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Pedro Navascués La Alameda de Osuna: una villa suburbana t ~ f l. A mediados del siglo XIX, Madoz afirmaba en su suburbana neoclásica que tenemos en nuestro "Diccionario" que la Alameda de Osuna, a unos país. Ello, unido a la noticia de su reciente ad­ siete kilómetros al nordeste de , era la quisición por parte del Ayuntamiento de Ma­ única posesión que podía competir con los Rea­ drid, me ha llevado a escribir el presente traba­ les Sitios.! Solamente éstos ofrecían una tan ge­ jo,3 en la pretensión de mostrar el proceso de nerosa composición de arquitectura, agua y jar­ gestación de la Alameda a través de una lectura dines en un medio rural, discretamente aparta­ histórico-crítica que de algún modo pueda acla­ dos de los grandes núcleos urbanos, como suce­ rar el complejo programa allí desarrollado, en día en otros lugares de Europa. Sin embargo, evitación de que las ya anunciadas intervencio­ l. entre nosotros, ni la nobleza ni la alta burguesía nes puedan arruinar 10 que todavía se resiste a habían sentido - yo creo que desde nunca­ perecer. interés por la vida y el contacto con la natura­ Madrid, a pesar de su precariedad, llegó a con­ leza y el campo del que ellos mismos eran sus tar a finales del siglo XVIII y principios del XIX propietarios. Por ello es inútil buscar aquí, al con una serie nada despreciable de palacios y vi­ margen de la iniciativa real y de algunas excep­ llas suburbanas, algunas de muy modesto y re­ ciones - pienso ahora en los jardines del Labe­ moto origen, que habiendo pasado de unas ma­ rinto de Harta, en Barcelona, de Bagutti y Des­ nos a otras y constantemente enriquecidas con valls -, villas suburbanas y casas de campo al nuevas edificaciones, viajes de agua y plantacio­ modo italiano, cháteaux a la francesa, o las mag­ nes, formaban un anillo en torno a la capital níJiicas mansiones y palacios tan frecuentes en con un radio máximo de unos diez kilómetros Inglaterra y Europa. aproximadamente. Entre las más importantes Podría decirse que el pertinaz absentismo impi­ que existían hacia 1800 cabe recordar por una dió entre nosotros la afloración de un tema tan parte las de iniciativa regia, comenzando por la interesante como el de la , enten­ propia Casa de Campo y , a las que ha­ dida ésta como arquitectura culta y no mera­ bría que unir otras posesiones que en distintas mente popular. En una palabra, la Casa Blanca circunstancias pasaron a formar parte del Real en las cercanías de Medina del Campo (Vallado­ Patrimonio, tales como La Florida, La Mon­ lid), fue un hecho aislado en nuestra historia de cloa, La Quinta, La Zarzuela y La Moraleja, si I la arquitectura que no tuvo consecuencia algu­ bien esta última pasó de nuevo en el siglo XIX 2 na. De ahí el interés excepcional de un conjun­ a ser propiedad particular. Todas ellas, junto con I to como el de la Alameda de Osuna que, a mi la del duque del Infantado en Chamartín, se ha­ juicio, representa el modelo más acabado de villa llaban en la zona norte de la ciudad.

1. MADoz, P.: Diccionario oo. de España, Madrid, 3. Algunos aspectos de este estudio fueron ya ade- ' 1948 (3.a ed.), t. 1, pág. 186. En realidad, todo lo lantados por mí en el coloquio que sobre el Neocla­ publicado sobre la Alameda hasta hoy no ha hecho sicismo se celebró en la de Burdeos, en fb· sino repetir los datos aportados por Madoz, cuya 1974, presidido por el profesor Pariset. El trabajo I ALAM¡¡:DA D~ OSUNA puntual descripción de su artículo "Alameda (La)" que aquí se publica ahora supone, por otra parte, la ocupa las págs. 186 a 189 de la ob. cit. total revisión de lo escrito sobre la Alameda en mi 2. AGAPITO y REVILLA, J.: Una casa de campo del libro Arquitectura y arquitectos madrileños del si-I siglo XVI en , "Arquitectura", 1918, pági­ glo XIX, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 6 nas 149-157. 1973. 7 En el lado oeste, y algo apartada, destacaba la sa de Osuna (1752-1834), a quien se debe la entre la duquesa y el viejQ académico Pougens, En algunas ocasiones pide a compatriotas suyos, de Boadilla del Monte, mientras que al sur de iniciativa y realización de la Alameda.6 quien le envía desde París "té de China y per­ que residen en otras ciudades del país vecino, la Madrid, en la zona de los Carabancheles, la más Mal podría entenderse ésta sin conocer algunos fumes de iris, lo mismo que las semillas para su puntual descripción de algunas casas y jardines importante era sin duda la del conde de Miran­ rasgos de aquel personaje singular, que formaba jardín o telas Jouy, pero también le señala y de la burguesía francesa, habiendo encontrado da (conocida luego como finca de Montijo), sien­ parte de lo que Sarrailh llamó minoría selecta consigue algunos libros recientes".9 Quizá fue en concreto una referente al Chilteau Rabá en do esta parte la preferida por la aristocracia y de nuestra España ilustrada.7 Frente a la reina este mismo Pougens quien envió el "Projet de los alrededores de BurdeosP alta burguesía madrileña para ubicar sus pala­ María Luisa o a la duquesa de Alba, las cuales Bibliotheque dressé d'apres les notes remises par Al mismo tiempo el duque de Osuna tenía en cios suburbanos a partir de la regencia de María encarnaron el papel más o menos frívolo, tópi• S.E. Madame la Duchesse d'Ossuna" que he en­ el propio París otros intereses que le llevaron Cristina, destacando entre todos ellos el palacio co de la mujer en la sociedad galante del si­ contrado en la Biblioteca Nacional de Madrid,1° con frecuencia a la capital francesa, y muy prin­ de que, habiéndolo habitado la pro­ glo XVIII, la duquesa de Osuna representa el ar­ y que suman unos seis mil quinientos volúme­ cipalmente el de abrir allí una casa de Banco pia reina, pasó luego a ser propiedad del mar­ quetipo de la mujer culta, de espíritu abierto e nes por un precio total de algo más de diecisiete en 1799/4< es decir, el mismo año en que el du­ qués de . inquieto. En estas tres mujeres - retratadas las mil francos, según "les informations les plus que encarga en París a Mandar y Belanger un Por último, en la zona este, podía encontrarse la tres por Gaya varias veces - se miró la corte exactes dans tous les magasins de Paris". Las completo proyecto para la construcción y deco­ posesión de la , y algo más dis­ madrileña de finales del siglo XVIII, producién­ secciones de esta biblioteca pueden dar una idea ración de un nuevo palacio en Madrid que sus­ tante y hacia el norte, la Alameda de Osuna dose una verdadera rivalidad entre ellas, tradu­ de las inquietudes - al menos iniciales - de la tituyera al viejo caserón de la calle de Legani­ (muy cerca, en la actualidad, del de cida sobre todo en sus "salones", palacios, jar­ duquesa: 1) Filosofía y Moral; 2) Política, Le­ toS. 15 Este palacio resultaba en efecto anticuado ). dines, etc., como muy bien estudió Carmen Mar­ gislación y Prudencia; 3} Agricultura; 4} Comer­ a pesar de la reforma que con motivo de la co­ El proceso de formación de casi todas ellas fue tín Gaite.8 Sin embargo, la mayor inteligencia y cio y Economía Política; 5} Historia Antigua y ronación de Carlos IV había dirigido el arqui­ prácticamente el mismo. En un principio fueron refinamiento de la duquesa de Osuna hizo de su Moderna. Antigüedades. Biografía; 6} Geogra­ tecto Mateo Guill, el primer arquitecto que in­ huertas con modestas edificaciones o simples ca­ casa el lugar de reunión preferido por aquella fía; 7} Viajes; 8) Ciencias y Artes; 9} Medicina; tervino, como se verá, en la Alameda. Para uno sas de labor; más tarde y en épocas sucesivas la minoría ilustrada que emprendió una formidable la} Literatura; 11) Poesía; 12} Teatro; 13} No­ de aquellos salones reformados por Guill en el arquitectura fue renovándose al tiempo que apa­ tarea de renovación física y moral del país, a velas. En su mayoría se trata de autores france­ viejo palacio de la calle de Leganitos, Gaya pintó recen los jardines. Huerta, casa y jardín son, través de nuevas instituciones como las Socieda­ ses o ingleses traducidos al francés, no faltando dos retratos con la efigie de los reyes. l6 prácticamente, los tres elementos comunes, si des Económicas de Amigos del País, buscando los enciclopedistas y otros autores expresamente La consecuencia más importante de todo este bien en cada caso se producen de forma diver­ revitalizar nuestro comercio, crear nuevas indus­ prohibidos en España por la Inquisición.n flujo francés en relación con la Alameda de Osu­ sa.4 La propia Alameda, antes de pasar a manos trias y una reforma agraria que hiciera fecunda Además de Pougens, la duquesa tuvo otros co­ na fue la contratación de dos jardineros altamen­ de los duques de Osuna en 1778, no era sino la explotación agraria y ganadera del país. En rresponsales y puntos de contacto con el medio te cualificados, uno de ellos había trabajado en una serie de huertas y modestos edificios propie­ este cuadro adquiere su verdadero sentido la francés. Ávida de conocer las últimas novedades, Trianon, que vinieron aquí en unas condiciones dad del conde de Priego.5 A partir de aquella Alameda de Osuna. Debo recordar aquí que la la lleva en más de una ocasión a adelantarse a los muy especiales para tratar los jardines y fabriques fecha este lugar fue ensanchando sus límites has­ propia duquesa de Osuna era, desde 1786, pre­ propios acontecimientos. En este sentido es elo­ de la Alameda. Me refiero aJean Baptiste Mulot ta alcanzar, por sucesivas anexiones, una super­ sidenta de la Sección Femenina de la Sociedad cuente la carta que escribe en 1802 a su pro­ y a Pierre Provost. Con ellos comienza la histo­ ficie de ciento cincuenta hectáreas. Pero lo más Económica de Madrid, pudiendo considerarse en veedor de música en París, reclamándole por no ria propiamente dicha de la Alameda, cuyo aná­ importante es que este crecimiento no fue tan última instancia la Alameda - en su conjun­ haberle enviado la partitura de "Une folie", a lisis estructuraré en tres etapas. sólo cuantitativo sino esencialmente cualitativo, to - como una verdadera experiencia fisiocrá­ lo que aquél le responde que aún no estaba aca­ donde tuvo lugar el desarrollo de un programa tica. bada la impresión. Al propio Pougens le recri­ 1. 