que el Sr. Meneses había citado a una reunión. Le hago saber a Walfredo que a mi no me habían citado, pero que de todas formas iría.

Cual no sería mi sorpresa al conocer que el motivo de la reunión era hacer saber a la directiva que las reuniones que se hacían en mi casa para la clasificación moral y artística de las películas, no deberían de seguir realizándose en ese lugar, ya que se realizaban en un local abierto, cuyo lateral daba hacia la Presidencia del Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Como se sabe los CDR son una organización de masas a nivel de cuadra encargada de la vigilancia del orden social y político, así como de otras actividades sociales. Ese planteamiento me indignó fuertemente, pues ni yo, ni ninguno de los participantes, teníamos que escondernos del llamado Comité, porque en mi casa lo único que se hablaba era de cine y todo lo hacíamos a puertas abiertas.

De más está decir que me fui de la reunión y renuncié a todo lo que tuviese que ver con el cine. Mi amigo Walfredo insistió en que no lo hiciera, que regresa, pero no, me mantuve en mi posición, pues siempre he trabajado por una cuestión de fe, de respeto y no por cargos o posiciones. Estuve tan alejada de todo lo que era cine, que ni siquiera iba a las salas cinematográficas a ver ninguna película.

No era una cuestión de capricho o soberbia. Siempre he sido consecuente con mis actos. Cuando al inicio de la revolución y en el momento de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) el 28 de septiembre de 1960, me acerqué y brindé mi servicio para labores sociales y me lo negaron, pues me dijeron que como era dirigente católica no era confiable. Décadas después, cuando las ideas cambiaron y empezó haber una apertura, se me acercaron y me dijeron que ya podía ser miembro de los CDR y dije que no, que yo era la misma Gina de 1960, que no había cambiado, y que si entonces no era confiable, no tenían porque creer ahora que ya yo era confiable.

El entorno social de la iglesia era algo más flexible. Las incomprensiones, aunque no habían desaparecido, abrían camino al diálogo respetuoso, y el derrumbe del muro de Berlín, conjuntamente con la desaparición de la Unión Soviética, hacía más necesario ese diálogo y comenzar a tender puentes.

V- Presidenta Emérita.

Al comenzar la década de 1990 mi vida se centró en hacer crecer mi espíritu religioso, poner en manos del Señor mi vida y que él me la guiara, como había hecho siempre.

Con relación a OCIC, seguía alejada de la misma, aunque socialmente recibía visitas del Padre Fernando de la Vega, del incondicional amigo Walfredo Piñera y de amistades que había cultivado con mi relación en el ICAIC. Me sentía bien, no guardaba rencor, pues no soy una mujer de rencores y siempre tendía una mano a cualquiera que se acercara a mí pidiendo un consejo.

No recuerdo bien el año, pues ya mi mente no es la misma, cuando Abelardo Meneses en un viaje al exterior decide quedarse en España. Fue un suceso inesperado, pues incluso con él venía el Premio a entregar en el Festival de cine de La Habana, el cual finalmente llegó a través de un piloto de Cubana de Aviación.

En esos momentos, al quedarse OCIC Cuba sin Presidente, es que se nombra a Gustavo Andujar para que ocupase ese cargo, cargo que mantuvo hasta el mismísimo 2016, a pesar de ocupar por dos períodos la Vicepresidencia de SIGNIS a nivel mundial y un período como Presidente.

Al inicio de su presidencia me llama, para que yo vuelva a trabajar en OCIC y lo ayudara en distintas labores. Antes de aceptar lo consulté con el obispo, quien me dijo que por supuesto podía hacerlo, ya que para él y para todos yo seguía siendo de OCIC. Es entonces que me nombran Presidenta Emérita, un cargo de enorme reconocimiento, pero que conlleva en sí un gusto a retiro forzoso.

Fueron años de intenso trabajo. Se revitalizó el cine club y el Boletín OCIC, que llevaba algún tiempo publicándose, con noticias del quehacer nacional e internacional cinematográfico, convirtiéndose en 1998 en la Revista ECOS. Es precisamente ese año que se celebra el Congreso Mundial OCIC-UNDA, en Montreal Canadá, y Cuba logra asistir, pues por diversos problemas, principalmente por problemas internos de OCIC Cuba, no se pudo estar presente en el anterior congreso de 1994 celebrado en Praga. El Congreso fue organizado por OCIC Norteamérica y tuvo como sede la Universidad de Montreal. Nuestra delegación estuvo formada por Gustavo Andujar, el Padre Fernando de la Vega y yo.

Mi presencia en la delegación no era motivada porque fuera Presidenta Emérita, sino porque era una invitada de honor al Congreso, el cual iba a premiar a siete personalidades que habían realizado una labor excepcional en la historia de la organización y entre esas personas estaba yo. Se había seleccionado el marco del Congreso para este homenaje, porque se conmemoraba el 70 aniversario de la fundación de OCIC. La celebración de este importante acontecimiento fue presidida por Monseñor Joseph Foley, Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

Terminada la celebración de la fundación de OCIC, vino la ceremonia de homenaje, muy emotiva, y como muestra de reconocimiento se nos entregó un bellísimo trofeo donde aparecen los símbolos que históricamente habían identificado a la organización: una paloma y una cinta cinematográfica. Junto conmigo, fueron homenajeados, entre otros, Leo Bonneville y Ambros Eichenberger, quienes por motivo de salud no pudieron estar presentes. También recibieron el trofeo Monseñor Lucien Labelle y André Ruszkowski, quien fuera el Primer Secretario General de la Organización.

El participar en este Congreso, el último en el cual he participado, fue muy emocionante, pues además del reconocimiento y todas las deferencias que recibí por el homenaje, pude volver a encontrarme con personas que yo pensé no volvería a ver nunca más, incluso algunas de ellas que no veía desde el Congreso OCIC celebrado en La Habana en 1957. Imagínate, más de 40 años, fue una emoción y una experiencia tan bella, que todavía la tengo guardada en la memoria y a veces cuando cierro los ojos y paso una rápida mirada a mi vida, ese es uno de los recuerdos que siempre regresan a mi mente.

Como dato de interés te puedo contar que fue en este Congreso, durante la Asamblea de Delegados, que se decidió por mayoría de votos, la unión de la entonces Asociación Católica Internacional para la Radio y la Televisión, UNDA, con OCIC. Comenzaba así el embrión de lo que en 2002 sería SIGNIS.

Estos años finales de la década de 1990 para OCIC Cuba fueron muy productivos. Nuestra intervención en la preparación de la visita de su Santidad Juan Pablo II fue intensa, pues se elaboraron un par de videos muy buenos en saludo a tan importante acontecimiento para todos los cubanos, creyentes o no creyentes. La Revista ECOS, tenía una tirada de cuatro veces durante el año y nuestra participación en certámenes y festivales se extendió, no sólo a los realizados en La Habana, sino a otras provincias del país. No había un acontecimiento cinematográfico nacional en el cual OCIC Cuba no estuviese presente.

Para el 2002, se crea la asociada SIGNIS Cuba, y para ser sincera, nunca me acostumbré al cambio de nomenclatura, pues me parecía que con el cambio de nombre se perdía el referente histórico de una organización de más de 70 años e internacionalmente reconocida por su prestigio y rigor profesional. Siempre entendí que OCIC y UNDA se unieran bajo una sola asociación, pero reunir en una misma asociada a comunicadores de todas las especialidades, es como meter a todos en un gran saco y perder un poco el sentido de pertenencia de lo que fue OCIC. Y si me centro en lo que era OCIC Cuba y su historial, siempre al servicio de nuestra iglesia y de la promoción y orientación del mejor cine, me dolía mucho más. Bueno, son cosas propias de mi avanzada edad, pero los que seguimos atendiendo el cine para nuestra iglesia en Cuba, SIGNIS Cuba no ha dejado de realizar su labor, con sus dificultades y sus logros, pero tratando de estar siempre presente.

En este período es de destacar los esfuerzos que la Iglesia en Cuba, junto con SIGNIS, hizo durante el trienio preparatorio del jubileo para celebrar los 400 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre y la continua devoción, a pesar de todos los contratiempos, del pueblo cubano hacia su Patrona. También de una forma u otra SIGNIS estuvo presente en las visitas de Benedicto XVI y más recientemente del Papa Francisco.

Hoy día no miro hacia atrás con nostalgia, sino que miro hacia delante, en todo lo que se debe continuar haciendo y lo que no se hace y se debe hacer. Me preocupan los documentos que tengo, que son parte de la historia de OCIC, de diferentes eventos, congresos, reuniones, en que OCIC estuvo presente en mi persona. Traté de al menos entregarle a Gustavo Andujar, quien entre otros tantos cargos que tiene es director del Centro Cultural Padre Félix Varela, el trofeo que se me otorgó en el Congreso de Montreal de 1998, pero me dijo que no tenía lugar donde ponerlo. Si eso es con un trofeo, que puede colocarse arriba de un archivo o estante, mucho menos habrá un espacio para fotos y archivos personales.

Si algo realmente añoro, son las sesiones del cine club. Son muchas las dificultades o incomprensiones que he encontrado, para sacar adelante el cine club de SIGNIS. También me lastima el poco apoyo que recibe la Revista ECOS, nuestra revista demandada por varios sectores de la población, que de formato impreso ha pasado a formato digital en Internet y a una escasa distribución en disco, lo que la hace casi invisible, pues bien es sabido que el acceso a Internet de los cubanos es bien, pero bien costoso, además de que tampoco en cada hogar cubano hay una computadora para visualizar la revista en un disco. No obstante, si la revista se ha mantenido con vida, contra viento y marea es por tu esfuerzo personal, que no la dejas morir. Eso hay que reconocértelo.

Muchas veces me han hecho la misma pregunta que me acabas de hacer ¿Qué labor realizada es la que más satisfacciones me ha dado?, pues te diré lo que siempre contesto: todas. Porque en todas he puesto un pedazo de mí, por muy pequeña o sencilla que fuera la meta, porque ese fue el camino que el Señor escogió para mi vida y si el Señor escogió para mi servirle a la Iglesia a través del cine, tenía que dar todo lo que pudiera, sin esperar recibir nada. No obstante, recibí, y fue el mismo Señor quien se encargó de que yo recibiera, por medio de las personas tan maravillosas que me permitió conocer.

Gina Preval

Opiniones de personalidades de la Cultura Cubana y Eclesiástica sobre Gina Preval.

Monseñor Juan de Dios Hernández, Obispo Auxiliar de La Habana.

Toda una autoridad moral.

Gustavo Andujar, ex Presidente de SIGNIS.

Modelo de humildad y tenacidad, de espíritu de servicio y de actividad incansable, orgullo, muy a su pesar, de nuestra Organización y de nuestra Iglesia.

Lázaro Alderete Terry, Presidente de la Federación Nacional de Cinesclubes de Cuba.

El alma del cine club en Cuba.

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes

La última de las grandes del mundo de OCIC en Cuba.

Carlos León, realizador cinematográfico y miembro de SIGNIS Cuba

Irrepetible, única, fuera de serie. Espiritualidad y redención: La Strada

Por Jorge Villa

l amor, diría el Papa Francisco, no es una palabra abstracta, sino “es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos, que se verifican en el vivir E cotidiano”. El cine, desde sus inicios a explotado las historias de amor y puede ser portador de experiencias positivas cuando los relatos que observamos en las películas poseen valores positivos universales que nos expresan humanidad, comprensión y misericordia por el prójimo.

El cine es arte, pero tembién es un negocio, pero por esto último no se debe expresar que lo que se hace para la gran pantalla es generalmente banal, frívolo, de mal gusto o de violencia por la violencia y el sexo por el sexo. Hay películas, en toda la historia del cine, que sin ser religiosas, nos acercan al mensaje del evangelio, abriendo nuestros corazones al perdón, al amor, a la ayuda a los descartados. Lo anterior puede guiarnos a ver con atención las historias en las películas, a encontrar en ellas la espiritualidad de los realizadores y adentrarnos en la vida de los personajes que se nos presentan, identificarnos o no con ellos, tomando lo positivo y deshechando lo negativo.

Quizás una de las películas más conmovedoras y cristianas de la historia del cine, es La Strada, película italiana del realizador Federico Fellini, filmada en 1954 y ganadora de más de 50 premios internacionales, entre ellos el Oscar a la Mejor Película en idioma extranjero, el Premio de los Críticos de New York y el Gran Premio del Festival de Venecia. En nuestro país, OCIC Cuba, representado por el Centro Católico de Orientación Cinematográfica, le otorgó el premio a la mejor película exhibida en Cuba en 1956.

La strada es una de las verdaderas obras maestras del cine moderno. Es la película que le trajo aclamación internacional a Federico Fellini, quien anteriormente ya había dado señales de su gran talento en los filmes Lo sceicco blanco (El jeque blanco, 1952) y I Vitelloni (Los inútiles, 1953).

Tal como lo define su título, La Strada, es la historia de Zampanó (Anthony Quinn) y Gelsomina (Giuletta Masina), dos descartados unidos por la miseria, que se ganan la vida ofreciendo su “arte” en las calles de los distintos pueblos que visitan.

Gelsomina es vendida por su madre a Zampanó para reemplazar a su hermana, quien había muerto en uno de los recorridos. Pronto se convierte en su esclava. Aprende a tocar el tambor, a anunciar su acto con una trompeta y a complacer sus necesidades sexuales. Mientras Zampanó vive en un mundo para satisfacer sus apetitos físicos, Gelsomina es un alma sensible, que se comunica con el mar, las aves, las flores y que espera pacientemente ser amada un día por Zampanó. Su inmensa capacidad de amar, reflejado en su inocente rostro, será siempre la imagen de la ternura, de la sencillez, del desinterés, de la paciencia, en oposición al desprecio, la maldad, lo grotesco, los fuertes golpes de la vida. Es la caracterización del ser humano que cree, que no pierde la fe, que espera, siempre dispuesto a perdonar.

Pero La Strada es además una historia de redención. En uno de los finales más hermosos de la historia del cine, cuando Zampanó comprende lo que Gelsomina ha sido para él, el hombre que decía mejor estar solo, que lograba romper la cadena que se ataba en su pecho ante el público, el hombre rudo y violento, se dirige hacia la orilla del mar, donde Gelsomina se sentía más feliz, toca el agua y mira al cielo, buscando el perdón, preso del remordimiento y de la magnitud de su propia soledad.

El fuerte impacto que tuvo la película ante los críticos y el público, fue el resultado de la imaginación poética de Fellini, hombre católico, que basó su filme en sus creencias evangélicas y no en ningún ardid del cine comercial, apoyado además en la fabulosa fotografía de Otello Martelli, así como en la música de Nino Rota, que se convirtió en un clásico internacional, y por supuesto en las actuaciones. Anthony Quinn está extraordinario y le aportó una aclamación internacional que merecía desde varios años atrás. Giuletta Massina hace una fabulosa Gelsomina, cuya maravillosa expresión facial y convincente pantomima, hacen recordar a los grandes de este género como Charles Chaplin.

El paso de los años no ha afectado en un ápice al filme. Su frescura, su mensaje, su realización, siguen siendo tan contemporáneas como el día de su estreno. Los clásicos, los verdaderos clásicos, no envejecen nunca y tal como diría el realizador Martin Scorsese “no existen películas viejas, sino películas que no has visto”. Es notoria también por ser una de las películas preferidas por el Papa Francisco (Revista ECOS, número 1-4, 2014) y está considerada entre las 100 películas más significativas de la historia del cine.

Como ya se ha mencionado anteriormente, la película obtuvo críticas muy positivas, excepto por la crítica de izquierda, que acusó al filme de traicionar el neorealismo y contar una historia de espiritualidad. Alguna facciones gubernamentales de entonces, acusaron a la película de mostrar una visión sórdida e inmoral del italiano común.

La Iglesia Católica la clasificó como una parábola de caridad, amor, gracia y salvación. Las posibles “fake news”

Por F. Antonio Martínez

El día de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, el Papa Francisco realizó un llamado a los comunicadores a ir y ver, para dar fe de la verdad, fundamentado en lo que él considera los tres “mandamientos” que todo periodista debe considerar: amor a la verdad, vivir con profesionalismo y respetar la dignidad humana de la verdad (Revista ECOS, número 1-4 2016).

En su llamado, el Sumo Pontífice hizo alusión a su mensaje publicado el día antes de la celebración de la quincuagésima quinta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, evento anual de nuestra la iglesia católica, titulado “Ven y ve. Comunicar encontrando las personas donde y como están”. En dicho mensaje alertaba sobre la crisis del sector editorial, que hacía posible la publicación de una información fabricada en las oficinas de los redactores, sin que la misma tuviese un contacto directo con la realidad. A la vez agregaba como el riesgo aumentaba al respecto señalando: Frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin desgastar las suelas de los zapatos, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar con ojos propios ciertas situaciones. Esta posibilidad de escribir y expandir la información, indudablemente lleva el riesgo de promover una información distorcionada, dejando una fisura abierta a la fake new.

En otras ocasiones, además de esta alocusión, el Papa Francisco ha llamado la atención, sobre voces de prestigio que desde hace tiempo lamentan el riesgo de una homogenización en los llamdos periódicos fotocopia o de los noticieros de la radio y la televisión, sitios WEB y plataformas sociales, los cuales no se diferencian mucho uno del otro. Al respecto afirmaba que el periodismo realizado bajo esa visión hacía perder espacio y calidad a la investigación y que la publicación resultante, producto de una información construída en la sala de redacción, reflejaba cada vez menos la verdad, pues era incapaz de captar la misma, la cual se encuentra en la vida concreta de las personas que la viven.

Estas fisuras, que pueden dar lugar a las llamadas falsas noticias o fake news nunca serán la vía para resolver o “suavizar” los conflictos presentes en cualquier sociedad. El comunicador, cualquiera sea la plataforma en la cual se manifieste, debe usar un lenguaje verídico y constructivo, no destructivo y difamatorio. Ofrecer siempre una información veraz por el bien común, y alejarse de la tentación, que conlleva la pasión, sea cual sea la ideología que la fomente, de avivar una confrontación que despierte el rencor y la división. Como bien expresara su Santidad, el comunicador debe abogar siempre por la cultura del encuentro. NOMADLAND

Por Jorge Villa

esde el día de su estreno Nomadland era la favorita ganadora del Oscar y de hecho ocurrió así, como también fue premiada la directora Chloé Zhao por su

Dsensibilidad artística en su visión muy particular de un entorno social. Nomadland era la favorita ganadora del Oscar y de hecho ocurrió así, como también fue premiada su directora Chloé Zhao por su sensibilidad artística en su visión muy particular de un entorno social. No obstante, la película ha tenido sus defensores y retractores, pues no todos los espectadores se identifican con la misma.

Nomadland está basada en la novela de Jessica Bruder, una periodista que nos cuenta sus vivencias como nómada durante tres años después de los cierres de varias industrias y comercios que afectaron a la población norteamericana. La cinta protagonizada por Frances McDormand, quien interpreta a Fern, personaje a quien le llegan todas las desgracias, primeramente por perder a su esposo y posteriormente su empleo, y que decide vender casi todas sus cosas para vivir en su camioneta con los mínimos recursos. Su vida a partir de entonces estará asentada en la ayuda de otras personas, que en igual condición que ella, le logran aportar, y en los empleos ocasionales que logra conseguir en su andar por la vida.

Entre los puntos bajos de la película está la carencia de giros argumentales que levanten el interés del espectador en seguir la historia que se cuenta, que a veces puede llegar a ser aburrida. Sin embargo, la directora logra explotar el carisma de Frances McDormand, también premiada con un Oscar y quien también es productora, para entregarnos un retrato muy personal, con el cual no es difícil establecer una empatía, dado lo temas que expone: las pérdidas que se sufren a lo largo de la vida y las ilusiones a las cuales nos aferramos y que damos por seguro de que serán un hecho. Nomadland pretende ser una oda a la lucha que el ser humano enfrenta en la vida diaria, pero según los que conocen el libro, entre los cuales yo no me encuentro, afirman que la película pierde las mejores cualidades de la obra literaria, donde el lector aprendía tanto de la ingenuidad de los sin hogar. No obstante la película está bellamente filmada y expone con seriedad ética y moral la vida de los descartados, pero quizás está demasiadamente bella filmada, pues se siente una cierta condescendencia en la desgracia de estos seres humanos, a su fragilidad humana, a la falta de recursos financieros que les permita tener una vida digna.

EL PRÍNCIPE DE CHILE

Por Antonio Martínez

Después de su presentación en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana de 2019, la película El príncipe ha continuado cosechando éxitos en otras latitudes de América y Europa.

La película es la ópera prima de Sebastián Muñoz, quien coescribe el crudo e impactante guión con Luis Barrales, basado sobre la única novela de Mario Cruz, un autor poco conocido.

Tomando como base esencial de la historia las relaciones homosexuales de los prisioneros, éste no es más que un pretexto para mostrarnos las despiadadas condiciones de vida de los reclusos, obligados a vivir como animales enjaulados, donde lo mismo conviven en una misma celda un violento asesino que un infractor de tránsito, sin mediar la menor diferenciación delictiva. Partiendo de esa premisa se elabora un relato hábilmente hilvanado, intercalando flashbacks que muestran como estos reos llegaron a serlo, lo que nos permite conocer parcial y sicológicamente el mundo interior de los principales personajes, aunque quedamos con deseos de profundizar algo

más de los mismos.

