LA RESISTENCIA CULTURAL DE TAGANGA UN CAMINO HACIA SU

RECONOCIMIENTO COMO PUEBLO ANCESTRAL.

En algunas naciones entre las que se encuentra , ya se preconiza que el pluralismo étnico y cultural es uno de los principios que constituyen la nacionalidad colombiana. Esto representa la posibilidad de que la coexistencia de diferentes pueblos en el mismo territorio sea mucho más que una nostalgia de identidad. El reconocimiento de pueblos tribales ancestrales por parte de los Estados Nacionales se considera como un paso necesario en la construcción legitimas de sus democracias; por tratarse de pueblos que existen desde antes de que nacieran los estados modernos, por tener historias particulares, territorios ancestrales, idiomas y culturas únicas, las naciones del mundo han ido entendiendo que la dignidad y la pervivencia de estas culturas no sólo dependen de derechos otorgados a las personas individualmente, sino que dependen de derechos y libertades que se garanticen a los pueblos en su conjunto. Los estados se han tardado muchos años para reconocer esta realidad y aunque promulgaron algunos instrumentos generales que han servido para acabar con algunas costumbres atroces a las que fueron ya sometidos los indígenas, como el racismo, la discriminación y la esclavitud, aún no es pleno el reconocimiento de su derecho a la autodeterminación, a sus territorios, a sus recursos, a sus formas de gobierno, su idioma y culturas.

No obstante lo prolijo que es nuestra constitución política, en el reconocimiento, de derechos colectivos a los indígenas, el estado y su gobierno no marchan por la misma senda, el sólo hecho del represamiento que existe en el Ministerio del Interior, de las solicitudes de reconocimiento étnicos nos dan la dimensión de que unas son las normas rectores de nuestra carta magna y otro el accionar del gobierno, un claro ejemplo de ello es la aprobación de la Ley de ordenamiento territorial, pues han pasado 17 años desde cuando se aprobó la Constitución Nacional, y todavía no se ha logrado estructurar una propuesta de ordenamiento territorial, y pasaran muchos más antes de lograrlo, porque no podemos olvidar que es por la lucha del territorio por donde se desangra el país, el conflicto que hoy vivimos tiene su génesis en el territorio.

Sin embargo cabe destacar que la constitución de 1991 dio un tratamiento especial y favorable a los grupos y comunidades indígenas, reconociendo y protegiendo la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, como así lo dispone el artículo 7 superior al respecto nos recuerda LORENZO MUELAS (Biografía indígena) lo siguiente: “Nosotros los pueblos indígenas, que nunca habíamos tenido ese reconocimiento, que siempre fuimos señalados como ciudadanos de segunda clase, como salvajes o semisalvajes, tenemos una herramienta en la nueva Carta Política por lo menos en este momento hay un reconocimiento político de que somos ciudadanos con plenos derechos. Depende entonces de nosotros y también de la sociedad nacional. Porque yo tengo en mente que la nueva carta política es un compromiso no solamente con los indígenas sino con todos los colombianos, desde el presidente de la república, quien debe hacer velar por estos derechos para que se hagan posibles los cambios fundamentales”.

En la Asamblea Nacional Constituyente, se reconoció el carácter multiétnico y pluricultural de la Nación Colombiana con todas sus implicaciones, en materia de derechos culturales, territoriales y educación, lejos de ser una declaración puramente

étnica el principio de diversidad étnica y cultural, es el que proyectó el carácter democrático, participativo y pluralista de nuestra república. El reconocimiento de la diversidad étnica y cultural en la constitución de 1991, que hace relación a las formas de vida y concepciones del mundo no coincidentes con las costumbres de la mayoría de la población en aspectos de raza, religión, lengua, economía y organización política, supone la aceptación de la alternación ligada a las diversas formas de vida y concepciones sociales y culturales que comprenden distintas lenguas, tradiciones y creencias.

Hecha esta disquisición sobre el tema indígena en el estado colombiano, entramos a desglosar el tema “La resistencia cultural de Taganga, un camino hacia su reconocimiento como pueblo ancestral”.

En un rincón del Caribe esta Taganga, hoy su nombre se le asocia más como un lugar turístico, que como un pueblo con un gran legado cultural, pero este es un pueblo que a pesar del peso de la historia de Occidente ha mantenido su propio sistema de conocimiento, su forma de producir y de relacionarse con la naturaleza, y de alguna manera de pensarse y de pensar el mundo bajo una cosmogonía propia.

Podríamos decir que ha mantenido una identidad, una cultura que lo diferencia de la urbe situada sólo a cinco minutos por carretera de la capital , Taganga es un pueblo ancestral de pescadores, descendientes de los indígenas de su mismo nombre que habitaban ese territorio antes de la llegada de los españoles. Su descendencia indígena no admite discusión alguna por lo cual les es perfectamente aplicable el convenio No. 169 de la OIT sobre pueblos indígenas tribales en países independientes, sobretodo la parte I del texto sobre política general, la que en su artículo 1º específica a quienes se les aplica el convenio y establece: a). A los pueblos tribales en países independientes, cuyas condiciones sociales, culturales y económicas les distingan de otros sectores de la colectividad nacional, y que están regidos total o parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial.

Sobre este aspecto anotamos que Taganga, a pesar de tener unas condiciones sociales, culturales y económicas que la distinguen de otros sectores del territorio

Nacional, de estar regidos por sus propios costumbres o tradiciones, no se rige por una Ley especial, ni es un pueblo tribal, por lo cual no se cumple a cabalidad el ordinal (a) del artículo 1º del convenio.

b). A los pueblos en países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas o parte de ellos.

Si se analiza en detalle este ordinal, vamos a encontrar que las condiciones de aplicabilidad del convenio están dadas por unos requisitos marcados que se ajustan a la situación del pueblo de Taganga, que desglosamos así:

1. Taganga es un pueblo considerado indígena por el hecho de descender de los

indígenas del mismo nombre a su vez pertenecientes a las etnias de la Sierra

Nevada de Santa Marta.

2. su establecimiento data de una época precolombina como lo vamos a ver más

adelante, aún antes de la conquista española.

3. cualquiera que sean las instituciones jurídicas que gobiernen a Taganga, el

pueblo conserva instituciones sociales, de antaño como la junta de padres de

familia hoy cabildo abierto, la corporación de chinchorreros pescadores

fundada antes de1873 instituciones económicas como la pesca artesanal;

instituciones culturales como el sistema de sorteo de los ancones de pesca.

