TOUR VÉRTIGO

Carolina Velasco ISBN: 8461573609 Dedicado a mis padres y a mi hermana ÍNDICE

- ¿POR QUÉ ‘TOUR VÉRTIGO?

- LA COMPOSICIÓN: las musas no existen

- LA GRABACIÓN (I): luces y sombras

- LA GRABACIÓN (II): cuando el dinero es un obstáculo

- ENTREVISTAS (I): La bestia negra

- ENTREVISTAS (II): Modos y modas

- LAS CRÍTICAS: a examen

- EN LA CARRETERA (I): Mito y realidad

- EN LA CARRETERA (II): Híperrealidad

- EN LA CARRETERA (III): Cuando la soledad es un lujo

- LA VUELTA A CASA: entre el descanso y la desubicación

- ¿QUIÉN ES QUIÉN? Agradecimientos

Este libro no habría sido posible sin la participación de todos y cada uno de los artistas que buscaron tiempo para responder a mis preguntas, así que mi primer agradecimiento va a todos ellos por igual.

También quiero dar las gracias a Tomás Ortiz, Beba Naviera, Adolfo Temprano Hernández, Guillermo Arenas, Tomás Heredero y Edu García por ayudarme a la hora de conseguir muchas de las entrevistas.

La ayuda de Miguel B. Núñez fue decisiva para que el libro tuviera portada.

Por último quiero dar un agradecimiento especial a Angus Andrew, que fue el primero en apoyar lo que entonces sólo era un proyecto y que además me ‘regaló’ un título sin saberlo. ¿POR QUÉ ‘TOUR VÉRTIGO’?

Tour vértigo: así es como Angus Andrew (cantante de Liars) define lo que siente al volver a casa tras una larga gira. Una sensación en la que se mezclan alivio, cansancio e inquietud. Vértigo es el que muchos músicos sienten también al encerrarse en el estudio o al enfrentarse al público. Miedo, agorafobia, preocupación, desconexión…son palabras que los músicos a los que he entrevistado para este libro mencionan en más de una ocasión y que poco o nada tienen que ver con el manido “sexo, drogas y rock & roll” del imaginario colectivo.

Cuando me propuse escribir el libro quería explorar esa otra cara de la moneda: las largas pruebas de sonido previas al concierto, el miedo a no poder sacar el disco deseado, atender a un periodista tras otro aunque no se quiera hacer promoción, las tediosas jornadas de carretera, el público que no responde como uno quisiera… Dudas, miedos y problemas que rara vez se documentan.

Cada vez que alguien decide coger una guitarra, un sintetizador o cualquier otro instrumento y se pone a componer lo hace por diversión, por matar el aburrimiento o por una necesidad creativa que trasciende cualquier barrera. Normalmente esa actividad pasa de ser un hobby a una profesión por puro azar: son muchos quienes lo intentan, pero pocos quienes pueden vivir única y exclusivamente de su música. Cuando llega el momento de dar los primeros conciertos y de firmar el primer contrato discográfico es inevitable pensar en todo lo bueno: los conciertos, los fans, las giras... son imágenes demasiado poderosas y muy arraigadas en la cultura popular como para pasarlas por alto. La idea de ser entrevistado y que la prensa muestre interés por tu trabajo tiene que ser tentadora, pero cuando las entrevistas se convierten en una rutina y las críticas hacen daño, es fácil que se desvanezca esa fascinación inicial. Tampoco se fija uno en la letra pequeña cuando hay sed de grabar y tiene por delante documentos por firmar.

Luego están las giras: con las ventas de discos por los suelos, tocar en directo es la única fuente de ingresos que tiene un grupo. Aunque hay quienes se las pueden arreglar con conciertos aislados o giras breves, la inmensa mayoría se ven envueltos en una auténtica vorágine en la que apenas hay un día de respiro. Casi todos van en furgoneta y tienen que enfrentarse a largas horas de carretera, tedio e incluso roces con los demás miembros del grupo. ¿El ‘backstage’? Otra leyenda urbana. Sí, está lleno de gente, pero de gente que va allí a figurar y dejarse ver mientras el grupo, a menudo agotado tras un concierto, sólo quiere descansar.

Son las cosas que no vemos porque no tienen glamour y no trascienden, por eso precisamente quería entrevistar a grupos y que contaran ellos en primera persona cómo viven ese gran desfase entre la vida prácticamente anónima y solitaria (que no tranquila) de la composición y la grabación frente a lo que supone estar permanentemente rodeado de gente o expuesto en los medios de comunicación una vez que el disco se ha editado. ¿Echan de menos la soledad cuando están de gira? ¿Prefieren los escenarios o los estudios? ¿Cómo se enfrentan a la prensa? ¿Y a las críticas? ¿Qué les preocupa? ¿Qué es lo que más y lo que menos les gusta?

He escrito el libro dejando que mi voz fuera mínima: no son mis opiniones las que importan, sino las vivencias de todos y cada uno de los entrevistados. Ellos cuentan cómo viven esa vida tan soñada por muchos y a la vez tan peculiar, tan alejada de todo aquello que se considera normal y a menudo tan extrema. He respetado sus palabras, su forma de hablar y escribir: la edición de las respuestas se ha limitado en muchísimos casos a la mera traducción al castellano. Ha habido grupos que han preferido responder de forma colectiva y otros de forma individual. En el segundo caso, se especifica en todo momento qué miembro del grupo es el que está hablando.

Sorprenderá que artistas que en teoría están en las antípodas unos de otros compartan opiniones o experiencias similares: es otra de las razones por la que quise entrevistar a grupos de distinto origen y calado. Cuanto más diferentes son, más fácil es hacerse una idea global y más enriquecedora es la lectura. No se puede comparar una gira de con una de Astrud, pero sus problemas en el estudio de grabación son los mismos. Pongamos otro ejemplo: Arnau Sala e Ian MacKaye. Ambos optaron por la autoedición y por crear su propio sello, con todas las ventajas e inconvenientes que eso implica.

Todas y cada una de las personas que han accedido a participar en este libro tienen algo que decir. Gracias a ellos he podido construir una pequeña historia oral de lo que supone optar por vivir de la música. Luces y sombras, buenos y malos momentos, soledad y exposición mediática, el estudio y la furgoneta… y sobre todo, lo que pasa por sus cabezas incluso en los momentos más íntimos, como cuando llegan a casa después de meses en la carretera.

Ésta no es la historia de grandes estrellas de rock viajando en jets y con todo un contingente de personal a su alrededor, sino la de músicos que llevan años luchando por labrarse un hueco en el mundo de la música (algunos ya lo han conseguido, huelga decirlo) sin venderse ni perder su integridad. Músicos que en muchos casos han elegido el camino más complicado, el menos manido y el menos transitado, pero sin los cuales la música hace años que se habría estancado.

Lo reitero una vez más: lo mejor es que no hable yo, sino que lo hagan ellos. Ésta es su historia. LA COMPOSICIÓN: las musas no existen

El síndrome del folio en blanco trasladado a la música: ese momento en que hay que hacer realidad lo que uno tiene en su cabeza. Dar con el sonido exacto, el ritmo justo, la estructura adecuada... Aislarse del mundo y dejarse llevar para crear una canción. No es cuestión de musas, sino de trabajo y sí, algo de inspiración.

Casi todos los músicos siguen una disciplina a la hora de componer. No hace falta alquilar una oficina y ponerse un horario de funcionario, como hace Nick Cave, pero sí que requiere grandes dosis de concentración y aislamiento puesto que al final, cualquier creación, es una proyección del yo del artista. En ‘El alma del hombre bajo el socialismo’ Oscar Wilde escribía que “el arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido”. Y ese individualismo, salvo excepciones contadas, pide a gritos un espacio propio en el que poder expresarse sin trabas ni tapujos. “No lo puedo hacer de otra manera, al menos lo principal, ya que cuando vas al local surgen nuevas decisiones que tomar y cambios sobre la idea inicial que requieren algo más, pero no me veo haciendo una canción partiendo de cero con cuatro personas revoloteando a mi alrededor. No me gusta enseñar nada hasta que no lo tengo terminado, considero hacer una canción un momento de intimidad y me cohíbo si alguien me está escuchando mientras lo hago”, explica Banin Fraile (Los Planetas, Los Pilotos).

Se trata de un momento tan íntimo que son pocos quienes lo comparten con gente ajena al grupo. De ahí la escasez de documentación gráfica del proceso de composición: mientras que existen centenares de fotografías y documentales que registran grabaciones y conciertos, apenas se pueden ver imágenes de un grupo en pleno proceso creativo. La soledad es el mejor aliado de muchos músicos.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “No creo que sea una gran sorpresa, pero como la mayoría de la gente, necesito estar tranquilo. Crecí en una casa en la que la gente gritaba todo el tiempo y me resulta difícil concentrarme cuando hay ruido. Mi mente se convierte en gelatina”.

Ana Fernández-Villaverde (La Bien Querida): “Con alguien delante soy incapaz de escribir una frase. Necesito estar sola con mi guitarra. Voy sacando melodías y a la vez hilo un par de frases que desarrollo hasta conseguir sacar la canción. Cuando me pongo, la llevo hasta el final y la acabo”.

Arnold de Boer (The Ex): “Cuando compongo para Zea (mi proyecto en solitario) siempre lo hago aislado. Al menos en mi habitación o en la tienda de revistas de mis padres, en la que monté un pequeño estudio. En casa siempre me lleva un par de días resolver todas las cosas y poder centrarme en escribir canciones o grabarlas”.

Adrián de Alfonso (Veracruz, Bèstia Ferida): “La verdad es que nunca me he planteado si estaba o no aislado en esos momentos, pero mirando atrás veo que casi siempre que he dado forma a una canción ha sido sin demasiada gente a mi alrededor...”

Hay quien lleva su aislamiento casi al extremo: ‘Drum’s not dead’ (de Liars) se gestó en Berlín, ciudad a la que se mudó Angus Andrew en 2004: “fui capaz de construir mi propio mundo - liberado del idioma y de los medios. Estar solo incluso en los espacios más concurridos. Era perfecto para mi proceso creativo. Solitario, pero perfecto”.

Ida No (Glass Candy): “Casi siempre prefiero estar sola a la hora de escribir las letras. A veces todo el día, durante una semana entera, día y noche, por el nivel de concentración que necesito. Tengo que engancharme a un estado de ánimo concreto y sumergirme en él durante un tiempo para que me vengan a la cabeza las únicas voces que se ajustan a la canción. Durante ese tiempo no puedo mantener conversaciones ni llevar a cabo otro tipo de tareas porque el mundo ordinario bloquea el mundo sutil con tanta fuerza, que a veces puedo llegar a comportarme como un zombi si estoy escribiendo una canción”.

Angus Andrew (Liars): “Estar solo es una herramienta creativa poderosa. La uso incesantemente. Creo que tiene algo que ver con la seguridad. Cuando estoy solo no hay inhibiciones. Mi interior se disuelve y es más fácil explorar.”

Les ‘Fruitbar’ Carter (Carter USM): “Prefiero trabajar aislado, en algún sitio en el que mi tren de pensamientos no se vea interrumpido. En los últimos años he estado pasando dos semanas por año en un pueblo muy pequeño de Grecia, cercano al mar. Ese lugar me inspira y allí he escrito varias piezas. Las demos las grabo allí usando la reverberación natural del baño como cabina de voz”.

Zola Jesus: “Definitivamente es más fácil componer a solas. De hecho es como tengo que estar. Cuando era joven solía grabar en el bosque que había junto a mi casa, cantando en una grabadora con cinta”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Componer puede ser catártico y meditativo, y al final del día tienes un sentimiento de satisfacción cuando imaginas que has hecho algo bueno. Pero en general, la realidad es que componer es un proceso muy crudo y desordenado y para el que no me gusta tener a gente alrededor. Es como tratar de cagar un huevo dorado, pero lo que casi siempre sale es mierda. Y durante el tedioso proceso de perfeccionamiento tu mierda termina de encontrar algo de brillo”.

El Guincho: “Me gusta estar solo. Hacer la mayoría de cosas que sé aislado. Cuando comparto algo con alguien, un momento cualquiera o una canción, me encuentro más cómodo cuando tengo algo nuevo para decirle o darle”.

David Tattersall (The Wave Pictures): “Es más fácil hacer cualquier cosa que requiera algo de concentración cuando estás a solas. Pero es posible escribir letras cuando estás viajando, por ejemplo, o en el estudio con gente alrededor. Pero escribir todo, la canción con la música y las letras, es mucho más fácil cuando no hay nadie que esté en la habitación a menos que esté implicado en la composición. En buena parte se debe a que tienes que probar cosas que no siempre funcionan hasta que das con la que sí, y a la gente no le gusta escuchar eso. Y la gente tampoco quiere escuchar lo mismo una y otra vez. Como compositor, te puedes volver cohibido”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “Resulta más fácil [estar aislado] porque tú haces y deshaces sin que ello provoque heridas en el ego de nadie más. Pero yo creo que empezar de cero en un local de ensayo con una banda es mucho más divertido. El resultado siempre te sorprende más que lo que podrías hacer tú solo frente a tu ordenador o con tu guitarra”.

Delorean: “No nos gusta que haya ningún extraño observando lo que hacemos e incluso a veces nuestros amigos no son bienvenidos. Lo último que quieres cuando compones es sentirte observado. Creo que ante todo tiene que haber un ambiente distendido y agradable, y sí, hay veces en las que puedes componer en la presencia de otros pero se tiene que guardar el ambiente tranquilo, sin presiones. No se trata de estar aislados pero sí de guardar un ambiente familiar sin ningún agente extraño”.

Alan Vega (Suicide): “Supongo que a medida que me hago mayor me gusta más estar solo, grabar solo y dar conciertos solo. He trabajado con más músicos además de con Martin [Rev, de Suicide] y ha estado bien un tiempo, pero a veces puede ser muy complicado conseguir que todo el mundo haga lo que tú quieres y te puedes tirar horas ahí sentado discutiendo y diciendo “no, no puedes hacer esto”. Así que a veces me llevo sólo a mi mujer, pero a veces ni eso, porque con la edad me estoy convirtiendo en una persona cada vez más solitaria y me gusta hacer todo por mi cuenta. La única persona con la que me entiendo bien en el estudio es con Martin, porque él sabe cuándo necesito cambiar algo y sólo sugiere un cambio muy de vez en cuando. Pero casi siempre está muy seguro. Y está muy bien, nos entendemos bien... llevamos ya muchos años juntos. Al principio era más complicado porque ninguno de los dos sabía muy bien qué hacía. A veces simplemente nos preguntábamos ‘qué cojones es esto’, pero ahora es todo mucho más sencillo”.

Muchos artistas optan por encerrarse en casa o en el estudio y experimentar una y otra vez hasta dar con lo que buscan. Normalmente sólo piden un poco de intimidad y hay quienes incluso se aventuran a escribir en la carretera. Se trata de músicos a loa que le basta con un poco de tiempo y silencio. Como explica David Tattersall (The Wave Pictures), “no necesitas esconderte en ningún sitio durante seis meses para escribir una canción. Simplemente necesitas algo de tiempo a solas. No demasiado, en realidad. Sin embargo ayuda estar aislado, como con cualquier cosa que necesite algo de concentración para poder llevarlo a cabo sin tener que estar preocupado por otras cosas”.

Alan Vega: “Me gusta meterme en el estudio y pasar horas allí hasta que logro llegar a donde quiero. A veces estás ahí y ¡boom!, sale algo. Entonces tienes que rehacer todas las demás canciones y vuelvo a intentar algo nuevo, y ¡boom! otra vez, entonces vuelvo a grabar... Casi nunca me salen las cosas a la primera, a veces quiero cambiar las voces o añadir algo nuevo... así que cuando trabajo con alguien más a veces es muy fácil y otras es un infierno”.

Padi Fuster (Centella): “Supongo que me da vergüenza estar haciendo un asco de canción y que la gente lo oiga… aunque normalmente compongo en casa, así que quien más lo sufren son los vecinos”.

Brian '' Weitz (Animal Collective): “Muchos de nuestros discos los hemos grabado en estudios en grandes ciudades o cercanos a ellas. Si necesitamos comprar o alquilar un equipo determinado o arreglar algo ayuda no estar totalmente aislado de la civilización. Para nosotros el aislamiento es más social que físico”.

Micah P. Hinson: “No necesito estar solo. Ashley [su mujer] siempre suele estar alrededor. Mi forma de componer pasar por varias fases: primero escribo algo en la guitarra o el piano, y para eso no necesito estar aislado. Normalmente le pido opinión a mi mujer, que siempre me dice ‘oh, suena genial’. Cuando sí me aíslo es cuando trabajo en las letras: primero toco lo que he compuesto con la guitarra y busco una letra y la canto una y otra vez probando con letras distintas. Normalmente no me lleva demasiado tiempo, y en una media hora suelo tener las palabras exactas. Lo grabo inmediatamente después para no olvidarlo, porque es algo que me sucede mucho. La única canción que me ha salido del tirón es ‘Take off that dress for me’”.

Clint: “Componer, como practicar tiro, es un proceso que requiere una parte importante de concentración, silencio y relajación. Aunque a veces la inspiración viene en el momento más inesperado: en pruebas de sonido, en medio de una conversación… lo más importante es llevar la mágnum siempre encima”.

Danielle de Picciotto: “Cuando compongo me gusta tener compañía”.

Hugo Sierra (Margarita): “A mi no me importa que haya alguien delante cuando compongo, pero supongo que porque uno se aísla esté donde esté o con quien esté”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Rara vez nos aislamos cuando estamos componiendo. Normalmente componemos por separado y colaboramos por mail o escribimos juntos en las sesiones de ensayo, pero durante esas etapas normalmente estamos en lugares en los que tenemos contacto con la familia y los amigos”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “Mi marido [Dan Boeckner] y yo componemos mucho mientras estamos en la carretera, pero para grabar vamos a un estudio un poco cutre que tenemos y ahí desarrollamos las ideas. El hecho de que vivamos juntos y estemos casados hace difícil que desconectemos, porque a veces se nos puede ocurrir una idea en mitad de la noche. Pero una cosa interesante es que aunque experimentamos las mismas cosas y pasamos por las mismas situaciones, los dos las sentimos de forma diferente, así que supone un desafío creativo, porque tenemos que dialogar mucho sobre cómo hacer las cosas y trabajar en ellas”.

Darren Hayman: “El aislamiento me va bien y siempre escribo por mi cuenta, pero el silencio me parece desconcertante. Normalmente necesito una radio o la tele puesta con poco volumen, como ruido de fondo”.

Jean – Hervé Péron (Faust): “El aislamiento ayuda para evitar distracciones y favorece la concentración...si es eso lo que estás buscando. Pero uno puede estar buscando inspiración influencias, fuentes... y en ese caso el aislamiento no es bueno, el verdadero aislamiento es mortalmente deprimente. Supongo que lo que me gusta es tener la oportunidad de estar tranquilo cuando lo necesito y que haya desmadre y ruido alrededor cuando lo necesito. ¿No es así todo el mundo?”.

Nate Young (Wolf Eyes): “He vivido en Detroit los últimos cinco años. Imagina una ciudad construida para millones de personas reducida a millas de escombros quemados. Así es Detroit. Aquí las opciones de aislarse son ilimitadas. Me parece más fácil componer en Detroit: hay menos distracciones y un sentimiento constante de “esto es todo lo que tengo”. Por no hablar de que la desesperación es mi principal motivación para trabajar. Pero el ambiente añade una especie de necesidad desesperante a todo el proceso. Morir de aburrimiento al final ayuda. Igual que obsesionarse puede ayudar con la grabación. Pero sentirse desesperadamente obsesionado en un lugar aislado puede tener efectos negativos en tu vida social, jajaja”.

Hugo Capablanca (Los Massieras): “Nos gusta componer en la Sauna, que es el estudio que tenemos en Wedding. La habitación era realmente la sauna de la antigua piscina municipal del barrio, la Stadtbad. Así que la acústica es perfecta y tiene un olor a madera antigua muy especial. Cuando te encierras allí es como una cámara de aislamiento: no hay ventanas, ningún sonido proveniente de fuera así que sí, en cierto modo, componemos aislados, aunque luego bajes dos pisos y haya una fiesta increíble en el club semi-secreto que tienen en el edificio bajo tierra. Yo creo que las buenas vibraciones suben por las paredes”.

Hugo Sierra (Margarita): “Siempre es necesario un contacto con la realidad, con lo que a uno le rodea. Está claro que una vez que te pones a componer, en ese mismo momento estás aislado, pero con unas vivencias que expresar de una u otra manera. Antes de ponerte a componer te han pasado un montón de cosas, has escuchado discos, has leído libros, has estado con gente, has experimentado y hay que tener la capacidad de digerir todo eso y que pase a ser parte de tu cuerpo, para que luego hagas tus cosas”.

Ian MacKaye (, The Evens, ): “Para cierto tipo de música tengo que estar solo, pero normalmente componer con alguien e intercambiar ideas con esa persona me ayuda mucho, porque me puedo hacer una idea de cómo va a sonar al completo esa pieza. Sobre todo con los arreglos, porque al estar con alguien más puedo ver cómo esos arreglos afectan al sonido. Creo que cuando estoy con alguien más me encuentro más cómodo a la hora de llegar a una resolución. A veces, cuando compongo solo, no funciona porque tengo la sensación de que no tiene sentido que escriba esa canción. Parte de mi psicología me dice que una canción realmente no existe hasta que alguien no la escucha: hasta entonces es sólo una idea. La música se convierte en una canción cuando llega con otra persona. Así que puedo componer música por mi cuenta, pero para mí eso no significa nada y no se convierte en una canción hasta que no se la presento a un público, ya sea de una o de 1000 personas. Pero hasta que no llega ese momento no es realmente una canción”.

John Paul Pitts (): “He intentado escribir en la carretera, mucho, y es genial para que se te ocurran ideas, pero para poder desarrollarlas completamente siento la necesidad de estar en casa. Así es más fácil componer que cuando estás rodeado de cuatro personas durante 24 horas al día: es algo que me distrae mucho”.

Warren Ellis (Nick Cave and the Bad Seeds, The Dirty Three): “Cuando estamos de gira pasamos todo el tiempo viajando y a lo mejor tienes una idea, pero lo sueles dejar para cuando estás en casa o en el estudio”.

Dani Fletcher (Ginferno): “La inspiración puede saltar en cualquier momento y en cualquier lugar: una melodía, un ritmo que te viene a la cabeza o se expresa a través del instrumento que tengas en ese momento entre manos. Que los teléfonos tengan capacidad para grabar audio es muy útil; yo tengo el mío lleno de “clips” en los que estoy tarareando o golpeando algún objeto con un boli”.

Mención aparte merecen los grupos que componen juntos: condenados a entenderse, tienen que dejar de lado sus egos para lograr el mejor resultado. La individualidad desaparece en favor de la obra artística sin llegar a sacrificar la intimidad. Hay que unificar rutinas, buscar métodos compositivos no excluyentes para los demás miembros del grupo y llegar a puntos en común. La empatía y la buena comunicación se convierten en elementos clave.

Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten): “Supongo que sería más fácil para todo el mundo ‘descomponer’ aislado. No, en serio, para mí hay dos formas de aproximarse a la creación:

- Trabajando en equipo, pasando la pelota de uno a otro y que tenga por resultado una fructífera comunicación entre iguales.

- Recluido a solas, como si estuviera realizando una investigación científica o una disección forense.

Las dos estrategias son válidas, aunque el primer modelo es menos antisocial y el segundo requiere el uso de la tecnología”.

ZA!: “Componemos en tres fases intercambiables: pensar algo por la calle y cantarlo mentalmente, tocarlo en el local y modificarlo a medida que lo ejecutamos directo tras directo. De hecho, muchas de las canciones que hemos grabado tienen ya poco que ver con la forma con la que las tocamos hoy en día en los conciertos. Respecto al aislamiento, muchos inputs que encontramos válidos para componer no son estrictamente musicales, por lo que no es algo importante para nosotros el hecho de estar aislados. Por ejemplo nos influye bastante el megaflow, que es una energía que pueden desprender sitios, cosas, hechos, personas o ideas. Si el aislamiento tiene megaflow nos puede afectar. Además, estar aislado es algo físicamente imposible porque las paredes del local son finas y en el local de al lado tenemos a Kirk Hammet performing ‘Kill 'em all’ las 24 horas. Se oye todo”.

Colin Newman (Wire, ): “Componer para mi es un proceso que puede variar enormemente. No tengo un método. Cuantas más estrategias tienes hay más posibilidades de que no se repitan las ideas. También hay una diferencia entre Wire y Githead. Puedo escribir para Wire y llegar con algo “terminado” para el grupo, mientras que ‘escribir’ para Githead es un proceso más difuso. Un antiguo proyecto que tengo con Malka () tiene piezas basadas en la mínima intervención, prácticamente se escriben solas (hay más proceso que composición). Todo depende del tiempo, el contexto e incluso de la misma pieza”.

Bobby (Oneida): “Mucha de la composición de Oneida es colectiva, basada en la improvisación o en la exploración estructurada y dirigida. Sin embargo, el trabajo que he hecho por mí mismo es definitivamente más productivo cuando lo he realizado en soledad”.

Uke: “No es que resulte mas fácil componer aislados, lo preferimos para evitar ser influenciados por nada. Cuando decidimos ponernos a hacer canciones podemos tirarnos una buena época sin escuchar música. Nos gusta leer y ver películas para inspirarnos pero escuchar nada que luego pueda reflejarse en nuestra creación. Cuando componemos y grabamos nos gusta dedicarnos al 100% a ello y nos solemos marcar unos horarios. Si salimos por ahí durante ese proceso se nos suele ir la cabeza y nos mostramos más dispersos, con la consiguiente pérdida de tiempo”.

Manolo Martínez (Astrud): “Sólo compongo yo en Astrud. Alguna vez necesito su opinión [la de Genís Segarra, su compañero de grupo] y su opinión se traduce luego en cosas que están en la canción, vaya. ‘Pues esto no me gusta’, ‘pues lo quito’, ‘por qué no dices no-sé-qué’, ‘pues lo pongo’. Pero básicamente llego al ensayo o a ver a Genís con la canción acabada. Siempre ha sido así, excepto en ‘Teclista telequinético’, que la letra la hizo Genís porque es su rollo y le hizo gracia y la música la hice yo, o “Hay un hombre en España” que también la hizo Genís... pero el resto las compongo yo solo en casa”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “Componer es difícil hagas como lo hagas, en grupo, en solitario, en público y en privado”.

Manolo Martínez (Astrud): “Lo de estar dando ideas en público pues en algún caso me hace gracia, cuando estoy con un proyecto para otros o cosas así... Pero ir enseñando mis cosas me parece una pesadilla, estar ahí intentando hacer una canción y preguntando si esta frase te gusta o esta no... es algo que no me parecería nada atractivo”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “En HEALTH escribimos de forma colaborativa. Nuestras primeras canciones las compusimos los cuatro encerrados en una habitación sin ventanas en Downtown LA. Intentábamos imaginar cómo crear un sonido nuevo y que a la vez nos pareciera artística y musicalmente válido. Fue un proceso meticuloso que supuso que los cuatro estuviéramos elaborando nuestras ideas y los sonidos hasta más de cinco días por semana sin parar, llevándonos las manos al cuello de los otros. Pero también hubo muchos momentos de revelación y camaradería. Fue en HEALTH donde aprendí a escribir música con otra gente en vez de hacer simplemente como un ejercicio egocéntrico de soledad".

Grosman (Grabba Grabba Tape): “Yo lo hago en casa TODO EL TIEMPO, pero muchas veces llego al local, toco algo y no funciona bien lo que he hecho en casa, y es que en realidad el conjunto es más que la suma, todos los instrumentos valen lo mismo en la canción y la canción son todos los instrumentos sonando juntos, y es que es necesario hacer las canciones en el local juntos, interactuar está bien, no un instrumento solo, me explico fatal. Estar aislado me gusta pero me da igual para componer”.

Lolo (Grabba Graba Tape): “La verdad es que yo compongo poco, la batería, sólo doy ideas. Toco mi instrumento, canto y opino a veces, pero Gros es el que siempre trae las ideas, él es el motor y genio de GGT. Yo me limito a opinar, cambiar lo que no me gusta, proponerle algo que ha de sacar en tres minutos y a ponerle nervioso. Los temas los componemos entre los dos pero ya te digo que a mí me lo dan todo muy mascadito”.

Dani Fletcher (Ginferno): “En Ginferno el proceso de creación ha estado casi siempre centrado en las ideas que pudieran surgir de manera colectiva en el local de ensayo, ya sea improvisando todos juntos con los instrumentos o, posteriormente, arreglando esas “composiciones instantáneas” para convertirlas definitivamente en canciones de Ginferno. Para poder ejecutar un planteamiento de este tipo necesitamos continuidad; en periodos de muchos conciertos seguidos baja considerablemente nuestra capacidad de generar material nuevo, aunque, en ocasiones, durante los conciertos surgen ideas que luego aprovechamos. Todos nosotros también componemos en casa, aunque no llevamos canciones cerradas al local, sino ideas sobre las que improvisamos y que desarrollamos entre todos”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Escribir con otra gente no es más fácil, pero si tienes la química adecuada con la gente adecuada todo llevará invariablemente a hacer mejor música. Obviamente, más gente trae talento más diversificado. En HEALTH todos tenemos habilidades y debilidades muy diferentes pero complementarias. También, cuando escribimos, si una, dos o tres personas se quedan satisfechas siempre quedará al menos una persona que en un momento dado escuche algo de forma diferente. Idealmente, esa inquietud llevará a la música a nuevos terrenos, mejores. HEALTH es un organismo compuesto por cuatro individuos que a menudo compiten entre sí con ideas y objetivos para la música que hacen. Pero esta dinámica es buena para quienes somos como grupo y para el tipo de música que hacemos”.

Danielle de Picciotto: “Cuando empiezo a componer una canción me gusta estar sola porque me resulta más fácil concentrarme y puedo profundizar más, pero una vez que tengo la idea inicial puede ser divertido y satisfactorio seguir componiendo con alguien con quien me siento a gusto. Disfruto componiendo con Alexander Hacke y también me divertía con Gudrun Gut en los 90. Con Gudrun tenía esas sensación de estar creando un mundo de chicas maravilloso, y con Alexander me une el amor por la aventura y la falta de límites”.