Comencemos señalando que, por razones obvias, este filme nos trajo de manera automática a la mente la casi olvidada novela Hombres sin mujer, original del escritor cubano Carlos Montenegro, aunque nacido en Caramiñal, Galicia, el 27 de febrero de 1900, y fallecido en el Mercy Hospital de Miami el 5 de abril de 1981. Fue la primera obra de la literatura en lengua hispana en abordar, partiendo de reales vivencias penitenciarias, la degradación y violencia en las cárceles de hombres. En el filme que comentamos, ubicado en el Chile de la década de 1970 conocemos como Jaime, alias El Príncipe, encarnado por Juan Carlos Maldonado, cumple condena por el violento asesinato de su mejor amigo a causa de un homofóbico ataque de celos, y más adelante entabla, en la claustrofóbica celda, una demencial relación con un peligroso veterano recluso conocido como El Potro, protagonizado por Alfredo Castro, a quien recordamos por No, de Pablo Larraín en 2012. Debemos agregar que dicha relación surge por la necesidad de afecto y comprensión del joven asesino, la que va más allá del género; esto nos lo da a entender claramente el conocido vals chileno Ansiedad que escuchamos en más de una ocasión en momentos

precisos.

Pero poco después, la llegada de este otro veterano recluso, Che Pibe, llevado al filme por el argentino Gastón Pauls, a quien recordamos de Territorio Comanche (1996) y Nueve reinas (2002), entre otras películas, exacerbará las motivaciones y los álgidos momentos de violencia irán in crescendo hasta su lógico y fatídico desenlace.

La excelente fotografía de Enrique Stindt, junto con la impactante banda sonora, nos hace sentir como invisibles testigos presenciales de lo que ocurre dentro de la susodicha claustrofóbica celda y en otras locaciones, la cual nos parece más adecuada para alojar a las más peligrosas bestias que a seres humanos, por malvados que fuesen, en la infernal cárcel.

Varios críticos han catalogado la película de ser un thriller gay, algo que rechaza contundentemente su realizador. Para mi modesta opinión es un drama (o tragedia) sico-social. Recordemos que el filme fue galardonado en la 34 Semana Internacional de la Crítica, paralela a la Mostra de Venecia 2019. FÁTIMA

Por Gustavo Andújar

El 13 de mayo en Cova de Iría, bajó de los cielos la Virgen María. El tradicional canto mariano español resume así las apariciones de la Virgen a tres humildes pastorcitos en 1917, cerca del entonces pequeño poblado portugués de Fátima.

Fátima, la película de 2020, narra los acontecimientos a partir de una supuesta entrevista entre la ya anciana hermana carmelita Lucía Dos Santos, la mayor de aquellos niños videntes, y un profesor agnóstico que estudia los hechos. El agudo intercambio entre ambos aborda no pocos de los temas filosóficos y teológicos que plantean las apariciones.

La cinta pone aquellos sucesos en su debido contexto histórico, político y social: el Portugal de 1917. Era una joven república, con un gobierno liberal furiosamente anticatólico, y la población, empobrecida por la Primera Guerra Mundial, vivía angustiada por la vida de sus jóvenes soldados que habían marchado al frente.

A diferencia de tantas películas de tema histórico-religioso, cuyos personajes son poco más que parte del decorado, Fátima nos presenta seres humanos que lidian con las situaciones extraordinarias que les ha tocado vivir. La madre de Lucía, por momentos muy dura, es una buena mujer, atormentada por una trágica circunstancia familiar; el alcalde se debate entre las presiones políticas e ideológicas de sus superiores y los reclamos de su esposa creyente; mientras que el obispo teme por las represalias que puede sufrir la iglesia a causa de la reacción del gobierno ante las multitudinarias manifestaciones de fe popular. Contra todas las presiones, los niños insisten en la veracidad de las apariciones.

Rodada en su totalidad en locaciones portuguesas, Fátima cuenta con una excelente ambientación y una bellísima fotografía, que recrean sin artificiosidad las imágenes de época. Su enfoque sencillo y respetuoso, sin aparatosos efectos especiales, está muy a tono con los eventos que relata. El desempeño actoral es impecable, en especial, el de la joven actriz española Stephanie Gil, que interpreta a Lucía niña.

Es muy oportuno revivir el inspirador testimonio de fe y esperanza de aquellos inocentes videntes en estos tiempos de angustia. Humor en T.V: E.P.D.

Por Jorge Villa

No hay día nuestra vida cotidiana, en que los que acumulamos alguna cantidad de años, no nos remontemos al pasado, tanto en el sentido positivo como en el negativo, pues la vida tiene esa riqueza inefable de recordarnos tanto las cosas buenas como las malas.

De tal suerte, cuando vemos algo que pretende ser humorístico en nuestras pequeñas pantallas, casi como un resorte mental, nos vienen a la memoria programas del pasado, algunos ya olvidados y otros de los que los más jóvenes nos han oído hablar.

Si nuestra memoria se remontara hasta una fecha tan lejana como los años cincuenta, recordaríamos algunos muy exitosos como La taberna de Pedro, con Jesús Alvariño, Mamacusa y Pirolo, con Luis Echegoyén y Manolín Álvarez, padre; Leopoldo Fernández, Ánibal del Mar y Mimí Cal en La tremenda corte; la pareja de Garrido y Piñeiro, Pelusa, personaje creado por la inolvidable Violeta Vergara o Manela Bustamante e Idalberto Delgado en Cachucha y Ramón, actores y actrices que, como los espacios que protagonizaron, el tiempo los ha convertido en clásicos inolvidables.

Durante los años sesenta, algunos de ellos se mantuvieron por un tiempo y cuando circunstancias político-ideológicas hicieron que la mayoría de sus histriones optaran por buscar nuevos horizontes, comenzaron a surgir otros programas que, con buen gusto y con el buen hacer de algunos comediantes, sirvieron de continuidad para aquellos desaparecidos. De tal forma, nacen La comedia del domingo, en que fueron representadas una gran cantidad de piezas teatrales clásicas con autores nacionales y extranjeros, todas presididas sobre todo por el buen gusto. Aparecieron otros como Detrás de la fachada, Casos y cosas de casa, Si no fuera por mamá y el príncipe de esas entregas: San Nicolás del Peladero, además de ser el programa costumbrista por excelencia, con un elenco de estrellas encabezado por María de los Ángeles Santana y Enrique Santiesteban..

Eran programas esperados y con un altísimo ranking que los mantuvo durante más de veinte años en su mayoría. Y lograr eso, se llama Arte, así, con mayúsculas. Arte que se ha ido perdiendo poco a poco, sobre todo debido a la falta de imaginación, a las limitaciones temáticas y a elencos que no tienen nada que ver con el humor. De esas limitaciones, se comentó mucho de la ausencia sufrida por Enrique Arredondo (en la foto junto a Elena Bolaños), culpada en el cotilleo diario a una suspensión por una frase que se decía le dijo a uno de sus nietos en una emisión de Detrás de la fachada: “Si no te portas bien, te pongo los muñequitos rusos”. Leyenda o no, lo cierto es que en nuestro humor televisivo, una de las cuerdas flojas más difíciles de caminar son aquellas relacionadas con situaciones o chistes que algún funcionario entienda pueden alterar la visión social establecida.

Más reciente en el tiempo, tuvieron mejor suerte las entregas de Convivencias y Punto G. Este último, a pesar de algunos buenos momentos felices, no pudo escapar muchas veces de chistes pujados y de mal gusto. Peor suerte tuvo Cerquitica del Vedado, que era tan bufonesco y tonto como su personaje central y el otro de la clínica, que protagonizaban los tristemente desaparecidos Alina Rodríguez y Rolando Núñez. El público recibió nuevos aires, humor inteligente y agilidad en la puesta televisiva, con la aparición del humorístico Vivir del cuento. También se puso a la expectativa, porque entre carcajadas y sonrisas han aparecido comentarios mordaces, no apreciados anteriormente en esta etapa del humor televisivo. Indudablemente se les ha dado el espaldarazo, y aún así, han tenido sus tropiezos. Es el mejor de los humorísticos del presente, aunque ya las situaciones y personajes están gastados, son predecibles, no aportan nada novedoso y del humor inteligente y a veces satírico, han optado ahora por la farsa, rayando en la bufonada. Su momento pasó, así como pasó Deja que yo te cuente y algunos otros que tuvieron un momento de inspiración.

De lo último que ha aparecido, tenemos El atracón, que es en realidad un atracón de tontería superlativa e inclasificable porque humor, lo que se dice humor, está divorciado de él por diferencias irreconciliables. Todavía no he encontrado a nadie, por limitado mental que sea, que le haya gustado. Por la misma senda amarga y tortuosa estuvo El motor de arranque, intento fallido que no debió pasar de las primeras entregas, el cual sólo encontraba un momento de frescura en la presencia de Andrea Doimeadios. Lo demás no aportaba nada nuevo, ni en el guión, ni en la conducción, ni en las llamadas secciones. Nada de nada, a no ser más derroche de recursos.

En las entregas veraniegas han aparecido programas concebidos por Otto Ortiz y otros humoristas que no han corrido mejor suerte, no recibieron el respaldo del respetable y resultaron otros fracasos y decenas de miles de pesos perdidos en programas que no cubrieron las expectativas de “amarrar” al televidente frente a la pequeña pantalla.

Y finalmente, tenemos A otro con ese cuento, compuesto por algunos buenos chistes, algunos malos pujos, un desfile de mujeres hermosas, la interrogativa del por qué de personajes argentinos y un charro mejicano en plena Habana actual y el intento fallido de nuevas secciones, sobre todo extranjeras, para calzar la falta de un buen guión humorístico.

Tal como expresé en el título: el humor en televisión, ¡pobrecito, era tan bueno!, pero lo mejor que le podemos desear es una lágrima infinita y que Descanse en Paz.

Premio Nacional de radio y televisión

Por Giselle Aparicio

remio Nacional de Radio y Televisión por el conjunto de la Obra de la PVida fue entregado como parte de los festejos por el 70 aniversario de la Televisión Cubana. Es el más alto reconocimiento que se otorga desde 2002 para ambos medios.

Los premiados este año, por decisión del Consejo de Dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) fueron las actrices Coralita Veloz Fernández, Diana Rosa Suárez Menéndez y Obelia Blanco, los actores Enrique Molina Hernández y Héctor Echemendía Ruiz de Villa, Ana María Hernández Guerra, Jefa del Grupo de Transmisiones y de Producción de Videotape de la Televisión Cubana, con más de 68 años de vida laboral y la destacada Profesora Titular de la Universidad de La Habana María Dolores Ortiz Díaz, otrora panelista del importante programa cultural televisivo Escriba y lea.

Coralita Veloz, Diana Rosa Suárez y Obelia Blanco, son actrices de larga trayectoria en los medios que han actuado han actuado en múltiples seriales, novelas y teatros en TV, así como en diferentes emisiones de la programación radial. Obelia Blanco se ha destacado también como locutora radial, Diana Rosa como presentadora, declamadora y cantante y Coralita ha incursionado en la animación de programas musicales.

Los actores Enrique Molina y Héctor Echemedía, reconocidos actores de carácter, han dejado huella en los espectadores cubanos por diferentes caracterizaciones que han asumido. Recordemos el Silvestre Cañizo de Molina en Tierra Brava, o el cruel y despótico jefe de familia de Echemendía en Pasión y prejuicio, entre otras tantas caracterizaciones, en que ambos actores, les han dado vida.

Para todos nuestras más sinceras felicitaciones.

CARLOS LEÓN

Por Arístides O´Farril

A la edad de 67 años, un 6 de enero de 2020, falleció en La Habana, Carlos León. Poeta, escritor, trovador y realizador cinematográfico, fue fundador de la Nueva Trova, donde interactuó con figuras claves: Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Incola, Sara González…

En 1994 ingresó en el ICAIC como asistente de producción. En 1995, realizó su primer audiovisual, Salvador, un hombre de Hamel, sobre la obra del activista cultural Salvador González y su peculiar peña en el callejón de Hamel de Centro Habana, evento que además Carlos animó durante años. Miembro de OCIC-Cuba, actual SIGNIS Cuba, en 1997 dirigió el documental Habemus Papam, destinado a presentar en Cuba, mediante un audiovisual didáctico, al entonces pontífice de la iglesia católica, Juan Pablo II, en vísperas de su visita a Cuba. León le dio un vuelo artístico que sobrepasó con mucho el objetivo inicial del encargo. Junto a Hacedor de puentes, de la también finada Caridad Abascal, constituye el mejor trabajo documental realizado desde la iglesia católica cubana, seleccionados ambos para participar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y ganadores de premios nacionales en reconocidos festivales locales. Amigo de Noel Nicola, en 2003 dirigió Así como soy, un documental que también supera con mucho la intención inicial y es el mayor éxito en su carrera profesional. Este documental fue seleccionado para competir en la sección oficial del festival habanero y considerado entre lo más significativos de los estrenos en el país por la Asociación Nacional de la Prensa Cinematográfica cubana. Continuó creando desde entonces, ya fuera desde el documental, la escritura o la animación cultural. Su última obra conocida fue el libro de investigación Trovar el cine, presentada en la más reciente edición del festival de La Habana. A la muerte de Nicola le dedicó un documental póstumo titulado Nos queda su canción. Deja Carlos, además para siempre, a conocidos y amigos, su alegría y su cáustico sentido del humor. Una sensible pérdida para la cultura cubana y para SIGNIS Cuba.

Adiós a una Rosa

Por Javier Jorge

Nos ha dejado Rosita Fornés, la versátil actriz cubana, nuestra indiscutible vedette. Con una extensa carrera en el teatro, cine, radio y televisión, no sólo fue un icono de la cultura cubana, sino también una leyenda en México, país que la acogió como uno de sus grandes hitos y donde vio nacer a su hija.

Nacida de padres españoles radicados en Cuba, Guadalupe "Lupe" Bonavia Fornoza y Santiago Palet, emprenden un viaje a Estados Unidos con la Señora Guadalupe embarazada de tres meses. Llegan a suelo norteamericano el 1ro. de agosto de 1922 y el 11 de febrero de 1923 en el Woman's Hospital, ubicado en el 110th Street y Amsterdam Avenue, de New York, veía la luz una niña llamada Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia.

Terminando el año 1925, Guadalupe regresa a Cuba con su hija, quedando su esposo en New York, La separación trajo consigo el divorcio y contrae matrimonio con José Fornés Dolz, también español, de Valencia, quien asume la crianza de la pequeña niña. Luego vendrían dos hijos, José Enrique, nacido en Madrid y Leopoldo, nacido en La Habana.

La niña Rosalía mostraba inquietud hacia el arte y todos sus juegos infantiles giraban alrededor del mismo. Le gustaba bailar, recitar, cantar, o bien sola ante cualquier espejo o en compañía de sus amistades. Cuando en 1933 la familia emigra a España, Rosita aprende a cantar coplas y cuplés, que estaban de moda en aquel momento. Permanecen en Madrid y posteriormente en Valencia hasta que estalla la Guerra Civil en 1936. Regresan a Cuba en barco y ese sería el escenario donde Rosita realizaría su primera presentación en público a los 13 años, cantando el tango Silencio en la noche de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, acompañada al piano por otra pasajera cubana, una concertista oriunda de Santiago de Cuba.

En Cuba existía un programa de aficionados, dirigido por José Antonio Alonso, llamado La Corte Suprema del Arte, que salía al aire por la radioemisora CMQ-Radio y que había tenido su comenzó el 1 de diciembre de 1937. Desde el primer momento se hizo muy popular y de allí surgieron muchísimos valores artísticos que con el tiempo llegarían a convertirse en verdaderas leyendas de la cultura cubana. Rosita ansiaba enormemente actuar en ese programa e insistió tanto que finalmente sus padres le otorgaron el permiso para que participara.

Confiada, pero muy nerviosa, pues el programa tenía la característica de tocar una campana para eliminar el concursante, se presentó el 12 de septiembre de 1938 cantando la milonga La hija de Juan Simón, acompañada por la guitarra de Manolo Tirado, un andaluz radicado en Cuba.

Gana el concurso y adopta el nombre artístico de Rosa Fornés, a quien el público bautizaría como Rosita. Comienza entonces una ardua preparación, recibiendo clases de canto con el tenor Mariano Meléndez y con los maestros Lalo Elósegui, Dominicis y Dalmau, de música con el profesor Juan Antonio Cámara, de danza con Margarita Lecuona y de actuación con la actriz Enriqueta Sierra.

Continuó participando como aficionada, junto a otras estrellitas nacientes, en programas de radio y en giras nacionales dirigidas por Germán Pinelli. Participa además en el coro de la puesta en escena de Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, en el Teatro Nacional, hoy Gran Teatro Alicia Alonso, donde también bailó en la contradanza. El Gran Teatro Alicia Alonso sería el primer escenario que pisaría.

Su primera presentación profesional fue de la mano del empresario Heliodoro García, quien la presentó en el Teatro Nacional y posteriormente en el cabaret Sans Souci, la cual sería su primera actuación en ese medio artístico y lo hizo durante seis meses.

Su debut cinematográfico lo hace en 1939 en el filme de Ramón Peón Una aventura peligrosa, cantando por primera vez una canción cubana ("Intrusa", de Ramiro Bonachea) para esta película. En 1940 debuta en el género lírico a través de la revista radial Las musas latinas del español Manuel Penella Moreno, con la zarzuela Los gavilanes. En ese programa la descubriría el comediante y tenor español Antonio Palacios.

Su presentación grande en la escena cubana ocurre el 28 de junio de 1941 en el Teatro Principal de la Comedia a los 18 años de edad, bajo la dirección de Antonio Palacios, a quien ella siempre calificó como su padre artístico, con la opereta El asombro de Damasco, en el rol de Zobeida. Durate esa temporada teatral conoce al gran maestro Ernesto Lecuona quien le propone trabajar en su compañía lírica. Con el maestro Lecuona, en calidad de tiple cómica interviene en el estreno en Cuba el 9 de octubre de 1941 en La del manojo de rosas el 9 de octubre de 1941 y en la reposición de Los gavilanes, junto artistas ya consagrados del género como los españoles Eugenia Zúffoli y Antonio Palacios, Miguel de Grande y Luisa María Morales. Actuó también bajo la dirección de Lecuona en La viejecita, de Manuel Fernández Caballero y El rey que rabió, de Ruperto Chapí. También junto a Lecuona, debutó en el rol de Isabel Ilincheta de la zarzuela Cecilia Valdés, en el Teatro Auditórium (hoy Teatro Amadeo Roldán). Con Lecuona también hizo un show con su música en el desaparecido Casino Nacional, donde interpretó por vez primera Siboney y Siempre en mi corazón.

Muy pronto se convirtió en una figura establecida del llamado género chico y en fecha tan temprana, el 15 de enero de 1942, estrena en Cuba la zarzuela Luisa Fernanda en el personaje protagónico de la duquesa Carolina en el Teatro Principal de la Comedia. Comparte honores con Zoraida Marrero, como Luisa Fernanda, Miguel de Grandy, Antonio Palacios, Rolando Ochoa y Francisco Obregón. A esta zarzuela le siguieron La verbena de la Paloma, La viuda alegre, La duquesa del Bal-Tabarin, La casta Susana, La princesa del dollar, Doña Francisquita, La princesa de las Czardas, Lola Cruz, de Ernesto Lecuona, el sainete lírico María de los Ángeles, también de Lecuona, Las Leandras y muchas otras presentaciones en sainetes y espectáculos líricos. Actuaba tanto en el Teatro Principal de la Comedia, como en el desaparecido Teatro Campoamor o el Teatro Martí, formando parte de disferentes compañías.

Su labor teatral lírica no le impidió su desarrollo en otros medios y en 1941 rueda su segunda película, Romance musical, a la vez que continúa sus presentaciones radiales. No conforme solamente con su vertiente lírica, en noviembre de 1942 debuta como actriz dramática en el Teatro Nacional en la obra Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, donde le da vida al personaje Doña Inés de José Zorrilla, junto al gran actor cubano Otto Sirgo. Posteriormente Miguel de Grandy la dirige en el Teatro Campoamor en La novela de un joven pobre y La dama de las camelias, ésta última también al lado de Otto Sirgo, y en el Teatro Principal de la Comedia en Casa de muñecas junto a Carlos Badias. Otros éxitos de aquella década fueron La papirusa, Dios se lo pague, Nuestra Natacha, Doña Diabla, La danzarina roja, y Dueña y señora, y muchas otras obras. Su vertiente cómica se hace evidente al incorporarse al elenco de Mario Martínez Casado en el Teatro Principal y participar en las obras Topacio, Morena Clara, (Quintero), Mis tres mujeres, junto a Enrique Santiesteban, Yo le cedo a mi mujer, La chica del gato, Las don Juanes, Amo a una actriz, entre otras. También interviene en las comedias musicales cubanas, Vivimos hoy y Hotel Tropical en el Teatro Auditórium. En 1945 con 22 años viaja a México e interviene en su primera película en ese país, El deseo, de Chano Urueta, una adaptación de la novela homónima del escritor alemán Hermann Sudermann. Después de una breve estancia en Cuba, regresa nuevamente a México contratada por el empresario argentino Roberto Ratti para debutar en el Teatro Arbeu de Ciudad de México, como primera vedette de la Compañía de Revistas Modernas, junto con otros artistas cubanos, argentinos y mexicanos en la revista musical Ritmos y canciones de América. El 15 de septiembre de 1946 inauguraó el Teatro Tívoli, con la representación de la revista Chofer al Tívoli y la Asociación de Periodistas Mexicanos la proclama Primera Vedette de México, reconocimiento que obtendría durante el período de 1946 y 1950. Para 1951 y 1952 es declarada la Mejor Vedette de América. Su carrera cinematográfica se extiende en ese país y filma cinco películas: Se acabaron las mujeres (1946), La carne manda (1947), Cara sucia (1948), Mujeres de teatro (1951) y Del can can al mambo (1951), ésta última su mayor éxito.

