El retablo del en la iglesia monacal de Yuste

JUAN ANTONIO MORÁN CABRÉ IPHE

I. ESTUDIO HISTÓRICO ARTÍSTICO

1. Descripción y nomenclatura la exaltación de la Trinidad, trasunto de la célebre creación de Tiziano mejor conoci- El retablo mayor de la iglesia del Monas- da como La Gloria, desde finales del terio de Yuste, obra de Antonio de Segura siglo XVI. Las columnas sostienen un fron- sobre traza de Juan de Herrera, se adapta al tón partido, cuyo friso se ornamenta con testero del ábside poligonal de dicho tem- roleos vegetales y con símbolos de la sobe- plo, alzándose sobre la alta plataforma pé- ranía imperial (orbes, cetros y coronas); el trea de doce gradas que delimita el área li- rompimiento de este bellísimo elemento túrgica del presbiterio; se trata de un her- arquitectónico aposenta un gran escudo moso conjunto de pintura y escultura en del emperador Carlos, tenido por el águila madera dorada, estofada y policromada con bicéfala de los Austrias, flanqueado por las 50 banco, un único cuerpo y coronamiento, columnas de Hércules, cargado con el co- 51 cuyas proporciones son 11,30 metros de al- llar del Toisón de oro, y coronado con la tura por 5,70 metros de anchura máxima. tiara imperial. Sobre un elemento basal de asentamien- Finalmente, las vertientes del frontón to, a manera de sotabanco, compuesto por sostienen, en línea con las columnas, cuatro dos grandes zapatas de talla, con ornamen- basamentos herrerianos que, en lugar de su- tación vegetal, y de altura pareja a la de la jetar esferas u obeliscos, sirven de pedestales mesa del altar, se presenta el banco propia- a las figuras de talla en bulto redondo, de mente dicho, que contenía el sagrario ori- tamaño algo mayor que el natural, de otras ginal, flanqueado por sendos registros so- tantas Virtudes: La Fortaleza y la Esperanza bre tabla, con la figuración de los cuatro se sientan en los extremos y, junto a ellas Doctores de la Iglesia occidental: San aparecen, erguidas en el interior, la Justicia Agustín y San Jerónimo, a la izquierda del y la Fe. Por cierto que en las carnaciones y espectador, y a la derecha, San Ambrosio y ropajes de estas figuras las superficies osten- San Gregorio. tan oros, policromías y estofados, en tanto Los soportes de las pinturas al óleo de que los esmaltes del escudo poseen los meta- los Doctores constituyen los frontales de les y colores preceptuados por las normas los plintos sobre los que descansan dos pa- heráldicas para las armas del césar Carlos. Restitución fotogramética del retablo rejas de columnas corintias de orden gi- El sagrario que hoy existe en este retablo mayor de la Seo del Salvador de gante, delimitando el gran registro de pin- no es el concebido por Juan de Herrera en Zaragoza. Toma de datos de José M. Lodeiro y restitución de Alejandro tura sobre lienzo que constituye el primer y su traza original, que luego hubo de realizar Almazán. IPHE. único cuerpo del retablo, y que representa Antonio de Segura, sino un pequeño taber- náculo confeccionado en 1958, cuya puer- donde su sucesor decidiera la permanencia ta, coronada con frontón partido, que in- de su sepulcro2 (Documento n.º 1). tenta conjugar con el del conjunto, presen- Como quiera que la última voluntad del ta una figuración del Varón de Dolores esti- césar dejaba al libre criterio de su heredero lísticamente adscribible al arte hispano-fla- las características materiales e iconográficas menco de la segunda mitad del siglo XV. del retablo «de pinzel» que debía sustituir al aludido monumento en Yuste, si no estima-

YUSTE ba adecuado que su enterramiento tuviera 2. Aspectos iconográficos lugar allí, resulta fácil comprender que, cuando Felipe II, a petición de los monjes, 2.1. El Juicio Final resuelve llevar a cumplimiento el deseo de su padre, elija a su vez como tema el cuadro El tema iconográfico nuclear del retablo de Tiziano, que ya estuvo expuesto en el al- mayor de Yuste se muestra plasmado en el tar mayor durante los últimos días del Car- gran registro pictórico que configura su los y que, en definitiva, venía a representar cuerpo: una copia, sin variantes de conside- una glorificación de la dinastía, en la que su ración, de la célebre Gloria del Tiziano, rea- propia presencia quedaba incluida. lizada por Antonio de Segura. El cuadro en cuestión3 posee un esque- ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO Sabido es, que el cuadro original de Ti- ma iconográfico orgánicamente asociado a EL RET ziano fue encargado por Carlos V, a raíz de su esquema compositivo: la máxima jerar- la visita que el gran pintor veneciano reali- quía conceptual se centra en la zona supe- 52 zó a Augsburgo en 1550; cuatro años des- rior, presidida por la Trinidad. A partir de 53 pués –otoño de 1554– el artista había cul- la Divinidad se desarrolla una trayectoria minado esta pintura, que le fue entregada elipsoidal, en la que se distribuyen tres en Flandes al Emperador. grupos de personajes y que, surgiendo de La importancia que esta obra tuvo, no la derecha –izquierda para el espectador– y sólo por sus méritos artísticos intrínsecos, de los individuos de mayor entidad jerár- sino también con su indudable sintonía quica, se cierra a la izquierda, con aquellos con las preocupaciones religiosas referidas que vivían cuando la pintura fue ejecuta- al más allá en los años crepusculares de su da, y cuyos rasgos fisonómicos fueron ob- patrono, resulta incuestionable; Carlos lo jeto de una representación retratística más 1 F. C HECA CREMADES: Tiziano y la lleva consigo a su retiro de Yuste e, inspira- o menos rigurosa. monarquía hispánica, Madrid, 1994, do en los detalles de su iconografía que le Así pues, arriba se muestra Dios, uno y pág. 62. aludían personalmente y en torno a los trino, cuyas figuras sedentes y muy pareci- 2 El Testamento, al que dicho Codi- cilo modifica, fue otorgado por Car- cuales había dado personalmente instruc- das del Padre y del Hijo flanquean a la pa- 1 los en Bruselas, el 6 de junio de ciones muy precisas al Tiziano , redactó el loma del Espíritu Santo; a la izquierda para 1554, y en él disponía ser enterrado, célebre Codicilo testamentario de 1558, el espectador –derecha en el lienzo– y en un junto a su Emperatriz, en la Capilla donde dejaba establecidos los modelos de plano inferior, la Virgen intercesora, segui- Real de Granada. las esculturas orantes en mármol o alabas- da del Precursor, se vuelve hacia la tierra, 3 El estudio más completo y actual tro de su persona y de la Emperatriz, para constituyendo el eslabón intermedio entre sobre esta obra, con el estado de la cuestión, se debe a Michael BIER- el monumento funerario que deseaba se lo divino y lo humano, entre la antigua y la WIRTH: T izians Gloria, Petersberg, erigiera en el presbiterio de la iglesia de nueva Ley. Más abajo, la aludida composi- Figura 1. El retablo después 2002. Yuste, caso de ser en dicho monasterio ción elipsoidal permite disponer, en las más de ser restaurado.

diversas actitudes, las figuras –algunas con 2.1.1. Problemas de denominación: sus atributos– de David, Noé, Ezequiel, la advocación del retablo Moisés, Job y la Sibila Eritrea. Estrechamente asociado al mundo de po- A la izquierda de Dios Padre –derecha sibilidades interpretativas que se deriva de la para el espectador– en actitud orante, cu- complejidad iconográfica de la obra copia- biertos con sus mortajas, y presentados a la da para configurar el asunto principal del Trinidad por seres angélicos, se arrodillan el retablo mayor de Yuste está, sin duda, el

YUSTE Emperador y su esposa, seguidos de María problema de su denominación. Ya Wethey de Hungría y de Felipe II. llama la atención sobre este fenómeno7 que Aunque esta curiosa exaltación de la Trini- Checa estudia en profundidad8. Nosotros, dad –inspirada tal vez en una visión relatada sin embargo, consideramos útil plantear un por San Agustín en el libro XXII de su Ciui- análisis muy somero de esta cuestión, y sólo tas Dei– ha sido interpretada por C.B. Har- en tanto que puede incidir en el problema bison4 como un manifiesto, dogmáticamen- de la advocación de nuestro retablo. te ortodoxo, contra las tesis heréticas antitri- La Trinidad es el título que ya en 1553- nitarias que Miguel Servet había expuesto en 1554 se daba a la obra encargada por Carlos V, su libro De Trinitatibus erroribus, parece más en la correspondencia de Francisco de Vargas, razonable decantarse por las matizaciones embajador de España en Venecia y valedor, ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO que a esta teoría aporta R. Mulcahy5, para ante el artista, de los intereses del patrono; y el EL RET quien Carlos V se presenta en esta obra como mismo nombre recibía en los Inventarios de el paladín de la pureza del dogma trinitario, los bienes del Emperador de 1556 y 1558. Sin 54 siguiendo así una tradición devocional que se embargo, el mismo César, en el ya menciona- 55

remonta a la rama borgoñona de su estirpe, do Codicilo testamentario de este último año, 4 C. S. HARBISON: «Counter-Refor- cuyos miembros habían promovido la fun- se refiere al cuadro como al «Juycio final de mation iconography in Titian´s Glo- dación de la Cartuja de Champmol (Dijón) mano de Tiçiano» (Documento n.º 1). ria», The Art Bulletin, XLIX-3, 1967, en el siglo XIV, dándole el nombre de la En tiempos de Felipe II es esta segunda págs. 244-246. 5 «Maison de la Trinité» y adoptándola como denominación la que se emplea sistemática- R. MULCAHY: A la mayor gloria de Dios y del Rey. La decoración de la Real sede del panteón familiar. mente, tanto al referirse a la obra del maes- Basílica del Monasterio de El Escorial, Y es considerando que en el año 1522 el tro veneciano por sí misma –inventario de Madrid, 1992, págs. 95-98. Emperador había legitimado en Brujas un El Escorial de 1574–, como para ponerla en 6 Checa, en su op. cit., pág. 320, no- primer testamento, manifestando su deseo relación con el retablo de Yuste –o al hablar ta 51, recuerda cómo Vasari, en sus de ser enterrado en Champmol, cuando su solamente de éste– en los numerosos docu- Vite dei piu eccelenti Pittori, Scultori e sentimiento de devoción, con connotacio- mentos que su encargo, proyecto, realiza- Architecti (Ed. 1878-1885, VII, pág. 451) al hablar de La Trinidad nes funerarias, respecto a la Trinidad y su ción, asentamiento y pagos hubieron de ge- del Tiziano, declara que el pintor le representación en el cuadro de Tiziano, nerar, y de los que más adelante trataremos, comentó que Carlos V le había con- queda establecido con firmeza, confirman- en el bosquejo de los jalones fundamentales fiado su proyecto de retirarse a un do las noticias transmitidas ya por algunas de su historia material. monasterio llevando la obra consigo. fuentes de que, tanto la preelaboración Por último, muerto ya el rey Felipe, es su 7 H. E. WETHEY: The paintings of conceptual de la obra, como su contrato al confesor, el padre Sigüenza, quien en 1599 Titian, Londres, 1969, n.º 149. 8 F. CHECA CREMADES: op. cit., Figura 2. El lienzo pintor veneciano, respondieron a proyectos utiliza por vez primera en las fuentes escri- central, El Juizio final, págs. 60-63. concretos, acariciados por Carlos V, con tas el título de La Gloria del Tiziano, signi- 9 copia de La Gloria de Fray J. SIGÜENZA: La fundación Tiziano, después de la respecto a la configuración de la morada de ficándola más adelante como «La Trinidad del Monasterio de El Escorial . Red, restauración. sus restos mortales6. acompañada por la Real Familia»9. Madrid-Tarner, 1988, pág. 371. No cabe negar que, en un nivel de lectura pues, aunque haya que considerar que con El argumento de los cuatro Doctores de inmediato, la iconografía del cuadro que nos este apelativo se denominaba en El Escorial la Iglesia latina resulta, desde luego, de tra- ocupa remita a la Trinidad, objeto de adora- al argumento iconográfico de la Trinidad dicional utilización durante el siglo XVI en ción por parte de algunos personajes represen- adorada por los seres angélicos, los profetas y la retablística hispánica12, pero hay que ob- tativos en el ámbito de las dos Leyes, así como los santos, tal como fue representada sobre la servar que, por impulso del propio Felipe II por la familia imperial; no puede, por tanto, bóveda del coro por Luca Cambiaso, no po- y del grupo de humanistas y teólogos de su extrañarnos que el primer apelativo dado a la demos obviar el hecho, a nuestra manera de entorno que, como Juan de Herrera, Arias

