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HMU 907317 LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA Poemas de alabanza a la Virgen escritos por Gauier de Coincy (1177-1236) y adaptados a canciones populares medievales “Había instrumentos de todas clases, y los músicos cantaban con voces potentes. Y sabían como interpretar bien todo tipo de canciones populares. Y con técnicas vocales excelentes, cantaban motetes y conductus.” – “Panthere d’Amors,” Nicole de Margival, siglo XIII 1 “¿Por qué debería el diablo tener toda la mejor música?” – Canción popular, Larry Norman, 1977 2 ientras los trovadores sembraban el viento del sur de Francia, por el año 1200 los troveros, sus primos del norte, cosechaban el torbellino. La nobleza altisonante de la lírica provenzal y M la sofisticación académica de los poetas de educación universitaria desciende a niveles más realistas gracias a la traviesa malicia de los coristas de la catedral y la notable decadencia de los estudiantes parisinos, por la energía vigorosa de los músicos de la clase obrera y los excesos paganos de celebraciones campesinas. La Obra de Daniel, hoy considerada uno de los más altos logros dentro del drama musical medieval, se escribió no para estimular la algarabía festiva, sino para controlar y limitar la tradicional parranda. Subdiáconos de la catedral de Beauvais utilizaron como pretexto la fiesta del Día de los Inocentes para permitir—dentro de la misma iglesia—la monta de burro, carcajadas, ruido y correteos, dar palmas, bailar y tocar instrumentos, salvaje tañer de las campanas de la catedral; fiesta, juegos de dados y adivinación de la fortuna en el altar, violencia y falta de respeto abierta hacia la jerarquía religiosa. Al incorporar todas estas prácticas dentro de la estructura ordenada de una historia bíblica dramatizada, en particular una que asociaba tan mal comportamiento con los malvados babilonios, la iglesia podía presentar la blasfemia como ejemplo religioso, usando un carnaval pagano para disimular inofensivamente cualquier exceso de animación dentro de los límites del claustro. Durante los años que llevaron a la codificación de esta Ludus Danielis, Gautier de Coincy, Prior de la vecina Vic-sur-Aisne, trabajaba en su propia obra magna, con la misma intención de redirigir los deseos profanos hacia fines religiosos. Les Miracles de Nostre Dame recoge numerosos milagros atribuidos a la Virgen María, intercalados con oraciones líricas y canciones, siguiendo el modelo del Roman de la Rose, romance secular contemporáneo. De acuerdo con Jacques Chailley, que publicó la primera edición completa de las canciones, el año que nació el actual escritor, Gautier empezó a traducir historias de milagros del latín al verso francés alrededor del año 1218. Su trabajo fue la inspiración para muchas colecciones posteriores en lengua vernácula de Los Milagros, entre las más notables Las Cantigas de Santa María de Alfonso X, El Sabio, que incluso parafrasea algunos de los versos de Gautier con melodías que han sobrevivido hasta el día de hoy, como canciones populares de la tradición oral española. La obra maestra de Gautier incluye un Sermón sobre la Castidad en verso, dirigido a las monjas de Notre-Dame de Soissons. Su tema era la superioridad del matrimonio místico de estas ‘novias de Cristo’ sobre el matrimonio terrenal, con referencias a estribillos populares y a canciones de la malmariée (la mujer infelizmente casada con un hombre mayor, quizás rico, pero impotente). Chailley critica el mensaje del Prior del siguiente modo: “Haces bien en cantar estos estribillos, pero has elegido un amor que no se aviene con sus textos quejumbrosos. Así que canta a tu amor místico y en vez de las palabras profanas que todos conocemos, canta de acuerdo con el siguiente modelo.” Y con esto, les manda un poema religioso basado en textos de coplas bien conocidas e inserta en sus Milagros nuevos versos moralizantes adaptados a melodías de las canciones de amor troveras. Gautier nació en Coincy-l’Abbaye, cerca de Soissons, y pasó la mayor parte de su vida a pocas millas de su lugar de nacimiento, aunque da la tentación de especular que estudió en la Universidad de París. Siendo joven, entró en el monasterio de Saint-Médard en Soissons, a donde retornó en los últimos años de su vida como Gran Prior Claustral. El Manuscrito Soissons, recopilado unos 200 años más tarde, se le dio casualmente—200 años después— a una abadesa de Notre-Dame de Soissons del siglo XVII. Es el más bello y preciado de todos los manuscritos supervivientes de los Milagros, el único en 1 Contrafactum de un verso de Gautier de Coincy, Prior de Vic-sur-Aisne: “chançonetes et conduis” 2 Contrafactum de un sermón de Rowland Hill, Pastor de Surrey Chapel, 1844: “The devil should not have all the good tunes” THE HARP CONSORT 1 MIRACLES OF NOTRE-DAME HMU 907317 LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA Poemas de alabanza a la Virgen escritos por Gauier de Coincy (1177-1236) y adaptados a canciones populares medievales formato grande y notorio por la excelencia de su caligrafía y las miniaturas que lo