1947 fue un año significativo en su vida. Viaja a los Estados Unidos y actúa en el teatro Madison de Los Angeles y se presenta también Texas, San Diego, San Antonio y Los Angeles. Ese año se casa con el actor mexicano Manuel Medel, y de ese matrimonio nacería el 10 de marzo de 1949, su única hija, la también actriz Rosa María Medel.

En 1950 viaja a Venezuela y debuta en el Teatro Nacional de Caracas junto al tenor Luis Sagi Vela. Ese mismo año viaja otra vez a Estados Unidos, donde actúa en el Teatro Latino de New York. De regreso a México, funda con Medel la Compañía de Teatro lírico Medel-Fornés, recorriendo todo el país, con disímiles obras como El soldado de chocolate, Los gavilanes, La revoltosa, Doña Francisquita, Luisa Fernanda, La viuda alegre, La marcha de Cádiz, El encanto de un vals, La gatita blanca, La verbena de la Paloma, entre otras. Era tanto el éxito, que se contrata a la soprano española Pepita Embill para que alterne con ella y a su esposo, el barítono Plácido Domingo Ferrer, progenitores del afamado tenor Plácido Domingo.

Después de una separación matrimonial tormentosa, regresa con su hija definitivamente a Cuba en febrero de 1952. Enseguida la contrtan para participar en la naciente televisión cubana y realiza su debut televisivo en el espacio Gran Teatro Esso de CMQ-TV con la opereta La casta Susana, bajo la dirección musical del maestro Gonzalo Roíg y compartiendo honores con colegas bien conocidos y apreciados por ella, como Antonio Palacios, Miguel de Grandy, Maruja González y los Martínez Casado. Allí conoce a Armando Bianchi, con quien a partir de este momento uniría su carrera y poco más tarde su vida, hasta el 28 de julio de 1981, en que Bianchi fallece ahogado en el mar. Junto a Armando Bianchi recibió el título de Miss y Mister Televisión 1953.

En esta etapa creó su propia compañía de operetas, debutando en el Teatro Martí con Pardon Madame, Victoria y su húsar, junto a Armando Bianchi, Conchita Brando, Miguel Bodegas, Miguel de Grandy (padre e hijo) y Zoraida Beato, , con dirección musical de los maestros Gonzalo Roíg y Rodrigo Prats. Se reponen Las Leandras, con Rolando Ochoa, Los gavilanes, La verbena de la Paloma, La Revoltosa, Luisa Fernanda, La duquesa del Bal-Tabarin, zarzuelas y operetas que realizaron para ella nuevamente Antonio Palacios y Miguel de Grande. Intervino también en cuatro coproducciones con los estudios fílmicos mexicanos: Piel canela (1953), donde coincidió con Sarita Montiel; Tin Tan en La Habana o El mariachi desconocido (1953); Hotel Tropical o Me gustan todas (1954) y No me olvides nunca (1956). También estrenó en el cabaret Tropicana, un show inspirado en operetas, con el título de Las Viudas Alegres y realiza temporadas de vaudevil junto a Mario Martínez Casado. Por esa época viaja nuevamente a Estados Unidos y Venezuela, viajando además a Honduras para inaugurar Radio Tegucigalpa.

Indudablemente su medio artístico por excelencia fue la televisión, tanto en espacios fijos, como esporádicas presentaciones. Video-Revista La Corona, La canción cuenta su historia y Mi esposo favorito, este último dirigido por Joaquín M. Condall y junto Armando Biancho. El programa estaba inspirado en el espacio televisivo estadounidense I Love Lucy, con el cubano Desi Arnaz y Lucille Ball y fue uno de los grandes éxitos de la pareja Rosita y Armando, que se mantuvo por varios años saliendo por la pequeña pantalla. Por esta época, recibió consecutivamente por varios años, el Premio a la mejor vedette del año, otorgado por Asociación de la Crítica Radial e Impresa, el Gran Premio Avellaneda en la categoría Artista Versátil y el Trofeo de la discográfica PANART.

En septiembre de 1957 viaja con Bianchi a España y se presentan en el Teatro Cómico de Barcelona con la revista Linda Misterio. En la capital obtienen gran éxito en el Teatro Madrid con la comedia musical Los siete pecados capitales, donde interpretó a siete personajes distintos. En el Teatro Calderón harían Pan, amor y la Gran Vida y después en el Teatro Alcázar de la calle de Alcalá estrenaría Tócame Roque. Terminaría su estancia española en el Teatro Calderón con la revista Siete novias para mi solo, regresando a Cuba en febrero de 1959 a pesar de tener un contrato por cinco años y una gran popularidad alcanzada en alrededor de dos años de presentaciones.

Ya en Cuba, viaja en 1960 a México para presentarse en televisión en el “Show de Arau” y a Puerto Rico para filmar una coproducción con España, Palmer ha muerto. Entre los años 1961 y 1962 haría temporada lírica en los teatros Payret y en el entonces Teatro García Lorca con La viuda alegre, La verbena de la Paloma y La Revoltosa, dirigida nuevamente por Antonio Palacios y Miguel de Grande. Fundadora en septiembre de 1962 del grupo Teatro Lírico Nacional, se presenta en el Teatro García Lorca en el debut del Teatro Lírico con la zarzuela Luisa Fernanda el 17 de mayo de 1963. Con el Lírico se repondría La viuda alegre (1963) y (1967); La princesa de las Czardas (1964); María La O (1964), (1978) y (1999); La verbena de la Paloma y La Revoltosa (1965); El conde de Luxemburgo (1966) y finalmente Cecilia Valdés(1998).

En la televisión cubana posterior a 1959, a pesar de varias incomprensiones del entonces joven Instituto Cubano de Radiodifusión dirigido por Serguera, Rosita logró consolidar su carrera en la nueva televisión. Es la indiscutible estrella de programas semanales durante décadas; Lunes de la Shell, Cabaret Regalías, Jueves de Partagás, Desfile de éxitos, Desfile de la alegría, Su noche favorita, De repente en TV, En órbita con la alegría y Cita con Rosita. Pero además se presentaría esporádicamente en espacios como: San Nicolás del Peladero, Recital, Juntos a las 9, La Revista del Domingo, Saludos Amigos, En compañía de …, Mañana es Domingo, Café, Bienvenida la música, Contacto, La noche se mueve, Para no salir de casa, entre muchos otros. En la primera mitad de la década de 1960 presentaría en el espacio Viernes de Gala, muchas de las zarzuelas y operetas que hiciera para el teatro.

Actuaría innumerables ocasiones en La comedia del domingo, en obras como Morena clara y La cigüeña dijo sí. Para el espacio Teatro ICR, demuestra su calidad de primera actriz en las obras El dulce pájaro de la juventud, El hombre en la piel de víbora, Lucy Crown, La loba, Delito en la isla de las cabras, Mesas separadas, Los delfines, El álbum, Filomena Marturano, Deseo bajo los olmos y en plena madurez Nenúfares en el techo del mundo y Sofía y el ángel. Trabajó para dos telenovelas, Las honradas (1993) y Violetas de agua (2001).

En cabarets haría temporadas en el Capri con Consuma productos cubanos (1959), bajo la dirección de Albero Alonso y Lunes de la Fornés (1964); en el Continental del Hotel Internacional haría La Fornés en Varadero (1965) y Tropicana, 1984, en México. Durante estos años se realizan dos LP y otras grabaciones de diversos géneros para programas televisivos.

En 1966 encabezó la producción musical “Variedades de La Habana”, que se presentó en la URSS, Hungría, Bulgaria y Rumania. Participa en el Festival Internacional de la Canción de Varadero en 1967, 1970 y 1981. En junio de 1968 realiza en el Teatro Amadeo Roldán el primero de sus recitales, presentación que repetirá en otras cuatro ocasiones, siendo el último en 1977, meses antes de incendiarse el teatro. En agosto de 1968, asiste como invitada al Festival de Sopot, en Polonia y en 1972 representó a Cuba en la gira musical Melodías de los Países Amigos, que recorrió durante tres meses los países de la Europa oriental. Ese mismo año, participa como promotora del disco cubano en el Festival Orfeo de Oro de Bulgaria.

Para 1976, después de 16 años de ausencia, regresa a México y triunfa nuevamente en ese país. Se presenta en el Canal 13 de la televisión mexicana para estelarizar un musical especial. Protagoniza además Las cartas boca abajo, de Buero Vallejo e interviene en el programa Sábados con Saldaña. Se presenta con gran éxito de público y de crítica en el Teatro Blanquita, donde realiza una temporada. De regreso a Cuba viaja a Mongolia y nuevamente a la URSS, regresando a México en 1984 para ser la estrella principal de un show de Tropicana, que se presentó en el salón Los Candiles del Hotel del Prado, realizando una gira por algunos estados del país. Esta temporada en tierra azteca terminaron con una aparición estelar en el Auditorio Nacional del Distrito Federal.

Regresa a México en 1987, para participar en una actuación especial junto a Roberto Cañedo y Nipón Sevilla en la película Hoy como ayer, actuando nuevamente para la televisión. En ese país, pero en 1990 se presenta con el unipersonal Reencuentro con México (Ser Artista), en el Teatro de la Ciudad y en 1993 realiza la obra de José Milián Para matar a Carmen. En el año 2000 viaja a Veracruz y actúa en el primer Festival de música dedicado a Agustín Lara.

Su trabajo como actriz teatral, tanto en dramas, como en comedias, no fue muy extenso, pero si importante, interpretando disímiles obras, como: Hoy engañé a mi marido (Sala Arcoíris, 1960); La Permuta (Teatro Mella, 1980); Canción de Rachel (Teatro Mella, 1982); Confesiones en el Barrio chino (Sala Covarrubias del Teatro Nacional, 1984 y en 1987); Para matar a Carmen (México, 1993) y Nenúnfares en el techo del mundo (Sala Covarrubias del Teatro Nacional, 1997). También intervino en las comedias musicales: Hello Dolly (Teatro Karl Marx, 1985) y Vivir en Santa Fe (Teatro Nacional, 1986).

En 1996 fue invitada por el Teatro Repertorio Español a New York, donde haría varias presentaciones. En 1999 se presenta en Miami con el espectáculo Concierto del recuerdo en el Club Starfish de Miami Beach. Para 2003 regresa a Miami y actúa en el ASHE Auditorium-Hotel Hyatt con Una Rosa para las Divas..

Sus últimas participaciones líricas las realiza en 1998 y 1999 con las zarzuelas cubanas Cecilia Valdés en el rol de Doña Rosa Sandoval de Gamboa y Maria La O como la Marquesa del Palmar, respectivamente. Maria La O fue llevada a España, y se presentó en el Teatro Campoamor de Oviedo, Asturias. Posteriormente actúa en La Coruña, León y Segovia.

Sus espectáculos teatrales que tuvieron lugar a partir de la década de 1970, han dejado una huella imborrable en sus seguidores: La Fornés Tridimensiona” (Teatro Karl Marx, 1977/78); La Fornés en el Musical (Teatro Musical de La Habana, 1979); Rosita en concierto (Teatro Karl Marx, 1981); Retrato en vivo (Teatro Mella, 1982); Gala Guzmán (Teatro Karl Marx, 1982/2003); De que gusta; gusta … (Teatro Mella, 1984); Ser Artista (Teatro Nacional 1987/1990); Gala 50 Años Vida Artística (Gran Teatro de La Habana, 1988); Toda una vedette (Teatro Mella, 1988/1989); La Fornés a escena (Teatro Terry / Nacional, 1989, siendo su despedida oficial del género lírico; Vedettísima (Gira x Cuba, 1989-1990 / Teatro Karl Marx, 1991 / Teatro América, 1992); Como siempre … La Fornés (Teatro Mella / Teatro América, 1995); La Fornés en vivo (Anfiteatro de La Habana, 1997); La Fornés en blanco y negro (Anfiteatro de La Habana, 2001); Una Rosa para todos (Gira Nacional x Cuba / Gran Teatro de La Habana, 2003), donde a sus 80 años recorre Cuba, visitando 18 ciudades; Rosita Fornés, entre amigos (Sala Hubert de Blanck, 2005); Una Rosa con glamour (Gran Teatro de La Habana, 2006); Tres tiempos de mujer (Gran Teatro de La Habana, 2006) y Rosa del tiempo (Gira 2007).

El cine cubano realizado después de 1959 la ignoró durante más de veinte años. ¿Razones? Podrían ser muchas o ninguna, quizás desde el ángulo que las veamos, lo cierto es que viene hacer llamada en 1983 para filmar bajo las órdenes de Juan Carlos Tabío Se permuta, basada en su éxito teatral La permuta, dando una bofetada sin mano a todos aquellos que dudaron de llevarla a la pantalla grande u olvidaron su talento. La película fue un exitazo y todavía hoy día sigue siendo un éxito de público cada vez que se repone. Posteriormente haría Plácido (1986), Papeles Secundarios (1989), quizás la película cubana más importante de la década de los 80 del pasado siglo, Quiéreme y verás (1994), Las noches de Constantinopla (2001), Al atardecer (2001) y Mejilla con mejilla (2011), esta última estrenada en la televisión cubana.

En 1995 recibió la Orden Félix Varela, siendo premiada también en Cuba con el Premio del Gran Teatro de La Habana (1988) y los Premios Nacionales de Teatro (2001), Televisión (2003) y Música (2005). México le entrega en 1984 La Charola de plata otorgada por la Delegación Benito Juárez y el Distrito Federal como "artista del pueblo". En febrero de 2011, Don Juan Carlos I, rey de España le concede la Orden del Mérito Civil, la cual le fue impuesta por Ramón Cacho, embajador del país ibérico en Cuba.

Rosita Fornés, fallece el 10 de junio de 2020 a los noventa y siete años en Miami a causa de un enfisema pulmonar. Sus restos, cumpliendo su voluntad, fueron trasladados a Cuba y fue enterrada en el panteón de la familia en el cementerio Colón de La Habana.

Filmografia

1939 Una aventura peligrosa Dirección: Ramón Peón. País: Cuba 1941 Romance musical Dirección: Ernesto Caparrós. País: Cuba 1945 El deseo Dirección: Chano Urueta. País: México 1946 Se acabaron las mujeres Dirección: Ramón Peón. País: México 1947 La carne manda Dirección: Chano Urueta. País: México 1948 Cara sucia Dirección: Carlos Orellana. País: México 1951 Mujeres de teatro Dirección: René Cardona. País: México 1951 Del can-can al mambo Dirección: Chano Urueta. País: México 1953 Piel Canela Dirección: Juan J. Ortega. País: México-Cuba 1953 El mariachi desconocido / Tin Tan en La Habana/ Dirección: Gilberto Martínez Solares. País: México-Cuba 1954 Me Gustan Todas / Hotel Tropical/ Dirección: Juan J. Ortega. País: México- Cuba 1956 No me olvides nunca Dirección: Juan J. Ortega. País: México-Cuba 1960 Palmer ha muerto Dirección: Juan Fortuny Pais: Puerto Rico-España 1984 Se permuta Dirección: Juan Carlos Tabío. País: Cuba 1986 Plácido Dirección: Sergio Giral. País: Cuba 1987 Hoy como ayer / El bárbaro del ritmo/ Dirección: Constante Diego y Sergio Véjar. País: Cuba-México 1989 Papeles Secundarios Dirección: Orlando Rojas. País: Cuba-España 1994 Quiéreme y verás Dirección: Daniel Díaz Torres. País: Cuba 2001 Las noches de Constantinopla Dirección: Orlando Rojas. País: Cuba- España 2001 Al atardecer Dirección: Tomás Piard. País: Cuba 2010 Tin Tan, un documental de Francesco Taboada Tabone. País: México 2011 Mejilla con mejilla Dirección: Delso Aquino. País: Cuba HASTA SIEMPRE JUAN PADRÓN Por Julio César Perea

Si de la historia del dibujo animado en Cuba se va hablar, es indispensable, es obligada referencia, el nombre de Juan Padrón. Nacido en Matanzas un 29 de enero de 1947, se hizo de un nombre en el mundo del cine animado nacional e internacional por sus guiones y dirección cinematográfica, pero fue además un reconocido caricaturista, ilustrador e historietista. Graduado de Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana, sus primeros trabajos de dibujo aparecieron en la revista Mella y más adelante en El Sable, suplemento de la publicación Juventud Rebelde. La revista Pionero es la que da a conocer por primera vez a Elpidio Valdés y con la aparición de este querido personaje, haría historia para siempre en el dibujo animado en Cuba. En 1974, inicia sus labores como director de dibujos animados en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico (ICAIC), en donde llevó sus personajes al cine. Realiza su primer largometraje en 1979, Elpidio Valdés y el segundo, Vampiros en La Habana, en 1985. Además de las películas de Elpidio Valdés, también es creador de la serie de dibujos animados Filminuto, que apareció por primera vez en 1980. A partir de 1986, trabajó en colaboración con Joaquín Lavado (Quino), el genial ilustrador argentino y “padre” de la popular y ocurrente Mafalda, en la creación de otra serie que denominaron Quinoscopio. Esta serie está considerada como unos de los clásicos de la animación contemporánea.

Juan Padrón obtuvo, entre otros, el Premio Nacional de Humor (2004) y el Premio Nacional de Cine (2008). Era asesor de los Estudios de Animación del ICAIC e impartió conferencias y cursos sobre animación en ciudades de Europa y talleres sobre guión gráfico en varios países de Latinoamérica.

Juan Manuel Padrón Blanco falleció por complicaciones respiratorias en La Habana, el 20 de marzo de 2020.

Entre sus obras más significativas como realizador cinematográfico se encuentran:

• 1974 Una aventura de Elpidio Valdés

• 1976 Elpidio Valdés contra la policía de Nueva York

• 1977 Elpidio Valdés encuentra a Palmiche

• 1979 Elpidio Valdés

• 1980- 1981, 1985 Seire Filminuto

• 1983 Elpidio Valdés contra dólar y cañón

• 1985 Vampiros en La Habana

• 1986-1988 Serie Quinoscopio

• 1988 Elpidio Valdés ataca a Jutía Dulce

• 1989 Elpidio Valdés y Palmiche contra los lanceros

• 1994 Mafalda

• 1999 Contra el águila y el león

• 2002 Conociendo a Martí: Memorias del Hanábana

• 2003 Más vampiros en La Habana

• 2012 7 días en La Habana (como director de animación)

• 2015 Elpidio Valdés ordena Misión Especial LA DULCE OLIVIA

Por Julio César Perea

iempre he sustentado la idea de que una persona cualquiera, al abandonar este mundo, debe haber dejado algo por detrás que perpetúe su paso por la vida. S Algo útil, por supuesto. Olivia Mary de Havilland, falleció a los 104 años de edad el 25 de julio de 2020 en París y dejó una vasta carrera artística para la eternidad. Siempre que haya amantes y estudiosos del cine, estarán obligados a volver sus ojos más de una vez hacia esta actriz nacida un 1ro. de julio de 1916 en Tokio, Japón, de padres ingleses y naturalizada norteamericana.

Nadie podrá nunca ignorar a esta actriz que fue capaz de involucrarse con comedias magistrales como A midsummer night´s dream (El sueño de una noche de verano, Max Reinhardt,1935) o The male animal (La debilidad del hombre, Elliot Nuggent,1942); con historias donde podía resultar un personaje ambiguo como Dark mirror (Tras el espejo, Robert Siodmak,1946) o My cousing Rachel (Mi prima Raquel, Henry Koster,1952); en aventuras como Captain Blood (El capitán Blood, Michael Curtiz, 1935), Anthony Adverse (Adversidad, Mervyn LeRoy” (/1936) o The adventures of Robin Hood (Las aventuras de Robin Hood, Michael Curtiz,1938); en oestes como Dodge City (Esclavos del oro, Michael Curtiz,1939) o The proud rebel (El rebelde orgulloso, Michael Curtiz, 1957); en melodramas románticos como Hold back the dawn (Si no amaneciera, Mitchel Leisen,1941) o A light in the Piazza (Una luz en la plaza, Guy Green,1962); capaz de aparecer como un derrelicto físico y mentalmente enferma en The snake pit (Nido de víboras, Anatole Litvak,1948) y al año siguiente la vimos evolucionar de una muchacha fea e ingenua a una mujer dura y terrible en The Heiress (La heredera, William Wyler,1949) que le valió su segundo Oscar.

La vimos enfrentada en cuatro ocasiones con su amiga, la temible Bette Davis, en otros tantos filmes importantes y con Errol Flynn, quien fue su más recordada pareja en el cine en ocho ocasiones, en clásicos la más de las veces. En fin, dejó una huella imborrable en la historia del cine, pero… aún cuando desapareciera toda esta obra monumental antes citada, cuando toda ella resultara destruida, la inolvidable Melania Hamilton de Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó, Victor Fleming, 1939) la inmortalizaría para siempre como una de las más grandes actrices que haya pasado jamás por la gran pantalla.

