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COMISIÓN PERMANENTE

12.ª SESIÓN (Vespertina)

JUEVES 31 DE MAYO DE 2007

PRESIDENCIA DE LA SEÑORA BUSTAMANTE

Y DEL SEÑOR JOSÉ ALEJANDRO VEGA ANTONIO

SUMARIO

Se pasa lista.— Se abre la sesión.— Se aprueba, sin observaciones, el acta de la 11.ª sesión, celebrada el 21 de mayo de 2007.— Se da cuenta de sendos informes de calificación de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que declaran improcedentes las denuncias constitucionales Núms. 33, 36, 37, 40 y 48.— Se aprueba el informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales sobre la Denuncia Constitucional N.° 52, presentada contra la congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez, así como la propuesta del Presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales con respecto a la designación de los miembros de la Subcomisión encargada de formular la acusación constitucional ante el Pleno del Congreso.— Se levanta la sesión.

—A las 15 horas y 10 minutos, bajo la Presidencia de la señora Mercedes Cabanillas Bustamante, e integrando la Mesa Directiva el señor José Alejandro Vega Antonio y la señora Luisa María Cuculiza Torre, el Relator pasa lista, a la que contestan los señores Balta Salazar, Bedoya de Vivanco, Calderón Castro, Carrasco Távara, Galarreta Velarde, García Belaúnde, Macedo Sánchez, Mayorga Miranda, Moyano Delgado, Mulder Bedoya, Perry Cruz, Ramos Prudencio, Serna Guzmán, Velásquez Quesquén y Venegas Mello (miembros titulares); y Lombardi Elías, Raffo Arce y Sánchez Ortiz (miembros

1 suplentes).

Ausentes con licencia, los congresistas Morales Castillo, Mekler Neiman y Pérez Monteverde.

Ausente con aviso, el congresista Galindo Sandoval.

Ausentes, los congresistas Espinoza Cruz y Pando Córdova.

La señora PRESIDENTA (Mercedes Cabanillas Bustamante).— Buenas tardes, señores congresistas.

Sesión de la Comisión Permanente correspondiente al día jueves 31 de mayo de 2007, Segunda Legislatura Ordinaria 2006-2007.

Se va a pasar lista para computar el quórum.

El RELATOR pasa lista.

La señora PRESIDENTA (Mercedes Cabanillas Bustamante).— Con el quórum reglamentario, se inicia la sesión.

—Asume la Presidencia el señor José Alejandro Vega Antonio.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Señores congresistas, se pone en observación el acta correspondiente a la sesión del día 21 de mayo de 2007.

Si no hay ninguna observación, se dará por aprobada.

—Se aprueba, sin observaciones, el acta de la 11.ª sesión, celebrada el 21 de mayo de 2007.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Ha sido aprobada.

Se da cuenta de sendos informes de calificación de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que declaran improcedentes las denuncias constitucionales Núms. 33, 36, 37, 40 y 48

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— En la agenda de la presente sesión figuran cinco informes de calificación de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, en los que se declara la improcedencia de las denuncias constitucionales números 33, 36, 37, 40 y 48.

Señor Relator.

El RELATOR da lectura:

Informes de calificación de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que declaran improcedentes denuncias constitucionales

2 De la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, mediante los cuales, de conformidad con el inciso c) del artículo 89.º del Reglamento del Congreso, han sido declaradas improcedentes las siguientes denuncias constitucionales:

1. Denuncia constitucional N.° 33, presentada por el señor Luis Felipe Niño Celi, contra la ex ministra del Interior Pilar Elena Mazzetti Soler, por la presunta comisión del delito de abuso de autoridad, tipificado en el artículo 376.° del Código Penal.

Hechos denunciados: Presunto incumplimiento de sentencia que ordena pago de pensión.

Sustento: No se ha acreditado que la denunciada sea responsable del incumplimiento imputado por el denunciante.

2. Denuncia constitucional N.° 36, presentada por el señor Alfonso Enrique Solórzano Rojas, contra el magistrado del Tribunal Constitucional Magdiel Igdalías Gonzales Ojeda, por presunta comisión del delito contra la fe pública en la modalidad de omisión de consignar declaraciones o documentos, tipificado en el artículo 429.° del Código Penal y la supuesta infracción del artículo 201.° de la Constitución Política.

Hechos denunciados: El denunciado no informó al Tribunal Constitucional que mantenía una relación contractual con la Universidad Ricardo Palma al momento de resolver un proceso constitucional seguido entre el denunciante y el rector de la referida universidad.

Sustento: El Director General de Administración del Tribunal Constitucional ha informado que el proceso constitucional referido por el denunciante se encuentra en trámite y que el magistrado Magdiel Igdalías Gonzales Ojeda no ha intervenido en la resolución del mismo. Asimismo, mediante resolución del 5 de enero de 2007, se acepta la inhibición planteada por el magistrado Magdiel Igdalías Gonzales Ojeda, sustituyéndolo por el magistrado Vergara Gotelli para que se avoque al conocimiento del caso

3. Denuncia constitucional N.° 37, presentada por la señora Margarita del Campo Vegas, contra los magistrados constitucionales Javier Alva Orlandini, Juan Bautista Bardelli Lartirigoyen y César Rodrigo Landa Arroyo, por presunta comisión de delitos informáticos, prevaricato, omisión de denuncia, falsificación de documentos y falsedad ideológica, tipificados en los artículos 207.°-A, 207.°-B, 418.°, 407.°, 427.° y 428.° del Código Penal y supuesta comisión de infracción constitucional de los artículos 2.° inciso 2) y 139.° incisos 3), 5) y 14) de la Constitución Política.

Hechos denunciados: Presunta contradicción en el accionar del Tribunal Constitucional al haber resuelto frente a dos resoluciones declaradas nulas, en forma distinta para cada una de ellas.

Sustento: No se advierten elementos de juicio que permitan establecer que los hechos objeto de la denuncia constituyan infracción a la Constitución Política y/o delitos de función previstos en la legislación penal.

4. Denuncia constitucional N.° 40, presentada por el señor Luis Oyague Químper, contra los vocales supremos Víctor Lucas Ticona Postigo, Víctor Raúl Mansilla Novella, José Antonio Palomino García, Manuel Jesús Miranda Canales y Alfonso Hernández Pérez, por

3 presunta comisión del delito de prevaricato, tipificado en el artículo 418.° del Código Penal.

Hechos denunciados: Presunta intervención en proceso judicial seguido por Portafolio Inmobiliario S.A. con el denunciante, indicando que el acto prevaricante sería la resolución que declaró fundado el recurso de casación interpuesto por la empresa.