YUSTE obra, y su advocación en el momento de ser ver muy significativo, de que al adecuar la Montano y Fray Antonio de Villacastín, hu- concebida y ejecutada, haga referencia al pro- nueva apelación a la obra del gran pintor ve- bieron de intervenir en la articulación de los tagonismo divino en ella implícito. neciano el religioso dejaba establecido, con ciclos iconográficos presentes en El Esco- Pero, en los meses postreros de su trayec- innegable sutileza, la presunción del resulta- rial13, esta tradición es adoptada, y los Doc- toria vital, el césar Carlos –quien ya en los do positivo del Juicio para la totalidad de los tores latinos son incluidos con singular primeros años de la década de los cincuenta miembros de la familia real española allí re- constancia en los programas figurativos de había dispuesto que se le representara resig- presentados, y su consiguiente salvación e in- los retablos asociados al mundo escurialen- nados los símbolos del poder y envuelto en greso en el círculo de los Bienaventurados. se, o influenciados por la sugestión artística su mortaja, junto a su Reina, muerta en e ideológica que dicho ámbito ejerciera en 1534– se obsesionaba con la idea constante 2.2. Los Doctores de la Iglesia occidental el arte español del último cuarto del siglo. de las Postrimerías; bajo este clima espiritual La trascendencia que en la edificación quien se asesoraría de Arias Montano y Vi- Figura 3. Las Virtudes del ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO es preciso entender el cambio de denomina- Un segundo tema iconográfico, a consi- doctrinal de la Iglesia romana posee la Pa- llacastín, impone con pureza esta tradición; Emperador, conjunto escultórico del

EL RET ático antes de la restauración. ción de la obra del Tiziano, en la que el Em- derar en Yuste, es el que se muestra repre- trística, como base o fundamento sobre el por ello, los cuatro santos, agrupados preci- perador se presenta al Juicio Final anticipa- sentado en el banco, para el que, como he- que se cimenta y afianza, determina que en samente como en los mencionados cuadros 12 J. J. MARTÍN GONZÁLEZ: «Tipo- 56 de Sánchez Coello y Urbina de la capilla del 57 damente, de la misma manera que en Yuste mos dicho, pintó Segura sendas tablas con las estructuras iconográficas influidas por el logía e iconografía del retablo espa- asistía a los oficios fúnebres, celebrados para las figuras de los cuatro Doctores de la Igle- mencionado círculo escurialense se reserve a Evangelio, bajo el coro de la basílica, se lo- ñol del Renacimiento», Boletín del la salvación de su alma, confiando obtenerla sia occidental. Los santos aparecen aquí de las representaciones de los Doctores una lo- calizan aquí en lo que los documentos de la Seminario de Estudios de Arte y Ar- por los méritos de su ejecutoria, como prín- medio cuerpo, con ricas ropas talares pro- calización simbólica basamental; de esta época llaman, muy gráficamente, el «Pie- queología, XXX, 1964, pág. 13. cipe católico y defensor del dogma. pias de sus dignidades eclesiásticas, y acom- manera, en la propia basílica de El Escorial, destal», ocupando los frontales de los basa- 13 W. RINCÓN GARCÍA: El programa Fallecido Carlos V, y en el transcurso del rei- pañados de atributos que resultan conven- en que se desarrolla un complejo programa mentos de las columnas pareadas que sos- iconográfico de las Parejas de Santos en la basílica de San Lorenzo de El Escorial. nado de su hijo, el «Juizio» queda consagrado cionales, pero emblemáticos, en los ciclos iconográfico ilustrado con figuraciones pic- tienen el frontón. (Documento n.º 2). Real Monasterio-Palacio de El Escorial. como título de la pintura y, por extensión, pasa iconográficos de la época; así, para San tóricas de hasta treinta y tres parejas de san- El hecho de que los mencionados basa- Estudios inéditos en conmemoración al retablo de Yuste, aún antes incluso de su eje- Agustín lo es, sin duda, el corazón atravesa- tos, a las integradas por S. Agustín y S. Je- mentos flanqueen el Sagrario, hacia el que del IV centenario de la terminación de cución por Segura (Documento n.º 2). Esta do por la flecha, que remite a lo escrito por rónimo –obra de Sánchez Coello– así como las figuras contrapuestas de los Doctores pa- las obras. Madrid, 1987, págs. 315-316. circunstancia se adecua al carácter funerario y el propio obispo de Hipona en el Libro IX por San Gregorio y San Ambrosio –de recen volverse en oración, les asocia induda- 14 Ibidem, pág. 313. 15 expiatorio del conjunto litúrgico objeto de de sus Confesiones: «Has herido mi corazón mano de Diego de Urbina– se las alberga en blemente con el ciclo iconográfico eucarís- Aunque, en realidad, el Concierto de 19 de junio de 1580 (Documento nuestro estudio, estableciendo con firmeza con las flechas de tu amor»10, mientras que la capilla del sotocoro del lado del Evange- tico, en su calidad de «Comentadores inspi- n.º 2) que establece las características cuál fue su verdadera advocación religiosa, tan- San Jerónimo se hace acompañar por el lio, es decir, a los pies de la planta del tem- rados del Verbo hecho carne y del Misterio que ha de poseer el retablo encarga- 16 to en la fase en que fue proyectado y realizado, león amansado al que, según la tradición, plo14. Así mismo, representados en escultu- de la Eucaristía» . do a Segura, no alude al tema de los como en las inmediatamente posteriores, al curó arrancándole una espina de la zarpa. ras de bronce, estos cuatro santos ocupan el Doctores, la traza de Herrera debía tiempo que sienta las bases para una denomi- Finalmente, el Papa Gregorio es asistido por cuerpo bajo de su retablo mayor. 2.3. Las Virtudes del Emperador consignarlo con tal claridad que per- nación correcta en la actualidad. la paloma inspiradora del Espíritu Santo, al La filiación estrictamente escurialense de mitía obviar su mención, incluible, desde el punto de vista legal, en la En cuanto al cuadro del Tiziano, no deja tiempo que lee las Escrituras, abiertas por el nuestro retablo, cuyo guión iconográfico El tercer ciclo iconográfico presente en el fórmula «Lo demas que particular- retablo de Yuste es el que hace referencia a 10 L. REAU: L’Iconographie de L’Art de resultar significativo que sea escasos meses inicio del Libro de Job, obra que este Padre fue tal vez establecido por Juan de Herrera mente esta disignado en dicha traça». 15 chretien, París, 1958, II, pág. 150. después del fallecimiento de Felipe II cuando de la Iglesia hubo de comentar en su Mora- en el perdido diseño de su traza , siguien- las Virtudes, cuya personificación escultóri- 16 C. OSTEN SACKEN: El Escorial. Es- 11 Ibidem, III, pág. 610. el Padre Sigüenza pase a llamarle La Gloria lia, sive Expositio in Liberum Beati Job11. do instrucciones del propio rey Felipe, ca corona las vertientes de su frontón parti- tudio iconológico, Bilbao, 1984, pág. 58. do; se trata, una vez más, de un tema tradi- féricos y de carácter secundario en el ámbi- la persona y a la ejecutoria política del difun- cional en la retablística hispánica del si- to argumental de estas obras; pero el retablo to Emperador: se trata del túmulo que, para glo XVI, pero en el conjunto que estudiamos de Yuste constituye una excepción a lo di- sus honras fúnebres, le fue erigido en la igle- posee, sin duda, significación e importancia cho pues aquí, las Virtudes, asociadas a los sia de San Benito de Valladolid, impresionan- específicas, que trascienden de una mera elementos heráldicos que flanquean, confi- te monumento de arquitectura efímera, cuya 17 J. J. MARTÍN GONZÁLEZ: op. cit., función de «Indicar a los fieles el espejo en guran un tema iconográfico de primera pormenorizada descripción nos ha llegado, pág. 13. el que han de mirarse»17. magnitud en el conjunto, cuyo significado no obstante, gracias a la obra del célebre cro- 18 G. FERGUSON: Signos y símbolos 27 YUSTE De las cuatro alegorías que aquí figuran, se encardina, como veremos, con su argu- nista de las Indias Calvete de la Estrella , del Arte cristiano, Buenos Aires, las dos que ocupan el lado de la Epístola mento central: El Juicio de Carlos V. siendo objeto de un magnífico estudio por 1956, pág. 249. –derecha para el espectador– son de rango A simple golpe de vista llama poderosa- parte de Abella Rubio en 197828. Este autor 19 C. RIPA: Iconografía, V. I., Ma- drid, 1984, pág. 402. teologal, pues representan la Fe y la Espe- mente la atención, en el conjunto de la obra ha llegado a la conclusión de que en el túmu- 20 C. RIPA: Iconografía, V. II., Ma- ranza. En cambio, el lado contrario se ha re- que estudiamos, el magnífico escudo impe- lo se desarrolla «Un extenso programa dedi- drid, 1987, pág. 9. servado para dos virtudes cardinales: la For- rial que lo corona, tanto por la preeminencia cado a las Virtudes [...] asociadas a la figura 21 C. RIPA: Iconografía, V. I., pág. 437. taleza y la Justicia. Estas entidades se mues- de su localización, como por sus proporcio- del César» quien «Aparece como dechado de 22 Así, por ejemplo, se puede citar tran acompañadas de sendos atributos que nes; este elemento posee tal protagonismo gobernante cristiano» en razón de «Su pose- entre otros a los retablos mayores de las iglesias de San Jerónimo, de Gra- resultan muy comunes en la iconografía re- formal, que hace lícito suponer que contri- sión de las Virtudes Cardinales y Teologales, 29 nada; San Eutropio de El Espinar nacentista; así, el ancla en que se apoya la buyó de modo definitivo a la configuración gozne y soporte de la vida cristiana» . (Segovia), y San Vicente, de Donos- Esperanza, se fundamenta en la Epístola a de la traza, ya que Herrera adoptaría el fron- Un significado equivalente poseerían, ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO ti. Y hay autores, como El Greco, los Hebreos 6. 19, donde San Pablo dice que tón partido como remate arquitectónico, como ya hemos indicado, las figuras alegó- Figura 4. Frontispicio de Los cuatro

