UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA EQUINOCCIAL

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y COMUNICACIÓN

ESCUELA DE PERIODISMO

TESIS PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE:

PERIODISTA

“ANÁLISIS HISTÓRICO SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA

TAUROMAQUIA EN LA CULTURA DE QUITO”

AUTOR:

JORGE LUIS DONOSO ALMEIDA

DIRECTOR:

MST. HERNÁN PERNETT YÉPEZ

QUITO - ECUADOR

JUNIO 2015 ii

Certificado de autenticidad

Yo, Jorge Luis Donoso Almeida portador de la cédula de ciudadanía Nº

1717931362, doy fe que el trabajo aquí descrito es de mi autoría; que no ha sido anteriormente presentado para ningún trabajo profesional; que he consultado las referencias bibliográficas que se incluyen en este documento y que no he plagiado dicha información.

......

Jorge Luis Donoso Almeida

iii

Certificado de responsabilidad

Yo, Hernán Pernett Yépez, certifico que el Sr. Jorge Luis Donoso Almeida, con CI: 1717931362, realizó el presente trabajo de titulación con título Análisis

Histórico sobre la importancia de la tauromaquia en la cultura de Quito y que es autor intelectual del mismo, que es original, auténtica y personal.

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Hernán Pernett Yépez

iv

Dedicatoria.

A mi familia y amigos por siempre apoyarme y estar a mi lado en las buenas y en las malas durante mi vida estudiantil, a mi padre Jorge Donoso por sus sabios concejos y por siempre inculcarme valores de responsabilidad, a mi madre Cecilia

Almeida por siempre darme ese amor necesario para sobreponerme a los momentos difíciles y quería dar un paso al costado, a mi hermana Alexandra Donoso por siempre ser mi inspiración y mi ejemplo de vida. Gracias por creer en mí. ¡Todo se los debo a ustedes!.

A quienes son ajenos al mundo de los toros esperando que visualicen la universalidad de este arte y a todos los aficionados para que alcen la mirada y se sientan orgullosos de formar parte de una expresión cultural única y particular.

v

Agradecimientos.

El agradecimiento infinito a mis maestros y compañeros por compartir tantas enseñanzas valiosas durante este tiempo.

Esta tesis es un reconocimiento a las siguientes personas:

Hernán Pernett, gracias maestro por compartir sus conocimientos y ayudarme en este último proceso previo a mi graduación.

Milton Calahorrano, por introducirme en el mundo del toro, aportarme con enseñanzas y bibliografía adecuada para este trabajo.

Gonzalo Ruiz Álvarez, Guillermo Albán Maldonado, Arturo de la Fuente,

Nepalí Caza, Carmen Toledo, Andrés Proaño, Pamela Cruz y Cristóbal Roldan, por colaborar con la creación de este trabajo en su carácter de periodistas, matadores, subalternos y aficionados a la Fiesta Brava. ¡Agradecimiento Eterno!

vi

Resumen

Por más de cuatro siglos se han celebrado corridas de toros en Quito, el origen de la fiesta de los toros en el Ecuador se remite a épocas coloniales, tiempos en los que los españoles trasladaron al nuevo mundo los juegos de toros y con ellos marcaron el futuro taurino de varios países iberoamericanos. Determinaron una maravillosa fusión encarnada en el mestizaje y con esta la adopción de una nueva fe y costumbres que con el paso del tiempo se convirtieron en elementos muy propios del continente americano. La nueva realidad étnico-cultural, resultado del encuentro de dos civilizaciones, estuvo marcada por las circunstancias dolorosas de la guerra de conquista y del establecimiento de un importante avance en materia cultural, social y tecnológica. El sincretismo que se produjo entre las fiestas religiosas católicas, contenidas en el calendario español y las ancestrales celebraciones indígenas nacidas de la cosmovisión propia de los aborígenes, facilito que pronto se asumiera a los toros y sus juegos como elementos consustanciales de la cultura popular, adornados por los extraordinarios matices otorgados por la sierra andina y el mestizaje plasmados de manera multicolor por elementos de origen claramente hispánico y otros de raíz indígena y precolombina. Es permanente la referencia al toro bravo como el eje de los espectáculos populares que se celebran en prácticamente todas las parroquias y cantones de las provincias de la sierra ecuatoriana y desde hace cuatro siglos en Quito. Uno de los componentes más importantes de la cultura no material de los pueblos es aquel que tiene que ver con sus fiestas y celebraciones. En este campo como muchos otros, nuestro país es extremadamente rico en sus manifestaciones. La convergencia de diversas etnias y hasta las razas ha creado un variado calendario de cultos, ritos y celebraciones. Podemos manifestar que la fiesta de los toros formando parte de la vasta riqueza cultural de la ciudad de Quito durante más de cuatro siglos.

vii

Abstract

For more than four centuries have held bullfights in Quito, the origin of in Ecuador refers to colonial times, times when the Spaniards moved into the new world games bulls and they scored bullfighting future of several Latin American countries. They found a wonderful fusion embodied in this miscegenation and adopting a new faith and morals that over time became very elements of the American continent. The new ethno-cultural reality resulting from the meeting of two civilizations, was marked by the painful circumstances of the war of conquest and the establishment of a breakthrough in cultural, social and technological issues. Syncretism that occurred between Catholic religious festivals, contained in the Spanish calendar and ancestral indigenous celebrations born own worldview of Aboriginal, facilitated soon bulls and their games were assumed as inherent elements of popular culture, decorated for extraordinary nuances provided by the Andean highlands and the way embodied by mixing multicolor elements clearly Hispanic origin and other indigenous and pre-Columbian roots. Is permanent reference to the bull as the axis of popular shows that are held in almost all the parishes and districts of the provinces of the Ecuadorian highlands and four centuries in Quito. One of the most important components of non-material culture of peoples is one that has to do with your parties and celebrations. In this field, like many others, our country is extremely rich in its manifestations. The convergence of various ethnicities and even races has created a varied calendar of worship, rituals and celebrations. We can say that the bullfighting part of the vast cultural wealth of the city of Quito for more than four centuries.

viii

Índice general

Certificado de autenticidad ...... ii

Certificado de responsabilidad ...... iii

Dedicatoria...... iv

Agradecimientos...... v

Resumen ...... vi

Abstract ...... vii

Capítulo I ...... 1

Marco referencial ...... 1

1.1 Importancia cultural ...... 1

1.1.1 Literatura ...... 1

1.1.2 Pintura y escultura ...... 1

1.1.3 Música ...... 2

1.1.4 Otras artes...... 2

1.1.5 Moda ...... 2

1.2 Riqueza lingüística ...... 2

Capítulo II ...... 3

Marco teórico ...... 3

2.1 La tauromaquia ...... 3

Capítulo III ...... 12

El toro ...... 12

3.1 Historia ...... 12

ix

3.2 Morfología de los toros ...... 13

3.3 Características ...... 14

3.3.1 Cabeza ...... 14

3.3.2 Cuello ...... 14

3.3.3 Tronco ...... 14

3.3.4 Grupa ...... 15

3.3.5 Extremidades y aplomos ...... 15

3.3.6 Piel, pelo y mucosas: ...... 15

3.3.7 Capas ...... 16

3.4 Comportamiento del toro bravo ...... 17

3.4.1 La casta y el genio ...... 18

3.4.2 La bravura y la mansedumbre ...... 18

3.5 Ganaderías ...... 19

3.6 Vida ...... 23

3.6.1 La cubrición ...... 24

3.6.2 El nacimiento ...... 24

3.6.3 La lactancia ...... 25

3.6.4 El ahijado...... 25

3.6.5 Herradero ...... 25

3.6.6 Recría...... 26

3.7 Identificación por edad ...... 26

3.7.1 Añojo (1-2 Años) ...... 26

3.7.2 Eral (2-3 Años) ...... 26

3.7.3 Utrero (3-4 Años) ...... 26

3.7.4 Cuatreño (4-5 Años) ...... 26

x

3.8 Tienta ...... 27

3.8.1 Tientas de machos ...... 27

3.8.2 Tienta de hembras...... 27

3.8.3 Apartado ...... 28

3.8.4 Embarque ...... 28

Capítulo IV ...... 29

El Torero ...... 29

4.1 Historia ...... 29

4.2 Toreros ...... 30

4.2.1 El matador ...... 30

4.2.2 Banderilleros ...... 31

4.2.3 Picadores ...... 31

4.2.4 Mozo de espadas ...... 32

4.2.5 Alguacilillo ...... 32

4.2.6 Mono sabio ...... 33

4.2.7 Arenero ...... 33

4.2.8 Mulilleros ...... 33

4.3 El paseíllo ...... 33

Capítulo V ...... 36

Vestimenta ...... 36

5.1 Historia del traje ...... 38

5.2 Elementos del traje ...... 41

5.2.1 La montera ...... 41

xi

5.2.2 El ...... 41

5.2.3 Zapatillas ...... 43

5.3 Traje de rejoneo ...... 43

5.4 La mujer en la tauromaquia ...... 44

Capítulo VI ...... 47

Música ...... 47

6.1 Antecedentes ...... 47

6.2 Música en la tauromaquia ...... 49

Capítulo VII ...... 57

La religión ...... 57

7.1 El toro y la religión ...... 57

7.2 El toro como esencia legendaria ...... 57

7.3 Espectáculos taurinos en fiestas patronales ...... 59

7.4 La religiosidad en los toreros ...... 60

7.4.1 Las supersticiones del torero ...... 61

Capitulo VIII ...... 65

Marco Metodológico ...... 65

8.1 Metodológica de la investigación ...... 65

8.1.1 Metodología cualitativa ...... 66

8.2 Técnica metodológica ...... 68

8.2.1 Entrevistas...... 68

xii

Capítulo IX ...... 75

Propuesta ...... 75

9.1 Presentación ...... 75

9.2 Objetivo ...... 76

9.3 Estructura ...... 76

9.3.1 Guion Técnico ...... 76

Conclusiones ...... 78

Apéndices ...... 80

Anexos...... 104

Bibliografía ...... 121

xiii

Índice de apéndice

Apéndice 1. Proyecto...... 80

Apéndice 2. Glosario de términos empleados en la tauromaquia...... 85

Índice de anexos

Anexo 1. Uro, animal prehistórico del cual desciende el toro bravo...... 104

Anexo 2. Diferencia en tamaño peso y morfología del macho y la hembra...... 105

Anexo 3. Clasificación del toro bravo según su pelaje...... 106

Anexo 4. Variación de cornamenta y morfología del toro bravo...... 107

Anexo 5. Distribución según importancia y jerarquía en el paseíllo...... 108

Anexo 6. Traje de torear...... 109

Anexo 7. Capote de paseo...... 110

Anexo 8. Banda Municipal en la plaza de toros Quito...... 111

Anexo 9. Torero encomendado a sus creencias...... 112

Anexo 10. Superstición del torero el ruedo...... 113

Anexo 11. Forma de acomodar el traje de luces...... 114

Anexo 12. Dependencias y estructura de la plaza de toros...... 115

Anexo 13. de Quito “Jesús del Gran Poder” ...... 116

1

Capítulo I

Marco referencial

La investigación tomara como referencia “Tauromaquia” de Dossier de Prensa que menciona lo siguiente:

1.1 Importancia cultural

“El toreo es la riqueza poética y vital de España y los Toros la fiesta más culta que hay en el mundo” Federico García Lorca.

Pintores, escultores, músicos, cineastas, intelectuales y artistas han encontrado en la Tauromaquia una fuente de inspiración para sus obras.

Los toreros son premiados, como artistas, con la Medalla de las Bellas Artes que concede el Ministerio de Cultura.

1.1.1 Literatura

Son muchos los escritores que ensalzan la Tauromaquia o que se sirven de ella como inspiración para sus obras y ahora forman parte de la literatura universal:

Góngora, Quevedo, Benavente, Bergamín, Lorca, Aleixandre, Borges, Cela,

Machado, Alberti, Hemingway, Vargas Llosa, Mariano José de Larra “El Pobrecito

Hablador”

1.1.2 Pintura y escultura

Pintores como Goya, Fortuny, Manet, Sorolla, Delacroix, Van Gogh,

Picasso...se acercan a retratar el mundo taurino. También son reseñables las esculturas de Benlliure, Picasso o Botero.

Cine: En el cine destaca la afición taurina de Orson Wells, y los guiños constantes de Almodóvar o ‘Blanca nieves’, filme nominado en los premios Goya.

2

1.1.3 Música

Género denominado Pasodoble. 14 Dossier Prensa Tauromaquia.

1.1.4 Otras artes

La Fiesta Taurina ha subido a múltiples escenarios del mundo del teatro y la danza, y de la mano de grandes autores y coreógrafos de prestigio internacionales se ha paseado por medio mundo.

1.1.5 Moda

Los grandes diseñadores de la moda se han inspirado en la Tauromaquia para algunas de sus colecciones más importantes. Un ejemplo claro es Christian

Lacroix, Francis Montesinos, Moschino.

1.2 Riqueza lingüística

Miles de palabras que alimentan nuestro lenguaje conforman una jerga específica para hablar de la terminología taurina. El mundo del toro ha calado en el lenguaje cotidiano de manera que se utilizan expresiones o símiles taurinos con frecuencia: “coger el toro por los cuernos”, “lidiar el problema”.

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Capítulo II

Marco teórico

2.1 La tauromaquia

Según Ángel Dávalos (1996), en su Diccionario Taurino, la Tauromaquia es un arte que debe ser apreciado emocionalmente y comprendido intelectualmente.

Por ello son necesarias explicaciones básicas para que una persona pueda disfrutar completamente del arte del toreo en su máxima expresión.

Esa mística subconsciente entre el hombre y el toro, ritualidad del miedo y el respeto, religión y arte; confrontadas en la historia y la pre-historia, se puede detectar mirando las figuras dibujadas en las paredes de cuevas de 15,000 años a. de c., o contemplando las confrontaciones y confirmaciones del Egipto prehistórico, donde había una ley que exigía que para controlar las aguas del Nilo el hombre tenía que demostrar su dominio de la tierra; tal dominio se demostró matando un toro una vez al año. Los laberintos de Creta y los toros místicos de la antigua Grecia dan fe de la veneración respetuosa entre los mundos del hombre y el toro.

El origen de la fiesta de los toros se remonta a la época en la cual el hombre tenía la necesidad de cazar animales para su subsistencia. Entre los animales principales que componían la dieta de los seres humanos estaban varios herbívoros, y en la zona europea y de oriente el animal con mayor tamaño y por ende mayor fuente de alimento era el uro, animal del cual desciende el toro bravo, el uro era un animal que cada vez que alguien ingresaba en su territorio o se sentía amenazado arremetía violentamente hacia su adversario.

Al ser necesaria la caza del uro para sobrevivir el ser humano en esta época ya tuvo su primer enfrentamiento con un adversario imponente y con una

4 cornamenta impresionante, convirtiendo a su captura en una actividad arriesgada y al mismo tiempo, generando que solo algunos hombres fuesen capaces de enfrentarse a él por su peligrosidad, creando así los primeros hombres capaces de ponerse frente a un encornado.

Al existir este tipo de adversario para el ser humano, ingresa la teoría del enfrentamiento entre la fuerza bruta y la inteligencia, en dicha época el hombre no contaba con mayores instrumentos para sucumbir a su adversario, por lo cual era necesario ganar al uro mediante el uso de la inteligencia, tal igual que pasa dentro de una corrida.

Cuando los lances de la caza se habían convertido en un ritual y se encerró en un espacio acotado, los ritos taurinos se configuraron como juegos que exigían valor y destreza. Según registros pictóricos, los cretenses practicaron ciertas suertes de la lidia como los saltos sobre el toro, y en estas prácticas cada vez más frecuentes nuevamente se veía implícita la batalla entre la fuerza y la inteligencia como hasta la actualidad.

Una corrida de toros implica la creación de un combate entre la fuerza bruta que en este caso será el toro bravo y la inteligencia que será representada por el torero, en esto estriba el sentido profundo de la corrida de toros: una lucha cuyo resultado es seguro, pero cuya ejecución es siempre incierta; una lidia en la que se ha de engañar al adversario, desde luego, pues es el arma de la inteligencia, lo que los griegos llamaban la “metis”, pero siempre debe ser hecha con lealtad y en eso se basa su ética.

Si se trata de engañar a este toro y no a otro, hay que saber ajustar la acción propia a las condiciones singulares del oponente, diferente por hipótesis de todos los demás, ya que es un ser mortal que combate una sola vez. “Es un ser vivo, de

5 carácter singular, que se ha de saber descubrir, y su conducta imprevisible, que, sin embargo, se debe poder prever, “cada toro tiene su lidia” dice el viejo adagio. Ésas son las cuestiones que se platean al hombre que se jugará la vida frente al toro bravo” (Wolff, 2010).

Para uno de los mejores toreros de la historia José María Manzanares la respuesta está en el mando, en saber dirigir la embestida del animal de la forma mas precisa, más larga, variando los lances de manera que se enseñe al toro a embestir, crear lo más ligados al cuerpo posible, para de esta manera crear armonía en cada movimiento y allí encontrar el mencionado arte de danzar con la muerte.

La clave dentro de la estética de una corrida de toros es el obligar a la naturaleza del toro a actuar contra sí misma, poner orden y mesura en una embestida que de entrada no es otra cosa que un miedo de defensa caótica. Así como los grandes toreros del pasado, un Vitti, por ejemplo, maestro en el arte de forzar al adversario a combatir; un Paquirri capaz de defender su terreno como un general de Imperio, un Rincón que revelaba el valor de su antagonista expresando todo su poder, cómo un Ponce que se inventada un toro alargando sus embestidas y enseñando a prestarse al juego. Esa es la clave del arte estético de una corrida de toros.

Según Wolff (2010), Determino que las corridas de toros han sido una constante antropológica en todas las regiones del mundo en las que habido toros bravos. Enfrentarte al toro, imagen natural del combatiente y símbolo permanente de poder a lo largo de la historia, es el sueño eterno del hombre. “Tu sensibilidad

6 ilumina tus juicios, pero hasta el extremo de cegarte al crear tan hermoso arte lleno de cualidades emocionales y estéticas”.1

Este combate entre un animal salvaje único y con personalidad y la inteligencia, la bondad atlética y el valor del torero viene desde tiempos inmemorables, se cuentan leyendas de estos combates en distintas culturas a nivel mundial, uno de los cuentos de esta lucha ancestral está en la antigua Grecia, donde existía un personaje único e indomable, que por su condición fue encerrado en el laberinto de Creta, el cual se podría considerar una plaza de toros; Asterión el conocido Minotauro, seria en este caso el toro bravo.

Este personaje lleno de fuerza bruta era capaz de vencer a cualquier contrincante, pero al estar encerrado en el laberinto de Creta solo se podía enfrentar a su alimento, el cual era enviado cada 9 años y consistía en un grupo de 14 vírgenes 7 mujeres y 7 hombres, quienes ingresaban al laberinto con la única finalidad de ser el alimento de Asterión. Años después un joven llamado Teseo se prometió matar al Minotauro, por lo cual sería el torero, de esta manera se visualiza una leyenda basada en el enfrentamiento a muerte entre la fuerza bruta y la inteligencia.

En otra cultura llena de historia como la de Roma se puede encontrar semejanzas del rito de las corridas de toros, estas se daban en el famoso coliseo romano. En el se daban varios espectáculos donde el toro bravo era una de sus principales atracciones, uno de los más reconocidos se generaba en el circo romano, donde un toro bravo salía a la lucha frente a dos leones adultos, en la arena estos animales se enfrentaban en un combate a muerte. El toro tomó un rol protagónico cuando se creó un duelo entre un gladiador y un astado, donde el

1 Francis Wolff, catedrático de Filosofía de la Universidad de París. Es autor de varias obras, entre ellas Aristote et la politique (PUF, 1997). Socrate (PUF 2000) y Dire le monde (PUF, 2004).

7 hombre se jugaba la vida frente al toro bravo, por lo tanto se evidencia que en esta civilización ya existía un rito muy acorde y similar a las actuales corridas de toros.

En época medieval comienza la práctica taurina del lanceo de toros, a la que se sabe eran aficionados Carlomagno, Alfonso X el Sabio y los califas almohades, entre otros. Según crónica de la época, en 1128 en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros.

Estos espectáculos se presentaban en plazas públicas y lugares abiertos como parte de celebraciones de victorias bélicas, patronímicos y fiestas, con el consecuente riesgo que esto suponía para los espectadores (Goya ha retratado una de estas tragedias en su obra sobre la muerte del alcalde de Torrejón, arrollado y corneado por un toro).