Sustento: La sentencia casada fue emitida conforme al Código Procesal Civil, norma de orden público y por lo tanto de obligatorio cumplimiento; asimismo, por tratarse de un proceso aún en trámite, no corresponde avocarse a su conocimiento.

5. Denuncia constitucional N.° 48, presentada por el señor Pablo Quispe Arango, contra los señores Aníbal Torres Vásquez, Maximiliano Cárdenas Díaz, Luis Edmundo Peláez Bardales, Carlos Arturo Mansilla Gardella, Francisco Delgado de la Flor Badaracco, Edwin Vegas Gallo y Efraín Anaya Cárdenas, miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, por la presunta comisión de los delitos de asociación ilícita para delinquir, abuso de autoridad, usurpación de funciones o autoridad, fraude procesal y falsedad genérica, tipificados en los artículos 317.°, 376.°, 361.°, 416.° y 438.° del Código Penal, y supuesta infracción de los artículos 139.°, incisos 3), 5) y 14), 154.° y 156.° de la Constitución Política.

Hechos denunciados: Presuntas irregularidades en el Proceso de Evaluación y Ratificación donde el denunciante fue comprendido.

Sustento: No se encuentra agotada la vía administrativa, por lo que, estando pendientes de resolverse los recursos presentados por el denunciante, no puede configurarse ni el quebrantamiento de un bien jurídico constitucional ni la lesión de un bien jurídico protegido penalmente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— En aplicación del inciso c) del artículo 89.° del Reglamento del Congreso, las denuncias constitucionales se remitirán al archivo.

Se aprueba el informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales sobre la Denuncia Constitucional N.° 52, presentada contra la congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez, así como la propuesta del Presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales con respecto a la designación de los miembros de la Subcomisión encargada de formular la acusación constitucional ante el Pleno del Congreso

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Señor Relator, lea la sumilla.

El RELATOR da lectura:

Informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales sobre la Denuncia Constitucional N.° 52, presentada contra la congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Se va a suspender la sesión por breves momentos para que ingresen a la sala la señora congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez y su abogado defensor Hugo Vargas Bueno.

4 —A las 15 horas y 19 minutos, se suspende la sesión.

—Ingresan a la sala de sesiones la señora congresista Elsa Canchaya Sánchez y su abogado defensor, quienes se ubican en los lugares especialmente acondicionados para ellos.

—A las 15 horas y 22 minutos, se reanuda la sesión.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Se reanuda la sesión.

La Presidencia saluda la presencia de la señora congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez y la de su abogado defensor, señor José Urquizo Olaechea, quienes concurren para ejercer el derecho de defensa ante la acusación constitucional planteada en su contra.

Se va a dar lectura a la conclusión contenida en el informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales sobre la Denuncia Constitucional N.° 52.

El RELATOR da lectura:

Informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.

Conclusión:

Acusar constitucionalmente a la señora Elsa Victoria Canchaya Sánchez, congresista de la República, a quien corresponde la prerrogativa del antejuicio constitucional, por existir indicios razonables de la comisión de los delitos de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, delito contra el patrimonio en la modalidad de estafa, y delito contra la fe pública en la modalidad de falsedad genérica, ilícitos previstos y sancionados en los artículos 381.°, 196.° y 438.° del Código Penal, respectivamente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Tiene la palabra el congresista Mayorga Miranda, presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, para que resuma los términos del informe final, hasta por 20 minutos.

El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Señor Presidente: No voy a usar tanto tiempo, sino simplemente voy a dar lectura al resultado final de la conclusión, que se encuentra en el punto número dos del informe final de la Subcomisión, como ya es de pleno conocimiento de todos y cada uno de los integrantes de la Comisión Permanente, porque seguramente ya se ha hecho la distribución correspondiente.

Para los fines de orientación del debate, procedo a dar lectura.

Del resultado de la investigación se ha determinado indicios razonables de lo siguiente:

1) Que la congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez designó a doña Jacqueline Mary Simón Vicente como asesora 2, nivel SP6, de su despacho congresal, sin que esta reuniera los requisitos exigidos para el desempeño de dicho cargo.

5 2) Que doña Jacqueline Mary Simón Vicente se desempeñaba como trabajadora del hogar al servicio de la congresista denunciada; que estudiaba para técnico en farmacia en horario incompatible con el establecido para desempeñar su labor en el Congreso de la República. Asimismo, no tramitó su fotocheck ni gestionó su correo electrónico.

3) Que se acredita que doña Jacqueline Mary Simón Vicente no ejerció el cargo de asesora 2, nivel SP6. Sin embargo, la congresista Elsa Canchaya Sánchez afirma lo contrario.

4) Que la congresista denunciada permitió que el Congreso de la República abonara a doña Jacqueline Mary Simón Vicente las remuneraciones correspondientes a los meses de enero a abril de 2007 sin que esta prestara los servicios para los que fue designada.

5) Que existen indicios razonables que vinculan a la congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez con la comisión de los delitos de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, contra el patrimonio en la modalidad de estafa, y contra la fe pública en la modalidad de falsedad genérica, ilícitos previstos y sancionados en los artículos 381.°, 196.° y 438.° del Código Penal, respectivamente.

Este es el resultado de la investigación, a cuya conclusión ya dio lectura el Relator en este acto.

Muchas gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Tiene la palabra la congresista Elsa Canchaya Sánchez hasta por cinco minutos.

La señora CANCHAYA SÁNCHEZ (UN).— Gracias, señor Presidente.

En primer lugar, para saludar a usted y, por su intermedio, a cada uno de los miembros de esta comisión, distinguidos congresistas de la Comisión Permanente del Congreso de la República.

Estoy aquí frente a ustedes, con unos pocos minutos, para señalar aspectos fundamentales respecto a este penoso caso.

El Tribunal Constitucional y la Corte Interamericana han establecido que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos a un debido proceso, consagrado en el artículo 139.°, inciso 3), de la Constitución.

Deben respetarse y garantizarse no solo los procedimientos constitucionales, sino en sede administrativa legislativa, que a través de sus resoluciones determina derechos y obligaciones de las personas.

Dicho esto, quiero señalar enfáticamente que jamás he pretendido ni pretenderé poner obstáculos en las investigaciones del presente caso. Así lo hice en la Comisión de Ética y así también lo he venido haciendo en la Comisión de Acusaciones Constitucionales.

6 La interposición de un recurso constitucional ante el Poder Judicial no significa, en lo absoluto, que yo pretenda poner piedras en el camino o dar manotazos de ahogado, como alguien lo ha referido. Solo significa, como en cualquier estado de derecho, la defensa de derechos fundamentales y del debido proceso.

