Un Nuevo Modelo De Universidad Universidades Para El
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DIRECTORIO Dr. Modesto Seara Vázquez RECTOR Dr. Agustín Santiago Alvarado VICE-RECTOR ACADÉMICO C.P. José Javier Ruiz Santiago VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO Lic. María de los Ángeles Peralta Arias VICE-RECTORA DE RELACIONES Y RECURSOS UN NUEVO MODELO DE UNIVERSIDAD UNIVERSIDADES PARA EL DESARROLLO 3a. Edición Modesto Seara Vázquez UN NUEVO MODELO DE UNIVERSIDAD UNIVERSIDADES PARA EL DESARROLLO TERCERA EDICIÓN: JULIO 2019 ISBN: 978-607-95222-1-6 UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LA MIXTECA Huajuapan de León, Oax. Diseño: Eruvid Cortés Camacho Presentación En las páginas que siguen voy a ofrecer mis concepciones de lo que debe ser una universidad. Son ideas generadas por una larga vida en el medio universitario, en distintos países y continentes, aunque la mayor parte del tiempo estuve en México, en la Ciudad de México y, los últimos treinta años, en el Estado de Oaxaca. Mi profesión, que son las relaciones i nternacionales en sus diversos aspectos, me obligó a mantenerme al día en lo que ha sucedido y su- cede en el entorno internacional, y eso me ha permitido incorporar experiencias y conocimientos al proyecto universitario que he tenido el enorme privilegio de desarrollar. En la década de 1950 entré en el medio universitario, como estudiante, primero en la Universidad Central (hoy Complutense) de Madrid, y después a nivel de post- grado en la Universidad de Paris (Sorbona). A principios de 1961 inicié mis actividades como profesor de la UNAM, y en 1988 recibí el encargo de elaborar el proyecto de una universidad en el Estado de Oaxaca, que en los siguientes años se amplió para convertirse en un conjunto de diez universidades, con 18 campus (a comienzos del 2019). Habría que considerar algunos paréntesis temporales, con un periodo (1965-1966) en la University of Utah, un año en Londres (1957) y una estancia de investigación en Berlín (Occidental) y ade- más un gran número de conferencias y cursillos en diversas univer- sidades del mundo. En total son 69 años en el medio universitario, en el que he recogido experiencias, positivas y negativas, que he tratado de incorporar en este proyecto universitario, combinando las experiencias internacionales con la realidad muy particular de Oaxaca. 7 Como es natural, no todos van a estar de acuerdo con mis opinio- nes sobre la idea de universidad; me sentiría muy decepcionado si así fuera, pero sí quiero invocar en mi apoyo tres cosas: una, que no son ideas improvisadas, sino fruto de una ya larguísima experiencia en los medios universitarios de distintas latitudes; dos, que espero haber demostrado, con los hechos, que esas ideas funcionan, y la posibilidad de combinar teoría y práctica no ha estado al alcance de muchos de los teóricos de la universidad; y tres, que he expresado mis ideas con la misma libertad con la que las he estado aplicando en las últimas décadas y mi esperanza es que en otros entornos geo- gráficos en los que haya situaciones similares, puedan beneficiarse de la experiencia oaxaqueña, pues este modelo es perfectamente expandible y replicable. Fue y todavía es, un enorme desafío, en el que fui entrando de modo gradual y tuve la oportunidad única de concebir y realizar un proyecto universitario, de universidades públicas, en el que apliqué mis propias ideas. Contra todos los pronósticos y en las circunstan- cias más difíciles, políticas, sociales, económicas e incluso geográfi- cas, podemos decir que hemos conseguido resultados muy buenos. Como todas las obras de este tipo, ésta es una obra colectiva, con aportaciones de mucha gente, de dentro y fuera de las universida- des, y es de justicia reconocerlo y por ello he de admitir, sin fal- sa humildad, que si muchos de los aciertos tienen una paternidad compartida, los errores son responsabilidad exclusiva mía, por la sencilla razón de que la postura que yo asumiera tenía mucho peso, debido al respeto y afecto de mis colaboradores. En la segunda parte, dedicada especialmente a la práctica, men- ciono los nombres más significativos, a los que tendría que añadir muchos de mis colaboradores, a quienes agradezco haber tolerado mis impaciencias, más allá de lo que se podía razonablemente espe- rar. Pero en lo que se refiere a la experiencia oaxaqueña, debo decir 8 en mi descargo, que ya son treinta años de trabajo sin descanso, con largas jornadas de trabajo y desplazamientos, casi todos por carretera, por la difícil geografía de Oaxaca, del nivel del mar en las zonas tropicales, a la alta montaña de las sierras. Quitando los fines de semana, rara vez quedo más de una noche en un sitio. Hasta ahora he tenido la suerte de una excelente salud, que me ha permi- tido estos excesos, pero debo confesar que me siento muy orgulloso del trabajo realizado, de los resultados obtenidos, y sobre todo, del consenso que se ha conseguido en Oaxaca en torno a este proyecto, hoy compartido como algo propio por todos los oaxaqueños. Con todo, no puedo hablar en pasado, pues el proyecto