Un caso especial es el de quienes basan su música en la experimentación: artistas que no componen en el sentido estricto de la palabra y quienes requieren más espacio para poder experimentar sin prisas ni condicionantes.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida): “Para Bèstia Ferida nunca hemos tenido que componer nada, simplemente nos hemos dedicado a grabar lo que improvisábamos. Si a lo que te refieres es a crear, supongo que cualquier sitio nos viene bien para hacerlo. Estar rodeado de personas o cosas puede darnos tantas ideas a la hora de improvisar como estar totalmente despojado de ellas Hay dos tipos de canciones, las gestuales e intuitivas, que salen en cualquier momento, para las que pillas la grabadora, te encierras en el lavabo, grabas y ya está, y las que compones poco a poco, en la habitación o el salón de casa… Para dar forma a las primeras, lo fácil es echar mano de una buena puerta o pared y tirar por la directa. Para hacer lo propio con las segundas, hay que tomar en consideración los detalles -que son los que darán sentido y personalidad a lo que hagas- por lo que es bueno -en mi caso- trabajar a altas horas de la noche, cuando todo el mundo duerme”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “La palabra 'componer’ no es necesariamente relevante para mí con el significado que tiene. Yo no “escribo” música de una forma convencional, ‘compongo’ de forma improvisada, así que tener a gente alrededor lo hace más estresante porque necesito tiempo para experimentar y cualquier otra persona puede estar impaciente por añadir algo o continuar. No grabo totalmente aislada porque siempre trabajo con Chris [Carter]. Pero en lo que concierne a que haya más gente alrededor, siempre prefiero trabajar sola salvo que se trate de un proyecto colaborativo”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Yo no creo siquiera que 'componga', normalmente me viene a la imaginación una idea para una canción – por lo que sí, es mejor estar aislado y en un sitio tranquilo – de lo contrario no me llega la idea. Grabar es muy diferente, es mucho más divertido y estás con otra gente”.

Arnau Sala (Bèstia Ferida, Les Aus, Homenatges): “Yo no suelo hacer mucho trabajo de composición, o por lo menos la mayoría de los sonidos con los que trabajo suelen salir en directo, fruto de la intuición o en una situación mas bien azarosa, fruto de una improvisación. No soy una persona ni muy metódica ni llevo a cabo un trabajo relevante de investigación. Las pocas veces que hago algo parecido a componer suele ser siempre aislado debido a mi dificultad en conseguir un buen momento de concentración, y también porque suelo conseguir llegar a rincones más íntimos. Pero no compongo aislado en el sentido de pasarme largas temporadas de grabación, mas bien suelo grabar regularmente y sin presión en casa o en mi propio estudio”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Veracruz): “De todas formas, y como comenta Arnau, ni él ni yo somos muy metódicos ni pasamos largas temporadas grabando, por lo que nuestro aislamiento siempre es relativo… De noche se puede llegar a conseguir un ambiente bastante íntimo y recogido, pero a la mañana siguiente es difícil que eso ocurra (sobre todo si, como nosotros, vives en la ciudad)”. LA GRABACIÓN (I): luces y sombras

Las canciones ya están compuestas. Es el momento de encerrarse en el estudio para grabar. Algunos músicos se encuentran con que su trabajo es escrutado por primera vez por el resto del grupo. Es el caso de Hugo Sierra (Margarita), para quien “uno de los momentos más estresantes es enseñar al resto del grupo algo que has hecho. Es un momento en el que te sientes desnudo y tienes que estar preparado para cualquier reacción. Aunque nunca se está suficientemente preparado”.

Sin embargo, los mayores problemas a la hora de enfrentarse a la grabación son la propia inseguridad y el miedo a que el resultado no se parezca en absoluto a lo que un artista escuchaba en su cabeza a la hora de componer.

Angus Andrew (Liars): “Para mí, lo más difícil es llevar el disco a buen término. Realmente el periodo que va de llevar la demo a hacer la grabación real de las canciones puede ser un quebradero de cabeza. Cosas que funcionan bien cuando estás a solas en tu cuarto fracasan en el estudio. Eso es lo más difícil. Sonidos que pensabas que serían fáciles de reproducir se convierten en una odisea interminable de equipo, micrófonos, acústica y edición. Es un viaje”.

Delorean: “[El mayor problema es] la falta de inspiración. Cuando nada sale o todo lo que sale te parece malo. En realidad la falta de inspiración es como un límite con el que negocias constantemente, está siempre ahí. Tener una idea es difícil, no ocurre siempre. Te peleas con el instrumento y contigo mismo y cuando sale está ahí, ha nacido algo con lo que trabajar. Y todavía queda más trabajo”.

Chema (Los Punsetes): “Hay veces que llegamos a un punto sin salida y nos obcecamos demasiado en intentar seguir por ahí. Llegar a darnos cuenta de lo evidente, a veces, nos cuesta demasiadas discusiones. Somos un poco obtusos en algunos momentos y eso, a la hora de grabar, también afecta en cómo organizamos los tiempos y lleva a que nos atasquemos en pequeños detalles insustanciales”.

Manu (Los Punsetes): “Para nosotros el grupo es un asunto muy personal en el que lo principal es que estemos nosotros cinco contentos y satisfechos. Como dice Chema hay veces que eso ya es una aventura”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Lo más duro es cuando tenemos que volver a escuchar algo que ya hemos grabado y nos damos cuenta de que no hemos alcanzado lo que queríamos y tenemos que empezar de nuevo”.

Uke: “Para nosotros lo más difícil es estar a gusto con lo que hacemos. Si una canción no nos gusta no se hace y si acabamos cansados de alguna pues no se vuelve a tocar”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “Lo peor es intentar que suene lo que tienes en la cabeza. Es difícil, frustrante. A veces ni siquiera consigues que suene lo que está sonando. Suena otra cosa. Es misterioso, incomprensible”. Padi Fuster (Centella): “Lo más difícil para mí, al tocar sola y como nadie ha oído las canciones antes, es si lo que estoy haciendo merece la pena grabar y gastarse el dinero. ¡Jajaja! ¡Pero es un trabajo de confianza en uno mismo muy productivo! ¡Lo recomiendo! ¡Al final sales contento y alegre de haberlo hecho tú mismo!”

Casi todos admiten que es en el estudio donde se activan todos sus miedos: es la hora de la verdad, hay que registrar lo que hasta hace poco sólo eran ideas y proyectos. Darles forma y grabarlos para la posteridad. De lo que salga de allí dependen no sólo las críticas y las cada vez más escasas ventas, sino las posibilidades de salir de gira: con un mal disco en la calle, pocos promotores arriesgarán su dinero contratando a un grupo que no garantiza una sala llena. También se ponen en juego la propia carrera, la coherencia, la identidad artística, la valía y, cómo no, la propia autoestima. Si hay algo que une a todos los artistas es la autoexigencia: al margen de críticas, medios, tiempo o dinero, lo que más preocupa es sacar adelante un disco con el que se sientan a gusto. Después de todo, ¿qué sería del arte sin esa continua lucha por hacer algo nuevo y superar las limitaciones?

Ida No (Glass Candy): “Con lo que más me cuesta lidiar es con mi propia incapacidad y ansiedad física. En cuanto veo el micrófono tengo la sensación de estar ahogándome. Durante los últimos 15 años John ha sido la única persona que me ha visto pasar por esto, porque me cierro en banda por completo si hay alguna otra persona en el estudio. Pero este año he intentado grabar algo con mi novio. Realmente quiero superar esta fobia, pero temo el estudio. Creo que es por su finalidad. Por supuesto que tengo fantasías en las que soy una cantante increíble capaz de hacer todo en una sola toma. Pero es el estudio y su exactitud lo que me resulta chocante. Sé que el secreto está en enamorarme de ese proceso tanto como lo estoy del proceso de escribir canciones, pero hacer ruidos en el mundo real es algo totalmente distinto. Ni siquiera me gusta demasiado hablar”.

Bobby (Oneida): “La mayor preocupación en realidad es dar forma un disco con una narrativa sencilla y coherente dentro de la gran cantidad de cosas que escribimos y grabamos”.

Banin Fraile (Los Planetas): “Para mí lo más difícil de llevar es la insatisfacción, el no quedarte nunca totalmente convencido de que era así como lo querías. Y cada vez que lo escuchas piensas que podía haber quedado mejor, que podía haber cambiado esto o lo otro para que el resultado se acercara un poco más a lo que tú querías. Eso respecto a la grabación, respecto a componer el miedo más común es el que te hace dudar de que harás algo mejor de lo que ya has hecho. Eso puede hacer que seas tan severo contigo mismo que llegue a no gustarte nada de lo que te salga y todavía más allá, llevarte al bloqueo. También está el miedo a que ya no harás nada nunca más, por el motivo que sea”.

Nate Young (Wolf Eyes): “Tengo la sensación de que lo más difícil de grabar un nuevo disco es pensar en cómo va a encajar con todo tu trabajo previo. Siempre estoy escuchando mis grabaciones anteriores mientras compongo un nuevo álbum. Lo escucho para progresar y valorarlo contra el rechazo a avanzar”. Jamie Stewart (Xiu Xiu): “Oh, realmente lo más difícil es intentar grabar un disco que no apeste. Componer el disco es la parte más difícil, intentar forzar tus límites para ser más creativo que la última vez. El resto de las cosas externas sólo se ponen en el camino del verdadero monstruo que es querer y esperar hacer música que realmente emocione a otra persona”.

Hugo Capablanca (Massieras): “Para nosotros es importante mantener una coherencia conceptual y estética, y al mismo tiempo reinventarnos. Empezamos haciendo re-edits que luego traduciríamos al directo, de ahí pasamos a hacer versiones y ahora estamos componiendo nuestro propio material. Pero todo tiene un sonido Massieras, una actitud y una cierta forma de entender la música. A veces, mantener esa coherencia sin caer en el tedio o sonar reiterativos es todo un reto”.

Hay quienes va más allá y ven el estudio como una especie de enemigo: un lugar artificial, en el que dar vida a las canciones supone luchar con la tecnología y otros elementos que poco tienen que ver con la música en directo, que es como la conciben la mayoría de los músicos. Hay incluso quienes huyen de él, en sentido literal: para ellos el estudio no es el remanso de paz que uno puede llegar a imaginar, sino una auténtica batalla contra la tecnología.

Arnold de Boer (The Ex): “Cuando grabas un disco lo más difícil es luchar por conseguir el mejor tema. Cuando grabo mi propia música tengo que ser músico, ingeniero y productor al mismo tiempo. Me tengo que obligar a mí mismo a no pensar sobre cosas tecnológicas y centrarme únicamente en componer la canción y después pulsar 'record'. Cuando estás mezclando un álbum la lucha es la de intentar conseguir la mejor combinación entre casa / estudio, digital / analógico y mantener lo que transmite la canción sin dejar de controlar cada pequeño momento durante la mezcla. Cuando estábamos grabando el último disco de The Ex tuve la gran suerte de no tener que preocuparme por nada que tuviera que ver con la tecnología. Grabamos con Steve Albini y yo me podía dedicar a centrarme únicamente en componer música con los demás miembros de la banda”.

Danielle de Picciotto: “Lo más difícil es saber cuándo parar. Podría estar haciendo ajustes, corrigiendo, reescribiendo y repensando todo el tiempo... El proceso creativo es muy divertido pero se convierte en algo horrible en el momento en que tienes que terminarlo, así que normalmente intento hacer las cosas en una primera toma para no entrar en un loop interminable de correcciones y arreglos”.

Arnau Sala (Bestia Fèrida, Les Aus, Homenatges): “Se me hace difícil llevar el largo proceso de selección de buenas tomas y consecuentemente el largo proceso que pasa desde que se realiza la grabación hasta que sale el disco, ya que además, y por lo general, suelo ser yo mismo quien lo edita. Nunca he trabajado contrarreloj ni por un sello que no sea DIY por eso nunca he tenido expectativas económicas sino mas bien todo lo contrario, generalmente espero perder dinero y lo hago sin pensar. Una cosa que a veces sí me martiriza es, una vez que el disco se está produciendo, pensar si realmente habré elegido unos interludios o canciones que sean realmente relevantes y de suficiente calidad como para quedar plasmados para la posteridad. A veces se puede alargar una grabación meses por el hecho de querer añadir material mejor cada vez que grabo algo nuevo. Así que mi actitud acaba siendo la contraria y acabo metiendo lo que sea, incluso grabaciones que había descartado, a veces necesito que pase tiempo para madurar lo suficiente y ser capaz de valorar cosas que he grabado”.

Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten): “Los estudios me parecen anticuados e inquietantes y me alegra no tener que volver a grabar nunca más en circunstancias tan traumáticas”.

Alan Vega (Suicide): “Ahora es todo mucho más fácil con los ordenadores. No me gustan, pero en el estudio ayudan mucho. Antes había que trabajar con muchas cintas, todo era un trabajo muy manual que llevaba mucho tiempo. Ahora basta con un disco y apretar ‘rebobinar’. Los puedes utilizar incluso en directo, aunque yo sigo prefiriendo hacer las cosas como antes y muy raras veces uso ordenadores cuando estoy sobre el escenario. Además ahora cuando escuchas un CD siempre hay ese tiempo de silencio entre una canción y otra, pero cuando escuchas un vinilo eso no pasa, porque siempre está ese ‘szzz’, y cuando estás acostumbrado a eso y pones un CD y de repente se termina una canción y se para el sonido... no es lo mismo. Pero pasa lo mismo con todos los programas de música para ordenadores: hacen cosas increíbles, pero al final todo el mundo suena igual y parece que están haciendo lo mismo. A mi me gusta coger las cosas, darles la vuelta, investigar qué puedes hacer con ellas... porque las opciones con los ordenadores, ahora mismo, son mucho mayores. Pero todo el mundo se limita a repetir los mismos sonidos y pulsar los mismos botones, nadie se molesta ya en averiguar qué otras cosas se pueden hacer. Ese es el principal peligro de los ordenadores, que todo el mundo se acostumbra a hacer las cosas de la misma forma. A Martin y a mi nos llevó años conseguir lo que queríamos hacer, y ahora todo se trata de conseguir hits inmediatos y la gratificación inmediata. Aunque afortunadamente aún hay gente por ahí fuera que intenta hacer las cosas de una forma diferente”.

Dave Tattersall (The Wave Pictures): “Es importante centrarse en la habitación en la que estás y en lo que quiera que estés haciendo. Es mucho más duro tratar con el resto de la gente en el cuarto (ingenieros, otros músicos) que con cualquier persona de fuera. Creo que la gran batalla se libra con la tecnología. ¡No siempre se pone de mi parte!”

Ian MacKaye (Fugazi, The Evens, Minor Threat): “Realmente creo que el mayor problema es el mismo estudio. Es un momento en que llegas a este escenario artificial, porque lo natural es enseñar la música a la gente, no en un sitio así. Es un lugar en el que intentas crear sonidos que estén vivos y que sean libres, pero en realidad el estudio parece un laboratorio. Cuando grabé con Fugazi “Waiting room”, para mí la mejor versión siempre será la que grabamos en directo, porque había un público, la gente estaba saltando y era el escenario correcto. Imagina que tú y yo estuviéramos manteniendo una conversación sobre la vida, ¿vale? Entonces imagínate que de repente alguien se quedara mirándonos con un micrófono en la mano y empezara a grabar todo lo que decimos. De alguna forma, toda la conversación se echaría a perder, porque cambia el discurso y cambia el diálogo. Y lo mismo pasa cuando vas a grabar un disco: el simple hecho de grabar cambia el diálogo con la música, porque eres consciente de que te están grabando y ya no te sientes tan libre nunca más. Una cosa es que tú ahora tengas una grabadora, y ayuda porque hablo mucho y deprisa y de esta forma la gente puede volver a escuchar la grabación... pero soy consciente de que hay una grabadora y la conversación que tenemos es muy distinta a la que tendríamos si estuviéramos tomando un té. El problema de grabar en directo es que no sólo se registra el sonido de la música, sino también el de la gente, hasta las vibraciones que puedes sentir en el suelo y no es un lugar indicado para grabar... lo que obtienes es una parte de la música, pero no la foto completa; y el problema de grabar en el estudio es que se establece una distancia. Pero... ¿sabes una cosa? ¡Somos gente muy rara, jajaja!”

Adrián de Alfonso (Bestia Fèrida): “Para mí siempre ha sido igual: lo peor de componer es no dar con algo que te motive a seguir haciéndolo. Por suerte, dado el apego que tengo a la intuición, el azar y el método del ensayo/error, nunca dejo de llevarme sorpresas. Respecto a las posibilidades que comentas, debo decir que en mi vida he considerado la soledad como algo negativo. Otra de las cosas que jamás me ha ocurrido es tener que componer pensando en un posible oyente, aunque entiendo que haya gente que sí tenga que hacerlo (depende de las expectativas comerciales de cada uno, digo yo). En ese sentido, el listón más alto me lo pongo yo, aunque también soy consciente de que a veces puedo perder la perspectiva, otro de los males endémicos del que se aísla demasiado para componer… Una buena solución para este problema es, cuando ya tienes algo grabado, enseñárselo a alguien de confianza. Es curioso, porque en ese momento, inmediatamente –y no hace falta que el otro diga nada-, te das cuenta de lo que sobra y lo que no”.

Manolo Martínez (Astrud): “Las cosas que no me gusta hacer cuando grabo un disco paso de hacerlas. Las mezclas por ejemplo las odio porque no me gustan nada, no veo las diferencias, me parece todo un estrés y normalmente se encarga Genís. En las mezclas de ‘Lo nuevo’, por ejemplo, simplemente no he estado. Es una cosa que no me gusta hacer”.

Hugo Sierra (Margarita): “A la hora de grabar, lo más difícil es mezclar. Es un momento en el que ya no hay vuelta atrás y parece que no se acabe nunca. Todo el mundo opina y decide, cada uno tiene un oído y un gusto... Yo lo llevo fatal”.

Claro que también hay quien disfruta en el estudio: se trata de artistas para quienes es una parte más del proceso creativo. Para alguno, como para Pablo Díaz-Reixa (El Guincho), es la más interesante incluso: “llevo muy bien grabar y componer, estar en el estudio. Me encanta todo. A veces pasas un par de días sin dormir sin darte cuenta y entonces sí, el dolor de cabeza es bestia. Otro problema es cuando te sobreexpones al sonido y acabas por no entender nada de lo que escuchas”.

Dani Fletcher (Ginferno): “Creo que hay que desdramatizar la actividad del creador. En la mayoría de los casos son personas normales que viven, sienten y se relacionan como los demás; les diferencia que buscan expresarse a través del arte; no tienen por qué ser necesariamente ni héroes ni completos perdedores. Una persona que se angustia por su actividad creativa probablemente también lo haga por cualquier otro aspecto de la vida. También es cierto que hay personas que encuentran sus mejores ideas en un entorno de presión o con las cosas en contra; eso va con cada uno. Posiblemente, desarrollar tu acción creativa en una situación de aislamiento contribuya a mejorar la concentración y a que fluyan las ideas con más continuidad. Por otro lado, muchos nos sentimos confortables armonizando nuestra actividad artística con nuestras actividades familiares, sociales y profesionales”. Lindstrøm: “No me importa trabajar solo, aunque grabar con otra gente a veces puede estar bien. El dinero normalmente no es un problema, porque tengo mi propio estudio y casi todo lo hago yo. La falta de tiempo es, definitivamente, un factor estresante, porque tengo dos hijos pequeños e intento llevar una vida normal además de ser artista”.

En el estudio también cobran forma fantasmas como el qué pensarán crítica y público. Aunque muchos artistas dicen intentar no pensar en ello, tarde o temprano es algo que termina por aparecer. Se le puede dar mayor o menor importancia, pero ahí está.

Aaron Warren (Black Dice): “Lo que siempre nos preocupa más es hacer las cosas lo mejor posible y que nos guste el resultado. Ya sé que suena raro, pero al final lo que realmente nos importa es que nosotros estemos felices con el disco. Hace poco hablábamos de esto: creo que en los últimos tiempos nuestro grupo se ha abierto más a otros sonidos y sabemos que tenemos un público y nos gusta la idea de que a ellos también les guste lo que hacemos: es cierto que a veces sí que hemos pensado más en si a nuestros fans les gustará o no lo que grabamos, pero finalmente hemos llegado a la conclusión de que si hacemos lo que nos gusta también le gustará a otra gente, y ese es el verdadero desafío”.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Creo que siempre hay un poco de presión cuando grabas un disco. Me preocupa cómo saldrá o qué pensará la gente. Siempre es difícil reunir a la banda en el mismo sitio porque la mayoría de ellos están en otros grupos o tienen trabajos a tiempo completo. El dinero también puede ser un problema, pero nunca una excusa para no grabar un álbum”.

ZA!: “Siempre hemos valorado el hecho de no vivir de nuestra música como un factor de libertad, no de coacción. De esta forma no existe ningún elemento ajeno a nosotros mismos que pueda influir sobre lo que hacemos. Componemos, grabamos y tocamos sin más expectativa que la de ser felices componiendo, grabando y tocando. Una suerte de onanismo melódico-rítmico, digamos. El tiempo es más limitado, pero siempre será un regalo, no una carga. También creemos que lo más difícil de llevar es la batería y los ‘amplis’, por ello hemos preferido pedirlos en estos últimos conciertos. La soledad del artista también es difícil de llevar, sobre todo cuando el artista es rollo siglo XX, es decir, muy pesado. En cambio si el artista es del siglo XXI la soledad es como más… virtual. Entonces el peso viene en MB y es más fácil de llevar claro”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Como creador, el doloroso creador humano, siempre te sentirás decepcionado por los aspectos de la realidad a los que te tienes que enfrentar cuando haces un disco. El golpe nunca sonará perfectamente bien, o la forma en que las palabras se unen en una letra sonarán mal, o el tono de la guitarra sonará demasiado flojo... Y esto, mezclado con un presupuesto extremadamente bajo y con una fecha de entrega hace que terminar los discos nos resulte un proceso miserable. En cierto modo, las fechas de entrega son un arma de doble filo, porque si no fuera por ellas nunca entregaríamos los discos, porque nunca dejaríamos que salieran las imperfecciones. Pero las fechas de entrega también convierten nuestras vidas en un infierno, porque nos fuerzan a conformarnos con lo que, en ese momento, nos puede parecer una imperfección insoportable. Si hubiéramos tenido tres meses para trabajar en nuestros discos y nuestro presupuesto fuera el triple, estoy seguro de que serían mucho mejores. Pero entonces querríamos otros seis meses y 10 veces el presupuesto de grabación. C'est la vie”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “El ‘qué-pensará-la-gente’ sí [es un problema], en cierta forma, aunque uno no lo quiera admitir. Pero se trata sólo de un sentimiento fugitivo. Normalmente en la banda estamos para ayudarnos unos a otros cuando tenemos algunos de esos pequeños momentos de incertidumbre. En nuestro caso la falta de dinero no es un problema porque no recibimos avances. O bien grabamos todo nosotros y no nos cuesta dinero o bien nos ofrecen un estudio... pero sí, la falta de dinero siempre es un obstáculo desagradable”.

Uke: “A nosotros hace tiempo que no nos influye la opinión externa, el querer agradar…siempre hacemos las cosas para nosotros y si eso supone que le guste a la gente pues perfecto. El hecho de buscar el éxito o caer más o menos en gracia no es una premisa a la hora de componer. Preferimos seguir nuestro gusto e ideario”.

Dani Fletcher (Ginferno): “No trabajamos en soledad, sino como un colectivo en el que entran y salen miembros, se muestra en público -ya que la música en directo es, junto con el proceso de creación, nuestro mayor estímulo-, colabora con otros artistas –por ejemplo: Carlos Serrano (cine), Lilli Hartmann (videoarte y performance), Loren (cómic), Le Dernier Cri (animación), Damo Suzuki-, socializa y comparte experiencias y opiniones con otros creadores… Ginferno es un vehículo de expresión para todos sus componentes, por lo que nunca pensamos en si esto o lo otro llegará a más o menos público. Eso no condiciona nuestra forma de trabajar ni nuestras decisiones. Por supuesto que como creador que expone su obra a las opiniones de otras personas, te agrada que tu trabajo sea reconocido y valorado. No queremos provocar a nadie, sólo pasarlo bien haciendo las cosas como sentimos y pensamos que tenemos que hacerlas, y eso no nos crea ninguna angustia”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “El qué pensará la gente también nos resulta un tema espinoso. Es imposible poner tanto de no mismo en algo y que no pidas validación externa. Bueno, podrías, pero entonces serías mejor persona que cualquiera de nosotros. Durante todo el proceso estamos preocupándonos por la percepción. A veces puede interferir con la creatividad y la autenticidad. Pero todo forma parte de ser un artista en la era moderna. El misterio ha desaparecido, todo el mundo está en un grupo, o tiene un blog de música o lo que sea. Donde vivimos en Los Ángeles es imposible lanzar una granada de mano a 15 metros sin matar al menos a dos guitarristas y un cantante y herir mortalmente a un DJ, un teclista y un blogger. La metralla también alcanzaría al menos a un chaval que trabaje en la puerta de un local DIY. A donde quiero llegar es a que nuestros contemporáneos, nuestros fans y nuestros críticos ya no se dedican a digerir música de forma pasiva. Todo el mundo, casi TODO EL MUNDO, está implicado en ello de alguna forma. Así que resulta mucho más difícil impresionar a la gente”.

Colin Newman (Wire, Githead): “Si tienes tu propio sello eres consciente de si hay o no un mercado para lo que estás haciendo, así que también tienes que pensar estrategias para que los ingresos continúen llegando con cualquier actividad en la que estés involucrado. Hay que estar alerta”.

Manolo Martínez (Astrud): “Tengo mil preocupaciones y manías con respecto a si la gente le gustará o no, y no soy un tío particularmente duro, soy bastante frágil y no me gusta nada enfrentarme a la opinión pública: me resulta incómodo y me da miedo y luego siempre me siento ofendido”.

Alan Vega (Suicide): “Me gusta hacer cosas muy distintas cada vez, no me gusta que me etiqueten y la gente da por sentado que todos tus discos van a ser como los que hiciste en el pasado, es algo que me vuelve loco. Mi música no es uniforme, no es como un bloque, entonces tienes que escucharla y disfrutarla o no. Y a veces escucho mis discos y pienso ‘oh, esto era horrible’ o todo lo contrario, pienso ‘mierda, qué bueno, ¿cómo logré hacerlo?’ Así que no entiendo cómo la gente puede decidir lo que opina de un disco escuchándolo sólo un par de veces. Al final es el tiempo el que pone los discos en su sitio”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “A veces somos conscientes de que algo es lo opuesto a lo que la gente quiere escuchar, así que tenemos que hacer un verdadero esfuerzo para ignorar cualquier pensamiento del tipo ‘qué pensará la gente’. Normalmente tocamos un tiempo las canciones en directo antes de grabarlas y somos conscientes de las reacciones de la gente ante ellas. A veces vemos cómo la gente se siente muy identificada con una versión en directo que a nosotros no nos satisface y que sabemos que cambiaremos en el estudio, lo que puede ser una decisión poco popular para nuestros fans, pero que para nosotros es lo correcto. De hecho, una de nuestras canciones más populares, ‘My girls’, la llegamos a grabar dos veces durante las sesiones de ‘Merriweather Post Pavillion’. La primera vez utilizamos la instrumentación y los samples que usábamos en directo, pero el resultado final no nos gustaba. Así que grabamos una segunda versión con un sintetizador en vez de con un piano y nos sentimos más felices, pero incluso después pasamos mucho tiempo mezclando la canción hasta que llegamos a un punto en que nos sentimos a gusto con ellas. Estoy seguro de que los fans que la hayan escuchado en directo un año antes de escuchar la versión del estudio no estaban tan contentos con el cambio, pero seguir nuestros instintos en vez de tratar de averiguar qué les gustaría pareció funcionar”.

Dave Tattersall (The Wave Pictures): “El tema de ‘qué pensará la gente’ es un dilema interesante. Para poder trabajar con libertad es importante descartar por completo este tipo de preocupaciones. Sin embargo, lo que estás haciendo es para otra gente y serán otros quienes lo juzguen. Creo que tienes que centrarte en lo que piensas que está bien y después dejar que las cosas caigan donde tengan que caer. Tengo suerte, porque toco en un grupo, así que a la hora de recibir críticas o halagos no estoy sólo. Me siento mejor cuando no estoy pensando sólo por mi mismo, y a la gente también le gusta ese tipo de música”.

Darren Hayman: “Me puedo preocupar por el público y con temas fiscales, como cualquier otra persona, pero cuando estoy completamente inmerso en mi trabajo puedo decir que todos esos problemas desaparecen. Me centro y aparte del tiempo que paso con mi mujer, es como más feliz soy”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “El mayor problema a la hora de grabar supongo que es encontrar tiempo: Dan y yo nos tomamos el grupo muy en serio, como un trabajo, y pasamos buena parte del año de gira, así que a veces nos cuesta trabajo encontrar tiempo para encerrarnos a grabar. A diferencia de otros grupos, no usamos muchos programas informáticos a la hora de grabar, así que cuando nos ponemos a ello sale todo muy rápidamente”. Lindstrøm: “Creo que ahora me estoy enfrentando a ese aspecto de la música que es ‘qué-pensará-la-gente’, aunque siempre intento convencerme de estar haciendo esto sin tener a otras personas en mente. Mmm”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Nunca me preocupo por el “qué pensará la gente” ni por un “avance” porque siempre he sido autosuficiente y no he dependido ni de un sello discográfico ni de nadie que financiara mi trabajo. El tiempo siempre es un factor importante para mí y para Chris, no por la relación entre tiempo y dinero, sino porque tenemos muchos otros proyectos y distracciones que no están relacionados”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “No nos preocupamos por cómo van a reaccionar los fans ante el disco, simplemente esperamos que les guste, pero no es mi principal motivación. Simplemente no sé cómo hacer las cosas de otra forma y también las quiero seguir haciendo así”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Ahora es mucho más difícil conseguir un seguidor o el respeto de alguien que vaya a un concierto porque todo el mundo cree que lo puede hacer mejor, o tal vez hace dos días vio a un grupo que molaba más que tú. Lo que sea. Pero cuando compones y grabas tienes que ser un loco o un sabio para que no te preocupe cómo será aceptado tu trabajo por en la comunidad. Una comunidad que ha crecido de forma desproporcionada y que a la vez ha encogido tanto que todo el mundo está a tan sólo un clic”.

Otro tema complicado es el tiempo que se da la mano con el dinero: a mayor número de horas en el estudio, mayor presupuesto. Un lujo que no todos los grupos se pueden permitir.

Nate Young (Wolf Eyes): “El tiempo siempre es un factor importante, nunca tienes el suficiente. Pero siento que las mejores grabaciones que he hecho son las que no estaban sobre-elaboradas. Darte cuenta de algo así a veces hace difícil terminar un disco”.

Bobby (Oneida): “Editar nuestra propia producción ha sido siempre un desafío, o al menos un paso necesario que conlleva una cantidad significativa de esfuerzo y meditación más allá de la composición y del proceso de grabación”.

Adrián de Alfonso (Bestia Fèrida): “Que quede claro: en mi vida he tenido que depender económicamente de nadie para poder hacer música. En mi caso, componer es de lo más barato que hay”.

Clint: “El presupuesto es un problema (grande), los avances inexistentes, pero lo peor de la grabación es la distancia que hay entre los temas en se versión de local, salvaje, y la versión más domesticada del estudio”.

