ß7 2 . S 2 A 1020005990

sí-

W-

- I .a Escritores Po'.osm PROSA.

COLECCION DE 40 COMPOSICIONES DE DISTINTOS AUTORES REUNIDA Y PUBLICADA POR

A. H. GONZALEZ.

SAN LUIS POTOSI.

IX!I'KHNTA XIODEltSA HE 1 EKNAN1M) II. (¡ONXA1.EZ US Culi«'de Guerrero Nfiin. 1». IQOÓ. :SCRITORES POTOSINOS -Vìa PROSÄ Escogida, Moral y Recreativa • ú ATOS RECOGIDOS, COLECCIONADOS Y PUBLICADOS

+ - t-

A. B. GONZALEZ. Y

San Luis Potosí.

IMPRENTA POPULAR. CALLE DEL ROSARIO NUMERO n. / j 1905.

mm AëOiI'f íDiitBJÍJ ' àh5 ¿i!ti!tí ofc K9aoÍ3i¿oqtuo:» à üi>»;iU!#éi» «•r. «'1 Idoülí monos 9Íd*í«ií}&ó^í;?ii9? sui toa JtíifW) sii'ty;>i DOS PALABRAS* ÍHÍOO Klid iv.i!.iiott|idoo «vaoi1 oh ÍWiú iOim- ij Óll-üi 1«Í5 • S&HK temías^. 1«

eco,- ai-j su : y ìqcì?,/oioo3Joì5 -•òaieoos« ¿o •• a da de la serie de Poesía, que muse sus aiti«,^ pihuas, iuriuidad de perso as elo"iaA>auligamiento. lo que por otra paite lame©MÍÍÍifi«8t='«lf

SSl para este pequeño trabajo denomma- ,1o POESIA, primera série de "Escntoies Poto- fflSá mdá ^sSisi^^ justos elogios .que merece, el ¡Jf.fán «fflfefgfe«j í'iitores Hfle apaieean en la fíe l la bueuavol tintad de los qué existe» .y fil Wxm recuerdo ^mhvm?^**. »^ES (le esta viifc.s* reaniman las tuecas del io'Ij ! eodeíiqo ,?oT;¡üq ¡Y eS'tà profecía puede éurhplirse dioy mejor térnanos que de antemano. tiene ya absorta que en lo's-'tiempos! de Teecst}ipoca?: 00 ;, ; la opinión pública., miran con positiva inferen- ' í rr'j o.íKooloa <• olíori no na obBtiaoqab ,obfiíi cia" los hechos',pequeños que. no tienen una 1 da- ción inmediata c,o.n esos sucesos y esas abones aunque,en tales lachos, se, ha Ten violadas jdas Iffiss leves déla .moral y.de.la justicia. I n. Pr^a d¿ un enemigo,extranjero cuya osadía amenaza 7 8 1 la independencia; ¿que caso Lacen los ciudadanos r.",: " T , 8030UJ11901 7 89ÍUñdjIt¥t91 del juez que vende sus fallos, del empleado.que y u v o^obin v -13« safj ,9idmoíl ls àupioTj fom roba la hacienda, del ladrón que hurta al veci- k;g aid •?. éHkboIoo 7 filijnsm a! lavali oiarop 4 no. del calavera que seduce á una nina, y nas- py Q tuni:¡ oza svtte aop ab y i »stímtíí el 9 b 9b •-*•<••• f>üeo oír vjfid oviv I9 .,-jp s9S9ioia ¿99001 -13—

i Epitafios ! Ningunos ambiciono para mi tumba, porque no quiero que las burlas de esta vida me acompañen hasta en mi última morada. Los epitafios que ambiciono son una lágrima y un suspiro que la amistad derrame sobre mis restos, que el amor exhale al recordar mi exis- tencia. ¡Cuánto ambiciono para mi sepulcro esos sollozos que esa infeliz muger del pueblo lanza aquí, sin testigos, ante ese montecillo de tierra! ¿A quien llora tan acerbamente! '-Hijo mío, mi chiquito, dice, por que te fuiste?" ¿Porqué me dejaste sola?" La desconsolada muger no puede hablar, porque el dolor anuda su garganta; en su rebozo enjuga sus lágrimas y deja ver en su rostro un amor entristecido. ¿Y qué vale una En un cementerio. loza de marmol en comparación de las lágrimas de una madre? La triste muger abandonando el cementerio, donde duerme para siempre el hijo de sus en- ¿Por qué mi corazón late pW^-X ^ tn- trañas. Yo me quedo solo, contemplando io que teza se ha retratado en mi semblante. ,Ah_ es la vida, lo que son las riquezas y la belleza, Aquí es la mansión de la muerte, el -lugar «ie los el amor y la ciencia, cuando, una vez cortado el hilo de nuestra existencia, nuestro cuerpo viene á ser enterrado. Leía yo el epitafio puesto sobre el sepulcro de una joven de diezciocho años: se decía que era bella como el iris y pura como la azucena. ¿Que sentía esta jóven al abandonar la vida? ¿La tum- Sveú &e el surco de tierra que ba se le presentaba corno una mansión horroro- la inhumación de un infeliz, cuando más, una sa? ¿La eternidad abría sus puertas de bronce y «ano cSLsa coloca una presentaba una mansión ele felicidad? ¿Suzurra- la lí pida dorada que cubre la gaveta se gravan ban aún en los oídos de esa moribunda los can- retumbautes y mentirosos epitaflos .Que sarcas tos de amor que en un tiempo la dirigieron sus mol ¿Porqué el hombre, ese ser vanidoso y df. , adoradores? ¡Quien sabe ! quiere llevar la mentira y colocarla sobre el bor de la tumba? ¿Y de que sirve ese insulto esa mueca groTzca que el vivo hace á un cadáver? Me dirijí al osario y allí encontré los restos de tres generaciones revueltos, acinado. Edades, sexos, condiciones, virtudes, vicios todo estaba ahí mezclado. Los huesos del asesino reposaban, tal vez, al lado de los de su víctima, y los del seductor se tocaban con los de la incauta joven. ¡"Oh sociedad! exclamé, así eres tú, confusa amalgama, en tu seno abrigas todo ¿quien pue- de tacharte de exclusivista"? "Aqui. añadí,,tal DISCURSO pronunciado por el C. Lic. vez dentro diez años estarán, mis huesos confun- Fortunato Nava en la festividad cívica didos, interpolados con los que ahora miro, has- de la noche del 15 de Septiembre de ta que las influencias atmosféricas y el tiempo, los conviertan en polvo., el cual se llevará el 1869, en el Teatro Alarcón. viento quien sabe á donde •' Abstraido en estas ideas, no había advertido que el sol no brillaba ya sobre el horizonte. El A mi tfmy apreciable contem- ruido que hizo la llave en la cerradura me sacó poráneo de Colegio, al ilustre C. de mi meditación y vi que el sepulturero había Vicente Ri va Palacio, en testimo- depositado en el suelo su pala y su azada á fin nio dé respeto 4 su talento, á su instrucción y á su mérito literario de cerrar la puerta del cementerio. Dijrií mi dedico la siguiente oración coa- adiós á los muertos, prometiéndoles venir den- memorativa.

tro de poco tiempo, á acompañarlos en su sue- FORTUNATO NAVA. ño eterno.

Matehuala, Diciembre. 22 de 1864. CONCIUDADANOS: ¿Que significa esta augusta reunión de mexi- canos, ligados por el grato vínculo de la frater- nidadf ¿Que digna ofrenda habéis venido á depo- sitar en vuestra cordial asociación ante este ve- nerable monumento patriótico? ¿Que númen mis- terioso santifica el delicioso esplendor dé esta NOTA.—Apuntes íntimos del Sr. Lic. Francisco MaciaS Valadea facilitados por su familia 4 instancias del Editor. fiesta familiar- ¡ San Luis, ciudad encantadora perfumado canastillo de jazmines y rosas, nido de amores donde al tierno arrullo de la queja de ¡Mexicanos! ¿Que regocijo es este cuya vivida sus palomas, bajo el cielo purísimo de su san • luz se refleja en vuestras serenas frentes? ¿Será tuario derrama la poesía del sentimiento en los acaso, que se opera en este momento supremo indefinibles goces que se desbordan del corazón: la renovación de aquellas suntuosas festividades San Luis, la beldad predilecta de la patria, ves- conque la antigüedad, pretendió enaltecer el pa- tida de gala como la virgen que jura sus votos al ganismo? Es que en la indecible exaltación de pie de los altares, aparece radiante de júbilo, nuestra alegría, celebramos álguna epopeya gran- trémula de de ventura, profundamente conmo- diosa de nuestra vida social. Es amigos míos que vida de placer, palpitante de emociones infini- sentimos sobre nosotros mismos la influencia so- tas. El bronce sagrado pregona en las alturas berana del genio de la patria; de ese génio que las contentas emanaciones del espíritu; el ronco en el sepulcro mudo y silencioso de nuestros pa- estallido del cañón llena el espacio con la ma- dres, suspende hoy su dolor y sus lágrimas, para gestad de su sonoro imperio; las bandas milita- tomar asiento en nuestra fiesta de hermanos; de res dan al viento el concierto de sus festivas ese génio, deidad espiritual del cielo, que en el dianas: un pueblo entero arrebatado de entu campo de nuestras campaPas fraticidas, sobre siosmo, ébrio de satisfacción, precedido de ale- los despojos de la guerra, se ha presentado me- gres músicas y antorchas deslumbradoras, reco- lancólico y enternecido á contemplar nuestra rre las calles públicas elevando en sus cánticos desventura al ra\o amigo v apacible de la luna; el hossana al Dios de las naciones, evocando la de ese génio que sonríe en nuestras espansiones gloriosa memoria y lós manes queridos de sus familiares; que cubre de flores lós placenteros héroes, y endulzando las horas infantiles de sus lazos de la. amistad; que se refleja en la ardien- hijos; los ástros brilladores de esta noche me- te mirada del amante; que alegra nuestras lla- morable, este bellísimo conjunto de magas y nuras y nuestras montañas, y que circundado vestales que guardan el sacro fuego en el tem- hoy de una aureola gloriosa, da regocijo al cora- plo del alma, ataviadas con los seductores en- zón, inspiiaciones á nuestra alma, movimiento cantos de la gracia y la hermosura, inundan con y vida á nuestra sociedad. los fulgores de sus limpias pupilas este recinto popular, y dan vigor á la débil expresión de mi Es amigos míos, que brota en nuestza memo- pensamiento; y hasta parece que personificán- ria el hermoso recuerdo de aquella hora feliz en dose, que reanimándose la naturaleza virgen y que se inició nuestra redención política; es que risueña de nuestro pais, despierta contenta en celebramos el glorioso aniversario de nuestra su lecho de flores, para venir graciosa y fsonSfr^ proclamación nacional, del principio soberano á tomar un justo participio en esta solemnidad. de nuestro ser, del renacimiento, del bautismo sacramental de México: bajo el amparo de una voluntad inflexible p omnipotente, ¡ el patriotis- una gran familia en las tostadas arenas del E- mo! y la consagración primordial, magestuosa y pipto, ¡Trastraba las pesadas cadenas de la es- santa de la justicia popular, ¡la independencia! clavitud; pero en sus lastimeros gemidos y en Cada pueblo de la tieua, bajo la dulcísima sus amargas lágrimas no se evaporaba-el gran- impresión de sus recuerdos, queridos lleno de ve- dioso pensamiento de su rendencion, ni en su neración y de respeto, se acerca de tiempo en cruel infortunio desmayaba un instante el por- tiempo alrededor deleitar de la patria, á perpe- tentoso espíritu que la animaba; que á ella le tuar la tradición sagrada de sus glorias; las pro- estaba reservado lo más importante en el mun- testas vivas de sus virtudes, los verídicos testi- do, la sublime misión de conservar lo pasado, monios de su civismo, y á ofre-er en holocausto, dominar el presente, y asegurar al género huma» á la madre común, su amor, á sus antepasados no su porvenir. su gratitud y reconocimiento, y á Dios los since- Esa »ran familia israelita, víctima de una ros votos de corazones fieles y patriotas. opresión incalificable, santificaba su dolor con NosoUos sin sustraernos al deleite del senti- la firmeza de sus esperanzas, sus deseos con la miento mas entusiasta, hagamos la apoteosis de chira justicia de su causa, v la seguridad de la gran idea proclamada por el héroe de 1810: realizarlos con la sana conciencia de sus derechos al mérito de esa inmortal proclamación unároos V con la indestructibilidad de su unión, Confia- si del patriarca providencial de México, y exa- da así en ese espíritu divino que enciende el lu- minando si al sacrificio de nuestro benefactor minar del día y las lámparas celestiales de la corresponde la generación presente, procuremos noche, que creo la vida, el infinito espacio y que no hacer estéril la pompa de esta solemnidad, anima el universo, llegó el día solemne en que en que debemos ratificar nuestros juramentos el ángel tutelar de su inolvidable patria, no se t,or asegurar los futuros destinos de la nación. inclinaba ya sobre la cuna «le ñus hijos, para La humanidad, esa creación bendita y pnvi- apagar con las aguas de su llanto la hoguera de 'egiada en quien el soplo omnipotente de la Pro- sus penas y sin que fuesen bastantes para conte- videncia divina encendió la llama vivificadora ner aquel pueblo los príncipes de Edon, los va- é inmortal de la inteligencia, deja escritos con lientes de Moab ni los hijos belicosos de Gliaria- luminosos caracteres en ia noche de los tiempos, an; el israelita atraviesa las ondas del mar rojo, los dogmas fundamentales de sus justos dere- El desierto inmenso de Sim se extremecía ai chos. de su perfecta existencia, y de su verda- eco poderoso de su voz. No era el grito criminal dero progreso. ahogado en las devoradoras llamas de Sodoma: Allá en la era remota del oscurantismo en que no ia voz triste y angustiada, perdida entre las estaba constituida en una inmensa pa- p. sombrosas ruinas cíe Sagunto v de Numanoia, goda de confusiones é ignorancia, y las socieda- ni ¿i acento tierno y desgarrador hundido en el des en un caos de creencias y de superaciones. abismo la pavorosa noche H? M«»**; cesidad de la nación, como una'dernanda de ese Era una voz sagrada y sincera como a xoj em derecho que se vé por su claridad, de ese dere- conciencia; era una voz respetable y soben.n. w cho que se siente por su evidencia, de ese dere- voz de la justicia; e-a la emauac.on irreal be cho cuya fuerza nad-'e resiste, porque es tan in- la fé en el triple principio de. Dios, contrastable como la voluntad poderosa de los leyera la voz redentora de un pueble»' era la vo vida como gloriosa, tan difícil como humanita- tiempo, de generación en geradón, no se «le u ria, tan grande como liberal, tan política como sino un instaute en la cruenta cima del golgota, nlosor.ca, tan racional como heroica; y oara lle- • para aterrorizar á los intolerantes, á los opresor^, var.o á feliz término el gran Plidalgo sin gente á los déspotas, á los tiranos, á los deicidas,-y para sin armas, sin recursos, sin elementos organiza- venir después acompañados de bis bendiciones \ dos. solo contaba con una alma de fuego, con un de los vil timos suspiros del Salvador del munio- inmenso amor patrio, y con un valiente corazón Ese eco santo que resonó en las-fértiles playas que no media las graves dificultades con que se de la hermosa América, en lasiicas formas de. esa preparaba á luchar. poética Sirena de los mares, risueña '«spirac ón de la ventura, exaltó las virtudes c vicas de Was- Así, abrigando la fé de un apóstol, emprende bina ton; coumovió el alma vigorosa de Boliva y sigue su glorioso camino sin vacilar un instan- é inflamó el patriota concón (le Hidalgo que e te, para devolver cual otro Moisés su patria v vantó el grito salvador de México la memorable libertad á un numeroso pueblo. Abrigando Ta previsión de su profeta, sabe con evidencia que noche del 15 de Septiembre de 1810. e destello luminoso de su alma, la sublime pro. Cincuenta y nueve años ha que por la boca. ins- clamación de libertad, se realizará para Mé- pirada de ese géuio en cuya frente se reflejaba el xico, como la buena nueva con que los hombres espíritu del cielo, perdía su v gol ante la ilustra- ción del siglo diez y nueve la donaciou de Alejan inspirados por Dios saludaron la redención del dro VI á la corona de Castilla. mundo. Abrigando la convicción de un filósofo, Las rancias ideas de las viejas generaciones, ce- vé Ja independencia como el medio necesario pa- dían el puesto á la filosofía moderna. ra desarraigar las preocupaciones, para ilustiar El derecho de todos clamaba contra el pretem al puebio y para impulsar á su patria por la vía dido derecho divino de un rey usurpador. del progreso y la ventura, y abrirla vastas fuen- La libre acción de las sociedades uo era ya un tes de vida, de prosperidad y de grandeza. Abri- mistirio, v la justicia de la libertad de México, apa gando la heroicidad de un guerrero, no le arre- S proclamada por el venerable cura de Dolo- draba la poderosa fuerza del coloso á quien de- res, como uua e'xigeucia del tiempo, como una ne- satiaba su genio, ni le desanimaba la falta de arre^lo en los preparativos de la guerra, supues- mos del sol reverberante de su gloria inperece- to que vencía cuantos obstáculos se oponían á dera, escribió su inmortalidad en el gran libro su alto nn, improvisando ejércitos, municiones, de los tiempos y de las generaciones. Murió: pe- recurso' de todo género, con los que algunas ro su sangre bendita era la llama que fundía las veces arrancó favores á la victoria; y la sangre cadenas de la esclavitud, y calcinaba el pesado vertida en granaditas fructifico para México, cetro de la opresión. Murió; pero el símbolo bri- como fructificó para el pueblo escogida la san • llante de la satisfacción nacional, los laures in- gre vertida en Jericó. Abrigando la grandeza de marcesibles que adornan su sepulcro, crecen in- un libertador lleva adelante su elevado pensa- clinados bajo las bendiciones de la posteridad miento contra los errores del servilismo, contra que eternamente les consagrará tiernos tributos las preocupaciones, contra las predicaciones de de admiración y de respeto. Murió; pero su me- la prensa, contra los anatemas del clero y con- moria perdurable, que es el astro mas explenden- traía implacable persecución de los inquisidores; te del cielo de la patria, alumbra nuestro cami y á todo se sobrepone, todo vence su heroísmo, no; ha sido el faro de la existencia de México; y su ilustración, su valor v su patriotismo: su pa- a su prodigiosa influencié, coronó la victoria en labra era el dardo de "Guillermo Tell lanzado la ciudad invicta el esfuerzo inspirado del inmor- contra el corazón del opresor. Abrig jndo la san- tal Zaragoza, primer estallido del anatema na- ta resignación de un mártir, no le intimida la cional con que un día habría de ser confundida en muerte, desprecia el barro delesnable de su ser, Querétaro la más inicua de las opresiones. Mu- con tal de que se salve, triunfe y íloreaca la rió; pero si su heroísmo no nos hubiera colocado gran idea de la independencia mexicana; y mo- en la ancha senda de la independencia, induda- mentos antes de perder la vida y de que fuesen blemente los pueblos del mundo no saludarían raídas sus venerab'es manos, perdona á sus ver- aun el hermosísimo iris de la nacionalidad de dugos, y queda plenamente tranquilo para con- México. sagrar sus últimos pensamientos y sus últimas Vivíamos como vasallos é Hidalgo nos hizo palabras á su querida patria. ciudadanos. Vivíamos como desgraciados colo- Hidalgo como.apóstol de la libertad, rlidalgo nos. é Hidalgo borrándonos la marca del anti- como profeta de nuestros destinos, Hidalgo co- guo régimen,nos emaucipó y nos dió un nombre mo filósofo social, como guerrero heróico, como glorioso. Vivíamos como tributarios, é Hidalgo eminente libertador y como mártir del amor pa- nos trajo los preciados encantos de los libres trio, nos ha enseñado el camino dü ser libres. v i víamos en la oscuridad, é Hidalgo nos trajo Acribillado por el plomo enemigo, el 1 ° de Ago- la luz. Vivíamos abrumados de obligaciones in- to de 1811 murió sin coronar la magnitud de debidas, é Hidalgo quitándonos tan odiosa car- su atrevida empresa; pero al morir, con los áto- ga, nos restituyó el poder de nuestra libre ac- ¡ S ilud á los héroes de la humanidad que re- chazan y vencen el poder de la arbitrariedad y cióu y (le nuestros propios ,l sembrada de abrojo? y de sufrimientos, no surja „lira que fulgurara en ella la luz punsima de U una fuente de consuelo, un génio poderoso que los salve del abatimiento, que los libre de la 1ÍbLas aguas de losma-es, las rápidas corrientes yección, que los redima dei servilismo, Mucho de los rio,, las f-escas auras de SepUemUre,llev«i. tardará para ellos esa deseada época de paz sin ban basta las mas apartadas inquietudes, de libertad sin desventuras, de sa el honroso nombre de nuestro ilustre liben.«1c, tisfaeñón sin zozobras, de felicidad sin infortu- llevaban su poderosa voz, la voz sonra y WW nios! sa de esa libertad sacrosanta á cuyo soplo <-gene Para un pueblo su libertador es el todo. To- rador se rebullen ya los mohosos « ™ do se le debe como merecido tributo á sus tras- ja Europa, se conmueve la dolorida cendentales acciones; es digno, es acreedor al pira enternecida la desventurada Irlanda, lloui U respeto, á la veneración, á la gratitud y recono- poética, la divina Italia, y canta alegre e U e los cimiento de sus conpatriotas. Por eso nosotros tormentos y la sangre prec.osa < e sush,,,o, su acariciamos con ternura en el fondo de nuestra dulce porvenir, la espléndida perla de los mates, alma, la adorable memoria de Hidalgo, á cuya la hermosa Cuba. . .nnnw„ grandeza, profundamente conmovidos, rendimos No desmayéis, job pueblos oprun.dos que pron- este merecido homenaje, esta religiosa obvación, to sonará la hora bendita de vuestra salvapójl este culto nacional. Beyes opresores del muudo, se acerca el (lia le- Mas ¿por qué. al aproximarnos sumisos á sus üz ..,,de*eo, el. bien día sa corro y venganza y viendo con f.iío des- general; vigorizada de una:sola esperanza, el por- dén. los pisoteados girones, de nuestro pendón venir rníis venturoso:- y la discordia ^^ naeionffeifija «o «sor"»•'.** -i^ í ? sus horrores; ha vertido.en nosotros da-hi^d? k amargura; ha roto impía- los dulces lazos de Tú circundaste de pompa,- m¿gestad y. des- m Stódád y nos. ha. separado á los unos de lumbrante grandaza, en. el, santuàrio del .alma,, lo" otros. Tü nos encargaste que , cultivásemos el amor de la patria; le pusiste por guardianes con cara solicitud la o iva .inapreciable Ae la de sii inviolabilidad, el valor, la dignidad,'el ho- nor, las virtudes,- para eoniirmar asi la suprema oa¿ v el torbellino de las pasiones desentrepa- • da¡Ha furiosa tempestad de los .odios y fl es- lev de la redención política del hombre por el ho m bre. Combatiste. heroicamente la, influencia v,,ueiKio de b.s armas, remarca en nosotros-los íoteós V o-eformes; caracteres-, de. .a raza de- Cam. criminal de los delincuentes, hijos de Arbges y cuando dejamos- á nuestro paso ¡raticida sobre de Guzmán, y les necios caprichos,de una; tira- nía in justificable, park elevar en ei fulgente -tro- la tierra.'una inmensa sucesión d^ulerospna : cordillera de fúnebres cipre.ses, las .cfcns^ tim>- nó de là 'fcòricórdia, hasta el diamantino cielo de hlas'dé esa pesada noche de insomnio, de honda México, la razón que oóndena los errores-, la jus- tribulación que ticia que Ios'reprime y castiga y la libertad .que ¿n lu'-'ar de esa luz pura y radiante, del cía o y nos enlaza con Su vínculo amoroso. Unjiste con auacible día- de la febeidad que -nos deseabas^ el óleo, santo de tu'san gre preciosa esta tierra Tú'nos consagraste con generosa abnegación, el sembrada de' tribülaciones- y dolores, regada de lágrimas y san ti ficad a con la espíación augusta -tal precioso legado de la. humana creatura, la p.ueblos que majestuosamente se encaminan á su predestinación, levantaste la espada victo- riosa de la reforma y en duelo á muerte contra el retroceso atacaste de frente las preocupacio- nes y los inveterados vicios que se oponían á nuestra marcha, hoy lamentas con profundo déspota de las Tullerias. ^o nuestros mengua de de unes- dolor, que esterelizadas en gran parte las in- 1 calculables consecuencias de ese ¿runde, de ese intereses uac.ouales v de ase , lism6q?e tro bienestar, bemosprep.u ulo e. pación benéfico principio, no hayan florecido, no ha- solo el valor mexicano conjui* ' yan fructificado, no te hayan hecho prosperar %rÍ>U del Cerro ele »g^^poés de como debieran. Mas después de ^»«J |a dicha de Relajándose los vínculos sociales, extravián- tanta desveutura, iestá asegurau* j dose la augusta y soberana misión de la ley, nuestro porvenir! mnrtal parasismo, en haciéndose ilusorios los saludables efectos de la Hundida la nación en un mona. 1 justicia, los derechos y las garantías del hom- un inmenso dédalo fJ^ff^f^A al- bre, la muerte le sorprenderá en la risueña pri- rabie conjunto de adversida^«, i ^ mavera de la vida. ¡ Méjico, no duermas ya que gunalu.de bsouger^espe.anz q tan el eco vigoroso de una voz santa te despierta ! zoute nebuloso? iNo• btgra géuioque nos Tu eres ó Méjico la madre tierna y amorosa profundo couflicto^^oex^n» S peligroso de tus hijos, l» que perdonarías compasiva sus salve de ese insondable «ibismo-> e errores, para que volvieran á tu seno a gloriar- b0rde f'^gSS, continuamos se en tus inefables caricias; pero lós que debie- dictas de una fatalidad íuw nue desgracia- ran ser el eco fiel de tu sentida voz, desarro- avanzando por llan en su punible intolerancia la conservación «lamente nos coudujo á la^omwac^ y fomento de los ódios, la diversidad de opinio- por ese sombrío camino le 4E„ nes y de los intereses sociales, y alejan la con- por el tortuoso camino ^ ^ ¡os picaños, fianza pública v la deseada paz de ios pue- q„é sueño criminal (,e que es- blos. tuo disiparemos sombra venera- tamos poseídos? termas ya, que el Los fabulosos torrentes de oro y plata que da de Hidalgo- .México, Injerta! salen por nuestros puertos, la falta de esa san- gre que circula por nuestro cuerpo social, te eco vigoroso de uua voz s»nt:a te c de está debilitando. Si uu día coumovKÍa bap las i irresísti- la civilización, si s, entusias. | El espíjitu de empresa decae. We eBtíi^^^^^Sncleito de los Los giros.se paralizan. uiada por esc armouioso y que ia autoridad será respetada y obedecida al • la actividad, ¡as señales de cenAasfuen.es de reprimir toda clase de abusos. Así cobrará vigor y se engrandecerá la nación. Así los hom- la riqueza pública se agota^ nuestras bres, las empresas y los capitales afluirán á 1 nuestro amortiguado país, y jamás el poder ex- De ! fondo de nuestros f^^^ del poblaciones se levanta u gnt tranjero vendrá á imponer su pesado yugo, á los qne aman, desean y sueñan una positiva v hambre y la miseria convulsivos sínto- La sociedad prese ta los co que deliciosa libertad. mas de la agonía, iMéppq, » despierta! Mas ¿para qué tocar en estos momentos so- el eco vigoroso de una voz santaener lemnes los males que consumen ia vida popu- Tú no puedes por añora estaMece la lar, el espíritu público, las instituciones y la

extrangero esa ^npet^neia W nG ha sona- existencia nacional? ¿Para qué interrumpir con reciprocid 'd del comem g 'Mercantil, lastimeros gemidos los ardientes himnos de gra- do aún la hora en que ^ "Í^JuSda como titud que se levantan de nuestros conmovidos sea la columna principal d^u ex^ ^ pechos? No manchemos con lágrimas el hermo- lo es de la mayor parte de las tgí ión so cuadro que se presenta, hoy á nuestra ima- ginación, ni ofusquemos con las densas nubes del dolor el brillo, del recuerdo venturoso que noí anima y regocija. El hermoso lazo de la reconcilición nos ligue en este caro instante de nuestra vida, en que debemos deponer nuestros odios y nuestros Lo que quiere el ciuiaua derechos: la rencores. Que en la efusión sublime del senti- miento patrio, no debemos ver en nosotros mis- que .1 gobierno ™ % ÚMÍ0 á la mos, mas que hermanos, que dignos miembros confianza en que el mag^traao sa,,rado custodia de las ^^f ^fianza en que de la gran familia mejicana, nacidos de una depósito Para c.pr mir e^ ia án: que madre amabie. E impulsados por unos mismos los demás ciudadanos no^lo q ser turba- intereses, movidos por el solo deseo de nuestra esté seguro de por las leyes no pue- ventura, renovemos nuestros juramentos por asegurar los futuros destinos de Méjico inde- da: que su v'-da P otegida por y nttg ^ pendiente. ante el venerable altar de la patria, deserU atrancada- que ios la 0. bajo el solio esplendente de nuestra querida li- bertad. ¡ México! dulcísimo nombre déla patria mía I liSHtña expresión «le la natural» z n«tur»l«z