1785-1807 culto, típico dentro de la corriente ilustrada, es­ Uno de los aspectos que Sarrailh hizo notar en mina, según nos dice Sarrailh, cuando se entera En el primer período aSIstImos a la formación trechamente vinculado a la cultura y experien­ la personalidad de la duquesa de Osuna fue su que el "Genio del Cristianismo" se había publi­ de la Alameda, cuyo nombre fue sustituyendo cias similares francesas a través de doña María constante y activa relación con lo que cabría lla­ cado en 1802 y no la había informado a tiempo Josefa de la Soledad Alonso-Pimentel y Téllez­ mar la cultura francesa contemporánea. El histo­ de elloP 13. Sobre este conjunto bordelés está en prensa un Girón, condesa-duquesa de Benavente y duque- riador francés llegó a pulsar bien este aspecto trabajo mío que se refiere a un cuaderno con unos croquis y la "Explicación de la Casa de Campo de tras el estudio de la correspondencia mantenida 9. SARRAILH, ob. cit., págs. 314-415. Del mismo Mr. Ravá, que se encuentra a la salida de Burdeos 4. Sobre éstas y otras fincas, su arquitectura jardi­ autor Un intermédiaire Pougens et l'Espagne, "En­ en el camino de Bayona", Biblioteca Nacional de nes e historia, puede consultarse: EZQUER~A DEL 6. A lo largo del texto nos referiremos a ella sim­ quetes romantiques", París, 1933. Sobre otros aspec­ Madrid, Sección de Manuscritos, Sigo 1081916• BAYO, J., Casas de recreo, en "Catálogo de la Expo­ plemente como duquesa de Osuna. Una sucinta bio­ tos de interés vertidos en la correspondencia de la 14. AHN, Osuna, Leg. 308-3: "Contrato de funda­ sición del antiguo Madrid", Madrid, 1926, págs. 117­ grafía suya puede encontrarse en EZQuERRA DEL duquesa, véase: YEBES, CONDESA DE, La condesa-du­ ción de una casa de Banco en París, entre el duque 139; WINTHUYSEN, X. DE, Jardines clásicos de Espa­ BAYO, J., Y PÉREZ BUENO, L.: Retratos de mujeres quesa de Benavente, una vida en unas cartas, Ma­ de Osuna y el Sr. Martínez Hervás. 1799-1807". ña: Castilla, Madrid, 1930; lÑÍGUEZ ALMECH, F., españolas del siglo XIX, Madrid, 1924, pág. 15. Para drid, 1954. 15. El proyecto no se llevó a cabo, pero los planos Casas reales y jardines de Felipe II, Madrid, 1952. otros aspectos más ricos e interesantes de la persona­ 10. Biblioteca Nacional de Madrid, Sección de Ma­ existen y serán objeto de una próxima publicación. 5. Inicialmente se hizo una escritura de arrenda­ lídad de la duquesa véase la bibliografía citada en las nuscritos, Sigo 11140. Debo agradecer al profesor Rabreau el haberme loca­ miento en 1778, por un valor de 1.100 reales de ve­ notas 7, 8 y 9. 11. Esta interesante biblioteca, que no recoge De­ lízado dichos planos en la Escuela de Bellas Artes llón anual, hasta su venta definitiva, que tuvo lugar 7. SARRAILH, J.: La España ilustrada de la segun­ fourneaux en su libro Inquisición y censura de libros de París. en 1783. Archivo Histórico Nacional (AHN), Osuna­ da mitad del siglo XVIII, México - Buenos Aires, en la España del siglo XVIII (Madrid, 1973, La ed., 16. AHN, Osuna, Leg. 506-2-4: "Cuentas que ma­ Cartas, lego 514: "Escritura de arrendamiento de la 1957 (l.a ed. en francés, 1954). París, 1963), está siendo estudiada actualmente por nifiestan todos los gastos ...:Ydem al pintor Dn. casa, casilla de hortelano, cocheras, caballerizas, y 8. MARTÍN GAITE, c.: Usos amorosos del dieciocho la profesora M. V. López-Cordón. Franco. Golla por 2 retratos que hizo de nuestros una huerta que se halla en la Villa de la Alameda, en España, Madrid, 1972, págs. 92 y 93. Otras refe­ 12. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 544 bis-90: "Carta Augustos Reyes para la función de la Coronación como también un pedazo de tierra, propia del Exmo. rencias de interés en las págs. 47, 87,121,123,200, de un comerciante francés a la duquesa de Osuna ... que dieron SS. EE. según consta en la contaduría 8 Sor. Conde de Priego ... 18 de febrero de 1778". 223,236 Y 244. 1802". donde existe su cuenta ... 4.000 rs.". 9 con el uso al que la propia duquesa escogió para modo, tanto el jardín inglés en el del Príncipe , parterres, se alza el magnífico jardín inglés. Éste designar aquella posesión: "El Capricho". Nom­ en Aranjuez como el del "Capricho" de la du­ reúne todos los caracteres típicos de los jardines bre éste que todavía puede leerse sobre la entra­ quesa de Osuna, se contaron entre los primeros · de su estilo: traza sinuosa y libre de sus paseos, , da principal a los jardines y que es muy expre­ en introducir aquí esta moda que por entonces predominando las curvas largas y abiertas; cons­ sivo como actitud generalizada en la sociedad hacía furor en toda Europa. tante ondulación del terreno dando lugar a sua- europea del siglo XVIII. Los jardines de la Alameda con su casa-palacio , ves pendientes; artificial con su acceso en Lo más importante inicialmente fue el contrato se hallan encerrados dentro de fuertes tapias que · espiral; lago, islas y ría; estanques menores de en París, en junio de 1787, del jardinero Jean diferencian la zona de residencia y recreo - más · bordes irregulares; distribución irregular tam­ Baptiste Mulot, del cual no he logrado encontrar íntima y por ello cerrada - de la zona específi• , bién la del arbolado, resultando algunos paseos nada salvo que residía en Trianon.H Las condi­ camente agrícola, abierta, con sus correspondien­ totalmente sombríos mientras que otros son ciones de su contrato eran muy claras y tajantes tes casas de hortelanos, establos y corrales, for­ : abiertos y soleados, bosquecillos y calvas, etc. en cuanto a las condiciones laborales, asistencia mando una embrionaria agrupación urbana. Úni• · Todo ello en el consabido deseo de crear un pai­ médica, habitación, viajes, sueldo (9.600 reales camente me referiré aquí a la zona "intramu­ saje ideal con fuerte carga literaria y cierta am­ de vellón), etc., insistiendo muy especialmente ros", según puede verse en la planta,20 si bien bición pictórica. Resultado final: una Naturaleza en un punto que interesaba sobremanera a la reconozco la importancia capital de este entorno caricaturizada. Este pintoresquismo alcanza una duquesa, esto es, que a la conclusión de su tra­ tanto para la economía de la villa como para las situación límite con la presencia, consustancial bajo no podría entrar a servir en ninguna casa experiencias fisiocráticas que allí se pudieron en el jardín inglés, de las arquitecturas "de jar­ del país, asegurándose así la exclusiva de su arte. producir. Tan sólo recordaré que mirando al dín" (ruinas, templetes, obeliscos, cabañas, for­ Mulot estuvo tres años en la Alameda, volvien­ lienzo sur de las mencionadas tapias, se hallaba tificaciones, puentes, ermitas, etc.), de escultu- do a su país en 1790, quizá precipitando la mar­ la "huerta valenciana", cuyo nombre evocaba , ras, fuc;;ntes y grutas y, en fin, de otros muchos cha por los graves acontecimientos surgidos en aquí la del mismo nombre en Aranjuez, al final divertimentos que habían hecho de Francia. Él debió de dejar la traza general de de la calle de las Infantas, tras atravesar la del · la sociedad rococó (columpio, juego de la sorti­ la Alameda, traza que otro compatriota suyo, Foso. ja, maniquíes, etc.) y que como otros tantos as­ Pierre Provost, se limitaría a mantener. Provost, El acceso principal a los jardines tiene lugar por pectos sobrevivieron en el mundo neoclásico. Su llegado en 1795, exigió el mismo sueldo que su el lado oeste, una vez recorrido "El Ramal", lar­ razón de ~~r no era otra que la de servir de­ antecesor y la duquesa, a cambio, le hizo firmar ga calle de árboles que une la actual carretera ~stímulo al pas.e~nt~, cu~riendo c<;mst~ntemente igualmente la cláusula contractual referente a la de Madrid-Barcelona con los pabellones de por­ peqüe'Ms '~i:apas cuya" meta siempre' ofreéía un att;activo divérso. Asimismo aquellos el~nieritos imposibílídad de trabajar fuera de su casa, obli­ tería. Éstos flanquean una plazoleta circular que Templo de Baco gándole así a su inmediata repatriación una vez en más de una ocasión sirvió de coso taurino. perroittart desarrol~ar un programa culto y/o po­ finalizada su labor allí. La muerte sorprendería De allí arranca el eje principal ingreso-palacio, pular que. dotaban del nece?ario argumento ~l liaridades del templete tales como el modo in­ a Provost en la propia Alameda en 1810.18 Tan­ en cuyo trayecto se encuentran dos