La música colombiana inundará la feria literaria más importante de Hispanoamérica

Presentación oficial en Miércoles 31 de octubre Restaurante bar Punto G

Ministerio de Cultura República de Colombia

Guadalajara, octubre de 2007. Con una muestra de lo mejor de la música inspirada en nuestras raíces, catorce agrupaciones musicales colombianas se tomaran la explanada de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la que Colombia es País Invitado de Honor, evidenciando la riqueza de sonidos autóctonos originados en función de la música contemporánea que se impone alrededor del mundo.

En la programación de actividades que tendrá Colombia en esta feria y que fue presentada recientemente en Guadalajara por la ministra de cultura, Paula Marcela Moreno Zapata, se destaca la participación de artistas tan importan- tes como Hugo Carlos Granados, Rey de Reyes Vallenato; Orlando “Cholo” Valderrama, uno de los cantautores más destacados de la música llanera co- lombiana y Jahmin Jam, el representante más reconocido de la música calypso originaria del Archipiélago de San Andrés y Providencia.

De igual manera, la explanada de la Feria Internacional del Libro de Guada- lajara contará con la presencia de agrupaciones con una importante trayectoria en el manejo de sonidos tradicionales colombianos como Puerto Candelaria, Palenque Estéreo, Grupo Tambó, Kilombo, Chocquibtown, , La 33 y Pernett.

Se suman a ellos, artistas de la talla de Fonseca, ganador del premio Bill- board Latino en la categoría Álbum Tropical del Año Nueva Generación 2007, del premio Lo Nuestro como Revelación del Año 2007 y de dos Grammy Lati- no en las categorías de Álbum del Año y Grabación Tropical del año 2007.

La delegación musical colombiana estará encabezada por , uno de los grupos de rock más emblemáticos de nuestro país y que será el encargado de cerrar con broche de oro las diferentes presentaciones musicales que se presentaran en la Feria en un claro homenaje a la música que se produce en nuestro país y que a diario encuentra más acogida en el mundo. Los grupos

Aterciopelados

Aterciopelados es la contribución más exitosa de Colombia al llamado rock latino y la primera agrupación de dicho país en conseguir proyec- ción internacional. Su carrera, iniciada en 1993, ha ido en constante plan ascendente, recogiendo reconocimientos a su paso; los más recientes son las nominaciones al Grammy en las categorías “Mejor álbum alternativo” por Oye (Nacional Records) y “Mejor sencillo alternativo” por “Complemento”. La sociedad formada por Andrea Echeverry y Héctor Buitrago ha producido ocho álbumes a la fecha y una recopi- lación de sus mejores canciones. Participaron en la edición 2007 del prestigioso festival Austin City Limits. Su álbum Oye fue uno de los discos de música latina alternativa más celebrados del año pasado: el día de su lanzamiento se colocó en el primer lugar en ventas de iTunes, permaneciendo por una semana en esa posición. Aterciopelados tendrá un re- greso triunfal a Guadalajara, cerrando el programa de Explanada de la FIL, luego de varios años de no presentarse en la ciudad.

Choc-Quib-Town

El proyecto que conducen los cantantes Gloria “Goyo” Martínez, Carlos “Tostao” Yahani y Miguel “Slow” Martínez, ha tenido el acierto de combinar el hip hop con los ritmos propios de la costa del Pacífico colombiano, de una región conocida como El Chocó, creando un híbrido musical con un fuerte poderío rít- mico del que es difícil escapar. Con apenas un disco, Somos Pacífico,Choc-Quib-Town se ha convertido en la agrupación más exitosa e importante del género en su país. Distinción que obedece en parte a la apertu- ra con que hacen música, acercándose a estilos como el dancehall, el funk, la salsa y sonando siempre convincentes. Sus letras describen con precisión las costumbres y vivencias de su tierra. Fueron ganadores del prestigioso festival Hip Hop al Parque durante dos años consecutivos, en 2004 y 2005. Fonseca

Con sólo dos discos en su haber, el joven nativo de es una de las figuras más relevantes de la música popular colombiana, condición que se debe sobre todo al éxito de su segundo trabajo, Co- razón. Es considerado el sucesor de , por su interés en incorporar elementos de la tradición musical de su tierra, como los ritmos vallenatos, a sus composiciones. Su meteórico éxito lo ha lle- vado a compartir escenario con las figuras más encumbradas del pop latinoamericano, como los también colombianos Shakira y .

