UNIVERSIDAD CENTRAL DEL FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

CARRERA DE CIENCIAS POLITICAS

La participación política de las mujeres en el caso de AFE durante la Gloriosa de 1944

Trabajo de titulación previo a la obtención de título de politóloga.

AUTORA: Moreno Saritama Evelyn Edita TUTOR: Dr. César Alfaro Albornoz Jaime

Quito, 2020

DERECHOS DE AUTOR

Yo, Evelyn Edita Moreno Saritama en calidad de autora y titular de los derechos morales y patrimoniales del trabajo de titulación, La participación política de las mujeres en el caso de AFE durante la Gloriosa de 1944., modalidad presencial, de conformidad con el Art. 114 del CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS, CREATIVIDAD E INNOVACIÓN, concedo a favor de la Universidad Central del Ecuador una licencia gratuita, intransferible y no exclusiva para el uso no comercial de la obra, con fines estrictamente académicos. Conservo a mi favor todos los derechos de autor sobre la obra, establecidos en la normativa citada.

Así mismo, autorizo a la Universidad Central del Ecuador para que realice la digitalización y publicación de este trabajo de titulación en el repositorio virtual, de conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación Superior.

La autora declara que la obra objeto de la presente autorización es original en su forma de expresión y no infringe el derecho de autor de terceros, asumiendo la responsabilidad por cualquier reclamación que pudiera presentarse por esta causa y liberando a la Universidad de toda responsabilidad.

Firma: ______

Evelyn Edita Moreno Saritama C.C.: 1722945647 [email protected] / [email protected]

ii

APROBACION DEL TUTOR

Quito, 13 de febrero de 2020.

Señor M.s. Adrián López DIRECTOR DE LA CARRERA DE CIENCIAS POLITICAS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

Yo, César Alfaro Albornoz Jaime en mi calidad de Tutor del Trabajo de Titulación, presentado por EVELYN EDITA MORENO SARITAMA, para optar por el Grado de Politóloga, cuyo título es: LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES EN EL CASO DE AFE DURANTE LA GLORIOSA DE 1944, considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos por lo cual solicito que se proceda al proceso de revisión mediante la asignación de lectores.

Agradeciendo de antemano su atención,

César Alfaro Albornoz Jaime Tutor C.I. 1704418662

iii

DEDICATORIA

A todas esas mujeres que a lo largo de la historia han luchado por cambiarla y han hecho de este mundo un mejor lugar para vivir, en especial para Luisa Gómez de la Torre una fuente de inspiración y amor.

iv

AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar mi más sincero y profundo agradecimiento a mis padres, pilares de mi vida que siempre me han impulsado con su amor, entereza y sacrificio en especial a Cristela por ser mi madre, amiga y compañera incondicional.

A Nico mi reparador de sueños, mi luz y mi alegría de cada día, a Juan Francisco por ser mi compañero en este camino y a su familia por ser ahora también la mía.

También quiero agradecer a Cami por ser y estar durante tantos años, a Pancho por su amistad incondicional y Maru por el cariño infinito.

De manera especial agradezco a Oswaldo Albornoz, maestro imprescindible que gracias a sus enseñanzas y guía me ayudó en la construcción de este trabajo, le expreso la más grande admiración por la entrega, la constancia y honestidad intelectual que lo ha destacado en su vida.

De la misma forma a mi tutor César Albornoz, maestro cuya firmeza intelectual es ejemplo de juventudes.

A mis profesores y maestros que a lo largo de mi vida estudiantil me han brindado sus conocimientos.

A Raquel Rodas por siempre haber estado dispuesta a compartir sobre la lucha de las mujeres.

A todos, muchas gracias.