Los primeros tratadistas dieron por buena una creencia popular y pensaron que los moros de España fueron los primeros en utilizar sus capas como instrumento de distracción durante la práctica de alancear a las reses. Sin embargo, esta opinión no cuenta hoy día con respaldo académico. Durante el siglo XVI evoluciona la tauromaquia hacia los encierros de varas (predecesora de las actuales corridas de rejones), en los que participaba la realeza; incluso Carlos I de Inglaterra y su lugarteniente Lord Buckingham participaron en este evento durante su estancia en

España, tan a su gusto que repitieron luego la experiencia en su país, invitando a los embajadores de los reinos de Francia y España. Carlos I de España (no nacido en este país) lanceó un toro en la celebración del nacimiento de su hijo Felipe II.

Durante esta época la nobleza comienza a utilizar a sus peones y escuderos para distraer al toro mientras cambiaban algún caballo cansado o herido, o para rescatarlos de una caída. Con la aparición de los picadores en sustitución de las

8 lanzas, para dar a los nobles, a lomo de caballo, el privilegio de matar al toro, estos peones y auxiliares adquieren la responsabilidad de llevar al toro al , con lo que evoluciona la faena de capote y adquiere valor estético. En muchas ocasiones, si “el de a caballo” no podía matar al toro, se delegaba la responsabilidad en los de a pie.

En todos los países a nivel mundial donde las corridas de toros están permitidas y se generan con gran entusiasmo existen todos los ingredientes que la fiesta de los toros permite generar un éxtasis inigualable dentro del aficionado, es el ambiente dentro y fuera de la plaza de algarabía e incertidumbre. Dos ingredientes son indiscutiblemente constitutivos de dicho disfrute y son opuestos. Una satisfacción intelectual, cuando la mirada se clava en los gestos del hombre, y un sobrecogimiento físico, cuando se centra en el combate del toro.

El placer intelectual consiste en comprender lo que hace el torero, en intentar prever lo que podría hacer o juzgar lo que debería hacer como abreviar el tercio o prolongar la suerte de varas, alargar el pase o adelantar la pierna, torear con la mano izquierda en lugar de la derecha, citar desde más lejos, bajar la mano, cambiar de terreno, interrumpir la faena para tomar la espada, etc.

Otro placer se centra en el animal. Es tan orgánico como el anterior que es cerebral. Es el placer ante el desencadenamiento de las fuerzas de la bravura, donde la fiera que sale del toril para pelarse o se planta en medio del ruedo para desafiar a todo intruso, la que se arranca sobre todo lo que se mueve, embiste con impetuosidad al caballo de picar, vuelve a embestir con obstinación, combate a despecho de su propio castigo, suscita en todos los aficionados una excitación muda y mezclada de respeto, es la estupefacción que se experimenta ante el poder irresistible de la naturaleza.

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Así, pues por un lado hay esa fuerza que corre y, por otro, esa inteligencia que la engaña. Sin embargo esos dos ingredientes son indispensables para el placer taurino, no constituyen aun lo esencial de él, pues solo marginalmente son suscitados por la relación del toro y del torero. De su encuentro es del que nace el placer propiamente taurino, el que hace ir a personas todos los días a la plaza, el placer de ver que se ha producido lo inesperado.

Aunque las mayores emociones taurinas más nos dejen asombrados, aunque las faenas más geniales rayen por fuerza en lo irracional, entender contribuye al placer corriente de la plaza, sin ese componente intelectual, compuesto de un poco de comprensión de las causas y un mínimo de anticipación de los efectos, no se podría interpretar lo que hace el hombre, bien o mal, ni apreciar lo que ocurre en la arena. No habría continuidad de la faena ni de la lidia.

Para algunos aficionados, todo el placer consiste precisamente en considerarse inteligente por haber sabido comprender cómo ha podido el torero dominar a su adversario o por qué no ha sabido hacerlo. En cambio para otros no hay placer más intenso que el poder maravillarse simplemente con la inteligencia y el valor del hombre que se está jugando la vida frente a sus ojos. Todo aficionado siente placer al entender y al verse subyugado en la lidia, puesto que el mayor placer que siente un aficionado es el de la admiración.

Pero dentro de la fiesta de los toros existe un añadido que para muchos no es adecuado, para otros necesario y para otros es ideal. El licor y el tabaco puro en la plaza de toros es una tradición no solo para los aficionados sino también para toreros, subalternos y todo tipo de personas que estén inmiscuidos en la corrida de toros; por ejemplo cada torero tiene una bebida ideal a más de agua antes de cada toro de su lote, considerado por los expertos para desaparecer los nervios antes de

10 cada faena, en el caso del tabaco puro tenemos a un Morante de la Puebla que mientras espera su turno elige fumar un puro cohíba para distraer su mente.

El alcohol en el aficionado es diferente en la plaza de toros la bebida ideal para un aficionado siempre será el vino, debido al contraste con la carne al comerla, el tomar vino en la plaza permite al aficionado recrear el comer carne al ver un toro luchando con el torero, lo que genera un placer ideal para quienes gustan de la tauromaquia. Por ejemplo en la plaza de toros Quito, las ventas ambulantes más apetecidas eran los vinos, las famosas picadas de carne y las empanadas de morocho, para así vivir un momento en la plaza ideal como solo los toros en Quito podrían brindar.

La afición en Quito arranca desde su tercer año de fundación española, pero uno de los datos históricos que se recopilaron data del año de 1907 por diario El

Comercio.

“Aquel domingo 21 de abril de 1907, la plaza de toros- emplazada en el sector Guangacalle frente al paseo de La Alameda – iniciaba su temporada, teniendo como base de sus carteles al español Manuel Pomares. Los aficionados acudieron al coso taurino. De simpática apariencia según una vieja fotografía – encontrándose en taquillas podía adquirir, naturalmente, las entradas para la primera corrida y, por el valor cinco centavos, el folleto número uno de la colección denominada “La Tauromaquia”, que sobre arte taurino acababa de publicar la imprenta del diario El Comercio. Nacen así los anales de Quito taurino, al quedar registrados en sencillos folletos dos acontecimientos del mundo de los toros en nuestra ciudad, vinculada a la plaza de toros Quito – la segunda – a los toreros nacionales, a los contratados y a las ganaderías criollas” (Harb, 2011).

El adentrarse en las corridas de toros en Quito es revivir con nostalgia la recordada “Feria De Quito Jesús del Gran Poder”; esta feria es orgullo, alegría, tradición, color, raíces, unión, cultura, arte, trabajo, turismo, encuentro y, por supuesto, es fiesta. La feria fue uno de los actos que aglutinaron mayor cantidad de personas por motivo de celebración de las fiestas de Quito y su fundación, dicha

11 feria gracias a los aficionados y a quienes junto a las mejores figuras del mundo y a la bravura del campo, han escrito la historia taurina con un colorido único durante 50 años. Han tomado tradición española y la han convertido en algo propio, tan nuestro, que al grito de: “Viva Quito”, “Olé”, y “Toquen Trompudos”, esta fiesta se ha enraizado y es parte innegable de nuestro mestizaje cultural.

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Capítulo III

El toro

.

3.1 Historia

El toro bravo es el magnífico animal protagonista de las corridas de toros.

También llamado toro de lidia, es el espécimen macho de toro seleccionado y criado específicamente para su empleo en los diferentes espectáculos taurinos.

El uro es la subespecie antepasada del actual ganado vacuno, desapareció de su último reducto en los bosques de Europa central en el siglo XVll. Debido a la cría selectiva de toros de lidia, el toro bravo español ha sobrevivido durante los

últimos trescientos años.

“El uro era un bovino de gran tamaño, nativo de Asia central hace aproximadamente 2 millones de años (Bos acutrifons), para después extenderse por India, Medio Oriente, Asia, África y Europa, originando el Bos primigenius y sus diferentes subespecies, que, a su vez, originaron las distintas razas de ganado doméstico actual. Desapareció paulatinamente de cada uno de los territorios mencionados debido a la caza, el retroceso de los bosques y la domesticación. La última subespecie en extinguirse fue la europea —el ejemplar postrero una hembra que murió en el antiguo bosque de Jaktórow (Polonia) en 1627” (Wilson, 2005) . (Ver Anexo 1)

La principal diferencia entre un toro bravo y uno doméstico es la manera de reaccionar para defender su territorio o cuando se ve amenazado. El toro bravo de origen español seguirá atacando sin cesar mientras algo se mueva frente a él, por lo cual es un animal que cuando ataca no para hasta matar a su rival.

Hay dudas con respecto a dar al toro de lidia el estatus de raza debido a que las características que se conservan por selección varían de unas ganaderías a otras y las crías de toros bravos no nacen necesariamente bravas, ni los toros bravos tienen por qué tener progenitores bravos.

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Antes de saltar a la arena, el toro ha pasado cuatro o cinco años de su vida en el campo donde pastan manadas de un mismo sexo y edad. En ese medio, cada res adquiere una serie de querencias o lugares predilectos, de las que es muy difícil apartarla. Son querencias naturales los puntos en los que come y bebe, las sombras bajo las que sestea, los rincones frescos o abrigados donde está tranquila y resguardada de las inclemencias del tiempo. La afinidad más poderosa es la manada, debido a que el toro bravo es un animal gregario y junto a los demás se siente protegido.

El conocimiento de las querencias es indispensable para el manejo del toro en el campo, y también para la lidia, pues el animal instintivamente acelera el paso cuando se dirige hacia estos lugares y se resiste, a veces violentamente, cuando se obliga a abandonarlos. Su fuerte sentido territorial lo obliga a vigilar los movimientos de los intrusos, pero si se procede con brusquedad, responde agresivamente por su naturaleza brava.

3.2 Morfología de los toros

La morfología de la raza de lidia es uniforme en lo primordial, pero considerablemente variada en aspectos accesorios. Presenta un gran dimorfismo sexual, es elipométrica 2 , mesomorfa 3 y coloide, con gran desarrollo muscular y excepcional actitud dinamógena.

El tamaño de los machos adultos oscila en torno a los 500 Kg y las hembras alcanzan los 300 Kg, como valores medios. (Ver Anexo 2)

2 Elipométrica: Raza cuyo peso está por debajo de la media de su especie. 3 Mesomorfa: Que tiene hombros anchos, caderas estrechas y cuerpo fuerte en el caso del toro tiene que ver con el trapio.

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3.3 Características

3.3.1 Cabeza

De proporción entre media y pequeña, corta y ancha. De perfil predominantemente subcóncavo, pero igualmente puede ser recto e incluso convexo.

En el macho, la frente es ancha y plana, la cara corta, el morro ancho y los ollares dilatados.

Las encornaduras responden a formas en gancho corto con elevado número de variantes. Presentan sección circular y considerables diferencias de pigmentación que dan lugar a cinco grupos diferentes: Asti negros, Asti blancos, Asti acaramelados, Asti sucios y Asti verdes.

Las orejas son pequeñas, con abundantes pelos en su interior y borde superior, los ojos grandes, muy expresivos y más o menos salientes.

En la vaca la cabeza es más larga y estrecha, sobre todo en su fracción facial, con encornaduras igualmente alargadas, finas y de dirección muy diversa.

(Ver Anexo 3)

3.3.2 Cuello

Es corto o mediano, flexible, musculoso en los machos que presentan el morrillo desarrollado. Mucho más fino y estrecho en las hembras.

La papada aparece desarrollada en algunos ejemplares (badanudo) y apenas resulta perceptible en otros (degollados).

3.3.3 Tronco

Es corto, fuerte, cilíndrico y regularmente arqueado. La cruz ancha y poco saliente, como prolongación del morrillo, bien unida con cuello y tronco.

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El dorso es ancho y musculado al igual que los riñones, pudiendo formar una línea horizontal, aunque en los prototipos ambientales adopta una dirección inclinada de atrás hacia delante y de abajo a arriba (tipo aleonado). El pecho ancho y poderoso, el tórax profundo, los costillares arqueados, el vientre proporcionado y los ijares amplios.

3.3.4 Grupa

Es cuadrada, musculada con el nacimiento de la cola en la línea de prolongación del sacro o ligeramente levantada. En la vaca se aprecian signos de alargamiento corporal, muy discreto desarrollo muscular y un sistema mamario primitivo, cubierto de pelos largos y finos que cubren toda la región.

3.3.5 Extremidades y aplomos

Son generalmente cortas y muy bien dirigidas, la espalda levemente inclinada y dotada de amplia masa muscular al igual que el brazo y el antebrazo.

El muslo, la nalga y la pierna son proporcionados con el desarrollo muscular, que suele ser discreto, y los radios distales son finos. Las pezuñas son generalmente pequeñas y de uñas unidas.

3.3.6 Piel, pelo y mucosas:

La piel presenta un grado de desarrollo variable, pero siempre menor que el de otras razas autóctonas de explotación extensiva. El pelo tiene aspecto diferente en las distintas estaciones del año, pudiendo presentarse rizado y más largo en la frente e incluso extendiéndose hasta la región cervical. Cuando es liso y abundante en la frente y testuz se denomina meleno. El borlón de la cola es abundante, hasta el punto de tocar el suelo en los ejemplares adultos.

La coloración de las mucosas es generalmente oscura, pero también aparecen ejemplares de mucosas claras.

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3.3.7 Capas

La raza de lidia es muy variopinta, presentando diez grupos de pelajes diferentes, aunque con claro predominio de las pintas negras. Además de éstas las más abundantes son las cárdenas, coloradas, castañas, tostadas, jaboneras y berrendas. En menor medida se dan también capas ensabanadas, sardas y salineras.

Dentro del grupo de capas negras existen tres variedades; zaíno, mulato y azabache.

Las pintas cárdenas admiten variedades claras y oscuras, al igual que las castañas, sardas y salineras. Las pintas cárdenas admiten además la variedad mulata.

Dentro del grupo de pelajes colorados se incluyen las pintas melocotón, colorado propiamente dicho, colorado encendido, colorado avinagrado y retinto.

Dentro del grupo de capas jaboneras existen cuatro pelajes distintos: albahío, jabonero claro, jabonero sucio y barroso.

En cuanto a las pintas berrendas destaca la presencia del berrendo en negro.

Son menos abundantes el berrendo en colorado, berrendo en cárdeno y berrendo en castaño.

Los berrendos en jabonero y en tostado son más escasos aún, mientras que el berrendo4 en salinero y el berrendo en sardo son excepcionales.

La variación cromática es todavía más considerable si tenemos en cuenta que dichas capas suelen ir acompañadas por distintos accidentales, que suponen discontinuidades en el pelaje básico del animal.

4 Berrendo: Mamífero rumiante, de pelaje castaño en el lomo y blanco amarillento en el vientre y la cola; sus cuernos, que en el macho son mayores y están bifurcados en forma de Y con las puntas hacia atrás.

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Estos accidentales pueden aparecer en cualquier punto de la superficie corporal de la res (particularidades generales) o limitarse a una zona determinada

(particularidades de la cabeza y del cuello, particularidades del tronco, particularidades de las extremidades y particularidades de la cola).

Son particularidades generales el alunarado, anteado, aparejado, armiñado, burraco, carbonero, chorreado en morcillo, chorreado en verdugo, entrepelado, estornino, lavado o desteñido, mosqueado, nevado, remendado y salpicado.

Las particularidades de la cabeza y del cuello son capirote, capuchino, careto, caribello, carinegro, estrellado, facado, lucero, bociblanco, bocidorado, bocinegro, ojalado, ojinegro, ojo de perdiz, llorón y gargantillo.

Las accidentales que afectan al tronco reciben las denominaciones de albardado, aldiblanco, aldinegro, axiblanco, bragado, corrido, cinchado, jirón, listón, lombardo y meano.

Las particularidades de las extremidades son: el botinero, calcetero y calzón, mientras que las que afectan a la cola reciben los nombres de coliblanco, rabicano y rebarbo. (Ver Anexo 4)

3.4 Comportamiento del toro bravo

El resultado de la lidia depende de las reacciones del animal y del conocimiento y capacidad de adaptación que tengan los toreros frente a su adversario.

A pesar de que, a lo largo de la historia, ganaderos, matadores y apoderados han perseguido la homogeneidad en el comportamiento de las reses para facilitar la lidia, no se ha logrado reducir reacciones y características del toro de lidia.

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Para tener una idea del comportamiento que podría tener un toro en la plaza es necesario tener en cuenta los aspectos más relevantes a la hora de analizar la conducta de las reses que son:

3.4.1 La casta y el genio

Lo que convierte a una res en toro de lidia es la fiereza, es decir, la reacción violenta al sentirse solo en el ruedo. Esta fiereza puede estar acompañada de otras cualidades positivas y ser adecuada para una lidia con arte. En este caso se denomina casta, está también puede derivar hacia la aspereza y las dificultades, y entonces se denomina genio. “La casta y el genio son una misma realidad. Se diferencian por cualidades y defectos que acompañan a la fiereza: boyantía y nobleza, en el primer caso y mansedumbre y sentido en el segundo” (Pedraza,

1998).

3.4.2 La bravura y la mansedumbre

Por bravura se entiende la acometividad, la capacidad ofensiva del animal, que embiste a los objetivos que se ponen delante. Tradicionalmente, la bravura se mide en la suerte de varas. El acometer, desinteresándose del dolor es sinónimo de indudable bravura. Además el embestir en banderillas y a la mulera, sobreponiéndose al progresivo agotamiento evidencia que estamos ante un verdadero toro bravo. En su manifestación ideal va de menos a más; es decir a pesar de dolor, la fatiga y la pérdida de sangre, arremete cada vez con mayor entrega. “La bravura es la capacidad de lucha hasta el momento de su muerte”

(Domecq, 1995).

El rasgo contrario a la bravura es la mansedumbre, el toro manso es el que resiste a acometer, tiende a defenderse sólo arremete cuando se le hostiga o acosa.

Generalmente embiste con violencia, buscando defenderse de la agresión exterior.

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Antes de iniciar la acometida, escarba, cabecea, amaga y prueba. Da muestras evidentes de dolor al ser picado y banderilleado, a lo largo de la lidia trata de protegerse junto a las tablas.

3.5 Ganaderías

Las ganaderías de toros de lidia son empresas que dependen exclusivamente de los espectáculos taurinos ya que esta variedad bovina no tiene ningún otro propósito comercial, a pesar que también se los puede utilizar para generar productos cárnicos, se habrían extinguido de no ser por los espectáculos taurinos.

En España existen menos de 300.000 ejemplares, a pesar de ser el país con mayor cantidad de ganaderías a nivel mundial.

La bravura es la esencia misma de la tauromaquia, razón por la que los ganaderos tratan de mejorarla constantemente. Los toros viven placenteramente en grandes extensiones controladas durante cuatro años, en algunos casos durante cinco. Nunca serán toreados previamente, de lo contrario, aprenderían y se harían demasiado peligrosos y prácticamente imposibles de utilizarlos para la lidia.

Las primeras ganaderías para los festejos se crearon en los siglos XV y XVI.

Desde entonces, grandes criadores de toros de lidia han alcanzado renombre por las características particulares de sus astados.

En el Ecuador está generalizada la idea de que el inicio de la fiesta fue vinculado a toros navarros traídos por los jesuitas, relacionando a estos con las primeras ganaderías que pastaron en las faldas de los montes Pasochoa y Antisana, anteriormente pagos (propiedad) de la Compañía de Jesús.

Parece que no es así, según las Actas del Cabildo de Quito y relatos de la

época. Es anterior, pero no se puede precisar las fechas en que llegó el ganado

20 bravo al país. Ricardo Descalzi indica claramente que en fechas anteriores a la llegada de los jesuitas, 1576 se corrían toros.

"En este año de 1573 vuelven a encontrarse las actas del Cabildo, Justicia y

Regimiento de la ciudad de Quito, interrumpidas desde el año 1551, las que estaban extraviadas” (González, 1934).

“Con la sesión del 26 de enero se reinicia el proceso de reseña de los acontecimientos que se suceden en la ciudad luego de veinte y dos años de silencio." "Se convino se realizasen 'juegos de cañas' y 'fiestas de toros', las que tendrían lugar como siempre (estamos en el período de prohibiciones pontificias del Papa Pío V) en la Plaza Mayor, donde se armarán los palcos y los tendidos. El señor alcalde se comprometió a ordenar este pedido y asimismo insinuó que el Alférez Real de la ciudad, dé la debida colocación en el protocolo de orden de jerarquía a los señores de la Real Audiencia" (Castillo, 1978).

El 10 de mayo de 1573, El cabildo ordenó pregonar de inmediato que todos los moradores se concentraran en la Plaza Mayor, en la mañana, tanto a caballo como a pié, para presenciar los festejos acordados 'luminarias', 'jugar y correr toros' con caretas o disfraces.

Según relato del Oidor Pedro de Valverde al Rey Felipe II en el año de la revolución de las alcabalas5 dice: "El ganado de Quito se exportaba a Cali, Popayán,

Almaguer o a Lima y al soltarlo a su arbitrio se tornaba cimarrón, cazándolo por medio de arcabuces y debiendo el cazador colocarse junto a un árbol y estar listo a treparlo en caso de ser embestido, pues ya habían ocasionado muchas muertes".

