Reportaje Sobre Mourelle De La Rúa En La Revista
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EL PERSONAJE. MOURELLE DE LA RÚA Un explorador gallego en aguas del Pacífico Mourelle de La Rúa, el “almirante” olvidado Pocos hombres de mar alcanzaron los logros de este gallego que surcó los océanos durante la mayor parte de su vida: de audaz explorador en las aguas del Pacífico –tanto en la fría Alaska como en la cálida Polinesia–, pasó a combatir con valor a los buques enemigos, ya fueran británicos o franceses, que navegaban junto al Estrecho de Gibraltar. Una vida de éxitos que ha permanecido injustamente ignorada. Por: JAVIER GARCÍA BLANCO ran poco más de las once de la ma- consiguió sobresalir en la batalla, aunque familia de la aldea de Corme, en la región ñana cuando un temible cañonazo en un primer momento soportó –junto a su de la Costa da Morte (A Coruña). En aque- impactó en el alcázar del Conde de compañero Príncipe de Asturias– un durísi- lla tierra de aguerridos hombres de mar, Regla y, literalmente, partió en dos mo fuego de cañones procedente de siete frecuente escenario de terribles naufragios, a su insignia, el general conde de navíos ingleses. Algunas horas después –y el pequeño Francisco Antonio no tardó en EAmblimont, hiriendo de gravedad a su co- ya más organizados tras el caos inicial– am- sentir la vocación marinera. De hecho, su- mandante, el brigadier Jerónimo Bravo. Tras bos navíos acudieron al auxilio del Santísima maba apenas trece años cuando ingresó en el desconcierto inicial, la embarcación –con Trinidad, buque insignia de la flota españo- la Academia de Pilotos de Ferrol –la precaria 112 cañones y 801 hombres a bordo– que- la, que de no ser por la acción del Infante economía familiar no alcanzaba para costear dó a las órdenes del teniente de navío Fran- Don Pelayo y la posterior ayuda del Regla y su acceso a la Real Compañía de Guardia- cisco Antonio Mourelle de la Rúa, un audaz del Príncipe, estaba ya dispuesto a rendirse, marinas de Cádiz–, en el año 1763. Aquel jo- marino coruñés con 25 años de experiencia pues incluso había arriado la bandera. La lle- vencísimo Mourelle sobresalió con rapidez, a sus espaldas. La bitácora del navío tenía gada de los navíos españoles puso en reti- pues cinco años más tarde obtuvo el título apuntada en su última página la fecha del 14 rada a los ingleses que hostigaban al buque de piloto y en 1772 se hallaba ya cruzando de febrero de 1797. Acababa de comenzar la insignia, una proeza que sería recordada du- las aguas del Atlántico a bordo de la corbeta batalla del cabo de San Vicente, de desastro- rante el posterior consejo de guerra. Dolores, ejerciendo como segundo piloto, so desenlace para nuestra Armada. Aquel episodio notable era sin embargo en dirección a isla Trinidad. Aunque la superioridad numérica era sólo un renglón más en la brillante hoja de Su primer destino de importancia, sin em- muy favorable para España –24 navíos de servicios de Francisco Antonio Mourelle de bargo, no llegó hasta tres años más tarde, línea y 11 fragatas, frente a 15 navíos de la Rúa, cuyos logros eran bien conocidos por cuando en enero de 1775 fue destinado –ya línea, 4 fragatas y dos balandros del lado los ingleses desde años atrás, aunque no como primer piloto– al puerto de San Blas de enemigo–, los británicos sorprendieron a por sus hazañas militares, sino por su gran Nayarit, en Nueva España. Poco después de la flota española desorganizada y con una aportación explorando las aguas más sep- llegar allí se embarcó en su primera misión: la formación desastrosa, lo que hizo trizas la tentrionales del Pacífico… expedición de Bruno de Heceta para explorar ventaja matemática. las costas al norte de la Baja California. El año A pesar de la situación desfavorable, UN CORUÑÉS EN LAS COSTAS DE ALASKA anterior, el mallorquín Juan José Pérez había Mourelle de la Rúa, convertido inespera- Nacido en junio de 1750, Mourelle había ve- partido desde ese mismo puerto con la mi- damente en el oficial al mando del Regla, nido al mundo en el seno de una humilde sión de alcanzar los 60º de latitud norte para 90 HISTORIA DE IBERIA VIEJA www.historiadeiberiavieja.com 088a053 HIV91 Rua.indd 90 16/12/12 22:53:38 EL PERSONAJE. MOURELLE DE LA RÚA 1. Homenaje. Busto erigido en Corme en honor a Mourelle de la Rúa (© Javier García Blanco). 2. Biografía. Imagen de la portada de la biografía sobre Mourelle de la Rúa publi- cada en 1856. 