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Su fama fue tal que su presencia fue requerida por el cine en cinco ocasiones Ha muerto un mito: Quincoces

Alberto López Echevarrieta cas espectaculares tuvo lugar con moti­ ducción en la que se muestra el interés vo de los Juegos Olímpicos de Barcelo­ de una madre por conseguir eí cariño de a reciente muerte del baracal- na. El antiguo mito del fútbol interna­ Qiimcrm un ahijado con el que difícilmente pue­ dés . ocurri­ cional portó la antorcha olímpica a su de entenderse. Finalmente conseguirá da el pasado 10 de mayo, es re­ paso por , capital en la que resi­ su propósito. ferencia obligada para recor­ dió hasta su muerte. La carrera cinematográfica de Quin­ L dar la figura de uno de los deportistasCuriosamente, Quincoces sólo vistió coces continuó dos años después al in­ más sobresalientes que ha dado Biz­ la camiseta del Athletic durante una tervenir en la interesante película «Tie­ kaia. Un hombre elevado en su momen­ prueba que se le hizo en un encuentro rra sedienta» de Rafael Gil. El filme to a la categoría de mito y cuyo apellido contra la Real Sociedad. Su iuego no plantea unproblem a social en torno a la estuvo durante muchos años unido a gustó y fue rechazado echando así por construcción de un pantano que afecta una imbatida defensa futbolística for­ tierra el deseo de todo vizcaino de jugar a un pequeño pueblo donde se desarro­ mada con Ciríaco en la línea de la le­ en el primer equipo. El futbolista, que lla una historia de amor. Este argumen­ gendaria delantera de nuestro Athletic vistió el uniforme de la selección espa­ to, ideado por José Fernández Giner y con Zarra en cabeza. Lo curioso dei ca­ ñola por primera vez en la Olimpiada con diálogos de Eduardo Marquina, fue so es que, a pesar de ser vizcaino, sólo de Amsterdam en 1928 ganando a Mé­ motivo de culto cinematográfico, signi­ vistió la camiseta del primer equipo vas­ xico por 7 a 1, sería más tarde seleccio­ ficando uno de los trabajos más aprecia­ co en una prueba y, para colmo, esta fue nador en dos partidos contra Portugal dos de Gil, en parte debido a su gran insatisfactoria. Luego llegaría la gloria que se jugaron en Lisboa y La Coruña. despliegue cinematográfico ya que in­ en el fútbol y hasla en el cine. La popularidad de este futboHsta fue tervinieron mil figurantes, dieciocho Jacinto Francisco Fernández de Quin­ tal que el cine le reclamó para interve­ maquetas, treinta decorados de Schild y coces y López de Urbina nació en Bara- nir en varias películas. Incluso su efigie Alfredo Fraile rodó noventa mil metros kaldo el 17 de julio de 1905. A los 15 fue primer plano del cartel que anunció de negativo. También la música del ma­ años dió sus primeras patadas a un ba­ su debut ante las pantallas, «¡¡Campeo­ estro Quintero fue factor fundamental lón en campo de fútbol. Jugó en los nes!!», ^lícula realizada en 1941 por para el buen acabado de este filme que equipos La Giralda, San Andrés y Altos Ramón Torrado en torno a la aventura DtRECCiÓI»** costó dos millones y medio de pesetas. Hornos. Pasó al Alavés, aunque a veces, del portero de un equipo de fútbol al RA.MÓN TORRADO Junto a Quincoces intervinieron en di­ cuando era reclamado por el Barakal- que le preparan una trampa con forma ferentes papeles Julio Peña, Mary Del­ do, vistió la camiseta de este equipo. de soborno para conseguir su expulsión O m L h E B M O RICARDO JACINTO gado, Fernando Rey, José María Prada, Quincoces llegó a cobrar gran popu­ del equipo. Junto a Jacinto formaron G0R06TXZA ZAMORA QUINCOCES Juan Calvo y sobre todo José María La­ laridad por la fuerza de sus «chuts» para el eme otros dos míticos deportis­ do que estuvo formidable. -cuenta a leyenda que una tarde reven­ tas, nuestro Guillermo Gorostiza «Bala «Saeta rubia», el homenaje que el ci­ tó tres balones en Lasesarre jugando roja», y . ne tributó a Alfredo di Stefano, fue otro contra el Zaballa- y por el pañuelo que La película tuvo un éxito de tal mag­ de los filmes en los que participó Quin­ se ataba a la cabeza. Fichado por el Re­ nitud que pronto se preparó un docu­ coces. Realizado por Javier Seto en al Madrid, mantuvo en jaque a los equi­ mental que, bajo el título de «Homena­ 1956, fue un argumento utilizado por el pos contrarios defendiendo la portería je a Quincoces», recogía en 1942 la ca­ donostiarra Jesús María de Arozamena con Ciríaco. Los aficio­ rrera recién terminada y Antonio Mas-Guindal para ensalzar nados de entonces lo te­ de este hombre. la labor del futbolista internacional. El nían claro al unir estos Galán en la pantalla, director apartó el tema deportivo todo