Señor Presidente, señores congresistas: La propuesta que hice para que el Congreso contrate, a través de Recursos Humanos, a la señorita Jaqueline Simón es perfectamente legal a la luz de los acuerdos de la Mesa Directiva y la cartilla de información administrativa para congresistas; pero no voy a seguir ahondando al respecto porque en los descargos está, de manera clara, que el Acuerdo de Mesa 372 no puede tener efectos retroactivos para tener un perfil del año 1999.

Quiero decirles, como ustedes saben, que soy una congresista provinciana, con costumbres y usos diferentes a los de un congresista capitalino.

En nuestra provincia existen pactos culturales. Así, por ejemplo, los ahijados, compadres o algunas personas especiales pasan a formar parte de la familia, la misma que se consolida aun más con esa relación espiritual.

La señorita Jaqueline Simón —nunca lo he negado—, cuando empezó a trabajar a mi lado en la oficina notarial, allá por el año 2003, desde un primer momento me demostró ser una persona honesta y buena y, en segundo lugar, una persona con ganas de aprender y superarse y salir adelante.

Por esas cualidades, rápidamente se ganó mi confianza y cariño; y no solo mío, sino de toda mi familia. Es por eso —nunca lo he negado— que Jaqueline, al tener toda mi confianza, podía entrar y salir de mi casa al margen de su trabajo; podía hacerme favores con su consentimiento, como, por ejemplo, depositar dinero al banco, recoger a mis hijos, pagar cuentas. Esto no significa, de ninguna manera, que ella ha sido una doméstica, como despectivamente se ha venido diciendo por algunos medios.

No se entiende acá en Lima esa relación especial de confianza. Por eso incluso existe una figura penal que se denomina error culturalmente conocido, que explica cómo es que en provincias existen estrechas relaciones con personas que llegan a formar parte importante de la familia, como es en el presente caso.

Señor Presidente y distinguidos congresistas: Yo entiendo que se haya sembrado duda y malas interpretaciones a partir de un reportaje editado. Por eso quiero decirles, una vez más, que yo no me aferro a mi inmunidad parlamentaria para que no se entienda mal que eso signifique impunidad.

Tampoco quiero que un sector de la prensa siga con su prédica de motejarnos como otorongos y que estos no comen a otros otorongos, lo que de ninguna manera lo voy a permitir.

Pese a que existen precedentes legislativos similares a este caso, resueltos anteriormente de manera administrativa por el otro Congreso, probados así y demostrados en mi defensa de manera escrita, y que lamentablemente no fueron merituados en la

7 Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, estoy dispuesta a ir al Poder Judicial a probar mi inocencia.

Sin embargo, debo ir con las garantías constitucionales que me asisten, y no me refiero a tener privilegios de ningún tipo. Lo que quiero dejar en claro, enfáticamente, es que este Congreso, donde se crean las leyes, se debe de respetar y acatar las resoluciones del órgano máximo de control e interpretación de la constitucionalidad, como es el Tribunal Constitucional, quien mediante sentencia N.° 0006-2003-AI/TC, de fecha 1 de diciembre de 2003, ha dejado establecido en su punto N.° 15, bajo el título “Potestad del Congreso para aplicar sanción por los delitos declarados tales por el Poder Judicial”, lo siguiente:

“Sobre el particular, surge la siguiente interrogante: ¿Acaso el Congreso puede imponer sanciones por delitos que no han sido declarados por el Poder Judicial? Sin duda, la respuesta es negativa, porque si así fuera se quebraría no solo el principio de separación de poderes sobre el que se sustenta todo Estado democrático de derecho (artículo 43.º de la Constitución), sino también el principio de presunción de inocencia (párrafo e, inciso 24), de su artículo 2.°). Es por ello que la referida frase del inciso j) del artículo 89.º del Reglamento del Congreso debe ser interpretada como aquella potestad sancionadora, de la que es titular el Congreso, para imponer las sanciones previstas en el primer párrafo del artículo 100.º de la Constitución, por los delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones por los funcionarios enumerados en el artículo 99.º de la Constitución, siempre que dichos delitos hayan sido previamente declarados como tales en una sentencia firme expedida por el Poder Judicial, quedando proscrita toda interpretación contraria.”

Es por eso, señor Presidente, que respetuosamente solicito que se respete y se cumpla dicha sentencia del Tribunal, por lo que ello garantiza y reafirma la democracia en un estado de derecho, que es el que actualmente vivimos.

Muchas gracias, señor Presidente y señores congresistas.

El resto de minutos, por favor, quisiera cederlo a mi abogado defensor, doctor Urquizo, que el día de hoy nos acompaña.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Tiene la palabra el doctor José Urquizo, en su condición de abogado defensor de la congresista Elsa Canchaya Sánchez, hasta por 15 minutos.

El señor ABOGADO DEFENSOR, doctor José Urquizo Olaechea.— Gracias, señor Presidente.

Señores congresistas: Soy José Urquizo Olaechea y represento jurídicamente la posición de la congresista de la República Elsa Canchaya.

En primer lugar, quiero señalar que los datos fácticos que ustedes están utilizando en relación con el informe que se le ha presentado son datos fácticos que nacen, precisamente, de un reportaje televisivo, un reportaje que ha sido editado, es decir, preparado para un medio de comunicación, para enviar algún mensaje, y que es sobre la base de esos datos que se ha investigado a la congresista Elsa Canchaya.

8 Yo quisiera partir, simplemente, de decirles que cuando estamos ante un documento de esta naturaleza, editado, el destino nos obliga a ser prudentes, porque se pueden confundir las categorías y los hechos y, de pronto, entrar a un mar de confusiones que jurídicamente, posteriormente, darán respuestas absolutamente contrarias a la intención inicial de un reportaje.

En primer lugar, debemos considerar que cuando se puso a la persona que trabajaba en la oficina de Elsa Canchaya como si fuera una persona que realizaba solamente actividades de carácter familiar, es decir, una persona de una casa de familia, se estaba hablando del año 2004. Las investigaciones, sin embargo, deben obligadamente vincularse al año 2007.

Entonces, en esta mezcla de categorías, que se la presentan al público en general, lo que se pretende no es llegar a ninguna verdad; lo que se pretende es establecer un criterio, es plantear una posición y luego, detrás de esa posición, señalar algún calificativo, que es lo que ha ocurrido en este contexto.

Pero si nosotros miramos mucho más atrás, nos vamos a dar cuenta de que, lamentablemente para nuestro país, este tipo de reportajes lacera esencialmente lo que simboliza una mujer peruana, porque parte de la idea de que una persona que en el año 2004 hacía solamente tareas, hipotéticamente, en una casa de familia jamás puede salir de esa situación. Es como lo llamaban los viejos posibilistas italianos, que decían que existía un determinismo fatalista: el hijo del criminal es un criminal; entonces, quien solamente trabaja en una casa de familia jamás puede hacer otra cosa.