v

ÍNDICE DE CONTENIDO

DERECHOS DE AUTOR ...... ii APROBACION DEL TUTOR ...... iii DEDICATORIA ...... iv AGRADECIMIENTOS...... v ÍNDICE DE CONTENIDO ...... vi LISTA DE TABLAS...... ix RESUMEN ...... x ABSTRACT ...... xi INTRODUCCIÓN ...... 1 CAPITULO I ...... 3 MARCO TEÓRICO ...... 3 1.1Aspectos teórico metodológicos ...... 3 CAPITULO II ...... 7 ANTECEDENTES PREVIOS AL ESTALLIDO DE “LA GLORIOSA” ...... 7 2.1 El lentísimo tránsito de la sociedad feudal al capitalismo en Ecuador ...... 7 2.2 El imperialismo, otro factor crucial que frena nuestro desarrollo ...... 11 2.3 Algunos cambios sociales en el siglo XX ...... 13 2.4 La discriminación a la mujer, un fenómeno universal en las sociedades clasistas ...... 15 2.5 Una breve revisión histórica de la evolución de la condición de la mujer ...... 17 2.6 La manipulación al servicio de las peores causas ...... 20 2.7 Las manipulaciones caudillistas...... 22 2.8 El laicismo en la vida nacional ...... 25 2.9 La crisis de los años 30 en el Ecuador ...... 29 CAPITULO III ...... 32 LA GLORIOSA ...... 32 3.1 El estallido popular más importante del siglo XX ...... 32 3.2 El Gobierno de Arroyo del Río ...... 32 3.3 El velasquismo como fenómeno político ...... 40 3.6 La Gloriosa en ...... 48 3.7 La Gloriosa en Quito ...... 52 3.8 La Gloriosa en Cuenca ...... 55 3.9 La llegada de Velasco ...... 56 vi

3.11 La Constitución de 1945 ...... 61 3.12 La contrarrevolución ...... 63 CAPITULO IV ...... 66 EL NACIMIENTO DE LA ALIANZA FEMENINA ECUATORIANA (AFE) ...... 66 4.1 La organización femenina ...... 66 4.2 En procura de una vida mejor para la mujer ...... 70 4.3 Biografías de las militantes de AFE...... 74 4.3.1 Aurora Estrada y Ayala (militante comunista) ...... 74 4.3.2 Elisa Ortiz Garcés de Aulestia (militante socialista) ...... 75 4.3.3 Nela Martínez (militante comunista) ...... 76 4.3.4 Dolores Cacuango (militante comunista) ...... 80 4.3.5 Luisa Gómez de la Torre Páez (militante comunista) ...... 82 4.3.6 Tránsito Amaguaña (militante comunista) ...... 85 4.3.7 Isabel Herrería (militante comunista) ...... 87 4.3.8 Ana Moreno (militante comunista) ...... 89 4.3.9 Alba Calderón (militante comunista) ...... 90 4.3.10 Laura Almeida (militante socialista) ...... 91 4.3.11 Virginia Larenas (militante socialista) ...... 92 4.3.12 Raquel Verdesoto de Salgado (militante socialista) ...... 93 4.3.13 Matilde Hidalgo de Prócel (militante liberal) ...... 94 4.3.14 Hipatia Cárdenas (militante liberal) ...... 97 4.3.15 Zoila Ugarte de Landívar (militante liberal) ...... 98 4.3.16 María Angélica Idrobo (militante liberal) ...... 100 CAPITULO V ...... 103 TESTIMONIOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES DE AFE EN “LA GLORIOSA” ...... 103 5.1 Nela Martínez ...... 103 5.2 Isabel Herrería y Ana Moreno ...... 107 5.3 Ana Moreno...... 108 5.4 Isabel Herrería ...... 109 5.5 Alba Calderón ...... 110 5.6 Dolores Cacuango ...... 111 5. 7 Luisa Gómez de la Torre ...... 114 5.8 La participación de las mujeres de la ciudad de Cuenca en la Gloriosa ...... 118

vii

5.1.9 Raquel Rodas ...... 119 CONCLUSIONES ...... 121 BIBLIOGRAFÍA ...... 124 Anexos ...... 128

viii

LISTA DE TABLAS Tabla 1 .Diferencia en el equipamiento y organización militar de Ecuador y Perú (1939) ...... 34 Tabla 2. Productos cuya exportación a EEUU aumentó durante la guerra (en kilos) ...... 37 Tabla 3. Población urbana y rural 1938 - 1942 ...... 42 Tabla 4. Población por regiones 1938-1942 ...... 43 Tabla 5 Población por cultura ...... 43 Tabla 6. Población por sexo ...... 44 Tabla 7 . Composición global de la Asamblea Constituyente de 1944-1945 ...... 60 Tabla 8. Directorio de Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), 1938-1950 ...... 67

ix

TÍTULO: La participación política de las mujeres en el caso de AFE durante la Gloriosa de 1944

Autora: Evelyn Edita Moreno Saritama Tutor: Dr. César Albornoz Jaime

RESUMEN

El presente es un trabajo de investigación y análisis que intenta abordar sobre cuál fue la participación política de las mujeres en el caso de AFE (Alianza Femenina Ecuatoriana) en el 28 de mayo de 1944 denominado popularmente como “La Gloriosa”.

Esta investigación se realizó a través de la narrativa de textos oficiales, de la literatura encontrada, los testimonios de actores y actoras que participaron en este hecho histórico y de sus historias de vida, además de los aportes obtenidos de las entrevistas a expertas.