Todos los cielos, ¿qué comparaciones. Qué imágenes podrá hallar tan dignas, Y tan nobles, que de él no desdijeran' Cuando, á. este .fin los hombres consideran Del orpe la belleza y opulencia. No ven más.que tin^ag fUndige/j«^./ oiul [a,is iítbiib uümoI 9?Dm| 19 «o ttnp ol ;ov llena de espante 1 , No es ei ef?racia se ha —36— tad'o" filosofismo^" *** el 3CtUa' De aqoí es que, ^ detenernos más en un cuadro tan fvidies es uua cobardía,, uu bajeza, horrendo, en que se pinta el vicio, la incerti- r y dumbre en el alma y la hie! en el corazón del hombre que en nada cree, vuelve el joven sus S: Padre qUP e" nada congela; ve Pedidos sus mtereses. mancillado su honor v extinguida su esperanza: recurre á sus hbros

ducfa" deS tnl * ^ enseñé dudar de todo, y no encuentra la calma que tnd C barde ,0Crédul sÍeírlv atrevee á4 °arrojarsr °e e°n brazos de de° su Dios ás'ü loen ;ldíCU]° refUg¡° ^ término í^rtlrT P°rqUe n° tiene ^ valor para so- portar desgracia tanta. Escuchemos el monólogo á que se entrega momentos antes de consular su^nsorio S' to Si hubiera infierno y en él un demonio tsMí ffssrwaíssai tM ei dL™.r 1 ° fanatl*®°> fuera capaz de ZTnZL r0Sa5r T2 dañ0 co" ta» ingenio- KaSágrfSSg» desventura ^ "Este pensamiento que me abraza la mente

al vigor de mis r ¡as cuando begó la hora de dejar ^ ina LTes^T** p °p ¿que es sino una evitación nerviosa, una secre- ión de mi cerebro? ¡El Espíritu! fantasma de bertad ^Tetlda al *®raa' V de !a » Í u COr,C,ienCia ¡y la Virtud V el vicio e! bien y el mal, cosas convencionales ie: uada podía üiou i dudas. «»» J ¡ c ^tempeiame^pe tn- loqueen el padre tuero ¿gte á bei ••Solo hay un» cosa que no tiene fin eterna estriba toda, en nuestra adorable Religión que en el hogar, en la escuela, en la Universidad, é JffiablI: «1 dolor, S en todas partes, eraba profundamente sus sa- ludables máximas; poco brillo trae y ninguno f a C 0 n nte V T '^ o d :r :¿ro °e Mudaíle V* medro en los tiempos que corren; pero ahora reposo está^ ^n la muerte, en ,a anrqur.a- y siempre da la verdadera felicidad, una paz inalterable aun en medio de los mayores in- ción , la madre natura- fortunios, una muerte tranquila aunque sea violenta, una tumba gloriosa, aunque ignorada de los hombres carga qué'me agobia, y descansemos de una He aquí por qué los Seminarios plantados se despedía de^ aquel su^ ma- bajo la vigilancia inmediata de la Iglesia, son una necesidad en nuestros tiempos, bajo el as- terialistas,n £é n, esperan» ¿.. P ]a. pecto social y religioso; pues en ellos la cien- des S mentos P^ .fQ^da su cuerpo hecho pe- cia y su autor científicamente se enlazan y ar- menta y consulta quedas mQnta^ mónicamente se relacionan con el «ran todo daZ positivo é interminable; LA ETERNIDAD °^ ".anLrer al u^ mo tiempo que su ca- ñas de Santander, ai - , regadíl tín las beza era despedazada, dqando ^ T. J/. Carranco. P--S sustancia pensadora mi Sr^oda? del iluso y los disolventes principé

d^ods!ediceun ilustrado ^f^^ m0S por alto la desespen.ción y acnlego^ ^ mentos del que engendró para e ^ héroe, por desgracia "add«¿ de ^ noble manee; pero antes de apartar fami- cuadro que os he P^ ^ fque ahora se lia, escojed 1 Dos son « camira q ^ abren para vuestros hijos. La pri v en la escuela sin Dios, ^ impregnadas ^materjali^o,^^

6 conduce á°un^ SS^trada. La segunda plantarse vestida de nue.vo de piés á cabeza el •'iieves Santo, el de Corpus y el día de Todos- Sanios. Solo los pobres de 'solemnidad se veían privados de placer tan grande cuanto inocente aunque no económico, sebre tndq. para los je- ENTONCES V HOY. tes de familias numerosas. Observábase tam- bién, en la última semana de Octubre grande anuencia de forasteros, habitantes de 'las po- blaciones todas del Estado, principalmente 'S lancberos, que bajaban, era la palabra con ;p0R OTRO ESTILÓ) A José F. Casarín. objeto de divertirse durante unos cuantos días. Jil ultimo de dicho mes, la animación era in- lo, 4 dio? V ocbo años, y parece que describible: los oficiales de las sastrerías se cru- Apenas hará * LJk'mWado nuestras eos. zaban en lodas direcciones, llevando trajes hace cuarenta: guio jW ^ lriste compuestos generalmente de levita negra, cha- tambres. La pla»a de »tlMel| aUa c,> leco de terciopelo y pantalón claro, grandes de o,diñar,o, ^fffgp^ffi £ la libertad; con medianos y chicos; lo? zapateros conducían ca- lumua coronada con gol vtóta por un si arrastrando, enormes racimos de botines, de enormes asientos de pieur , ÍUS e otro charo para los caballeros y niños, v de raso lado hacia el empernado • o i|¿s.' c0n su hilera para las señoras; las criadas de casi* todas las hacia el empedrado de las c ^^^ ^ g casas, iban á los cajones de ropa por flores, pa- de álamos enmedio del emoaia ^ ^^ tro. qne servíapara el Pase» >a p ñuelos, corbatas, listones, etc.; les rancheros dtíl de invadían completamente la calle que va de la decimos, se gomaba, poc<>s cig^ plaza de Armas á la del Mercado.se sentaban Todos-Santos, con amplios 3e. . de la en las aceras comiendo cañas, cacahuates, na- de dulces. El puestos era ocupado ranjas, etc. Los puestos de dulces permanecían • l>'aza '''^^^„ A 'VqueUo era una gran fiesta. tenazmente.cerrados, escitando la curiosidad y por los de trata. Aquelw 110,ábase desu- Con anticipación de mu oboe« y en las apetito de los niños, quienes se saboreaban de antemano pensando en las golosinas que ence- ríi¿te de to s rraban, y los cuales no dormían en toda a- sastrerías. Era que tonos , ifiugeres y quella larga noche. buena ciudad de ba . Luis, .^ Eu aque- niños, se preparabau para65ttCual ^ ,a cat Llegaba por fin el gran día. Para no dis- ,,oster.ces..empos n ngun v pe sp d traernos conduciremos al lectora la casa de una familia compuesta de mu-hos individuos pasar por6 d^mal gusto y hasta descortés, á otro de los chicos pisoteando la camisa en un de todas edades, »c^os 6StáZ haciencio numerosas escenas á que daba g de choT"'" ' P-caro mucha- cer de Todos Santos; en la vefan en las iguales ó semejantes escenas lapTÍgo6 ^^ 6nSUCÍÓ 13 CamÍSa y ya no me demás casas de la cmdacL mat¡nal qUé tC ones or Apenas ^X^^Je la ventana, los cami^uívr P ' P que esa es la penetraban por las «na j ^^ em. —Pues yo no me la pongo, no saldré. muchachos, tres hombrecitos y dg -Alíate las hallas, A ver. préstala Mira pezaban á levantarse á granpm^ como la pusiste, muchacho soberbio. Toma Y disfrutar cuanto antes f^^^a tambien para el chico recibía un buen manazo y se iba gri- del día. La mamá e eva ^ tando a nacer compañía al que, con chaleco v a a y lavar, peinar y vestir á ^ rtirse que en- sin pantalón se revolcaba en el suelo. y descontentadla. Es de aov sucios -Mamá, irritaba llorando la niña menor, mi- --•St^l los trajes . ra a Rosa que se ha puesto mis botines y no 3 y mal vestidos con ios ae b v vestían me los quiere dar. paternales, y W menciona- — Estos no son tus botines. elegantemente en las grandes n -Ven acá, Rosa. Quítate esos botines: no ves que son los de Julia? darnos los diálogos animados que con tal dice JuIia' yo ya no me los pongo. Ya mñaman:ami)frPepe que se está poniendo me los hizo muy grandes. -Qu,ítate esos zapatos, Rosa! grita ya con mi camisa. . Q. , mia, vaya 1 jQué tu camisa Si es a m , J., a ama Lu sI Luis! dónde e chachochicho? Vev™n par-a acabartL e de lavar. ^as, mu" ifv^vTn aS pía lavarte esas ma- cara iwl ? ^ff"^ e" Patios menores con la cara llena de jabón, y con un sombrero Tese- nuevo, que se andaba probando. S "°ÍJiaaSmáf^ónde está mi pantalón. —No lo han traído. ,_„<> 0rnG ,,enad de abón ese brerbreroo !i Dionir>cs me ^deT pacienci° a co nÍ ustedes. .»«Ni^l't frnt0S; n.ai,tü* "'"Síeones, manazos v e zcos te matná signe lavando, peinando v vis- iiTrfv ,lll0',0r á t0fl»s chicos. El sastre 'ü da una cam.sa viej•«, porque la nueva estaba arrugada. Poco á poco V» dos se andan eclrando aga en os i ^ pellizco de la ínVinj ^ „ose les ^»^^^^' "S apneta, E< o,.o s los talones porque los za^atosge

cencía que encuentra a la mpo. . am;e Por fin ya están todos ^¿cuent o gtr en e. patio, y la Y el ^Sillit tando: ¡Papá, m, mnet o! ™ . g mlü á ca; papá saca cinco pesos del chaleco y da uno de los chicos uno con1 p] 5: ccios>y?a

eos, pero Tuei za es $ J Jnall y Luis se iglesia. Durante el oficio, i ep , ^ e, Msmm^P entretienen en tocarse e. peso que nac; aquellos una limonada, mientras hacían SlS Caber, Sín en un P°ino de .esencia. En señas Á las pollas que paseaban a'gUnade 'as innume- Nuestro* cliicos hacían, entre tanto sus com á ios nnlf q^ de día 6n día van sustituyendo oras de dulces de pasta de almendra, de muer- Y JUegan con el to^ y calaveras de azúcar, de canas clnnnio- del m.fnl n , mayor aplomo en e™orim^'r6 S ]f títeres' y pierden ó ganan: yas aguacates. zapotes. etc., etc., y era deiver, la loS S!lca de á la una de la tarde que se retiraban, los iran- en el se-^u^T dos de^ ™ ¡ g°Zar! Retirarse ántes de las ís de dulces y frutas que cada uno conducu. aos de :1a manana es CUrSÍ Llegados á la casa empezaba el ataque genera 1 mej r: ent0 á los efectos comprados. Por le- tamofnf "? ° «Ces ü bW No es- la tarde una tremenda indigestión, también ge expHcarernosP ^ K M^l # -s neraí, ponia en alarma á la familia, y en juicio Noviembre de 1881. cambiado. Yados P^ás P. Colunqa<;

sale "on las señoritas- Los chicos elegantes^ bien puestos, á la última moaa de Pans van á los oeauenos puestos del mercado, no á com La recompensa de una buena acción, orar dulces, sino á saborear un gin-cocktail y ¿ requebrar á las pollitas. Todo mocosito ma- "o, S siete aüos se consideraiia deshonrado si

comprara un dulce. A la una de! «ba^e van Era una tarde del mes de Abril Los 1 a i- fnnda -x comer y despues. con el puro en yo* del sol duminaban con su ténue iuz la ber-~ mora p]aya de, pueb]o dfi g ^ » ^ Rosa permanecían sentadas en una roca con templando el crepúsculo vespertino. Todo £ »IMS que las rodeaba convidaba á gozar. La paz ° la tranquuid!ad oon que vivían, hacían envidia^ «f iim^MMmS que no son su posición; eran pobres, pero vivían S en P "a dtc?: SP;Sndose como es de buen ton* ees; vivían lejos de la sociedad^ sus encinta ¿ niitrro lenguaje de los carreteros. Su pero en cambio la ternura maternal alimentaba

ron versación^ WS. generalmente sabré sus a- 7 la ÍnOCencia daba m o res con Fulana y con Zutana. pollitas que la otra T ^ ^ ^ Matía, arrobada en sus pensamientos dejó caer maba por el l.onzonte. Creyéndose sola, con una lágrima que presurosa enjuga ¡su peqnenita la ternura de su corazón virgen aún, eleva una bija y le dice, no,llores, madre mia ¿no eres feliz plegaria al Ser Supremo, pidiéndole la con- con mi cariño? Tu llanto me entristece; naUlCa S2V i^6 16 dluÓ 61 Pdmer beso mater- Maiia le da uu beso y se aleja un poco de ella Nadie la escucha, nadie la vé, pues el mié ni ras la niña se divierte en recoger las cou. mendigo habíase quedada alimentado™ e cbas que arrojan lasólas al bañar¡ la playa.! Al pequeño socorro de la chiquitína. Oye no muv retirarse exclama ¡Pobrecita! jorque hacerla su, lejo, el anciano una voz angelical que con an- frir desde su tierna edad! C°nSUel0'' cornPrencle que es la de Guando la u'ifiá se quedó sola, ve que se acer- resurosa ca un pobre anciano, cubierto de harapos v un nnnlr 7 7 ^^ P ha£ llegar al profundo pesar pintado en su semblante, y le corazon. No lores mas. hermosa-ñifla, tu llan- dice; bellii aiíta, dadme un pedazo de pan, tengo to quema el alma mia. experimento una emo- hambre. ' ' ción extraordinaria. Tuve una esposa-al se- Conmovida al escuchar su voz, olvida que la pararme de ella aun no daba á luz al ser de mi autora de su ser no está á su lado y le contesta; Ten conmigo, en mi casa tengo pan y te alimen- ser, a! objeto de ternura. El deber de la taré, te daré vestido pera que te abrigues. De • f ?6 Un bue" -udadio rne hí sus qjos ruedan (los lágrimas y sin te fisionar zo dejarla hace diez años y no be vuelto á ver- que se aleja de su adorada madre, áe diiije ha- hj, nadie ha podido darme razón de mi Maná cia su casa acompañada del que imploraba la ca lal vez cree que he muerto. ridad. Le interrumpe la niña y le dice: oye, buen Vuelve la madre y al no encontrar á su hija anciano, dime tu nombre; eso que me re- eu el sitio donde ta habia dejado le grita descom contado.^'6'" aig°á 10 qUe mi madre me h* solada Sosa'... ,^.Epsa ...'. porqué no me res- pondes? Los pensamientos máé tristes agitan su duímf^lir16 pUebl° P0C° tien^0 después mente, nadie responde sino el eco de.sti voz. Se que m padre tuvo que partir. Hace diez años vuélveitóBia• la casai, y la'- fatalidad ó> la fortuna que m madre no tiene otro consuelo que di- que; enlaza algunas veces lós acontecimientos, visar el ancho mar. esperar ansiosa las naves hacen que no la encuentre, pues ta niña, después que legan ¿ esta playa y preguntar á tofos de-socorrer al pobre anciano, presurosa se vuelve por su querido esposo. Es todo en vano; nadie haeta la playa á referir á su.mamá lo que acaba- na podido darnos noticia de mi padre & quien ba/^ftijMteeiUfi ísn'róísrn glmn-at si ojtfrnss na o-J3 Llega laj táfia-, la noche comenzaba á ¡cubrir pa CTuLJr!" !j°rar SÍn ¡"terrum- pa su llanto, se deja ae mí, como ves, y me eon so manto aquella fértil ribera y la luna aso deja divertida en este lugar. Ifflflllfl Mmuwmm El anciano no pudo dominar su emoción y dice ¡qué felicidad ! Dios mío! Dios mío! En es- tos momentos llega María que por segunda vez buscaba á su hija Se detiene .^..sor- prendida, la abraza, llora con ella, f\* prome te que jamás se seperará, que-«orará la inu

eflEldpobre anciano enmudeció al oir aquella voz entrecortada por el llanto. Haciendo un poderoso esfuerzo se acerca, la abraza y le di- tura, la noche del 16 de Septiembre de 1886' ce: soy Carlos, Carlos Rafael, tu esposo. Tu ausencia y los pesares han marchitado mi sem- blante, han nublado mi frente y me han pues- to en el estado en que me ves. He venido im- que°tanbbeba,r- Sefi°reS' de5ante de esotros plorando lá caridad, por conocer al ángel de C mis ensueños, por acabar mi vida con la com- porque en e ?d rf s, no fuera puxque en este día. lo mismo á los oue han lle- pañera fiel de mi existencia. Oh! esposo mío, gado á las cimas del espíritu que los que me- Carlos querido! El Dios Omnipotente ha con- drosos y desconfiados han desudado el cam - cedídome lo que ansiaba mi corazón, lo que pe- "pénas J nuJZ tUfbadf. P-su inorancia dca frecuentemente á El. Es tu padre, hija apenas, si pueden descubrir las asperezas v mía, llora en sus brazos, enjuga su danto Forman un grupo encantador, se arrodillan , bendicen á Dios por el feliz encuentro, y son IpEasfrs: dichosos desde aquel dia. San Luis Potosí, Julio 6 de 1884.

Jlntonia Hojas. »ssssssss

l^ooo^qqo gas béroes, con la sien ceñida de rosas y con so sobran aquí cuevas donde como en Asturias manto de estrellas. , fes»11?0 y °ngendre in- No lleva delante ui reyes encadenados, m mi mortales y hechos famosos. Que llegue y tale incendie y mate: la revancha vendrí Oue pa seros esclavos agobiados con el peso «le botín que tanta sangre y lágrimas cuesta ,»o! IMia, sen uro, dos ó más siglos: la revancha ven- d e$ aña como su madre latina, sabe- o-nar a bar^uo o Z:t p P ochocientos cou la espada, cou LA RAZON ESCRITA, con .' 6 ® Puede Francia esperar eso y más «i el derecho, que, «i no hace motar la verba dou^ preciso fuere, para reconquistar á Alsacia y de estampa su casco el corcel de; Ajila, ai l»u«le recobrará Lorena? ¿Pues por qué nosotros no ser, y lo será sin duda, la lúnica de Neso que, in. podríamos aguardar ochocientos años para ñamando las carnes del Hércules sajón, lo haga arrancar del pabellón americano las estrellas morir despechado, devorando, su tosca ambición aD á TeXaS Calif0rnia v su mal encubierta ignominia. Sim^S- ' y Nuevo Porque pensar qne las grandes cuestiones que La evolución histórica se cumple siempre y agitan la vida de los pueblos, pueden ser & «ri- vosotros sabéis que la evolución histórica no tos v á golpes resueltas, es ignominioso en vei- es mas que la manifestación del derecho el es- dad. Temístocles pára con una Iría observación plendor de a justicia. Colosos mayores han él brazo de Emibiades; y cuenta qne su espada caído cuando han tenido que purgar sus crí- 110 estaba en botada, ni siquiera á taggjje "J menes! .... • rir Victoriosa eia V pujante su brazo, como pu- No te detengas ¡oh Patria! Sigue; que la iabte y victoriosa han sido el brazo y la espada muerte es castigo de cobardes: los corazones de México, de México que, ^-l Españ. y onal enteros no perecen jamás, antes logran realizar Francia, en más de una ocasión ha probado que el sublime ideal déla bondad y la belleza, que, si corre á raudales la sangre de sns hijos por puesto como inmenso blasón Por epílogo de su mantener su dignidad ¿independencia, éste es historia, les gana inmarcesibles coronas con el S mejor abono que la madre Naturaleza quiere tributo de todos los siglos. para hacer brotar á la vida generaciones de hé- roes. Puede con su dinero el sajón comprar armas é improvisar ejércitos numerosísimos; pero nun- ca tendrá dinero bastante para comprar el he voíkoio ni para comprar la gloria. México tiene sangre para que de ella beba y se harte y ahogue la turba americana, la hez de las naciones, la es cofia del mundo. Si quiere hartarse, que venga: k SU erfi cié clara y cristalina 'Z f ° " P - por algunas flore«! n agUas Plumadas mente" T"„ tSÍVíS^^ ^ SU -C°" tos que me vino,,ni "S Pensa^en- ño; de nírerá oue ,- ^ndo -Y izá mi «ueflo no

con el len^uaip tffc J P"r° os lo referiré v me direfs ^ "I. 7 rUd° de so-v capaz, Era una tarde del mes de Marzo, tarde her- impresionado ó no para haberme mosísima en que la naturaleza virgen empieza á ostentar todas sus galas y primores; en que S é Ue e m se liegaba e] los campos, cubiertos de verdor, ya ofrecen a bía de n\ ° ° d'-a en que ha- esa juventud fascinadora y gozosa, las bellas -ÍnSra ideVTnfr flores 'con que el cielo los ha enriquecido; en braaún p^SS^^ m una Pala" que los pájaros, gorjeando alegres en el verde fradas Pneaí tThtl f°/mar m,s mal deci- ramaje de los árboles, entonan un himno de de noVS'' ífás baínnPOderado de mí 5a ,dea alabanza al Ser Supremo como autor oe sus criaturas. Yo paseaba por los campos á los últimos re- flejos del sol, buscando la senda mas apartada y solitaria para entregarme á las reflexiones, y recordar allí las horas de ilusión, de alegría, de placer v de tristeza, que dejan el alma su- sirtíM^faá^ mergida en un caos de confusas ideas. Como caminaba ensimismada contemplando la hermosura de aquella tarde y admirando en todo lo que me rodeaba la grandeza y bondad infinita de Dios, llegué bien pronto al lugar donde deseaba. Rendida por el cansansio, sen- téme á la orilla de un río, sobre el cual el as- láSSfStessor agobia los más preciosos afios de tu vida.f Ou! Í, le contesté, si tengo todos esos seres S ouÜn ?5UÍd3 me 'nterr°gó diciendo: — - Y sabes amados que labran la felicidad en U w«Btft»r 3ar a una composición, algo, pero que sea exclns,va oetn n, !f " * y el caiiño v re" ; ,a ers na mente propio de la persona á quien se designa. P ó qüé- dices." v no Y ¿qué bacerf ... Pensaba formular uua coiu. " 53 deS-0rifiar de la rn'ser'cordia posición pequeña, y aunque fueran mal escutas mis ideas, por ser la primera vez, dedicarlas a de mí infatigable Maestro que tanto iuterés toma dec¡r estas pa,abras cua»- éñÉñkí^ C m por instruir al sexo débil. fué eíevándoc ° ° ^naturales Ha á poco dejándome exta- Pienso mncbo, pero no encuentro como expre- siada y confundida. Quise verla de lleno - pero sarme, cómo manifestarle mi reconocimiento poiN el bien que ba hecho á mí alma - - - - - • • "o veViofo,10 Unf 1UZ tan fuerte' 'lúe me hizo Callé, y esa mujer Qjó eu mí sus lindísimos ¿líta V vaTn a f eI°: levamé de """O la oio« y uña grata sonrisa se desprendió de sus enmi-delred";1 Tí ^sombw * labios de rosa, la que fué correspondida por uua 1 de las mías. Mmlo^in^fl^ desperté: ya no estaba en el ' efreCh0 cuart0' alumbrado Esa mirada, esa sonrisa, aün las tengo presen - con a claridad de la aurora que. esnarciendn tes aún las veo. Parecieron un rayo de luz a mi 1UZ 3nUnCiaba la esníritu porque al iustante mis labios, antes tré- día ' venida del nuevo mulos para pronunciar una palabra, se sintieron con valor suficiente, si no para escribir, loque carALT t0 t0mé-Un,Jáp^ y papel Para mar- car de unaa manm ^ lara k>» conceptos nue mi pensaba, al menos para sostener el diálogo con acalorada imagina Rd habia^rS^en el aquella visión encautadora. <«)§* - - - ^ —' trisito de un sueño celestial 4 la triste idea del desengaño, emanado de la quieta mane a de prejuzgar. Toda vez que me preocupa la manifestación de ñus ideas para ^cer una re- ación correcta y acertada, me permito suplí car« os dignéis perdonar mis desaciertos Terminaré poí decir que la dus.on el pla- cer, la alegría y el encanto Xa Xu . mi alma las trasformaciones déla liada que 3 Contemplaba en mis ensueños opacaron la lu de mis oios, presentándome desde luego uoa nube rojiza, pnmorosa, que turales se elevaba de la superficie de la tierra, semejante en su esplendor á la imaginaria hgu- raDeespUoDjandfmi espíritu de sus capciosas ficciones y Heno de apacible calma me hizo

entrever el penoso tránsito de la ilusión a la a feft la c r aoL?-1„a efro ^ * realidad, ofreciéndome un porvenir de esperan- Tas risueñas mezcladas con el dolor, y asoman- doá mis Ojos una lágrima de ternura, lance un suspiro que ahogaba mi pecho, i terf ! J£

San Luis Potosí, Julio 15 de 1887. Lorenza Díaz de León. É^igpHiS

jQué sería del mágico espectáculo de la crea- <«)§* - - - ^ —' trisito de un sueño celestial 4 la triste idea del desengaño, emanado de la quieta mane a de prejuzgar. Toda vez que me preocupa la manifestación de ñus ideas para ^cer una re- ación correcta y acertada, me permito suplí car« os dignéis perdonar mis desaciertos Terminaré poí decir que la dus.on el pla- cer, la alegría y el encanto Xa Xu . mi alma las trasformaciones déla liada que 3 Contemplaba en mis ensueños opacaron la lu de mis oios, presentándome desde luego uoa nube rojiza, pnmorosa, que turales se elevaba de la superficie de la tierra, semejante en su esplendor á la imaginaria hgu- raDeespUoDjandfmi espíritu de sus capciosas ficciones y lleno de apacible calma me hizo

entrever el penoso tránsito de la ilusión a la a feft la c r aoL?-1„a efro ^ * realidad, ofreciéndome un porvenir de esperan- Tas risueñas mezcladas con el dolor, y asoman- doá mis Ojos una lágrima de ternura, lance un suspiro que ahogaba mi pecho, i terf ! J£

San Luis Potosí, Julio 15 de 1887. Lorenza Díaz de León. É^igpHiS

jQué sería del mágico espectáculo de la crea- tes las gotas de rocioso.elo- jen 81W ves; los lagos y Mor, sin ella, limpias aguas laimá^en ^ (,e moll_ 3f; onn nsjg&'i no podáanios oontemi;iU. J despi*=i|p en w!ong¿rrx «í o .oíísi; dos sespeudulosen el espacio, q levándola . .. . -. ,.. "'" oc, l'íaio:' ¿gsdqéob ,6701, nuestra meutelajdea.de lo inDuu , basta Dios. ^ „«tnrafi^ Necesita dejuz El alma, cou^o la natura e a, dusipan,U. LA VIOLETA. que la anime Esta la» nuestro co- las tinieblas de te ^¿¡»g ú,.^ IVlic-

revelara ,a «2*2 de tu

bien á que aspira nuestra alma.^ ^

Sin la té, el bastió y U dggfcAg Q&ó hl ti,, corazón: la existencia seiía tau triste íi^p^í^hrviv wp si 29 i,ll-> ,Í'; • San Luis Potosí, Julio 15 de 11387. SSSSSSsSi María Armenia. ps&tsmg ¡NwUt* L hojas S

da. en-alas de la brisa, brillares y dian^mT ^s gotas que esta coloca sobre tu^TcS una nca:e imperial diadema. al -62—

Ditne ¿por qué te ocultas cuando el sol con ^Erí^fíg-Wlnlreí, el alado men«aiem U!I que quis,eran. m ¡Qué poncZT"ioT^Z/ b J. «W«* S383SA en el Edei! V /«„-JS ,una mas bella no hay g d, perflfa, SÓI e vtv n/' ^ ^ > para oue seas lJ^JP dV un elevado tallo le diie vn ni soberana de los pensiles. No t&v&l&sssé

mecí, y no sólo te dov mucho 1 ^ ^

mis pétalos y tendió s^'vuelo eStÜ' »

del genio y la inocencia?-No te contaré mi historTa, por que nada tiene de extraordinario San Luis Potosí, Julio 15 de 1887. sSo satisfaré; tu curiosidad acerca de lo que me Carlota Fernández. ^TsSes, como yo, que es -y dulce in.

he comprendido que esta no se alcanza m con la hermosura, ni con el podeno. m con la glo- fren^'derhermb,eS uñirán la la paz y coronada ^ " i ^ reVeSt,da ^

i „«. ,-p -eh i /'i1; oí olñ» ' ¡:'. ¡siisq

Per marcada con A HicAalßo. íitud' ° ^llo' de la gra- ticI%xpSrdanderr'bÍr' 3UnqUe fuera con que ^eST ugarí ZlT^T^ ^rÍOSOS qU h y n S CU a: mas ¿á qué traer á * ° ° ° P oi~,

-ñauo»» i ._->- . 7 ,,>..; j'tii '»KT» • míidifícii mesería lo abro eia ¿M ín C,erro la hlstoria V s«5- 1 legando á n(H "f de °ro en donde * refiere era repartir e^n f "" anda^ ^ misión PaSt es ,ritual tal caTb a s ' m ° P " nueva ía- vico d? la n!f /ri° por el ministerio cí- lastimeros Z ^J^T^0 ]°S "ue5t-a Äi iE el aniversario de' ese ma con ias «h ,Ia" sus hermanos, les ani- M^srÄFj!