Pero la historia del Perú ha demostrado todo lo contrario, porque este es un país que se está forjando, precisamente, sobre la transformación que hacen no solamente las mujeres sino también los hombres que vienen de diferentes partes de nuestra patria. Estos van transformando progresivamente no solamente su estatus personal, sino también su estatus cultural.

Y para que ustedes deban tener a la mano un documento cierto, yo les pediría, para avalar lo que les estoy diciendo, que se lea brevemente las declaraciones de la joven Simón en la fiscalía, que le pudo explicar al fiscal cómo funcionan algunos departamentos del Ministerio de Vivienda o cuál era en concreto la actividad que realizaba.

Cuando de pronto se quiere encasillar la actividad de la Simón como si fuera una asesora del modelo de oficina, realmente lo que se hace es interpretar restrictivamente las propias atribuciones que los congresistas tienen; porque los congresistas tienen las atribuciones de contratar personal con ciertas finalidades propias del ámbito político.

Y ha quedado también plasmado en la fiscalía que ella efectivamente ha realizado actividades de campo, actividades de investigación, las que además ha explicado plenamente ante el Ministerio Público. Esa parte se ha silenciado, porque silenciando esa parte estamos en mejor posición para atacar a Elsa Canchaya. Entonces, ese es el presupuesto fáctico.

Ahora voy a seguir la secuencia de las imputaciones jurídico penales.

9 En realidad, lo que ha ocurrido en la Subcomisión es poner tres veces el sombrero a la misma persona: sobre un mismo dato se ha colocado diferentes tipos legales. Pero lamentablemente en este apresuramiento, las razones estrictamente dogmáticas —es decir, que salen de la base de la norma penal— no es posible mantenerlas, porque, si este Congreso las mantiene, se va a ir al abismo jurídico, tal como lo voy a señalar.

Voy a utilizar, simplemente para ilustrar mi punto de vista, la posición de la Subcomisión en referencia al delito de estafa.

Han planteado la siguiente tesis: que la doctora Elsa Canchaya ha inducido a error a la oficina de Recursos Humanos cuando, en el ejercicio regular de su actividad como congresista de la República, designó —es decir, mencionó— a una persona para que sea contratada como asesora de confianza.

Entonces, da la impresión, a primera vista ciertamente, que efectivamente ha habido un engaño. Pero este es un error profundo: el tipo legal de la estafa, al que alude el informe que ustedes tienen en sus manos, no es posible plantearlo porque nadie puede estafar a una persona jurídica.

Es decir, cuando se construyó el delito de estafa, que es fruto de la cultura del iluminismo —es decir, de las relaciones interpersonales—, comenzó a aparecer que existían delitos que no solamente se basaban en la violencia, sino se basaban en una guerra psíquica, donde un sujeto le imponía una imagen a otra persona —este es el engaño—, lo llevada al error, y esta persona colaboraba y, con guante blanco, le entregaba su patrimonio.

La estafa, conforme al Código actual, conforme al Código de 1924 derogado —el famoso Código de Maurtua—, siempre ha sido y será una figura entre personas.

No es posible fundamentar jurídicamente que alguien pueda engañar a una persona jurídica. Entonces, sin la médula misma de esta imputación, hay una imposibilidad jurídica. De ello se puede desprender que los hechos por sí mismos no tienen ninguna correspondencia con una conducta antijurídica, es decir, una conducta que se sanciona.

Elsa Canchaya ni ningún congresista de este país puede inducir a error a una persona jurídica. Se puede inducir a error a otra persona, con ciertas finalidades, porque así lo señala la ley; y la finalidad es obtener un provecho económico injusto. Y eso no ha ocurrido en el caso de Elsa Canchaya.

Si no es posible engañar a una persona jurídica...

Lo voy a decir en otras palabras: yo no podría engañar a una empresa de gaseosas, porque el engaño tiene que ser contra otra persona, a la cual le tengo que quebrar su conocimiento real y colocarle un conocimiento falso para que esa persona actúe conforme a mis intereses. Y eso no es posible proyectarlo. Es lomácticamente inaceptable decir, como aquí, en este informe, que se puede constituir el injusto de estafa. Eso es imposible jurídicamente.

Cuando se fomentó la estafa, los franceses, cuando explicaban esta figura, nos recordaban la mise en scène. Como los artistas que crean una figura, dan unas

10 sensaciones, y la gente precisamente accede. Era la famosa mise en scène la que inspiraba la idea de la estafa. En consecuencia, en las relaciones entre un sujeto y una institución, no se puede dar.

¿Qué es lo que realmente se ha dado? Lo que realmente se ha dado es una situación que aparece en un estado de competencias.

Cuando yo señalo un estado de competencias —que además estoy utilizando el lenguaje de los sociólogos alemanes—, lo que les estoy diciendo es que detrás de nosotros hay un sistema de normas.

Así como los congresistas tienen sus normas, los funcionarios también tienen sus normas y sus potestades; con cargo a que los funcionarios, conforme al ordenamiento jurídico peruano, tienen deberes, y esos deberes tienen que ser cumplidos en el ámbito en que se desarrollan.

Cuando la congresista Elsa Canchaya trasladó su petición a Recursos Humanos, lo hizo sometida precisamente a esas potestades que el pueblo le ha concedido al nombrarla congresista; es decir, poder tener su propio personal. Pero eso no significa que no existan filtros, y precisamente los filtros nacen de la organización administrativa.

Si existe una oficina de Recursos Humanos, si existe una jerarquía para poder determinar la calidad del funcionario público, quiere decir que existen diferencias entre un F1 y un F6. Y si existen diferencias, quiere decir que los requisitos son también absolutamente distintos.

Entonces, el funcionario, por imperativo de la ley —porque todos los funcionarios tienen deberes—, estaba en la obligación de decirle a la congresista o a la autoridad pertinente que esta persona no reunía los requisitos de ley, si es que existían los requisitos de ley.

Cuando uno lee el informe de la Subcomisión, continuamente habla de que se han vulnerado los requisitos, pero en ningún momento especifica qué requisitos.

Y a eso me refiero cuando digo que hay una jerarquía, porque cuando se contrata a un profesional se le asigna una calidad; cuando se contrata a una persona que no tiene precisamente esas calidades, también dentro de la jerarquía existen compartimentos que son absolutamente legales. Y si no existen estos requisitos, ¿cómo yo puedo crear una imputación penal diciendo que, efectivamente, he inducido a error o he engañado o se trata de un problema de falsedad? De lo que se trata es que todavía no pueden demostrar que efectivamente se haya vulnerado la norma.