parterres cir­ jardín, y sobre cuyos protagonistas cabían muy usual de resolverla planta acudiendo al modelo to Mulot como Provost, conscientes de su valer, coagonales, la plaza de los Emperadores, presi­ diyers¡ls interpretaciones. hartocode la elipse, las variaciones rítmicas in­ fijaron por su parte la condición de no aceptar dida por una exedra que cobija el retrato en De bte modo surgieron en la Alamedá, y sin troducidas- en los intercolumnios (los tiempos más órdenes que las de la propia duquesa de bronce de la duquesa, una composición crucifor­ duda pedidas por Mulot, el Templo de Baca, el qiIe coincidén con los ejes mayor y menor de la Osuna. me de parterres, un estanque de planta circular Abejero,.'la Casa Rústica (después reformada y elipse son más largos), y el capricho de montar La traza de Mulot, contra 10 que pudiera espe-' con su fuente en el centro, y finalmente el pa­ conocida con el nombre de Casa de Cañas o Em­ un:entablamento'dórico - un tanto ecléctico­ rarse, no responde al patrón típicamente fran­ lacio como elemento receptor de este gran eje. barcád~ro'), la Casa de la Vieja, la Casa del Er­ sobre u'na columnata jónica. No obstante, todo cés, sino que siguiendo el ejemplo de Mique en No obstante, la composición axial continúa, aun­ mitaño, la Gruta, una Tienda de Campaña en ello se produce sin perder nobleza el proyecto, el Petit Trianon de Versalles, que él conocería que fuera ya del recinto cerrado de los jardines, ~adera (desaparecida), la columna de Pestum pues dadas sus dimensiones francamente monu­ muy bien, proyectó un jardín al modo inglés. con la llamada plaza de Osuna y la frontera Casa con' Saturno devorando a su hijo en el centro de mentales, su ubicación en alto sobre un discreto Creo adivinar aquí la intención de la duquesa de de Oficios, asegurando la continuidad del eje una composición radioconcéntrica, y otros ele­ promohtorio (recordando los paisajes de Hubert Osuna en una actitud rival frente al jardín in­ con el apoyo intermedio de un sencillo monu­ m~ntos' de menor entidad. Robert), y el podio escalonado que le hace apa­ glés que por aquellos años traza Villanueva en mento.21 Sin d~da' es el Templo de Baca la obra de mayor recer todavía más esbelto, alcanza una grandeza Aranjuez, el primer arquitecto español que com­ Al norte de este eje divisorio, en el que se acusan reli'ev~ arquitectónico. Aunque no conozco al au­ verdaderamente considerable y original. Bastará puso jardines al estilo inglés, según el profesor claros acentos franceses por la primacía de las to~ 'Cle -la traza creo, sin embargo, que el fuerte compararlo con el templete rotonda de Villa­ Chueca,19 si bien asistido por Boutelou. De este visuales rectas e ininterrumpidas así como por cáráCt'~r francés de su diseño apunta al propio nueva en Aranjuez, desde luego mejor dibujado, el carácter bajo, recortado y geométrico de los Mulot, o a dibujos y modelos que él se trajera más académico y de más rica ejecución en már­ 17. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 514: "Copia literal de ·Francia. Las fechas mismas de su ejecución mol, pero que a mi modo de ver no alcanza la de la contrata original hecha por el jardinero Juan 20. Mi agradecimiento a los arquitectos Isabel Wa­ potencia expresiva del de la Alameda de Osuna, Bautista Mu10t, en París a 18 de junio de 1787". llace y Modesto Sanz López que tan eficazmente me coinciden con la presencia de Mulot en la Ala­ 18. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 514: "Condiciones ayudaron en la difícil tarea de levantar esta planta. meda. Consiste dicho templo en una construc­ quizá por utilizar éste un lenguaje que cabe in­ con que Pedro Provost entra a servir a la Exma. Sra. 21. Toda esta zona está en gravísimo peligro de de­ ción de planta oval y escalonada, con doce po­ terpretar todavía en clave barroca. Condesa Duquesa de Benavente y Osuna, en clase de saparición, habiéndose hecho incluso pozos de cimen­ tentes columnas de orden jónico sobre las que El templete encierra una mediocre escultura de jardinero para cuidar de la Casa de Campo que S. E. tación para construir en el solar libre de la plaza (!). apoya un entablamento dórico, y sin ningún Baca en mármol, desplazando a la más frecuente posee en la Alameda". Afortunamente se detuvieron las obras si bien la si­ representación de Venus en este tipo de templos. 19. CHUECA, F. Y MIGUEL C. DE: Juan de Villa­ tuación actual sigue siendo muy poco tranquiliza­ tipo de cubrición. Además de su estructura ab­ 10 nueva, Madrid, 1949, pág. 263. dora. solutamente abierta conviene señalar otras pecu- Ésta, por el contrario, se halla en el interior de 11 Abejero. Fachada principal una rotonda cerrada que sirve de elemento cen­ clásica. El volumen ochavado del cuerpo central tral a un edificio realmente singular y del que con su cúpula de suave curvatura, los perfiles no conozco antecedentes: el Abejero. Tampoco ondulados de las cubiertas de las alas y pabe­ conozco a su autor, pero de nuevo pienso en llones extremos, el llagado insistente de la facha­ ideas de Mulot o de 10 que a través de él pu­ da principal (es decir, la que en lugar de las men­ diera filtrarse. Es un pequeño edificio que está cionadas trampillas metálicas de los panales lleva a medias entre una arquitectura culta - el salón nichos con esculturas), el poco rigor de los ór• central en forma de rotonda corintia y cerrado denes (hoy desaparecidos, pero que conocemos con cúpula, albergando una Venus en magnífico en fotografías de los años cuarenta) que flan­ mármol de Carrara - y una arquitectura indus­ queaban los dos huecos de entrada a la roton­ trial-las dos alas laterales que terminan en da, etc., distan mucho efectivamente de la seve­ sendos pabellones, en las que se encuentran los ridad de la arquitectura neoclásica. Precisamente panales de abejas con sus trampillas metálicas para este edificio se haría luego un proyecto de al exterior. Todos estos elementos están alinea­ transformación más acorde con "la arquitectura dos de un modo muy frecuente en los casinos de las sombras". y bagatelas neoclásicos, como ocurre por ejem­ La finalidad del edificio era, como rezaban los plo en la Casita del Príncipe de Villanueva, en versos de un poetastro protegido por la duque­ El Pardo. Es decir, un núcleo central, dominante sa, "hacer presente con certeza / las virtudes que en planta y alzado, incluyendo la rotonda; dos da Naturaleza".22 Es decir, se trataba de poder elementos-puente de desarrollo lineal que parten contemplar, desde el interior y a través de unos lateralmente del núcleo principal, y de poca al­ vidrios, a las afanosas abejas en sus panales, en tura; y finalmente dos elementos-estribo, cuya un claro gesto de acercamiento al orden de la altura vuelve a ser mayor, pero sin sobrepasar al Naturaleza, muy propio del siglo XVIII. Por otra cuerpo central. El resultado es el de un edificio parte el constante control de las colmenas pro­ de fachada dilatada y poco fondo. dujo siempre muy buenos beneficios a juzgar por Lo curioso aquí se produce al analizar los volú­ las cantidades de miel retirada. menes y detalles arquitectónicos del edificio, ya 22. Biblioteca Nacional, Sección de Manuscritos, que recuerda más los de la arquitectura rococó 14 Sigo 11319 : "Ritma en alabanza de la Alameda, 12 que la más severa y racional arquitectura neo- por Ventura Aguado". Juan Atlan. VeROS \13 Presidiendo el Abejero desde la rotonda central, que no sabría decir si está sugerido por la moda una falúa. 27 Tadey era 10 que en Madrid se lla­ Ángel María Tadey diseñó durante 1794 las ci­ se encontraba la Venus esculpida por Juan Adan contemporánea o por modelos clásicos en la lí• maba "maestro teatrista", y como tal aparece tadas obras para la Alameda, construcciones evi­ entre 1792 y 1795, una de nuestras mejores es­ nea de la Victoria de Samotracia, sin olvidar trabajando junto con su hermano Antonio para dentemente ligeras sin ninguna ambición culta, culturas neoclásicas. Las vicisitudes que rodea­ tampoco el recurso de Miguel Ángel que tantas el duque de Híjar en 1789. Ambos, "Pintores sino que por el contrario pretendía escenificar la ron la ejecución de esta obra, las diferencias ha­ veces ciñó sus torsos por debajo del pecho, y que del teatro italiano" ,28 levantaron un arco de comedia pastoral y supuestamente ingenua, tan bidas entre el escultor aragonés y la duquesa de Adan conocería bien tras su estancia en Roma. triunfo dedicado por dicho duque a Carlos IV de moda en Europa desde el "Hameau" de Ma­ Osuna y otros pormenores fueron ya estudiados Tanto el templete de Baca como el Abejero con con motivo de las fiestas reales de su coronación. ría Antonieta en el Petit Trianon (1782-1786). por Enrique Pardo Canalís; 23 sin embargo, haré su Venus están directamente comunicados con El arco denota un claro espíritu tardobarroco Para la Casa Rústica conocemos varios tanteos algunas observaciones sobre la obra de Adan a un Saturno devorando a su hijo. ¿Se trata de con el consabido programa iconológico de mar­ y una bella acuarela 32 que nos muestra su aspec­ título de hipótesis interpretativa. No deja de ser una alusión al Tiempo destructor donde termi­ cado carácter áulico. to antes de revestirla con cañas, tal y como hoy extraño que la versión de Juan Adan nos mues­ nan el placer