Aaron Warren (Black Dice): “Siempre hay poco tiempo. Pero en el fondo creo que es bueno de alguna forma tener una fecha de entrega porque nos ayuda a estar centrados. Ya llevamos mucho tiempo juntos y hemos grabado muchos discos, así que ya hemos aprendido que mientras llevemos algo preparado al estudio el desafío es menor porque nos lleva menos tiempo, nos sale menos caro...”

Hugo Sierra (Margarita): “Supongo que la falta de tiempo también afecta, aunque creo que nunca hay suficiente tiempo y está bien que las cosas tengan un fin, si no se podría eternizar”.

Claro que siempre hay excepciones….

Jean-Hervé Pèron (Faust): “¿La falta de tiempo? ¡No! Tenemos todo el tiempo del mundo. Supongo que somos personas privilegiadas. Por otra parte, hemos tenido que sacrificar mucho para llegar a donde estamos, así que el equilibrio entre lo que tenemos y lo que damos es bueno. El principal problema es encontrar temas sobre los que valga la pena hablar y tocar. Y una vez que los tienes, el problema es luchar contigo mismo porque te das cuenta de que podrías haber practicado un poco más con tu instrumento para ser capaz de expresar lo que quieres”. LA GRABACIÓN (II): cuando el dinero es un obstáculo

El dinero puede ser un auténtico quebradero de cabeza. Sin él, grabar se convierte en una odisea y cada minuto cuenta… y cuesta. Ahora que la industria musical se transforma a pasos de gigante hay quien apuesta por la autoedición, como Arnau Sala, al frente del sello Ozonokids. “Para mi la autoedición siempre ha sido el único camino básicamente porque odio depender de que alguien considere mi música apta para su sello. Siempre he creído en lo que hago suficientemente como para no tener que pedir la opinión a nadie, ni ayuda a nadie. Soy muy malo para eso. Por desgracia también soy muy malo en los negocios y me cuesta un montón hacer todo el trabajo de un sello discográfico, sobretodo teniendo en cuenta el hecho que tengo muchísimas mas cosas de las que encargarme. Por suerte de vez en cuando gente te ofrece editar discos en su sello, la cosa fluye por si sola. Creo que es una buena herramienta para hacer contactos y sobretodo para siempre tener independencia. Nunca he firmado un contrato discográfico en mi vida”.

Además es una opción que permite tener un control absoluto sobre la propia obra. Dischord, el sello fundado por Ian MacKaye a principios de los 80, es un buen ejemplo: tener su propio sello no sólo le garantiza independencia, sino que le ofrece una plataforma para mantener vivo el underground y hacer frente a las imposiciones del mercado. “Mientras haya un mainstream, habrá un underground. No sé cuál será el formato, pero tampoco es importante. Pero mientras haya un mainstream siempre habrá gente con nuevas ideas respecto al sonido, la presentación... y si esas nuevas ideas no dan beneficios, la industria no mostrará interés, porque a la industria y a los grandes sellos sólo les interesa hacer dinero. Pasa incluso en los clubs. Piensa en un club de rock. ¿Cómo hacen dinero? Vendiendo alcohol y tal vez con un poco de dinero en la puerta si hay un concierto. Entonces si tienes una idea nueva te va a costar mucho esfuerzo encontrar un público. Normalmente no lo encuentras hasta que no eres un grupo consolidado, y por eso es por lo que el mercado no está interesado en ninguna innovación. ¡Pero hay que tener nuevas ideas! ¿Y dónde van a tener lugar? ¿Cuáles van a ser? ¡No tengo ni idea! Pero está bien, porque el underground siempre estará ahí.

Nosotros no somos un gran sello, pero ya llevamos mucho tiempo por aquí... ¡llevamos treinta años! Cuando empecé con Dischord jamás pensé que duraríamos tanto tiempo, así que a lo mejor el mundo no es tan diferente a como era antes. Creo que lo importante de Dischord es la idea que hay tras el sello, y el hecho de que mantengamos todo el catálogo antiguo es importante. Pero lo que realmente inspira a la gente a crear sus propios sellos es la idea de poder producir música que les guste y documentarla. Pero mi idea con Dischord siempre ha sido la de dar a gente música que le guste”.

Pese a todo, aún son muchos los que optan por el contrato discográfico convencional, Hay quienes tienen suerte y reciben un avance de la discográfica para poder grabar, pero ese adelanto puede convertirse en un arma de doble filo. En mayo de 2000 Courtney Love dio una esclarecedora conferencia para Digital Hollywood y en la que explicó cómo un grupo puede recibir 1 millón de dólares de avance y después de grabar, pagar a mánagers, abogados, técnicos y demás, al final cada miembro del grupo se quedaba con 45.000 $ con los que vivir hasta que el disco fuera publicado. Ana Fernández-Villaverde (La Bien Querida): “Tengo la gran suerte de tener un sello que me lo paga absolutamente todo y no me pone plazos de entrega, ni me pone ‘peros’; lo cual es muy bueno pero conlleva ser responsable y organizado”.

Alan Vega (Suicide): “El tiempo puede ser o no un problema dependiendo del estudio. Hay estudios que son muy baratos y puedes pasar mucho tiempo allí y otros que son muy caros y es mejor llegar con las ideas claras. También depende mucho si se trata de un disco de Suicide, del disco de otra persona o de una remezcla. Puede incluso cambiar todo si lo que estás grabando en el estudio es todo en directo o música electrónica. Pero es imposible saber de antemano cuánto tiempo vas a pasar en el estudio. ¡Nadie lo puede saber, nadie, jajaja! Pero está bien, así es como es: no es fácil, pero es lo que hay”.

La falta de presupuesto, evidentemente, hace que los plazos se acorten y que los discos tengan una fecha de entrega que añade un nuevo problema a la creación.

Nika Roza (Zola Jesus): “La falta de tiempo es el mayor problema. Mis dos o tres últimos discos los he grabado con muchas prisas porque el tiempo era muy ajustado. Tengo la sensación de que nunca voy a poder realizar completamente la visión que tengo precisamente por las fechas de entrega. Supongo que es positivo, porque me fuerza a dejarme llevar por mi instinto, pero también pienso que con las canciones que he escrito, podría haber llegado mucho más lejos y haber comunicado mucho más de lo que quería con respecto a lo que al final se publica”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “La falta de tiempo y de recursos siempre han sido un problema para nosotros a la hora de terminar un disco. Hay un viejo dicho sobre grabar discos que dice “los álbumes nunca se terminan, simplemente se abandonan”. Y creo que es algo que se puede aplicar a la mayoría de las empresas artísticas. Cuando dedicas tu vida a algo como grabar un disco, escribir un libro, dirigir una película o lo que sea, debería ser la cosa más importante de tu vida en ese momento. Cualquier disco en el que estés trabajando en ese momento debes considerarlo el proyecto más importante de tu vida. Con ese tipo de peso sobre las espaldas deberías tener problemas para decir “sí, tío, es justo eso, perfecto, imprímelo”. Si realmente te preocupas por lo que estás haciendo, siempre vas a escuchar cómo algo podría ser mejor. Siempre vas a querer mejorarlo, intentando que cada nota, cada timbre, cada transición y cada giro suene exactamente como lo imaginas. Y si realmente te preocupas... casi siempre te vas a sentir decepcionado”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “La falta de tiempo, lo que suele querer decir que no hay más dinero que el que hay y eso puede ser un problema si no aceptas la situación antes de ponerte a grabar. Es una de esas limitaciones con las que tienes que enfrentarte, la otra es tu propia técnica y la tecnología que puedas permitirte usar para grabar. Si tienes que grabar en pocos días y mezclar en menos, no puedes enfadarte porque el resultado final no sea exactamente el que buscabas. Conviene relajarse y disfrutar lo máximo de la experiencia”.

Grosman (Grabba Grabba Tape): “No podemos grabar mucho tiempo porque eso vale mucho dinero, así que es todo contrarreloj mirando el taxímetro del estudio: un estrés”. Lolo (Grabba Grabba Tape): “El dinero SIEMPRE es un problema cuando se lo paga uno mismo. Si tuviéramos más dinero o un sello que cubriese los gastos se harían cosas mucho más bonitas. El tiempo es importante e ir a contrarreloj no ayuda en absoluto. Cuando estás grabando lo que más deseas es estar solo, no ver a nadie, meterte donde sea para descansar. Es mucha presión. Y más haciéndolo todo en poco tiempo”.

Hay artistas que prefieren invertir en montar su propio estudio o que buscan soluciones baratas como grabar en casa y autoeditar sus discos. No es el camino más fácil, pero al menos se aseguran una libertad creativa absoluta, una cierta independencia económica... y todo el tiempo del mundo para hacer y deshacer a su antojo.

Nate Young (Wolf Eyes): “El dinero nunca ha sido un problema porque siempre grabamos en mi apartamento”.

Padi Fuster (Centella): “Evidentemente, al no disponer de ingresos ya que he decidido no formar parte de ninguna discográfica, el dinero es un factor importante. Y siempre me preocupa poder pagar las grabaciones. ¡Pero de momento las he pagado todas!”

Dani Fletcher (Ginferno): “Ginferno nunca ha recibido un avance. Autofinanciamos nuestra actividad con nuestros conciertos. Ingresamos lo suficiente para cubrir costes y plantearnos nuevos retos. Si en algún momento no pudiéramos hacer frente a los gastos de mantener Ginferno, buscaríamos alternativas que lo hicieran sostenible. ¡¡¡Eso sí sería un nuevo reto!!!”

Uke: “Normalmente nuestra música es un compendio de DIY [‘do it yourself’: hazlo tú mismo] y lo grabamos todo nosotros en nuestra casa. Es necesario estar a gusto en el estudio porque para nosotros el desarrollo de nuestros temas es muy importante y el trabajo en estudio supone un 70% de la composición del tema”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Nosotros no grabamos en estudios, normalmente grabamos por nuestra cuenta - ¡DIY! Así que el tiempo no es un problema, nos tomamos todo el que haga falta. Es un buen trato, odiaría tener que grabar con prisas. Lo más duro es cuando ya lo has grabado todo y sabes cómo quieres que suene pero aún tienes que hacer que el ordenador consiga ese sonido. Puede llevar meses y meses de trabajo tedioso y aburrido”.

¿Pero quién dijo que sólo se puede grabar en un estudio? Hay músicos que buscan lugares atípicos, ya sea para lograr un sonido especial o, simplemente, abaratar costes.

Arnau Sala (Bestia Fèrida, Les Aus, Homenatges): “Sí que he grabado en lugares poco comunes, ahora así en frío me vienen a la cabeza en el almacén de mi familia rodeado de cajas, en la terraza de mi casa, en el mar, en los Pirineos...”

Adrián de Alfonso (Bestia Fèrida, Veracruz): “Que yo recuerde, con Bèstia Ferida sólo hemos grabado - aparte de los conciertos y alguna que otra improvisación en el local de ensayo que teníamos Veracruz- en el almacén de la fábrica de ropa interior que tiene el abuelo de Arnau en Manresa. Con Veracruz, en cambio, siempre hemos pasado por estudios normales y corrientes, aunque el primer disco lo grabamos en nuestro local de ensayo. Mis canciones en solitario las he grabado siempre en el lavabo, en la habitación o en el salón de mi casa. Todavía no me ha dado por obsesionarme con los ambientes y las reverberaciones de cuevas, túneles o bóvedas bizantinas, aunque sé que algún día caeré…”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “En el pequeño ‘saloncito-cocina- mi dormitorio cuando iba de visita’ de la casa de Paco Alcázar donde grabamos el primer disco de Humbert Humbert, ‘Roman fire’. No es que fuera extraño realmente, sólo pequeño. ¡Pero teníamos la nevera a mano!”

Angus Andrew (Liars): “Creo que los sitios ‘normales’ para grabar como los estudios buenos en realidad son los más extraños. Espacios estériles que parecen oficinas en donde todo es caro y que tienes miedo a tocar”.

Banin Fraile (Los Planetas): “Grabé un disco en una mansión que había construido un arquitecto como residencia de verano. Sólo el salón medía casi doscientos metros cuadrados y el techo tenía como ocho metros de altura, tenía una pecera enorme sin peces, una salón de billar en la terraza y una acústica formidable, con maderas nobles y piedra natural. La casa estaba como si hubieran salido corriendo y hacía tiempo que nadie había vivido allí, entre otras cosas habían dejado la bodega llena hasta los topes de vinos carísimos. También había una colección de vinilos de los 60 y 70 increíble, todos los discos de los Beatles, de Pink Floyd, Neil Young, Bob Dylan, Small Faces, Beach Boys, Love, , etc. y lo más increíble es que casi todos estaban sin desprecintar. El tío había comprado todo aquello y nunca lo había escuchado”.

Clint: “En un ático destruido en pleno verano, con las ventanas abiertas de par en par y asfixiados de calor. Las patrullas de compañeros no paraban de venir por las quejas de los vecinos, pero les enseñábamos la placa y nos dejaban tranquilos”.

Hugo (Margarita): “Lo más raro es grabar en el móvil, pero se ha convertido en una costumbre y en un gran apoyo para la gente sin memoria”.

JP Pitts (Surfer Blood): “Hasta ahora hemos grabado todo mientras estábamos en la Universidad. Yo tenía un apartamento que estaba muy bien para mí sólo y hemos pasado mucho tiempo grabando allí. A veces hemos hablado de irnos a otro país o a cualquier otra parte del mundo para grabar el próximo disco simplemente para estar aislados y alejados de todas las distracciones y poder centrarnos bien en lo que tenemos que hacer. En fin, ya veremos”.

Padi Fuster (Centella): “¡Supongo que en el baño de mi casa para usar la reverberación natural que dan los baños!”

Dani Fletcher (Ginferno): “Cualquier sitio puede ser interesante para grabar. Los materiales y las dimensiones de cualquier espacio proporcionan ambiente y color al sonido y muchas veces puedes aprovechar eso para tu provecho. Ginferno ha pasado por etapas en las que nos interesaba mucho captar ese carácter de espacios diversos (almacenes, talleres, bóvedas, casas, piscinas, armarios…).

Actualmente preferimos controlar al máximo lo que va a aportar el espacio donde grabamos. ‘Ginferno IV’ se ha hecho en un estudio (Brazil, en Madrid) que está diseñado de manera que te permite utilizar sus salas como un efecto más. Aparte de esto, utilizo mucho el teléfono y una grabadora estéreo para tomar muestras de la calle o de lugares por los que transito. Aunque luego no acaben en disco sí me sirven de inspiración. Estas grabaciones espontáneas te descubren a menudo ritmos o melodías ejecutados por el entorno (coches, personas, excavadoras, semáforos, viento, animales…) que se pueden reutilizar adaptados a otros instrumentos”.

Nate Young (Wolf Eyes): “El lugar más extraño en el que he grabado estaba cerca de Antwerp. Un amigo mío trabajaba en una compañía de diseño con clientes ricos. Uno de sus últimos clientes, por ejemplo, fue Tom Cruise. El dueño de la firma tenía una gran colección privada de arte. Una de las piezas más grandes de la colección es una escultura gigante que parece una campana. La escultura es tan grande que tuvieron que quitar el tejado de un silo para poder meter la escultura por arriba. Cuando entras al silo todo lo que ves es una gran masa negra que se extiende hacia el infinito. La forma de la campana producía una reverberación acústica infinita cuando te colocabas bajo ella. Mi voz y mis pasos parecían escucharse eternamente. Wolf Eyes nos metimos allí pasada la medianoche y grabamos bajo la campana con aquella acústica y con instrumentos cargados de batería”.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “El sitio más raro en el que he grabado fue en el párking de un ring de boxeo abandonado en Redwood City, California”.

ZA!: “Si por grabar se acepta registrar sonido con un aparato preparado ad hoc, podemos decir que hemos grabado en una plataforma de mármol sobre el mar mediterráneo. Pero si te refieres a grabar canciones en un estudio hace poco nos encerramos con nuestros amigos de Nisei en el viejo caserío abandonado de los abuelos de Alfons [su batería]. Colocamos la batería en el salón, los amplificadores en distintas habitaciones y el ordenador en la cocina, para tener a mano las bebidas y el variado surtido de patatas onduladas. Ellos trajeron sus ideas, nosotros las nuestras y lo grabamos. El enclave fue inspirador y el chirrido de la puerta de entrada se convirtió en un instrumento clave en uno de los temas”.

Hugo Capablanca (Massieras): “La Sauna. Nos recuerda a la Logia Negra de ‘Twin Peaks’”.

Dave Tattersall (The Wave Pictures): “¡El estudio de grabación! Son sitios muy extraños, con su propia atmósfera. Sin embargo no me parece extraño probar cualquier otra cosa. He grabado mucho en casa y también fuera. Los baños son buenos. Y a veces también lo son las grabaciones en directo. Las grabaciones de campo: nunca me he metido en una cueva o he salido al espacio exterior”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “No se me ocurre ningún sitio realmente raro. Supongo que ‘’, que lo grabamos en Lamar (Colorado) que está en mitad de la nada. ‘Campfire songs’ lo grabamos en un porche en Monkton, Maryland”.

Arnold de Boer (The Ex): “He grabado en estudios pequeños y sencillos en Ghana y Etiopía. No es que sea muy raro, pero sí muy especial”.

El Guincho: “Si te refieres a una canción casi siempre he grabado en estudios. Luego me gusta mucho salir por ahí a hacer grabaciones de campo. Barcelona es un buen sitio para eso”. Jean – Hervé Pèron (Faust): “En el desierto de Desolation Canyon, EEUU. En un matadero de cerdos en Hamburgo, Alemania. En un búnker, también en Alemania. En una piscina vacía. En un dormitorio”.

Cosey Fanni Tutti: “En un depósito de cadáveres”. ENTREVISTAS (I): La bestia negra

Las desavenencias entre artistas y prensa no son ninguna novedad. Para muchos músicos las entrevistas son su gran bestia negra. Hay quienes intentan esquivarlas por todos los medios: en 1993 el periodista británico Jon Savage se disponía a entrevistar a Nirvana cuando se encontró con un Kurt Cobain que le preguntaba si realmente tenía que hacerlo. No fue el único desencuentro de Cobain con los medios: en sus diarios, publicados en 2002 por Riverhead Books, se quejaba a menudo de la prensa y sostenía que el único formato de entrevista que se ajustaba a la realidad era el de pregunta- respuesta, de forma que las palabras no se pudieran descontextualizar ni malinterpretar. Esa queja, a día de hoy, aún la hacen suya muchos artistas: en el momento en que se realiza una entrevista el músico pierde control sobre lo que se publica no sólo de su trabajo, sino también de él. Una mala interpretación, una entrevista poco trabajada o unas declaraciones descontextualizadas pueden dar al traste con el esfuerzo de meses.

Angus Andrew (Liars): “Las ideas que han estado claras en tu cabeza durante todo el proceso de grabación de repente son sometidas a escrutinio. Pueden ser malinterpretadas y de repente tienes una ola de desinformación formándose en el mar de los medios de comunicación”.

Alan Vega (Suicide): “Da igual lo que digas en una entrevista, porque la gente te escucha y ya tiene sus ideas preconcebidas en la cabeza y sus propios gustos musicales. Pero de todas formas todo el mundo quiere que digas algo, y lo que salga puede ser genial o terrible, así que ya no me fío de nadie. No me gusta nada, todo el proceso de responder preguntas puede llegar a ser ridículo”.

Una vez que un grupo tiene un nuevo disco en la calle, no queda más remedio que pasar por el aro de la promoción. Pese a la presión de las discográficas y la insistencia de los medios por entrevistar a algunos músicos, nada puede garantizar que la entrevista se lleve a efecto con buen resultado: en octubre de 2010, un periodista de “Go” se encontraba con que (, Atlas Sound) daba por terminada la entrevista con un ‘no tengo fuerzas para responder preguntas; voy a hablar con el sello, no quiero hacer más entrevistas’. Y es que para muchos artistas es la parte más aburrida de su trabajo. Quienes pueden se las saltan con gusto.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Tener un día malo puede ser estresante y ha habido veces en que lo he pagado con algún periodista o fotógrafo que no lo merecía. Nunca he hecho nada mezquino u ofensivo, pero probablemente he sido esquivo, o aburrido o no he obedecido las indicaciones en una sesión de fotos. Pero en general intento poner todo en perspectiva. A menudo la gente a la que conocemos durante estos periodos están excitados con nuestra música y son muy respetuosos, y para mí es inaceptable tratarles mal. A veces fantaseo con portarme como Lou Reed y actuar en plan ‘que te jodan’, pero creo que si realmente lo hiciera me sentiría mal e iría a disculparme. Él puede salirse con la suya, pero no creo que yo pudiera”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Veracruz): “El concepto de ‘promoción’ es algo que no contemplo, aunque supongo que si quieres vender copias de un disco que tú mismo te has pagado –cosa que a mí siempre me ha ocurrido-, de alguna u otra manera hay que hacerla… En cualquier caso, y por suerte, nunca he sentido que estaba en época de promoción de nada. Si acaso, he visto que los medios se interesaban en lo que acababa de sacar y he respondido a sus preguntas, pero nunca he ido a buscar a nadie o utilizado publicidades enrevesadas para atraer a la gente. En cuanto a las entrevistas, debo decir que a mí no me disgustan. Para nada. El único problema es cuando el entrevistador tiene pocas que decir, el punto de vista muy sesgado o lagunas importantes en relación a nuestra música”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “No entiendo a los periodistas. No entiendo que nadie quiera dedicarse a eso”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Ninguno de nosotros está cómodo con lo de ser un personaje público. Ser fotografiados y hablar con desconocidos no nos resulta fácil. Por otra parte nos damos cuenta de que es el resultado de que la gente esté interesada en nosotros, lo que es algo muy positivo”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Homenatges, Veracruz): “Otro tema sería: ¿a quién le interesan las entrevistas de música? Yo he ejercido de entrevistador varias veces y hay muchos músicos que no tienen nada interesante que decir o que ya lo dicen todo con su música… Músico, entrevistador, forma de plantear la entrevista, constricciones de tiempo… Hay muchas variables que le dan o le quitan sentido a la cosa”.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Ya no hago muchas entrevistas, pero en el punto álgido de Carter había muchas y sí, podía ser muy tedioso. Las preguntas básicas eran siempre las mismas, y cuando tienes que hacerlo veinte veces al día puede llegar a ser aburrido y atontarte”.

Banin Fraile (Los Planetas, Los Pilotos): “Lo peor es responder una y otra vez a las mismas preguntas, a medida que se van sucediendo los entrevistadores, si las preguntas se repiten te vas aburriendo. Al principio empiezas con ganas, tratando de dar respuestas diferentes a preguntas idénticas pero como la gaseosa vas perdiendo fuerza y a la cuarta o quinta vez que se repiten ya no tienes ganas de oírte diciendo lo mismo. Tengo que decir que no siempre pasa y otras veces te encuentras con personas que han hecho su trabajo, te sorprenden y estimulan sus cuestiones y al final de la entrevista sigues hablando por el placer de hacerlo”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “A menudo respondemos las mismas preguntas una y otra vez, incluso después de que nuestras preguntas se hayan publicado. Hay un tipo de entrevista en la que alguien dice ‘he leído esto sobre vosotros, ¿me podéis hablar más de ello?’ Y a menudo no hay nada más que decir, y a la persona que es entrevistada le parece una pregunta surgida de la pereza. Es muy obvio cuando alguien no se ha molestado mucho en preparar la entrevista y se ha limitado a buscar en Google otras entrevistas para encontrar formas de rehacer las clásicas preguntas”.

Manolo Martínez (Astrud): “Lo que pasa es que cuando hay un disco nuevo y toca hacer una ronda de entrevistas la primera te sorprende y te interesa porque aún no has oído las preguntas de esa entrevista, pero luego son todas exactamente iguales, sobre todo porque salvo alguna excepción nunca te entrevista nadie que sea muy fan. La mayoría de los casos se trata de alguien que no tiene ni puta idea de lo que están hablando y se limitan a comentar delante de ti la hoja de prensa, o a repetir la entrevista que han leído en la web de turno... y es muy poco interesante, aburre. No es que odiemos las entrevistas, en mi caso lo que odio es la desidia y el aburrimiento que supone tener que responder una y otra vez las mismas preguntas. Lo que está bien es que al cabo de unas entrevistas ya tienes respuestas tipo”.

Alan Vega (Suicide): “A veces vas a hacer una entrevista y te encuentras con que el periodista te dice de qué va todo el disco. Ni siquiera tienes que responder, porque ya lo hacen ellos por ti. Empiezan ‘creo que bla, bla, bla’ y tú piensas ‘eh, me gusta eso, voy a intentar recordad ese bla, bla, bla para las demás entrevistas’. Así que al final lo dice todo el chico. Me preocupa todo esto, porque entre que las discográficas escriben todo lo que se debe pensar sobre un disco y que las entrevistas ahora son así... no sé. No sé qué va a pasar, pero no me gusta. A veces puedes invertir un montón de tiempo en algo y que te salga mal, o al revés, yo simplemente me limito a hacer las cosas lo mejor que puedo y sé, luchando siempre por hacer lo mejor. Sólo puedo esperar que al sello le guste para que tengas a alguien de tu lado y se preocupen por promocionar el disco. Pero nunca sabes qué puede pasar”.

Las entrevistas además parten de un planteamiento algo artificial. El periodista se ve obligado a exprimir al entrevistado para sacarle titulares y las mejores declaraciones posibles en poco más de quince minutos (es lo que suelen durar las entrevistas de promoción). Los editores piden algo nuevo, fresco y original pero a la vez hay que hacer las preguntas que el lector espera. Existen miedos importantes: que el músico responda con monosílabos o con desgana, que no cuente nada interesante, que conteste de mala manera... Si las cosas van bien lo normal es que no haga falta ni mirar el cuestionario y que surja un diálogo espontáneo y enriquecedor para ambas partes.

Por su parte, los músicos se ven inmersos en una vorágine de entrevistas diarias con gente a la que a menudo ni siquiera pueden poner cara: llamadas, mails y encuentros respondiendo las mismas cosas una y otra vez en una situación algo alienante. Todo el día hablando de uno mismo y de lo que se ha hecho cuando a menudo las respuestas están en el propio disco.

Delorean: “La mayor parte de entrevistas preguntan lo mismo. A veces se intenta ser original a partir de respuestas leídas en otras entrevistas, con lo cual se pregunta sabiendo de antemano la respuesta”.

Chema (Los Punsetes): “En general sí que son un poco tediosas sobre todo en nuestro caso en que todavía estamos despegando. Todas vienen a ser muy similares y responder la misma pregunta sin parar es un poco pesado. La mejor y la peor experiencia, para mí, ha sido en el LAMC. Tiene mucha gracia ver ese tipo de saraos tan organizados a la americana, fue muy entrañable. La parte mala fue, como ya he comentado, estar horas y horas de un lado para otro respondiendo a las mismas preguntas una y otra vez”.

David Tattersall (The Wave Pictures): “Por el momento no me disgusta ser entrevistado. Lo que sí me molesta, en cambio, es el artículo terminado. Los periodistas deciden cómo y sobre qué quieren que sea el artículo antes de conocerte. Se encuentran contigo y te preguntan cosas hasta que consiguen lo que quieren, que suele ser una cita distorsionada para que encaje en su punto de vista. Normalmente, cuando lees un artículo acabas sabiendo más del periodista que de la persona de la que están hablando. No me gusta cómo hacen eso. Preferiría que lo escribieran sin la entrevista, que a mi me quita tiempo y me supone un esfuerzo, porque normalmente no cambian su punto de vista inicial después de hablar contigo, simplemente dejarán fuera cualquier cosa que no se ajuste a su propósito. ¡También algunos inventan incluso cosas que ni siquiera has dicho! Es algo que sucede todo el tiempo: no de vez en cuando, sino TODO EL TIEMPO. Así que no me molesta ser entrevistado, pero es irritante cuando leo el artículo terminado. A veces me llevo muy bien con el periodista y luego me hacen eso”.

Bobby (Oneida): “Las peores experiencias con entrevistas se dan cuando alguien te pregunta por el nombre de tu grupo, cuántos discos has editado o cualquier otra cosa que demuestre una ignorancia total sobre nuestra música (cosa que puedo aceptar a regañadientes) sino además, una traición y una pereza patética con respecto a la disciplina periodística”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “¡Lo peor fue cuando un chico me daba las respuestas a la vez que las preguntas! En cuanto intentaba darle una respuesta totalmente diferente se ponía a discutir conmigo para tratar de demostrar que SU respuesta era mejor. Era una situación tan absurda que decidí reírme en vez de estampar su j*** en su j*** cara”.

Ida No (Glass Candy): “La peor experiencia la tuve la primavera pasada en una entrevista por teléfono. Hacía un día precioso (algo que no es muy frecuente en Portland) y me habría gustado estar dando un paseo, pero tuve que quedarme en casa esperando 'esa' llamada. Di las mejores descripciones, no fui nada seca y realmente me metí en ello. Más tarde vimos que el chico no había escrito nada de lo que yo dije, simplemente escribió sus opiniones y su creencia de que mi compañero de grupo es un mujeriego. Creo que podría haber escrito eso sin haber malgastado mi tiempo”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “No quiero decir cuál ha sido la peor entrevista que nos han hecho porque no quiero ofender a nadie. De hecho, en 1997, un escritor de Plan B Magazine se inventó por completo citas para su artículo y nos las atribuyó. Había citas atribuidas a mí que incluían palabras que nunca había escuchado antes y de las que ni siquiera conocía la definición. A uno de nosotros le atribuía haber dicho 'maricón', que es algo que nunca diríamos. Así que supongo que esa fue la peor. No hay muchas más entrevistas que se me hayan quedado grabadas porque, para ser honestos, casi todas son aburridas y tediosas y se mezclan en mi mente”.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “Lo peor es cuando alguien pretende hacerse pasar por periodista sólo para entrar gratis al concierto. Fingen estar escribiendo cosas y hacia la mitad del camino puedes saber que toda la entrevista es un gran pedazo de mierda, pero no te quieres convertir en un culo acusador por si te equivocas aunque pienses que no es así y quieras decir ‘estás fingiendo y haciéndome perder el tiempo’. Así que resulta extraño fingir todo el tiempo para mantener el tipo. Lo mejor es cuando alguien realmente se ha molestado en pensar preguntas originales para que quien lo lea también lo encuentre interesante. Ya llevamos en esto ocho años. Llegados a este punto nadie necesita preguntarnos de nuevo de dónde coño viene el nombre de nuestro grupo. Pero parece que podría ser significativo hablar de la apropiación de África por los hispters blancos de clase alta o cómo se han hecho algunos sonidos determinados en una canción específica”. Hugo Sierra (Margarita): “Yo no he tenido muy malas experiencias, es cierto que te encuentras con gente que piensas… ‘¿pero esto qué aporta al mundo?, ¿seguro que quiere hablar conmigo?, porque no lo parece…’. La vez que más vergüenza ajena he sentido fue cuando me preguntaron por mi vida personal yendo al chascarrillo... Pasamos de hacer esa entrevista y la contestamos entre todos en plan de coña. Y lo mejor es cuando al periodista le interesa tu música desde muchos puntos, bueno, más que tu música, la música en general”.