EL RET que incorporan en más de una oca- libros de Arquitectura de. Palladio «La esperanza sirve a nuestra alma como un pensando en la manera más adecuada de in- ricas en torno al emblema imperial del co- Venecia. 1570. sión el ciclo de las Virtudes en las ci- áncora segura y firme»18. En lo que se refie- tegrar y destacar el blasón en el retablo. Aho- ronamiento de nuestro retablo, conjungán- meras de sus trazas (Retablos mayo- 58 re a la cruz y el cáliz que porta la figura de la ra bien, si consideramos que paralela a la en- dose esta exponencia con la de la iconogra- dibujándola sobre papel, cuando concibió la 59 res de Santo Domingo el antiguo y del hospital de Illescas). Fe, también responden a la doctrina paulina fatización material del símbolo debe correr fía del tema central del conjunto, pues que traza del conjunto. La noble monumentali- 23 Que las Virtudes se presentan cuando manifiesta que «Los principales ex- su trascendencia conceptual, concluiremos el Emperador se presenta aquí al Juicio divi- dad y la armonía de proporciones de esta no- aquí en función de la figura del césar tremos de nuestra Fe son creer en Cristo que el emblema imperial no se limita en este no pertrechado con los méritos adquiridos a tabilísima mazonería la sitúan en un nivel se explicita simbólicamente, a través crucificado y en el sacramento del altar»19. caso a aludir al patronazgo o dedicación de la través del ejercicio de las Virtudes más noto- preeminente dentro de nuestra corriente ro- de la corona imperial que, como un A su vez, la Justicia se identifica por la ba- obra, función que suelen cumplir los escudos rias en su ejecutoria de príncipe cristiano: manista del último cuarto del siglo XVI. atributo más, aparece a los pies de la lanza, que «Significa que la buena justicia en otros conjuntos litúrgicos de esta natura- La Fe y la Justicia, a las que defendió con es- En verdad puede objetarse que, en lo for- escultura de la Fe. 24 E. H. GOMBRICH: Imágenes sim- marca la pauta de todas las acciones», así leza, sino que constituye una suerte de repre- píritu fuerte, siempre en la confianza de su mal, este espléndido ejemplo de retablo- bólicas, Madrid, 1986, pág. 137. como por la espada, con la que muestra «Las sentación personal del mismo César. eterna salvación. marco no representa un exponente caracte- 25 Con ejemplos tan notables como penas que les aguarda a quienes fueran de- Por consiguiente, somos de la opinión de rístico del estilo herreriano; es el concepto y la tumba del cardenal Brancacci, de lincuentes»20. que lo que se pretende simbolizar aquí es al la medida con que se expresa el lenguaje ar- Donatello y Michelozzo, o la del car- Por último, la fortaleza sostiene una colum- propio soberano flanqueado por cuatro de 3. Aspectos estilísticos quitectónico, a través de fórmulas conoci- denal Sforza, de Andrea Sansovino. na «Porque, de los elementos del edificio, éste sus virtudes más «Emblemáticas» como das en el Arte renacentista italiano, lo que 26 El carácter penitencial y funerario 21 23 implícito en el retablo de Yuste y su es el más fuerte, y el que sostiene a los otros» . príncipe católico defensor del Dogma . 3.1. La traza denuncia la intervención del gran maestro. mundo iconográfico se refuerza por Ya hemos indicado que la presencia de las El tema iconográfico de las Virtudes aso- El recurso arquitectónico de las columnas 27 J. C. CALVETE DE LA ESTRELLA: el hecho de haber sido erigido preci- alegorías de las Virtudes no resulta extraña ciadas a personajes ilustres de la Historia se Entre los elementos constitutivos del reta- de orden gigante pareadas, flanqueando los El túmulo imperial adornado de histo- samente sobre la bóveda que contuvo en los ciclos iconográficos que ilustran genera en la corriente humanística italiana blo de Yuste, descritos someramente en el grandes vanos, se introduce en España pre- rias y letreros y epitaphios en prosa y en el primer sepulcro del Emperador, verso latino, Valladolid, 1559. nuestros retablos durante el siglo XVI, en desde el siglo XV24, poseyendo una presencia punto primero de nuestro trabajo, sin duda cisamente bajo el reinado del Emperador, que había conferido al presbiterio de 28 J. J. ABELLA RUBIO: «El túmulo cuyo último tercio y comienzos de la centu- recurrente en el arte funerario renacentista25. el que mayor entidad posee desde el punto en la primera mitad del siglo XVI; las porta- la iglesia monacal un significado li- de Carlos V en Valladolid», Boletín túrgico estrechamente ligado a la ria siguiente estas figuraciones se localizan En el caso concreto de Carlos V existe un pre- de vista artístico es su carpintería arquitectó- das de su palacio de Granada, comenzado del Seminario Estudios de Arte y Ar- memoria de esta tumba, que en cier- con cierta reiteración sobre áticos y corona- cedente al retablo de Yuste de esta misma ex- nica, pues en ella llevó Segura a la materia la en 1533 por Pedro Machuca, constituyen queología, 1978, págs. 177 y ss. to sentido todavía se mantiene. mientos22, como temas, por lo común, peri- ponencia26, donde las virtudes son asociadas a idea que Juan de Herrera había expresado, los primeros ejemplos concebidos con gran 29 Ibidem, pág. 179.

rigor clasicista de un tema ampliamente uti- lizado en la Italia septentrional y muy di- fundido por los tratadistas, cuyo punto de partida hay que buscarlo nada menos que en la arquitectura triunfal romana30. Dado los orígenes y cualidades específicas de esta fórmula, no resulta extraño que Diego de

YUSTE Sagredo, en su libro Medida de los Romano la considerara como la más apta para expre- sar la idea de majestad. Ciertamente, lo que mejor delimita lo ca- racterístico de la obra que estudiamos es su sabor clasicista, aparentemente incontami- nado por la evolución sufrida, cuando fue creada, en el esquema y elementos arquitec- tónicos que la configuran. Para ilustrar lo expresado resulta práctico acudir a un do- cumento diseñado incluso algo antes que ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO nuestra traza: nos referimos al frontispicio EL RET de Los cuatro libros de la Arquitectura, de Pa- lladio, en su edición veneciana de 1570. No 60 cabe negar el estrecho parentesco formal de 61 este grabado con el retablo de Yuste que, sin duda, posee también cierta estética de fron- tispicio de libro, a través de su morfología de vano ricamente enmarcado, con su gran emblema heráldico y sus figuras alegóricas femeninas; a ello hay que añadir las colum- nas pareadas de orden corintio gigante y el frontón partido, común en ambas obras. No obstante, el diferente lenguaje arquitec- tónico en que están interpretados estos ele- nuestro retablo es el que nos proporciona la Figura 6. Portada septentrional de la mentos en cada caso, encuadra al frontispi- fachada del palacio de la Real Chancillería Catedral de Almería. Juan de Orea. cio del libro de Palladio, de canon más alar- de Granada; allí, entre 1584 y 1587 Fran- 1552. Foto: Institut Amatller d’Art Hispanic-Arxiu MAS-Barcelona. gado, mayor abertura en la rotura del tím- cisco del Castillo diseña una portada de dos pano y frontón de vertientes curvas, en un órdenes, aunque el lenguaje manierista esta- 30 En concreto, un monumento manierismo véneto evolucionado, afín, por blece en este caso que, al contrario que en el muy determinativo para la irradia- otra parte, –como muy bien había hecho frontispicio de Paladio, el modulaje de las ción de esta influencia en la arquitec- notar Wethey en su momento– a ciertas tra- columnas que flanquean estos vanos se tura renacentista veneciana fue el ar- co de los Sergios de Pola, en el domi- Figura 5. Portada del palacio de la cerías retablísticas del Greco de finales de si- acorte y achaparre. nio istrio de la Serenísima. Real Chancillería de Granada. 31 glo y principios del XVII . En cambio, para hallar paralelos estilísti- 31 Francisco del Castillo. 1584-1587. H. E. WETHEY: El Greco y su es- Foto: Institut Amatller d’Art Otro ejemplo notable de la evolución que cos, en nuestro país, que sintonicen plena- cuela, vol. I, Madrid, 1967, págs. 83- Hispanic-Arxiu MAS-Barcelona. había sufrido este esquema en la época de mente con el equilibrio de proporciones del 87, Figs. 347, 351 y 356. retablo de Yuste, es preciso retroceder tem- ejerza precisamente la función de ático en sus hubo de girar en torno a la órbita escuria- poralmente hasta los años centrales del si- trazas retablísticas coetáneas de la obra que lense, la arcaica simplicidad del esquema glo XVI, al filo de creaciones tan clasicistas venimos analizando33. compositivo de estas tablas, así como la hie- como las de Juan de Orea. Este arquitecto, En suma, hay que repetir que Herrera rática rigidez de los personajes en ellas re- yerno de Pedro Machuca, que trabajó tam- adopta en este caso un conocido esquema ar- presentados, le alejan por completo de la bién en el palacio de Carlos V, flanqueó con quitectónico, formado con elementos de la madurez artística y del nivel cualitativo pro- columnas pareadas las dos grandes portadas gran arquitectura romana, que hubo de al- pios de los pintores que por aquel entonces Figura 7. Tabla de la predela: San Agustín y San Jerónimo, con una

YUSTE de la Catedral de Almería, pero es en la co- canzar su desarrollo en la Italia septentrional, trabajaban en el Monasterio, tanto italianos técnica de ejecución y estilo rrespondiente a la fachada septentrional en dejando algún ejemplo notable en nuestra como españoles. Y si, con vistas a una so- arcaizante. la que el lenguaje arquitectónico de exalta- arquitectura renacentista, en base a las cuali- mera equiparación estilística y técnica, nos ción triunfal alcanza su máxima exponencia. dades estéticas de su formulación majestuo- reducimos a las concepciones que, con el Pues bien, coronando el espléndido vano de sa, sobria y equilibrada. El hecho de que los mismo asunto, ejecutaran sobre el lienzo ingreso al templo, un segundo cuerpo, –ele- modelos en que se basa sean precisamente de Diego de Urbina y Alonso Sánchez Coello34 mento de enmarque para una imagen de la época del Emperador, y rigurosamente coe- para la capilla del sotocoro de la basílica, ha-

Virgen–, aloja en su frontón partido el escu- táneos a La Gloria de Tiziano abre la sugesti- bremos de reconocer que, frente a ellos, la Figura 8. San Ambrosio y San do imperial, prefigurando con exactitud la va posibilidad –para nosotros certeza incues- obra del riojano patentiza un carácter arcai- Gregorio. Las diferencias técnicas y mazonería del retablo de Yuste. Somos de la tionable– de que Herrera buscara intencio- zante harto evidente, capaz de enraizarla in- estilísticas entre las tablas y el gran opinión que Herrera tomó, para su traza, el nadamente esta concordancia, a fin de que la cluso con fórmulas comunes, a finales del lienzo central ilustran el momento de ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO transición en que fue realizado el modelo de este frontis, ya que el nexo entre identificación del retablo con su ilustre pa- siglo XV, en el ámbito del género retratísti- retablo. EL RET ambos alarifes se había establecido poco an- trono y la gloriosa época protagonizada por co de las escuelas lombarda y germánica35, tes de ejecutarla, cuando el arquitecto de El su política resultara más inmediata. al tiempo que su tipología general nos re- técnica del veneciano –de cuyo lenguaje 34 De este último pintor han llegado 62 Escorial remató, por iniciativa de Felipe II, cuerda precedentes tan lejanos en el tiempo pictórico era propio diseñar con el color– 63 hasta nosotros, así mismo, las imáge- el segundo cuerpo de la fachada de ponien- 3.2. La pintura y la policromía como la galería de retratos de los primados hacia la que se vería compelido por la iner- nes de los cuatro Doctores de la Igle- te del palacio granadino de Carlos V que los de España, en la sala capitular de la Cate- cia de su propia manera de hacer, perfilada sia latina, ejecutadas sobre tabla, en Machuca habían dejado inconclusa. Por en- Para evaluar estilísticamente la obra pictó- dral de Toledo, que Juan de Borgoña realizó y minuciosa. En este sentido, parece claro colaboración con Santos Pedril, para tonces –1579– Orea estaba trabajando allí32, rica de Antonio de Segura en el retablo de en la primera década del XVI. que ni la propia formación estilística de Se- el banco del retablo de San Eutropio y es casi seguro que Herrera entrara en con- Yuste, único exponente que se conoce de En cambio, el canon monumental y algo gura, ni su madurez técnica, tal como se de El Espinar. Emparejados, en esta ocasión, Gregorio con Jerónimo y tacto con sus obras, incluyendo la célebre este maestro en tal campo, es preciso cen- ampuloso de las figuras y, sobre todo, el es- muestran en su obra original –los Doctores Ambrosio con Agustín, la composi- portada almeriense. trar la atención en los Doctores de la Iglesia fuerzo hacia la consecución de calidades en del banco– le capacitaban especialmente ción y las actitudes de los santos que Hay que considerar que, por su carácter de latina, representados en el banco. Las figu- los ricos brocados de las capas pluviales y de para copiar a Tiziano; pero no resulta un aquí figuran en «Sacra conversa- ático, el vano superior de la portada de la Ca- ras de los santos –que aparecen agrupados las joyas, a veces con virtuosismo miniaturis- caso aislado el que Felipe II encargase la re- ción», resultan considerablemente 32 L. CERVERA VERA: «Arquitectura tedral de Almería puede ser relacionado con en parejas, como queda dicho– se recorta ta –como sucede en el caso del entalle en pie- plicación de cuadros de su colección, debi- más dinámicas y evolucionadas que renacentista», en Historia de la Ar- el retablo de Yuste, no sólo desde un punto contra el fondo plano y oscuro, como emer- dra dura negra que San Ambrosio luce en su dos al pincel del gran maestro, a pintores las de las parejas de santos de El Es- quitectura Española, vol. 3, Barcelo- corial y, por supuesto, que las del re- de vista estrictamente formal, sino también giendo de un antepecho, que simula ocul- índice izquierdo– sí que constituyen caracte- poco afines con sus presupuestos técnicos y na, 1985, pág. 1208. tablo de Yuste. 33 Se ha elegido, para ilustrar lo di- conceptual y orgánicamente, ya que este úl- tarlas de cintura para abajo. El alféizar de rísticas estrechamente relacionables con el estéticos. Así, sabemos que el mismo Sán- 35 Por la utilización del antepecho cho, el retablo mayor de la iglesia de timo se yergue sobre la plataforma pétrea del este muro, que delimita el nivel inferior del arte escurialense, cuyo máximo representan- chez Coello, formado en la tradición dibu- con alféizar. Las Cabañas (Palencia), obra tardía presbiterio elevado, constituyendo así el re- campo visual, sirve de repisa donde se apo- te en esta especialidad fue Sánchez Coello36. jística flamenca de Antonio Moro, copió 36 La influencia de esta característica del escultor Mateo García, que fue mate de todo un conjunto arquitectónico yan los libros de San Agustín, San Gregorio En cuanto a la labor que nuestro hombre varios retratos suyos y el célebre Nolli me del arte escurialense se limita en Se- contratada en 1582-83. Véase el tra- alojado en la capilla mayor del templo, desde y San Jerónimo, y en ella sujeta sus zarpas realizara en esta empresa, como simple co- tangere, si bien es cierto que Coello parece gura a un esfuerzo imitativo, pero en bajo de Jesús Parrado del Olmo: su factura, sumamente contenida, las gradas a las crucerías. En este sentido re- delanteras el encaramado león que constitu- pista de Tiziano, se revela de una calidad mostrar en su evolución cierta flexibilidad, Aportación al estudio de la escultura empastada y minuciosa, no puede en Palencia durante el último tercio sulta significativo que otros tracistas del mo- ye el atributo del Doctor cardenal. discreta, aunque con evidentes fallos de di- que tal vez le capacitara para comprender y apreciarse la facilidad y la soltura de del siglo XVI. BSEAA, XLVI, 1980, mento adopten esta fórmula arquitectónica Aunque sería lógico suponer que Segura, bujo, imputables quizá a una tendencia in- traducir la técnica ticianesca con mayor las maneras de hacer de Coello, Ur- págs. 317-318. –aunque con modulaje manierista– para que en lo relativo a sus facultades como pintor, coercible a delimitar las imprecisiones de la propiedad que Segura. bina y Carvajal en este campo. Es preciso aludir ahora al trabajo realiza- parte de nuestro artista, hay que considerarla clasicista de Segura. En el ámbito del roma- rios, como los relativos a los tocados e in- do por el riojano como dorador y policroma- obra de calidad muy apreciable, con numero- nismo que alienta la escultura de la época, dumentarias, ciertamente variados y ricos dor del retablo, pues estas técnicas estaban sos detalles de gran finura de ejecución en los las fuentes de inspiración de nuestras virtu- en elementos adoptados de la iconología incluidas entonces en las funciones y capa- elementos arquitectónicos y ornamentales. des no son difíciles de rastrear; para las figu- clásica y renacentista. cidades de los pintores. Y al respecto hay Por lo que se refiere al trabajo que el pre- ras sentadas, los modelos pudieron encon- que decir que las calidades alcanzadas en el sunto pintor riojano llevó a cabo, al esculpir trarse, más que en el mundo de la talla, en el sofisticado tratamiento ornamental de las las figuras de las Virtudes, si bien posee, de la pintura, cuyos repertorios poseían una 4. Datos para la historia material

