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Mercante, Víctor

Florentino Ameghino: Su vida y sus obras

Archivos de Pedagogía y Ciencias Afines

1911, vol. 9, nro. 26, p. 93-132

Mercante, V. (1911). Florentino Ameghino: Su vida y sus obras. Archivos de Pedagogía y Ciencias Afines, 9 (26), 93-132. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.1584/pr.1584.pdf

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Su vida y sus obras

I

La muerte del doctor Florentino Ameghino enluta el bogar, del que era antorcba destellante, de la ciencia ~mericana. Este bom­ bre, consagrado durante cuarenta y dos anos al tr'abajo, a la in­ vestigacion, aL pensamientoj extrano a Los halagos de la vida [acil, modesto, probo, sin envidias, sin odios, sin ambiciones que no fue­ ran nobles, hijo de sus obras, como los grandes civilizadores, es el ejemplo mas puro que podemos ofrecer de voluntad y dedica­ cion, a la juventud . Su nombre es todo un caracter. Lucbador infatigable, se eLevo desde la cuna bumiLde basta La cima deL saber sin explotar mas que sus instintos de labor y su genio extraordinarios. Dedicado, primero, a estudios prebistoricos pero empenado en establecer el origen antiquisimo del bombre ameri­ cano, se indino, influencia sin duda, del ambiente y de la virginidad del suelo argentino, a la Geologia y a la Paleontologia en las que Ikgo a una culminacion unica en el Nuevo Continente, arrancando a las sedimentaciones sus mas guardados secretos para gloria de la ciencia y de este pais que necesita de ella para ocupar con bonra su puesto en el concierto de las n

Unidos y las obras nos ll egan de alia, ll enas de referencias t citas y dogios de los mas conspicuos in vestigador es, que tieDen por Ameghino el respeto que se ti ene por las mas altas autori­ dades. Fallece en pleno goce de su vigor' mental, a consecuencia de una diabetis y de su lalta de pr-opension a cuidarse, porque Ame­ ghino no tuvo mas enferm edad que la que 10 arrebato prematu­ ramente de nu estro seno. Su mu erte es una catastrofe ; el pais pierde doce anos de labor intensa, doce volumenes de obser va­ ciones, descubrimi entos, clasificaciones, teorias, la solu ci6n defini­ tiva del pr-oblema de los predecesores del hombre en el que tra­ bajo 37 anos. hoy, en 10 mas recio de la disputa; pierden los naturali stas y los j6venes argentinos ini ciados en este o rden de trabajos. un consultor solicito y paternal, porque Ameghino prod i­ gaba saber y estimulos a quien los pidiera en cartas que nunea pecaron d t! parsimoniosas mas si de justas y francas, sin empero, jamas, un reproche a la inexperiencia. Esta manera abierta del sabio, tal vez porque tuvo que lidiar en sus primeros aDOS. con la seca y cerrada de Burmeister y Lista; que llQ trepidaba en substraer diez minutos, media hora, una, a l trabajo mas g r ave para contes­ tar a un perfecto desconocido, ba hecbo bienes in c ... lculables al pais, y resalta entre las muchas cond iciones que destacan s u fondo mor"a!. Ahora, al pais q ueda el g lorilicar a uno de sus mas grandes bijos, g rande par su "ida intelectu a l, g rande por s u vida moral. para ofr-ecer a las j6venes generaciones uno de los val or es mas

II

E I doctor Florentino Ameghino naci6 en la Villa de Lujan el 1~ de Septiembre de 1854 (]) y fa ll ecio en L a Plata el 6 de Agosto de 1911 a las 8 y 20 de la man;ma, dia diafano y primal·era!. Hijo de genoveses originarios de Moneglia. \'t"cinclad de Sestri. su padre era Antonio Ameghino, fallecido en en 1886 a los 58 anos de edad y su madre Maria Dina Armanino fallecida en Buenos Aires en 1908 a los 76 anus de edad. E n la familia

( I) Dato que nos refirio personalmente ruanda vivia. Y CIENCIAS AfINES 95

fueron varios herman os de los que vivian Florentino, el mayor, Juan y Carlos, sin descendientt's, este ultimo, 10 repetia a menudo el sabio, su brazo derecho porque era el esuutador de los misterios geologicos, el desenterrador de fosiles, el gran descubridol- de faunas, el que ba puesto los sedimentos patagonicos en la mesa de Ameghino durante 16 anos ( 1887 a 1903) consecuti\'os, habiendo realizado solo, una obra superior a la de los demas exploradores juntos del extremo sud, Su nombre esta ligado a centenares de portentosos ballazgos, como d del aJ-madillo fos:l con dientes y cuernos del monte Observaci6n; de los grandes pajams fosiles de Santa Cruz; del grupo de los tipotel-ios y plagiaulasideos; de los monos fosiles de Santa Cruz i del piroterio del Cbubut; del astra­ poterio, etc" quedando no obstante, por revelar tesol-os incalcula­ bles, segun sus propias referencias. Transcllrrieron sus primeros alios, desde 1854 basta 1868, en el hogar modesto de sus padres y en el ambieote traoquilo y pre­ cario para quien no fuera el, de la aldea. Pero el ambiente solo exige un genio y el genio un ambiente. Amegbino era Ull curioso, un testaruJo y un tenaz, cualiJades que 10 singularizal-on basta poco antes de falleeel-, que puestas al servicio de sus extraordinarias aptitudes, tanto acentuaron su individualidad, substraida casi, a la accion niveladora de la escuela. Estaba su vida por eso, libre de esos convencionalismos y protocolizaciones esterilizadores con que suele un bombre de importancia disfrazal' la sencillez, la franqueza, el carino, la autoridad sin mas consecuencias que un ol-gullo mal interpretado y una vanidad bipoerita, fl-utO, por supuesto, de ese amhi .. nte al que Ameghino no quiso entregarse. NacIa mas elo­ cuente que su camara mortuoria: estancia arnplisima sin tapices, sin cortinas, una mesa cle mimbl-e en el centro, cubierta de las canas acabadas de recibir de las mas renombl-aclas pel-sonaliclacles cientifi­ cas de Europa, tres sill as cle Viena, un armario cle pino eucba­ pado, el lecbo y la mesa cle luz con una lam para a petr

(I) L'anciennete de Phomme prouvee par la Geologie. 98 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

a que alguicn nos pregunte qUienes somos y con que dcrecho nos atrevemos a sondear una cuestion de tanta importancia. Tal pre­ gunta no nos extraoaria. Altos y egoistas I'eprescntantes de la cien­ cia en el Plata, ya 10 han hecho y han combatido ,los resultados de nuestr-o trabajo con armas nada nobles. Se nos ha tratado de ex­ plotador-es, ignor'antes y orr-as lindezas por el estilo, por babcr co­ metido el inmenso delito de afirmar que el bombre ba habitado las pampas en plena epoca cuaternar'ia. Debemos, pues, una contesta­ cion anticipada a los que tal pr-eg-unta pudier'an hacernos. Hace diez aoos que nos estamos ocupando del estudio de la Geologia, Paleontologia y Arqueologia de la Pampa Argentina. La mitad de nuestra existencia la hemos empleado en este genero de investiga­ ciones. Los aoos de nucstr-a juventud, de la buena fe, de las agra­ dables ilusiones, los hemos pasaclo recorricnclo cliariamcnte leguas enteras, a 10 largo cle las ribcras de nuestl-os rios, teniendo por ullico vehIculo nuestras pl'Opias piernas y por cornpaneros una pala y un cuchillo. Tanto en los frios del in\'ierno como en los abrasaclorcs soles clel ,'erano, hemos pasado clias enter'os removienclo solos 6 con trabajadores constantemente vigilados por nosotros, los tcrrenos de las orillas de las lagunas, dos y arroyos de la provincia de Bueno~ Aires en busca de los restos cle los seres que elf epoca antiquisima en que la configuracion clel continente americano era bien drfcrcnte cle la presente, poblaban el suelo argcntino. Durante esos diez aoos de trabajo continuo, hemos estudiado los terrenos de trans porte de la cuenca clel Plata en sus minimos detalles. Hemos formaclo colcccio­ nes de f6siles interesantisimas, aumentando el numcro de ani males cuaternal'ios de Buenos Air-es, de un gran numero de especies des­ conocidas antes de nuestros trabajos. Hemos cxplorado met6c1ica­ mente ,'arias estaciones 6 paraderos indios prchistoricus en los que hemos recogido millares de objetos de diferentes clases. En ese mismo espacio cle tiempo hemos recogido los matcr-iales que nos han traido el convencimiento dc la groan antigUedad del hombre en las pampas. Este convencimie,,:o no ha sido, pues, obra de un dia, cle semanas 0 de meses, sinn tl resultado dc clicz anos cle trabajo. empleaclos cn r'ecorrer los r-lOS y arroyos de las pampas unos meses, otros en haccr- r-emover 6 removiendo por nucstras propias manos, sus dep6sitos fosilifel'Os, y los demas en observar, c1asificar y esludiar las piezas que en esas continuas cxcursiones y excavaciones conseguiamos. Tampoco nos hemos atenido a nues­ tro juicio exclusivo, pues hemos sometido nuestros trabajos al exa­ men de las personas mas compelentes de Buenos Aires, bien que no se encontraran acordes en sus apreciaciones. No contentos con esto, hemos querido consultar- los sabios del otro lado del Oceano, nos trasladamos a Europa y exhibimos nuestra colecci6n de obje­ tos que rue examinada por De Quatrefages, De Mortiliet, Gervais, Cope. Villanova, Capellini, Valdemar, Schmidt, Harry, Ribeiro, Tubino y los principales sabios especialistas de Europa, que, sin excepci6n, han aprobado la mayor parte de nuestras demostracio­ nes del hombre [

namiento con que resistia a la borda de enemigos y burlones que habia levantado el « maniatico» ayudante de escuela con sus prime­ ras publicaciones y sli cuarto de «osamenta ». Sus primeras correspondencias cientificas fueron (1874) con el Dr. Ramorino de Belgrano, pues, su Diario de ~m Naturalista, em­ pezado el 10 de Diciembre, comienza con esta anotacion: «EI dia 8 de Septiembre de 1874 vino a esta ciudad (Diario de un NaturaNsta, empezado el 10 de Enero de 1875 en Mercedes) el Dr. Ramorino para presenciar alKunas excavaciones en el punto en que bacia ya largo tiempo habia encontrado restos del hombre f6sil j tome dos peones y en las pocas horas que trabaje se encontraron algunos restos de tierra cocida, muchos trozos de carbon vegetal y la ap6fisis espinosa de una vertebra humanaj al otro dia, repa­ sando la tierra removicla encontn~, 3 pia cas de la coraza del Ho­ plophorus ornatus y un escafoide humano ». En Octubre de 1875 escribia su famosa carta a Gervais quien, al

( '.'!< J V Y CIENCIAS AFINES 101 tar en esos tipos extranos llamados Toxod6n y Tipoterio que no en­ cuentran un lugar en las clasificaciones actuales y adquiri pI-onto el convencimiento de que no eran aquellos los incolocables sino estas las deficientes. Era necesario rehacer las c1asificaciones.... Asi naci6 Filoge1tia) en la que no debe verse un trabajo literario, pOl' cuanto, viendome en la obligaci6n de procurarme el alimento cotidiano aten­ diendo mi negocio de libreria, escribo cada rengl6n entre la venta de cuatro reales de plumas y un peso de papel, condici6n poco favorable para dar a mis ideas, formas literarias elevadas ». Ameghino, sin em­ bargo, merced a un dominic absoluto del lenguaje cientifico y a la vastidad de su saber, escribi6 una obra impecable. Y Ameghino aleccionado pOl' aquella inesperada cesantia, en previsi6n de posibles ataques a su independencia, en la que habia nacido y con la que habia escalado uno a uno los peldanos de la sabiduria, fue librero hasta su muerte. Ameghino, en efecto, fue exonerado el 25 de Febrero de 1888 como vicedirector del Museo de La Plata y en 1910, con motivo del ruinoso estado del Museo Nacional y las promesas tantas veces defraudadas del Gobierno, estuvo a punto de renunciar, un dia de Noviembre de 1910, segun refiere Senet, dia de preocupaci6n y que sin el consuela de una destituci6n, pOI' primera vez desde hacia quince aiios, vago pOl' las calles de Buenos Aires desde las 10 de la manana hasta las 8 de la noche, sin escribir una letra, sin corregir una prueba, sin pensar una idea. Fue en la libreria del Gliptod6n, euenta Basaldua, donde conoci a Ameghino de una manera singular. Pedia, yo, a un hombre en mangas de camisa, una novela expuesta en los eseaparates, euando sobre el mostrador note los restos fosiles de un ejemplar que me pareci6 sumamente raro. - Digame, amigo, (V d. es el dueno de esto? - Si, yo soy su dueno! - (Que hace V d. con esto aqlli, demelo V d. ? - (Y Yd. para que 10 qui ere ? - Pues, hombre, para llevarselo a Ameghino. - Pues hombre, a Ameghino 10 tiene Yd. aqu!. Esta escena se produjo poco desplles de premiaI', el jurado, con el gran diploma de honor y medalla de oro su gran colecci6n paleontologica en la exposicion de 1882. El tiempo era, para Ameghino, real mente oro y apremiado por el sinnumero de problemas que se agitaban en su inquieto cerebro, buscaba una forma que fuera breve para escribir y tomar apuntes. Entonces fue cuando invent6 su sistema taquigrafieo «tinieo que permite seguir la palabra del orador mas rapido, puede leerse mas correctamente que la eseritura comtin y se aprende en tres horas. Es el sistema mas perfecto, mas logico, mas rapido, mas legible y mas f:icil que se haya inventado hasta ahora. Se aprende sin maestro », publicado en 1880 porIa cas a Igon Hnos. y que emple6 para los apuntes de su Filogenia que, si bien vi6 la luz en 1884, evidentemente, fue trabajada en 1881, 1882, tal vez en 1880 y 1879; su segundo libre inedito de anotaciones y extractos, escl-itos este-