El mencionado trabajo trata de determinar las principales acciones y a las actoras del acontecimiento histórico e indagar si las mujeres de AFE efectivamente lograron consolidar una participación política.

Por otra parte, se intenta establecer cuál fue el desarrolló orgánico de AFE y destacar como se fortalecieron las principales figuras femeninas que permitieron que AFE participe en la revuelta del 28 de mayo de 1944.

PALABRAS CLAVE: PARTICIPACIÓN POLÍTICA/ PODER/ ROL POLÍTICO / AFE/ /LA GLORIOSA

x

TÍTULO: La participación política de las mujeres en el caso de AFE durante la Gloriosa de 1944

Autora: Evelyn Edita Moreno Saritama. Tutor: Dr. César Albornoz Jaime.

ABSTRACT

This is a research and analysis work that attempts to approach the political participation of women in the case of AFE (Ecuadorian Women's Alliance) on May 28, 1944, popularly known as "La Gloriosa". This research was carried out through the narrative of official texts, literature, and testimonies of actors and actresses who participated in this historical event. Also, it collects their life stories, and the contributions obtained from the interviews of experts. This work tries to determine the main actions and the actresses of the historical event and inquire if the women of AFE effectively managed to consolidate a political participation. On the other hand, it tried to establish which was the organic development of AFE and to emphasize how the main female figures that allowed AFE participated in the revolt of May 28, 1944.

KEY WORDS: POLITICAL PARTICIPATION/ POWER/ POLITICAL ROLE/ AFE/ THE GLORIUS REVOLUTION

xi

INTRODUCCIÓN

La presente tesis propone una investigación sobre la participación política de las mujeres en el caso de la Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE) durante la Gloriosa de 1944, con el fin de indagar y aproximarse a las actuaciones y la consolidación de AFE como organización y la de sus militantes, particularmente se ha analizado sobre la actuación de las militantes de AFE en la insurrección popular más grande del siglo XX.

En la primera mitad del siglo XX ocurrió unos de los acontecimientos más importantes de la historia nacional, la insurrección popular conocida como “La Gloriosa” de 1944. Hecho que suscitó entre otros motivos debido al alto costo de la vida, el sentimiento de duelo nacional ante la pérdida de gran parte del territorio por la firma del Tratado de Río de Janeiro, la violencia ejercida hacia el pueblo por el cuerpo de carabineros y el alto nivel de impopularidad del régimen arroyista.

En ese contexto de a poco se fue desarrollando la oposición al gobierno arroyista y frente a ella se crea ADE (Alianza Democrática Ecuatoriana) integrada por amplios sectores que pululaban desde la izquierda más radical hasta la derecha. Entre los partidos y organización que integraban está alianza se encuentra el caso particular que este trabajo intenta analizar: la participación política que tuvieron las mujeres de AFE en el 28 de mayo de 1944.

Este trabajo intenta analizar cuál fue la participación política y que tipo de participación tuvieron de aquellas mujeres que militaban en AFE en aquel contexto de acuerdo a la definición de Norberto Bobbio aporta en el Diccionario de Política. Se trata de abordar desde la participación política de los diversos grupos sociales y como estos pueden implementar sus proyectos e influenciar en otros grupos a través del poder.

El presente trabajo está compuesto por cinco capítulos:

El primero contiene el marco teórico en el cual se apoya el desarrollo de la investigación y se pretende hacer una aproximación teórica metodológica de las categorías que serán usadas para trazar un hilo conductor que guie a largo de este camino investigativo.

1

En cuanto al segundo capítulo versa sobre los antecedentes políticos, económicos y sociales previos al estallido popular, el mismo quiere por medio de un amplio recorrido desde inicios del siglo XX plasmar las condiciones materiales y subjetivas que vivieron en la época previa la gran mayoría de la población ecuatoriana haciendo un énfasis en la mujer de la época.

El tercer capítulo realiza una caracterización de “La Gloriosa” sus causas y consecuencias. Una narrativa desde los principales hechos que se originaron en el gobierno de Carlos Arroyo del Río desde algunos testimonios de actores de la época, desde la prensa y el análisis de escritores nacionales que han aportado sobre el tema para llegar a la Asamblea Constituyente de 1945 su constitución y la caída del caudillo popular Velasco Ibarra.

El capítulo cuarto conceptualiza a AFE desde su fundación, la organicidad desarrollada dentro de la misma, sus elecciones, programa y alcances. Además de describir las biografías de algunas de las militantes de AFE, mujeres que fueron activas participes de la vida política, cultural y social del Ecuador.