Pero el otro problema colateral que existe es que, cuando yo solamente centro las imputaciones en la congresista Elsa Canchaya, estoy liberando los deberes del funcionario, porque el funcionario de Recursos Humanos tiene que dar cuenta a este Congreso si efectivamente cumplió con sus obligaciones en el caso concreto.

Dice el artículo 39.° que la Gerencia General, a propuesta de la Gerencia de Recursos Humanos, calificará —esa es una potestad y un deber— los cargos de dirección y de confianza conforme a la ley.

11 ¿Qué significa “conforme a la ley”? Conforme a las normas, porque todos nosotros estamos sometidos a las normas. Ese es el sentido.

¿Cuál es la veracidad de una imputación de esta naturaleza? La veracidad de una imputación de esta naturaleza es intentar trasladar una antijuricidad —es decir, un comportamiento que está al margen de las normas administrativas— directamente por haber designado a una persona.

Quien designa a una persona de confianza, pues, responderá por la confianza; pero, si no tiene los requisitos, el sistema normativo que impera también en este Congreso tendrá que darle una respuesta en sentido afirmativo; dicho en otras palabras, le puede decir: sí se contrata o no se contrata, conforme a los mandatos legales. Ese es el sentido.

Pero, de otro lado, tampoco se ha mencionado aquí que la joven Simón jamás ha negado sus calidades personales y sus cualificaciones; y entonces, como eso no aparece gráficamente en este informe, también se le ha trasladado eso a la doctora Elsa Canchaya y se ha dicho que ella tiene que asumir todo ese pasivo. Pues no es así, porque la Constitución del Estado no crea sino responsabilidades personales.

Conforme a la ley, yo sólo respondo por mis actos; y si mis actos son antijurídicos — como he dicho antes, yo no puedo engañar a una institución; puedo engañar a una persona, pero nunca a una institución—, pues el derecho penal me tendrá que relevar de cualquier imputación. Ese es el sentido de la norma.

La norma no es simplemente decir que ha engañado, que ha falseado, que ha colocado e, incluso, menoscabando la imagen de una mujer, que ha colocado a una persona que trabaja en su casa. ¿Con qué finalidad?

Tanto es así que, cuando se habla de la estafa, lo primero que se tiene que precisar es cuánto es el daño patrimonial causado; luego, quién ha causado el daño patrimonial. Y ustedes, señores congresistas, en el documento que tienen en sus manos, no tienen ninguna referencia de carácter económico, porque realmente no existe.

Entonces, para poder sostener esta imputación, se ha partido de algo no comprobado, de una hipótesis: que ella es una persona que trabaja en una casa. ¿Pero acaso ha sido comprobado ese hecho, o nos estamos refiriendo a un hecho de 2004, o creemos que las personas quedan estacionadas en un momento de su vida y luego se reproduce sin mutar?

Se ha hecho aquí una afirmación que no voy a decir que es falsa, pero esencialmente es incorrecta.

¿Han tenido la oportunidad de conocer personalmente a esta joven Simón? Pues no lo han hecho. ¿Han podido recurrir al Ministerio Público? Tampoco lo han hecho.

¿Por qué? Porque, en la medida que yo le niegue todas las pruebas a la congresista Elsa Canchaya, tengo mejores posibilidades de generalizar la imputación.

12 Entonces, las apreciaciones que yo estoy haciendo son apreciaciones sobre la base de este informe, y están estrictamente ceñidas a un análisis dogmático.

Pero, para que esto no quede suelto, me he tomado la molestia de revisar los textos; sobre todo, una frase, muy famosa ya, del profesor Antón Oneca, que no solamente era un penalista prestigioso, sino era un demócrata, que en la época de Franco estuvo al borde de ser fusilado por sus ideas liberales en el ámbito del derecho penal.

Este insigne profesor, Antón Oneca, desde el año 1958 nos enseñaba: si algo caracteriza al delito de estafa con respecto al resto de delitos de enriquecimiento, es la necesidad en el líter comisivo de la cooperación del sujeto víctima del engaño, lo que se formaliza a través del requisito del acto de disposición.

Y esta idea ha sido cerrada modernamente por el distinguido profesor Miguel Bajo Fernández: inducido por el engaño y a consecuencia del error, ha de darse un acto de disposición patrimonial.

Estos elementos no han aparecido ni van a aparecer.

Entonces, quien ha preparado esta denuncia...

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Doctor, ya culminó su tiempo de los 15 minutos. Le vamos a dar dos minutos para que concluya.

El señor ABOGADO DEFENSOR, doctor José Urquizo Olaechea.— Le agradezco, señor Presidente.

Yo quiero culminar señalando lo siguiente:

La diferencia entre un juicio y un ajusticiamiento, sobre todo cuando se trata de sus pares, que no es diferente a lo que ocurría en la vieja Inglaterra, la podemos graficar sobre la base del moderno concepto del estado de derecho; y voy a utilizar las palabras de un actual miembro del Tribunal Constitucional.

"Yo quiero decir —ha señalado Alva Orlandini— que no se puede dar crédito a denuncias que se han hecho alegremente y que han sido publicitadas en todo el país con la finalidad de crear un ambiente propicio para que el Congreso adopte una decisión como la que presuntamente va a adoptar. El prestigio del Parlamento no se salva porque se desafuera a uno de sus miembros merced a un proceso penal irregular. El prestigio del Parlamento se salva cuando cumple las atribuciones que le son propias: de acuerdo a la Constitución, tiene que legislar y tiene que fiscalizar.”

Asimismo, en palabras finales dice: “no podemos despojar a un miembro del Congreso de la investidura que nosotros no le hemos otorgado. Ha sido otorgada por el pueblo con los siete mil quinientos votos”. En este caso se refería a un congresista.

Esa es la diferencia esencial, y paralelamente porque, mutatis mutando, se han ido fortaleciendo estas ideas.

13 Ya la congresista había señalado esta muy reconocida resolución del Tribunal Constitucional, la 0006-2003, del caso de Manuel Lajo Lazo, donde se señaló, respecto al ámbito de las sanciones, que sólo es el Poder Judicial, por la diferencia de la dilación de poderes, que es propia del estado de derecho, quien tiene la potestad de sancionar.

Pero eso tiene una razón más grande, que es la siguiente: el Estado no puede soportar tener dos resoluciones contradictorias: una que sancione y una que absuelva, y eso en virtud de que todavía existe la Constitución sobre la base de la presunción de inocencia.