ZA!: “No hemos sufrido experiencias negativas con los medios, pero sí hilarantes. Sirva de ejemplo aquella reseña publicada en una de las más importantes revistas musicales de España, en la que nos vapuleaban porque nuestras letras eran misóginas. Algo imposible cuando no escribes letras. Pero aprovechamos la ocasión para decir que sí, que hay mensajes secretos en nuestros textos. Si haces un acrónimo de nuestras todas nuestras canciones encontrarás ‘DTMCBJBDBMMB!PSAW’, al leerlo en orden inverso desvelamos cual es nuestra máxima”.

Manolo Martínez (Astrud): “Recuerdo perfectamente una entrevista que hicimos cuando salió “Gran fuerza” en que vino un tipo absolutamente casposo de Madrid (que no sé de dónde salía aquel señor) con la hoja de prensa del primer disco. Y entonces iba haciendo las típicas preguntas en plan ‘dicen que os comunicáis…’ y cosas así. Y yo pensaba ‘sí, claro, lo dice la hoja de prensa’. Entonces le contestabas como podías, pero te quedaba la sensación de que lo que estabas haciendo no le interesaba a nadie: ni a mí, ni a este tipo, ni a la gente que lea su medio, que no sé cuál será”.

Claro que también está la otra cara de la moneda y hay quien no sólo asume que las entrevistas promocionales son necesarias, sino quien incluso las disfruta.

Lindstrøm: “¡Al principio me encantaban!”

Arnold de Boer (The Ex, Zea): “Las entrevistas no me parecen un fastidio, y no las veo o al menos no dejo que se conviertan en algo promocional. Como músico tengo algo que decir y hay algo que quiero mostrar. Imagino que hay gente que siempre tiene preguntas al respecto y me siento honrado cuando la gente realmente se molesta en escucharte, prestar atención y formular algunas preguntas. Por supuesto, más de una vez me toca responder las mismas preguntas de una tirada, pero es algo que no me preocupa. Me gusta tocar en países en los que no he tocado antes y encontrarme ante un público nuevo; porque al tocar en un país nuevo tengo que (o al menos lo intento) aprender un par de palabras para poder comunicarme un poco a nivel local. Al final no me aburro de eso porque termino hablando de música, que es lo que me gusta”.

Colin Newman (Wire): “No me importa hacer promoción. Es parte del proceso”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “Se trata de una ocasión para reflexionar sobre nuestra música y sobre mí mismo. Me tomo cada pregunta y cada entrevista con bastante seriedad. Pero tampoco hacemos tantas”.

El Guincho: “Las entrevistas suelen ser buenísimas cuando el entrevistador tiene un interés real en escuchar lo que dices. Ves que va cambiando sus preguntas y su discurso según avanza la charla. Como cualquier otra conversación con sentido, vaya. Esto es algo muy raro y que ocurre en escasas ocasiones. La norma es el absurdo total, el horror, la batería de tópicos y preguntas copiadas de las entradas 1 a 10 del Google”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Pueden ser aburridas y tediosas, pero de vez en cuando te llevas una buena sorpresa con alguien que conoce bien tu trabajo y hace preguntas inteligentes. Pero es algo muy raro”.

Micah P. Hinson: “No me supone un problema porque siempre me reconozco en lo que escriben de mi, a menos que el jodido periodista quiera inventarse una historia a mis espaldas. Normalmente confío en los periodistas porque pienso que si tienen interés en mí debería estar agradecido de hablar con la gente, así que no me importa hacer entrevistas: es bonito que la gente esté interesada. Salvo casos como el de esa periodista inglesa que se inventó historias sobre mi y puso en mi boca palabras republicanas”.

Danielle de Picciotto: “Siempre he disfrutado haciendo entrevistas cuando las ha hecho alguien que realmente estaba interesado en lo que hago. Siempre puedes saberlo por la calidad de las preguntas. Una buena entrevista puede hacerte descubrir algo nuevo sobre ti mismo, abrirte los ojos a algo en lo que nunca habías reparado o hacerte pensar en temas nuevos”.

Darren Hayman: “Cuando se hacen bien puedes aprender de ti mismo y de tu trabajo y ganar algo con ello”.

Dani Fletcher (Ginferno): “La verdad es que tenemos la suerte de ser entrevistados casi siempre por personas que:

- Les gusta la música (en general). - Realmente quieren entrevistarnos. - Están informadas y preparadas. - Tienen algo interesante que decir y que preguntar. - Escuchan y utilizan las respuestas para hacer nuevas preguntas o comentarios. - Argumentan y discuten. - Luego redactan la entrevista de forma amena”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “A mí sinceramente las entrevistas no me molestan, me gusta encontrarme con gente que hace preguntas que molan y te sorprenden. Pero así en general, nunca me han parecido algo aburrido. Supongo que porque no hemos hecho muchas. Son divertidas si lo haces divertido. O interesantes si las haces interesantes”.

Ian MacKaye (Fugazi, Minor Threat, The Evens): “Me gustan las entrevistas. Aunque lo peor es la gente que no escucha o no presta atención. Recuerdo una vez que Fugazi estuvimos en Inglaterra y vino un periodista a entrevistarnos. El tipo se sentó y nos dijo, ‘bueno, ¿de qué queréis hablar?’ Y yo le dije, ‘no lo sé, se supone que eres tú quien nos tiene que preguntar’. También ha habido periodistas que han llegado a preguntar en qué grupo tocábamos música. Pero se ha tratado de excepciones. Normalmente no tengo problemas en hacer entrevistas porque es la gente quien me llama a mí, y me gusta”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “En una ocasión alguien de una publicación nos escribió diciendo que nos querían entrevistar pero que si su crítico musical (la revista era tipo magazine y tocaba todo tipo de temas) consideraba que le interesábamos lo bastante nos haría la entrevista en persona, y si no, por mail. Finalmente fue por mail y consistió en una serie de preguntas agresivas bastante torpes y con nulo interés musical. Me pregunto si hubieran sido así las preguntas de habernos visto en persona pero ya te digo que cara a cara la gente suele ser maja. Experiencias buenas ha habido unas cuantas. Una vez nos hicieron dibujar a los presentadores de un programa de televisión. Fue un poco a traición pero finalmente quedó divertido”.

Dani Fletcher (Ginferno): “He aprendido mucho de las entrevistas que nos han hecho. Ya sólo por las preguntas y comentarios que te hacen recibes un nuevo punto de vista de cómo se percibe tu obra o tu identidad y eso es muy interesante. Me divierto mucho en las entrevistas y me gusta aprovechar la oportunidad para conocer a la persona que tengo enfrente. En ocasiones ha saltado la complicidad y han surgido grandes amistades. No puedo recordar una sola mala experiencia”.

ZA!: “Las entrevistas nunca son aburridas, los aburridos pueden ser los entrevistadores o los entrevistados. La mejor entrevista nos la hicieron cara a cara unos estudiantes de A Coruña. No llevaban ni una triste grabadora de cassette, pero conocían nuestra música, tenían ideas propias sobre ella y nos obligaron a pensar antes de responder. No la he visto publicada nunca, por cierto”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “Las entrevistas dependen mucho del interés por tu trabajo que tenga la persona que tienes frente a ti. La mayoría de los entrevistadores son amables en persona, pero es bastante frustrante cuando, en algún caso, se han callado opiniones no precisamente positivas que luego han incluido en la entrevista publicada. Hubiera estado bien debatirlas juntos”.

Dani Fletcher (Ginferno): “Dos de las entrevistas más divertidas que hemos hecho han sido: - Camela vs Ginferno, propiciada por Jesús Miguel Marcos para Público. - Psychic TV vs Ginferno, propiciada por Carolina Velasco para Calle 20. Las recuerdo con especial cariño porque en ambas se dieron situaciones desternillantes. Se pueden encontrar en internet”.

Grosman (Grabba Grabba Tape): “A mí me molan porque descubro lo que piensa Lolo, es muy divertido, nunca le pregunto qué opina de nada, yo qué sé, yo nunca digo nada en las entrevistas”.

Hugo Capablanca (Los Massieras): “Depende siempre del entrevistador (y del momento en que te pillen) crear algo especial, que te toque la fibra, o preguntar obviedades o sandeces y responder perogrulladas. Ser entrevistador no es fácil. Y responder con diligencia, sentido y sensibilidad requiere su tiempo, o un momento de inspiración. Entiendo que, a menudo, la gran mayoría de artistas prefieren no ‘derrochar’ inspiración en entrevistas. Yo lo considero un gran error. Dicho esto, las entrevistas de promoción son mortalmente aburridas. Casi siempre”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “¿La mejor entrevista? No puedo recordarlos... ¡oh, sí, espera!: fue una serie de diez preguntas que nos hicieron un grupo de mujeres en EEUU. Las preguntas eran tan sutiles que me permitieron expresarme con mucha libertad, sin un objetivo determinado. ¡Muy inteligente!”

Ana Fernández-Villaverde (La Bien Querida): “Las entrevistas son un rollo en general. Hay veces, como me pasó hace poco que me hicieron una entrevista para Radio Nacional y la entrevistadora lo sabía absolutamente todo del grupo y de mí y me quedé alucinada. Luego me dijo que es que su hija era muy fan y se lo había chivado todo. La verdad es que tampoco pretendo que los que hacen entrevistas me conozcan tanto pero si que al menos se hayan escuchado el disco que no siempre pasa”. ENTREVISTAS (II): Modos y modas

Gracias a internet ahora es posible entrevistar a un grupo vía mail, una opción que muchos artistas prefieren para poder pensar las respuestas o, simplemente, para asegurarse de que sus palabras no serán alteradas. Pero aún hoy lo más corriente es que las entrevistas se hagan por teléfono (lo que se conoce como phoner) o en persona, aprovechando la visita de un grupo al país de turno. Dependiendo de la importancia que para la discográfica tenga que se publicite un determinado disco, puede incluso ocurrir que monten una pequeña ‘gira de promoción’ en la que el grupo va recorriendo varios países y pasa el día entero, desde que aterriza hasta que coge el siguiente vuelo, respondiendo a un periodista tras otro. No es difícil entender el tedio y el cansancio de algunos artistas al final de una larga jornada de promoción. Por eso, y también por una cuestión de rapidez y economía, el mail se está extendiendo como forma de realizar las entrevistas, aunque así es difícil que se produzca un buen diálogo o que el periodista tenga la ocasión de repreguntar.

Colin Newman (Wire): “Cada método tiene sus puntos fuertes y débiles. El mail (afortunadamente) puede preservar la exactitud, pero lleva más tiempo si eres alguien que escribe despacio, como yo. Los phoners y las entrevistas cara a cara son más rápidas, pero siempre existe el riesgo de que haya malentendidos”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Prefiero las entrevistas por escrito. No se me da bien hablar con la gente. Si tengo varias horas para reflexionar sobre mis respuestas y revisarlas, al final estaré mucho más cómodo con lo que digo. Me gustan menos las entrevistas cara a cara con todo el grupo porque John y Jake tienden a dominar la conversación porque son muy extrovertidos. Está bien, porque no me gusta hablar. Después de hacer muchas entrevistas en vivo me he dado cuenta de que es algo en lo que no soy bueno”.

Angus Andrew (Liars): “Los mails están bien porque, evidentemente, tienes más tiempo para evaluar la pregunta y tu respuesta”.

Padi Fuster (Centella): “Si contesto una entrevista prefiero hacerlo siempre por mail porque contestar entrevistas es un arte que sólo unos pocos saben hacer y no creo que esté entre ellos… así que muchas veces lo que intentas transmitir oralmente se tergiversa por completo al transcribirlo, sin malas intenciones ni nada, pero siempre acaba pasando. Es el/ la entrevistador/a quien filtra lo que estás diciendo. Es normal que pase”.

Zola Jesus: “Me cuesta mucho explicarme con palabras, por eso soy músico y no escritora. Si puedo elegir, prefiero escribir las entrevistas por mail. De esa formas puedo ser precisa y no se pierde nada en la transcripción”.

Manu (Los Punsetes): “Yo prefiero el mail, aunque tengo entendido que los periodistas lo consideran bastante indigno. En las entrevistas cara a cara acabamos siempre tomándonos cinco cañas y soltando improperios y sandeces”.

Ida No (Glass Candy): “Definitivamente, prefiero hacer las entrevistas por escrito porque tengo problemas para hablar”. JP Pitts (Surfer Blood): “Odio las entrevistas por mail. Entiendo que los phoners son necesarios por el tema de las distancias, pero lo que prefiero son las entrevistas cara a cara. Pero las entrevistas por mail... ¡las odio! Cuando las lees no suenan naturales, no me reconozco hablando en ellas. Me siento como si estuviera escribiendo un ensayo para la universidad y luego cuando las leo me pregunto ‘¿realmente hablo así?’”.

También hay quien no tiene un método favorito: siempre y cuando la entrevista sea buena da igual el formato en que se haga. Delorean: “Las entrevistas cara a cara, como los phoners, tienen el peligro de no explicarte bien o simplemente ser tergiversado. Lo peor son las transcripciones: pueden ser completamente alienantes. Hay veces que hablas durante una hora y redactan media página o una página con fragmentos de texto del periodista e injertos de tus declaraciones componiendo una especie de retrato personal según el periodista. Lo irritante es que ese retrato pasa por ti mismo. Y sin embargo, hay otras veces en las que las conversaciones son muy productivas, te hacen pensar en lo que haces y pueden alumbrar aspectos de tu trabajo que tú mismo desconocías. Esas son las entrevistas interesantes. Yo creo que para conseguir algo así tienes que tener buen ojo y prestar atención antes de preguntar cualquier cosa de cualquier manera”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “Para ser honestos todas las entrevistas tienen sus ventajas e inconvenientes. Una entrevista por mail está bien porque tienes tiempo para pensar y corregir las respuestas si lo necesitas, pero puede ser cansino si no eres rápido tecleando (como yo). El contacto visual está bien porque favorece la espontaneidad y supone un desafío para el entrevistador si lo que está intentando es rebajarte. El teléfono está bien porque estás en tu propia oficina o en tu casa, rodeado de las cosas que te son familiares. Pero me gustan todas”.

Arnold de Boer (The Ex, Zea): “Me da igual la forma en que se haga la entrevista, pero me parece que los mejores resultados se siguen dando en las entrevistas cara a cara porque son mejores para explicarse y entenderse”.

Dani Fletcher (Ginferno): “Cada modalidad de entrevista tiene sus virtudes. Cara a cara: es la que prefiero porque realmente se puede entablar un diálogo y un intercambio de ideas con todas las herramientas que te da la conversación en vivo (gestos, tono…). Por mail: te permite pensar, desarrollar y estructurar mejor tus respuestas. Phoner: para mi es el más incómodo, pero es muy inmediato y en ocasiones es la única opción para estar en plazo. Yo las disfruto todas”.

David Tattersall (The Wave Pictures): “Las prefiero cara a cara y que cuando las publiquen respeten el formato pregunta-respuesta palabra por palabra. También es lo que prefiero leer cuando se trata de otra gente. Creo que una entrevista es una oportunidad para dar a conocer tu opinión”.

Alan Vega (Suicide): “Me da igual el formato de la entrevista, porque una vez que mi disco ha sido publicado, todo lo que sucede fuera me parece muy extraño”.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Prefiero las entrevistas cara a cara porque las conversaciones telefónicas son fáciles de tergiversar si no puedes acompañar tus palabras de la expresión facial”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida): “Personalmente prefiero las entrevistas cara a cara por varias razones: se suele ir a sitios a los que no vas normalmente, conoces a alguien con el que no hablas normalmente y la charla es mucho más elástica y divertida. Por mail igual puedes focalizar mejor ciertas ideas –cosa que también me parece importante-, pero, depende de cómo, puede ser un pelín más tedioso. Las buenas entrevistas pueden dar de sí más de lo que parece, porque ayudan a cuestionarte tu forma de hacer y ver cuáles son tus tics, sobre todo cuando te dejan mucha cancha para hablar… También creo que, más que constatar informaciones, una entrevista debe ahondar en la capacidad de relacionar o de actuar y pensar de cada uno. Me parece mucho más interesante leer sobre las motivaciones que no sobre los hechos”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “Yo prefiero las entrevistas en directo. En la radio o en la tele, como sea, pero en directo. Lo que dices queda ahí, y lo que no quieres decir te lo callas. Sin interpretaciones posteriores, sin edición, sin prólogos que contextualicen tus respuestas ni comentarios que contradigan lo que has dicho”.

Roberto Martín (Uke): “Prefiero las entrevistas cara a cara, por mail es muy frío y puede llevar a malentendidos. Recuerdo una entrevista hace años, de las primeras que hice donde un par de periodistas ponían canciones de distintos grupos para que adivináramos quienes eran y demostrar la supuesta incultura musical de entrevistado. Ha sido lo más patético que he visto en mi vida en una entrevista”.

Hugo Sierra (Margarita): “Yo prefiero las entrevistas cara a cara”.

Clint: “Mejor cara a cara, las entrevistas son como interrogatorios, algo que normalmente manejamos nosotros en la comisaría, así que estar en el otro lado siempre es complicado. Esperas que en cualquier momento te den un bofetón, un rodillazo en la boca del estómago, que venga el poli bueno, pero nunca llega, siempre nos toca el malo”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Prefiero las entrevistas por mail, porque me dan tiempo para pensar en lo que quiero decir y también (eso espero) dejan menos espacio para la reinterpretación y edición”.

Banin Fraile (Los Planetas): “En general no me gustan las entrevistas sean como sean, es algo que tienes que hacer, las que se hacen por teléfono me disgustan más que ninguna, si la comunicación no es muy buena no sabes ni a lo que estás respondiendo. Y luego está la poca fidelidad con que luego se transcriben, cuando la lees muchas veces hay cosas que tu no has dicho o que dicen lo contrario, por eso casi prefiero hacerlas por mail, al menos puedes controlarlas”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Me gustan las entrevistas, ya sea por mail, por teléfono, en directo por la radio, lo que sea. Pero no es tan divertido cuando sabes que antes no han escuchado tu música: entonces se limitan a preguntar lo mismo a todos los grupos. ¡Lo peor es cuando ni siquiera te están escuchando mientras respondes!” Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “Prefiero las entrevistas cara a cara, siempre que luego no haya sorpresas. Han sido justamente algunas entrevistas por mail las que me han dejado peor sabor de boca”.

Bobby (Oneida): “No tengo una preferencia particular por el formato de la entrevista - pero prefiero con diferencia hablar o intercambiar mails con alguien que ha dedicado tiempo a escuchar nuestra música, o que tiene una visión particular sobre la misma. Incluso si no estoy de acuerdo con la experiencia o la interpretación que alguien hace de nuestra música, al menos tienes la sensación de tener una conversación con sentido, en vez de ser una pérdida de tiempo que no lleva a ninguna parte”.

Lindstrøm: “Supongo que prefiero los phoners porque normalmente son más rápidos que las entrevistas cara a cara o por mail. Lo peor es cuando haces una entrevista en persona con alguien que realmente no está interesado o preparado. Lo mejor es cuando el entrevistador es un ser humano agradable con verdadera pasión por la música, y cuando la entrevista es una interesante conversación sobre música”.

Nate Young (Wolf Eyes): “Prefiero las entrevistas cara a cara porque siempre puedes saber si quien te entrevista sabe algo sobre tu grupo. Tengo la sensación de que los peores periodistas son los que se limitan a leer tu biografía y hacerte preguntas a las que ya tiene las respuestas. Odio repetirme. Últimamente he empezado a inventarme historias absurdas que nunca han pasado. Desde que he empezado a hacerlo, las entrevistas de promoción se han convertido en un entretenimiento”.

Darren Hayman: “Tanto las entrevistas cara a cara como los mails tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero cuando te conviertes en artista supongo que estás pidiendo algo de atención. Me parece innoble quejarse cuando la consigues”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “El formato me da igual”.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “El método realmente es lo de menos, pero que la persona esté informada y haga un esfuerzo por tener una conversación auténtica sí que es importante”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “El método de entrevista que prefiero – mail, teléfono, cara a cara- depende mucho de las preguntas. David Berman de Silver Jews ha hablado sobre este tema públicamente y me siento exactamente igual que él. Normalmente prefiero los mails porque me puedo tomar mi tiempo y pensar en las respuestas. Incluso si se trata de algo que ya nos han preguntado muchas veces vuelvo a pensar en ello porque es posible que mis sentimientos al respecto hayan cambiado o que encuentre otro matiz en las respuestas que aún tengo que explicar. Los periodistas creen que si pueden hablar contigo en persona conseguirán algo nuevo y único que nadie más tiene, pero a menos que las preguntas sean realmente originales a menudo repetiré lo mismo que he dicho antes para adelantar la entrevista y quitármela de encima lo antes posible”.

Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten): “Realmente desprecio las entrevistas por mail, porque están pensadas para que lo único que tenga que hacer el periodista sea copiar y pegar las respuestas y soy yo quien hace la mayor parte del trabajo. Supongo que en este caso se trata de algo bueno para los dos, porque tú estás escribiendo un libro... por lo que me entristece la falta de comunicación real [la entrevista se hizo por mail]... y sí, tengo que promocionar un disco, así que muchas gracias y así es como funciona”.

Mención aparte merecen cierto tipo de entrevistas en boga en muchos medios de comunicación: normalmente son formatos que sugieren los editores y que los grupos pueden o no aceptar. Me refiero a esos reportajes en los que se pide a los grupos que posen con ropa de determinadas marcas, que se sometan a un estilismo especial y que se hagan fotos ad hoc para la publicación. Si el grupo pasa por el aro tiene más posibilidades de que su reportaje sea más largo que de costumbre. En este caso, sí, una imagen vale más que mil palabras y poco o nada importa lo que el grupo piense al respecto: no siempre pueden decidir si quieren o no hacer ese tipo de reportajes. Para algunos artistas, supone además una traición a sus principios: la música pasa a segundo plano y deja de ser arte para convertirse en mercancía de moda.

Aaron Warren (Black Dice): “Ya llevamos diez años como grupo y somos conocidos en determinados círculos, pero nunca nos hemos forrado. Y poder seguir existiendo como grupo a este nivel es algo atípico. También hemos pasado por todo tipo de etapas: ha habido veces en que hemos tenido que aparecer en revistas de moda para poder promocionar nuestros discos y en las que nos han pedido que nos pusiéramos una ropa determinada... pero todo eso no tiene nada que ver con la música. Pero de lo que me he dado cuenta es que esas cosas son muy puntuales y que interesan a la gente durante muy poco tiempo y luego es a otro grupo al que le toca hacer eso. Pero es muy estresante, porque la reacción inicial de cualquier artista ante la idea de hacer algo así es “oh, no, esto es una mierda, me niego”. Y te das cuenta de que en realidad a nadie le importa, sino que estás haciendo lo que tienes que hacer en ese momento... pero al final, si sirve para que alguien descubra tu música y le guste y vaya a tus conciertos, vale la pena. Pero con el tiempo ha dejado de pasarnos eso, que fue algo muy puntual, y con cada disco que sacamos la gente que quiere hablar con nosotros nos conocen y nos entienden”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Las fotos promocionales son otra parte de toda esta historia y a menudo la peor para nosotros porque tenemos una estética visual muy clara sobre cómo queremos presentar a nuestro grupo; pero las revistas y los fotógrafos tienen su propia estética y también necesitan ser fieles a ella. Es comprensible, pero cuando las ideas en torno a lo que está bien o es aceptable estéticamente son muy distantes todo termina en conflicto y se convierte en una experiencia muy desagradable”.

Arnau Sala (Homenatges, Bèstia Ferida): “Tal y como yo lo veo, vivimos una era horrible ya que todos los medios intentan vender o empujar tendencias como productos que caducan velozmente y no fomentan el punto de vista crítico del público. Y esto ha pasado del mainstream a la música independiente exageradamente. No se suele apreciar la música por lo que es, sino más bien por la película que te vende, una semana es una del oeste, la siguiente una del espacio y así sucesivamente. Es una venta de producto que viaja desde las revistas, a través de los festivales, la moda, etc. y que suele crear inseguridad en el oyente y a veces incluso en el artista ya que le obliga a adaptarse a ciertas reglas de comportamiento contemporáneo para no estar desfasado. Eso genera una ansiedad general y lo veo particularmente similar al consumismo y la sociedad actual, internet, el cambio de las telecomunicaciones y creo que tiene que acabar pronto, realmente tengo esta esperanza, ya que eso mata la creatividad, y recubre a las ideas de una capa de superficialidad la cual no deja realmente apreciar la sinceridad de los creadores. Yo lo siento como algo excesivamente decadente. Nunca he hecho una entrevista de promoción”.

Por eso no es de extrañar que haya quien decida no conceder entrevistas más que a fanzines y blogs. Habrá quien lo vea como un suicidio comercial, pero quien tiene que vivir con las consecuencias de sus actos es el artista. Así que respeto absoluto a quienes se desmarcan de la promoción.

Arnau Sala (Homenatges, Bèstia Ferida): “Generalmente no suelo contestar a muchas entrevistas a prensa ‘oficial’, no toco en grupos que estén realmente en el foco de atención de la prensa musical. Personalmente creo que el problema no son los medios, sino un grave problema muy actual, las tendencias”.

Padi Fuster (Centella): “Con este último disco decidí que no iba a sacar el disco con ninguna discográfica ni hacer promoción. Básicamente porque me he cansado. Sí que he contestado algún blog que me han escrito. Pero sigo la filosofía que si alguien quiere entrevistarme pues ya me lo pedirá pero no quiero que nadie lo haga sin saber quién soy ni qué hago sólo porque le han encargado hacer una entrevista. Así que de momento estoy contenta con esta decisión. Tocar, sigo tocando igual… así que bien. Y mi disco está disponible en descarga gratuita en la web así que no creo que me esté cerrando ningún tipo de puertas”. LAS CRÍTICAS: a examen

Una crítica puede ser buena o mala, pero lo peor que puede pasar es que no exista. Si un disco se erige como uno de los mejores del año, el grupo que lo firme recibirá más ofertas para tocar en festivales y salir de gira que si pasa desapercibido. Lo mismo sucede con las entrevistas: no es lo mismo ser portada de varias publicaciones que no aparecer en la prensa. Es cierto que el boca a boca cobra cada vez más importancia y que cada uno puede ser su propio medio de comunicación por obra y gracia de internet, pero la prensa especializada tiene mucho peso. Ahora que los grupos hacen más caja tocando que vendiendo álbumes, la cuestión no es baladí.

Pero y los músicos, ¿qué piensan de las reseñas de discos, de los bloggers, del ‘ruido’ que se genera en internet y de todo lo que se publica?

JP Pitts (Surfer Blood): “Al principio leía todo porque era algo nuevo y emocionante, pero creo que luego puede crear un estrés innecesario. Hay grupos que se preocupan demasiado por lo que escriben sobre ellos y notas cómo empiezan a cambiar lo que hacen para contentar a todo el mundo y acaban echando todo a perder. Les ha pasado incluso a algunas de las mejores bandas del mundo”.

Alan Vega (Suicide): “¡Tooooooooooodo el mundo se cree con derecho a opinar, jajaja! Lo mejor es grabar el disco o dar un concierto, al menos para mí como artista. Todo lo que viene después es horrible: los críticos decidiendo qué es bueno y qué es malo, diciendo ‘esto me encanta’ o ‘esto es una mierda’. Lo que me gusta de salir de gira es hablar con la gente y que me digan a qué les suena el álbum, porque yo no soy objetivo y no lo puedo decir, realmente. Sé que trabajo en las cosas durante mucho tiempo y con mucha intensidad. Antes era distinto, porque todo tenía que ser muy rápido: la grabación, sacar el disco, elegir la portada... ¡todo! Así que realmente no sabías muy bien cómo sonaba todo: yo sé cómo sonaba en mi cabeza, pero no sabía si lo había conseguido”.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Me enfado mucho con las críticas injustas, pero para ser honestos, la mayoría de las veces no las leía”.

Aaron Warren (Black Dice): “Depende mucho (se ríe). A veces hemos sacado discos muy buenos que han tenido críticas muy malas y evidentemente eso te choca y a veces te provoca una ira que puede ser productiva en el sentido de que te planteas ‘la gente no entiende esto, lo tengo que trabajar más’. Pero en los últimos años los tres hemos decidido que no queremos leer más críticas, no queremos recibir esa negatividad porque si a la gente no le gusta preferimos ignorarlo a preocuparnos o deprimirnos. Somos conscientes de que no a todo el mundo le puede gustar nuestra música y de vez en cuando está bien leer algo positivo, pero intento no buscar nada porque a veces cuando buscas las críticas buenas encuentras las malas, así que es mejor ignorarlo. Decimos a nuestro sello o a nuestro publicista que no nos manden todo porque no necesitamos leerlo: además no aporta nada productivo a nuestro proceso creativo, sino que puede llegar a ser una distracción. Pero aunque también leo menos críticas ahora, reconozco que siempre he sido un fan del periodismo musical y de las críticas musicales y me gusta leer críticas y entrevistas de otros grupos. Pero al final es la historia la que pone todo en su sitio, porque si miras revistas de hace cinco años y te fijas en lo que era relevante o popular en ese momento, resulta que ya no le importa a nadie. Y en cambio hay grupos a los que no se les hizo mucho caso y ahora son más conocidos que nunca”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “A mí me dan un poco igual, si te soy sincero”.

Grosman (Grabba Grabba Tape): “Nunca leo criticas más que nada porque no leo nada de prensa musical”.

La Bien Querida: “No leo absolutamente nada de lo que se publica de mí. Ni entrevistas que he hecho ni comentarios ni nada. No quiero saberlo. Soy muy insegura y prefiero vivir en mi realidad y seguir escribiendo canciones que es lo que me gusta. Lo mejor del mundo de la música son los músicos. He conocido gente majísima que hacen todo tipo de música indies y no indies y los músicos son en un 99% majísimos... luego en la industria discográfica están los periodistas, los blogueros, los mánagers, los pedorros, los promotores de conciertos, los sellos... ahí si que hay de todo”.

Darren Hayman: “Intento por todos los medios no leerlas. Sé que es una contradicción. Por una parte reclamo atención y por otra quiero privacidad y aislamiento. Estoy seguro de que no me preocupo tanto como otras personas cuando recibo malas críticas. Supongo que para bien o para mal es raro leer a alguien que entienda tu arte, pero ya sabes, ‘el nacimiento del lector es la muerte del autor’ y todo eso”.

