Cuál Será La Amenaza Letal Esta Vez? En La Sala, Pegado a Tu Asiento, La Víctima Eres Tú
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ROSTROS Los MITOS del MIEDO De noche, solo. ¿Cuál será la amenaza letal esta vez? En la sala, pegado a tu asiento, la víctima eres tú. El cine despertó los mitos más escalofriantes y acercó a nuestras puertas a personajes que nunca dejarán de perseguirnos. Las figuras del horror trascienden en el tiempo, pero la mutación ha sido un factor decisivo en su evolución. Hemos querido recopilar su historia, sobre todo reciente, y representaciones más notables. En este espacio los hombres lobo, los vampiros, los fantasmas o los serial killers están al acecho. 14 VENTANA INDISCRETA │N°6 │Universidad de Lima ROSTROS El gabinete del doc tor Ca ligar i. VENTANA INDISCRETA │N°6 │Universidad de Lima 15 ROSTROS Asesinos en serie (1984), por ejemplo, terminan por y el representante de los viajeros matar a un grupo de hippies en un cósmicos y de apariencia aberrante, Desde muy temprano, quizá con El caso, y jóvenes promiscuos en el otro, varados en una mina abandonada en gabinete del doctor Caligari (1920), como consecuencia de su “desorden Vinieron de otro mundo (1953); y la la figura del serial killer en el cine ha sexual”. repulsiva visión de la infiltración or - gozado siempre de una gran popula - gánica de Los usurpadores de cuer- Ya en los noventa, aparecen serial ridad. Ya sea utilizada como un sím - pos (1956), película cuyos rastros se killers en clave más posmoderna, bolo de la represión moderna norte - extienden a la igual de antológica con Seven (1995) y su asesino de los americana, o como un mero goce de ceremonia de alumbramiento de la pecados capitales, con El coleccio- la posmodernidad, o de cualquier criatura en Alien, el octavo pasajero nista de huesos (1999) y su psicópata otra forma posible, el asesino en serie (1979), la notable película de Ridley ha tenido y seguirá teniendo un lugar que imita los asesinatos de un libro, incluso con Tesis (1996) y su asesi- Scott, que por cierto terminó de in - privilegiado en las pantallas y en las dagar en ese constante coqueteo que retinas de cualquier espectador. Es no de películas snuff, y con Scream (1996) y su asesino enmascarado, hubo entre la ciencia ficción y el ho - el cine mismo el que ha populariza - rror cada vez más desbocado. do tanto esta figura que, más bien, que más bien ironiza las slasher mo- en la vida real es difícil de encontrar. vies y juega con la idea de “quién es Esta última debe de ser la tenden - No es vasta la cantidad de asesinos el asesino”. Es decir, asesinos que no cia más aplicada en el cine contem - seriales que han existido en la histo - representan la norma del aparato poráneo en cuanto a alienígenas se ria, pero sí lo es la cantidad de esta controlador, sino más bien el escape, refiere. El síntoma de una extrañeza clase de personajes en muchas de las el quiebre inevitable; de alguna ma - que deviene en malestar, como un películas que han marcado la pauta, nera, el serial killer que asesina por rebrote de esos temores que habían han simbolizado una generación o asesinar, en el sentido de que ya no sido inaugurados en plena expan - simplemente han dejado una huella simboliza un paradigma detrás de sión de la tecnología postatómica, las imborrable. las pantallas. manipulaciones y las consecuencias puestas de manifiesto en la biología La figura del serial killer puede re - Medina conocida. A pesar de que Hollywood lacionarse con diversos temas, pero ha querido devolverles la inocencia, uno de los vínculos más constantes Alienígenas solo a duras penas ha podido revisi - ha sido el del serial killer y el sexo. tar con vena paródica el talante más A veces actúa como un símbolo del Integrados al cine desde los imagi- feliz y solar de los visitantes de otros control social para con los que pre - nativos días de Georges Méliès y su mundos. Sus vestigios inofensivos ya tenden salirse del sistema, otras pionera visión “spielbergriana” de los había matado hace rato el John veces simplemente como la repre - El viaje a la Luna de Julio Verne, sentación de un desorden mental, de los seres provenientes de otros mun - Carpenter de La cosa (1982) y Están un trauma, o de un fetiche. Psicosis dos fueron asociados a las ficciones vivos (1988); y un poco antes, las (1960) es una película que podría - terroríficas en la medida en que se influencias estelares sobre los zom - mos tomarla por ambos frentes. No hizo creciente la paranoia y el miedo bis de Romero o las esquizofrenias solo fue fundamental por la ruptura al otro, al extraño. Alegorías que se cronenbergianas fabulando sobre de la censura y el cambio del horror hicieron entre las dos guerras mun- fantasmas apocalípticos mucho más en el cine norteamericano, sino por - diales, entre las estrafalarias formas cercanos. que además presentó a uno de los con las que fueron vistos en las se - Esponda serial killers más emblemáticos y riales al