El Santísimo Cristo De La Laguna Y Su Culto
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BUENAVENTURA BONNET Y REVERON EL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA Y SU CULTO PONTIFICIA, REAL Y VENERABLE ESCLAVITUD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA 1952 EL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA Y SU CULTO NiHiL OBSTAT El Censor, Lie. Eutimio R. de Vera, Arcpte. S. I. C. Lacunae, 28 octobris 1950 IMPRIMÍ POTEST f Domingo, Obispo de Tenerife BUENAVENTURA BONNET Y REVERON EL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA Y SU CULTO PONTIFICIA, REAL Y VENERABLE ESCLAVITUD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA 1952 J. RÉGULO, EDITOR.—IMPRENTA GUTENBERG, SANTA CRUZ DE LA PALMA Este libro, fruto de un Certamen abierto en 1943 por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, ha permanecido inédito hasta ahora, en que lo publica la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, estimulada por el deseo de dar a conocer en un solo volumen la historia de la milagrosa Efigie, debida a la prestigiosa pluma del llora do historiador Dr. don Buenaventura Bonnet y Reverán, que tantas veces exaltó, en diarios y revistas, el valor artístico de nuestro venerado Crucifijo, el esplendor de su culto y la devoción que ha inspirado en todos los tiem.pos al pueblo insular. La Pontificia, Real y Venerable Esclavitud designó de su seno una comisión que se encargase de disponer los trabajos editoriales, formada por el Esclavo Mayor don Francisco Rodríguez de Azero y Solazar de Frías, el Teniente de Esclavo Mayor don José Rafael de Val- cárcel y del Campo, el Secretario de la Esclavitud don Domingo Bello y del Castillo y el ex Esclavo Mayor don Leopoldo de La Rosa y Olivera. A la generosidad del Esclavo don Agustín Guerra Molina se deben las fotografías originales de las láminas que ilustran este libro. Acta del Jurado calificador del Certamen histórico-Iiterario, abierto y celebrado en 1943 por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife Bien satisfecha puede estar la Real Sociedad Eco nómica de Tenerife por haber propuesto a la competición de nuestros estudiosos el Cartel del presente Concurso histórico-literario. Si siempre los certámenes análogos organizados por esta Real Corporación habían consegui do atraer trabajos valiosos, en la ocasión presente han superado éstos en número y calidad a nuestras más li sonjeras esperanzas. El valor y extensión de algunos de ellos hace suponer fundadamente que no se trata de im provisaciones redactadas únicamente ante la ocasión propicia, sino de importantes obras de erudición o de expresión literaria que, producto de largos desvelos de sus autores, permanecían inéditos ante las dificultades que a su edición oponen las actuales circunstancias de escasez g carestía de medios editoriales, y han acudido Santísimo, 1 a la generosa oferta de la Económica de obviar estos obstáculos a su costa... Ante todo hemos tratado de agrupar los trabajos presentados según los diversos temas propuestos en el Cartel del Certamen publicado en primero de marzo pa sado, que son: A) Monografía sobre escritores canarios. B) Trabajos histórico-literarios de exaltación a La La guna o sobre pueblos de Tenerife. C) Estudio monográ fico referente a imaginería en Canarias. En efecto, si algunos explícitamente indican a qué tema concurren, otros no sólo lo dejan a criterio del mismo Jurado, sino que, por su contenido, ya que no por su título, podrían incluirse en más de uno... Al tema C) concurren dos trabajos de desigual im portancia. Mientras uno, lema « Tingaaro», estudia Los imagineros canarios con amplia ambición, el otro abar ca un carripo en apariencia muy reducido. Se titula El Santísimo Cristo de La Laguna, lema i-Et habitavít in nobis^... El segundo trabajo que estudiamos es una ex tensa monografía que, lejos de limitarse a la Sagrada Imagen, centro de la devoción lagunera, se extiende a temas relacionados con la historia del Convento francis cano de San Miguel de las Victorias y la de la Pontificia Esclavitud instituida para el culto del Santísimo Cristo de La Laguna. Estos estudios históricos, extensos y mi nuciosos, son hechos a base de copiosa información do cumental, casi siempre inédita, en la que se refleja Id constante e intensa devoción que, a raíz mismo de su presencia en la Isla, ha manifestado el pueblo de La La guna y el pueblo todo de Tenerife hacia esta Sagrada y conmovedora Imagen. En cuanto a la Imagen misma, se estudian las di versas tradiciones piadosas sobre su origen y el momento 10 de su llegada. El autor es partidario de la '^ cronología corta>, como diriamos en términos arqueológicos. Desde luego es ocioso decir que el hecho de que la Imagen del Santo Cristo de La Laguna llegare a Tenerife unos de cenios más pronto o más tarde, al comienzo