illllOTECA NkCIONAL OE MA£STftOS 102 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

nograficamente y en tinta negl-a. porque sus escritos del 75 Y 76 10 eran en violeta, contiene dicbas fechas. La Filog-enia es un monu­ mento cle la filosofia riatural, la clave de la c1asificacion en Zoologia, la ~onsagracion mas e10cuente del tnlilsformismo evolutivo, solo compm-able a la de Lamarck, con otro material y otros propositos. La segunda edician saldra a luz en 1':1]2 con un pralogo escrito por Ameghino ya imposibilitado pal-a moverse. Este libro poco leido en nuestro pais, como poco Iddas (ueron siempre las obras del gran naturalista, produjo tal sensa cion que la Facultacl cle Ciencias de la Universidacl cle Cordoba Ie llama a dictar la ca­ tedra de l-fistoria Natural (1884) clespues cle otorgarle eI titulo cle Doctor honoris Ca1tSa y Mitre en La Nacion, escribio su biblio­ grafia. Descle entonces colaboro hasta hace poco, en el Boldin de la Ar.ademt'a de Ciettcias, publicanclo numerosos estudios y monogra­ {ias. Sin embargo, fue cateclratico hasta 1886, porque fundado el Museo de La Plata, a fines cle este ultimo ano, se Ie nom­ bra viceclirector y director cle la Seccion Paleontologica, que, por lamentables clisiclencias, incompatibiliclades. tal vez, de caracte· res, ocupa por breve tiempo. Desde entonces basta 1902. consa­ grado a la Geologia, a la Paleontologia y a la Antropologia vivia en La Plata cle las ventas asaz moclestas cle su libreria cle la calle 60 y 11 Y del producto cle la venta cle una que otra pieza, que desgraciadamente, el pais ha perdiclo para sit:mpre como la clel Phororhaczts, para subvenir los gastos de sus numerosas publica­ ciones y la Revista A1'g-entina de Historia Nafttral en la que tenia de colaboradores a Spegazzini, a Holmberg, a Zeballos. a Linch i\r-ribalzaga y otros naturalistas de nombradia. En 1889 publica, con la ayuda eficaz del doctor Zebal\os, su Cont1'ibucio1t al cOftOci­ mie1tto de los mamiferos fosiles de la R. Argentina que 10 con­ sagro el naturalista mas el.ninente de America; fue premiada can meclalla de oro y diploma de honor en la Exposicion Universal de Paris; comenzacla en 1882 estaba ya esbozada en 1884. Dedicado absolutamente al trabajo. se substrajo a las solicitaciones sociales, a la {acil popularidad ya la vida publica, a tal punto qlle en eI pais, en La Plata mismo, solo era conocido, como sabio, por un reduciclo numero cle personas, aquellas que 10 amaban, que se habian enterado de su obra cientifica y seguian cle cerca las extra­ ordinarias luminaciones de su talento. Fue en estas circunstancias en Abril de 1902 cuando el doctol- Gonzalez, ministl-o entonces, penso en un hombre de merito, en el, para reemplazar a Berg en la clireccian clel Museo de Historia Natural de la Nacian y, cosa inauclita, el doctor Gonzalez tuvo que vencer formiclables resisten­ cias. porque Ameghino, victima cle la infamia, habia aclquil'ido fama no cle sabio, sino de borracho. i Amegbino alcoholista! EI, que rehusaba en el Galileo una copa cle champagne a su ilustre admi­ raclor Edual-do Holmberg, eJ que solo bebia una copa de vino italiano en el almuerzo y la cena! Por fortuna, la justicia reivindi­ catoria, es boy amplia. grancle, in mensa. Las universidacles. las es­ cueias, las sociedades, los gobiernos, el pueblo glorifican su nombre Y CIENCIAS AfINES 103 en conmemoraciones imponentes y duraLles que 10 senala n a la posterid acl como un astro cle primera m:1gnitud. Entre s us nume rosas obras de las ultimos anos, se destacan dos: Recherches de M01'pholog-z'e PhUog-enetlqlte sur les molaz'res ,wpe- 1'z'elwes des ong-ules, p. 542 puLlicada en 1904, un Ill onum e nto de la ciencia trabajado sobre un s is te ma circunscripto cle organos, los dientes, uni cos que en la generalidacl cle los casos, e l ti empo ha respetado y par consig ui ente, unicos elementos de clasificacion cuyas leyes establece el A. con aque! talento pl'obado en Filog-elda y Les Forma/iolts sedime1ltai1'es dtt cretace superieur et du ter­ tiaire de Patag-07tie que es un estlldio paleo,geologico cle Patagoni a, obra unica en su genero y fnlto de 16 anos de explo raciones y estudios continuos (pags. 50S e infinid ad cle la minas y croq ui s, pu­ blicada en 1906). En ella compa ra las faunas del extremo s ud, mamalogicas, con las del vitjo continente y formula la teoria que ha le\' antaclo tantas tempestades, cle ser el sud americano el cen­ tro de irradiacion de los ma miferos. Amt'ghino, contrariamente a 10 que se ha dicho, no dejo testa­ mento i pero sus cleseos fu el'on, 10 manifesto siempre a sus a migos intimos, de que sus colecciones no salieran del pais, y se in corpo­ raran al Musto Nacional. Por eso se so meti6 el mismo a las pri­ vaciones cle una vida que !Judo str d ul ce y lujosa. EI doctor Moreno F . P. acaba de presentar un proyecto cle adquisicic)n , t n la camara cle cliputados, de los manuscritos y objetos clel sabio, fundaclo en las mas altas conveniencias del Estaclo. Sus restos yacen en el Panteon cle los Maestros, porque se ini cili maestro y rue maestro de maestros. Descansa e ntre los maestros su sueno inmortal. En el pais no hay quien recoja su patrimonio, porque el ambiente moral, sin duda, estimul a poco este genero de estudios. Recuerdese que la calota del cl ipro tho mo estuvo d iez alios g-uardada en los de­ positos del Museo Nacional, sin que nadie pusiera s u atencion en ell a () atreviel'a a pronunciarse acerca de s u significado paleontolo­ g ico. La casuali dad quiso que ll t'gara a manos de Amegbino y resul­ tara aquel frontal, descubierto de nuevo en su pampeano cle la call e Peru, con la notoriedad cientifi ca que acaba cle asumir.

III

Ameghino e ra cle estatura mediana, 1.65 i delgado i encogido de hombros, cle a ndar r a pido y nervioso i usaba barba corta, ya cano· sa y rala y anteojos cuando lela. Los bigotes caia n a los costados i era bla nco, pero el cutis de su cara un ovalo alargado, de un ro­ sado obscuro. La boca era sali ente y su nariz afilada, Un gesto fuerte de refl exion habia en sus rasgos fisionomicos y SllS ojos eran una fra nca revelacion de s u espiritu observador. Su fr ente e ra a lta, abultada en su parte slIperior, ligeramente concava en el centro. Expresaba una extrao rdinaria juventud a pesar de sus anos. Vestia con una pulcritud metodista: jaquet obscuro para el trabajo, le\'ita 104 ARCHIVOS DE PEDAOOOIA en los actos cientificos, sin preocuparse de la moda y la correCClOn impecable. Pocas veces ocupaba coche, babitualmente el tranvia y no pocas veces sus piernas para recorrer el trayecto de la esta­ ci6n a su casa, cuando 10 consideraba medio mas rapido. Alegre, carinoso y brornista en la intimidad, leal en sus actos, franco en sus juicios, opinaba sobre cualquier asunto, sin excluir al politico; era claro, preciso, seguro. En el tren lela los gran des diarios de la manana, tres 6 cuatro de la tarde, Caras y Caretas y P B T, en veinte 6 treinta minutos; abordaba las cuestiones cientificas sin vacilaciones y nunca en fOI'ma que no fuera reflexiva y elevada. Su respeto era tan absoluto como su fe. Su cara volviase grave entonces, sus ojos se reconcentra­ ban, su conciencia se iluminaba, su espiJ-itu se encendia. La conversaci6n era rapida y afirmativa. Sin dones oratorios, nervioso en exceso, en publico lela sus conferencias, acompanadas de frecuentes tics 6 movimientos de hombr~s. Extrano a la literatu­ I-a, E/ Qui/ote Ie era odioso; su actividad tenia una prisi6n i su­ mido en la ciencia, substraerle una hOI'a era un delito. En la comida, no preferia platos y Ie era indiferente que fueran de carne 0 de ver­ dura. No obstante, durante algun tiempo excluy6 la sal. Bebia, en los ultimos tiempos, agua en abundancia y no permitia que en el tren se fum arai solia ocupar el compartimento de senoras acompanado por Spegazzini, Rivera, Senet, Vieyra y otros amigos que tenian por a un respeto tan grande como su carino. EI saloncito volviase bu­ llanguero y expansivo: el espiritu descansaba. Escribia sus obras en cuartillas 6 cuadernos, a un lado, metodo adoptado en los ultimos anos i sus originales no ofrecen, exc:epto al principio, correcciones, era un cerebro dificil a la fatiga; pero sl agregados, en la otra cara de la hoja i antes de comenzar una obra, agotaba la bibliografla del asunto y tomaba, durante la lectura, siempre rapida, las anotaciones en pro y en contra de su tesis i en los prirneros tiempos, en cuadernos, ordenados y nllmerados (ma­ nuscritos de la Antigiiedad de! hombre), anotaba con prolijidad los descubrimientos que hacia: lugar, piezas, situacion, nombres, ci­ frando el material al que debia refe rirse, lu ego, en la monografia. Por ultimo, escribia teniendo el libro de notas y los ejemplares a la vista i pasaba en limpio, con frecuencia, de su puno y letr:!, los originales, costumbre de toda Sll vida (veanse copia de la A?ttigztedad de! hombre, copia de L'dge des format. etc., publicada este ano). Todo se conserva como la ultima vez. Alli esta pegacla a la yen· tana, sin persianas, banada POI- la luz de la calle, Ie mesita de pin~, cubierta cle cuartillas, papeles, anotaciones, esquemas, principios de dibujo, lihros cle consulta senalados, utiles de observaci6n y una calota cle cliprothomo en yeso. Las paredes del salon, diez pOl' cinco, con estanterias basta el techo, tapizadas de cajones, cajas y cajitas (contamos 653 con 60.000 piezas aproximadamente) junto a los letreros comerciales, Vermouth Cinzano, Kerosene Sol, los cientificos Trigo?Zosty/ojs eximi1'('s, A?Ziso/ambda ./issidens, Prosothe­ rium Quartum. En el centro, un mes6n cubierto asimismo de cajas, libros de consulta, revistas, f6siles ocupando toda la pieza, dejando Una cuartilla de su ultima obra « Origen poligeni co del lenguaje) 106 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA poqulslmo espacio para circular entre aquel abigarramiento de cosas, medio predilecto del sabio para trabajar en el silencio y la meditacion, pues para muy pocos era accesible ese recinto, tal vez porque en el profano pudiera producir la impresion de un extra­ ordinario desorden. Pero Jos que entramos recogidos al santuario, paredanos estar en uno de aquellos recintos medicevales en donde segun refieren historias nO\'elescas, los magos develaban los mis­ terios del Universo. Se tiene la sensacion de otra vida, de otro mundo. Algo de antiguo, de sagrado, de extrano hay en todo aque- 110 j pero, por otra parte, parece un taller cuya actividad se hubiera suspendido un momento antes i el pensamiento flota en el silencio, las cosas interrogan, los papeles hablan, la pluma conserva toda via [res­ ca la tinta. Mas, el hombre que animaba, no esta j es un [ugar muerto. Seguia a este salon, el escritorio en que Ameghino acostumbra­ ba a recibir y contiguo aJ escritoriu, la biblioteca. Alii esta su fichero, un cajoncito, envase de Dios sabe que mercandas! Ese fichero, era para Ameghino invalorable. ResLimia una labor de trein­ ta anos y todo 10 que en el mundo se ha dicho y escrito respecto a fosiles desde los pl-imates hasta los moluscos, divididos en cla­ ses y conteniendo, cada clase, 40,50, 100 cuartillas, en cada Llna de las cuales esta anotada y compendiada una obra, un articulo, la fecha, su autor, su p,-ocedencia. Esta maravilla de paciencia y de constancia, era la segunda cabeza del sabio, el casillero de su me· moria, la clasificacion de sus conocimientos, su biblioteca, la primera y la ultima palabra de la ciencia. El deda: sin esto yo no hubiel-a hecho nada. Ameghino no era bibli6filo j tal vez sus libros no sumen 600 volumenes, obl'as fundamentales de su especialidad, libros de trabajo, que lle\'an senales bien visibles de su frecuente uso; las novelas las tenia en la libreria para la venta j es posible que nunca haya lerdo una. Alii vimos, junto a la obra del norteamericanu Cope, que es un cajon, la de Lyell, su primer' catedratico, aunque despues llamara a Gaudry su maestro. Durante su enfermedad manifesto los propositos que tenia de es­ cribir un libro que explicara su vida y como se habia hecho pa­ leontologo. Desgraciadamente, no pudo realizar sus deseos. Dicha publicaci6n hubiera suministrado valiosisimos datos al bistol-iador y al psic610go para explicar formaci6n tan extraordinaria. Ameghino rccorclaba con placer los primeros aiios de su activi­ dad cientifica, mejor dich0, de su iniciacion. CfJmo Sarmiento, fue una resultante de su genio y de su ambiente. El ambiente ejerce, sobre las manifestaciones del genio, una in­ fiuencia innegable. «Lujan, dice Burmeister, es, pJ'Obablemente, el de­ p6sito mas rico en fosiles de la provincia de Buenos Aires j es el mismo lugar donde se encontro, en 1789, el esquf>leto entero del Me­ gate rio, hoy el ejemplar mas valioso del Museo de Madrid. Forma eI suelo entre Lujan y Mercedes, un bajio muy insensiblemente in­ clinado, en el centro del cual corre el rio en una direccion de Este a Oeste, cambiando en la villa, eI curso hacia el Norte. Parece que esta desviaci6n indica un impedimento, obstaculos naturales que han causado una gran acumulaci6n de agua en la bondura de las villas Y CIENCIAS AfINES 107