« escribir estas cortas lineas en honra del , Padre de la Independencia, pnesto que, mi mmmm r f^I v foseo lenguaje me hacen compren ¡fer°oue en vez de colocar «na flor de suavísimo mm^m

innumerables sin duda que á sus piés se posaran, Émmon su sangre el camino que sme debi a se- Su. corazón-gigante, educado al continuo es- ei fin pío digno de imitarse, y que. mu- r dió pectaculo del sufrimiento de los hijos de nues- riendo supo inmortalizar su nombre que será tro oprimido suelo, tuvo la energía y la fé del bendito por todas ,as generación^ c^re- héroe y su mano empuña con viril, esfuerzo la cuerdo iamás se extinguirá, mientras exista espada que nos dió nombre, que rasgo el ca- Mexicanos gratitud y patriotismo. pullo déla mariposa que debía ufana mecerse merced Vargas. ai viento dei progreso, y ostentar los colores ele sus alas bajo un cielo de libertad y de ¿ío 1887. Y murió; porque hacía ' falta ' un héroe íal : .aohoíg" 2 . > cielo: la venganza de sus enemigos tronó sobre aquella cabeza privilegiada y derramó sus ce- •v'. iwr, cuando H'dWfct la¡s mexicanas sean causa a que daba principio. verdaderamente patiiotas, México seiá el primer país del mundo, poique t-moi.CHt, ptulián decu, sol del 16 de Septiembre de 1810 hirió imitando en patriotismo á las E*p-utiinas,.ruini- con sus rayos el pendón que tremolaba en ma- do estas presentaban el escudo de! cumíale á sus nos de nuestro libertador. En él vieron nues- Cl lema: "^dependencia ó hijos "Vuelve con él ó sobre él." ' qn6 l0S, n°bleS hiJ°s de México pro- clamaron llenos de fe y entusiasmo, inflama- San Luis Potosí. Septiembre-15 de 1887. dos sus corazones de amor patrio. A" ejemplo 3 Antonia Limón. del invicto héroe de Dolores^, lanzábanse á de olvj 'Ói&ti . SSl'i UÜ ri.ól>V-:\ ".' :7 ; ' - ' ' de la tiranía, en que tanto tiempo yacía su amado suelo, hasta que, obedeciendo á un de- Ínnín^f HaJ' f® t6rmÍnÓ ,a gra«diosa obra del 2a'Hldt' del 1,UStre Patrici0- 'W in- trépido Generalísimo de América, cuyas glorias jamás pluma alguna podrá ensalzar. H UMfcalQO. de' la a r° sufriríamos aún la cadena de la esclavitud; sin tí, México no sería ahora fio,? eSVUnf naC1Ón libre' ^tá llamada á ngurarar r entre las primeras del mundo. El nombre de Hidalgo, dulce á los oídos de Recibe en este día, ,oh padre de mi Patria! todo mexicano, me recnerda la memorable noche las manifestaciones de mi eterna gratitud por del 15 de Septiembre de 1810, en que temaba el más profundo silenció, hiten umpido por un gri- el servicio de inestimable valor que hiciste á to que llenó de terror á los españoles y de plau Cambiand v si bles esperauzas á los hijos de Auáhuac. bertacL ° ,da po?¡X Aquel grito que vibró eu el espacio, escucha, ciaYv í Kífd°; mál'tir de nUestra ^dependen- S 0S CaU ,ll0S que do en los conflues de la tierra, y que hizo llorar klnl A , contribuyeron de rabia al monaica de España que. al oírle, vió re f v ?fCUC1Ón de e!,a' hasta el ilustre fuá- caer la más preciosa joya que enriqueciera su rez y te consagro mis humildes palabras en corona, fué lanzado por aquel venerable anciano testamento de respeto á tu inmortal memoré que, cual la entina que desafía al huracán, al por que nuestra México nunca sufra ser ava- .frente de una docena de serenos y de geute sin sallada, y para que marche siempre por el ca- bi- nia para halaear también su vanidad, v pocas mino de la civilización y de la prosperidad, une SUS voto, á los tuyos, la que con orgullo se ^cerrando sus 0S llama tu compatiiota. ella siguen lo? mpulsos de un buen..criterio •.:..[ nfíjt Mt *v?cfn «HiVf-í? v Idfo - IC¿. lili Nada diré á las que tienen la dicha de tener plaquines. Septiembre de 1887. una madre que vale p0r ellas y co^ sus con sejos las libre de dste defecto.7 Isí pue« me Felisa Orta. d.njo a as que tiénfea la desgracia de carear dedla, habiéndola perdido en" una edad Su|

0 0 e 0 0 una cesoricesodfva y nnoo esencialS '- PU. El aseo^, l'o exig e lcosa buena ac-a cerTatrr™ í l3S C°S3S <í-d cono- cer la virtud, pues Ja pureza del almaá sáe refle fe mis lectoras. ja en la pulcritud de la persona.T¿¿%or S contrario, hacer del deseo de agradar' í ocu pación única de la vida, dedicando aT ocador

La afectación estudiada en loa modales y Ede%S0a;atande3CUÍdánd0Se de la necesana daornos. en Vas palabras y acciones. més tlr T y de las iaenas do- eXtreffi VÍCÍ0S del líe aquí uno de 'los mavores' escoyos con ídorno ' ° ° demasiado eme se estrella al débil esquife de la mujer, y . ,.,:. . »»MltK9B9 ( iSTtígfl- fiJÍQÍlgS <»!) TifUn i tanto- más peligroso; cuanto que el deseo La que esto hace no vcumpla al etempl con o smaUs s debeque- de aladar es innato én ellá, y sr es. cierno que Para ver y ser v.sta; no cumple con sus debe- usado con moderación realza sus atractivos, re, sociales, porque tiempo le falta para com- también i oes que,; siendo inmoderado, la con- ponerse. No hay mayor deleite para el a duce a su perdición. que el murmullo que se levanta á su paso, c¿ El término medio entre el desaseo y dema- lebrando su hermosura, sin considerar que siado adorno sólo lo descubre el ojo ojercitado ese murmullo es muchas veces de "burla y de de una madre virtuosa, y el talento 7 buen P K,r inicio intuitivos de que están aac-rnadas, algp mir ado"e°s! ** « W creé sus" ¡| ñas- jóvenes; pero este último es sumamente raro, porque generalmente en la época de a Este es uno de los muchos males á que con duce este vicio, pero sería largo enumerar os Juventud, la mujer se deja lievarde la bson]a que, halagando sus oídos, se infiltra en su al- uno por uno, fatigando ia atención de mis £ toras, como sin duda lo he hecho hasta aquí á Salón , y- ahora tiene el agua hasta el cuello con mis mal enlazadas ideas. y está desesperado por salirse ¡ja ! ¡ ja| ¡ ja ; Por lo que, me limitaré á recomendar el aseo, pero evitando la presunción y la vanidad. —No seas cruel. Luis, contestó la madre se- veramente: el niño que se divierte con el tor- Refugio fflarmohjo. mento de los animales, más tarde, ve con in- 1887, diferencia y aun se complace en el sufrimiento del hombre. Vé á sacar á ese animalito v vuel- ve luego á darme la lección; supongo qué ya la saigas

¿--Sí, mamá, y te iba á pedir permiso para coger mariposas tan luego como te la diera; pues ya 'sabes que las contemplo uñ momento LAS OBRAS DE MISERICORDIA. -v las dejo en libertad; pero.,ya te enfadaste v i V ' no me consederás. —Vé á hacer lo que te mando y vuelve lue- En no cenador, formado por la senciUaJma- go, pues ya sabes que siendo dócil, obsequio dreselva y el aromático jazmín, se ha Uba nna todos tus deseos. mujer de esbelta figura y encanta.lo.a^fisouo Pocos momentos después volvió Luis segui- mía. Una elegante bata color de paja y una un do de un perro de Terranova el cual, desoués ta da terciopelo azul que ceñía su alabastrino de hacer mil fiestas á su ama v sacudir'sus cuello componían su sencillo traje y sus a, stó. hermosas lanas, fué á echarse á los piés del cratas primorosas mauos bordeaban cou suma niño que. sentado enfrénte de ésta, se preparaba destre/i nn pañuelo de finísima bat.sta, coloca- a dar su lección. do en un lindo bastidor de palo de rosa. Alegre y ruidosa carcajada hizo levan ar de la — Vamos, hijo mío, dijo la madre ¿qué tie- labor su hermosísima cabeza, y su du ce y ex. nes que decir de las Obras de Misericordia? fresiva mirada tué á encoutrarse con la de un u-eo que esta es la leccicn que tienes ahora ülñode nueve á diez años de edad que llevaba Si, mamá, por cierto que me he rompido un la mauo un pequeño libro. bien la cabeza con aquella que dice "Sufrir con _»Qué tienes! Luis, preguntó con ese acento paaenaa las flaquezas de nuestros pro irnos " especial qne sólo saben emplear las madres ana.- no mas esa ha llamado tu atención"? "u máS6Sa nú lre comprendido; qne hice caer en la trampa as demás están bastante claras. — Dímelas, pues, todas y explícame cada pues se irritan y comienzan á refutar mis ob- servaciones en tono burlesco. U "1l: primera, ¿«r de comer al hambriento, la 6SO ?ePende de la manera con que e o ma tu lo hagas: claro es que si te vales de dura- segunda, dar de beber a! seaier¡to.. - ;-J ; e má, el otro día te las enumeré todas y me zanTT68^-'11 aCi lo haces así, el ángel que^ te guia He llegado á la que no he comprendido: sonreirá de gozo al contemplar tu alma tan óu/rir con paciencia las flaquezas de nuestro bella. prójimo; /nó te parece, mamá, que esta debería —¿El ángel de mi guarda, mamá? . estar incluida en las corporales? Si; el ángel que durante tu sueno te cubre —No, porque no se trata de la flaqueza del con sus blancas alas ahuyentando asi el espm- cuerpo, sino de la flaqueza del alma; para que tu maligno que ansia poner en tu mente imá- me entiendas mejor, de la dibilidad del espíri- genes infernales: continúa, pues. tu, por la cual nos dejamos arrastrar por el -La segunda, dar buen consejo a! que lo ha tqcbelhno de las pasiones. menester, y la terrera, corregir a! que yerra: es- —No lo he comprendido bien: sírvete poner- me un ejemplo. tas me parecen muy difíciles de cumplir. —i Y por qué lo crees así? —Lo haré con gusto, pues veo que fijas tu Porque yo he querido aconsejar á mis com- atención en lo más esencial. Figúrate, un hom- pañeros de colegio cuando creo que van a co- bre que conoce perfectamente sus deberes y meter una falta, y jamás lo he conseguido; sabe que tanto la mentira como la murmura- ción son degradantes; pero que, á pesar de eso, Ojos se leía no sé qué misterios del alma- tal á cada paso mancha sus labios con la primera ameñ%TheianCOl,fa' tal VGZ el desencanS y. v se pone al nivel del vulgo, ocupándose de la quien sabe s, alguna pena infinita, pero velada segunda; este hombre puede tener nn cuerpo iov por uña dulce resignación. El pordiosero al busto y tuerte, pero su espíntn es m.yd ÍVroyÓ í SUS Piés y 16 abrazó ~fisaI débil, pues que no puede resistir los ataques de dos vicios muy fáciles de combatrj^este hom^ es b que ^SgP« * ,Qué se mofará de nuestras acciones más senci as MVnSefCOTdÍ*] •• ¡Perdón! aclamó el in- criticará nuestros trajeé feliz mendigo; tú no me conoces, Luis: yo fui sus conversaciones, mezcladas siempie deja se el asesino de tu padre: yo incendié h, Je* dades; nos serán molestas y enojosas; en u'.a a- cuando apenas contabas tFdocTaños v ano labra ese hombre no iusphrari m«8 que deapij- derándome de toda tu fortuna ? pero 'tJ va^o ció; pero nosotros, sabes todo; evítame la pena de ^eTatar m s misericordia, cendremos que snfrule co. pa . en crímenes; hoy me hallo á las orillas del seS cia es decir, hacer que ese mismo desprecio se ero y neces to tu perdón para morí transió convierta eu compasión é indnlgencia. Pero e« t Ay! mis hijosj qué será de mis pobres £ tarde, y tu papá nos espera; mañana continuar**. Luis estaba pálido como un cadáver, un re-

II. e cruzó por sus Ss; ?e ^o- **

Hau trascurrido veinte años: eu la puerta de cuiTarfde SS^T^ SÍ « —, yo

San Francisco se halla un limosnero: de vez e« be dit seas ! cuando hace un gesto de disgusto como s. espe- el^í' f ° bendito seas! ex- clamóe pordiosero bailado en llanto y se a rara con impaciencia á alguien. rrojo á los piés de Luis para besarlos: éste t Qné no ¿.á él? exclama á media voz, pero no, inclinó para levantarlo, £ero ya era un cídí no puedo engañarme si el retrato de su ad«r¡lh! Dios niio! Dios mio! Qne horrible es Después, siempre se veía en los paseos un el remói d i míen to! y una gruesa lagrima rodó por elegante caballero con dos niños, ruWofcomo sus demacradas mejillas; luego se ojerqn tggéa los rayos del sol que besan laL flores del al que se aproximaban á la puerta, | el inte^se mendro, y una niña hermosa como un sueño puso lívido y comenzó á temblar, pocos segundos de ventura Al verlo repartir igualmente su^ Shés apareció un hombre de veintiocho cancias entre aquellos inocentes* naSe huS freiuUi años de edad; su complexión - adivinado que eran hijos del asesino deTu lea, su semblante un tanto moreno pero » da mente hermoso, y eu sns negros y rasgados < Dichosas las madres' que saben .sembrar y truir cuanto él;ama en .aquel , campo que ha re- hacer que fructifique -. la sublime doctrina de gado con ,el sudor de su frente aquel quciijo.: ^ienavQqtumdos - • los misericor- ^Quiere_ po^r.al. abrigo sus .cordenllos que diosos;- porque ellos alcanzarán misericordia. balan, tristemente, y.quiere .huir .pronto á su *¡¡ibo77a¿ <ís6-kM y ^tq «U8 £ oyao cabana, para Ubrarse del peligro que le amen;., Wúñ JUaría Homo. ' Por<^- á mmt de j estar acostumbrado á 1887 iSbiooh^!-' estas escenas de-la naturaleza, g vista-de este -ni te omstox»-:aoi>n>4, - ^ c^dro, -precursor, de-la tempestad, ¡e hace íem ov :aíu,: j.tCJ 901 OH mí ;9SJi>n3rn tm&uz-itíMmt. MUI uósjíjom WfcdVrT'

. . • te Poi fin se refugia en su cfeoaá, v.-afeí, rodea- -ouB V .KQft» 90&b íüdRinoo ?,nnoqb ODíreifJ do de su familia, eleva su, plegarias ai cielo v of ax-li: cnsq ••' «noíioV wí. «bol^eb P D a a r dllladlJ Iar s T r ? : ° 2° rato. Después áS ranqu,1 Sv-hLI .> - °' ^ su semblante se Leí Tempestad. ' .'ioiiii 29~<»nq f.int 'inste^»'p ;4otiii airo •'{/• i ne&, > .la;dulbe esperanza que ihfúnd-e en toda-: alma crlstiafia la oración

JialSí^* ^ cielo pare- Ya apenas brilla la luz crepuscular; i-nmen, ^z de a le ja r- sos nubarrones de . tintes oscuros se van ele- com'rénáari" * caer^eas¿ y vando lentamente sobre el horizonte; de cuan- gruesas gotas c]ue, aumentando por instant^ do en cuando se oye un ronco, y prolongado - convierten en torrentes que con trueno;-las aves temerosas se esconden en sus nidos, y las golondrinas vuelan inquietas de roas.gigantescos; v-k no se aquí-para allá casi tocando el suelo;. -un ligero- ve el menor rayo de luz'que haga menos aterra" viento. algo húmedo, sopla, y las plantas y las oscuridad es interrumpida flores tiemblan á su contacto porque presienten a. intervalos; por.,. relámpagos. fe deslÚmbra n - te claridad ; el trueno, .que á. poco, era rh-ibi] la tempestad. -'/'', , v'ío El humilde labrador, que paso todo el día yogado, se.,oye ahora con tal. Fu® trabajando, siente-palpitar su corazón, y. con parece derribar .cuanto existe, y, se repercu- -mirada inquieta escudriña el horizonte y quie: te sonoro en las cavidades de ia^roca^ K- re penetrar al seno mismo de las nubes qu* -se ciendo estremecer de terror al hombre nís ^u- ai tan sobre su cabeza para descubrir en.-ellas, ya no se ven. sólo las sencillas góVñdriS* agrnagnitud de la tormenta, que amenaza des- que-*«aififc Vuelto,•oe.ca m^elo ¿"o % multitud de aves enormes que estaban en sus nulos: el águila, que orgnllosa acostumbra ben' der los aires, lanza horribles graznidos, y los humildes corderinos que habían buscado abrigo en alguna cueva ó eutre las asperezas de nna pe. n ., salen en desorden, impulsados por el viento, v se dispersan e» todas direcciones. • Ah1 ¡Qué momento tan solemne y majestnoso, y ¡-ómo habla al corazón y hace pensar en el po-í der infinito de Dios. Una Dueña Acción.

Pasó el momento terrible de angustia y es-

panto para aquel hombre que juzga perdido el E a fruto de sns fatigas, que ve destruidas sus más te / J estS ve £ d? g™^ bellas esperanzas de paz y de tranquilidad. Y aerearéis acaso qne siente desfallecer su animo v se desespera! No: la oracción que dirigió el cie- lo ha fortificado su alma, y ésta 110 se abate en la desgracia, porque reconoce en todo la mano de su Dios, y el espectáculo de esta noche le ha lie. cho pe usar en El. Pero i acaso hay algo que no nos hable de ese Ser, todo bondad y todo amor para con sns cria- turas? ., ban 1° fe * «« ^ Si contemplamos nna noche tranquila y sere- empañada por el mis l,mÓsfera: estar na, iluminada por la luna y las estrellas, esaluna una multitmT de astros que ™r v esas estrellas nos hablan de so bondad y de sii amor: si, por el contrario, vemos una noche osenra y tempestuosa, los relámpagos y los truéa- SWWM fW^Tu; nos nos recuerdan so poder y majestad. Diciembre 15 de 1887. rn^mmm Ramona Castillo Salazar. su diestra en una rota basáltica, njaba en ella su lánguida mirada- Una mujer V ffóS Tierra- sos niños completaban el grupo. _ La niña acababa de contar como con sus pequeños ahorros había quitado de la orilla m.aní(i 8f;vfini! fijb fdíBU imnd o Hhxc del sepulcro á un pobre anciano que carecía i» .nomngn u5l Mbilim ué tima eáífe de recursos para aliviar sus males. Todos permanecían en silencio, poseídos de admiración.: | de-*ernm& pqt le que acababan

dido rodaron por las rosadas mejillas de la jo- ven. perdiéndose después entre la espesa yerba, Ob éWandb cóti dtónción todas las rnaravi- Hs niños lloraron también, ^ su llanto se mez- n^Uiraleza ^s ofrece, descubrimos cló con el del venerable anciano. que hay un Ser que todo lo puede, que es in -¡Oh! d.jo la madre. Hemos llegado al colmo finitamente bondadoso, Va- contemplemos e os de la felicidad; sus lenuts rayos se ddunden giobos lummosos que giran en el espacio so- por todo iiñ ser como la claridad de la una. metidos á tan admirables leyes, va dirijamos que melancólica alumbra la superficie de la tie-

-rf Á r r • * • r rt t. r\ * * • - • -'-En efecto, replicó la niña, mi conciencia prueba;?xfe 'a samc^i^^^B^^no^^^^"n° me dice que he obrado bten, y escucho su voz que murmura á mis oídos palabras cariñosas. hoíeZlanTy0r ^ tQdas las es el 1 Dos semanas han trascurrido, y aquella-fa- como teto eirVa! , su organismo, es más v erfecL0 ha milia que escasamente vivía con su trabajo, ÍS'Í? ' > ' >' '»ás armonía y co- e encuentra hoy poseedora de una elegante rrespondencia en sus partes que en los demás finca en la ciudad inmediata, pues poco tiem- animales., en relación con los'hechos del frl po después de • aquel feliz suceso, llego el hijo m wmmñ- m Y fe^nsa^, al cual de aquel á quien la niña con sus escasos aho- creada^ "odas lL cosa rros había quitado ^ la orilla del sepulcrp Y creada^. Domina al'mundo con su inteligencia colmó de bienes á los bienhechores de su ama- y convierte á los demás animales en dóc.K esclavos Unos le dan su lana, seda, PíumaS do padre. para cubrir su cuerpo; otros le auxiliad ™ u Enero 15 de 1888. ' Gerónima Villa. irve2f,nStmfOS- Las P-dras inertes sirven también para sus usos. Con ellas cons- su diestra en una rota basáltica, njaba en ella su lánguida mirada- Una mujer V ffóS Tierra- sos niños completaban el grupo. _ La niña acababa de contar como con sus pequeños ahorros había quitado de la orilla 883.a Klq SKvsíia íijb fifí bu m^nd v íHmc del sepulcro á un pobre anciano que carecía i» .nomngn u5l Mbilim ué tima eáífe de recursos para aliviar sus males. Todos permanecían en silencio, poseídos de admiraciónde ; I de^ernm^ pqt le que acababan D°;;mHüiJc ifíMiiUmüiiiUifun

dido rodaron por las rosadas mejillas de la jo- Ob éWandb córi rftónción todas las maravi- ven. perdiéndose después entre la espesa yerba, n^Uiraleza ^s ofrece, descubrimos Ws niños lloraron también, ^ su llanto se mez- que hay un Ser que todo lo puede, que es in cló con el del venerable anciano. finitamente bondadoso, Va- contemplemos e os -¡Oh! dijo la madre, hemos llegado al colmo Ijbos lummosos que giran en el espacio so- de la felicidad; sus lertues rayos se ddunden metidos á tan admirables leyes, va dirijamos por todo mi ser como la claridad de la una. qu-rf eÁ melancólica alumbrra l a • superfici* • r t. e r\d *e * •l a - tie-• r rt prueba;?

trnye y embellece so habitación, saca de ellas co- lía recibido algún favor ó servicio, ó pruebas de lores para teñir sus vestidos y medicamentos contra sus enfermedades. Las plantas le sumi- ^HMÓn h s g.nñ.íacon «le esta palabra, busqué nistran toda clase de alimentos: por último, el a de aquella con la que creen estrechamente hombre busca cada día nuevas plantas, nuevos un.da, que es, el Recomcimiénto. El mismo Dic- metales para su utilidad. Bu resumen, el hombre cionano me dice que "es e! acto ó el efecto de es el ser superior de la creación, pero no debe olvidar su peqneüez con relación á ese Dios que óSS AdémáS- ,e ,,ama padecimiento es infinitamente sabio. ó gratitud, ó muestra de correspondencia por

PenSad0 P r 3,gÚn benefici0 S"do '°;tc - ° San Luis Potosí, Marzo 15 de 1888. Mi primera duda es si este afecto es espon- taneo y natural. En mi concepto, sí lo es- Wrqinia tamés. porque es natural que cuando se ha recibido un benencio se experimente inmediatamente un atecto particular hacia el autor del él v un deseo ue recompensar de alguna manera el bien recibido. Yo misma he experimentado ^ste fenomeno, y no. de una manera momen- tánea. smo permanente é imperecedera. Por lo expuesto, me ha llamado la atención Xa (Sratítufc. observar que en muchos casos se ve desmenti- da mi convicción, puesto que hay Ingratos. Cualquiera que fuese el punto que me propu Me dirijo á investigar inmediatamente la siera estudiar, bailada innumerables dudas, y causa de este nuevo fenómeno, y sólo he po- por consiguiente. 110 esperéis eu lo que voy á ex dido interpretar que sea la falta de reconoci- poner la aclaración de un punto, sino una serie SSetant°SerroreS ^ — de preguntas que manifiestau la incertidumbte de mis ideas, debida á las poquísimas lnces que roc®?6^"? pUede ser: 6 oreernos merecedo- comienzo á percibir, ,,n h* ?, /av°r' ?, creer la gratitud !esa La idea qué me he formado de lo que es la "actor vasallaje rendido hacia el beae- Gratitud me ofrece muchos puntos de que ha- Pero ¿cómo creer lo segundo, cuando es muy blaros. . e naturalsuponer que el noble cofazón que es ca- El Diccionario me dice: "Gratitud es un atecto paz de hacer el bien no aspira á recompensas sea benévolo hacia el objeto ó personas de quien se porque posee la virtud ó porque conozca la hu- manidad? iCómo llamar humillante una accicn que, por el contrario, nos eleva y nos hace dignos de mayores beneficios? Y si nos fija- mos en lo primero, ¿quién es aquel, henchido de tanta soberbia, que se crea merecedor de cuantos bienes le prodiga la Providencia por medio de sus criaturas? ¿Cómo es posible que desconozca el deber en que está de bendecir la mano paternal por medio de la cual ha re- cibido el bien? ki Niño y el Diamante. Ilustradme vosotros sobre este particular. Por otra parte, creo que la magnitud del afecto llamado gratitud sea proporcional á la del beneficio recibido. Mas he aquí que. por cuida rdre' Sf° ,a,madre es el ÚI"¡«> ser que desgracia, mientras más grandes son los bene- SOt OS ttede la ficios prodigados, la recompensa de ellos es la mismA"° - W&MW y porto más negra ingratitud; y si prosigo mis obser- vaciones, me voy encontrando con muchos obstáculos para llegar al fin que me he pro- aretes Jfc puesto.

San Luis Poto< Abril 15 de 1888.

Soledad Sánchez Castillo. ^ X Preciosa edad de la infancia es la más *

assssss §US ma!aS i evitan h"**! ^¡naciones. n^ les que d lam" alCOmpañíañ' tal vez. si" saber que, de ¡a misma manera que el pulimento realza el brillo y la hermosura ^e nn diam.mle. ^ educación realza y da el ñas eualidades de que están dotados los niños. Felices los que, desde su tierna edad, imitando el e lblo de una buena madre, praon,. principios de la sana moral; pero ^^^ os que, en medio

«lidas n-e;°S; d- gra"ad0 abre sus flores ene L femejan los rojos labios de la vir- fmorin ieZa --n el'neS de su ^nacimiento amoroso, al reciDir el aliento de su esposo v cioro};; A, eT!daS de los baños hav un espa- c o,Q huerto de nca vejetación, donde crecen se nrld ^ Pfr- !aS P,antas las flores! y se producen loá frutos de la tierra priviíe- giada por Dios. En medio de aquel trasunto tesarse ante ella y darle satisfacción de los go- del terrenal Paraíso, sentados en un banco ces con que había amargodo ciega y cruél- que tapiza fresca yedra, formando dosel sobre mente su Cándida existencia, prosiguió: las ramas de los naranjos, en las que se en- J'7"?'5 P°r,que vjvir no es de las como- redan los brazos del jazmín y de la pasionaria, didades y los placeros que ofrece el mundo al se encuentran dos jóvenes Es aquella su pri- que puede penetrar por las puertas de sus fes- mera plática amorosa, tenida sin recelo en el tines, con las alas déla fortuna, de la ambi- seno de la confianza. El joven contempla a ción osada, ó vistiendo el traje que sus leves su amada, le dice su amor y su ventura, y se prescriben: no, esos placeres fatigan más pr¿n- calla en momentos: es porque la conciencia, to cuando son más vivos y continuados, v al ya despierta á causa de sus pasados errores ado de cada una de las flores artificiales'que y de sus extravíos, recuerda entonces cuánto los rodean, hay ocultas cien espinas verdaderas ba sufrido el ángel cuya hermosura y cuya que abren en el alma heridas que no curan fuerza admira, y por este contraste de ideas aquellas satisfacciones. La dicha de la vida impulsado, le dice: no está en correr desolado tras esas glorias v — ¡Ouá atroz castigo el mío. y si no te hu- esos goces ae la imaginación empanada oor las biese amado, si no hubiese conocido que tu pasiones, está en > la espamión de' otro's más alma vale más, mucho más que tu rostro con tranquilos, más íntimos sentimientos, en amar ser tan bellol - • - y ser amado, sin que la conciencia acuse al ^--¡Castigo! profirió la candorosa joven, que corazon, s.n que las ilusiones brillantes de no se hallaba en estado de comprender el hoy se conviertan mañana en negras sombras sentido de aquellas palabras. que sofoquen y maten su fé y su esperanza! — Oh! sí \ o me he librado de este peligro v de esta muerte triste del alma con la plenitud de la —ferquí hubiera pasado mi vida como el vida, gracias á tí, Ninfa hermosa, que has sido ser que nace despreciado, sin ojos para _ver mi ángel salvador, el que ha abierto á mi es- ni corazón para sentir lo bello y lo dulce # píritu las puertas del cielo que miraba para las dichas reservadas al espíritu, y que so o siempre cerrado, del que se creyó arrojado un experimenta los dolores que hieren material- día sin haber estado en él jamás. Ahora com- mente los miembros de su cuerpo y los goces prende esas dorias, porque penetra en él con- groseros de los sentidos. tuo, ve sus imágenes hermosas porque las con- Tampoco la inocente entendió con esta ex- templa a la luz de tus ojos, siente sus armonías plicación más de lo que había antes compren porque son las unísonas de tu voz. y compren- dido Pero el joven, como .si necesitara con- de que existe en la tierra ese cielo para los que tienen la (omina de hallar á uno de sus án- geles: de amarle como yo te amo, y merecer el lavor de ser amado! Estas frases las entendió Ninfa, que sonrió dul- cemente á Ellas, diciendo: -MJnán distinta lambióu es hoy para un la vi- da de ló que ayer era! Llegué á creer que no me amabas Elias se apresuró á combatir basta la memotia de esa sospecha. No quen'a él mi-rno pensar en que pudo un día dejar de ver la inocencia del co- razón más angelical a! tmvez de aquel rostí» tan cando!oso, hacer verter lágrimas de aquellos ojos tan dulces y tan bellos, .v menos podía ne- ,a adera Hülil® un s Ér jar de dar ahora á Ninfa seguridades que--desva- necieran hasta el i«cuerdo de aquellos siilri- mi entos. dijo, siempre desde que te vi ie amé y San Luís Potosí. Agostó 15 de 1889. te amaré como hoy te amo. Y si no te hubiera amado, peor pata mí r-Para tí! . . .¡Yo hubiera muerto de penal €stber 6. Qucsada. -KAleia esa idea sin fundamento y triste. Mi amor,.. ..exclamó con exaltación el jcven, es tu- vo para siempre v no te faltará jamás. ' Ninfa fijó dulcemeute sus enamorados ojos en el rostro de aquel que amaba. w. Jamás! repitió Elias, Cogió eutouces tres flores de las que pendían sobre la cabeza de ¡Sin- t

mas-, crepusculares llenos I ™-.» t""0"" ¡¡«J de suave, y . JESá^gS^ Xa Wba. telloíde u?'Sr„ t&qU