El capítulo final narra los principales acontecimientos protagonizados por las mujeres de AFE por medios de testimonios de sus historias de vida y entrevistas.

La metodología usada para la realización de este trabajo consistió en revisar bibliografía y linkografía especializada del ámbito académico, que permita establecer definiciones claras para el tema de investigación sobre la participación política de las mujeres de AFE en el hecho histórico de la Gloriosa de 1944, además de la realización de entrevistas a expertas y la lectura de documentos oficiales.

Este trabajo pretende contribuir con un estudio particular de la participación y acción política de las mujeres de AFE en la revolución de mayo de 1944, pues anteriormente se han realizado varios estudios sobre este acontecimiento político, mas no lo han realizado desde esta arista que intenta además reivindicar la casi anónima intervención de destacadas mujeres y la influencia que tuvieron a lo largo del siglo XX en la consecución de derechos y demandas históricos de la mujer ecuatoriana.

2

CAPITULO I

MARCO TEÓRICO

1.1Aspectos teórico metodológicos

El objetivo de la participación política de los distintos grupos sociales es la implementación de su propuesta hacia la sociedad, en ese sentido, estos grupos luchan por el poder para ejecutar su proyecto. Razón por la cual resulta imperativo definir qué es el poder.

La definición de poder que se usará en este trabajo se basará en la idea de poder como un sistema de relaciones de fuerzas, mas no como la simple instrumentalización.

El autor marxista Jorge Luis Acanda menciona que:

El poder se ejerce no tanto por el engaño, el ocultamiento, el secreto, como por la producción del saber, de la verdad, y la organización de los discursos, en tanto instancias que articulan la sociedad. El ejercicio del poder consiste en conducir conductas”, en disponer el campo de alternativas probables de acción presentadas al individuo; es algo más que prohibir: es «gobernar»; es decir, estar en capacidad de estructurar el campo de acción eventual de los otros. El verdadero poder se caracteriza por su capacidad de «inducir», de encauzar las conductas en una dirección que, lejos de vulnerar su reproducción, se convierta en condición de esta. Lo esencial es este condicionamiento de un marco determinado de posibilidades de acción. Fue en este sentido que Foucault habló de un poder «pastoral», que logra ejercer una labor de conducción espiritual de los individuos, porque establece y fija las estructuras y canales sociales de producción de la subjetividad humana. O sea, un “régimen de verdad (Acanda, 2001, p. 8).

La definición de poder no necesariamente ha sido profundizada y en muchos casos ha sido definida como la exclusividad de un instrumento, en este caso la institución Estado, reduciendo su concepto a la ejecución, pero no al descubrimiento de quién y cómo ejercen el poder. Por ello es importante aclarar, como bien lo señala Acanda, que, si bien el aparato de estado como tal no tiene poder, si es un “centro de poder”:

Si contra la tesis tradicional del «Estado guardián de noche», Marx afirmó el carácter clasista del Estado, y apuntó a la necesidad de destruir el viejo aparato estatal y crear uno nuevo como primer paso esencial de la revolución desenajenante, la interpretación positivista e instrumentalizadora del marxismo entendió esto como un simple llamado a cambiar los hombres que actuarían en esas estructuras estatales 3

(sacar a los servidores de la burguesía y colocar a los proletarios), pero manteniendo la lógica de funcionamiento de esas estructuras (verticalidad, represividad, dirigismo, etc.). El Estado, al igual que un martillo, no sería más que un instrumento, y lo único realmente importante sería en manos de quien está. Ciertamente ya Gramsci había criticado esa visión sustancialista e instrumental del Estado = poder, y había proclamado su incompatibilidad con respecto a una teoría marxista de la política y la revolución. Al entender al poder como hegemonía, como capacidad de dirección cultural de una clase, el autor de los Cuadernos de la Cárcel inauguraba una perspectiva nueva en la reflexión sobre el poder, y planteaba de paso una tarea a los intelectuales de la revolución: responder a la pregunta sobre cómo se ejerce la hegemonía (Acanda,2001, pp. 75-76).

Adolfo Sánchez Vázquez, cuya fuente parte de la teoría política marxista, define que el poder político se hace necesario en la sociedad dividida por antagonismos irreconciliables; que el poder político es el lugar del orden, de la conciliación de esas contradicciones que, de no resolverse, conducirían a la destrucción de las fuerzas en pugna, y, que el poder llamado a cumplir esta función, sólo aparentemente, se sitúa por encima de la sociedad, de las fuerzas en conflicto. (Sánchez, Vázquez, 1989, p. 4).