Tal como dirían los ingleses al morir una reina: “Olivia is dead, God save Olivia”. Bond, mi nombre es Bond

Por Arístides O´Farrril

El actor escocés Sir Sean Connery, una de las figuras más populares del cine en el siglo XX, murió a los noventa años, en las Bahamas, el 31 de octubre de 2020.

Había nacido en Escocia el 25 de agosto de 1930 y la fama le llegó un poco tarde y sorpresivamente, pues tras una sucesión de desempeños irrelevantes fue escogido en 1962 para interpretar al agente secreto James Bond, creado por el novelista inglés Ian Fleming. De bajo presupuesto, la cinta titulada Dr. No, dirigida por Terence Young, se convirtió en un inesperado suceso a nivel internacional, lo cual, probablemente junto a los jugosos dividendos ideológicos que aportó entonces el Agente 007, y a pesar de algún sexismo y otros excesos, propició una larga saga que llega hasta nuestros días.

Los productores adaptaron otras novelas escritas por el propio Fleming sobre el personaje. Connery protagonizó seis de ellas, que lo convirtieron en un icono a nivel internacional. Hay consenso en cuanto a que tanto las películas que interpretó el escocés como su caracterización del personaje son los mejores de la saga, que tiene hasta la actualidad veintiséis títulos estrenados y seis protagonistas. Pero además, entre Bond y Bond, Connery estuvo a las órdenes de Alfred Hitchock en Marnie (Marnie, la ladrona,1964), y en la década siguiente mostró gran versatilidad al incursionar sin problemas en la comedia El gran robo al tren, de1979; el policial social La ofensa, en 1973 o el drama épico El hombre que pudo reinar, de 1975. Incluso se atrevió con un difícil Robin Hood en decadencia biológica, según el revisionista filme de Richard Lester, Robin y Marian, al lado de Autrey Hepburn en 1976.

En los 80s su popularidad merma, por lo que vuelve sin rubor a Bond en una onda paródica con el filme Nunca digas nunca jamás, auto-burla explícita desde su propio título, una alusión a palabras del propio Connery dichas en el pasado: “Nunca más interpretaré a Bond”. A partir de ese momento ve un relanzamiento de su carrera: el incorrupto policía de Los intocables, que le permitió bajo la dirección de Brian De Palma, ganar el Oscar al Mejor Actor de Reparto de 1987, o el sagaz fraile-investigador franciscano que interpretara en 1986 en El nombre de la rosa, basado en el Best Seller de igual título.

Activo hasta principios del actual milenio, en sus últimos años fue ardiente defensor de una Escocia independiente del Reino Unido. Su muerte cierra un capítulo más no solo de la concepción del sistema de estrellas de antaño, sino también de esa categoría de “duros viriles con corazón frágil” tan de moda en los 60-70s del siglo pasado. Con su 007 legó el más célebre personaje cinematográfico de la guerra fría.

Jaime Humberto Hemosillo (73). Guionista y director mexicano de cine.

Jaime Humberto Hermosillo Delgado más conocido como Jaime Humberto Hermosillo, nació un 22 de enero de 1942, en Aguascalientes, Guadalajara y ganó notoriedad en el cine mexicano de la década de 1970 por reflejar en sus películas al mexicano común contemporáneo, arremetiendo contra la hipocresía de la clase media.. Fue, además de realizador, un guionista destacado. Entre sus películas más importantes se encuentran: El Señor de Osanto (1972), La pasión según Berenice (1975), María de mi corazón (1979) y Doña Herlinda y su hijo (1984). De todas ella fue además el guionista y en Doña Herlinda... también su editor. En coproducción con Cuba participó en el filme El verano de la Señora Forbes (1989).

Falleció el 13 de enero de 2020 en Guadalajara (México). Tenía 77 años.

Rodolfo Santovenia (92). Crítico cubano de cine.

Rodolfo Santovenia nació en La Habana el 11 de marzo de 1929 y era graduado de la Escuela Profesional de Periodismo “Carlos Márquez Sterling”. En la década de 1950, fue cronista y crítico cinematográfico de los diarios Tiempo, Pueblo, El País y para laa revistas Romance y Bohemia. En 1951 formó parte de la directiva de la llamada Cinemateca de Cuba, que tuvo su origen en el cineclub de La Habana, que por carecer de depósitos de películas y archivos de

documentación no llegó a alcanzar el status de cinemateca.

Después de 1959 continuó escribiendo en Bohemia, y en las revistas Crónica, Somos Jóvenes, Cine Cubano, Revolución y Cultura y Muchachas. Durante muchos años mantuvo la sección El mar y el cine para la revista cubana Mar y Pesca. También laboró para la agencia cubana de noticias Prensa Latina y algunos de sus trabajos aparecieron en publicaciones extranjeras.

En 1965 fue fundador y asesor del cineclub Gerard Philippe, primer cineclub de trabajadores establecido en Cuba. En la década de 1979 publica el folleto Pequeño vocabulario para un cine-debate y en 1999 se edita su Diccionario de cine (términos artísticos y técnicos) con más de 1.600 definiciones. Este diccionario fue publicado nuevamente en el nuevo milenio.

James Lipton (93). Actor norteamericano y presentador de televisión.

James Lipton nació en Detroit el 19 de septiembre de 1926 y falleció en Manhattan el 2 de marzo de 2020. Durante años fue el productor ejecutivo, guionista y presentador del programa de televisión Inside the Actors Studio, cuya primera emisión ocurrió en 1994. Fue además escritor, compositor yl decano emérito del Actors Studio Drama School de Pace University en Nueva York. Por su programa Inside the Actors Studio, obtuvo 15 nominaciones a los Premios Emmy, siendo galardonado con este premio en 2007 por su trayectoria.

James Lipton había recibido el reconocimiento de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.

Max von Sydow (90). Actor sueco de cine y teatro.

Nació bajo el nombre de Max Carl Adolf von Sydow, en Lund, Suecia el 10 de abril de 1929, pero conocido artísticamente como Max von Sydow. Reconocido principalmente por sus trabajos con el director sueco Ingmar Bergman, con quien trabajó por primera vez en 1955 en la representación teatral de la obra de Tennessee Williams La gata sobre el tejado de zinc caliente. Posteriormente perfilaría su estilo característico de actuación bajo

las órdenes de Bergman en diferentes películas, principalmente El séptimo sello (Det sjunde inseglet, 1957), Fresas salvajes (Smultronstället, 1957) y La fuente de la Virgen (Jungfrukällan, 1960).

Hizo su debut en la gran pantalla de la mano del director Alf Sjöberg en las películas Sólo una madre (Bara en mor, 1949) y La señorita Julie (Fröken Julie, 1951). Trabajó durante muchos años para el cine escandinavo y no es hasta 1965 que se decide a filmar para Hollywood, cuando George Stevens lo llama para interpretar a Jesús en La historia más grande jamás contada, asentándose en Los Ángeles. El cine norteamericano lo reconocería con dos nominaciones al Oscar, Pelle erobreren (Pelle, el conquistador, Bille August, 1987) y por Extremely Loud and Incredibly Close (Tan fuerte, tan cerca, Stephen Daldry, 2011) ) mientras que la prensa acreditada en Hollywood le otorgaría una nominación a los Globos de Oro en 1973 por El Exorcista. No obstante, siempre que se le presentaba un buen guión, no dudaba en filmar para el cine europeo.

En 1988, dirigió su primera película, Katinka (Ved vejen, 1988), basada en una novela de Herman Bang. Para el 2002 opta por la ciudadnía francesa y renuncia a la sueca, falleciendo en Provenza, Francia, el 8 de marzo de 2020.

Susy Delair (102). Actriz y cantante francesa de cine y teatro.

Nace bajo el nombre Suzanne Pierrette Delaire en París el 31 de diciembre de 1917. Sus inicios en el arte fueron como cantante y bailarina en revistas musicales, trabajando posteriormente para el cine europeo bajo las órdenes de importantes directores como Marcel Carné, Luchino Visconti , Gérard Oury, René Clément, Christian-Jacque y Henri-Georges Clouzot.

Entre sus grandes éxitos musicales se encuentra el clásico C'est si bon, canción que el mítico Louis Armstrong grabara y se convirtiera en carta de presentación en las presentaciones de jazz, gracias a la letra en inglés de Jerry Seelen

Delair había recibido varios reconocimientos, entre ellos Comendador de las Artes y las Letras, en 1995, Oficial de la Orden Nacional del Mérito, en 1999 y Oficial de la Legión de Honor en 2006. Fallece en su ciudad natal el 15 de marzo de 2020.

Stuart Whitman (92). Actor norteamericano de cine y televisión.

Stuart Maxwell Whitman nació en San Francisco, Californa, el 1ro. de febrero de 1928. De larga trayectoria en el cine y la televisión, obtuvo una nominación al Oscar en 1961 por su actuación en el filme The Mark (La marca, Guy Green). Intervino en películas de varios géneros, como China Doll (La muñequita china, Don Siegel, 1958), The Comanchers (Los comancheros, Michael Curtiz, 1961), al lado de John Wayne, la bíblica The Story of Ruth (La historia de Ruth, Henry Koster, 1960) o en la película de terror Night of the Lepus (1972), junto a Janet Leigh, película a la cual consideró la peor de su carrera.

En la televisión alcanzó notoriedad por su participación en las series Highway Patrol (Policiía de tráfico, 1955-1957), el western semanal de noventa minutos Cimarron Strip (Cimarrón, 1967), Superboy (1988-1992), Knight Rider (1984) y The A Team, entre algunas otras. Estuvo activo para este medio hasta 2000, retirándose después.

Falleció a consecuencia del cáncer de piel que padecía a los 92 años, el 16 de marzo de 2020.

Lucía Bosé (89). Actriz italiana de cine.

Lucía Bosé, una de las grandes del cine italiano falleció el 23 de marzo de 2020 a los 89 años en el Hospital General de Segovia a causa de la enfermedad por coronavirus. Había nacido como Lucía Borloni, en Milán, un 28 de enero de 1931 y había tomado el apellido de su madre como su apellido artístico.

En 1947 en el concurso de Miss Italia, resulta ganadora y aparece por primera vez en el cine en un cortometraje de Dino Risi titulado 1848, realizado en 1948-1949, con el asesoramiento artístico de Alberto Lattuada y Giorgio Strehler. Su primer largometraje ocurre en 1950 bajo la dirección de Giuseppe de Santis, Non c'è pace tra gli ulivi (No hay paz detrás de los olivos), en el cual interpreta a una campesina de la Ciociaría, al lado de actores establecidos como Elena Varzi, Raf Vallone y Folco Lulli. Ese mismo año actúa bajo las órdenes de Michelangelo Antonioni en Cronaca di un amore (Crónica de un amor).

Con Antonioni repite de nuevo en 1953 para la película La signora senza camelie (La Señora sin camelias), pero en 1951 había repetido con De Santis en la película Roma ore 11 (Roma a las 11), sobre el tema del desempleo femenino. Para 1955 intervendría en dos de sus películas más importantes Muerte de un ciclista, dirigida por el español Juan Antonio Bardem, y Cela s’appelle l’aurore (Así es la aurora), dirigida por Luis Buñuel en Francia.

Tras su matrimonio con el torero Luis Dominguín, se retiró del cine y tras su divorcio intervendría en algunas películas, de las cuales destacan Nathalie Granger (1972), película dirigida por la escritora y directora Marguerite Duras y coprotagonizada por Jeanne Moreau, Fellini Satyricon (Satiricón, Federico Fellini, 1969), Metello (Mauro Bolognini, 1970) y Jutrzenka, un invierno en Mallorca (Un invierno en Mallorca, 1970), de Jaime Camino.

En 1976 se separa de nuevo del cine y regresaría en 1987 para filmar Cronaca di una morte annunciata (Cróncia de una muerte anunciada), de Francesco Rosi basada en la famosa novela de Gabriel García Márquez. Su último filme lo realiza en el 2013 para el realizador David Sordella, Alfonsina y el mar.

Era la madre del conocido actor y cantante Miguel Bosé.

Honor Blackman (94). Actriz británica de cine y televisión.

Honor Blackman nació en Londres el 22 de agosto de 1925 y fue muy conocida por ser la chica Bond Pussy Galore en Goldfinger (1964) junto a Sean Conney a sus 38 años. Con Connery repetiría bajo las órdenes de Edward Dmytryk el oeste Shalako, junto a Brigitte Bardot.

Desde la década de 1950 actuaba para el cine en producciones de importancia como So Long at the Fair (Extraño suceso, Terence Fisher, 1950) o A Night to Remember (La última noche del Titanic, Roy Baker, 1959). También fue famosa por sus apariciones en la televisión, obteniendo cierta popularidad en este medio por su personaje de Nichole, secretaria y asistente de Dan Dailey, en la serie The Four Just Men (1959). En 1962, intervino en 43 episodios del serial Los vengadores, donde interpretó el personaje de Catherine Gale.

Honor Blackman falleció el 5 de abril de 2020, debido a la pandemia del Covid-2019

Allen Garfield (80). Actor norteamericano de cine y televisión.

Allen Garfield nació en New Jersey el 22 de noviembre de 1939 y falleció en Los Ángeles el 7 de abril de 2020. Prolífico actor que desarrollaría su carrera principalmente para el cine y la televisión norteamericana. Había estudiado actuación en el Actors Studio de la ciudad de Nueva York y tuvo entre sus maestros a Lee Strasberg y Elia Kazan.

Trabajó inicialmente para el teatro antes de dedicarse al cine. Intervino en más de un centenar de películas para la gran pantalla y la televisión. Trabajó con directores de prestigio tales como y Win Wenders y fue además profesor de cine, teniendo entre sus alumnos a Quentin Tarantino.

Allen Garfield, quien diera vida a tantos villanos y personajes desequilibrados, había sufrido un derrame cerebral en 1999 y falleció de COVID-19 causado por el virus del SARS-CoV-2. Tenía 80 años.

Brian Dennehy (81). Actror norteamericano de cine, teatro y televisión.

Brian Manion Dennehy nació en Connecticut el 9 de julio de 1938 y falleció en esa misma ciudad el 15 de abril de 2020. Actor de fuerte presencia escénica, se caracterizó por sus numerosos papeles secundarios como el “héroe negativo” en películas de acción y suspense. Brilló también sobre las tablas, donde su trabajo fue galardonado con dos premios Tony, uno en 1999 en la obra de Arthur Miller La muerte de un viajante y el otro en 2003 por la obra de Eugene O´Neil El viaje de un largo día hacia la noche. En 2003 repite para la televisión su personaje de La muerte de un viajante y es premiado con un Globo de Oro en 2001.

Su impronta en el cine es recordada principalmente en películas como 10, Cocoon, Peligrosamente juntos, Silverado y El vientre del arquitecto. Una de sus últimas apariciones para la gran pantalla, en la cual recibió críticas muy positivas, fue en la adaptación de La gaviota, del escritor ruso Antón Chejov.

Shirkey Knight (83). Actriz norteamericana de cine, teatro y televisión.

Shirley Enola Knight nace en Kansas City un 5 de julio de 1936 y fallece en Texas el 22 de abril de 2020. Su trabajo artístico fue siempre bien

valorado por la crítica y el público, tanto por su labor para el teatro, el cine o la televisión.

Trabajó bajo las órdenes de prestigiosos realizadores como Richard Brooks, y Franco Zeferelli. Fue nominada al Oscar en dos ocasiones: en 1960 por La oscuridad al final de la escalera y en 1962 por El dulce pájaro de la juventud. Estuvo nominada en dos ocasiones para los premios Óscar como mejor actriz de reparto: La oscuridad al final de la escalera (Delbert Mann, 1960) y por El Dulce pájaro de juventud (Richard Brooks, 1962).

En el teatro destacó su actuación en Broadway con las obras Las tres hermanas (1964) y El joven de Atlanta (1997), entre otras obras. Su trabajo para la televisión es recordado por su aparición en los seriales El fugitivo (1960) con David Janssen, El despertar de una pesadilla (1966) y Los invasores (1967).

Marcos Mundstock (77). Actor y humorista argentino.

Marcos Mundstock nació en Santa Fé el 25 de mayo de 1942. Fue un reconocido locutor, redactor creativo, actor, comediante y humorista argentino, que destacó por su labor durante más de 50 años como integrante de Les Luthiers.

Según relataba desde muy pequeño estuvo expuesto a distintas influencias musicales, dado que en su casa se escuchaban programas de radio de la comunidad italiana. Oía muchas canciones napolitanas, y también arias de ópera, lo que fue para él una primera aproximación a la música.

Al comienzo de su participación en Les Luthiers realizó trabajos en radio y publicidad, aunque pronto pasó a dedicarse en exclusiva a las actuaciones del grupo. Junto con el fundador del conjunto, Gerardo Masana, creó el personaje del ficticio compositor Johann Sebastian Mastropiero, en cuya supuesta vida y obra se basan muchas de las piezas musicales que interpretan, así como los textos introductorios de las mismas. Si bien con Les Luthiers ocasionalmente interpreta algún instrumento, como el gom-horn, Mundstock reconocía ser el miembro del conjunto con menores cualidades para la interpretación musical.

Reconocido por su voz de bajo, se destacaba por relatar los textos introductorios de la mayoría de las obras de cada espectáculo. Para eso usaba sus dotes de locutor profesional, a las que añadía su toque

humorístico personal.

En los últimos años, además de algunas apariciones en la televisión, realizó personajes secundarios en algunas películas argentinas, como No sos vos, soy yo o Roma y El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella, presentada con gran éxito de público y de crítica en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana de 2019.

En enero de 2020 anunció su retirada temporal de los escenarios por indicación médica debido a un problema de salud que venía padeciendo desde 2019. Finalmente falleció a los setenta y siete años el 22 de abril del mismo año en Buenos Aires.

Silvia Legrand (93). Actriz argentina de cine.

María Aurelia Paula Martínez Suárez, conocida en el mundo artístico como Silvia Legrand, nació en Argentina el 23 de febrero de 1927. Hermana gemela de la también actriz y presentadora Mirtha Legrand y hermana del realizador y por muchos años presidente del prestigioso Festival de Cine de Mar del Plata José Martínez Suárez, obtuvo su mayor popularidad en la década de 1940.

Ambas hermanas recibieron su formación profesional en la Academia PAADI y en el Conservatorio Nacional de Arte Escénico. Hacen su primera aparición en el cine en el filme de 1940 Hay que educar a Niní, donde solo aparecían en unas pocas escenas. En 1941 las hermanas Legrand alcanzan gran éxito en la comedia sentimental Soñar no cuesta nada. Para 1942 Silvia filma El tercer beso, junto Amelia Bence y Pedro López Lagar. Se une nuevamente a Mirtha en Claro de luna, que sería la última película que harían juntas en mucho tiempo, hasta que en 1962 se vuelven a reunir en la película Bajo el mismo rostro, del realizador Daniel Tinayre, esposo de Mirtha.

Silvia hizo un paréntesis en su carrera, desde 1944 hasta 1959 para dedicarse a su familia. En 1959 regresa al cine y protagoniza Campo arado, de Leo Fleider, junto a Luis Dávila, Santiago Gómez Cou y Fernanda Mistral. En 1972 filma la película biográfica Juan Manuel de Rosas, en la que interpretó a Mariquita Sánchez de Thompson, retirándose después definitivamente del cine.

Triunfó también en la televisión, participando en los seriales, Sol, mar y Silvia (1961), Viendo a Biondi (1965), Su comedia favorita (1968) y JC (1973-1974), entre otros.

Silvia Legrand falleció el 1ro. de mayo de 2020.

John Ericsson (93). Actor norteamericano de cine y televisión.

Joseph Meibes, cuyo nombre artístico era John Ericsson, nació en Düsseldorf, Alemania, el 23 de septiembre de 1926 y fallece en Santa Fe, Estados Unidos, el 3 de mayo de 2020.

Su formación artística la obtuvo en la American Academy of Dramatic Arts, en la ciudad de Nueva York, junto a otras figuras que alcanzarían fama y fortuna en el cine, como Don Murray, Grace Kelly y Jack Palance.

Su gran década fue la de 1950, donde compartió honores con Grace Kelly en Green Fire (Fuego verde, Andrew Marton, 1954), Therese, junto a Pier Angeli (Teresa, Fred Zinnemann, 1952) y Rhapsody (Rapsodia, Charles Vidor, 1954) con Elizabeth Taylor. En la década de 1960 comienza su declive cinematográfico y marcha a Europa donde interviene en películas del llamado cine épico y en los oestes rodados en Italia y España, entre los que se encuentra Los siete de Pancho Villa, (José María Elorrieta, 1967)rodada en Almería.

Incursionó también en la televisión y se le recuerda en el serial de la NBC que salía al aire en 1958, The Restless Gun, junto a John Payne y Honey West (Una rubia explosiva, 1965-1966), para la cadena ABC. Su última aparición para ese medio fue en el serial Crash en 2008.

Sarita Reyes (84). Presentadora y actriz cubana de teatro y televisión.

Sarita Reyes nació en La Habana en 1936 y fue una figura muy estimada y popular de la radio y la televisión cubana. Sus inicios fueron como modelo e Incursionó una vez en el cine, bajo las órdenes de Sara Gómez, en el clásico cubana De cierta manera (1966), donde compartió con Yolanda Cuellar y Mario Balmaceda.