YUSTE superficies de esta obra resultan espléndi- como veremos, indudable interés, resulta mayor facilidad de difusión a través de los del retablo das, por la masiva asociación, al oro bruñi- francamente desigual en cuanto a su nivel grabados. Y a este respecto, ¿qué duda cabe do, aplicado en los primeros planos, de un técnico, con aciertos en lo que concierne a de que recuerdan a las representaciones fe- La copiosa documentación conservada el original y bellísimo estofado en los segun- la concepción general de las imágenes, que, meninas sedentes del techo de la Sixtina?; Monasterio de El Escorial en torno a los de- dos, con esgrafiado de tipo epigráfico sobre vistas desde el coronamiento del retablo, no particularmente a la Sibila Délfica, con la talles que hacen referencia al planteamien- motivos cromáticos abstractos ocres y ver- carecen de gravedad y empaque, así como que, en posición invertida, se emparenta la to, primera fase de ejecución, primer trasla- dosos, cuya forma y disposición llevan a re- en la realización de sus ropajes, que se plie- imagen de la Esperanza, y no sólo por su do, segunda fase de ejecución y asentamien- cordar al jaspeado de algunas piedras no- gan con mayor naturalidad y elegancia que postura y actitud, sino incluso por detalles to del retablo de Yuste, publicada por Zarco bles. La síntesis que la retina realiza, al apre- las rígidas capas pluviales de los Doctores como el diseño de los pliegues de su regazo. Cuevas en 193139, permite determinar con ciar desde lejos los oros así tratados, procu- pintados en el banco. Pero, al mismo tiem- Claro, que es bien sabido que las sugestiones exactitud los hitos más importantes en tales ra, a la emisión de la luz reflejada, tonalida- po, la anatomía de los miembros desnudos más o menos directas de la obra de Miguel etapas; como quiera que esta labor ha sido ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO des más cálidas o más frías, según las zonas, –sobre todo en las representaciones de la Ángel resultan recurrentes sobre la escultura ya realizada, en sus aspectos más generales, EL RET enfatizándose la profundidad de los planos Fortaleza y la Esperanza– resulta de una eje- hispánica, durante el período romanista. por Cervera Vera, a raíz de la ordenación y por medio de este recurso y de los contras- cución inusitadamente tosca, y los rostros En cambio, la talla de la justicia, tal vez la el comentario que realizó en 198440, no sólo 64 tes entre las diferentes texturas37. de las cuatro alegorías adolecen de cierta de mayor empaque y mejor ejecución del de los referidos documentos, sino también 65 Esta sorprendente y refinada decoración hierática inexpresividad, más cercana a la conjunto, recuerda de forma clara e indis- de otros por él localizados en los Legajos presente, sobre todo, en los elementos arqui- bobería que al gesto digno y sereno de que, tinta a la imagen de una deidad clásica y con 280 y 281 de la Sección de Casas y Sitios tectónicos representa, a nuestra manera de sin duda, se pretendió dotarles. las variantes capaces de adecuarla a su papel Reales del Archivo de Simancas, nos limita- 38 Muy posiblemente, la fuente de ver, lo más original y estimable del arte de Se- En lo que hace a las evidentes despropor- de Virtus cristiana armada, deriva de ciertas remos, tan sólo, a incidir en las cuestiones inspiración la encontrase Segura en gura como policromador. Es una pena que ciones observables entre los troncos y las ex- representaciones greco-latinas de Atenea, que más puedan convenir al carácter del la versión de dicho tipo conservada en el Palacio Pitti, que conocería a no tengamos noticias de la existencia de pa- tremidades inferiores de las figuras sedentes, quizá el fruto de una hibridación de tipos en presente estudio, en que la interpretación través de un grabado de Vico, publi- ralelos en este caso, capaces de proporcionar- deben ser imputadas a un conocido recurso, el que se distinguen rasgos de la Atenea Ve- de las fuentes ha de destacar, ante todo, as- cado en 1541. Véase la obra de P. P. 38 nos alguna pista sobre posibles influencias en muy utilizado por los profesionales de la es- letri y de la Minerva Giustiniani . pectos inherentes a la problemática de las ROBERT y R. O. RUBINSTEIN: Re- la formación de nuestro hombre; así pues, en cultura, a fin de contrarrestar el efecto de de- De cualquier forma, la inventiva de Segu- técnicas de ejecución y a la conservación de naissance artists and antique sculture, nuestro estado actual de conocimiento, de- formación visual que introduce el paralaje en ra como escultor no deja de resultar bastan- la obra que nos ocupa. Nueva York, 1986, n.º 42. 39 bemos inclinarnos a considerar tan peculiar las proporciones de las imágenes, cuando su te limitada en sus únicos ejemplares conoci- Por lo que se refiere a los jalones funda- J. ZARCO CUEVAS: Pintores espa- ñoles en San Lorenzo el Real de El Es- técnica una creación de su enigmático autor localización ha de estar emplazada a cierta al- dos y, a la hora de enjuiciarla, es preciso te- mentales del devenir histórico del retablo en corial (1566-1613). Madrid, 1931, 37 La presencia, en ciertos puntos para la obra que venimos estudiando. tura. Queremos destacar que la presencia de ner en cuenta que, para su creación, única- la etapa crítica correspondiente a los si- págs. 189-207. de este estofado, de trazas de blanco tal recurso en este caso no deja de poseer in- mente partiría de dos patrones, tal vez los glos XIX y XX, nos es dado abordarlos, aun- 40 L. CERVERA VERA: «Juan de He- de titanio, pigmento que se empieza 3.3. La talla y la escultura terés, ya que pone en evidencia, o bien que constituidos por las figuras de las que he- que, por razones de espacio, muy sucinta- rrera diseña el retablo de Yuste», a utilizar ya entrado el siglo XX, de- Segura disfrutaba de asesoramiento técnico mos hecho alusión, ya que en ellas es posi- mente, gracias a la colaboración de Antonio NORBA-Arte V, 1984, págs. 265-286. 41 be explicarse por contaminaciones Pasemos, finalmente, a comentar la labor para realizar su trabajo, o bien que estaba en ble detectar la impronta de modelos de los Perla en la labor de apoyo documental del A. PERLA: Noticias en torno al re- procedentes de la restauración de tablo mayor del Monasterio de San Je- de talla y escultura de Segura en Yuste; ya he- posesión de un bagaje experimental no des- que derivan; posteriormente, no haría sino tratamiento de que ha sido objeto la obra, 1958, ya que en la fotografía del Ar- rónimo de Yuste, Madrid, 1998 (in- chivo Mas, que documenta el reta- mos hablado de la traza del retablo, como de deñable en la técnica escultórica. repetir estos patrones en contraposto, procu- labor que ha cristalizado en el espléndido in- édito). Archivo del IPHE. Expedien- blo en Casatejada, pude detectarse una notabilísima concepción arquitectónica Desde un punto de vista estilístico resul- rando introducir diversidad e individualis- forme que este historiador hubo de redactar tes de intervención. Cuacos (Cáce- el estofado. de Juan de Herrera. Su materialización, por ta evidente aquí la inequívoca inspiración mo en los tipos a través de detalles acceso- en 199841. res): Monasterio de Yuste. 4.1. La fase de planteamiento del retablo tido quedase limitado a la diligente redac- de «Las décimas del pan y del agua de los Segura, por parte del mismo Herrera o de ción de los documentos reales generados cavalleros de la Orden de Santiago», curio- cualquiera de los artistas, tan numerosos La política de prestigio dinástico, resuel- en torno a la obra; por el contrario, es más so sistema que denuncia su aludida preocu- por aquel entonces en San Lorenzo, y tan tamente emprendida por Felipe II, con la lógico pensar que, para cualquier proble- pación de evitar toda merma de los recursos capacitados para prestar al Rey asesora- creación de un panteón familiar específico ma teórico o práctico planteado durante la directamente destinados a las obras del mo- miento en este tema. para los Austrias hispánicos en el Monaste- gestación de la misma, sobre todo en su nasterio escurialense y que, en definitiva, no Ni más ni menos que al propio Maestro rio de El Escorial –empresa que, por su fase de proyecto, pero también en el trans- llegará a ser adoptado45. Mayor de la edificación escurialense, Juan