Grupo Tambó

El rico folclor del Caribe Colombiano ofrece distintos ritmos col- mados de tradición: cumbia, porro, puya, son palenquero, chandé, etcétera. Y el Grupo Tambó, de Barranquilla, es una institución con veinte años de trayectoria artística, interpretándolos reverentemente. Su esperado primer álbum, Viva raíz (2006), exhibe el lado más en- raizado del grupo, pero también su mesurado interés por buscar una renovación en su música, mezclándola con estilos universales como el jazz. Una singular combinación de instrumentos de viento como las gaitas, de cuerda como el requinto y de percusión como el tambor llamador, además de expresivas voces, dan por consecuencia un soni- do original, muy festivo y lleno de historia.

Hugo Carlos Granados (Rey de reyes del vallenato)

Cada diez años, las figuras más destacadas del vallenato, uno de los estilos por excelencia de la música colombiana, determi- nan en el festival de Valledupar, quién de todos ostenta el título de “Rey de Reyes”. Para ello, veinte virtuosos compiten en los cuatro aires que tiene dicho estilo musical: el paseo, la puya, el merengue y el son. Hoy por hoy, el orgulloso poseedor de dicho galardón es el acordeonista y cantante Hugo Carlos Granados, quien desde niño ha cosechado reconocimientos, dado su sobra- do talento y conocimiento del género. Jahmin Jam

La música de la Isla de Providencia, ubicada en el Caribe colom- biano, es producto de un particular mestizaje: melodías españolas e inglesas fusionadas con ritmos africanos. En su vasta producción musical, las canciones del consagrado Jahmin McLean, líder del octeto Jahmin Jam, con sus mensajes de vida y naturaleza, presen- tan los ritmos caribeños de calypso, reggae y socca, en versiones modernas que se constituyen en una genuina muestra de la música actual de la Isla.

Kilombo

El grupo Kilombo se ha propuesto reivindicar la música afro- colombiana y, con un ánimo experimental, llevarla a otros ám- bitos. Combinando temas de su propia autoría y canciones tradi- cionales, esta numerosa agrupación elabora un híbrido en el que caben los ritmos afrolatinos, junto al jazz, el funk y la canción. Kilombo utiliza varios instrumentos singulares del folclor del Pacífico colombiano como el bombo arrullador y la marimba. Un trabajo lírico muy refinado, y la utilización indistinta de vo- ces femeninas o masculinas, son también rasgos que distinguen al sonido habitualmente alegre de su música.

La 33

Salsa de la mejor factura para el nuevo siglo. La 33 es una de las agrupaciones más promisorias en la música co- lombiana actual. Dotada de un elocuente poderío instru- mental, este ensamble de once integrantes, encabezado por los hermanos Sergio y Santiago Mejía, bogotanos, interpre- ta salsa, mambo y boogaloo con la misma autoridad de los grandes salseros de otras épocas. Así, desde 2002, el año de su fundación, La 33 demuestra, a través de una perspectiva renovadora, porque la salsa sigue siendo una música que describe con fidelidad la pasión imperecedera de la sangre latinoamericana por el baile y la fiesta. Palenque Estéreo/Malalma

Miembros de Cabuya han dado vida a Palenque Estéreo/Malalma, un concepto multidisciplinario en el que se combinan la música, el lenguaje teatral y la performancia. Su sonido, una determinada mezcla de percu- sión tradicional e instrumentos eléctricos, al cual sus responsables llaman “ácidotrópico”, es una de las propuestas más innovadoras en la música colombiana contemporánea. Como Cabuya, ganaron en 2004 el concur- so O-Music, celebrado en Guadalajara, y en el cual participaron aproxi- madamente 600 proyectos musicales de origen colombiano y mexicano.