El Guincho: “No suelo [leer críticas]. A veces me lo encuentro en un diario, me envía un link un amigo o un familiar y entonces sí me detengo. No creo que a nadie le afecte demasiado. Es como contemplar una foto de ti mismo. Aburrido, sin más”.

Padi Fuster (Centella): “Normalmente siempre leo las críticas y las entrevistas que me hacen, y sí, muchas veces me afectan aunque siempre intento que no sea así. No lo puedes evitar… lo que más molesta es cuando te hacen una crítica que no es para nada constructiva. Como ‘ésto es flipante porque sí’ o ‘ésto es una mierda porque sí’'. Por chorradas. Siempre te parece que quien lo ha escrito podía haberse parado cinco minutos en escribir algo con un poco de sentido. Pero muchas veces es porque la gente que hace reseñas, tiene que hacer un montón por nada de pasta y entonces van ahí a tope. Por esa misma razón decidí no hacer promo del disco”.

Hugo Sierra (Margarita): “Claro que lo leemos. A mí no me afectan, si dicen algo malo intento entender por qué lo dicen y ya está”.

Todo trabajo artístico es subjetivo por definición, ¿cómo enfrentarse a una crítica que se puede entender no sólo como algo profesional, sino incluso personal? ¿Cómo calibrar el daño que una mala reseña o una entrevista determinada puede provocar en el trabajo de meses y en el propio ego?

Zola Jesus: “Nunca leo nada sobre mí. Me destruiría. Ésta puede ser una carrera muy absorbente, y si pierdo tiempo leyendo sobre mi música no lo tengo para hacerla. Puede ser surrealista vivir tu vida a través de lo que otras personas escriben sobre ti en las críticas y en la prensa. Pero cuando compongo, sé exactamente cómo quiero que suene, cuál es mi objetivo, lo mucho que estoy trabajando en ello... no necesito que otra persona me diga esas cosas”. Nate Young (Wolf Eyes): “Cuando he terminado de grabar y el álbum se publica me siento ansioso. A nadie le gusta leer una mala crítica de su propio grupo. Yo sólo suelo leer las malas críticas. Las buenas normalmente siempre dicen lo mismo, así que tiendo a pasar la página. Las malas dicen cosas que te esperas tan poco que las leo con cuidado. No me afectan de forma negativa. El tipo de música que hacemos es muy abstracta. La experiencia de cada persona con la música es válida. Nadie está equivocado ni en posesión de la verdad. Me gusta decir ‘gracias por el interés’”.

David Tattersall (The Wave Pictures): “Intento no leer nada, aunque sí lo hago ocasionalmente, cuando algo me llama la atención. Todo te afecta de una forma que no ayuda a hacer la música que quieres. Todo hace daño, tanto los cumplidos como las críticas. Está bien estar atento pero no tomarse nada muy a pecho. Tienes que ser fiel a los motivos por los que empezaste a hacer esto al principio. Amo tocar en un grupo, escribir canciones, tocar la guitarra y cantar. Me gusta la música, escucho mucha música, de estilos muy distintos. Mientras ése sea el motivo por el que sigues haciendo lo que haces, estarás bien”.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “No, nunca, nunca jamás, porque me afectan hasta un grado negativo exagerado. Cada observación hace que me sienta como si no tuviera ni idea de lo que estoy haciendo. Es difícil evitarlo todo, un amigo me mandó un mail de una reseña pensando que la puntuación que nos daba el crítico era realmente alta, pero en realidad era la más baja que esa publicación nos había dado jamás. Antes de aquello vivía felizmente inconsciente y centrándome sólo en tocar y aquello me sumió en una miserable espiral de dudas”.

Angus Andrew (Liars): “Casi siempre las ignoro hasta que algún en medio del camino se interpone un momento de calma en mi horario. Creo que he aprendido que sí me afectan y que prefiero no estar influenciado por ellas”.

Ida No (Glass Candy): “Nunca las leo sola. Siempre prefiero que alguien me las lea. O que me cuenten lo que alguien ha dicho”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “Con el tiempo he empezado a asumir que las críticas son opiniones difícilmente objetivas de personas a las que normalmente ni conoces, así que no puedes saber si tuvieron un mal día cuando les tocó hablar de ti o si le prestaron poca o mucha atención a tu disco. Pero las entrevistas son diferentes. Me interesa leerlas para comprobar si se aproximan a lo que realmente se dijo y me interesa ver el punto de vista del entrevistador si es que lo tiene o si sólo se ha limitado a copiar. Ambas posibilidades me parecen bien siempre que se mantenga el respeto”.

¿Huyen los músicos de leer lo que se escribe sobre ellos o por el contrario acuden a Google a hurtadillas?

Hugo Capablanca (Massieras): “Claro que las leemos. Todo el mundo lo hace, incluso los que dicen que no. Una mala crítica nunca será bien recibida pero si es constructiva puede ayudar. No nos hagáis malas críticas”.

Ginferno: “Nos interesa mucho saber cómo se percibe nuestra música o nuestra identidad desde fuera, así que sí leemos las críticas. Se aprende mucho. Hay críticas (positivas o negativas) razonadas y hay otras que son más emocionales. Ambas son totalmente legítimas. El lector decidirá si la forma en la que se expresa ese periodista le resulta útil o no. No entendemos las críticas que no dan argumentos que faciliten al lector formarse una opinión. Recuerdo, por ejemplo, la primera crítica que se publicó de un concierto nuestro. El periodista parecía muy ofendido por nuestra existencia, pero no daba argumentos para que otro entendiera por qué no le había gustado. También hemos sufrido persecución bloguera y forera por parte de algunos personajes, pero, por lo general, las personas que han escrito sobre nosotros lo han hecho con profesionalidad, dando argumentos a favor o en contra”.

ZA!: “Seguro que si las publicaciones musicales se sostienen todavía, es gracias a los músicos que las compran para ver si figuran en ellas. No recordamos ninguna que nos afectase negativamente, al contrario: las críticas y entrevistas nos han servido sobre todo para demostrar a tíos y primos que sí, que tenemos un grupo, de verdad”.

Manu (Los Punsetes): “Más o menos eso, sí. Yo sí que leo casi todo lo que se escribe del grupo (Google te lo pone tan fácil...). Intento discriminar la crítica constructiva de las críticas personales. Hay mucha gente que, en lugar de hablar de un disco o lo que sea, se dedica a contar su vida, sus filias, sus fobias y sus mierdas, con el objeto criticado como simple leitmotiv. A veces también te encuentras reflexiones sobre lo que haces que merecen la pena y están hechas con criterio, no necesariamente buenas, claro. Ésas están muy bien”.

Lindstrøm: “Lo hago, y estoy seguro de que me afecta de una u otra forma. Leer las críticas es siempre interesante, e independientemente de si coincido o no con el crítico, me dan pistas sobre cómo perciben mi música los demás”.

Banin Fraile (Los Planetas): “Claro que las leo. Y me afectan dependiendo de quién venga, dependiendo de si lo conozco, a él o a su trabajo, y si sé sus gustos, si merece mi respeto, si su criterio tiene valor para mí”.

Arnold de Boer (The Ex): “Sí, leo casi todas, incluso intento traducir las que están escritas en idiomas que no controlo. Me afectan. Escribir una crítica o hacer una entrevista es un arte en sí mismo, creo. Puedo ver o leer cuándo un periodista trata de sacar algo de un disco o de un artista y poner algo en su historia. Cuando hay una conexión entre lo que intento decir y mostrar con mi música y con lo que el periodista intenta decir y mostrar, me siento feliz. Cuando no hay conexión, creo que es muy malo”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Siempre que sacamos un disco leo las críticas. Normalmente me joden, pero a veces las disfruto. Sobre todo si es alguien que ha hecho una crítica argumentada o una descripción colorista de nuestra música. Ha habido algunas tan bien hechas que después de leerlas he necesitado un cigarrillo. Eso es algo. Sin embargo no soy bueno leyendo entrevistas o reseñas de conciertos”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Veracruz): “Si tengo noticia de ellas, sí. Me hace mucha gracia ver cómo la gente ve cosas en nuestra música que yo nunca antes hubiera imaginado. A veces resulta un poco frustrante darse cuenta de que nadie va a tener tan clara como tú la visión que persigues con tu música, pero con el tiempo acabas por darte cuenta de que eso es lo más normal. Y no es malo que así sea… ¡Bienvenida la interpretación! Sea como fuere, y por mucho que digan, acostumbro a ser extremamente crítico con lo que hago, y por eso siempre tiendo a quedarme con mi propia opinión de todo lo que toco o grabo. Si preguntas por ahí, todo el mundo te dirá que nunca estoy contento con lo que hago… Y, bueno, en el 90% de los casos es verdad”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Me ayuda mucho leer las críticas. Algunos de mis compañeros de grupo sienten justo lo contrario – odian leerlas. Es verdad que pueden hacer mucho daño. Pero para mí es una gran experiencia ver lo que otra gente, desconocidos, han escuchado en lo que yo he hecho. Me gusta mucho intentar escuchar nuestra música a través de sus oídos. Así, cuando vuelvo a componer lo hago intentando imaginar qué escucharán los demás, y eso me inspira”.

Manolo Martínez (Astrud): “Pues no puedo evitarlo, porque encima no paso de nada, las leo todas, me parece todo un estrés... así que soy la peor combinación posible de megalomanía y de falta de resistencia a las críticas negativas. Para mi descargo diré que me parece la opción por defecto”.

Colin Newman (Wire): “Leo todo, la mayoría de las críticas son positivas y casi todos los artículos al menos son bastante correctos y positivos. Si es así, estoy seguro, es porque la mayoría de las publicaciones mandarán o designarán a alguien que realmente está interesado en la cultura musical y que entiende hasta cierto punto aquello de lo que se supone que tienen que escribir. Todo me afecta porque al final, el trabajo es personal”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Las leo, pero menos que antes. Leo las entrevistas si me parecen conversaciones interesantes porque me gusta saber qué ha decidido incluir el periodista. A menudo no incluyen todo lo que se ha discutido. Pero generalmente no leo demasiadas críticas, aunque como siempre nos las enseñan o nos las mandan por mail leo más de las que me gustaría. Es natural sentir curiosidad por lo que la gente piensa de tu trabajo, pero normalmente no me afecta demasiado. Creo que me beneficio del hecho de que hayamos estado tocando juntos tanto tiempo. Nada nuestro salió reseñado hasta que no llevábamos seis años juntos y en ese punto ya habíamos decidido que nos preocupábamos por lo que estábamos haciendo aunque a nadie más le importara”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “Bueno [se ríe], hay críticas que he leído y que hubiera deseado no leer. Pero leo muchas, por supuesto, y todo lo que lees te afecta de alguna manera”.

Chema (Los Punsetes): “En el caso de las entrevistas, si son una traslación libre de lo que se ha dicho y no responde a cómo fue hecha y se añaden intenciones o se resaltan nimiedades o se tergiversa lo que has dicho para encontrar lo que el entrevistador buscaba a priori, en ese caso sí que afectan, para muy mal, por cierto. En el caso de las críticas, si están trufadas de juicios de intención, de preguntas que se hace el crítico de turno y luego se responde a sí mismo como dando en el clavo de algo que sólo está en su imaginación o de lugares comunes y de comparaciones más o menos desafortunadas así como de clichés coyunturales, etc., en ese caso también afectan para mal, como es evidente. Si, por el contrario, quien se ha tomado la molestia de reseñarte ha puesto esfuerzo, no ha buscado la ocurrencia genial ni el chascarrillo y no pretende ser una especie de faro que ilumine el camino del buen gusto y no te utilice para confirmar sus prejuicios (para bien o para mal), aunque sea una crítica negativa me afecta para bien y creo que puede ayudar a tener en cuenta cosas para el futuro”.

Delorean: “Leemos algunas críticas no todas. Las entrevistas sólo por encima. Y te afectan en un sentido relativo. Más que afectarte, estas cosas las tienes en cuenta. Aunque llega un momento en el que no quieres saber nada más de ti ni de tu trabajo, puede ser agotador leer acerca de lo que has hecho. Ante todo, interesan las opiniones de gente que tu crees relevante a nivel personal o musical”.

Uke: “Sí que solemos leer todo. Hay algunas que las tomamos en cuenta y otras no. Por ejemplo, si Uke no te gusta porque yo te caigo mal pues no me afecta, me gusta incluso. En cambio si das una opinión con respeto y dando razonamientos pues tampoco me afecta pero te respetaremos. También nos hemos dado cuenta que muchas de las críticas llevan detrás un sobre, un amigo, un favor, así que por lo general tampoco hay que tenerlas muy en cuenta. No decimos todas, pero si un gran número de ellas. Es un sistema bastante corrupto”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Leo las críticas si las veo, a veces. No las leo en profundidad, simplemente por encima. No me afectan en lo que concierne a mi trabajo, motivación o sentido. Si se trata de una crítica buena puede ser conmovedor, pero también puede ser preocupante dependiendo de a quién le guste la música”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “Sí, lo hago. [Me afectan] extremadamente. Me lo tomo como algo personal. Si los comentarios están bien razonados, intento contactar con el periodista y discutirlo. Si son injustos me siendo triste y violento... no soporto la injusticia”.

Clint: “Las leemos, claro. La música, como todo el arte en general tiene mucho de narcisismo, de reafirmación personal. Pero el efecto de las críticas, las malas y las buenas, dura poco tiempo. Al fin y al cabo son opiniones personales, y es imposible gustarle a todo el mundo. Las entrevistas, sin embargo, no las leemos todas, porque más o menos reproducen nuestras palabras, que no suelen ser ni originales, ni importantes”.

Bobby (Oneida): “A veces, y raramente. Me gusta leer algo que esté bien hecho y que sea riguroso, especialmente si no hace juicios de valor sobre nuestras intenciones, sino que se centra en la experiencia de quien lo escucha y se centra en la música como producto más que en lo que el receptor debe entender como una manifestación de algo que hemos llevado a la música”.

Arnau Sala (Homenatges, Bèstia Ferida): “Si las leo, a veces me afectan, depende del estado de ánimo que tenga en ese momento. Aunque generalmente, hay que decir que las malas críticas suelen venir de gente con la cual tengo una afinidad musical mínima, y en ese caso es mucho más difícil que la crítica pueda crearte miedos, pero es absolutamente lógico y humano que una mala crítica pueda crearte esos miedos, así como una buena crítica pueda fácilmente hinchar tu ego excesivamente, cosa peligrosísima para cualquier músico, artista o creativo en general. Si te vuelcas en las críticas corres el peligro de acabar viviendo en un mundo de fantasía que solo existe en tu cabeza y te conviertes en un paranoico”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “Las leo, las críticas y las entrevistas, y me afectan. Normalmente me enfado. Me enfado con el crítico, con el periodista o conmigo. Alguna vez me pasa lo contrario, y me gusta lo que leo, y pienso 'qué crítico más listo' o 'qué periodista más simpático' o ‘qué simpático soy, y qué listo’”. EN LA CARRETERA (I): Mito y realidad

Conocer mundo, ser agasajado, un lugar nuevo cada día, el subidón de adrenalina al pisar el escenario… Sí, parte del mito se cumple y muchos grupos reconocen que lo mejor de su trabajo es estar en la carretera. “Ir de gira es una de mis cosas favoritas: me encanta viajar y poder tocar cada noche ante un público feliz y entusiasta. Todas tus necesidades son satisfechas, el tour manager es como tu madre”, reconoce Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM).

Jean-Hervé Pèron (Faust): “Es taaaaaaaaaaan bueno. Mucho trabajo, conducir, conocer a gente, meter y sacar el equipo, establecerse siempre de una forma distinta, beber demasiado y estar cada vez más y más inspirado por cada concierto.... Una vez que se termina la gira, paso dos o tres días con depresión. Pero creo que es normal la vida durante la gira es tan excitante y después es tan ‘normal’”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Salir de gira es muy excitante. Es una gran forma de conocer mundo. La mayoría de la gente viaja y ve ‘los puntos de interés’. Yo viajo conociendo el interior de los clubs de rock. No veo sitios famosos, pero puedo conocer a gente de todo el mundo. Tengo una razón por la que comenzar una conversación. La gente ya tiene la sensación de que me conoce un poco porque ha estado escuchando nuestros discos o bien nos ha visto tocar antes. Para mí es muy satisfactorio ver que lo que hacemos en secreto finalmente llega a otra gente. Me interesa mucho saber qué escuchan”.

Ian MacKaye (Minor Threat, Fugazi): “¡Me encanta! Me encanta dar conciertos y me gustaría poder hacerlo todo el tiempo. Me encanta el hecho de que la música me haya permitido conocer tantos países y tantas culturas, haber conocido gente... y también me encanta organizar conciertos. Y también me encanta que tanta gente en todo el mundo se haya interesado por mi trabajo. Lo adoro. Supone mucho trabajo y puede ser estresante, pero ahora mismo estoy en casa y tengo trabajo y aquí también tengo estrés. Soy feliz cuando estoy de gira y puedo ver y probar cosas nuevas”.

Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten): “Cuando la gira está organizada de forma profesional y todo va bien, es el estado mental ideal que cualquier artista puede desear, porque después de todo supone cosechar lo que has sembrado: el feedback, la gratificación instantánea por tu trabajo y el grupo de gente que te ha ayudado a conseguirlo. Realmente, en mi caso, podría estar de gira continuamente y espero ser capaz de hacerlo hasta que la palme”.

Genís Segarra (Astrud): “No afecta tanto mi vida. Me gusta hacer conciertos. Me gusta hacer cosas, en general, porque soy muy vago y si no tengo giras ni grabaciones caigo en una inercia deprimente”.

Danielle de Picciotto: “Estar de gira es como vivir en una cápsula. Todo lo que queda fuera parece pálido y borroso – sólo puedo ver enfocados a los miembros de la gira. Me encanta estar de gira porque el nivel de concentración es mucho mayor. El tiempo se pasa viajando o actuando – de forma que los problemas de casa y del día a día se desvanecen. Me gusta viajar y puedo trabajar en cualquier parte – he llegado a dibujar para exposiciones completas en el autobús y he compuesto música en los hoteles. Me gusta estar en sitios en los que no conozco a nadie y me siento perdida y desconectada. Descubrir una nueva ciudad y caminar por calles extrañas cuando el sol se levanta es uno de mis pasatiempos favoritos para inspirarme”.

Hugo Sierra (Margarita): “Pues la vida de gira es muy intensa y emocionante. Todos los días hay algo nuevo que ver, algo nuevo que vivir, conoces a gente alucinante y sientes el poder que tiene la música de unir a la gente sin conocerse. Es cierto que se crea una especie de realidad ideal entorno a la cotidianidad de del viaje y te envuelve un estado de felicidad infinita, donde nadie te puede joder. Es como si pudieses alcanzar el mundo estirando los brazos. Sabes que todos los días vas a tocar y te vas a sentir bien. Vas a ir a una nueva ciudad y serás de allí por un rato. Son todo pequeñas cosas que hacen que den un sentido a lo que haces. Todo esto repercute en tu vida personal y por supuesto en la artística ya que te traspasan un montón de cosas que nadie te las podrá quitar nunca y eso te hace estar más lleno...”

Pero todo puede llegar a cansar. Además de las luces y los aplausos salir de gira implica malcomer, dormir poco, muchas horas frente al volante, cargar y descargar el equipo, seguir dando entrevistas, poner buena cara aunque uno se encuentre mal y mucho tedio. Una rutina dura, exigente, y que sin embargo constituye la principal fuente de ingresos de los grupos.

JP Pits (Surfer Blood): “Soy consciente de que vamos a pasar el resto de nuestra vida de gira: en lo que va de año hemos dado más de 200 conciertos, pero ahora hay que salir de gira más que nunca, porque todo el mundo consigue la música gratis y no puedes permitirte el lujo de quedarte en casa. Nunca más va a haber otros Beatles que puedan decidir no salir de gira y vivir de las ventas de sus discos. Estamos en un momento en el que todo el mundo está luchando por salir adelante haciendo su trabajo, pero creo que nosotros podemos ganarnos la vida haciendo lo que hacemos: es cierto que requiere mucho trabajo, pero cualquier cosa es así”.

Micah P. Hinson: “El escenario es el único refugio que tengo cuando estoy de gira, porque cuando salgo a la carretera yo soy el conductor y el tour manager, lo único que tengo es un agente que me dice dónde son los conciertos y somos mi mujer y yo quienes trazamos el recorrido, cogemos el coche, hablo con mi sello, que son unos gilipollas, y me aseguro de que me den unos cientos de dólares para poder salir de gira... ¡pero es una pesadilla! Si contratáramos a gente para que se encargara de todo eso seríamos muy pobres. Pero cuando estoy en el escenario no me tengo que preocupar por nada, puedo dejarme llevar e incluso olvidarme de mis dolores de espalda. Y al menos gano una cantidad de dinero decente, porque lo que saco por la venta de discos no es nada. Ni siquiera Bob Dylan puede vivir de sus royalties y sigue tocando, y a menos que seas una jodida Beyoncé, el dinero que ganas es mínimo. Del disco del que más copias vendí saqué una cantidad exageradamente baja. Si no hubiera sido por Ashley, ese año me habría muerto, pero afortunadamente ella tenía un trabajo y pudimos salir adelante. Y cuando sales de gira haces mucho dinero, pero de nuevo tienes que esperar a tener un disco nuevo, y te gastas el dinero otra vez... y empiezas a tener miedo al respecto, porque empiezas a temer el hambre, porque puede que tengas 10.000 dólares en el banco, pero te lo vas a tener que gastar todo en grabar el disco y salir de gira y pagar el alquiler y nunca sabes de dónde vas a sacar el dinero la próxima vez. Y nosotros ni siquiera gastamos mucho dinero: paseamos al perro, leemos, vemos series en DVD, escuchamos música... y eso es todo lo que hacemos, es lo único que podemos hacer”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “La gente tiene una visión muy idealizada de lo que supone salir de gira, lo ven como algo lleno de glamour, pero supone mucho trabajo duro. Dan y yo hemos hablado muchas veces de lo mucho que tienes que poner tu cuerpo al límite: primero durante la actuación, luego llevando el equipo de un sitio a otro, viajando mucho... Me siento muy afortunada por poder salir tanto de gira y poder conocer tantos lugares. Lo que más me gusta es tocar en directo, porque cuando las cosas salen bien, es la mejor sensación del mundo. Además tengo la suerte de poder salir de gira con alguien a quien quiero mucho [Dan Boecker] y encima he logrado tocar en sitios que quería, como en Myanmar... y me siento muy afortunada de poder haber logrado eso, porque no creo que haya muchas bandas que hayan tocado allí. Pero sí, aunque compensa, porque salir de gira y conocer mundo es un sueño, también es duro: apenas duermes, en nuestro caso yo soy nuestro propio manager y tengo que encargarme de organizar todo”.

Padi Fuster (Centella): “Cuando estoy de gira, si no tengo un roadie intento conducir lo máximo que puedo, porque me gusta y me relaja muchas veces. ¡Lo que más ves son gasolineras, carretera y paisajes brutales! A mí personalmente me encanta conducir horas y horas y llegar a un pueblo o ciudad que no conoces. Siempre te encuentras con gente encantadora en todas partes.

Lo único malo es que nunca pasas suficiente tiempo en la ciudad en cuestión para poder visitarla del todo. Normalmente acabas viendo la ciudad de noche, conociendo los bares y la gente, pero no visitándola”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Estar de gira es un mundo raro porque no tocas las realidad como tal hasta que no vuelves a casa. Viajar, los hoteles, las pruebas de sonido, las entrevistas y luego los conciertos que se repiten son un lugar extraño en el que estar. Tengo la suerte de salir siempre de gira con Chris [Carter], así que nos tenemos el uno al otro y tenemos los pies en el suelo en medio de todas las obligaciones de la gira. No creo que la gente se imagine lo agotador que es ir de gira. Por supuesto los demás sólo lo ven desde el lado del público, que es el concierto, y no tienen ni idea de todos los acontecimientos que se producen hasta ese momento. Problemas de vuelos, equipaje que se pierde, heridas provocadas por accidentes, saltarse comidas, enfermedades, reservas de hotel mal hechas de forma que no puedes dormir después de haber estado toda la noche despierta y viajando. Así que hay MUCHO trabajo que tiene que ver con estar detrás del escenario del que no se habla porque, en última instancia, ‘el show debe continuar’”.

Darren Hayman: “Ya no salgo tanto de gira. Empiezo a creer que puedo ser agorafóbico. Puedo soportar e incluso disfrutar en el escenario porque de alguna forma ahí me siento protegido, pero salir de gira me pone enfermo con tantas preocupaciones y si no volviera a hacerlo mi vida sería cinco veces mejor. No se me ocurren demasiadas cosas positivas relacionadas con la creación en torno a las giras, pero trabajo a pequeña escala y me imagino que debe ser mucho más fácil si tienes mucho éxito”.

La experiencia no es la misma para quienes pasan meses fuera de casa que para quienes hacen breves giras de apenas unas semanas de duración. Los que están en el segundo grupo suelen disfrutar mucho más de la experiencia.

Dani Fletcher (Ginferno): “Como nunca hemos hecho giras largas, para nosotros ir a tocar fuera es muy estimulante. Es como ir de viaje, de vacaciones; vas a conocer a gente nueva, a la que le gusta la música y con la que vas a poder intercambiar ideas y experiencias. Y en unos días estás de vuelta en casa. Si algo nos afecta es en positivo. No recuerdo ni un solo viaje del que hayamos vuelto de mal rollo. Aunque hubiéramos perdido dinero, dormido en el suelo o comido mal. Para mí, el momento más complicado es la vuelta al hotel después de un concierto si tienes que salir de viaje al día siguiente. Es cuando más deseo estar ya en casa con los míos. Probablemente la opinión de un grupo que se tira tres o cuatro meses de gira cada año sea diferente”.

Clint: “Nuestras gira son cortas, podrían incluso no llamarse giras, por eso las disfrutamos. Es la suerte de llevar patrullando tanto tiempo juntos. Son como unas tardías vacaciones adolescentes, pero con las drogas y el alcohol justos, que ya tenemos una edad un poco mal llevada”.

Banin Fraile (Los Planetas): “Supongo que quien más nota eso son los grupos que giran por todo el mundo. También creo que ese sentimiento de alienación es directamente proporcional a la fama del grupo. Me imagino como debe ser porque lo he vivido en comparación con grupos de fama mundial, a escala microscópica, pero sé lo que es estar a 9000km de tu casa con varias actuaciones por delante. Aquí en España por muy lejos que toques sabes que puedes volver a tu ciudad en menos de un día, eso te da mucha tranquilidad, pase lo que pase sabes que puedes volver al refugio”.

Manolo Martínez (Astrud): “[La vida en la gira es] Agradable y divertida y exactamente como la imaginaba cuando tenía quince años. De hecho me da un poco de vergüenza ajena cuando algunos compañeros músicos dicen ‘no, pero tío, nuestro curro es superchungo porque no tenemos tiempo para cenar’. ¡Vamos, no me jodas! Si tu curro mola un montón y tocar en directo es un subidón... No sé si fue Sabina el que dijo que es un trabajo en el que te aplauden cada cinco minutos, y es verdad: tocas una canción y te aplauden, terminas otra y te aplauden otra vez... Y en fin, no me parece que sea razonable quejarse de esas pequeñas incomodidades de la vida en gira: que las hay, pero que como digo son pequeñas. Vamos, que si no ceno, pues me tomo un bocata luego o desayuno más al día siguiente. Y cuando estoy en la furgoneta, como yo me llevo bien con mi grupo me lo paso de puta madre, porque vamos charlando de cosas y pasamos otra vez por los pueblos de siempre... y cuando se trata de grupos como nosotros, que sólo hacemos giras por España, las cosas tienen el sabor éste de volver a hacer lo que ya hiciste y es una sensación muy agradable, por lo menos para mi. No tengo en absoluto la percepción de que mi trabajo tenga una carga oscura o desagradable y tal. La parte más difícil y más áspera sí que es la de componer canciones, y que luego gusten, pero la parte de estar de gira a mi me parece muy divertida”.

Uke: “Nos encanta ir de gira y tocar en cualquier lado. Nos gusta el antes, el durante y el después. Tenemos una vida normal con un trabajo y salir de gira supone una especie de evasión, de contactar con la gente y mostrarle el trabajo que has hecho”.

Bobby (Oneida): “Ir de gira con Oneida a veces es agotador, pero no salimos de gira por periodos de tiempo tan largos como otras bandas en nuestra situación. Normalmente tocamos fuera de Nueva York y Nueva Inglaterra unas veinte veces al año – con lo que no se producen largos periodos de tedio, o desesperación, o pérdida de identidad o cualquiera de los otros problemas a los que se enfrentan los grupos que pasan mucho tiempo en la carretera. Es siempre una experiencia interesante e intensa, porque todo lo físico, emocional y creativo es destilado y dirigido a un único pinto muy definido día sí y día también – que es la actuación. Todo lo demás se vuelve secundario, condicionado a un objetivo colectivo y muy definido. Me gusta eso, aunque a veces puede ser desorientador”.

Hugo Capablanca (Massieras): “Nos encanta viajar, conocer culturas, probar cocina local, descubrir ritos y costumbres. A veces es un VIAJE, así en mayúsculas. Una experiencia profunda. Cuando viajas, te da nuevas perspectivas, te inspira y te engrandece. Ya veremos si pensamos lo mismo después de hacer un tour intensivo, pero, de momento, sólo viajamos a sitios que nos apetece conocer o tocar, e intentamos alargar nuestra estancia allí más allá del clásico esquema vuelo-hotel-restaurante- concierto-hotel-vuelo”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Nos encanta tocar juntos, así que el hecho de que nos paguen noche tras noche por hacerlo es un sueño hecho realidad. Casi nunca me estreso por el hecho de estar sobreexpuesto mientras estamos en el escenario, sólo por dar un buen concierto para la gente que ha venido a vernos. No creo que ese estrés sea malo. Hemos ido a festivales en las que las circunstancias no nos han permitido dar los conciertos que nos habría gustado (falta de prueba de sonido, que nos acorten la duración de la actuación, etc.) y en esos momentos nos hemos sentido como si formáramos parte de una maquinaria de exposición y promoción, algo que no es nada agradable. Pero de esas experiencias hemos aprendido y ya sólo tocamos en festivales si tenemos la sensación de que podemos pasarlo bien y dar a nuestros fans un buen concierto”.

Colin Newman (Wire): “Ir de gira ahora es muy distinto a cómo era en los 70 o en los 80. Cuando estoy de gira con Githead voy con Malka, así que está genial. Salir de gira con Wire es bastante más divertido ahora que antes, pero también es físicamente agotador. Dependiendo de la gira me puede tocar organizar una gran cantidad de cosas prácticas. Disfruto tanto de la interacción con el público como con la gente implicada en el concierto en cada sitio”.

Chema (Los Punsetes): “Gira como tal, en plan varias semanas sin pasar por casa, no hemos tenido ninguna. Estar varios fines de semana seguidos de un lado para otro sí que hemos tenido alguna que otra vez. A mí se me hace un poco pesado, sobre todo si el resto de la semana estás trabajando y nunca descansas realmente”.