YUSTE magnitud, representaba una enorme cares- curso de su realización, el monarca consul- Pero no es hasta el 19 de junio de 1580 de Herrera, se debe no sólo la traza, sino tía en medios materiales y humanos–, no tase y escuchase a aquel hombre tan inme- cuando se conciertan las bases para la ejecu- también el esquema técnico del concierto sólo anulaba la oportunidad de que se rea- diato al césar y a su mundo espiritual de ción del retablo, actuando como partes An- que venimos aludiendo, según lo prueba lizase en Yuste el monumento funerario última hora; de hecho, tan sólo un día des- tonio de Segura, en calidad de ejecutante una minuta, a manera de borrador, sin fe- concebido y descrito por Carlos V en su pués de haber recibido el memorial de los material del proyecto definido en la traza de cha precisa, pero de cuyo texto se deduce Codicilo testamentario, para ornamentar jerónimos de Yuste, Felipe II encargó a Herrera, así como de la copia de La Gloria que fue redactada en el mismo año de su hipotético sepulcro definitivo (Docu- Gaztelu información sobre el estado en de Tiziano, y Martín de Gaztelu, secretario 158048. Este documento establece un ensa- mento n.º 1), sino que también dificultaba que se encontraban los asuntos testamen- del Rey y su representante oficial. Así mis- yo previo a la fórmula finalmente adopta- el que Felipe encontrase ocasión de dispo- tarios de su padre, así como sobre la posi- mo, se determina un sistema de financia- da para la cristalización definitiva que se ner la ejecución del retablo «de pinzel» que, bilidad de que la realización del retablo re- ción definitivo para la empresa, que correrá adjuntará al documento contractual, y que en sustitución de dicho monumento, orde- sultase poco costosa44. a costa de la corona, y se hará efectivo a tra- consiste en que, por la parte contratante fi- ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO naba erigir el emperador sobre el lugar en el Por cierto que, en el extremo económi- vés de la pagaduría de la real fábrica de San gure el mismo Herrera, en su calidad de EL RET que, personalmente, le hubiera gustado re- co, se evidencia una actitud inicial suma- Lorenzo (Documento n.º 2)46. funcionario real; más tarde, este recurso posar hasta el día del Juicio Final42, y que mente cauta por parte del soberano, sin El asiento previo al contrato del retablo debió de ser desestimado por improceden- 66 tan sólo estuvo ocupado por sus restos du- duda temeroso de un eventual incremento de Yuste, que para las descripciones de su te, sin que resulte fácil llegar a una inter- 67 rante dieciséis años. de gastos sobre los ya enormes generados composición se remite en todo momento a pretación de las causas, aunque es lícito 45 Ibidem, nota 6. Siendo muy consciente de que las dificul- por las obras escurialenses; esto, unido al la hoy desaparecida traza de Herrera, resul- sospechar una preferencia oficial hacia 46 J. ZARCO CUEVAS: op. cit., tades aludidas aconsejaban presionar sobre temor de posibles detracciones del poten- ta un documento sumamente simple, pues Gaztelu motivada por su doble condición págs. 191-194. 42 A pesar de esta clara e íntima pre- el Rey, recordándole el mandato de su pa- cial humano, ocupado y que se proyectaba ni siquiera se hace acompañar por uno de de funcionario de la corona y testamenta- 47 Véase, por ejemplo, la documen- ferencia del Emperador, resulta muy dre, el 10 de octubre de 1577 el Prior de ocupar en las tareas artísticas de aquella esos rigurosos y exhaustivos pliegos de con- rio del Emperador. tación, transcrita por C. Rueda, del significativa la interpretación que de retablo de El Espinar en El retablo y Yuste entregó a Felipe II un memorial, soli- empresa, resultó determinante, como vere- diciones propios de otras obras de parecida La ejecución de la traza, que incluiría los su Codicilo realizase después la his- la Sarga de San Eutropio de El Espi- 47 toriografía de la Orden jerónima, en citando que ordenase a los testamentarios la mos, a la hora de adoptar una fórmula ade- índole, redactados en la misma época . esquemas iconográfico y formal de la obra, nar, Madrid, ICRBC, 1992, págs. su obsesión por dar mayor justifica- ejecución de la voluntad imperial43. cuada para la selección de los autores del Este hecho, que nosotros, como estudiosos debe establecerse, pues, a partir del mes de 199-206. ción a la fundación escurialense. Así, Precisamente uno de estos testamenta- retablo de Yuste. del retablo lamentamos –ya que nos priva abril de 1579 y antes de junio del siguiente 48 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- en la Quarta parte de la Historia de la rios, el que había actuado en calidad de es- Tal vez en la búsqueda de esta fórmula de datos preciosos respecto a la selección de año. No se ha conservado testimonio docu- ra…, nota 7. A. G. Simancas, Casas Orden de San Jerónimo, Madrid, cribano real cuando Carlos dictó su Codi- transcurrieran los 18 meses siguientes, y así, sus elementos constitutivos y a las técnicas mental que ponga precisión a este extremo, y Sitios Reales, leg. 280, fol. 18. 1680 (V Cap.) dice Fray Francisco 49 Domingo Sánchez Loro, en el cilo, fue su secretario personal Martín de el 8 de abril de 1579 el Rey decide ya que de aplicación de los mismos–, habla bien a ni conocemos si lo hay acerca de cuándo y de los Santos, citando erróneamente vol. 1.º, cap. X, nota 3 de su libro La al Padre Sigüenza, que uno de los Gaztelu, quien después pasó a desempeñar sea Juan de Herrera, funcionario de la coro- las claras de la confianza de la parte contra- por quiénes fueron realizadas las medicio- inquietud postrimera de Carlos V, pu- principales motivos de la erección de una de las secretarías más activas del rey na, el autor del proyecto, así como que haya tante en la idoneidad de los materiales y los nes sobre el testero de la capilla mayor de la blicado en Cáceres en 1957, estable- El Escorial lo constituyó, para Feli- Felipe. Con este funcionario tratará el so- otra persona –todavía no determinada– que procedimientos que se habrían de emplear iglesia conventual de Yuste49, previas a la ce que fue en 1580 cuando Felipe II: pe II: «Darle obediente y honorífico berano en todo momento los asuntos del se encargue de la ejecución material del en la ejecución de la empresa, y ello por el plasmación del proyecto de Herrera quien, «Envió a varios oficiales de las obras sepulcro a sus padres». retablo de Yuste, encomendándole coordi- mismo, cuyo asunto nuclear lo constituirá hecho de que lo principal del retablo pro- en todo caso, había sido personalmente en- del Escorial a que tomasen medidas 43 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- al retablo del altar mayor», pero no nar su gestión burocrática; pero resulta «El Juizio de la mano del Tiziano que está piamente dicho debía ser realizado en los cargado por el Rey de tal cometido50. ra diseña…, pág. 266. Nota 4. A. G. indica qué fuente le permite sostener Simancas, Casas y Sitios Reales, poco verosímil que, habida cuenta de la en San Lorenzo». Por cuanto al espinoso mismos talleres habilitados para las obras Aunque ya hemos visto que en el con- dicho aserto. leg. 280, fol. 166. privilegiada situación de que Gaztelu ha- asunto de la financiación de la obra, Feli- del Escorial, con la consiguiente oportuni- cierto del retablo de Yuste se obviaron, por 50 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- 44 Ibidem, nota 5. bía gozado cerca del emperador, su come- pe II establece en principio que se retraiga dad de un constante control, en la labor de innecesarios, los dispositivos legales tenden- ra…, págs. 266 y 271. Nota 6. tes a determinar controles de calidad técni- estableciese su taller53, nuestro hombre co- vera de 1582 como el período más lógico transporte al detalle, la complejidad de las ca en la ejecución de la obra, sí que fueron menzaría su tarea de inmediato, ocupándo- para el viaje. medidas generales adoptadas por Segura nos establecidos los encaminados a garantizar se personalmente de la copia de La Gloria El traslado del retablo desde la fábrica de habla claramente de la preocupación de los que la parte contratada cumpliera los com- de Tiziano, y dirigiendo la talla de los ele- San Lorenzo hasta Yuste, tal como lo refle- técnicos de la época para proteger de posibles promisos generales adquiridos ante la coro- mentos de la mazonería y escultura del reta- jan los documentos que han llegado hasta deterioros las obras de arte durante su trasla- na, a cuyo fin, el 24 de julio de 1580, ante blo a un equipo de cuyos componentes no nosotros, resulta del máximo interés para el do, adecuando a las realidades topográficas el escribano Francisco Escudero, Antonio ha quedado constancia, tal vez por su esca- conocimiento de las técnicas del transporte no sólo el tipo de carro y su forma de tiro,

YUSTE de Segura presenta oficialmente como fia- sa relevancia técnica. de materiales delicados y preciosos en el si- sino la índole misma de los contenedores. dor a Diego de Urbina, firmando el corres- El 10 de marzo de 1582, con un retra- glo XVI. Se sabe que, con el fin de organizar Con todo, habida cuenta de los rudimenta- pondiente contrato en nombre del rey su so de algo más de tres meses sobre las fe- personalmente el convoy, Segura se despla- rios o inexistentes sistemas de suspensión de contador en las obras de San Lorenzo, Gon- chas previstas por el contrato, Segura so- za de El Escorial a Madrid, donde contrata los vehículos del momento, así como de la zalo Ramírez51. mete a tasación una primera fase de su la- los carros de mulas, que en número de once irregularidad de los firmes de las vías de co- bor, pudiéndose determinar que, para en- fueron empleados para cubrir la primera municación, no resulta raro que tales precau- 4.2. Primera fase de realización tonces, había copiado el Tiziano y tenía etapa del itinerario57. ciones no fueron bastantes a evitar daños en en El Escorial talladas las esculturas, el tabernáculo y El inusitado número de vehículos utiliza- los elementos del retablo, cuya restauración toda la mazonería, a excepción de las car- dos en la expedición puede explicarse por el fue preciso acometer, una vez llegados al mo- La abundante documentación conserva- telas o zapatas del sotabanco. Por otra hecho de que Segura transportara consigo no nasterio extremeño (Documento n.º 4). da, referente a los pagos librados a Segura parte, el dorado y estofado de estos ele- sólo el retablo, sino también los útiles de su ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO durante la realización de su cometido, aun- mentos quedaba aplazado hasta que el re- taller. Mas con todo, a pesar de las propor- 4.4. Segunda fase de realización: Yuste EL RET que no nos han trasmitido los nombres de tablo no estuviese en Yuste (Documento ciones del conjunto litúrgico y del tamaño de los colaboradores que integraron su equipo n.º 3)54, a fin no sólo de evitar los dete- algunos elementos de su despiece, es de su- Ya en Yuste, la actividad desplegada por 68 de colaboradores y nos cuentan muy poco rioros previsibles durante el traslado, en poner que para una maniobrabilidad más se- Segura entre el verano de 1582 y los meses 69 sobre aspectos tan importantes como los las superficies ya tratadas, sino segura- gura, se habría procurado reducir en lo posi- de enero-febrero de 1584 resulta, en verdad, 51 J. ZARCO CUEVAS: op. cit., págs. materiales y las técnicas empleados en la mente para dilatar lo más posible el perío- ble la carga recibida por cada carro. Consta compleja y variada pues, de una parte, debe 190-197. empresa, sirven para establecer un orden en do de tiempo entre la talla y la policromía que las piezas del retablo fueron alojadas en realizar obras de consideración en la capilla 52 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- el proceso de los trabajos del artista y, como de la madera, que según las estimaciones cajones de madera, pero no sabemos si lo mayor de la iglesia, para que el conjunto li- ra…, pág. 269. más adelante hemos de ver, aportan datos técnicas de la época, debía permanecer contenido era protegido de los roces por me- túrgico pudiese ser adaptado al testero, so- 53 Es el documento n.º 2 el que de- preciosos en torno a ciertos elementos del dos años en blanco, para secarse y curarse dio de anclajes, o introduciendo en los espa- bre el presbiterio elevado que Herrera había termina que los trabajos del retablo que lo permitieran habrían de ser re- retablo no mencionados en el contrato y de manera adecuada. cios sobrantes material de relleno. concebido y, de otra, tiene que actuar sobre alizados en la Fábrica de San Loren- que, además, no han llegado hasta no- Cuando la caravana hubo llegado a orillas lo faltante del retablo mismo. Veamos, en zo. Tal condición, necesaria durante sotros. Por consiguiente, centraremos nues- 4.3. El traslado del retablo a Yuste del Tiétar58 (Documento n.º 4), la topogra- primer lugar, las cuestiones que se suscitan el proceso de reproducción del cua- tra atención en estas cuestiones y en las fía del terreno aconsejaría a Segura modifi- respecto al ejercicio de las capacidades ar- dro de Tiziano, resultaba enorme- que, en general, interesan a la índole del No sabemos con precisión cuándo fue car las condiciones del transporte, a cuyo quitectónicas de nuestro artista, cuya im- mente ventajosa para la parte contra- presente estudio, remitiendo a lo estableci- realizado el transporte, que Cervera supone fin se procedió a desembalar los elementos portancia nos parece trascendente, a la hora tante, por la ya aludida oportunidad de llevar a cabo un control exhausti- do por Cervera Vera para los aspectos eco- puede situarse en el mismo mes de marzo para adaptarlos a nuevos contenedores, así de explicar el porqué de su elección para lle- 52 55 vo sobre la calidad de la obra, pero nómicos , cuyos pormenores hemos ob- de 1582 . Una carta de pago librada al rio- mismo de madera, pero de menor tamaño. var a cabo el proyecto. también representó sin duda ocasio- viado, salvo en lo que son capaces de refle- jano el 12 abril de aquel año parece demos- También la naturaleza de los vehículos y su nes de apoyo material o humano en jar la consideración que el ejecutor del re- trar que por entonces56 la obra no se había sistema de tracción fueron cambiados, sien- 4.4.1. El acondicionamiento de la capilla el trabajo de Segura. tablo recibiera de la corona y de sus aseso- movido aún de El Escorial, puesto que ates- do sustituidos los carros de mulas por carre- mayor 54 J. ZARCO CUEVAS: op. cit, págs. res artísticos, a través de la evaluación ma- tigua que Segura recibió cierta cantidad a tas de bueyes con las cuales se cubrió la eta- Las obras de acondicionamiento, dirigi- 200-201. 55 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- terial de su obra. cuenta para hacer frente a los gastos de este pa Tiétar-Yuste. das por Segura en el presbiterio de la iglesia ra…, pág. 268. Después de aposentarse en El Escorial, capítulo, constituyendo un punto de refe- Aunque no poseamos referencias docu- de Yuste, no han sido debidamente valora- 57 R. MULCAHY: op. cit., pág. 97. 56 J. ZARCO CUEVAS: op. cit., pág. 199. donde le sería habilitado un local para que rencia importante para establecer la prima- mentales suficientes para reconstruir este das, quizá por la falta de precisión de los do- 58 J. ZARCO CUEVAS: pág. 206.