En 1592 "El 30 de septiembre la ciudad festejaba a su flamante patrono San Jerónimo, como si nada agitara el ambiente. Se 'jugaron cañas' y hubo 'corridas de

5 "Revolución de Las Alcabalas”: Miembros del Cabildo de Quito se oponen a las alcabalas y nombran como jefe de la sublevación a Alonso Moreno Bellido. El Pres. Barros pide ayuda al Virrey García Hurtado de Mendoza. El Virrey envía tropas de Lima al mando del General Pedro de Arana. Quiteños forman una milicia para defenderse de Arana y nombran a Pedro Zorilla general en jefe. Dic. 28 - Alonso Moreno Bellido muere de un disparo de origen desconocido. Miembros de la Audiencia se refugian en la iglesia de San Francisco para evitar ser asesinados por el pueblo. Algunos quiteños, temiendo imposiciones económicas y sociales por la Corona, sugieren declarar la independencia.

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toros' y el pueblo se divirtió confiado en que el asunto de las alcabalas (impuestos) tendría una solución aceptable" (González Suárez, 1970).

Marzo de 1593, El Gral. Pedro de Arana entra a la ciudad a sofocar el levantamiento por la entrega de alcabalas: “Arana profanó la santidad de aquellos días, los más santos del año, y así que vino la Pascua insultó el duelo de los quiteños, mandando celebrar corridas de toros y hacer regocijos públicos" (González

Suárez, 1970).

Según otro relato en 1596 "Entró Arana con Agustín de Ahumada más seiscientos soldados, el viernes de la semana de Lázaro y luego comenzó sus crueldades, ahorcando a uno o a dos en la Plaza Mayor, los dejaba hasta la noche y traía toros ensogados sobre tarde para que los lidiasen y venían a ser los cuerpos muertos colgados, dominguejos o personas de poca monta donde se entretenían los toros causando a unos lágrimas y a otros risa" (Espada & Hernández, 1897).

De 1534 (fundación española) a 1551 no hay relación de corridas de toros. La primera vez que se corrieron toros debió de ser en esos años de 1551 a 1573.

A finales de la década de los treinta del siglo XlX, Luis de Azcázubi recorre algunas haciendas donde existía ganado bravo, compra algunas vacas las tienta y se queda con las de mejor comportamiento, Luis de Azcázubi fue la piedra angular de la ganadería brava ecuatoriana, pues introduce los mecanismos de selección, y aporta en la crianza moderna del toro de lidia. Gracias a su influencia los ganaderos empiezan a criar su ganado en mejores potreros y en tierras más bajas, lo que mejoro el trapío y peso de los ejemplares.

En 1978 debido a la poca participación de las ganaderías ecuatorianas en la

Feria de Quito, un grupo de ganaderos solicita el apoyo gubernamental del General

Guillermo Duran Arcentales para importar vacas y sementales desde España, para

22 así mejorar la raza ya existente en nuestro país, en 1979 llegan desde España las primeras vacas, novillos y sementales de los siguientes hierros: Jandilla, Juan Pedro

Domecq, Hernández Pla, entre otras.

A finales del siglo pasado y principios del actual se ha producido otras importaciones de relevancia desde España, de prestigiosas ganaderías como: El

Torreon, Garcigrandre y Alcurrucén. Esto ha permitido que la ganadería brava ecuatoriana mantenga un alto nivel de calidad para las distintas ferias que se dan en el país.

La primera ganadería brava con bandera, colores y hierro data del año 1900 que es la ganadería de Atillo. Esta Ganadería data de mucha antigüedad, ya que en la Historia de Ambato, escrita por el cronista Isaías Toro Ruiz, escribe que en la primera corrida que se realiza en Ambato, se lidian toros de la ganadería Atillo cuya propietaria era la Sra. Doña Mercedes Holguín viuda de Barona.

Don Alfredo Barona Holguín lleva los destinos de la ganadería desde 1920 hasta 1972, tiempo en el cual lidia en distintas plazas de la provincia, a partir de

1972 Atillo lidia sus reses a nombre de Alfredo Barona Sevilla, debutando en Quito en el año de 1976 en las llamadas novilladas de la oportunidad. En 1978 luego que el ganadero titular importa vacas y sementales de Atanasio Fernández Iglesias, pasa la ganadería a nombre de los Hnos. Barona Terán.

“Esta ganadería es remozada con sementales de Atanasio Fernández a partir de este año, consiguiendo logros importantes, por ejemplo, los indultos de los toros

Campanero Nº 79, lidiado por el matador César Rincón en el año 1992 en la

Monumental Plaza de Toros Ambato, ejemplar que consta en el “Libro de Toros

Célebres” de Cossio (Cossio, 1996.), y el toro Nº 4 Machaquito, lidiado en el Perú en

23 la ciudad de Santa Cruz por el matador Álvarod Barona en el año 1993” (ACGLE,

2008).

En el Ecuador existen aproximadamente entre veinte y treinta ganaderías de toro bravo de las cuales tan solo destacan unas quince. Las principales ganaderías ecuatorianas que han logrado alcanzar un importante prestigio a nivel nacional e internacional son: Triana, Huagrahuasi ambas de propiedad de José Luis Cobos;

Peñas Blancas de Cristóbal Roldán; Campo Bravo de Luis Fernando García; El

Pinar del ganadero Víctor García; La Viña de Mario Solano; Ortuño del ganadero

Ernesto Terán; Rumiquincha de quien es propietaria Amparo Valdivieso; Santa

Coloma y Vista Hermosa.

3.6 Vida

La vida de un toro en el campo es extremadamente pacífica y sosegada en los cercados, los toros establecen rigurosas jerarquías. Hay un toro alfa que domina a la manada y maltrata a los demás, generalmente por ser el líder los toros se enfrentan entre si, el dominante y el candidato a sustituirlo.

La manada presencia la lucha y arremete con fiereza contra el vencido. El toro al que le han pegado, abochornado, se aparta de la manada y se mantiene en un estado de irritabilidad que lo hace sumamente peligroso.

Dentro de un encierro de machos y carecer de la presencia de hembras, los machos tratan de satisfacer sus instintos sexuales montándose unos sobre otros. En cada punta de ganado hay un toro más débil o tímido al que montan los demás, pero por lo general este intento por montar a otro genera mayor conflicto y casi siempre desencadena en pelea entre las reses.

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3.6.1 La cubrición

Cada ganadero tiene una planificación distinta de las cubriciones y por tanto, de las parideras, que se distribuyen en forma de campana de Gauss entre los meses de julio de un año y de junio del año siguiente, concentrándose en los meses de invierno. Los ganaderos planifican la fecha de nacimiento de los becerros

(parideras), haciéndola coincidir con épocas del año en que las condiciones ambientales no son adversas, y en las que existe abundancia de recursos naturales.

Las cubriciones se realizan en lotes de cubrición, generalmente por monta natural, en las cuales un semental convive con un lote de vacas en un cercado durante un tiempo.

3.6.2 El nacimiento

El año ganadero transcurre desde el 1 de julio de un año hasta el 30 de junio del año siguiente. Las parideras (desde que nace el primer becerro de una camada hasta que nace el último) se ajustan más a los años ganaderos que a los años naturales (enero-diciembre), puesto que en los meses de invierno es cuando se producen mayor número de nacimientos.

Los partos se producen en su medio natural: la dehesa. La vaca, cuando percibe que va a parir, se refugia en un lugar alejado y protegido. La madre se come instintivamente la placenta para no dejar rastro y proteger a su cría. Al nacer, el becerro es lamido por su madre para estimular su circulación sanguínea y respiración. Cuando consigue ponerse en pie, mama de su madre los calostros

(primera leche materna, rica en anticuerpos) que lo protegerán de posibles infecciones en los primeros meses de vida.

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3.6.3 La lactancia

Primeras semanas: La madre tiene un extraordinario instinto maternal. El becerro se comunica con ella a través del berrido y copia todas sus reacciones.

4ª o 5ª semanas: El becerro comienza a ingerir hierba y agua, y se empieza a desarrollar su aparato digestivo.

A partir de la 5ª semana: Se incrementan las necesidades alimenticias del becerro como animal rumiante o poligástrico (3 estómagos: el retículo oredecilla, omaso o librillo y el rumen o panza), por tanto, decrece la producción de leche de la madre, lo que supone una menor dependencia de la misma.

3.6.4 El ahijado

El ahijado consiste en emparejar las crías con las madres, procediendo a una identificación supervisada por veterinarios técnicos del Libro Genealógico para su registro en el L.G.

Los becerros deben estar previamente identificados de forma individual con el cotral en la oreja y posteriormente con la marca a fuego (posterior al ahijado).

3.6.5 Herradero

La gestación de la vaca dura nueve meses. Después del parto, la madre pasa con el becerro ocho o nueve meses y una vez que se produce la separación se procede al herradero, que es la faena campera en la que se marcan con hierros candentes sobre diversas partes del costado derecho de la res.

El herradero supone la identificación definitiva e individual del becerro cuando a son separados de sus madres. Se realiza entre los 7 y los 11 meses de edad en presencia de la Autoridad Gubernativa y veterinarios de la asociación y ministerio.

En el herradero también se procede a marcar la señal; el decir, un porte característico en las orejas de la res que permite diferenciar a una ganadería de otra.

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Complemento de las señas de identidad en el registro de nacimiento, en que figura la fecha, el nombre, el número, el año ganadero y la pinta del toro.

3.6.6 Recría.

Después del herradero los animales se apartan en grupos en función de su sexo y edad hasta que llega el momento de la tienta o embarque. En la etapa de la recría el becerro continúa su crecimiento, comienza a defenderse, a desarrollar la jerarquía y la territorialidad. La alimentación en esta etapa es fundamental para el desarrollo del animal.

3.7 Identificación por edad

3.7.1 Añojo (1-2 Años)

 Comportamiento infantil.

 Desarrollo del aparato digestivo rumiante.

 Cambios hormonales: machos desarrollo de los caracteres sexuales

secundarios.

3.7.2 Eral (2-3 Años)

 Comportamiento en grupo: hermanándose con otros.

 Crecimiento de los cuernos.

3.7.3 Utrero (3-4 Años)

 Desarrollo muscular.

 Juegos sexuales y peleas.

 Comportamiento relativamente pacífico: moviéndose más despacio y

rumiando muchas horas.

3.7.4 Cuatreño (4-5 Años)

 Animal adulto: cada vez más solitario.

 Alimentación abundante: carácter pastueño, salvo momentos de crispación.

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 Peleas entre ellos.

 Jerarquías de grupos consolidadas.

 Gran desarrollo de la musculatura y la cobertura grasa.

3.8 Tienta

La tienta es una operación de campo para probar la bravura y las condiciones para la lidia de las reses. Se realiza fuera de la temporada taurina, entre los meses de otoño y de primavera, y el escenario es la plaza de tientas de la ganadería, en la que se emplea caballo de picar y puya de tientas, supone una prueba fundamental para seleccionar a futuros reproductores (machos y hembras).

3.8.1 Tientas de machos

Tradicionalmente se han realizado pruebas de acoso y derribo, labor que se ejecuta a caballo en correderos adecuados mediante una collera de garrochistas.

Para ello, se aparta la camada de erales, se acosan y derriban de uno en uno, y posteriormente son tentados con el caballo tentón (más ligero que el convencional) a campo abierto. Los animales que han demostrado buen comportamiento se retientan en la plaza con el caballo de picar. En este tipo de tientas al animal se le conduce al caballo a cuerpo limpio o con ayuda de ramas. En caso de pasar la prueba del caballo, se le toreará con la , y en ese caso, el animal no puede ser llevado en la plaza.

3.8.2 Tienta de hembras.

En las ganaderías, hay un cierto número de vacas destinadas a la reproducción, seleccionadas por medio de una tienta que es una lidia en una pequeña plaza dentro de la finca, en un simulado tercio de varas, preparado para la ocasión. Su objetivo es medir la fiereza, fuerza, bravura, nobleza y hechura del animal, características que serán transferidas genéticamente a la descendencia.

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La tienta de hembras es contraria a la de los macho ya que la labor es distinta, ya que se tienta toda la camada de eralas (excepcionalmente utreras), en la plaza de tientas de la finca, usando capotes de salida, caballo de picar y muleta.

El tentadero es una de las operaciones más importantes de una ganadería brava, pues el ganadero decidirá qué animales aprueba como reproductores, y con ello, selecciona el futuro de la ganadería.

3.8.3 Apartado

El apartado es una faena campera tradicional en la que interviene el personal de la ganadería a pie o a caballo para separar a determinadas reses del grupo con distintas finalidades.

3.8.4 Embarque

Los toros seleccionados y apartados son conducidos a las instalaciones de la finca para embarcarlos en un camión con jaulas individuales para llevarlos a la plaza. Esta operación se realiza de madrugada.

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Capítulo IV

El Torero

4.1 Historia

En el siglo XVlll, cuando el mundo del caballo era sostenido exclusivamente en la agricultura, empieza a tambalearse, debido a que los jinetes empiezan a aparecer también en espectáculos taurino, y los profesionales del toreo adquieren prestigio. Todo se perfiló en esa centuria de los festejos rurales y de alardes caballerescos; pero también sufrieron un cambio importante en ellos. “La fiesta participativa se convierte en espectáculo y los profesionales expulsan a la nobleza y al populacho, adueñándose monopólicamente del ritual. A finales del siglo ya no es una deshonra lidiar por dinero, sino un honor” (Pedraza, Iniciación a la fiesta de los toros , 1998).

De igual manera, las ganaderías bravas se configuraron por medio de la selección y se construyeron lugares para correr toros, parte de cuyas localidades se pusieron a la venta para el libre acceso del que pueda pagarlas, hasta entonces la bravura de las reses era fruto de azar, los galpones y galerías de las plazas públicas, en que se celebraban corridas, se ocupaban por rango social.

A mediados del siglo XVIII, los antiguos lacayos, quienes auxiliaban a los caballeros, empezaron a cobrar independencia y protagonismo como matadores de toros a estoque. Los caballeros en plaza iniciaron su declive, aunque durante un siglo precedieron a los toreros de a pie en los carteles.

En el último tercio del siglo mencionado se conformó la moderna corrida de toros, donde aparecieron entonces los tercios en que un hoy se divide la lidia: el de

30 varas, el de banderillas y el de muerte que ira creciendo en importancia, convirtiendo así al matador en cabeza y núcleo de la cuadrilla.

El torero también conocido como matador de toros, diestro o espada, es el personaje central en una corrida de toros. Es el responsable de sostener en la lidia al toro bravo con el capote, llevarlo al caballo, realizar la faena con la muleta y darle muerte con el estoque.

La cuadrilla es el conjunto formado por los otros toreros, de a pie y a caballo, que lidian los toros bajo las órdenes de un matador. También reciben el nombre de subalternos y además de sus misiones específicas ayudan al matador toreando con capote.

4.2 Toreros

Son todos aquellos personajes que incurren dentro de una corrida de toros directamente, es decir en algún momento intervienen dentro de la lidia.

4.2.1 El matador

Los toreros comienzan su aprendizaje asistiendo a Escuelas Taurinas, generalmente a una temprana edad. Unos años después comienzan su etapa de novilleros, los novillos son astados de menor tamaño y fuerza con una edad de 3 años y un peso aproximado de 400 kilos. Por último, se convierten en matadores de toros tras tomar la alternativa, la cual es concedida por otro torero.

Para poder realizar la lidia ha de dominar varias habilidades o técnicas, llamadas suertes:

 Suerte de capote: Forma de torear durante el primer y segundo tercio de la

lidia.

 Suerte de muleta: Forma de torear en el tercer tercio.

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 Suerte suprema o de espada: Es la suerte más importante de la lidia y es el

último tercio, donde se dará muerte al toro.

Estas son las suertes principales que un matador de toros deberá dominar a la perfección antes de lidiar a un toro, pero hay varios que no solo dominan estas tres, hay matadores que pueden dominar otras suertes como son:

 Suerte de Banderillas

 Suerte de varas.

Normalmente estas serán realizadas por componentes de su cuadra, la suerte más común en los matadores es la de banderillas, por lo cual se han ganado el apelativo de matadores banderilleros.

4.2.2 Banderilleros

Cuando el propio matador decide no colocar las banderillas, el subalterno de mayor antigüedad junto al tercero más joven son los encargados de colocar uno y dos pares de banderillas respectivamente, en el segundo tercio de banderillas. Las banderillas suelen tener colores de la localidad natal del torero, solo en caso que el presidente vea que el toro es demasiado manso se colocaran las “banderillas negras”6, las cuales tienen un arpón con mayor tamaño.

4.2.3 Picadores

En la antigüedad los picadores eran el personaje central del espectáculo taurino. Los picadores son parte fundamental de la lidia, debido que en el enfrentamiento del toro con el peto del caballo se puede observar la verdadera fuerza y bravura el ejemplar que está siendo lidiado. Los picadores son las dos personas que, montadas a caballo, pican al toro en el primer tercio.

6 En términos taurinos, las banderillas negras representan un castigo humillante para el toro y para la ganadería de origen. Se significa con ello que el animal no reúne condiciones idóneas para la lidia, sus prestaciones son insuficientes, su comportamiento fuera de lugar y su compromiso con el arte de la lidia, desleal.

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Utilizan una vara larga con una punta metálica llamada puya, para parar al toro y probar su bravura, detectar sus características y evitar que el animal embista levantando la cabeza en el último tercio de la lidia.

4.2.4 Mozo de espadas

Es la persona de mayor confianza del matador de toros, por lo general el mozo de espadas es un amigo de íntimo de la niñez del matador, es el que colabora directamente con el espada desde el callejón de la plaza, su labor es ayudar al cambio de muletas, capotes y espadas.

Estos son los principales personajes que se encuentran dentro de una corrida de toros, es importante recalcar que los matadores, banderilleros, picadores y mozos de espada son los que tienen directamente actuación en la lidia como tal, el papel del matador siempre será considerado el de mayor relevancia, a pesar que el rol que desempeñan los sub-alternos es mucha importancia.

Para que una corrida de toros contenga todos los implementos necesarios y que sea del agrado de los aficionados existen varios roles que se deben cubrir que tienen importancia en el desempeño de la misma, los actores secundarios de una corrida de toros serian:

4.2.5 Alguacilillo

El alguacilillo es el representante del presidente de la plaza en la arena, es el encargado de romper el paseíllo, portan una vestimenta que recuerda la época de

Carlos lV, dependiendo la importancia de la plaza aparecen dos alguacilillos o solo uno, realizando de forma simbólica la ceremonia de despejo de la plaza, dando una vuelta al ruedo, en recuerdo de cuando había que desalojar al público de la plaza pública para que pudiese comenzar el festejo sin peligro.

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Son los encargados de transmitir las órdenes del presidente de la plaza y los encargados de cortar y entregar los premios a los matadores alternantes.

4.2.6 Mono sabio

El mono sabio es un actor de ayuda, es el encargado de ayudar al picador a montar el caballo, socorrerlo si el toro logra derribarlo, son los encargados de abrir la puerta de toriles. Llevan una vestimenta toralmente distinta al resto y es el único autorizado a ingresar al ruedo además de los toreros durante la lidia.

4.2.7 Arenero

Son los encargados de mantener la arena del ruedo en perfecto estado, desfilan al final en el paseíllo y tras saludar al presidente dejan a punto la arena para que se de inicio a la lidia, aparecen después de cada toro para arreglar cualquier tipo de desperfecto en la arena que haya dejado la lidia.

4.2.8 Mulilleros

Con la ayuda de mulas son los encargados de sacar el cuerpo sin vida del toro de la plaza.

4.3 El paseíllo

El paseíllo es el preámbulo al inicio del festejo. Es un ritual que se hace siempre y sin excepción. La colocación es algo muy importante, en el paseíllo cada uno tiene una posición que no se puede incumplir es todo muy protocolario.

Los primeros en el paseíllo son los alguacilillos, hombres a caballo que se encargan de despejar la plaza. El despeje de plaza se realizaba antiguamente cuando las corridas de toros se celebraban en las plazas de los pueblos. Con ello se pretendía que todo el mundo saliera del recinto donde iba a tener lugar el festejo.

Hoy en día su papel es simplemente tradición. Una vez que los alguacilillos van a

34 saludar al presidente del festejo acudirán en busca de los toreros para comenzar el paseíllo.

Los toreros encabezan el paseíllo. La colocación de ellos guarda relación con la antigüedad de cada uno. Esto no significa que sea por orden de edad sino la antigüedad que tengan como toreros, es decir, por orden de alternativa. De esta forma el que primero se haya hecho torero se coloca a la derecha. El segundo lo hará a la izquierda mientras que el más joven de los tres lo hará en el medio. Hay que decir que el espada que torea por primera vez en una plaza debe hacerlo desmonterado, es decir, con la montera en la mano. En el caso de que hubiera hecho el paseíllo de novillero y volviera al mismo ruedo una vez tomada la alternativa, también desfilaría hasta el palco presidencial destocado.