sigue. En lo que se refiere a mis ideas sobre el concepto de universidad, no creo que a estas alturas cambien en lo fundamental, pero en la práctica, todavía estamos en pleno combate, consiguiendo objetivos que no habíamos podido cubrir hasta ahora, y abriendo ya nuevos desafíos y lanzándonos en proyectos innovadores totalmente inédi- tos, como el de la NovaUniversitas, o la creación de polos de de- sarrollo tecnológico en torno a los centros de investigación que ya hemos establecido. Hoy Oaxaca tiene ya, quiérase o no, un lugar destacado en el de- sarrollo científico y tecnológico de México, y hemos demostrado, por la vía de los hechos, que estamos a la altura de cualquier desafío. Con esta voluntad, esperamos y deseamos, que el atraso económico y social de Oaxaca será en el futuro próximo una cosa del pasado. 9 10 Parte I La teoría 12 1. El contexto social El inicio del siglo XXI ve una sociedad sumamente compleja, ca- racterizada por el choque de dos tendencias aparentemente contra- dictorias: por un lado, la disgregación de las unidades políticas que se ha- bían mantenido vigentes en los últimos tiempos, sean décadas o siglos y el descrédito de las instituciones, que no han sabido res- ponder a las nuevas necesidades; por otro lado, una tendencia evidente e imparable, a la progresiva unificación de las sociedades, en un fenómeno confusamente des- crito como globalización1 e interdependencia. El proceso unificador se presenta bajo manifestaciones diversas y podría también interpretarse como la confluencia de procesos uni- ficadores parciales, en aceleración continua. Esto tiene consecuen- cias importantísimas para cualquier análisis que se haga del con- 1 “Como centro generador de conocimiento la Universidad tiene el compromiso estraté- gico de transformar su entorno inmediato y mediato, con el fin de mejorar permanente- mente la calidad de vida de la población, entendida ésta no solo como la satisfacción de la demanda de bienes y servicios, sino también como el desarrollo cultural y la conservación y mejoramiento del medio ambiente. Además, la Universidad debe asumir la responsabilidad de contribuir a la inserción competitiva de los diferentes sectores de la economía local, regional y nacional, en los mercados internacionales”. Ver Alberto Romero, “Universidad y Globalización”, en Revista de Ciencias Sociales (RCS) Vol. VII, Enero-Abril 2001, pp.141-151. Universidad del Zulía. Maracaibo, Venezuela. Otros, Jo- seph S. Nye Jr., (Editor) Governance in a globalizing world. Cambridge, Massachusetts: Vision of Governance for the 21st Century. Washington, D.C.: Brookings Institution Press, c2000; Banco Mundial, Globalization, growth and poverty: building an inclusive world economy. Washington, D.C.: World Bank: New York: Oxford University, 2002; Subhash C. Jain, Towards a global business confederation: a blueprint for globalization. Westport, Conn.: Praeger, c2003; Mike Moore, A world without walls: freedom, develop- ment, free trade and global governance. New York: Cambridge University Press, 2003. 13 cepto de universidad en nuestra época, un concepto que cobra una validez universal; mucho más que la que tenía en el pasado. En este mundo que se empequeñece y uniformiza, es indispen- sable plantearse los problemas que presenta la contradicción entre las legítimas aspiraciones de los pueblos, a conservar las valores que constituyen el patrimonio cultural que han ido formando a lo largo de la historia, y el hecho inescapable de la aparición de una cultura universal, con valores y aspiraciones comunes2. En el análisis de esta confrontación se manifiestan las posturas extremas, de quienes la- mentan el debilitamiento y la progresiva desaparición de los valores culturales locales y quienes exaltan el surgimiento de una cultura verdaderamente universal. En ese análisis, frecuentemente se con- funden los juicios de valor, con el problema del reconocimiento de la existencia de una realidad. Lo más sensato es aceptar que ni to- dos los valores locales son positivos, ni lo son tampoco los universa- les que los substituyen. Muchas veces, los valores que se presentan como reflejo de la cultura, en el sentido más amplio, de un pueblo, no son más que la imposición de las clases dirigentes y con frecuencia han servido como simples instrumentos de dominación. Igualmente, las formas culturales universales que se van extendiendo por todo el mundo, y se ofrecen como manifestación de las aspiraciones genera- les, no son otra cosa que el resultado de la manipulación de la infor- mación, por quienes mediante el poder tecnológico y económico con- trolan los medios de comunicación, e imponen patrones de consumo y de conducta, y los que eso hacen ni siquiera pueden pretender que representan a sus pueblos, sino que actúan por motivaciones indivi- duales, de búsqueda de la riqueza o la proyección personal. 2 Sobre la interpretación de los valores universales, Rushworth M. Kidder, Shared Values for a Troubled World: Conversations With Men and Women of Conscience (Hardcover), San Francisco: Jossey Bass 1994, y Modesto Seara Vázquez, La Hora Decisiva, 3ª Ed.