CASTELLOLOGÍA DE LA CUENCA VALENCIANA DEL RÍO TURIA. II José Vicente Gómez Bayarri Académico De Número De La RACV
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CASTELLOLOGÍA DE LA CUENCA VALENCIANA DEL RÍO TURIA. II José Vicente Gómez Bayarri Académico de Número de la RACV GENERALIDADES Preámbulo En este artículo de la Castellología de la Cuenca Valenciana del río Turia II abordamos el estudio de las construcciones de la arquitectura de carácter militar y señorial, localizadas en poblaciones ribereñas de dicho cauce fluvial que están ubicadas en la comarca valenciana de la Serranía. Es sabido que el patrimonio artístico constituye un legado fundamental del pasado de las diversas civilizaciones asentadas en esta demarcación territorial y son testimonio de los acontecimientos histórico-militares que produjeron a través de los siglos. Esta área geográfica del histórico reino de Valencia concentra un alto porcentaje de fortificaciones, edificaciones señoriales y torres de observación que son reflejo de las inquietudes de inseguridad o salvaguardia de los ciudadanos de la zona ante un inminente peligro exterior de poblaciones ubicadas en esta vía de penetración que era la cuenca del Turia. Se conservan numerosos restos castellísticos que jalonan las tierras de esta comarca de Sharq al-Andalus en los siglos XII y XIII como recoge la documentación. El deficiente estado de conservación de la mayoría de estas fortificaciones se ha debido a que cayeron en desuso al dejar de cumplir la función para la que se levantaron. El abandono, la utilización de materiales de estas construcciones para otras edificaciones y la desidia de los ciudadanos nos ha llevado a que presenten un pésimo estado de degradación en gran parte de ellas. Hoy en día, un gran número de estas fortificaciones muestran las secuelas de los saqueos del tiempo y son verdaderas ruinas que nada se asemejan a los símbolos del antiguo poder militar, político o religioso que desde ellos se ejercía. Urge que los ciudadanos y las instituciones públicas propicien e impulsen un estudio histórico y un análisis arqueológico y arquitectónico para hacer viable su conservación y rehabilitación, a fin de recuperar parte del esplendor que representaron cuando se construyeron. Algún castillo fue frontera del Reino y sirvió de defensa y cobijo de poblaciones, enarbolando la grandeza de ser la capital de la taifa de su nombre-Alpuente-; otro ostentó el poder del señorío eclesiástico de la Iglesia valentina -la Baronía de Chulilla-; y otra población albergó el Palacio señorial del Vizcondado de su denominación-Chelva-. Estas construcciones son reflejo de la Historia y testigos de un pasado que debemos conocer para tomar conciencia del rico patrimonio artístico que atesoran las tierras valencianas, en este caso de la comarca de la Serranía Valenciana. 1 Una parte de la riqueza del patrimonio histórico valenciano está representada por las construcciones de la arquitectura de carácter militar y señorial. Este patrimonio artístico constituye un testimonio de los avatares históricos acontecidos a través de los siglos en nuestro marco geográfico y son muestras del legado monumental de las diversas civilizaciones o pueblos que se han asentado y dominado las distintas poblaciones ribereñas de la cuenca valenciana del río Turia. (1) Los ciudadanos y las instituciones públicas deberían propiciar e impulsar mediante su estudio, análisis arquitectónico y la acción de conservación su rehabilitación y recuperar la belleza que tuvieron en tiempos pretéritos. El histórico reino de Valencia es una de las áreas geográficas de la Península Ibérica que concentra un alto porcentaje de fortificaciones, palacios o casas señoriales, restos castellísticos y torres vigía. A. Bazzana indicó que en reino de Valencia existía un castillo cada cinco kilómetros, y en algunas áreas la distancia se reducía todavía más. (2). Indicador que pone de manifiesto la cantidad de castillos que jalonaban las tierras de Sharq al-Andalus en los siglos XII y XIII, como resaltan las crónicas de la conquista. Ahora bien, la inmensa mayoría de ellos se conservan en lastimoso estado de conservación. 2 CASTILLOS DE LA SERRANÍA VALENCIANA Fortificaciones de la comarca de la Serranía. Mapa publicado por MSJ en Castillos, Torres y Fortalezas de la CV 3 1. CASTILLO Y MURALLAS DE ALPUENTE 1.1. Ubicación de la villa y su castillo En el límite del noroeste de la provincia de Valencia, en la comarca de la Serranía, a unos 90 kilómetros de la capital y a unos mil metros de altitud, haciendo frontera con Aragón y Castilla se alza la villa de Alpuente sobre un collado que domina un vasto dominio de territorios. Josef Castelló en 1783 señaló que en el término de la villa existe un castillo, y en su término territorial el llamado del Poyo, rodeado de un barranco muy profundo que le sirve de foso y lo hacía inaccesible e inexpugnable (1). La población, según afirmó A. J. Cavanilles está situada “sobre peñas en la falda del monte del Castillo” (2). Su estratégico castillo se levantó en un peñón tajado sobre una angosta garganta del río Tuéjar, afluente del Turia, desde cuya atalaya se divisa la población y una excelente vista panorámica. Pascual Madoz indicó que Alpuente se halla situado en los confines de Aragón y Castilla en la confluencia de dos montes, llamados, el uno, del Castillo y, el otro, loma de San Cristóbal (3). 