A continuación de los toreros se encuentran las cuadrillas. Los subalternos reciben muchos nombres: peones, banderilleros o incluso toreros de plata. El orden de los subalternos depende de la antigüedad del torero al que acompañen. Cada torero cuenta con tres subalternos, ellos se colocarán en fila justo detrás de los toreros. Primero los del primer torero y así sucesivamente.

Los picadores también forman parte de la cuadrilla de un torero. Cada maestro dispone de dos picadores, uno para cada toro. El método para su colocación en el paseíllo es el mismo que con los subalternos, depende de la antigüedad del torero al que acompañen.

Los picadores van siempre acompañados por los monosabios. Los monosabios acompañan en todo momento al picador mientras está picando el toro.

Reciben este nombre por su vestimenta (camisa roja y pantalón azul) y por los saltos que dan. Se dice en el mundo del toro, que su nombre viene por los monos del circo que daban estos saltos tan ágiles.

35

Forman parte, también, del paseíllo los areneros, encargados de adecentar el ruedo entre toro y toro, eliminando los posibles agujeros que hayan quedado.

Los mulilleros y el tiro de mulillas son los encargados de recoger al toro del ruedo una vez muerto. También existía la figura del hondero. Era el encargado de enganchar el toro al tiro de mulillas. Hoy en día los propios mulilleros realizan esta labor. (Ver Anexo 5)

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Capítulo V

Vestimenta

El arte de la tauromaquia no solo conlleva el ritual ancestral de la batalla entre el imponente toro bravo y el torero, a pesar que es la cumbre y lo excelso de la fiesta este enfrentamiento, se ha creído que no había que prestar atención a los trajes y a sus colores; pero nada es secundario en la fiesta de los toros, porque todo está cargado de historia y de sentido, empezando por el traje y sus adornos que dan cuenta a su manera de liturgia taurina.

En primer lugar se halla la clave que se refiere a la evolución del tiempo y del estatuto social; el traje de los toreros era, en principio el mismo del pueblo del que formaban parte, pero poco a poco fue distinguiéndose del de la masa, recuperando las hebras de plata y oro de la nobleza suplantada en la arena, así como las hombreras recuerdan a las que remataban la armadura de los caballeros.

La vestimenta consagra su singularidad como oficiantes de un rito que se sitúa más allá de la sociedad y de la vida corriente, donde el carácter ajustado del traje resalta los atributos masculinos, con lo que denota dominio del hombre sobre la bestia, pero que, por lo contrario la montera, debido a su color y consistencia, acerca curiosamente al matador y a su adversario, con lo que se establece una sutil metáfora del Minotauro.

Los adornos o motivos que decoran el traje o el capote de paseo se remiten al mundo vegetal o religioso, con lo que invocan a la vez el impulso vital y el poder de quien lo usa, generando poder de atracción que ejercen los trajes de luces.

Las corridas de toros es uno de los espectáculos más bellos e impactantes que pueden ser presenciados hoy en día, Camilo José Cela decía que esta es la

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última gran fiesta que celebra la Humanidad, qué duda cabe de que el primer elemento que capta la atención del espectador es el atuendo que lucen los protagonistas de esta función, una indumentaria cuyo diseño en lo fundamental ha perdurado a lo largo de los años.

El brillo que despiden los adornos complementan y realzan el colorido del raso y la seda de los trajes de torear, es casi imposible creer que un aficionado, experto o profano, entendido o simplemente curioso, se sienta indiferente ante un elemento que se ha mantenido siempre como distintico del oficiante de un rito tan antiguo como el hombre.

El atuendo del torero constituye la parte más lúdica de la fiesta y experimenta con el oro para el matador y con la plata para los subalternos, combinados siempre con una tan variada gama de colores que su producto parece infinito. Por otra parte el color sobre el que se incrustan los bordados de oro, plata o azabache contribuye de manera decisiva a proporcionar al conjunto una imagen tan impactante como deslumbrante.

“El traje de torear tiene un riqueza visual y cromática que, sin embargo, no suele ser tenida en cuenta en todos sus muchos e interesantísimos matices, y es considerada solo como un aspecto externo y superficial del arte de torear, y efectivamente poco importante el traje a la hora de interpretar el toreo, pero también evidentemente constituye por si solo un enorme atractivo al que no se le ha dado la importancia real que este atesora” (Delgado, 2013, pág. 16).

No se tiene muy claro cuál es el verdadero significado del color, al que en principio, simplemente se le asignaba un cometido ornamental y de accesorio.

Para Luis Miguel Dominguín, el traje de luces, llamado así por el parpadeante centelleo de los bordados que lo enriquecen es la segunda piel del torero, con la que este siente las sensaciones más intensas, se trata de un ropaje que imprime

38 carácter y distingue a quien lo viste, atribuyendo facultades y condiciones que otros atuendos no proporcionarían. (Ver Anexo 6)

5.1 Historia del traje

Antes del siglo XVlll existían dos tipos de festejos; aquellos en los que el protagonismo recaía en miembros de la nobleza y grandes señores que a caballo, alanceaban toros, y los que organizaba el pueblo para su propia diversión, en los que intervenía todo aquel que estuviese dispuesto a ponerse delante de un toro, pero pronto aparecieron especialistas en luchar contra estos animales para divertir a la gente.

Para establecer la diferencia entre los matadores profesionales y los ocasionales, puesto que unos y otros utilizaban el mismo tipo de vestimenta, a los que cobraban se les colocaba una banda sobre los hombros que se anudaba a la cintura. Esta banda fue el primer distintivo del torero y la primera prenda obligatoria de su atuendo.

En el siglo XVl se crean los primeros trajes de torear, donde la única finalidad de esta vestimenta era proteger al torero de las tan frecuentes cornadas que se daban en esa época, hay que tomar en cuenta que en ese momento de la historia el ser torero no era una profesión y mucho menos una actividad rentable.

Ramón Pérez señala que la era del toreo moderno comienza como profesión en el siglo XVll. Este cambio también se dejó notar en el traje que utilizaban los lidiadores. Se trata en principio de un vestido muy similar al de majos y chisperos, adornado posteriormente con profusión de bordados en oro y plata y recamados con piedras de color.

Es en el siglo XVll cuando aparecen las primeras cuadrillas más o menos profesionales, integradas principalmente por personas de Navarra o Andalucía, y

39 que sienten la necesidad de distinguirse del resto del público asistente a estos espectáculos, por lo cual se colocaban unas bandas de colores alrededor del pecho.

Eugenio García Barañaga, en su obra Noche fantástica, menciona que hacia

1730 la Maestranza de Sevilla corría con los gastos de indumentaria de todo el personal que tomaba parte en las corridas de toros, y los trajes de los toreros de a pie eran siempre de color grana con galón blanco, forradas las casaquillas de lienzo, armadores de lana, entreforros de plata con medias encarnadas.

“Aproximadamente para 1789 el traje de torear fue ganando en riqueza y colorido y se fue añadiendo adornos, botones y bordados, se tendía ya a dotar de una uniformidad a los miembros de las cuadrillas; así en la reseña del festejo que se celebró en Madrid el 22 de septiembre de 1789 se da cuenta de que las cuadrillas que tomaron parte en aquella función iban vestidas, la primera a la romana con divisa encarnada y plata; la segunda a la antigua española, siendo su color azul y plata; la del tercero, a lo húsar, de color verde y plata y la del cuarto, ataviada de color pajizo y plata” (Velasco, 2002).

El diestro sevillano Joaquín Rodríguez “Costillares” en la misma época de la uniformidad de las cuadrillas hizo que la chaqueta fuese un poco más larga, con vuelta de seda y llena de hilo de plata, con botones de filigrana en su parte delantera. Las hombreras, recuerdo de las armaduras eran de anchas cintas de seda entrelazadas y el cuello era de trencilla plateada, al igual que la abertura de las mangas.

Bajo la chaqueta se colocaba una chupa de raso con bordados y sobre ella se ceñía una amplia faja, también de seda, de clara influencia militar. El calzón era amplio y abrochado bajo las rodillas, con botonaduras en las aberturas inferiores, complementándose el conjunto con medias de seda clara y zapatos de lazo y tacón bajo.

En el primer tercio del siglo XlX, según recoge Antonio Velasco, cronista de la villa de Madrid, el indumento de los toreros era de chupetín y calzón corto, camisa

40 blanca adornada de lujosa chorrera; capa o capote con mandas, faja de seda, zapatos con hebilla de plata, redecilla cubriendo la cabeza y sombrero de los llamados medio queso.

La evolución de traje de torear avanza un paso con más con la aparición de otro diestro que dejo huella en la historia de la tauromaquia: Francisco Montes

“Paquiro”. Montes introdujo en el traje lentejuelas para recargar un vestido de torear que cada vez se va haciendo más complicado en su composición y adorno.

“Paquiro” varió el corte de los trajes de torear, acortando la chaquetilla y potenciando el uso de las hombreras, elemento que había consolidado “Costillares”.

La chaquetilla era tan corta que debía dejar ver por detrás la faja, presentaba unas aberturas por debajo de los sobacos para facilitar las distintas maniobras a que obligaba la lidia.

En 1880, Leopoldo Vázquez Rodríguez, en su libro Vocabulario taurómaco, describe el traje como compuesto por chaquetilla corta con bordados de oro, plata o pasamanería, calzón corto de punto de seda bordado a los costados, chaleco de tisú, faja de raso, pañoleta al cuello, zapatilla sin tacones, montera andaluza y pendiente de la coleta un razo de seda con caídas.

El de a caballo o picador, de medio cuerpo arriba chaleco y chaquetilla como los de a pie, pero de terciopelo, abierta hasta media espalda y por bajo los brazos; coleta, faja y pañoleta y en vez de montera el sombrero llamado castoreño, de medio cuerpo abajo usan calzón y botín de ante unidos, que cubren con la mona espuelas y zapatos muy gruesos de tres suelas.

Francisco Montes “Paquiro”, dejó para la posteridad un tratado sobre tauromaquia en el que establecía unas normas para el atuendo de los matadores.

Con su aportación quedó fijado el canon definitivo del traje de torear.

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5.2 Elementos del traje

5.2.1 La montera

Un elemento característico, aun cuando complementario y de carácter secundario, pero al mismo tiempo fundamental en el atuendo del torero es la montera.

En un plano psicológico y partiendo del supuesto de que el traje de torear es un equivalente a la armadura guerrera, la montera a diferencia del casco debería ser mucho menos dura y más parecida al animal al que el guerrero se enfrenta, asemejándose en lo más posible al toro.

“La montera tuvo como origen el deseo de los lidiadores plebeyos de emular a los nobles y caballeros que alanceaban toros y que se cubrían y protegían con cascos. Ha acabado convirtiéndose en un elemento imprescindible y característico de la indumentaria de los toreros.” (Delgado, Colores del Toreo, 2013, pág. 40)

En la actualidad la montera que utilizan los toreros está fabricada en terciopelo o felpa de color negro, hubo un intento para promover el uso de la montera de otro color, pero no tuvo éxito, está trenzada a base de morillas, pequeñas bolas cosidas entre si y que la cubren por completo.

5.2.2 El traje de luces

En la actualidad la indumentaria del torero se compone de chaquetilla, chaleco, taleguilla, camisa, medias, montera y zapatillas, y la principal diferencia con los vestidos de torear de otras épocas estriba en el tejido con que se confecciona, lo más usuales son el nailon y el poliéster.

La chaquetilla es corta y llega más o menos hasta un poco antes de la cintura, es de seda y está bordada en hilo de oro, plata o azabache. Se mantienen las

42 hombreras de forma oval y también con una importante misión protectora de la clavícula y hombros en caso de caídas o golpes.

La casaquilla está adornada en su parte delantera con alamares, colocados de manera simétrica a ambos lados de la percha, de arriba se sitúan en línea, según la anchura de la prenda y la cintura del torero.

“Las mangas, decoradas de igual forma en la espaldilla y las bandas de la taleguilla, llevan incorporadas en su extremo distal tres filas de alamares de a dos, al igual que ocurre en la banda de la taleguilla” (Delgado, Colores del Toreo, 2013, pág. 43).

Un elemento que surgió como suavizase el contacto de las primitivas y

ásperas chupas sobre la piel de los lidiadores es la camisa, en sus inicios eran de cuello amplio y desabrochado, ahora son de cuello camisero y cerrado con botones, al igual que toda ella, y si antes solía hacerlo con cuatro ojales, ahora es convencional.

El calzón está realizado en torzal de seda, muy flexible y ceñido totalmente a la anatomía del torero para permitirle una total agilidad de movimientos, debe ser del mismo color que la chaquetilla y con los mismos bordados y adornos en las bandas que presenta en la parte externa de cada pierda. Cubre desde arriba de la cintura hasta un poco más debajo de la rodilla, sujetándose, por arriba mediante tirantes y abrochándose en su parte inferior con un complejo sistema de botones y cintas que se anudan y aprietan.

Desde los orígenes de la tauromaquia, bajo el calzón los lidiadores han usado medias que se ajustan a la pierna sin merma de la soltura imprescindible que el torero precisa en su quehacer, aunque también deben proteger las rozaduras de las

43 prendas externas. Se ciñen por arriba de la rodilla sobre una especie de malla elástica, que llega a la cintura y sustituye muchas veces a la ropa interior.

El traje de torear se complementa con el capote de paseo, prenda exclusivamente de adorno y desde luego, muy lujosa, empleada únicamente para hacer el paseíllo. Su modo de liar es bastante complicado y suele exigir la ayuda de alguno de los peones para que el matador pueda envolverse en él. De forma similar a la de brega en su origen era muy largo, llegando casi hasta media pierna, progresivamente se fue acortando con el paso del tiempo y las modas, admite una enorme fantasía y diversidad de motivos en su decoración, con mucha frecuencia son utilizadas imágenes de vírgenes y figuras de especial devoción del propietario del capote, pasando por dibujos de flores geométricos o de fantasía. (Ver Anexo 7)

5.2.3 Zapatillas

Las zapatillas son ya de una sola pieza, fabricadas en piel, flexibles y cómodas. Deben ser muy abiertas y en ellas el lazo está ya casi de adorno, puesto que se encajan al pie sin necesidad de ataduras, la suela sin tacón es casi siempre de goma o material plástico, mucho más ligera y algunos modelos presentan tacos, lo que permite mayor agarre a la superficie del ruedo. Son siempre de color negro.

5.3 Traje de rejoneo

Las primeras manifestaciones taurinas tuvieron como protagonistas a nobles y caballeros que alanceaban toros a caballo, y como reminiscencia de aquella actividad quedan los rejoneadores, quienes buscando la postura ideal para este ejercicio, tomaron como ejemplo el modelo militar, dobladas las piernas y pegándolos a los costados de la montura.

“En la primera mitad del siglo XVI usaban una indumentaria tan lujosa como ligera, para que no les impidiese una amplia libertad de movimientos. Estaba

44 compuesta esencialmente por un sombrero ripo birrete, jubón afiligranado y ricamente engalanado con bordados, botonaduras, mangas acolchadas, grandes encajes en el cuello y puños, medias de seda y botas altas de montar estilo militar”

(Pelegrín, 2010).

Al principio, el color que usaban era exclusivamente el negro, pero poco a poco se fue dando paso a otros. Con el tiempo, el sombrero se fue modificando hasta adoptar otro modelo de alas anchas, adornos con plumas y se incorporó la capa corta o española. Tras un tiempo los rejoneadores empezaron a utilizar el traje llamado campero, usado comúnmente en tierras ganaderas para las faenas en el campo, compuesto por una casaca corta, camisa blanca de chorreras sin pañoletas, pantalón largo cubierto con zahones y botas.

Algunos rejoneadores han adornado su casaca con bordados, botones y lentejuelas, pero la mayoría sigue el modelo clásico que desde principios del pasado siglo no ha sufrido modificaciones. En Portugal, país en el que el toreo a caballo tiene mayor arraigo, los rejoneadores han conservado su peculiar indumentaria denominada “A la Federica”, con una amplia y larga casaca de raso o seda con bordados y sombrero de dos o tres adornos de penachos y plumas.

5.4 La mujer en la tauromaquia

Un largo recorrido de sucesivas rupturas y continuadas superaciones ha representado a lo largo de la historia el deseo de la mujer de ser sujeto, y no objeto pasivo, en el arte de la tauromaquia.

Desde el tendido, como mera espectadora e insustituible componente de la fiesta brava según los hábitos sociales, hasta su presencia en la arena, como torera de a pie o a caballo. A las mujeres que lo han intentado "casi siempre las han segado la hierba bajo los pies" porque el mundo del toreo "es un tanto machista".

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La igualdad plena fue un logro personal de la novillera alicantina Ángela

Hernández, hija de un Guardia Civil, quien en 1972 emprendió una batalla legal con reclamaciones al Sindicato Nacional de Espectáculos y a los ministerios de Trabajo y de Gobernación, que finalmente fructificó en 1974 con la revocación legal de ese veto.

Esta victoria legal posibilitó la aparición de lidiadoras como la albaceteña

Maribel Atiénzar, primera matadora de alternativa en España, en los años ochenta del siglo XX, y más recientemente Cristina Sánchez, doctorada en 1996, Mari Paz

Vega, en 1997, y Sandra Moscoso, en 2010.

Pero en las corridas de toros desde sus inicios se dio la aparición de la figura femenina en los tendidos, donde era un imán de atracción hacia la afición debido a su belleza, la mujer taurina desde siempre fue a los toros con sus mejores galas, cosa que la convierte en la más atractiva de todas.

En Quito la mujer ha ocupado siempre un lugar aparte, desde la primera corrida en la monumental de Iñaquito estuvo presente en la plaza de toros para realzar cada una de las tardes taurinas, en la feria “Jesús del Gran Poder”; la mujer lleno de belleza y de alegría la monumental de Iñaquito, fue una costumbre que la corrida en la que se abría feria la reina de la capital llegaba en una carreta y daba una vuelta al ruedo saludando a toda la afición, antes de colocarse en un lugar específico de los tendidos, las reinas quiteñas incluso muchas veces recibieron halagos por los propios matadores que les brindaban faenas constantemente, ya que la reina asistía a toda la feria.

Durante la feria más importante de américa la plaza de toros quito se llenaba en la parte exterior de los tendidos de varios estantes de distintas marcas

46 publicitarias con varias modelos, las cuales realzaban el ambiente a fiesta que se generaba durante los días de feria taurina.

En los tendidos para todo aquel que ha asistido a los toros las mujeres que se encontraban en la plaza son las más hermosas de la capital, es que siempre a los toros el pueblo quiteño se acostumbró a ir con sus mejores galas, en el caso de la mujer concurría a los toros con botas, jean, camisa blanca y sombrero cordobés o de paja toquilla, los padres a las niñas por su parte las vestían con vestidos bombeados, muy tradicionales en las bailarinas de flamenco.

La mujer en la tauromaquia con su vestimenta y belleza a realzado el arte taurino desde sus inicios y en Quito persistentemente ha sido una de las protagonistas de la feria “Jesús del Gran Poder”.

47

Capítulo VI

Música

6.1 Antecedentes

Al menos desde finales del siglo XVII, cuando la fiesta de los toros quedó fijada en la forma que conocemos hoy, la música ha amenizado los espectáculos taurinos, subrayando con sus melodías las faenas de los artistas del ruedo o acompañándoles en el aplauso de las tardes de triunfo. Pero fue desde los últimos años del siglo XIX, cuando esta música alcanzó un esplendor que aún permanece, y no es sólo el pasodoble que acompaña al festejo, sino la canción que recuerda y homenajea a las grandes figuras con sus apasionados pentagramas y sus versos llenos de majeza y gallardía.

La tauromaquia es un arte en sí, y el que no lo vea así es que no es capaz de comprenderlo. Pero aparte de esta realidad, es curiosa la enorme vinculación que el arte del toreo tiene con muchas de las demás artes. Ha generado un auténtico subgénero en el mundo de la pintura, con notables artistas que la toman como única referencia.

La cantidad de novelas, ensayos, poemas, enciclopedias, estudios y publicaciones sobre el tema son infinitas.

Musicalmente la tauromaquia ha inspirado un género que le es consustancial: el pasodoble. La banda de la música es un elemento imprescindible en cualquier espectáculo taurino. El palco de los músicos es tan importante como el palco de la presidencia, y sus acompañamientos son parte fundamental de la fiesta. Salvo en la plaza de Madrid, donde solo se deja escuchar en el paseíllo y entre toro y toro, en el

48 resto de las plazas intervienen a lo largo de la lidia de acuerdo a la particular idiosincrasia de cada una.