Durante varios años condujo, junto a Enrique Almirante, el popular programa Detrás de la fachada, además de aparecer en otros espacios televisivos. Su talento fue reconocido en varias ocasiones, recibiendo distintos galardones, de

los cuales destaca el Diploma Nicolás Guillén, que distingue la trayectoria de artistas cubanos con valores artísticos y sociales.

Michel Piccoli (94). Actor francés de cine y teatro.

Jacques Daniel Michel Piccoli nació en París el 27 de diciembre de 1925 y fallece en esa ciudad el 12 de mayo de 2020. Debutó en el cine en 1945 como extra y sus primeros papeles de cierta relevancia vinieron de la mano del realizador Louis Daquin en 1949.

En los años 50 trabajó bajo las órdenes de importantes realizadores como Luis Buñuel (La muerte en ese jardín), Jean Renoir (French Can Can) y René Clair (Grandes Maniobras), repitiendo con Buñuel en varias películas rodadas en años posteriores. Su trabajo al lado de Brigitte Bardot en el filme de Jean Luc Godard Le Mépris (El desprecio, 1963), lo convertiría en una figura popular. A partir de entonces fue solicitado por realizadores de gran prestigio como Alfred Hitchcock, Marco Ferreri, Jacques Demy, Agnes Varda y Claude Suatet, entre otros.

De su larga filmografía destacan las películas rodadas para Luis Buñuel: La muerte en ese jardín, Bella de día, Diario de una camarera, El discreto encanto de la burguesía, El fantasma de la libertad y Ese oscuro objeto del deseo. En Cuba tuvieron mucha popularidad dos películas que rodara bajo las órdenes de Claude Sautet: El inspector Max y Las cosas de la vida, ambas con Romy Schneider.

Obtuvo el premio a la mejor interpretación masculina del festival de Cannes por su papel en Salto en el vacío, de Marco Bellocchio, en 1980, y el Oso de Plata en Berlín, por Une étrange affaire, de Pierre Granier- Deferre en 1982. Piccoli tuvo también una amplia carrera sobre las tablas. Su última presentación ocurrió en 2008 con la obra Minetti de Thomas Bernhard, bajo la dirección de André Engel.

En segundas nupcias estuvo casado por más de once años, con la actriz y cantante Juliette Greco.

Pilar Pellicer (82). Actriz mexicana de cine y televisión.

Pilar Pellicer López de Llergo, nació en Ciudad de México el 12 de febrero de 1938 y falleció en esa ciudad, a consecuencia de la pandemia de la Covid-19, el 16 de mayo de 2020. Su carrera la inició para la pantalla grande cuando prácticamente estaba concluyendo la llamada Época de Oro del Cine mexicano, desarrollando también su

talento para el teatro y la televisión.

Debutó en el cine en la película El vendedor de muñecas, en 1955, al lado del actor argentino Pedro López Lagar. Simultáneamente, ella y su hermana, Pina Pellicer, comenzaron a trabajar al mismo tiempo en el cine, destacándose cada una por separado. En 1958 Pilar, trabajó en la película Nazarín, dirigida por Luis Buñuel, donde compartió honores con actores y actrices de la talla de Francisco Rabal, Marga López, Rita Macedo, Ignacio López Tarso y Ofelia Guilmáin. Ese mismo año, recibió una beca del Instituto Francés para América Latina para estudiar actuación en París, donde permaneció por espacio de seis años trabajando en el cine, la televisión y el teatro.

De su filmografía destacan, además de Nazarín, Pedro Páramo (1968), Las visitaciones del diablo (1968), Santa (1969) y La choca (1975), donde dirigida por Emilio Fernández, recibió el Premio Ariel a la mejor actriz. Su última película la filmó en 2010, De este mundo.

Era madre de la actriz Ariane Pellicer.

Rosa Sarda (78). Actriz argentina norteamericana de cine y televisión.

Nacida como Rosa María Sardà Tàmaro en Barcelona un 30 de julio de 1941, fue una actriz española de cine, teatro y televisión. Sus primeros pasos fueron en la comedia, talento que en años posteriores combinó con el de intérprete dramática en castellano y en catalán.

Comienza en el teatro en 1962 con la compañía de Dora Santacreu y Carlos Lucena, en la obra Cena de matrimonios, de Alfonso Paso. En años posteriores da el salto al cine y la televisión. Para este último medio se destaca en la televisión catalana con el programa Festa amb Rosa Maria Sardà, de 1979 y en el cine con la película El vicario de Olot, de Ventura Pons (1980). En la década de 1980 destaca su trabajo para Luis García Berlanga en el filme de 1987 Moros y cristianos. También en esa década hace su debut dramático para el Centro Dramático Nacional en la puesta en escena de Madre Coraje y sus hijos (1986).

De su filmografía destacan El efecto mariposa que realizara para Fernando Colomo en 1995; Caricias, en 1997 y Amigo/Amado, en 1998,

ambas de Ventura Pons; La duquesa roja, de Francesc Betriu (1996); Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín en en 2003 y con Fernando Trueba en La niña de tus ojos y La Reina de España, en 1998 y 2006, respectivamente. Su última película la realizó en 2019, Salir del ropero, de Ángeles Reiné. Ganó el Premio Goya en dos ocasiones por ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1992), de Manuel Gómez Pereira, y Sin vergüenza (2002), de Joaquín Oristrell.

Rosa María Sardá falleció el 11 de junio de 2020.

Ian Holm (88). Actor británico de cine y teatro.

Ian Holm Cuthbert nació en Inglaterra el 12 de septiembre de 1931 y falleció en Londres el 19 de junio de 2020. Fue un actor británico con una trayectoria de más de cincuenta años de carrera en cine, televisión y teatro. Fue nombrado Comendador de la Orden del Imperio Británico (CBE) por la reina Isabel II.

Formado en la Royal Academy of Dramatic Art (RADA), de Londres, se unió a la Royal Shakespeare Company en Stratford-upon-Avon en los años cincuenta e hizo su debut en el teatro en 1954 con Otelo. En 1967 debutó en Broadway con la obra de Harold Pinter Retorno al hogar (The Homecoming), por el que gana un Premio Tony.

En el cine destaca su papel en 1979 como el robot Ash en la película Alien, el octavo pasajero, de Ridley Scott, y Carrozas de fuego (Hugh Hudson, 1981), donde interpretó al entrenador Sam Mussabini, ganando un Premio BAFTA al mejor actor de reparto, al mejor actor secundario en el Festival de Cannes y una candidatura al Óscar. En 1984 realiza un gran papel en Greystoke, la leyenda de Tarzán (Hugh Hudson, 1984), como el capitán belga Phillipe D'Arnot.

En los últimos años se destacó por su participación en la trilogía de El Señor de los Anillos, por el cual ganara el Premio del Sindicato de los actores en 2003, en la entrega La comunidad del anillo.

Linda Cristal (89). Actriz argentina norteamericana de cine y televisión.

Nacida como Marta Victoria Moya Peggo Bourgés en Rosario, Santa Fe, Argentina, un 23 de febrero de 1931, ganó notoriedad en el mundo del cine al ganar un Globo de Oro en 1958 por su participación en el filme de Blake Edwards The Perfect Furlough (Yo y ellas en París), junto a Tony Curtis y Janet Leigh.

Empezó a filmar para el cine mexicano a los 16 años y en la película La bestia magnífica (1953) adopta el nombre de Linda Cristal. Debutó en Hollywood en la década de 1950 y su primera participación de cierto interés fue en el oeste de George Sherman Comanche (1956), al lado de Dana Andrews.

Entre 1967 y 1971 participa en la serie de la NBC El Gran Chaparral, obteniendo el Globo de Oro a la mejor actriz en una serie dramática de televisión. También obtuvo dos nominaciones a los premios Emmy.

Cristal estuvo casada en primeras nupcias con el actor mexicano Tito Gómez en 1950. Fallece el 27 de junio 2020, en Beverly Hills, California.

Carl Reiner (97). Actor, guionista y director norteamericano de cine y televisión.

Carl Reiner nació en New York el 20 de marzo de 1922 y falleció en California el 29 de junio de 2020.

Reiner comenzó en el mundo del espectáculo en los musicales de Broadway en 1948. A partir de 1950 apareció regularmente en el programa de televisión Your Show of Show, del que también fue uno de los guionistas, y desde 1954 en la continuación Caesar's Hour. El 1961 creó, produjo y protagonizó su propia serie televisiva, The Dick Van Dyke Show, que se mantuvo en el aire hasta 1966.

En el cine comienza como actor a finales de 1950 y participa en Happy Anniversary (Feliz Aniversario, David Miller, 1959), junto a Mitzi Gaynor y David Niven y participa ese mismo año, también como actor, en The Gazebo (Sin talento para matar, George Marshall, 1959). En la década del 2000 su personaje del timador Saul Bloom en las tres entregas de Ocean's Eleven le dio gran popularidad.

Carl Reiner era el padre del director Bob Reiner.

Leonardo Villar (96). Actror brasileño de cine y televisión.

Nacido como Leonildo Motta, fue una figura clave en el nuevo cine brasileño surgido en los años 60 del pasado siglo, por su intervención en la película de Anselmo Duarte El pagador de promesas, realizada en 1962, donde dio vida al personaje Zé do Burro. El pagador de promesas,

ha sido, hasta el momento, la única película en la historia del cine de Brasil en obtener la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes.

En otra vertiente interpretativa, es recordado también por su trabajo en 1965 en la película Samba, junto a la actriz y cantante española Sarita Montiel. Tuvo también un prolífero trabajo para la televisión en varias series y telenovelas, entre las que se encuentran Escalada (1975), Amazonía (1991-1992) y Passione (2010- 2011).

Leonardo Villar había nacido el 25 de julio de 1923 y falleció en Sao Paulo a la edad de 96 años el 3 de julio de 2020.

Raymundo Capetillo (76). Actor mexicano de televisión, radio, teatro y cine.

Raymundo Sánchez y Capetillo, conocido como Raymundo Capetillo, nació en Ciudad México el 1ro. de septiembre de 1943 y fallece en esa ciudad el 12 de julio de 2020 a causa de la Covid-19. Capetillo fue un popular actor de teatro, cine, televisión y radio mexicano.

Sus inicios en el mudo del espectáculo datan de a finales de 1960, inicialmente para la televisión, donde obtuvo su mayor popularidad. Posteriormente encabezó varios espectáculos destinados a las tablas y probó fortuna en el cine. En este último medio, su película más exitosa fue la que realizó en 1969 junto a Libertad Lamarque, Rosas blancas para mi hermana negra. También es recordado por su participación en el filme de 1973 Los perros de Dios.

Zizi Jeanmarie (96). Bailarina francesa, actriz y cantante de teatro y cine.

Zizi Jeanmaire, también conocida como Renée Jeanmaire, nació en París el 29 de abril de 1924 y falleció en Suiza el 17 de julio de 2020. Fue una bailarina francesa formada en la escuela clásica del ballet, que incursionó en el mundo de la revista musical, la canción, la comedia y el cine. Para este último medio se recuerda su trabajo al lado de Danny Kaye en la película de Charles Vidor rodada en 1952 Hans Christian Andersen. En este filme también participa el coreógrafo

Roland Petit con el que contrajo matrimonio en 1954 y con quien compartió también una larga vida en el terreno profesional.

Roland Petit creó para ella en 1950 La croqueuse de diamants (La comedora de diamantes), una pieza musical al estilo americano en la que Jeanmaire cantaba por primera vez en un escenario. Esta pieza fue recogida para el cine en 1960 en la película de ballet Les Collants noirs (Un, dos, tres, cuatro, Terence Young) presentada por Maurice Chevalier y en la que también intervenían Cyd Charisse, Moira Shearer y Roland Petit.

La nueva faceta de cantante le abrió a Zizi el camino al mundo del espectáculo norteamericano, que le ofreció varias oportunidades en Hollywood, donde filmó además en 1956 la película Anything Goes (Todo vale, Robert Lewis), al lado de Bing Crosby, Mitzi Gaynor y Donald O´Connor. Por esa época Broadway también la vio triunfar en el musical The Girl in Pink Tights (1954). Después de su estadía en Norteamérica, regresa a Francia y continúa alternando con el musical, el ballet y el cine, casi siempre en colaboración con Petit como coreógrafo, director o productor.

Estuvo bien activa hasta la década de 1980. Posteriormente su actividad se redujo a recitales de sus canciones de mayor éxito como Zizi au Zenith (1994), para Marsella y París. En 2000 aún subió al escenario del anfiteatro de la Ópera de la Bastilla parisina para interpretar sus canciones favoritas.

John Saxon (83). Actor norteamericano de cine y televisión.

John Saxon, cuyo nombre verdadero era Carmine Orrico, nació en New York el 5 de agosto de 1936 y fallece en Tennessee el 25 de julio de 2020. Fue uno de los galanes más prometedores de mediados de la década de 1950, apareciendo en películas de buena aceptación tales como The Recluctant Debutante (La rebelde debutante, Vincente Minnelli, 1958) y Portrait in Black (Retrato en negro, Michael Gordon, 1960), ambas junto a la entonces juvenil estrella Sandra Dee. En 1958 aparece al lado de Debbie Reynolds en This Happy Feeling (Sueños de amor, Blake Edwards, 1958) y Cry Tough (Una vida sin rumbo, Paul Stanley, 1959), junto a la actriz argentina Linda Cristal, con quien sostuvo una relación sentimental. Su estrella comenzó apagarse en la pantalla grande a finales de la misma década de 1950 y su participación en la película The Unforgiven (Lo que no se perdona, John Huston, 1959), quedó relegada a unas pocas

escenas. Posteriomente, salvo su participación en Retrato en negro y un breve papel secundario en The Cardinal (El cardenal, Otto Preminger, 1963), fueron en películas de terror y oestes de dudosa calidad, entre ellas Black Christmas (Bob Clark, 1974), A Nightmare on Elm Street (Wes Craven,1984) y Tenebrae (1982) de Dario Argento.

Saxon se vio atraído por las artes marciales y estudió karate, disciplina en la que obtuvo un cinturón negro. Esa preparación le permitió aparecer para 1973 en un rol principal en la película Enter the Dragon junto a Bruce Lee. Este filme le hizo recobrar cierta popularidad y ya algo envejecido actúa junto a Robert Redford y Jane Fonda en The Electric Horseman (El jinete electrónico, Sydney Pollack, 1979).

Desde la década de 1960, tuvo una participación bien activa para la televisión, apareciendo en diferentes programas y seriales, entre ellos Burke's Law (1963-1964), Another World (1964), Gunsmoke (1965-1975), Dr. Kildare (1966), Dynasty (1982-1984), Falcon Crest (1982-1988), Liz: The Elizabeth Taylor Story (Richard Brooks, telefilm, 1995), CSI (2001) y muchos más.

Jan Skopeček (94).Actor y dramaturgo checo.

Jan Skopeček fue un actor y dramaturgo checo de origen judío que nació en Praga el 19 de septiembre de 1925 y falleció en esa ciudad el 27 de julio de 2020).

Durante la Segunda Guerra Mundial fue prisionero en un campo de concentración para judíos y al llegar la liberación del país comenzó su inquietud por entrar al mundo de la escena. Comienza en 1949 su carrera, siendo fundador Teatro Pou Palmovkou – Divadlo pod Palmovkou apareciendo en numerosas obras de teatro, siendo autor de seis obras teatrales. Apareció en varias series de televisión y largometrajes en su país, entre las que destacan Hroch (1973) y Tam, kde hnízdí čápi (1975). Su carrera se extendió hasta mediados de la década de 2010.

Estuvo casado con la actriz Věra Tichánková hasta el fallecimiento de ella en enero de 2014.

Alan Parker (76). Productor y director británico de cine. Nacido como Alan William Parker en Londres el 14 de febrero de 1944 fue un director y productor de cine que trabajó igualmente para el cine británico como para el cine de Hollywood. tanto en la industria del cine del Reino Unido como en la de Hollywood Entre sus trabajos más conocidos están Midnight Express (El expreso de medianoche,1978),

Fame (Fama, 1980), Pink Floyd The Wall (Pink Floyd, el muro, 1982) y Evita (Evita, 1996) Sus películas lograron un total de diez premios Oscar y diecinueve Bafta, en distintas categorías. En 1985 logró el gran premio del Festival de Cannes por su película Birdy (Birdy, 1984).

Sus comienzos en el cine coinciden con su encuentro con el productor David Puttnam, quien produjo en 1971 la película Melody, uno de cuyos guionistas era Parker. En lo sucesivo, Puttnam produciría varios films de Parker, incluyendo El expreso de Medianoche, que supuso su despegue como director. Con esta obra logró el elogio de la crítica y logró dos premios Oscar de 6 nominaciones, entre ellas las de Mejor Director y Mejor Película. Sus últimos trabajos destacados fueron la adaptación cinematográfica de la novela Las cenizas de Ángela de Frank McCourt, que realizó en 1999, y La vida de David Gale de 2003, una crítica a la pena de muerte.

En 2002 fue nombrado comendador de la Orden del Imperio Británico y en 2005 recibió un Doctorado Honoris Causa en Bellas Artes por la Universidad de Sunderland, cuyo rector es David Puttnam.

Parker fue uno de los fundadores del Director's Guild de Gran Bretaña y falleció en Londres el 31 de julio de 2020.

Wilford Brimley (85). Actor norteamericano de cine.

Wilford Brimley nació en Utah el 27 de septiembre de 1934 y falleció en su lugar de nacimiento el 1ro. de agosto de 2020. Muy recordado en el cine por su trabajo en películas como fue un actor estadounidense. Apareció tanto en las películas China Syndrome (El síndrome de China, James Bridge, 1979), The Thing (La cosa, John Carpenter, 1982) y Cocoon (Cocoon, Ron Howard, 1985).

Antes de su carrera como actor, Brimley trabajó como peón de campo, vaquero, herrero, y guardaespaldas para el millonario empresario Howard Hughes (1905-1976). Luego comenzó a herrar caballos para el cine y la televisión. Comienza en la actuación en los años sesenta como extra en oestes y como doble, a instancias de su amigo el actor Robert Duvall. Una de sus últimas apariciones fue en 2001 en la película de Turner Network Television Crossfire Trail con Tom Selleck.

Diagnosticado con diabetes en 1979, Brimley comenzó a trabajar para aumentar la conciencia de la enfermedad. La American Diabetes Association (ADA) honró a Brimley en 2008 con un premio para reconocer su vida de servicio a esta causa.

Reni Santoni (80). Actor norteamericano de cine, teatro y televisión.

Reni Santoni nació en New York el 21 de abril de 1939 y falleció en Los Ángeles el 1ro. de agosto de 2020. Actor estadounidense de larga trayectoria en el cine, teatro y televisión de su país.

Su primera aparición en el cine ocurrió en la película de 1964 The Pawnbroker (El prestamista, Sydney Lumet), protagonizada por Rod Steiger, en la que interpretaba a un drogadicto tratando de vender una radio al protagonista, pero su primer papel importa nte lo alcanza en el filme Enter Laughing (Carl Reiner, 1967). Entre sus roles destacados figuran el Inspector "Chico" González en la película policíaca de 1971 Dirty Harry (Harry el Sucio, Don Siegel) el oficial Ramón Herrera en Bad Boys (Chicos malos, Rick Rosenthal1983) y el detective Tony González en la reconocida película de acción protagonizada por Sylvester Stallone Cobra (Cobra, George P. Cosmatos, 1986).

Santoni realizó apariciones en series de televisión como Barnaby Jones, Lou Grant, Hawaii Five-O, Hardcastle and McCormick, Hill Street Blues, The Odd Couple y Midnight Caller. Interpretó el papel recurrente de Poppie en la popular serie de televisión Seinfield.

Manuel Gallardo (84). Actor español de tele visión, tetaro y cine.

Manuel Gallardo nació en Córdoba el 3 de mayo de 1935 y falleció en Madrid el 21 de agosto de 2020. Fue un actor muy querido y respetado del cine y la televisión española. En Cuba se le recuerda por su participación en el gustado serial español Verano azul, realizado por Antonio Mercero en 1981 y que fuera muy popular en nuestro país.

Filmó películas de diferentes temáticas tanto para España como para otros países e hizo su debut en el cine con el premiado filme del director Antonio Isasi Isasmendi Tierra de todos (1962) por la que obtuvo el premio San Jorge al mejor actor del año.

Trabajó mucho para la televisión en diferentes series y novelas y fue habitual en los programas de teatro televisado emitidos por TVE en Estudio 1 y en otros espacios como Teatro de Siempre. El último Estudio 1 que rodó fue en 2006: La doble historia del Doctor Valmy de Antonio Buero Vallejo.

En el teatro Interpretó papeles en todos los géneros, pero su verdadero fuerte eran las obras en verso del Teatro Clásico de los autores del Siglo de Oro. En el Teatro María Guerrero actuó seis años, bajo la dirección de José Luis Alonso con la obra adaptada A Electra le sienta bien el luto (1965) donde interpretó el papel de novio y amante de las actrices Nuria Espert y Julia Gutiérrez Caba. En el teatro Bellas Artes, de José Tamayo, actuó cuatro años y con Alberto González Vergel en el Teatro Español de Madrid durante diez años. Actuó también bajo la dirección de Cayetano Luca de Tena, en el Teatro Español de Madrid donde estuvo diez años y también trabajo bajo la dirección de Adolfo Marsillach, entre otros directores

Gallardo era fundador de la Academia de las Artes Escénicas de España (2014) y miembro de la SGAE desde 1955 como letrista y autor.

