Liberalismo y conflicto judicial en el marco sevillano del trienio liberal

M. Antonia FERNANOEZ JIMENEZ Ana SONEO COLERA

La Administración de Justicia en España ha sido ma monárquico absolutista y asimismo, su organi- abordada en los últimos años por historiadores y ju- zación entronca con la sociedad vigente estamental ristas que han realizado síntesis valiosas sobre la y privilegiada, por lo que nos encontramos con plu- evolución histórica de la materia, si bien, la transi- ralidad de fueros, impidiendo la uniformidad jurisdic- ción entre la justicia del Antiguo Régimen y la na- cional y procedimental. ciente liberal, ha tenido un menor tratamiento debi- Al iniciarse la etapa borbónica perviven los princi- do a la provisionalidad que los diversos avatares pios esenciales que inspiran este sistema judicial y, confieren al primer cuarto del siglo y cuyo reflejo se aun cuando se realizan cambios, éstos son profun- muestra claramente en el ordenamiento jurídico del dos en lo que compete a la organización judicial de período. la Corona de Aragón, mientras el resto del sistema En estas páginas nos acercaremos a la organiza- judicial únicamente sufre alteraciones parciales diri- ción de la justicia española en la medida en que arro- gidas a racionalizarlo o, excepcionalmente, a mer- ja luz para explicar los conflictos surgidos al calor de mar jurisdicciones epeciales como la señorial, ejer- las primera experiencias constitucionales y las trans- cida en 17 ciudades y cerca de 11.500 pueblos al fi- 3 formaciones que en dicha materia se registran. En nalizar el sigl0 . Sin embargo, estas medidas resul- concreto, los asuntos analizados aquí se sitúan en tan insuficientes a juzgar por las críticas que levan- 4 la etapa constitucional inaugurada en 1820, a lo lar- tan entre los intelectuales de la época . go de la cual se encuentran casos de latente con- La búsqueda de la unidad jurídica, la extensión flictividad relacionados con la administración de jus- del modelo castellano de AudienciaS, así como la in- ticia local, en el ámbito territorial sevillano 1, que han troducción del cargo de intendente, con las mismas 6 sido estudiados a partir de un muestreo realizado funciones que los corregidores , constituyen los fun- entre la documentación del Archivo Histórico Na- damentos sobre los que se asienta la administración cional. de justicia dieciochesca. En su organización, a nivel En el Antiguo Régimen la organización judicial, así local, figuran además el alcalde mayor y el alcalde 7 como el proceso, consiguen una mayor tecnificación ordinario. El primero de ellos , fue de designación y se desarrolla una minuciosa reglamentación. La real desde su creación en tiempo de los Reyes Ca- acción de impartir justicia, tradicionalmente entendi- tólicos, debiendo ser letrado, tener veintiséis años, da como regalía o facultad intrínseca al poder real2, buena fama y conducta, así como prestar juramento tiende a ajustarse a los nuevos cánones del siste- y fianza. Sus funciones, reseñadas en las Instruc-

1 Partimos de la hipótesis de que dichos ejemplos son repre- Decreto de 29 de junio de 1707 que establece un nuevo régimen sentativos de la nueva situación creada y por tanto extensible a judicial tendente a un mayor centralismo y uniformidad, creándo- otras zonas del pais. se la Audiencia de y Aragón. En sucesivos años lo ha- 2 En 1371, el monarca castellano Enrique 11 de Trastámara de- rán la de Mallorca (28 de noviembre de 1715), Cataluña (16 de jaba constancia de esta prerrogativa real que será registrada por enero de 1716), Asturias (20 de julio de 1717) y finalmente Ex- la Novlsima Recopilación en los siguientes términos: la «Jurisdic- tremadura (30 de mayo de 1790). ción suprema civil y criminal pertenece á Nos, fundada por De- 6 Novísima Recopilación de las Leyes de España. Libro VII, Ti- recho común, en todas las ciudades y villas y lugares de nues- tulo XI, Ley XXVI. sobre «Separación de los Corregimientos é In- tros Reynos y Señorios ... ». op. cit .• Tomo 11, Lib. IV, Tit. 1, Ley 1. tendencias, para que no se embarace ni confunda la administra- 3 Tomé Paule. J.: La Organización Judicial española durante ción de justicia», págs. 344 y ss. Desde 1766 se produce la divi- la Edad Moderna, Vicente Rico. , 1982. sión de competencias entre corregidores e intendentes quedan- 4 Los ministros ilustrados se mostraron timoratos a la hora de do en manos de aquellos los temas jurídicos y policiales. mien- las reformas en este campo, adoptando medidas que no ataca- tras los intendentes asumian los relativos a hacienda y guerra. ban en lo esencial el sistema señorial, tales como la separación Sobre los corregidores hay que recordar que hacen su aparición del fuero privilegiado y su incorporación al común de los casos a mediados del siglo XIV, como representantes de la Corona en relativos a motines, desórdenes populares o desacato de los ma- el Ayuntamiento y pasan a ser una pieza clave en el proceso de gistrados, siendo buena prueba de ello las recomendaciones del centralización administrativa de la monarquía absoluta, además conde de Floridablanca en su Instrucción reservada ..., sobre que de actuar como jueces únicos en su corregimiento por espacio se estrechara la vigilancia de la justicia señorial para evitar irre- de seis años consecutivos, entendiendo en cualquier causa cri- gularidades pero sin menoscabar los derechos de los señores, minal y civil relativa a pleitos que no se superaran los 1.000 ma- José Moñino. conde de Floridablanca: Instrucción reservada que ravedises. la junta de Estado. creada formalmente por mi decreto de este 7 Fuentes medievales hablan del origen de estos funcionarios dla. 8 de julio de 1787, deberá observar en todos los puntos y ra- como lugartenientes o sustitutos letrados de los titulares de Ade- mos encargados a su conocimiento y examen, en Obras origina- lantamientos y Merindades hasta la creación de corregimientos, les del conde de Floridablanca. y escritos referentes a su perso- y de su elección por los corregidores hasta el siglo XVII, en que na, Madrid. editor M. Rivadeneyra. 1867, BAE, pág. 2201, ca- el monarca asume dicho nombramiento, v. Diccionario de Histo- pitulos XLlX-L. ria de España. dir. por Germán Bleiberg, Alianza Editorial, Ma- 5 Esta medida se comienza a aplicar tras la promulgación del drid, 1979, vol. 1, pág. 105.