Digo a lo largo de la lidia y no exclusivamente durante la faena de muleta porque, por ejemplo, no es raro que en varias plazas del mundo como la de Quito suene la música realzando este o aquel momento singular: un par de banderillas, un quite o lo que se le ocurra al particular director de la banda, de tal manera que si una faena considera que merece el acompañamiento musical, arranca el pasodoble, que puede enmudecer súbitamente porque el regidor entiende que había decaído el interés del trasteo, dejando al diestro en un incómodo vacío. La banda suena por mandato presidencial, dando un esplendor sinfónico a la faena.

Se reconoce al pasodoble, como la rítmica fundamental que se especializó en la música taurina. Originario de 1533 o 1534 era favorito de las verbenas populares o festividades importantes en la Península Ibérica.

En la plaza de toros Quito tenemos una singularidad como es el acompañamiento muy lugariego por el pito y el tambor en el tercio de banderillas. Es algo espontáneo que surgió del seno de la sociedad quiteña y ya se ha convertido en una tradición. El problema se plantea cuando es el espada el que coge los palos y la banda reclama su protagonismo. Lo mejor será que los asistentes sean animados por los aires locales y dejar que la Banda Municipal se ocupe del ultimo tercio cosa que hace con excelente musicalidad y generalmente buen criterio. (Ver

Anexo 8)

Son muchas las plazas en que suena siempre el mismo pasodoble al inicio del espectáculo, como es en el caso de Quito el pasodoble de “Sangre Ecuatoriana”, esto es algo que da un cierto toque de identidad. Así pues se a hecho ya una

49 costumbre el: ¡Música maestro! , aunque alguna vez y solo en Quito un impaciente les grite aquello de ¡Toquen Trompudos!.

La música como todo arte tiene sus propios parámetros y en el arte de la tauromaquia sus características propias que marcan el sentido del festejo, usualmente esta aparentada con el ritmo de la corrida y acorde a ello esta suele ser alegre, a más de ellos es potenciadora donde los implícitos estéticos son percibidles en la faena y dentro de ella, en la movilidad e intensidad de la misma.

6.2 Música en la tauromaquia

La música en la tauromaquia no solo se da en las corridas de toros sino también, para describir el arte singular de un torero o para recordarlo. Es difícil encontrar a un torero de renombre al que no se le haya dedicado una pieza musical.

Algunos tuvieron la fortuna de que ésta perturbara más allá de su propia muerte e incluso, pasadas ya al reino del olvido sus faenas y sus victorias. Se puede decir que la inmortalidad proporcionada por la música superó a la que merecían sus méritos taurinos. Poca gente recuerda ahora al matador Martín Agüero, al que el maestro

José Franco dedicó el pasodoble “Agüero” para celebrar su éxito en la feria de

Logroño de 1925. Pero aún nos deleitamos con tan inspirada pieza.

Un caso típico de esto que decimos ocurrió en 1904. La Asociación de la

Prensa de Valencia organizó una corrida de toros encabezada por el matador

Fernando Gómez Ortega “Gallito” (hermano menor de los también toreros Joselito y

Rafael, los hijos de la célebre “señá” Gabriela) y completada por los novilleros Vito,

Angelillo y Dauder. Se le encargó al maestro fundador de la Banda Municipal valenciana, Santiago Lope, un pasodoble dedicado a cada uno de ellos, que se estrenarían durante la corrida. Han pasado cerca de cien años y todavía se escuchan esas mágicas melodías, especialmente “Gallito”, que es casi un himno de

50 la fiesta nacional. Aunque nadie, excepto los estudiosos, sepan quienes fueron los protagonistas de aquella tarde inolvidable.

No podemos olvidar aquí a “Paquirri”, cuya muerte, sentida como no la había sido ninguna desde la de Manolete, inspiró, no un pasodoble sino una marcha de procesión, la titulada “Lloran los clarines”, compuesta por el entonces director de la

Banda del Regimiento Soria 9 de Sevilla, Abel Moreno, autor de tantas y tan populares melodías.

Para terminar, pasemos revista a algunas canciones que fueron dedicadas al mundo del toro y de los toreros. Sólo podremos citar algunas piezas entre tantas que nacieron al calor de las ovaciones o con la tristeza de la cogida.

En varias oportunidades se logró distinguir varias estrofas de flamenco, pasodobles, poemas, entre otros para grande matadores, varias de estas estrofas son mostradas a continuación:

De los años 40 son las “Coplas de Pedro Romero” y las “Sevillanas del

Espartero”. En las coplas se rinde un homenaje al creador de la escuela rondeña de tauromaquia (Pedro Romero Martínez 1754-1839):

¡Viva la madre

que te parió!

¡y viva Ronda!,

digo yo.

¡Ay Pedro Romero,

por tu culpa yo

me muero muero!

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En las sevillanas se recuerda a aquel torero mítico que fue el Espartero

(Manuel García Cuesta, 1865-1894):

Al hijo del Espartero

lo quieren meter a fraile

y la cuadrilla dice:

“Torero como su padre”.

Suerte perdurable en la canción tuvo Reverte (Antonio Reverte Jiménez, cuya novia tenía un pañuelo bordado que empapó con su sangre cuando cayó mortalmente herido en la plaza de Bayona.

Caliente todavía el cuerpo de Manolete (Manuel Rodríguez Sánchez, 1917-

1947), Juan Ignacio Luca de Tena compuso a su memoria un poema al que puso música el maestro Jacinto Guerrero:

En la plaza de Linares

cuando más brillaba el sol

un toro negro de Miura

frente a frente lo mató.

Mejor torero de España

el mundo te consagró.

¡Ay Manuel, Manuel Rodríguez,

de los toreros la flor.

Al mismo tema dedicaron Quintero, León y Quiroga un pasodoble que cantó de manera inimitable Juanita Reina, “Capote de grana y oro”:

Capote de grana y oro

alegre como una rosa

que te abrías ante el toro

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igual que una mariposa.

capote de valentía

de su vergüenza torera,

que a su cuerpo te ceñías

lo mismo que una bandera.

Como reliquia y tesoro

te llevo en el alma mía

capote de grana y oro.

La voz inolvidable de Conchita Piquer, que tantas veces cantó a los toreros, no en vano fue esposa de uno de ellos y suegra de otro, expresó magistralmente la tragedia silenciosa del niño torero, huérfano, valiente y atrevido, que pretende llegar a la fama, pero al que un toro mata en la dehesa, sin más testigo que la luna. No nos cuenta un hecho real, pero encierra en sus versos muchas historias que han sido y son verdaderas, por desgracia. Es “Romance de valentía”, también de Quintero,

León y Quiroga:

Allí quedó entre las fieras,

ninguno le vio caer,

nadie rezó tan siquiera

ni un padrenuestro por él.

Por él ninguna serrana

lloró de luto vestía,

por el ninguna campana

dobló, amaneciendo el día.

Pero en cambio, entre azucenas

y entre velas enrizás,

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en San Fil la Macarena

sí que lloraba de pena

por la muerte del chaval.

Cuando el 16 de mayo de 1920 el toro “Bailaor” mató a Joselito (José Gómez

Ortega) en la Plaza de Talavera de la Reina, una conmoción estremeció España.

Moría uno de los símbolos de la alegría de vivir justo cuando empezaban los “felices años 20”. Los poetas y los músicos se hicieron portavoces de su recuerdo y lo inmortalizaron en coplas y versos. Pocos años después, su nombre era uno de los referentes de los toreros famosos muertos frente al toro. El protagonista del cuplé “El niño de las monjas”, que luego cantaría inimitablemente “La Niña de la Puebla”, cuando está expirando en la plaza manchada con su sangre, dice:

“Ya no seré torero.

Torero no seré.

Que muero como Granero,

y Varelito, y el gran José”.

Y los siempre recordados Quintero, León y Quiroga compusieron en los primeros años 60 para Juanita Reina el pasodoble “Silencio por un torero”, que pregonaba:

“Aquella tarde Sevilla

se puso toda amarilla

quebraíta de color.

Y sobre el aire caliente

su voz clamó de repente.

¡Ay qué pena y qué dolor!

Silencio en Andalucía,

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rezadle un avemaría

y quitadse los sombreros.

Silencio el patio y la fuente,

que está de cuerpo presente

el mejor de los toreros”.

En cuyo estribillo aparecía el Guadalquivir tintado en sangre, Sevilla dando gritos de dolor y hasta la Virgen María suspirando por aquel torero admirado y querido, nacido en Gelves y muerto a traición en Talavera:

“Parece que está dormío,

Dios mío, en su capote de brega.

Y por Gelves viene el río teñío

con sangre de los Ortega

Suspira bajo su velo

la Virgen de la Esperanza

y arría en señal de duelo

banderas la Maestranza.

Y Sevilla, enloquecía,

repetía a voz en grito

repetía a voz en grito

¿Pa qué quiero mi alegría

si se ha muerto Joselito?”.

Gerardo Diego, uno de los mejores poetas de la Generación del 27, escribió en su libro “La suerte o la muerte”, dedicado íntegramente al mundo taurino, dos poemas a Joselito. En uno de ellos, “Elegía a Joselito”, se pueden leer estos serventesios:

55

José, José, ¿por qué te abandonaste

roto, vencido, en medio a tu victoria?

¿Por qué en mármol aún tibio modelaste

tu muerte azul ceñida de tu gloria?…etc.

Otro torero cuya muerte en la plaza, en este caso la de Manzanares, llenó a

España de luto fue Ignacio Sánchez Mejías, hombre culto y amigo de escritores y de intelectuales, que rompió el cliché popular de que el torero debía ser escasamente instruido, tal vez para poder enfrentarse a la muerte sin excesivas filosofías, inclinado siempre a las juergas, al vino y a la existencia un poco canalla. La muerte de Ignacio provocó no sólo la melancolía de su amante “La Argentinita” (Encarnación

López Julves), extraordinaria cupletista, precursora de la llamada “canción española”, sino el nacimiento de una de las grandes obras poéticas de Federico

García Lorca: “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”:

“No se cerraron sus ojos

cuando vio los cuernos cerca,

pero las madres terribles

levantaron la cabeza.

Y a través de las ganaderías

hubo un aire de voces secretas

que gritaban a toros celestes

mayorales de pálida niebla.

No hubo príncipe en Sevilla

que comparársele pueda,

ni espada como su espada

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ni corazón tan de veras.

Como un río de leones

su maravillosa fuerza,

Y como un torso de mármol

su dibujada prudencia.

Aire de Roma andaluza

le doraba la cabeza

donde su risa era un nardo

de sal y de inteligencia”.

He aquí como las sorpréndete fiesta de la tauromaquia engloba dentro de si no solo la estética de la faena sino otros elementos que acompañan al ritualismo del festejo. “El vestuario, las majas, el anís, el vino, la emoción del tendido, el tuteo con la muerte, la pasión encendida acompañadas por una música maravillosa y donde esta fiesta pone en brillo su originaria esencia árabe, pues la música de los pasodobles es ante todo herencia que la España pretérita adquirió de su convivencia con el mundo musulmán, Árabe cuyas esencias estéticas y musicales dejaron su impronta perpetua” (Delgado, Colores del Toreo, 2013).

57

Capítulo VII

La religión

7.1 El toro y la religión

La vinculación del toro con el hecho religioso es un fenómeno ya antiguo, podríamos casi decir que se halla documentado desde la Prehistoria, incluso, podríamos todavía afirmar algo más: el toro ha sido venerado en nuestra cultura, durante la Antigüedad, como animal sagrado, es decir, que ha sido un animal al que se le ha tributado culto.

Incluso, poseemos un bien conocido ejemplo de antropo-morfización de una divinidad indígena taurina, como es la escultura de la Bicha de Balazote (Albacete), que se guarda en el Museo Arqueológico Nacional de España, con influencias artísticas de las grandes culturas mediterráneas, que es por donde llegan a la

Península distintos ritos relacionados con la figura del toro.

“El culto al toro no alcanzó a desarrollarse en forma de religiosidad, pues sus esferas de influencia fueron siempre los estratos inferiores, en los que el animal era considerado como depósito de fecundidad y como objeto de virtudes apotro paicas, todo lo cual representa un estadio apenas desligado de la mentalidad mágica”

(Blázquez).

7.2 El toro como esencia legendaria

La figura del toro aparece y adquiere también un cierto protagonismo en determinadas leyendas religiosas que hablan de la aparición de imágenes sagradas y santuarios.

En el rito del toro de San Marcos, la bravura del toro se pone entre paréntesis durante un tiempo especial “en la leyenda, el que dura el acarreo de las piedras para

58 la edificación del santuario; en el rito festivo, el que dura la celebración de la fiesta de San Marcos”, terminado el cual el toro vuelve a recobrar su condición natural: la de la bravura (José́ Luis, 2008, págs. 71-110).

Ese tiempo especial, en el que la bravura se pone entre paréntesis, es un tiempo excepcional, ya que se trata de un tiempo sagrado, que, por tanto, tiene una lógica que se sale de lo común, de lo rutinario y de lo tenido por habitual.

La imagen de la Virgen de los Remedios se venera en una ermita del término municipal de la localidad salmantina de Buena madre, en un ámbito no alejado del transcurso de las aguas del río Huebra. Junto a la edificación religiosa, hay una plaza de toros.

En la ciudad de Quito se cuenta una famosa leyenda sobre una niña llamada bella Aurora la cual enamoró a un toro bravo al asistir a una corrida de toros. Esta es una de las leyendas más famosas de la ciudad de Quito. Y, según cuenta la historia, todo empezó en la Plaza de La Independencia cuando allí aún no existía ningún monumento.

En este lugar vivía Bella Aurora, una hermosa joven que asistió con sus padres a una corrida de toros, según contaron quienes miraron dicha corrida; nadie sabe de dónde salió un toro negro que se acercó a Bella Aurora de manera muy extraña, la observó fijamente e hizo que la niña espantada se desmayara del miedo.

Sus padres desesperados salieron inmediatamente del lugar, llevándola a su hogar y pidiendo ayuda a un doctor que no se explicaba el por qué Bella Aurora no podía reaccionar desde aquel susto. El toro al no ver a la niña en la Plaza, saltó la barrera dirigiéndose a la casa 1028, donde vivía Bella Aurora.

El animal entró en su casa y lleno de furia tumbó la puerta de su habitación, la joven, que aún continuaba en un estado de nervios, solo alcanzó a gritar y él la

59 embistió, acabando con su vida, hasta ahora nadie sabe de dónde salió ese extraño toro y por qué atacó a la niña, pero desde ese día en la ciudad de Quito la leyenda del toro enamorado no ha dejado de ser contada.

7.3 Espectáculos taurinos en fiestas patronales

El toro está presente, en muy diversas áreas de la sociedad ecuatoriana, en el ámbito de las fiestas de diversas ciudades o parroquias. En no pocos pueblos, particularmente de la sierra y de la provincia de costa, uno de los componentes de que constan las fiestas patronales es el de una tauromaquia, lidia o capea de novillos, que según las localidades puede tener un carácter muy distinto.

Es verdad que en las fiestas patronales hay que distinguir, dentro de las celebraciones que les dan su carácter, tanto ritos religiosos, como ritos profanos. La tauromaquia, lidia o capea de que hablamos, formaría parte de estos últimos; pero se produce en el ámbito de una fiesta religiosa, dedicada al patrón o patrona de una determinada localidad, de un determinado pueblo, y, entonces, se inserta en un tiempo sagrado, marcado por distintas expresiones de religiosidad popular.

El antropólogo inglés Julián Pitt-Rivers hablaba de la importancia de rastrear en este tipo de tauromaquias rurales, arcaicas, elementales y primitivas, porque nos pueden dar pistas de la evolución de lo que es la lidia del toro bravo, así como de determinadas fases por las que ha pasado, porque este tipo de lidias campesinas de las fiestas patronales se realizan, en no pocas ocasiones, sin toro de muerte; esto es, el novillo, una vez que ha sido lidiado, se devuelve de nuevo a la dehesa en que se esté́ criando.

Pero también hay tauromaquias, en el ámbito de las fiestas patronales, que se realizan con toro de muerte. “De tal carácter son la practicas con totalidad que se

60 celebran en todos los pueblos de la comarca de la Sierra de Francia, donde, una vez muerto el toro, se da una peculiaridad que no deberíamos de pasar por alto: prácticamente todos los vecinos del pueblo participan del animal sacrificado en la lidia, ya que el ayuntamiento reparte la carne entre todos, tras pagar una cantidad simbólica para costear la fiesta.” (Puerto, 2008, pág. 12). Estamos, de nuevo, ante un rito alimenticio y gastronómico de vinculación de toda una comunidad campesina con uno de los ritos el de la tauromaquia celebrados en su fiesta patronal.

En Quito durante sus fiestas se celebraban espectáculos taurinos con muerte al toro donde el patrono de dicho festejo es Jesús del Gran Poder, nombre de la feria que se generaba del 28 de noviembre al 6 de diciembre en homenaje a la cuidad capital, dentro de la misma cuidad se celebran espectáculos en la plaza Belmonte donde el carácter cambia de imagen y la patrona es la Virgen Esperanza de Triana, cada año durante las fiestas de fundación española se celebra el denominado festival Virgen Esperanza de Triana, en el cual los matadores en cartel deben pasear a la imagen de la Virgen por el ruedo mientras que el público en el tendido la recibe con velas y cantos al son de flamenco.

7.4 La religiosidad en los toreros

Dentro del arte de la tauromaquia todos aquellos personajes que intervienen dentro de la lidia tienen un personaje, una imagen o un templo al cual idolatran y se encomiendan antes de saltar a la arena para que durante la lidia todo este bajo la bendición de su santo y él esté libre de percances.

En las más grandes figuras del toreo sobresale la imagen de la Virgen de distinta índole y varios santos, los cuales antes de salir al ruedo donde se jugaran la vida les generaran la protección necesaria. Estas deidades para los coletas son de suma importancia porque para ellos en una corrida de toros existen solo dos puertas

61 por las cuales se puede salir por la puerta grande o por la de enfermería. (Ver Anexo

9)

7.4.1 Las supersticiones del torero

Dentro del mundo del toro existen varios tipos de supersticiones, en las cuales tiene mucho que ver la índole religiosa, uno de los más claros ejemplos es al romper el paseíllo, donde los matadores en cartel dibujan la señal de la cruz con su pie derecho sobre la raya externa del ruedo, al igual que se santiguan dependiendo el matador una o más veces, un claro ejemplo es el ecuatoriano

Sebastián Peñaherrera quien antes de permitir la apertura de la puerta de toriles se santigua siete veces, debido que para él, sí dibuja la cruz en su cuerpo más o menos veces saldrá un mal toro o simplemente no le ira bien. (Ver Anexo 10)

Como ya sabemos, el arte de torear reses bravas es todo un rito, ya que influyen muchas oraciones, supersticiones, alabanzas y una serie de acciones que van encaminadas a que todo salga bien, ya que no es cosa pequeña jugarse la vida frente a un animal de más de 400 kilos de peso.

Para el torero, es de suma importancia encomendarse a Dios y al Santo de su creencia, es por ello que en el cuarto del hotel no puede faltar un crucifijo en la cabecera de la cama, ni un pequeño altar donde ponen el papel con el lote que sortearon ese día; la veladora que prenden en ofrecimiento a Dios no la pueden apagar de un soplido, ya que se van los triunfos de la tarde.

Iniciemos con el ritual de vestirse de torero. Para cada diestro el ejercer este arte es una religión que persigue la vida y la muerte. Durante el día de faena de un torero, además de los nervios naturales, existen muchos ritos y supersticiones de cada torero ya que no existe una norma que diga cómo debe vestirse cada torero, esa es su decisión.

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Dentro de la supersticiones más comunes entre los toreros está el vestirse de amarillo, ya que la tradición cristiana asocia este color con el del azufre que inmediatamente nos remonta a recordad al mismísimo Satanás, así como se le dio una significación peyorativa convirtiéndolo en imagen del orgullo, de la falsedad y la traición. Esta creencia se remonta al año 1673, cuando al representar una obra teatral denominada “El efecto imaginario”, Moliere –quien vestía de este tono- cayó muerto en el escenario, y durante la Edad Media, los condenados por herejía eran vestidos bajo este color.

El arte de colocarse la vestimenta de torero, la tradición manda que el traje de reposar sobre una silla cuidadosamente doblado, el calzado debe estar en el suelo y la taleguilla sobre un banco para evitar arrugas que en algunos toreros son presagia de mala suerte dentro del ruedo. “El capote de paseo es fundamental en la indumentaria del diestro que hará los honores ya que es su principal cara y algunos aprovechan para bordarle imágenes religiosas a la cual le tienen el mayor fervor, haciendo de estos un deleite para la pupila de quienes llegan a la hora del paseíllo”

(Puerto, 2008). (Ver Anexo 11)

Se comienza vistiendo de los pies, colocándose los pantis, las medias con la mano experta de su mozo quien debe estar ahí desde que se llega a la plaza.