Jiří Menzel (81). Director checo de cine.

Jiří Menzel nació en Praga el 23 de febrero de 1938 y falleció en esa ciudad el 5 de septiembre de 2020. Director de cine checo que ganó notoriedad al ganar en 1966 el Óscar a la mejor película extranjera por su ópera prima Ostře sledované vlaky (Trenes rigurosamente vigilados), basada en una novela homónima del escritor Bohumil Hrabal. Esta película está considerada una de las obras cumbres de la cinematografía europea y se adscribe a la Nueva Ola checa.

Era hijo del conocido escritor y periodista Josef Menzel (1901 - 1975), y de joven pensaba en seguir los pasos de su padre y estudiar periodismo, pero finalmente ingresó en la Academia de Cine de Praga, de la que fue expulsado por su manifiesta rebeldía. No obstante, gracias a la intervención de uno de sus profesores, pudo continuar sus estudios.

Las altas cualidades de Menzel quedaron patentes en su segunda obra, Rozmarné léto (Capricho de verano, 1968) donde interpretó un papel como actor y obteniendo la película el Gran Premio en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. A pesar de todo, Skřivánci na niti

(Alondras en el alambre, 1969) su siguiente filme, fue prohibido por el régimen checo y al presentarse en 1990 en el Festival de Cine de Berlín, se alzó con el Oso de Oro. Esta película está basada en un libro de cuentos de Bohumil Hrabal titulado Anuncio de una casa donde ya no quiero vivir. Tras el rodaje se prohibió la proyección del filme y hasta 1974 Menzel no volvió a dirigir.

En los ochenta Menzel rodó otras películas basadas en relatos de su escritor favorito, Bohumil Hrabal, como Postřižiny (Tijerazos, 1980), Slavnosti sněženek (La fiesta de las campanillas verdes, 1983) y Vesničko má, středisková (Mi dulce pueblecito, 1985) que fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Su último filme los rodó en 2006, Obsluhoval jsem anglického krále (Yo serví al rey de Inglaterra).

Diana Rigg (82). Actriz británica de cine, teatro y televisión.

Diana Rigg nació en Doncaster el 20 de julio de 1938 y falleció en Londres el 10 de septiembre de 2020.

Hizo su debut profesional en el escenario en 1957 en El círculo de tiza caucasiano, y en 1959 se unió a la Royal Shakespeare Company. Su debut en Broadway fue con la producción de 1971 de Abelardo & Eloisa e interpretó el papel de Medea, en Londres y en New York por el que ganó en 1994 el Premio Tony como mejor actriz principal en una obra de teatro.

En el cine se le recuerda por su participación en 1969 en la película On Her Majesty's Secret Service (007 al servicio de su Majestad) donde interpretó a la Condesa Teresa de Vincenzo, esposa de James Bond. Sus papeles cinematográficos incluyen a Helena en Sueño de una noche de verano (1968); Lady Holiday en The Great Muppet Caper (1981) y Arlena Marshall en Muerte bajo el sol (1982).

Ha sido una actriz activa en la televisión y premiada con un BAFTA TV a la mejor actriz por la miniserie de la BBC Mother Love (1989) y un premio Emmy por su papel de Mrs. Danvers en una adaptación de Rebecca (1997). También le dio vida a Olenna Tyrell, la Reina de Espinas, en la serie Juego de Tronos de 2013 a 2017, interpretación por los que resultó nominada en los premios Emmy de 2013 a 2015.

En 1996 fue nominada al Premio Oliver, máximo galardón británico de interpretación teatral, y a finales del mismo año recibió el premio London Evening Standard Drama Award, también de teatro, como

mejor actriz por sus papeles en Madre Coraje y ¿Quién le teme a Virginia Woolf?.

En 1988 fue nombrada Comandante de la Orden del Imperio Británico y en 1994 fue nombrada Dame, título honorífico inglés, equivalente femenino del Sir de la Orden del Imperio Británico.

Taryn Power (66). Actriz norteamericana de cine y televisión.

Taryn Stephanie Power nació en Los Ángeles el 13 de septiembre de 1953. Fue una actriz de cine y ocasionalmente de televisión, más recordada por haber sido la hija menor de Tyrone Power y su segunda esposa, la actriz mexicana Linda Christian.

En 1956 su madre, se trasladó con ella y su hermana Romina, a España y en ese país Taryn hizo su debut cinematográfico en la película María de 1972 y en 1974 filma también para la cinematografía española Un viaje de locos. Sus papeles más notables son los de Valentine De Villefort en El conde de Monte Cristo (1975), junto a Richard Chamberlain, Donald Pleasence y Tony Curtis, y el de Dione en Simbad y el ojo del tigre (1977), protagonizada por Patrick Wayne y Jane Seymour, siendo galardonada con un Premio Saturn por su labor en ésta última.

Para la televisión norteamericana actuó en 1977 en un episodio de Nancy Drew Mysteries y en 1985 en un episodio de Matt Houston.

Taryn falleció a los sesenta y seis años, en su casa de Wisconsin, el 26 de junio de 2020 acompañada por sus cuatro hijos y sus cuatro nietos. Desde hacía año y medio estaba luchando contra la leucemia.

Gerardo Vera (73). Actor y director español de cine y teatro.

Gerardo Vera Perales fue un escenógrafo, diseñador de vestuario, actor y director de cine y de teatro español que nació el 10 de marzo de 1947 y falleció víctima de la Covid- 19 el 20 de septiembre de 2020.

Licenciado en Filología Inglesa y Literatura por la Universidad Complutense de Madrid, y en Teatro por la Universidad de Exeter, se inició como actor en la obra el Tábano. Como director de espectáculo ganó celebridad con la puesta en escena de Azabache en la Expo92 de Sevilla, cosechando un

fabuloso éxito, con las máximas figuras de la copla de entonces, Juanita Reina, Imperio Argentina, Rocío Jurado, Nati Mistral y María Vidal.

Su montaje de la obra de teatro Divinas palabras, producido por el Centro Dramático Nacional en 2006, del cual fue su director en el período 2004-2011, inauguró el teatro Valle-Inclán de Madrid. Este espectáculo participó en 2007 en el Festival del Lincoln Center de Nueva York, siendo la primera vez que se representaba en el mismo una obra elaborada en España y en español. Otros montajes que estrenó durante su etapa al frente del CDN fueron Rey Lear (2008), Platonov (2009), Madre Coraje y sus hijos (2010) y Woyzeck (2011).

En el cine dirigió las películas La otra historia de Rosendo Juárez (1990), Una mujer bajo la lluvia (1992), La Celestina (1996), con Maribel Verdú, Penélope Cruz y Candela Peña, Segunda piel (2000) con Javier Bardem y Jordi Molla y Deseo (2003).

Entre sus premios se encuentran el Premio Goya al mejor diseño de vestuario por El amor brujo en 1986 y el Premio Goya a la mejor dirección artística por La niña de tus ojos. En 1988 fue galardonado con el Premio Nacional de Teatro.

Michael Lonsdale (89). Actor francés de cine y teatro.

Michael Lonsdale nació en París el 24 de mayo de 1931 y falleció en esa ciudad el 21 de septiembre de 2020.

Sus inicios fueron para la radio en 1943 mientras vivió en Marruecos con su familia. Regresó a Francia en 1947, comenzando su carrera teatral.

En su carrera cinematográfica interpretó papeles bajo la dirección de Orson Welles, François Truffaut, Louis Malle, Luis Buñuel, Jean-Pierre Mocky, Steven Spielberg, James Ivory y Alejandro Amenábar entre otros. Su primer encuentro con el público cubano fue en la película The Trial (El proceso, Orson Welles, 1962), pero es más recordado por su personaje de René Morane en La mariée était en noir (La novia vestía de negro, François Truffaut, 1968). También participó en una película de la saga del agente secreto James Bond, Moonraker (Lewis Gilbert, 1979), interpretando el papel del villano Hugo Drax.

Rhonda Fleming (97). Actriz norteamericana de cine.

Nacida en Hollywood, California con el nombre de Marilyn Louis, el 10 de agosto de 1923, era conocida como “la Reina del Technicolor” y protagonizó más de cuarenta películas, la mayoría de ellas entre las décadas de 1940 y 1950. Su última aparición tuvo lugar en la película Waiting for the Wind (1990).

Después de interpretar algunos pequeños papeles, consiguió sus primeros roles importantes en las películas Spellbound (Cuéntame tu vida, Alfred Hitchcock, 1945), y en el clásico del thriller The Spiral Staircase (La escalera de caracol, Robert Siodmak, 1946). También apareció en el renombrado clásico de cine negro Out of the Past (Traidora y mortal, Jacques Tourneur, 1947) con Robert Mitchum y Kirk Douglas, donde interpretó a una secretaria agobiada. Otras películas importantes en las que trabajó fueron While the City Sleeps (Mientras duerme New York, Fritz Lang, 1956); Gunfight at the O.K. Corral (Duelo de titanes, John Sturges, 1956), de nuevo Con Kirk Douglas y junto a Burt Lancaster y The Big Circus (El gran circo, Joseph M. Newman, 1959). Como nota curiosa, es una de las actrices, quien junto a Elizabeth Taylor, Vivien Leigh y Sophia Loren, han interpretado a Cleopatra, personaje al cual le dio vida en la película de 1953 Serpent of the Nile (La serpiente del Nilo, de Katzman).

En la década de 1960, Fleming se diversificó en otros negocios y comenzó a actuar regularmente en el escenario y en Las Vegas como cantante, haciendo apariciones esporádicas en la televisión en las décadas de 1960 y 1970 como estrella invitada en The Red Skelton Show, The Best of Broadway, The Dick Powell Show y Burke's Law, entre otras.

Fleming trabajó para varias organizaciones benéficas, especialmente en el campo de la atención del cáncer. En 1991, junto a su esposo, Ted Mann fundaron la Clínica Rhonda Fleming Mann para la Atención Integral de la Mujer en el Centro Médico de UCLA. Fue también una destacada activista por reestablecer la oración escolar obligatoria, luego de dos decisiones en 1962 y 1963 de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que rechaza la oración escolar obligatoria por estar en conflicto con la Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.

Rhonda Fleming murió en California el 14 de octubre de 2020.

Martha del Río (84). Actriz cubana de televisión, radio y cine,

Angela Martha del Río Rodríguez nació en La Habana en 1936 y fue una de las actrices más populares y queridas del público cubano. Nombrada por algunos como la reina de los dramatizados, trabajó en su juventud con los galanes más populares de la época, como Rolandito Barral, Jorge Marx, Carlos Alberto Badías, Alberto Insua y Carlos Barba, entre otros. Durante catorce años trabajó en el humorístico Casos y cosas de casa, primero como pareja de Guillermo de Cun, y posteriormente de José Antonio Rivero. También, años después, coprotagonizó junto a Erdwin Fernández y Ana Luis Rubio el también humorístico Si no fuera por mamá. Su talento para la comedia la hizo una habitual del espacio La comedia del domingo, donde protagonizó, entre otras tantas obras, Flor de cactus.

Comienza su carrera al presentarse a una convocatoria para un curso de actuación que lanzara el reconocido actor cubano Santiago García Ortega. El mismo García Ortega la presenta en la Sala Hubert de Blanck, en una obra de teatro llamada Un cuarto de vino de arroz, que dirigiera la destacada directora Cuqui Ponce de León. Con el pasar de los años ingresa en la Asociación Cubana de Artistas, de Radio, Televisión y Cine (CARTV) y debuta en la televisión en 1956, con el programa humorístico Mi familia protagonizada por Agustín Campos y Julito Díaz. Luego intervendría en programas dramatizados como Una luz en el camino, que escribieran para la televisión Iris Dávila y Aleida Amaya. También hace teatro televisivo en obras como Otelo, junto a Enrique Santiesteban y Romeo y Julieta.

Comienza en la radio por sustitución de la actriz Martha Velasco, en el espacio llamado La novela de las 2 que transmitía Radio Progreso, en la que asume el papel protagónico y trabaja en novelas escritas por Joaquín Cuartas, escritor de renombre que por largos años aportara a la radio de Cuba. A partir de ese momento Martha del Río fue un nombre familiar en los dramatizados radiales, fundamentalmente Estudio cuatro, La novela de las dos y el histórico seriado Así se forjó la Patria, siempre en papeles protagónicos. Después de jubilada integra, el grupo de artistas que diariamente realizan el programa Nosotras, dedicado a la familia cubana, transmitido por Radio Progreso.

En el cine se le recuerda principalmente por su personaje de la profesora, en la película de Fernando Pérez Hello .

Fallece en La Habana el 16 de octubre de 2020.

Irina Skóbtseva (93). Actriz rusa de cine y televisión.

Irina Konstantínovna Skóbtseva nació en Tula el 22 de agosto de 1927 y falleció en Moscú el 20 de octubre de 2020. Fue una actriz soviética y rusa que ganaría notoriedad en 1956 por su personaje de Desdemona en la versión soviética de Otelo filmada en 1956 por el destacado actor y director soviético-ruso Serguéi Bondarchuk, quien sería su esposo. La película ganó el premio al Mejor Director en el Festival de Cine de Cannes de 1956 y recibió diplomas y premios en otros festivales de cine internacionales. En Cannes, recibió el título "Miss Encanto del Festival de Cine de Cannes".

Posteriormente, con la finalidad de desprenderse de la aureola de heroína romántica, interpretó otro tipo de personaje como a Cyrus en la adaptación cinematográfica de la obra de teatro de Leonid Leonov The Ordinary Man (1956) y Klavdia Nikolaevna en Unrepeatable Spring (1957).

Participó en varias películas de Bondarchuk como Guerra y paz (1965- 1967), They Fought for Their Country (1975), Steppe (1977), Boris Godunov (1986), Waterloo (1970), Red Bells II (1982) y Quiet Flows the Don (1992), el último trabajo de . No obstante también participó en películas de otros directores como , para quien filmó en 1969 Zigzag of Success y para Georgiy Daneliya en las películas Caminando por las calles de Moscú (1963), Treinta y tres (1965) y Perdidos sin esperanza (1973), donde demostró su talento para la comedia.

En la televisión se le vio activa en los seriales The Heirs (2001, 2005), Amber Wings (2003), Women's Logic (2004, 2005), Gold (2012).

Marge Champion (101). Actriz norteamericana de cine, teatro y televisión.

Marjorie Celeste Champion, conocida como Marge Champion, nació en Los Ángeles, California, el 2 de septiembre de 1919, fue una bailarina y actriz norteamericana que a los 14 años, fue contratada como modelo de baile para las películas animadas de Walt Disney Studios, entre las cuales se encuentra Fantasía, Pinocho y Dumbo . Más tarde, actuó como actriz y bailarina en musicales de cine, y en 1957 tuvo

un programa de televisión basado en canciones y bailes. También realizó coreografías creativas para la liturgia y se desempeñó como entrenadora de diálogo y movimiento para la miniserie de televisión de 1978, The Awakening Land, ambientada a fines del siglo XVIII en el Valle de Ohio.

En 1947 se casa con el bailarín Gower Champion y juntos aparecerían en varias películas entre las décadas de 1940 y 1950, entre ellas: Till the Clouds Roll By (1946), la primera que realizaron, Show Boat (1951) y Everything I Have Is Yours (1952). Otras películas con Gower incluyeron Mr. Music (1950, con Bing Crosby), Give a Girl a Break (1953), Jupiter's Darling (1955), junto a Esther Williamas y Three for the Show (1955), al lado de Betty Grable y Jack Lemmon. La MGM quería que la pareja hiciera una nueva versión de las películas de Fred Astaire y Ginger Rogers, pero solo una, Lovely to Look At (1952), una nueva versión de Roberta (1935), se completó. La pareja se negó a rehacer cualquiera de los otros títulos, cuyos derechos aún eran propiedad del estudio RKO. En 1968 hace una rara aparición dramática en la película The Swimmer (El nadador), que protagonizara Burt Lancaster.

Durante el verano de 1957, los Champion tuvieron su propia serie de televisión, The Marge and Gower Champion Show, una comedia de situación con números de canciones y bailes. Para el teatro Champion apareció en varios musicales y obras de Broadway como intérprete. Hizo su debut en Nueva York en What's Up (1943). También actuó en La oscuridad de la luna (1945) como la bella bruja y Beggar's Holiday (1946). Hizo su último rol estelar en Broadway en 3 for Tonight en 1955. Su última aparicón en las tablas fue una actuación especial como Emily Whitman en el renacimiento teatral de Broadway de 2001 de Follies. Ella dijo que "como bailarina, cuando tienes cuarenta años, ya has terminado. Si alguna vez vuelvo, quiero ser actriz, dura mucho. Pero tenía 81 años cuando estaba en "Follies".

Marge Champion falleció en 21 de octubre de 2020 a los 101 años de edad. Siempre decía que su buena salud era producto de los principios de enseñanza de su padre, quien era profesor de danza: progresión cuidadosa y estricta de la actividad, énfasis en la alineación correcta, ubicación precisa del cuerpo, atención al detalle y a la totalidad de la dinámica y el fraseo.

Paul Leduc (78). Director mexicano de cine,

Paul Leduc nació en Ciudad México el 11 de matzo de 1942 y fue una figura cimera del cine independiente mexicano de la década de 1970. Realizó estudios de arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de teatro con el maestro Seki Sano, antes de ganarse una beca en 1965 para estudiar cine en París, en el Institute d’Hautes Etudes Cinématographiques (Instituto de Altos Estudios Cinematográficos, IDHEC, ahora FEMIS).

Luego de trabajar para la televisión francesa, regresó a México y creó con la productora Bertha Navarro, el camarógrafo Alexis Grivas y el editor Rafael Castanedo el grupo Cine 70, que produjo numerosos cortos documentales para el Comité Olímpico. En ese período escribió crítica cinematográfica en diarios y revistas e intervino en producciones hoy consideradas clásicas, como El grito (1968), de Leobardo López Aretche, y México, la revolución congelada (1970), de Raymundo Gleyzer.

Leduc llamó la atención de la crítica internacional con su primera película de ficción, Reed, México insurgente (1973), basada en el libro Insurgent Mexico, del periodista norteamericano John Reed, que narra con un estilo documental las experiencias en México del reportero, interpretado por Claudio Obregón, durante la revolución de 1910. El filme obtuvo el premio Georges Sadoul de Francia a Mejor filme extranjero. Seguidamente, el cineasta y la actriz Ofelia Medina obtuvieron su consagración como profesionales del cine con el largometraje Frida, naturaleza viva (1984), biografía de la pintora Frida Kahlo. La película ganó varios premios, entre ellos el Premio Coral a la Mejor Película en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, donde Medina también obtuvo el premio a la Mejor Actriz.

Otras películas de su filmografía son: ¿Cómo ves? (1986), con actuaciones de Roberto Sosa, Blanca Guerra y Eduardo López Rojas; Concierto barroco, de la de la obra literaria de Alejo Carpentier, con Francisco Rabal, Ángela Molina, Ernesto Gómez Cruz, Roberto Sosa y Dolores Pedro; Latino Bar (1991), cuarta adaptación de la novela Santa, de Federico Gamboa, con Dolores Pedro, Roberto Sosa, Ernesto Gómez Cruz y Juana Bacallao; y Dollar Mambo (1993), drama sobre la invasión estadounidense a Panamá, con Dolores Pedro, Roberto Sosa, Gabino

Diego y Litico Rodríguez. Después de Dollar Mambo, la el cineasta se acogió a un retiro voluntario en la década de 1990, y después de más de 15 años de no filmar, reaparece en el 2006 con Cobrador: In God We Trust, premiada también en el Festival de La Habana por su edición.

Durante sus años de matrimonio con Bertha Navarro tuvo a su hija, Valentina Leduc Navarro, quien es también cineasta. Falleció el 21 de octubre de 2020 a los 78 años de edad.

Enrique Colina (76). Director y crítico cubano de cine.

Enrique Colina nació en La Habana el 27 de abril de 1944. Fue un crítico de cine de fuerte arraigo popular, por conducir durante más de 30 años el espacio semanal de crítica cinematográfica 24 x segundo, empleando un lenguaje simple, pero a la vez bien profesional, que llegaba a todo tipo de espectador.

Comenzó a trabajar en el ICAIC en el año 1962. Después de varios meses en esa Institución, pasa a trabajar al Consejo Nacional de Cultura como traductor e intérprete, y como especialista, en el departamento de Literatura. En 1968, regresa al ICAIC como crítico de cine, época en que realiza y dirige el ya mencionado programa para la televisión cubana. En 1984 filma su primer documental Estética.

Su cine se caracteriza por un humor incisivo, de buen gusto y sobre todo crítico. Sus documentales eran siempre bien recibidos por el público y la c´ritica y de ellos destacan: Vecinos (1985), Más vale tarde que nunca, Jau y Chapucerías, todos realizados en 1986. Incursiona favorablemente en la ficción con el largometraje Entre ciclones (2003), contando con las actuaciones de Mario Balmaceda y Mijail Mulkay.

Fue profesor de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y de la Facultad de Arte y de los Medios Audiovisuales, ( FAMCA), del Instituto Superior de Arte, en La Habana. También impartió cursos y talleres cinematográficos en diferentes Universidades de Francia, Canadá y Marruecos.

Enrique Colina falleció en La Habana el 27 de octubre de 2020.

Broselianda Hernández (56). Actriz cubana de cine, teatro y televisión.