de Lujan y de Mercedes, en la que han muerto y han quedado ani­ males innumerables, cuyos esqueletos se encuentran boy bajo las tierras despositadas por las mismas aguas ». La cas a del nino Ame­ gbino en la calle Las Heras, que estaba, a poca distancia de los barrancos del rio, sobre tan extraordinario lugar, explica como, sobre un joven de su temperamento, sin otras solicitaciones que las del ambiente, ejerciera este tan extt'aordinaria orientacion. En Lujan se conoela, ademas, la historia del Megater'io y en aquel tiempo, la excavacion era un testimonio evidente de aquel maravi- 1I0so hallazgo. Pero Lujan, cuando 10 habito Ameghino, hasta los 16 anos, estaba lIeno de algo mas, de la vida y hallazgos de Fran­ cisco Javier Muniz. Son, a no dud arlo, los intensos recuerdos deja­ dos en la poblacion, por este hombre que la habit6 quince anos, hasta el dia en que Amegbinn nacier contaba el veneraule anciano que desde lejos, desafiando las incJemencias de aqueJJa noche de Agosto, vino a de­ Hamar L1na I;igrima sobre el ataud de Florentino, de quien era, me­ dio siglo antes, tierno maestro. La formacion de este genio, resulta clara y nos interesa dejar constancia de los facto res que contribuyeron a sedimentarla, porque la historia, algun dia, necesitara de estos documentos para explicar el secreta de las gran des actividades: 10 Su inteligencia natural, revelada desde su infancia y heredada de sus padres. 20 Las con­ diciones geologicas y geograficas del lugar que llamaron su atencion y despertaron su interes. 30 EI intenso recuerdo dejado en el am­ biente social de la villa por el Dr. Francisco Muniz durante sus quince anos de estadia. 40 La cariiiosa proteccion de su maestro Carlos D'Aste que, prendado de su viveza intelectual, incitolo al estudio, Ie quiso a su lado, a su lado aprendio el frances y Ie con­ dujo a Bu enos Aires, propicio al despliegue de sus inclinaciones y a la satisfaccion de sus mas intensos deseos. 50 Sus frecuentes visitas alMuseo de Historia Natural y su Biblioteca, mientras fue alumno de la Escuela de Preceptores, 1868. 60 La lectura del libro de Lyell ace rca de la antigiiedad del hombre, a los 17 0 18 anos, que conserva en su biblioteca particular, anotado, edicion francesa de 1870 y la lectura de la obra de Burmeister publicada ese mismo ano, en frances, acerca de la naturaleza fisica de nuestro suelo, con referencia extensa acerca del yacimiento fosilifero de Lujan y sus cercanias. Estas influencias fueron suficientemente eficaces para que a los 19 anos pt'ocediera por cuenta propia y, cientificamente, estu­ viera completamente fot-mado, al cumplir los 21.

IV

Toda la acuidad de su dolor personal se borro, se extinguio, se calla ante la mision que sentia dentro de si, fu era de los halagos, fu era de los demas como la roca que se expone a todos los venda­ vales segura de si misma. Los diarios de Mercedes EI Eco del Oes­ te, La AspiraciOn, La Riforma de 1875, 1876, 1877 Y 1878 estan cuajados de cronicas, articulos y referencias de la actuacion del jo­ yen subpreceptor que mal se haria en no represental-selo fogoso, tenaz, activo, Heno de aspiraciones, Heno de esperanzas como co­ rresponclia a un medio incredulo y dispuesto a la pifia. Quien haya vivido en las villas de nuestra campana y frecuentado su medio so­ cial, explicarase como F. Ameghino era siempre un afilado para la polemica. Y las tuvo pequenas y las tuvo grandes. Renia con los aldeanos y renia con Lista. Y CIENCIAS AfINES 109

Se recuerda aun aquella que sostuvo con Mandinich, como presi­ dente de una de las sociedades que dividfa al elemento italiano. Los pequeiios odios y rivalidades se ensaiiaban tal vez contra 10 que podia molestar mas a un joven. contra la obra que podia enaltecer, contra su labor cientifica. Al estudiat· esta formacion al traves de las publicaciones de aquella epoca, se siente al genio en un ambiente desfavorable y asfixiante, es decir, extraiio a su desenvolvimiento. La Reforma del 13 de Noviembre de 1877, dice en la bibliografia de Noticias sobre fa arttigiiedad, etc.: « lucbando contra inconvenientes al parecer insuperables, ba tenido que vencer no solo esas exigencias sino sobreponerse a la rechifla de la igno­ rancia de tantos que tomaban esa noble pasi6n por el estudio, por monomanias caprichosas 6 locura naciente ». Que explica por que en Ef Eco del Oeste del 11 de Noviembre, dos dias antes de la biblio­ gratia a que hemos hecho referencia, en un articulo titulado Espe­ ranzas para fa Fatria que no firmo, tuvo la necesidad de elogiar su propia obra, exhibir sus propios meritos, ocuparse de sus trabajos y de los de Lista, Holmberg, Moreno, Zeballos, Fontana para que no se Ie tuviera por mentecato y rehabilitar su equilibrio mental bas­ tante maltrecho con la publicacion de aquel primer libro que con motive de noticias acerca de antiguedades de la Banda Oriental ha­ blaba del hombre que habia convivido con los gliptodones. Los aplausos vinieron sin buscarlos; viniel-on las justificaciones como una consecuencia natural de la obra que las exigia. Llevaba en Sl el moruus de los grandes triunfos, de todos los locos de la Historia. Los triunfos eran inmediatos, indiscutibles, dejaban tras si el asombro. A penas contaba 21 aiios (Julio de 1875) cuando en el concurso de la Sociedad Cientifica Argentina, obtuvo menci6n ho­ norifica por su memoria acerca del hombre cuaternario de la Pam­ pa; dos aiios despues (1878) obtnvo, por su coleccion (Exposicion de Paris) menci6n honorifica y medalla de bronce. En 1882, la Exposicion Continental de Buenos Ait-es le'otorgaba por sus coleccio­ nes y sus obras, el primer premio y medalla de oro. La Exposici6n Univet'sal de Paris (1889) premia con medalla de oro su COfdribltci(i?t af conocimiento de fos mamiferosfdsiles, etc. La Exposici6n de Chicago de 1892 premia en la misma forma sus trabajos. Sus titulos bonorificos son numerosos y numet·osos los cargos desempeiiados pero de corta duraci6n excepto el de maestro de escuela (1869-1876, subpreceptor en Mercedes; 1876-1878 direc­ tor) y el de director del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires desde 1902 hasta 1911. En 1884 la Univet-sidad de Cordoba Ie otorga el titulo de doctor honoris ca1.tsa y Ie nombra catedratico de Zoolog-ia y Anatomia Com parada, puesto que renun­ cia en 1886 para o<:upar el de vicedirector del Museo de La Plata de donde es exonerado en 1888; desde 1892 mantiene la Iibreria Rivadavia, en La Plata, calle 60 y 11. En 1897 es nombrado cate­ dratico de Geologia y Mineralogia de la Facultad de Ciencias Fl­ sico-matematicas de la Universidad de La Plata y academico titu­ lar de la misma; poco despues, a<:ademico y vicedecano de la

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Facultad de Agronomia y Veterinaria de la provincia de Buenos Aires j p.n 1906 academico y profesor de Geologia de la Facultad del Museo de la Universidad de La Plata. Los trabajos y la direc­ ci6n del Museo de Ruenos Aires, Ie obligaron a renunciar sus cargos y, entonces el consejo Ie otorga el de academico honorario. Ademas era: presidente honorario de la Sociedad Amigos de la Historia Natural del Parana j miembro honorario de la Sociedad Cientifica de Chile j corresponsal de la Sociedad Zoologica de Londres j de la Academia de Ciencias de Filadelfia; honorario del Instituto Geo­ gnifico Argentino; miembro de la Sociedad Geologica de Francia y Antropol6gica de Paris; de la Sociedad Cientifica Argentina; ho­ norario de la Sociedad Cientifica Antonio Alzate, de Mejico; de la Sociedad de Historia Natural de Nimes; de la de Ciencias Naturales y Matematicas de Cherburgo; de la Academia Hippone (Argel) j mi embro activo de la Academia Nacional de Ciencias de la Repu­ blica Argentina; de la Sociedad geogrMica francesa; correspon­ diente de varias academias norteamericanas, italianas, belgas, etc. de Ciencias Naturales. Fue miembro de todos los congresos cientificos reunidos en el pais; del Cientifico latino-americano; pero solo tom6 parte activa en dos: en el que, en 1909, se n~unio en Santiago de Chile, donde present6 varias memorias sobre sus recientes descubrimientos del hombre f6sil, eligiendosele presidente de una de las secciones; y en el Cientifico Internacional Americano reunido en Buenos Aires en 1910 de cuya secci6n de Ciencias Antropol6gicas era presidente. En el expuso sobre la cuestiOn de los precursores del hombre en la Arg-entina, la antig-t:iedad g-eo16g-ica del yacimierlto antropolitico de Monte Hermoso, la mayor a1ttt'g-iiedad del hombre en America seg-un los vestig-ios industriales, las a1ztiguas ind1Jstrias de la piedra an­ teriores ti la epoca neolitica, el homo cubensis, etc.; siendo la sec­ cion por el presidida la de mas representacion cientifica del Con· greso merced a los hombres que la formaban: notabilidades rusas, francesas, italianas, americanas. Era uno de los cuarenta miembros de la Sociedad de Psicolog-ia de Buenos Aires j en ella habib pOI' tiltima vez en publico, explicando los descubrimientos de ese ano (1910) acerca del hombre fosil en las pampas de Ruenos Aires. EI ojo de Ameghino era extraordinario para observar. Un dia excursionabamus juntos por las barrancas de un arroyo de las cer­ carnias de La Plata y, mirando al suelo coma era su costumbre, comenz6 a agacharse, recoger y mostrar: estos son los restos de tal cosa, estos de tal otra. En dos horas repiti6 once veces la misma operaclon. No obstante, el Ameghino escritor reemplazaba al Ameghino explorador; solo asi se explica que haya podido reali­ zar una obra sin precedentes. Tenia cooperadores, un ejercito de cooperadores. Todo el mundo era un cooperador directo y eficaz del sabio, desde el alio 1882; profesores, maestros, estancieros, jo­ venes, aficionados, cuantos encontraban algo, ese algo era para A meghino y alla iba en carta 0 en cajones; por habita, contesta­ ba estas misivas, sus cartas encendian el interes de sus explora­ dores oficiosos. Por otra parte, el mismo se encargaba de obtener Y CIENCIAS AfINES I I I