Posteriormente se coloca la taleguilla, los tirantes y la camisa. Ya para terminar la vestimenta el torero se coloca los zapatos o zapatillas como algunos le llaman y la castañeta; una vez vestido el torero realiza ejercicios pequeños de calentamiento para acomodar el traje y sentirse cómodo, cabe destacar que este rito de la vestimenta se hace en completo silencio hasta que el torero decida que está listo.

El trayecto del hotel a la plaza de toros, no es menos importante; ver a un gato negro, un cortejo fúnebre, una ambulancia con la sirena abierta es de mal

63 augurio para los toreros; hay algunos toreros gitanos que una cuadra antes de llegar a la plaza buscan un teléfono público para marcar su número de la suerte.

Aquí entramos a otro rito o superstición, ya que muchos toreros ya vestidos con el traje de luces se dirigen a la capilla de la plaza o ellos llevan consigo alguna imagen religiosa para ofrecer y dejar en manos del poderoso su actuación de la tarde.

Una muestra más de superstición en el ruedo es al momento del paseíllo, ya que muchos toreros prefieren salir primero del túnel mientras otros como “El Pana” hacen esperar al público unos segundos más, y también el primer paso después del

“¡Olé!” de bienvenida es fundamental algunos lo hacen con el pie izquierdo, otro con el pie derecho y algunos tantos más arrastrando la arena.

Otro rito o creencia que se da en la Fiesta es la que al iniciar el tercer tercio, cuando después de brindar el toro a todo los que asistieron a la plaza, el torero avienta la montera hacia atrás para que esta gire varias veces. Si la montera cae con los machos para abajo es señal de buena suerte en la lidia en turno, pero si la montera cae con los machos hacia arriba es un mal presagio -según los supersticiosos- aunque muchos toreros así la dejan desafiando a la suerte o se muestran aún más desafiantes al crear su propia suerte al voltear la montera; mientras muchos en la plaza le gritan: “¡Suerte, matador!”.

La lista de rituales y supersticiones es larga, ya que el temor a ser heridos, muertos por un toro o simplemente tener mala tarde, los ha llevado a combinar su fe católica con creencias místicas o mágicas, dando un resultado contradictorio. Pero lo que es cierto, es que pocas artes encierran tantas supersticiones y manías como el torero.

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Los toreros se aferran a imágenes y símbolos buscando protección y suerte.

Cristos, Vírgenes o símbolos más laicos, como simples ajos o monedas, han acompañado desde siempre a quienes se juegan la vida en la plaza. Aun así, muchas veces ni el más sagrado de los iconos ha podido terciar para salvar la vida del torero. Y en muchas de las ocasiones que el albero se ha teñido de sangre humana, algo extraño ha precedido al momento fatal. Algo que la gente del mundillo taurino ha tachado de inexplicable, de anómalo e incluso de maldito.

La mayoría de supersticiones de los toreros proviene del temor a la herida o muerte. Hombres muy marcados por una profunda contradicción: creen en Dios, así como al azar y a la suerte. Aceptan con resignación el designio divino, pero le coquetearán a la muerte, esto se juega en la ceremonia del sorteo; simple papelito de cigarro, jugará el destino importantísimo.

En fin, todos los rituales del toreo no solo se concentran en la corrida sino que todo el día es un ritual; así como en la vida cotidiana cada quien se encomienda y brinda el día a su ser supremo para que todo salga bien sin ningún contratiempo.

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Capitulo VIII

Marco Metodológico

8.1 Metodológica de la investigación

La investigación se va a desarrollar en referencia al análisis histórico de contenido, cuya intención es el esquema cualitativo de la información mediante un recolección de literatura, datos históricos y actas con la finalidad de identificar y explicar las representaciones sapientes que se encuentren en el texto y posteriormente en un producto audiovisual.

La técnica elegida para el desarrollo de la presente tesis ha sido el enfoque cualitativo, porque a mi consideración ha sido el más adecuado para registrar y recolectar datos históricos sobre el desarrollo de la tauromaquia en la cuidad de quito, utilizando herramientas como entrevistas y aglutinación de datos y relatos sobre la tauromaquia en la capital ecuatoriana.

Según Grinnell (1997), Determino en términos generales, el enfoque cualitativo utiliza cinco fases similares y relacionadas entre sí́ (Sampieri, 2006).

 Llevan a cabo observación y evaluación de fenómenos.

 Establecen suposiciones o ideas como consecuencia de la observación y

evaluación realizadas.

 Prueban y demuestran el grado en que las suposiciones o ideas tienen

fundamento.

 Revisan tales suposiciones o ideas sobre la base de las pruebas o del

análisis.

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 Proponen nuevas observaciones y evaluaciones para esclarecer, modificar,

cimentar y/o fundamentar las suposiciones e ideas; o incluso para generar

otras.

Como estrategia metodológica también se utiliza la segmentación tanto de público como de la información de forma sincrónica, privilegiando y poniendo como prioridad a los aficionados taurinos con menor interacción en la defensa de la fiesta brava. Así, se consolidó el análisis como una herramienta que podrá servir a todo aquel enamorado de la tauromaquia, para poder generar debate y opinión pública sobre la importancia de dicha fiesta en la ciudad de Quito.

Otra razón para escoger la metodología cualitativa es la injerencia que esta tiene para la recolección de relatos sobre el tema escogido, de esta manera durante la presente investigación de realizaron varias visitas a lugares de suma importancia dentro de la tauromaquia ecuatoriana tales como. Plazas de toros, ganaderías, tascas, etc. Donde se realizaron varias entrevistas a expertos dentro del mundo del toro acerca de la importancia cultural que tiene la tauromaquia en Quito.

8.1.1 Metodología cualitativa

El enfoque cualitativo, por lo común, se utiliza primero para descubrir y definir preguntas de investigación. A veces, pero no necesariamente, se prueban hipótesis

(Sampieri, 2006).

La metodología cualitativa se caracteriza por:

 Ser inductiva; como consecuencia de ello, presenta un diseño de

investigación flexible, con interrogantes vagamente formulados. Incluso, se

pueden incorporar hallazgos que no se habían previsto inicialmente, y que

ayudan a entender mejor el fenómeno estudiado. Así, si tomamos como

ejemplo el estudio del discurso del profesor en el aula, se pueden detectar a

67

la vez otros fenómenos, como pueden ser las aportaciones de los estudiantes

que parecen no guardar relación con el objetivo didáctico de la clase, y que se

escapan, aparentemente del objeto de estudio inmediato, pero que pueden

resultar interesantes para comprender mejor el objeto estudiado o como punto

de arranque para investigaciones posteriores.

 Tener una perspectiva holística, global del fenómeno estudiado, sin reducir

los sujetos a variables. Quiere esto decir que la metodología cualitativa no se

interesa por estudiar un fenómeno acotándolo, sino que lo estudia teniendo

en cuenta todos los elementos que lo rodean. Así, por ejemplo, una

investigación de tipo cualitativo se interesará —por seguir con el mismo

ejemplo— por el discurso del profesor en el aula, pero no lo acotará con

variables del tipo: cantidad de estudiantes en el aula, número de horas

impartidas por el profesor, niveles de los estudiantes, etc.

 Buscar comprender, más que establecer relaciones de causa-efecto entre los

fenómenos. En el caso que sirve de ilustración, no se busca dar cuenta de por

qué el discurso del profesor tiene ciertas características distintivas, sino más

bien describir dicho discurso.

 Considerar al investigador como instrumento de medida. El investigador

puede participar en la investigación, incluso ser el sujeto de la investigación,

puesto que se considera la introspección como método científico válido.

 Llevar a cabo estudios intensivos a pequeña escala. No interesa estudiar una

población representativa del universo estudiado, como plantea la metodología

cuantitativa, sino analizar pocos sujetos en profundidad. En este sentido, cabe

decir que no se busca la generalización, sino la especificidad de la realidad

observada.

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La investigación cualitativa ahonda en la interpretación de los datos: supone un estudio más profundo y detenido de los datos observados, y tiene sus propios medios de conseguir validez, como es el empleo de la triangulación, esto es, cotejar los datos desde diferentes puntos de vista, lo cual ayuda además a profundizar en la interpretación de los mismos (Alzina, 2004).

Se pueden agrupar las técnicas de recogida de datos de la investigación cualitativa en tres grandes categorías, basadas respectivamente en la observación directa, las entrevistas en profundidad y el empleo de documentos. Los instrumentos de recogida son variados, como pueden ser las parrillas de observación, o bien cuestionarios, entrevistas, diarios, entre otros.

8.2 Técnica metodológica

8.2.1 Entrevistas

Al elegir esta técnica dentro de la metodología cualitativa, esta investigación contendrá datos y relatos históricos, que permitirán ahondar con mayor facilidad en el mundo de la tauromaquia, durante varios meses para la realización de este trabajo se realizaron entrevistas en profundidad con varios expertos en el mundo taurino.

Una entrevista en profundidad es básicamente es una técnica basada en el juego conversacional. Una entrevista es un diálogo, preparado, diseñado y organizado en el que se dan los roles de entrevistado y entrevistador. Estos dos roles, aunque lo parezca en el escenario de la entrevista, no desarrollan posiciones simétricas.

Los temas de la conversación son decididos y organizados por el entrevistador, mientras que el entrevistado despliega a lo largo de la conversación elementos cognoscitivos, creencias y deseos en torno a los temas que el

69 entrevistador plantea. La entrevista en profundidad por lo tanto supone una conversación con fines orientados a los objetivos de una investigación social.

El mundo del toro es uno de los más enriquecedores, debido a su gran patrimonio milenario de cultura y arte, por lo que se consideró para esta investigación el realizar la mayor cantidad de entrevistas posibles, con la finalidad de obtener varios puntos de vista sobre la tauromaquia, para realizar estas entrevistas se analizaron los tipos de entrevistas, tales como la estructurada, semiestructurada, improvisada y mixta.

Nuestro interés se va a centrar en la entrevista semiestructurada o focalizada.

Este tipo de entrevista requiere de una cuidadosa preparación y realización. El investigador tiene un conocimiento previo del problema general que quiere estudiar, en este caso el tema específico a tratar será la importancia cultural que tiene la tauromaquia para Quito.

Al generar una entrevista la persona entrevistada irá proporcionando información en relación a la tauromaquia, pero el curso de la conversación no se sujeta a una estructura formalizada, es decir se podrá generar repreguntas dependiendo de las respuestas del entrevistado. Se necesitará pues habilidad del entrevistador para saber buscar aquello que quiere ser conocido, focalizando la conversación en torno a cuestiones precisas.

Los actores escogidos para las entrevistas fueron Milton Calahorrano

(Presidente de la Unión Nacional de Toreros del Ecuador), Guillermo Albán

(Matador), Cristóbal Roldan (Ganadero), José Luis Castillo (Experto Taurino).

Se generó 6 preguntas abiertas por entrevistado, para permitir en cada intervención de los expertos generar repreguntas y ahondar con mayor claridad en el

70 tema definido para esta investigación. A continuación presentare un fragmento de las entrevistas realizadas a los expertos taurinos.

Milton Calahorrano.-

¿Milton qué significa para ti el mundo del toro?

Bueno para mí el mundo del toro significa alegría, fiesta, tradición, cultura y principalmente libertad. Para mí el toro me ha dado todo, siempre estuve entre videos, carteles, trajes, absolutamente todo relacionado a la tauromaquia, esto gracias a mi padre “El Diablo l”. Me enamore del mundo del todo por aquello que genera, realmente hasta el día de hoy no encuentro algo que me haga más feliz que ver a un hombre jugarse la vida frente a un animal de más de 400 kilos.

¿Históricamente que significa Quito para un torero?

Quito siempre fue una de las ciudades más reconocidas a nivel mundial por los aficionados, ganaderos, toreros y empresas vinculadas a la fiesta de los toros.

Para los toreros el hablar de Quito siempre fue hablar de una de las ciudades más taurinas de América, donde su público tenía una afición entrañable, lo cual generaba siempre un reto para ellos el estar anunciado sea en la monumental o en la

Belmonte. Para el torero extranjero siempre fue importante saludar al público de

Quito y para el nacional una oportunidad para destacar y poder sellar mayor cantidad de contratos para el año siguiente.

¿Qué podría decir sobre la Feria Jesús del Gran Poder?

Definitivamente podría resumir esa pregunta muy fácilmente diciéndote la mejor feria de América. Esta feria era la más apetecida por las principales figuras del toreo, para ellos era el San Isidro de este lado del mundo, hablar de esto me da nostalgia porque no puedo comprender como un fin político acabo con algo que debía ser orgullo nacional.

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¿Cómo presidente de la Unión de Toreros que se ha propuesto para recuperar la fiesta en la capital?

En general durante mi presidencia nos ha tocado pasar los días más complicados para la fiesta, pero a pesar de ello hemos generado varias movilizaciones donde los aficionados y todos los allegados a la tauromaquia han salido a dar su voz de respaldo a esta tradición. Tu recordaras estuviste presente en el encadenamiento que realizamos en la plaza grande y has notado las movilizaciones hacia la alcaldía que se han realizado, todas ellas propuestas por la

Unión de toreros, al momento hemos obtenido pocos resultados, pero la lucha sigue y estoy seguro que tarde o temprano dará sus frutos.

¿Consideras posible el regreso de la mejor feria de América a Quito?

Es complicado recuperar esta feria mientras no se pueda tener el respaldo de la municipalidad, los toros no están prohibidos en Quito hay que ser claros en esto lo que se hizo es una mutilación al prohibir el tercio de muerte, pero en general la corrida de toros se permite en el distrito metropolitano. La empresa ha cargo de la monumental decidió cerrar la plaza no solo por la falta de apoyo de la afición sino también por la presión política que tenían en sus hombros, esperemos que la lucha que se está haciendo genere que la afición responda y así los políticos permitan el regreso de nuestra feria.

Guillermo Albán.

¿Cómo se siente ser el mejor torero del país?

Sinceramente ese membrete te genera mucha responsabilidad y algo que te sirve para ti mismo porque como ayuda la verdad casi no ayuda debido al poco movimiento taurino que existe en el país y bueno ahora sin Quito la verdad que se complica todo aún más. Para ser franco el pararse frente a un toro bravo con el pero

72 de ser el matador con mayor recorrido del Ecuador te permite entregarte por completo en cada pase, es así que yo encantado que la afición me considere así.

¿Qué significa Quito para ti como torero?

Pues Quito como tal tiene algo mágico que te envuelve totalmente, al ser guayaquileño parecería todo ser más difícil aquí pero la verdad amo tanto a esta ciudad porque siempre sentí ese calor de la gente y como te digo ese algo especial, mágico que me hace sentir muy cómodo. Al ser torero uno ve a Quito como la capital taurina de América, lo que genera muchísima responsabilidad cuando se le anuncia en un cartel quiteño, uno cada que pisa una plaza entiende porque España amo tanto a esta ciudad como dice en su hermoso himno.

¿Qué se siente ganar la Feria Jesús del Gran Poder para un espada nacional?

Llevarse el Jesús del Gran Poder es algo que no te podría explicar en palabras porque es algo realmente indescriptible, el llevarte esa estatuilla quiere decir que ganaste la mejor feria del continente por sobre las principales figuras del mundo, es algo que te queda para siempre.

¿Cuánto pierde el país y principalmente Quito sin toros?

El país tras la pérdida de Quito más bien ha ganado que las pequeñas plazas de provincia empiecen a tener mayor acogida y que el público se vaya ganando de a poco, pero indiscutiblemente pierde porque los toreros nacionales principalmente perdemos ese espaldarazo que te daba una buena actuación para tener citas importantes en España, Francia o México. Sin toros Quito para mi perdió su identidad ahora tu no distingues las fiestas para mi sin toros esta ciudad se quedó sin algo que la represente.

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¿Crees que la tauromaquia tiene una importancia cultural dentro la capital?

Indudablemente si, el mundo del toro es algo que a Quito como tal lo caracterizaba totalmente, el planeta entero escuchaba Quito e inmediatamente lo asociaba con los toros. Los quiteños se sentían totalmente identificados con la tauromaquia y al eliminar la “Jesús del Gran Poder” para mi la ciudad perdió su identidad cultural.

Cristóbal Roldan.-

¿Cómo debe ser un toro bravo para ir a la plaza?

Nosotros tenemos varias nociones contradictorias desde el momento del embarque, porque vemos la forma de los pitones la manera en la que embiste, la manera de transmitir a los tendidos, por la bravura porque al momento de embestir ninguno embiste como el. Es realmente complicado para nosotros el elegir un toro para las plazas porque en el campo se ve como un toro perfecto pero al entrar a los corrales empezamos a todos a verles fallas y dentro de la plaza cada uno es distinto.

¿Cómo ganadero que significaba Quito?

Cada que se recibe una llamada para que nuestros toros estén anunciados en

Quito tenemos que inmediatamente elegir a nuestros mejores toros, porque nos jugamos el estar en la ciudad más taurina del país y una buena camada lidiada allí nos abrirá la puerta del resto de plazas ecuatorianas.

¿Cuánto a afectado al toro bravo ecuatoriano la perdida de Quito?

Afecta de tal manera que el toro ecuatoriano está en peligro porque Quito representaba un ingreso sumamente importante para las ganaderías de raza brava, sabes la dificultad que existe para criar a cada ejemplar y por ello la gran mayoría de

74 ganaderos hoy por hoy en el país soportamos estos momentos netamente por afición.

¿Qué importancia tenía la tauromaquia para el quiteño?

Para el quiteño la tauromaquia era cultura, tradición, fiesta e identidad. Te voy a responder crudamente.. Sin toros Quito perdió su alegría, para mi esta ciudad sin su feria lo perdió todo.

¿Considera que la feria de Quito volverá?

Lo veo muy complicado porque lastimosamente nuestra fiesta fue embarrada por el interés político de cierto sector que hoy por hoy sería capaz de hacer lo que sea para que no vuelva, además que las presiones justamente políticas impiden a los municipios aportar a la realización de corridas de toros, en Quito es aún más complicado debido a que la fiesta fue mutilada y la empresa responsable de la plaza se siente impedida a realizar la feria por la baja afluencia de público debido a la pérdida del tercio supremo y por las presiones que ciertos sectores ejercen, esperemos que algún momento podamos ver la hermosa plaza de Iñaquito como en sus mejores épocas.

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Capítulo IX

Propuesta

9.1 Presentación

Tras la presente investigación sobre la tauromaquia como eje fundamental de la cultura de la ciudad de Quito, se ha tomado como catapulta para mayor impacto mediático y mayor acogida dentro de la sociedad, la elaboración de un documental sobre la feria de Quito “Jesús del Gran Poder”, donde los aficionados a la fiesta de los toros puedan recrear en sus mentes la magnitud de dicho festejo y los no tan allegados a las corridas de toros puedan crear dentro de sí, una idea más clara del impacto que tiene la fiesta de los toros en una sociedad como la quiteña.

La creación de un documental corto como producto final de la investigación, permitirá conocer con mayor facilidad la importancia que tenía la feria de Quito, no solo para los habitantes de la capital ecuatoriana, sino también el impacto internacional que esta generaba al ser denominada como “La mejor feria de

América”.

El documental corto de la feria “Jesús del Gran Poder” tendrá una extensión aproximada de quince minutos, donde contara con imágenes del toro bravo tanto en su habitad natural como es la dehesa como dentro de la plaza de toros Quito combatiendo por su vida, entrevistas a periodistas especializados en tauromaquia, ganaderos y toreros. Lo que genera al documental una riqueza de contenido y conceptos especializados, además de imágenes impactantes de lo que genera la fiesta de los toros tanto en el ruedo, los tendidos y como solo en Quito pasaba en los exteriores de la monumental de Iñaquito.

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9.2 Objetivo

El objetivo principal de la creación del documental corto será el persuadir al público a generar debate sobre el retorno de la feria de Quito con integridad de la lidia, además de generar el recuerdo de todo lo que generaba la fiesta taurina en la capital.

La propuesta tiene como finalidad que el documental sirva como un material audiovisual didáctico, el cual se pueda utilizar en cualquier debate o cualquier tipo de clase en la cual se pretenda defender al arte milenario de singular impacto como es la tauromaquia.