y la belleza? ¿Encarna aquí Satur­ ¿Quiénes eran estos Tadey o Tadei, pues de las puede verse. La Casa de la Vieja, de más sólida tre una Venus "púdica", vestida con una finísi• no el papel del Invierno con 10 que podría pen­ dos formas aparece en la documentación con­ construcción a base de madera y mampuesto, ma túnica y un manto recogido a la altura de las sarse en el Ciclo de las Estaciones? Tan sólo temporánea? Creo que se trata de una rama de tiene un aspecto realmente pintoresco. Consta caderas, muy contrariamente a la iconografía ha­ falta una representación del Verano para que la larga familia de los Tadey de Gandria que tra­ de dos plantas y de varias estancias milagrosa­ bitual del tema y en concreto a las versiones este ciclo quedara completo, y que quizá existió bajaron como estucadores en diversas capitales mente conservadas todavía a pesar de los avata­ más conocidas del neoclasicismo. ¿Cómo habría y hoy se ha perdido. Hay que hacer notar que europeas 29 por estas mismas fechas. En los li­ res sufridos por la Alameda en su más triste y que interpretar este hecho? A mi juicio no se el orden de Pestum sobre el que se asienta Sa­ bros de matrícula de la Academia de Bellas Ar­ reciente historia. La planta baja cuenta con un trata ni de un estúpido pudor ni de la posible turno es la única referencia arqueológica concre­ tes de San Fernando aparece registrado el nom­ curioso "gabinete de musgo" - una especie de coerción del medio sino de la expresa voluntad ta - junto con el mosaico pompeyano del come­ bre de Ángel María Tadey y Burghini el 19 de de la duquesa, a quien de nuevo vemos en abier­ dor del palacio - que, a modo de emblema, se noviembre de 1791, donde consta su oficio y ta competencia con Carlos IV y la reina María convierte en una evocación de aquel mundo en procedencia: pintor de teatros, de Milán.30 Án­ Luisa. Estos habían encargado, prácticamente en ruinas que se descubre en el sur de Italia en la gel María Tadey debió de inscribirse para poder las mismas fechas, al escultor José Ginés una segunda mitad del siglo XVIII. ejercer su oficio más libremente, y no como sim­ Venus y Cupido para la Casa del Labrador en El resto de las construcciones de esta primera ple alumno, pues ni por edad ni conocimientos Aranjuez.24 Se trataba de una sensual represen­ etapa, esto es, la Casa Rústica, la de la Vieja, la 10 requería. De su hermano Antonio tan sólo co­ tación de Venus como diosa del Amor, en un del Ermitaño, la Tienda de Campaña y una gru­ nozco, además de 10 apuntado, los datos reco­ discreto desnudo que Cupido intenta desvelar to­ ta artificial revestida interiormente con conchas, gidos por J. F. Ráfols en relación con los deco­ talmente. Frente a la intención que anima la se hicieron igualmente entre 1794 y 1795. Esta rados que hizo para el teatro de la Cruz (1807) Venus de Ginés, en una línea muy tradicional vez sí que conocemos a su autor, Ángel María y el del Príncipe (1818-1828).:n Aún tenemos y de simple interpretación, la de Adan se inte­ Tadey, un hábil decorador que pasó a ser un noticia de un tercer miembro y primo segura­ lectualiza en un grado máximo, pues de algún personaje inseparable de la Alameda desempe­ mente de Ángel María y Antonio, que se inscri­ modo resucita la dialéctica Venus vestida!des­ ñando allí un papel que fue vital en toda corte, be también en la Academia de San Fernando, Tadey. Casa rústica nuda. La Venus de la Alameda habría que in­ grande o pequeña, desde el Renacimiento. Me en 1791: Gregorio Burguini (sic), igualmente de terpretarla entonces como diosa de la Belleza, refiero al tramoyista, al hombre capaz de crear Milán y "pintor de teatros". De su labor reali­ salan frais -, el "cuarto de la vieja y el mu­ sensual y casta a la vez, es decir, reuniendo las constantemente escenarios diversos para el mun­ zada no conozco nada. chacho" - con sendos maniquíes -, la cocina y virtudes de las Tres Gracias que danzan ante Ve­ do de la "fiesta", al hábil decorador de interio­ los servicios. Una rudimentaria escalera interior nus - como atributos de la diosa - en el cua­ res, a ese personaje que 10 mismo diseñaba una 27. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 514: "Cuentas, reci­ da acceso a la segunda planta, donde se encuen­ dro de la "Primavera" de Botticelli: Pulchritu­ arquitectura efímera ante la fachada de un edi­ bos, nombramientos, dimisiones de empleados, etc., tra el "gabinete pintado" por el propio Tadey, 25 relacionado con la Alameda, 1783-1859". do, Amor, Castitas. El problema de mostrar la ficio - como ocurrió en la Alameda con motivo 28. Descripción de los ornatos públicos con que la y que imita con un estilo fuertemente ilusionis­ sensual belleza del cuerpo de Venus sin renun­ de la visita de Fernando VII en 1817 _26 como Corte de Madrid ha solemnizado la feliz exáltación ta el interior de una casa rural, con vasares y ciar a la "Castitas" lo resolvió Adan hábilmente dirigía la construcción de un barco o pintaba al trono de los Reyes Nuestros Señores Don Car­ anaqueles, frutos, estampas populares con temas con la vieja técnica de los "paños mojados" que los IIII y Doña Luisa de Barbón y la Jura del Sere­ de toros, mapas y algún grabado sobre la pared. traducen fielmente las formas del cuerpo. Este 25. Sobre estos aspectos y las posibles interpreta­ nísimo Señor Don Fernando, Príncipe de Asturias, Las luces y sombras fingidas dan impresión de ciones de Venus vestida/desnuda, véase: PANOFSKY, Madrid, Imp. Real, 1789, pág. 47. Acompaña un gra­ aspecto se acusa todavía más por el entalle alto, E., "El movimiento neoplatónico en Florencia y el bado a cuyo pie dice: "A. y A. M. Tadei inv.". realidad y relieve. norte de Italia", Estudios sobre iconología, Madrid, 29. Sobre los Tadey de Gandria (Agustín, Miguel La Ermita, terminada también en 1795, es muy 23. PARDO CANALÍS, E.: Escultores del siglo XIX, 1972 (1.a ed. Nueva York, 1962), págs. 189-237; y Ángel y Francisco Antonio) ver: BÉNÉZIT, Diction­ sencilla y ha sido repintada varias veces, per- Madrid, págs. 35 y 36; Escultura neoclásica españo­ WIND, E., "Amor sagrado y amor profano", Los mis­ naire des Peintres..., t. VIII de la ed. de 1955, pá. la, Madrid, 1958, pág. 17; La Venus de Juan Adan, terios paganos del Renacimiento, Barcelona, 1972 gina 210. Debo al profesor Andreas Morel, a través 32. Iñíguez atribuye esta acuarela, a mi juicio erró• "Gaya", 1971, págs. 435-436. La referida Venus de (P ed. Londres, 1968), págs. 145-154. de W. 6echslin, la ampliación de algunos datos so­ neamente, a Martín López Aguado: IÑÍGUEZ AL­ Juan Adan se trasladó en 1946 al domicilio de la 26. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 511-9-2: "Cuentas bre los Tadey de Gandria, así como de otros miem­ MECH, F., El arquitecto Martín López Aguado y la señora Baüer, en la calle Claudia Coello de Madrid. de iluminaciones y fiestas en la Alameda con motivo bros de esta familia - Agustín y José - no recogi­ Alameda de Osuna, "Archivo Español de Arte", Los Baüer fueron propietarios durante un tiempo de de la visita de S.M. 1817". Fernando VII ya había dos por Bénézit. 1945, págs. 223 y 224. Allí mismo se señala a M. Ló• la Alameda. Ignacio Baüer recopiló Dos descripcio­ estado en otras ocasiones en la Alameda, y concreta­ 30. PARDO CANALÍS, E.: Los registros de Matrícu• pez Aguado como autor del Templo de Baca, lo cual nes de la Alameda de Osuna, publicándolas en Ma­ mente el mismo año de su vuelta, en 1814 (AHN, la de la Academia de San Fernando de 1752 a 1815, no es posible ya que aquél estaba terminado antes drid, Imp. de Jesús López, 1918, 62 págs., 12.0 Osuna, Leg. 375-3: "Cuentas de los gastos de la co­ Madrid, 1967, págs. 137 y 208. de que naciera M. López Aguado, además de otras 24. Hoy en el Museo de San Telmo, en San Sebas­ mida en honor del rey y de la infanta en la Alame­ 31. RÁFOLS, J. F.: El arte romántico en España, razones que se podrían alegar de tipo conceptual y 14 tián. da. 1814"). ] Barcelona, 1954, pág. 88. estilístico. 