I. tros, cuya cintiiación incesante t,' El año y el día son comparables como lo «on los individuos de la misma especie, como «i son también dos cantidades homogéneas: ama- nece en la Primavera, brilla la luz meridiana erasM* en el Estío, pardea la tarde en Otoño y ano- chece por fin : en el Invierno. Es la Primavera el dulce despertar de la Na-

turaleza. por eso nos encantan las mañanas • de Marzo, con sus céfiros suaves que orean las II. abrillantadas corolas de las flores, húmedas aun Uta; en el rocío de la noche; sus ligeras nubecillas tenidas con los esplendorosos tintes de la aurora, tendá.eSfiS¡ traSUnt° dtnuesíia humana exis- üjjjfl su cielo risueño y su perfumado ambiente. Durante las calurosas siestas" de Julio busca lilllli ansiosamente la fatigada vista esas boscosas obscuridades ae la selva y esas plácidas lonta- i¿4> nanzas de azuladas montañas, que tan grata- ggogr las e.halacLes def cínd^^et :tí * mente contrastan con los tonos calientes de una naturaleza caldeada por los rayos solares: ¡ ah . en el Estío Ilesa á su plenitud ese prolongado díaTeneesSaULrdüreS de Estí°> ^¡nación del ata en esa lozana juventud caldeada poP r el fue- día de doce meses. go de impetuosas pasiones. Su tarde «pasible es la virilidad, en la cual em- piezan á mai cli i tur se las ilusiones, sombreadas de estas Conferencias Colombinas- mas la idea por el desencanto y los desengaños que impreg- que tienen por nieta, subyuga y arr ! nan el alma de acerba melancolía. ^ul-ndt,énd°!a S,U ¡nsig^fiintVvaía.y La ancianidad es el ocaso de esa tarde, y eu estimulándola a contribuir con su pequeño ó- ella comienzau á invadir uuestro cuerpo las som- bolo en honra y prez de audaz marino'qu vo- bras misteriosas de una uocbe eterna, que desli- a las regiones de la inmortalidad '

gando el alma de su envoltura mortal y correp. 1 C qUe as tibie, la guia por los infinitos espacios en donde espacio á ía " ' nombras pueblan el espacio á la manera de ennegrecido manto- empieza á preseutir la justicia de Dios. árboles de espaciosas frondas s/me^fn S sámenle " ? ombría Jque8 íre q San Luis Potosí, Maizo 1= de 1891. UeVe SUS Cab6Zas al so tuai Sss tl^helados vientos" ; empieza á P'decende° í far e-n (Tomado de la obia "Casos y Cosas" del Sr. Dr. Autonio F, Lópiz.) 'Opos, al aliento de la tierra que en vaporosas 3 1ÍnfaS de ]as ; Ü^Sf ^ I " f-nfes °a ! ^ 3legr S eStán ?adas aigent.anda ^S/ o sus flecho' s que remedan on

du,anteS é irregulares fajas d'e plata inmdviS"; ¡Tierra! ¡Tierra! SUS ía"0S ni¡1 acariciados ÍWÉé?"T eá!i ,D enso mant l r ? ° de armi < .11 no y de cristales en confuso tropel apiñonados; dS T 13 tlerra se e«g''lanaba con velo de desposada, esperando las caricias del astro rey (Composicióu de la Sra. Profesora Petra Ro. dríguez de Cortés, pronunciada en la sexta Con sueno á que se entregaban los moradores de

fereucia Colombina en el Teatro Alarcóu, la no- e Va U6S dfc C tidianas che del 5 de Septiemdre be 1892. bar ,o nnft f ° faenas"sin e '' bargo notable contraste formaban la escenas

del frío de la planada con el calor y vida que una alnjia daba á otra alma, allá en el interior Perdonad si defraudando vuestros deseos de el or Ce," -CUya SÍ'Ueta destacábase so¿re oír en eloeueutes palabras oración más diserta, Rábida ÚES d Monaste"o de la ocupo este lugar enaltecido por dignos oradores venido I g 'aSe de albergar iIustre huesped, banf&Jl eXt rangera tierra^ acompañado P de hambriento y tiern+ o niño, para el cLl implo- rara mendrugo de pan y hospitalario lecho. que refresca y acaricia, para convertirse en on- \\Íí la caridad le abrió sus puertas, la sincera das onoras que llevan por doquier simiente amistad de un religioso le acogió en su seno. ignota; algo como infantiles coros de resonad Marchena v Colén: el primem sintetizando cía limitada reforzados por millones de Cees, la asoiración'de su patria en la adquisición de transformados después en himnos soberbios' un mundo: y el segundo, simbolizando la cons- Lh r ,S0S' 5Ue m°duIa el huracá" aí formi- tancia en la realización del ideal que mas tar- dable estruendo de colosal trompeta; algo co- de pasmaría. Brilla en ios ojos del marino el no claridades de aurora tornadas en vivísima fuego con su alma soñadora acariciara tantos d manto gI°b°' as, como años ía palma que le ofreciera la inmortalidad t manto de la candad extendiéndose más y en medio de sus esplendores divinos; la desdi- más para recoger entre sus pliegues i millares cha, sin embargo, ha surcado su espaciosa frente y coronado de nieve su cabeza, la luz na.íSaeieaS,unz1SíenOSOiS' co--ncias üum? de su* razonamientos nace de la íntima con- nana ía luz, la esplendorosa luz del cristianis- vicción de la verdad que patrocina; y en el ca- mo: y, en tanto al «enjo, autor de aquel dulce riñoso departir de dos amibos, en sus confiden- arrobamiento de qne se sintiera práa'dS cias íntimas, comprende el Prior que en el ce* rnendo un velo y enseñando orgulloso, al tía- rebro de quien disfruta su hospitalidad, rebu- ves de la enormidad de un océano, fértiles tie- lle con titánico esfuerzo, pugnando por salir, rras cruzadas por profundos y anchuroos rfot •*? ta,das de soberb¡as montañas que la más grande concepción; y á medida que nadas 1 ° pínadaS dmas- tro- escucha sus quejas, parécenle lamentaciones de nadas de nieves, é hinchadas sus montañas proscrito que busca su patria, la gloria, y no de inagotables riquezas; hermanos adoradores la encuentra, porque ha tocado mezquinos y rnada nnferÓn hwnaf,a? inteligencias ÍW egoístas sentimientos; porque ha despertado madas poor el spor de la ignorancia; plumas mercenarias emprresas que desviaron sus pro- pósitos; y ansia, con anhelo, encontrar la mag- ti™ftaT' tCinpl°S' ^rreros, hé'ro*, v£ nanimidad de un gran corazón, la resolución timas, todo, todo pasando, como falan e de visiones ante la atónita contemplación del que de un firme sentimiento y la grandeza de una ere,a sonar portentosos misterios; y por ello, y alma noble que todo ello k dará la senda ape- sobre ello, a su querida España, grande como la tecida Extasíanse en los placeres de franca y creación del genio; opulenta, como la S de animada conversación y la excitada fantasía as naciones latinas; y magnánima como u a ma del Prior comprende y adivina en la grandio- Para 0 C0U a ote sidad de lo que escucha, algo como susurro de e'undó * > * empresa " a brisa aprisionada tornada luego en viento # * Pasóeíln? lnce?ante r0dar P°r el esPacio- fíaníí ! P° y-COn él la i"diferencia; y a- Mas de mil veces encendióse la luz por el O- de ,a fé cristiana con la líente y otras tantas la constancia robusteció la defendido ñor baluarte' lávicamente ié de Colón eñ un mundo que, 110 por escondido flS^^P^f? granadinos, nuevas ,n- Allende los mares, era menos cierta su existencia; celebérrima salamanquina junta no fué paite a Doderosos v t f"56 *1gS reyeS esPa«oles, mas y as a s con ,asnuevasa as borrar de aquel cerebro la idea por él acai iciida ¿OSs áT« T í , ™ q a Ia 8ÍganteS tantos anos; idéa que i su calor había nacido, ca empíS FiJf ^ - á su influencia progresado; y tan atraimada á su oatr^Vn '1 J]amandó en ardiente amor poder vivía, que aun muriendo en la tierra todo *SffiS$fi»f pech0 fe la ai^usta soberana, y afecto á lo bello, toda admiración á lo grandioso, toda inclinación á lo magnánimo, ella peimaue- gloria de v¿° T' rehgio?os sentimientos con la Standarte de CPiía como aureola ornándolas sienes de un ca- dó ría otr/ ? la cruz redimien- dáver, cuyo recuerdo guardaría la acción corroe- la arrancan P ' de la §ran familia humana, dora de los tiempos, y de la ingratitud de los bato h S fnr mome»to de sublime arre- humanos; ella mostrada á las Intuías edades que ciada en efon 'f"06 SU grande alma Pro™»- germinó en el cerebro de un anciano, y se nutrió ria ha recordpalabras, que la histo- C n CanñOSa venerac al color de un religioso, no olvidando su origen, Sitiéndoffi v ° lde^ raS edades ion, tras- como no olvidamos las caricias del ángel ni •cu- y uecnaadechado deP ffemenile " , s hazañas' . ^"estra yos regazos tranquilos y apacibles deslizáronse nuestros juveniles embelesos, como 110 olvidamos el terruño nativo que, 110 por humilde, es menos duefio de nuestros sentimientos,ieñ él fortalecidos por el amor más grande, al calor del hogar y á Tres gacelas deslizánse sobre el Atlántico la vista de bosques floridos, cármenes hermosas, tranquilos lagos cuyo fondo retrata azulado cielo, y "libas arboladas donde jnegau los eéñ. bárcanse L lu° ^ qUG Se 0cuIta ^eboj em- ros y se quiebra al resplandor de los crepúscii' los." Empero, asomó la euvidia; la avaricia y la so- sátiragll^jis de a n,/ ?VÍdÍa' las Pozante» s berbia encubrieron la grandiosidad de la idea; y la ignorancia, debilitando las voluntades, logro ^uras de la mezquindad de corazón v i. aplazarla, que no destruiil.i, por que no muere |a verdad, destello de esencia infinito que anima ffil aquél conjunto de' nions- uosidades que, en asqueroso consorcio, ¿a- minaban á la postre de evangélicas doctrinas, más sentida, vigor de juventud é inexplicables goces. en mansedumbre y resignación esculpidas; de heroicidades de amigos; de alientos de creyen- Surgió sonriente la aurora de un nuevo días te; de consolaciones divinas, formando inex- engalanóse el cielo con zafirino manto; auras pugnable defensa al rededor del. gemo, para embalsamadas reaniman el espíritu; brisas ju- contener la furia de la desesperación que, en guetonas refrescan calenturientas sienes; y el pusilánimes pechos albergada, levántasele ame- sol, derramando sus luminosos ravos, camina nazante y soberbia, intentando ¡cobarde! se- lentamente á sepultarse en el confín del hori- pultarle en las profundidades del movible a- zonte; mas antes de llegar á su dorado miste- rioso lecho, envíales cariñosa despedida en ce- bismo. . , , lajes de púrpura. Lleúa la noche y tachónase Aquel puñado de hombres sin fe los más, de estrellas el firmamento; débil luz'distinguida arrastrados por ei poder superior que los guia- á lo léjos despierta la ansiedad que muere ba, no eran ya sino á la manera de ligera? luego; y. en medio de inusitado movimiento hojas que llevara el huracán entre su, ondas a de quejas que se van y enhorabuenas que lle- muy lejanas regiones; aquellas facciones pali- gan; de sueños que vuelan y realidades que decidas por el horror á la muerte que creye- nacen, retumba el trueno repercutiendo en mil ran cercana, demuestran á las clara> impulsos ecos sonoros; desgájase el cielo en torbellinos de desesperación comprimidos, interno batallar de luz vivísima, y de rodillas los tripulantes y entre la instintiva conservación del ser y el en contemplación sublime, ven descender ''vaga despiadado castigo al visionario que locamente y aerea como imáuen de inquieto sueño, blan- engañólos, con el poderoso incentivo de codi- quecina como pálido reflejo de la !uha, fasci- ciadas riquezas, no esperadas ya. nadora, como visión celeste," doncella Vientos bonancibles empújalos á mas engol- herniosísima entre nubes de plata que saluda, fadas regiones; dóciles las aguas ábrense como imprimiendo ün ósculo en la frente del héroe para ceder el paso, v besan, acariciando, las y emendo sü cabeza con inmarcesibles lauros bajeles; el cielo sereno y apacible parece acó sealeja entonando "¡ tierra ! ¡ tierra ! ' 'con célica gerlos benigno; á las ansiosas miradas presén- voz que muere en lo infinito. tale indicios que en algo reviven la esperan- za; y ea tanto, Colón, de pié, con la inmovi- lidad magestuosa de una estatua, con la mira- da siempre adelante,, y henchido el pecho de desconocida emoción presiente la proximidad del término del viaje, pues que interior alegría derrama, como perfumado baño, placidez la v IlSS.enSan?rfntados y llenos ^ abnegación se detenían a las puertas de la capital á hacer frente al mvasor por la vez postrera. 90 fti07XJS Ei -jínep: en otmnas cioo o!-»o fo un exfrVir ¿ W?*- á fe de un extrangero ambicioso, al cual no bastaba para sacar su sed Ja sangre de millares de me l.canos con que regaba su camino, sino que necesitaba desmembrar el territorio y apode rarse de sus ricos despoja« 8 Y 13 DE SEPTIEMBRE DE 1847. Un solo sen cimiento animaba á todos los mejicanos; vencer ó morir por la Patria, aca bar con esos codiciosos aventureros con esa -1S |pr^ HüS ^ habían señado so' juzgara .a República Mejicana. Hace 45 afios ya, casi medio siglo, que en el entusias, fértil valle donde se levanta la hermosa capital eeros'sp rt ^°- mejicanos y extran- de la República, tronaba el cañón norte-america- ftodn ' i • " Para haCer frente aI enemigo, no día tras día, bomitaudo so boca de bronce la di. na de7. . ^T"' ^ ^P direcció* mnerte y la consternación. SSJ^r i ?uel,1° hemn*huhiera pod.do Casi en el medio de ese valle, levántase altivo t untar de la fuerza bruta por la fuerza de y aislado como avanzado centinela de la gran un entusiasmo patnótico. ciudad, tín cerro, alto y rocalloso; está circunda- fueH ÍTÉv*' que atacó el enemigo do de nn bosque hermosísimo de abuehnetes an- de n , 'n° de! y y la Casa Mata, don- teriores i la conquista; en so cumbre hay un edi< cantida i''3 "nc0ntrar amaas y municiones en ficio malamente llamado castillo, que se alza er- cantidad suficiente para continuar aquella guido y magestuoso, parecido al nido que las guerra desnaturalizada. ¡Falsa suposición! águilas aseguran en lo alto de la roca. Este cas- tener una tillo, que basta entonces sólo había servido de cMívF^ q^ a- de A, f "aCtr,a 13 1,hertad sólo sal,a lugar de recreo á los que regían los destinos de C,V 1 Pñra Méjico iba á sn vez á ser el último baluarte que iuJí*,? ' chazar la agresión in, nuestra Patria oponía al Invasor norte-americano. SÍYW* poderoso'? El" 8 de Sep- tos^n W7 que Caveron los citados pun- Los veteranos de la República venían retroce tos^en su poder, únicamente encontró en ellos diendo paso á paso desde las fronteras del Norte, compatriotas, verdaderamente mejicanos y nos habían legado los gloriósos y tristes re- cuyo último latid, estaba consignado á 1. rnerdos de la Resaca de Guerrero, Angostu. patrii^ ra, Cerro Gordo, Padierna y Cburubusco; sus -106- -107-

La historia conserva los nombres del Gene- pj£del cerro í cobrar vigor, para presi pitarse ral León, de los Coroneles Balderas y Eehe- sobre el castl,l0 cuya guarnic¡ón estab^ fQr_ garay V de tantos otros héroes que sucumbie- , SWÍ "rUpo de ni# imberbes, alum- ron em Vquelía memorable jornada. ^MMM Militar, que recordando sus En los días siguientes se ocupé el enemigo deberes .acia la patria, aprestaron gustosos sus en preparar el ataque del bosque y ( astillo de armas al combate y sus almas á la muerte. Chapultepec. Las baterías americanas bom- .Cuanta abnegación, cuínto patriotismo había bardeaban éstos puntos, situadas en los lome- •en aquellos héroes niños! Ellos, á quienes son- ríos de Tacubava v Molino del Rey. Nuestras reía la v-dj, con el dulcísimo sonrreir de la tropas en la inacción, recibiendo una lluvia de esperan?/:; > quienes brindaban aún sus mas balas y viendo destruir una á una sus obras gratas ilusiones la gloria y la fama desde el de defensa, solo esperaban el asaUo para en- lejano honzonte.de! porvenir; en cuyas almas contrarse cuerpo á cuerpo con aquellas sangui- de.niño no entraban todavía enlutadas v 11o- narias hienas. ™Sat 'f;s ansies imágene.s de la vida, quisieron L?é°ó el día 13. v las columnas enemigases, combatir por su patria y regar con su sangre lanzaron al asalto 'tras tán lar-a preparación.- P« ra. el suelo en que habían caído la del he- llenas de fuerza v de vig.-r. or^uMosas^ de sus órcg Cuahutenioc y -a del gran Morelos. ¡No- triunfos anteriores, superiores por el numero y table v heroica juventud, que como primicias el armamento á las débiles tropas que iban a de su patriotismo , ofreció á Méjico la libertad, combatir. Al pié del cerro el Batallón de San la sangre y la vida! La proximidad del ene- Blas á las órdenes «¡fcl Teniente Coronel Xi- migo hacia crecer en aquella espíritus más v coténcatl, les opuso una resistencia desespe- mp el amor patrio, y el deseo de oponerle la rada hasta morir caSÍ en su totalidad - bl ve- Ultima barrera con sus pechos, antes de permi- nerable v antiguo bosque de Chapultepec su- tir que se apoderara de la gran capital.

oumbió! Una nube densa de humo le envolvía; e! e nemi el estruendo de la artillería y fusilería le hacia rlXfl rííife . £° encontró en la puerta fiafr°' l,n centinela de 13 años; estremecer; su delicado césped estaba cubierto este h é e| hero(1< e| IlHnorta, > de cadáveres v moribundos y los troncos de. defendió sn pnesto con valor, hasta que la muer. sus seculares árboles desgajado* por la metra- «..£22¡Tf'V™ existe,,cia- Cuando Sobre su lla - ...¿Cuál era la causa de tanta destruc- ción? ¡Ninguna! Las que invocaba el invasor beneral Scott adornado Inclinóse con veneración eran fúrtiles pretextos que nunca faltan al mas a . e aquel héroe infantil que demostró hasta eh fuerte. . últimos momentos ser descendiente de aqne« El invasor sólo se detuvo un momento ai Ha taza noble y valiente de los Ouahutemoc. El castillo cavó en poder del enemigo después de una resistencia desesperada eu que abunda- Ve e r ÍÓn y Cariño ron los hechos heióicos; el Tenipute Juan de la ran ;l r f * todos nos inspi- Banera precipitándose al abismo envuelto en la ran. perdonéis m, atrevimiento en ocupar esta tricolor ensena de la patria, los alumnos Melgar, personas 1m e Tprecedieron' f* ^. ^ * ^«S Máiquez, Escutm, Montes dé Oca y tantos otros ¡Mártires sublimes oe 47! La Nación á quien que dieiou niiiesliiis de patriotismo y de valor a, dofa-I'5 VUeStraS VÍdas' vuestras másTa dignos d¿ los hijos de la anticua Roma, han le- es eranzas gado su nomine á la posteriedad; y (laudo á la I?*?* P y vuestros más tiernos Escuela Militar su banti>mo de sangre, le deja- afectos.es ahora libre y poderosa. No os in- ron un timbre de legitimo orgullo y el deber de quietes por su suerte; en caso de peligro el re ^uerdo de vuestras hazañas haráTevfnta^se á combatir como ellos cuando la patria esté en millares de vuestros admiradores. peligro. Hoy su memoria es venerada en el Cole- 1Iora la h gio, cada mes pasan en él revista de presente y - y ¡?'.oria conserva al oír su nombie, los viejo* Generales del Ejér es^ano"0^]65 W& vergüenza de cito Redescubren con veneración al recuerdo de sos hechos inmortales. San Luis Potos?, Septiembre 13 de 1892 Yo, Señores, que he sido alumno de ese plan ' teí; que en ét We respirado las auras de aquello« centenal ios árboles del bosque en cuyas punta* Manuel Medina (h.) a n:J parece cantar el viento poéticas estrofas en ho- /i^í'ñl tí ! i r~i ! ,1 fiíiiamoloD nor de los gloriosos muertos; que he visto como AlLoon la?dar POi;su autor en el teatro de son quetidos y venerados en aquel nido de águi- Potosí en ia sépti las, en aquella cuna dé los soldados instruidos te feiomUr ' ™ de nuestro Ejé)cito qne se llama el Colegio Mili- tai; que he sentido allí palpitar todos los,cora- zones al pronunciar sus nombres, lie obtenido el inmerecido honor de veuir á hablaros de ellos; y si lo lio hecho ha sido sin .la. erudición ni la bri? ¡la 11 tez de lenguaje qne tan sublimes hechos re- quieren, pero sí con sinceridad, procurando tra- ducir los ¡sentimientos de mi corazón, entusiasta admirador de las glorias de¡ mí pa.fria. Abrigo la esperanza de que el recuerdo de esos héroes os hava sido grato; y de que eu gracia de demás animales tstán provistos como noso- Sí«® ISqiiDO H9 ¡Oíftsii r-! /i tr- IoC motor isr > f!9Ü3o!s V EJ5Í>8SÍ8B.'i I1J8 uSi ffoffJP?™? ° . así con O de una multitud de órgafccs encargados de des- j::>híp É liv.Ofc/i H.I l~.fr 9t> 2*>!T¡ÍH!LM empéflar esos actos por lbs cuajes se manifies- • . )! gftrn ?siíííojiv tj .!•/ •' :! - •' ta la vida y que se llaman funciones, también sohiaÍJ ahífr p.oilgdü'.' '<[ 3ásn:f"i; ' • - - es incuestionable que el hombre desde el mo- merito en que fué creadb. desde qué vió la pri- RELACIONES DE LA FISI0L06IA mera vez la luz natural de este planeta, era ¿i 33Í6J¿*79Í ttfáú ¿liftCSBf? ZBÍI&u • " ' ">•' superior á todos los animales exisienres; pues - CON LAS - que venía dotado dft esa inestimable facultad p\ alma llamada inteligencia, de ese precioso Ciencias Naturales. diamante que pulido más tarde con el fino bu- a C1V, ,ZaC:ÍÓ debía su j ineludibleineíud il , s leyes el mov.m.ientr' o de los astrojetasr inquirir las que rigen las combinaciones de los cuerpos, en una palabra, remontarse basto el Composición leída por su autor Sr. Profesor conocímientp del Sér sin principio que le ha- Enrique Nieto, en la undécima Conferencia v descubrirbs ~ » Colombina ei el teatro dé Alarcón de San Luis Potosí, la noche del 3 de Octubre de 1892. 4ei hombre precedió & la ciencia, la - •' v' ¿-M S i J • • .. ' - •' •" ' 1 Cieno,a precedió al hombre ó fueron simuítá- t^Ll 'í ^ "V la nos fijamos en todas as cencas y cada una de ellas no son. t)espués de haber creado Dios el sistema pla- en Ultimo recitado, mas que el conjunto de netario, después de haber dado vida á todos principios que nos explican los.fenómenos dé la aquellos séres que constituyen el objeto de la ¡!¡5¡í?í "^ convenceremos que la ciencia Botánica así como á los que ocupan los' grados ™ a! bo"lbre pues. que. na ció con aquella inferiores de la escala zoológica; aún faltaba y nosotros no hemos hecho m,s que admirarla. un animal dotado de facultades que le permi- to nrk val,énteOS para ello de poderosos tieran comprender la grandeza del Creador y e ac,OH y en el cual se manifestara de una manera más te^ÍSíií °í 7 experiencia Mas si evidente su Omnipotencia: el hombre- la «m de la cencía no se derivó de la del honibrtí. su mpe,afectibilidad si ha sido la En efecto, el hombre debía ser el comple- forzosa consecuencia de la imperfección de mento de la creación; por que si es cierto que nuestras facultades, pues los destinos de la ciencia deben ser los mismos del espíritu hu- ganización y veréis cuanta perfección y ar- monía cumple cada órgano su misión, obser- m3I?o 'obstante, admitir una estabilidad de im. varéis que cuantos fenómenos se suceden en perfección en la inteligencia humana, sena nua los diversos aparatos de la economía tienen imperdonable necedad cuando, á medida que una cauáa v se preponen un fin: ya sea la con- las generaciones desfilan,, marcha cou seguro pa- servación del individuo ó ya la de la especie. so el espíritu humano hacia la meta de su per- Ahora bien, el conjunto dfc principios que nos den »cuenta de. los fenómenos anteriores te Si aiíá por el siglo X V nos hubieran dicho que vendrá i constituir, según lo prescribe la Fi- la palabra se trasmitiría i grandes d'f **«" losofía, una ciencia especial que se. ocupe en el unos cuantos minutos que nos <™sladanamos estudio de los fenómenos vitales y que, en de nn país á otro en unas cuantas horas, que se razón de su objeto, sea hermana de las ciencias podría »preciar e¡ sonido prodocido por el aleteo naturales. Esa ciencia es la Fisiología, que, deb mas insignificante iucecto, ndfíájbleA^b en mi concepto, es una rama de la Física to- que li ibri irnos aplicado á qo.en tal dqera e ep . mada esta palabra en el sentido de su etimo- ,eto de-loco, como se lo aplttelbalKá GolÓh cü«..- logía. do quería hacer brotar «1« has agitas otro mundo. En efecto, desde el momento en que }a Fi- Bov, allí tenemos al telégiafo tm^H.endola siología inquiere las relaciones que ligan al p:,,abra mediante la electricidad; alia la locomo. animal con las cosas naturales, y más aún; lora recomendó grandes distancias con otia ve- desde el momento en que hasta el último ele- Incida«! asombrosa ,K>r medio de. vapor y^fioab mento de la organización del sér viviente se mente, allí «enemos e» micrólono qne « encuentra fuera de él; el fisiólogo y la Fisio- misino auxilio al oído que al i«'^ocopo ¿I logía misma deben considerar las ciencias físi- vista, habla .....y abo á favor de,1a^'»^»cción cas v químicas como sus más potentes auxilia- de la actual generación con relación á la de nues- res, por que suministrándoles las propiedades nos antepasados. de los cuerpos, llegará fácilmente al conoci7 ¡Con cuánta razón se considera al hombre miento de la manera de obrar de los cuerpos . rande et» s>i misma peqoenezl exieriores * Mas no ,ólo en loque respecta en toparte^ nal del individuo se ,>óué 'í*™"**^ Si la Fisiología, intentase negar lo que han s.ittnluiía de los primeros pnncip.os y hecho las ciencias físicas y químicas en pro de imi.s.in; no sólo por los admirables l«'to^dejso su perfeccionamiento, daría pruebas de incon- nLh cerebral es digno el hombre de secuente; pues desde lueyo la diferencia mor- de figurar ,n la primera grada déla escala an fológica qúe existe entre el sér inerte y el or- mal; hecimd nua mirada an .hzid-.ra & su or ganizado, sería inexplicable si los laboratorios en cuenta las leyes de la acústica que rigen de químico no nos demostraran, á cada paso ; y á cada momento, que lo complicado de la las cuerdas vocales de la laringe? v finalmen- forma de un cuerpo está en razón directa de lo te ¿cómo nos explicariamos los movimientos complexo de su composición, y el cuerpo del oel aparato locomotor, sin recordar siquiera los principales géneros de palancas? Vemos, pues animal es el continente de la materia bajo las que todas estas diversas cuestiones suponen el tres'fbrmás-qua puede revestir. Gomo rio es conocí miento de las leyes fundamentales de la pofeibíe vèr claramente con lo antes conside- Fisica- rádo la influencia que las ciencias ^naturales • tiènèn con la Fisiología, suprimamos mental' Además. la economía animal presenta, como lo mente los fenómenos químicos de la digestión, hemosívisto ya multitud dé fénóméñoá y sien- ! ¿que resulta? Las fábricas del aparato diges- do inconcebible un fenómeno, cualquiera que tivo se encuentran cotí la imposibilidad de pre- sea, sin la noción de la fuerza, resulta que esas parar las materiás qué mediante la circula^ tuerzas pertenecerán al dominio de la física ción deben formar parte integrante de los te- poque suponer el principio vital como una subs- jidos. tancia distinta. sería una tíipótesis. hasta cierto punto insostenible. Si suprimimos los fenómenos químicos de la respiración, habremos suprimido la hemató- En fin, ha bien do. demostrado ya la química de sis v con ella la oxidación, que teniendo su una manera positiva, que todos los' elementos véríticativo en medio de la humedad y sin pro- del sér organizado se encuentran en los demás ducir luz ninguna, le suministra el cuerpo ése reinos de la naturaleza, es inconcuso que la ma- calor de que disfruta hasta el último momento teria, es variable en su forma pero no mortal- de su existencia. que está destinada á metambrfósearse pero qué Por lo que respecta á la Física, de que ma- no obstante estará bajo el dómiuio de las cien- nera nos explicaríamos el paso del quilo á tra- cias,naturales»,de donde se sigue que la Fisiolo- vés db las' paredes intestinales? ¿cómo ese cam- gía^,ocupará de.referir á leyes físico-químicas bio de oxígeno por ácido carbónico que hace los fenómenos vítales,, ó en otros términos, la el aiie atmosférico con la sangre venosa en las Fisiología será Una rama de la Fisíca tomada celdillas del pulmón á cada movimiento respi- esta palabra en el sentido de su etimología piratorio? ¿Cómo nos daríamos cuenta de la presbicia, la miop;a y en geneial los fenóme- nos de la visión sin tener presentes las leyes de óptica que rigen la luz al pasar pór las lentes viconvexas? ¿Cómo estudiaríamos los fenóme- nos concernientes al órgano de la voz sin tener -11,7-

b£8 muertes; pero hasta hoy las ideas del hombre no pasan en este punto de probabili- dades; » la obscuridad de lo pasado L ha pò- nido iluminarse con la luz de la historia ' vi£n • de l0S Pueb,0f cu-VOS descendientes rVI .^ 6 'í0?otrus- y 9ue ocupaban la Amé- nca ^tiempo en que la Europa se lanzó so- ore ella. es. sumamente in-ierta. Estos pueblos no estaban muy avanzados la carrera de la civilización, y su modo de conservar v trasmi- HISTORIA ANTIGUA DE MEJICO. tir ai porvenir sus acontecimientos era imper- f ,La, ^Presentación material y grosera

de ®éeCíPJ 6n frí5gÍ'eS ,Íen20S 6 .^rollíficcs Próduccióu leída por su autor Sr. Profesor de clave dudosa para nosotros, eran su len- Candelario Martínez en la undécima Conferencia guaje a la posteriedad, v esta ve hov figuras Colombina en el teatro Al arcón de San Luis Po. confusas y de difícil y disputada inteligencia. tosí, la noche del 3 de Octubre de 1892. |a conquista pasó sobre la casi totalidad de emeraTl! COrn° una renovación Smíff !! S0,C'edad; destruye todos los ^enj^ de la antigua: artes v ciencias, si Ignoramos si los primeros pobladores del con "obLn r ¡amarSe ia de los americanos, tinente americano, lían desaparecido de él por gob ernó y religión, todo desapareció para ha- uua dé aquellas revoluciones