esta colaboracion. En su Diario de WI lValuralista, hay una carta extensa dirigida a Roman (Die. 23 de ] 875) estanciero de Cordoba, en que Ie dice que habiendo sabido por La Liberlad que en su terreno habia fosiles y que siendo el naturalista tenia interes en conocerlos, Ie pedia que se los remitiera en cualquier fo,-­ rna a la brevedad posible, corriendo los gastos por su cuenta. La lista de esta clase de cooperadores es larga: Ambrosetti, Fontana, J. A. Roca, T. Ortiz, Brackebuscb, A. Lamas, A. Romero, Lavag­ na, Podesta, Kroseck, Canesa, Guerrero, Ortiz, Gez, etc., sin contar a sus companeros de trabajo, a los naturalistas Gaudry, Gervais, Doe­ ring, E. Zeballos y, particularmente a Pedro Scalabrini, fundador del Museo de Historia Natural del Parana (1884) que puso a su disposicion los valiosos ejemplares recogidos en las banancas del Antonico y otros arroyos, y a su bermano Carlos, explorador de ciencia dedicado exclusivamente a trabajar por Florentino, de suer­ te que ambos constituyen la misma persona, un genio que bubiera, s610. realizado una labor intensa y sistematica de setenta anos, es decir, vivido basta la edad de ciento diez. Las exploraciones mas detenidas y que formaron su ojo aqui­ lino, las realizo al Lujan y sus afluentes Frias, Balta, Roque, etc., desde que fue nino curioso. basta ] 877, descubriendo yacimientos que contenian verdaderos tesoros de las faunas extinguidas. Junto a el se forma su hermano Carlos que, aun pequenito, Ie acompa­ naba a largas excursiones y en elias, extrano a la fatiga, adquirio esa pasion por la naturaleza y ese amor entranable por el hermano, que sera para siempre el ejemplo mas alto de abnegacion f,-aterna que ofrezca la historia argentina. Como F. Ameghino tenia un cargo escolar que desempenaba de 10 a 4, realizaba sus excursiones despues de dicha hora, los dias de fiesta y durante las vacaciones. Mucbos, dm-ante mi estadia en Mer­ cedes, recordaban aquel joven mas bien bajo, algo encorvado que, sin levantar los ojos, despreocupado de su persona, cruzaba a paso ritpido, moviendose mucho, las calles de Mercedes con un pico al bombro y una bolsa, de vuelta del rio despues de una rica cose­ cba de buesos extrllidos cle algun yacimiento que descub,-ie,-a en uno de esos dias de descanso que los iovenes dedican hoy al cafe, al teatro, al foot-ball, al bip6dromo, al paseo del bosC]ue, al flirteo. jEh, loco! ... alguno que 10 saludaba y que desde la calle, por la ventana, habia visto, dias atras, algunos estantes de libros y las pa­ redes de la casa que alquilaba a Sorarrain, cubiertas basta el techo de restos. Las gentes de los pueblos de campana, por 10 comun or­ gullosas e ignorantes, cuando no martirizan por el diario, al que trabaja, con pullas insolentes 0 ironicas, tienden a desconceptuado llamandole «loco» 6 « macaneador»; no conciben el exito y cuando este llegll, les escoce e irrita, comenzando la envidia, a levantar aquella atmosfera asfixiante que obligadamente respil-a el hombre heroico. Por eso al volver de Europa cargado de honores, perdio su puesto, el loco. Benditos sean los que enloquecen con 10 grande y con 10 noble! En las vacaciones de ]876 I-ealizo una excursion a la Banda 112 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

Oriental; en 1879 a los racimientos de Chelles (Francia); en 1882,188-1- \'arias a las provincias de Buenos Aires y Cordoba; en 1885 al Chaco con Kurtz, Holmberg y Carlos; en 1887 a Monte Hermoso; en Enero de 1903 a , desde Cabo Blanco a Gol, fo San Jorge; en 1908 a las costas de Miramar y Mar del Plata; en 1909 y 1910 varias de corta duracion, a difel'entes puntos de la provincia de Buenos Aires; su deseo era emprendf!r el ano proximo, una a los Estados Unidos. No obstante las riquezas y novedades que las exploraciones del Sud han puesto en evidencia, segun Carlos Ameghino, apenas se ba levantado la punta del \'e!o que cubre los incalculables tesoros faunicos de las sedlmentaciones patagonicas; el gobierno debiera proporcionar:i sus dos museos, medios suficientes para mantener en aquellas regiones, permanente, mente, personas que realizaran 10 que Amegbino bizo durante 16 anos, de su propio peculio, porque la Repl\blica Argentina debe mantener el lugar prominente que boy, en las Ciencias Naturales, par sus hombres, sus producciones y sus ejemplares, ocupa. Ameghi­ no era caminador incansable, hasta pocos meses antes de fallecer. Su andar rapido Ie tenia siempre con la vista fija sabre el suelo, cere­ brando alguno de los innumerables problemas que agitaban dentro de su cabeza, su temperamento inquieto y sanguineo.

v

Su obra, hemos dicho, fue por su metodo, por sus descripcio­ nes, por sus inducciones, por sus descubrimientos, por sus teorias, reve!aclora de la fauna casi desconocida de un continente, del que se ten ian grandes ejemplares, pero no los pequenos, y derrumba el edificio que en Europa y America, durante cien anos se venia cons­ truyendo ace rca del origen e irradiacion de los mamifel'os, Inmensa, colosal, solo nos es posible, pOI' ahora, enumerarla en 10 que a publicaciones se. refiere, pues quedanos pOI' narrar su vida de clasificador, su vida de explOl'ador y su vida de trabajador que, como deda R. SENET, en su bella conferencia a los alumnos del Liceo de la Uni\'ersidad, comenzaba a la 5 1/ 2 de la manana, escl'ibiendo hasta las 9, hora en que almorzaba; a las 9 lh tomaba el tren, corregia pruebas en el tren y en el tranvia; desde las 11 basta las 5 1/ 4 cumplia con sus obligaciones en el Museo, clasifi­ cando, anotando, escribiendo y contestando al sinnumero de con­ sultas que se Ie bacian; en el tren de las 5 y 45 volvia a La Pla­ ta; cenaba y desde las 9 1/ 2 basta las 12 escribia, Esta distribucion del tiempo se repetia el lunes, el martes, el miercoles, el jueves, el viernes, el sabado y el domingo, dia en que la pluma no te­ nia descanso. De Ameghino quedan, postumas: Sur les edentis fossiles de l' Arg-e?di?teJ examen critico a la obra de M, R, Lydek-

ker The extillct eden/ates 0/ Arg-etttineJ escrita en 1895 y no publi­ cada a pedido de Mr. Flower, dil'ector del Museo Britanico, poria situacion critica en que dejaba al sabio ingles que trato con de- Y CIENCIAS AFINES 113 masiada ligereza los trabajos de Ameghino; Orij[m polij[i1~ico del lenj[uaje articulado, titulo no definitivo, de la que ba escrito varios capitulos: Anatomia comparada de los organos de la articulacion, Origen poligenetico en eI desarrollo de la ap6fisis ge· nis, Lenguaje animal 0 emotivo, Lenguaje vocal 6 prebumano, Lenguaje semiarticulado, Onomotopeya, Sonidos consonantes, Con­ sonantes dobIes, Silabas, en su lecho de mueJ"te casi, pues en Mayo escribio las ultimas cuartillas, algunas, solo esbozos, segun su sis· tema de escribir, a causa de que destin6 los pocos dias que pudo trabajar, al pr610go de Filoj[enia y a revisar su yersion al frances. Esa obra, por una particular deferencia de los hermanos, la publi· camos en Archivos de Pedaj[oj[ia. Sobre la mesa de pino blanco en que escribi6 desde 1892 todas sus obras, estan los manuscritos de varios trabajos comenzados a la vez: Crafteo de Pontimelo, Gi­ sement de Jaurej[ui, Arroyo Balta, Stati07tS OTt gisement, Replica, en frances, a Schwalbe respecto al diprothomo, unas 40 cuartillas. Queda, adem as, inedita su cotTespondencia de 36 anos con las mas altas autoridades cientificas del mundo, tan original como sus obras y que representa varios volumenes. Damos a continuacion una lista, por anos, casi completa, si no completa, de su produccion li­ teraria, pues al redactarla, hemos tenido a la vista el catalogo escrito de su puno y letra, en el que figuran 175 trabajos hasta 1910, y sus obras en las que acostumbraba un indice de sus publi­ caciones y referencias. Faltan algunas bibliografias como la que escribiera de la Paleontologia de Zittel y la nomina de algunos articulos y criticas con seudonimo como Espermtza de la Patria, sin firma, y La virj[en de LUjan (1883) firmado doctor Estecos. Nouveaux debris de l' homme et de son i7tdustrie, melis Ii des osseme7tfs d' atlimaux quaterrtaires, recueillis pres de Mercedes. En el Jozwnal de Zooloj[ie, vol. V. pag. 27. Paris, 1875. Ettsayos para servir de base a un estudio de la formacio7z pampeana. Mercedes, 1875. Notas sobre alj[1mos fdsiles nuevos de la formacidn pampea­ na, en 80 , 8 pag., Mercedes, 1875. El hombre cuateY1tario eft la pampa. Memoria presentada a la Sociedad Cientifica Argentina, 1876. (No se ha publicado). Ensayos de 1Ut estudio de los terrenos de transporle C7tater7la­ rios de la provincia de Bue7tos Aires. Memoria presentada a la Sociedad Cientifica Argentina en 1876 (No se ha publicado). EI hombre fdsil arj[entino. Articulo pllblicado en La Libertad del 27 de marzo de 1877, en La Prmsa del 27 de marzo y en La Riforma del 3 de abril del mismo ano. Noticias sobre antij[uedades de la Banda Oriental. In-] 20 de 80 paginas con tres laminas fotografiadas. Mercedes, 1877. L' homme prihistorique dans Ie bassin de la Plata. En los Comptes·Reftdus stittOj[raphiques du COl'tj[res Internati01tal des sciences mdhropoloj[iques, tenu a Paris du 16 au 21 aOLtt 1878. The mart of the pampean formation en The American Na­ turalist, \01. XII. pag. 828. Filadelfia, 1878. Catalog-ue speCial de la sectiott a7lthropoloj[ique et palio1ttologique 114 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

de la Republique Arg-enti7te d l'Expositiolt Universelle de 1878. In-8o, de 80 pag., 1878. L'homme prihistorique darts La Plata. In-8o, de 40 pag., en La Revue d'Anthropolog-ie, ser. 2a , vol. II, pag. 210, 1879. Inscripciones antecolombiattas encontradas en la Repztblica Ar­ g-e?'ttina, con dos laminas fotografiadas. En los trabajos del Congre­ so internacional de americanistas de B,-uselas, 1879. La plus haute antiqut"fi de l'homme en Amirique, con una la­ mina litografiada. E n los t,-abajos del Congreso internacional de americani stas de Bruselas, y en Comptes-Rendzts du Cong-res des Amiricanistes de Bruxeles, 1880. Annes et instruments de l' homme p'l'ihistorique des Pampas. In-8o de 16 pag. y tres g randes laminas litografiadas. Paris, 1880. En la Revue d'Anthropolog-ie, vo!' III, serie 2a ., pag. 1 y sig., 1880. Los mamiferos fosiles de la Amirica Meridional. En colabo­ raci6n con el doctor H. Gervais. Con doble texto, espanol y frances. In-8o de 25 pag. Paris, 1880 y Buenos Aires. La formacion pampea7ta. Un volumen in-8o de 370 pag. con dos gran des laminas litografiadas. Paris y Buenos Aires, 18~0. Sur quelques excursions aux caryz'eres de Chelles (environs de Paris). Superposition du Moustirien au Chellien et du Robot­ hausien au Moltsterie?'t en los Bulletins de la Sociite' d'Anthro­ polog-ie de Paris, troisieme serie, vol. III, pags. 638-646, con dos grabaclos intercalados. Paris, 1880. Nottvelles recherches sur Ie g-issement de Chelles, en Bull. etc., serie>: 3a , t. 4 0 , pags. 96-101, 188l. Recherches sur Ie g-issement de Chelles en Bull., etc., serie 3a, t. 4 0 , pags. 192-206, con tres grabaclos inte,-calaclos, 188l. Etude Sltr Ie g-issemettt de Chelles en Bul!., etc., serie 3a ., t. 40, pag. 558 y siguientes, con clos grabaclos intercalaclos, 1881. Le quaternaire de Chelles; Bulletilt de la Societe Giolo/{ique de France, serie 3a ., t. IX, con grabaclos intercalaclos, 1880·1881. 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EI traniformismo Y CIENCIAS AFINES 115 eonsiderado como ciencia exacta} Bol.} etc., t. III. ent. XII, pag. 205 y sig., 1882. Sobre la necesidad de borrar el g-enero Schistopleurltm y sobre la clasijicaciOn y sinonimia de los Glyptodontes en g-eneral} in·8o de 34 paginas, 1883. Bol. Acad., etc., t. V, pags. 1-34, ] 883. Sobre una eoleccion de mamiferos fdsiles del Piso mesopotami­ eo de la formacit),t patag-dniea, recog-idos en la barra?tea del Pa­ rami par el p1'ojesor Pedro Sealabrinz·. In·8o, de 18 pags. 1883. Bol.} etc., t. V. pags. 101-116, 1883. Geolog-ia Arg-enNna} articulo critico ace rca de la obra de Doering, sobre la expedicicSn al Rio Negro, en La Pa/ria Arg-enti1ta} mar­ zo 14, 1883. Sobre Ima 'nueva colecciOn de mamiferos .fdsiles reeog-idos par el profesor Pedro Scalabrini en las barraneas del Parana. In-8o de 50 paginas, 1883. Bol.. etc., t. V, pags. 257 ·306, ] 883. Exeursio?tes g-eoldg-icas y paleo?ttoldg-icas en la provincia de Bue?tos Aires. In 80 de 99 paginas con una gran lamina y gra­ bauos intel'calados, 1884. Bol., etc., t. VI, pags. 161-257, 1884. Las secas y las immdaciones en la provi1tcia de Bu,ettOs Aires. DisertacicSn lelda el 16 de mayo de 1884 en el Instituto GeogrMico Argentino. Bol., etc., t. V, paginas 106·124, 1884. Filog-enia. Principios de clasificacicSn transformista basados sobre leyes naturales y proporc.iones matematicas. Un volumen in-8o de L VII·390 pags., con grabados intercalados, cuadl'os, arboles genea- 16gicos, etc., 1884. Nuevos restos de mamiferos fdsiles olig-ocenos, recogidos por el profesor Pedro Scalabrini y pertenecientes al museo provincial de la ciudad del Parana. In-8° de 205 pags. Bol. Acad.} etc., t. VIII, pags. 5-207, 1885. bzforme sobre el museo antropoldg-ico y paleontoldg-ico de la uttiversidad ?tacional de Cordoba durante el alZO 1885. In-8o de 16 paginas, Bol.} etc., t. VIII, flags. 347·360, 1885. Oracanthus Burmeisteri. Nuevo edentado extinguido de la Re­ publica Argentina. In·8o de 8 pags. con una lamina. En Bol.} etc., t. VII, pags. 499·504, 1885. Oracattthus y CoelodoJt. Generos distintos de una misma fami­ lia. In-8o de 8 pags. Bol.} etc., t. VIII, pags. 349·398, 1886. Oracanthus zmd Coelodon verchiedene Gattung-en einer und der­ selben ;rami/ie. In·8o de 4 pags. Extracto de las actas de la Acade­ mia de ciencias de Prusia, 1886. En Sitzuttg-sberiehte der Kottig-lich preussischClt Akademie der Wisse?tschajtett} t. XXIV, Berlin, 1886. Contribuciott al eonocimiento de los mamiferos fosiles de los terrenos tereiarios antig-uos del Parana. In-8° de 226 pags. Bol. etc., tomo IX, pags, 5-228, 1886. Las seeas y las inundaciones en la provincia de Bue?tOs Aires. In·12o de 102 pags., 1886. Monte Hermoso. In·8° de 10 pags., 1887. Aputdes prelim ina res sobre alg-uttos mamiferos exti1tg-uidos de Mortie Hermoso. In-8o de 20 pags. y dos laminas en fototipia. Bue­ nos Aires, 1887. / 116 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