no resulta correcta la inclusión de restos 4.4.2. La restauración de los desperfectos 4.4.4. Las pinturas del banco humanos bajo los altares, a no ser que se del traslado En calidad de pintor del retablo, Segura trate de reliquias de santos, hizo inviable Antes de acometer su policromía, nuestro dejó para la segunda fase la ejecución de las este anhelo, convirtiendo en orgullosa pre- artista dirigió las tareas de restauración de los tablas de los Doctores de la Iglesia occiden- tensión lo que le había sido inspirado al cé- desperfectos sufridos por el retablo a causa de tal, pues era costumbre en este tipo de pro- sar por su postrera humildad. Así, aunque su traslado, concepto que, más adelante, le yectos el que la pintura fuera asociada a las testigos directos del sepelio dicen que fue sería debidamente retribuido (Documento labores de dorado y estofado65. Así pues,

YUSTE «Metido en el hueco del altar mayor... y n.º 4). Nada sabemos sobre tales alteraciones nuestro hombre realizaría personalmente luego se cerró lo que estaba abierto y roto ni de los procedimientos empleados para tra- los registros del banco en el monasterio ex- de dicho altar»61, Sánchez Loro afirma tex- tarlas, aunque se puede suponer que los pro- tremeño. El documento n.º 4 determina tualmente que se le reservó, por las razones blemas afectarían a las superficies. Al mismo que, a fin de que en El Escorial el regio pa- expuestas, un lugar situado «No debajo, tiempo, es preciso tener en cuenta que el en- trono y sus consejeros pudieran contemplar sino un poco más atrás del altar mayor»62. rulado a que el gran lienzo tuvo que ser so- dichas pinturas, Segura realizó un viaje des- De todas formas, para interpretar estos do- metido para el transporte pudo propiciar al- de Yuste a la fábrica de San Lorenzo, lleván- cumentos, hay que tener en cuenta que en teraciones en la capa pictórica, que Segura se dolas consigo; como quiera que le fueron el siglo XVI se designaba altar mayor no vería precisado a retocar después. abonadas las dietas de este desplazamiento, Figura 9. La capilla mayor de la sólo al ara propiamente dicha, sino al con- se puede suponer que el mismo respondía a iglesia de Yuste hacia 1880-1886. junto del área presbiterial. 4.4.3. El dorado y la policromía un compromiso tácito previamente estable- ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO Foto Laurent. En cualquier caso, hay una cosa que re- Existe documentación expresa en torno a la cido en orden a prolongar el control de la EL RET cumentos en torno al tema59, si bien un de- sulta importante destacar aquí, y es que el dedicación de nuestro hombre a las tareas lle- calidad de la obra del riojano más allá de los 59 A. Perla ha localizado recientemen- tenido análisis de los mismos lleva a la con- enterramiento debió ser originariamente de vadas a cabo en la etapa de Yuste64, pero te- límites del área escurialense. te documentación de Yuste que puede 70 clusión de que las labores ejecutadas en tal poca profundidad. Ya hemos indicado que, niendo en cuenta el dato de que Felipe II lo 71 ser más precisa al respecto y que se contiene en el manuscrito de Fray Luis sentido no se redujeron a una simple y con- al hacer la traza del retablo objeto de nues- había tomado a su servicio en 1583, ocupán- 4.4.5. Los elementos desaparecidos de Santa María (1629) que se creía vencional adecuación del testero para reci- tro estudio, es de suponer que Juan de He- dole en otros menesteres ajenos a esta empre- del retablo y su contexto: perdido en la guerra civil 1936-39. bir el retablo. rrera diseñaría también los planos corres- sa –de los que más adelante se hablará–, re- el tabernáculo, las sargas 60 «En medio del altar mayor» (Veán- La evidente tendencia hacia una virtual pondientes a la plataforma ideada para subir sulta difícil saber cuánto tiempo permaneció y la decoración cerámica se las cláusulas completas que con- sacralización del lugar que durante algún de nivel el solado del presbiterio y dejar de- en Yuste de los veinte meses en que puede es- Por los documentos se sabe que, a fin de ciernen a las disposiciones funerarias tiempo había dado reposo a los restos del bajo el hueco de una bóveda en el lugar en timarse la etapa de las obras sobre la capilla complementar al retablo y dotarlo de una del Codicilo de Carlos V en la citada obra de Sánchez Loro, vol. 1, págs. Emperador, terminó por generar una pro- que estuvo la fosa con el féretro del sobera- mayor y el retablo, siendo muy posible que protección contra el polvo, pintó también 513-514). funda modificación de la base de la capilla no; esta especie de cripta, permitiría el acce- ejerciese una dirección técnica con períodos nuestro artista en Yuste unas sargas; siendo 61 Así se consigna oficialmente en el mayor del templo, cuya última finalidad so a su tumba vacía. En tal sentido, la docu- de ausencia y delegación de los trabajos. éstas, al igual que el tabernáculo y la deco- Acta de Depósito del cuerpo del Em- iba encaminada a dejar exento, para su vi- mentación resulta explícita al mencionar la Al hablar de los aspectos estilísticos del ración de azulejos con que enriqueció el perador en el Monasterio de Yuste, sita y contemplación, el punto exacto don- «Bóveda y gradas que se hizo» (Documento retablo, ya comentamos la magnífica técni- presbiterio, elementos desaparecidos, cree- levantada el 23 de septiembre de de estuvo el enterramiento. Siguiendo a los n.º 4) o, al describir las consecuencias de la ca empleada para su decoración superficial, mos conveniente asociarlos aquí, consig- 1558 por el Escribano Real y secreta- rio imperial Martín de Gaztelu y pu- documentos, no resulta clara la determina- obra, diciendo que «El altar mayor y colate- que constituye, por la sofisticación y com- nando lo poco que las fuentes documenta- blicado por Sánchez Loro (op. cit., ción espacial de la tumba respecto al primi- rales... se retruxeron y alargaron por aver plejidad de los estofados que la enriquecen, les dicen sobre ellos. 64 El Documento n.º 4 testimonia el vol. II, 1958, págs. 140-142). tivo altar. La voluntad expresa de Carlos era ocupado con el asiento de dicho retablo mu- un único en el panorama de la retablística Del tabernáculo –tallado en El Escorial, pago de dietas a Segura por su per- 62 Ibidem, vol. 1, págs. 354 y 514. la de ser sepultado justo debajo del ara60, cha parte del altar mayor que antes estaba hispánica de la época. Ahora nos interesa pero dorado y estofado en Yuste– nos cons- manencia en Yuste, dirigiendo traba- 63 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- pero de manera que su cuerpo sobresaliese hecho» para aludir, por fin, a la nueva orna- destacar aquí el esfuerzo y la dedicación de ta que su proyecto había salido de manos de jos de este proyecto durante sesenta ra…, nota 30: 2 de marzo de 1585. jornadas. de la misma de cintura para arriba, a fin de mentación de azulejos del presbiterio alzado, Segura y su equipo, capaces de justificar Herrera, y que su diseño se incluía en el de Pago a la congregación de Yuste de 65 En cambio, la copia del Tiziano los gastos ocasionados por el asiento que el sacerdote pisase, al oficiar, las losas así como a la protección de la plataforma cumplidamente las cantidades, que la docu- la traza del conjunto; ahora bien, habida resultó inexcusable realizarla en el del Retablo. A. G. Simancas. Casas y que lo cubrían. Esto no obstante, argu- por medio de las «Rejas de las tribunillas a mentación ha recogido, como pagadas por cuenta de la importancia que se le concede monasterio Escurialense, por ser allí Reales Sitios, leg. 281, fol. 68. mentos de tipo canónico, según los cuales los dos lados del altar mayor»63. estos conceptos. en los documentos, en los que siempre me- donde se encontraba el original. rece mención aparte, –lo que no hace sino Al abordar el tema de las sargas, otro de reflejar el indiscutible protagonismo litúrgi- los elementos desaparecidos asociables al re- co que este elemento hubo de tener en el tablo y que Segura realizó en la etapa de ámbito del espíritu contrarreformista del Yuste, debemos empezar por aclarar que ni momento y más concretamente, para la de- siquiera se sabe si su ejecución estaba pre- voción de los Austrias hispánicos66– pode- vista en el proyecto original de Herrera, mos deducir que el insigne arquitecto debió aunque una Cédula Real de abril de 158370