66 ciones de Carlos V del año 1543, se confundían con para la regulación del sistema judicial. En él se apun- las de los corregidores; ahora bien, los alcaldes ma- ta la permanencia provisional de todos los tribuna- yores gozaban de esas atribuciones judiciales en las les y justicias establecidos en el reino para que con- localidades de más de 300 habitantes y corregimien- tinuaran administrando justicia según las leyes. to no letrado como colaborador del mismo, o en las Aquel día se habían abierto las y cabezas de partido sin corregidor. En cualquier extraordinarias, y tras la elección del presidente, don caso, tanto el alcalde mayor como el corregidor es- Ramón Lázaro de Dou, y del secretario, don Evaris- taban al frente de la corporación municipal que se to Pérez de Castro, intervino don Diego Muñoz completaba con los restantes miembros del equipo Torrero pidiendo el pronunciamiento del órgano re- consistorial, tales como el regidor, procurador, escri- presentativo sobre una serie de cuestiones y princi- bano y alguaciles. pios que consideraba básicos. Asimismo solicitó que Sin embargo, este esquema no regía en todos los se leyese y discutiese el trabajo preparado por el di- lugares, ya que en aquellos municipios sin corregi- putado señor Luxan, aprobándose cada uno de sus dor y alcalde mayor, era el alcalde ordinario quien apartados y convirtiéndolo en decreto. Dos fueron ejercía sus funciones. Resultado de las continuas los artículos que garantizaban provisionalmente la dejaciones de competencias judiciales por parte del permanencia de las autoridades anteriores: el octa- rey en favor de los concejos durante la etapa me- vo, en el que se confirmaban -«por ahora»-Ios tri- dieval, la nueva autoridad concejil era elegida anual- bunales y justicias establecidas, y el noveno, que mente por sus vecinos, reflejándose la realidad es- aludía en los mismos términos a las autoridades ci- 9 tamental en la elección, de tal manera que peche- viles y militares . ros y nobles designaban a su respectivo alcalde. Frente al continuismo de esta norma, ya que en ella no se dilucida claramente la separación de po- 1O deres, ejecutivo y judicial , los diputados dieron un 1. LIBERALISMO Y JUSTICIA primer paso en esta dirección aprobando un decre- to sobre incorporación a la Nación de los señoríos 11 La incorporación a la Historia de España de los jurisdiccionales, fechado el 6 de agosto de 1811 , principos ilustrados tomando como punto de partida que venía a socavar los cimientos del régimen se- el reconocimiento de los Derechos del Hombre y del ñorial, por cuanto suponía el cese de los jueces se- Ciudadano, contempla la igualdad de todos ante la ñoriales y el proyecto para su sustitución. A partir de ley como garantía de libertad y seguridad jurídica este momento, ningún particular tendría capacidad frente al poder despótico del Estado. Sin llegar si- para designar a los ministros de la justicia. Asimismo, la Comisión encargada de redactar la quiera a la materialización de estos presupuestos, Constitución, tuvo a bien delegar la autoridad judi- la doctrina que los inspira significará un ataque di- cial a los tribunales, para evitar interferencias del recto a las entrañas del Antiguo Régimen, y en par- monarca o de las Cortes en este terreno específico, ticular al sistema de administración de justicia. En haciendo factible con ello la materialización de la di- esta dirección trabajarán los liberales, a la vez que visión de poderes, ya apuntada en el Discurso, y que sientan las bases para desmontar las estructuras so- debía presidir la nueva organización del régimen. No ciopolíticas tradicionales que constituían el principal obstante, puntualiza que «aunque la potestad judi- escollo para la consecución de una justicia indepen- cial es una parte del ejercicio de la soberanía dele- diente y eficaz. gada inmediatamente por la Constitución a los tribu- La implantación del régimen liberal, produce una nales, es necesario que el rey, como encargado de serie de transformaciones en materia judicial que se la ejecución de las leyes en todos sus efectos, pue- desarrollan en tres períodos claves del siglo XIX: en da velar sobre su observancia y aplicación» 12. De la época constitucional gaditana, después de la esta manera se pretendía garantizar la independen- muerte de Fernando VII y, por último, tras la revolu- cia del juez mediante la inamovilidad en el cargo, al ción de 1868. mismo tiempo que se le exigía fiel cumplimiento de Los legisladores de Cádiz, al referirse a las bases sus obligaciones claramente expresadas en el prin- de la potestad judicial que deberían definirse en el cipio de responsabilidad. Texto Fundamental, expresan su deseo de lograr En el marco de libertades políticas y civiles que con ello una mayor efectividad, rapidez e imparcia- se pretende instaurar, el paso decisivo hacia la uni- lidad en la administración de justicia, y la superación formidad se da al sancionar los artículos 248 y 258 de la ausencia de uniformidad en la codificación de la Constitución gaditana, que sientan el principio como requisito imprescindible para la consecución de unidad de fuero para toda clase de personas en de dichos objetivos. los negocios comunes, civiles y criminales y en el En el Discurso Preliminar a la Constitución de mismo sentido, un único Código Civil, Criminal y de 13 18128 se hace mención al decreto de 24 de septiem- Comercio para toda la Monarquía . Con igual fin las bre de 1810, primero que inicia la serie de normas demarcaciones judiciales deberían reorganizarse