9.3 Estructura

9.3.1 Guion Técnico

Audio Sec. Plano Imagen y Movimiento Tiempo Sonido Texto 1 P0 Caratula (Documental) 00:10

Se escucha el Plano General: Se Olé de P1 visualiza al campo Ninguno. 00:30 aficionados ecuatoriano. taurinos. Plano medio: enfoque Locutor: La plaza de toros Quito, estaba hacia la puerta de Música ubicada en las avenidas Amazonas y Juan P2 ingreso de la plaza de flamenca de de Azcarai de la cuidad capital, fue 01:00

toros Quito, imagen fondo. inaugurada el cinco de marzo de mil cartel inaugural. novecientos sesenta. Locutor: La monumental tenia una Toma plaza de toros Música capacidad para quince mil personas y en llena, varia hacia la 2 P3 flamenca de su más de medio siglo de existencia vio 01:05 buseta de torero fondo. pasar por su arena a las figuras mas español. representativas del toreo mundial. Música Locutor: La feria mas importante de P4 Cortina feria de Quito. flamenca de América la feria de Quito “Jesús del Gran 00:30

fondo. Poder” se realizaba anualmente. Toma abierta “El Julí” Música Locutor: En 2012 la feria fue suspendida P5 toreando a un ejemplar flamenca de por la empresa Citotusa dueña del coso de 01:10

de Triana. fondo. Iñaquito. Música Plano de detalle: Texto: Federico Sánchez (Presidente de la P6 flamenca de 01:05 Entrevista asociación de radio y televisión española). fondo. Plano variable: Música Entrevista, tomas Texto: Cristóbal Roldan (Ganadería Peñas P7 flamenca de 02:30 ganadería “Peñas Blancas) fondo. Blancas”. Continúa…

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Locutor: A pesar de la importancia de la Música fiesta brava en Quito, que se convirtió en el Toma: Exterior plaza 3 P8 flamenca de principal actividad en las fiestas de 01:15 de toros. fondo. fundación de la capital, por la falta de tolerancia se a perdido. Locutor: En la actualidad la plaza de toros Toma: Interior de la Música se encuentra sin ningún tipo de P9 plaza de toros en flamenca de mantenimiento, la arena que vio triunfar a 01:10

malas condiciones. fondo. los principales exponentes del toreo mundial se encuentra en ruinas. Locutor: Los corrales de la plaza se Música encuentran desolados totalmente Toma: Corrales de la P10 flamenca de destruidos, el lugar donde el toro bravo 00:45 plaza fondo. guarecía antes de ingresar a la arena se encuentra en ruinas. Música Plano de Detalle: Texto: Milton Calahorrano (Presidente P11 flamenca de 01:05 Entrevista Unión Nacional de Toreros del Ecuador). fondo. Música P12 Toma: Feria de Quito flamenca de Ninguna. 00:35

fondo. Locutor: La afición quiteña a pesar de las dificultades actuales se mantiene con la Música esperanza latente, para que el sello que Toma: Tendido plaza P13 flamenca de los identificaba como chullas quiteños 01:15 de toros Quito fondo. regrese y nuevamente la fiesta de los toros encienda una ciudad que siempre a sido taurina. Música Plano Abierto: Lidia a P14 flamenca de Ninguna. 00:40 un toro de Huagrahuasi fondo. Música P15 Ninguna flamenca de Créditos. 00:25

fondo.

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Conclusiones

1. Esta tesis de grado tiene como afán primigenio estudiar y profundizar en el

ritual conocido como “La corrida de toros”, el mismo que se establece en

nuestra ciudad de Quito en los inicios mismos del periodo colonial

exactamente en 1536 y cuyo primer escenario fue “La plaza grande”.

Este estudio tiene no solo el carácter de investigación de campo sobre este

ritual, para muchos controversial pero que ha sido de una u otra forma parte

consustancial del espíritu de nuestra ciudad, pues no en vano durante mas de

cuatro siglos, los festejos taurinos han sido el centro sustancial donde se

graficaba la leyenda, la costumbre y evidentemente la tradición.

2. Esta tesis profundiza no solo en el ritual sino también en la antropología, la

sociología, la hermética, las emociones más intensas de todos quienes

conforman el espectáculo, empezando por cierto de quien en el campo

alimenta y cuida de la res pasando, por el cajonero y sucesivamente

marcando los pasos con los que se determina el orden cronológico y estético

de dicho acontecer.

3. Esta tesis previa a la obtención de mi grado como periodista especializado en

la tauromaquia bucea los diversos horizontes informativos, sociales,

culturales, económicos, religiosos y evidentemente implícita, dado el tipo de

acontecer la búsqueda de los más intensos afanes en la emoción psicológica.

Se intenta comprender desde la esencia primaria del ritual, la relación

taumatúrgica entre el animal y el hombre, cuya génesis bien sabemos se

remonta a los periodos del arcaísmo humano en el cual el hombre por su

supervivencia se enfrenta en una lucha desigual. Queremos pues comprender

porque la condición humana siente inusual febrilidad frente al peligro, al

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desafío frente a la muerte y en veces al inexplicable paroxismo que

representa la sangre.

4. El estudio también intenta acercarnos a la esencia misma de la corrida de

toros con todo su emblema simbólico y como ante ello la prensa, el

periodismo encuentra una fuente informativa apasionante vehemente

espectacularmente lúdica que al final concluye en el debate entre la vida y la

muerte.

5. Por último es deliberar en la interioridad personal sobre el porqué dicho

acontecer genera pasiones de sorprendente relevancia y a su vez rechazos

de variada índole que ponen al estudioso en el andarivel de querer

comprender el por qué si, el por qué no de la tauromaquia.

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Apéndices

Apéndice 1. Proyecto.

Tema-Periodismo Cultural

Análisis histórico sobre la importancia de la tauromaquia en la cultura de

Quito.

Línea de investigación

Periodismo de investigación

Análisis periodístico sobre la importancia y la incidencia que posee la tauromaquia dentro de la cultura de Quito; antecedentes del impacto social, económico y cultural de la fiesta de los toros en las poblaciones nacionales y extranjeras.

Así mismo un análisis sobre los movimientos taurinos en el Ecuador, para dar como producto final un documental con la incidencia de la fiesta brava en Quito.

Periodismo cultural.

Utilizando las herramientas del periodismo cultural se profundizara en el impacto que tiene la tauromaquia como instrumento cultural en la sociedad quiteña.

Analizar los inicios de la tauromaquia en el Ecuador, antecedentes culturales de la tauromaquia en el mundo, para dar como resultado un documental sobre la incidencia de fiesta de los toros en Quito.

Objetivos.

Objetivo General.

 Profundizar la importancia e incidencia que posee la tauromaquia como motor

económico, social y cultural dentro del distrito metropolitano de Quito.

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Objetivos Específicos.

 Proporcionar información sobre las características y el entorno que conlleva el

mundo de la tauromaquia.

 Contrastar las fuentes de información y puntos de vista de organizaciones

taurinas.

 Crear un documental donde se muestre el entorno taurino, además de

proporcionar información sobre la fiesta brava como motor económico.

Problema.

Mediante una corta investigación y sondeo de medios, hemos encontrado carencia de periodistas especializados en tauromaquia dentro del país; en todo el

Ecuador existen apenas 2 programas radiales dedicados a la fiesta de los toros; no se ha encontrado programas de televisión y existe 1 sola página web dedicada a la tauromaquia en el país.

Durante la Feria de Quito Jesús Del Gran Poder, existían 8 programas radiales en emisoras capitalinas y 3 programas de televisión.

Debido al referéndum constitucional y consulta popular de Ecuador que se desarrolló el 7 de mayo de 2011, que contenía 10 preguntas, las cuales buscaban la aprobación de reformas sobre asuntos relativos al sistema judicial, la seguridad, la banca, los medios de comunicación y la eliminación de eventos públicos que tengan como objetivo matar a un animal. La pregunta ocho de dicho referéndum mencionaba lo siguiente:

¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?. Mencionada pregunta atento directamente hacia las corridas de toros, el resultado a la pregunta número ocho: En el 57% de cantones ganó el Sí en pregunta ocho y en el 42%, el

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No, en Quito el resultado no fue favorable por lo cual las corridas de toros quedaron suspendidas íntegramente, lo que quiere decir que no se podrá cumplir con el tercio final de la lidia en las plazas de la capital ecuatoriana.

Esto ha generado que los pocos periodistas especializados en tauromaquia, no generen programación sobre la fiesta brava, por lo cual la población de Quito no puede conocer noticias, eventos y programaciones taurinas que se den en el cantón

Quito.

Justificación.

La tauromaquia se define como el arte y técnica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce. Su expresión más moderna y elaborada es la corrida de toros, una fiesta que nació en España en el siglo XII y que se practica también en Portugal, sur de Francia y en diversos países de

Hispanoamérica: como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y Costa Rica.

Es también espectáculo de exhibición en China, Filipinas y Estados Unidos. Las corridas de toros han despertado diversas polémicas desde sus comienzos entre partidarios y detractores.

En sentido amplio, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario, que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.

El presente trabajo demostrara mediante la herramienta del periodismo cultural se mostrara la importancia de la fiesta de los toros dentro de la capital ecuatoriana.

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El concepto antropológico de cultura fue desarrollado inicialmente por E. B.

Taylor (1874), definiéndola como "conjunto complejo que incluye conocimiento, creencias, arte, moral, ley, costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad".

En el siglo XX, la antropología ha alcanzado mayor desarrollo. Dentro de esta línea teórica, una definición clásica del pensamiento latinoamericano es la de Adolfo

Colombres, quien concibe a la cultura como: "El producto de la actividad desarrollada por una sociedad humana a lo largo del tiempo, a través de un proceso acumulativo y selectivo" (Moragas, 1985).

En el centro, entre los planteamientos de la antropología y los aportes sociológicos y semióticos encontramos consideraciones como las planteadas por el sociólogo mexicano Jorge González, quien, preocupado por reflexionar sobre las problemáticas culturales en América Latina, define a la cultura como:

"Un modo de organizar el movimiento constante de la vida concreta, mundana y cotidianamente. La cultura es el principio organizador de la experiencia, mediante ella ordenamos y estructuramos nuestro presente, a partir del sitio que ocupamos en las redes de las relaciones sociales" (Barei, 1991).

Silvia Barei, en su libro "El sentido de la fiesta en la cultura popular", presenta esta definición dada por González para dar cuenta de los componentes importantes de toda cultura: los aspectos prácticos, ligados a la contingencia, la cotidianidad, las problemáticas del presente; y los aspectos imaginarios, ligados al soñar, al reír, a la utopía, al futuro.

Estos aspectos tienen soportes sociales objetivos (instituciones o clases) y prácticas particulares que hacen que el sentido se construya, se codifique y se interprete desde distintos ámbitos.

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Aunque considerando las diferentes variables, estas definiciones nos llevarían a pensar que el periodismo cultural necesariamente debería abarcar todas las gamas; o bien considerar que todo periodismo es un fenómeno "cultural" por sus orígenes, objetivos y procedimientos.

La concepción amplia e integradora se acomodó en los medios en general y es en cierta forma la que provee una mayor variedad de ofertas culturales a través de suplementos de espectáculos; revistas de divulgación que presentan recortes temáticos diversos -donde podrían encuadrarse las revistas dominicales de los periódicos-; colecciones.

Sin embargo, en un sentido más restrictivo los productos que se dicen a sí mismos culturales o que por su modo de producción, circulación y recepción fueron reconocidos históricamente en esa franja, responden más a una concepción de cultura ilustrada, letrada y elitista restringida al campo de las "bellas letras" y "las bellas artes".

La importancia de la tauromaquia para Quito llega de hace 500 años, por lo cual es un arte instaurado en la sociedad ecuatoriana, además de la importancia de mantener intacto el derecho a la libertad de pensamiento, como menciona Luisa

Fernanda Rudy.

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Apéndice 2. Glosario de términos empleados en la tauromaquia.

Abanicar.- Correr los toros a dos manos, agitando ante ellos el capote, normalmente para que cambien de lugar en la suerte de varas.

Abanto.- Dícese del toro espantadizo, que se sale de las suertes, rehuyendo rematarlas.

Abrir.- Separar al toro de la barrera para colocarlo en suerte.

Acachetar.- Rematar al toro con el cachete o puntilla.

Acapachado.- Dícese del toro que tiene las astas bastante caídas y abiertas.

Aconchar.- Arrimarse el toro a la barrera para defenderse de los toreros.

Acoso.- Acosamiento a caballo, en campo abierto, de una res vacuna, generalmente como preliminar de un derribo y tienta.

Afarolado.- Dícese del pase de adorno en que el diestro se pasa el engaño por encima de la cabeza, girando al mismo tiempo para salir de suerte.

Afeitada.- Corte de las puntas de los cuernos al toro de lidia.

Afeitar.- Mermar las puntas de las astas del toro.

Agarrochar.- Herir a los toros con garrocha.

Aguantar.- Entrar a matar al toro en la misma postura en que se le cita, resistiendo la acometida de la res y sin rehuir el lance.

Aguja.- Cuerno del toro. Costillas que corresponden al cuarto delantero del animal.

Enfermedad que padece el caballo en las piernas, pescuezo y garganta. Rubios, cruz en el lomo del toro.

Ahormar.- Hacer que el toro se coloque en disposición adecuada para recibir la estocada.

Alegrar.- Excitar el diestro al toro por medio de la voz o de algún movimiento para que se decida a acometer.

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Algarada o algarrada.- Encierro, acto de encerrar los toros en el toril. Novillada, lidia de novillos.

Alguacilillo.- Jinete vestido de alguacil del s. XVII, que en las plazas de toros sale en el paseíllo al frente de la cuadrilla y recibe del presidente la llave del toril.

Aliñar.- Lidiar el toro con rapidez y sin lucimiento artístico.

Alternativa.- Acto por el cual un matador de toros eleva a su misma categoría a un matador de novillos: tomar, dar la alternativa.

Alto - pase alto o por alto.- Pase en el que, al realizarlo, la muleta pasa por encima de los cuernos del toro.

Apartadero.- Sitio donde se aparta a unos toros de otros para encajonarlos.

Apartado.- Acción de encerrar a los toros en los chiqueros antes de una corrida.

Aplomar.- Detenerse el toro en el último tercio de la lidia por estar agotado.

Apuntillar.- Rematar al toro con la puntilla.

Aragonesa.- Suerte de capa en la que el diestro, situado de espaldas al toro, le presenta la capa por la parte posterior, y, al embestir el toro, hace un quiebro y da media vuelta para quedar en posición de repetirla.

Arrancar.- Entrar a matar al toro, avanzando el diestro hacia la res.

Arrastradero.- Dependencia de las plazas de toros, que comunica con el ruedo, donde las mulillas arrastran a los toros muertos en la lidia.

Arrastre.- Acto de sacar al toro muerto por medio de un tiro de mulas o caballos.

Arrimar.- Torear o intentar torear en terreno próximo al toro.

Asistencia.- Conjunto de los mozos de plaza.

Avisado.- Dícese del toro que dificulta y hace peligrosa su lidia.

Aviso.- Advertencia que hace la presidencia de la corrida al matador cuando éste prolonga la faena de matar más tiempo del prescrito por el reglamento.

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Ayudado.- Dícese del pase de muleta en cuya ejecución intervienen las dos manos del matador.

Bajo.- Parte del cuerpo del toro situada entre el morrillo y el brazuelo.

Bajonazo.- Estocada muy baja.

Banderilla.- Palo adornado por lo general con papel de diversos colores y armado de una lengüeta de hierro que se clava al toro en la cerviz.

Banderillear.- Clavar banderillas al toro.

Banderilleo.- Acción y efecto de banderillear.

Banderillero.- Torero que clava las banderillas.

Baqueta.- Varilla de madera que usan los picadores para el manejo de los caballos.

Barbear.- Andar el toro por las tablas, rozándolas con el hocico, buscando la salida del ruedo.

Barcino.- Se dice de los animales de pelo blanco y pardo, y a veces rojizo.

Barrenar.- Clavar la puya o el estoque en el toro, revolviéndolo a modo de barrena para hacerlo penetrar más.

Barrera.- Valla de madera situada alrededor del ruedo. Primera fila de las localidades destinadas al público.

Becerrada.- Lidia de becerros. Espectáculo cómico de tipo taurino musical.

Bellota.- Bálano o glande. Extremidad de las capas y hojas córneas de que va desprendiéndose el cuerno del toro con los años, y que queda en forma de dedal en la punta. Desaparece totalmente a los tres años.

Berrendo.- Dícese del toro con manchas de color distinto del de la capa.

Bizco.- Dícese del toro que tiene un cuerno más alto que otro.

Boquinegro.- Se dice del animal que tiene el hocico negro y el resto de la cara de otro color.

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Bragado.- Se dice de los animales que tienen la bragadura de diferente color que el resto del cuerpo.

Brindar.- Ofrecer su faena el diestro, montera en mano, al presidente de la corrida, a alguien del público o a éste en general.

Brindis.- Dedicación de una suerte a una persona o al público en general.

Brocho.- Dícese del toro cuyas astas están más juntas en sus extremos.

Burladero.- Trozo de valla que se pone delante de las barreras de las plazas de toros para que pueda guarecerse el lidiador, burlando al toro que le persigue.

Burlar.- Esquivar la acometida del toro.

Cabecear.- Mover el toro la cabeza haciendo incierta la embestida o el derrote.

Cabo.- Corbatín y faja del traje de luces.

Cachete.- Puntilla.

Cachetero.- Puñal corto y agudo con que se remata a las reses. Torero que remata al toro con este instrumento.

Caído.- Dícese del toro de cuerna inclinada hacia abajo, sin llegar a gacho.

Callejón.- Espacio entre la barrera y el tendido de la plaza.

Capacho.- Toro que tiene las astas caídas y abiertas.

Capea.- Fiesta taurina con novillos o becerros en la que participan aficionados.

Capear.- Torear con la capa.

Capotazo.- Lance o suerte de capa dado a dos manos, para detener al toro.

Capote.- Capa corta, ligera y de colores vivos que usan los toreros para la lidia.

SIN.: capote de brega. capote de paseo, capa corta, con adornos lujosos, que llevan los toreros al hacer el paseíllo.

Cárdeno.- Dícese del toro en cuya piel se mezclan pelos blancos y negros.

Castañeta.- Moña, lazo de cintas negras que se ponen los toreros.

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Castigar.- Quebrantar el poderío del toro en la ejecución de las suertes.

Ceñir.- Arrimarse al toro.

Cerrar.- Cerrar plaza, ser un toro el último que se lidia de la corrida.

Cerril.- Se dice del ganado mular o caballar no domado.

Chalequera.- Estocada baja dada en el chaleco.

Chicuelina - (de M. J. Moreno Chicuelo, su inventor).- Lance de capa por delante, dado con los brazos a la altura del pecho.

Citar.- Provocar el torero al toro para que embista.

Cogida.- Acto de coger el toro a un torero.

Coleta.- Mechón de pelo recogido con una cinta que llevan los toreros en la parte posterior de la cabeza.

Collera.- Pareja de jinetes que acosan a una res en el campo para derribarla.

Corral.- Recinto que existe en las plazas de toros y encerraderos con departamentos comunicados entre sí por puertas, para facilitar con ello el apartado de las reses.

Corrida.- Espectáculo en el que se lidian toros por matadores que han recibido la alternativa.

Coso.- Plaza o lugar cercado para corridas de toros y otras fiestas públicas.

Costadillo - torear de costadillo.- Torear de perfil preparando la huida.

Cuadrar.- Quedarse quieto el toro, con las cuatro patas en firme, sin adelantar ni atrasar ninguna.

Cuadrilla.- Conjunto de diestros que lidian toros bajo las órdenes de un matador.

Cuartear.- Hacer el torero un movimiento en curva para evitar que el toro le embista en línea recta.

Cubeto.- Dícese del toro que tiene las astas muy caídas y juntas por las puntas.

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Cubrir.- Protegerse el torero con el engaño, el picador con el caballo y el toro cuando permanece a la defensiva.

Cunero.- Dícese del toro cuya ganadería se desconoce.

Degollar.- Matar el espada al toro con una o más estocadas mal dirigidas, de manera que a veces el animal echa sangre por la boca.

Derechazo.- Pase de muleta ejecutado con la mano derecha.

Derrotar.- Dar derrotes el toro.

Derrote.- Golpe que da el toro con las astas, levantando la cabeza.

Desafiar.- Pararse el toro ante el bulto y, sin arrancarse, escarbar la arena y humillar hasta dar con el hocico en el suelo.

Desarmar.- Arrebatar el toro los trastos de la mano del torero, dejándole indefenso. Taparse el toro mediante derrotes.

Desarme.- Acción y efecto de desarmar el toro al torero.

Descabellar.- Matar al toro, hiriéndole entre las últimas vértebras cervicales con el verduguillo.

Descabello.- Acción y efecto de descabellar al toro de lidia. Verduguillo, estoque especial para descabellar al toro.

Descepar.- Desprenderse el cuerno, por la cepa, de la cabeza del toro.

Descordar.- Descabellar al toro.

Descubrir.- Bajar el toro la cabeza para acometer. Quedarse el torero sin protección por no señalar bien la salida al toro con el engaño.