YUSTE esmerarse en su proyecto, a fin de satisfacer –que constituye una especie de aceptación, a Felipe II. Pero, por desgracia, de sus ca- por parte de Felipe II, de los gastos genera- racterísticas físicas sólo hay constancia de dos por el asentamiento del retablo y no que su altura era pareja a la del banco del re- previstos en el contrato original–, incluye su tablo, así como de que había sido policro- disposición a pagar también «Las cortinas», mado y provisto de una cerradura dorada lo que pudiera indicar que constituyeran (Documento n.º 3). una mejora propuesta por el riojano, estan- 66 Respecto a este punto, véase lo En cuanto al enriquecimiento procurado do ya muy avanzadas las obras del conjun- que el propio Emperador disponía, en su Codicilo, sobre la custodia y la por Segura a las superficies parietales del to. En cualquier caso, el espíritu contrarre- adoración eucarística en su hipotéti- presbiterio, por medio de cerámica vidriada, formista de la época y las prescripciones li- co monumento sepulcral de Yuste también se refleja en las fuentes, que men- túrgicas que imponía, hizo que resultase ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO (Documento n.º 1). cionan el empleo, a tal efecto, de «Azulejos muy común el que los retablos por entonces EL RET 67 Doc. cit., nota 63. y alizares»67. La supresión total, en los años realizados incluyeran en su contratación el 68 Sobre el devenir histórico del cincuenta del siglo XX, de los vestigios que complemento de unas sargas71. presbiterio de Yuste, resulta de refe- 72 todavía quedaban, fue propiciada, tal vez, Las sargas de Yuste eran, según consta 73 rencia obligada el estudio de A. Perla en su citado Informe, págs. 21-24. por un equivocado criterio historicista, de- documentalmente, de Anjeo, tejido ordi- 69 Fototeca de Patrimonio. Archivo seoso de enfatizar la sobriedad mural pre- nario de cáñamo con ligamento de tipo Ruíz Vernacci n.º 001186. El cono- tendidamente característica del estilo tardo- lienzo, sobre el que se solía pintar por me- cimiento del original de este docu- gótico del templo, en sintonía con el carác- dio de la técnica del aguazo, con pigmen- mento, con su estimación cronológi- ter herreriano del retablo que contiene68. tos aglutinados en colas animales, solubles ca, lo debemos a la amabilidad de Pero, por fortuna, conservamos un docu- al agua. Las fuentes explicitan con claridad Ana Gutiérrez, conservadora de di- cho repertorio. La fotografía fue pu- mento gráfico, que nos muestra esta zona que las cortinas del nuestro retablo debe- blicada por J. R. MÉLIDA en su Ca- del templo con vestigios muy significativos rían servir para «Cubrirlo y guardarlo del tálogo Monumental. Provincia de Cá- de aquella teoría decorativa, antes de la re- polvo»72, por cuyo motivo pudieran ser ceres, Madrid, 1924. forma parcial del presbiterio realizada por consideradas de un género más funcional 70 L. CERVERA VERA: Juan de Herre- los frailes capuchinos, que ocuparon el mo- que litúrgico73, cuya decoración no tenía ra…, nota 27. A. G. Simancas, Casas nasterio entre 1898 y 1917: se trata de una porque seguir una temática obligada. Pero, y Reales Sitios, leg. 281, fol. 67. 71 M. MERINO DE CÁCERES: Velos fotografía obtenida por Laurent entre 1880 tratándose de elementos complementarios 69 litúrgicos penitenciales –Sargas– de y 1886 , que muestra cómo los aludidos de un retablo de espíritu escurialense, re- los siglos XVI y XVII en Segovia. Estu- alizares, o fajas de azulejos de temas geomé- sulta probable que, además de su utilidad dios Segovianos, XXVII, 1975. tricos se disponían en todo el perímetro del práctica, sirviesen también de velos peni- 72 Doc., cit. nota 70. presbiterio, formando zócalos, cuya altura tenciales, concebidos para ocultar el reta- 73 Véase, en la obra que citamos en sobrepasaba el metro, mientras los sotopel- blo a la vista de los fieles durante la Cua- la nota 47, el trabajo de C. LEVEN- Figura 10. Sarga del retablo mayor daños de las gradas habían sido cubiertos resma y la Semana Santa, por cuya razón FELD: Las pinturas sobre anjeo o sar- de la iglesia de San Eutropio de El gas. Historia material y técnica, pág. por bellísimas olambrillas con ornamenta- contendrían escenas relativas al ciclo de la Espinar (Segovia). Sánchez Coello y 156. ción de cadeneta. pasión y muerte de Cristo. Santos Pedril. 1576-1578. Aunque sin detalles, la documentación En el mes de marzo de 1584 las obras de caso, la última noticia que las menciona to encargado de la rehabilitación del mo- nos proporciona algunos datos en torno a la asentamiento del retablo habían sido cul- aparece en los aludidos inventarios realiza- nasterio, quien lo hubo de documentar fo- posible disposición de las cortinas, dejando minadas, recibiendo Segura la liquidación dos para la Desamortización de 182077. En tográficamente, incorporando Perla a su in- constancia de que se trataba de dos piezas, de lo que se le debía, según lo tasado por cuanto al tabernáculo, sólo permaneció en forme interesantísimas muestras de aquel para cuya sujeción se habilitaron barras de Diego de Urbina, quien, no obstante haber su nuevo emplazamiento por espacio de un reportaje. hierro, afirmadas a los muros del testero por sido, como ya hemos dicho, el fiador pre- año, pues declaradas nulas la supresión y medio de anclajes recibidos con cal y plo- sentado por nuestro artista, ahora actuaba venta de los conventos desamortizados, tras 74 YUSTE mo (Documento n.º 4). Aparentemente, en representación de los intereses de la par- el Trienio Liberal, hubo de ser reintegrado a 5. Hacia una determinación la totalidad de los elementos del dispositivo te contratante. A su vez, Luis de Carvajal lo Yuste, donde permanecería hasta 1835, en de la figura de Antonio de Segura de fijación habrían desaparecido, pero la hizo en favor de la parte contratada (Docu- que, con motivo de la segunda desamortiza- inspección realizada, desde los andamios, de mento n.º 4). ción, desapareció y se le perdió la pista78. A pesar de la abundante documentación la zona alta del testero, con motivo del tra- Perla ha encontrado79, en el Libro de Fá- generada por el retablo de Yuste, muy poco tamiento del retablo, ha puesto de mani- 4.6. Otras noticias en torno a la historia brica de la parroquia de Casatejada, la no- es lo que sabemos de su autor material. La fiesto la existencia de sendas barritas de hie- material del retablo ticia de que en 1853 el retablo fue restau- procedencia natal de Segura, que se consig- rro de sección rectangular, de unos 30 cen- rado por un tal Juan Dorico de Aldeanue- na en algunos documentos, no ha sido ca- tímetros de longitud, sujetas a ambos lados Del aludido informe de A. Perla, debe- va. Este tratamiento, del que aún ha sido paz de aportarnos posibles pistas, ni en or- y en posición horizontal entre los nervios mos destacar, por su interés, algunos acon- posible discernir algunos vestigios en la den a su origen social, ni al de su formación laterales de la bóveda de la capilla mayor, tecimientos que tuvieron lugar durante los analítica actualmente realizada, debió re- técnica. Tampoco poseemos noticias de ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO muy cercanas a sus puntos de convergencia. siglos XIX y XX, por ser los que afectaron de vestir indudable complejidad, ya que el obras suyas anteriores a su llegada a la fá- EL RET Cada uno de esto travesaños posee, de dor- forma más directa al estado de conserva- asiento especifica que el restaurador lo brica de San Lorenzo. so a papo, tres perforaciones que, en todo ción del conjunto litúrgico objeto de nues- «aseguró, limpió y pintó»80. En cambio, consta que en 1580 aparece 74 caso, los clasifican como elementos susten- tro estudio. Tras un intento fallido de compra del nuestro hombre en el centro artístico más 75 tantes, por lo que, en principio, nos está Si bien el retablo no sufrió las conse- conjunto litúrgico para su traslado a Yuste importante y activo de la Península. No sa- permitido relacionarles con las sargas. cuencias del incendio provocado en el re- por uno de los miembros de la casa de Mi- bemos qué edad contaría; su presunta ju- cinto del monasterio por las tropas france- rabel en fecha indeterminada81, el retablo ventud podría explicar la falta de datos en 4.5. El asentamiento del retablo sas en agosto de 180975, en 1820, con mo- fue reintegrado, por fin, a su lugar de origen torno a su anterior ejecutoria, pero dificul- y el final de las obras tivo de la primera desamortización, fue in- con motivo de las obras de rehabilitación taría comprender una formación con tantas ventariado, con todos sus complementos y, realizadas en el monasterio para conmemo- facetas y capacidades. Lo cierto es que a su 77 Ibidem, pág. 26. Una vez edificada la plataforma presbite- dos años más tarde, trasladado a la iglesia rar el cuarto centenario del fallecimiento de llegada a El Escorial se enfrenta con el tra- 78 Ibidem, pág. 49. rial, se procedería a montar los andamios parroquial de San Pedro Advincula de Ca- Carlos V. Sin que tampoco exista constancia mo de sus últimos veinticuatro años de 79 Ibidem, pág. 50. para asentar el retablo (Documento n.º 4). satejada (Cáceres)76, templo para cuya elec- precisa de las fechas en que se produjeron vida, una vida que, en lo profesional, expe- 80 Libro de Cuentas de la mayordomía Hay un detalle curioso, que creemos poder ción como nuevo emplazamiento de la las diversas operaciones que afectaron al re- rimentaría cambios importantes, pues vere- de fábrica de la iglesia parroquial del interpretar precisamente en el contexto de obra se debió tener en cuenta la configura- tablo en esta ocasión –desmontaje del teste- mos cómo, una vez realizada la empresa de señor San Pedro A.P. de Casatejada. Sección Economía y Documentación, esta última operación: las dos grandes carte- ción arquitectónica del presbiterio, muy se- ro del presbiterio de Casatejada, traslado a Yuste, recibe un alto salario y, con categoría leg. 5, carpeta 1. las o zapatas del sotabanco, que no habían mejante al de Yuste. Yuste, tratamiento de restauración y monta- de funcionario de la corona, entra en la ór- 81 A. PERLA: op. cit., pág. 59. 74 No nos consta de cuantas barras se sido talladas en El Escorial, fueron ejecuta- Consta que en este traslado la obra iba je definitivo en su antiguo emplazamiento– bita de los artistas escurialenses, con dedica- 82 Ibidem, pág. 60. En septiembre trataría las que «hizo hacer y compró das en Yuste tal vez por constituir elementos acompañada por el sagrario que Juan de son acontecimientos que necesariamente ción casi exclusiva en la arquitectura. Entra- del año 1956 el estado de las obras para dicho retablo y cortinas», pero de ajuste de última hora del retablo sobre el Herrera había diseñado, aunque no puede debieron tener lugar durante los años 1957 remos, a continuación, a considerar con del templo no había permitido reali- debieron ser varias, y no sólo las preci- testero. Como quiera que el desarrollo de es- decirse otro tanto de las cortinas pintadas y 1958, ya que Perla ha hallado noticias ca- mayor pormenor alguno de los aspectos zar todavía el traslado del conjunto, sas para la sujeción de las sargas, sino que en octubre de 1959 estaba asen- tos grandes modillones habría de tener exac- por Segura, que serían seguramente desesti- paces de jalonar dicho espacio temporal82. enunciados, en un intento de determinar el también otras para anclar el retablo y tado y la iglesia terminada. las tallas de las virtudes al testero. tamente la misma altura que la del altar, re- madas en Casatejada por plantear dificulta- En cualquier caso, importa consignar que se desdibujado perfil del riojano, así como los 83 Tradicionalmente se supone que en 75 A. PERLA: op. cit., págs. 28-29. sulta probable que éste fuera también con- des de adaptación al testero de su iglesia, de trata de un proceso técnicamente dirigido mecanismos que actuaron en determinar su el equipo de restauradores figuraban 76 Ibidem, págs. 47-48. feccionado para el nuevo retablo. menor altura que el de Yuste; en cualquier por Manuel González Valcárcel83, arquitec- elección para el proyecto Yuste. miembros de la familia Cruz Solís. 5.1. Felipe II y el retablo de Yuste transporte del conjunto extremeño o la re- les85 desconociera –o hubiese dado al olvi- podría resolverse con brillantez por el propio forma del presbiterio de Yuste, contribui- do– las disposiciones testamentarias expre- Herrera. Pero, en la práctica, la cuestión va- Al objeto de estimar el aprecio que se rían a aumentar los costes en este caso, po- sadas en el codicilo imperial; sólo que, ago- riaba notablemente, pues un análisis realiza- hizo del trabajo de Segura, así como la dis- demos afirmar, sin temor a equivocarnos, biado por los problemas materiales y de ín- do sobre el terreno hubo de manifestar la in- ponibilidad pecuniaria que tuvo Felipe II que la labor de nuestro hombre estuvo bien dole práctica generados por lo descomunal usitada magnitud del retablo a adaptar al respecto al proyecto de Yuste, creemos que retribuida, contando que le fue dado reali- de la empresa escurialense, había considera- testero de Yuste, que debía alcanzar más de puede resultar de utilidad relacionar com- zarla en un contexto circunstancial franca- do más prudente aplazar este otro proyecto once metros de altura, para quedar al nivel

