Unidad III Tema 12. Características de la radiodifusión sonora II

1.3.2 Programas de entretenimiento.

La primera finalidad de la radio fue difundir cultura y entretenimiento. Desde las primeras emisiones, se difundían temas selectos de música clásica o poemas de alto valor literario. Poco después, se pasa a la difusión de música popular y a la dramatización de novelas famosas en capítulos seriados. El público infantil pudo escuchar la escenificación sonora de los cuentos clásicos para niños. Más tarde, se hizo común la dramatización sonora de novelas famosas en capítulos seriados como “Ave sin nido”, “Una flor en el pantano” , “La vida de Anita Montemayor” y la historia de “Chucho el Roto”. De esta forma, el público identificaba con los protagonistas de las radionovelas de amor o los héroes de aventuras de toda índole.

Poco a poco se encuentran voces que cautivan al público y los poseedores de esas voces se convierten en cotizadas estrellas de la radio.

Surgen compositores, intérpretes de melodías que gustan a los radioescuchas (adultos o niños), como Agustín Lara y Francisco Gabilondo Soler Cri Cri. (Merayo, 2007, p. 249)

Se consolidan como estrellas de la radio los intérpretes de melodías populares como Pedro Vargas, Toña la Negra, Emilio Tuero, Lola Beltrán, los Hermanos Gil, las Hermanas Águila, Ana María González y Amparo Montes. (Merayo, 2007, p. 249)

Al mismo tiempo, surgen compositores, intérpretes de melodías que gustan a los radioescuchas (adultos o niños), como Agustín Lara (El flaco de oro) y Francisco Gabilondo Soler (Cri Cri).

Aparece la participación del público con programas pensados para captar nuevas estrellas como “La hora de los aficionados”. María Elena Márquez es fruto de ese programa. (Merayo, 2007, p. 249).

También los conductores se convirtieron en celebridades como Pedro de Lille o Nacho Carral “El Papasón”.

Son muy recordados los conductores de programas de XEW como Carlos Amador, Ramiro Gamboa, Ignacio Martínez Carpinteiro y Nicolás de la Rosa.

Otros Nacieron espacios donde el público tenía la posibilidad de participar fueron los programas de concursos. El primer programa de este género fue el que conducía Jorge Marrón Erostarbe: “El Dr. IQ” donde el conductor lanzaba preguntas para los asistentes al teatro Alameda donde se escenificaba la transmisión. Para hacer más atractiva la participación, además de preguntas de erudición, se hacían preguntas capciosas, se pedía repetir un trabalenguas y al que pasaba felizmente la prueba se le daba un premio en efectivo.

La diversificación de programas, la multiplicidad de temas y el desfile de estrellas que enriquecían los programas radiofónicos tenían como objetivo captar la mayor cantidad de público para obtener los beneficios que brindaba la venta de los spots publicitarios. Las empresas patrocinadoras buscaban los programas que tenían los mayores grupos de radioescuchas.

1.3.3 Historias en episodios o novela radiofónica Un elemento que contribuyó a la consolidación de la radiodifusión fue el surgimiento de los programas seriados que se conocen en México como radionovela o, en otros países, como radioteatros.

Los primeros programas armados en episodios seriados se empezaron a transmitir en Cuba. Así lo afirma Orozco: “Radionovela que tuvo su esplendor en la primera mitad del siglo, primero en Cuba y luego en el resto del continente.” (Orozco Gómez, 2006, julio-diciembre, p. 21) y

Este dato se reafirma con el siguiente texto:

Cuba fue la verdadera meca de las radionovelas. Muchos de sus escritores, actrices y actores vinieron a nuestro país aportándonos lo mejor de su creatividad y talento artístico. "El Derecho de Nacer", radionovela protagonizada por Eusebia Cósme, Patricia Zamora y Julio Lucena, fue escrita en 1948 por el cubano Félix B. Caignet, fue el primer producto melodramático que llegó desde la isla antillana a nuestro país, y cuyo éxito radiofónico lo compartieron más adelante el cine y la televisión, que le permitieron trascender fronteras en América, Europa y Asia. (Pulido, 2005, julio)

Los temas abordados en estas historias fueron de muy diversa índole, se trataron temas sentimentales, campiranos, religiosos, de suspenso, policiacos, de terror, históricos y hasta humorísticos.