Gracias.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Habiendo finalizado las exposiciones y el derecho de defensa, la Presidencia, aplicando el inciso f) del artículo 55.° del Reglamento, invita a la señora congresista Elsa Canchaya Sánchez y a su abogado defensor a abandonar la sala de sesiones.

Se suspende la sesión por breves momentos.

—Se suspende la sesión.

—Se retiran de la sala de sesiones la señora congresista Elsa Canchaya Sánchez y su abogado defensor, el doctor José Urquizo Olaechea.

—Se reanuda la sesión.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Se reanuda la sesión.

Continúa el debate del informe final.

Tiene la palabra el congresista Víctor Mayorga.

El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Señor Presidente: Son las cuatro de la tarde, o sea las 16 horas. De estos 60 minutos en que se ha visto el asunto, yo apenas he ocupado un minuto y medio, y el resto se ha dedicado a la defensa, tanto por la congresista suspendida Elsa Canchaya como también por el abogado.

Entonces, en primer lugar, esto debe aclarar que se ha actuado con el máximo de tolerancia.

Esa conducta de la Mesa y la magnanimidad de los integrantes de la Comisión Permanente demuestran una cosa: debe quedar muy claro que acá no hay ningún ajusticiamiento, que acá no hay ninguna Santa Inquisición como se afirmó en alguna ocasión. No estamos en el siglo XV, XVI o XVII, sino estamos en pleno siglo XXI.

Y así es como se ha permitido el ejercicio libre de la defensa de la misma congresista suspendida y de su abogado, que ha sido el mismo criterio que se ha utilizado en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, en donde ha habido un escrupuloso respeto a lo que significa el debido proceso.

14 Como se ha señalado en reiteradas oportunidades, los miembros de la Subcomisión no son responsables de que la defensa en aquel momento haya tenido sus deficiencias y, antes que tocar el problema de fondo, haya tocado aspectos esencialmente adjetivos.

Se refieren a un conjunto de afirmaciones que yo creo que es necesario aclarar antes de la votación en este momento; y solamente a partir de algunas interrogantes, porque el abogado defensor ni la señora Elsa Canchaya han hecho mención alguna a la calidad de si tiene o no tiene carácter de prueba un video, si tiene o no tiene calidad lo que significa un medio informativo, que lo proporcionan los medios de comunicación.

Estos tienen efectivamente calidad de prueba en el momento actual. Basta con revisar todo lo que significa la teoría general.

Segundo: no ha sido rebatido ninguno de los argumentos que están contenidos en el informe final y, por supuesto, se han tomado en cuenta las pruebas, tanto de la parte denunciante como de la parte demandada.

Por eso, para ser breve, yo pregunto a ustedes: ¿se ha contradicho que a la señorita Jacqueline Simón se le ha visto —y nosotros lo afirmamos en ese sentido— concurrir, por ejemplo, a un curso de farmacia o algo así en un instituto superior y que asistía en las mañanas, a tiempo completo.

¿Se ha rebatido en este acto, por el abogado o por la señora Canchaya, que se ha constatado a la señorita esta vestida con un traje blanco y brindando atención a los hijos de la señora Canchaya? ¿Qué es lo que se dice allí? Que eso corresponde al año 2004 y que, dado el tiempo, es posible que ella sí haya mejorado.

No se ha rebatido, señores, absolutamente nada, porque entre los requisitos que nosotros conocemos para el acceso o para la designación de nuestro personal de confianza existen tres, y esto debe quedar bien claro: si se trata del asesor uno para cada despacho congresal, los únicos requisitos que no se pueden violar es que se posea grado académico o título profesional; para el caso del asesor número dos, puede no tener esos grados, pero mínimo se exige que tenga un título técnico profesional; y si el propuesto o designado por el congresista como su personal de confianza no reúne ninguno de esos requisitos —ni grado académico ni título profesional y ni quiera el título técnico profesional—, el Reglamento establece que debe tener un mínimo de cinco años de experiencia.

¿Nos ha dicho algo el abogado de la defensa o la congresista Canchaya sobre la experiencia de cinco años? Y no es cualquier experiencia. Acá, nada de sofismas, porque también los abogados debemos ajustarnos a la verdad y, de acuerdo a estos señores, acá no se pueden admitir sofismas de ninguna naturaleza.

No está acreditado con ningún instrumento que la señora Jacqueline Simón posea cinco años de experiencia, y esto no puede ser abstracto, genérico. Esa experiencia tiene que ser en la especialidad; porque, lógicamente, si yo tengo un estudio jurídico, uno grande, yo no voy a traer pues a un carpintero a mi estudio para que ejerza la defensa de abogado. Eso es simple y llanamente absurdo, porque mínimo yo traeré a un bachiller en

15 derecho; y si no es un bachiller en derecho, pues yo traeré un estudiante de derecho, aunque sea del primer año.

O sea, eso tiene que estar íntimamente relacionado con el cargo que se ejerce. Esta es una cabal interpretación desde el punto de vista del derecho administrativo.

También se señaló que la persona jurídica no puede ser estafada.

Señores: Aquí tenemos a Luis Bramont-Arias, en la teoría general del Derecho Penal, que, haciendo un comentario sobre la estafa en los casos de manipulación de máquinas, trae la cita de Gutiérrez Francés sobre fraude informático y estafa, y señala, en un punto sumamente importante, que actualmente dicho concepto ha de tener un contenido distinto, en concordancia con el nuevo modelo de las relaciones socioeconómicas en que estamos inmersos, y ya no solo es posible el engaño —ojo con esto— entre personas físicas, sino que también las personas jurídicas pueden engañar y ser engañadas.

Bramont-Arias, Manual de Derecho Penal, al que puede recurrir fácilmente cualesquiera de los señores abogados o cualesquiera de los señores miembros de esta subcomisión.

Entonces, la estafa es plenamente posible tratándose incluso de personas jurídicas; y no solo porque se pueda producir en agravio de la persona jurídica, sino que la persona jurídica también puede engañar a cualquier ciudadano. Esta es la interpretación correcta y legal que ha llevado a la Subcomisión a tener que señalar y establecer por qué existe.

Ahora, no hay ajusticiamiento, y quiero que esto quede total y completamente claro, señores miembros de la Comisión. Nosotros lo único que hemos hecho es determinar si, a partir de los indicios, es posible subsumir los hechos denunciados en las figuras penales que han sido materia de denuncia. Eso es lo que hemos cumplido.

¿Y qué es el indicio? Tampoco lo han definido ellos. El indicio es partir de un hecho conocido para llegar a uno desconocido. Esta es una larga labor de abstracción que perfectamente los juristas nos lo pueden ampliar.