Desempeñar.- En las corridas de rejones, apearse el torero para herir al animal con la espada, si no puede hacer uso del rejón en la forma habitual.

Despegar.- Torear distanciado del toro.

Desplante.- Adorno que consiste en volverse de espaldas al toro, arrojando a veces

91 el engaño y arrodillándose.

Diestro.- Matador de toros. Torero de a pie.

Divisa.- Distintivo de las ganaderías, consistente en unas cintas de colores unidas por un extremo, que por medio de un arponcillo se clava en el morrillo de los toros destinados a la lidia.

Doblador.- Se dice del profesional que no interviene en la lidia; su labor encuadrada hoy día en los encierros y se limita a cambiar la embestida de los toros utilizando el capote a una mano.

Doblar.- Caer el toro agonizante al final de la lidia. Echarse el toro en tierra, arrodillándose, encogiendo primero las manos.

Doctorar.- Tomar la alternativa.

Embarbar.- Sujetar al toro por las astas.

Embarcar.- Tirar de la res con el capote o la muleta para ejercer sobre ella el mando.

Embeber.- Quedarse el toro parado y con la cabeza alta al recibir la estocada.

Embolado.- Toro que lleva bolas de madera en las puntas de los cuernos.

Embolar.- Poner bolas de madera en las puntas de los cuernos de los toros.

Embrocar.- Coger el toro al lidiador entre las astas.

Embroque.- Momento de ganar el toro el terreno del diestro.

Empitonar.- Prender el toro el bulto con el pitón.

Empuntar.- Empitonar.

Encampanar.- Levantar el toro parado la cabeza como desafiando.

Encerrona.- Corrida de toros, novillos o becerros, celebrada en local cerrado y sin público que haya pagado su localidad.

Encierro.- Acción de conducir los toros a encerrarlos en el toril antes de la corrida.

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Fiesta popular en la que se corre delante de los toros en el encierro.

Engaño.- Muleta o capa de que se sirve el torero para engañar al toro.

Ensabanado.- Dícese del toro que tiene negras u oscuras la cabeza y las extremidades y blanco el resto del cuerpo.

Entablerarse.- Perder el diestro su terreno, acosado por el toro, hasta llegar a las tablas. Refugiarse la res en las tablas para defenderse.

Enterrador.- Peón que intenta marear al toro a capotazos, para que se eche, tras haber recibido la estocada.

Entrar.- Acometer, arremeter: entrar el astado.

Entrebarrera.- Espacio que media en las plazas de toros entre la barrera y la contrabarrera.

Escapada.- Huida apresurada del toro.

Escobillar.- Abrírsele al toro la punta del cuerno, por haber corneado en objetos duros.

Escupir.- Despedir el toro el estoque después de tenerlo clavado. Salirse el toro de la suerte, por blando, al sentir el hierro. Irse el diestro del centro de la suerte, por temor o por cualquier accidente.

Escurrido.- Dícese del toro enjuto, de pocas carnes.

Espada.- Diestro que en la lidia mata al toro con estoque.

Espontáneo.- Dícese del aficionado que, formando parte del público en una plaza de toros, se arroja al ruedo a intentar la ejecución de alguna suerte.

Estocada.- Introducción del estoque en el cuerpo del toro.

Estoque.- Espada de matar los toros.

Estrechar.- Ceñirse o arrimarse al ejecutar las suertes.

Farol.- Lance de frente, dado con la capa, que consiste en girar el diestro

93 pasándose ésta por la cabeza al efectuarlo.

Frascuelina - (De Frascuelo, matador de toros).- Estocada entera, hasta el puño.

Gaiteo.- Acción de aprovechar el toro la flexibilidad de su cuello para embestir con mayor peligrosidad.

Gallear.- Hacer galleos.

Galleo.- Quiebro que, ayudado con la capa, hace el torero ante el toro.

Ganadería.- Nombre que se da a todos los toros de un mismo propietario.

Gañafón.- Derrote brusco y violento del toro.

Gargantillo.- Dícese de la res de cuello oscuro, con una mancha blanca o clara en forma de collarín.

Hondo.- Dícese del toro largo de costillas.

Huido.- Dícese del toro que esquiva las suertes y rehúye los engaños.

Hule.- Enfermería.

Humillar.- Bajar el toro la cabeza para embestir o para defenderse.

Igualada.- Acción de igualar el toro.

Igualar.- Colocar el toro sus cuatro extremidades perpendiculares y paralelas entre sí.

Incierto.- Dícese del toro que mira todos los bultos, sin concentrar su atención en uno.

Indulto.- Gracia de la presidencia por la que a un toro se le perdona la vida por su nobleza y bravura.

Instrumentar.- Ejecutar las diversas suertes de la lidia.

Jabonero.- Dícese de la res de pelo blanco sucio o amarillento.

Jaula.- Chiquero.

Jirón.- Toro de un solo color uniforme que, en la parte del ijar, tiene una mancha

94 blanca.

Jugar.- Torear.

Juguetear.- Correr y adornarse el torero ante la cara del toro.

Jurisdicción.- Terreno necesario para que el torero pueda desenvolverse al ejecutar una suerte. Terreno que alcanza un toro en el trayecto de su acometida.

Ladeado.- Dícese de la estocada que penetra a un lado del hoyo de las agujas o cruz del toro.

Lagartijera.- Media estocada de efecto eficaz, aunque de realización incompleta.

Debe su nombre al torero Lagartijo, quien la usó con frecuencia.

Lance.- Suerte de capa.

Lancear.- Dar lances con la capa.

Lancero.- Picador.

Larga.- Suerte de capa a una mano, en la que el diestro cita al toro de frente, haciéndole seguir el movimiento del capote hasta el remate.

Largo.- Dícese del torero de recursos, que posee un amplio repertorio de suertes para la lidia.

Levantado.- Dícese del toro cuando acaba de salir al ruedo y tiene la cabeza muy alta, mira hacia todos los objetos, sin fijar la atención en ninguno, y recorre la plaza con gran celeridad.

Lidia.- Acción y efecto de lidiar. Conjunto de suertes que se practican con el toro desde que se le da suelta del toril hasta su arrastre.

Lidiable o Lidiadero.- Dícese del ganado apto para ser lidiado.

Lidiador.- Torero.

Lidiar.- Torear.

Ligar.- Verificar el torero los lances o suertes en sucesión continuada y sin

95 interrupción.

Lista.- Franja clara a lo largo del espinazo del toro.

Listón.- Dícese del toro que luce, a lo largo de la espina dorsal, una franja de color distinto al que predomina en su piel.

Llana.- Parte externa y plana de la nalga del toro.

Llorón.- Dícese del toro que tiene alguna mancha en la parte inferior del ojo.

Lombardo.- Lomipardo.

Lomipardo.- Dícese del toro que tiene el lomo pardo.

Lote.- Conjunto de toros que corresponde lidiar a un mismo matador durante una corrida.

Machetear.- Quebrantar al toro haciéndole cornear reiteradamente el engaño.

Macho.- Cada una de las borlas que penden de distintas partes del traje de torear.

Maestro.- Matador de toros.

Maletilla.- Aprendiz de torero, que actúa en capeas y tentaderos.

Mandar.- Hacer que el toro se movilice tras el engaño a voluntad del diestro.

Mandoblazo.- Estocada dada sin sujeción a las reglas del toreo, pero eficaz.

Manoletina - (de Manolete, matador de toros) .- Pase de adorno en que el torero, que lleva la muleta detrás, asido el palo con la mano derecha y una punta del paño con la izquierda, cita al toro de frente y le pasa aquélla por encima de la cabeza.

Mansear.- Mansurrear.

Mansurrear.- Mostrar el toro cualidades de manso.

Mansurrón.- Dícese del toro poco bravo y dócil para la lidia.

Mantazo.- Lance dado con la muleta sin sujeción a las reglas del arte.

Mariposa.- Suerte de correr las reses abanicando el diestro con el capote a la espalda y dando la cara al toro.

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Mariposear.- Hacer el quite de la mariposa.

Marrajo.- Dícese del toro que acomete con malicia.

Marronazo.- Acción de marrar alguna suerte del toreo.

Matador.- Diestro que en la lidia mata al toro con estoque.

Maulón.- Dícese del toro de malas condiciones para la lidia por su cobardía.

Mazorca.- Parte baja del cuerno, junto al arranque del testuz.

Mechar.- Herir el torero al toro con el estoque reiteradamente y sin fortuna.

Medialuna.- Instrumento en forma de media luna para desjarretar toros en la lidia.

Meleno.- Dícese del toro que en su testuz, y cayéndole sobre la frente, tiene un mechón de pelo.

Meneado.- Dícese del toro que ha sido corrido en encierros y corrales antes de lidiarse.

Metisaca.- Estocada imperfecta, en la cual el diestro clava el estoque en la res y lo saca rápidamente sin soltarlo.

Miura.- Toro perteneciente a la ganadería Miura y que se caracteriza por su acometividad y fortaleza.

Molinete.- Pase en que el torero, al estar en el centro de la suerte, gira en dirección contraria a la del toro.

Molinetear.- Dar molinetes.

Mona.- Refuerzo que se ponen los lidiadores de a caballo en la pierna derecha, por ser la más expuesta a los golpes del toro.

Monosabio.- Mozo de caballo que asiste al picador en la plaza.

Montera.- Gorro de terciopelo negro y pasamanería de seda, usado por los toreros.

Moña.- Lazo de cintas negras con que se sujetan los toreros a la coleta.

Morlaco.- Dícese del toro grande.

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Morucho.- Dícese del toro de media casta brava, originario del campo de

Salamanca. Dícese del toro negro.

Movido.- Dícese de la suerte y, en general, del toreo que se practica sin quietud en los pies.

Mozo.- mozo de estoques, el que cuida de las espadas del matador de toros y le sirve como criado de confianza.

Muleta.- Palo con un paño rojo sujeto a él por una de sus orillas, con que el torero trastea al toro.

Muletazo.- Pase de muleta.

Muletear.- Torear con la muleta.

Muleteo.- Acción de muletear.

Muletilla.- Muleta.

Mulillas.- Tiro de mulas, generalmente adornado con banderas, madroños, cintas y cascabeles, que, en las plazas, saca arrastrando a los animales muertos en el ruedo.

Mulillero.- Encargado de arrear las mulillas en las corridas de toros.

Nadar.- Agarrarse el picador a las tablas de la barrera, abandonando el caballo que monta, al no poder resistir la acometida del toro.

Natural.- Dícese del pase de muleta en que el diestro despide al toro por el mismo lado de la mano en que tiene la muleta. Dícese de la suerte ejecutada dando al toro para su salida el terreno de afuera y tomando el diestro el de las tablas.

Navarra.- Lance de capa de frente, en el que el diestro, al cargar la suerte, gira en dirección contraria a la que trae el toro.

Nevado.- Dícese del toro que sobre una capa de pelo de color uniforme tiene pequeñas manchas blancas.

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Novillada.- Conjunto de novillos. Corrida en la que se lidian novillos, y en la que el lidiador, por lo general, no ha recibido la alternativa como matador de toros.

Novillero.- Hombre que cuida de los novillos. Lidiador de novillos, que no ha recibido todavía la alternativa de matador. Corral de los novillos. Dehesa abundante en hierba, que se destina especialmente para los novillos y para paridera de las vacas.

Obedecer.- Acudir el toro pronto al engaño y embeberse en él, siguiendo con docilidad la dirección que le señala el diestro.

Obligar.- Porfiar con el toro receloso, para que se arranque.

Ojalado.- Se dice de la res vacuna que alrededor de los ojos tiene el pelo más oscuro que el resto de la cabeza.

Ojinegro.- Dícese de la res vacuna que tiene la piel negra alrededor de los ojos.

Oreja.- Apéndice del toro que la presidencia concede como trofeo al diestro que ha ejecutado una buena faena.

Padrino.- Rejoneador que presenta y respalda a otro rejoneador. Matador que da la alternativa a otro.

Pajuno.- Dícese de la res de poca pujanza y embestida, sin nervio.

Pala.- Parte del asta del toro situada entre el pitón y el rodete.

Parar.- Frenar el torero, con el capote o la muleta, la embestida del toro y conseguir que se detenga y se fije en los objetos antes de embestir. Mantener el diestro los pies fijos en su terreno durante la ejecución de la suerte. Quedarse quieto el toro y fijarse en los objetos que va a acometer.

Parche.- Trozo de badana, papel o tela, embreado y adornado con cintas o lazos, que se ponía en el testuz del toro como suerte de lidia.

Pase.- Lance o suerte de muleta en el que se mueve el toro de sitio mientras que el

99 torero permanece parado. Lance de capa que ejecuta el torero.

Paseíllo.- Paseo.

Paseo.- Desfile que efectúan las cuadrillas y con el que da comienzo la corrida.

SIN.: paseíllo.

Peón.- Torero a pie, auxiliar del rejoneador o del matador.

Peto.- Armadura de acero o de tela acolchada con que, en la suerte de picar, se recubren el pecho y los lados del caballo.

Pica.- Vara para picar toros que tiene en el extremo una punta de acero. Golpe dado con esta vara. tercio de picas, primer tercio de la lidia destinado a quebrantar la fortaleza del toro por medio de las heridas que se le infieren con la pica.

Picador.- Persona encargada de domar y adiestrar los caballos. Torero de a caballo que pica con garrocha a los toros. SIN.: lancero.

Picar.- Herir al toro con la pica.

Pitón.- Extremo superior del asta. Asta del toro. Cuerno que empieza a salir a los animales.

Placeado.- Dícese de la res ya corrida o lidiada en otras plazas.

Pregonado.- Dícese del toro ya corrido en más ocasiones y conocido por su malicia y peligrosidad.

Presidencia.- Autoridad que preside la lidia.

Puntilla.- Especie de puñal cortó con que se remata a la res después de la estocada.

Puntillero.- El que en las corridas remata al toro, clavándole la puntilla entre las vértebras cervicales.

Puya.- Punta acerada que en un extremo tienen las varas o garrochas de los picadores y vaqueros, con la cual estimulan o castigan a las reses.

100

Quedar.- Evitar el toro las arrancadas, por agotamiento o mansedumbre.

Querencia.- Inclinación o preferencia que el toro siente por un determinado lugar de la plaza. Este mismo lugar.

Quiebro.- Lance o suerte con que el torero hurta el cuerpo con rápido movimiento de la cintura, al embestirle el toro.

Quite.- Suerte que efectúa el torero para apartar el toro de otro torero o del caballo.

Recibir.- Cuadrarse el diestro en la suerte de matar, para citar al toro, conservando esta postura, sin mover los pies al dar la estocada.

Recoger.- Obligar al toro con el engaño a que, en el remate de la suerte, vuelva sobre el diestro. prnl. Retirarse, acogerse en un lugar, recluirse.

Recorte.- Suerte en que el diestro, para burlar al toro, se sale del viaje recto que lleva para tomar otra dirección.

Reculón.- Dícese de la res que, ante el desafío del diestro, anda hacia atrás.

Redondel.- Ruedo.

Redondo.- Pase redondo, o en redondo, pase natural en que se saca la muleta por delante de la cara del toro, para empalmar con otro pase.

Rejón.- Asta de madera con una punta de hierro y una muesca cerca de ella, y que sirve para rejonear.

Rejoneador.- Persona que practica el rejoneo.

Remate.- Terminación de una suerte. Final de la acometida del toro.

Reservón.- Dícese del toro cauteloso y que no acude a las suertes.

Respingo.- Huida muy brusca del toro.

Retinto.- Dícese del toro colorado, pero poco uniforme, con cabos más oscuros o negros.

Reunión.- Momento en el que el toro y el torero llegan al centro de la suerte para

101 permutar sus terrenos.

Ruedo.- Espacio para la lidia en las plazas de toros.

Salinero.- Dícese del toro que tiene el pelo jaspeado de colorado y blanco.

Salir.- Alejarse el matador del terreno del toro al rematar las suertes. Alejarse el toro del lidiador.

Salpicado.- Dícese de la res que tiene manchas blancas en su capa.

Serpentina.- Suerte de capa en que se hace girar ésta alrededor del cuerpo del torero.

Sobrero.- Dícese del toro de reserva que se tiene preparado por si no puede lidiarse alguno de los destinados a una corrida.

Sobresaliente.- Diestro de reserva que se anuncia en algunas corridas para sustituir, llegado el caso, a alguno de los matadores. Subalterno de la cuadrilla del rejoneador que a menudo remata la res.

Sortear.- Someter a la decisión de la suerte la adjudicación de los toros para los diestros. Lidiar, hacer suertes a un toro o esquivar su acometida.

Subalterno.- Diestro de la cuadrilla que está a las órdenes del matador.

Suelto.- Dícese del toro que abandona la suerte sin hacer caso del engaño.

Suerte.- Cada una de las figuras que el torero compone con el toro, ayudándose con la capa, banderillas, muleta, etc.

Sujetar.- Mantener fija la atención de la res en el engaño, impidiendo que acuda a otro objeto.

Talanquera.- Valla que separa el tendido del callejón.

Talega.- Taleguilla.

Taleguilla.- Calzón que forma parte del traje usado en la lidia por los toreros.

Tantear.- Hacer suertes al toro para juzgar su estado, temperamento e intenciones,

102 al empezar una faena.

Tarascada.- En los toros, derrote violento.

Tardear.- Retrasarse el toro en la acometida.

Templar.- Adecuar el movimiento del capote o de la muleta a la violencia, velocidad, etc., de la embestida del toro.

Temple.- Acción y efecto de templar.

Tendido.- Dícese de la estocada cuya dirección es más horizontal de lo conveniente. Graderío descubierto de las plazas de toros. Asiento de esa localidad.

Tentadero.- Corral o cercado en que se hace la tienta de becerros.

Tentar.- Realizar la tienta.

Terciar.- Atravesarse el toro en la suerte.

Tercio.- Espacio comprendido entre la barrera y una circunferencia trazada desde el centro del redondel. Cada una de las tres etapas en que se divide la lidia: tercio de varas, de banderillas, de muerte.

Terna.- Conjunto de tres diestros que alternan en una corrida.

Tienta.- Verificación de la bravura y buenas condiciones de las reses por los ganaderos.

Tijera.- Suerte de capa que se ejecuta, citando por delante al toro, con los brazos cruzados y deshaciendo el cruce al verificarse el embroque.

Toril.- En las plazas de toros, lugar donde están encerradas las reses antes de ser lidiadas.

Trapío.- Conjunto de cualidades físicas que debe poseer el toro de lidia.

Trapo.- Capa, muleta.

Trastear.- Dar series de pases de muleta.

Trinchera.- Pase de adorno cambiado por bajo, ejecutado con la mano derecha.

103

Vacada.- Hato de ganado vacuno. Conjunto de reses vacunas con que negocia un ganadero o dueño de ganado. Ganadería de toros bravos.

Vara.- Esqueleto del toro.

Varear.- Herir o picar a los toros con la vara o la garrocha.

Varilarguero.- Picador de toros.

Verónica.- Lance dado con la capa de frente y a dos manos.

Viaje.- Dirección que toma el toro al embestir.

Virola.- Anillo ancho de hierro que se pone en el extremo de la garrocha para que la púa no pueda penetrar en la piel del toro más de lo necesario para avivarlo.

Volapié.- Suerte de matar los toros que consiste en herir al animal cuando está parado, pasando el espada a su lado a la carrera.

Vuelta.- Acción de recorrer la periferia de una plaza.

Vuelta al ruedo.- Acción de dar un torero la vuelta a la arena para recoger los aplausos del público, en recompensa por una buena faena.

Zurdo.- Dícese del toro que cornea tratando de herir con el pitón izquierdo. Dícese del toro que tiene un cuerno más corto que otro.

104

Anexos

Anexo 1. Uro, animal prehistórico del cual desciende el toro bravo.

Foto: Juan Pelegrin Museo de Madrid

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Anexo 2. Diferencia en tamaño peso y morfología del macho y la hembra.

Foto: www.toroslidia.com

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Anexo 3. Clasificación del toro bravo según su pelaje.

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Anexo 4. Variación de cornamenta y morfología del toro bravo.

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Anexo 5. Distribución según importancia y jerarquía en el paseíllo.

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Anexo 6. Traje de torear.

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Anexo 7. Capote de paseo.

Foto: Libro Colores del Toreo.

Foto: www.mundotoro.com

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Anexo 8. Banda Municipal en la plaza de toros Quito.

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Anexo 9. Torero encomendado a sus creencias.

113

Anexo 10. Superstición del torero el ruedo.

114

Anexo 11. Forma de acomodar el traje de luces.

115

Anexo 12. Dependencias y estructura de la plaza de toros.

Plaza de toros LAS VENTAS. (El país)

116

Anexo 13. Feria de Quito “Jesús del Gran Poder”

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118

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