8 ArgOelles, A. de: Discurso Preliminar a la Constitución de del Poder Absoluto, Ministerio de Justicia, Madrid, 1989, 1812, intr. de L. Sánchez Agesta, Centro de Estudios Constitu- pá~. 326. cionales, Madrid, 1981, págs. 77 y ss. 1 Ibídem: sesión del dia 3 de agosto de 1811, Tomo VII, pá&s. 282-306. 9 Diario de las Discusiones y Actas de las Cortes, tomo 1, se- Peláez del Rosal, M.: Legislación orgánica y de administra- sión del dia 24 de septiembre de 1810, Cádiz, Imprenta Real, ción de justicia, Barcelona, 1974, pág. 11. 1811, pág. 7. 13 Artola, M.: Los Derechos del Hombre, Alianza Editorial, Ma- 10 Herrero Herrero, C.: La Justicia Penal Española en la crisis drid, 1986, pág. 114.

67 ajustándose a una nueva división territorial, prevista ríodo, inciden sobre la nueva figura de los jueces de en el artículo 11 del texto, que permite asegurar la primera instancia. En el otoño se aprobó el Regla- presencia de la ley en todos y cada uno de los rin- mento del 9 de octubre de 181216 que regulaba las cones del país. competencias de las Audiencias y establecía --en Sobre el organigrama que debía presidir la nueva el capítulo cuarto- juzgados de primera instancia administración de justicia local, la Constitución, en en cada uno de los partidos judiciales que debían su Título V «De los tribunales y de la Administración crearse a nivel provincial. Previendo cierta demora de Justicia en lo civil y criminal», dedicaba varios ar- en la fijación de la nueva división judicial, y ante la tículos a determinar las figuras con potestad judicial insuficiencia de jueces letrados, dicho documento en primera instancia y remitía a futuras leyes las fa- determina que sean los jueces nombrados por el so- cultades de los nuevos cargos. Textualmente, el berano y los alcaldes constitucionales de los pue- contenido de los mismos es como sigue: artícu- blos, quienes interinamente entiendan, desde esa lo 273, «Se establecerán partidos proporcionalmen- fecha, en las causas civiles y criminales. Como con- te iguales, y en cada cabeza de partido habrá un secuencia de ello, se establece que en los pueblos juez de letras con un juzgado correspondiente»; ar- donde no hubiese juez, fuera el alcalde quien impar- tículo 274, «Las facultades de estos jueces se limi- tiera justicia, mientras que en las localidades dota- tarán precisamente a lo contencioso, y las leyes de- das de jueces de letras, se utilizaba una doble vía: terminarán las que han de pertenecerles en la capi- o bien los alcaldes se anticipaban en el conocimien- tal y pueblos de su partido, como también hasta de to de la causa a los jueces o, no existiendo esa pre- qué cantidad podrán conocer en los negocios civi- vención, quedaban reservadas a los alcaldes las les sin apelación»; artículo 275, «En todos los pue- causas civiles de menor cuantía (inferiores a blos se establecerán alcaldes, y las leyes determi- 500 reales) o criminales leves 17. narán la extensión de sus facultades, así en lo con- Cuando en 1820, se recupera la normativa legal tencioso como en lo económico.» diseñada durante el anterior período liberal, afloran Ahora bien, la formación de los ayuntamientos conflictos derivados de la misma. Un claro ejemplo constitucionales se realiza a través del Decreto del de ello nos lo proporciona el pueblo sevillano de Az- 23 de mayo de 1812, que prescribe la creación de nalcázar. Al faltar el juez de primera instancia, José alcaldes constitucionales en aquellos pueblos en Joaquín Romero de Mármol, el alcalde constitucio- que no había -por razones diversas- ayuntamien- nal Manuel Rul, expresa su confusión sobre la for- to, sobreentendiéndose que en las localidades don- ma de proceder en las causas pendientes. Oficial- de sí hubiere, permanecerían las mismas personas mente, le remiten a la Constitución y a los decretos hasta que se procediera a la elección. Desde ese posteriores, instándole a que se atenga a la mera 1B momento, deberían cesar los antiguos titulares. prevención del delito • En situación parecida se en- Poco después, el10 de julio de 1812, un nuevo de- cuentra el alcalde constitucional de Alosno, Nicolás creto vendrá a redundar en este punto, exigiendo Frayle, quien se había negado a remitir las causas además el cese en sus funciones «no solo los regi- que se seguían hasta entonces en su juzgado al juez dores perpetuos, sino todos los individuos que ac- de primera instancia de la villa del Cerro -nueva ca- tualmente componen dichos cuerpos, pudiendo es- beza de partido- escudándose en el artículo prime- tos ser nombrados en la próxima elección para los ro del capítulo cuarto del Reglamento de octubre de cargos de los nuevos ayuntamientos» 14. 1812. Ahora bien, el jefe político le aclara el sentido La aplicación de esta normativa se vio interrum- de este artículo, explicando que fue dictado cuando pida por la restauración del sistema político absolu- todavía no se había realizado la distribución de par- tista y la aprobación de una Real Cédula de 30 de tidos. Sin embargo, recuerda como en 1814, ya se julio de 1814, que ordenaba la disolución y extinción establecieron éstos provisionalmente, por lo que, de los ayuntamientos y alcaldes constitucionales, así desde ese momento, debería regir la nueva norma- como el restablecimiento de alcaldes mayores y tiva; en consecuencia, al juez de primera instancia corregidores con las mismas facultades en lo guber- del Cerro le competía los asuntos contenciosos que nativo y contencioso que regían en virtud de las Or- surgiesen en todos los pueblos integrados en su denanzas municipales del 18 de marzo de 1808. Sin jurisdicción. embargo, es preciso recordar que una Real Cédula La indefinición reinante hace que surjan situacio- anterior, 25 de junio de 1814, permitía transitoria- nes aún más complejas, encontrándonos con que mente la continuidad de las mismas personas que otro juez, el del vecino pueblo de Niebla, reclama constituían los ayuntamientos existentes hasta la fe- para su juzgado la competencia sobre algunos ca- cha, con el fin de evitar perjuicios a la adminis- sos relativos a Alosno. Nuevamente, el jefe político 15 tración . tendrá que intervenir para deshacer el embrollo 19. Las alteraciones legislativas propias de este pe- En este estado de cosas, nos encontramos con que

