Un Evolucionista En El Plata Florentino Ameghino
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UN EVOLUCIONISTA EN EL PLATA FLORENTINO AMEGHINO Adrià Casinos Departamento de Biología Animal Universidad de Barcelona Fundación de Historia Natural Félix de Azara Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas CEBBAD – Instituto Superior de Investigaciones – Universidad Maimónides Hidalgo 775 P. 7° - Ciudad Autónoma de Buenos Aires (54) 11-4905-1100 int. 1228 / www.fundacionazara.org.ar Diseño gráfico: Facundo Colantonio / Guido Gardini Escuela de Comunicación Multimedial - Universidad Maimónides Impreso en Argentina – 2012 Se ha hecho el depósito que marca la ley 11.723. No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446. El contenido de este libro es responsable de sus autores. Casinos, Adriá Un evolucionista en el plata : Florentino Ameghino . - 1a ed. - Buenos Aires : Funda- ción de Historia Natural Félix de Azara, 2012. 430 p. ; 24x17 cm. - (Monografías Fundación Azara / Adrián Giacchino) ISBN 978-987-27785-0-7 1. Ciencias Naturales. I. Título. CDD 570 Fecha de catalogación: 13/01/2012 “(Ameghino) fue, a la par que un colosal descriptor y clasificador de los vestigios de la vida pasada, un creador de ideas, un gestador de teorías, un innovador en el terreno del pensamiento científico y un valiente defensor de sus creencias” Osvaldo A. Reig, Excelencia y atraso, p. 70. A la fraterna memoria de Osvaldo, a quien imagino mateando con Florentino por algún rincón del universo infinito. ¡….qué buen vasallo si hubiera buen señor! Cantar de Mio Cid Este texto se ha elaborado en el marco del proyecto CGL2008-00832/BOS, subvencionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España. Índice Agradecimientos Pág. 7 Prólogo Pág. 9 Capítulo 1 El marco sociopolítico Pág. 15 Capítulo 2 La paleontología en el Plata antes de Ameghino Pág. 31 Capítulo 3 Hijo de un barco Pág. 55 Capítulo 4 De Mercedes a París Pág. 65 Capítulo 5 Filogenia. Metodología taxonómica y morfológica Pág. 87 Capítulo 6 El origen pampeano de la humanidad Pág. 109 Capítulo 7 Carlos Pág. 147 Capítulo 8 Córdoba y La Plata Pág. 167 Capítulo 9 La travesía del desierto Pág. 201 Capítulo 10 Hipótesis geológicas y paleontológicas Pág. 229 Capítulo 11 Ideología Pág. 277 Capítulo 12 Los años de gloria Pág. 289 Capítulo 13 Florentino Ameghino como símbolo Pág. 333 Capítulo 14 La proyección de Florentino Ameghino y su obra en España Pág. 359 Capítulo 15 Bibliografía Pág. 381 Referencias cronológicas Pág. 403 Índice analítico Pág. 411 Un evolucionista en el Plata Florentino Ameghino 5 AGRADECIMIENTOS Tal y como puede suponerse, este libro no se ha elaborado en cuatro días. Hay unos cuantos años de trabajo detrás suyo, aunque por supuesto no se emplearon de manera intensiva. Su redacción, y las lecturas e indagaciones asociadas, tuvieron que hacerse com- patibles con otros proyectos, de naturaleza experimental, que son los que habitualmente ocupan mi dedicación investigadora. El prolongado lapso de tiempo aludido conlleva normalmente mu- chas consultas y demandas de opinión. En consecuencia, la lista de agradecimientos es necesariamente larga, con el riesgo asociado de que se produzca algún olvido. Soy deudor de instituciones, colegas y amigos de ambos la- dos del Atlántico. En Argentina justo es empezar por Osvaldo A. Reig, a quien va dedicada la obra, y a quien aludo en el prólogo. Directamente asociado a ese nombre va por supuesto el de Estela Santilli, quien no tan sólo me ha acogido en su hogar de Buenos Aires en repetidas ocasiones, sino que también me ha guiado en diversos aspectos de mis cuitas, proporcionándome textos de la biblioteca de Osvaldo o sugiriéndome ideas y lecturas. También en la capital debo citar a mi viejo amigo Francisco (Pancho) Bello por las muchas horas en que, de forma entusiasta, me ha acompa- ñado por las librerías anticuarias y de lance porteñas, introducién- dome en ellas con sus conocimientos de editor. José F. Bonaparte y Rosendo Pascual me hicieron partícipes, en diferentes momen- tos, de sus recuerdos. En el “Bernardino Rivadavia” la lista de los Un evolucionista en el Plata Florentino Ameghino 7 que me han echado una mano en uno u otro momento es extensa. Empezando por la dirección y siguiendo con Hugo Castello, Juan Fernicola, David Flores, con quien comparto también otras inquietudes científicas, Liu Idarraga, Alejan- dro Kramarz, Fernando Novas, Luis Cappozzo y Valentina Segura. En el Museo de La Plata, el personal del archivo, Diego Verzi y su grupo, Sergio Vizcaíno y Gustavo Politis. En Mar del Plata Aldo Vassallo, Federico Becerra y Alejandra Echeverría. Aldo merece una mención especial, por la forma entusiasta con que ha seguido el proyecto, incluyendo la cesión de material gráfico. Marcelo Toledo me puso al corriente de su propio trabajo geológico en relación con el