15 diéndose así las que en su interior ejecutó Ta­ plano y dar lugar con ello a una amplia y solea- 1 dey. Contaba en su día con dos ermitaños de da terraza. Por otra parte el forjado de ésta cu­ cartón en tamaño natural rodeados de sus hu­ bre el gran comedor, el cual está comunicado a mildes enseres. su vez con el jardín bajo o de las Ranas, a tra­ La Tienda de Campaña era un elemento que no vés de un grato juego de escaleras. Este jardín podía faltar en el programa de este tipo de jar­ quedaba como jardín privado resuelto en cambio dines. La primera era de madera y estaba, al pa­ al gusto italiano, por una cierta composición ate­ recer, sobre una de las dos islas. Más tarde la rrazada en cuyo desnivel van unas grutas con duquesa hizo levantar otra sobre la colina que mascarones expulsando abundante agua - la domina el lago, esta vez con un ligero armazón cual se introduce como elemento sonoro -, por de hierro, vestida con colgaduras pintadas y co­ el modo de entender allí el plantío, escaleras, bijando unos asientos. Posiblemente su aspecto fuentes y bancos. Así la Alameda contaba con fuera parecido al que ofrecía la tienda diseñada un eje principal a la francesa, el descrito y más por Tronard, en 1772, para los jardines del mar­ importante jardín inglés, y este de las Ranas, de qués de Marigny en Ménars.33 aspecto italiano. Éste era, a grandes rasgos, el panorama que ofre­ De la fachada principal al jardín nada puede de­ cía el jardín inglés, también llamado jardín alto, cirse por haber desaparecido con la posterior y hacia 1800, sin hacer mención de otros estan­ afortunada reforma de Martín López Aguado. ques menores, pretiles con jarrones y esculturas, ¿Existía allí anteriormente una columnata? Des­ pequeñas estatuas"de jardín", bancos, juegos y de luego el tema de la columnata no era ajeno demás que se repartían por los paseos. a los planteamientos de Guill, que intervino aquí Nada se ha dicho hasta ahora del edificio prin­ como primer arquitecto del palacio, pues ya co­ cipal, del palacio, el cual entraña serias dificul­ nocemos la idea de una solución de este tipo tades para su análisis, especialmente su interior, para el Ayuntamiento de Madrid, en su facha­ que ha sido varias veces modificado y finalmente da a la calle Mayor, y que luego realizó Villa­ destruido. Como punto de partida hay que dejar nueva.35 muy claro que el edificio actual aprovechó en El interior del palacio muestra hoy un aspecto parte una construcción anterior, de donde deriva desolador, pero a través de inventarios y tasa­ la forma irregular de su planta y, posiblemente ciones puedo, al menos, decir algo de su distri­ también, el volumen edificado. Aquélla es un bución.36 En la planta baja se encontraba el za­ 34 sicos. Una escalera, abierta posteriormente lo rectángulo irregular y éste muestra una solu­ guán de entrada con la escalera principal (exis­ baño", un "gabinete redondo", la "sala de como comunicaba con la planta noble. La escaler~ es ción torreada en los cuatro ángulos de gran ar­ te), el oratorio que durante algún tiempo estuvo pañía" (con seis grabados narrando la historia de un solo ti,ro. muy sencilla y encajonada, lle­ caísmo. El edificio se terminó en 1798 y de en­ en la planta principal, el cuarto para el capellán, d.e Pablo y Virginia, dos perspectivas del pala­ vando como UnlCO elemento decorativo una hor­ tonces datan sus fachadas excepto la que da al cuartos de huéspedes, cuarto para los criados de ClO de la Alameda pintadas por Tadey, un piano, nacina albergando, todavía hoy, un vaciado del jardín que se debe a una reforma posterior. La más edad, "sala del truco" con las "Lochas de muchos muebles, cuadros y grabados diversos), "Fauno danzante " que se encuentra en la Tribu- fachada principal exterior, la que mira a la plaza Rafael de Urbino", sala de baile, antecámara de una alcoba y su correspondiente antealcoba. En na de los Uffizi, en Florencia. Ésta y otras es­ de Osuna frente a la Casa de Oficios, es una fa­ lacayos y piezas de paso. En esta misma planta la misma planta se encontraban las habitaciones culturas desaparecidas, pero documentadas (un chada eminentemente urbana y que podría en­ hoy subsiste a duras penas la cocina que comu­ del duque, su despacho, el "gabinete de países" Apolo, ,::1 grupo del Laoconte, las estatuas que contrarse en cualquier calle del Madrid de Car­ nica con el comedor mencionado más arriba, a l~ "pieza del relox" (por uno de caoba guarne~ ac:>mpanaban a Venus en el Abejero, etc.), co­ los IV. Consta de tres plantas entre las dos to­ través de un curioso torno-espejo sobre la cón· Clda de bronce y embutidos de maderas finas rne.ron a cargo de José Panuchi, quien recibió rres angulares citadas y un gran portalón en el sola principal del comedor, único mueble éste firmado por Robert), la biblioteca, los cuarto~ vanos pagos "por estatuas" en 1797. Este Panu­ centro de carácter muy sobrio. A ambos lados que, maltratado, se conserva aún. El comedor de los "señoritos y señoritas" (compuesto cada chi no es otro que el italiano José Pagniucci, el de éste se abren dos grandes óculos que iluminan lleva unas bóvedas rebajadas y cuenta con un uno de sala, gabinete, alcoba y recámara) deco­ cual, en un documento citado por E. Pardo Ca­ el zaguán de entrada, idea ésta que bien pudiera magnífico piso de mosaico que imita, al parecer, rados con treinta y dos láminas de las ruinas de alís en relación con el "Ganimedes" de José derivar de las portadas madrileñas de Pedro de a uno de los mosaicos recién descubiertos en r: Zaragoza por Brambila, y otras piezas de menor Alvarez Cubero,37 aparece precisamente como Ribera. La fachada norte, junto a la que se abre Pompeya, pero que hoyes imposible ver en su importancia. En la planta alta además de las "vaciador". Pagniucci, ligado a la Academia de otra entrada al jardín flanqueada por dos pilas­ totalidad por la suciedad allí acumulada. habitaciones de los "criados de 'librea", se guar­ Bellas Artes, pudo utilizar los moldes de esta trones almohadillados, es igual a la descrita aun­ Dicho comedor se abre a mediodía al jardín de daban las ropas y otros enseres. que sin el portal. Por el contrario la fachada sur las Ranas por medio de grandes vanos, sobre los institución para los vaciados de la Alameda de Osuna. De todo el palacio la pieza excepcional era sin muestra una solución original, al retranquear su cuales unos ojos de buey enmarcan vaciados clá- ~uda el "gabinete redondo" de la duquesa, alo­ En la planta noble del palacio, el mayor espacio Jado en una de las dos torres de la crujía del jar­ 33. MOSSER, M.: Monsieur de Marigny et les ¡ar­ 35. CHUECA, ob. cit., págs. 273-274, y nota 9. estaba ocupado por la "habitación" de la du­ dín principal. Allí se encontraban los cuadros dins, "Bulletin de la Société de I'Histoire de l'Art 36. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 442-5: "Inventario quesa, componiéndose aquélla de la "pieza de fran~ais", 1972, págs. 291-292, figs. 18 y 19. de los muebles y efectos del Palacio de la Alameda. pagados a Gaya en 1799, "siendo siete pinturas 34. Las medidas de la planta son, en pies, 137 X 1790-1795"; y Leg. 519-3: "Inventario y tasación de 37. PARDO C:ANALÍS, E.: Escultores..., pág. 198. que representan una «La pradera de San Isi­ 16 118 X 136 X 106. los efectos existentes en la Alameda". Otras referenCIas a Pagniucci en las págs 99 104 137 Y274. .,, dro» y cuatro de «Las estaciones del año» y dos asuntos de campo que hizo para el gabinete de i 17 .i.L la Condesa-Duquesa mi mujer". Gaya había tra­ quesa viuda abandona Madrid y marcha a Cá­ tremo oeste del jardín inglés, sobre un punto bajado ya no sólo para los duques de Osuna, la diz. Al parecer se produce una confiscación o clave, ya que de allí parten las aguas que ali­ familia que más cuadros pagó a Gaya después venta judicial de la Alameda en el mismo año mentan la ría y el lago. Su arquitectura, de tra­ de los reyes como recuerda Sánchez Cantón, sino de 1808.42 Por correspondencia mantenida con za sencilla, consta de un zócalo de planta cua­ para la propia Alameda con aquellos asuntos de Tadey la duquesa se entera de que el gobierno drada sobre el que se alza el casino propiamente brujas, pagados en 1789, en el que se entrevee francés regaló la Alameda al general Beliard, dicho, en forma de prisma ochavado con cubier­ un Gaya hasta entonces inédito.38 Por coincidir quien conservó al frente de los jardines a Pro­ ta piramidal. Su mayor interés se centra en el con alguno de los puntos de vista tomados aquí, vost.43 Al regreso de Fernando VII, la duquesa interior, donde encontramos la típica ordenación no puedo por menos de transcribir lo que Sán­ vuelve a Madrid y da un nuevo impulso a su del salón de espejos, reflejando y multiplicando chez Cantón comenta en relación con los cua­ "Capricho", levantando el Casino o Salón de luces e imágenes por su constante enfrentamien­ dritos de Gaya de 1799 para la Alameda, que Baile, y dedicando una atención preferente al ar­ to. Su espíritu dimana del interior rococó, pero eran reducciones con variantes, y no bocetos, de bolado. con la rigidez sintáctica propia de un arquitecto los tapices que obraban en los Reales Sitios: El palacio contaba ya con un modesto salón de neoclásico. El dibujo es de una sobriedad máxi­ "La Condesa-Duquesa, siempre rival de la Rei­ baile que debía resultar pequeño y anticuado, ma y el orden jónico de las pilastras impone un na, gozaría con la travesura de rodearse con com­ por 10 que la duquesa encargó en 1815 a Anto­ ritmo inequívocamente neoclásico. Hay que ha­ posiciones de tapices del Pardo y El Escorial, nio López Aguado, Maestro Mayor de Madrid y cer notar que Aguado sintió predilección por es­ pero, más animadas y alegres, incluso con algu­ ferviente realista,44 el proyecto de un Casino tos apilastrados jónicos, cuyos fustes estriados nas que no podía disfrutar María Luisa, porque para este fin. El Casino se levantó casi en el ex- y tensos llevan un capitel de poco desarrollo y eran nuevas: así" La Pradera", nunca tejida, "La muy ceñido, de acento viñolesco, y todo ello con ermita de con los majos y majas be­ 42. AHN, Osuna, Leg. 3915-2: "Testimonio de es­ un tratamiento marcadamente plano. Estos api­ biendo el agua de la fuente milagrosa" y "La critura de venta judicial de casas, jardines y tierras lastrados los utilizó en interiores, como en el Ca­ merienda bajo la enramada" que ni consta fue­ en la Alameda de Osuna, 1808". Pese a estar catalo­ sino de la Alameda o en el gran salón circoago­ sen desarrolladas para modelos" .39 gado este documento con la signatura indicada, no nal del Teatro Real, y