Sánchez adicionalmente menciona que los autores profundizarán y enriquecerán estas ideas en otros textos, asimismo recalca que las ideas han sido tomadas de diversos autores que hablan del poder como lo son Maquiavelo, Hegel o Hobbes desde su matriz de pensamiento político burgués. La originalidad y aporte marxista está en señalar el carácter de clase de las fuerzas en pugna y de los intereses opuestos. (Sánchez, 1989, p. 5).

Además, caracteriza la naturaleza de clase del poder político, de una forma contraria a la de Hegel que lo describe con un carácter universal, el autor nos menciona que es de carácter particular de clase, uno de clase dominante. Argumentando que en el Manifiesto del Partido Comunista dice lo siguiente: “El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa” (Marx, Engels, 2011, p. 33).

El argumento central para Marx es el poder, el poder de clase dominante, cuya pertenencia no se encuentra en una sola fracción, más bien la posee toda la clase burguesa en su conjunto y es aprovechado netamente para velar por sus intereses comunes. Esa dominación está dada para garantizar la manutención del status quo, las relaciones de poder y las relaciones de producción capitalistas, puesto que, “El Poder 4 público, hablando propiamente, es el Poder organizado de una clase para la opresión de las otras” (Marx, Engels, 2011, p. 58).

Veamos lo que dice Engels respecto a la relación entre el Estado y las clases sociales:

Así pues, el Estado no es de ningún modo un poder impuesto desde fuera a la sociedad. Tampoco es “la realidad de la idea moral”, ni “la imagen y la realidad de la razón”, como afirma Hegel. Es más bien el producto de un determinado grado de desarrollo de la sociedad, es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero a fin de que estos antagonistas, estas clases con intereses económicos en pugna, no se devoren a sí mismos y a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantener los límites del “orden”. Y ese poder -nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más- es el Estado (Engels, 2006, pp. 183-184).

La participación política es para Bobbio el conjunto de ciertas actividades, siendo las más importantes:

El acto del voto, la militancia en un partido político, la participación en manifestaciones, la contribución dada a una cierta agrupación política, la discusión de sucesos políticos, la participación en un comicio o en una reunión sectorial, el apoyo dado a un determinado candidato en el curso de la campaña electoral, la presión ejercida sobre un dirigente político, la difusión de información política, etc. (Bobbio, 1999, p. 1137).

Bobbio sugiere además una serie de características sobre la participación política:

La primera, que podemos designar con el término de presencia, es la forma menos intensa y más marginal de p. política; se trata de comportamientos esencialmente receptivos o pasivos como la presencia en reuniones, la exposición voluntaria a mensajes políticos, etc., es decir situaciones en las cuales el individuo no hace ninguna aportación personal. La segunda forma puede indicarse con el término de activación: aquí el sujeto desarrolla, dentro o fuera de una organización política, una serie de actividades de las cuales es delegado permanente o de las que se encarga vez por vez o de las cuales puede ser él mismo el promotor (Bobbio, 1999, p. 1137).

Las apreciaciones sobre la participación política dadas por el autor se encuentran en el marco de lo que él se refiere como democracias, y las ejemplifica sobre los últimos años en los que han ingresado grandes masas a los procesos políticos, parafraseando, menciona hechos como la universalización del voto o la participación de mujeres en dichos procesos.

5

Esto nos permite reflexionar sobre cómo estas características de la participación política sumado con el análisis de un tiempo extraordinario como lo fue la “Gloriosa de 1944” nos puede permitir esclarecer cuan extensa fue la actuación de mujeres y en que espacios y segmentos se involucraron.

Por otro lado el análisis dual de la historia y el género ha tenido una vasta construcción conceptual y un largo camino recorrido por historiadoras feminista que mencionan “Nos damos cuenta -escribieron tres historiadoras feministas- de que la inclusión de las mujeres en la historia implica necesariamente la redefinición u ampliación de nociones tradicionales del significado histórico, de modo que abarque la experiencia personal y subjetiva lo mismo que actividades públicas y políticas” (Scott, 1996, p.3).

El concepto de género de la historiadora feminista Joan Scott permite el abordaje desde aristas diversas pero que se encuentran interrelacionadas, es así que parafraseando el núcleo duro de la definición reposa en una conexión integral entre dos proposiciones “El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder” (Scott, 1996, pp. 23-25). Y tiene al menos cuatro elementos básicos:

Además, la definición de género comprende cuatro elementos interrelacionados: “primero, símbolos culturalmente disponibles que evocan representaciones, múltiples (y menudo contradictorias), segundo, conceptos normativos que manifiestan las interpretaciones de los significados de los símbolos, en un intento de limitar y contener sus posibilidades metafóricas. Tercero un análisis que debe incluir nociones políticas y referencias a las instituciones y organizaciones sociales y cuarto aspecto del género es la identidad subjetiva” (Scott, 1996, p.25).