Pernett

El ecléctico experimento sonoro del joven Humberto Pernett amal- gama beats electrónicos con los ritmos propios de la Costa Atlántica de Colombia y el Caribe, como la champeta, la puya, el chandé y la cum- bia. Nativo de Barranquilla, Pernett aprendió a tocar la percusión con el hoy legendario Paulino “Batata” Salgado, y se ha especializado en instrumentos propios de la tradición musical de su tierra como el gua- che, la gaita y el tambor llamador. Su carrera artística comenzó a los 12 años, escribiendo canciones para títeres y musicales. Fue parte del grupo Comparsa Sipote Garabato que fundó su padre. Antes de conformar su proyecto, Pernett & The Caribbean Ravers, en 2000, jugó un rol impor- tante en Sidestepper, tocando teclados, haciendo coros y diseñando secuencias electrónicas. Así estableció una estrecha amistad con Richard Blair, quien le mezcló su E.P. Música pa’ Pickup. A la fecha, este músico de característico afro en la cabeza, se ha presentado en im- portantes escenarios europeos y de su país. Su título más reciente es Cumbia galáctica.

Puerto Candelaria

“Jazz a lo colombiano” como ellos mismos lo definen, es una etiqueta que apenas describe la interesante fusión que Puerto Candelaria lleva a cabo con toda fortuna, incorporando timbres autóctonos de su tierra, Medellín, e impregnando su música de un espíritu lúdico que complementa su personalidad sonora. Puerto Candelaria se distingue además, por el hecho de que sus integrantes han tenido una preparación académica, lo que los posibilita para entrar y salir del jazz a capricho, encaminarse hacia otros ámbitos y elaborar con virtuosismo una música que en ciertos momentos resulta inclasificable. Juan Diego Valencia es el compositor de cabecera de un sexteto que cuenta con tres discos en su haber, y que se afianza como una de las agrupaciones más sólidas de Colombia en el territorio musical en que se desenvuelven. Sidestepper

Richard Blair se enamoró de la música colombiana cuando, como ingeniero de sonido, grabó el disco La candela viva de Totó La Momposina y sus Tambores en 1992. Esa fue la razón por la que decidió emigrar a Bogotá, ciudad en la que dio vida a una de las agru- paciones pioneras en el experimento de mezclar elec- trónica y ritmos tradicionales: Sidestepper. Su segundo álbum, More Grip, editado por el sello estadounidense Palm, incluyó a figuras del rock colombiano como Andrea Echeverry de Aterciopelados e Iván Benavides de Bloque. A la fecha. Sidestepper cuenta ya con cuatro discos, el último de nombre Continental, y un prestigio internacional forjado gracias a sus constantes apariciones en festivales alrededor del mundo.

Orlando “Cholo” Valderrama

El llanero es para el colombiano y el venezo- lano lo que el ranchero para el mexicano. Un per- sonaje de campo que acostumbra calarse un som- brero, monta a caballo y le gusta el coleo, suerte equivalente a la charrería mexicana. Y, para el lla- nero, la música criolla es la suya, como la ranchera para su símil mexicano. Sin embargo, en su caso, se trata de una música que se canta a manera de copla, narrando historias de la vida campirana, y que sonoramente evoca más al son jarocho que a otra cosa, por el rol protagónico que tiene el arpa en ella. Cholo Valderrama es la figura más renom- brada de la música llanera colombiana, con veinticinco años de carrera y una producción disco- gráfica que alcanza dieciséis títulos. Uno de los secretos mejor guardados de Colombia, Cholo viene a ser, sin exageración, el Atahualpa Yupanqui de la música colombiana.

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