Además de lo anterior hay en los habitantes de taganga una conciencia de su identidad indígena, pues con orgullo se lleva al gentilicio de taganguero, como sinónimo de descendencia de una raza autónoma, lo cual es fundamental para aplicarle las disposiciones del convenio 169 de la OIT según se desprende del inciso

2) de su artículo 1º.

Para corroborar lo anterior haremos un análisis exhaustivo de la procedencia indígena de Taganga, para ello acudiremos a los diferentes cronistas, historiadores e investigadores sociales que han estudiado el tema.

De los cronistas de indias vamos a citar a , y a ANTONIO

JULIAN – posteriormente

Para demostrar que el pueblo indígena de Taganga existía antes de la llegada de los

Españoles tomamos el siguiente texto de ANTONIO JULIAN en su obra “La perla de

América” el texto se titula De las Naciones de Indias de la Provincia de Santa Marta.

Dice el texto: “En la América Meridional entraron los conquistadores por la provincia de Santa Marta, y fue esta la primera tierra firme que pisaron para entrar en la posesión de grandes reinos y proclamar al monarca de España señor de un nuevo mundo, y glorioso Rey en los hemisferios. Entraron a esta provincia, y la reconocieron luego poblada de diversas gentes y naciones nunca vistas, nunca oídas, y nunca imaginadas; unas de menos y otras de más dura cerviz, estaban entonces los indios Gairas y Tagangas, que luego dieron las manos a los españoles, y constantes se mantuvieron con ellos en paz”.

En su obra, Datos históricos culturales, sobre las tribus de la antigua Gobernación de

Santa Marta, GERARDO RAICHEL DOLMATOFF cita al cronista de indias JUAN DE

CASTELLANOS llegado a la Nueva Granada en 1534 a 1536. según su relato en una ocasión PEDRO DE URSÚA, un Bizarro Capitán del Reino que recorrió las costas con JUAN DE CASTELLANOS mandó a sus soldados a Taganga a robar la mujer del cacique local, llevándola por la fuerza a Santa Marta, en el camino los indios de

Taganga atacaron a los españoles, causándole la muerte a varios de ellos, es este primer acto de resistencia cultural en el que en defensa de un símbolo cultural como era la libertad de la mujer del cacique se combina un episodio de violencia.

RESTREPO TIRADO ERNESTO en su obra historia de la provincia de Santa Marta nos dice que por cédula del 22 de junio de 1625 le ordenó su majestad el Rey al señor Gobernador de la provincia de Santa Marta que cada año envíe una relación de las Mercedes que hiciere en su Real nombre, así como una lista de las que haya en la provincia con especificación del número de indios que las componen, las sumas en que están tasadas y en que especies las han de pagar.

A continuación RESTREPO TIRADO pone la lista de las encomiendas de la provincia enviadas por el Gobernador con el objeto de dar una estadística aproximada de los indígenas que quedaban:

DISTRITO DE SANTA MARTA

Nombre de la Número Suma en que de estaban indígenas tasados 1500 MACINGE ………………………………………… 80 1000 CIÉNAGA ………………………………………... 85 800 BONDA…………………………………………….. 70 600 JERIBOCA…………………………………………. 150 MACINGUITA, BODACA Y TAGANGA. 48 800 CONCHA Y TAMACA…………………………… 35 500 CHENGUE Y DUIRA…………………………… 24 400 MAMATOCO Y TAMACA…………………….. 30 400 DURAMA Y TANGICA………………………… 24 150 LA UNA MA……………………………………….. 24 100 CHOMENCA……………………………………….. 25 300 DULCINO ………………………………………….. 20 200 GAYRA……………………………………………….. 20 100 SINANGUEY……………………………………….. 10 100 YAREBITA…………………………………………… 16 200 MASTACA……………………………………………. 7 80 SECAIMACA……………………………………….. 6 50 MACHINCA………………………………………… 10 700 BUSINCA…………………………………………… 6 50 DONQUE……………………………………………. 6 50 DIOCA………………………………………………. 5 50 MAMACARACA…………………………………… 4 40

Nótese que Taganga para esa época es una encomienda junto a Bodaca y

Masinguita con 48 indios útiles posiblemente se trataba de una encomienda perlera y de pescado, además de la piedra de cal con la cual se construía la ciudad de Santa

Marta, la población era incipiente, así lo indican los siguientes censos en los cuales, no se contaban a los ancianos no tributarios, ni a las mujeres, ni a los chinos de menos de 17 años.

Por haber sido la encomienda nociva para Taganga, nos detendremos un poco en ella, para indicar que esta vieja institución del sistema señorial, consistía en un grupo de indígenas residenciados en un pueblo de indias, que eran entregados por la corona a un o colono español, quien ejercía sobre ellos una tutela protectora y los adoctrinaba en la fe cristiana. A cambio el encomendero o sus descendientes criollos tenían derecho a recibir del indígena un tributo que debía pagarse en dinero dos veces al año, en junio y diciembre. En la bahía de Taganga según NICOLAS DE LA ROSA había un copioso ostral de perlas y criadero de , de mejor calidad y más subido oriente que los de por eso el Gobernador

JUAN BELTRAN DE CAICEDO construyó un fuerte llamado de San Antonio para defender el ostral 1719 por este astral, por la pesquería y otras labranzas fueron encomendados los indios Taganga, allí perdieron la vida muchos de los indios

Tagangas, sumergiéndose en profundidades de 12 brasas a buscar la p erla. Cuando se prohíbe esta práctica con los indígenas, entonces se le asigna a los negros esclavos, pero detrás de cada negro se debía consumir un indígena para cerciorarse de que trajera la perla.

Para el año 1743 hay otro censo de los indios Tagangas el padrón es el siguiente: El cacique se llama MANUEL NÚÑEZ, el Alcalde es JUAN ANTONIO ZIGARRO, el cura doctrinero JOSEPH CAYETANO DE ESTRADA, hay cinco indios útiles entre los 19 y

36 años, y doce chinos, así se le llamaban a los indios entre 4 y 17 años, también había un jubilado, el censo no registra niñas ni mujeres.

15 años más tarde, en la Gobernación de GREGORIO DE ROSALES TRONCOSO y OSORES existe en el archivo nacional una carta fechada en 1761, dirigida por los indígenas de Taganga al Virrey MESIA DE LA CERDA, donde se quejan de los abusos cometidos por el Gobernador de Santa Marta contra ellos.