Nacida como Broselianda Hernández Boudet en La Habana el 3 de agosto de 1964, era una de las actrices cubanas más queridas por el público. De carisma indudable y de un enorme talento, fue una de las actrices de la generación del 60 del pasado siglo que más impactó a la crítica especializada. Su dominio de la escena, ya fuera en las tablas, como para la pequeña o gran pantalla, la hacían preferida por los directores y productores. Sus personajes lo impregnaban de una sinceridad realista que calaba en lo más hondo del espectador, haciendo que sus actuaciones llegaran hasta el máximo clímax. Recordemos su inolvidable escena junto a Mónica Alonso en la telenovela Doble juego, donde sin “tapujos” o los tan usados movimientos de cámara lenta para encubrir el realismo necesario, protagonizó una de las escenas de violencia familiar más cruda que se hayan filmado para la televisión cubana.

Debutó en el cine en el cortometraje de Rebeca Chávez de 1986 Castillos en el aire, comenzando una carrera cinematográfica que incluye varias producciones nacionales e internacionales. Era una preferida del cineasta español Manuel Gutiérrez Aragón, quien la solicitó para dos películas: Cosas que deje en La Habana de 1997 y Una Rosa de Francia en 2005. Actuó también bajo las órdenes de Humberto Solás en 2005 en Barrio Cuba y para Fernando Pérez en 2010 en José Martí: El ojo del canario. Se cuenta que cuando Fernando Pérez preparaba la filmación y el casting, Broselianda con la determinación que le caracterizaba para todas las cosas, llamó a Fernando y le dijo: Leonor Pérez soy yo. Y no se equivocó, porque su Leonor Pérez es y será siempre inolvidable.

Protagonizó múltiples programas televisivos, entre los que se destacan las telenovelas: Cuando el agua regresa a la tierra, Doble juego y Las honradas. En el teatro dio vida a la heroína de Federico Garcia Lorca Yerma, entre otras tantas obras que interpretó. En el 2000 trabajó como actriz invitada en la Compañía de Teatro Hispano Gala en Washington D. C.

El cuerpo sin vida de Broselianda Hernández fue encontrado en las aguas de una playa de North Miami Beach, ciudad donde residía, el 18 de noviembre de 2020. Si bien todo indicaba que murió ahogada al no presentar signos de violencia, las autoridades declararon un posible suicidio la causa de su muerte. Tenía cincuenta y seis años.

Flor Silvestre (90). Actriz y cantante mexicana de cine, teatro y televisión.

Flor Silvestre nació como Guillermina Jiménez Chabolla en Guanajuato el 16 de agosto de 1930 y falleció en Zacatecas el 25 de noviembre de 2020 que triunfó tanto como cantante de música ranchera y actriz.

Famosa por su melodiosa voz que transmitía los sentimientos de la cantante y su particular estilo interpretativo, que hicieron se le apodara “La Sentimental” y “La Voz Que Acaricia”, Flor Silvestre fue una de las intérpretes femeninas más emblemáticas de la música mexicana, dentro de los géneros de la ranchera, el bolero, el bolero ranchero y el huapango.

Bella y escultural, Flor Silvestre destacó en el cine mexicano como figura estelar de la época de oro. Hizo su debut como actriz en la película Primero soy mexicano (1950), dirigida y coprotagonizada por Joaquín Pardavé. Actuó al lado de grandes comediantes como Cantinflas, en El bolero de Raquel (1957); con Tin Tan, en ¡Paso a la juventud! (1958) y Escuela de verano (1959); Junto a Resortes, en El gran pillo (1960); y con la pareja de Viruta y Capulina, en Dos locos en escena (1960). Además, protagonizó comedias en las que los personajes principales eran mujeres: Las hermanas Karambazo (1960), Poker de reinas (1960), Las tres coquetonas (1960) y Tres muchachas de Jalisco (1964). Trabajó con el reconocido cineasta mexicano Ismael Rodríguez en dos películas: La cucaracha (1959), donde cantó a dueto con María Félix, y Ánimas Trujano (1961), la segunda película mexicana nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa, en la que compartió créditos estelares con el actor japonés Toshiro Mifune. Flor Silvestre participó en más de setenta películas a lo largo de cuarenta años. En 2013, la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México (PECIME) la galardonó con la Diosa de Plata.

En 1990, Flor Silvestre filmó su última película, Triste recuerdo (estrenada en 1991), basada en la exitosa canción del mismo nombre de su esposo Antonio Aguilar, con quien estuvo casada durante 48 años hasta el fallecimiento de él. Ella interpretó a Susana Guzmán, una mujer provinciana que se reencuentra con su verdadero amor (Aguilar), a quien dejó por pensar que él le había sido infiel. Después de filmar esta película, se retiró de manera definitiva de la actuación y del cine mexicano.

Pamela Tiffin (78). Actriz norteamerican de cine.

Pamela Tiffin Wonso nació en Oklahoma City el 13 de octubre de 1942 y

falleció en New York el 4 de diciembre de 2020.

Estando de de vacaciones en Hollywood, cuando visitó el lote de Paramount Pictures, fue descubierta por el productor Hal B. Wallis, quien hizo que le probaran la pantalla. Esto la llevó a ser elegida para la versión cinematográfica de Summer and Smoke (Humo y verano, Peter Glennville, 1961), recibiendo una nominación a los Globos de Oro como la Actriz más prometedora. En 1962 es nominada nuevamente, pero ahora en la categoría de actriz de reparto, por su trabajo en One, Two, Three (Uno, dos, tres, Billy Wilder), al lado del veterano James Cagney.

Tiffin continuó filmando, principalmente en películas dirigidas a jóvenes y adolescentes y en 1964 la Fox la puso en el remake, The Pleasure Seekers (Las buscadoras de placer, Jean Negulesco), una nueva versión de Three Coins in the Fountain (Tres Monedas en la fuente, 1954), también de Negulesco, pero que no corrió la misma suerte de grandes éxitos que la original. En 1966, con mejor fortuna, trabaja al lado de Paul Newman, Lauren Bacall y Janet Leigh en Harper (Harper, Jack Smight) y decide en 1967 probar fortuna en Italia. En ese país filma películas junto a Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman y el director Marcello Fondato la solicita para su película Los protagonistas (1967), al lado de Sylva Koscina. Posteriormente regresa a Estados Unidos, pero al cabo de dos años regresa a Italia, continuando su carrera es ese país.

Tiffin también trabajó brevemente en Broadway y en 1967 recibió el Premio del Mundo del Teatro por su participación en la obra Cena a las ocho.

Robert Hossein (93). Actor, director y escritor francés de cine.

Robert Hossein nació en París el 30 de diciembre de 1927 y falleció en Essey-lès-Nancy el 31 de diciembre de 2020.

Personalidad multifacético, dirigió su primera película en 1956 Les Salauds vont en enfer (Los cabrones van al infierno), con la actriz Marina Vlady, por entonces su esposa. Desde el principio, Hossein estableció sus marcas características: usar una trama de suspenso aparentemente sencilla y subvertir sus convenciones para concentrarse en las relaciones cotidianas. Los mecanismos de la culpa y la forma en que destruye las relaciones es otro tema recurrente, presumiblemente

influenciado por el interés de toda la vida de Hossein en las obras de Dostoyevsky.

Su película de 1982 Les Misérables se inscribió en el 13 ° Festival Internacional de Cine de Moscú, donde ganó un Premio Especial. Aunque Hossein tuvo algunos éxitos internacionales modestos con películas como El vampiro de Düsseldorf, muy exitosa en Cuba, su cine fue muy criticado, por el decir de algunos, de un uso excesivo del melodrama en sus películas. A excepción de dos o tres filmes suyos, sus películas siguen sin estar disponibles comercialmente y son muy difíciles de ver.

Como actor se le recuerda, entre otras en la versión fílmica de la novela de Christine Rochefort El reposo del guerrero (Roger Vadim, 1962) y en 1981 en el filme de Claude Lelouch Los unos y los otros..

Cerca de los cincuenta años, Hossein fue bautizado en la Iglesia Católica Romana. Según un artículo escrito por Emannuel Peze, Hossein experimentó una conversión al catolicismo en 1971 durante una visita a la aparición mariana en San Damiano en Lombardo Italia. En 2007, presentó una obra de teatro titulada No tengas miedo (N'ayez pas peur) de la vida del Papa Juan Pablo II. Tenía una devoción especial a Santa Teresa de Lisieux.

Fuentes:

Wikipedia, Ecured, Agencia Cubana de Noticias

Agradecimientos:

Esta sección no hubiese sido posible su redacción, sin la colaboración de las siguientes personalidades:

- Juan José Rodríguez Menéndez

- Antonio Mazón Robau

- Mario Naito

Dado que el año 2020 fue un año atípico y esta sección recogía los principales certámenes realizados en el año que acababa de concluir, el Consejo de Redacción determinó plasmar en la misma las premiaciones efectuadas hasta el cierre de nuestra edición.

93ª Ceremonia de los premios Oscar

Película: Nomadland, de Chloé Zahó Director: Chloé Zahó, por Nomadland Actriz: Frances McDormand, por Nomadland Actor: Anthony Hopkins, por The Father Actriz de reparto: Yuh Jung Youn, por Minari Actor de reparto: Daniel Kaluuya, por Judas and the black Messiah Guión original: Emerald Fennell, por Promising Young Woman Guión adaptado: Christopher Hampton y Florian Zeller, por The Father Banda sonora: Nicolas Becker, Jaime Baksht, Michelle Couttolenc, Carlos Cortés y Phillip Bladh, Sound of Metal Música: Trent Reznor, Atticus Ross, Jon Batiste, por Soul Canción original: Fight for you, de Judas and the black messiah, Musica de H.E.R. y Dernst Emile II; Letra por H.E.R. and Tiara Thomas Fotografía: Erik Messerschmidt, por Mank Edición: Mikkel E.G. Nielsen, por Sound of Metal Diseño de producción: Donald Graham y Jan Pascale, por Mank Vestuario: Ann Roth, por Ma Rainey´s Black Bottom Maquillaje y peinados: Sergio López-Rivera, Mia Neal y Jamika Wilson, por Ma Rainey´s Black Bottom Efectos visuales: Andrew Jackson, David Lee, Andrew Lockley y Scott Fisher, por Tenet Largometraje de animación: Soul, de Pixar Cortometraje de animación: If Anything happens I Love You, de Netflix Documental de largometraje: My Octupus Teacher, de Netflix Documental de cortometraje: Colette, de Time Travel Unlimited Corto de ficción: Two Distant Strangers Película extranjera: Another Round (Dinamarca)

78ª entrega de los Globos de Oro

Película Drama: Nomadland, de Chloé Zhao Película comedia o musical: Borat 2 Guión: Aaron Sorkin, por El juicio de los 7 de Chicago Película extranjera: Minari (EE UU) Película animada: Soul Mejor director: Chloé Zhao, por Nomadland Actriz (drama): Andra Day, por Los Estados Unidos contra Billie Holiday Actriz (comedia/musical): Rosamund Pike, por I Care a Lot Actor (drama): Chadwick Boseman, por La madre del blues Actor (comedia/musical): Sacha Baron Cohen, por Borat 2 Actriz de reparto en película: Jodie Foster, por El mauritano Actor de reparto en película: Daniel Kaluuya, por Judas and the Black Messiah Actriz de serie dramática: Emma Corrin, por The Crown Actor de serie dramática: Josh O’Connor, por The Crown Actor de serie musical o comedia: Don Cheadle, por Black Monday Actriz de serie musical o comedia: Catherine O’Hara, por Schitt’s Creek Actriz de reparto en serie (cualquier género): Gillian Anderson, por The Crown Actor de reparto en serie (cualquier género): John Boyega, por Small Axe Premio Cecil B. DeMille: Jane Fonda Actor en serie de edición limitada: Mark Ruffalo, por La innegable verdad Actriz en serie de edición limitada: Anya Taylor-Joy, por Gambito de dama Mejor serie de edición limitada: Gambito de dama Serie dramática: The Crown Serie comedia: Schitt’s Creek Mejor banda sonora: Trent Reznor, Atticus Ross y Jon Batiste, por Soul Mejor canción: Diane Warren, Laura Pausini y Niccolò Agliardi, por Io sì de La vida por delante

71° Festival Internacional de Cine de Berlín

Oso de oro: Bad Luck Banging or Loony Porn, de Radu Jude (Rumanía) Gran Premio del Jurado: Wheel of Fortune and Fantasy, de Ryusuke Hamaguchi, (Japón) Oso de plata a la mejor actuación: Maren Eggert, por I´m Your Man, de María Schrader Oso de plata a la mejor actuación de reparto: Lilla Kizlinger, por Forest - I See You Everywhere, de Bence Fliegauf Oso de plata a la mejor dirección: Dénes Nagy, por Natural Light (Hungría) Premio al Mejor Documental: Mr Bachmann and His Class, de Maria Speth Oso de plata al mejor guión: Introduction, de Hong Sang-soo (Corea)

Premio Mejor Contribución artística: A Cop Movie, de Alonso Ruizpalacios (México) Oso de Oro al mejor cortometraje: My Uncle Tudor, de Olga Lucovnicova Oso de Plata al mejor cortometraje: Day is Done, de Zhang Dalei Premio de la FIPRESCI de la competición oficial: What Do We See When We Look at the Sky?, de Alexandre Loberidze

Nota: El Festival no entregó Premios de actuación atendiendo a género.

74ª edición de los premios BAFTA

Película: Nomadland, de Chloé Zhao Director: Chloé Zhao, por Nomadland Actriz: Frances McDormand, por Nomadland Actor: Anthony Hopkins, por The Father Actriz de reparto: Yuh-Jung Youn, por Minari Actor de reparto: Daniel Kaluuya, por Judas and the black Messiah Guión original: Promising Young Woman Guión adaptado: Christopher Hampton y Florian Zeller, por The Father Música: Jon Batiste, Trent Reznor y Atticus Ross, por Soul Fotografía: Joshua James Richards, por Nomadland Edición: Mikkel EG Nielsen, por Sound of Metal Diseño de producción: Donald Graham Buró y Jan Pascale, por Mank Vestuario: Ann Roth, por Ma Rainey’s Black Bottom Maquillaje y peinado: Matiki Anoff, Larry M. Cherry, Sergio López -Rivera, Mia Neal, por Ma Rainey’s Black Bottom Efectos visuales: Scott Fisher, Andrew Jackson, Andrew Lockley, por Tenet Largometraje de animación: Soul, de Pete Docter, Dana Murray Cortometraje de animación: Mole Hill, Laura Duncalf, por The Owl and the Pussycat Cortometraje de ficción: Farah Nabulsi, por The Present Casting: Lucy Pardee, por Rocks Película de habla no inglesa: Another Round, de Thomas Vinterberg y Sisse Graum Jørgensen (Dinamarca) Premio estrella naciente (otorgado por el público): Bukky Bakray Documental: My Octopus Teacher, de Pippa Ehrlich, James Reed y Craig Foster Mejor filme británico: Promising Young Woman Premio al director, guionista o productor británico novel: Remi Weekes, por His House

35ª Ceremonia de entrega de los premios Goya

Película: Las niñas, de Pilar Romero Director: Salvador Calvo, por Adú

Director novel: Pilar Romero, por Las niñas Actriz: Patricia López Arnaiz, por Ane Actor: Mario Casas, por No matarás Actriz de reparto: Natalie Poza, por La boda de Rosa Actor de reparto: Alberto San Juan, por Sentimental Actriz revelación: Jone Laspiur, por Ane Actor revelación: Adam Nourou, por Adú Guión original: Pilar Palomero, por Las niñas Guión adaptado: David Pérez Sañudo y Marina Parés Pulido, por Ane Película hispanoamericana: El olvido que seremos (Colombia), de Fernando Trueba Película europea: El padre, de Florian Zeller Banda sonora: Eduardo Esquide, Jamaica Ruiz García, Juan Ferro, y Nicolás de Poaulpique, por Adú Música: Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregui, por Akelarre Canción original: Que no, que no, de Rozalen, por La boda de Rosa Fotografía: Daniela Cajías, por Las niñas Edición: Sergio Jiménez, por El año del descubrimiento Dirección de producción: Ana Parra y Luis Fernández Lago, por Adú Dirección artística: Mikel Serrano, por Akelarre Goya de Honor: Angela Molina Vestuario: Nerea Torrijos, por Akelarre Maquillaje y peluquería: Beathushka Wojtowicz y Ricardo Molina, por Akelarre Efectos especiales: Mariano García Marty y Ana Rubio, por Akelarre Mejor película de animación: La gallina Turuleca Cortometraje de animación: Abraham López Guerrero, por Blue & Malone:Casos imposibles Largometraje documental: El año del descubrimiento Cortometraje documental: Mabel Lozano, por Biografía del cadáver de una mujer Corto de ficción: Javier Marco Rico, por A la cara

Premios César del cine Francés

Mejor película: Adiós a los idiotas, de Albert Dupontel Mejor actor: Sami Bouajila, por Un hijo Mejor actriz: Laure Calamy, por Antoinette dans les Cévennes Mejor director: Albert Dupontel, por Adiós a los idiotas Mejor film en lengua extranjera: Another Round, de Thomas Vinterberg (Dinamarca) Mejor actor secundario: Nicolas Marié, por Adiós a los idiotas Mejor actriz secundaria: Émilie Dequenne, por Las cosas que se dicen, las cosas que se hacen Mejor actor revelación: Jean-Pascal Zadi, por Simplemente todo negro

Mejor actriz revelación: Fathia Youssouf, por Mignonnes Guión original: Albert Dupontel, por Adiós a los idiotas Guión adaptado: Stéphane Demoustier, por La chica del brazalete Vestuario: Madeline Fontaine, por La buena esposa Dirección artística: Carlos Conti, por Adiós a los idiotas Fotografía: Alexis Kavyrchine, por Adiós a los idiotas Edición: Tina Baz, por Adolescentes Música original: Rone, por La Nuit venue Canción original: Yolande Decarsin, Jeanne Delplancq, Fanny Martin y Olivier Goinard, por Adolescentes Mejor Ópera Prima: Filippo Meneghetti, por Dos Película extranjera: Another Round, deThomas Vinterberg (Dinamarca) Película de animación: Joseph, de Aurel Mejor cortometraje: Que importa si las bestias mueren, de Sofia Alaoui Mejor cortometraje de animación: La hora de los osos, de Agnès Patron César de estudiantes secundarios: Adiós a los idiotas, de Albert Dupontel

Nota: Agradecemos las colaboraciones de Juan José Rodríguez Menéndez, Antonio Mazón Robau y Francisco Antonio Martínez Hraste, sin las cuales no hubiera sido posible la realización de este artículo.

Premio Nacional de Cine: Mario Balmaseda

Por F. Antonio Martínez

El jurado compuesto por el guionista Senel Paz (Premio Nacional de Cine 2020) quien lo presidió, la actriz Paula Alí, la productora Lourdes García, el director de fotografía Raúl Rodríguez (Premio Nacional de Cine 2017), el músico Ulises Hernández, el director Enrique Álvarez, y el crítico de cine Carlos Galiano, otorgó el Premio Nacional de Cine 2021 al actor Mario Balmaceda.

Nacido como Mario Federico Balmaseda Maurisco en La Habana, el 19 de enero de 1941, fue premiado por su versatilidad y trayectoria excepcionales, las cuales le habían permitido obtener con anterioridad los galardones nacionales de Teatro (2006) y Televisión (2019).

Debuta en el cine bajo las órdenes de Mario Octavio Gómez en 1971, en la película Los días del agua, donde le dio vida al personaje de Tony Guaracha. A partir de entonces ha tenido una fructífera y extensa carrera en el cine que incluye, entre otros títulos, El hombre de Maisinicú (Manuel Pérez Paredes, 1973), De cierta manera (Sara Gómez, 1974), El brigadista (Octavio Cortázar, 1977), Se permuta (Juan Carlos Tabío, 1984), En tres y dos (Rolando Díaz, 1985), Baraguá (José Massip, 1986), en donde encarnó a Antonio Maceo; La inútil muerte de mi socio Manolo (Julio García Espinosa, 1990) y Entre ciclones (Enrique Colina, 2002). Con 74 años, en el 2015, apareció en dos películas; La obra del siglo (Carlos M. Quintela, 2015) y Vuelos Prohibidos, de Rigoberto López.

Se hizo popular en la pequeña pantalla través de seriales y telenovelas como Aventuras de Juan Quinquín, En silencio ha tenido que ser, La gran rebelión y Un bolero para Eduardo. En el teatro se le recuerda por su interpretación de Lenin en la obra El carrillón del Kremlin, donde alternaba con otro grande de la interpretación cubana, Enrique Molina.

