Historia De Una Gesta Libertadora 1952-1958
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GEORGINA LEYVA PAGÁN (Guantánamo, 1931). Licenciada en Ciencias Sociales, combatiente del Ejército Rebelde, fundadora del frente guerrillero Camagüey, y del Partido Comunista de Cuba. Desde 1986 y hasta 1990, desempeñó funcio- nes diplomáticas en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviética; miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde 1981a1986; Diputada al Parlamento Cubano en dos períodos. Es autora principal del libro Guana- hacabibes donde se guarda el sol de Cuba, que recibió el Premio de la Crítica a la mejor obra científica en el año 2002 y autora principal de Normas de conductas sociales. Ha recibido importantes condecoraciones de carácter nacional, entre las que se destacan: Orden por el Servicio a la Patria de las FAR, II grado, las órdenes Ana Betancourt y Camilo Cienfuegos, medalla “José Martí” de la Columna 1. Ha participado en eventos nacionales e internacionales. Ha trabaja- do con diferentes responsabilidades en Pinar del Río, Ciudad de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba. Ha sido Vanguardia Nacional del trabajo del Sindicato del Turismo por cuatro años consecutivos. Actualmente es Asesora Principal de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes. HISTORIA EDITORIAL DE CIENCIAS SOCIALES, LA HABANA, 2014 Primera edición, 2009 Segunda edición, 2014 Edición y corrección: Neyda Izquierdo Ramos Diseño de cubierta: Deguis Fernández Tejeda y Yadyra Rodríguez Gómez Diseño interior: Teresa Bernabeu Castrisano Fotografía y documentos: Archivo de la autora Realización: Elvira Corzo Alonso Composición digitalizada: Teresa Bernabeu Castrisano e Idalmis Valdés © Georgina Leyva Pagán, 2009 © Sobre la presente edición: Editorial de Ciencias Sociales, 2014 ISBN 978-959-06-1488-0 Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones. INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO Editorial de Ciencias Sociales Calle 14 No. 4104, entre 41 y 43. Playa, La Habana, Cuba [email protected] A Guantánamo, mi provincia natal ÍNDICE El prólogo que me solicitaron / XIII INTRODUCCIÓN Reseña de Guantánamo / 1 Norteamérica frustra la independencia de Cuba / 7 Las luchas campesinas en Guantánamo / 9 CAPÍTULO I Necesidad de cambio en el país / 13 El 10 de marzo de 1952 / 15 Organizaciones revolucionarias / 19 Asalto al Cuartel Moncada / 20 Frank País y las huelgas en Guantánamo / 26 La huelga azucarera de 1955 / 37 Se deprimen los precios del café / 40 Preparativos para la lucha armada / 41 Asalto al polvorín del Central Ermita / 42 Fundición de cascos de granada y las primeras bombas / 45 CAPÍTULO II Crear un movimiento revolucionario para la lucha armada / 50 Frank País, dirigente del 26 de Julio en la provincia de Oriente / 52 Constitución del 26 de Julio en Guantánamo / 53 Campos de tiro / 61 Otras acciones / 63 Recaudaciones y cotizaciones del 26 de Julio / 64 En 1956 seremos libres o seremos mártires / 66 CAPÍTULO III Vísperas del 30 de noviembre de 1956 en Guantánamo / 68 La primera guerrilla en Guantánamo / 82 Huelga ferroviaria en apoyo al desembarco del Granma / 89 Acuartelamiento de las células / 90 Acciones de la guerrilla de Sierra Canasta / 102 Operaciones militares en Oriente / 105 Anuncian la muerte de Fidel / 107 CAPÍTULO IV La clandestinidad / 112 La experiencia del Movimiento Obrero / 115 Organiza el 26 de Julio la Resistencia Cívica / 118 Planta de radio clandestina / 119 Los Americanitos / 121 Otros acontecimientos de la clandestinidad / 123 CAPÍTULO V Nuevos frentes guerrilleros / 126 Camacho, Jefe de Acción en Las Villas / 138 Antecedentes del levantamiento en Cienfuegos / 141 La reunión de Manacas / 141 El levantamiento de Cienfuegos / 146 La finca Aguadita / 153 La represión de la tiranía / 155 Noticias de Guantánamo / 156 CAPÍTULO VI Camacho, Jefe de Acción en Habana Campo / 159 Presidio político / 173 Los familiares de los presos políticos / 184 Huelga de hambre / 193 La nueva misión / 198 La huelga general del 9 de abril de 1958 / 199 CAPÍTULO VII Trabajo del 26 de Julio entre las Fuerzas Armadas de la tiranía / 205 Asalto a dos fortalezas militares / 211 La conspiración de los puros / 212 Conspiración nacional entre la Marina y el 26 de Julio / 214 Los marinos del Distrito Naval del Sur / 215 ¿Cómo se vinculan la conspiración nacional y la de Cienfuegos? / 216 Gestación del nuevo Ejército Rebelde / 217 CAPÍTULO VIII Conspiración militar de 1958 / 220 La organización revolucionaria y las instituciones militares / 221 Viaje a la Sierra Maestra / 226 Encuentro con el Comandante en Jefe / 231 El pelotón femenino Mariana Grajales / 233 Orientaciones del Comandante en Jefe / 235 Mensaje al enemigo / 236 Regreso a La Habana / 237 General conspira contra la dictadura / 249 Segundo viaje a la Sierra Maestra / 253 De nuevo en La Habana / 259 CAPÍTULO IX Descubren la conspiración / 272 Controla el Estado Mayor del Ejército salida por tierra, mar y aire / 274 Cómo escapar del cerco militar / 276 Se desmoronan los cimientos de la dictadura / 277 “La marcha de Bolívar a la Sierra Maestra” / 278 