en composiciones más aparece en el Archivo. Todavía sobre los muros y techos de las estan­ monumentales como ocurre en la Puerta de To­ 43. EZQUERRA DEL BAYO, J.: La Alameda de Osu­ cias alojadas en los torreones, se conservan pin­ na, "Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del ledo (1817-1824). El piso del casino era de ma­ turas, algunas de las cuales creo que pudieran Ayuntamiento de Madrid", 1926, págs. 56 a 66. deras finas y en el techo plano que apoya sobre ser de las que el propio Tadey hizo en 1797, en 44. De este arquitecto ya me he ocupado en la ob. una animada moldura corrida típicamente neo­ un estilo entre imperio y pompeyano. En otras cit. en la nota 3, págs. 43-58. clásica, aparece el Zodíaco, pintado al parecer estancias intervino posteriormente el pintor Detalle del techo de un gabinete en el torreón NO. Francisco Martínez de Salamanca, pero no pue­ de reconocerse nada como suyo. bernáculo y conservatorio de frutas", o en aquel Resta por decir algo de los arquitectos que di­ otro más importante de la Vaquería, "el cual se rigieron la obra, que fueron Mateo Guill y Ma­ compone de un Gabinete abalado para S.E. ador­ nuel Machuca y Vargas. De Guill, que era ayu­ nado y pintado con arabescos, con una pequeña dante ("Teniente") de Villanueva en las obras pieza que recibe luz de la calle (la que flanquea que éste dirigía como Maestro Mayor de Ma­ por el sur los jardines, llamada calle Real); in­ drid, nada puede añadirse además de lo apun­ mediato hay otra pieza... y a continuación la tado anteriormente. Machuca (1750-1799), en cuadra para las Bacas".40 cambio, es un arquitecto de mayor importancia, De este modo quedaba completo el amplio pro­ sobre todo a raíz de su intervención en la in­ grama que exigía el jardín inglés, el cual de nue­ conclusa catedral de Cádiz, pero del que tam­ vo se ligaba a un personaje femenino, en la mis­ poco sabemos gran cosa fuera de esto y de los ma línea que la marcada por Mme. Dubarry en dibujos que de él se conservan en la Biblioteca Louveciennes (1772-1774), María Antonieta en Nacional de Madrid. La actuación de ambos en el Petit Trianon (1774-1778) o Mesdames Ade­ la Alameda debió de ser de simple dirección de laida y Victoria en Bellevue (1781-1783 ).41 obras, modificando la construcción preexistente. Muy posiblemente ellos intervinieron en algunos II. 1808-1834 de los edificios menores que servían de "Hym- En 1807 muere el IX duque de Osuna y al año siguiente se produce la invasión francesa. La du- 38. Sobre las vicisitudes y paradero actual de las obras pintadas por Gaya para la Alameda de Osuna, 40. AHN, Osuna, Leg. 1498, 368-449: "Notas y consultar: GUDIOL, JosÉ, Gaya, Barcelona, 1970, correspondencia del Archivo sobre asuntos varios de vol. 1, págs. 76, 95, 100, 109, 271-272 Y 295-296. la Alameda, 1800-1884". Contiene abundantes referencias bibliográficas. 41. KIMBALL, F.: Les influences anglaises dans la 39. SÁNCHEZ CANTÓN, F. J.: Vida y obras de Gaya, formation du Style Louis XVI, "Gazette des Beaux 18 Madrid, 1951, pág. 68. Arts", 1931, págs. 29 y ss. y 231 Yss. Interior Casino Baile 19 por Juan Gálvez. Este tema guarda relación con temporada, y resumiéndolos de algún modo se Josefa Pimentel, realizado en bronce por el es­ los relieves exteriores en las sobrepuertas que puede fijar con toda seguridad que la Alameda cultor José Tomás. Aguado diseñó una original representan las Cuatro Estaciones. Hoy faltan contó, cuando menos, con las siguientes espe­ arquitectura en mármol de delicado orden jóni• muchos elementos accesorios, especialmente la cies: Amores, Castañeros, Moreras, Sóforas, Al­ co, donde se acusa la mencionada fragilidad en gran lámpara neogótica central, en bronce dora­ meses, Acacias de tres puntas, Robles, Plátanos, el tratamiento de los órdenes clásicos, y cuya do, único testimonio romántico-medieval que he "Paraísos", Acacias blancas, Tilos, Lauros, Ma­ comparación con el Templo de Baca denuncia el encontrado en la Alameda. droños, Lilas de hoja perenne, Álamos, Pinos, tiempo transcurrido. Mientras éste conservaba Es importante advertir que el casino está orde­ Cipreses, Acacias de flor, Castaños de Indias, aún elementos tardobarrocos, la "Exedra" anun­ nado en función de la ría, al menos en cuanto a Hevonimus y Colituis de Levante, además de cia la disolución del neoclasicismo. En cierto los accesos a la plataforma sobre la que se yer­ otras especies más comunes. Algo de todo esto modo son dos paréntesis que encierran cronoló• gue. En efecto, en el lado que mira a la ría se resta aún y urge su estudio y conservación. gica y conceptualmente el proceso de la arqui­ organiza un juego de escaleras-desembarcadero, tectura neoclásica. las cuales cobijan a su vez una fuente y el temi­ III. 1834-1844 Una incalificable actitud ha destrozado lo que no ble jabalí que Artemisa envió a Calidonia, en Tras la muerte de la duquesa en 1834, la Ala­ podía llevarse consigo (grupos escultóricos, el re­ su versión clásica. Por debajo del hermoso ani­ meda pasó a su nieto y heredero don Pedro Al­ trato de la duquesa, jarrones, leones, y los bus­ Exedra mal, esculpido en piedra de colmenar, mana el cántara Téllez Girón,47 comenzando así la terce­ tos de los emperadores que dan nombre a la agua procedente del gran depósito alojado bajo ra etapa de la Alameda, plena de proyectos y re­ plaza), quebrando los fustes de mármol, golpean­ los que se colocaron en el centro de unas plazo­ el zócalo del casino. Éste se presentaba así como novadoras ideas que desgraciadamente interrum­ do las esfinges que vació en plomo Francisco de letas de cipreses, aquéllas de poca superficie y meta final tras el paseo por aquellas falúas que pió la temprana desaparición del duque en 1844. Elías, etc. Tan sólo queda, como triste recuerdo éstos de gran elevación, abiertas en los parte­ diseñara Tadey. Todavía se conserva en parte el Al hacerse cargo de la Alameda, el nuevo pro­ de la que fue fundadora de la Alameda, un már­ rres circoagonales del gran eje central. Los mo­ delicado antepecho de hierro fundido protegien­ pietario puso en práctica inmediatamente dos mol rosa que servía de pedestal al bronce cita­ numentos, diseñados por Martín López Agua­ do la terraza o paso exterior que envuelve el proyectos: el primero consistía en honrar la me­ do, con la siguiente inscripción: do, consisten en dos columnas sobre alto pedes­ salón. moria de la fallecida duquesa erigiéndole un mo­ tal y rematadas con un busto, si bien más que Además del casino, la duquesa cuidó especial­ numento en la llamada plaza de los Emperado­ MARIAE . JOSEPHAE . PIMENTEL el monumento en sí interesa el ambiente creado mente durante estos años del plantío de la Ala­ res; el segundo, de más envergadura, consistía DUCES. COMI . OSSUN . ET . BENAV en su entorno de fuerte acento romántico. meda, hasta convertirlo en un auténtico vergel en transformar la fachada del palacio que mira MATRONAE La obra más lograda de Martín López Aguado donde se llegaron a aclimatar algunas plantas al jardín. Para ello el duque se valió de Martín INGEN. ACUM . ANIMI . PRAESTANTIA y que le sitúa entre nuestros mejores arquitectos exóticas. La propia duquesa debía tener algunos López Aguado (1796-1866), arquitecto formado PIETATE clásico-románticos es, sin duda, la fachada del conocimientos de botánica, lo que hizo escribir a en la Academia, con su padre - Antonio López STUDIO . IN . SUOS . IN . EXTEROS . FACILIT palacio que mira al jardín. No conocemos el as­ Mariano La Gasca, en 1828, en "The Gardener's Aguado, que había proyectado el mencionado SPECTABILISQUE. DOTIBUS pecto de la anterior, pero me temo que fuera Magazine": "It is but justice to Her Grace, to casino de baile -, completando sus estudios con COMMENDATISSIMAE algo sórdida en consonancia con el resto de las state that she has more spirit and taste in bo­ una estancia en Roma. Su arquitectura resulta AMENAE . HUJUS . VILLUIAE . CONDITRICI fachadas, y ya hemos visto cómo en vida de la tany and gardening, than all the other grandees menos grave que la de su padre, revelando un PETRUS. ALCANTARA . TELLEZ . GIRON duquesa, Tadey improvisó una postiza con mo­ of put together". A continuación añade: clasicismo muy atemperado por una modulación NEPOS . ET . SUCCESOR tivo de la visita de Fernando VII. "Alameda is embellished with fountains, basins, y un diseño de claro signo romántico. ANNO . MDCCCXXXVIII El proyecto de López Aguado lo conocemos por cascades, canals, statues, temples, etc., and well En 1838 ya estaba terminada la llamada "Exe­ la publicación de una serie de dibujos de este provided with glass frames, in which many cu­ dra" en la plaza de los Emperadores. Allí se en­ La misma fecha de 1838 creo poder leer en el arquitecto en relación con la Alameda,49 habién­ rious exotic plants are kept" .45 Conocemos en contraba hasta no hace mucho algo que hoy sólo sencillo monumento que, a modo de ara, se le­ dose introducido en su ejecución levísimas mo­ 48 varias ocasiones la procedencia de los árboles, y podemos medir a través de viejas fotografías. vanta en la isla mayor del lago, cuya inscripción dificaciones que no afectan para nada la idea así por ejemplo en 1827, llegan ciento setenta y Se trata de una composición centrada por un áb­ comienza así: inicial. Para mí, el gran acierto de M. López seis de