14 Decreto CLXXIX. de 10 de julio de 1812. dictando reglas so- cias y Juzgados de Primera Instancia ••, cap. I-IV, págs. 98-123. bre la formación de los ayuntamientos constitucionales. en Fer- 17 Cfr. Miguel Sánchez, Francisco de Paula: Dirección teórico- nández, T.A. y Santamaría, J. A.: Legislación administrativa es- práctica de alcaldes constitucionales. 1821, publicado por el Ins- pañola del siglo XIX, Madrid, Instituto de Estudios Administrati- tituto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1979, vos, 1977, pág. 693. páR,s.263-267. 15 Ibid., pág. 702. A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de Az· 16 Colección de los Decretos y Ordenes que han expedido las nalcázar, 1820. Cortes Generales y Extraordinarias ...• Cádiz, 1811-13. vol. 111. De- 19 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de creto CCI de 9 de octubre de 1812: «Reglamento de las Audien- Alosno, 1820.

68 algunos pueblos dejaron de ser cabeza de partido, de 182(j3- exigió a los alcaldes constitucionales en beneficio de otros, perdiendo por tanto las atri- un procedimiento judicial instructivo para esclarecer buciones inherentes a dicha categoría, como tal le quiénes eran los autores de los atropellos, así como ocurre a Constantina que fue sustituido por Cazalla la remisión de la causa a su juzgado donde se ins- en 1820. truiría. Al no obtener respuesta de la corporación El sexenio absolutista no significa la restauración municipal, juzga a sus miembros cómplices en los total del sistema judidicial del Antiguo Régimen, mismos excesos, y señala como principal promotor puesto que perviven, en esta etapa, la supresión ple- de su destitución al síndico, don Isidro Granados, na del señorío jurisdiccional y de la tortura. Respec- «hombre poderoso ..., de millones en metálico ..., y to a los alcaldes, es presumible que también se man- de poca instrucción», junto al que fuera alcalde en 24 tuvieran aquellas personas elegidas constitucional- 1810, don Juan Tinoco y Mecias , y a don Joaquín mente eara el cargo, tal como asegura Sáiz Moya, resentidos todos ellos por no haber salido ele- 2 Guerra , en consonancia con la real Cédula del 25 gidos alcaldes, considerando que Ribera había in- de junio del 14, pues en la etapa liberal del Trienio, fluido en el resultado. Pide para todos ellos que se buena parte de los alcaldes mayores se transforma- les impongan multas e incluso se les prive de sus rán en jueces de primera instancia, lo que resulta empleos y derechos ciudadanos al haber incumpli- más verosímil por la proximidad ideológica. do los dos primeros artículos de los tres que com- 25 prende la Ley de 14 de julio de 1811 . Por lo que a él se refiere, insistirá en solicitar su reposición en 11. APLlCACION DE LA NORMATIVA LEGAL Y lo contencioso y el pago de una indemnización, CONFLICTOS QUE SUSCITA puesto que -afirma- se había visto obligado a abandonar Aracena al ser avisado por el vicario de un proyecto de sublevación. En el proceso de implantación de los nuevos ór- Desde principios de abril, tuvo que intervenir rei- ganos administrativos civiles y judiciales, se plantea teradamente el jefe político de la provincia al que se el conflicto en una doble vertiente: en primer lugar, sumará el secretario de Gracia y Justicia, que exi- el que se deriva de la creación y definición de fun- gen se cumpla lo establecido en el decreto de mar- ciones atribuibles a los jueces y su diferenciación zo, reponiendo a Ribera en posesión de sus atribu- respecto a los alcaldes constitucionales; y en segun- ciones y mandando que se procediera contra el do término, el descontento que, por razones diver- ayuntamiento constitucional. sas, suscita la adaptación de los cargos auxiliares La corporación municipal, constituida por los se- al nuevo sistema. ñores don Domingo Pérez Cañizares, don Miguel de Dentro de esta tipología, el conflicto se materaliza Flores Moreno, don Miguel de Flores Moreno, don adoptando formas distintas según quienes sean los Miguel Galbán, don Antonio Márquez, don Isidro agentes que participen. Así tenemos ejemplos en Granados y Oliva, y el secretario don Joaquín No- que son los ayuntamientos constitucionales los que gales, se manifiesta a través del alcalde constitucio- se oponen a la conversión de los alcaldes mayores nal, don Mames Barrera y Monsalve, afirmando que, absolutistas en jueces de primera instancia consti- aun habiéndose ausentado Ribera voluntariamente tucionales, aún no siendo individuos liberales. por la intranquilidad que se percibía en el pueblo, En este sentido, hemos encontrado un primer ellos habían acordado en reunión de 4 de julio cum- caso referido a Aracena y la deposición del juez de plir el mandato del gobierno político, sin lograrlo, a primera instancia, don Juan de Ribera y Alvarez, causa de una enfermedad que, acreditada por los fa- quien anteriormente era alcalde mayor de esta po- cultativos, lo mantenía alejado del pueblo y por tan- 21 blación . Según se desprende de la documenta- to ajeno a sus funciones. En suma, el ayuntamiento ción, dicho individuo gozaba de mala prensa en el constitucional expone sus reticencias al cumplimien- pueblo y, en palabras del alcalde constitucional, su- to de la ley por haber estado Aracena sometida a la cesivos pasquines -en los tiemos del anterior sis- jurisdicción señorial. A pesar de todo señalan su dis- tema- venían a demostrar la animadversión que posición a acatar mandatos superiores. había :2enerado siendo «apedreada e insultada su En su mediación, el jefe político -don Juan 0'00- casa» . Por su parte, el interesado acusaba de su nojú- trató de arbitrar la solución al conflicto dispo- defenestración a los miembros del ayuntamiento ale- niendo que se formara una comisión con jueces de gando que con fecha 5 y 7 de abril había comuni- primera instancia de otros partidos inmediatos para cado el peligro en que se encontraba al habar sido la reposición de Ribera. Sin embargo, éstos se nie- despojado y amenazado por el pueblo «bajo y soez» gan a tal propuesta alegando que no estaban dis- que le pidió abandonara el lugar tal y como había puestos a abandonar su casa si no percibían dietas acordado el ayuntamiento. Entendiendo que actua- por ello. Con fecha 17 de julio, la autoridad provin- ba al amparo de la ley -Decreto del 14 de marzo cial remitió un escrito al juez de primera instancia de