ilustran, así como por la calidad y fiabilidad de su transcripción textual. Chailley anota que la región Soissonnais era “tierra fértil” para los troveros para “encontrar” su inspiración. (Trovador en provenzal y trovere en francés significan ambos“descubridor,” expresión de desprecio al hecho de que las mejores canciones se encuentran, no se hacen.) Poetas tales como Thierry de Soissons, Raoul de Soissons, Richard de Fournival, el Châtelain de Couci, y Gontier de Soignies eran oriundos de esta localidad, en la carretera entre Champagne y Picardy, que también fueron importantes centros de actividad trovera. Gautier de Coincy fue coetáneo de Thibaut de Champagne, Blondel de Nesles, Gace Brulé, Gautier de Dargies y del poeta-juglar Colin Muset (el término muset significa “gaita”). Por tanto, lo más apropiado es que esta grabación se hubiera realizado en un monasterio medieval bien asentado ya por el siglo XII, y situado dentro de la provincia actualmente nombrada por el río de Soisson, Aisne. Mientras las historias de Los Milagros fueron traducidas del latín, el modelo para las canciones de Gautier de Coincy es la poesía de amor trovera. Toda la panoplia de la tradición del amor cortés se emplea, no para fémina terrenal alguna, ni siquiera idealizada, sino para la bendita Virgen María. Siguiendo la práctica trovera de nombrar a la amada aristócrata sólo indirectamente, se utilizan títulos poéticos bíblicos, convencionales o de nueva creación: “rosa mística,” “Señora del mundo,” “Reina del cielo,” “Madre de la concordia,” “noble doncella,” “chica dulce como la miel.” Donde los troveros escupían su celoso enfado contra los rivales por la mano de su dama elegida, los ataques de Gautier se dirigen contra aquellos que aman a otras mujeres (mortales), y su lenguaje es extremado: ellos son “condenados,” “engañados”; el amor terrenal es “argucia y traición,” “obscenidad,” “villanía”; “huele mal y apesta.” El mismo poeta es una “alma huérfana,” “maculada y sucia,” pero su dama—“pura,” “limpia,” “sana,” “criada con miel,” una“novia deliciosa”—que le“llevará a un dulce lugar.” “Emotivo, ardoroso, casi insano,” comenta Chailley. “Otros cantan a la pequeña Marión, yo canto a María. Cada año le debo el pago de un tributo” es el motivo de los Milagros, sustituyendo al humilde Robin y a Marión y las baladas seculares en las que ellos aparecen con una ofrenda, una canción de primavera en lenguaje elevado, ofrecida como pago de una deuda feudal o renta. En todas partes, Gautier se refiere a los seguidores de María como renteros— los que deben fidelidad feudal a su Señor o Señora. “Mientras viva, le debo a Ella como renta anual, en muestra de noble amor, una balada o un conductus.” Parece que Gautier ha sido el primero en utilizar la palabra francesa conduit, en sustitución del latín conductus: literalmente “mantener junto,” o el uso del término musical moderno, “ensemble.” La música de Conductus tenía un ritmo preciso para conducir al mismo paso a los que caminaban en procesión. Tales melodías rítmicas serían idóneas para la elaboración polifónica, ya que su claro ritmo mantendría dos o más cantantes al tiempo incluso aunque cantaran melodías diferentes. Desde entonces, el conductus se convirtió en un estilo de música polifónica particular, frecuentemente asociado a las procesiones litúrgicas. El conductus fue también un estilo literario con ritmo métrico claro y versos de medida regular. Tales versos eran ideales para la composición del estilo conductus o para improvisaciones polifónicas alimentadas por la tradición popular y desarrolladas por el talento de músicos que lo practicaban, animados por los ritmos marcados de los conductus poéticos. Los compositores medievales usaban a menudo melodías preexistentes, quizá un fragmento de canto plano o una canción secular como tenor (la voz principal del conductus polifónico), mezclando felizmente lo secular y lo sacro, el latín y la lengua vernácula. La pastoral trovera Hyer matin a l’enjornee discanta melodiosamente sobre un tenor de canto plano, Benedicamus Domino, en un marco polifónico a dos y tres voces de Notre-Dame de Paris. (La tercera voz sin texto del motete en esta grabación se canta según el solfeo silábico convencional del hexacordo medieval do re mi fa sol la.) Este tenor en latín fue deshechado por Gautier, para crear una canción monódica con un texto religioso ingeniosamente adaptado de la canción secular. La estética medieval favoreció tanto la contrafacta (préstamos y arreglos), donde, con frecuencia, es imposible determinar cual es el original y cual es la sutil variación. Gautier, de igual forma, prestó como tomó prestado: su música incluye contrafacta de canciones troveras, de melodías de canto plano y estrofas de conductus de la escuela de Notre-Dame; así mismo, las Cantigas de Santa María y Carmina THE HARP CONSORT 2 MIRACLES OF NOTRE-DAME HMU 907317 LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA Poemas de alabanza a la Virgen escritos por Gauier de Coincy (1177-1236) y adaptados a canciones populares medievales burana contienen contrafacta de melodías encontradas en los Milagros.