Pero no todo son aplausos y diversión: también hay horarios, tareas que cumplir y momentos que pueden llegar a ser mortalmente aburridos.

Miguel B. Núñez (Humbert Humbert, Alta Cabeza): “Básicamente consiste en tener que esperar para las pruebas de sonido y luego para el concierto. Eso suele ser aburrido pero conocer gente, comer fuera y tocar en directo, eso es fantástico. A veces hay cosas que no van bien, las relaciones personales o el cansancio... y entonces es mejor parar”.

La Bien Querida: “De gira significa: muchísimas horas de furgoneta, llegar a la ciudad, hotel, prueba de sonido, unas cañas, catering, concierto, más cervezas, y a dormir. No me quejo, los seis del grupo nos llevamos bien y mi novio es uno de ellos”.

JP Pitts (Surfer Blood): “Puede ser estresante pero también es maravilloso poder conocer lugares nuevos y gente nueva cada noche. Aunque a veces no te queda mucho tiempo libre porque tienes que estar pendiente de hacer la prueba de sonido y todas esas cosas. También puede resultar un poco raro despertarte en la habitación de un hotel distinto cada mañana y preguntarte dónde estás”.

Hay quien después de años de gira, decide dejar la carretera y limitarse a dar conciertos puntuales.

Alan Vega (Suicide): “Ya no me gusta salir de gira. He estado demasiados años en la carretera, he visto muchos sitios. Durante un tiempo estuvo bien pero ahora prefiero quedarme en casa y dedicarme a componer y a mi arte: he conseguido varias exposiciones importantes en museos y me gusta centrarme en mi arte. No soy una gran máquina de vender pero me gusta lo que hago. Y para mi tiene sentido, porque de alguna forma el rock and roll también es arte. Es una buena combinación: rock and roll y arte. Pero ahora me está pasando con el arte lo mismo que con la música: la gente intenta meterlo dentro de categorías. Da igual lo que hagas, te tienen que colocar en algún sitio (se ríe con ironía). Y si no te pueden encasillar deciden que no eres bueno y te dan la espalda. Pero me da igual. Sigo haciendo lo que me gusta”.

Lindstrøm: “En realidad no me gusta nada viajar, y siempre estoy deseando volver a casa lo antes posible. No me llego a sentir desconectado porque nunca estoy fuera más de cinco días. Supongo que salir de gira durante semanas y meses debe afectar a la gente. Yo disfruto haciendo un buen directo, y es un aspecto importante de ser artista a día de hoy. Aunque creo que mucha gente no estará de acuerdo conmigo en esto, creo que la música siempre es mucho mejor en disco que en directo. De todas formas soy feliz no teniendo que hacer giras interminables y creo que las pocas actuaciones que doy me alejan de cansarme de todo el artisteo y el negocio musical”.

Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Veracruz): “Hace años que no salgo de gira, así que mi experiencia se reduce al clásico y juvenil ‘conducir, beber, probar sonido, beber, tocar, beber, intentar dormir algo y conducir otra vez’. Supongo que si ahora me fuese de gira, la cosa sería un pelín más variada y tranquila... O al menos eso intentaría, jajaja.

De todas maneras, salir de gira no es algo que me motive demasiado. Es muy cansado y monótono. Depende de cómo, puede que no te des ni cuenta de que has cambiado de ciudad, porque te pasas casi todo el tiempo metido en la sala en la que tocarás o en el bar/parque de al lado.

Dentro de los pros, diría que irse de gira durante, pongamos, una semana equivale a unos cinco meses de ensayos. De ahí que mucha gente lo haga constantemente... Se supone que sirve para dar más empaque al directo, aunque no tengo claro que todas las propuestas musicales necesiten experimentar tanta reiteración para mejorar... A veces se pierde frescura y motivación.

Lo que no entiendo demasiado es la gente que vive perpetuamente de gira, que la hay. Yo no estoy en la música para ser un obrero especializado”. Angus Andrew (Liars): “Las giras pueden parecer como un sueño, pero son muy reales. Normalmente se trata todo el tiempo de adherirse a un horario estricto. Te dicen cuándo despertarte, cuándo puedes comer, cuándo tienes que estar listo, cuándo tienes que estar aquí y cuándo tienes que estar allí. Se trata de un aluvión constante de citas que es absolutamente opuesto a mi vida diaria. Esto puede hacer que estar de gira no sea nada divertido para mí”.

ZA!: “El imaginario de las giras se suele situar en clubs y salas de conciertos, pero en realidad los escenarios más habituales son las gasolineras, los aeropuertos y los merenderos de las gasolineras. La acción más común no es tocar, o beber, o comer: es esperar. Esperar al técnico, esperar al avión, esperar al backline, esperar por las maletas, esperar a la furgo, etc. La felicidad de cada grupo depende de cómo sabe rellenar las esperas. Los momentos aburridos son buenos para inventar juegos chorras, el último que estamos perfeccionando es cantar dos notas de una canción y el otro tiene que adivinarla, sino no la sabe, se cantan tres notas y así consecutivamente. Otro muy bueno es decir rápido y con acento de Macaco “madre tierra, mother earth-wah” al principio o final de cada frase. En cuanto a lo estrictamente musical, las giras te dan de comer, y no sólo gracias a los grupos con los que compartes cartel, o a la interacción con el público extranjero: cuando estás en casa, raramente dispones de seis horas seguidas para hablar detenidamente con tus compañeros de grupo sobre cualquier cosa; viajar de Erfurt (Alemania central) hasta la costa del Mar Báltico te lo sirve en bandeja”.

Jupiter Keys (HEALTH): “La vida durante las giras ha cambiado un poco en los últimos años. Cuando empezamos, todo era nuevo. A lo mejor estábamos en una ciudad que nunca habíamos pisado antes y nos parecía divertido. Tocar para dos docenas de personas en Jackshit, Ningunaparte, EE UU era para nosotros como un sueño. Dormir en el suelo sucio que algún chaval nos dejaba amablemente era una aventura. Bebíamos y hablábamos hasta el amanecer, dormíamos un par de horas, nos despertábamos con resaca, conducíamos varias horas y todo volvía a empezar. Y nos encantaba. Era una huida de nuestras vidas diarias de mierda en las que trabajábamos y pasábamos la mayor parte del tiempo de forma miserable y sin realizarnos. Salir de gira era una fuente de validación, excitación y diversión. Nos ha dado algunas de las mejores experiencias de nuestras vidas. Pero ya llevamos cinco años juntos y somos un grupo que hace giras muy intensas. Así que la novedad hace tiempo que desapareció. Aún es excitante cuando vamos a algún sitio nuevo, como Moscú y Estambul. Ninguno de nosotros había estado allí antes. Pero lo creas o no, incluso salir de gira se convierte en una rutina. También es un trabajo. A veces te despiertas y no te apetece conducir seis horas para hacer una prueba de sonido y tocar. Pero lo haces de todas formas. Es la vida que hemos elegido y es una oportunidad jodidamente increíble y que nos sentimos afortunados de compartir”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “Un día de gira suele ser igual que todos. Furgo, descargar, probar, cenar, esperar, tocar, cargar y dormir. ¡UN LOOP! Si no fuese por esos momentos malos y buenos seria una pesadilla”.

Aaron Warren (Black Dice): “Como somos un grupo pequeño tenemos que hacer todo nosotros, no es como los grupos grandes que pueden contratar a gente para que haga todo por ellos. Nosotros conducimos, vendemos nuestro merchandising, nos encargamos de nuestro equipo... Obviamente supone mucho trabajo, pero creo que si no estuviéramos a gusto con nuestro grupo, ya habríamos dejado de hacer lo que hacemos. También depende de la actitud que adoptes al respecto: puedes lamentarte porque no tienes a alguien que haga todas esas cosas por ti o bien puedes pensar “aquí estoy, haciendo algo que mucha gente no podría hacer”. No sé, como yo lo veo, me gusta estar en una banda y poder hacer música todo el tiempo que podamos. Soy consciente de que llegará un momento en que ya no podremos hacer todas estas cosas porque no podremos pasar tanto tiempo fuera y lejos de nuestras familias, no podremos conducir doce horas seguidas, tocar y conducir otras cuatro horas... Así que ahora más que nunca he decidido no quejarme por las circunstancias porque puedo hacer lo que quiero y dar conciertos. Además se trata de algo que hemos elegido: nadie nos ha obligado a hacerlo. Creo que por eso hay muchos grupos que desaparecen: sacan un disco o dos, y en cuanto las cosas se ponen un poco difíciles o no son tan populares tiran la toalla porque es un trabajo que requiere mucho tiempo y mucha dedicación a todos los niveles”.

Ni siquiera grupos más conocidos como Animal Collective se libran del ritual de cargar y descargar equipo, probar sonido y supervisar visuales.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Un día típico de gira ha cambiado mucho con el tiempo. Ahora vamos casi todo el tiempo en autobús, así que nos despertamos en el parking del local en el que vamos a tocar esa noche. Damos una vuelta para comer algo, tal vez hacemos una entrevista por teléfono con una emisora de radio o un periódico local y después, a primera hora de la tarde, cargamos nuestro equipo (contamos con un pequeño grupo de tres personas, pero aún nos encargamos de cargar y colocar nuestro propio equipo), preparamos todo, hacemos la prueba de sonido y ayudamos a tour manager a montar la parte visual del concierto. Eso nos lleva unas dos o tres horas. Después damos alguna vuelta alrededor del club para comer o cenar temprano y vemos algo o vídeos en YouTube hasta que el concierto empieza. Vemos al telonero, que normalmente hemos elegido nosotros o de quienes somos fans, y después tocamos. Después del concierto pasamos casi una hora relajándonos en el backstage y después recogemos todo el equipo. Dave y Noah cargan el equipo con la ayuda de nuestro grupo, y Josh y yo metemos todo en el trailer (aún es algo de lo que nos encargamos – algo para lo que nos ofrecimos voluntarios hace ocho años cuando aún salíamos de gira en furgoneta). Después vamos en el autobús conduciendo de noche hasta la próxima ciudad y pasamos unas horas en el cuarto trasero viendo películas o haciendo turnos para pinchar con nuestros iPods antes de irnos a dormir”.

También hay quienes, pese a estar rodando durante semanas, encuentran en la carretera una forma de dar rienda suelta a sus inhibiciones o disfrutar de cosas excepcionales.

Delorean: “Es como estar en un circo ambulante, ir de una ciudad a otra, de un bar a otro, ver el paisaje desde la furgo y dar un paseo por cuatro calles cercanas al recinto donde tocas. Luego arrancas algunas horas extra a veces e intentas ver algo más. Pruebas restaurantes, comida local. Siempre andas corto de tiempo. Y sin embargo ves todos estos lugares increíbles también. Te da una mirada panóptica de los lugares que visitas”.

JP Pitts (Surfer Blood): “Ha habido bastantes momentos locos. La mejor experiencia fue cuando tocamos en el Primavera Sound en Barcelona porque fue la primera vez que pudimos ver a Pavement tras su reunión. Aunque no tocamos para mucha gente el concierto salió muy bien y después tuvimos la oportunidad de ver a más grupos, visitar Barcelona, ver a Pavement, nadar en el Mediterráneo. Fue uno de esos momentos mágicos. Luego subías al ascensor y coincidías con miembros de The Fall, o podías ver a viejos amigos con los que has coincidido en la gira... fue como si todo lo bueno coincidiera por una vez. La peor experiencia la tuvimos mientras conducíamos por Utah: nos dimos contra un ciervo en la carretera y con el golpe se nos pinchó una rueda. Teníamos que ir hasta Ohio, y cada dos por tres el coche se paraba. Hacía un frío horrible y llovía y pensábamos que no podríamos llegar a tiempo porque continuamente teníamos que parar a cambiar el neumático, y llevábamos la parte trasera de la furgoneta llena de neumáticos jodidos. Cuando por fin llegamos al sitio en el que teníamos que tocar Marcos [Marchesani ] y Tom [Fekete] aún eran menores de edad y cada vez que entrábamos o salíamos a por el equipo les pedían la identificación, les miraban con sospechas. Y cuando por fin terminó el concierto les dijeron que como aún no tenían 21 años no se podían quedar allí y que tenían que volver a la furgoneta y esperar. No pudieron ver a los grupos que tocaban esa misma noche, ni pudieron cambiarse en el local y tuvieron que esperarnos en la furgoneta con la calefacción encendida. Fue uno de esos momentos en que tienes la sensación de que a nadie le importa lo que haces o que simplemente no lo aprecian. Apesta”.

Jaime Stewart (Xiu Xiu): “ [Estar de gira] Es una sensación muy extraña y específica que no estoy seguro de poder explicar realmente, tal vez porque como dices uno se siente ajeno a la realidad, en un torbellino de rutina que está difusa pero en la que se producen con cierta frecuencia explosiones de conducta insensata y divertida. De alguna forma es totalmente insano, largos periodos de estar sentado, pasar mucho tiempo en sitios sucios, estar con la misma gente todo el tiempo... Pero de alguna forma para mi resulta más sano que no estar de gira. Duermo mejor, como con más regularidad y bebo menos. También me dejo llevar más por mi identidad. Cuando estás de gira es normal y divertido para un amigo cagarse en mi mano mientras estoy en una bañera llena de donuts y pis. Es algo que no haría en casa”.

Grosman (Grabba Grabba Tape): “Hay momentos verdaderamente buenos, también hay malos de rabiar, los dos [Lolo y Grosman] somos muy peculiares, chocamos a veces, pero luego disfrutas un poco del viaje, es otra realidad totalmente, no te tienes que duchar todos los días y nadie se entera, bueno, mi compañero pero da igual porque él no lo ha hecho tampoco”.

JP Pits (Surfer Blood): “Salir de gira puede llegar a ser muy estresante, sobre todo cuando las cosas no salen bien: entonces es como una pesadilla. Pero la mayor parte del tiempo es realmente divertido. Además somos muy buenos a la hora de darnos espacio y saber cuándo dejar sólo a cada uno, que es algo que muchos grupos nunca aprenden a hacer. Pero a veces se hace duro estar lejos de casa, no poder ver a tu perro... después de pasar tres meses de gira te preguntas si ha cambiado todo o en realidad no ha cambiado nada y si habrá gente que aún estará ahí cuando vuelvas. Y luego, durante los viajes, conoces a gente maravillosa pero a la que sabes que a lo mejor sólo podrás ver dos veces al año. Es extraño”.

Nate Young (Wolf Eyes): “Reírte hasta que te duele el estómago. Perder la voz de hablar de masiado. No dormir porque puedes perderte algo bueno (o algo malo). Vivir con resaca. Estar hecho mierda durante días. Que te ‘paguen’ para pasarlo bien. Viajar alrededor del mundo. Dormir de pie. Ropa sucia. Ruedas pinchadas. Problemas con la furgoneta. Perderse. Amplificadores pesados. Técnicos de sonido malos. Malos camareros. Que no te paguen. Que no haya fiesta. Que no haya público. Dormir en el suelo. En sofás. Usar las toallas de otras personas. El jabón de otras personas. Aseos públicos. Aseos de bares. Aseos turcos. Comida rápida. Comida increíble. Visitara a amigos. Echar de menos tu casa. Conocer a gente nueva. Hacer amigos de por vida. Vivir en una furgoneta. Vender merchandising. Hacer merchandising. Conducir. Ir en avión. Hoteles. Sentarse. Esperar. Sentirse enfermo. Lo mejor de salir de gira es tocar música para gente nueva cada día. Se trata de la música. Así es como lo hacemos nosotros”. EN LA CARRETERA (II): Híperrealidad

Tras varias semanas en la carretera resulta fácil sentirse desubicado: una ciudad distinta cada noche, un día tocando en para 40.000 personas en un festival seguido de otro en un recinto más pequeño y con un público menos numeroso, horarios rígidos, gente a la que no conoces, una audiencia que no tiene por qué responder bien a lo que haces…y todo lo que a uno le resulta familiar, a kilómetros de distancia. Es fácil perder la perspectiva. Los grupos a menudo se ven sumergidos en una hiperrealidad intensa, extraña y un tanto alienante. ¿Se sienten los grupos desconectados de la realidad o con la sensación de vivir en una paralela? ¿Hacen algo por combatir esa desconexión con su vida diaria? ¿Les gusta o les aliena? ¿Cómo les afecta? Sólo quienes salen de gira pueden responder.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Sí, a veces te sientes distanciado de la realidad, especialmente en las grandes giras”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “La mayor parte del tiempo tengo problemas con la realidad y la normalidad. Me cuesta entender a la gente o ser entendido. Intento mantenerlo bajo control en la medida de lo posible”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “Es como vivir una realidad distinta. Como si se pararan los relojes, como si no existiera más espacio que la furgo y lo que pasa dentro. Si vas de gira por Europa, por ejemplo, es como estar en un bar llamado ‘Europa’. Es desconcertante, te sientes bastante descolocado pero muy instructivo. A mi me encanta”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Creo que me siento mucho más alejado de la realidad cuando componemos en privado. Cuando sacamos un disco y salimos de gira me reencuentro con la realidad”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “Ciertamente cambia tu forma de percibir la realidad. Habría que ser una persona muy extraña para que una forma de vida tan atípica no te afectara. Creo que hablo por cada miembro de HEALTH cuando digo que pasar tantos días despertándonos en la carretera nos ha afectado artística y personalmente. Es difícil explicar cómo. Estamos todos un poco más locos, eso seguro. No es una vida que propicie el equilibrio. No creo que ninguno de nosotros esté más sano física o psicológicamente que cuando empezamos. Pero es una forma de vida satisfactoria, y ése es el peaje. Creo que todos somos conscientes de que estamos haciendo con nuestras vidas exactamente lo que deberíamos hacer”.

Angus Andrew (Liars): “Realmente yo me siento mucho más desconectado de la realidad cuando estoy en casa – lo que es genial”.

Manu (Los Punsetes): “Desde luego lo mejor de salir por ahí a tocar es el hecho de tocar en si. Todo lo que lo rodea a mi personalmente me aburre bastante. Pero tocar nos encanta, así que se compensa una cosa con la otra”.

Chema (Los Punsetes): “Por todo ello es evidente que afecta bastante, no sé si como para sentirse en una realidad ajena pero algo sí que afecta. Supongo que hace que las posibilidades de mandarnos a la mierda los unos a los otros crezcan considerablemente. Aunque volver a casa siempre calma las aguas”.

Arnold de Boer (The Ex): “No me siento desconectado de la realidad, creo que todo es muy ‘real’. Pero ir a un supermercado o ver la tele después de haber estado de gira sí que me hace sentir de alguna forma ‘desconectado de la realidad’. Salir de gira, incluyendo toda la gente y sitios que he conocido, me afecta, pero no lo veo como una fuente de inspiración directa para mi música. Aunque depende. He conocido músicos increíbles estando de gira que me han enseñado una nueva forma o matiz de la música que yo no conocía aún, y he conocido grandes promotores que me han dado nombres de grupos muy buenos que no conocía”.

Nate Young (Wolf Eyes): “He estado de gira tanto tiempo que me parece más bien una realidad aumenta, una hiperrealidad, más que un alejamiento de la misma. Estar de gira puede llegar a afectarte profundamente. Te metes en una rutina que es muy adictiva. Tienes todo lo que posees en un par de bolsas, y así la vida puede llegar a ser sencilla. En algunos sentidos es gratificante, aunque en otros es degradante. Ir de gira es cosustancial al proceso artístico. Wolf Eyes reescribimos las canciones cuando estamos dando conciertos, por eso sólo grabamos cuando ya hemos presentado en directo el nuevo material. Necesitamos vivir con nuestras canciones antes de esperar que otras personas hagan lo mismo”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Definitivamente cuesta trabajo mantenerse conectado a la realidad, en cierta forma aísla tanto como grabar. Es difícil encontrar tiempo para mantener el contacto con la gente por teléfono o por mail. Últimamente resulta algo más fácil porque la mayoría de los autobuses tienen conexión a internet. Cuando sales de gira por poco tiempo, dos semanas o menos, no está mal, pero cuando te vas más tiempo definitivamente tiene un efecto negativo. Empiezas a cansarte de la rutina y de estar siempre rodeado de la misma gente. Los días libres ayudan bastante. Incluso un sólo día puede rejuvenecer a la gente y hacer que nos mentalicemos con respecto a la compañía de los demás. Lo más difícil, con diferencia, es que echas de menos a las esposas, novias e hijos, y algunas de nuestras relaciones se han resentido por ello. Algunas incluso se han roto. Es un proceso de adaptación continua y de buscar el equilibrio entre la vida familiar y la vida con el grupo mientras se está en la carretera”.

El Guincho: “No te sientes en una realidad ajena pero en verdad lo es. Lo asumes como una rutina normal porque es la que tienes. Luego vuelves a casa y es difícil adaptarla a los horarios del resto. Te afecta físicamente por los viajes, que son largos. Por lo demás, es un trabajo de noche como cualquier otro”.

Uke: “No es una realidad ajena, es más bien una realidad paralela y pasar de ser una persona a ser un músico a los ojos de la gente. Además nos encanta todo lo que conlleva, coger el coche, los ensayos, montar el escenario, tocar el concierto… es un todo que nos gusta mucho. A mi personalmente si que me afecta, después de tocar pasan cosas y eso lo puedes incluir en canciones o tu vida normal. Nuestra música tiene gran parte de improvisación en directo, por esto muchas veces suceden cosas que no están planeadas y que nos parecen chulas. Pueden ser el punto de partida para nuevas canciones o arreglos”. Colin Newman (Wire): “Para mí es realmente importante mantenerme en contacto por mail para no sentirme desconectado de la realidad. De hecho escribo mails en la furgoneta y los envío cuando llegamos al local (la mayoría de los sitios tienen wifi a día de hoy)”.

Jaime Stewart (Xiu Xiu): “Es una sensación muy extraña y específica que no estoy seguro de poder explicar realmente, tal vez porque como dices uno se siente ajeno a la realidad, en un torbellino de rutina que está difusa pero en la que se producen con cierta frecuencia explosiones de conducta insensata y divertida. De alguna forma es totalmente insano, largos periodos de estar sentado, pasar mucho tiempo en sitios sucios, estar con la misma gente todo el tiempo... pero de alguna forma para mi resulta más sano que no estar de gira. Duermo mejor, como con más regularidad y bebo menos. También me dejo llevar más por mi identidad”.

Zola Jesus: “Es extenuante, pero nunca me siento desconectada de la realidad. De hecho, me siento aún más parte de ella. Continuamente estoy interactuando con gente, ocupándome de mi banda, tratando de ir de un sitio a otro... Es una realidad distinta, pero no menos auténtica. Sí, me agota, pero es parte de mi vida”.

Arnau Sala (Homenatges, Bèstia Ferida): “Para mi las giras son grandes magnificadores de mi personalidad y a menudo de sus aspectos negativos, no soy una persona muy social, aunque en el pasado lo he sido, de alguna forma, suelo necesitar mucho más espacio cuando estoy de gira y emocionalmente me genera muchos interrogantes que a menudo me ayudan, debido a que puedo ver las cosas desde una perspectiva diferente a la que tengo en casa. Algunas veces estando de gira me he sentido emocionalmente confundido, de un modo excesivo. Aunque viajar y ver cosas desconocidas siempre ayuda a plantearse cosas nuevas también”.

La otra cara de la moneda de esa desafección de la realidad es de nuevo cuño: gracias a las nuevas tecnologías, el público puede grabar, fotografiar y tuitear en tiempo real todo lo que un grupo hace. Hasta el más mínimo error puede quedar registrado de por vida y colgado en internet. La realidad del concierto se convierte de forma inmediata en una realidad virtual al alcance de cualquiera que puede vivir ese concierto de forma vicaria y en tiempo real. Pero lo que muchos fans hacen por admiración (e incluso por presumir, no nos engañemos) es una falta de respeto para muchos artistas.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Es un coñazo. No sé por qué lo hace la gente. Es una gran falta de respeto después de que hayamos trabajado tanto y hayamos puesto nuestro corazón y alma en la actuación y todo lo que ves es a alguien mandando mensajes o escuchas a alguien pidiendo una pinta de cerveza cuando en mitad de una pieza de música sensible. ¡Urgh! Si tan sólo los pudiera echar... Pero esa clase de conducta tiende a volverme agresiva cuando toco y a veces puede añadir un elemento de energía dura que no habría anticipado. Lo mejor es cuando sientes que el público y tú son una sola persona y que todos estamos en la misma ola de energía con el sonido. Ellos conducen la música tanto como tú la entregas. Por eso si hay gilipollas es mejor usarlos como medios de creatividad en vez de negatividad”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Somos afortunados, porque es algo que no nos sucede a menudo. Siempre me impresiona lo mucho que la gente se acerca para escuchar. Lo peor que me puede pasar es que no me sienta profundamente implicado con lo que estamos tocando. Es un sentimiento terrible – como si hubiera engañado al público”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “Me irrita menos que la gente hable a que se pongan a tuitear con los teléfonos. Me he comprado mi primer móvil este año y obviamente es algo con lo que no me siento muy cómoda. Cuando ves a la gente usando sus móviles, escribiendo en ellos, de alguna forma se crea una distancia con el público. Afortunadamente, la mayoría de la gente que viene a nuestros conciertos pasan mucho más tiempo bailando que tuiteando. Pero sí, obviamente ése es un problema, porque tú estás ahí haciendo las cosas lo mejor que puedes y tratando de llamar la atención de la gente y evidentemente ellos están hablando o concentrados en mandar mensajes y es muy frustrante a nivel emocional, porque yo intento compartir con ellos un momento y no parecen interesados”.

JP Pitts (Surfer Blood): “Me resulta muy irritante ver cómo la gente se dedica a tuitear. En el momento del concierto lo destrozan todo, porque si ves a la gente pendiente de sus móviles piensas que no se lo están pasando bien. Pero supongo que es lo que hay. Ni siquiera me molesto en leer lo que la gente dice porque no quiero pasarme toda mi vida pendiente de lo que los demás digan de mí, porque entonces te pones a pensar ‘oh, no, ¿de verdad hago eso en el escenario?’ y cosas así. Así que prefiero dedicarme a hacer música antes que estar pendiente de lo que la gente dice. Además siempre va a haber gente a la que no le guste lo que haces”.

Alan Vega (Suicide): “Creo que el público también ha cambiado. Si sacara ahora los discos de Suicide y tuviéramos que tocar por primera vez me sentiría como Tony Bennet, o como un crooner, porque cuando empezamos a tocar en el público había muchos yonquis y gente de todo tipo, pero ahora es todo distinto”.

Ian MacKaye (Fugazi, Minor Threat, The Evens): “Es un tema interesante. Siempre me ha parecido muy problemático que la gente hable durante los conciertos, me parece que es insultante porque además es imposible no ser consciente de ello. Lo de que la gente se ponga a mandar mensajes... es algo que yo no hago. Pero con todos los dispositivos que hay ahora la gente te da una perspectiva nueva de los conciertos, y la gente que está mandando mensajes no es parte del concierto por completo pero de alguna forma lo está documentando. Es un fenómeno psicológico interesante que la gente esté mandando mails mientras toca. Pero tienes que estar ahí, ¡estad ahí! Si estás mandando mensajes, no estás vinculado al concierto. Creo que en los últimos 30 o 40 años la gente ha crecido pegada a la pantalla del televisor y hay gente que cuando va a haber un concierto en directo no concibe entretenerse sin una pantalla y se limitan a estar allí de pie sin pensar que pueden formar parte de ese momento. Creo que la gente tiene la sensación de que sólo puede presenciar el momento, ¡y es una vergüenza! Los grupos ahora tienen que hacer música que desafíen por completo a la gente para que formen parte de ello”. EN LA CARRETERA (III): Cuando la soledad es un lujo

De gira, la soledad es un lujo: horas de carretera con los compañeros de grupo y el tour mánager (cuando lo hay), promotores y periodistas en cada ciudad y camerinos llenos de gente que a menudo solo está allí para figurar y que de poco o nada conocen a los artistas. Cuando se les pregunta si echan de menos estar a solas durante la gira, la mayoría responde con contundencia. Darren Hayman, por ejemplo, zanja la respuesta con un escueto pero descriptivo “por supuesto, absolutamente”.

Angus Andrew (Liars): “Oh, sí”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “Sí. Mi vida se mueve en dos extremos opuestos: cuando estoy en casa tengo tiempo para mí misma, para escribir, para ensayar, para estar sola... Pero cuando estoy de gira puede ser muy duro, porque siempre hay alguien que quiere llevarte a cenar, o con quien tienes que estar y apenas tengo tiempo para estar sola. Para mi ése es el mayor desafío de las giras: acostumbrarme a estar siempre rodeada de gente”.

La Bien Querida: “Si, claro que me gustaría estar sola a veces pero es lo que hay”.

Lolo (Grabba Grabba Tape): “MUCHO, pero te das una vuelta y punto. Hay que respetar mucho los momentos de la otra persona cuando sabes que necesita estar solo. No agobiar, dejar que se despeje. Es como un reset”.

Grosman (Grabba Grabba Tape): “Sí, es bueno estar solo muchas veces, eso debe ser respetado”.

Chema (Los Punsetes): “En más de una ocasión, aunque eso no hace que, llegar a tener que dormir todos juntos en una habitación con literas, tenga su encanto a pesar de los ronquidos”.

Delorean: “Sí. Echas de menos estar en tu casa y ver una peli. Cosas muy básicas que cualquiera hace en casa. A veces te gustaría tener un trabajo en una oficina”.

Padi Fuster (Centella): “Después de volver de gira lo único que me apetece es encerrarme en mi cuarto y no ver a nadie. Eso no quita que sea súper divertido estar horas y horas con la misma gente. Teniendo bromas absurdas para compartir durante días y que duran semanas y semanas. Pero se aprecia mucho poder estar a solas un rato cuando pasas tantas y tantas horas con gente”.

Jamie Stewart (Xiu Xiu): “Cuando estoy de gira se me va demasiado la cabeza como para escribir canciones y de alguna manera siento esa pérdida de una forma interna. Una parte esencial de lo que me hace querer vivir se ve interrumpida. Pero estoy intentando sobreponerme a ese estado mental que me impide escribir cuando estoy de gira. No se trata tanto de que eche de menos la calma como la productividad. Cuando estás de gira, ya estás haciendo aquello para lo que te has estado preparando mientras que cuando estás grabando estás haciendo algo nuevo. Pero para contradecirme a mí mismo, diré que cuando estás de gira sabes que estás haciendo algo. Mientras que cuando grabas sólo esperas hacerlo. No tengo ni idea de lo que estoy hablando”. Adrián de Alfonso (Bèstia Ferida, Veracruz): “Cada vez que he estado de gira, a partir del tercer día, me ha pasado lo mismo: no sólo he tenido ganas de estar solo, si no de irme a tomar por el culo andando y no pisar la sala más que para tocar y ya está, pero eso es muy difícil que ocurra… Siempre hay contratiempos y siempre se necesita que todos estén pegaditos los unos a los otros.