20 Sáinz Guerra, J.: op. cit., pág. 160. rian cesar dichos jueces en todo poder gubernativo en el momen- 21 Ribera, había sido además alcalde mayor de Sanlúcar la to en que se hubieran constituido los ayuntamientos cons- Mayor en 1817-18, v. Gil Novales, A.: Diccionario biográfico del titucionales. Trienio Liberal, Madrid, Ed. El Museo Universal, 1991, pág. 560. 24 Por el estado de los expedientes no es posible discernir so- 22 A.H.M., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de bre su verdadero apellido: Tinoco o Finoco, Ibid. Aracena, 1820. 23 Es preciso recordar que dicha normativa autorizaba a los al- 25 Este decreto aborda el tema de la responsabilidad de las au- caides mayores (jueces de letras) para que interinamente admi- toridades en el cumplimiento de órdenes superiores, v. Sáinz nistrasen justicia en sus respectivos distritos, a la vez que debe- Guerra, op. cit., pág. 387.

69 Fregenal, José de Zayas, quien días antes (29 de ju- el azote de dicha ciudad durante el anterior sistema. nio) se excusaba por no integrar la comisión debido Según parece, ante la gravedad de los hechos, Bor- a su salud. En el texto se le pedía que «acompaña- dalonga, se ausentó del lugar sin conocimiento del do del escribano de su confianza pase a la villa de ayuntamiento, dejando pendientes muchas causas, Aracena y proceda de inmediato a poner en pose- razón que motivó las quejas del alcalde, quien criti- sión de su destino a S. Juan Rivera y Alvarez, y en có dicha actitud debido a los perjuicios que causó a seguida tomando los conocimientos e informes de la ciudadanía. personas de providad e imparciales nombrará por sí Como se pone de relieve en estos ejemplos, el re- Ayuntamiento interino para que pueda atender a los chazo de los jueces de primera instancia por parte negocios pendientes y del servicio que ocurran, y de los ayuntamientos constitucionales presidía las conforme a la RO inserta formará correspondiente relaciones entre ambos poderes durante este perío- causa él los concejales actuales por sus procedi- do transitorio, en el que se comprueba la pertinaz mientos e inobediencia a la Autoridad Suprema de negativa de las antiguas autoridades a renunciar a la Provincia». Su sucesor en el cargo, don Miguel sus tradicionales competencias, evidenciando con Pablo Tenorio, vertía nuevas justificaciones y acu- ello el choque de sistemas liberal y absolutista. saciones para eximirse en la causa contra el ayun- Es común denominador en casi todos los casos tamiento de Aracena alegando que se detectaba estudiados la contestación popular al desempeño de cierta tensión y que la opinión en favor de la libertad funciones judiciales por las mismas personas que política yacía atacada por la influencia de varias per- ocupaban anteriormente alcaldías mayores. El pue- sonas entre las que se encontraban miembros del blo se convierte en agente instigador del conflicto, clero. al aflorar las tensiones acumuladas durante años por El contencioso abierto entre las autoridades cons- tanta arbitrariedad y agravio perpetrado contra él. Se titucionales locales26 y la persona de Ribera, que en- entiende que el problema se plantea más en térmi- carnaba el continuismo absolutista, se salda para- nos personales, que ideológicos; el enfrentamiento dójicamente a favor de éste último, al hacer preva- absolutismo-liberalismo, no explicaría por sí solo es- lecer la ley en el reajuste que sigue al cambio polí- tas reacciones, dado el escaso influjo de las nuevas tico. Efectivamente, según un expediente posterior ideas en los sectores más bajos de la población. el juez Juan de Ribera y Alvarez se hacía cargo de El ejemplo más significativo lo encontramos