Observaciones g-etterales sobre e/ orden de mamiferos extingui­ dos sudamericanos Ilamados Toxodontes y sinopsis de los g-ene­ ros y especies hasta ahora conocidos. In·folio de 66 paginas, 1887. EI yacimiento de Monte Hermoso y sus relaciones con las Jor­ maciones cenozoicas que 10 hatt precedido y sucedido. Conferencia dada en la Sociedad Cientifica Ar-gentina el 28 de julio de ] 887 y pu­ blicada en los numeros de La Nacion del 5 y 6 de agosto del rnismo ano. Enumeracion sistematica de las especies de mamiferos Josiles coleccionados por Carlos Ameg-hz·,w ett los terrenos eocetws de la Patag-onia A1~stral. In-8o de 26 pags., 1887. Rapidas diag-nosis de alg-unos mamiferos Josi/es nuevos de la Republica Arg-mtitta. In 80 de 17 pags., ] 888. Lista de las especies de mamlferos Josiles del miocmo sttperior de Monte Hermoso hasta ahora c07l0cidos. In-8o de 21 pgs., ] 888_ EI temblor del 4 de /1mio (1888); sus a1ttecedentes g-eoldg-icos en La Nacz"6tt del ] 4 de junio de 1888. En Revista Sociedad Ceo­ g-rafica Arg-enti1ta, t. VI, pags. 163-170, 1888. Los jlag-iaulacideos arg-ettti1Zos y sus relaciones zooldg-icas, g-eold­ g-icas y g-eog-rcificas. In-8o de 62 pags. con 10 grab ados intercala­ dos, 1890. En Boldirt del htstt"tuto Ceog-rcifico Arg-erttino, t. XI, pags. 143-208, 1890. Les mammiferes fossiles de la Republique Arg-enti1te, en Revue Scierttifique de julio de 1890, t. XLVI, pag. 11 y en Revista Ar­ g-mti1Ja de Historia Natt~ralJ t. I, pags. 60·63, febrero de 1891- Nouvelles exploratlotts des g-ites jossiliferes de la Patag-onie Aus­ Ira Ie, en Revue Scientifique, t. XLVI, pags. 506-507, numero du 18 octobre 1890. Visz"6n y realidad (alegoria cientifica). Conferencia dada el 17 de octubre de 1889 por el Instituto Geografico Argentino en honor del doctor Zeballos. Bolditt del Instltuto, t. XI, pags. 340-350, 1889. Una rcipida o/eada ci la evolttciort filog-enelica de los mamiferos. Conferencia dada en el Instituto Geogd.fico Argentino el27 de mayo de 1889 en ocasion del 100 aniversario de su fundaci6n y publicada en el tomo X del Boldin del htsit"t1lto, pags. 163-174, 1889, Y en Revista Arg-ertti1ta de Historia Natural, t. I, paginas 17·28, 1891. C01ttribucion al cOl'locimieuto de los mamiferos fosiles de la Re­ publica Arg-mtina. (Obra premiada con medalla de oro en la ex­ posicion universal de Paris). Un volumen in-folio de XXXII, 1028 pags. con numerosos cuadros filogeneticos y grabados intercalados y un atlas de 98 laminas conteniendo mas de 2000 figuras origi­ nales con sus correspondientes explicaciones, 1889, y en Aetas de la Academia nacional de ciertcias de Cordoba, 1889. Relig-z"6n, tradiciones, cost., etc. de los antig-uos g-uaranies en La cremacion en America, pags. 138, del Dr. J. Penna, 1889. Trachythertts speJrazziniamts. Nuevo mamifero fosil del orden de los toxodontes. In-12o de 8 pags., mayo 1889. Observacioftes critz·cas sobre los cabal/os {osiles de la Republica Argentina. En Rev. Hist. Nat., pags. 4-7 y 65-68, con 18 graba­ dos intercalados, mayo 1891. Tirada aparte in 80 de 40 pags. Y CIENCIAS AFINES 117

La cuenca del rEo Primero en Cordoba, por G. Bodenbender. Revista critica en Rev. Arg. de Hist. Nat., t. I, pags. 45-52, .mayo de 1891. Sobre algunos nuevos restos de mamfferos fosiles, recogiclos por el senor Manuel B. Zavaleta en la formacion miocena de Tu­ cuman y Catamarca, en Rev. · Ar,I[. de Hist. Nat., pags. 88-101, con 7 grabados inter'calados, abril 1891. Revista Critica y Bibliogrd./ica. Exptoracio'J't arqueolJgica de fa Provi?lcia de Catamarca. Paleontologia, por F. P. Moreno y A. Mercerat, en Rev. Arg. de Hist. Nat., t. I, pags. 199-207, con un grabado, 1891. Caracteres diagnosticos de ci?tcltettta especies mtevas de mami­ feros fosiles argentinos, en Rev. Arg. de Rist. Nat., tome I, pa­ ginas 129-167, con 60 grabados intercalados, junio ] 891. Sobre fa distribucMn geogrd./ica de los creodontes, en Rev. Afg. de Hist. Nat., t. I, pags. 214-219, agosto 1891, y en Cronica Cien­ tifica de Barcelona, t. XIV, pags. 377 y siguientes. Octubr'e 1891. Mamfferos y avesfosiles argentinos. Especies nuevas, ediciones y correcciones, en Rev. Arg. de Z£ist. Nat., t. I, pags. 240·259, con grabados intercalados, agosto 1891. Revisia crE/ica y bibliogni./ica. SittoPSis de la familia de los Astrapotheriida!, por Alcides Mercerat, en Rev. Arg. de Hisi. Nat., t. I, pags. 275-280, 1891. Nuevos restos de mamfferos fosiles, descubiertos por Carlos Ameghino en el eOCe1to inferior de la Patagonia Australe. Espe­ cies nuevas, ediciones y correcciones. In-8o de 42 pags., agosto 1891 y en Rev. Arg. de Hist. Nat., t. I, pag. 289 y siguientes, octu­ bre 1891. Las antiguas conexi01zes del c07tiinente sudamericano y fa fau1za eocena arge1ttina, en la Cronica Cieniijica de Barcelona, t. I, pa­ gina 152 y siguientes, septiembre 1891, y en Rev. Arg'. de IBst. Nat., t. I, pags. 123-162, 1891. DeterminaciOn de algunos falones para la resiauraciolZ de las an­ tiguas conexiones del contine1tie sudamericano, en la Cronica Cien­ tfjica de Barcelona, t. XIV, pag. 399 y sig. Octubre, 1891 y en Rev. Arg. de Hist. Nat., t. I, pags. 282-288. Revista criticay bibliogr4/ica, Burmeister. Adiciones al exame1Z de los mamfferos fosiles iraiados en el articulo cuatro anterior, en Rev. Arg. de Hist. Nat., t. I, pag. 259-290. 1891. Observaciones criticas sobre los mamiferos eocenos de la Patago­ nia Austral, en Rev. etc., t. I, pags. 328-380, con 7 grab ados interca­ lados. Octubre, 1891. Observaciones sobre algunas especies de los gineros Typotheriztm y Etttelomorphus, en Rev. etc., t. I, pag. 433·437, con un grabado. Diciembre, 1891. Sobre la supuesta presencia de Creodontes eft el mioceno superior de Monte Hermoso, en Rev. etc., t. I, pag.431. Diciembre, 1891. Los monosjosiles del eocetto de la Republica Argentina, en Rev., etc., t. J, pag. 383-397, con 18 grabados intercalados. Diciem­ bre, 1891. 118 ARCHIVOS DE PEDAOOolA

Emtmeract'On de las aves fosiles de la Republica Arf[wtina, en Rev., etc., pag. 441-453. 189]. Sobre alf[unas especies de perros fosiles de la Republica Argentina, en Rev., etc., t. I, pag. 438-441, con dos grabados intercalados. 189l. Revista Arge?ttina de Historia Natural, con la colaboraci6n de los doctores E. L. Holmberg, Estanislao S. Zeballos, G. Bodenben­ der, Fed. Kurtz, Carlos Spegazzini, Felix Lynch Arribalzaga, etc., t. I, 1 vol. de 456 paginas, in-8o, con 100 grabados intercalados. 189l. Mamiferos fosiles arge?ttittOs. Especies nuevas, adiciones y co­ rrecciones, en la Crolzica Cientfjica de Barcelotta, t. XIV, pag. 340- 348 Y 380-383, ] 883. Bibliof[rajia. La distribucion f[eograjica de los moluscos de agua dldce, H. V. Yhering, Die geographische Verf[reitung del' Fluss­ muscheln, en Rev., etc., t. I, pag. 270-273. 189l. Ripliqltes aux crifi.l1teS du docteur Burmeister sur quelques ge?tres de mammiferes fossiles de la Ripublique Arf[entine, en Bo­ lethl de la Academia Nacional de Cimcias de Cordoba, t. XII, pagi­ nas 437 -469, Y tiraje aparte, in·8o, de 35 paginas. ] 892. Les mammiferes fossiles de la Patag-onie Australe, en Revue Scimtijique, t. LT, pag. 13-17, numero 7 de Enero de 1893. L'ivolutioft des molaires et des premolaires chez les pn'mates, en L' A?tlhropolog'ie, t. IV, pag. 382. ] 893. Nouvelles decouvertes dans la Patag-onie Australe, en Revue Scimtijiqtte, t. LT, pag. 731: numero du 10 juin 1893. New discoveries oj Mammalia of Southern Patag-oftia, en America?t Naturalist, t. XXVII, pag. 445 y sig. 1893. Les premiers mammiferes. Relations entre fes mammiferes dipro­ todontes iocCttes de I ' Amirique du Nord et ceux de la Ripublique Argentine, can grab ados intercalados y una nota-prefacio del doc­ tor Trouessart, en Revue Glmerale des Sciences pure et appliquies, 4e an nee, numero 3, pag. 77. 1893. Apmttes prelimi71ares sobre el ginero Theossodon, con un gra­ bado intercalado" en la Revista del Jardin Zoo16gico de Buenos Aires,' t. I, pag. 20-29. 1893. Sobre la prese?tcia de vertebrados de aspecto mesozoico en la for­ maciott Sa71taCr1tCe7la de la Patagonia Austraf, en Revista del Jar­ din Zoo16g-ico de Bumos Aires, t. I, en 80 , pag. 75-84 Y aparte de 9 paginas. Marzo, 1893 . . Emlmeratio?t synoptique des especes de mammiferes fossiles des formations iocenes de Patag-onie, in-So, de 196 paginas y 66 g raba­ dos intercalados. Feb,'ero, 1894 y en Bol. Acad. Nac. de Cienc., t. XIII. 1894. Stir les ong-ulis fossiles de I'Arg-entine. Examen critique de l'ou­ vrage de M. R. Lydekker: A study if the extinct ung-ulates of Ar­ gelttilla, en Rev. del Jard. Zoof. de Bttmos Aires, t. II, pag. 219-30. 1894, con 19 grabados intel'calados. Aparte, in-8o, de 111 paginas. Terremotos, en La Prettsa, Noviembre 19 de ]S94. Sur les oisealtxfossiles de la Patagonie, in-8o, de 104 paginas y -1-4 grab ados intercalados, Buenos Aires 1895 y en Bo!. Inst. Geog. Arg., t. XX, pag. 501-602. 1895. Y CIENCIAS AfINES 119

