Una Plaga De Romances
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América sin nombre, no 16 (2011) 63-74 ISSN: 1577-3442 / eISSN: 1989-9831 Matías Barchino Pérez y Niall Binns Matías Barchino Pérez es profesor titular de literatura hispanoameri- cana y decano de la Facultad de Letras en la Universidad Castilla- La Mancha. Niall Binns es profesor titular de literatura hispanoamerica- na en la Universidad Complutense de Madrid. Ambos forman parte UNA PLAGA DE ROMANCES. del proyecto de investigación «El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispa- EL IMPACTO DE LA MUERTE DE noamérica» y participan en la pági- na virtual http://impactoguerracivil. FEDERICO GARCÍA LORCA blogspot.com. EN LA POESÍA CHILENA1 MATÍAS BARCHINO PÉREZ Y NIALL BINNS 1 Universidad de Castilla-La Mancha / Universidad Complutense de Madrid, España Este trabajo forma parte del [email protected] / [email protected] proyecto de investigación «El impacto de la guerra civil es- pañola en la vida intelectual de Hispanoamérica», financiado RESUMEN en 2007 por el Ministerio de Educación y Ciencia de Espa- ña (HUM2007-64910/FILO) y El artículo examina el impacto que tuvo la muerte de Federico García Lorca en los campos en 2011 por el Ministerio de Ciencia e Innovación (FFI2011- literarios de toda Hispanoamérica, aunque se centra específicamente en el caso chileno. La 28618). conocida amistad entre Lorca y Neruda y la labor divulgativa de María Zambrano después de su llegada a Chile en octubre de 1936 fueron determinantes en la consagración de la figura de Lorca como poeta y como el gran mártir literario de la guerra civil española. En el contexto de un país muy afectado por los acontecimientos españoles, se organizaron y se publicaron numerosos homenajes poéticos a Lorca y surgió una entusiasta revitalización del romance, inspirado por el Romancero de la Guerra Civil pero sobre todo por el Romancero gitano del granadino. Se estudia, con particular atención, la presencia de Lorca en la antología Madre España. Homenaje de los poetas chilenos y en la obra de Oscar Castro, Nicanor Parra y Gon- zalo Rojas. Palabras clave: romances, Guerra Civil española, Federico García Lorca, Pablo Neruda, Gonzalo Rojas, Nicanor Parra. ABSTRACT The article examines the impact of Federico García Lorca’s death in the literary fields of all Spanish America, although it concentrates specifically on Chile. The well-known friend- ship between Lorca and Neruda and the arrival in Santiago of influential Spanish intellec- tual María Zambrano in October 1936 were important in consolidating Lorca’s reputation as a poet and as the principal literary martyr of the Spanish Civil War. In a country deeply affected by what was happening in Spain, poets paid homage to Lorca in numerous acts and literary works, and there was an enthusiastic revival of the popular poetic form of the «ro- mance», inspired by the Romancero de la Guerra Civil but above all by the Granada poet’s Romancero gitano. Particular attention is given to Lorca’s presence in the anthology Madre España. Homenaje de los poetas chilenos and in the poetry of Oscar Castro, Nicanor Parra and Gonzalo Rojas. Una plaga de romances. El impacto de la muerte de Federico García Lorca en la poesía chilena MATÍAS BARCHINO PÉREZ Y NIALL BINNS 63 América sin nombre, no 16 (2011) 63-74 Lorca y Neruda, Neruda y Lorca poetas y poetisas del centro, todos están con- tagiados de los visibles sistemas del español y A finales de los años treinta, los dos el chileno» (Onetti,1939, vol. 2)2. En el campo poetas más leídos, venerados e imitados de literario chileno, el peso de la figura siempre la lengua española eran Federico García polémica de Neruda es evidente; no obstante, Lorca y Pablo Neruda. Lorca, para la gran durante los años de la Guerra Civil española Lorca y Neruda. mayoría de los lectores de Hispanoamérica, la figura de Lorca como autor de romances era un autor de romances. El aire popular y desató en Chile un verdadero ejército de imi- las deslumbrantes imágenes del Romancero tadores, algunos de los cuales –Nicanor Parra, 2 gitano producían tanta fascinación como el Gonzalo Rojas– se convertirían más tarde En 1942, el crítico argentino granadino mismo, que había conquistado en los grandes herederos de la generación de Ángel José Battistessta coincidía con Onetti. Para «nuestros mu- con su simpatía y su ingenio los tres países Neruda. chachos» –decía– no era difícil hispanoamericanos que visitó: Cuba (7 de remedar a Lorca: «unos ángeles marzo-12 de junio de 1930), Argentina (13 Un duelo continental. Homenajes a la agitanados, alguna jaca moru- na, un ¡ay! de peteneras, con de octubre de 1933-27 de marzo de 1934) muerte de Lorca sus cuchillos y sus peces, y ahí y Uruguay (30 de enero-16 de febrero de estaba el poema». Neruda, por su parte, tampoco les supuso 1934). Cuesta imaginar hasta qué punto el La Guerra Civil española, en su