El texto de la carta es el siguiente: “Los indios que aquí diremos, nosotros los naturales del pueblo de Taganga de esta jurisdicción de Santa Marta, como humildes ajados y los tantos trabajos, para alivio de ello ocurrimos a la caridad y amparo de su excelencia haciéndoselos presente y son: Señor Excelentísimo, que el Gobernador de esta dicha ciudad; Don Gregorio de

Rosales con la voz de servicio de nuestro rey y señor natural nos ha hecho trabajar en unas vigías que ha hecho de ese el día ultimo de resurrección, ante la antevíspera del corpus, que según nuestra tarifa, fueron 37 días; y por este trabajo nos dieron a

14 y medio reales a cada uno, y fuimos los siguientes: Gaspar, Bentura y Alfonso de

Aritama, Martín y Marcelino Matos, Jacinto Roque, Diego Balles, Nicolás Guerra,

Regalado Perdomo, Crisanto y su hermano Blas, que con todos somos 11 hombres; después de esto nos hicieron cortar y llevar a dichas vigías, 100 haces de leña que valen 100 reales.

También nos hicieron cortar y llevar las astas de banderas para dichas vigías y cabos para palas y asaderas; calabazos y demás para el trabajo de esta raza.

Después de esto, a cada uno de nosotros y a todos los demás naturales de todos los pueblos de esta ciudad, nos han hecho traer media arroba de majagua que vale cuatro reales con otros varios trabajos como ir a coger por dos ocasiones a los negros del rey, que se huyeron y esto sin habernos libertado de demoras ni darnos más que los dichos 14 reales y medio, con lo que tuvimos que buscar un real y medio más para alcabalar a dos pesos y pagar la demora del medio año, y estos trabajos con tal rigor del excelentísimo capitán Manuel Vásquez, que hasta enfermos nos hacían trabajar, padeciendo hambre así nosotros como nuestras familias, y cuando decíamos alguna cosa nos ajaba y apaleaba y amenazaba con el morro dicho capitán, diciendo que así era orden del gobernador, con que se tiene mucha amistad y estreches, así porque lo tiene de capitán como por estos trabajos que nos ha hecho hacer.

Excelentísimo señor, es la verdad, lo que por persona desinteresada y jus ta podrá su excelencia justificar cuando quisiera y la que aquí no podremos hablar porque seriamos presos, apaleados y azotados, por lo que ocurrimos a la caridad y amparo de su excelencia para que como nuestro padre justo, por nuestro Rey y Señor natural, nos ampare y defienda y nos haga pagar nuestro trabajo y el alimento de nuestras mujeres y familias, como si se lo suplicamos a su excelencia y lo esperamos de su caritativo pecho y grandeza.”

Este otro caso de resistencia cultural del pueblo de Taganga. En este documento destacamos con relación al anterior esos once hombres son los doce chinos de

1743, que dieciocho años más tarde son indios útiles.

Para 1837 Taganga es una parroquia y su alcalde indígena se llama SANTIAGO

MANIGUA, el encargado del curato se llama ANDRÉS GONZÁLEZ y en su informe dice que en el pueblo, hay 198 almas, vistas desde el punto de vista religioso, o sea es la primera vez que se censa la población entera; además el pueblo se conforma de 30 casas pajisas, estos datos se encuentran en las diligencias relativas a la protocolización de los terrenos llamados SAN ANTONIO DE BONITO GORDO, compendiados en la escritura pública No. 27 de marzo de 1973. En este documento además se fija el territorio del Distrito Parroquial de Taganga determinándose sus límites.

En 1856 se da un caso de resistencia cultural cuando el general JOSÉ MARÍA

VIECO solicita en adjudicación los terrenos de arrecifes y cañaveral, como contraprestación por los servicios prestados a la patria durante la independencia, equivocadamente la Gobernación tramita esta adjudicación concediéndola, ante esto uno de los máximos líderes de todos los tiempos en Taganga JUAN FRANCISCO

PERDOMO, asume la defensa del territorio que ya había sido entregada como ejido petición del Personero del Distrito a la aldea de Taganga. En efecto el día 7 de mayo de 1856 el señor JUAN FRANCISCO PERDOMO y otros dirigen al Gobernador de la provincia de Santa Marta el siguiente memorial: “Señor Gobernador – los que suscribimos ciudadanos granadinos desde la Aldea de Taganga a usted respetuosamente representamos que hemos tenido noticia que el señor JOSÉ

MARÍA VIECO y otros individuos han denunciado como baldíos las tierras conocidas con el nombre de los arrecifes” como esto no es exacto que tales terrenos son baldíos, hacemos ante usted, por lo que pueda convenir la oposición respectiva, y la s más solemnes protestas.

La antigua parroquia de Taganga, convertida hoy por el querer de los legisladores provinciales en ALDEA, tiene señalados como ejidos, los terrenos de los arrecifes ya mencionados, por la razón muy sencilla de que los lugares que pudieron servirles y que se encuentran a sus inmediaciones, son ajenos, tales como Gairaca, Neguange y Cinto, por manera que esta triste población absolutamente no tiene donde hacer sus labranzas, porque todos sus campos son serranías, y ahora que comienz a a despertarse en estos habitantes el deseo de trabajar labrando la tierra se les quiere arrebatar el terreno que por derecho propio le corresponde (El subrayado es nuestro). La ley dice que cuando no se le pueda dar a una población las leguas de terreno que les correspondan para ejido por estar interceptados por otros ajenos, se les de prolongadamente donde no tengan dueños como sucede a Santa Marta que tiene el completo de sus ejidos, en Río Frío, Fundación y la Ciénaga, siendo pues un hecho que Taganga tiene como limites por la parte del N. NO la ensenada conocida con el nombre de SAN ANTONIO DE BONITO GORDO, desde la Punta de la Vigía viniendo por toda la cordillera del Norte Oeste, la barra u ojo de la Aguja, Granate y

Punta Gorda. Hasta la parroquia, por la del sur siguiendo hacia la Punta de las

Petacas, incluso Playa de vaca y El Cerro de la Cuesta, hasta el pie de ella hacia esta ciudad en línea recta hasta conformar con el de la Vigía; por la parte del Este el

Cerro de la dicha Vigía hasta llegar a la punta del mismo nombre, y las aguas de esta demarcación: y como por el lado donde se encuentran los arrecifes es la única parte por donde pueden extenderse; claro está que es indispensable el derecho que asiste a sus vecinos para oponerse a que se les despoje de aquellos terrenos desde tiempos en memorial les corresponde, y que por los trastornos políticos de nuestra independencia y los que han sucedido han hecho perder los papeles y documentos donde consistía la propiedad que por orden del gobierno español se les había concedido a los indios Tagangas. Estos esperan del señor Gobernador haga respetar los nuestros que una vez ha adquirido conforme a las leyes, pues así es de justicia,

Taganga 7 de mayo de 1856. Firmado JUAN FRANCISCO PERDOMO.”