rosa de chichimecas vino de las regianes re- el infierno v condenaba á destrucción comple- motas del Noroeste á o:upar el país abando- tatodol que creía obra de Satán as V res os nado. Prontamente fueron seguidas por otras de la antigua superstición. La espada de los rn/'ss mas civilizadas de la familia acaso de guerreros ^le Europa aniquilaba ^s sainos y los tultecas. cuya lengua parece que hablaban. fl celo de los sacerdotes cnsuanos destruían lo> Las mas distinguidas de aquellas tribus fue- lientos y los geroglíficos que cons.d. ron las de los Aztecas y de los Aulhnas. raba como análogos á los ídolos. Entré la Los últinos se instalaron en Texcoco. De la obscuridad de las tradiciones americanas, apa- mezcla de estas razas, con los pocos tultecas rece que la más notable de las antiguas razas que había en el país se formaron en grau par- que ocuparon el país de Aménca. gran parte te las naciones que losf españoles encontraron riel oue se llamó después Nueva Empana, y en él. boy República .Mejicana, fué la de lol Tultecas^ Vinieron del 'Sóffe; aunque no es seguro de Los acuilmas de Texcoco, habían llegado á „üé naSón por el si-Jo VII de la era cmtfc un alto grado de civilización, cuando fueron nfue-íron al territorio de Anáhuac, trayendo invadidos y subyugados por los tepanecas, cons'o ayunos conocimientos de agricultura pero habiendo llevado éstas al extremo la o- 1° muchas artes mejicanas: se c^qüe ^ presion, se suscitó una reacción, en la que el L debe el arreglo del tiempo que usaban lo, príncipe Net ¿ahualcoyolt, célebre como sabio, me i lean os, y que fueron las fuentes de civili- como poeta y como guerrero, auxiliado por los za ci ón de esta parte del globo. Establee,«ron mejicanos, libertó á su patria y comenzó pa- zacion u k época de la con- ra ella una nueva carrera mas próspera que la antigua. a^Jra1 haíer hahidC allí. mto. de Cuando los mejicanos al principio del siglo rSr=aS»; y e„ la actualidad solo es una XIII llegaron de los países del Norte, no se establecieron e.\ residencia fija, sino que con- tinuaron una vida de emigración, por los que se llama hoy el Valle de Méjico. Subyugados en una ocasión por nna tribu mas pedorosa. pronto recobraron su libertad, y se hicieron terribles á sus mismos opresores, y después de f Potros como habían venido: T«1 vez varias aventuras se detuvieron á orillas del TunTde ellos emigraron á otras regiones, y algunos de euo- .% Palenque, hacen pen- lago principal Desde allí, se cuenta que vie- ron parada sobre un gran nopal que descan- 5i "en eío cuando" se busca'n sus autores. saba en una peña, la cual descollaba sobre las l)espués de otros cien años, una tnbu nume- aguas del lago, una gran águila que tenía una U pifal rar ados co culebra éñ las garras, que creyeron esto una 8SL ^ » los despojos de ciudades nuevan ente conquistadas, y conducien - indicación de sus oráculos que ofrecían feli- do un gran numero de cautivos, destinados á sa- cidad á la ciudad que se fundase en .aquel si- tio, y que resolvieron fundarla, levantada so- San8nent?VtSUS dioses' Así £e extendió bre algunos pedazos de tierra seca ó isletos su denommacion del Atlántico al Pacífico; aun- n^JS el'ntenor no Pareee haber teñido muv que artificialmente agrandaron, algunas chozas eXte £ÍÓn f de cañas ó de tierra, donde vivían de la pes- SeiI, " ' °™*ndose el imperio VAC°^áS 6 m™os de lo hov son ca, de la caza de las aves acuáticas y de las lo Estados de México, Puebla. Oaxaca, Vera- legumbres que producían las chinampas ó jar- y 0 dines flotantes. Aqu'.l lugar fué llamada Te- ' ^g"" . Vero muy corto de Michoacán nochitlán. El transcurso del tiempo les hizo Mas este territorio á principios del siglo XVI progresar en civilización y adqnirir en todo el unido°7nnna ^V 1« nací6n enteramente Valle una gran reputación de guerreros, á la un da en opiniones. Muchos pueblos recien cor, que contribuyó en gran manera el auxilio que dieron á los de Texcoco para recobrar su liber- •>Ts S " ?nte d yUg° "i"« hac a tad con los tepaneeas. Estos fusron en aque- dom P°CO comed,m'ento de' lós vence- lla ocasión derrotados tan completamente, que sóín ¿J Kg°r C°n qUG SC ex¡gfan los tributos; su territorio cayó en pader de los vencedores solo esperaban una ocasión ó Un apovo para y fué concedido á los mejicanos como recom- -traerse de la autoridad del empeffi. £££ pensa por sus servicios. Los aliados encontra- hab a aumentado su poder, alterando los anti- ron por algún tiempo suficiente ocupación pa- SbVn * ? qufa y el despotismo ra sus armas en el valle; pero pionto pasaron hab a producido descontento entre los mismos el cerco de montañas que les rodeaban, y á la reinará l^raleSpdeI Moctezuma que mitad del siglo XV, bajo el 1. Mactezuma, se EX1St an t bién ^vctÍ J - # algunasprc- habían extendido ya hasta el seno mejicano. Si^ ^'f? tm¿ del imperio, oue co- La ciudad veía suceder edificios de piedra á n ,nca habian S?se á t in • > "egado á suje- las antiguas chozas de caña, su población nor si y q^ si b.en aumentaba, sus ciudadanos unidos le daban díL„ a" P°dldo aPénas defenderse, po- una ex tención mayor, se dice, que la que hoy engraVCS uidados á a «TJ7Í* ^ ' capital, s He- tiene.- Él trono fué ocupado por una serie de gaban á formar una ab.nza ventajosa. Y para príncipes hábiles que.supieron aprovecharse d.el SESiÉ^ adebl-1Ídad 'mperio, se hallaba^x- aumento ' de recursos, y del espíritu marcial tendida la opinió», de que debían venir de de la nación , y todos los años volvían los me- Oriente ciertos hombres extraordinariosque se teman como descendientes del Sol, y que cibles debían recovar la constitución del impe- y desinteresado, tan amante de lo bueno y de rio. Tal era, el estado de las cosas enel de en- lo bello y tan lleno de caridad y patriotismo. tonces imperio di Anáhuac. cuando pisaron las ¡ Bendita mil veces, amigó mío, la tierra que playas de Veracruz los hombres que, al mando calienta y vivifica tan levantados corazones, de un atrevido é intrépido jefe, mas tarde, so- y dichosos los que como nosotros tenemos el metiera á la corona de España, esta parte del santo orgullo de haber nacido bajo ese cielo 1 mundo de Colón llamado Méjico, nuestra patria. No parece sino que el presente año trajo la misión de poner en juego los mas nobles senti- mientos de-los potosinos. La miseria, ese azote terrible de la humanidad, ha conmovido á esa sociedad en conmoción tre- menda, haciendo exhalar ayes de agonía á los desgraciados y lágrimas de ternura y derroches de candad sublime á las almas generosas que Carta Bbíerta. tanto abundan en ese suelo privilegiado. Mi imaginación me representa día con día el Chilpancingo Septiembre 8 de 1892. espectáculo conmovedor que debe ofrecer esa Sr. Dr. Antonio F. López. ciudad con sus calles transitadas por seres que San Luis Potosí. con desfallecidas fuerzas y demacrado semblan- Muv fstimado amigo..y compañero: te, apenas logran llegar á algún comedor pu- Aunque lejos de esa mi ciudad natal;siento blico en donde reciben de manos delicadas y que los dulces lazos que á ella me unen se robus- con santa solicitud el pan bendito que mitiga tecen v estrechan cada día, pues además de e! hambre. Pero "notable coincidencia! al mismo que con la ausencia se agrandan y dulcifican tiempo que tales desgracias lamentamos, el los efectos, motivos poderosos ha habido, en mundo civilizado se prepara para celebrar el particutar en el presente año, para que mi ca- cuarto centenario del descubrimiento de Améri- riño y estimación por esa bendita tierra agí- ca, uno de los más grandiosos acontecimientos ten de continuomi corazón. que se registran en la historia de los siglos y que ha tenido tan decidida influenciaren la vi- Los periódicos que de allá .recibo, así como da de todas las naciones. mi correspondencia epistolar me tienen al tanto de todo lo que ocurre en el seno de esa socie- Los potosinos, en medio de su amargura y dad: sus goces y sufrimientos, sus temores' y desolación, no han podido permaneser extraños esperanzas, sus progresos siempre crecientes y a tan hermoso movimiento y además del valio- todos los actos, en fin, de ese pueblo tan noble so concurso que hace tiempo preparan para la exposición internacional de Chicago, donde se lian dado ci'/a todos los pueblos del globo, los habitantes de San Luis Potosí han querido con- memorar, de una manera cntei ámente, local,> fe- cha tan memorable, para c-uyo efecto se ha pues- to en actividad emvidiable toda la masa social. Habiendo partido la iniciativa de los estudian- U EDUCACION DE LA MUJER. tes, simpático núcleo de las esperanzas y del porvenir, y encontrando eco en ilustradas in-

teligencias y patriotas corazones, el éxito tenía en Ia qué ser seguro y ya vemos cómo el pensamien- Oonfer'éneíá Cotombin^ to ha totnado forma y San Luis Potosí celebra- rá por fin sus fiestas de la civilización, dando con esto saludable ejemplo á los demás Estados de la República y aun á muchas dé las na- ciones más cultas. Usted, Antonio, que ha tomado en esto par- te tan activa como corresponde á su sólida ilustración y como lo comprueban sus hermo- sás iniciativas* debe sentir legítima satisfacción ai ver cómo sus esfuerzos por el progreso y pres- tigio de nuestro Estado son coronados por hala- gúenos resultados. Fuñdado en nuestra leal y antigua amistad he querido dirigir á Ud. esta caitav que aánque en forma bastante incorrecta sirva de intérpre- te á los sentimientos que me animan y para manifestar dé alguna manera mi profunda^in - patía v adhesión á esa Guita sociedad por su no- ble actitud socorriendo al desgraciado y glori- ficando al genio Su afectísimo amigo y compañero exposición internacional de Chicago, donde se lian dado ci'/a todos los pueblos del globo, los habitantes de San Luis Potosí han querido con- memorar, de una manera cntei ámente, local,> fe- cha tan memorable, para c-uyo efecto se ha pues- to en actividad emvidiable toda la masa social. Habiendo partido la iniciativa de los estudian- U EDUCACION DE LA MUJER. tes, simpático núcleo de las esperanzas y del porvenir, y encontrando eco en ilustradas in-

teligencias y patriotas corazones, el éxito tenía en Ia qué ser seguro y ya vemos cómo el pensamien- Oonfer'éneíá Cotombin^ to ha totnado forma y San Luis Potosí celebra- rá por fin sus fiestas de la civilización, dando con esto saludable ejemplo á los demás Estados de la República y aun á muchas dé las na- ciones más cultas. Usted, Antonio, que ha tomado en esto par- te tan activa como corresponde á su sólida ilustración y como lo comprueban sus hermo- sás iniciativas* debe sentir legítima satisfacción ai ver cómo sus esfuerzos por el progreso y pres- tigio de nuestro Estado son coronados por hala- gúenos resultados. Fuñdado en nuestra leal y antigua amistad he querido dirigir á Ud. esta caitav que aánque en forma bastante incorrecta sirva de intérpre- te á los sentimientos que me animan y para manifestar dé alguna manera mi profunda^in - patía v adhesión á esa Guita sociedad por su no- ble actitud socorriendo al desgraciado y glori- ficando al genio Su afectísimo amigo y compañero en que para ella acabaron las pasiones, la con- Pero, :que es la educación?^ la mujer! S templo como Sefiora de un hogar, y enionces para definir la educación hiciera uso de cuantas mi asombro no alcanza limites; pues alli en- reglas se han d-.do desde el fundador de la pe- cuentro agrupadas dos grandes influencias: la dodogia antigua, Platón, hasta Pestalozzi v que sobre la niña y la joven han ejercido la so I-roebel, ciertamente que no me bastarían los ciedad v la familia, y aquella que la mujer breves momentos de que puedo disponer para devuelve á la familia y á la sociedad. enumerároslas. Me basta solo decir que aunque ¿Cual será el medio mas apropiado para que de tantas maneras se ha definido, todos convie- estas influencias sean benéficas, para que la hu- nen en que su objeto es preparar la humani- manidad márche por las vías de verdadero pro- dad para que cumpla debidamente su destino. greso, para que pueda llenar de una manera » la mujer ¿qué es?¿cómo podré definirla sin cumplida su destino? que se crea que por pertenecer á su sexso tra- Nadie podrá negar, que así como el labrador to de censurarla ó de prodigarle lisonjas ?; Diré necesita preparar el terreno que ha de recibir como muchos repiten de continuo, que es el en sus entrañas un insignificante grano, grano único borrón que se encuentra en la obra ad- que vá á producirle mas tarde los frutos que ape- mirable de a humar,idí-d, que es la veleta co- tece, así como es necesario que la semilla se ocada en el hermoso edificio que el Omnipotente mantenga á cubierto de cuantos elementos pu- levantara 3n el hombre¿ ?Diré, por el contrario dieran perjudicar su naturaleza; así como una como otros agregan, que para escribir algo sobre vez brotada la pequeña planta hay que preser- esta bella porción del género humano, hav que varla del viento que la troncharía, de la lluvia arrancar las plumas al amor y humede¿erlas que podría ahogarla, del sol que la abrazaría en en el sentimiento? sus llamas, así la mujer,pequeña é insignificante á No, nada de eso diré, por que tales maneras los ojos de muchos, principio de la sociedad, a- de pintar a este sOr son en extremo exagera- siento en que ésta se solidifica, germen fecundo das. bolo sí, que la mujer, como el hombre v del universo, ha menester, cual el pequeño grano todo lo que en eJ mundo se halla, ha sido creada á que lie aludido, una preparación conveniente, para algún fin que ella, cerno el hombre.se una mano bienhechora que la preserve del fu- encuentra provista de los medios que deten ror de las pasiones y de las terribles tempesta- poner en práctica para realización de su fin des que continuamente se agitan en tor- y que por lo tanto, ella lo mismo que el hom- no de ella. bre tiene no solo la necesidad sino el derecho - !La educación de la mujer! He aqui com- de reclamar se le impartan los mismos cuidados prendida la cuestión por excelencia para el ade- las mismas atenciones que á éste se prodigan lanto de los pueblos. si dijéramos, el destino de cada criatura, es como puede Llevarse á efecto su educación; la que, para llamarse perfecta, siquiera sea de un mo- ías tí àouelln" 3T* a™ ^-"^do evitarlo do relativo, no ha de separarse nunca de la as m s naturaleza constitutiva del sér que se trata de : n ¿ ; "os defectos que le son propios se formar. van man,testando, aunque modificados en el nmo que estrecha entre sus brazos ; Y cual es la naturaleza, cual el objeto final La experiencia :de cada día nos demuestra de la mujer? lmPenf Sa es Ia eSt : ^cesidad de preparar á Nada mas hermoso y al mismo tiempo nada cualqmer md.viduo para que desempeñe con- mas trascedental que su misión. ¿ La véis velan- venientemente su misión do inquieta el sueño de un ángel que se oculta Jamás permitiríamos, que la salud de uno entre las espumosas cortinas que cubren su Pusiera ¿ manos de cuna? ;La contempláis oprimiendo contra su So do % bñ ^'Jicad° con ¿s>dvadad al es- pecho la cabeeita de su pequeño é imprimien- nueS,,í • t med,Cina' no to'eraríamos que do en su frente un ósculo santo y puro como nuestros intereses, que el arreglo dé nuestros es el ósculo de la madre ? ¿ La admiráis por qUe fuera»' «e confiase que solícita no solo atiende sino prevee las me- dC <)UÍen uede nores necesidades de su hijo? Pues en todas en ?«!f la familia, la que á su vez lo debe al amor y le ore sta ría n c °S «^cimientos, pues aunque y los cuidados de una madre ; hagamos por que serían S^ ,rV,C!OS mUy ^Portantes no le ese amor y esos cuidados no sean producto de c^rendfTuintento. Se un crecimiento natural y espontáneo, sino un za dpi qpr W, z con°cida la naturale- amor guiado por la razón convenientemente ilustrada; unos cuidados sujetos al conocimien- tanto m»« i dad" Estos medios son to del sér que los recibe, teniendo en cuenta SMtìfc«* "T de,icafa es la la naturaleza de sus distintas facultades, del prébararsp tanti ' ? Por!o mismo híl¥ que orden de su generación, el mayor ó el menor S Z ¿ r ¡35 CUldadosamei)te á la ec u- CUa t0 grado de improtancia con que se manifiestan sin e asunto de " P ° io 'a sc hÜ poesía lo que era secreto y sagrado de la fé; ra extm.I ' * ^^ donde las.escua- mas grande que Cervantes, con haber matado strueS g fS n° ha mucho celebraban con Carvantes un siglo de una carcajada; mas gran- e tus,asm eI ce cn.trn" f ° hecho realizado ha" de que Aristóteles y que Newton, con haber ctesconoddoen, : aT' Wnía al'n delante de silo descubierto el primero la unidad de las fuerzas Ü q u lméric implaS de v ' °; detrás, la saña intelectuales en la dialéctica., y el segundo la iiiipiacaoie de los hombres; sobre su ciheza PT unidad de las fuerzas cósmicas en la gravita S^fM & sutSs'el aabi 1 ción; mas grande que los guerreros,.v los satnos, mo siempre abierto; dentro de sí, las negras bru y los artistas, por que los guerreros cuentan sus fuerzas y. miden sus peligres; los sabios conciben un-principio en la paz de su estudio, que luego otros hombres y otras generaciones realizan, los artistas desenvuelven un bel/o pensamiento en los campos apacibles de su fantasía; pero Co- lón es al mismo tiempo el guerrero esforzado que lucha consigo propio, con la ignorancia ó herPoeisOmn.0lÓn !UCha, C°n fe >"Ia fe es madre del mala fe dejas gentes, con las borrascas del mar, la que P ne la con los desmayos de sus compañeros, con lo' aza- mano deí T ™ , ° en la er0 lo COnduce á la ra "ue none r ^ victoria, es ro zo de su empresa; es el sabio que á la luz de en 13 ma su reflexión mira flotar'un mundo en los abis- a Sf T^l , b° del artista pa- mos de su conciencia y lo arranca de-allí para roc^ es fa n.r ^ de al C0'azÓ11 de la q POn e la en la hacerlo surgir de este í-ido del Atlántico; es el Doet; narn • , ma. o dll artista que se enamora de uña idea y le presta Sería l Zr?T laS,maS Puras armonías de la el calor de su sentimiento, y realiza por si mis- palabra'T qUe !leva Ja «iocu¿ad¿ á mo, la mas grande epopeya de lus siglos; es el hombre extraordinario, en fin. que cuando ya había logrado el afán de toda su vida; cuando ya había logrado que supensamientoss cobija- Jas ocultas maravill ,s de la Naturaleza, al ara do que surca la tierra, á la constancia del már- entraste en las corriente H« i, -j tir que cae en la arena del circo bajo las garras de

«I á Colón, g^fiUl d, su destino; 'dúos que en los puemo ueblos su carac- quitad á los md1* veréis>aer de su mano e< arma ter, su espíritu, y veréis¡ rd. la pluma, de combate el ^iLd á Feni- v la lira, su carácter cía su caracter méW ^ ivirídico, á los ger-

EN LA GRUTA DE CANOAS.

T ^ la memoria de la ádaw^HF^S JUSna D" Guuerréz de Diez-Gutierre,. nias ni Grecia será el modelo de las creaciones altí'ticas ni Roma será la soberana del mundo, ni los germanos echarán el cimiento de las nue- calma el espíritu fati^dn en reSones ¿"T** vas nacionalidades, ni los árabes I.aran sus con- luz se difunde como una mradf d°nde la quistas, ni Alemania será el cerebro de- Europa, nensa celos, y donde el aire dihta ^ r, f délos- ni Inglaterra será el centro del comercio, ni Ru- -ncia estremecedora .de Ja^ selvas ° ^ sia logrará sus extensos dominios, ni Italia será laro moral del mundo, ni Francia formará sus costumbres públicas, ni América producirá sus invéntos maravillosos, ni España realizará Sus grandes epopeyas históricas. ¡Oh, tu, Patria, mi.patna adorada! fu, que —141— luvío abriera tal vez y que la ciencia y el tra- bajo del hombre han tanteado con ese enorme la vejetación iba creciendo y el suelo tapizándo- estilete de acero de los rieles. Nos dirigíamos se de hierla. La suvísima ondulación délas co- al Cañón de Guerrero- lmas sucedía á .las abruptas arideces que atrás Antes quisimos esperar las noticias que presto dejabamos. El s-1 bajaba majestuosamente y el llegarían de Ja ciudad pocos dias antes abando- aire peí fumado de los cercanos bosques refrez- nada. y aguardábamos con impaciencia y temor. caba nuestras frentes á la par que nuestros co- Nos habíamos separado de ella dejando la peste razones se impregnaban de esa dulce calma que que asolaba hogares y tronchaba vidas, sin res- la naturaleza augusta y grande de los campo, petar geiarquías ni edades, igualándolo todo con sabe inspirar aun á las almas mas heridas por el nivel que rasa la tierra á la misma altura so- la tribulación ó desoladas por el tedio. bre los sepulcros. Allá habíamos dejado padres, Remontamos la cumbre, penetramos en una esposas, hermanos, amigos: afecciones hondísi- hondanada, y ai descender apareció á nuestros mas del alma; y temblábamos temiendo se nos ojos el vallecito verde, risueño, fresco, con su dijera que alguno de esos seres adon dos había cinturon de colin rs y su diadema de montañas sido atacado por la epidemia. Y¡ ay ! ¡ cuán pron- aItiMmas y salvajes. En el centro, como una to tuvimos ocación de confirmar, por una vez garza dormida, descansaba la o«ita blanca y más en nuestra vida, que el corazón es el gran ma?; lejos el humo .le la chimenea estremecía en profeta de la fatalidad 1 el aire su flotante penacho. T , > La mañana de ese día se atavio con sus tocas Llegábamos á Canoas á la vez que el sol se de luto y un pueblo entero lloraba á esa hora la reclinaba én las grsas blandísimas que cubren pérdida de una de sus mas caras prendas. s'i lecho del ocaso y se envolvía en la púmuia La honda melancolía que se apoderaba del es- llameante del crepúsculo píritu en presencia de la muerte invadió nues- IÍ tras almas. Emprendimos la caminata tristes y Al desee ider al valle alegre parloteo del a- pensativos; y aventuramos los primeros pasos gua nos anu :ció la cercanía de un riachuelo que por un Camino áspero y pedregoso. La cuesta se vadeamos á poco, y remontando ru corriente empinaba retorciéndose entre peñascos grises y llegamos a una mura'la de piedras acantiladas calcinadas rocas; la vejetación era espinosa y ce- v giganteas. A su pie se extendía un romanso nicienta; y el sol, encendido en el cénit, fla- transparente y tranquilo, quebrándose, enca- meaba sobre la dilatada vereda cubierta de gi- rrujándose en sus orillas, por el chorro del ma- jarros calizos que la hacían semejarse al sende- nantial que se futraba de las hendeduras de la pie un osario. dra. El gárrulo bor bollón saltaba cerca, donde A poco el paisaje fué variando paulatinamenet; dosrocas Lapizadas de muzgo verdinegro y empe- nachadas de campánulas blancas y moradas, for- 1 fio escrito sobre'su tumba. Pero no: aquello era maban un ángu o tenebroso. Ha?ta allí llegsba sólo el sepulcro de un nombre.; Y que sepulcro; el remanso que iba dilatándose y convirtiéndose Lejos de los rumores, del mundo, del brillo de en un peque fio legó que luego se mn estaba en las ciudades, de los tumultos de la tierra; y en- la enorme abertura de las rocas. Aquella era terrado, escondido allí, entre la salmodia majestuo una gruta, una encantada y mis'.ernsa gruta ae sa y schmnedeios bosques, teñido á veces por los donde surte el riachuelo límpido y sereno que reflejos opalescentesdel agua y á agitado veces por va creciendo, creciendo al descender por los pel- elestruendotumultuoso de las tempestades Oculto daños de la montaña, y se agranda y se presi- aquel nombre en aquel lugar,. como se oculta el pita en cascada, y salía d>svaratánd.cse en es- pudor, como se cculta la modestia, como se pumas, y se desgrana en perlas y diamantes, Ocultan las buenas obras, pareciónos en momen- y muge con estruendo pavoroso hasta formar, a tos tales, que era como un saludo ó una despe- muchas leguas de distancia, el rio ancho y pro- dida enviada á la tierra desde las más misterio- fundo de Tamazopo, que va á hundirse, >a re- sas profundidades de la Eternidad! vuelto y confundido con otios cien,en la inmen- sa vorágine de! Atlántico. , , L'n sacudimiento estrr meció todo nuestro sér, A la claridad del crepúsculo, escuchando los y la ola de me'ancoba que nos embargara mo- rumores últimos de la tarde y el murmurio de mentos antes, s- conviitió en un mar de tristeza la corriente, un indefinible bienestar Se apodero infinita que inundó por completo nuestros de nuestras almas y en religiosa contemplación espírii us permanecimos absortos por breves momentos Salimos de la Gruta el exe.lint* amigo que rre acompañaba y yo. sin hallarnos; perú al vernos ¡LaGiu'a de Canoas! Deseabámos conocerla leímos en nuestras miradas los miímcs pensa- y penetramos en ella. La obscuridad era profun- mientos y las mismas ideas. da y echamos mano de luz artificial pa¡a con- templar el antro Era un lugar fantástico donoe Ya las úbim2s claridades de 'a tarde se reco- el granito formaba cortinajes y columi as, arca- gían, en el Pcniente y la masa negra de las som- das y estribaciones. En les muros había signos bras subiendo desde ios barrancos h.-sta las co- v letreros. El primero que se estampó en nues- linas y desde las colines hasta las montañas, tros ojos fué el de la dama que diez horas antes eicalaban la altura de los cielos. devolvía á su Criador el espíritu inmortal que Sentado sebre un viejo tronco que las ondas le prestara y con el que atravesó este árido ca- del remanso lamían gráciles y muimurantes, se mino de la vida» golpó á mi cerebro todo un panorama fantás- tico á veces, á veces rcal.de hechos y cosas, "Juana Diez Gutiérrez:" con caracteres inse- Vistos unos, adivinadas otias, en diferentes guios, amarillentos y borrados en parte por el tiempos y luga íes: toda esa inmensa y mudable musgo, parecía que el letrero aquel era el epita- — 144- — 145-

de su corazón. Las luces de l?s cirios se cuajaron sucesíón de cuadros que vienen á formar la his- en el negro cristal de sus ojos y el dosel de sus toria de la vida. pestañas se levantó para que despertara ¿ en III La vi. á través del tiempo, n;ña. alegro y bu- iÉése garaene,,osla lliciosa, tal vez cuando su mano trazo el letrero I.a vi deSi>uéS No: ,a adi • ocultánd que ian honda tristeza nos infundiera. Parte se modesta, con sencillo atavío, penetrar e„ los de estas comarcas perteneció á sus padres; y p r hogares fnos v desolados donde ffig^?* el valle y las laderas, á la orilla de los arroyo«, la espe-anza. donde el dolor aflige y ia mueítí bajo la sombra de los sabinos \ entre el cañave- desvasla tendiendo su mano arfstocrárica para ral garrulador, los ojos de mi imaginación la socorrer al dcvalidoracanciar al niño cu contemplaron ondulante y lig-ra. reflejando en al anciano enfermo. Allí su imagen fulguraba sus mejillas la concha nícar "a cerrados en don airosi, respirando vida y juventud. En sus m> d.e fodo duerme para siempre, sus labios sin son- radas dormía el ensueño y el negro dosel de sus pestañas le cobijaba para no despertarlo. S?'t.yí?/rfbte;in ,lusi°,,es La muchedum- En sus labios la sonrrisa fulgurabi conn la luz- ño .aT, ^^f romo antaño y como anta- de un silfo sobre una rosa > su cabeza escultó- o la adniip Pero hajl^tre esa muchedumbre r P,- de *>m abandonados que a- rica se erguía para bañar su frente en las blan- .demás la bendicen v la lloran co„ el llanto srn cas limpideces del espacio. término d* I*,* que mtóta;> bó- \ Con los ojos divini* de la Fé, la vedas del templo. Su olímpica apostura se des- cqntemplo f^líz, nsuefta, triunfadora v augusta tacaba entre la brillante muchedumbre que U lafrn^Vl mT de 0r° y de diamantes de admiraba. Los himnos nupciales la envolvían en la jnniortnl Jcrusalen, y entrar vestid* de luz v sus ondas armonio ,as y los azahares blancos en con lag pup.las abiertas á todas las esperanzas su car-cia de perfumes Su velo vaporoso la atodpslos deleites, á todos los resplandores de c ubría para no dejarle ver más que las sonm-as la Bienaventuranza etprqa J del amor. El Pasto.".corona la la venerable cabe- * * za con la bicorne mitra y el báculo de oro en la Cuando continuamos nu.-stro camino, la no mano, la bendijo en el nombre de'Dios y en el ene había cauto por completo, triste, sítente. nombre de Di<»s la unió para siempre al elegido sombría. Sólo fie allá, de la inmensa boca dél ca- llozos embargaban su voz ñón, sopló, mir murando ?penas, un hálito tibio y per'fü fado; y en su toado empezaron á abrir sa Pno°sfn de mi pobre ca- rme sus párpados azules las consteiáciouos Oiientaíés. v de ofrecern e - recomenacciones nueva vida -^ fonsejos en el curso de mi Manuel José OiMr¡. jYfarzo de 189k. {mfl W hermanaste -i^nndo ^S6 SÓ¡OCOn a-ble anciana

que débeme s hablar dTt ¡f h°ra en espera^ ^^--..^ora. que LA PRIMERA GANA ',a podido Ijo.rar de mi e?t¿ ? 7 íálpitan en mis recuerrlnl ' a'\PaIabl as que ,aS À mi" compañero Profr" onás de, air e las nonoNs Je ^^ "" • Manuel Vázquez Negrete- querida ... H de una música tnste y • . . ; i.; ; - ; :: ¡" :. -1 '

En uno de los.últimos días del mes de Diciem te| ldo la abura ir, W l ?¡ rPara hacerte llegar á bre de i;877, mi maèstro estuvo á visitar á mi Primeros ^ ^ madre. . , ¡i m recursos — Stfiora—• la dijo poco antes de partir—su hi- de ninguna especie v t^fT^' jo!» a términa do los estudios primarios v eátá ap- to para-hacer los preparatorios en el'Colegio ó para que aprenda algun&s de los ramos que abraza Ja industria. Aqm' tiene vd. mi certifi- 1 rial vla ZZC ^f ^^ ?n-la vida mate, cado: en él hago constar que ba cursado con no panJiis e'^10" de V-er-'ahora balizados en ta ble aprovechamiento las materias que com- dre son el mel Y ^ granzas de ma- . prende, la Instrucción Primaria; guárdelo vd..yá embafgo i ri^r30 qU6 PuedP recibir. que este documento le'' séívirá de atendible re- fa t comendación;rn£;, ot}a!=irrt aom'fiimlítfc? obirr^O Mi madre no pudo contestar, porque los so- poyo que su conciencia. Has concluida tus estuiios de escuela. Yo bién quisiera cfúe entraras '.al ínstituio para '•íadfUntdeattSñOSV ™ -re- que mañana, con un t'iíu'ó brilla-te y lucrati- Mue e 1,.., que ]]amaba vo. fuCi-ás aplaudido por él mundo entero y vi- vieras con el desahogo que dan las riquezas pe- e " —- tenía el ro ¡a y'los años me'pesan, la fatiga ha empe- e mer¡tor vtim á ápodérkrsé dé' hii ¿prpb y no ' podré --bsfru,:ía st r sfeg?, >o >•• sostenerte pi sosteper á tus l^rmana's durant i no tendría quedarme í?, er(°qiie mi familia, el ti-mpo que tarde tu carrera. No obstante, tú da significaracuesto que mi'nviH »*" eres q'Ueh hk de de'cidír -en esta ve?, seguro d¿ baaná para los den-^^ siempre tra- evitar á todo tíakce rtiendo'116 y° qü'éyo. de todos modos, cumplr^ en lo fu'uro mer con mis deberes; cómo he cumplido, hasta, hoy. <*r poco duradera cuando >°s ha- Médica, ré'tléxiórta esta noche.', y mañana. me di- rás lo que piensas hacer, y cómo'vas á entrar uce s aí nuevo mundo que tienes de ame, mundo que lo eme vo necesiiaho ol - hubieran sido mi te separa del risueño pensil'de la niñez y que — Ea me diie c¡ i f ^ «solución. 0 tántó té ó frecé horizontes que sé dibujan con un azul Escuelayál Sp^Ts ^toála que no conoces ; Me has. comprendido? Instruccióu Primad " Profesor de años, contandraTmá^0,8^ — Prríéctaméiíte, madre. P v •ler alcanzar prón J^S¡|tTP* ** °" — á)á. pú'oS; hastía- mañana, y que él cielo il a- con pequeño sueldo, ¿po/qué "o h TqUe sea rnii e'tü resolución. P grar mi vida al bien nteíeéíuaJ H d-° Cflfns*- liésó'mi freh&é, me ben-iijo v nos dégped.imps^ pueblo? 1 ¡seré Profesor! mi Sl^t J ™ no s'irf ha'btí púésl'ó vo mis iabipá en sus' manos ehosa que 3a de los méSícJ** ás prove- y en suS'finísimas' tréhzas'de"'p'át'á -.'.. curan la.-: enfermedades del 'pUeSÍ° que 51 eIios Esa. noche 'no pude dormir: el sueño huía de ese mal del espiral £ ¿W- tacaré mis ojos' cómo "huyen las nieblas de la madruga» tendré envidia k Tbl Worarfeia. No da; ante las pupdas del rdl.a á ré los derechos qu í?" -POrdue d^nde" las palabfes íjtío1 ¿cabt.ba de oir me hicieron tración y ltcigaréen los ? -f Sobre 1:1 i^s- reüexionar serianienie. por primera' vez en mi r oontra el obsírMtew No nnT'f de Alinerva vi "a; infiumérablés proyectos pa-a el porvenir Cie,t0 aCU br taron de mi cerebro; pero todos sé desvane- Mar los tesoros d^hombfe dí;? ' ' los pocos conocimientos negOC;os' *®as cían con la amarga realidad de nuestra pobre zá. se me ]• studiar .Medicina era imposible,' porqué te- acabarán como aque los Tr^T^f' * - -„antes mo los bienes materiales: sobretodo, ¿dónde hallar riqueza que iguale al bienestar de mi al- ma, cuando pueda \ o ser útil á mi madre y a- bonar algo de lo mucho que le debo? Después de la lucha que había tenido, la vic- toría me coronaba con la noble resolución de leda. ser Jflaesiro de €scue!a y de aumentar el núme- ro de esos seres á quienes la sociedad toda va no Los gráciles pies de la doncella juegan en la «•un« iw«! comprende, ni considera, pero que son grandes superfic-e de no. levantando á su golpear cas- porque llevan en su frente la espinosa corona cadas de diafanas perlas. - de los mártires ! Entre lo verde del follaje resalta la blancura Saum «m de su cutis, y dibújanse en la musgosa alfombra ¡i las delicadas lineas de su escultura. Cuando mi madre supo lo que yo decidía, no pudo menos de alabar n i pensamiento y trató Las largas y sedosas crenchas caen en desorden de llevarme á presentar con el Señor Leija.dig- sobre sus espaldas, y los ensortijados rizos que no hijo del Magisterio y que ebrigía la Escuela en ellas se forman, son besados por las estivales rosas. Normal. —Arréglate - me dijo—iremos enseguida. Abstraída en la contemplación de sí misma Al peinar mis cabellos delante de un pequeño n ore para en 4el cisne, extático y absorto' dirige sus mirada, hacia ella y se acerca pau- espejo que constituía mi mayor lujo, me estre- atmc.mente al sitio donde la hermosa ninfa de- mecí involuntariamente. El insomnio de la noche leitase en el baño. anteri r, la reflexión, el sufrimiento, el temor al mañana. hablan hecho aparecer en mi cabeza la Alarga el flexible cuello para contemplarla prírrjera car¡a del hombre .. mas a su sabor, rozando su cabeza con e' cuer po de la niña. ANGEL VERAL. Esta, saliendo entonces de su abstracción, repró- chale el que se halla acercado y atrevídose á mi- rarla ...... Venado,, Agosto 25 de 1895. Mas en breve establécese la alianza ¡d 'arrülk» de las dulces palabras del enamorado pítimaco y aquellos dos niveos cuerpos confúndense en i un estrecho abrazo. v. , „ Juan Dosé pereda. Marzo 3 de 1895. lentamente íMtíi lenta,