del gobier no de Alonso Fernández de Lugo, o hacia-el término de su vida, nada absolutamente puede quitar ni añadir a su prestigio religioso ni a la devoción inquebrantable con que la rodeamos los laguneros. Es un problema simple mente histórico, sin otra transcendencia... Consideramos este trabajo como el más comple to que pueda escribirse sobre tema tan emotivo e in teresante... Examinados, pues, según nuestro mejor saber y en tender, los trabajos presentados, este Jurado tiene el ho nor de emitir el siguiente fallo: Tema C) Primer premio: El Santísimo Cristo de La Laguna, lem.a ^Et habitavit in nobis*. La Laguna, 8 de octubre de 1943. El Presidente del Jurado, Dr. Tomás Tabares de Nava El Vocal Ponente, El Secretario, Dr. Elias Serra Ráf oís Dr. Jnan Álvarez Delgado Una vez leída el acta que antecede, se procedió a la apertura de las plicas correspondientes, resultando ga lardonados: Y en el tema C) Estudio monográfico referente a imaginería en Canarias, los Sres. D. Buenaventura 11 Bonnet y Reverán, primer premio por su trabajo sobre El Santísimo Cristo de La Laguna... El Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo, puso broche de oro a la solemnidad.académica. Comentó elogiosamente el discurso pronunciado por el Sr. García Sanjuán y ex plicó el signo bajo el cual surgieron a la vida las Econó• micas de Amigos del País, haciendo una compendiosa descripción de las ideas que las informaron en los pri meros tiempos y mostrando complacencia por sus actua les orientaciones altamente patrióticas y culturales. El selecto y numeroso auditorio rubricó con calurosos aplausos las palabras de nuestro sabio y amadísimo Prelado. De "Revista de Historia", tomo IX, 1943. 12 PRIMERA PARTE LA IMAGEN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA LAGUNA [Con la cara ensangrentada, con la voz enronquecida, •rompidas todas las venas, y la leng-ua enmudecida; con la color denegrida, carg-ado todo de penas; y los miembros destorpados, los ojos todos sangrientos, los dientes atenazados, lastimados, los labios con los tormentos! LUCAS FERNÁNDEZ, Auto de la Pasión. ANTECEDENTES No existe en todo el archipiélago canario una ima gen del Señor crucificado tan venerada como la del Cristo de La Laguna. Al escribir estas líneas pretende mos realizar un estudio de esa magnífica escultura en todos sus aspectos, principalmente en el tradicional y artístico. Por eso, antes de comenzar nuestro trabajo, nos ha parecido conveniente dar unas ligeras nociones acerca de la evolución del arte en la representación de la Crucifixión, que puedan servir de guía a los que lean estas líneas. La más antigua representación cristiana de la Cru cifixión aparece en uno de los relieves que adornan la puerta de la Basílica de Santa Sabina en Roma (si glo V), en que figura el Salvador en medio de los ladrones, en actitud orante y sin clavos; la cruz está 17 simbolizada. Actitud semejante presenta el Señor en una de las fiólas o botellitas que guarda el tesoro de Monza en Italia (siglo VI). Esas fiólas se encontraron con frecuencia en las Catacumbas, ora de vidrio, ya de barro, que los fieles depositaban junto a los sepulcros de las personas queridas, con perfumes, agua bendita o sangre del mártir a quien honraban. El aparecer Jesu cristo dibujado en esas fiólas significa una evolución del arte. La primera forma de Crucifijo de que se tiene no ticia data del siglo VI, y actualmente se conserva en el Vaticano. Consiste en una preciosa cruz, y en el centro aparece el Cordero con nimbo llevando una crucecita a las espaldas. En lo alto y bajo de la Cruz tiene dos me dallones con el busto del Señor y en los brazos artísti cos adornos. Indudablemente era costumbre de la época representar de ese modo la Crucifixión, cuando San Paulino de Ñola escribía, al comenzar el siglo V, aquel conocido verso: Sub cruce sanguínea niveo stat Chris- tus in Agno, que se grabó en la Basílica de Fundi. A partir de este siglo se representa a Jesucristo crucificado en su forma natural, unas veces vestido con la túnica llamada colobium, sin mangas, o con una simple faja. Esto último, raras veces. Según el investi gador R. Bosjo,'^ solamente se halló en las Catacumbas un ejemplar de la Crucifixión, en la cripta de San Va lentín, que es una pintura del siglo VII. Desde el si glo IX se generaliza el cinctus o perizonium que va disminuyendo en las siguientes centurias. La figura del Señor aparece recta y como estirada, tomando los * Roma sotierranea, Roma, 1632, Lib. III, cap. 65. 18 brazos una posición horizontal. En el XII comienza a perder la rigidez, y gana mayor movilidad en el XIII. La cabeza del Señor no lleva corona hasta el si glo XI en que se le coloca una real o de gloria; pero en el XIII se introdujo la costumbre de ponerle corona de espinas. También el título de la Cruz data de este siglo con las iniciales I.