Una vez se revisa la actuación, la Secretaría de estado del Despacho de Hacienda

No. 10 Sección de Rentas RAMOS de bienes nacional, En Bogotá el 23 de enero de 1957, cuyo titular era RAFAEL NÚÑEZ emite el siguiente pronunciamiento “señor

Gobernador de la Provincia de Santa Marta, cree el vicepresidente que usted había suspendido bajo su responsabilidad la resolución que le transcribe en nota 20 de octubre último número 14 de esta sección y ramo, porque en la comunicada a esta

Gobernación, con fecha 11 de septiembre, y bajo el número 11 ya se había advertido a usted que el poder ejecutivo se abstendría de aprobar la adjudicación del terreno denominado “Arrecifes” por haberse opuesto a ella “Los naturales de la aldea de

Taganga alegando que los terrenos son ejidos que le pertenecen. Esto ha debido hacer conocer a usted que la primera de estas resoluciones sólo pudo dictarse por un descuido puramente de oficina: en consecuencia el poder ejecutivo conservando la resolución de 11 de septiembre mencionada que no ha tenido a bien revocar, a dictado la siguientes = declárese nulo y sin ningún valor la resolución que se comunicó al señor Gobernador de Santa Marta en oficio “del 23 de octubre último No.

14 aprobando definitivamente la adjudicación de ciento noventa y cinco mil metros cuadrados de tierras baldías en el terreno conocido con los nombre de “arrecifes y cañaverales” ubicados cerca de la capital de aquella provincia = ordenase en consecuencia la reposición de los títulos con que se pidió la adjudicación para devolverlo al interesado = comunícole a usted para su inteligencia y cumplimiento advirtiéndolo con esta fecha transcribo al señor Secretario de Guerra la preinsertada resolución para que se sirva disponer se repongan estos títulos los cuales remitiré a usted por el correo inmediato = soy de usted afectísimo. Servidor RAFAEL NÚÑEZ.

Conclusión para el año 1856 Taganga es una Aldea indígena su regidor es el Señor

ROMAN MANIGUA, para 1873 se conforma la Junta de Padre de Familias y el 24 de enero de 1873 revisten de poder a ROMAN MANIGUA para protocolizar las diligencias de los terrenos de Arrecifes y Cañaveral y el 2 de marzo de 1873 para protocolizar los terrenos de “San Antonio de Bonito Gordo”.

Casi veinte años después ROMAN MANIGUA sigue siendo el regidor de la Aldea quien ejerce plena autoridad. En adelante la Junta de Padres de Familia decide los asuntos del pueblo y deliberan en el Camellón de la Playa en cabildo abierto, allí se leen estos documentos cada año, para recordarle a los moradores del pue blo el derecho de propiedad que les asiste sobre estos territorios.

En el período republicano en el siglo anterior, llega a la comunidad, a finales de la década del 40, y principio de la del 50, GERARDO RAICHELL DOLMATOFF y

ALICIA DUSAN DE RAICHELL, antropólogos, Alemán el primero, casado con la segunda de nacionalidad colombiana, su misión fue llegar a la Sierra Nevada, a partir del pueblo de Taganga, luego de muchos estudios ALICIA DUSAN DE RAICEHLL, al hacer el estudio de la sexualidad femenina y masculina del taganguero, afirma que la Taganga de 1946 corresponde a las características de la cultura Tayrona del Siglo

XVI, reafirmado en esta forma la identidad étnica del pueblo de Taganga.

En 1956 se construyó en el gobierno del General GUSTAVO ROJAS PINILLA la vía carreteable, entre Santa Marta y Taganga produciéndose allí un proceso de aculturación, porque nuevas culturas van a permear a la cultura, de una comunidad cerrada, aislada e impenetrable, según la definición de los antropólogos REDFIELD

LINTON y HERKOVITS “Aculturación en el conjunto de los resultantes de que grupos de individuos pertenecientes a culturas distintas entren en contacto continuo y directo y de los cambios que se producen en los modelos culturales originarios de uno a ambos grupos. En la aculturación, no hay casi nunca un cambio completo de la pauta cultural anterior, por lo que puede haber entonces Deculturación que es la pérdida de los elementos de la propia cultura y también Enculturación, o sea la asimilación de la cultura dominante o donante, con la carretera comienza el período más crítico para la identidad cultural de Taganga, hay una pérdida de valores, por la entrada de fenómenos culturales como el Hipismo, la Bonanza Marimbera y el turismo de los

80 hasta el presente.

En todos estos períodos hay una serie de relaciones interculturales en Taganga, donde la cultura autónoma sigue presente en la actividad de la pesca y la capacidad de organización propia del pueblo; hay cultura apropiada, porque al interactuar con otras culturas se toman elementos de ellos.

Dentro de la pesca, el arte y método de pesca del trasmallo, es cultura apropiada, porque ese elemento de pesca no es original de Taganga, pero se toma de

Venezuela y es introducida como un nuevo elemento de pesca, igual lo constituye la construcción de hoteles, instalación de centros de buceos, estaderos y demás negocios para la explotación del turismo.

Los procesos de resistencia cultural, son siempre por la defensa del territorio de una u otra forma, ya sea por su división, el despojo, la comercialización o su mutabilidad.

Con la creación del Parque Tayrona a través de la Resolución 191 del 31 de agosto de 1964 del INCORA se determinó que el Parque Tayrona comenzaba en el caserío de Taganga entre las siguientes coordenadas: 11º - 21´00” y 11º, 15´, 33” de latitud norte, y 73º 54´- 06” y los 74º - 12´ 33´ de longitud oeste Greenwich.