Es así que pensar a la historia desde una visión trasversal de género permite hacer un corte y repensar a los hechos que han construido a las sociedades, permite además comprender las complejas conexiones entre las varias formas de la interacción humana, las formas de como el género construye la política.

6

CAPITULO II

ANTECEDENTES PREVIOS AL ESTALLIDO DE “LA GLORIOSA”

2.1 El lentísimo tránsito de la sociedad feudal al capitalismo en Ecuador

El devenir histórico de una nación, aunque en términos generales se dirige hacia una etapa superior de progreso, nunca adelanta en una sola dirección. Por el contrario, tiene avances y repliegues. En ocasiones esos retrocesos pueden ser muy pronunciados, prolongados y persistentes. Tanto que los pueblos difícilmente pueden encontrar la manera de retomar la senda de ese anhelado desarrollo.

En el caso de Latinoamérica y, más todavía, en el del Ecuador, lo dicho es enteramente cierto. Una breve revisión de historia muestra que, mientras en Europa ya a mediados del siglo XVII se producía la revolución burguesa en Inglaterra que luego de un siglo abriría las puertas a la revolución industrial. Y, al finalizar el siglo XVIII, Francia era el escenario de la más profunda revolución de la ascendente clase capitalista para acabar con el sistema feudal, en España y América Latina se hacía fuerte su institución más poderosa, la Iglesia para poder defender mejor a la decadente clase terrateniente.

En cambio, la América Latina, colonial y retrógrada en muchos sentidos, se debatía en las sombras del feudalismo, donde la economía natural primaba y se hacía de la ciencia un espectro ingrato a los ojos de Dios. Por tanto, en esas condiciones, las fuerzas productivas si progresaban, lo hacían tan lentamente que nunca podrían alcanzar a las naciones más pujantes, abriéndose un profundo y creciente abismo entre lo que se llaman países desarrollados y países atrasados.

Desde luego, ni siquiera los rigores impuestos por la Inquisición podían impedir que a este estancado medio llegaran noticias sobre lo que ocurría en Europa Occidental y Estados Unidos. Y, con frecuencia, esas noticias venían adornadas de todas las cualidades verdaderas o inventadas por aquellos sinceros patriotas que querían un futuro mejor.

Eso explica que, mientras llegaban las ideas de la Enciclopedia y otras emanadas del pensamiento burgués que, entonces eran revolucionarias y servían para movilizar a los pueblos en pos de un futuro mejor, la estructura económica del feudalismo se hacía más 7 sólidas y por lo tanto, más difíciles de abatir, por el temor de las clases dominantes a perder su posición de poder y privilegios que detentaban.

En otras palabras, si en este medio aparecen pensadores de la talla del precursor Eugenio Espejo o el talento organizador de Simón Bolívar, por otro lado, la reacción no sólo va a contar entre sus filas a una parte decisiva de las clases dominantes representadas por el alto clero y los terratenientes laicos que les eran adeptos, busquen la manera de infiltrarse en las filas de la emancipación, para más tarde apoderarse del poder tan pronto triunfa ese gran movimiento anticolonial que son las guerras de la independencia.

Eso explica también porque los elementos más lúcidos de la emancipación sean marginados del poder por todos los medios posibles, mientras que los representantes del viejo latifundio son los que finalmente se adueñan del manejo de los nacientes Estados Hispanoamericanos.

Para alcanzar esa meta, se valen de múltiples artilugios. En ocasiones el método es simple: asesinar a un prestigioso jefe militar, como ocurre en Berruecos con el Mariscal Antonio José de Sucre, en otras, seduciendo a jefes sensibles al soborno como se ganan la voluntad del general Juan José Flores, casado con una marquesita y transformado no solo en gran propietario, sino en el líder del latifundismo local. Y, en otras ahogando en sangre los levantamientos sociales que quieren promover transformaciones socioeconómicas de mayor profundidad, como ocurre con los líderes del Quiteño Libre.

En ese camino, a veces las fuerzas liberales, siendo evidentemente más débiles, logran imponerse por circunstancias históricas especiales, como cuando se consigue el derrocamiento de Flores mediante la llamada Revolución Marcista que temporalmente coloca en el poder a jefes liberales como el general Urbina, pero que al no tener la fuerza suficiente para acabar con el poder económico que posee la Iglesia y los terratenientes laicos, pronto da lugar a una crisis nacional que asegura la recuperación del Estado para el viejo feudalismo, aunque adaptado a las nuevas circunstancia como es el caso del régimen de García Moreno.