Francia, y algo más de trescientos de side abierto - en forma parecida al del Reden­ Aguado fue el de haber simplificado y reducido Aranjuez, el y San Fernando de Hena­ tor de Palladio - cobijando el busto de María A LA MEMORIA a una planta única las tres alturas del edificio, 46 res. Dos años más tarde, "Guioti y Compañía, DE DON PEDRO TÉLLEZ GIRÓN dividiendo luego el espacio, entre las torres an­ jardinistas y floristas de Grenoble" envían a la 47. AHN, Osuna, Leg. 352-14: "Venta de la Ala­ III DUQUE DE OSUNA gulares, en una serie de nueve partes iguales, duquesa sus catálogos de pedido. Datos como meda de Osuna, hecha por la testamentaría de la Du­ VIRREY DE NÁPOLES esto es, en un número impar para dejar centrada éstos podrían ir repitiéndose a lo largo de cada quesa de Benavente a favor del Duque de Osuna"; la composición en función de un vano central y y AHN, Osuna, Leg. 7804: "Venta de la Alameda a favor del Duque de Osuna". Sobre la inscripción va un medallón en bronce no de una columna. Creó allí una galería-pórti• 45. LA GASCA, M.: On the Gardening and Botany 48. Algunas de estas fotografías no son tan anti­ con la efigie del duque. La isla, el monumento co apoyada en pilares llagados, cuyos ejes coin­ 01 Spain, "The Gardener's Magazine", junio, 1928, guas como atestiguan las que acompañan al artículo y el arbolado que le acompaña, crean un ambien­ ciden con los de la delicada columnata corintia pág. 70. Este texto lo he podido localizar a través del de Mario González Malina, La Alameda de Osuna, te netamente romántico y que no puede por y los remates sobre la cornisa. La frecuencia de excelente libro de VICENTE LLORENS, Liberales y ro­ el último jardín romántico, publicado en "Villa de menos de recordar al que rodea la tumba de estos ejes verticales que articulan el alzado que- mánticos. Una emigración española en Inglaterra, Madrid", en 1969 (núm. 26, págs. 70-75), donde to­ 1823-1834, Madrid, 1968 (2.a ed.), págs. 349 y 350. davía se pueden ver los grupos escultóricos que J. J. Rousseau en la isla del jardín de Erme­ nonville. Otros monumentos similares, quizá de 46. AHN, Osuna, Leg. 4161: "Nota de las plantas acompañaban a la "Exedra", concretamente los leo­ 49. Cf. nota 32. En este artículo no se dice el lugar que han venido de Francia, en 30 de octubre de nes portando inscripciones y el grupo de Hércules y ilustres antepasados, aparecieron en otros luga­ en que se encuentran, basándome por ello en las re­ 20 1827". Caco. res de la Alameda, entre los más notables están producciones allí incluidas. 21 Exedra. Estado actual Fachada del palacio al jardín

da neutralizada por la línea horizontal del forja­ En la fachada y en el fondo de la galería se pro­ Es muy singular la renuncia de Aguado a acen­ Villanueva, del Villanueva de las galerías jóni• do de la galería que se prolonga sobre las torres duce un juego de variaciones rítmicas, tanto en tuar el eje principal con elementos arquitectó• cas del Museo del Prado y de la columnata co­ angulares, sirviendo así de nexo entre la obra el proyecto como en su realización, que dejan nicos de signo áulico, tales como una gran esca­ rintia de fuste liso del Observatorio. Todo esto antigua y la obra nueva. Igualmente el entabla­ ver la acentuación de la serie 1-3-5-7-9, mientras linata o el consabido frontón. El acceso a la ga­ sin olvidar la estancia de Aguado en Italia mento contribuye a contrarrestar la insistencia que la serie 2-4-6-8 resulta ser una serie monó• lería se resolvió con dos escaleras en codo y de (1823-1827), en cuyos años se construían gale­ de aquellos ejes verticales, creando una imagen tona. Ésta podría ser la lectura de los valores arranque frenteado, a partir del eje de simetría rías porticadas desde Nápo1es - fachada princi­ armónica y equilibrada. rítmicos del proyecto, ligeramente modificados que en otro tiempo acentuaba un vaciado del pal del Teatro de San Carlos, de A. Niccolini ­ después, pero sin alterar el valor medio final: Laoconte. La misma ausencia del frontón indica hasta Padua - Café Pedrocchi, de G. Japelli. que Aguado se apartó intencionadamente del ex­ Lo aquí apuntado, en el deseo de situar histó•

I tenso capítulo neopalladiano de las casas de cam­ rica y estilísticamente el tema de la galería por­ O po que de una manera u otra acababan repro­ ticada, no resta en absoluto valor y originalidad N <: <:0 <: Z ~ ~Cl ~ duciendo el frontis del templo clásico. La única a la obra de Aguado, que supo crear una facha­ ~ E-< E-<~ E-< ,...¡ ...... <: <:u <: <: vinculación que yo encuentro entre esta fachada da de jardín difícil de igualar, reelaborando un ::E E-< E-

    tr Boullée por contraste de volúmenes, sino por la les colonnes inférieures qui resteront ne servi­ nos estaba al tanto de las novedades introduci­ luz que reflejan los elementos estructurales emer­ ront plus au soutien du plafond ou de la voute, das a finales del siglo XVIII en la estructura de giendo de la sombra prieta del fondo. qui, dans ce cas, portera sur les murs; maiselles los teatros franceses. 56 El acceso al patio de bu­ El nuevo duque de Osuna encargó a su arqui­ n'en seront pas moins convenablement emplo­ tacas se verifica bajando unas escaleras de cara­ tecto otros proyectos para dar nueva fisonomía yées, puisqu'elles soutiendront le plancher de la col a ambos lados de la sala y muy cerca del a alguno de los viejos edificios, tales como el tribune.53 Más adelante el propio Durand añade foso de la orquesta, pues dicho patio queda por Abejero, donde subsistiendo los mismos elemen­ en relación con la iluminación, "il serait bon de debajo del nivel general. En cambio el palco de tos en planta, se modificaban los alzados, igua­ préférer les jours verticaux" ,54 es decir, el mis­ platea, que curiosamente parece formar un bal­ lando alturas en beneficio de una mayor unidad mo sistema de luz cenital que Aguado empleó cón corrido, queda a la misma altura que el ves­ frente a lo heterogéneo de la composición aludi­ en su proyecto. tíbulo. La sala cuenta con un piso más de palcos da más arriba. El proyecto, no ejecutado, tiene El ábside del "Museo" es también muy singular independientes y otro sobre el entablamento del todo el aspecto de una "academia". entre nosotros por su disposición abierta, con­ espléndido orden corintio, mostrando cada uno De los demás proyectos que Aguado pudo hacer tinuando la teoría de columnas de las naves. Una de los tres pisos un vuelo decreciente de abajo Proyecto de transformación del Abejero para la Alameda, aunque con algunas reservas solución análoga la había utilizado Aguado en a arriba. sobre su efectivo destino, hay que destacar el la mencionada "Exedra". Dicha solución, que en Por su parte el escenario es muy sencillo, ya que "Museo" de pintura y escultura, un "Teatro" y Italia cuenta con varios ejemplos desde la inter­ carece de telar, no tiene proscenio ni tampoco un nuevo palacio de fuerte influjo italo-renacen­ vención de Quarenghi en la iglesia del monaste­ poslcaenium. Es más, la originalidad del tea­ tista. rio de Santa Escolástica (1777), en Subiaco, y tro de Aguado es que concibe la escena abierta, El "Museo" está concebido según el modelo clá­ en Francia a partir de la iglesia parisina de Saint sin ningún elemento opaco que cierre el fondo sico de la basílica pagana que tanta veces reuti­ Philippe de Roule (1774-1778), de Chalgrin, fue del escenario, de tal modo que la luz y el paisaje lizó el neoclasicismo. Entre nosotros es muy cla­ absolutamente extraña en nuestro neoclasicismo, natural se incorporan como fondo válido a la re­ ro el ejemplo de esta manipulación en el Orato­ pues el caso de la capilla del Venerable Palafox presentación teatral. No conozco una solución rio del Caballero de Gracia, en Madrid, de Juan en la catedral de Burgo de asma, de Villanueva, similar entre los teatros españoles. El propio ar­ de Villanueva, y en un formidable proye~to de está en función de una composición rotonda. quitecto nos muestra la fachada del teatro por este mismo arquitecto - conservado hoy en el Toda la parte baja del "Museo" está dedicada esta parte, con su vano central absolutamente Museo Municipal de Madrid _.51 Lo interesan­ a la escultura, presidiendo el conjunto y desde el abierto. Esta concepción abierta (vestíbulo y es­ te a destacar aquí es cómo López Aguado ha ábside el grupo de "La Defensa de Zaragoza" cenario) habla del uso privado del edifiéio, im­ reconvertido el modelo que de nuevo vuelve a de Álvarez Cubero. El grupo, llegado a España posible de realizar en un contexto urbano. cumplir una función "civil". En esto se anticipó, hacia 1825-1826, tuvo una amplia y favorable Martín López Aguado, como hijo de Antonio aunque desde luego con un proyecto más modes­ acogida en la propia Italia,55 expectación que jus­ López Aguado - arquitecto del Teatro Real de to, a la solución dada por Marchese al gran sa­ tificaría el que el nuevo duque deseara para sí Madrid - muy bien pudo disponer de toda una lón de la Universidad de Pavía (1845-1850), so­ un vaciado de aquella obra de honda significa­ información sobre los teatros más notables de lución que en definitiva es de ascendencia vitru­ ción patriótica. Europa que le ayudaran a diseñar el de la Ala­ vio-palladiana y que ya se encuentra en las As­ El "Teatro" es una muestra más del talento de meda.