Se recuerdan otras radionovelas muy escuchadas: Los Tres Mosqueteros y Anita de Montemar que, en 1940, se transmitieron a través de la XEW.

Otros títulos famosos:

Apague la Luz y Escuche

Del Altar a la Tumba

El Abismo y la Cumbre

El Fistol del Diablo

El Monje Loco

Felipe Reye,

Juan Diego

La Dama del Antifaz

Las Abandonadas y

San Martín de Porres

Todavía no existía la tecnología adecuada para grabar cada episodio de suerte que los capítulos se transmitían en vivo. En el texto siguiente se recuerda cómo se realizaban los efectos sonoros:

Con un teléfono hacíamos el sonido de una máquina de coser, agitando un pañuelo simulábamos el vuelo de unas palomas o de un murciélago, con unos cerillos hacíamos el ruido de una víbora de cascabel, con papel celofán imitábamos el crepitar del fuego, con unas láminas creábamos los relámpagos durante una tormenta... (Pulido, 2005, julio) Algunas radionovelas se alargaban con más y más episodios pues el auditorio se negaba a aceptar el fin de la historia o la desaparición de determinados personajes. Se dice que la radionovela “Kalimán” constó de ocho mil capítulos, escritos por Héctor González Dueñas, quien los firmó con el seudónimo de Víctor Fox. Otra radionovela que hizo historia fue la titulada Chucho el Roto “estelarizada por Manuel López Ochoa. Se considera una las cinco series más importantes en la historia de la radio en México, ya que duró más de 11 años al aire. (Conaculta, 2012, Junio 26)

En años recientes, la radionovela sufrió un declive porque cayó en una excesiva comercialización y fue tal su desprestigio que muchas radiodifusoras dejaron de transmitir estas historias en episodios. Otros consideran que la telenovela ha tenido también algo que ver en el declive de la radionovela.

1.3.4 Transformación del uso y la costumbre de oír la radio. Muy pronto la radiodifusión transformó la vida social. Las clases de nivel económico acomodado adquirieron artefactos de elegantes acabados y diseño estético. El fino radiorreceptor se colocó en un lugar importante de la sala de estar y se convirtió en una muestra del status económico. Los grupos con menor solvencia adquirieron equipos de acuerdo con sus posibilidades monetarias. Para ellos, había equipos de cuatro, o menos bulbos. Para los muy pobres, el dinero no fue obstáculo; pues, pronto supieron cómo construir su propio receptor de galena.

Escuchar la radio se convirtió en moda. La prensa hacía reseñas de lo que se difundía en los programas. Los intelectuales integraron a la radio en sus poemas, novelas y otro tipo de creaciones. Las principales radiodifusoras adaptaron los teatros para la producción de programas. Asistir a la grabación de un programa se convirtió en costumbre popular.

Las tiendas especializadas en la venta de artículos eléctricos ofrecían todo tipo de marcas y modelos radiorreceptores. Por consiguiente, surge el nuevo oficio de técnico en reparación de radios.

En una palabra: “La radiodifusión captó la atención de industriales, comerciantes, artistas, intelectuales, gobernantes y gente del pueblo, quienes le dieron diferentes significados. Podemos decir que la mayoría le atribuía cualidades positivas y tenía fe en este invento.” (Velázquez, 1983)

Referencias

Botello H., J. (2013). Características de la radiodifusión. En DGAPA (Ed.), Homo audiens. Conocer la radio. Textos Teóricos para Aprehenderla (pp. 161-206). México, D.F.: UNAM.

Conaculta, (2012, Junio 26). Chucho el Roto revisitará la Fonoteca nacional. SEP Disponible en http://www.conaculta.gob.mx/detalle-nota/?id=21463

Merayo, A. (2007). "La radio en México". La radio en Iberoamérica. Evolución, diagnóstico y prospectiva. In. Zamora, España: Comunicación Social. Ediciones y Publicaciones.

Orozco Gómez, G. (2006, julio-diciembre). La telenovela en México: ¿De una expresión cultural a un simple producto para la mercadotecnia? Comunicación y Sociedad. Nueva Época, número 6, julio-diciembre.

Pulido, J. (2005, julio). Pioneros de las radionovelas. Revista Esperanza. Hecha por ciegos y débiles visuales., 4. Velázquez, R. (1983). "El nacimiento de la radiodifusión mexicana". Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. In Á. Matute (Ed.).