¿Y cuál era el hecho conocido a través de la prensa, a través de los medios informáticos? Lo que se ha señalado: que la señorita Simón era trabajadora del hogar, estudiaba en un instituto superior; segundo, que no había concurrido en ningún momento al centro de trabajo. Es decir, así se haya suscrito el contrato de trabajo, hubo incumplimiento del contrato de trabajo, incumplimiento en el trabajo. Y si es que no había asumido la función laboral en ningún momento, no podía haber causal de despido.

Entonces, eso es a lo que se llama engaño, eso es lo que se denomina que ha conducido en error a la administración del Congreso de la República. No es ningún invento.

Entonces, nosotros hemos llegado a establecer que estos indicios realmente merecen ser investigados.

Por eso es que solamente nos hemos quedado en la acusación que corresponde a esta Comisión Permanente: tener que determinar, previo el debate que se está efectuando, la conformación de la comisión respectiva para que pueda ser remitida al Pleno.

16 El Pleno será el que determine si hay o no hay lugar a la formación de causa para que se pueda remitir estos actuados al Poder Judicial, donde se efectuará recién la verdadera investigación, el juzgamiento y, si llega el caso, la sentencia.

Entonces, en ese momento serán los abogados quienes puedan ejercer la defensa que no han hecho acá.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Abriremos el debate, si es necesario.

La congresista está solicitando la palabra. Consideramos que tres minutos son suficientes.

La señora MOYANO DELGADO (GPF).— Gracias, Presidente.

Primero, quiero concordar con el Presidente de la Subcomisión en que esto no es un juicio, no es un ajusticiamiento; esta es una instancia política, en la que hacemos un juicio político, y la sanción que se emita acá es una sanción política. No vamos a sentenciar para que cumpla una condena o no.

Por otro lado, la Subcomisión se ha ceñido al Reglamento paso por paso, y hemos ido cumpliendo con el Reglamento tal como lo estipula. Por lo tanto, el debido proceso se está cumpliendo porque seguimos en el proceso. Tan es así que la acusada tiene la potestad de venir a ejercer su defensa, como lo ha hecho hoy día. También lo tendrá que hacer en el Pleno del Congreso si es que esta Comisión Permanente vota a favor del informe, por supuesto, ¿no?

Pero debo precisar que en el debate de la Subcomisión, cuando tratamos el informe final, yo emití un voto en reserva en función a la comisión supuesta de un delito: el nombramiento ilegal. Y emití mi voto en reserva porque considero que el congresista no ejerce este derecho, no es el que administra directamente un bien material, no nombra a un funcionario o empleado.

Como bien se dice y como bien también lo acaba de decir la propia Presidenta el día de hoy en su conferencia de prensa, el congresista designa a una persona para que sea contratada por la instancia pertinente, que es en este caso el propio Congreso de la República vía Recursos Humanos.

Entonces, planteé esa reserva porque, si nosotros establecemos simplemente los indicios razonables para que se formule acusación y para que vaya a un proceso judicial, considero que no hay esta comisión de delito y no hay un indicio de ello; y ni siquiera podemos tomarlo como indicio porque el congresista no puede ejercer esta potestad de nombrar a una persona.

A los trabajadores que están en el entorno del congresista se les denomina en el Congreso personal de confianza. Según la Ley del Empleo, N.° 28175, ello está

17 clasificado en dos tipos de empleado: uno es el funcionario público y el otro es el empleado de confianza.

El empleado de confianza tiene otras características. Una de ellas es que puede ser técnico o político, trabaja temporalmente y puede ser removido libremente por quien lo designa.

Entonces, por eso es que yo planteaba mi reserva en este caso.

En todo caso, planteo esta reserva en este caso. Si la Comisión Permanente entra al debate de este tema, que ya es meramente jurídico; pero considero que, al decir que es este un tema político, que no importa y que vayamos con esta supuesta comisión de delito al Poder Judicial, este dirá que no cometió ese delito.

O sea, esto no me parece serio, desde el punto de vista de una institución como el Congreso de la República, que tiene que empezar a subsanar algunos errores cometidos en el pasado, cuando se decía que ciertos congresistas habían cometido delitos, y no había sido así.

Al amparo de esta actitud, creo que el Congreso está respondiendo ante hechos y estamos actuando como corresponde. Por eso somos la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.

Además, no es tan sencillo estar en esta situación, pero como miembros de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales vemos el comportamiento de los congresistas cuando llega una denuncia, una acusación.

Entonces, quiero dejar constancia de esta reserva, a la que tuve derecho de hacer en la Subcomisión, y así me la permitieron, en esta parte de la comisión de delitos, supuestamente.

Finalmente, sale el informe que permitió la votación del informe general manteniendo la reserva.

Algunos dijeron que yo me había abstenido; no, porque la reserva es cuando uno tiene una duda frente a un tema en concreto, y entonces uno tiene que actuar así. No porque sea un tema político y porque los medios de comunicación nos están mirando hay que votar para que después no nos juzguen.

No, hay que especificar bien las cosas. No es que con esto nos ganamos el cielo o el infierno, sino que creo que hay que poner los puntos sobre las íes ahí donde se deben poner.

Lo que yo quería hacer es dejar constancia en la Comisión Permanente acerca de esta supuesta comisión de delito, y que lo demás no entre a evaluar ni a mencionar en las demás supuestas comisiones de delitos hecha por la congresista suspendida.

Gracias, señor Presidente.

18 El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Si ningún otro congresista desea hacer uso de la palabra, se dará el punto por debatido.

Finalmente, tiene la palabra el congresista Víctor Mayorga Miranda, presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.

El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Solamente para hacer una última aclaración en cuanto a la reserva que la congresista Moyano efectuó en la Subcomisión.

Acá tenemos a la mano otro de los libros que nos sirvió para el informe final. Es el de Fidel Rojas Vargas, Delitos contra la Administración Pública. ¿Qué es lo que dice?

Dice: “El nombramiento oficial es un acto de trascendencia jurídica, por el cual se designa legalmente a una persona para un cargo público."

Ese es el concepto de nombramiento. Entonces, si nosotros designamos, estamos haciendo el nombramiento. Por eso también tenemos las facultades para poder despedir y rescindir en cualquier momento al trabajador. Pero, como dijo la congresista Moyano, este es un tema para que lo defina el Poder Judicial.

Con esta aclaración, igualmente, yo pido que se sirva someter a votación, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Tiene la palabra, congresista Martha Moyano.

La señora MOYANO DELGADO (GPF).— Una pregunta, señor Presidente.

Como decía, mi voto en esa parte estaba en reserva por la duda planteada. Sin embargo, se conoce que el personal nombrado tiene ciertos derechos laborales; por ejemplo, el de trabajar ocho horas; si trabaja más de ocho horas, recibe por horas extras, etcétera.