    sembly Rooms de York (1731-1732), de Bur­ Aguado, que con propuestas muy concretas se I El último proyecto a que quiero referirme aquí lington.52 La novedad estructural de López sale de lo habitual entre nosotros y plantea al­ es el de un palacio de espíritu más renacentista Aguado se refiere a que en lugar de utilizar un gunos programas de marcado carácter interna­ que neoclásico. Se trata de una idea que por el orden gigante soportando directamente la bóve• cional. El "Teatro" es uno de ellos. Consta de dibujo bien pudiera ser de Aguado, pero no sé da, prefirió introducir un orden menor sobre el los tres elementos habituales: vestíbulo, sala y hasta qué punto se debe de poner en relación que apoya una galería, desde la que se pueden escenario. Por tratarse de un teatro de corte el con la Alameda. Ésta no tiene los desniveles que contemplar las pinturas colgadas en el muro. vestíbulo alcanza muy poco desarrollo, no exis­ este proyecto exige, y desde luego nada tiene ¿Podría verse recogida aquí una idea de Du­ tiendo tampoco el foyer ni la escalera más o que ver el templete que domina el conjunto con rand? El siguiente texto, tomado de sus "Le­ menos monumental. La subida a los pisos altos el del Baca existente y ya descrito, a pesar de <;ons d'Architecture ", parece confirmarlo: "Afin se verifica por dos escaleras cerradas y situadas lo que afirma Iñiguez.57 El proyecto, a juzgar d'augmenter la superficie ou l'aire d'une salle, a los lados del vestíbulo tras un par de colum­ por la sección longitudinal, es un puro juego de sans cependant rien changer a ses dimensions, nas. La planta y alzado de la sala es un ejemplo dibujo y composición, hasta el punto de recor­ sur deux des cotés de cette salle, sur trois, ou muy bello de sala neoclásica al modo francés, y dar también una de tantas "academias". El edifi­ meme tout autour, on place quelquefois une se­ tanto su forma circular - en planta - como la cio propiamente dicho debía de tener en planta conde galerie au-dessus de la premiere. Si la solución de las columnas gigantes de su interior, forma de U. Cuenta con una fachada sobre una piece n'a pas trop d'étendue, on peut supprimer me hacen pensar que López Aguado conocía el elevada terraza mirando a un jardín, cuyos ele- les colonnes de la galerie supérieure, et par la teatro de Victor Louis en Burdeos, o cuando me- faire cette galerie une espece de tribune: alors 56. Sobre estos aspectos ver MONIKA STEINHAUSER 53. DURAND, J. 1. N.: Précis des ler;ons d'Archilec­ y DANIEL RABREAu, Le théátre de l'Odéon de Char­ Proyecto de palacio 51. CHUECA, ob. cit., pág. 333 y ss. lure, edición de 1823, vol. 1, pág. 84. les Wailly et Marie-Joseph Peyre, 1767-1782, "Re­ 52. MEEKS, C. 1. V.: Italian Architecture, 1750­ 54. DURAND, ob. cit., pág. 85. vue de l'Art", núm. 19, 1973, págs. 9-49. 24 1914, N. Raven-Londres, 1966, pág. 193. 55. PARDO CANALÍS, E.: Escultores..., pág. 71. 57. Ob. cit. en la nota 32, págs. 226-227. 25 mentas dominantes son la gran exedra y una ga­ La Alameda siguió distinguiéndose con la visita lería alta porticada. Las habitaciones debían es­ regia de Isabel Il,59 y ya por entonces el nuevo tar alojadas en los brazos de la U y unidas a tra­ duque había comprado nuevas tierras y ensan­ vés de piezas de paso que se ven en la sección. chado sus límites (1859). El mismo Madoz nos Se encuentra también allí un gran salón above­ habla de una serie de mejoras y proyectos, que IVLir"eia Freixa dado que recibe luces de un patio interior por­ por una serie de circunstancias se vinieron abajo ticada, y en el que se abre también una exedra, coincidiendo con la Revolución del 68. No obs­

    esta vez excavada en el desnivel del terreno. Por tante, y a pesar del tiempo transcurrido desde tl debajo de esta planta se encuentra una especie las iniciales experiencias fisiocráticas de la du­ La ·-Escola COlllar de Terrassa de cripta termal comunicada con el patio de lu­ quesa de Osuna, todavía sigue vivo su espíritu ces y todo ello animado con abundantes escultu­ cuando leemos uno de los informes sobre la pro­ ras. El ingreso al palacio debía estar previsto ducción vinícola de la Alameda: "El cultivo de por la parte alta donde se forma un patio con los vinos en la posesión de la Alameda puede que vienen a enlazarlo con la zona más alta considerarse bajo dos aspectos diversos, como del conjunto. Allí se alza un templete rotonda objeto de lujo y de recreo y como objeto de es- "Les segones ciutats, aquestes segones ciutats blemática musical en Terrassa no difería de la de como elemento final. peculación y de lucro No corresponde a la de la nostra terra, en que a través de petits otras ciudades de Catalunya. A falta de una ver­ Con todas las diferencias que pudieran señalar­ grandeza de la Alameda cultivar un buen vi- nuclis d'escollits la set d'espiritualitat és tant dadera programación artística, la organización se, este proyecto está en la línea de los primeros ñedo que dé por fruto vinos comunes, vinos en­ VIva. ... "1 de conciertos o conferencias sobre temas musi­ estudios de Villanueva para el Observatorio de debles que hay necesidad de venderlos dentro ,1, Estas palabras del "Glossari" justifican por sí cales se reducía a entidades de carácter plena­ Madrid,58 en los que organizó el bloque del edi­ de la cosecha en que se crían a un vil precio... solas el presente trabajo. El grado de cultura mente decimonónico como el tópico "Ateneo ficio en la pendiente del cerro de San BIas, de­ cuando ayudada la naturaleza por el arte, cual que adquiere una ciudad industriosa como Ter­ Tarrasense ". jando visible el templo circular sobre la terraza sucede en Francia y otros países donde la agri­ rassa durante las dos primeras décadas del siglo A un nivel mucho más popular se distinguían alta y dominando toda la composición. cultura es una ciencia, pueden producirse en la supera todas las previsiones a la hora de abor­ pequeñas orquestas o comparsas que sobresalían Aunque no conocemos los proyectos, por enton­ Alameda vinos exquisitos....60 dar el tema. Terrassa se convierte por vía de unos en salones de baile, o pasacalles cubiertas con ces se ejecutaron otras obras menores tales como A partir de 1868 la Alameda entró en un punto jóvenes entusiastas en un centro de civilismo; la músicos de carácter semiprofesional. Según pa­ la fortaleza artillada, con sus baluartes, foso, etc. muerto del que ya no se recuperaría. Las últi­ Cultura, con mayúscula, impregna todas sus ac­ rece, sobresalieron las denominadas "Els Cata­ (también llevaba sus soldados en madera y car­ mas vicisitudes que atravesó, incluyendo la de tividades, la renovación de la política educativa lans", "Els Trullassus" o "Els Angels'',2 La que tón), el puente de hierro sobre la ría, las grutas haber servido de cuartel general durante la Gue­ a todos los niveles y un despertar insólito de la alcanzó más fama fue sin duda "Els Trullassus" del jardín bajo y otras realizaciones de menor rra Civil al general Miaja (todavía se conservan poesía y las artes plásticas. Se ha escogido como a causa de la personalidad de su fundador, el mú~ cuantía. Tampoco se descuidaron los jardines, los refugios subterráneos), fueron ya recogidas tema de investigación la música vocal porque, sico y dramaturgo Emili Daura Oller, director ahora en manos de Francisco Sangüesa, que era por Sarthou Carreres,61 si bien faltaba la página en su calidad de obra colectiva, representa el de orquesta en España y en el extranjero, y fun­ el responsable del arbolado de Madrid. final en la que la Alameda figuraría como esce­ "hecho" cultural de una ciudad. dador en Barcelona de la "Associació Literaria A la muerte de Pedro Téllez Girón, en 1844, le nario para rodajes cinematográficos con los con­ Artística".3 Sobre el año 1899 tenemos referen­ sucedió su hermano Mariano quien conservó en siguientes deterioros a los que su nuevo uso la cia de la creación de una nueva orquesta, la de­ su puesto a Martín López Aguado, pero éste ya sometía. 1. INTRODUCCIÓN nominada "El Tarrasense", dirigida por I.Grau.4 no volvió a proyectar nada digno de mención, El Ayuntamiento de Madrid tiene ahora la opor­ No puede olvidarse la actividad desplegada por pues a don Mariano le atraían más los animales. tunidad de emprender una acción inteligente o Panorama general de la música en el siglo XIX los núcleos adscritos a las necesidades de culto Los últimos encargos a nuestro arquitecto se re­ de acabar, de 10 contrario, con 10 poco que Durante la segunda mitad del siglo XIX, la pro- de cada parroquia, sobre todo por la denomina­ ferían a cuadras para la yeguada inglesa (1854), queda. da "Capilla de Música de la Iglesia del Santo Es­ una faisanera (1851), dos barcos con los nom­ píritu", en que destacaron tanto los organistas bres de la "Tartana" y el "Bote" y otras menu­ ,~ Este trabajo se presenta como avance de una te­ como los cantores solistas. dencias similares. Por estos años la Alameda sis doctoral que estoy realizando en el Departamen­ llegó a reunir una buena colección de animales, to de Historia del Arte de la Universidad de Barce­ desde camellos y corzos, hasta águilas, pavos y lona: Debo agradecer al director de la tesis, doctor Santiago Alcolea Gil, y a Roger Alier, especialista 2. LA MÚSICA VOCAL: LOS COROS DE CLAVÉ todo tipo de aves acuáticas (cisnes negros y blan­ en historia de la música, la sugerencia a profundizar cos; gansos comunes y egipcios; patos negros, en el tema, y la ayuda prestada; así como a las enti­ La incorporación de Terrassa al proceso musical blancos y de Noruega), gallinas de Conchinchi­ dades y personas que han posibilitado su realiza­ de la Cataluña moderna viene determinado por na, Java, Batam, Padua y Putras; faisanes dora­ ción: el director y bibliotecarias de la Biblioteca So­ dos, plateados y de Brasil, etc., todo ello bajo ler y Palet, de Terrassa; a Eduardo Blanxard, Ra­ la implantación de los coros de Clavé en la món Pla y Paulina Pi de la Serra; a los hijos de el cuidado de un tal Mr. Gry (1858). Los jardi­ ciudad. 59. AHN, Osuna-Cartas, Leg. 526-7: "Noticias... Joan Llongueras, que me han permitido consultar nes recibieron mejoras, especialmente el "Labe­ Isabel II en la Alameda. 1863". las notas y correspondencia del maestro, y sobre todo a su viuda, doña Montserrat Galí, a quien de­ rinto" que volvió a formar el jardinero Francisco 60. Ver nota núm. 27. 2. BALTASAR RAGON, El arte y los artistas en Ta­ Rizquer, si bien hoy de nuevo se ha perdido. dico este trabajo. rrasa. Imprenta Juan Morral, Terrassa s. a., p. 19. 61. SARTHOU CARRERES, c.: La Alameda de Osu­ 1. Eugeni d'Ors. Glossari, obra catalana compler­ 3. BALTASAR RAGON, Terrassencs del mil-vuit­ na, "Boletín de la Sociedad Española de Excursio­ ta, t. 1. Ed. Selecta, p. 328. En las citas en catalán, cents, Morral, Terrassa 1933, p. 69. 26 58. CHUECA, ob. cit., pág. 325, fig. 136. nes", 1947, págs. 89-94. se ha respetado la grafía original. 4. "El Espejo", año 1, núm. 9 (15-VIII-1899). 27