1 establecer posesiones españolas y reafirmar el dominio de la Corona ante el avance de los exploradores rusos y británicos. Pérez y sus hombres, a bordo de la fragata Santiago, llegaron a contactar con los indios haida, aun- que “sólo” consiguieron explorar hasta los 54º norte, pues la falta de víveres y los pro- blemas de salud les obligaron a regresar. En esta ocasión, el viaje de exploración –dirigido por Bruno de Heceta, aunque con Juan José Pérez participando también– es- taba compuesto por tres embarcaciones: el paquebote San Carlos, la fragata Santiago y la goleta Sonora. Ésta quedó al mando de Juan Francisco de la Bodega y Quadra, sien- do Mourelle el piloto. Los tres barcos partie- ron el 16 de marzo de 1775 con la orden de alcanzar los 65º de latitud norte y establecer asentamientos que reforzasen el dominio español en la región y seguir controlando el comercio entre América y Asia. Por desgracia, apenas tres días después de partir de Nueva España, el San Carlos se vio obligado a regresar a puerto pues su ca- pitán, Miguel Manrique, sufrió una crisis ner- viosa. Así pues, el San Carlos dio media vuel- ta con Juan de Ayala al mando, mientras la Santiago y la Sonora ponían rumbo al norte. 2 Las dos naves alcanzaron los 47º y 15’ de latitud norte el 13 de julio, en lo que hoy se conoce como Point Grenville. Poco después Nacido en junio de 1750, Mourelle había venido de echar el ancla, los españoles de la Sono- al mundo en el seno de una humilde familia de la ra –Mourelle entre ellos–, contemplaron la llegada de varias canoas de indios quinault, aldea de Corme, en la región de la Costa da Morte que abordaron el barco y les invitaron a des- HISTORIA DE IBERIA VIEJA 91 088a053 HIV91 Rua.indd 91 16/12/12 22:53:42 EL PERSONAJE. MOURELLE DE LA RÚA 3. Cook. El célebre explorador británico James Cook utilizó el diario de Mourelle en su expe- dición de 1775 para preparar el trayecto de su tercer viaje por el Pacífico. 4. Mapa. Mapa con el recorrido de la fragata Princesa dirigida por Mourelle en 1781, hoy en la Biblioteca Nacional de Australia. 3 4 embarcar “para comer, beber y dormir con ellos”, trayendo después algunos presentes Su bitácora de a bordo dejó constancia del aspecto, en forma de comida. costumbres y localización de las distintas tribus Al día siguiente el comandante Bruno de Heceta descendió a tierra con varios hom- indígenas que encontraron a su paso bres para hacer toma de posesión de la pla- za, que bautizaron como ‘Rada de Bacareli’ Espoleados por el espíritu aventurero del De algún modo que los historiadores no en honor al virrey de Nueva España. Todo marino coruñés, que animó al resto de sus han logrado aclarar, alguien se hizo con el había discurrido de forma tranquila, pero las compañeros a continuar un poco más, la So- diario de Mourelle tras el fin de la expedi- cosas iban a cambiar drásticamente aquella nora logró alcanzar los 59º de latitud norte, ción, y el diario, junto con los exactos da- tarde. Bodega, el comandante de la Sono- cerca de esos 65º que se habían marcado tos de navegación, acabaron en Inglaterra. ra, decidió enviar a tierra a siete tripulantes como objetivo. No hay duda de que habrían Aquel valiosísimo material cayó en manos para que buscasen agua y otras provisiones. logrado completar su empresa, pero los de James Cook –quien los empleó para Cuando estaban concentrados en aquella ta- tripulantes de la goleta enfermaron de es- trazar la derrota de su tercer viaje–, y en el rea, un grupo de trescientos quinault –hasta corbuto debido a la falta de alimentos y se año 1781 el texto del marino coruñés inclu- entonces pacíficos– rodearon a los españo- vieron obligados a poner rumbo al sur el 8 de so fue traducido al inglés y publicado bajo les y acabaron con ellos, pese a los intentos septiembre, alcanzando Monterrey –con los el título de Misceláneas. Por desgracia, hoy de sus camaradas, que dispararon sin éxito hombres con un pie en la tumba– un mes suele conocerse mejor el viaje de Cook por mosquetes desde la Sonora. Como recuer- más tarde, el 7 de octubre de 1775. Apenas aquellas costas de Estados Unidos, Canadá do de aquel triste suceso, el lugar se bautizó unos días antes había llegado la fragata San- y Alaska, cuando el mérito debería recaer en como ‘Punta de los mártires’. tiago, con sus tripulantes también en lamen- Mourelle y sus mandos, Bruno de Heceta, Tras el dramático incidente decidieron con- tables condiciones. Juan José Pérez y Bodega y Quadra, pues tinuar con su viaje hacia el norte, aunque to- Durante el transcurso de aquella arries- no sólo fueron los primeros europeos en maron la determinación de dividirse para ex- gada expedición Mourelle de la Rúa no sólo llegar allí, sino que además recorrieron una plorar la mayor parte de territorio posible. Así, había ejercido como piloto de la Sonora, si- mayor extensión de costa.