Lo peor de todo es cuando llevas 10 horas metido en un coche con la misma gente y te toca hacer tiempo y tienes que irte con ellos al bar más cercano de la sala, por mierdoso que sea. Me resulta especialmente absurdo ese momento en el que todos están alrededor de la misma mesa, con ojeras de palmo, sin nada que decirse y mascando un bocata de chicle… Bonito, ¿no? Para mí esa imagen es mucho más usual que la de la épica rockera que tanto gusta por ahí… Me resulta extraño que aún haya gente que magnifique todas estas cosas.

Lo que más me gusta de las giras es el momento en que subes al escenario y sabes que casi nadie te conoce –odio tener que tocar delante de la misma gente cada día-, pero que vas a tener que darles algo para que no se vayan de ahí escopeteados... Eso sí que me fascina”.

Hay quienes han aprendido a buscar su propio espacio dentro de la vorágine de las giras:

Lindstrøm: “¡Sí, siempre echo de menos estar a solas! Sin embargo, como trabajo en el estudio todo el tiempo y mis giras son siempre cortas y agradables, sé que sólo será una cuestión de días hasta que vuelva a estar en mi área de confort”.

Genís Segarra (Astrud, Hidrogenesse): “Nunca me he sentido acosado ni agobiado. Me gusta estar a lo mío, sin hablar ni escuchar, y para ello no necesito estar solo físicamente. Si me rodeo de gente tranquila y educada, todo va bien”.

Greg Suanier (Deerhoof): “Cuando nos vemos durante muchos días seguidos (los miembros del grupo) perdemos la perspectiva y olvidamos las cosas que son importantes. A veces puede parecer que el mundo entero depende de una sola nota. Cuando salimos de gira recuperamos la razón. Cuando llegamos a un club hace falta mucha energía y concentración, tanto para tocar como para hablar con toda la gente con la que necesitas hacerlo- plantilla, ingenieros de sonidos, técnicos de iluminación, promotor, público. Esa parte del día puede durar ocho horas. Pero el resto del día durante la gira normalmente es MUY tranquilo. Normalmente pasamos el tiempo conduciendo, y estamos muy tranquilos – nada de música, a veces ni hablamos. Ahorramos nuestra energía y nuestros oídos para el concierto”.

Dani Fletcher (Ginferno): “En nuestro caso, al no hacer giras largas creo que es difícil que lleguemos a sentir que necesitamos estar solos y no podemos. Somos gente muy sociable a la que le gusta hablar y también estar en silencio cuando es necesario. Respetamos los espacios de los demás”.

El Guincho: “Siempre hay espacio para la soledad en una gira, aunque estés rodeado. Es una de las pocas cosas que no faltan”. Banin Fraile (Los Planetas, Los Pilotos): “Nunca me ha pasado, siempre he tenido tiempo suficiente para estar a solas conmigo mismo. Volvemos a lo de antes, en el entorno en yo me he movido el nivel de actividad en giras y promoción nunca ha sobrepasado cierto límite y siempre ha sido bastante relajado, por ejemplo las promos no han durando nunca más de dos días”.

Miguel B. Núñez (Alta Cabeza, Humbert Humbert): “Siempre te queda el hotel, justo antes de irte a dormir, excepto que compartas habitación”.

Manu (Los Punsetes): “Como realmente no hacemos giras no ha llegado a pasar eso, aunque estoy seguro de que así sería si estuviéramos por ahí de viaje durante mucho tiempo”.

Arnold de Boer (The Ex, Zea): “Cuando estoy de gira me centro por completo en llegar al próximo sitio y dar un gran concierto. Una vez que estoy en casa puedo llegar a descubrir una cierta urgencia por cerrar la puerta, desconectar los teléfonos y los ordenadores y empezar a escribir nuevas canciones”.

Uke: “No especialmente. Somos gente bastante solitaria y nos sabemos escapar cuando hay mucha aglomeración a nuestro alrededor. Además los viajes entre conciertos es el sitio ideal para estar contigo mismo y poner las ideas claras. En realidad estar de gira es un ejercicio más bien de soledad”.

David Tattersall (The Wave Pictures): “No [echo de menos la soledad], pero echo de menos a cierta gente cuando estoy lejos de casa demasiado tiempo.

Arnau Sala (Bestia Fèrida, Les Aus, Homenatges): “Generalmente echo de menos tanto estar solo como estar acompañado”.

ZA!: “Es muy fácil estar solo cuando estás de gira, quizás porque nuestro grupo es de dos. Nos conocemos mucho y sabemos respetar el silencio del otro cuando es necesario. Por otra parte, los promotores que nos hemos encontrado siempre han sido muy respetuosos con la privacidad del grupo... incluso demasiado. A menudo se sorprenden que acabemos compartiéndolo todo con ellos y sus amigos, cuando creemos que, en realidad, las giras tratan de eso”.

No es el caso de todos los grupos. Hay quienes viven por y para el escenario. Jean- Hervé Pèron de Faust lo tiene claro: “¡Lo que nos gusta es estar de gira! Nos gusta la acción, nos gusta compartir nuestra música con ‘gente auténtica’ en el escenario”.

También hay artistas que encuentran grandes diferencias a la hora de abordar las mismas canciones en el estudio y sobre el escenario. Durante la gira, la música cobra vida propia, sobre todo cuando buena parte de la misma se basa en la improvisación y en la interacción con el público.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Tocar en directo es una experiencia totalmente distinta a la de grabar, y precisamente la falta de calma es una de las mejores cosas. La energía es más espontánea y disfrutamos de esa falta de control. Da a las cosas un elemento de sorpresa. También puede haber sorpresas y accidentes buenos en el estudio, pero como tenemos ideas muy claras sobre lo que queremos conseguir, la mayor parte del tiempo el ambiente está bajo control. Las únicas veces que he echado de menos el estudio es cuando hemos tenido que ir inmediatamente de un sitio a otro. Es cambio puede ser agotador. En 2008 fuimos derechos del estudio al festival Pitchfork. Creo que por medio sólo tuvimos dos días libres que invertimos en viajar. Tuvimos que pasar de mezclar el disco en un sitio en el que podíamos controlar hasta los detalles más pequeños de las canciones para que sonaran como queríamos a ir a una zona en la que apenas teníamos ese control. Ir del estudio a la gira puede ser muy duro si no terminamos lo que queremos. Para las sesiones de ‘Fall be kind’ sólo tuvimos el espacio de tiempo que nos quedaban entre una serie de conciertos programados en Nueva York, así que durante el fin de semana tocamos y el lunes volvimos al estudio. Los conciertos fueron increíbles – de mis favoritos en los últimos diez años- pero nos resultaba un poco extraño tocar las canciones de ‘Fall be kind’ y escuchar lo distintas que sonaban sobre el escenario. Hasta el ingeniero de sonido con el que trabajamos tuvo dificultades para terminar las canciones después de escucharlas en el estudio y con el público. Después de varios días mezclando y grabando aún no habíamos terminado, pero teníamos conciertos programados en el Reino Unido y tuvimos que parar de nuevo. Fuimos derechos del estudio al aeropuerto, a coger un vuelo transoceánico y dimos dos de los peores conciertos en años. No teníamos la actitud adecuada para interactuar con las canciones de esa manera”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Tengo un estado mental totalmente distinto cuando toco en directo y cuando estoy grabando. En una actuación se trata de comunicación y de compartir el momento. Cuando estoy grabando se trata de la creación de una pieza de música, de hacer un collage con todas ellas de forma empática y de crear sonidos en conflicto para evocar un efecto. Así que cuando tocas en directo ves y compartes el efecto que has luchado por crear en el estudio”.

Arnau Sala (Bestia Fèrida, Les Aus, Homenatges): “Son muy frecuentes los cambios radicales, sobre todo en el escenario, dependiendo de cual sea el formato en el que estoy tocando. Hay que tener en cuenta y sobretodo tratándose de improvisación al ser una práctica en mi caso más intuitiva que calculada, que las formas de reaccionar de diferentes personas y los sonidos que puedan crear afectan a mi reacción de una forma u otra. Por eso no es lo mismo mi forma de reaccionar en el escenario con Les Aus que con Bèstia Ferida o con Homenatges, creo que es radicalmente distinto. Más radical es tocar en solitario, ya que no hay otra persona con quien interactuar, con quien interactúas es con el público, o con tus propios miedos. La seguridad que puedes tener en un escenario compartiendo un set con una, dos o más personas puede dar un giro cuando no tienes a nadie que te de un apoyo”.

No sería justo terminar este capítulo sin hablar de dos casos atípicos: Delorean y El Guincho han pasado de tocar en pequeñas salas españolas para públicos reducidos a ser contratados por los mejores festivales europeos y norteamericanos. ¿Cómo se vive ese cambio? ¿Qué diferencias notan entre un público con el que comparten idioma y bagaje cultural y otro totalmente distinto y poco acostumbrado a grupos ‘de fuera’?

Delorean: “En EE.UU. lo bonito es que tocas en muchos clubs y vas construyendo tu propio camino poco a poco. En España hay muchos festivales y tocas para mucha gente, pero muchas veces no sientes que esa sea gente que vaya a verte a ti especialmente. En EEUU, en nuestro caso como mínimo, la gente paga por verte y aunque toques para menos gente y el camino sea más largo y duro, es gratificante en otro sentido, porque sabes que la gente ha ido a verte a ti y eso crea un vínculo especial con la gente. En realidad, es como volver a la época en la que empezamos a tocar en España cuando lo más habitual era tocar en garitos a taquilla”.

El Guincho: “Mi público en EE.UU. es un poco menos irónico que en España quizás. Hasta hace poco era más amplio y más joven también. Esas podrían ser las diferencias pero son pequeñas. Por lo demás, me tratan muy bien en todos los sitios que voy. No es un tipo de vida del que se pueda quejar uno demasiado”. LA VUELTA A CASA: entre el descanso y la desubicación

Tras semanas de gira, muchos músicos vuelven a casa con ganas y abrazan con entusiasmo la idea de llevar una vida ‘normal’ antes de volver a meterse en el estudio. El cansancio pesa, pero dejar de estar sometidos a horarios supone un alivio para muchos. Zola Jesus: “Estar de gira es como ir a una batalla. Cuando termino me siento agotada. Pero me gusta, me hace sentir como que he logrado algo más. Lo puedo sentir en mi cuerpo. Me siento completamente realizada”. DavidTatterstall (The Wave Pictures): “Me encanta volver a casa y vegetar en el sofá durante un tiempo, pero puede hundirte. ¡Necesitas hobbies! Es muy distinto estar en casa a estar de gira. Te puede dejar sintiéndote vacío. Me cuesta adaptarme tanto a una vida como a otra. Me gusta estar en casa y me gusta estar de gira, pero no me gusta la transición. Normalmente necesito un par de días para acostumbrarme a estar de gira, y otro par para acostumbrarme a estar en casa. Las dos cosas son muy buenas, aunque de formas diferentes”.

Arnold de Boer (Zea / The Ex): “A menudo llego cansado, pero también lleno de energía por la cantidad de gente y sitios buenos pero sobre todo por los buenos conciertos. Cada tres o cuatro conciertos en una gira, hay uno que termina siendo especial y que te deja una sensación de “creo que durante un momento he abandonado mi cuerpo”. Una vez que llego a casa lo que quiero es limpiar, ver todas las cosas que he comprado y que la gente me ha regalado, mandar mails a la gente para agradecerles que hayan organizado e concierto y que nos hayan dado un sitio en el que dormir y una buena cena y esas cosas. Y después normalmente empiezo a organizar la siguiente gira o a ensayar y grabar, o vamos todos a tener una gran comida juntos, o vamos a ver a los amigos y a la familia o a otros grupos o simplemente al cine”.

Darren Hayman: “Solo siento un alivio total”.

JP Pitts (Surfer Blood): “Cada vez que vuelvo a casa me cuesta unos cuatro días adaptarme y relajarme del todo y cuando por fin lo he conseguido vuelve el estrés porque tienes que salir de gira o ponerte a grabar. Es algo muy poco natural”. Lindstrøm: “¡Siempre es un descanso! Jeje”.

Danielle de Picciotto: “La depresión post-gira es muy frecuente, pero como trabajo en distintos proyectos no he tenido tiempo de sentirla”.

Hay excepciones, por supuesto. Son muchos los que sienten un gran vacío: ‘blues post- coital’, ‘tour vértigo’, ‘alienación’ y ‘vacío’ son algunas de las palabras que muchos usan para describir la sensación que se les queda en el cuerpo tras semanas de gira.

Jaime Stewart (Xiu Xiu): “Oh, por supuesto [me siento vacío], y cada vez es más y más largo cuanto más tiempo de mi vida dedico a ello [salir de gira]. Normalmente necesito sentarme a ver películas y emborracharme al menos tres días seguidos antes de poder empezar a mirar alrededor de casa de nuevo. No es que no quiera salir de gira más, pero hay algo”. Nate Young (Wolf Eyes): “Salir de gira es adictivo. Cuando llegas a casa, al principio estás más que emocionado con la idea de dormir en tu propia cama, besar a tu novia, comer bien, etc. De repente empiezas a sentirte totalmente alienado con tu vida hogareña. Te despiertas pronto y te acuestas tarde. Ir a comprar comida, cocinar y pagar facturas parece un fastidio. Todo parece moverse muy despacio. Y empiezas a echar de menos la emoción de las giras y el estilo de vida sencillo... entonces, sí, el vacío se acomoda... está ahí todo el tiempo, hagas lo que hagas. Normalmente te lleva una semana acostumbrarte a la rutina. Y entonces empiezas a planear otra gira”.

Angus Andrew (Liars) “Cualquiera te dirá que hay algo como el ‘tour vértigo’. Estás muerto de cansancio y sabes que vas a dormir una semana del tirón, pero cuando te despiertas al día siguiente de terminar la gira te resulta imposible no pensar en que tienes que estar en alguna parte. Es difícil relajarse. Yo suelo terminar un par de días sintiéndome como si me acabaran de cortar la cabeza”.

Ian MacKaye (Fugazi, Minor Threat, The Evens): “A veces te sientes cansado, pero a menudo llevas tanto tiempo en la carretera que podrías seguir. Por mí, podría seguir. Con Fugazi, después de dos meses seguidos de gira, te acostumbras. Pero cuando estoy fuera a veces quiero estar en casa y cuando estoy en casa a veces quiero estar de gira otra vez, jaja. Supongo que soy feliz de cualquiera de las dos maneras”.

Jupiter Keyes (HEALTH): “He tenido esa sensación de vacío después de algunas de las giras más largas que hemos hecho, cuando hemos pasado tanto tiempo en la carretera que estar en casa se hacía extraño. Dormir en la misma cama dos noches seguidas era raro y no estaba seguro de que me gustara. Cuando vuelves de gira y te sientes así, es incómodo. No estás acostumbrado a estar al final del día en el mismo sitio y al principio resulta incómodo. Jake a veces ni siquiera iba a casa cuando volvíamos de gira. Dormía en el sofá de algún amigo y mantenía en su cuerpo una cantidad continua de alcohol hasta que estaba listo para aceptar que estaba de nuevo estancado en Los Ángeles. A veces te puedes deprimir las dos primeras semanas una vez que has vuelto. Pero después de ir y volver tantas veces y tras tantas giras creo que todos nos hemos acostumbrado a la inestabilidad de la inestabilidad. Ahora resulta incluso familiar. Puedes acostumbrarte a caso todo si quieres adaptarte a este estilo de vida. Las giras no son unas vacaciones, ya no son una escapada tampoco. Es nuestro segundo hogar, ha habido veces que he sentido incluso que es mi único hogar”.

Alexei Perry (Handsome Furs): “Es bueno y malo a la vez. Cuando estás de gira tu adrenalina está subiendo y bajando continuamente, es una sensación muy extraña. Y cuando llegas a casa de repente explotas y te sientes realmente cansada y triste. Pero a la vez tienes alrededor todas tus cosas, tus libros y estás en tu entorno. Cuando llego a casa siempre tardo un tiempo en asimilar todo por lo que he pasado y a veces puede ser un poco duro acostumbrarte, aunque te haga ilusión estar de vuelta en casa. Lo que hago al volver es escribir un diario con todo lo que me ha pasado para poder poner un poco de orden en mi cabeza”.

Alexander Hacke (Einstürzende Neubauten): “Bueno, la falta de rutina me suele dejar destrozado. No sé qué hacer conmigo mismo cuando se ha terminado la función. Además duermo mejor en camas de viaje”.

Ida No (Glass Candy): “Aparte del sentimiento de haberme quedado sin nada de vitalidad, en seguida empiezo a pensar en cómo plantear la próxima gira. Pensar en lo que quiero mejorar en el escenario. Identificar las actitudes que han funcionado en mi contra y pensar en cómo dar más espacio a esas tiranteces. Sólo tengo sensación de vacío cuando estoy de gira, pero se trata de algo meramente químico. Es la depresión que sigue a haber utilizado todas tus reservas (hormonas, nutrientes, recuerdos de casa). Para mi no hay depresión post-gira. Antes de que la depresión se instale empiezo a levantarme y reforzarme”.

Greg Saunier (Deerhoof): “Por supuesto que te da bajón cuando la gira se termina. O después de grabar un disco y publicarlo. Así que te aburres y empiezas de nuevo”.

Cosey Fanni Tutti (Chris & Cosey, Throbbing Gristle): “Me siento un poco en shock como si – ‘¿realmente ha pasado esto?’ Durante las giras hay tanta gente centrándose en ti que la afectividad es desbordante, pero cuando se ha terminado no hay nada, es como si nunca hubiera pasado. Es algo difícil de llevar. No es la pérdida y el final de ser el centro de atención, es que de repente te das cuenta de que estás sólo y que el motivo de todas las actividades que hacías a diario ha desaparecido. Es como si tuvieras que darte a ti mismo un parte y recordar todas las cosas y eventos que te han pasado, después revisar todos los regalos y contactos que la gente te ha dado. Lleva unas semanas volver a la ‘normalidad’”.

Les ‘Fruitbat’ Carter (Carter USM): “Hay una cosa que nosotros llamamos ‘post-tour blues’, es un auténtico shock al final de una gira y siempre te sientes un poco deprimido y un poco inútil cuando tienes que volver a unirte al mundo real. Echas de menos las multitudes, al equipo, el autobús de la gira, la borrachera. Pero siempre está bien volver a casa con tus seres queridos, familia, mascotas y tu propia y dulce cama.

Aaron Warren (Black Dice): “Depende. El año pasado salimos de gira tres meses seguidos, que para nosotros es mucho, porque normalmente sólo salimos unas semanas una o dos veces al año. No me puedo ni imaginar cómo debe ser la vida de quienes sacan un disco y se pasan un año entero de gira. Para nosotros, la gira de tres meses fue mucho tiempo y cuando volví no quería pensar en música, ni ver a mis compañeros de grupo ni tocar nada durante un tiempo. Tenía la sensación de que con ese disco ya habíamos hecho todo lo que podíamos hacer y estaba contento de poder pasar tiempo con mi familia y dedicar el resto del día a hacer cosas que no tuvieran nada que ver con música. Pero en cuanto pasan unos meses echo de menos toda esa forma de vida y ya empiezo a pensar en la próxima gira. Es un modo de vida muy particular que al final acabas echando de menos”.

Manolo Martínez (Astrud): “Las giras de un grupo como el mío no se acaban nunca y tampoco empiezan nunca: no hay tal cosa como una gira tal cual, y que venga el mánager del sello hablándote de juegos de luces y tal. No, simplemente hay mayor o menor densidad de conciertos: cuando sacamos un disco nuevo sube la densidad, cuando no sacamos disco baaaaja la densidad... y las giras nunca terminan y nunca empiezan, sino que se van montando como a punto de nieve. Lo que sí es cierto es que cuando has terminado una serie de conciertos notas un poco de vacío, pero más que de vacío lo que ocurre es cuando pasa mucho tiempo sin que hayamos sacado un disco yo me siento muy culpable porque tienes que tocar las mismas canciones de siempre y la gente se las sabe y no me siento justificado de alguna manera para tocar en público. Seguramente mucha gente no lo ve así, pero yo lo siento así y si llevamos mucho tiempo sin sacar un disco no me siento legitimado para tocar en directo”.

Brian 'Geologist' Weitz (Animal Collective): “Es extraño porque tengo emociones encontradas. Por una parte no puedo describir lo feliz que estoy de volver a casa con mi familia y tener una oportunidad para relajarme. Pero por otra parte tengo un sentimiento de vacío que se apodera de mí en torno a las 9:00 pm durante una semana o más una vez que la gira ha terminado. Una de las grandes cosas de estar de gira es la sensación diaria del deber cumplido. Durante un mes tienes la oportunidad diaria de hacer algo con lo que te sientes increíblemente bien y compartirlo con cientos o miles de personas. La mayoría de trabajos no son así. En el caso de Animal Collective además estás pasando todo ese tiempo con tus mejores amigos, lo que añade aún más sentimientos positivos. La gente de nuestro equipo se ha convertido también en grandes amigos y después de tantos años nos sentimos como una familia. Cada noche trabajamos juntos para conseguir hacer algo grande. Empiezo a acostumbrarme a eso y cuando no lo tengo lo echo de menos. Es lo que llamamos el blues post-gira. Incluso si acabamos hartos los unos de los otros al final del tour, tras unos días de silencio alguno mandará un mail a los otros y dirá ‘gracias por los buenos tiempos, ya os echo a todos de menos y estoy como loco por repetir’”.

Jean-Hervé Pèron (Faust): “Es como una depresión post-coital”. ¿QUIÉN ES QUIÉN? Este apéndice no pretende tener carácter enciclopédico: se trata tan solo de ofrecer una guía rápida de todos los grupos que aparecen en el libro. A quien quiera profundizar le recomiendo que escuche su discografía.

ANIMAL COLLECTIVE

Panda Bear, Geologist, y llevan más de una década grabando discos, pero no fue hasta 2009 cuando rompieron todas las barreras con “Merriweather Post Pavillion”: el grupo, que hasta entonces sólo había logrado hacerse hueco entre el público más experimental, logró un éxito sin precedentes. La electrónica optimista y psicodélica de “Merriweather Post Pavillion” cogió a muchos por sorpresa, aunque ellos ya llevaban años experimentando con todo tipo de géneros. A diferencia de lo que hacen la mayoría de los grupos, ellos “ensayan” sus nuevas canciones ante el público, por lo que sus conciertos nunca son previsibles.

Discografía destacada: “Sung Tonags” (2004), “Feels” (2006), “” (2007) y “Merriweather Post Pavillion” (2009).

Web: www.myanimalhome.net

ASTRUD

Manolo Martínez y Genís Segarra han devuelto a la palabra pop su mejor significado. Canciones redondas en las que no sobra nada y con unas letras llenas de humor, ironía, mordacidad, existencialismo, melancolía y lo que se tercie. Hasta han logrado que gente que probablemente no haya leído a Noam Chomsky en su vida coree su nombre a grito pelado en los conciertos que dan. Empezaron su carrera en 1996, con la maqueta “Superman/Lemongirl” y en 1999 publicaron su primer LP, “Mi fracaso personal”: desde entonces no han hecho más que ganar adeptos y su discografía es intachable.

Genís Segarrra, además, forma parte del dúo Hidrogenesse junto a Carlos Ballesteros.

Discografía destacada: “Mi fracaso personal” (1999), “Gran fuerza” (2002), “Performance” (2004) y “Lo nuevo” (con el Col.lectiu Brossa, 2010).

Web: www.astrud.com

BÈSTIA FERIDA

Basta con traducir al castellano el nombre del grupo (bestia herida) para hacerse una idea del tipo de música que facturan Arnau Sala y Adrián de Alfonso: poco apta para oídos convencionales, con influencias del noise, la música industrial, la no wave y la improvisación del free jazz. A la hora de publicar su música también se mantienen al margen de modas: editan cassettes y CD-R de ediciones bastante limitadas. Desde 2008 en el grupo también colabora Mark Cunningham (ex-miembro de Mars).

Bèstia Ferida nacen en 2003, mientras Arnau Sala y Adrián de Alfonso aún forman parte de Omega Cinco y Veracruz, respectivamente.

Discografia destacada: “Wounded” (2009).

Web: www.myspace.com/dnsrtrn

BIEN QUERIDA, La

No empezó a tocar la guitarra hasta 2005 y en 2007 grabó una maqueta que colgó en MySpace. Ana Fernández-Villaverde se convirtió pronto en una revelación y dos años más tarde grababa su primer disco, “Romancero”. Melodías sencillas y letras con una sinceridad demoledora son la clave para entender el éxito de La Bien Querida, cuyo disco de debut se coló en casi todas las listas con lo mejor de 2009 de la prensa musical nacional. Ha colaborado en el último disco de Los Planetas (“Una ópera egipcia”) y ya ha editado su segundo trabajo.

Discografia destacada: “Romancero” (2009) y “Fiesta” (2011).

Web: www.myspace.com/labienquerida

BLACK DICE

El trío compuesto por Aaron Warren y Bjorn y Eric Copeland no hace música apta para todos los oídos, pero sin ellos resulta difícil entender esa corriente capaz de aunar electrónica y ruidismo que rompe y redefine géneros. Pese a llevar en activo desde 1997, el grupo no ha alcanzado grandes cotas de fama, pero dentro de su estilo son muy reconocidos por público y crítica. Han pasado por todos los sellos clave de los últimos años, desde DFA (comandado por James Murphy, líder de LCD Soundsystem) a , el sello que en su día crearon Animal Collective para editar la música que les gustaba. En 2004 grabaron el split “Wastered” junto a Animal Collective.

Uno de los puntos fuertes del trío es precisamente el directo, donde consiguen un demoledor sonido gracias a una guitarra, varios secuenciadores y una ingente cantidad de pedales. A la música hay que añadir unas proyecciones visuales psicodélicas y repetitivas que convierten cada uno de sus conciertos en toda una experiencia de la que es imposible abstraerse: el trío, sencillamente, te atrapa.

Discografía destacada: “Creature comforts” (2004), “Smiling off” (2005) y “Repo” (2009).

Web: www.blackdice.net

CARTER, Les ‘Fruitbat’

Capaces de versionar una canción de The Smiths (“Panic”) y convertirla en un himno de baile gamberro, los británicos Carter USM irrumpieron en la escena británica a finales de los 80 con una fórmula ganadora: hedonismo, música de baile y espíritu punk aderezado con la dosis necesaria de humor irreverente.

A principios de los 90, y hasta su disolución en 1998, se convirtieron en uno de los grupos que más giro por el Reino Unido.

Discografía destacada: “101 Damnations” (1989) y “30 something” (1991).

Web: www.carterusm.co.uk

CLINT

Uno de los grupos más atípicos del panaroma musical español: se hacen llamar Harry Callahan, Harry el Ejecutor, Harry el Fuerte y Harry el Sucio. Visten de riguroso traje negro y hacen música instrumental y a menudo se les compara con Calexico o Morricone.

En 2005 publicaron su primer disco, “Alégrame el día”, y en él ya se encontraban las claves del grupo: música que a veces parece compuesta para bandas sonoras de películas de Sam Peckinpah y melodías que esconden una cierta tristeza.

En 2008 pusieron música a “Berlín: sinfonía de una ciudad”, dirigida por Walter Ruttmann en 1927.

Discografia destacada: “Los tipos duros también bailan” (2008).

Web: www.clintmealegra.com

DEERHOOF

Greg Saunier y la cantante Satomi Matsuzaki son los únicos miembros originales que quedan en Deerhoof. El grupo, formado en 1994, ha pasado por varios cambios de formación que, sin embargo, no les ha hecho acomodarse. Aunque ahora suenan menos fieros que en sus inicios (en los primeros discos, la voz de Satomi no tiene nada que envidiar a la de ninguna “riot grrrrrl”) aún mantienen intacto su afán por experimentar. Sus canciones poco tienen que ver con la típica estructura verso-estribillo-verso, la guitarra y la batería campan a sus anchas y la voz de Satomi funciona como un instrumento más. Ruido, melodías alegres y aceleradas... con Deerhoof todo es posible, menos aburrirse.

Discografía destacada: “Reveille”(2002), “The runners four” (2005), “Friend opportunity” (2007) y “Deerhoof vs. Evil” (2010).

Web: www.deerhoof.killrockstars.com DELOREAN

Cuando Unai, Tomás, Igor y Ekhi decidieron montar un grupo en 2000 en Zarautz, sus intenciones eran las de tantos otros artistas: pasar el rato tocando la música que les gustaba. Ni de lejos podían imaginar que una década más tarde sus discos serían reseñados en la influyente Pitchfork o que darían largas giras por todo el mundo. El secreto, probablemente, sea justo el haberse dedicado a hacer lo que les gusta sin pensar en el éxito.

Sus primeros pasos los dieron con vinilos de 12" editados por sellos vinculados al "underground" como Gssh! Gssh! ("Howling Mad Mr. Wolf", 2004) o Bcore ("Delorean", 2003). Grabaron su primer LP cuatro años más tarde: en "Delorean" aunaban rock y electrónica y aunque aún tocaban en salas pequeñas, su nombre ya se iba consagrando en la escena independiente y llenaban el aforo.

En EE.UU. Comenzaron a fijarse en ellos a raíz de la publicación del EP “Ayrton Senna” (2009) y gracias a las remezclas que han hecho para grupos como The Mystery Jets, The Big Pink o El Guincho. Con la publicación de su último trabajo, "Subiza"han terminado de consolidarse tanto dentro como fuera de nuestras fronteras y andan embarcados en giras interminables.

Discografia destacada: "Delorean" (2004), "Into the plateau" (2006) y "Subiza" (2010).

Web: www.myspace.com/delorean

ELLIS, Warren

Más conocido por ser uno de los Bad Seeds de Nick Cave y miembro de Grinderman, Warren Ellis tiene además su propio grupo, The Dirty Three. De un intrumento a priori tan clásico y limitado como el violín logra arrancar sonidos ruidistas y rockeros que nada tienen que envidiar al mejor guitarrista. Además del violín toca el piano, la mandolina, la flauta... y consigue imprimir su sello personal a todas sus grabaciones, ya sea junto a Nick Cave (con quien además ha grabado dos bandas sonoras de corte clásico) o al frente de su grupo.

Verle en directo es toda una experiencia difícil de olvidar: se entrega como pocos.

Discografía destacada: con Grinderman, “Grinderman 2” (2010) y con the Dirty Three, “Ocean’s songs” (1998).