estilo de Flash Gordon y el memorables nunca vistos: Norman reino de Mongo y el inicio de esa de Bates, psicópata que actúa en res - época dorada e inquietante del géne - Demonios puesta a sus traumas causados por la ro que arrancó en los años cincuenta Las presencias demoníacas en el cine castración de la madre y la represión y en la que hasta una película defi - resultaron decisivas para el apunta - sexual. Un asesino serial que es víc - nitiva y de afanes altruistas como El lamiento de un público fiel, entre - tima del aparato social controlador, día que la tierra se detuvo no estuvo nado, culto, en relación con cierta pero que a su vez sufre una clara pa - exenta. ¿Acaso Gort no era menos dramaturgia antigua, de entraña tología. Pero sería, en todo caso, una que un monstruo asolador a pesar de romano-judeocristiana, maniquea y cinta con atisbos posmodernos, al no su condición de guardaespaldas del tenebrosa, abastecida por el con - representar directamente el control bienintencionado Klaatu? flicto secular entre el bien y el mal, social, sino más bien criticarlo. Al lado de aquel drama notable, la entre lo angélico y lo diabólico. La A partir de la década de 1970 en ade - primera horda de extraterrestres liquidación del modelo de produc - lante, los asesinos seriales reencar- invasores llegó para manifestarse ción industrial y la emergencia de nan a una sociedad reaccionaria que de distintas formas. Y son varias las los “nuevos cines” en todo el mundo, sale en busca de volver a controlar a escenas formidables del cine fantás- fundamentan una vertiente cinema - esa juventud que vivió la revolución tico en las que su interacción con los tográfica del terror poderosa y un sexual, propia de los años sesenta. desconcertados humanos es causa puñado de películas grandiosas. A lo El asesino de la sierra eléctrica en de una paralizante fascinación-aver - largo de los últimos cincuenta años, Matanza sin igual (1974) o Freddy sión. Dos especialmente clásicas son el “cine de demonios” se ha mostra - Krueger en Pesadilla en la calle Elm las del encuentro entre el científico do propicio para la experimentación 16 VENTANA INDISCRETA │N°6 │Universidad de Lima ROSTROS La invasión de los usurpadores de cuerpos. Alien. Posesión. El exorcismo de Emily Rose. audiovisual; holgado para sortear aún mayor como el cine de horror. A literatura, el teatro, las artes visua - y reconvertir las convenciones dra - través de los tiempos, el hombre des - les y, en general, el cine, centren su máticas del horror; atractivo para cubre y desarrolla el miedo frente a atención en la posesión diabólica y cineastas discrecionales y opuestos la angustia, lo desconocido, lo que no la reconozcan como un proceso de como William Friedkin ( El exor- puede explicar. Su propia expansión descomposición mortificante, telú - cista, 1973) y Alan Parker ( Corazón (física, científica, mental), el conoci - rico, trágico, es porque escapa a su satánico, 1987); así como para los miento positivista de la realidad, el control como todas las relaciones y artesanos clásicos, productivistas, descubrimiento de sus sentimientos y patologías modernas: esencialmente innovadores como Jacques Tourneur sus pulsiones más hondas, la acumu - aleatorias, despiadadas, irraciona - (La maldición del demonio, 1957), lación de riqueza, su espíritu aventu - les, metafísicas. Dario Argento ( Inferno, 1980) y Te - rero en un mundo sin fronteras, lo En las postrimerías de los años se - rence Fisher ( Magia negra , 1968). paralizan y martirizan. Llevándolo senta y hasta la primera mitad de la La indefensión del hombre frente a tocar –sin proponérselo– las puer - década de 1980, el cine americano y a las tentaciones del averno, frente tas del infierno. La transgresión de algunas cinematografías europeas a las cláusulas leoninas impuestas las leyes naturales, el sueño premo - se interesaron grandemente por la por el Príncipe de las Tinieblas. Un nitorio de Mary Shelley que veía en figura del demonio y se filmaron ser humano víctima de posesiones el hombre un Prometeo ladrón del muchas películas valiosas. Dentro violentas, cosificado por el hijo del fuego cavernoso y encadenado a mo - de esos filmes, y alternativamente demonio engendrado en la Tierra, rir por siempre, ponen al hombre y a a la figura omnipresente de satán, terminó cercando un campo creati - la modernidad a merced del diablo. se inventan contrapartes blancas, vo riquísimo, dentro de una comarca Las razones sustantivas para que la religiosas, místicas, misántropas y VENTANA INDISCRETA │N°6 │Universidad de Lima 17 ROSTROS martirológicas. Directores como Wi - que han mantenido en movimiento grupo de personas con un vínculo lliam Friedkin ( El exorcista ); John el “cine de horror”; actualizándolo y sanguíneo, quienes torturan a sus Boorman ( El exorcista II, 1977); Ro - fusionándolo con otros géneros, cam- víctimas, usualmente jóvenes que man Polanski ( El bebé de Rosemary, biándolo y experimentando con él.