Premiere contribution a la c01tnaissa?tce de la falt1te mammalogi· que des couches a Pyrotherium, in -8o, de 60 paginas y 4 grabados intercalados, Buenos Aires, 1895 y en Bol. Inst. Geog. Arg., t. XV. pag. 6U3-660. 1895. Sur les edentes fossiles de l'Argentine, (examen critique, revision et correction de I'ouvrage de M. R. Lydekker: The extinct edentates of Argentina, etc.), en Bol. del Jard. 2001. de Buenos Aires, t. III, ent.4o , pag. 97-198, con numerosos grab ados. 1895. Notas sobre cues(iones de geologia y paleorttologia arge1Zti1ta, in-8o. de 35 paginas y en Bol. Inst. Geog. Arg., t. XVII, paginas 87-119. 1896. Sur l'evoluHon des dents des mammiferes, in-8 o , de 139 paginas con 4 grabados. Bol. Ac. N. c., t. XIV, pag. 381-517, 1896. Bi­ bliografia: Martztal de Paleontologia, pOI' Carlos A. Zittel, en Bol. Inst. Geog. Arg., t. XVII, pag. 231-239. 1896. Notes on the Geology and of Argentina. (Translated with Suplementary Obset·vations. by Arthur Smith Woodward), en Geological Magazi1te, decade IV, vol. IV, mim. 391, pag. 4-118. Enero 1897. La Argmtina al traves de las uftimas epocas geo16gicas. In-8°, de 35 paginas y 2+ grabados intercalados. Buenos Aires, 1897. South America as the source of the Tertiary Mammalia. (Trans­ lated by Mrs. Smith Woodward), en Natural Scimee, vol. XI, num. 68, paginas 256-264, octubre ] 897. Les mammiferes cretaces de l' Argentine, en Bol. Inst. Geogr. Arg. t. XVIII, 1897, con 86 grab ados intercalados y aparte in-8 o ; de 112 paginas. Sur fes anciens mammiferes de Patagonie, en Revue Sciertti/iqlte del 10 de julio de 1898. Paris. Sinopsis geo16gico-paleo?tto16gica, (de la Argentina). En Segundo Censo de la Republica Argentina, A. t. In-4o ; paginas 112 al 255, con numerosos grabados. Buenos Aires, 1898. Premiere ?wtice sur Ie Neomylodon Lis/ai, 117t re?"esentant vivant des anciens edmtes gravigrades fossiles del' Arge?ttine, 8 paginas. La Plata, 1888 y version inglesa, An Existiltl Groultd Sloth irt Pa­ tagonia, en Natural Scimce, volumen XIII, paginas 324 a 326. Lon­ don, 1898. Sur l'Aprhinolemur, mammifere aberrant du tertiaire de Parana, en Comptes rendus des seances de I'Academz'e des ScieltCes. Paris, 1898. L 'age des couchesfossiliferes de Patagonie j ltOllvelles decouver· tes de Mammiferes fossiles, en Revue Scimtif. 4a Ser., t. 10, pagi­ nas 72 y siguientes, 1898. De la cause qui a prodztit I' avancement ou Ie retard dlt develop­ pement des dijfermtes categories de molaires da?ts fa classe des mammiferes, en Bulletin de la Socz"rfte Geologique de France, 1898. Nota prelimiltar sobre el Loncosazwus argentinus, en Anales de la Sociedad Cimtijica Argentina, tome XLVII, pags. 61 y 62, ]898. Uri sobrevivimte actual de los Megaterios de la alztigua Pampa, 120 ARCHIVOS DE PEDAOOOIA

en La Piramide, capitulo II, paginas 51 a 54, junio 15 de 1899, y capitulo III, paginas 82 a 84, julio 10 de 1899. Sinopsis g-eolOg-ico-paleontolOffica. Suplemento. In-folio, de 13 pa­ gin as. La Plata, julio de 1899. EI mami/ero misterioso de la Patag-onia, Neomylodott Listai. In 80 , de 16 pags. La Plata, 1899. Los itginitos, en La Piramide, tomo I, capitulo V, paginas 141- 142. La Plata, agosto 10 de 1899. EI ildinito materia, en La Piramide, tomo II, paginas 244 y si ­ guientes, 1899. La COttstituCiO,t de la materia y eI injinito movimie1lto, en La Pi­ ramide, tomo II, paginas 31] y siguientes, 1899. Los ArrhillOlem1troidea, un nuevo orden de mamiferos extingui­ dos, en comunicaciont's del Museo Nacional de Buenos Aires, tomo I, numero 5, paginas 146-51; 1899. On the Primitive Type of the Plexodont Molars of Mammals, en Proceed. Zool. Soc. of London, 1899, paginas 555 a 571, con 16 gra­ bados intercalados. Nota prelimi1lar sobre eI Loncosaurus arg-e1dimts, en Art. Soc. Cimt. Arg-., t. XLVII, paginas 61, 1899. Presencia de mami/eros diprotodontes en los depositos terciarios del ParaNa, en Altales de la Soct'edad Cientijica Argmti1ta, tomo XLIX, paginas 245 y siguientes (con grabados), 1900, y aparte. In-8o, de 8 paginas. Das Neomylodo1t Listai. Ei1l unlang-st auj'g-efundmes Meg-athe­ rium, en Mutter Erde, IV Bd. numero 27, pagina 2, marzo 1900, Berlin. lWamiferos del cretaceo itiferior de Patag-onia, (Formaci6n de las areniscas abigarradas), en c Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires » tumo I, numero 6, paginas 197-206, mayo de 1900, con 5 figs. y aparte. Grypotherium, nom de genre a effacer, en Comunicact'ones del Mltseo Nact'oltal de Buettos Aires, tomo I, numero 7, paginas 257- 260, 1900. • Noiz'ces prilimittaires sur des o1lg-ulis nouveaux des terrains cretaces de Patag-onie, en Bol. Acad. Nac. de Cienc., tomo XVI, pa­ ginas 3.J.9 y siguientes, y aparte de 80 paginas, 1901. Avvertiss. au sufet dzt Caroliberg-ia, en A,t. del Mltseo Nac., serie 3a , pag. 395, t. I, 1902. Notas sobre alg-. (os. nuevos del valle de Tarija, en An. del Museo Nacional, serie 3a , paginas 225, t. I, 1902. Le Pyrotherium n ' est pas parent du Diprotodonte, en An. del Jl£. N., serie 3a , paginas 223, t. I, 1902_ Sur la Giolog-ie de Patag-onie, en Aft., etc., paginas 322, t. I, 1902. Sur Ie type prim. des molaires plexod. des mammif., paginas 419, serie 3a, t. I, ] 902. L'lig-e des formations sidimentaires de Patag-onie, en An. Soc. Cient. Arg-., t. I, pags. 109-130, 145-165, 209·229; t. II, pags. 20-39, 65-110; t. LI, pags. 189-197,244-250; t. LIV, pags. 161-180,220- 249, 283-342. 1900 a 1903, y en Rev. de Paleozoologz'e, pag. 148, 1903. Y CIENCIAS AFINES 121

Linea filogenetica de los p roboscideos, en Art. Mus. Nac., rev. 3a , pag. 19, t. I, 1902. Premiere coltt1'ibltti01t a la c07maissa1tce de la Falme Mammalo­ logique des couches a colpodon, pags. 71-140, t. XVII, Bol. Ac. de Cim. de Cordoba, 1902. Notices prelimilIaires sur des mammiferes rtOuveaux des terrains cretaces de Patag01tie, en Bol. Acad. N de C. de Cordoba, t . xvn, pags. 5·73; 1902. Los diprotodontes del orden de los Plagiaulacoideos y eI orige1t de los roedores y de los polimastodontes, en An. Mu.s. Nac. de B. A ires, ser. 3a , t. II, pags. 81-192, 121 fi g., 1903. Commmticatio1"t epistolaire sur la g-eologie de Patagonie, en Cos­ smamt, Rev. Crit. de Paleozool., pags. 148-151, 1903. Reche1'ches de Morphologie PMlogenetique sur les molaires sup e­ r ieures des 01tgUteS, pags. 541. Ano 1904. Paleon/ologla Argentina, relaciones fil ogeneticas y geograficas, conferencias dadas en Febrero de 1904 en B. Ai res a l curso especial de profesores, pags. 79, 1904. Nuevas especies de mamiferos cretaceos y terciarios de la R. Ar­ gentina, en An. de la Soc. Cientfj. Argent., ts. LVI, LVII Y LVIII, pags. 142, 1904. La perforaciort astragaliana e7t los mamiferos, ?to es U7t caracter origina1'iamente primitivo, en Art. Mus. Nac., B . A., ser. 3a , t. IV, pags. 349-460, con 98 fig., 1904. La peiforacio1t astrag-aliana en Priod01ttes canis y typotherium, en Aft. Mus. Nac., ser. 3a , t. VI, pags. 1-19, 1905. La perjoracion astragalia1ta en eI orycteropus y el orige7t de los orycteropidce, en A7t. Mus. Nac., pags. 59-95, 1905. Presencia de la perforacion astr(Jgaliana en eI tejo1t, en An. Mus. Nac., pags. 193-20] , 1905. La p eiforati01t astragalie1t1te sur quelques mammiferes du mio­ Ce7te moyen de France, en An. Mus. Nac., pags. 41-58, ser. 3a , tomo VI, 1905. • Reemplazamiettlo de tm 1tombre generico, en An. Soc. Cie?ttif., t.59, pags.75, 1905. Lafaceta articu.lar inferior u1tica del astragalo de algmtOs ma­ a miferos, no es 2m caracier primitivo, en A7t. Mus. lvac., ser. 3 , t. V, pags. 1·64, 1905. Les edentesfossiles de France et d'Allemaglle, en An. Mus. Nac., ser. 3a , t. VI, pags. 175·250. ]905. Em~meraci6n de los impemtes fosiles de Patagonia y de fa isla Seymour, en An. Mlts. Nac., pags. 97-167, ser. 3a , t. VI, 1905. Les formations sedimentaires du cretace superieur et du. tertiaire de Patagonie, con un paralelo de sus faunas con las del Viejo Conti­ nente, pags. 568, 1906. Tiraje aparte de los An. Mus. Nac. Mi cndo, pags. 33, 1906. Los toxodolttes a cornes, en An. Mus. Nac., pags. 49-91, ser. 3a , t. IX, 1907. Notas sobre una peque7'ia. coleccion de huesos de mamfferos, pro- 122 ARCHIVOS DE PEDAOOOIA

'cedentes de las grutas ealcareas de Iporanga (Brasil), en Rev. del Mus. Paulista, va\. VII, pags. 59-124, 1907. Elorigen del Hombre, en 80 , pags. 4], La Plata, 1907. Notas prelimiuares sobre el Tetraprotho11Z0 argentintts, en An. Mus. Nac., pags. 107-242, ser. 3a, t. IX, 1907. Sobre dos esqueletos de mamiferos fosiles, pags. 35-4\ t. XVI, Alt. Mus. Nac., 1907. Notes sur les pOissons du Patag-oniert, en Att. Mus. Nac., t. XVI, ser. 3", t. IX, pags. 477-497, 1908. Las formaciones sedimentarias de la regidlt litoral de Mar del Platay Chapalmalaft, en An. Mus. Nac., pags. 343-428, serie 3a, t . X, 1908. Tato7tsfossiles de FraltCe et d'Allemagtte, pags. 93-110, seri e 3a, t. X, 1908. EI Arco escapular de los edetltados y monotremos y elorigen rep­ tiloide de estos dos grupos de mamiferos, en An. Mus. Nac., ser. 3a , t. X, pags. 1-91, 1908. Encore quelq1teS mots S1t.r les tatous fossiles de France et d'Alle· magfte, en An. Mus. Nac., ser. 3a, t. X, pags. 93-110, 1908. Productos piricos de origelt Antropico en las formaciones neoge­ nas de fa R. Argentina, pags. 1-25, ser. 3a, t. XII, 1909. Le litige des scories et des terns cuites alzfhropiqztes de form. neo­ genes de la R. Argentiue, pags. 12, 1909. Dos doc7tmeutos testimoniales a proposito de las escorias produci­ das por la comb1.tstiOn de los contaderales, pags. 71-80, ser. 3a , t. XII, 1909. Escorias y tierras cocidas ttO volcanicas en la Argentifta, 1909. Le Diprothomo Pfatensis .. ?at pricurseur de l'homme du pliocene iu(irieurde B. Aires, ser. 3a , t. XII, An. Mus. Nac., ps. 107 -209, ] 909. Ufta mteva especie de tapir (tapirus Spegazzinii) pags. 31-38, ser. 3a , t. XIII, 1909. L'aVafti-Premiere dentition dans Ie tapir, pags. 1-30 (ser. 3a t. XIlI), 1909. Examen critique de la mimoire de 1I~ Outes sur !es scories et les terres cuites. pags. 459-512 (ser. 3a , t. XIII) t. XIX, 1909. Elmmiratio1t chro1Z010giq1.te et crz'tique des notices sur les ti­ rres c1.tites et les scories anthropiques des terns sedim. neogenes de l' Argentine, apareeidos basta fines del ana 1907; pags. 39-80 (ser. 3a , t. XIII). ana 1910. La aftfigt'iedad geoldgica del yacimiento antropolitico de Monte Hermoso, pags. 6, 1910. Vestigios industriales en la formacion entrerriana (eoe. sup. 6 mioe. mas inf., pags. 7, julio 1910. Une nouvelle iftdustrie lithique. L'industrie de la pierre (endue dans Ie tertiaire de la rigion littorale a7t sud de 1vfar del Plata, id., pags. 189·204 (w·. 3a, t. XIII) t. XX, ana 1910. S1.tr torientation de la calotte du Diprothomo, id. pags. 319·327 (ser. 3a, t. XIII), 1910. MOltianeia authropomorpha (gen. monos exting. de Cuba); nota prelimina,-; Alt. Mus. Nac., pags. 317-318, ser. 3a, t. XIII, 1910. Y CIENCIAS AfINES 123