Web: www.anchorandhope.com

EX, The

Cuando se habla de punk, post-punk y derivados, todo el mundo suele pensar inmediatamente en esos dos grandes focos que son EEUU y el Reino Unido. Pero en 1979 se formaba un grupo en Holanda que empezaría militando en el punk y que como otros coetáneos (Wire, por ejemplo) irían evolucionando su sonido. Lo que no ha cambiado desde su formación, sin embargo, son sus principios: mantenerse al margen de expectativas y modas. Eso les ha llevado a abrirse a todo tipo de influencias y sonidos que han ido plasmando en su extensa discografía.

Ese compromiso de independencia lo han mantenido también en la forma de publicar y distribuir sus discos, autoeditados con el sello creado ad hoc, Ex Records.

Sus miembros actuales son Terrie Hessels, Arnold de Boer (quien además forma parte de Zea), Andy Moor y Katherina Bornefeld.

Discografia destacada: “Tumult” (1983), “Joggers and smoggers” (1989), “Turn” (2004) y “Catch my shoe” (2010).

Web: www.theex.nl

FANNI TUTTI, Cosey

Intentar resumir la vida y obra de Cosey Fanni Tutti en unas líneas es casi imposible, porque no se pueden desligar la una de la otra. Como ella misma proclama: “mi vida es mi arte, mi arte es mi vida”. Cuando comenzó su carrera, a finales de los años 60, las mujeres estaban relegadas a cantar baladas de amor y dar imagen de niñas buenas (Marianne Faithfull y Françoise Hardy son dos buenos ejemplos). Sin embargo, Cosey se dio a conocer gracias a su participación en las “performances” de COUM Transmissions, de alto contenido sexual.

En su caso, arte y música fueron de la mano desde el comienzo, aunque sin duda, uno de los momentos claves de su carrera musical es la publicación de “20 Jazz Funk Greats” (1979) con Throbbing Gristle.

Con la separación de Throbbing Gristle en 1981, Cosey Fanni Tutti creó junto a su pareja Chris Carter el dúo Chris & Cosey (que desde que empezó el nuevo siglo ha cambiado su nombre por el de Carter Tutti). Una de las cosas más fascinantes del dúo es que a menudo crean sus propios instrumentos y cajas de sonido para hacer música electrónica. Sin ellos, resulta difícil comprender buena parte de la música electrónica actual, puesto que se trata de un grupo de referencia para muchos artistas.

Discografía destacada: “Heartbeat” (1981), “Trance” (1982) y “Trust” (1989).

Web: www.coseyfannitutti.com

FAUST

Hablar del krautrock es hablar de Faust, quienes incluso titularon una canción como el movimiento musical que surgió en la Alemania de los setenta. Aunque se separaron en 1975 (tan sólo cuatro años después de que empezaran su carrera), siguieron tocando juntos en diversos proyectos. Fue en los 90 cuando por fin volvieron a reunirse sus miembros fundadores (Werner "Zappi" Diermaier, Hans Joachim Irmler y Jean-Hervé Péron). Durante estos años, han publicado colaboraciones y discos en directo pero también han tenido tiempo para volver al estudio: “C'est com.. com... compliqué”, publicado en 2009, nada tiene que envidiar a sus primeros discos.

Desde su reunión, el grupo no ha dejado de tocar en directo y publican sus álbumes en su propio sello, Klangbad.

Discografia destacada: “Faust so far” (1972), “Faust IV” (1973), “C'est com.. com... compliqué” (2009),“Faust is last” (2010) y “Something dirty” (2011).

Web: www.myspace.com/faustpages

FUSTER, Padi

Que nadie se llame a engaño con la voz dulce de Padi Fuster: en sus letras lanza dardos envenenados y manda callar a quien haga falta. En sus canciones, que rara vez llegan a los dos minutos, se puede rastrear la influencia del punk y el espíritu del DIY. Pero esa influencia no se queda sólo en lo meramente musical, sino que alcanza a la distribución (su disco se puede descargar de forma gratuita en www.centelleando.bandcamp.com), a la licencia de la música (Creative Commons) e incluso a su publicación (Padi Fuster editó una copia del disco en una serie limitada de 100 cassettes realizadas por ella misma).

Antes de iniciar su andadura en solitario como Centella, Padi Fuster cantaba y tocaba la guitarra en el trío Sibyl Vane, trío español que recogió el testigo de las riot grrls y lo adaptó al siglo XXI.

Discografía destacada: “Sibyl Vane – Turismo de interior” (2006) y “Centella” (2008).

Web: www.myspace.com/centelleando

GINFERNO

Uno de los grupos más interesantes del underground madrileño y, a la vez, uno de los que más transformaciones han sufrido. Empezaron como un trío instrumental con influencias del punk y el surf y han derivado en un grupo vocal con una música experimental y variada que lo mismo pasa por el rock más convencional que recupera el sonido de sus inicios. Conciben su grupo como una entidad abierta en la que hay espacio para otros músicos e incluso artistas plásticos.

Discografía destacada: “Mondo totale” (2011).

Web: www.ginferno.bandcamp.com GLASS CANDY

El dúo formado por Ida No y el productor Johnny Jewel (quien además forma parte del grupo Chromatics) puede descolocar a quien elija escuchar sus primeras publicaciones y de ahí salte a su último disco: cuando empezaron su carrera en Troubleman Records su música tenía mucho que ver con la new wave y el punk. Llegaron a editar un 7” en el sello español Gssh! Gssh! en 2002 (“Bicicleta emocional”) en el que incluso hacían su particular relectura de Roxy Music.

Con el cambio de sello (desde 2007 editan sus discos en Italians do it better) su estilo ha cambiado radicalmente: música de baile cercana al italodisco pero que tiene un punto oscuro que recuerda las raíces del grupo.

Discografia destacada: “Bicicleta emocional” (2002), “B/E/A/T/B/O/X/” (2007).

Web: www.myspace.com/glasscandy

GRABBA GRABBA TAPE

Un teclado (Grossman), una batería (Lolo) y un vocoder omnipresente: a priori suena mal. Pero lo cierto es que ningún grupo ha sabido aprovechar el vocoder como Grabba Grabba Tape: tienen un sonido único y absolutamente reconocible: ¿punk, electrónica o todo a la vez? Probablemente lo tercero: resulta casi imposible clasificarlos y eso siempre es buena señal. Sus canciones apenas duran dos minutos, pero es suficiente para noquear a quien les escucha, sobre todo en directo, donde no dan un respiro (al escenario, por cierto, salen vestidos de monos blancos con la cara rosa). Como les sucede a muchos grupos españoles, aquí no salen del underground pero han estado de gira por Europa y sus discos y conciertos han sido reseñados hasta en la revista que dirigía Everett True: “Plan B”.

Grossman ha puesto hace poco un nuevo proyecto en solitario cercano al rap y a la electrónica 8-bit bajo el nombre de Grosgoroth.

Discografia destacada: “Kurt Kobaya y G.R.O.X. Man odia Nirvana” (2006).

Web: www.gsshgssh.com/GGTweb

GUINCHO, El

Pablo Díaz-Reixa podría escribir un manual sobre cómo conquistar el mundo desde una habitación. Grabó un primer disco en CD-R, “Folías” (2006), que sólo circuló entre sus amigos y que ni él mismo conserva (lo perdió al formatear el disco duro). Un año más tarde publicaba en Discoteca Océano “Alegranza”, grabado en su habitación con la ayuda de un sampler y un bombo: el mismo equipo que llevaba a los conciertos y en los que él solo conseguía hacer bailar hasta a los muertos. Publicado en un sello pequeño, sin un gran aparato comercial detrás, logró darse a conocer gracias al boca a boca y a unos directos impresionantes. Poco tiempo después le fichaba Young Turks y comenzaba una impresionante gira que le llevó por todo el mundo y por los mejores festivales.

En 2010 ha publicado “Pop negro”, en el que no hay un sólo sample y grabado, por fin, en un estudio con todos los medios a su alcance. El resultado de meses de trabajo, no decepciona lo más mínimo.

Discografia destacada: “Alegranza” (2007) y “Pop negro” (2010).

Web: www.elguincho.com

HACKE, Alexander

Inagotable, Hacke forma parte de Einstürzende Neubauten, Crime and the City Solution y, además, tiene tiempo para componer junto a Danielle de Picciotto en el dúo que lleva sus nombres. Pero sin duda, es su faceta en el grupo industrial alemán el que le ha dado mayor reconocimiento.

Hacke lleva componiendo y tocando desde los primeros 80, y nunca ha dejado de dar conciertos, ya sea con Neubauten o con Picciotto, con quien además ha hecho incursiones en el “spoken word”.

Discografía destacada: con Einstürzende Neubauten, “Kollaps” (1981), “Halber Mensch” (1985) y “Alles wieder offen” (2007) y con Danielle de Picciotto, “Hitman’s heel” (2010).

Web: www.hacke.org

HANDSOME FURS

Handsome Furs es el grupo creado en 2005 por Dan Boeckner (líder de Wolf Parade) y su mujer, Alexei Perry. Les basta una guitarra, un sintetizador y una batería para construir inquietantes y oscuras canciones a medio camino entre el rock y la electrónica.

Pese a que en “Face control” aún hay algo de esa tristeza de su debut, se trata de un álbum con menos medios tiempos y con canciones bastante más pegadizas (“I'm confused”). En directo suenan menos sobrios y a menudo rozan el caos.

Discografía destacada: “Plague park” (2007), “Face control” (2009) y “Sound Capital (2011).

Web: www.myspace.com/handsomefurs HAYMAN, Darren

Hayman fue la voz y alma de Hefner, uno de los grupos más interesantes de los 90 pese a que en su momento pasaron injustamente desapercibidos: aunque el grupo se formó en 1992, no grabaron nada hasta pasados cuatro años y no recibieron demasiada atención hasta que publicaron “The fidelity wars” (1999): sin duda, uno de los mejores discos de folk-rock lo-fi de la década. El grupo se separó con la llegada de la nueva década, pero Darren Hayman no ha parado quieto un minuto: junto al ex-Hefner John Morrison grabó “Local information” en 2003 bajo el nombre The French.

En solitario continúa con una prolífica carrera (lleva una media de disco por año) que si bien recuerda mucho a lo que hacía con Hefner incluye más guiños al country, más sintetizadores y melodías más alegres. Con él han grabado Fanfarlo o The Wave Pictures, entre otros.

Discografia destacada: “The fidelity wars” (1999), “Table for one” (2006) y “Pram town” (2009).

Web: www.hefnet.com

HEALTH

BJ, Jupiter, John y Jake surgen de la nueva escena DIY de Los Ángeles, la misma que ya ha dado grupos como No Age o los ya desaparecidos Mika Miko. Pero si hay algo que caracteriza al grupo, además de su actitud punk, es su tendencia a experimentar y su acercamiento al ruidismo.

En 2007 publicaron su primer disco, titulado homónimamente, y que apenas tuvo repercusión más allá del underground. Tras una gira con Crystal Castles y la remezcla de “Crimewave” que hicieron para el dúo canadiense, HEALTH comenzaron a tener más repercusión.

Sus dos álbumes han sido remezclados por diversos artistas (titulados “Disco” y “Disco2”, respectivamente), pero aunque son más accesibles pierden el tono abrasivo de sus canciones: mejor quedarse con el original.

Discografia destacada: “Get color” (2009).

Web: www.myspace.com/healthmusic

HINSON, MICAH P.

De todos los artistas cercanos al folk y a la americana que han surgido en los últimos años, Micah P. Hinson es uno de los que más éxito ha tenido entre crítica y público. Con sólo 23 años publicaba su debut, “Micah P. Hinson and the Gospel of Progress”, y recibía una gran acogida. Sus canciones, melancólicas y con tintes autobiográficos, suenan atemporales y ajenas a modas.

En 2010 se ha estrenado como escritor, publicando su primera novela: “No voy a salir de aquí”.

Discografia destacada: “ Micah P. Hinson and the Gospel of Progress” (2004), “Micah P. Hinson and the Red Empire Orchestra” (2008) y “Micah P. Hinson and the Pioneer Saboteurs” (2010).

Web: www.micahphinson.com

LIARS

De toda la hornada de grupos neoyorquinos que surgieron a principios de década, son pocos los que siguen en activo o quienes han mantenido el interés de prensa y público. Alabados por Colin Newman, pronto se quitaron la etiqueta de post-punk que les colgaron con su primer disco, “They threw us all in a trench and stuck a monument on top” (2001).

Les llevó casi tres años publicar su segundo álbum y por el camino cambiaron de formación: de los cuatro miembros originales sólo quedaban Angus Andrew (voz) y Aaron Hemphill (guitarra) a quienes se unió Julian Gross en la batería. En 2004 editaron “They were wrong, so we drowned”: un álbum conceptual en torno a una leyenda alemana sobre brujas en la montaña de Brocken y en el que dieron rienda suelta a su vertiente más experimental. En sus directos, totalmente delirantes y arrolladores, siempre sacan su lado más salvaje.

Cada disco es una vuelta de tuerca a su sonido: en “Liars” facturaron canciones de rock más convencional y en “” diseccionaron el lado oscuro de Los Ángeles a través de once canciones llenas de violencia y oscuridad. ¿Su próximo giro? Igual ni ellos lo saben.

Discografía destacada: “They were wrong, so we drowned” (2004), “Drum's not dead” (2006) y “Sisterworld” (2010).

Web: www.liarsliarsliars.com

LINDSTRØM

Como tantos otros DJs, Hans-Peter Lindstrøm empezó pinchando en su Noruega natal y pronto decidió montar en casa su propio estudio y su propio sello, Feedelity. A partir de ese momento, todo cambió, y tras publicar una serie de 12" Lindstrøm pasó a convertirse en una de las figuras clave de la electrónica cuando en 2005 publicó su ya clásico “I feel space”. A partir de ese momento llegaron las remezclas para grupos clave como Roxy Music, Franz Ferdinand, LCD Soundsystem o Boredoms, entre muchos otros. Aunque ha publicado varios álbumes e incontables 12” en solitario, le gusta rodearse de colaboradores. Su relación más fructífera es, sin duda, la que mantiene con el productor noruego Prins Thomas, con quien ha publicado tres álbumes, uno de ellos de remezclas (“Reinterpretations”).

Discografia destacada: “I feel space” (12”, 2005), “Where you go I go too” (2008), “Lindstrøm & Prins Thomas II” (2009), “Lindstrøm& Christabelle – Real life is no cool” (2010)

Web: www.myspace.com/feedelity

MaCKAYE, Ian

No por manido es menos cierto aquello de que Ian MacKaye no necesita presentación. Su nombre es clave para entender el hardcore. Con Minor Threat dio origen al movimiento straight edge y firmó algunos de los mejores discos de hardcore de la historia. Después le siguieron Fugazi y The Evens. Fiel a sus ideas y principios, creó su propio sello, Dischord.

Aunque Minor Threat se separaron tras una breve carrera, su influencia aún es palpable en muchos grupos. Con Fugazi, MacKaye dio un paso más y apostó por canciones más melódicas. The Evens, su último grupo, es mucho más accesible, que no facilón.

Discografía básica: con Minor Threat, “Out of step (1984), con Fugazi, “Repeater” (1990) y “Steady diet of nothing” (1991).

Web: www.dischord.com/band/ian-mackaye

MARGARITA

A algunos, el nombre de Margarita les lleva a engaño y les suena a pop. Sin embargo, lo que hacen Hugo Sierra, Jorge Sánchez, Sergio Arrilliaga y Rubén Pesquera está justo en sus antípodas: lo suyo es punk del siglo XXI con influencias más que palpables del hardcore. Cuando editaron su primer 7”, “Atch” (Gssh! Gssh!, 2005), el grupo comenzaba a ser un secreto a voces en la escena madrileña. Sin embargo, la puesta de largo se hizo esperar y no llegaba hasta 2008: “Parque mágico” no sólo consolidó su base de fans, sino que les llevó de gira por Europa junto a Grabba Grabba Tape, donde recibieron tan buena acogida que su último disco, “Explota el cuerpo” (2010), también se ha editado en Alemania por el sello Altin Village and Mine.

“Explota el cuerpo” ha supuesto un paso adelante para el grupo, que además de comenzar a cantar en castellano, ha evolucionado también en lo musical: se alejan algo de sus influencias, aunque no las pierden de vista.

Hugo Sierra, cantante y guitarrista de Margarita, acaba de formar el grupo paralelo “Prisma en llamas”, más cercano al pop, a la Velvet Underground y a Beat Happening. Su primer EP, “Aeropuerto extrañamente blanco”, acaba de ser editado por Gssh! Gssh! Discografia destacada: “Parque mágico” (2008) y “Explota el cuerpo” (2010).

Web: www.myspace.com/margaritaband

MASSIERAS, Los

Los DJs Hugo Capablanca y David Ducaruge, afincados en Berlín, han unido fuerzas para reivindicar el sonido de la música disco de los 70, el italo, el boogie y la psicodelia. En 2010 publicaban el 12” “Bananamanía”, realizado a base de re-edits de viejos temas hasta dejarlos irreconocibles. La prensa especializada y el omnipresente Pitchfork no tardaron en hacerse eco del dúo, que vieron su “Boogity Boogity Boogity” incluido en la sesión que Optimo grabaron para Fabric.

Poco después venía una lúdica y renovada versión del “Rumore” de Raffaella Carrá.

Ahora mismo andan inmersos en la preparación de su primer disco, compuesto por canciones propias.

Discografia destacada: “Better than italians EP” (2010).

Web: www.myspace.com/losmassieras

NÚÑEZ, Miguel B.

Además de su faceta como dibujante y autor de cómics, Miguel B. Núñez lleva años dedicándose a la música. Con Humbert Humbert, el grupo que montó junto a Paco Alcázar, en seguida se hizo un hueco en el underground español gracias a un punk acelerado y algo experimental y unos directos demoledores.

Ahora está metido de lleno en Alta Cabeza (grupo en el que también participan Rai Robledo, Fernando Epelde y Julen Palacios): punk, electrónica e influencias del psychobilly se dan la mano en el que será su disco de debut. También mantiene el proyecto en solitario Rancho Escondido y forma parte del trío Hominidae.

Discografía destacada: con Humbert Humbert, “Short panic” (2005) y “Snake Park” (2007).

Web: altacabeza.bandcamp.com y ranchoescondido.bandcamp.com

ONEIDA

Kid Millions, Fat Bobby, Baby Hanoi Jane, Showtime y "Snaps" son los miembros actuales de Oneida, un grupo que ha cambiado varias veces de formación desde 1997, año de su fundación.

El grupo de Brooklyn no tuvo la suerte de otros grupos neoyorquinos y la prensa apenas se fijó en ellos a principios de década. Craso error, porque tienen una discografía más rica e interesante que muchos de sus coetáneos. Puede que tal vez haya sido mejor para ellos, puesto que en estos años han ido por libre, evolucionado mucho: del rock más clásico de sus comienzos (“Anthem of the moon”) han pasado a esa mezcla de punk ruidista y electrónica de su último trabajo pero que ya habían explorado en otros álbumes.

Discografia destacada: “Each one teach one” (2002), “Secret wars” (2004), “The wedding” (2005), “Rated O” (2009) y “Absolute II” (2011).

Web : www.enemyhogs.com

PICCIOTTO, Danielle de

Pintora, cineasta y músico. Picciotto toca casi todos los palos del arte. Además ejerce en Berlín como promotora cultural y ha expuesto su obra en varias galerías. A nivel musical destacan sus colaboraciones con Nick Cave, Kid Congo Powers y Anita Lane en “Die Haut”, aunque el dúo que tiene con Alexander Hacke es el que le ha dado mayor relevancia dentro del mundo de la música.

Si bien con Hacke ha compuesto obras inspiradas en el “spoken word” y pensadas como performances, también ha compuesto álbumes estrictamente musicales que le han llevado de gira por EE. UU. y Europa.

Discografía destacada: “Hitman’s heel” (2010).

Web: www.danielledepicciotto.com

PLANETAS, Los

Llegaron los 90 y en España todos los grupos querían ser más indies que el indie: empezaron a copiar las modas y modos que venían de fuera, cantando en inglés, por supuesto. Salvo Los Planetas, que desde el primer momento optaron por el castellano (al margen de que a su cantante, Jota, se le entendiera o no). Casi todos aquellos grupos murieron en el intento, pero Los Planetas han logrado que sus canciones se conviertan en la banda sonora de al menos un par de generaciones y nadie duda de su relevancia en la historia de la música española.

En 2007, el grupo dio un giro radical introduciendo palos flamencos en “La leyenda del espacio”. Aunque fueron muchos los fans que se sorprendieron con el cambio, hasta el mismísimo Enrique Morente dio el visto bueno al grupo y cantó en el disco. De momento siguen por ese camino, aunque en directo aún tocan las canciones que les dieron a conocer.

Además de en Los Planetas, la mayoría de sus miembros participan en proyectos paralelos: Eric Jiménez toca la batería con Lagartija Nick, Jota lidera el Grupo de Expertos Solynieve (www.grupodexpertosolynieve.com) y Florent se ha consolidad como DJ bajo el alias Florent y yo. Banin Fraile tampoco se queda a la zaga: hace un par de años puso en marcha el grupo de pop-rock Los Invisibles y hace poco acaba de crear junto a Florent el dúo de electrónica Los Pilotos.

Discografia destacada: “Super 8” (1994), “Pop” (1996) “Una semana en el motor de un autobús” (1998), “Unidad de desplazaminento” (2000), “La leyenda del espacio” (2007) y “Una ópera egipcia” (2010).

Webs: www.myspace.com/losplanetas y www.facebook.com/LosPilotos

PUNSETES, Los

Ariadna, Chema, Jorge, Gonzalo y Manu publicaron su primer EP en 2007: entonces pocos conocían al grupo. Un año más tarde, y gracias al boca a boca, fueron haciéndose con un público fiel. Su primer disco, autoeditado en Gramaciones grabofónicas, les puso en el punto de mira y un año más tarde su debut era reeditado por Everlasting.

Con “LP2” se han consagrado como una de las bandas a tener en cuenta y algunas de las canciones de su último disco han sido remezcladas en el 10” “LP2 RMX” por El Guincho, Hidrogenesse, Esplendor Geométrico y Avalon.

Dos de los puntos fuertes del grupo es su cantante, Ariadna, que en los conciertos se mantiene hierática y que sin embargo se perfila como una de las cantantes más carismáticas del “indie” español; y unas letras ácidas que no dejan títere con cabeza.

Su guitarrista, Jorge, además forma parte del grupo Tubular Balls y Manu mantiene una carrera paralela en solitario como Antonna.

Discografia destacada: “Los Punsetes” (2008) y “LP2” (2010).

Web: www.myspace.com/lospunsetes

SURFER BLOOD

El grupo de John Paul Pitts, TJ Schwarz, Thomas Fekete, Kevin Williams y Marcos Marchesani se ha convertido en una de las revelaciones de la temporada con sólo un disco y gracias al papel jugado por numerosos bloggers. Publicado a principios de 2010, “Astro Coast” fue calificado como “best new music” por el influyente webzine Pitchfork.

A partir de ese momento se sucedieron las buenas críticas y los conciertos: el grupo de Florida ha tocado ya por medio mundo y ha teloneado a grupos como Interpol, Japandroids o Art Brut. De momento parecen imparables.

Discografia destacada: “Astro Coast” (2010).

Web: www.kaninerecords.com/surferblood/ UKE

Guitarra, bajo, teclado y juguetes, muchos juguetes: pájaros enjaulados que pían, campanillas, xilófonos y acordeones de tamaño diminuto... ésos son los instrumentos que usan Roberto Martín y Laura Soriano para componer las canciones de Uke. Pero lo más particular, sin duda, es que en directo no recurren al sonido grabado, sino que tocan in situ todos los instrumentos y recrean los samples de las canciones en vivo.

Su primer EP, “Boreal” se editó en 2006. Un año más tarde llegaría el disco de debut, de título homónimo, editado por Jabalina.

En la actualidad publican todos sus trabajos en su propio sello: El Milenarismo.

Discografia destacada: “Uke” (2007) y “Truco o trato” (EP, 2009).

Web: www.myspace.com/ukeukeuke

VEGA, Alan

Inconformista, iconoclasta y poco dispuesto a complacer al público con lo que espera de él. Más conocido como el 50% de Suicide, Alan Vega se metió en el mundo de la música a través del arte: fue precisamente en la galería que Vega abrió donde conoció a , con quien formaría Suicide en 1971. La inquietante voz de Vega, un sintetizador y una batería les bastaron para grabar canciones que no fueron muy bien acogidas en su momento pero que con el tiempo se han convertido en clásicos indiscutibles. ¿Pruebas? M.I.A. sampleaba el riff de “Ghostrider” para “Born free”, el single de su último disco y LCD Soundsystem hacían una versión muy particular de “Bye Bye, Bayou”.

Desde entonces, Alan Vega ha ido alternando sus grabaciones con Rev (el último disco de Suicide, “The world demise”, se publicaba en 2007) con su actividad en solitario (“Station” se publicó también en 2007). En su carrera paralela a Suicide, Alan Vega tampoco ha contentado a todo el mundo: ha ido alternando discos de electrónica con otros más cercanos al rock, al margen de las expectativas ajenas.

Durante estos años, Vega tampoco ha dejado de lado su carrera artística, llegando a exponer en el P.S.1 de Nueva York sus grandes esculturas de luz.

Discografía destacada: “Suicide [First ]” (1977), “Suicide [Second Album]” (1980), “A way of life” (1988), “American Supreme” (2002), “” (1981), “Saturn Strip” (2007), “Station” (2007) y “Cubist blues” (2008, grabado junto a Alex Chilton y Ben Vaughn).

Web: www.slimsmith.com/alanvega

WAVE PICTURES, The Afortunadamente no todos los grupos surgidos en Inglaterra en los 90 se apuntaron a la moda del brit-pop. Es el caso del trío The Wave Pictures, que están mucho más influenciados por la música de los 80, el folk, el lo-fi e incluso la americana. David Tattersall, Jonny Helm y Franic Rozycki han salido de gira con Darren Hayman, con quien han grabado un disco del que la única información que se tiene es la que el propio Hayman deja caer con cuentagotas a través de su cuenta de Twitter.

En su extensa discografía hay varios discos autoeditados y colaboraciones con artistas como André (Herman Düne) o The Mountain-Goats.

Discografia destacada: “Instant coffee baby” (2008) y “Susan rode the cyclone” (2010).

Web: www.thewavepictures.com

WIRE

Un grupo clásico. Con su debut les metieron en el saco del punk: “” se editó en el 77 y ponerles esa etiqueta resultaba demasiado tentador. Sin embargo, Wire poco o nada tenían que ver con sus coetáneos británicos. Mucho más intelectuales que The Clash y los Sex Pistols y también más conceptuales, lo suyo tiene mucho más que ver con el post-punk y no dudan en reinterpretar viejas canciones hasta convertirlas hasta convertirlas en algo totalmente nuevo, como hicieron en “Send”.

Su carrera, bastante intermitente, ha permitido que Colin Newman, voz del grupo, montara el grupo paralelo Githead.

Discografía destacada: “Pink flag” (1977), “154” (1979), “ until it is struck” (1988) y “Send” (2003).

Web: www.pinkflag.com

WOLF EYES

La música de Wolf Eyes está a años luz de ser para todos los públicos: es puro ruido industrial, como si las peores pesadillas del mundo actual se transmutaran en decibelios (tal vez no sea casualidad tratándose de un grupo que se formó en Detroit). Su punto fuerte es el directo: catártico y arrollador. En sus conciertos resulta imposible no dejarse llevar y adentrarse en ese mundo de ruido y caos.

El trío compuesto por Nate Young, John Olson y Mike Connelly comenzó su andadura en 1997, pero hasta 1999 Nate Young no terminó de perfilar el grupo que quería. En 2004 Sub Pop se fijó en ellos y editó su LP “Burned mind”. Desde entonces han cambiado de sello y de formación varias veces, pero el grupo no se ha domesticado ni un ápice.

Discografia destacada: “Burned mind” (2004), “Human animal” (2006), “Always wrong” (2009) y “No matter” (2011). Web: www.wolfeyes.net

XIU XIU

Es prácticamente imposible separar la música de Xiu Xiu de la personalidad de Jamie Stewart: en los diez años de existencia del grupo, Jamie Stewart no sólo ha sido el líder indiscutible del grupo (pese a los cambios de formación), sino que además todas las canciones de Xiu Xiu están imbuidas de su personalidad: su sexualidad, el suicidio de su padre y su vida privada se filtran en las letras de unas canciones que muy a menudo desasosiegan. La voz de Jamie Stewart, además, resulta inconfundible: siempre al límite, siempre a punto de quebrarse.

Xiu Xiu no es un grupo al uso: Stewart lo concibe como una forma de arte más. La música es vehículo y fin del arte a la vez, e implica a sus fans en todo lo que hace: desde pedir mechones del pelo de quienes asisten a los conciertos a hacer camisetas de ediciones limitadísimas en las que con su propia sangre escribe “Xiu Xiu for life” pasando por la escritura de haikus que comparte en su web.

En 2010 ha publicado su último disco, que pese a titularse “Dear God I hate myself” es uno de los trabajos más optimistas de Stewart hasta la fecha.

Discografia destacada: “Fabolous muscles” (2004), “Women as lovers” (2008), “Dear God I hate myself” (2010).

Web: www.xiuxiu.org

ZA!

Aunque Spazzfrica Ehd y Papa Dupau publicaron su primer disco en 2006 (“Eki eki eki Kazaam!”) y algunas de sus canciones aparecieron en varios recopilatorios, es ahora cuando el dúo está empezando a adquirir notoriedad dentro del “underground”: han estado de gira por el Reino Unido y su último trabajo, “Macumba o muerte”, ha sido editado en EEUU y Alemania a través de los sellos Darla y Discorporate, respectivamente. Además, “Macumba o muerte” fue masterizado por Bob Weston (Shellac). Una de las señas de identidad de ZA! es que en una misma canción pueden pasar del punk, al noise, a los ritmos africanos o tropicalistas, convirtiendo cada tema en una suerte de poliedro sonoro con varias caras.

Acaban de terminar la grabación de su último disco, que aún no tiene fecha de edición.

Discografía destacada: “Macumba o muerte” (2009) y “Megaflow” (2011).

Web: www.myspace.com/putosza

ZOLA JESUS

Nika Roza Danilova es voz y alma de Zola Jesus, un grupo que casi sin hacer ruido y sin grandes campañas promocionales se está convirtiendo poco a poco en uno de esos nombres a tener muy en cuenta. Nacida en 1989, Nika editó en 2009 dos discos que pasaron prácticamente desapercibidos, así como un par de splits con Burial Hex y LA Vampires. Pero si la gente se ha fijado en ella es gracias a "Stridulum II" (2010), un álbum en el que la primera referencia que viene a la cabeza es la de Siouxsie. Sin embargo, sería simplista quedarse sólo con la comparación, porque la música de Zola Jesus bebe de influencias como la ópera, arte que llegó a estudiar hasta que se decantó por el pop.

Discografía destacada: "The spoils" (2009) y "StridulumII" (2010)

Web: www.zolajesus.com