En nuestra tesis de grado para optar al título de Abogado en la Universidad del

Atlántico titulada la coposesión en Taganga hicimos una reseña de la resistencia que opusieron los tagangas, a que Taganga quedara alinderada en el Parque Tayrona, el pueblo se reunía en cabildo abierto en el camellón de la playa para trazar estrategias de defensa, así reseñamos ese suceso: “Los habitantes de Taganga se reunieron para afrontar la situación, porque esto perjudicaría en un doble aspecto a este poblado.

a) Por que las tierras quedaban INCORADAS y solo el INDERENA podrá

disponer de ella.

b) Porque este instituto, prohibió mediante resolución Nº. 193 de 1969, la pesca

en la zona del parque con embarcaciones que tuvieran un calado de más de

10 toneladas y la población entera vivía exclusivamente de esa actividad.

De estas reuniones salieron varios iniciativas, entre ellos la de buscar el concurso de personas vinculados al corregimiento; en efecto por intermedio de MARÍA

MERCEDES CARRANZA, el doctor CESAR CASTRO PERDOMO, hizo un estudio jurídico de la situación; se buscó contacto con ALEJANDRO MARTÍNEZ

CABALLERO, Representante a la cámara por el Magdalena. Este problema se aclaro definitivamente, cuando el jefe seccional de INDERENA en Santa Marta se dirigiera al registrador de Instrumentos Públicos, de esa ciudad mediante documento fechado el Nueve de Octubre de 1969, con copia al jefe general del INDERENA y a las junta de acción comunal de Taganga, el documento es del siguiente tenor: “como quiera que entre la ciudadanía de la región y en especial del corregimiento de Taganga, a raíz de la publicación del acuerdo 04 de abril de 1969 del INDERENA ha invertido para extenderá a este caserío el parque nacional y en consecuencia impedir la libre disposición por parte de sus legítimos dueños de los bienes de propiedad raíz ubicado en dicho corregimiento, me permito aclara a su señoría en particular y a la ciudadanía en general. En mi calidad de jefe de la seccional de

INDERENA en Santa Marta, que este caserío queda fuera del parque como puede establecerse claramente ubicado en el mapa los linderos estipulados en dicha resolución.

En consecuencia carecen de fundamento dichas especies y las transacciones que sobre propiedades ubicados en este caserío se presenten no requerirá ningún trámite previo en el INDERENA, ni hay impedimento alguno por parte de la institución, para la libre disposición de esta propiedad por sus legítimos dueños”.

Esta firmada por PEDRO IGNACIO RODRÍGUEZ.

En 1982 se presenta otra disputa por el territorio, que se enmarca en otro caso de resistencia; esta vez los protagonistas fueron los miembros de la familia NOGUERA

AARON de Santa Marta, quienes a través de testaferros se hicieron adjudicar en el

INCORA los terrenos de playa de Vaca, comprándoselos luego al referido testaferro, en este proceso hubo todo un movimiento de masas de la población en contra de los usurpadores, quienes se valieron del poder local para reafirmarse en la posesión de ese territorio mientras se dirimía el pleito; la dirección general de INCORA anuló la

Resolución de adjudicación y los dejó como poseedores de buena fe quedando

Taganga con la obligación de indemnizar las mejoras de los poseedores, mejoras que estaban bien cuantificadas haciendo imposible cualquier tipo de negociación para recuperarla, por eso se perdió esa parte del territorio.

Para 1992 el plan de desarrollo del municipio cuyo alcalde era HUGO GENECO

ARREGOCES, aprobó que el perímetro urbano de Santa Marta comenzaba en

Taganga con ello el territorio de Taganga era considerado urbano.

Basado en lo anterior la administración del distrito para el año 1995 dividió el territorio del Distrito Turístico Cultural de Santa Marta en comunas y corregimientos; por medio del acuerdo 011 del 27 de Junio de 1995 se estableció la comuna

PESCADITO – TAGANGA. Este hecho atentaba directamente, contra la identidad cultural del pueblo y atentaba contra la territorialidad y la cohesión del grupo social de Taganga.

Como en ocasiones anteriores la comunidad reaccionó contra lo que se consideró un arbitrariedad del ejecutivo y en un memorial fechados el 13 de agosto de 1995 dirigido al alcalde EDGARDO VIVES CAMPO, la junta cívica de TAGANGA expreso lo siguiente: “ quizás desde 1501 cuando el adelantado RODRIGO DE BASTIDASA piso por primera vez estas costas, tuvo contacto con nuestros caciques: DIVIJUCA,

BIYUCA, DONKARINCA, DUMBIRA y DIMARUCA, y fue esta la razón para que en

1525 ellos le sirvieran de aliados en su obra fundadora, obra que se complementa con la construcción de la ciudad de Bastidas a través del aporte de la cal, cuya piedra era buceada y fundida en los hornos por los Taganga. Desconocer esto es tanto como desconocer la evolución social que como pueblo hemos tenido, pasando por la aldea, la parroquia indígena, el distrito parroquial, el corregimiento, la alcaldía menor hasta nuestra aspiración de territorio indígena, sustentada por la existencia de la escritura pública Nº. 27 de 1879, de la notaria primera de Santa Marta, en la cual se protocolizan las diligencias relativas a los terrenos de “San Antonio de Bonito

Gardo” (Taganga), se nos reconoce la autonomía sobre estas tierras, para poseerlos y gobernarlos como un preciado legado de nuestros antepasados; función que hemos ejercido con esmero y decoro hasta nuestros días, en que se le quiere dar el zarpazo a esa autonomía.

Resulta, señor alcalde absurdo totalmente, que se nos de tratamiento de Barrio, cuando no es indispensable fundamentar para alguien que tenga un mínimo conocimiento histórico de la formación y evolución de Taganga, que durante siglos hemos sido una comunidad en desarrollo, especialmente ubicada en un territorio determinado con antecedentes de unidad político administrativa, desde la colonia hasta nuestros días. Para nosotros es claro que estamos ante una violación a la

Constitución Nacional en dos pilares fundamentales, cuales son: la autonomía local y la participación comunitaria”.

En otro párrafo la junta cívica sentencia lo siguiente:

“Queremos finalmente dar testimonio de la férrea e irrevocable voluntad del pueblo de Taganga, de luchar por el respeto a su identidad, a su cultura, y al derecho de organizarse bajo la tutela de la Constitución de 1991; en tal sentido haremos uso de todos los recursos protectores de nuestros derechos que la constitución y la ley, pone a nuestra disposición para evitar un atropello que lesione la dignidad de nuestro pueblo.

Firmado: Arnoldo Pimenta Vásquez, Basilio Henríquez Tejeda, Daisy Vásquez,

Alfonso Molina Bustamante, Yolanda Daniels de Andreis, Airton Martos, Ariel Daniels de Andreis, Julio Rosado Daniels, José Núñez Vásquez, Felipe Cantillo Pinto y José

Florentino Pimienta Vásquez.