Geolol[ia, paleol[eol[rafia, paleotttolol[ia y a1ttropolol[ia, pags. 174- 180. La Nacirfn, publicacion del Centenario, 1910. In/orme eleva do al Sr. Ministro de Justida Ii I P. por el director del Museo Nadonal de Historia Natural, sobre el desas­ troso estado actual de este establecimiento, pags. 81, 1910. Vestil[ios ind1tSt. en el eocmo sup. de Patal[onia, pag. 7, Julio 1910. Descubrimie7tto de zm esqzteleto humano fdsil elt el pampeatto superior del arroyo Siasl[o, 6 pags. 1910. La i7zdust. litica del H. PampCl!1ts del lit. del Mar del Plata d , 1910. Otra nueva espede extittl[. del genero Homo, 6 pags. julio de 1910. Descrip, de dos esquel. hum. fdsiles en el pamp. inferior del Moro) 6 pags., 1910. La calotte du diprothomo d'apres l'orientatio1t fronto-I[labellaire) pags. 1-9 (ser. 3a t. XV) t. XXII, An. M1.ts.) 1911. L ' al[e des formations sedimentaires tertia ires de "Arl[entine en relation avec l' artfiquite de l' homme) pags. 45-75, t. XXII (ser. 3a t. XV) An. Mus. Nac., 1911. Id., id., id., mismo vol. pags. 169-179,1911 (Marzo 31). La antil[1'iedad del hombre en la Republica Arl[etttina, en la rev. At/an/ida, t. III, pags. 52; 1911. Observa!z'o1ts au su/et des notes dzt Dr. Mochi SU7' la palio­ a1tfhropolol[ie arl[enti1te, pags. 18] -230, t. XXII, ser. 3a, t. XV; 10 Mayo de 1911. Oril[en polil[e1Ietico del Lm![ua/e, obra postuma, publicada en Archivos de Pedal[ol[ia y Ciencias Afines de la Universidad de La Plata, t. IX, No 26, 1911. Los libros, que escribia generalmente en frances, nunca tuvieron segunda edicion ni ediciones populares, razon por la que nuestras escuelas ignoran la geologia y geografia del pais, a pesar de los 37 aDos que Ameghino ha escrito acerca de ella. Algunas veces hablamos de la necesidad de que el gobierno buscara los medios, por otra parte a la mano, de que las producciones cientificas lle­ gasen a los Colegios y Escuelas, exigiendo un aumento de tiraje para sus dependencias. Si tal hubiera ocurrido desde algunos aDos atras, no lamentariamos esta ignorancia acerca de nuestros hombres y nuestras cosas. Ojala, esta desgracia que enluta la ciencia, sirva para enmendar­ nos y despierte en nuestro espiritu, un sentimiento de justicia mas amplio para los hombres que viven entregados al silencio del .gabinete y del laboratorio.

VI

Las exequias fueron modestas en relacion a los mereClmlentos del fallecido, repitiendose por milesima vez el fenomeno del hombre superior a su epoca. Los gobiernos no se manifestaron a la altura que correspondia; si las universidades de La Plata y de Buenos Aires, y las sociedades cientificas no hubieran tornado la participa- 124 ARCHIVOS DE PEDAOOoiA

CIO n que tanto les bonra, el sepelio hubiera . pasado inadvertido. Delante de su feretro desfilaron los 450 ninos de la escuela gra­ duada de la Universidad, las 300 ninas de su Lieeo que 10 cubrie­ ron de flores; comisiones del Colegio Nacional, de las Faeultades y de la Escuela de Comercio. EI Consejo Superior, desde su presi­ dente, acompano sus restos hasta eI panteon y cuanto de intelec­ tual tiene La Plata hizo acto de presencia. En la inhumacion ha­ b la ron E. Holmberg por la Universidad de Buenos Aires, V. Mer­ cante POt- la de La Plata, J. B. Ambrosetti poria Universidad de Buenos Aires, J. Ingegnieros poria Sociedad de Psicologia, V. Castro poria Sociedad Cientifica, su presidente; Antonio Romero poria amistad que 10 ligaba al extinto y F. Legarra ofreciendo a los deudos el panteon de los maestros. Nos bacemos un deber publicaI' algunos de ell os, nacidos del corazon de los oradores. Del doctor Eduardo Holmberg, por la Universidad de Buenos Aires: «No pensaba - dijo eI doctor Holmberg-que surgiera en esta gran solemnidad otra cosa que el bumilde bomenaje de mi pre­ sencia, para acompanar hasta el lecbo de la eterna paz, en el sene de la madre tierra, al ilustre amigo que la Argentina del porvenir rodeara con una glorificacion que basta boy solo ba tributado a los pr6ceres de la libertad nacional. Pero la Sociedad Cientifica Argentina (y a ultima bora, la Facultad de ciencias fisico-matema­ ticas y natuTales), me de'signa hoy tambien, en eI dia del due1o, como 10 hi ciera no ha mu cho en el de la consagraci6n, para que las represente aqui, y sold ado fiel a la voz de la consigna, voy a agregar un nuevo laurel a los innumerables que la ciencia inde­ pendiente, serena, imparcial y justiciera ba tributado al gran sabio, al gran talento, que si boy nos abandona como forma vibrante, apagada poria mu erte. pronto renacera y vivira inmortal con nosotros como una necesidad superior del entendimiento subyu­ gado poria importancia, la profundidad e irradiacion soberana de sus obras. ~ No es este el momento mas oportuno para presentaros un cuadro J e la vida de Florentino Amegbino, porque ell a, en su con­ cepto vulgar, se reduce a pocas grandes pinceladas: supo mi rar y vet' con ojos geniales; supo substraerse a la mayor parte de los compromisos de sociedad que absorben y deleitan el tiempo de los desocupados; supo ser independiente y altivo con la resistencia de un espartano y la dignidad de un beroe; supo merecer sin doblarse, y triunfar sin dianas, y colocarse en Ja cumbre junto a los mas gran des sabios contemponineos sin dislocar a nadie y sin des­ pertar envidias. « Humilde, sin bipocresia en todas sus manifestaciones comunes; suave como un nino en la intimidad, modesto en su trato, tenia toda la pujanza de un leon en el ataque a que con tanta frecuen­ cia 10 excitaba la sorpresa producida en mucbos hombres de cien­ cia pOI' sus concepciones atrevidas, pOI' el ariete de su argumen­ taci6n cerrada e irresistible, pOI' el mismo estupor que Ie causaba Y CIENCIAS AfINES 125

1a presencia de grandes imponentes verdades, buscadas por su genio incansable y fecundo con ese ahinco de conquistador de un mundo de misterios y velado aun para otros grandes talentos, men ores, sin embargo, que el propio suyo. 4: Ni seria tam poco discreto el ocupar vuestra atencion enume· nindoos las ciento cincllenta a doscientas obras que constituyen la herencia cientifica que nos ha legado, porque cualquiera de elias tiene impreso el sello de sus adivinaciones primero, de sus gran· des descubrimientos despues, y todas juntas constituyen un monu· mento que had. su nombre imperecedero, vinculandolo a los de otros sabios que buscar'on en el seno de la naturaleza la resolu­ cion de los mas grandes problemas planteados por la tiniebla de 10 desconocido en el seno de la realidad pOI' descifrar'. 4: No me pidais, entonces, senores, una sola palabra de analisis, porque el corazon, en los dias de gran triunfo como en los dias cle gran duelo, solamente ama la sintesis. Contemplad el hecho inevitable, y adaptando vuestros sentirnientos al diapason de vues­ tras ideas, 110 olvideis que los negras crespones del dolor se tor­ nan menos lugubres cuando se entrelazan con los laureles de la gloria». Del se-nor Victor- Mercante, poria Universidad de La Plata. Senores: En nombre del senor presidente de la Uni\'ersidad Na­ cional de La Plata, del senor Decano de la Facultad de Ciencias In­ ridicas y Sociales y como director de la Seccion Pedagogia, vengo a expresaros el profundo dolor producido POI- esta muerte que es una desgracia. AI presentir hace dos meses, despues del diagnostico medico, esta muerte que enluta el hogal- pequeno, pero del que fue antor­ cha luminosa Florentino Ameghino, de la ciencia argentina, apode, rose de mi espiritu un malestar, tal vez dolor, porque el conocimiento intimo de su vida habiame hecho descubrir un corazon tan puro, un alma tan elevada, una cerebracion tan J.1rodigiosa, una actividad tan inmensa, que en nuestra formacion democdtica pacas \'eces podriamos ofrecer a la juventud pal-a elevarse, un ejemplo mas sano; tal vez de egoismo, porque convencido de que nada dignifica a un pais tanto como la ciencia, no podia mi espiritu resignarse a que la Argentina perdiera doce anos mas de trabajo intenso, hoy, cuando el nombre de Florentino Ameghino vuela de un extremo a otro de Europa, es una autoridad incontestada en los libros de mas fuste, justicia a su fama de sabio adquirida en 42 anos de labor sin antece­ dentes en los fastos cientificos de la America del Sud, para proyec­ tar honor y glol'ia sobre este pais, sobre esta provincia, sobre la .aldea que fue su cuna, sobre Lujan. El presentimiento es realidad. Estamos delante de una gloria pura, pura como el aire que envuelve a las altas cimas. Lamartine Ie hu­ biera elegido entre sus civilizadores para prociamar como en Co­ lon su genio, para glorificar como en Palissy su voluntad. Modesto, probo, leal, sin riquezas, sin ambiciones, sin envidias, .tierno como un nino con sus amigos, fiero como un leon en los do-

9 126 ARCHIVOS DE PEDAOOO!A minios de sus ideas; extrano a las yanidades de este atropellamiento POl- conquistal- la mariposa deslumbrante de una felicidad efimera, envejeci6 entl-e el fango de los rios, los huesos de sus cajones y su mesa cle pino, el espinazo encol-vado de tanto remover terrenos, los ojos dilatados de tanto escudrinar ban-ancos y I-estos; vida obrera, vida insignificante al parecer y por eso inadvertida, mirada 11 traves de las preocupaciones de esta epoca en que las dulzuras del vivir sin afanes seduce y nos encar-cela_ Pero la grandeza no esta en la condicion sino en el alma_ Ameghino no exploto mas que sus ins­ tintos de trabajo y su talento prodigioso y de el queda, fortuna de las generaciones venideras, inmenso tal cual es, su espiritu en las inmonales paginas de sus libros, en las innumerables piezas c1asifi­ cadas de su coleccion, de los must'os nacionales y europeos_ Este pais, siempre generoso con sus hijos, sera justo con este civiliza­ dor, tendra para et tambien una plaza, una calle, un marmol que le\"antar alii, en Lujan, frente ala casa misma donde via la luz, para que la juventud argentina en cal-avana, el 18 de septiembre de cada ana rehaga la ninez de este hombre extraordinal-io, como la juventud inglesa rehace la de Shakespeare y la toscana la cle Galileo, y reciba el fortificante efluvio del ambiente que hizo al gran hombre" Nada ofrece mas encantos, encierra mas ensenanzas, es de mas \"alor etico que el haber clesenvuelto gran des actividades y realiza­ do g,-andes hechos en ambientes pobres: el caracter, acento cle la individualidad, no tiene otra explicacion. Por eso San Martin, Bel­ grano, Sal-miento, Mitre, ejercen sobl-e nuestra afectividad, la seduc­ cion instantanea de aquellos conductores que no conocieron mas halagos que la necesidad. La casa del primer Congreso, la casa en que nacio Sarmiento, la casa en que muri6 Mitre, consagran la virtud del esfuerzo y justifican su condicion de reliquia. Todo recol-clara alii al hijo de si mismo: la escuela elemental, la modesta casa, las altas riberas del rio con sus fajas negras, plo­ mizas y rojas, mil veces recorriclas por el nino, el hombre y e1 sabio, palpadas, excavadas, interrogadas para revivir su largo pasado y dar a la ciencia sus preciosos tesoros. Esta fue la escuela del gran hombre, diran los j6venes de ma­ nana, escudrinando esas toscas, juntando esos caracoles, desen­ terrando los primeros buesos, observando y leyendo de dia, de noche sin descanso, sin descanso arrebatado por una pasion sublime. i Gloriosa emulaci6n destinada a producir la nostalgia de los que no tienen el alma satlll-ada todavia del desconsolador escepticismo que destilan las preocupaciones de nuestro tiempo! Este tam bien, como aquel otro cle quien poseia su voluntad y su genio, fue maestro y desde sus bumilcles funciones clocentes escala la cumbre del poder cientifico, repentinamente casi, sin mas empuje que su genio consagrado en las academias y exposiciones euro­ peas p,-imero y en los centros y universidadades de nuestro pais, despues. No es este el momento, ni seria posible el analisis de su obra co­ losal comenzada en 1875 y que I-epresenta el monumento cientifico mas grande de America, donde se destacan por su incomparable Y CIENCIAS AfiNES 127