1.2. Descripción del castillo Es un castillo roquero de tipo montano que se adaptó a las circunstancias geográficas del terreno. El castillo de Alpuente se levantó sobre un alargado peñón que preside la población, en el denominado Cerro del Castillo, rodeado por una profunda garganta que alcanza más de 100 metros de profundidad. Se halla dentro del espacio acotado por el recinto murado de la villa y los escarpes rocosos. Como cabeza de la taifa que lleva su nombre, fue una fortaleza estratégica importante. El castillo tiene una sola entrada que antaño debió estar cortada por un puente levadizo, con rampa muy pronunciada, lo que la convierte en un baluarte casi inexpugnable. Su plano tiene unas dimensiones de 240 metros de longitud por 16 de anchura en la parte más estrecha. Se extiende de N. a S. unos 180 metros y su longitud de E. a W. oscila entre los 50 y 18 metros. Esta superficie disponía de amplias zonas diáfanas, libres de construcción. En la celoquia se asentarían las edificaciones más representativas del castillo (4). Se conservan lienzos de muro y restos de la torre de la Veleta o del Homenaje, realizada a base de sillares de aparejo de época califal. La construcción de la fortaleza es sólida, y emplearon mampostería, argamasa y sillares (5). El castillo de Alpuente es de época musulmana. Tras su conquista por los cristianos, por su estratégica situación fronteriza entre los reinos de Aragón y Valencia y la proximidad al de Castilla, fue adaptado a las nuevas circunstancias históricas y trasformado durante las Guerras de la Unión en el siglo XIV. La documentación medieval registra que la posición estratégica de la villa de Alpuente y de su castillo necesitaba en 1257 de un alcaide y de diez hombres que se encargaran de custodiarlo. El trascurrir del tiempo hizo que el mal estado de conservación requiriera la actuación de obras que ordenasen su reparación en el año 1280 y unos años más tarde en 4 1286. En el siglo XIV las fuentes archivísticas recogen la información que la fortaleza necesita nuevas actuaciones de reparación (6). Vista panorámica de la ubicación del castillo de Alpuente Torre del Homenaje. Se observan sus sólidos muros y el material con que fue construida 5 El cronista Viciana (s. XVI) señala que la villa tiene un fuerte castillo rodeado por un barranco muy hondo y despeñado, del cual es “alcayde” don Joan de Villarasa, con LXXXX escudos de salario (7). En el transcurso de varios siglos se mantuvo en relativo buen estado de conservación hasta la Guerra de Sucesión a la corona española que enfrentó a los partidarios del Archiduque Carlos y los de Felipe V. Éste monarca de la dinastía borbónica ordenó en 1707 la demolición de la fortaleza para evitar que fuera utilizado por los austracistas. Fue reconstruido para ser utilizado en la Primera Guerra Carlista, pero tras esta primera contienda los isabelinos ordenaron de nuevo su derribo para evitar que fuera ocupado y utilizado como plaza fuerte por los partidarios de Carlos María Isidro. Los avatares bélicos han ocasionado que la fortaleza llegara a nuestros días en verdadero estado de ruina y hayan desparecido muchos de sus elementos, aunque su excepcional emplazamiento trasluce la importancia que debió tener en el pasado. Todavía se pueden contemplar basamentos de antiguos torreones, aljibes, pasadizos, construcciones auxiliares y tramos de lienzo de la muralla que parcialmente lo rodeaba, dificultando las vías de acceso. Independientemente del recinto del castillo, la villa real de Alpuente estuvo amurallada y su recinto encerraba el antiguo núcleo urbano, observándose puertas y lienzos diseminados en la villa, algunas veces integrados en posteriores construcciones. La muralla contaba con numerosas torres, algunas de ellas alcanzaron entre seis y ocho metros de espesor, y son visibles en las afueras del casco medieval de la localidad. Entre las torres destaca la de la Aljama que defendía el principal acceso a la población y fue el lugar donde se celebraban las reuniones que dilucidaban cuestiones de la gobernabilidad de la villa. Actualmente es la sede de la Casa Consistorial. La Torre de la Aljama está construida de materiales de mampostería reforzada con piedra de sillería en las esquinas. Más que una torre son dos torres de base rectangular adosadas que se alzan sobre una puerta de arco ligeramente apuntado formado por grandes dovelas. La población estaba protegida en su parte oriental por los profundos escarpes rocosos que la hacían inexpugnable (8). La villa de Alpuente fue declarada conjunto histórico artístico. 6 Puerta de acceso al recinto amurallado Torre de la Aljama.