FANTASIA. montes, de arpemos mrtnMZ entrañas ar- em pieza..canto que Y dijo el hada: cuando fué intemMr Jfe ™ bra.P«a cantar, Yo conozco i los silfos, y te puedo contar, que con voz meliflua dijo- Prmcipe Rojo, joven poeta, los misterios de amor que atesoran. es Sí, los he visto revolotear dentro del cáliz de - ¿ates t^T ' ¡iabit° « las azucenas, los he visto cabalgar sobre las cerca del huerteciflofe -t /'?1101? Q'Ue mariposas de doradas alas, los he visto patín at- badar ju.uet^n, v poseo ,dor¡de ^ en el agua formando círculos concéntricos los n"bleza: cuando duermen Íd™ n*l de mi he visto en alegres bandadas en' las noches de pensamientos, descorro T 1 donce!las de castos esplendorosa luna; y he oído las historias que P ideal, y les miS e^^t^- deI -undo > refieren á las hermosas niñas rubias de los ojos las bellezas que radiante rePlen- - ;5»iiii' soñadores, las historias que refieren á las vírge- -o/ar dulces ¿Ff perlas nes pálidas de obscuras pupilas '•os de amor de las rcKsl CUf;nt0 ^s idi- .'vi A tí, joven poeta que acaricias en tu mente rola, a! delicado Uso Sd Ì entrcabre» su co- soñadora, ideas ardientes é inspiradas de amor y cuento mis amore í f Porqse ' sentimiento, te contaré cesa Violeta po-cmM '«^cantadora prin- Y un silfo que escuchóla voz argentina del "evan ' * —? I ,0 hada, que de esta manera hablaba al joven poe- l• voJv,6elbaaa dicSdó- ¿ ta, prorrumpió en una estridente carcajada ; j'f Y dijo el silfo: ondl^Sr* b°SqUf ^mros, una i ¡ Vengo de las regiones ignotas, amieo mío, portad)e o la, n^s t SÍ" f SÉ han i! donde habita el ide?l de tus sueños color de au- Rojo - ¡S l vieraras Cuacuán. triS ° ^^ rora; he visto á la inefable diosa que te inspira, ampo !.... te se ha ouedado e] circuida de luz, radiante de hermosura; y más aún, la he visto sonreír graciosamente, 1 n ata cuando en el bosque recitabas las estrofas que Más ya despierS a°^nSt r #-- •• Í nsueños ; de seeuío ' *enúitd de 'r-ts áureas fantasía ! ¡Muéstrame tus más hermosos cuadros, para ofrecerlos á mi amada!.... viso y se hunde en el hogar como un diablillo juguetón "Yo soy la Reina de las fio-es " Esta historia, te la referiré ¡ídolo mío! á cam- Pierrot canta junto á la maquinilla de mon- bio de una dulce sonrisa de tus lábios rojos dar patatas; tiene una en la mano; se recrea con a masa suave que la forma, pensando en el de- mañana al atardecer licado puré que se puede hacer con ella mezclán- dola con mantequilla y batiendo, batiendo en £francisco Sustaita. nna. cacerola honda.

San Luis Potosí, 1895. Es un tiempo de polka el que tararea Pierrot: un tiempo tan alegre como el verde délas lechu- gas que se encuentran en la mesa, brillante como el color rojizo de loe tomates hacinados, v ca- liente como el tono de los rábanos de Alsacia downseaen de l0S Picurnch0¿ de los ^ Mientras Pierrot trabaja y canta, Pierretine está enfrente, en el balcón de la casa vecina iQue bella es Perrietine! Dos hoyuelos en los PANTOMIMA carrillos, un lunarcillo en la punta de la nariz

A mi amigo Mariano Farias. PiS;™ - TlHrÍn •••• Esla iónde mSnrTOnt0 P¡erretine desaparece y se oye una Es la cocina del gastrónomo Mr. Jambón. Su melodía amorosa que ejecuta al piano estufa está encendida, los calderos arrojando 0t GS S nSÍb e á las humo, las cacerolas tan limpias, que desde los rZ?M t l dulzuras y caricias de Lup do; ama la música y en su corazón se des- clavos de donde cuelgan despiden, reflejos pla- a teados confundiéndose con los de las llamas azu- ; ; a,!T profunda simpatía hácia la artista les y rojas que lamen las ollas de fierro senta- que tan lindamente le recuerda el antiguo cari- no de Colombina: ¡Colombina, la infame que des- das en los hornillos y transformando las luces trozó su alma abandonándolo por un sa.gento del cuarto en un juego de maravilloso efecto: de cazadores de Africa! Toma un «artén por Oro luminoso, plata en ráfagas y el serpen- viohn y acompaña á Pierretine tear azul del carbono que se levanta de impro- Tarará Ta ra rá Esla melodía con tiempo de val?. Entre tanto ios calderos humean Cesa el piano, el vioíín—sartén, apaga su so- nido insensiblemente y enmedio de una reminis- cencia del riíotivó principal del canto vuelve á a - parecer Colombina en su balcón, radiante tíe gracia y de frescura Pierrot le manifiesta su amor trasf ortado á «á mor. reg-ohes desconocidas, haciéndole señales; y pa- ra hacerse entender completamente toma un betabel de la forma de un coiczón, lo ensarta A LA SEÑORITA TERESA PEREDO- con el asador y se lo presen.a á la graciosa mu- chacha. Ella se rie, se rie con todas sus füc-rz; s, Fra na noche serena, apacible, cargada de vuelve á desaparecer del balcón y al poco tiem- U pe.fumes v llena dé armonías po, en tanto que Pierrot tiene el a ma en un hi- En el fondo de un cielo azul luminoso y tras- lo, sale otra vez llevando de la mano al mis- parente. brrllaba la luna en toda su plenitud en mo sargento de cazadores de Africa que aciba- tre millares de estrellas que cintilaban intgrmb ró la existencia del cocinero cuándo tuvo amo- temes corno lamparas próximas á espirar res con Colombina, y se lo presenta lanzando Ln viemeci'lo suave .„urmuraba dulcemente una sonora carcajada. entre las hojas de los árboles y un pájaro ena- Pierrot se siente mcrir de ira y desesperación morado cantaba, v en su canto decía- ' gira en torno suyo l- vist?, descubre un lietmó- "Ob casta luna! en ¡os efluvios de tu luz so rábano de Alsacia y se lo hunde sin compa- mas pura ¡leva á la tierna alondra á quien ren- sión en el pecho cay endo al suelo présa de una dido adoro, «d ardiente beso que mi alma le en- agonía incomprensible. vía; y cuando en el silencio de la alta noche las auras suspiren, los arfoyüelos giman v las fron- Hlberto Sustaíta. das murmuren, deposítalo . amorosa en su rosa- do pico. San Luis Potosí, Enero de 1896. ¡Blando céfiro !-tú; que en tus alas traspa- rentes levas los suspiros de las vírgenes, los be- sos de las ninfas, los cantos- de los pájaros y las dulces armonías qué en él espacio flotan, ileva

exbarina mía laS trÍSteS qUejaS que Pedio i Leda brisa! en el delicado aroma que á las ve en la inmensidad de un cielo azul flores robas, lleva á mi bella tirana la ecencia de mi amor. del LlUireñ°r fntaba oculto en los naranjos del cercano jardín. J jGénios del aire que habitais la región azul! Yo magnetizado por la celestial mirada de tus ¡alados silfos que vivís en el cáliz de las flores! Pupilas te contemplaba en amoroso arrobamien- ¡Linfas puras de las fuentes! ¡ Blancas maripo- to , Cuán hermosa estabas! En seductor desor- sas decidle que su amores el delirio de mi exis- tencia. el oásis de mi espíritu, el torrente de ÍTJe T' P°r,tU CUell° de nítida Cancura los luz, el raudal de armonías que el alma siente bucles de oro de tu cabellera destrenzada! Tus en sus extáticos arrobamientos; que sin él mi manos-niveas mariposas-^ posaban en mi vida se desliza negra y pesaroza y que su des- los n0;Snirente/hSipando C0n su dulce «»tacto dén me mata" los pensamientos tristes-nubes negras-eme ensombrecían mi existencia El pájaro enmudeció. La luna siguió brillan- Después, cediendo á fuerza superior,' reclinas- do en el cielo azul luminoso y trasparente, y el te en mi pecho tu frente de camelia y nuestros céfiro con vago y dulcísimo rumor suspiró en -abios se unieron en un laryo y apasionado be- las hojas de los árboles. so y murmuraste: -tuya, tuva para siempre"

1896. Garfos enmudeció ^ t*™ * * # paSado, muchos a»os: el invierno del olvido llovió en tu corazón sus destructoras e- amoÍa^ieP arnd0 dI.as l0S restos ^ aquel amor Sólo o, fatigado viajero, aún no he con- seguido arrancar de mi alma tu imagen seducto ra que solo me sirve de tormento: ella me recuer da el pararse pérdido! Aún en n is labios palpi- ¿Te acuerdas ' ta fresco el beso que nos dimos; aún siento que Mayo, el mes predilecto de la primavera, mo- tu frente de camelia se reclina en mi pecho v ría en medio de la solemne calma de una noche que me repites;"tuya, tuya para siempre".... tropical, dejando como un recuerdo de su fugaz fué en la ultima noche de un mes de MaVo . ; i e acuerdas ? existencia en los campos profusión de flores y de aromas y en el alma muchos sueños .... -- PEDRO HERNÁNDEZ. La luna—rosa blanca—abría su corola de nie- J?a¿,< ^Ja/cu' ¡S.97. 161

mas pequeño mas comodidades le pertenecen Une cada uno haya cumplido con su encargo es 1? qUef -T10 dGl lector de->°- Pües sabido es que muchacho ganoso de descansar acaba S oares d?oLPr°nt,°'"V ?ando pellos cuatro cerrado! SI? ^ davaron en párpados medio entífE nnCTé5,e t0mó la» frutas v las COMO SE GANSO SAN PEDRO. entrego al rapaz deciéndole: -Anda, granuja, y reparte esto entre tus lermanos; pero cuidadito con desperdiciar las las uv s — Ya el campo huele á tomillo y las cabri- 1 JÉ rf J son bendición de Dios llas saltan alegremente. Andad, perezosos, que ¿iefo drf' Se fl,é tan Pronto al la faena es larga, y no pidáis cuenta por lá tar- -Que decís, abuehto'—á una voz pregunta- de si no la habéis dado fin hasta terminarla. ron los buenos mozos, P S Así diciendo, arrastró el. tío Juan sus babu- chas por el suelo, tomó c-1 caminó de la granja v —Lo que oís, diablillos; y si tanto os intere- fué á sentarse en las raíces'qúe rodeaban el sa saber cómo se cuenta eso, abrid las orejas tronco del añoso encino. que no las tenéis chiquitas para oir necedades ' -Sabéis como quema el sol del Verano en vues- Vió desde aquel improvisado asiento perderse tra tierra a Ja hora de la labranza ? Pues más lo el último pájaro ¿el bosque; oyó la p'óstrer.v. hace a la misma hora en las regiones por donde qüeja del ganado, sintió qué desaparecía de su Insto se empeño en predicar el evangelio, v frente el suave Calor del último rayo del sol del mirad que para que Jesucristo lo sintiera-... campo y descubrió su desnuda cabeza para te- —i'Ltf sintió, padre grande ?-^preguntó el sar las oraciones. rapaz abriendo los ojos con asombro. —;Aquí estáis ya, hijos míos7-^dijo cuando se vió de pronto rodeado por cuatro mocetones —>Sí que lo sintió aquella tarde á que se re- á quienes no faltaba ni vig. r ni buéna ley pa- ínere esta aventura; caminito de Galilea en el ra el trabajo.^'Pues • hombre soy que sabé caballo de San Francisco y sin más compañía cumplir lo que promete y preparaos para bir lo que el portero futuro de los cielos, iba cruzan- que no os importa. Pero antes, Antonio, toma do arenales -nmensos y desiertos calientes donde ramas para tejer' estéra; tú, Juan, tráete á fra- ni una mala palma podía ofrecerles sombra- gor] para que forme corro con vosotros; Andrés como no había palmas tampoco se encontraban' llenará los cestos de uvas .y fresas, y Ramón dátiles, y sin agua y sin alimento, va podéis com- hará partes, que como más pequeño tiras como- testo con voz compungida como él solía hacer prender lo mobinos que andarían"los buenos lo tan frecuentemente— v de nada me sirve caminantes. andar contigo para no pasar trabajos. A fé -'-Pedro ¿ ves algo dijo de pronto el Div.no mía que si fu^se un duro Maestro deteniéndose un po,-o para que lo al- canzara el viejo discípulo, que á duras pena se -"»Había duros en ese tiempo abuelito > inte rrumpió el rapaz mientras el tó Juan se remoja podía sacar los pies de aquellos montones <1e ba los labios con la lengua. arena, donde los hundía á cada paso. San Pedro 110 usaba anteojos v le era difícil Calla y no interiumpas, chiquillo, que sí ban Pedro contestó de ese modo, el objeto por distinguir de lejos ;así es que poniéndose Ta dies- lo que habló no sería otra cosa. A fé mía tra sobre las cejas á guisa de pantalla solo que si fuera un duro—decia vo que el dijo bien pudo dar al maestro la con sabida respuesta de la podría servirnos pa.a otro ocasión menos deses- 'uñada de Barba Azul á la mujer del mismo. perada que la presente Maestro, lo que has vis- —No veo sino el sol que reberbera y el cam- to brillar entre la arena, no es otra cosa que un po que '•everdece pedazo de herradura. Cristo se res gnó y continuó la niarcna sin Recógela y guárdala. Perdr>, que toda sirve inmutarse; pero su acompañante no era de la en el mundo-repuso el Salvador recogiéndose misma pasta v comenzaba ¿ >entir demasiado el el manto para continuar bi marcha. ardor del sol en la coronilla v el calor de la Nada más esto me faltaba—replicó el apc-s- areua en las plantas tan deludas éstas como tol con nada dulce y amigable tono.—Ves qfie la -primera- estoy viejo, cansado, bien quemado desda la Volvió á poco á detenerse el Maestro, y fijan- cabeza hasta los dedos, y quieres que me ocupe do su vista en el suele, dijo ñ su discípulo se a- en inclinar mi cuerpo para recoger un pedazo de lándole algo que relumbraba en las arenas, ni hierro enmohecido. más ni menos que si fuese un duro que alguien Nada objetó Jesús á las palabras de su futu- extraviara en aquellos desiertos, ro llavero, así es que él fué quien se inclinó, , --=Inelínate. Pedro, y vé lo que brilla entre recogió la herradura, la limpió con cuidado y esas piedrecillas. - otinuó pian pianito la marcha hacia la ciudad Por más que San Pedro fuese un santo gusta- donde deseaba pernoctar para seguir en sus ba también de traer un cuarto en el bolsillo.así es predicaciones. que á las palabras de Cristo, abrió dos ojos Pero el sol proseguía en !a ingrata tarea dé como soles y clavó una mirada en el objeto indi- quemar á San Pedro la coronill•., v este buen cado —Dejamos la suerte en casa, Maestro, =eon- viejo ya estaba á riesgo de negar á ".Jesús itntts del consabido canto que le hizo verter lágrimas como perdigones, cuando por fortuna distinguie- ron ambos una choza que se levantaba en me dio del camino. Loado seas tú, Señor, que te compadeciste ile tu siervo. Quizá en esa choza haya una alma por fuerza me corresponde9 * PaTte que caritativa que nos apague esta sed y nos calme esta hambre que nos devora —dijo el aposto disponiéndose á echar á correr para llegar más pronto. Pero la suerte la habían dejado en casa, Coñio el mismo discípulo lo había dicho, así es que al llegar al punto deseado se encontraron con el banco de un herrador sin trabajo, y que por en- ^«teSr^tó bi&r i de se moría de hambre como ellos. Nada tenéis que darnos de comer y beber, v fuefda^nh era r«dió el equilibrio buen hombre ?—dijo Jesús mientras se sentaba en un tronco de árbol que servía de mesa, silla y Cp&tP d l H «¡priendo 3¡| dXz paSOS. I algo más al solitario habitante de aquel lugarejo. — Nada, Señoiv—replicó el herrador bien atigido— lo único que me sobra es un racimo de uvas, pe- ro ese no lo vendo sino á buen precio Querrías cedérmelo en cambio de esta herra- dura ?—preguntó Jesús presentando su hallazgo al obrero. Tomadlo en el acto —contestó este- que una herradura para un herrador, oro molido es in- San Pedro comprendió la lección, v no soltó n mbre P r aU dudablemente. S a d W ° ° " --i tiem 0° P OSe rg0nZÓ á laI rado No Lie - oyó ésto San Pedro, abrió tamaño* deíó oue TP T * ' 'lúe ojos y extendió la mano esperando !a parte que ii2S ,q Jesus ^mara la delantera v no de las uvas le correspondía, pero el Maestro se llegó hasta donde él se hallaba sino cuando el levantó, sacudió sus vestiduras y echó á andar £Staba/-cansando con sus detái por deante como si tal eos>. V entró por un callejón dorado ROBERTO. 167

a roximó sus A Lupe. mjTff* P labios á la blanca 10 b6SÓ dÍ e voz jia ¡IPohr ob«pe i/Roberti o ypobrÍ°e »hijito mío!...ba-.

Era una tarde de verano; llovía sin cesar. momento rein Dentro de la destartalada bohardilla se respi- bufcaSí í" ¿ silencio en la InhS ? % gran ramo de violetatas, que raba una atmósfera cálida y pesada. k Ventana Se Los únicos muebles que había eran: un vie- ' desprendía un jo armario negro y lustroso, dos ó tres sillas Roberto volvió á decir- desvencijadas y cojas; en un rincón un baúl, mam-H^ bpf8 ,as violetas ! ¿Verdad, frente á la ventana, una mesita mal forjada mama? . ...¡Qué bueno es Toaquín! ; vez co- sobre la que había, algunos útiles de costura. Z° S*'TrdÓá: qUey0 ^aba'enfermo y me En una Camita tosca de madera, pintada de t eSa fl reS? Me dÍ como rojo, yacía un angelito. ¡ Pobre niño ! parecía aes e °H f ° -'° maña- na es el día de mi santo, me regalariá una pe- que iba á morir. Era rubio, sus cabellos ensor- lota muy grande, con muchos colores.... tijados semejaban cadejos de seda que caían Volvió a toser Roberto y luego añadió con sobre su frente blanca, bajo la cual llameaban una voz enfermiza, que apenas se oía- dos ojazos azules, calenturientos, muy tristes. ^ Sabes, mamá, lo que me dijo Joa- Sus labios entreabiertos, marchitos y pálidos, wS; ;"* 1 d,IJO, esas violetas las había dejaban ver unos dientes niveos y opacos P0rqUe e habí n mueO^ \ . f dicho que yo me había ¡Pobre niño!" ¿ Verdad, mamacita que yo no me Clementina estaba sentada cerca de él, apre- monrer. .\' dirigió á su madre una mirada taba su cabeza con ambas manos y veia á su interrogadora, llena de angustia. hiji'to con ternura mezclada de dolor . La llu- La pobre Clementina le contestó que no que via caía sin cesar, las gotas golpeaban la ven- sus "tris lágrimas ardientes Isonwon á tana causandc un ruido monótono, tétrico. sus tristísimos ojos. De pronto el niño volvió sus ojos expresivos Roberto seguía tosiendo; á la „.adre se le hacia su madre, y eon una vocesita temblorosa desgarraba el corazón y dulce, dijo débilmente. —Mamá, tengo frío, tengo mucho...... lh US 1UCeS; apenas una No pudo concluir; una tos seca le cortó la Dlomit JW ** bridad frase. plomiza se difundía por la estancia, dando á Clementina se levantó y arregló lo mejor todos los objetos un tinte sombrío y triste que pudo, los raídos trapos que cubrían á su Llamaron á la puerta; Clementina abrió y en- tró un anciano con luenga barba, era el Doctor Al penetrar al cuartucho cerró el paraguas, sacudió el agua de su impermeable, puso el sombrero sobre una silla, y se dirigió al lecho del niño. El Doctor examinó á Roberto. La madre con mirada ansiosa y escrustadora, siguió todos los movimientos del médico. Este después de un momento de examen, movió la cabeza triste- mente, después se volvió á la madre, la llamó La estancia había quedado ohsr„r . „ aparte y le habló en voz baja. Cuando el Doc- n tor terminó, la madre lloraba desesperada. mwm —¡Señor decía Clementina, haga usted lo po- sible por salvar á mi hijo á mi único con- suelo en esta vida ¿qué haré sin él?—-Y la pobre mujer corrió hacia la »camita de Ro- co MEi^fíE IX berto, tomó al niño entre sus brazos y lo es- marcharse pero antes Dre?uhW í nf ° trechó convulsa contra su pecho. reiza£ en un El pequeño abría sus ojitos azules, sorprendi- do. La madre lo besaba y acariciaba con extra- vío, con locura . % laWfe* —¡ Dios mío, no me quites á mi Roberto! ¡ Ya que su padre está en el cielo, déjame al menos con mi pobre niño ! ^Ipisillillfpik El Doctor, emocionado, trató de consolar á rehusó; pero después pensó que entre^a ud a! Clementina. tinieblas no podría ver el rostro de su biio í ndo y aceptólas monedas sollozando Zer¡ol De pronto la voz sollozante y trémula de Ro- zada. pero con la idea de ergon berto volvió á clamar. Piar por una noche más á su Roberto —¡ Tengo frío, mamá!. El enfernnto se habia dormido, tosia de vez La madre quitó de sus hombros el manto V en cuando; su tos más bien parecía un «ernido cubrió con él al niño déb.l y doloroso que desgarraba su pecho®. Roberto volvió á toser y añadió: Mamá, me muero de frío! sobreeileT Z^W lech(V WÍ¡nó su rostro La madre quedó confusa...;.. No tenía nada penosa P * escuchó ,a respiración 1S1

Antes de salir se aproximó á Clementina y hambre tómalos tú. que no has comido en todo le dijo con dulzura: ¡ Valor ! . Un mártir menos el día por darme á mi. en esta tierra y un ángel más en el cielol La pobre madre no pudo contenerse más En seguida salió Clementina á traer con que baltú de su asiento y estrechó al enfermito con- alumbrarse. tra su pecho y con voz angustiada le dijo- • A la amarillenta luz de la trémula llama, vió —No mi Roberto, no sigas hablando asi á su hijo dormido. Estaba.blanco, muy blanco porque me destrozas el alma. Diós és bueno v con la blancura de los cirios, sus ojos cerrados no ha de querer que me dejes para- siempre.. ' estaban tan hundidos en un círculo violáceo, D:me mi Roberto, ¿qué haré sin tí? que parecía tener las órbitas vacias. Respiraba Roberto cerró los ojos. Clementina de pié fatigosamente y de vez en cuando tosia, más junto al lecho, contemplaba al niño. bien parecía que sollozaba. Reinó silencio durante mucho tiempo «ólo Roberto despertó, abrió sus. ojos grandes y turbado por latos de Roberto y el monótono tristes, miró á su madre, v le dijo con vocesita caer de la lluvia. convulsa que apenas se oia : De pronto Roberto abrió los ojos asorado ca- /^Mamá, estoy muy malo, no puedo respirar si con miedo; y me duele el pacho cuando toso Es que me voy á morir ¿ Verdad mamá ? —Mamá, ahora si creo que me muero, me sien- —No, niño mió, contestó Clementina, entre to muy mal ... .tengo. frío, mucho frío. sollozos, no morirás. La voz de Roberto apenas se podía oir por el Si, yo oí al médico que te dijo que yo habia ruido que producía la lluvia. Clementina besa- de morir pronto que no tenia remedio. ba y acariciaba á su hijo con delirio No Clementina tenia el corazón desgarrado- Ro- podía hablar. berto añadió: Clementina casi sin sentido llegó hasta la ven- —Mamá, ¿ que duele mucho morirse ? ¿ Ver- tana y cortó algunas, flores que puso entre Jas dad que no Y Joaquín me dijo que si moria , mamtas del moribundo meífia al cielo con papá. —¿Qué bonito huelen. ; verdad?. y Ro- —Si, Ilobertíto, dijo la madre con voz angus- berto quiso acercarse las" flores pero no tuvo tiada, cuando mueren los niños buenos, se van fuerza. Su brazo dejado y débil quedó colgan- con Dios. do fuera de la cama. —No hables más, mi Roberto...-, me haces De pronto cesó—Los ojos azules de Roberto daño Mira, aqui he comprado estos dulces se cerraron para ti... eátán muy buenos ..pruébalos.... Clementina tuvo miedo., llamó á su hijo lo sa- __No mamá, contestó el niño yo no tengo cudió, pero Roberto no contestaba.. . .¡'[labia vola do al cielo ! La pobre madre arrojó un grito de dolor y WMámm^mrnm cayó pesadamente sobre el trío y húmedo pavi- mento

Empezaba á clarear el día, par la vieja ven- tana penetraba á la buhardilla una luz plomisa y triste Dentro déla destartalada habitación reinab a un profundo silencio. Las violetas aun espar- cían su aroma. Per los que Sufren. En la tosca cainita de ma.dpra yacía Roberto, exánime. Su frente estaba blanca muy blanca como la blancura de ios cirios, los ojos hundidos, cerrados; sus labios entreabiertos dejaban ver tnnSTeK al S« •Uwa SUS *** sus dientecitos niveos y opacos. En una de las diéndole efremediodesus nf,gUStlada frente' ^ pálidas manos había un ramito de violetas la voz del amarguras;siempre que Junto al lecho, en el frío y húmedo pavimen- en dema 11 da de co-^suelo Vv" ^ y doIiente to, yacía un cuerpo inerte ... tra aquí, en esta 1 ern ' Pateco,ón, encue»' Clementina también había volado al cielo con chas almas buenas Tur T ^ bendita tierra mu- miran COmo ro a su hijito. desdicha, yZ^, P P' su gan con ¿íf^^f?^ ^ Julio 22 de 1903. que su de^rací? ; amargas lágrimas aquí.bajo es¿ éfelo J r f-mar Por y es- corazónes que aHnfoul^ dp aHenta" »^les tos, se estremecen con d nos pesares

blo que S«fre v¿ /i-fi»; « pue-

terrible azote d5 Di£ vola do al cielo ! La pobre madre arrojó un grito de dolor y WMámm^mrnm cayó pesadamente sobre el trío y húmedo pavi- mento

Empezaba á clarear el día, por la vieja ven- tana penetraba á la buhardilla una luz plomisa y triste Dentro déla destartalada habitación reinal) a un profundo silencio. Las violetas aun espar- cían su aroma. Per los que Sufren. En la tosca camita de madera yacía Roberto, exánime. Su frente estaba blanca muy blanca como la blancura de ios cirios, los ojos hundidos, cerrados; sus labios entreabiertos dejaban ver tunSTeK al S« •Uwa SUS *** sus dientecitos niveos y opacos. En una de las diéndole efremediodesus nf,gUStlada frente' P¡" pálidas manos había un ramito de violetas la voz del amarguras; siempre que Junto al lecho, en el frío y húmedo pavimen- en dema 11 da de co-^suelo Vv" ^ y doIiente to, yacía un cuerpo inerte -.. tra aquí, eu ta l ' P^teceión, encuen- chas ahilas buenas m?r ^ bendita t^ra mu- Cleníentiha también había volado al cielo con COmo su hijito. desdicha, yZ^, "W*" P^pia su ¿i* con tierna solicitud lafe'^rosas «ju- Julio 22 de 1903. que su de »oraeia » í ^argas lágrimas Por ue aquí.bajo cs¿ éfelo 17 r y en es- corazónes que a dnfda' aHenta* ™Ues tos, se estremecen con d nos pesares