Con fecha 27 de octubre de 1995 se entabla ante el tribunal administrativo del magdalena acción de nulidad contra el acuerdo 011 que dividía al territorio del

Distrito de Santa Marta en comunas y corregimientos y el Domingo 29 de octubre del mismo año cuando estaban programados los comicios electorales para elegir juntas administradores locales, la comunidad en pleno, bloqueo el carreteable de acceso al corregimiento desde las 4 de la madrugada, para impedir la entrada a las URNAS y no participar en las elecciones de comunas, esto fue una jornada histórica que le dio una lección de la homogeneidad de un pueblo, a los gobernantes para decirles que las democracias se construyen a través del consenso y del pluralismo.

Dos años más tarde, otro Alcalde comprometido con la comunidad, quiso devolverle su estatus de corregimiento y para ello presentó al Concejo Distrital en proyecto de acuerdo “Por el cual se crea el territorio especial de Taganga y se dictan otras disposiciones; el 20 de abril de 1998, El Alcalde JAIME SOLANO JIMENO en su exposición de motivos le decía al Concejo de Santa Marta lo siguiente:

“Someto a estudio y aprobación del honorable Concejo Distrital de Santa Marta el proyecto de acuerdo de la referencia con el propósito de responder positivamente al reclamo de la autonomía que la comunidad étnica de taganga ha venido formulando desde hace muchísimos años, con la finalidad que su territorio sea administrado conforme a sus usos y costumbres tradicionales.

La comunidad étnica de Taganga, asentada en la Bahía del mismo nombre, al otro lado de los cerros que limitan por norte a la ciudad de Santa Marta es una

Comunidad Indígena que ha conservado con fuerza sus usos y costumbres tradicionales a pesar de la influencia negativa contra sus valores culturales que genera la proximidad con Santa Marta y el desarrollo de actividades turísticas en sus proximidades.

A diferencia de otros pueblos indígenas ubicados en las orillas del mar o en las cercanías del valle manzanares (como los Gairas, los Bondas o la comunidad de

Mamatoco). El núcleo étnico de Taganga logó mantener su identidad y tradiciones de tal modo que mientras los otros desaparecieron o fueron asimilados por la sociedad no indígena, estos lograron mantener su estructura familiar, las valoraciones de sus tradiciones ligadas al usufructo colectivo de las áreas de pesca y de las ensenadas de los alrededores”.

Sigue el Alcalde motivando su acuerdo de la siguiente manera:

“quisiéramos hacer una extensa trascripción de parte de la ponencia de los constituyentes ORLANDO FALS BORDA y LORENZO MUELAS HURTADO en la

Asamblea Nacional Constituyente:

“la necesidad de contemplar” casos especiales” de territorialidad que se ha impuesto a esta comisión (la segunda sobre el caso de regiones, provincias distritos territorios indígenas. Nota Nuestra) se deriva del hecho concreto: la Constitución Política de

1886 no los contempló y no podía contemplarlo por cuanto se basaba en una concepción excluyente de la unidad en la que la territorialidad no podía ser sino única: un modelo de estado eminentemente centralista y hegemónico. De allí que le resultara imposible reconocer implícitamente ninguna diversidad territorial.

No obstante, la evolución de la acción del estado y su paulatina modernización durante el siglo XX ha traído la conformación de otras formas de territorialidad que hoy maneja el País; en particular las surgidas de la necesidad de implementar la planeación y las corporaciones regionales. Es decir que la fuerza de los hechos implantó en las concepciones jurídicas, políticas otro manejo de la unidad sobre la base de territorialidades diversas” (Pueblos indígenas y grupos étnicos gaceta constitucional No. 40 abril 08 de 1991 FALS MUELAS).

Respecto al carácter muy especial del territorio étnico de los Tagangas, así l o motivó el Alcalde en documento que consideramos como un testimonio elocuente de lo que es Taganga:

“El caso de la comunidad étnica de Taganga es muy especial dentro del conjunto del problema territorial indígena: a diferencia de otros territorios que se encuentran situados muy lejos de las grandes ciudades, en áreas eminentemente rurales o constitutivas de bosques naturales en sus diversas manifestaciones climáticas, esta comunidad tiene más de 500 años de estar situada a menos de5 kilómetros de una capital de Departamento. Desde la década de los 60s debió soportar la presión destructora de su identidad cultural por parte de un nuevo factor: las corrientes de turistas que se movilizan hacia Santa Marta en búsqueda de su entorno natural.

A esto se agrega otra peculiaridad esencial: el grupo étnico de Taganga es quizás la

única comunidad del País cuya “territorialidad” tiene más que ver con la disponibilidad autónoma para administrar sus sitios de pesca tradicionales, más como un “territorio” físico para ello es esencial el control sobre su propia Bahía, sobre el libre acceso a las ensenadas y cerros desde los cuales divisan los bancos de peces, sobre las playas en las cuales guardan, acampan y reparan sus barcos. De tal modo que el control de sus Bahías, la precisión de su participación en la definición de los usos del suelo, la competencia para proponer el componente cultural de sus contenidos educativos, etc. Constituyen un instrumento vital para la afirmación de la identidad y la territorialidad.

En esta materia se nos presentó una encrucijada jurídica al definir el régimen aplicable al territorio de Taganga: mientras por tradición éramos partidarios de producir el reconocimiento directo del hecho étnico, con las implicaciones que ello tiene en materia de propiedad colectiva, poblamiento de su territorio, etc, la ley sólo permite a los concejos dividir el territorio del Distrito en comunas y corregimientos optamos, en consecuencia por afirmar la decisión política de reconocer al grupo

étnico de Taganga el derecho a su autonomía, pero en el marco de las competencias de la Alcaldía y el Concejo Distrital. Decidimos crear el territorio especial de Taganga como un corregimiento dentro del Distrito de Santa Marta, con la jurisdicción que se asigna por medio del artículo segundo, estableciéndole como objetivo primordial la conservación y desarrollo del patrimonio cultural histórico y ambiental de la comunidad étnica que tradicionalmente ha ocupado su territorio. El remate de la exposición de motivos, es quizás un gran faro que hoy continúa prendido para que el

Estado Colombiano salde la deuda social que tiene con este pueblo. Terminó exponiendo el Alcalde lo siguiente: “hoy pretendemos dar el primer paso para un largo camino. Se trata principalmente de un acto de reparación histórica: desde cuando Santa Marta fue fundada en los albores del siclo XVI, siempre se respetó un tratado no escrito: la ensenada situada al otro lado de los cerros pertenecía

íntegramente al pueblo de los tagangas, dedicados a sus labores de pesca y el mantenimiento de sus tradiciones ancestrales. De este lado, en el valle del Río

Manzanares fue creciendo una gran ciudad que es la Santa Marta que hoy conocemos. Sin embrago ese pacto nunca fue ratificado de forma tal que se concediera a ese grupo étnico la autonomía que habían disfrutado originalmente.