El Premio Nacional de Cine, es el premio cinematográfico más importante que se entrega en Cuba. Se dio a conocer por primera vez en 2003 y desde entonces ha sido entregado, entre otras importantes personalidades a Alfredo Guevara, Iván Nápoles, Julio García Espinosa, Daisy Granados, Eslinda Núñez, Humberto Solás, Livio Delgado y Enrique Pineda Barnet. DETRÁS DE LAS CÁMARAS

Por Giselle Aparicio

Siempre se ha comentado que la gran leyenda del cine Bette Davis era una mujer irascible que acostumbraba a pelear con sus coprotagonistas y directores. Si bien es cierto que sus peleas fuera y dentro del set con Miriam Hopkins hicieron historia, a quien públicamente acusaba de ser una mala persona, otras figuras de Hollywood también fueron blanco de sus ironías y comentarios ácidos. A , con quien trabajase para la telveisión, la tildaba de ser una persona poco profesional y engreída, por sus constantes tardanzas a la hora de presentarse a filmar. Nunca le perdonó a Susan Hayward que realizara un medriocre remake de su película favorita Dark Victory (Amarga Victoria, Edmund Goulding, 1939), titulada Stolen Hours (Horas robadas, Daniel M. Petrie, 1963). Cuando tuvo que trabajar con ella en Where Love Has Gone (Cuando el amor se va, Edward Dmytrik, 1964), en una entrevista ante del estreno del filme declaró: Hice lo que mejor pude al lado de Jane Greer y de esa otra actriz cuyo nombre no recuerdo.

No respetaba a los directores que no le daban confianza por los titubeos a la hora de dirigirla. Al respecto comentaba: Una vez un director me dijo”Bette entras a escena por la derecha” e inconcientemente riposté ¿por la derecha?. Inmediatamente me dijo “si lo crees mejor entra por la izquierda”. Ni modo, si un director no está seguro de lo que quiere, no tendrá mi respeto.

Con las actrices y actores era recelosa, pero respetaba muchísimo a aquellos cuya profesionalidad y seriedad mostraban en sus trabajos, entre ellos Claude Rains, Geraldine Fitzgerald, Paul Henreid, Jane Bryan, a quien acogió como su protegida mientras la misma estuvo activa en el cine, Olivia De Havilland, Natalie Wood, etc. Al respecto Natalie Wood expresaba que cuando filmó con Bette The Star (La estrella, Stuart Hesiler, 1952), tenía una escena en el mar, y le daba pánico hacerla por temor ahogarse. Recuerda que empezó a gritar y que Bette debió haber escuchado sus gritos y le dijo al director: Yo no sé si Ud. hará algo, pero yo no me quedaré acá mientras esa niña está aterrorizada. Si deseaban un nadador hubiesen buscado a Johnny Weismuller.

Cuando le brindaba su amistad a un colega, la misma era sincera y honesta. De ahí su larga relación amistosa con varios de sus compañeros, entre ellos Olivia de Havilland, Paul Henreid, y otras que no tuvieron un comienzo acogedor, pero que posteriormente perduraron siempre. Una de esas amistades fue la que sostuvo con

la actriz y compañera del estudio Warner Bros, .

Ann Sheridan en diferentes entrevistas manifestó que ella siempre admiró a Bette Davis, incluso antes de ser actriz. Era su ídolo, no se perdía ninguna película de ella, incluso cuando ya había logrado ser una actriz establecida. No obstante conocía del carácter temperamental de la Davis y de sus famosas peleas con Miriam Hopkins. Por eso cuando la Warner le asignó ser la coestrella de Bette Davis en The Man Who Came to Dinner (El hombre que vino a cenar, William Keighley, 1941) tuvo una extraña sensación de enorme alegría y preocupación. Preocupada porque no sabía como Bette había tomado que ella hiciese dos remakes de películas suyas, Three on a Match (Tres vidas de mujer, Mervyn LeRoy, 1933) y 20,000 Years in Sing Sing (20,000 años en Sing Sing, Michael Curtiz, 1932), realizadas antes de que la Sheridan debutara en el cine en 1934. Los remakes fueron Broadway Musketeers (Las inseparables, , 1938) y Castle on the Hudson (Años sin dias, Anatole Litvak, 1940), respectivamente.

Relata que durante el rodaje de la película Bette Davis la acogió con frialdad en la filmación y en los recesos de la misma. Mientras ambas esperaban para ir ante las cámaras, la Davis no pronunciaba una palabra, se limitaba a tejer y ella mientras tanto optaba por sentarse en una silla y limarse las uñas. Aceptaba esa acogida y los cambios bruscos de carácter de la Davis, porque no estaba dispuesta a pelear ni a buscarse su enemistad, pues a pesar de todo seguía siendo su ídolo.

La Sheridan recordaba que mientras rodaba The Man Who Came to Dinner, filmaba a la vez en otro set Kings Row (Cumbres de pasión, Sam Wood, 1941), dos películas de temas muy diferentes y épocas distintas, que la obligaba ir de un set a otro en el mismo día y someterse a nuevo maquillaje, peinados y vestuario. Uno de esos días la filmación de Kings Row demoró y llegó con retraso al set donde filmaba The Man Who Came to Dinner y el productor bien molesto comenzó apurarla y a maldecir. De pronto se oyó una voz diciendo: por todos los diablos dejen a esta mujer tomarse su tiempo o filmemos otra escena. Era Bette Davis y desde ese momento, su entonces preocupación la dejó a un lado, pues comprendió que Bette respetaba su trabajo y no tenía ninguna reserva hacia ella por haber filmado esos remakes.

Ese fue el inicio de una tímida amistad que tomó fuerza cuando en diciembre de 1944 Ann Sheridan comenzó una huelga contra el estudio, que le costó una suspensión de 18 meses, la más larga que recoge la historia de los estudios de Hollywood. Ann expresó que durante ese tiempo Bette Davis la apoyó fuertemente y le aconsejaba: No cedas Annie, eres una actriz bien establecida y respetada y como tal deben tratarte. Ese fue el verdadero comienzo de una amistad que duró hasta el fallecimiento de Ann Sheridan el 21 de enero de 1967.

Notas del estudio Warner Bros recoge que cuando el director Robert Aldrich le presentó el proyecto a Jack Warner de Hush Hush...Sweet Charlotte (Canción de cuna para un cadáver, 1964) de la cual Bette Davis era la productora, la actriz seleccionada era Ann Sheridan, pero Warner exigió a Joan Crawford para repetir el éxito de What Ever Happened to Baby Jane? (¿Qué pasó con Baby Jane?, Robert Aldrich, 1962). Finalmente, después de abandonar la Crawford la filmación, fue reemplazada por Olivia De Havilland.

Algunas pinceladas sobre Bette Davis

- Tomó el nombre de Bette, después de leer la novela de Honoré de Balzac La prima Bette. Anteriormente era apodada como Betty.

- Fue la primera mujer presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

- Primera actriz en obtener 10 nominaciones a los Oscar por sus actuaciones y la primera mujer en recibir el premio a la Trayectoria del American Film Institute.

- Tiene dos estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood, una por su carrera cinematográfica y la otra por sus diversos papeles en series y películas de televisión.

- El 19 de julio de 2001, Steven Spielberg compró en una subasta de Christie's el Oscar conseguido por Bette Davis como mejor actriz en Jezabel (Jezabel la tempestuosa, William Wyler,1938) por 207.500 USD y lo devolvió a la Academia. Igual acción realizó el 14 de diciembre de 2002 a comprar de manera anónima el Oscar que ganó por su actuación en Dangerous (Peligrosa, Alfred E. Green, 1935). Lo hizo en una subasta de Sotheby's en Nueva York al precio de 578.000 USD y también lo devolvió a la Academia.

- En 2008 Estados Unidos lanzó un sello de 42 centavos con la imagen de Bette Davis en el rol protagónico de Margot Channig en el film All about Eve (La malvada, Joseph L. Mankiewicz 1950). La foto de dicho sello encabeza el comienzo de este artículo.

- La malvada está basada en la experiencia vivida por la actriz Elisabeth Bergner cuando interpretaba la obra The Two Mrs. Carrolls entre 1943 y 1944, y que contó a la autora Mary Orrganó . Esta obra fue llevada al cine por el director Peter Godfrey en 1945 y titulada en español Inspiración Trágica. No se estrenó hasta 1947. 120 años del nacimiento de Clark Gable.

Actor elegante, de temperamento fuerte, pero a su vez gentil y amable, fue un enamorado de Cuba, país que visitó varias veces. Visitante asiduo al Sloppy Joe´s Bar, era huésped ilustre del Hotel Nacional y frecuentaba la finca La Vigía, para compartir con el escritor .

Su última película fue The Misfits (Los inadaptados, John Huston, 1960), junto a Marilyn Monroe y Montgomery Clift. Había ganado un Oscar en 1934 por su desempeño en el filme It Happened one Night (Sucedió una noche, Frank Capra, 1934). Falleció en Los Angeles el 16 de noviembre de 1960.

El Congreso Mundial y la Asamblea de Delegados de SIGNIS, que debían realizarse en agosto de 2021, en Seúl, Corea del Sur, se aplazarán hasta el verano de 2022, según decisión del Consejo Directivo de SIGNIS, en su última reunión del 22 de junio de 2020. La postergación de los dos eventos mundiales se resolvió con doce votos a favor y una abstención, luego de recibir el consentimiento respectivo del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, garante de la adhesión de SIGNIS a sus estatutos canónicos.

La trata de niños: un crimen contra Dios y la Humanidad

La película Sound of Freedom es parte de la realidad que vive a diario en el mundo y narra la trata y el abuso infantil. Basada en eventos reales, la película está producida por el actor Eduardo Verastegui, y en ella actúa también el actor Jim Caviezel. Los conocidos actores y todo el equipo de filmación se involucraron mucho en el problema de la trata de niños y el tráiler de la película fue presentado por Eduardo Verastegui en las redes sociales durante el Día Internacional de la Lucha contra la Trata de Seres Humanos.

El testimonio personal de los actores y su compromiso con la realización de la película son conmovedores. Caviezel dijo que asistió a misa todos los días durante el rodaje de las escenas de Sound of Freedom. Por otro lado, Verástegui en sus canales sociales llevó varios meses orando el Rosario Por El Mundo con cientos de miles de personas por el fin del delito de secuestro y abuso infantil.

Antes de comenzar a trabajar en la película, Verástegui se reunió con el Papa Francisco y le pidió su bendición para que el proyecto ayudara a detener la trata de niños. La película trata sobre el rescate de 127 niños abusados sexualmente en Colombia. Al respecto el actor español expresó “Dejemos que Sound of Freedom llegue a muchos corazones y ayude a cambiarlos. La fe mueve montañas y da esperanza”. El actor también es miembro de la Fundación Papal.

Festival de Cine de Biarritz. En el último Festival de Cine de Biarritz, en la competencia de documental, Latinoamérica estuvo representada por siete países, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México y Uruguay. Cuba estuvo presente con la obra de Heidi Hassan y Patricia Pérez Fernández A media voz. En este documental, las cineastas se apoyan en el autorretrato epistolar de las mismas para reanudar una amistad perdida a causa del exilio.

Este documental había sido presentado con gran aceptación del público y la crítica, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en 2019.

El galardonado actor de cine Joaquin Phoenix, quien fuera ganador del premio Oscar, como Mejor Actor, por su interpretación en la película Joker, es el protagonista del cortometraje Guardianes de la vida. La película es la primera de una serie de 12 cortometrajes producidos en la campaña Mobilize Earth para llamar la atención sobre la situación del deterioro ambiental de nuestro planeta. Es un proyecto que realizan en conjunto Amazon Watch y Extinction Rebellion.

Phoenix es un actor bien reconocido por su posición a favor de la protección del medio ambiente y los efectos nocivos que varias prácticas de monopolios y transnacionales han realizado, contribuyendo las mismas al cambio climático. Phoenix tiene la intención de participar en otros cortometrajes de la serie, si sus múltiples compromisos profesionales y sociales se lo permiten,

El Sonido de la Esperanza, primera emisora católica cubana.

El pasado 22 de junio de 2020 inició sus transmisiones online RCJ Radio El Sonido de la Esperanza, se trata de la primera emisora Católica Cubana y la primera vez que la Iglesia que peregrina en Cuba logra transmisiones radiales de manera continua desde una plataforma online. De esta manera, un sueño se hace realidad, 24 horas surcando el éter desde internet, todo un reto para un grupo de jóvenes radialistas apasionados que hemos apostado por la evangelización a través de los medios de comunicación.

La emisora tendrá como base los tres mandamientos del periodista, enunciados por el Papa Francisco a todos los comunicadores: Amor a la verdad, vivir con profesionalismo y respetar la dignidad humana.

Confirman Asistente Eclesiástico de SIGNIS.

El sacerdote jesuita mexicano Luis García Orso continuará como Asistente Eclesiástico de SIGNIS por un segundo y último mandato de cuatro años, retroactivo al 5 de agosto de 2019. Así lo decidió el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que reconoció y aprobó los estatutos canónicos de SIGNIS.

Jesuita y un apasionado del cine, García Orso confiesa que creció admirando todos los carteles de cine que anunciaban los próximos estrenos. Así fueron quedando en sus memorias los grandes del séptimo arte, ya fueran directores o artistas, como Vittorio De Sica, la gran Ingrid Bergman, como él la clasifica, Ingmar Bergman, la Magnani y tantos otros.

El silencio de otros.

El documental español El silencio de otros, después de cosechar varios galardones en su país y en el extranjero, entre ellos el EMMY al mejor documental y al mejor documental político, continúa su paso triunfante por las pantallas del mundo y en la plataforma NETFLIX. La nota de prensa que acompañaba la noticia de la Academia de Televisión estadounidense exponía que dedicaban estos premios a los protagonistas y a todas las personas, en todo el mundo, que lucharon y luchan por la verdad, la justicia y la reparación.

El documental dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar, relata la lucha de las víctimas del franquismo y sus familiares que siguen buscando justicia. El largometraje acompaña a víctimas y supervivientes del régimen franquista involucrados en la denominada Querella argentina, que se puso en marcha el 14 de abril de 2010 ante los tribunales de justicia del país americano. Esta iniciativa buscaba conseguir que se investigara los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura franquista y que se identificara a sus responsables y se les sancionara.

En la ceremonia de los Goyas del pasado año, al recibir el premio al Mejor documental, la decisión de la Academia de Cine Española fue largamente ovacionada.

Premiada la actriz italiana Sophia Loren

Sophia Loren, esa leyenda viva del cine italiano e internacional, acaba de ser premiada a sus 85 años (Roma, 20 de septiembre de 1934) con el David Di Donatello como Mejor Actriz, por su actuación en la película La vida por delante (La vita davanti a sé, Edoardo Ponti). La actriz visiblemente emocionada, tras una larga ovación de pie, recordó que hacía 60 años que había recibido su primer premio David por Mejor actriz protagonista (La ciociara, Vittorio De Sica, 1960).

A lo largo de su carrera la Loren ha sido premiada también con el Oscar por su actuación en La Ciociara, película por la cual otra vez fuera premiada su actuación en el Festival de Cannes. El Festival de Venecia la premió con la Copa Volpi de actuación por La Orquídea negra (Martin Ritt) en 1957 y el Festival de Moscú en 1965 por Matrimonio a la Italiana (Vittorio De Sica)

La vida por delante es un remake de la película francesa Madame Rosa, sobre la novela de Romain Gary y que en 1977 filmara el realizador Moshe Mizrahi para alzarse con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Clint Eastwood y sus 91 años. El pasado 31 de mayo el actor y director norteamericano llegó a sus 91 años, con una filmografía envidiable como realizador, donde destacan títulos como Unforgiven (1992), Mystic River (2003), Milion Dollar Baby (2004), o Gran Torino (2008), quizás su filme más logrado.

Ya algo sordo y visiblemente desgastado, Eastwood afirma que no tiene intención de dejar de filmar y que mientras tenga algo de fuerza, salud y un proyecto interesante, seguirá estando detrás de las cámaras y quizás también delante de las mismas.

Una amistad entre grandes Generalmente la llamada prensa amarilla y sus columnas de cotilleo, tratan de manipular al lector ofreciendo historias sobre supuestas rivalidades y enemistades entre los actores y actrices. No han sido pocos los rumores de rivalidad entre dos grandes de la actuación como y Al Pacino, rumores que ambos actores desmienten constantemente. Se conocieron a finales de los años sesenta, probablemente 1969, según recuerda Pacino, quien dice bajaba con su novia por la calle 14 hacia el cruce de la Avenida B, en el East Village neoyorquino, cuando chocó con De Niro. Pacino, tres años mayor, ya era una estrella en el teatro neoyorquino, tras su paso por el Actors Studio y tenía ya un primer premio Tony. De Niro, había protagonizado un puñado de películas sin relevancia. Se saludaron y durante años el saludo se repitió, mientras que los productores pensaban indistintamente en uno o en otro para los mismos papeles, hasta que coincidieron en la pantalla por primera vez con Heat, después de filmar antes, pero sin compartir escena, en The Godfather Part II. “No nos vemos a menudo, pero nos sentimos cercanos y disfrutamos mucho nuestros encuentros. Llegamos a la fama casi a la vez y hemos vivido experiencias parecidas. Y obviamente ambos hemos recibido en el cine ofertas similares. Nos definiría como camaradas”, recordaba el ganador del Oscar por Esencia de Mujer

Xavier Carbonell, Premio Promesa Joven

El jurado de la entrega 14 del Concurso Paco Rabal, decidió entregar el Premio Promesa Joven, al Presidente de SIGNIS Cuba, Xavier Carbonell. El mismo estuvo formado por Àngels Barceló, directora y presentadora de Hoy por hoy de la Cadena SER; el escritor valenciano Paco Cerdà; el músico Juan Pedro Martín y la actriz Cristina Plazas

Nacido en Camajuaní, provincia de Villa Clara, en 1995, Xavier es Licenciado en Letras de la Universidad Central de Las Villas y trabaja como investigador en la biblioteca de la diócesis de Villa Clara Manuel García Garófalo.

El Premio Joven Promesa, abarca trabajos de autores menores de 30 años y Xavier lo obtuvo por su reportaje Mi canon sentimental del cine cubano, donde recorre la historia de Cuba a partir de los años 60 del pasado siglo a través de siete películas. Este reportaje, donde no deja de haber ciertas experiencias personales, había sido publicado entre el 13 de enero y el 2 de marzo de 2020 en siete capítulos por el portal SIGNIS de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación.

Su recorrido histórico, narrado en primera persona, comienza con el poco visto y censurado documental PM (Sabá Cabrera Infante y Orlando Jiménez Leal, 1961), sobre la vida nocturna en Cuba y que inauguró la censura cinematográfica en el período post 1959. Otros filmes a los cuales Xavier dedica su atención son Memorias del Subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, 1968), Los sobrevivientes (Tomás Gutiérrez Alea, 1979), Vampiros en La Habana (Juan Padrón, 1985), Fresa y chocolate (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1993), Lista de Espera (Juan Carlos Tabío, 2000) y El cuerno de la abundancia (Juan Carlos Tabío, 2008).

En la edición 14 del Concurso Paco Rabal, se presentaron 109 trabajos provenientes de todas las comunidades autónomas de España y 26 trabajos provenientes de 9 países latinoamericanos. Por su parte, Xavier Carbonell, ya había sido premiado en el mismo 2020 con el premio Fundación de la ciudad de Santa Clara, por su novela El libro de mis muertos.

Desde el año 2019 ejerce como corresponsal de SIGNIS, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. Un olvido de la cultura cubana: GINA CABRERA

Por Jorge Villa

Durante varias décadas en los hogares cubanos, cuando una adolescente comenzaba a ponerse sentimental, llorar e incluso melodramática, era común escuchar “ya empezó Gina Cabrera”, porque Gina era reconocida como la actriz dramática por excelencia.

Nacida en La Habana un 28 de mayo de 1928 con el nombre de Luisa Georgina Cabrera Parada comenzó en la radio a finales de la década de 1940 y para inicios de la siguiente década, la joven Gina era ya una primerísima figura de la naciente televisión cubana y reclamada por el afamado director mexicano Emilio Fernández para el rol protagónico femenino de su película La Rosa Blanca (1954).

La Revista Codazos la designa junto a Raquel Revuelta como las primeras actrices de la televisión en 1953, representando a los canales 6 y 4 y la Asociación de Cronistas de Radio y Televisión la selecciona como la primera actriz de televisión en 1956. Son memorables sus actuaciones en el Gran Teatro del Sábado, Humo del recuerdo, Sueños de mujer, donde compartía con Eduardo Egea, Martes, miércoles y domingo de amor Palmolive, este último espacio dedicado a la telenovela y que le dio uno de sus mayores triunfos con la puesta de Soraya, una flor en la tormenta.

Para la década de 1960, sus apariciones en el espacio Teatro ICR fueron muy bien recibidas y en su carrera se puede afirmar que interpretó a muchísimos autores de diferentes géneros, pero indudablemente sus interpretaciones más recordadas fueron Gigi, de Colette, La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca y Verano y humo de Tennessee Williams.

A pesar de su labor en el cine mexicano anterior a 1959, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), la ignoró, jamás la llamó para filmar. En su haber Gina tenía, además de La Rosa Blanca: Sed de amor (1945) con Rabel Bertrand; La Renegada (1951), junto a Rita Montaner; Príncipe de contrabando (1951); La mentira, con Marga López y Jorge Mistral; Ambiciosa, con Meche Barba (1953); Estrella sin luz (1953), junto a Rosa Carmina, entre otras.

Su temprana enfermedad, trastorno múltiple de personalidad, hizo que fuera cayendo en el olvido por parte de instituciones y personalidades, a pesar de los reconocimientos y premios recibidos por su trayectoria artística. Pero el público, su público cubano no la tiene en el olvido.

La Virgen de la Caridad, madre del pueblo cubano Alemania / 2011 / color, 27 min. / Dirección: Guillermo Ares y María Lozano

Una presentación de la historia de la devoción del pueblo cubano a la Virgen de la Caridad

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