L'o S S E Rvator E Romano
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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATOR E ROMANO EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA Unicuique suum Non praevalebunt Año XLIII, número 45 (2.236) Ciudad del Vaticano 6 de noviembre de 2011 En el Ángelus del 1 de noviembre el Papa recuerda también a los fieles difuntos Mensaje para la Jornada mundial del emigrante La vida Migraciones una carrera hacia la santidad y nueva Existen diversos caminos de santidad, que tienen evangelización un común denominador: «Seguir a Cristo y configurarse con él, fin último de nuestra historia En la nueva situación creada por los humana». Lo dijo el Papa en el Ángelus del cambios amplios y profundos de la martes 1 de noviembre, solemnidad de Todos los sociedad, debemos despertar en ca- Santos. da uno de nosotros el entusiasmo y la valentía que impulsaron a las pri- Queridos hermanos y hermanas: meras comunidades cristianas a La solemnidad de Todos los Santos es oca- anunciar con ardor la novedad evan- sión propicia para elevar la mirada de las rea- gélica. Lo pone de relieve Benedicto lidades terrenas, marcadas por el tiempo, a la XVI en su Mensaje para la Jornada dimensión de Dios, la dimensión de la eterni- mundial del emigrante y del refugia- dad y de la santidad. La liturgia nos recuerda do de 2012. Es necesario —añade el hoy que la santidad es la vocación originaria Pa p a —hacer que resuenen en nues- de todo bautizado (cf. Lumen gentium, 40). En tro corazón las palabras de san Pa- efecto, Cristo, que con el Padre y con el Espí- blo: «¡Ay de mí si no anuncio el ritu es el único Santo (cf. Ap 15, 4), amó a la Evangelio!» (1 Co 9, 16). En efecto, Iglesia como a su esposa y se entregó por ella «el momento actual llama a la Igle- con el fin de santificarla (cf. Ef 5, 25-26). Por sia a emprender una nueva evangeli- esta razón, todos los miembros del pueblo de zación también en el vasto y comple- Dios están llamados a ser santos, según la jo fenómeno de la movilidad huma- afirmación del apóstol san Pablo: «Esta es la na, intensificando la acción misione- voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts ra». El Pontífice encomienda esta ta- 4, 3). Así pues, se nos invita a mirar a la Igle- rea de nueva evangelización de mo- sia no sólo en su aspecto temporal y humano, do especial a las personas, origina- marcado por la fragilidad, sino como Cristo la rias de pueblos marcados por la fe ha querido, es decir, como «comunión de los cristiana, que emigran a países don- santos» (Catecismo de la Iglesia católica, n. de los cristianos son una minoría o 946). En el Credo profesamos la Iglesia «san- donde la antigua tradición de fe ya ta», santa en cuanto que es el Cuerpo de no es una convicción personal ni Cristo, es instrumento de participación en los una confesión comunitaria. Beato Angélico, detalle de la «Pala de Fiésole» (1424-1425) SIGUE EN LA PÁGINA 5 PÁGINA 3 Catequesis del Santo Padre en la audiencia general Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos en el año Sed de eternidad En el misterio del «tercer día» Dios se hace tan cercano al hombre «que no se detiene ni siquiera ante el abismo de la muerte, más aún, lo atraviesa, permaneciendo durante dos días en el sepulcro»; pero en el misterio del «tercer día» Cristo «asume hasta las últimas conse- cuencias nuestra carne mortal a fin de que sea revestida del glo- rioso poder de Dios». Lo dijo el Papa en la homilía de la misa celebrada el jueves 3 de no- viembre, por la mañana, en el altar de la Cátedra de la basíli- ca vaticana, en sufragio de los PÁGINA 12 cardenales, arzobispos y obis- pos fallecidos durante el año. Son diez los cardenales que han muerto entre el 22 de no- EN ESTE NÚMERO viembre de 2010 y el 3 de sep- Beatificación de sor María Catalina Irigoyen, página 4. Ángelus del tiembre de 2011, y 118 los arzo- 30 de octubre, página 5. Audiencia de Benedicto XVI a los represen- bispos y obispos fallecidos en- tantes de las religiones que participaron en el encuentro de Asís, pá- tre el 28 de octubre de 2010 y gina 6. El «Premio ¡Bravo!» concedido a nuestro periódico, página 8. el pasado 24 de octubre. Discurso del Papa al nuevo embajador de Brasil, página 9. Mensaje de Su Santidad con motivo del 50° aniversario de Adveniat, página 9. PÁGINA 2 página 2 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 6 de noviembre de 2011, número 45 Misa del Papa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año En el misterio del «tercer día» Dios se hace tan