Siendo los más amigos de los nuevos conquistadores, estos nunca reconocieron - ni en la Colonia, ni en la República - el derecho de ese pueblo a gobernarse por autoridades propias, conforme a sus usos y costumbres.

El único pueblo indígena del mundo cuyo territorio tradicional está casi perimetrado por una gran ciudad, la cual influye decididamente sobre su vida cotidiana iniciará , a partir de la creación del territorio especial, un camino totalm ente nuevo para el cual no existe antecedentes en otros pueblos étnicos del País y el Continente, asimilable casi exclusivamente al problema de los isleños frente a los continentales.

¿Como restringir nuevos poblamientos sin violar el derecho de todos lo s colombianos a residir en cualquier parte de él? ¿Cuál son las formas tradicionales de organización político-administrativa de la comunidad étnica? ¿Es procedente la propiedad colectiva sobre las ensenadas y Bahías? ¿Tienen derecho a percibir directamente su propia parte de los ingresos corrientes de la nación en su carácter de pueblo

étnico? ¿La recuperación de su identidad implica la posibilidad de restringir actividades comerciales de servicios? ¿Qué tipo de desarrollo turístico desea el pueblo Taganga? ¿Pueden los tagangas en su carácter de grupo étnico acceder a las jurisdicciones especiales? ¿Existen formas lingüísticas y culturales específicas de este grupo y, en consecuencia tienen derecho a sus propias formas educativas y culturales? En fin, interrogantes son mayores que las respuestas que hoy podemos formularnos y sólo la gestión de las nuevas autoridades del territorio especial podrá dar cuanta de hasta que punto quiere llevar su lucha por la autonomía dentro del

Distrito de Santa Marta. la administración Distrital quiere, en este momento, dar cumplimiento al espíritu constitucional de una nación con un alto grado de diversidad cultural y que por tanto debe proceder a reconocer su expresión territorial.

JAIME SOLANO JIMENO

Alcalde Mayor de Santa Marta”

Para ilustración trascribimos el artículo primero con su parágrafo del proyecto de acuerdo presentado por el Alcalde:

Artículo Primero: crease el territorio especial de Taganga como un corregimiento dentro del Distrito de Santa Marta, cuyo propósito será la conservación y desarrollo del patrimonio cultural, Histórico y Ambiental de la comunidad étnica que tradicionalmente ha ocupado su territorio.

PARAGRAFO: El Distrito de Santa Marta garantiza al grupo étnico del territorio especial de Taganga el ejercicio de sus derechos a desarrollar sus formas propias de organización social, a preservar la identidad cultural, a la protección y desarrollo de sus formas especiales de organización económica y de propiedad y a la adopción autónoma de su propia organización social.

Este artículo reflejaba la dimensión del acuerdo, pero tanta belleza no podía ser realidad y el concejo del Distrito de Santa Marta, por muchos intereses de sus miembros y de familias adineradas que allí tienen propiedades, hundió este proyecto de acuerdo, con el argumento de no tener el concejo competencia para crear territorios especiales, sino que ello se debía hacer a través de la Ley orgánica de ordenamiento territorial. Por eso se le dio entierro de pobre a esta iniciativa del ejecutivo Municipal. Meses más tarde exactamente el 13 de agosto de 1998 mediante un segundo acuerdo 011 de esa fecha el Concejo de Santa Marta le devolvió el carácter de corregimiento a Taganga El texto de su artículo lo dice todo, trascribimos su titulo y el Artículo Primero:

“Por medio del cual se crea el corregimiento De Taganga y se dictan otras disposiciones”

Artículo primero. Eríjase en corregimiento el área conformada por los denominados terrenos de San Antonio de Bonito Gordo, cuya jurisdicción se localiza en la antigua parroquia de San Francisco de Taganga. El corregimiento se denomina Taganga y sus objetivos principales serán los siguientes: a). Garantizar la conservación y desarrollo del patrimonio cultural, histórico y ambiental de la comunidad étnica que tradicionalmente ha ocupado su territorio. Lo demás no merece más comentario.

No referiremos ahora a que con ocasión de los fuertes debates presentados entre la comunidad de Taganga, y la empresa METROAGUA S.A., EL Distrito de Santa Marta y CORPAMAG por la perforación de un túnel en los cerros de Taganga para conducir las aguas lluvias de más de 40 barrios de Santa Marta al mar (Bahía de Taganga) a través de un colector pluvial, la comunidad taganguera, organizó para los días 02, 03, y 04 de noviembre de 2006, un encuentro de autoridades étnicas Tayronas y pueblos tradicionales, al evento fueron invitados líderes Arhuacos, koguis y kankuamos, además se invitaron autoridades Wayuu.

La finalidad del encuentro era reflexionar sobre la problemática ambiental y el atropello, que se hace sobre esta en lo que concierne al territorio, el agua, y la identidad de las comunidades tradicionales.

En lo concerniente al territorio se discutiría la importancia de la línea negra como sitio sagrado ceremonial de los indígenas; sus limites y la forma inconsulta como se está construyendo el colector pluvial en estas sin consultar a estas comunidades, irrespetando su territorio ancestral se trataría también sobre el tema de la recuperación de la cultura del pueblo taganguero, como derecho a tener una identidad propia, recuperando sus costumbres, tradiciones, mitos, leyendas etc.

Para posicionarse como una comunidad tradicional a la cual hay que tener en cuenta en las desiciones políticas y ambientales que los afectan. Por último se emitiría una declaración al mundo en donde las autoridades indígenas y de Taganga hablarían sobre la problemática de estos aspectos y se solicitaría la solución a las autoridades respectivas.