en los la «vara» el 4 de noviembre de ese año, sin consi- odios suscitados por don Pedro José Moyano y Díaz, derar el rechazo que suscitaba dicha persona ni la alcalde mayor de Huelva desde 1815 hasta 1820 en reclamación de don Antonio Sánchez Pascual, quien que se transforma en juez. Se le acusa de haber pre- había sido juez interino desde 1812 hasta 1814. En varicado e incurrir en penas por cohecho y varate- su defensa recordaba que su nombramiento lo rea- ría, pues recibió dinero para poner providencias con- lizó el jefe político don Manuel Ruiz del Burgo. trarias a derecho. La prueba estaba en su rápido en- Inmersos en este tipo de conflicto hay otros ca- riquecimiento a partir del momento de la toma de po- sos representativos, tales como lo ocurrido en Olve- sesión como alcalde el 12 de julio de 1820. De ahí ra y Ecija. En el primero de ellos, el alcalde mayor, que se cuestione no sólo su conducta profesional don Antonio Manuel Gámez y Lechuga, abogado de sino también la personal, como su afición a la bebi- la RI. Chancilería de Granada, expresaba su protes- da, la falta de pago a sus empleados, o su promis- ta en abril de 1820, por haberse incumplido en su cuidad. Textos como el siguiente son ilustrativos de caso el decreto de 14 de marzo, debido a la presión tales críticas «... ha tenido una mujer de mala nota del ayuntamiento constitucional, que en su defensa corriendo a su disposición y en casa de su confian- aludía a las malas artes del alcalde, acusándole de za donde la mantenía con escándalo general del grandes arbitrarierades, soborno, cohecho, y de los pueblo y con desavenencias entre el matrimonio, graves males causados a los fondos públicos en los siendo un ejemplo de corrup-ción quien debiera con- cuatro años de ejercicio en el cargo. Finalmente, las tener los excesos públicos»27. El síndico procurador autoridades superiores dan la razón a Gámez y Le- del ayuntamiento constitucional, don José de León, fue quien canalizó las quejas populares. chuga, apoyándose en el cumplimiento de la ley. En este sentido, el secretario del Despacho de Gracia Como en anteriores casos, las autoridades intere- sadas en el cumplimiento de la legalidad vigente y y Justicia, ordena su reposición en la judicatura de sin atender a las demandas del puebl028, deciden la primera instancia de Olvera, sin perjuiucio de que el reposición de José Moyano como juez de primera consistorio elevara sus demandas al tribunal com- instancia. Ahora bien, temeroso el denunciado reac- petente. ciona contundentemente exigiendo la intervención Distinta resolución se adopta en Ecija, al planteár- de la fuerza armada para prevenir cualquier posible sele una situación similar al juez don Diego Borda- atentado contra su vida. A pesar de la negativa del longa. Según asegura el alcalde constitucional, don jefe político a considerar sus demandas, Moyano se Fernando Agustín de Aguilar, el día que se juró la dirige directamente al brigadier comandante de las Constitución en el pueblo, él salvó la vida y evitó el Armas de Huelva insistiendo en que necesita pro- saqueo de la casa del juez, contra quien arremetió tección: «... el fuego de la conmoción en grande en- el pueblo al tratarse de un individuo odiado por ser cendido, no es fácil apagarlo, sino es con el tiempo,

26 El expediente relativo al asunto precisa el carácter consti- 27 A.H.H., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de tucional del alcalde y los síndicos. a pesar de que Ribera se em- Huelva, 1820. peñe en califícarlos como "déspotas y criminales». ibíd. 26 Es preciso señalar que unos treinta vecinos de la villa de Huelva dirigieron una carta al jefe politico contra Moyano, ibíd.