La toma del Cuartel del Central Ermita / 279 CAPÍTULO X Nueva misión en Camagüey / 281 Columna 13 Ignacio Agramonte / 282 Fuerzas de la tiranía en Camagüey / 284 Oficiales de alta graduación urden la traición final / 288 Del trabajo en Camagüey y la huida de Batista / 293 Rendición de los cuarteles de Camagüey / 295 CAPÍTULO XI La Revolución comienza ahora / 301 Anexo / 305 Bibliografía / 309 Testimonio gráfico / 313 AGRADECIMIENTOS A los que me han estimulado y ayudado a escribir estas memorias. A los mártires y combatientes de la Revolución, muchos de los cuales ni siquiera pudieron dejar su testimonio. A los colaboradores que en muchos casos, hicieron mucho más de lo que han podido expresar. A los que desde trincheras anónimas hicieron importantes apor- tes por lograr el triunfo de la Revolución. A los que me entregaron sus testimonios escritos confiados en el buen uso que mi modesta capacidad haría de ellos. A Fidel que me dio la oportunidad de romper las limitaciones que teníamos las mujeres de mi generación para luchar en igual- dad de condiciones en la guerra de liberación nacional y valoró mi modesta participación, colocándome en el camino que conducía a continuar la lucha por las transformaciones económicas, políticas y sociales de nuestra patria y seguir siendo más revolucionaria y más socialista. El prólogo que me solicitaron El hábito de cumplir los compromisos me llevó a recordar que le había prometido a Julio Camacho Aguilera, viejo y curtido luchador, escribir un prólogo al libro elaborado por su esposa Georgina Leyva Pagán, del que se imprimi- ría una nueva edición para la Feria del Libro en febrero de 2014, coincidiendo con el 90 aniversario de su natali- cio en marzo del presente año. Gina es una mujer valiente y consagrada. Lo peor es que no podía alegar que en el año del 55 ani- versario del triunfo de la Revolución yo estaría saturado de trabajo porque, realmente, tanto Julio como Gina, me habían solicitado el prólogo hacía muchos meses. Cuando les dije que habían transcurrido más de 60 años desde el 26 de julio de 1953, me enviaron una copia editada en 2009, es decir, 56 años después. De modo que no me quedó más remedio que contar lo que recuerdo con total lealtad. En el propio libro se muestra que éramos un pueblo pacífi- co que vivía en equilibrio con la naturaleza, intercam- biando armoniosamente con ella. Apenas rebasábamos la cifra de ciento veinte mil habitantes. XIV Georgina Leyva Pagán El astuto navegante europeo que “nos descubrió” creyó real- mente que había llegado a la India. Nadie sabe cuándo tomó conciencia de su error. Pese a tener la razón en torno a su teoría sobre la redondez de la Tierra, no es difícil compro- bar, por el rumbo que llevaba, que no llegaría a la India, sino a China, donde ya en aquellos tiempos conocían la pólvora, la brújula, los metales duros, y disponían de ejérci- tos con decenas de miles de soldados de caballería, alimentos abundantes, especies y riquezas que Europa ignoraba. Sin duda, Colón y sus marinos europeos habrían recibido un trato exquisito en China. Sus veleros cruzaban por el norte de Cuba y no lejos del actual territorio yanki, cuan- do los llamados indígenas hablaron de una isla mayor si- tuada al sur. Girando hacia el suroeste llegan a nuestra Isla, toma posesión de ella y poco después, afirma: “es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron”. Pero, qué tendrá que ver esto con Camacho Aguilera, se preguntarán algunos. ¡Mucho! La primera acción revolu- cionaria de este se produce en Guantánamo, donde los yan- kis poseen una gran base naval, ocupada por la fuerza, cuatrocientos diez años más tarde, una de las zonas más importantes para el desarrollo marítimo de nuestro país y que, en la actual etapa, constituye un centro de tortura donde son hacinados ciudadanos de cualquier otra nacio- nalidad del mundo. Hay que ver lo que en la actualidad se publica por las agencias de información más leídas del mundo. En ellas se pueden apreciar los gravísimos peligros que amenazan la supervivencia del género humano. Hay días que apenas hablan de otros temas. El prólogo que me solicitaron XV Cuando en mi modesta lucha, como la de tantos otros jóvenes cubanos, tomé conciencia de la necesidad de un cambio radi- cal en nuestro país, sumábamos ya más de 50 veces el número de personas que habitaban nuestra Isla, hablábamos el mismo idioma y éramos capaces de albergar sentimientos similares, aunque la mayoría no supiera leer ni escribir. Al amanecer del 26 de julio de 1953, cuando llevamos a cabo la idea de tomar la fortaleza del Moncada y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo —16 meses después del golpe de Estado que llevó a Batista al poder por segun- da vez el 10 de marzo de 1952, en vísperas de unas eleccio- nes presidenciales donde sus posibilidades de triunfo se reducían a cero—, yo no tenía la menor noticia de la exis- tencia de Camacho; él estaba igual que otros muchos jóve- nes en cualquier parte del país cansados ya de soportar pobreza, desempleo, explotación e injusticia, que contras- taba con la vida privilegiada de una minoría asociada a los propietarios extranjeros.