Como respuesta a esta convocatoria, la organización indígena Gonawindua Tayrona, envió a la fundación para el desarrollo integral de Taganga la siguiente comunicación: oct. 23/2006 “De la manera especial nos dirigimos a ustedes y a la comunidad de Taganga para expresarle nuestra voz de respaldo al evento que se ha programado (encuentro de etnias) y expresarles nuestra firme vinculación de manera activa a dicho evento el cual está programado para la primera semana de noviembre del presente año nosotros como legítimos encomendados para velar la Sier ra

Nevada (corazón del mundo) desde los puntos sagrados ubicados en “La Línea

Negra” es de gran interés hacer parte a una declaración conjunta en donde se posicione políticamente nuestro pensar frente al cegado afán de desarrollo de las instituciones de Gobierno Nacional y Local y de los intereses caprichosos de la multinacionales que afecta nuestro territorio sagrado”.

Aquí nos ocuparemos de la llamada Línea Negra que fue reconocida por el Ministerio de Gobierno en 1973 a través de la resolución 002 del 4 de enero, una segunda

Resolución la no 837 del 28 de agosto de 1995, reconoció la Línea Negra, modifico y complementó la primera Resolución. Durante los días 25 al 29 de julio de 1994, se llevo acabo asamblea de los MAMOS de los cuales dos fueron dedicados a la deliberación y señalamiento de los sitios sagrados sus nombres y explicación, junto a un plano del IGAG la línea negra comienza en Valledupar y su primer sitio se llama

KAS´SI MURATU en el convento Plaza ALFONSO LÓPEZ, lugar de pegamento

“YWANGAWAI” el segundo sitio es el punto Salguero, se denomina KANCHIAKU, hasta llegar a GWAKOCHE es puerta de las enfermedades, luego de pasar por sitios en la Guajira llega al Magdalena y en Taganga se encuentran los Hitos 25 y 26 así:

25. JAVA JELEKUN que va del Parque Tayrona hasta Taganga es la madre del

ZIRICHO, el Ziricho son las conchas del MAR que se recogen para quemarlas con cal y depositar esa mezcla en el poporo para mambear.

26. JAVA NEKUN de Taganga va hasta Santa Marta en los muelles, y es la madre de las autoridades espirituales los Arhuacos creen que allí tiene ZERANKUA su pie izquierdo.

Para finalizar con esta cronología de Taganga como Pueblo Indígena, resaltaré el pronunciamiento hecho en el marco del I encuentro de autoridades étnicas Tayro nas y pueblos tradicionales en Taganga, tal pronunciamiento fue denominado

“declaración MURUNDUA DE TAGANGA”.

En su preámbulo la declaración resalta que los naturales de Taganga y las autoridades espirituales y tradicionales del pueblo IKU, han tomado la decisión de ratificar la interrelación y cosmogonía que los identifica a través del padre comunicador MURUNDUA, y expresar además como pueblos ancestrales, el querer y sentir para la preservación de su propia cultura, y piden a las autoridades civiles del país se les respeten sus derechos e identidad la cual incluye elementos tangibles como territorio, tradiciones, sistemas de conocimiento, ordenación de ecosistemas, espiritualidad, objetos artesanales educación y reglas de convivencia. Todo ello para que bajo el amparo de la constitución política y demás normas de derecho se les reconozca dentro de la diversidad étnica y cultural, y especialmente se haga con el grupo étnico de Taganga, sentado en un territorio ancestral antes de la llegada de los conquistadores.

Como antecedente se señaló que las etnias de la Sierra Nevada de Santa Marta tienen un territorio que se extiende desde los picos nevados hasta las estribaciones del litoral concluyendo en el mar, que en ese territorio se destacan dos puntos periféricos sobre el territorio Ancestral de Taganga, la cual es vista por las diferentes etnias de la Sierra como el lugar creador de vida, y en tal razón no difiere la visión cosmogónica de este pueblo con las etnias como declaración central se destacan los siguientes pronunciamientos:

1. Que los pueblos que hacen la declaración, caminan hacia el futuro sobre la

huella de sus ancestros, huellas que están grabadas sobre el territorio. 2. Declaran que continuaran la lucha por el reconocimiento de los derechos

inalienables de sus tierras y territorios a su recurso, sobre y debajo de la tierra

a sus ríos, mares, sitios ancestrales de pesca y de cultivo.

3. Condenan la depredación de los sitios sagrados y se clama por la restauración

del Parque Natural Dumbira de DonKarinca, la liberación de obstáculos en

Dimaruca y la preservación de Biyuca.

4. Se solicita al gobierno Nacional y especialmente al Ministerio del Interior,

hacer el reconocimiento de Taganga como pueblo ancestral y hacer respetar

los Hitos de la línea negra ubicado en su territorio. La declaración la firman 50

personas representantes de los Arhuacos y de las autoridades de Taganga

moradores del mismo y ciudadanos del mundo que acompañaron el

encuentro.

En adelante se ha continuado difundiendo el conocimiento ancestral, y para ello se han hecho talleres sobre Territorio Ancestral, Ancestralidad, identidad cultural, todo con el propósito de reafirmarnos en la lucha, la resistencia y la supervivencia de nuestra cultura.

CONCLUSIÓN

A manera de conclusión diremos que aunque la situación actual de los pueblos indígenas varía sensiblemente de un país a otro, hay un rasgo común que caracteriza a la generalidad de la población indígena de América Latina; es el hecho que estos grupos sociales no son reconocidos como entidades diferenciadas dentro de la organización del estado. Porque sólo se les reconoce ciertos derechos a la tierra por ejemplo en el caso de los resguardos en Colombia, las tierras comunales en México, y los parques nacionales de Brasil.

Pero la situación jurídica y administrativa referida a los derechos políticos de los pueblos indígenas en cuanto tales se agrava por la imposición de divisiones territoriales que fragmentan los territorios étnicos, imposibilitando la restitución de las unidades sociopolíticas de muchos grupos étnicos.

En el caso de Taganga, se le segregó el territorio del Parque Nacional Tayrona, y su actual territorio está intervenido por toda clase de intereses económicos, lo cual dificulta el control sobre los recursos culturales, por ello no aspiramos como tal a que se nos tracen nuevos perímetros sobre un mapa, si no el reconocimiento de que ese territorio ha sido nuestro desde antes de la conquista española, tomando la decisión de aceptar al pueblo de Taganga, como una unidad social, jurídica y política, capaz de ejercer decisiones sustantivas sobre ese territorio sólo en la medida que este reconocimiento se de en esa forma, se estará cumpliendo la aspiración justa de un pueblo que quiere preservarse de los embates de la globalización.