dos nombres como si de el baracaldés repitió en lo que pudo para alabar la trayectoria una jaculatoria se trata­ 1943 al aceptar uno de humana de Di Stefano, aunque, justo es ra. los principales papeles decirlo, los espectadores lo que querían La carrera del vizcai­ de una película mjusta- era ver al héroe en acción, sus mejores no fue triunfal hasta su mente olvidada, «El ca­ jijadas extraídas de documentales. retirada el 2 de noviem­ mino del amor», realiza­ «I^eta rubia» fue un éxito en su tiempo bre de 1941 en un parti­ da por José María Cas- gracias a la fotografía de Antonio Ma- do contra el Sevilla. tellví -¿para cuándo la casoli y a la música de FVancis López, Luego adquirió notoria revisión de la obra de aquél dentista vasco-francés que com­ fama como entrenador este director?- con in­ puso las mejores comedias musicales de y seleccionador. Retira­ térpretes prácticamente Luis Mariano, tales como «Fandango», do del mundo del de­ desconocidos: Alicia «El sueño de Andalucía», «Cita en Gra­ porte, se dedicó a los ne­ Romay, Angel Martínez nada», «Violetas imperiales», «Aventu­ gocios. Una de sus últi­ de la Fuente y José Ca­ ras del barbero de Sevilla», «La bella de mas apariciones públi­ lle. Se trata de una pro­ Cádiz» y «El cantor de Méjico». la boina parabólica E l tercer hombre

Lucio Araluce cho, sin que sirva de preceden­ que hace zapping hasta que la lo único bueno de la televisión Sabe que cuando falla el zap- te, por estrictas exigencias del publicidad acaba. A veces se es la publicidad. Un sólo anun­ ping, la noche de pesadilla está O se asusten. Nada guión. Les querem os hablar de despista y reengancha el pro­ cio de Cinzano, piensa, vale cantada. más lejos de nuestra tres hombres, que también po­ grama con algunos minutos de por todas las casposas telese­ El tercer hombre -dicen- intención que usur­ drían ser tres mujeres, y no sé retraso, justo cuando termina ries de producción hispánica llegó a ver veinte horas de te­ par las funciones de si tres niños. Pero vamos a de­ el reportaje que le tenía en as­ que azotan las pantallas. Los levisión* al día. Atravesó por N mi compañero de página,jarlo Al­ en tres hombres, para no cuas. Entonces se enfurece, malditos programas y las mal­ todas las etapas. Primero berto Lopez Echevarneta, ha­ complicamos demasiado. despotrica contra unos y con­ ditas series, sin embargo, inte­ -igual que el primer hombre- blándoles de cine. Estamos El primer hombre está harto tra otros y el cabreo, como rrumpen de forma pertinaz los seguía los programas y las se­ amarrados a la televisión, y de de la publicidad. Ve un prome­ siempre, lo termina pagando enjundiosos bloques publicita­ ries. Más tarde se pasó -como momento, al menos, no parece dio de siete horas diarias de te­ su familia. rios. El también -igual que el el segundo hombre- a la publi­ que ninguna cadena haya pre­ levisión y está hasta los mismí­ El segundo hombre está har­ prim er hom bre- zapea sin des­ cidad. Después de varios añc» visto un ciclo dedicado a Or­ simos de que, en medio de su to de la programación. Ve un canso. Pero no siempre logra dando tumbos por diferentes son Welles o a Carol Reed, se­ programa favorito, cuando la promedio de diez horas diarias evitar la visión, horrorosa y fu­ centros de salud, cuando todo guramente porque la excelsa cosa empieza a ponerse intere­ de televisión y ha llegado a la gaz, de la telebasura. Le pare­ parecía perdido, descubrió que filmografia de Chuck Norris sante, aparezcan los Crispies conclusión de que toaos los ca­ cen fragmentos de algún love- el botón estaba allí, esperando no les deja ni un hueco en la de Kellogs, el oso de Vemel o nales ofrecen un único progra­ craftiano Apocalipsis: masas que un dedo lo apretase. Esa parrilla cinematográfica. Lo de el amigo de Curro, que como ma elaborado con la misma desenfrenadas aplaudiendo a tarde se armó de valor y apagó echar mano al título de un clá­ nadie ignora, se encuentra en basura. Una especie de bola no se sabe qué, risotadas histé­ el aparato. Nunca volvió a en­ sico del cine (algo que, en ge­ el Caribe atiborrándose de tin­ excrementicia, cada vez más ricas, cadáveres abiertos en ca­ cenderlo. Sus viejos compañe­ neral, lo único que denota es la to con Casera. El primer hom­ redonda y más grande, com o la nal, sacerdotes vesánicos, adi­ ros de psiquiátrico dicen que absoluta falta de imaginación bre ha decidido no soportar un que acarrean los escarabajos. vinos y brujas formando un se fugó al Caribe, con un tal del periodista) lo hemos he­ sólo anuncio más, de modo Él segundo hombre piensa que akelarre. No puede soportarlo. Curro.