Tras el fin de la dictadura garciana, los conservadores mantienen el control del Estado por largo tiempo, aunque su descomposición se acentúa de tal manera que cinco años antes de finalizar el siglo XIX, aprovechando la tremenda crisis que provoca la “venta de la bandera”, por fin las fuerzas que representan a la burguesía radical pueden aplastar a la 8 reacción e iniciar la única revolución consolidada que ha conocido la historia nacional: la revolución liberal.

Pero, esa revolución administró el progreso del país en medio de la resistencia más enconada por parte de las fuerzas de la reacción de modo que la guerra civil se prolonga durante todo el primer gobierno de Alfaro.

Y, como los conservadores no pueden vencer en el campo de batalla, entonces buscan otra manera de recuperar sus privilegios. El mecanismo, perverso en sí mismo, es una vez más, el de la traición: el candidato para suceder al “Viejo Luchador” es atraído hacia la reacción con un mecanismo tan probado como la traición mediante el soborno disfrazado de matrimonio de conveniencia. Es, de esta manera como un soldado pobre, surgido del pueblo en la dura brega, pero que alcanza prestigio gracias a su ahínco como a su falta de escrúpulos, cuyo prototipo es el general , se convierte en un importante terrateniente, dispuesto a poner su espada al servicio de los opresores que antes combatió.

Y, como no puede ser de otra manera, la traición se consolida con un crimen brutal. No solo Alfaro y sus capitanes son inmolados en las piras de El Ejido, sino que más tarde se desata una persecución en toda regla contra los sectores radicales que repudian la traición de parte de la burguesía comercial y de la banca usurera.

El asesinato, el destierro, el ostracismo es el destino que les reserva a quienes mantienen su fidelidad con la causa mientras que, en promiscua convivencia, los burgueses que apoyaron la traición, comparten el poder con los terratenientes que habían sido derrotados. Y, el pueblo, no solamente es relegado, sino que sufre los rigores de la violencia desatada por las clases explotadoras. He aquí lo que dice José Peralta al respecto:

(…) después de la muerte del Regenerador Ecuatoriano (general ), no se ha dado un paso más en favor del proletariado ni de la raza india. Por lo contrario, grandes masas de indios inermes han sido bárbaramente fusilados, repetidas veces, en casi todas las provincias andinas, solo porque, agrupadas sus víctimas, pedían protección y justicia. Y en la misma ciudad de Guayaquil, baluarte de las libertades públicas el pueblo fue asesinado de manera infame y cobarde, sin respetar niños ni mujeres: ¡porque solicitaban pan y trabajo! Todo el edificio social levantado por el Liberalismo, en medio siglo de lucha con el bando tradicionalista, va derrumbándose, día por día, a medida que avanza la reacción teocrática, apoyada por la debilidad o la traición de gobiernos que, sin embargo, continúan llamándose liberales (Peralta, 1974, p.150).

9

Pero, la revolución liberal, ya ha provocado tales cambios en la sociedad que simple y llanamente no se puede volver al pasado. Es por eso que las clases dominantes comprenden con mayor o menor claridad que la sociedad capitalista tiene que imponerse en el país. Entonces buscarán la manera de que ese tránsito ocurra de la manera más lenta y morosa posible, de modo que el parto sea extremadamente doloroso.

El camino lo conoce la burguesía porque lo ha probado en Alemania y Japón, como en otros lugares del planeta, es la vía reaccionaria de tránsito al capitalismo, a la que Lenin el teórico ruso llamó vía prusiana. Esto significó que en el territorio ecuatoriano se produce una paulatina pero progresiva diversificación de la economía y con ello se intensifican las relaciones monetario-mercantiles que promueven la ampliación del mercado interno.

Es el caso de Milagro, por ejemplo, donde en 1908 ya hay ingenios de azúcar y máquinas para descascarar arroz y café.

En esta vía paulatinamente se van incorporando a la producción algunos avances técnicos como maquinaria moderna y algunos métodos de organización del trabajo que impone el creciente auge de la circulación mercantil. Pero, donde los dueños de los medios de producción son extremadamente renuentes a modernizar las relaciones sociales de la producción mediante el probado mecanismo de endeudar de por vida al operario para pagar lo mínimo por -si lo hace- su trabajo. Es que los capitalistas, herederos de las tradiciones señoriales, creen que la fuerza de trabajo tiene que ser gratuita, de manera que no hay mucho interés por la suerte de la mano de obra.