YUSTE parativamente los costos de esta obra con mente favorable a sus intereses, ya que le re- artístico, hasta tanto la situación de las estéticamente adecuado, bajo las bóvedas; y los de alguna otra representativa de la épo- sultaban de abono los materiales y percibía obras de San Lorenzo permitieran abordar- para que ello fuese posible, había que reali- ca. A tal efecto hemos escogido como refe- con regularidad los adelantos que precisa- lo con mayor facilidad. zar considerables reformas en la capilla ma- rencia al retablo de San Eutropio de El Es- ba84, tanto para la compra de éstos como Sin embargo, por no dejar en entredicho yor, levantando el nivel del presbiterio y pinar (Segovia), al que ya hemos aludido para el pago de los salarios de su equipo, su respeto filial y su regia dignidad, el me- abriendo una cripta en el lugar donde había en el presente trabajo, por tratarse de un siéndole también pagada, en concepto de morial fuerza al monarca a adoptar una pos- estado la fosa del emperador. Aunque posi- conjunto recientemente estudiado, indu- dietas, su permanencia de estancia en Yuste tura oficial antes de lo previsto, y su deci- blemente la clave de que Herrera no optase dablemente adscribible al ámbito escuria- (Documento n.º 4). Por otra parte, aunque sión, aunque necesariamente favorable, por un elemento de enmarque más sencillo lense, y del que se conserva la suficiente no conste documentalmente, es muy posi- plantea la dificultad de llevar a cabo, sola- para la copia de la Gloria, resida precisa- documentación. ble que pudiese emplear en su beneficio he- pándola con las de El Escorial, una obra en mente en la necesidad de erigir dicha plata- Aunque la fecha de la contratación de la rramientas y auxilio técnico procedentes de cuya concepción y realización deberían es- forma, sobre la cual otro lenguaje arquitec- ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO escultura del retablo de San Eutropio data los numerosos talleres activos entonces en la tar presentes el aliento y el impulso propios tónico y ornamental hubiera quedado em- EL RET de 1565, los trabajos en su dorado y pintu- fábrica de El Escorial. de la corona. pequeñecido y resultado mezquino. ras, así como los de la sarga, de los que se A nuestro entender, la interpretación de Como consecuencia de lo expuesto, el 76 77 hizo responsable Alonso Sánchez Coello, se los documentos que venimos estudiando 5.2. Juan de Herrera y Antonio proyecto Yuste dejó de ser el simple retablo prolongaron hasta 1578; su vinculación con permite seguir con facilidad los jalones fun- de Segura de pinzel que Carlos V había solicitado en El Escorial se establece a través precisamen- damentales en la evolución sufrida por Feli- su codicilo, convirtiéndose en una empresa te de Coello, que interviene en una reforma pe II respecto a la problemática generada Ya en su momento, dejamos apuntado de inusitada complejidad, donde la técnica del programa iconográfico inicialmente por el retablo, en lo que hace a sus aspectos cómo, en la búsqueda de una fórmula que pictórica se complementaba con la escultu- concebido para el conjunto, cuyos cambios económicos y de medios humanos. Y se ob- permitiese la cristalización del proyecto, con ra y para cuyo asiento se precisaba realizar, resultan más acordes con el espíritu escuria- serva cómo, desde su circunspección inicial, la mínima retracción de medios materiales y además, importantes obras arquitectónicas lense, al tiempo que introduce en la cortina que sin duda determina las bases contrac- humanos a las obras de El Escorial, conflu- de cantería, remodelando la capilla mayor una traza herreriana muy pura, capaz de tuales del proyecto, y la selección de sus eje- yeron en el proyecto Yuste el propio Rey, su del templo. sintonizar conceptual y formalmente con la cutores, el monarca varía sus criterios hasta secretario particular y testamentario impe- La propia complejidad planteada por la traza de Yuste. llegar a una clara postura de generosa dis- rial Martín de Gaztelu y Juan de Herrera traza de Juan de Herrera, en la coyuntura Si nos atenemos a lo presupuestado en ponibilidad pecuniaria, aceptando sin reser- –funcionarios ambos con un sueldo fijo, y al temporal en que fue realizada, no sólo nos principio para el retablo de El Espinar por vas la carestía de unas obras cuyos costes se margen, por consiguiente, de los presupues- ayuda a comprender los criterios que pri- Giralte y Sánchez Coello, maestros ambos disparan, llegando a superar, como dicho tos que generara el retablo–, quedando esta- maron en la selección del autor material del del mayor prestigio en aquellos momentos, queda, los propios de empresas de la época blecido un tema principal ya diseñado y que retablo, sino que pueden contribuir a deter- observamos que el monto de 5.150 ducados de mucha mayor envergadura. Personal- sólo era necesario replicar: la Gloria del Ti- minar el difuminado perfil de un artista a resulta algo inferior al cobrado por Segura mente no nos cabe duda de que Felipe de- ziano. De esta manera, se planteaba un es- quien no le fue dado pasar a la posteridad en Yuste, y ello teniendo en cuenta la evi- bía tener in mente el compromiso del reta- quema de trabajo en apariencia simple y, por sino a través de esta obra dente supremacía cuantitativa y cualitativa blo de Yuste desde la muerte de su padre, lo tanto, económico y fácil de abordar sin Lo primero que llama la atención, respec-

84 Entre el 23 de julio de 1580 y el 16 en la estructura y contenido artístico a favor pues no resulta creíble que, a pesar de la ig- una cualificación sobresaliente: la realiza- to a este personaje, es la versatilidad de su de marzo de 1584 se le hicieron no del retablo castellano. Por consiguiente, aun norancia que pretendió aparentar respecto ción de una simple copia pictórica para ser capacitación profesional, propiedad ésta en menos de 24 libranzas documentadas. concediendo que ciertos factores, como el al tema, al recibir el memorial de los frai- guarnecida por un retablo marco cuya traza la que, ciertamente, reside la clave de su se- 85 Doc. cit., nota 42. lección para llevar a cabo el retablo de Yus- destacando en los propios de su cualifica- de una estrecha colaboración. La índole es el personaje donde confluyen todas las te. Pero ¿en cuál de las capacidades desarro- ción arquitectónica. eminentemente técnica y administrativa de claves relativas a la creación de nuestro reta- lladas poseía una mayor experiencia y era En efecto, el mayor peso de la trayectoria sus funciones, ajena a la creatividad propia blo; a él se le hace responsable, no sólo de la más conocido?; saberlo nos proporcionaría laboral del riojano, a partir del retablo de del arquitecto o maestro mayor desempeña- ejecución de la traza y del guión iconográfi- pistas a la hora de determinar cómo llegó a Yuste, hay que situarlo, sin duda, en el da por su superior, no ha permitido que lle- co, sino también de la selección de la perso- El Escorial y a hacerse responsable de la mundo de la arquitectura y al servicio ofi- guen hasta nosotros trazas ni edificaciones na que debería dar materia al proyecto y de obra que venimos estudiando. cial de la corona, status envidiable para de su mano, sino noticias escasas de orden la formulación técnica del contrato que lo 90 YUSTE Tomando como base la documentación cualquier técnico o artista de la época, al burocrático: las relativas a tasaciones o las vinculase al mismo. En consecuencia, él es que poseemos, existen dos versiones dife- que sin duda accedería aupado por los me- que de manera indirecta le aluden, asocián- quien, con casi toda seguridad, llama a Se- 86 J. A. CEÁN BERMÚDEZ: Dicciona- rio histórico de los más ilustres profeso- rentes; los documentos relativos directa o recimientos adquiridos ante el Rey a través dole a los trabajos de Mora. Así, sabemos, gura a la fábrica de San Lorenzo, tal vez por res de las Bellas Artes en España. Ma- indirectamente al retablo de Yuste nos ha- de sus trabajos en nuestro retablo. La vin- por ejemplo, que dicho arquitecto dirigió, estar al tanto de la versatilidad de su forma- drid, 1800, II, pág. 273. Debemos a blan siempre de un Antonio de Segura pin- culación a la casa real está documentada al en 1604, actuaciones para rehabilitar el pa- ción y de sus capacidades, y hace de esta es- la amabilidad de don Antonio Sán- tor. Pero es preciso tener en cuenta que, de menos desde 1583, fecha inusitadamente lacio de El Pardo, después de los graves da- pecie de hombre orquesta la mano ejecuto- chez Barriga Fernández el conoci- manera oficial, el artista no podía presen- temprana si se considera que, por entonces, ños sufridos por un incendio y que, en tal ra de una de sus creaciones menos conocida miento de este dato. tarse en esta obra de otra forma, ya que ha- Segura estaba todavía empeñado en los tra- cometido, colaboraron también Antonio de y valorada, aunque, indudablemente, confi- 87 Se trata de un Quarto Real con to- 91 rre mandado construir por Felipe II bía sido contratada como un retablo de pin- bajos del monasterio extremeño. Pues bien, Segura y Diego Sillero . Por cierto que es- gure un poderoso soporte donde brillan con en el término de Aranjuez, en la ribe- zel. Por otra parte, no debe dudarse de que en dicho año no sólo figura ya como «con- tos trabajos en común debieron hacerse ex- pureza cualidades inherentes a su genio. ra derecha del río Tajo sobre una loma, poseía tal capacitación; a través de su obra serje de la casa real de açeca»87 sino también tensivos a otras obras realizadas en la Corte, Por último, pocos datos han llegado a ABLO DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL DE DEL JUICIO FINAL EN LA IGLESIA MONACAL ABLO cuyas obras fueron empezadas en lo demuestra: pintor mediocre, si se le mide como «aparejador de alvaliñería de la dicha al margen de las reales casas, pues el tándem nuestros días sobre el fin del riojano, que EL RET 1573 por Francisco de Herrera. Véa- con el nivel medio de sus colegas que traba- de Aranjuez»88. Pasado el tiempo, en 1591, Segura-Sillero intervino así mismo a las ór- murió en 1605 y fue sucedido en sus cargos se la obra de Juan Antonio QUINDÓS jan en El Escorial, pero hábil y original po- por el fallecimiento de Juan de Valencia, denes de Mora en la Casa de la Panadería, y por su colega Diego Sillerro. Además, Ceán Y BAENA: Descripción histórica del re- 90 Como la firmada en 26 de marzo 78 licromador, sobre todo en los estofados. maestro mayor de las obras del Alcázar de tal vez en otros proyectos relativos a las fa- cuenta que Felipe III dispuso le fuese con- 79 al bosque y casa de Aranjuez, Madrid, de 1596, sobre el material de obra 1804, págs. 132-133. A parte de las fuentes relacionadas con El Madrid, es nombrado para sucederle Fran- ses previas a la configuración de la Plaza cedida una pensión de dos reales diarios a para la botica real. Archivo General 88 Relación de la hacienda, posesiones, Escorial y con Yuste, tan sólo conocemos cisco de Mora; la real cédula de Felipe II Mayor madrileña92. María de Yébana, la viuda del artista, y que de Patrimonio. Casa de Campo. Le- preeminencias y aprovechamientos del una referencia, aunque muy dudosa, que que así lo dispuso preveía que, como su- Una cosa es bien cierta: el equipo dirigi- desaparecida ésta, la misma cantidad fuese gajo 2. Real Heredamiento de Aranjuez. Ar- puede asociar a Segura con el mundo de la plente de Mora, actuase Antonio de Segura do por Francisco de Mora, en el que nues- percibida por la hija de ambos93. Así se 91 Enciclopedia universal ilustrada eu- chivo General de Patrimonio. Adminis- pintura. La proporciona Ceán, al hablar de quien, a tal fin, había sido elevado al pues- tro hombre tuvo un papel de relevancia, mantuvo, durante dos generaciones, y a tra- ropeo-americana. XXXVI, pág. 863. traciones Patrimoniales. Aranjuez. C.ª 92 V. TOVAR MARTÍN: A rquitectura las tablas pintadas por Alonso de Herrera to de Aparejador del Alcázar madrileño y –sin duda por su eficacia como organizador vés de dos monarcas la vinculación de la co- 14423. Trascrito por M.ª Magdalena madrileña del siglo XVII. (Datos para MERLOS ROMERO en su libro Aran- para el retablo mayor de la iglesia de Villa- casas reales de El Pardo y el Campo. Al mis- y gestor a pie de obra–, había sido formado rona con la figura hoy casi desconocida de su estudio), Madrid, 1983, pág. 401. juez y Felipe II. Idea y forma de un Re- castín (Segovia), diciendo que, por iniciati- mo tiempo, el documento explicita que Se- en el mundo escurialense a la sombra de Antonio de Segura, el modesto ejecutor de 93 J. A. CEÁN BERMÚDEZ: op. cit., al Sitio, Madrid, 1998, pág. 165. va de dicha parroquia, mientras su autor las gura era todavía, en el momento de su pro- Juan de Herrera. En definitiva, este último un proyecto importante. vol. IV, págs. 364-365. 89 «Y porque el dicho Francisco de ejecutaba «pasó a verlas Antonio Segura, moción, aparejador de las obras del palacio Mora avra de hazer algunas ausencias pintor de Ávila»86. No nos ha sido posible de Aranjuez, cargo y función que habría de de la villa de Madrid para acudir a localizar ningún artista abulense con este conservar y compatibilizar con las nuevas otras cosas de mi servicio es mi vo- luntad que en tal caso durante ellas nombre y pensamos que difícilmente po- responsabilidades, pero estando obligado a 89 haga todo lo susodicho y tenga la di- dría tratarse de nuestro personaje, llegado a residir en Madrid . cha llave del arca del dinero Antonio Villacastín desde dicha capital castellana, Estas noticias, que hablan bien claro del de Segura aparejador de las obras de donde estuviera por entonces –1590– ocu- alto concepto que el monarca poseía de la nuestro heredamiento de Aranjuez a pado accidentalmente con algún trabajo, ya capacidad de trabajo de nuestro hombre, quien he nombrado para que lo sea que, como veremos, por aquella época ha- tienen para nosotros el valor añadido de po- también de las de dicho alcaçar y ca- sas reales del Pardo y el Campo». Ar- bía entrado hacía ya tiempo en las nóminas ner a Segura en relación con Francisco de chivo General del Patrimonio. Cédu- reales, donde se había desempeñado, como Mora, a quien durante varios años y hasta las Reales, t. VIII, fols. 27-28. más adelante se dirá, en otros cometidos, su muerte estuvo subordinado en el ámbito