tema. En Europa justo es que empiece por las bibliotecas. La central del “Muséum National d’Histoire Naturelle” de París con sus increíbles fondos. En el mismo marco merece también el mayor de los agradecimientos la biblioteca de la “Reial Acadèmia de Ciències i Arts” de Barcelona y el personal adscrito, Josefina Fortuny e Ivan Rodas. No solamente atendieron con diligencia largas horas de consulta de los muchos volúmenes de las “Obras completas” de Florentino Ameghino, proporcionándome fotocopias y escáneres, sino que realizaron indagaciones motu proprio, que hicieron llegar a mis manos documentos cuya existencia ni siquiera sospechaba. Los profesores de la “Université Pierre et Marie Curie” Jacques Cas- tanet y Jorge Cubo, con sendos contratos de invitación, hicieron posible estancias prolongadas en la capital de Francia. En la Universidad de Barcelona Mª José Ló- pez Fuster me echó más de una mano en cuestiones relacionadas con la filogenia de los mamíferos y Eloy Gálvez fue en diversas ocasiones mi tabla de salvación en lo que respecta a los problemas técnicos derivados de la informática. En Valencia debo mencionar a Diego Rasskin y a Margarita Belinchón, quien ha sido una verdadera “forofa” del proyecto, brindándome para la reproducción el archivo del museo que dirige. Sin su ayuda y la de Jesús Ignacio Català Gorgues no hubiera sido posible la redacción del capítulo sobre Ameghino y su influencia en España. Además este último autor me permitió generosamente la lectura de algunos de sus manuscritos en curso de publicación. Marcelo Sánchez Villagra (Zúrich) me puso al corriente de novedades bibliográficas que se me habían escapado. Y finalmentedebo mencionar a la Fundación Azara, y concretamente a Adrián Giacchino, por la confianza que ha puesto en mí. A mis antiguos profe- sores en la Universidad de Barcelona Enric Gadea y Jacint Nadal, por las sendas minuciosas lecturas que llevaron a cabo del manuscrito, señalándome cantidad de “gazapos” y sugiriendo ideas. Por su parte, Federico Agnolin (Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”) cumplió con creces su tarea de revisor, señalando errores flagrantes y sugiriendo lecturas complementarias. 8 Adrià Casinos PRÓLOGO Mi interés por Florentino Ameghino es, en parte, un ata- vismo infantil. En la modesta biblioteca de mi abuelo materno figuraban diversos volúmenes de la Enciclopedia Ilustrada Seguí, un ambicioso proyecto que, en los albores del siglo XX, se empezó a publicar en Barcelona y que nunca se completó. Todavía conser- vo algunos de dichos volúmenes, de gran formato, con un bello lomo modernista en cuero; el modernismo de tipo popular, no catalogado, que inundaba Barcelona por aquellos años, y que fue, y sigue siendo, víctima de la desidia y/o de la piqueta. El tomo I de dicha enciclopedia, uno de los preservados, va de la A a la AMY. Este estrecho margen alfabético da idea de la magnitud de la inacabada empresa. En la página 539, de un total de 576, del citado tomo, aparece la imagen de un señor barbudo, que no es otro que Florentino Ameghino. A él se le dedica un extenso artículo, así como otro, más reducido, a su hermano Carlos. No sé en qué momento, pues durante mi infancia me perdía en sus macropáginas con frecuencia, me enteré por la Seguí de quiénes eran y qué habían hecho los Ameghino, pero es seguro que me quedó un recuerdo imperecedero. En parte sin duda por la for- ma entusiasta, y un tanto fabulosa, en la que fueron escritos los referidos artículos, y en parte también porque hacían alusión a la Argentina, un lugar mítico para mí desde que, siendo muy niño, hubiera emigrado una parte de mi familia paterna, entre ellos un primo segundo (Jaumet), un par de años mayor que yo, del que, Un evolucionista en el Plata Florentino Ameghino 9 por razones obvias, guardaba especialmente el recuerdo. El mito referido se re- forzaba cada vez que mi abuela recibía correspondencia de la familia “de Buenos Aires” (en realidad vivían en Rosario) y me daba los correspondientes sellos que, en general, hacían referencia a una genérica “riqueza austral” y representaban in- mensos rebaños de corderos, o torres de explotación petrolífera, o quizá gasística, que llegaban al horizonte. Cabe decir que en aquella posguerra española, hecha de privaciones y mentiras, cualquier referente exterior, aunque fuera sin base, se convertía en mítico. Cuando hoy releo los artículos sobre los Ameghino de la Seguí, me asombro del rigor y de la exactitud, del entusiasmo por las ideas “transformistas” de Flo- rentino. Se entiende cuando se observa que entre los redactores del mencionado proyecto enciclopédico, figuraba el gran naturalista y oceanógrafo español Odón de Buen, él mismo víctima en su juventud de la caverna local (barcelonesa), a causa de sus convicciones darwinistas, y náufrago en su vejez del exilio republi- cano en Latinoamérica.