70 y el antídoto de las armas»29. En un acto claro de cribe la ley, pues lo que pudieran nombrarse, están desobediencia, los alcaldes se niegan a cumplir la relacionados familiarmente o por otros motivos con orden del jefe político aludiendo a los acuerdos del las personas que resultan responsables y esto qui- ayuntamiento y los fundamentos que existen para taría credibilidad y exactitud a las resoluciones so- no darle la indicada posesión. No debemos olvidar bre esos asuntos»31. Así las cosas, la autoridad que estamos ante un pulso entre los representantes constitucional, pensó en una persona instruida en su 32 directos del municipio y las instancias políticas su- ofici0 para ocupar la escribanía, y solicita que se periores, que parecen olvidar cuál es la voluntad de le habilite en el cargo pudiendo intervenir en esos y esas personas al recordarles la observancia de las otros asuntos hasta el nombramiento del juez de le- leyes: tras de Utrera, cesando él en la jurisdicción con- «Es escandaloso que contra el tenor de las tenciosa. leyes diga un pueblo que no quiere obedecer- Ya hemos mencionado la transitoriedad que ca- las y la voluntad general de la Nación quede racteriza el primer cuarto de siglo en relación con la ilusoria para la particular de una persona mo- reglamentación de los organismos judiciales y el ma- ral cual es una población. Esto supuesto repi- rasmo que ello provoca, pero no debemos olvidar la to a V.V. que pueden hacer las acusaciones incidencia que tiene esta política a la hora de reco- que sean justas y a que haya dado lugar la ger en sus respectivos estatutos los derechos y de- conducta observada por el juez de primera ins- beres del personal auxiliar judicial. Aspectos como tancia ante tribunal competente, pero por nin- la configuración de plantillas, la forma de proceder gún pretexto suspender su admisión al ejerci- para el nombramiento de sus integrantes, el perfil de cio de sus funciones. Las protestas que V.V. sus miembros, su movilidad o retribuciones, levan- hacen son de ningún valor: en todo caso se- tan ampollas y llenan pliegos de tinta. rán V.V. responsables de las operaciones del Alusivos a esta problemática hemos encontrado pueblo»30. expedientes relativos a Cazalla, Moguer, y Niebla, donde distintas personas solicitan nombramiento Con cierta frecuencia encontramos anomalías pro- como procuradores aduciendo «limpieza de san- vocadas por la demora en la toma de posesión de gre», permanencia continuada en el ejercicio de ese los titulares judiciales y en la delimitación del ámbito emple033 o incluso, como formula uno de los deman- territorial que les corresponde. En estas situaciones, dantes del cargo en la villa de Trigueros -José Ma- los alcaldes amplifican interinamente sus atribucio- ría Barona y Villavicencio-, por encontrarse «en un nes en espera de los jueces de partido. Así don Be- estado de indigencia, con mucha familia ... y haber nito Espinal y Sierra, alcalde de Constantina, dice sufrido la indiferencia del gobierno anterior hacia los que mientras no hubiera en Cazalla -cabeza de españoles beneméritos de la patria»34. Desde Sevi- partido- juez de primera instancia, no estaba obli- lla se contesta a los respectivos jueces recomendan- gado a abandonar lo contencioso, remitiéndose al do la toma de posesión de los aspirantes (interina- artículo 20, capítulo 2 de la Ley de 9 de octubre de mente), siempre que no hubiera procurador en el 1812, donde se prescribía que ante la ausencia de juzgado y reunieran los requisitos exigidos, a fin de jueces de partido por enfermedad o muerte, debían evitar mayor demora de la acción judicial. ser sustituidos por el primer alcalde del pueblo, a La precariedad de medios se pone de relieve ante menos que alguno de ellos fuera letrado, pues en la demanda de los titulares de juzgados para dotar- tal caso tenía preferencia. Igualmente se pronuncia los de personal y recursos materiales. El de Arace- don Francisco Sánchez, alcalde constitucional de na, extendió su petición a las autoridades superio- Dos Hermanas y cuya cabeza de partido era Utrera. res tan pronto como ocupó la plaza (7 noviembre), La denuncia por falta de juez es del mismo tenor explicando la falta de promotor fiscal, alguacil y al- que en el ejemplo anterior, sin embargo, resulta lla- caide, sin olvidar una mención al estado de la cár- mativo la delación contra el Secretario del ayunta- cel que «sólo sirve -dice- para afligir a los reos miento y el escribano, Francisco Nepomuceno Mu- más que para asegurarlos» y denunciar la falta de ñoz, por un caso de corrupción relativo a los expe- papel de oficio con la consiguiente paralización de dientes de cuentas de los ayuntamientos correspon- las causas y su tramitación, lo que, a su juicio, pro- dientes a los años 17, 18 Y 19. Sobre este último vocaba «males incalculables» para los presos. Al no dice el alcalde que era responsable, como hijo úni- tener subalternos nombró provisionalmente a Lucas co y heredero, de la testamentaría de su difunto pa- de Anguiozar y García, promotor fiscal, en espera dre, anterior escribano, por tanto opina que tales cir- del informe de la Audiencia. A fines de diciembre cunstancias imposibilitaban a Muñoz para actuar en este organismo da su conformidad por no encontrar los citados expedientes, al ser parte interesada, «ni motivos para negarle el cargo, dada su trayectoria tampoco nombrar dos hombres buenos como pres- profesional35. En cuanto al alguacil, se ordena que

29 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de lo debido a la animadversión de los vecinos quienes le acusan Huelva, 4 de julio de 1820. de haber mostrado un trato despótico además de haber cobrado 30 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de Se- dinero indebidamente y apropiarse de tierras de propios, ¡bid. villa, 23 de julio de 1820. 33 Se trata de José María Suárez Espinosa y de Cristóbal de 31 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de Dos Osorio y Noriega, respectivamente, op. cit., expediente de la villa Hermanas, octubre 1820. de Cazalla, dic. 1820. 32 La persona elegida fue José María de León, escribano del 34 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de Nie- ayuntamiento de Tocina y anteriormente, desde 1812, secretario bla, noviembre de 1820. del mismo. Este hombre habia sido retirado del cargo en octubre 35 Lucas Anguiozar, era abogado de los tribunales nacionales de 1820, solicitando reiteradamente su reposición sin conseguir- y residente en Alájar (pueblo cercano a Aracena), donde ejerció