divul- más problemas que «los muy personaje y la poesía de Lorca transforma- gación internacional, fue representada por cómodos de la reiteración y el remedo. De la noche a la ma- ron la imagen que se tenía de España en esos los propagandistas de ambos bandos como ñana, bajo el signo profuso y países, acostumbrados a intelectuales doctos, una lucha entre la civilización y la barbarie: ciertamente sugeridor del poeta académicos, ligeramente prepotentes y más la civilización de la República democrática- chileno, un desasosiego cósmico ha venido a conturbar a estos que ligeramente casposos. En efecto, Lorca mente elegida frente a la barbarie fascista; la risueños y despreocupados mu- ya había llegado a América –en persona y civilización cristiana de Occidente frente a chachos y, por largos meses, acaso por este último par de con el Romancero– como una ráfaga de oxí- la barbarie judeo-masónica y comunista. El años, todo se les ha vuelto so- geno, antes de convertirse, a partir de agosto papel de los intelectuales era central en esta bresalto visceral o nocturno y solitario planeo del alma». En de 1936, en el poeta mártir de la guerra espa- lucha, y las figuras de Miguel de Unamuno 1942, sin embargo, ya había ñola, la prueba tangible –según los ojos es- (que apoyaba a Franco antes de pronunciar llegado el relevo: los jóvenes candalizados del mundo intelectual– de que su célebre venceréis pero no convenceréis), estaban ahora empeñados en imitar a Rilke y «tremendamente el fascismo había emprendido una lucha a de Antonio Machado (leal desde siempre a la urgidos ‘por morir su propia muerte contra la cultura. Neruda, por su par- República), de Gregorio Marañón (fervoroso muerte’» (Rama, 1972, 118). te, seguía seduciendo a lectores tradicionales en su apoyo a la República hasta que lograra con el sabor agridulce de sus Veinte poemas... abandonar España y se pusiera a despotricar pero, como Lorca también (aunque Poeta contra los comunistas que mandaban en Ma- en Nueva York era escasamente conocido y drid), y sobre todo de Federico García Lorca sólo se publicó como libro en 1940), había (un poeta supuestamente apolítico asesinado, evolucionado en su escritura y había impre- al parecer, por el simple hecho de que fuera sionado a las nuevas generaciones de poetas poeta) fueron piezas clave en la disputa. Joa- con el oscuro versolibrismo de Residencia quín Edwards Bello lamentó esta utilización en la tierra. A partir de septiembre de 1936, interesadamente política de la cultura y los visceralmente conmovido por la muerte de escritores en una crónica del 23 de septiembre su amigo Federico y por los bombardeos de de 1936: Madrid, había cambiado de rumbo y ejercía a partir de entonces como un torrencial poeta Algunas personas reprueban a Unamuno (...). Hay militante. otros efectistas, que nunca leyeron a García Lorca, En los últimos años de la década de los y le endiosan por haber sido fusilado, cuando mili- treinta esta doble influencia –Lorca y Neru- taba en las izquierdas. Es preciso que el virus de la da, Neruda y Lorca– se hizo sentir en toda politiquería haya vuelto tontos a algunos para que Hispanoamérica. En Montevideo, por ejem- pretendan hacernos creer en el talento inmenso del plo, en julio de 1939, ya se estaba hartando que murió bajo una bala derechista y la estupidez del del tándem el joven Juan Carlos Onetti, que que murió bajo una bala loca izquierdista. Para mí un en uno de los primeros números de Marcha poeta medio tonto sigue siendo medio tonto y desco- Una plaga de romances. El impacto (con el pseudónimo «Periquito el Aguador») nocido antes o después de pegarle la bala derechista. de la muerte de Federico García lamentaría que «‘d’apres’ Neruda y García Estoy seguro de que esos mismos panegiristas de Lorca en la poesía chilena Lorca, una nueva retórica se ha formado entre García Lorca dirían horrores de él si hubiera muerto MATÍAS BARCHINO PÉREZ Y NIALL BINNS nosotros. Poetas de izquierda y de derecha, derechista (Edwards Bello, 1981, p. 102). 64 América sin nombre, no 16 (2011) 63-74 Ahora bien, si bien es cierto que la muer- En 1937, se publicaron en Montevideo dos fusilamiento de Federico Gar- cía Lorca»; Juan L. Ortiz, «A te de Lorca fue inmensamente útil para la antologías de homenaje a Lorca. Ildefonso los poetas españoles»; Ricardo propaganda prorrepublicana y para afear las Pereda Valdés, antólogo del Cancionero de la Molinari, «Casida de la bailari- 3 na»; Ricardo Mados, «Poema a pretensiones «civilizadoras» del franquismo , guerra civil española, sintetizó en su prólogo Federico»; Raúl González Tuñón, sería difícil subestimar el escándalo genuino la inspiración colectiva del libro: «Voces de «Noticia de una muerte (pero yo que provocó en Hispanoamérica, de donde España y de América: una sola voz, coro no lo creo)»; Nicolás Olivari, «Federico García Lorca»; Eduar- surgió en seguida un inmenso clamor de do- universal.