C U PUe blo que sufre víe aa dfla iste Lhí " " terrible azote dí SSS^T^ rrible golpe sobre tantos seres infelices, boy que trabajo de muchos años, os tiende su mano en una ciudad antes próspera y floreciente, se en- flaquecida, y se vale de vuestras hermosas muje- cuentra sumergida en un mar de penas, viendo res, de esos angeles de belleza y caridad, que sus edificios perecer entre las llamas de un atroz son ahora cerca de vosotros los intérpretes de y necesario incendio, sus campos sin cultivo, esos desdichados; ellos se valen de esas almas por la falta de brazos, su comercio paralizado y puras que se ocultan bajo tan seductoras apa- casi muerto, y sus habitantes pereciendo, al ser riencias, ellos fían á estas voces más dulces que presa de esa enfermedad espantosa que de las el canto de la alondra, sus quejas y sus lamen- Apartadas regiones dèi Asia, ha venido hasta tos, y esperan confiados en que Dios moverá los nuestras fértiles costas como tremendo castigo corazones y lloverán en estas manos delicadas de Dios, hoy que nuestros hermanos lloran de- les auxilios que les llegarán como mensajeros del mandando de los que, por favor divino disfru- cielo, á endulzar sus amarguras y hacerles más tamos de paz y bienestar, algunos recursos que soportable tan triste situación. alivien su triste situación, no podran negarse Dad pues generosos hijos de San Luis, haced los nobles potosinos que siempre han sido mode- que vuestros sentimientos cristianos tengan una los de bondad, á acudir con su obolo a consolar vez, elocuente manifestación, y estad seguros esas miserias, y á contribuir con sus socorros que nuestros socorros unidos á otros que" aflu- al remedio de tantas amarguras. Jamas po- yen á esa pobre ciudad de distintos puntos del drán los hijos de esta tierra, hacerse sordos a país, harán que la mano blanca de la caridad los gemidos de los desgraciados que desde las cure y cicatrice las dolorosas heridas que la pes- orilfas del mar Pacífico lloran, y acuden á sus te negra ha abierto en vuestros hermanos, y es- hermanos felices en demanda de auxilios y cíe tad seguros también que Dios os llenará de pros- consuelo; esta noble Sociedad esta compuesta peridades y de salud en pago de de los beneficios de almas cristianas, y como bendito lema tiene que hagan á, los desgraciados. aquella sublime máxima del Dios hombre: " Ama á tu prójimo como á tí mismo y con to- San Luis Potosí, Febrero 15 de 1903. do empeño la pone en práctica en todas las cir- cunstancias en que el sér que sufre se la secun- Rosa Barrenechea de Mayo. de Hoy se trata de una de esas tristes circuns- tancias, nobles potosinos: el infeliz mazatleco que ve perecer los seres queridos de su alma, arrebatados por la peste negra, que ye desapa- recer entre las llamas su hogar, y el fruto ele su lL¡

177

. "g g w » g g g g » » v # * v t> g ser la piedra de toque para que sepamos con a elocuencia de los hechos, v con satisfará inmensa para todos los mexicano*"^ alcanzado un grado de humanitarismo éíéva do compatible sólo con unacirüimdón avln- fcada, presentando el novilí8imo Snlo de nuestra actitud solidaria, noble, bfiéintt

IRuestro IDeber. Sblicn «menazante para nuestra ííepuDlica. En toda la extensión de nuestro SdiS^ hareSpOBdÍdo con s a voz Ks siempre la juventud que estucia, la juven- al llamado de nuestros compatriotas- la voí de la candad y del patriotismo. La chidtd de tud que se ilustra, la juventud que piensa, el San Luis no podía quedar atrás en esta obra grupo social en cuyo corazón tienen albergue los de civilización y de moral, y el ¿runo S £ sentimientos altruistas y nobles y en cuya inte- 1 $ ligencia destellarán eternamente las ideas de Li- . meDOS W desempeñar su na bertad, de Justicia y de Progreso. Es con razón peí social tan importante, iniciando entre Tos como ese grupo encarnará siempre en todas primeros, la idea de reunir fondos para en 1 partes nuestra esperanza y el porvenir de los Í5Smane IT r f^ -a-festLSX de • í puebl>s. Hacer el bien es un problema de no tan fácil l^tó solución como parece á un examen superficial. P-t, este a^t: Hay innumerables gentes que creen haber he- ! lauto más loable es ia tarea estudiantil se- I mI cho una obra de caridad, depositando una mone- | / da en la mano de algún vago que se há crea- ?n5Ía?a P?r ,a 8°CÍedad Potosina, cuanto que do en la pereza y el vicio un modus vivendi. Ana- todos los elementos pecuniarios q¿e la R4ú lizando este acto, se comprende que con él no bhea entera envíeá Masatlán, no serán jamás El sólo no se ha realizado el bien, sino ün acto puni- demasiado abundantes para combatir la má* '4 i: ble protegiendo el parasitismo social, fuente del horrible desoladora y mortífera de las eP?de vicio y de la criminalidad. Más en compensa- mias hasta el día conocidas. Es la misma ««e K ft;i! ción, qué espectáculo más grandioso, ante la faz inspirara las terroríficas descripciones délos del mundo, presenta actualmente nuestra pa- antiguos poetas latinos Ovidio, Virjüio ete tria! Uno de nuestros puertos es teatro de de- as cuales han sido inmortalizadas en eHienzo solación, de ruina y de muerte y ha venido á por artistas tan grandes como el Tintoreto es la misma terrible enfermedad que en los tiempos de David y délos israelitas acabara con ciudades enteras, considerándola entonces como un castigo del cielo. Hoy la ciencia, lia encontrado el níierohio ¡que ¡ta* produce y la va ALUCINACION cuna; y el suero qüeia previenen y la cu?]an, gracias á los esfuerzos de dios sabida;,Yersin y Hafkine, No-obstante estos progresos, lamqr- xjji LPuebi-osa, existencia, nue tranwnrm,, — * calidad actual de la peste es*uun superior illa mono topos. tétricos. del cólera y todos los mexicanos que sean cul- tos y amen á su patria, debemos aun por no- 1 ble egoísmo, auxiliar á nuestros hermanos í^di r desmantelada tumba y que cada latido de mi corazón es un ffblne acó ni- baSta condhir con-eLenemigo terrible cuya Ttd°JUe^erchte siniestro Wlilderrui- diseminación en el territorio nnexicano, trae- da8 tablas de un viejo ataúd. " ría como consecuencia muchos díasde luto, : nii Pfí'o se comprime v de miseria y de- aesolación pana nuestra pa- tada i Esta Vifibe ser nuestra obra de civilrza- EiliwÉfe! ealeñ'tnrieüta ídnxasia trabaja, representándome escenas * cictiu v de humanidad. e arr0l,ad 1 mSlSt(í f r • 1 i; 111 ó 1 i * • a i ¡ h 111,• j, 0 r San Luis rptasí^Fébreró 15 dé 1003: ; mW!Mék espectros y astmero- m de aPerMa minadas momias di lS-8'U"fembIbr apoden SSq • -A,, ALtiiNSÜ. liM odo tii] sistema, al escuchar dentro de n * «! I • bobiauítiíid B! í»b OMÍTí as carcajadas roñicas de'los entes fatídicos' i risas sarcásticas. gritos^ alSSIli'.i íi(\'«/i ' *!Hi> 'íol.'r;:;u0ó90 8€wH9fuoi95?o! a©iJOt POO ' interjecciones ffi?]^ micfoiW'rn^f^ia(3"eI antro queda SU-

San Luis Potosí. Diciembre 18 de 1904.

IGNACIO MEDELLLX E. 181 ella naceu esa afinidad, ese parentesco intelec- tual que también se prolongahastaultratum- ba. I o no séquesentir más, si la desaparición de un hombre provecto que está para cumplir la ley Químico biológica de la desorganización de los seres, ó la ausencia de un joven que aun RO culminaba Iosalcoresde la vida, cuando ya la muerte hace que tramonte los de la eterni- dad. Parece que los hados se confabularan ORACION FUNEBRE para desangrar, para dejar herida á la Escue- la de Jurisprudencia arrebatáudoleá uno de sus miembros distinguidos, á un correligiona- Pronunciada por .su autor ante el cadá ver del rio cuyas ideas y principios ya de abolengo, OlPffffVCv j ' joven D. Jesús Salas Cabrera. fortificados cada vez más con la edad, el estu- i' ! jl dio y la experiencia hubieran sido para servi- Es la primera vez que la generación actual E : cio del Eslado y de la Patria. ci¿> - «le estudiantes, lamenta la desaparición eterna e uno de sus Colaboradores más ardientes de Nunca pensamos, los que le conocimos ayer, P 1 no de sus más queridos amigos, de un obre- que aquel que apenas pisara las playas' del t mundo nos abandonara tan pronto, nunca es- IH ro intelectual seleccionado a quien se le augu- raba un porvenir feliz y á quien selepresenta- perábamos estar meditando ahora ante el oca- so austero de su vida, porque en verdad pare- | > ban ya en su horizonte las mas halagadoras •"il ce una antimonía, antimoníatremenda,excep- perspectivas y las más risuefms esperanzas ción injusta á las leyes naturales antítesis ab- 'Nosotros los que estuvimos ligados a él con surda, que la vida de un joven se extino-a los vínculos d¿ la fraternidad quejpjndrala cuando en la juventud no existe el derecho de ciencia, los que le conocimos en las aulas los morir. que estuvimos en la cátedra cultivando el Su recuerdo imborrable permanecerá en el ipíritu con las mismas ideas; nosotros los a- Ion do de nuestros corazones y en el relicario íum os de la Escuela de Jurisprudencia, com- de nuestras almas. pañeros, amigos y coetáneos, todos los senti- ¡Alma de nuestro perdido compañero, des- cansa en paz! nacer la simpatíaen losco- I razone» las aulas engendran la conformidad, MARGARITO RAMOS "jr", a Sene ¿deposita en el fondo de las concien- San Luis Potosí, Marzo 4 de 1905. daé el gérnien de la solidaridad humana y por Hoy quiero ser tuvo ;<]e qué m¿ " IUDÍIBIMB RtasifiB^nófonq ->H n-iidirr>3 9D[) IBIÍJ I ní'ioh«q«8'»f) af is ,8h¡a Triiiíwonp'w on o • -B< '!Í!(|íti00 P'ib({ BÍ89 9D|> otwmq 'ntjjuoíl un '>! . iíóÍDfi\'rMjJí>'TOHíí[> «I '>[• (íii'í*olorti"' ')i(ti¡i)'/' i¡ No pienso en que mañana nos separe el des 11 I;B 90¡> nsvoi ito *>b 8 ronéena BÍ <"» ,«airea HO! r / .i>nmi-- ti! i•/i>19b8*4pí»Iua<)I aiÍBniuilua o:; Bí '>{ HOl fKÍBDIHB'lií "tJJ>- O-ifirt i -.1111! Bl nmxmix

Vén, haeé muchos dina que sobre mialnía se extféndéü las negruras del presentimiento; al- go eómo!Sdpló halado de nnierte entumece mi espíntu,'ygalpéa, golpéji ni i córazóu..,.....:... Yo siento tristezas infinitas, esas que sur- gen á la pérdida de los anhelos y délas espe- ranzas en flor. Ven, yo quiero decirte mis infortunios, yo quiero ir á tu corazón y ver si tiene fibras que kéconmuevan con mis pesares...... :.. dolescente, un espectro pnln^.,1,; a" ¿No me respondes? in.poneuteyfrió comO^Ed? ll ?,U8tfro' Me lían dicho que enloqueces A muchos ham- breé.'. ....Acércate, así, sobré mis rodillas; - en* vuélveme en las tenebrosidades de tus cabellos Matehuala, Mayo de l'.m. ensortijados, hiéreme con los dardos de tus miradas de bohemia envilecida, y muéstrame, eir fin, los arranques dé tiis instintos felinos.... CKISOFURO (JARCIA. He venido á que ipe vuelvas loco comóá los otros,,...... H'áz vpié el ¡oWídÓ deje su hdella nn mi cerebro Yo no quiero acordarme i» u de las ingratas; quiero borrar de uua vez pa- ra siempre todo lo que me habla de encantos y de ilusiones' idas!.! ...... 185

táL* a-°OHtumh,'a> abrió la puerta, v nnatJn i la,nmapenetró á la eternal Ciudad IIlOSquetanbie» u describeelgranSimbolista dé Pat ,Reñida seas, chi quilla.-diio el celes- al portero, y después de cerrar la puerta SH llevo a la qüe acababa de entrar, ffi . Tolera que los mundanos \á desp«,- El alma de aquella angelical criatura em- P d ,lantr0pi a q le prendió el vuelo hacia la mansión celeste, y a- ca ^l Tílr , ' ! le pongan la más- travesando el aire y pasando la Luna, y de- caía de Taba y que le planten el pandero de jando atrás á Mercurio y á Venus y al Sol y Terpsícore. ;.Pero de qué sacrificios v ábrm' otros astros, se remontó á las estrellas, y pa- riS°;f?n ,,,ia IbToína por el bien sando cristalinos y móviles y no móviles, por de todos?—Probablemente en aquellos mo- fin llegó á las puertas del cielo de los Bien- mentos le Vinieron á la memoria al Santo Pes- aventurados. Había que llamar y así lo hizo« cador las palabras que con respecto á la Li- iTan, Tan! „ .. bertad pronunció en lo* momentos de ir á ser San Pedro, sin preguntar—¿CJuién es,'—co- guillotinada una célebre republicana, puesto 187

•p¡El único milagro que lian obrado fué el que parodiándolas exólamó:—¡Oh Caridad, salvarse!... ¡Pero la misericordia de Dios , n«' de cosas se hacen eu tu tiombre!-\ son- ••s inri ni te! riendo dulcemente comeuzó (i andar con Soso- -~¡.\ aquellos tronos que «e encumbran muv ra quilla. altos y muy hermosos, de quienes son? Pasaron frente al honorífico é inspirado nu- -Allí están Isabel de Portugal. Isabel de mero de Patriarca» y Profetas. Ln seguida Hungría y Eduwigis duquesa de Polonia. He- roínas de la caridad, que no la pusieron en ca- por él lucidísimoescuadrón de .Mártires, y des- ricatura, amo que la practicaron. Por eso es- pués por la .mraristica pléyade de \ ng<>m>s. tán aquí. El alma de la chicuela estaba embelesada El santo anciano tomó un aire de magos- con tantas cosas bonitas como veía. tad como cuando dirigía la palabra en el Os- Su auciauo conductor le daba explicaciones tnano, y continuó: de todo aquella. —¡Porque aquí vienen solamente los que a- —¿Ves esos tronos con colores de iris y des- man y sufren, los que esperan v socorren- no Cí£i r; tellos de astros? los que llevan al mercado el sudor v el men- r- —¡Sí, sí!—exclamó el alma de la inocente drugo del pobre; no los que ponen eñsubvasta con la boca muv abierta. inicna la desgracia de Ja viuda y las miserias ? del huérfano? no los metalizados avarientos —Pues allí tienes á Francisco de Asís, á Ig- que se matan para vivir, y viven privados de há ti o de Loyola, á Francisco de Borja á Ja- lo que atesoran, llevando disecado el corazón vier y á Vicente de Paúl, ¡todos apóstoles de entumecida el alma y la podredumbre en los la. caridad! huesos; no los Epulones que viven en conti- Pasaron adelante, y vieron un numeroso i© nuo banqueteo, indiferentes y sordos al « rito -i-upo qué no hacía contraste, porque en el del hambre que llama á sus puertas imploran- Pieto no hav contrastes; pero si, no estaba m do.de ellos las miga:as de su mesa!.. . El ,-on mucho a la altura de los otros tronos que principe de los Apóstoles guardó silencio habían pasado. r mientras tanto el alma de Sosoraquilla le pa- Se encontraban allí papas, cardenales, obis- recía soñar; y decía con nnciedad: 1/ pos, revés y gobernantes. —¿De quién es aquel solio quese levanta so- i — • Quienes son esos tan acurrucados?—pre- t>re todos, con resplandores de sol v cercado guntó el alma de la niña tirando de la túnica, de angeles? > á su conductor. Este contestó: —Del alma de Doña Josefita —Bienaventurados—Y luego anadió' co^no —¡Cómo! ¿Luego no es santa? si hablara consigo mismo: _-y ,nny grande'.-exclamó el interrogado basílicas en su honor; la Iglesia no lo canta riendo v luego continuó: 111 el Martirologio la menciona, y, sin embar- -Doña Josefita fué un verdadero champú»., go, aquí la tienes ¡excelsa entre los excelsos dé la caridad. Fué pobre v muy fea. Vistió inmortal entre los inmortales, santa entre los siempre de lo «pie le dieron.-zapatoa muy gran- santos, inscrito para siempre su nombre en el des y rotos, faldas deshilacliadas y cobijas Libro de la Vida, y poderosa ante Dios! Por- line en un tiempo fueron negras. Nadie le hizo que ¿"cual de los hombres es ante Dios el ma- 4fio pasó inadvertida, no llevaba oropel m yorv mássanto,"—muchacha?—Sosoroquilla cascabeles en el carnaval humano; mas, en cam- que era lista en Catecismo, se apresuró á con- bio ella fué caritativa y buena. Su alma siem- testar luciendo sus conocimientos. ure'tuvo piedades para todos los sufrimientos, "".f1 cJué tiene mayor caridad, sea quien v su corazón latidos para todas las desven- fuere - ^ turas Dió de lo que le bacía falta, á menudo En éste momento llamaron á la puerta del se quitó el mendrugo de la boca para reme- cielo. diar el hambre ajena, no canto romanzas, ni San Pedro echó é correr sonando las llaves tocó rapsodias, ni bailó danzas ni polkas pa- y diciendo por el camino. ' va socorrer al prójimo; pero en cambio sus,o- —¡Llegan almas! De seguro la Caridad tie- jos siempre tuvieron lagrimas para los do o- ne quehacer pór allá en el mundo. •es dé otros. Hacía visita» á los hospitales cuando nadie iba & ellos, teniend- en cuente San Luis Potosí, Vgosto de 1905. aquello de "Lo que hagatu .nanoderecha que no lo sepa la mpiierda/' Así pasó su obscura MAXIMO M ALDO NADO. v dolorosa peregrinación por la t'erra sjem- iré practicando la caridad y haciendo el bien, siem pre entre humillaciones y desprecios; siem- pre entre lágrimas y abandonos,siempre sola entre las multitudes y burlada aun de losbue-

11 Uiando murió no hubo lágrimas para ella, „i cariños que llevaran luces y fioresa susdes- r.oibs La Historia 110 la contiene en sus pau- linas, ni el mármol ni el bronce la inmortali- zo lia obrado milagros ni se lian erigido 6L HRCICtlLÓ NOV6NO DEL mmmm CODIGOJ»EKAL sssásisss

Todavía no hace seis años, se reía por ejea- llejón del Diablo, en el barrio de San Miguoli-* to de la ciudad de San Luis Potosí, una risu•- sufría penas indecibles, crueles y desgarrado- SS& hecho con todaingenuidad y franqueza, ras, así en lo físico como"enlo moral. La mise- refiriendo minuciosamente todos los detall«, ria con su cortejo horripilante de ¿terribles de- 3n omitir uno solo, y llamando la atención talles,!*; sebo en aquellos desdichados seres- v sóbrela circunstancia de que hacía cincuenta padecimientos del hambre y. de-la desnudé minaban su salud de tal suerte; que daba lás- guardaba del pobre y escaso rancho que recil timay horror contemplar aquellas momias cubiertas dé sucios y repugnantes harapos. olpKre°'alaí"laRá su infeliz familiapViváni La caridad pública contribuía escasamente á dose as. dejaquel ruin é insuficiente alimento sosténér aquellas vidas miserables, y! pasaban Los chiquitines, del mismo modo v ca™s,>nv las nóéhes arrimadas junto á las tapias en n vimínrp0ndían á 108 ^A-alos de S padre los suburbios de la Cuidad. Aquella desgrat ftS3»kSfe VV'T mend™gos de pan 6 algún ciada fámilia carecía pnés, del suntento y del de la visita. ^^ habían reSbido el f¡| hogar; y los sufrimientos del alma minaban también poderosamente aquellas abatidas y lánguidas existencias. ' Entretanto, los curiales del juzgado sieuien Pasaban niuchas horas del día á la puerta del juzgado por ver si algo podían saber del líÜ J^ f a dll^encia cada quince ó veinte infortunado preso; pero siempre se retiraban lias, el defensor no se ocupaba de nada y de tristes, abatidas y agobiadas por el peso enor* aba correr á la instrucción, seguida de oficio ñié deV grandedoior de sus almas atribuladas. la suerte que buenamente se MIP Los días de visita, en que es permitido á las No había habido testigos preSS" del familias hablar con sus presos; era un cuadro hecho, que hubiera sido precisoexaminaras triste y desgarrador el que ofrecían aquellos en cambio, se recibió la prueba de T propie- infelices: escuálido y harapiento el maestro dad, preexistencia y falta posterior do in« oh Basilio: escuálida y harapienta su familia, y CUa,6S sinténer ésta algún consuelo que comunicar este^modo- -Wost alinfeliz preso, porque ninguno les daba el de- Por ei valor de la charola [á 0 50 féhsor, Se pasaba el tieibpo de la vi sita en llan- Id Id del pan - «¡ n 9= to, suspiros y sollozos; vertía Basilio, abra- id id dei chocolate..,.:;::;:;;;;.::! H: Éo zando á su mujer y ásus hijos* amargas y co- piosas lágrimas; la pobre Cleta lloraba tara- Valor total de lo robado.T~25 biéu amargamente, y las inocentes criaturas igualmente lloraban, colgadas del cuello de su Un año había transcurrido desde el en caree padre, cubriéndole de besos y de halagos. lamiente del maestro Basilio, al cabo Sel El pobre zapatero desbordaba toda la ter- se dió termino al proceso. Se puso éste á dfo nura de su alma en las caricias que prodigaba posicion del Ministerio Público, quien solicitó á los suyos, y siempre sacaba, de entre sus su- íaabsolueión del acusado, en virtud de que cios harapos* algunas endurecidas gordas que no habiendo en su contra más prebas de sú cui palpitici, a (3 que,su misma, cpnfesión, debía, ?^aLí0nd",'íiáeUál hnlitándose á maai- conforme, á los principios del derecho procesal en materia de probanzas, aceptarse dicha con-

d.icaba al reo, como en lo que le favorecía; por audle a lo iiijsrab, asegurando, el acusado que . liabu* V tólo aWW* MiataJr® ™' : Este-alto fuireioiui.rio.Holicitó. lh- vonar¡/¡„ robado la charola con el pan y el chocolate re por satisfacer el hambre que tanto á'.él como á su familia apremiaba hacía más de cincuen- ta horas, le favorecía la circunstancia exclu- vente de responsabilidad criminal de haber co- metido el delito violentado por una fuerza física irresistible, así coniò por la fuerza mo- íS^EáS ral que le producía el temor grave é irresisti- gs1 blicoH. W„ ord^Sós aSkí ble también; rile que sii mujer y sus hijos pere- cieran de hambre. {Fracciones v 10- 01 articuló 42 dèi Código Penal)! ' El defensor, en vista dò esté pedimento, se adhirió á él 'irtcóudieiQnálhíehté, sin agregar uiia palabra más. El juez absolvió á Basilio rutina.—déla indivisibilidad de la conSfn y mándó ponerlo en libertad bajo dé caución que el aerecho penal moderno así mmí promisoria, mientras tenía lugar lá revisión a w miii vanees de la ci¿ncia y dX ciíL.r " del procesó; l^Ví ' ' ' ^r pelían por completo Sffiiiffii SSSSLÍI * Ya Be adivinará el" indeciblé é itrméiiso regò.- ta ría s, va r i a s docfcri ñas de cauótístas comen" cijo que Basilio y su famíliá éxfjeriméntarían, tadores y cr,mmalistas,-criticando m a' al ver que aquel'infeliz recobraba su perdida eeptando otras, y cerró, por últimosuaL* libertad. ción con estas conclusiones ga~ En efecto, dijo, el artículo 9-2 de nn Tocó eh revisión la causa á una de las Sa- gente Código Penal dice: "Siemp4 qTeTuVn las del Tribu nal Supretho de-Jnatièia,en la que cusado se le pruebe que violó una ley^enaf t" llevaba là voz fiscal un letrado entendido, e- presumirá que obró con dolo- á no JSS rudito y de fácil y exuberante palabra.' averigüe lo contrarió, ó qiié &ley exTal i? Se citó día para la vista del procesò y, le- tención dolosa para que haya delito." gada la hora de la audiencia, el defensor ni sL- En el caso, Basilio Pérez, según su misma confesión, violó una ley penal: luego debe pre- llOii; . (:{i'in ,»i>,...... • '."'v^ i sumirse que obró con dolo. Yrcomo no estó averiguado lo contrario, ni exige la ley la in- tención dolosa para los delitos de robo, es e- vidente que Basilo Pérez es culpable del delito porque se le ha procesado, y por ello debe in- fligírsele la pena señalada por la ley. No vale que alegue haber robado para sa- tisfacer la imperiosa, necesidad del hambre, ORflCIONfUNEBRE EN ELOGIO DE m que tanto á él como á su familia agobiaba: porque es esta nna excepción que destruye la 'HjCiü'jí i culpabilidad ciertamente, es decir, el dolo; pe- ro que uecesita probarse, y Pérez no lo ha he- cho. Tiene, pues, en sü contra, con aplicación ineludible, la presunción de la ley, y debe ser '•> de 1X77tol'l! 1 • 1 í ^ / castigado; • "ni u; • ' * «••; El maestro Basilio fué condenado ála p§na pedida por el señor Fiscal: se le redujó nueva- , üpn Si^im^ : mente á prisión y, por aquellos eiento veinti- cinco centavos, importe del pan y del chocola- te que se comió su familia hambreada y mise- rable, sufre una larga prisión en la cárcel, que- dando su mujer y sus hijos, tan infelices como dignos de lástima y compasión, en el máscom- pleto abandono y desamparo, en virtud de la aplicación filosófica del artículo 9? del Códi- goPenál. - .aenoiaufotiot)¿fila» i?,.-> noio

SAN LCIS POTOSÍ

JOSÉ de J. JIMENEZ. Iip^g En el caso, Basilio Pérez, según su misma confesión, violó una ley penal: luego debe pre- llOii; . (:{i'in ,»i>,...... • i sumirse que obró con dolo. Yrcomo no estó averiguado lo contrario, ni exige la ley la in- i'""- tención dolosa para los delitos de robo, es e- vidente que Basilo Pérez es culpable del delito porque se le ha procesado, y por ello debe in- fligírsele la pena señalada por la ley. No vale que alegue haber robado para sa- tisfacer la imperiosa, necesidad del hambre, ORACIOfíFUHEBREEN ELOGIO DE m que tanto á él como á su familia agobiaba: porque es esta nna excepción que destruye la 'HjCiü'jí i culpabilidad ciertamente, es decir, el dolo; pe- ro que uecesita probarse, y Pérez no lo ha he- cho. Tiene, pues, en su contra, con aplicación ineludible, la presunción de la ley, y debe ser '•> de 1X77tol'l! 1 • 1 í ^ / castigado; • "ni u; • ' * «••; El maestro Basilio fué condenado ála p§na pedida por el señor Fiscal: se le redujó nueva- , üpn Si^im^ : mente á prisión y, por aquellos eiento veinti- cinco centavos, importe del pan y del chocola- te que se comió su familia hambreada y mise- rable, sufre una larga prisión en la cárcel, que- dando su mujer y sus hijos, tan infelices como dignos de lástima y compasión, en el máscom- pleto abandono y desamparo, en virtud de la aplicación filosófica del artículo 9? del Códi- goPenál. - .aenoiaufotiot)íMjia» tfoanoio