ol"iginalidad, su amplitud de vistas, sus razonamientos y sus atrevi­ das doctrinas: Lajormaci(ilt pampealta, 1880; La a7tfigztedad del hombre en el Plata, dos \'olumenes, 1880-1881; Filogmia, 1884; Contrib1tciOrt al cOltocimie7tto de los mamiferos josiles de los terrenos ferciarios, 1886; Contribucion al c01lomimfo de los mamiferos fosiles de la R. Argentina, 1889; Los pd/aros josiles de la Pafago7tia, 1895; Los mamiferos cretdceos de la R. A7'ge7tii7ta, 1897; La evobtcio7t de los dimtes de los mamiferos, 1896; SiJlopsis geolOgica y paleo7tfolOgca de la R. Argmtirta, 1906; lltvestigacioltes de morjologia ./ilogmeti, ca, ] 904; Paleo71tologia argelttina, 1904; Nuevas especies de ma­ miferos, cretciceos y terciarios; La peiforacid7t ASi1'agaliana, 1905; Los edentados josiles de rra7tcia y Ale11lania, 1905; Los impetmes josiles de la Patagonia, 1905; Las jormaciones sedimentarias del cretciceo s7tperior y del tercial'io de Patagoltia, 1906; Los pecesjo­ sUes de la Patagonia; Las formaciones sedimentarias de Mar del Plata, 1908; EI tetraprothomo argentino, 1907; EI diprothomo plate?tsis, 1909; Tierras cocidas y hombre josil, 1910, 1911, cada una de elias suficiente para inmortalizarle. Como todo hombre genial era un creador. EI ejercicio haLia hipertrofiado la facu ltad de observat- y el poder de razonar; su ex­ traordinaria ca]Jacidad para relacionar los bechos y su rara facili­ dad para inducir, eran solo com parables a las de Dan\'in y su ima­ ginacion t-econstructora a la de Cuvier, No hay, por eso, quien reo coja hoy su patt-imonio, y porque no hay quien haya hecho durante tt-einta y cinco anos de la paleontologia su unico objeto, su unica pa­ sion, con el concurso de un hombre tan modesto y abnegado como su hermano Carlos, que recorrio mas de 20 anos el sur at'gentino para arrancar a su suelo los secretos de su virginidad geologica. Las figlll'as culminantes de nuestro pais en la ciencia y en la po­ Iitica, desde Mit/'e y Sarmiento hasta Joaquin Gonzalez que, minis, tro, Ie lIeva al puesto oficial mas encumbrado con que era posible dignificar a un hombre de ciencia, a la direccion del Museo Nacional de Historiij Natural; desde los profesores de la Universidad de Cor­ doba hasta los de la Universidad de La Plata, los centros, socieda­ des cientificas de America y Europa, han sembrado de honores su camino triunfal y los gobiernos colmaran con actos diversos esta apoteosis que comenzo en vida, porque, senores, un pais es grande cuando cuida celosamente sus glorias destinadas a perpetuarlo en el carino de los pneblos mas alia de la muerte misma. Por eso, la Univet'sidad de La Plata, su presidente, sus decanos, sus profesores, sus estudiantes, sus ninos traen, en masa, el tributo de sus senti­ Il1ientos de carino, de dolor, de admit'acion, estremecidos ante esta caida, La edicion oficial de sus obras no seria un acto de justicia al sabio, sino de justificacion nuestra ante eI mundo, Por su ejemplo y pOl' sus obras, es un conductor de nuestra civilizacion, el titulo de mas nobleza que pueda concederse en las democracias americanas; pOl' eso est

las entranas de la tierra, tamizo entre sus dedos las arenas mas misteriosas, removi6 de sus arcaicos yacimientos los mas remotos esqueletos; todo 10 midi6 con metro severo, las etapas del mundo y las etapas de la \'icla, renoyaclas sin clescanso en la superficie clel planeta. «Penso despues. Pens6 luminosamente, con yiclencia de inspi­ rado. Y reconstruyo en su imaginaci6n los momentos por'que paso la historia del mundo, las yar'iaciones infinitas que transformaron en seres pensantes a los germenes animaclos, el equilibrio natural que rige la evoluci6n clel universo, hasta poner' su mana sobre el cuadrante de la eternidacl para senalar la era en que el hombre apareci6 en nuestras pampas para clifunclirse en el munclo y con­ yertirse en humaniclad. «Su vida rue un senclero floreciente cle virtucles, como es 10 pro­ pio cle los genios verdacleros. Descle la obscuridad ascencli6 a la gloria, sin un desfallecimiento; sintio clurante muchos anos el cierzo glacial de la pobreza y la indiferencia, obstinadas en moder'ar su marcha y que tarclaron clemasiaclo en apartar'se cle Sll camino; pero el sigui6 imper'turbable hacia la meta, ol'ientado por' el resplandor' ue sus propias luces, sin preocuparse de exitos transitorios y con­ fiando f'n la consagr'acion ulterior' de sus videncias. Fil6sofo y sa­ bio .a un tiempo mismo, tenia el afan de los problemas remotos y la pasion cle los interrogantes mas ardllOs. iiI hombre de genio es asi: se entrega a la inquietucl cle pulsar los gr'andes I'itmos ge Ja naturaleza, escrutando abismos 6 sonclando firmamentos. POI' eso fue un hombre inactual, dado a sembrar copiosas simientes cle frutos venicleros. proscripto voluntario clentro clel propio pais, abstl'aido de esos vaivenes militantes que turban las horas de me­ ditaci6n y cle ensuei'io. «Fue ejemplo raro, en este continente, de una vicla consagracla a la ciencia, sin mas afanes que aprender y ensei'iar. Fue ejemplo, tam bien. de caractel' adamantino y de orgullosa sencillez, buscando en la intensidad de su vida interior las satisfacciones que no po­ dia esperar en un media impreparado para medir la culminaci6n de sus vuelos. «Muere en el ' Ia tercera vida ejemplar de nuestra centuria. Sar­ miento, inagotable catarata de enel'gia en las gloriosas batallas de IlUestra emancipaci6n espiritual; Mitl'e, que alcanz6 la santiclad de un semicli6s y fue consejero cle pueblos; Amegbino, preciaro sem­ brador cle altas verdacles, cosechaclas a fila de hacha en la selva infinita de la naturaleza. «Sirvan sus memorias de ejemplo a las [uturas generacianes y tenclremos eclucaclores, estaclistas y sabios. La gran­ deza cle la patria estara en manas cle los que sepan imitar las excelencias morales de esos grancles factores cle la nacionaliclad ».

Del ing. Vicente Castro, por la Socieclad Cientifica: «En nombre de la Junta Directiva de la Sociedad Cientifica Ar­ gentina, "engo a cumplir el doloroso deber de dar el ultimo adios

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a los rest os venerados del sabio doctor Florentino Ameg-hino, que fue nuestro ilustrado socio honorario. EI doctor Ameghino, cuyo volumen llenaba ampliamente eL esce­ nario de la ciencia, no solo cleL pais, sino tambien del mundo entero, por la importancia de sus investigaciones en el or'den de las ciencias naturales, deja un vacio que no sera posible llenar, pues pocos son los hombres de estudio que a su vasta preparacion unan las cua­ liclacles cle excelso investigaclor, que caracterizaban a este ilustre muerto. La ciencia piercle en el, uno de sus mas preclaros elementos cle estuclio; nuestro pais, lamentara siempre la clesaparicion cle este estudioso cle alto ,"uelo, que unia a su gran pr-eparacion, una finu­ ra de investigacion, de tal potencia, que por sus alcances ha llegaclo a cambiar la nocion que se tenia respecto al origen del hombre. Este estuclio solo, bastaria para colo car la personalidad del cloctor Ameghino al ni\'el de los contacios hombres de ciencia que el mundo venera, si no fuera que, aclemas, eL cloctor Ameghino en su constante activiclacl, no hubiese llenaclo yolumenes con su labor pro­ ficua de inl'estigaclor conscienle. Dificil, si no imposible es en este momento, enumerar tocla la labor clel ilustre muerto; exceden cle c1oscientos sus estuclios efec­ wados clesde 1875, epoca en que publico su primer- trabajo en el Journal cle Zoologie de Paris, trabajo en eL que con gran acopio de datos perfectamente propios, llega a conclusiones altamente in­ tereS antes en sus estudios en Mercedes, en base a restos del hom­ bre prehistorico y cle su inclustria. Tan novecloso estudio, !lam6 la atencion cle los especialistas y la fama del doctor- Ameghino qued6 ya cimentada con moti\'o del Congreso Internacional de Ciencias Antr-opologicas, realizado en Paris en 1878. En 1880, publico su monumental trabajo sobre Los mamiferos fosifes de fa America Meridional, que fue seguido del famoso analisis geologico La formaciolt pampea1ta, el cual aL clefinir una epoca cleL mundo, abri6 nueva \'ia ,1 Los estuclios geologicos cle nuestr-o territorio. No seguire aclelante haciendo la descripcion cronol6gica de sus trabajos, no me seria posible, pues no clomino el orden de eslu­ clios en que culminaba la mentalidacl cleL doctor Ameghino; a otra palabra mas autorizada que la mia, corresJloncle ese honor. La Sociedad Cientifica Argentina, a quien el cloctor A meghino cledico horas cle estuclio y de labor, enriqueciendola con sus tra­ bajos publicaclos en los Anales de La Sociedad, 10 eligi6 socio ho­ norario, alto timbre cle honor que el doctor Ameghino supo apre­ ciar en su justo yalor y que Ie fue discerniclo en merito a los estu­ dios de este sabio hombre c1e ciencia, que al abandonar su envol­ tura humana, nos deja como resultado de su paso por la tien-a, el monumento cientifico cle toda su labor y cle toda su ciencia, para honra y gloria cle la patria. Al recibir tan honrosa distincion, nos clio la groan prueba cle las alturas hasta clonde !legaba su mente poderosa, entregando al eso

• Y CIENCIAS AfINES 131 tudio y meditacion de los pensantes, los resultados de su concep­ cion profunda. Su credo, dando la nocion del universo constituido por el infinito tangible, la materia, y tres infinitos inmateriales, el espacio, el tiempo y eL movimiento, es leccion de alta filosoffa y pedestaL cientifico que recibira Ja ofrend a justicie,·a del mundo pensante. Manes venerados, ,oecibid eL IHtimo adios de aquellos que tantas veces oimos tus sabias lecciones en la Sociedad Cientitica Argen­ tina j descansa en paz, mentalidad poderosa e ilust,oe y que los lampos brillantes de tu saber, sit·van de guia a las generaciones futuras en la Labor proficua, de la que La tuya fue, astro brill ante. »

VII

La republica, apercibida del hombre que acaba de perder, sus gobiernos, sns universidades, sus escueLas, sus centros cientificos, sus hombres ilustrados, sus estudiantes, a porfia, empenanse en gLo­ rifica,o a este libertador del espiritu y triunfador en los campos de la ciencia. Rodolfo Senet, su discipulo predilecto, casi un hijo que recogiera del sabio los destellos postrimeros de su genio, difunde su obra en conferencias recibidas con aplausos por publicos en donde se confunden el profano y el especiaLista, eL estudiante y el pl"Ofesor, eL nino y eL anciano j Jose IngegnietOos ha escrito sus mas vibrantes paginas para honrar la vida heroica deL sabio j la Sociedad de PsicoLogia, destino una de sus sesiones pl.lblicas a su glorificacion j la Universidad de La PLata, eI mismo dia de Ia inhuma­ cion, resoLvio colocar una placa en eI Museo y dar su nombre it la sala de Paleontologia j eI CoLegio Secunda rio y la Federacion Uni­ versitaria de La PLata, realizaron dos actos publicos a La memoria del extintoj Ia Sociedad Cientifica Argentina, resolvio colocar una pLaca de bronce « AI sabio Florentino Ameghino» sobre su tumba, nombro tres comisiones permanentes para que aconsejaran Ia mejotO forma de glorificarle y difundir su nombre y sus obras y ordeno un gran retrato aL Meo para colo carle en el Lugar de preferencia de la sala de sesionesj La Asociacion de Maestros de la Provincia resolvio colocar una pLaca en su panteon j Las escueLas norm ales de Corrientes y del Rosario, del Parana y de Buenos Aires, organizaron gran­ des actos conmemorativosj los empleados del Museo Nacional re­ solvieron costear un busto para colocarlo en la sala donde traba­ jaba Ameghinoj la Municipalidad de Lujan resolvi6 dar al parque, el nombre deL sabio, apoyada por un elocllente informe liscal del doctor Reyna Almandos j el P. E. de La Nacion y la Legislatura de la provincia, presentaron respectivamente, proyectos para erigir monumentos en el Museo de Buenos Aires y en eL Bosque de La PLata j el doctor Francisco P. Moreno presento al Congreso, un proyecto para que la Nacion adquiera sus colecciones y sus obras. Por ultimo, eI Circulo de la Prensa de La Plata, organizQ para la noche deL 18 de septiembre, en eL Teatro Argentino, una solemne 132 ARCHIVOS DE PEDAOOOIA

conmemoraClon, acto imponente por las personas que tomaroll' parte, las delegaciones y la concurrencia. En estas manifestaciones­ ba lIamado la atenci6n un vado: el de la Universidad que 10 doctor6. Este movimiento p6stumo de jllsticia, del que nunca, en verdad, se preocup6 Amegbino; esta bumanizacion del senti mien to nos eleva tanto que tt-aera sobre nosotros simpatfas de otra estirpe que las que como pueblo ganadero, agricola y adinet-ado solemos atraer. (: La propagacion sin tasa de la civilizacion y de la justicia: he­ aqlli la manera de lle1tar con agua fecunda e/ cantaro de fa dOft-· cella».

ViCTOR MERCANTE.