Si eso es así, como dice el congresista Mayorga o el libro que acaba de leer sobre nombramiento legal para cargo público, ¿el personal de confianza que tiene cada congresista tiene que trabajar ocho horas, tiene que marcar tarjeta, se le está pagando horas extras, estamos cometiendo una vulneración de sus derechos?

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Para concluir, tiene la palabra el congresista Víctor Mayorga.

El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Por ese lado no es nada conveniente, porque —como sabe cualesquiera de los distinguidos señores abogados que están acá— el personal de confianza es aquel que participa de la labor de dirección, el que puede ejercer la representación de un —no digamos de un congresista— empleador.

Ese personal de confianza no está sujeto a horario, bajo ninguna circunstancia, y nuestro personal de confianza es exactamente igual que el personal de dirección, que son dos conceptos distintos.

19 En cambio, el personal de dirección es el que participa de los secretos industriales que pueden existir en una empresa.

Nada más.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Habiendo concluido el debate, pasamos a la votación, que se hará a mano alzada.

Los señores congresistas que estén a favor se servirán expresarlo levantando el brazo. Los que estén en contra, de la misma manera. Los que se abstengan, igualmente.

—Efectuada la votación, se aprueba, por 15 votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención, el informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales sobre la Denuncia Constitucional N.° 52.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Ha sido aprobado.

La congresista Martha Moyano ha planteado su voto con reserva, al igual que la congresista .

Se va a dar lectura al artículo 89.° inciso g).

Señor Relator.

El RELATOR da lectura:

"Reglamento del Congreso de la República

Procedimiento de acusación constitucional

Artículo 89.°.— [...] g) Si el informe que propone la acusación es aprobado, la Comisión Permanente nombra una Subcomisión Acusadora integrada por uno o más miembros de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, propuesto por su Presidente al momento de presentar el informe final, a efecto de que sustente el informe y formule acusación en su nombre ante el Pleno del Congreso.

[...]."

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— En aplicación del inciso g) del artículo 89.° del Reglamento del Congreso, se va a consultar la propuesta del señor Presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales para designar a los siguientes señores congresistas como integrantes de la subcomisión acusadora encargada de sustentar el informe final aprobado y de formular acusación constitucional ante el Pleno del Congreso.

Tiene la palabra el congresista Víctor Mayorga.

20 El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Señor Presidente: Yo voy a permitirme proponer los nombres de dos congresistas por su condición de abogados. El congresista Carrasco Távara y el congresista . Esta sería la propuesta que yo formulo.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Han sido propuestos los señores congresistas Carrasco Távara y Cayo Galindo.

Está ausente, congresista Víctor Mayorga.

El señor MAYORGA MIRANDA (NUPP).— Entonces, como no está presente el congresista Cayo Galindo, propondría al congresista García Belaúnde.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Pero el congresista García Belaúnde no acepta.

Hay la propuesta inicial de que presida el congresista Carrasco Távara y que el congresista Cayo Galindo, que es miembro de esta Comisión Permanente, integre la subcomisión. Si no hubiera una propuesta en contrario, votaríamos.

La propuesta del Presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales es que el señor Carrasco Távara la presida y que el señor Cayo Galindo sea miembro de esta subcomisión acusadora.

Al voto.

Los señores congresistas que estén a favor se servirán expresarlo levantando el brazo. Los que estén en contra, de la misma manera. Los que se abstengan, igualmente.

—Efectuada la votación, se aprueba, por 15 votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención, la propuesta del Presidente de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, respecto de la designación de los miembros de la Subcomisión encargada de formular la correspondiente acusación constitucional ante el Pleno del Congreso de la República.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Ha sido aprobada por unanimidad.

El texto de las conclusiones del informe es el siguiente:

“X.- Resultado de la investigación

Del resultado de la investigación se han determinado indicios razonables de lo siguiente:

1. Que la Congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez designó a doña Jacqueline Mary Simón Vicente como Asesora 2 Nivel SP6 de su despacho congresal, sin que esta reuniera los requisitos exigidos para el desempeño de dicho cargo.

2. Que doña Jacqueline Mary Simón Vicente se desempeñaba como Trabajadora del

21 Hogar al servicio de la Congresista denunciada; que estudiaba para Técnico en Farmacia en horario incompatible con el establecido para desempeñar su labor en el Congreso de la República.

Asimismo, no tramitó su Fotocheck ni gestionó su correo electrónico.

3. Que se acredita que doña Jacqueline Mary Simón Vicente no ejerció el cargo de Asesora 2 Nivel SP6, sin embargo la Congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez afirma lo contrario.

4. Que la Congresista denunciada permitió que el Congreso de la República abonara a doña Jacqueline Mary Simón Vicente las remuneraciones correspondientes a los meses de Enero a Abril del año 2007, sin que esta prestara los servicios para los que fue designada.

5. Que existen indicios razonables que vinculan a la Congresista Elsa Victoria Canchaya Sánchez con la comisión de los delitos de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, contra el patrimonio en la modalidad de estafa y contra la fe pública en la modalidad de falsedad genérica, ilícitos previstos y sancionados en los artículos 381.°, 196.° y 438.°, respectivamente, del Código Penal.

XI.- Conclusión

Acusar constitucionalmente a la señora Elsa Victoria Canchaya Sánchez, Congresista de la República, a quien le corresponde la prerrogativa del antejuicio constitucional, por existir indicios razonables de la comisión de los delitos de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, delito contra el patrimonio en la modalidad de estafa y delito contra la fe pública en la modalidad de falsedad genérica, ilícitos previstos y sancionados en los artículos 381.°, 196.° y 438.°, respectivamente, del Código Penal.

Por tanto:

Remitir a la Comisión Permanente el informe Final de esta Subcomisión sobre la Denuncia Constitucional N.° 52, para que proceda de conformidad con lo establecido en el literal d.6 del artículo 89.° del Reglamento del Congreso de la República.

Lima, 28 de mayo de 2007.”

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Se va a consultar la dispensa de la aprobación del acta para tramitar lo aprobado en la presente sesión.

Los señores congresistas que estén a favor se servirán expresarlo levantando el brazo. Los que estén en contra, de la misma manera. Los que se abstengan, igualmente.

—Efectuada, se acuerda tramitar el asunto tratado sin esperar la aprobación del acta.

El señor PRESIDENTE (José Alejandro Vega Antonio).— Ha sido acordada la dispensa.

Muchas gracias.

22 Se levanta la sesión.

—A las 16 horas y 21 minutos, se levanta la sesión.

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