71 sea el juez quien lo designe y la vacante de alcaide, gorio Delgado, quien rechazó el nombramiento para la cubra el ayuntamiento, a la vez que se ocupa de el cargo de alguacil mayor, dado por el alcalde, sin 36 mejorar las instalaciones carcelarias . que el interesado lo hubiera pretendido ni solicitado, Teniendo en cuenta el derecho a una justicia igual «máxime -dice- para un pobre que gana la vida para todos, el abogado de oficio toma una importan- con el sudor». El jefe político le dará la razón, ins- 40 cia inusual hasta el momento pero, quizá por lo bi- tando al alcalde a que no le moleste más . soño de esta figura, su puesta en práctica provoca descontento y añade una más a las ya abundantes quejas que en materia de justicia se elevan a ins- EPILOGO tancias superiores. La justicia era gratuita y el Esta- Del resultado de los casos anteriores, se pueden do debía ocuparse de las retribuciones aunque, du- seguir varias conclusiones. En primer lugar, el con- rante las dos primeras experiencias constituciona- flicto no es jurisdiccional, pues no se cuestiona el de- les, eran los Ayuntamientos y Diputaciones los en- recho y deber del juez para administrar justicia. Tam- cargados de hacerlas efectivas. Tal era el espíritu poco es conflicto de competencias en relación a un de la ley, y en consecuencia la parte inculpada úni- tipo de delito concreto. Se trata más bien de un pro- camente debía abonar los gastos del proceso, el pa- blema personalizado así como garantista, provoca- pel y escritos según los aranceles tarifados para do por la falta de credibilidad hacia las personas a cada pleito. quienes corresponde legalmente asumir las atribu- En relación con la defensa del reo, los abogados ciones judiciales. dada su trayectoria política y, en de oficio debían atender la causa y colaborar con la ocasiones, personal. Los prohombres del nuevo ré- justicia «graciosamente» -sin contrapartida econó- gimen no confiaban en el supuesto talante liberal de mica cuando no la hubiera- o por lo menos así lo individuos que habían colaborado con un sistema entendió el alcalde de Campana contra el que se autoritario, arbitrario y, en ocasiones, arribista y querelló el licenciado Francisco del Barco, reclaman- corrupto. Por su parte, el pueblo desideologizado, do el cobro de 67 reales por asesorar de oficio a An- pero no por ello menos sensible al mal gobierno, tonio Guerra y Manuel Calzada, ambos pObres de acusa el golpe y reacciona haciendo aflorar su odio solemnidad. Esta interpretación fue igualmente en momentos en que se tambalean los pilares del corroborada por las autoridades provinciales quie- Antiguo Régimen. nes deniegan el dinero al solicitante recordándole su En segundo lugar, considerando los contradicto- deber de asistencia a la justicia independiente del rios pareceres expresados por los implicados en el cobro de emolumentos. Estos se pagaban a cargo conflicto, tal como figura en los expedientes, cabe de la partida señalada para «gastos de justicia y pe- pensar también que en la confusión del cambio po- nas de Cámara» comprendida en los caudales de 37 lítico, saltaran a la luz rivalidades, más o menos pú- propios , no obstante al no disponer el ayuntamien- blicas. y se aprovechará para «saldar cuentas» per- to de fondos sobrantes -como ocurría en Campa- 38 sonales, encubriéndolas bajo el manto ideológico. na - ni poder obtenerlos a cargo de las multas, Esta hipótesis podría corroborarse a tenor de la fuer- pues «no se exige ninguna y últimamente los reos te división que se produce en las filas liberales du- no son solventes», los abogados debían atenerse a rante el trienio y la tibia defensa del régimen las circunstancias. en 1823, demostrando que entre estos elementos La falta de recursos se observa asimismo en las había también aduladores y falsos constitucionalis- quejas de los jueces pidiendo fondos para posibili- 39 tas, de manera que estos motivos -aunque menos tar el nombramiento de subalternos ; o las de al- relevantes- subyacen junto a las más notorias di- guaciles, que rechazan su designación como tales ferencias surgida~ en relación con el alcance y ma- por no suponerles beneficio alguno, más bien al con- terialización de las reformas. trario, un gran perjuicio, pues les obligaba a desviar En tercer lugar, la adaptación de la legislación a la parte de su tiempo hacia una actividad frecuente- nueva situación sufrirá un parón tras la puesta en mente no remunerada. Por esta razón, en el pueblo práctica del artificio restaurador, que devuelve al país de Gelves, Agustín Robles -de profesión albañil- a su tradicional oscurantismo. En materia judicial, la pide que se le exonere del nombramiento de algua- brevedad del período recortó la vigencia de las nor- cil, señalando el daño material que le causaba y su mas aprobadas, además de dificultar la rectificación recién empadronamiento en el lugar. Algo parecido de los defectos legales y la superación de lagunas he- le ocurre a uno de los vecinos de Alcalá del Río, Gre- redadas de la primera experiencia constitucional.

la judicatura, desde enero de 1819 hasta el 20 de marzo del año bre de 1813, «Orden sobre el arreglo de los juzgados en los par- siguiente, tras ser nombrado por el Consejo de Castilla como Re- tidos de las provincias», págs. 227-28. gente de la jurisdicción ordinaria de Aracena. Según consta en 37 Colección .... Decreto CCIV. vol. IV. 13 de septiembre de las fuentes, fue aceptado con «satisfacción» por sus habitantes 1813, «Nuevo plan de contribuciones públicas», págs. 229-237. y los de los pueblos de la comarca, desempeñando estas atribu- 38 El pueblo de Campana estaba encabezado en la cantidad ciones hasta marzo de 1820 en que. instalado el ayuntamiento de 150 reales para gastos por estos conceptos. pero en la fecha constitucional, cesó en ellas. Quedó en esta situación hasta el 4 todavía no se había celebrado el repartimiento, op. cit .. expedien- de mayo, que fue nombrado juez de primera instancia interino, te de la villa de Córdoba, 1820. pero se le separó de sus funciones al aprobarse el decreto de 5 39 El juez de Fregenal, se quejaba de estar recibiendo causas de septiembre sobre que subsistieran únicamente los jueces de y reos de los pueblos próximos, sin tener alguaciles con que aten- los pueblos designado por cabeza de partido. y no siéndolo esa derles por falta de dinero, v. op. cit., expedí ente de la villa de villa, debió renunciar, op. cit., expediente de la villa de Aracena. Fre~enal. nov.-dic. 1820. 4 A.H.N., Consejos, Leg. 12.237, expediente de la villa de AI- 36 Colección de los Decretos .... vol. IV. Decreto 10 de septiem- calá del Río, 3 de mayo de 1820.

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