cercano al hombre «que no se detiene ni siquiera ante el abismo de la muerte, más aún, lo atraviesa, permaneciendo durante dos días en el sepulcro»; pero en el misterio del «tercer día» Cristo «asume hasta las últimas consecuencias nuestra carne mortal a fin de que sea revestida del poder glorioso de Dios». Lo dijo el Papa en la homilía de la misa celebrada el jueves 3 de noviembre, por la mañana, en el altar de la Cátedra de la basílica vaticana, en sufragio de los cardenales, arzobispos y obispos fallecidos durante el año. Son diez los cardenales que han muerto entre el 22 de noviembre de 2010 y el 3 de septiembre de 2011, y 118 los arzobispos y obispos fallecidos entre el 28 de oc t u b re de 2010 y el pasado 24 de octubre. Venerados hermanos, queridos her- Evangelios— retoma más de una vez manos y hermanas: el versículo 6: «Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Al día siguiente de la conmemora- Dios, más que holocaustos». En ción litúrgica de todos los fieles di- cambio, Jesús no cita el versículo 2, funtos, nos reunimos en torno al al- pero lo hace suyo y lo realiza en el tar del Señor para ofrecer su Sacrifi- misterio pascual: «En dos días nos cio en sufragio de los cardenales y volverá la vida y al tercero nos hará de los obispos que, en el curso del resurgir; viviremos en su presencia». último año, han concluido su pere- El Señor Jesús, a la luz de esta pala- grinación terrena. Con gran afecto bra, afrontó la pasión, emprendió recordamos a los venerados miem- con decisión el camino de la cruz. bros del Colegio cardenalicio que Hablaba abiertamente a sus discípu- Espíritu vivificante, que la transfor- sol de Dios. Sin la cruz de Cristo to- nos han dejado: Urbano Navarrete, los de lo que debía sucederle en Je- ma y la regenera. Es el bautismo de da la energía de la naturaleza per- S.J., Michele Giordano, Varkey rusalén, y el oráculo del profeta la pasión (cf. Lc 12, 50), que Jesús manece impotente ante la fuerza ne- Vi t h a yathil, C.S S.R., Giovanni Salda- Oseas resonaba en sus mismas pala- recibió por nosotros y del que san gativa del pecado. Era necesaria una rini, Agustín García-Gasco Vicente, bras: «El Hijo del hombre va a ser Pablo escribe en la Carta a los Ro- fuerza benéfica más grande que la Georg Maximilian Sterzinsky, Kazi- entregado en manos de los hombres manos. La expresión que el Apóstol que impulsa los ciclos de la natura- mierz Świątek, Virgilio Noè, Aloy- y lo matarán; y después de muerto, utiliza —«bautizados en su muerte» leza, un Bien más grande que la sius Matthew Ambrozic y Andrzej a los tres días resucitará» (Mc 9, 31). (Rm 6, 3)— nunca deja de asombrar- creación misma: un Amor que proce- Maria Deskur. Juntamente con ellos nos, tal es la concisión con la que El evangelista anota que los discí- de del «corazón» mismo de Dios y presentamos al trono del Altísimo resume el vertiginoso misterio. La pulos «no entendían lo que decía, y que, mientras revela el sentido últi- las almas de los hermanos en el epis- les daba miedo preguntarle» (v. 32). muerte de Cristo es fuente de vida, mo de la creación, la renueva y la copado fallecidos. Por todos y por También nosotros, ante la muerte, porque en ella Dios ha volcado todo orienta a su meta originaria y últi- cada uno elevamos nuestra oración, no podemos menos de experimentar su amor, como en una inmensa cas- ma. animados por la fe en la vida eterna cada, que hace pensar en la imagen los sentimientos y los pensamientos Todo esto sucede en aquellos y en el misterio de la comunión de contenida en el Salmo 41: «Una si- que brotan de nuestra condición hu- «tres días», cuando el «grano de tri- los santos. Una fe llena de esperan- ma grita a otra sima, con voz de cas- mana. Y siempre nos sorprende y go» cayó en la tierra, permaneció za, iluminada también por la Pala- cadas; tus torrentes y tus olas me nos supera un Dios que se hace tan allí el tiempo necesario para colmar bra de Dios que hemos escuchado. cercano a nosotros que no se detiene han arrollado» (v. 8). El abismo de la muerte es colmado por otro abis- la medida de la justicia y de la mise- El texto, tomado del Libro del pro- ni siquiera ante el abismo de la ricordia de Dios, y finalmente pro- feta Oseas mo, aún más grande, el abismo del , nos hace pensar inmedia- muerte, más aún, que lo atraviesa, dujo «mucho fruto», no quedando tamente en la resurrección de Jesús, permaneciendo durante dos días en amor de Dios, de modo que la muerte ya no tiene ningún poder so- solo, sino como primicia de una en el misterio de su muerte y de su el sepulcro.