SAN LCIS POTOSÍ

JOSÉ de J. JIMENEZ. Iip^g para salvarlos y enaltecerlos; no parece que Í!Tcho C°^ra ,a hmrm' »a Virtud con- los destruye sino para transfigurarlos y glori- tra el crimen, del espíritu contraía matera- ficarlo«. Genio destructor y á la vez tutelar, vosotros no debeis temblar ni estotros' la muerte salva á los seres en el instante en que parece perderlos y los cubre con la blanca f Ze í^'Z Sa!Udar á ,a con la con ,a Ronr vestidura de la inmortalidad en el momento vLni? * o *sa en los labios! en oue parece arrojar sobre sus cenizas los ne- conm ÍPSConCÍndadanoS' venid á sa'"dar en los dnmini m™?mento M,,ebre' Alocado gros crespones del olvido. ««minios de la muerte, v admirar la ¡Y temblamos delante de la muerte, cuando grandeíadenuestrosdestinosinmortSes dad después de abatirnos nos exalta y después de EV »»omento á la batalla ^I n piad el destruirnos nos transfigura; cuando despues sudor de vuestra frente. para que os presen- de la lucha nos concede la recompensa y des aire % W^T de,,a ¡»moralidad,Portel pués de los triunfos nos otorga la gloria! ¡Y ouestosí«riÍd^ala/0;,(íae se Pintaban temblamos delante de 1P muerte,N osotros via- ms v confi^Cafthd° luehab0fl con las íie- iercs fatigados con el polvo ardoroso de la Ug:OS y undo lo tarde, que aneiamos descansar en las apaci- l^s emh«rr?hJ^ ' ™ * tiranos ios embarraban de cera v de betún nara hn bles moradas de la patria; flores marchitas cerlos arder como btigías. ¡Hijosd^ma ra a con el ardiente sol de los trópicos que tan e prouto perdemos los pétalos y los perfumes a rSot2n dió á cono'r " formados no para la fuga« peresrri- en este mundo de fantasmas; luchadores per- pétuos de la mar, que con tanto empeño bus- camos los puertos y las ensenadas, para po- ner á cubierto nuestra barca de las tempesta- des y de los vientosl ¡Y temblamos delante de S^iWJTJBSS-S la muerte, cuando la muerte es el descanso y la vida, cuando después del calvario de un día origen! L no de los hombres acaba de desan» nos ofrece el glorioso Tabor de la inmortali- recer en esa tumba, acaba de perderse en ese dad! ¡Que tiemblen los cobardes y los pusilá- abismo, y es preciso seguirlo con sol ! nimes!; pero no vosotros, hombres resueltos hasta interpelarlo con las n«l«hrio 18 7 y animosos que caminaís con pié firme por el todos los pueblos lo están in?eÍSSido^í® sendero escabroso de los trabajos y de los sa- crificios infatigables batalladores del bien con- tra el mal y de la verdad contra el error; 110 vosotros los que sosteneis la gloriosa lucha tofTiílií paite én!ía.s >ym lüí ^Wt q^ddspU^ deuna larga terrena de coutra- noción.' genera); poirquasdn duda-el aeofctcei*- < recientes,v;de Juchds sé despide al fia de¿E- mien.to debe afectar. átodósüOs pueblos y á tnrlofi ? ° ffmtvn,a|--v diversa dos2 tiodox lo» hombres, cuaádó. todo* loshotabres todosilos- hombres y de todos los -pueblos? \o y-t&teádbs pucbloá-afchat agitado y -cotiiiio: es sin duda;!,«*de aquellos- polítiSuS^ Vido'de un modo-exfcrhordiimri©. : : • tfm dolo, grito semejüBíte aJ wtanipidOí tlel mi Íñ trueno v propagad») cortio'el relámpago bu S Jt t%T? áfefcu-siaiá'-esos JJ* áe budan te ropafte, p^o dé .cuerpo SS bastado pamipraducár-ésa terrible y universal i-onmopióii: jádotíd Tliiersse mueiiel- ;AdoHo no respiran el aire purísimo.del derecho v de Tb iers lja-rauert o!: estegrit o repetido pos la justicia. x\i>iés siij «luda u!n soldado n,o S ; tod'0H lofe cbilfcmenibea y pbr4*>ddá loa mares esos ardores y .nanb,,, dores Ka Zm ha sitio bastante para cOnmo.ver, á todos lo» qiie contnndiendb la gloria del valor SaSS bdtwbf-espfcawa^BjáolfiBt vol ver sus í ni i radas ká- co coala o,-gíá de la niata^SK cra el puatbídel- estruendo, como para, buscar decera .las -naciones salpicándolas 111 rffí^íowDHlcon'lalxi&ta'tet' artera de de^iiwntir Xo e¿>at& 'duda tampoco fino de esos^mb el tíGO-lúgabre de la íar.al noticia. Al escuchar pe?on«,es que.se llama,í hombres di EsS Cite ¡grito téÍM-ibley todos lo» pueblos se pusie- que no saben robubíjeoer el poder sino encade ron en ipi6 como movidos por un resorte; y tt> nando a hfoertad, y que para .salva,' laTs tud dos eómo arrastrados por una'fuemi. ivresní- ofoa^dft un.dtaí.s&orifiéán los ppMrfiS d. i tibie y secreta comieron con di espíritu al lu- justicia, y con ellos-el- porven¡,'.4édaVgtneraí gar dé la eatást-rdíey dud ando-de fq.ue Dios hu- oioiiHS en mardha. Xo es sin duda, pTr Suno biera elegido semejante víctima y de que hu^ unod^sosdrdames y perv,uvs<)d.di/¿o „Sa bibra 'descargaSo semejante golpe. -Más era hipócritas y taiuseos déla humaui lad.^eri verdad que Adolfo Títiersdiabía muerto.. cubren las co.Uveitii&uoias paramóte 2%*g v no-quedaba más que esta tumba, i :¡- - la •apariencia déte* wu-venieau«^ Z- • ¡ Pero qrfien etí este: hombre Conciudada- aies;y que paraéag^d^r á las nació é nos. buya'-' muerte 'así consterna é- todos ¡lOs dondb viven conio ^erpientes, debilitan <3 d£ pqeblosy.al parecer'conmueve hasta; i las -euf -truveli ceh&rdemeiíte á;-los pueblos dóbüesí tfañaade ld hum'ahidaxl? »¿Qué eontietie.'.esta inofensivos qué les.sirven de estorbo -part taiú ba á dotíde todos i corremos prefcu rosos, engifandüeiinieu.tos criminales. • • no para' depositar cortinas,< sino: paito buscar Goncuidadanos;>Adolfo Wiiew noeS hí„. erróla el -libro déla- niuerté donde estudiar gano gestos hombres á quienes el, olvi^X los -deberte-- dé la vida?--¿í¿uien es este bombee/ tal de ios-principios ha, llamado ^lobridailes de la tierra; porque si fuera alguno de ellos, su aÍ,nCerOS ;v un'versales que le tumba no se encontraría bañada por los bri- han tributado y le seguirá tributando la pos- llantes resplandores de la inmortalidad y de ffSS!-' ntes 9ue Adolfo Thiers, han muer- ,a -loria. Si Adolfo Thiers llevara alguno de h™ ¿ T7 '"^'gentes, esclarecidoshora- esos nombres así estigmatizados por el honor W,™ Í^T diplomáticos muy hábiles, tri- v por la probidad, su memoria no recibiría bunos prudentes y valerosos, republicanos i- bendiciones sino maldiciones; porque la huma- ^8Ve^r,í0res elocuentes orado- nidad no puede tener sino anatemas para los * historiadores profundos, poetas filósofos hombres que le han engañado y martirizado, a d 8 ho,nbr etí comprometiendo sus destinos y retardando b!nL r '°« ' T fi". honrados sa- bios y beneheos en toda la ostensión de la pa- con su conducta el desarrollo de lacivilización labra; y sin embargo ninguno de ellos había Si Adolfo Thiers tuviera alguno de esos nom- n?hX't taüt° 4Jo«P^blos consu muerte! bres así enegrecidos y manchados,su muerte ni había desaparecido de la tierra en medio de no habría consternado á todos los pueblos, ni las lagrimas y las bendiciones universales Es- éstos se habríun apiñado alrededor de su to quiere decir que Adolfo Thiers, ha conquis- tumba, como al rededor de la tumba de un tado estas sentidas y generales demostracio- hermano, como al rededor de una cátedra de nes con otros títulos más respetables y más enseñanza levantada por la muerte. i\o lo augustos, que esos títulos augustos y'respe- P habrían hecho indudablemente, ni nosotros tables es cierto, pero que noconmueben al los republicanos de México habríamos venido mundo ni lo preocupan colectivamente, como á admirar al ilustre personaje, confundiendo- n£r!HeUpaQ,y co'1,Quevea otras acciones de uos con el universal y fraternal concurso. Sin más alto vuelo y de mayor alcance. Esto q uie- advertir acciones y tendencias muy distintas re decir, que Adolfo Thiers ha prestado un de las de aquellos hombres y sin observar en gran hervicio á a causa del bien y de lahuma- su conducta las luminosas huellas de nues- tnódar/-iqUe lo ha Prtí8rado en circunstancias tras creencias morales y de nuestras convic- tan difíciles y supremas, que el servicio ha si- ciones políticas, jamás nos habríamos presta- do de una importancia absoluta y universal do á tributar á un farsante de corte y de tri- como universales y absolutas han sido las buna, este homenaje de admiración y de res- concecuencias. peto. solo debido al mérito y á la virtud. Jjflrn? ^cedido Conciudadanos; porque Pero aún con esos nombres, suponiéndo os Adolfo Thiers, vigorizado con las lueháa, ilus- tan limpios y tan brillantes como los han lle- trado por las meditaciones y casi inspirado vado los hombres de bien, jamás habría con- por las revelaciones de la edad, fué en el ólti. quistado la memoria de Thiers con ellos solos, mo periodo de su larga y fatigosa vida, no el 208- 209 grande hombre de su patria, sino el grande a- as cosas, comprender toda la estensión de póstol de la hÜniatíiáád' destinado por \p 'Pro- Jos perjuicios quéocasionan álos pueblos inte- videncia para fortalecer la fe de los ptrelM«». rior y exteriormente. las contemporizaciones debilitada por e* menosprecio délos principien: alternativas con el derecho v con la fuerza v para reanimar sns esperanzas abatidas por con la represión y con la libertad, empleadas íás derrotas del derecho. -Esta fué su ¡mfciótí. para garantizar los intereses bastardos de los v eh desempeño dé tan augusto ministerio de- S?fimTiS(iím detri,,,e^ de los intereses le- friidtó valerosamente la justicia.' de las ase- gítimos de las naciones. chanzas de la ambición, la. eivilizamón de da De aquí los nobles esfuerzos del anciano, pa- barbarte, la libertad del despotismo y el dere- : 1 ajustara esVrie- cho dé lós rudo* golpes 'íá que tanto parte tomó aliado del mo- ticia sino por e brillo de su poder moral -i- «arc£¿ de lMO'pádo !en el- ré#ro y con el es- mentado sobre los principios de la paz v de i tudió qihé'había hecho dé los- hombres y * de soldado que quería que todo derecho devana Fraternidad, de la libertad y del derecho. Por reciera en presencia de la fuerza victoriosa P"v esto levantó sa voz, aun con nesgo de su po- pularidad, para reprobar la espedieión que eiwldr8pem,la ener^a de una turba'di nos trajo á nosotros el Imperio y la desgracia; ntífI Í? ' qu% Phendía borrar hasta las v por ésto mismo también, revestido de la huellas del pasado para levantarél edificio del más grande entereza, trató de impedir la fu- presente; olvidándose frenética de 3Í nesta guerra con Prusia, cuyas causas v oror xiiioede? lev;,nta^ tunídad no podía aprobar bajo los principios que profesaba, aun siendo como era uno de los primeros y más grandes pat,notas de su bUSCa de país De esta manera defendió la justicia de ^«K las asechanzas de la ambición, que ciega y Iftff^Sf esfuerzo colosal. necesitó de toda obstinada la sacrificaba á sus caprichos, cu- la fe y de toda la abnegación de un anóst briendo el atropellamíento con el velo trans- para no doblegarse ante el enorn)e pesode las parente de las conveniencias políticas. dificultades que se le criaban, para no sucum Con este espíritu de justicia, con este libera- bir ante los sacrificios que se le exijían a a lismo (le sentimientos y con esta magnitud de permanecer firme y sereno ante lj ?ormenta miras lo encontraron las grandes desgracias con la segundad de que se vencerían fáSen te todas las dificultades y de que se haría Z de su pàtria; y ya sabéis como y deque mane- róicamonte todos los sacrificios. La gmnde" ra salvó á la Francia del sable de Bismark y za de los resultados, superiores á todo^ los" de la tea de la Comuna; evitando que el dere- cálculos, probó y enalteció la previsión rb! cho se estrellara contra la fuerza, y que la ci- vilización se perdiera eu los antros de la bar- ÍSSS? Va fé de'aP^tol: probando además barie. Aquel fué un grande esfuerzo, Conciu- que los esfuerzos de los hora bres providencia dadanos, un esfuerzo tan grande que nonos es es son dirimios y sostenidos por1 las fue"za<-" dado medirlo con las medidas comunes m va- latentes de la fé, cuyas fuerzas' todavía So^ co- lorizarlo con los valores ordinarios. Si I hiere nocemos nosotros como no conocemos de lo cuestas circunstancias hubiera sido simple- que son capaces para vigorizar y engln« mente un político, no habría podido ejecutar las acciones humanas. Así es como"salvó n aquella maniobra de gigantes; porqueisu ha- quellos grandes intereses, sacfiKofX^'«« bilidad y su vigor habrían sucumbiao ante ruinas y de los escombros bajó que habían dos resistencias al parecer invencibles .y omni- quedado sepultados al golpe rmlo V destruc- potentes: ante la inexorable resolución de un tor de la conquista y de la barbarie Vero una vez salvados osos grandes intere- se de poderes y fuerzas falsas y pasaderas ses. era necesario defenderlos y conservarlos a u as todo trance; v éste era el más grande y e mas mmm^ / T /Poder» difícil de los t'1-ábaios. Otro hombre cualquie- ra habría procurado conservarlos y deteuder- los por los medios ordinarios, que tanto com- placen al oue los emplea como hacen sutnr a los pueblos donde se ensayan: tal hombre ha- más de aquellos medios y apelar á taís ret bría procurado su conservación ó su defensa, eclipsando la civilización y deprimiendo el de- recho oara que la luz déla verdad no reverbe- ram solare 1 os ojos, ni la fuerza del deber des- pertara v sublevara las conciencias. Asi lo Um- 1 bría hecho un hombre vulgar, porque los hom- ÍIÍWí !»® ""P«rtaba diminuir % bres sin principios que regulan las evolucio- nes del mundo moral por los lenomenos del mundo físico, creen que no. hay mejor remedio para evitar que los hombres se extravien en as plazas v en las calles, que privarlos de la

vista v mutilarlos de los pies; ecouomizando así hasta el trabajo de dirij.rlosy cuidarlos. Otro hombre que Thiers, habría procurado tan importante objeto, vigorizando el poder por medio de una robusta (hctadnm en la une la soberanía de la inteligencia y del dere- cho quedara subordinada á la soberanía del sable v de la voluntad individual. Pero Adol- mmmmSIS® Se Smp í,aIadü la fo Thiers que conocía muy bien que solo es adM^f 'T¡ ban e>a Jira" autoridad robusta y respetable la que comien /i por organizarse conforme á los principios, levanta con mano f-Síl^lÉr^S^? haciendo cumplir todas las obligaciones, pero mar ahora á la libertad y confíá®aPdI?'| a tomándose el trabajo de respetar todos los de sí misma, de la eiviliSfJgfe? derechos, no creyó justo ni conveniente valer- Esto era protestar contra todas íU Sem cias y todas las usurpaciones, contra todas las tiranías y todos los despotismos, retándo- los valerosamente ante el tribunal severo de düisí te °qu?ttíIa te la justicia y del derecho, para procesarlos y aquella gloriosl Sandera^ W? á ,evaDta>' condenarlos á nombre de la conciencia y de la temprano se han de deSrroTn, " q"e tarde 6 CO,,8 ol,dai humanidad. Esto era llamar á toda la Fran- Jas instituciones natumlesdi 7 1 ' OC, edad cia y al universo todo, para que bajo la ban- con ellas el inferió dé ía oaz r p ? f < Y dera de la fraternidad, de la igualdad y de la •Jad y de la justicia QelaPaz'de Ja fraterni- libertad, corrieran á defender y conservar tan sagrados intereses, amenazados de muerte no 'o^^i^^^anos, uno de sólo por los despotismos domésticos y transi- conmovido á lo« pueblos ble8 , <3ue á HÍru torios, sino por los despotismos sistemáticos tarie para 8U éngSSimf \ ~ y tradicionales, que se organizaban formida- la fuerza y la Jib-rtad»1ÍI el dere($o á bles y resueltos, pa/a avasallarlo y dominar- la Francia es la hermana mi^ i10! Y Gomo lo todo. la que las laS nacio* El mundo, que lleno de angustia había esta- libertad, enseñándoos á rmnnifJaj? de Ia do pendiente de la lucha, que haía entrado en meatos de la fuerza ron ti P!rn'°8 ,D8tr»- una ardorosa desconfianza con la conducta de cho eterno; „aturad fnéTVtúl° del dere- la Prusia y que esperaba con ansiedad el de- tural su re^odio a tíf admipación,. Y na- senlace de uno de los dramas más terribles con él ropaje modesto v spnpuf8^'} °*ra ™ que registra la historia, lanzó un grito de ad- ca, y al 44 su lastre salvad Rfpi1bli" miración y de alegría al ver flamear la bande- do el acto interesante de «no-?,? - aPad''»» an- ra de la paz y de la fraternidad enmedio de da« a. Natural fué quetodL^Í,lnvest¡- los instrumentos de la guerra y de la matan- sideraran désd|Sacesálfe^ °S C°n" za y sobre la» ruinas donde al parecer todo como á un francés «i™ J ° lhler% no había quedado perdido y sepultado. El mun- consagrado £"»">0 do como la Francia correspondió al llama- «les principios de libertad'•l ™ ffran" miento; la Francia con todas sus fuerzas físi- práctiea universal CU** casy morales; el mundo con su adhesión y con be,as del género humano Cont k a de~ sus* votos hacia aquel orden de cosas, que demás tan poderosamente fiS7^0 a" inauguraba grandes sacrificios, pero que tam- ropajla República f in^ ? SOlldareüEu- bién hacía concebir altísimas esperanzas. El mundo aplaudió calurosamente la conducta tendencias y sus SS'^ ^Usas verdadera triache*? deres ciegos y terribles, que desde el Rliin has- ta los hielos de la Siberia se oponen á toda transformación social, que menoscaba la au- Jyiáf^ 10m toridad del sable y de la. voluntad. Porque só- lo la República con la inagotable virilidad que de debilidades y de tí SM VS,g*6 .mund¿ le dá el concurso de todas las inteligencias y ».ver sostiene y levanta hi *' , Vf y nie^r fe de todas las voluntades, es la única' que pue- tanda,-te glorioso d" la Rem?n°S CÍe!os de resistir y combatir á esos poderes formida- |oIo en las alturas ¡umo5&ÍllC8' treillo'án- bles, que para su ensanche y para su predomi- * su alrededor á todos lnstf Para Convocar nio "combinan fácilmente lás fuerzas ciegas y los pueblos. Correspondamo" ^!8 7 ^ todos fatales de la Asia con las fuerzas inteligentes P«™ alentar la ¿f fe1 "amamiento y libres de la, Europa; qué caminan siempre df que la umnfengan en alto lera,aü-°S; á ñn de usurpación en usurpación como si nunca, ble energía, aún cuando * 1U md°ma- pudi&ian ser reprimidos; que no tienen límites "en ó pretendan desg^Vr,! ^and°- naturales ni otros que les puedan ser asigna- a adoptaron ayer sólo ni - foraños que bles, ,v que silo han menester, se refugian en 8a, tormenta que iÍSdS fe de la las inaccesibles guaridas del Norte ó en el in- sus rayos destructores 5íadoto^ con cendio pa voroso de sus capitales. Porque so- hacia ella para ofíeetle presurosos lo la República con su elevación de miras; con nuestra adhesión, nüestra

DIJE, lida^en aquel 11%?°™* ^ la Fernando llevaba semanariamente á su P« posa el producto de su trabajo y Cármen v SUS hijas hacían sus compra, na ra t^I?0 y mana y se dedicaban en S tt^asl

Jvldn ' e"tre 'a multitud de gente que había ido a oír misa de once en la S™ de Guauajuato, *„;,,,•<„, ia/VES'1!^ jetnplos, más rica y más valiosa que la iteren' cia ensangrentada de Leuctra, que el hijo in- vencible de la Buocia les dejó á las comarcas belicosas de la Grecia. ;Pueblos de la tierra! venid á inspiraros y á fortaleceros al borde de esta tumba para con- tinuar la lucha que teneis que sostener; esa lu- cha titanica y porfiada del bien contra el mal, de la libertad contra la tiranía, de la justicia contra! la iniquidad, del derecho contra la fuer- za. Venid á inspiraros y á bañaros de luz en LA CALLE DEL DUENDE las puertas de la inmortalidad, donde acaban las sombras de la noche v donde comienzan los brillantes albores del día sin fin. Teñid lle- Isabel y Lorenza se llamaban dos hermana nos de fe y de esperanza, acordándoos de que oveues de 19 y 20 años respectivamente hV sobre las tumbas es donde se levantan todos los estandartes de las grandes causas; como se levanta sobre una tumba el estandarte di- Esa familia vivía en la Ciudad de Guanaina vino que le recuerda á la humanidad, que Cris- to a principios del siglo pasado, y Finando to venció el mal sobre una tumba y sobre una la sostenía trabajando en las minL deTafet tumba triunfó de la muerte.

DIJE, lida^en aquel 11%?°™* ^ la Fernando llevaba semanariamente á su P« posa el producto de su trabajo y Cármen v SUS hijas hacían sus compras na ra t^I?0 y mana y se dedicaban en S tt^asl

Jvldn ' e"tre 'a multitud de gente que había ido a oír misa de once en la S™ de Guaiiajuato, *„;,,,•<„, la/betah^Sd minero, llamando, como siempre, la atención de los jóvenes que las veían, por su singular gmVe a,t«™tiva. hermosura y por la modestia que se retrata- como liberal y como M^ Paneta. ba. en sus apacibles semblantes. Ese día las vió por primera vez Miguel Arce, hijo de un rico hacendado del Bajío, y como atraído por poderoso imán, siguiólos pasos m^mMmm&lm de las jóvenes hasta conocer la casa y calle donde vivíau. En el trayecto déla Parroquia á la casa de Fernando, las miradas de Miguel rías de forma sino á - ^ ' 10 a ba"de- y las de. Isabel se cruzaron más de una vez, hasta el punto que al entrar las jóvenes á su habitación, Isabel dirigió una última. mirada, i-orno de saludo y despedida, al desconocido joven que las siguiera. la libertad decondnr>f-« ¿i, ^ta Por D'os á. Al poco tiempo los cuchicheos de las gentes del barrio destrozaban sin piedad la honra de Isabel, asegurando que era amante del rico ante este monumento fúnebre hó fnn ?U,rar joven, .y que se le veía poco en la calle porque el estado que guardaba la obligaba á perma- necer en encierro. Poco tardó en llegar tal ru- mor á oídos de Femado, quien trató inmedia- tamente de averiguar la verdad. Pidió una li- cencia de cuatro días al Admor. de la mina, y sin que en su casa lo supieran ni la misma es- posa* se instalaba noche á noche en un punto adecuado para ver si alguno penetraba J se los héroes, faíffilihtí'•>' de acercaba á'la habitación. La tercera noche hombre ^tf^^^gHUMB£ obserbó que un embosado se dirigía á la única hombros corno un atlante Sa '1°bre sus ventana dé la casa: que llegó y se paró aga- peso de la nacionalidad írSnopÍ°- ^W rrándose de las berjas de madera. Fernando, todavía mayor de l^S : ?14 W desde su escondite, DO podía ver si la ventana piracion.es de la humanidad i! las W estaba abierta, y menos si había por .dentro alguna persona; de ahí es que resuelto átodo 1 ales.son las accioues de Adnifr>fiJ ha conctódo,« carrera de gloria ,y de grandeza, aunque por desgracia Ju de tan indestructibles intereses- sería .„o antes de haber terminado la obra magestuosa de las aspiraciones comunes, antes de dejarla li- bre dé los peligros que le amenazan y antes de verla triunfante de los enemigos que la com- baten ¿Habrá arrastrado consigo al sepulcro todas las esperanzas de la República, todos los medios de su defensa, todos los elementos de su conservación y todas las fuerzas de su mmm§ vida? ¿No se dará la gran batalla con la fir- meza dé la fé, con el estímulo de la esperanza y con el vigor de la conciencia, que tenían las filas republicanas de Europa cuando se encon- mus traban animadas, movidas y dirijidas por su jefe? ¿Tendrá oue la mentar la Francia con la 'muerte de este grande hombre la pérdida de S338SfeW= su tranquilidad, de sus libertades y de su en- grandecimiento? ¿Deberá renunciar el mundo á la esperanza de ver reprimidas las tenden- SSS'SSifpropagadores que quedLenlaSí Y cias de lá fuerza y del despotismo y de ver co- ronadas las nobles y generosas aspiraciones del derecho y de la libertad? ESSSS^E Conciudadanos; que respondan por mí vues- tros principios y vuestros sentimientos; vues- n pre tros principios republicanos, que son los prin- cio4iUtereae8; Ad5s Tt/ - cipios de íá justicia y vuestros sentimientos ha podido llevarse inW mÍ« A"oito lluers no democráticos que son los sentimientos de la nen v defieS^M^alS6.? naturaleza vigorizados por el espírit" cristia- la humanidad á V^pS^S^S^fi no: que digan ellos, si puedeu extinguirse los muerte solo se ha llevado 2 2 P°rque ,a resplandores que despiden, si pueden acabar- se los bienes que procuran. Sería desconocer la fuerza de los unos y la firmeza de los otros, si sospecháramos siquiera que la muerte de \dolfo Thiers había puesto en peligro la suer- La m„erte so,o del áVbol pero no para la savia, solo para el 1« que pudiera suceder echó á amW „, , capullo pero no parala crisálida: la savia con tinúa.fecundizándolo todo y la crisálida sale «ter^SSéit dé la cárcel que se desti u.ye, convertida en bri- llante mariposa, trasfigurada con los mil co; ^tóS* f e,,a P'aticaa- lores del iris de los cielos Los hombres qué dre anduSf^^rla^f SU trabajan y que luchan, que pasan la vida, no •sabía que desde el lunefque entraba | ST" coii la vista, inclinada hacia la tierra como el bruto, sino levantada háeia los cielos cómo el génio; buscando verdades que lé Velar á los hombres, practicando virtudes con qué enal- ríto tecer sus acciones, y reflejando en su frente la de 18a bel hizo que él jovw? ™ tj^ * imagen purísima del Creador; esoS hombres no la ventana, v avanzaLT ^ mueren Conciudadanos, esos hombres 110 de- saparecen de la tierra, sino que aseguran en ella su mansión por medio de la memoria de &TER&82 Pa^aber sus hechos, por medio del místico legado de puñal. El oVen retrocedió do' 8U aSudo süs grandes pensamientos y de 'sus', acciones pada y hp^^^^m^^su^. virtuosas. De esos hombres animosos y éíd- momento reconoció afnnd En ese vados fué Thiérs en el último tercio de su vi- vaino su acer o v se «»- da: por éso no ha muerto, sino se ha tra'Sfigu- rado, tomando en esa tumba la vestidura In- concepto merecía W en su mortal. y desafiando en ella la borrasca dé

de marchaba sin preocuparse de la gente que ah iba en su seguimiento, y que al llegar al punto geníeí ™^do á las de su destino hacía ademán de acometer á los que se leaccrcaban, abriendo susenormes bra- zos como para aprisionar en ellos al que se pu- siera á su alcance, echaban todos á correr in- vocando los dulces nombres de Jesús. María v José, y algunos caían al suelo sin sentido. tanib é 1 La noticia' del duende de San Sebastián lle- participaban de igual preoeunaH^ ' ' des" deber averiguar { o-ó en breve al centro de la Ciudad, y la preo- cupación popular le dió proporciones gisan- 1 .»seas, haciendo correr la especiede que el fan- tasma llegaba todas las noches hasta el atrio 'Sí del templo de 1a. Merced, que se sentaba en la sc llanaban puerta del convento, que muchas veces reeo- A* i ¡^ sue/orma6an eaba ó pretendía aquella alma en pena. En- viaron diversos agentes á que se apersonaran existía en la Intendencia, remitida por la de con el fantasma, pero no hacían estos más Guanajuato, para que se buscara al ovenAn que verlo y ponían pies en polvorosa, volvien- gue y se remitiera al lado de sus padres m do jadeantes á la ciudad, víctimas de horro- El desventurado amantehabS venidoisln roso espanto. Entonces el comandante de la Luis en seguimiento de su adorada Isabel-5 plaza ordenó que un piquete de tropa, al man- vía oculto e„ el barrio cerca deTaLsa dp '^ -" do de un capitán, se apostara en un lugar con- nando, y todas las noches ha JJiS? veniente desde donde pudieran verla, salida del 'fantasma; que al acercarse le diera.-el "¿Quien vive"? {marcándole el alto, y que « í»™ TT (*Ue ,e faltaba.! para JWaráTa 110 obedecía se arrojase sobre él toda la tro- major edad, y poder ya entonce s verveHft'r pa Que si era posible apodera rae del espanto bremente su soñado enlase 'ucar ii- lo trajeran entre tilas al cuartel; pero sí, co- mo era lo más seguro, elfantasma se desvane ta n'tej'riblTgolpe ^^SS® cía*al a cercársele diera en el actoel jefedel pique te el correspondiente parte, para que á su vez el Sr. Intendente pusiera todo en conocimien- to de la autoridad eclesiástica, para los fines á que hubiera lugar. ingresando al de Concepciobistas dé Sau M? El jefe de aquella trt pa cumplió con exacti- tud las primeras órdenes, pero a.1 aparecer el el duende se apoderó de él y délos soldados un terrible pánico, y no queriendo que el fan- tasma se les fuera á desvanecer al acercársele, ma ndó á sus subordimados que le hicieran fue- «g y en la que recibió la rnuerte el infortnna go. El duende cayó al suelo exhalando un le- dold* e El£todavía &hast eaf LKoVb,«¡MS^"? S^^e ve quejido. Los soldados y curiosos se acer carón á aquel bulto ya inauimado, y vieron MANUEL MURO. con sorpresa el cadaver de un joven rubio, de SAN LÜIZ POTOSÍ aspecto simpático y hermoso. En las diligencias practicadas por la autori- dad se descubrió que a (piel joven era el hijo del rico hacendado del Bajío, cuya filiación (ISf'" ^^ «*» ene, archivo delaan. DISCURSO PRONUNCIADO POR SU AUTOR

SR. L|C JOSE G. RDSTHD 'lado LA NOCHE DEL 27 DE EYIEMBRE DE 1884 mmm con motivo de haberse suspendido el reconoci- miento de la injustífióada deuda inglesa.

contra el bien - elb. ti- ,U®'ha del mal CIUDADANOS, HERMANOS MIOS: Pronto se contarán cien años desde que a quel orador dijo: "Prefiero las borrascas de la libertad á la caima de la esclavitud" Y el eco de -esas palabras .iy percute aunen los pe- chos de la generación que hoy nace á la vida pero obedeciendo psl«nfj de!lda >» lesa;" pública, para Jurar en ellas él credo de su a. R d€mGS mor patrio, y jurarlo poniendo por testigos -claSt^fe^ P Porque son conocidas s /¡ni a B1 corta- los astros y las nubes, á la faz del firmamento, ras! av deell-i '"tenciones traído- en el bogar y en las plazas, en el combate y la zóu qui derramó t il C°°!m el ^rriblegan- victoria, en la vida y en la muerte. páte daiSlí SUH ™uas' once La lucha del mal contra el bien se inauguró '•a darse insSSSS' na- en el paraíso, y aún continúa. Si tiranos hu- que quisieron españoles hn "1 qUe pa,'a los bo siempre, siempre también hubo libertado- nu Castill Grana di las; pam t s fIL • ° ^ res. Por un apóstol que vende, permanecen hubo un cerV de JaTcZmlíIf,emn fnum* once leales; y al desaparecer todos del escena- quieran irires ftffi^P8®8-8'. -V Para los que 1o trece níffS^ ^SSP^1"* ha-v «¿n- xicano, y en tfd SlfSí^íf™ "le- para. suspender ? egoístas nunca b?2?ffimaSqUe Tlavitud: «»lolos hom- embriaguez gloriosa para el pueblo que, des- bies^abnegadosy valientes tuvieron libertad: pués de haber visto próxima á sombrarla na- InS-^of?' P?rque teuemos contra las ba- ve de su país, logró detener las olas y refrenar- tón' vi, de/;e,-ho-, ^>ntr las traiciones cora- las tempestades que amenazaban hundirla en ¿oni j \ iva México! a el abismo. La nación mexicana despertó por fin del letárgico sueño que la embargaba y mantenía tendida sobre sus montanas y lla- nuras, al arrullo de sus bosques, de sus ríos y de sus mares: escuchó por fin la voz del Dios de las nacioues libres y honradas que como a Lázaro la dijo: "Levautate y anda;" y la na - ción mexicana se levantó gigante y digna y la votación de la deuda inglesa suspendióse, l a inundación amenazaba destruirla; pero su tronante voz como ciclópeo dique detuvo las a «uas destructoras solamente, porque dejó pa- sar toda aquella basura de execreación que a rrastrabau en sus oleadas inmensas, para que ron esa basura medren también los que espe- raban recoger las arenas de oro de la infernal pfirrifntft. iüh hijos de San Luis, hombres honrados, vosotros los que sentís palpitar dentro del pe- cho el alma ae los Hidalgo y Morelos, levan- tad todos la voz vibrante y poderosa para míe la escnche la ciudad, v la escuche el con- tinente v la escuchen los confines de la tierra, y jurad que antes de la pérdida de vuestra pa- México la '-Aurora intelectual," que alumbra rá eternamente la libertad de conciencia 1 esa luz, que hace un siglo destelló de los hojos del umo indio no será ya eclipsada en Mexico por las tenebrosas sombras del obsru rant.smo y siempre pura y siempre brillante alumbrara constantemente el cerebro de núes tros representantes nacionales, para que CO- MIÓ ahora, leven á nuestra querida pffia á ¿QUIEN FUE JUAREZ? la cúspide del Progreso tl Para el partido conservador, Juárez fue el TITAN que anonadó fueros y preeminencias, ÄiÄT que nos dió v el que con voluntad enérgica fulmino leyes mortales para la desmedida ambición del cle- ('erritos, Marzo de 1906. ricalismo. _ , _ Para los verdaderos mexicanos, Juárez fue y FRANCISCO P. LECHO.V. será el Dios Justiciero que, en el histórico Ce- rro de las Campanas, dió el tiro de gracia al imperio de Maximiliano, sellando con !a san- gre de éste y la de los traidores «pie le acom- páñaban, la solemne acta de nuestra segunda, in iependencia, asegurando así la soberanía de la República Mexicana - Para las demás Repúblicas de América kin' Juárez fué el hombre puro sin mancha á quien por sus virtudes cívicas, su energía, su cons- tancia v talento que desplegó en la defensa de México", el Congreso de los Estados Unidos de Colombia, expidió en Bogotá, con fecha 1 ? de M ayo de 1865, 1111 decreto por el cual bautizó á Juárez con el alto y merecidonombrede BE- NEMERITO DE LA AMERICA. Y todas las naciones ven en Juárez el sol de la Reforma cuyos benditos rayos fijaron en