Eso explica como en las ciudades se imponen prolongadísimas jornadas de trabajo. Eso también explica que, como el empleo de las máquinas hace menos necesario el uso de fuerza física, cada vez se emplee más a mujeres y niños en las plantas industriales. Demás está en insistir que trabajo femenino e infantil en el campo es práctica vieja. De manera que, en este sentido si hay cambios casi siempre son para peor, pues que, como se sabe, a medida que prospera el capitalismo, se redobla la explotación sobre los campesinos. La razón es clara. Mantener una vida holgazana y de lujos es cada vez más complicada para el terrateniente antiguo. Y, a despecho de su falta de voluntad para trabajar, tiene que buscar los medios monetarios que aseguren se “status”.

10

En consecuencia, lo que es “natural” en las ciudades, es todavía más riguroso, en el campo, donde la única autoridad es el terrateniente, apoyado por el cura, el teniente político y los capataces.

En cuanto a la infraestructura, es preciso anotar que con la revolución liberal se introducen una serie de medidas que contribuyen al desarrollo del mercado interno: de un lado la red fluvial que da espacio al funcionamiento de vapores, como el tendido de la vía férrea que une la Costa con la Sierra constituyen un importante medio para el flujo de personas y mercancía. Empiezan a crecer más rápidamente las ciudades intermedias favoreciendo la implantación de industrias y dinamizan los intercambios, sobre todo agrícolas entre el callejón interandino y el litoral.

Así, si en el periodo 1910-1914 se transporta en el Ferrocarril del Sur 57.2890 toneladas, de las cuales 27.511 toneladas son productos agrícolas.1 En el periodo 1915-1919 se trasladan 76.105 toneladas de las cuales 43.778 toneladas son productos agrícolas.

2.2 El imperialismo, otro factor crucial que frena nuestro desarrollo

Como es sabido, tras la expulsión de los españoles gracias a la independencia, paulatinamente son los capitalistas ingleses quienes van tomando el control del comercio exterior del país y el crédito y, con ello a tener poderosa influencia en el poder político. También es conocido que, desde la independencia misma, un potente competidor de los británicos es el capitalismo de Estados Unidos.

Tras la sangrienta “Guerra de Secesión”, que, entre otras cosas, acaba con la esclavitud y con el poder de los terratenientes sureños, es la burguesía del norte capitalista de Estados Unidos la que tiene un espectacular crecimiento de tal manera que paulatinamente, Nueva York se va convirtiendo en el centro financiero del planeta y en la sede de los grandes monopolios que ya se proponen dominar al mundo. El “rey” de los trenes y los barcos, Cornelius Vandervilt, el “rey” del petróleo, John D. Rockefeller, el “rey” de la banca, John Pierpont Morgan, entre otros, son las nuevas estrellas del firmamento económico

1 Los principales productos agrícolas trasladados son. cereales templados. Papas, arroz, plátano, algodón, cacao, harina, azúcar que denota el incremento también de la producción industrial de consumo inmediato. 11 mundial. Su poder es mayor que el de mandatarios de muchos países. Sus métodos favoritos para crecer: la violencia y la corrupción.

Como indica Lenin, en el último tercio del siglo XIX el capitalismo de la libre competencia transita hacia el imperialismo y en el mundo se reconfiguran los poderes dominantes. Esos cambios no pueden menos que reflejarse en la realidad del país. Mientras el imperio británico entra en decadencia, dos potencias emergentes aparecen: Estados Unidos y Alemania. Y esos países van a tener importante influencia en América Latina y, particularmente en Ecuador.

A partir de la segunda década del siglo XX, paulatinamente Inglaterra es desplazada por Estados Unidos. Y, cada vez Washington tiene mayor influencia sobre Carondelet.

El principal producto de exportación del país es el cacao, la “pepa de oro”, como suele llamarse al fruto de los dioses en los medios cortesanos de la época. Tres cuartas partes de las divisas de comercio exterior llegan a nuestro país gracias a la venta de cacao, fundamentalmente en el mercado de Nueva York.

Pero no se trata solamente del control del comercio exterior como generalmente se suele mencionar en los textos dedicados al tema. Sino de los sectores más rentables de nuestra economía, dedicados a la extracción de recursos minerales y agrícolas:

Para esta época, la penetración imperialista se ha acrecentado. Muchas empresas extranjeras saquean impunemente las riquezas del país. Tienen concesiones petroleras los siguientes monopolios: Anglo Ecuadorian Oilfields Limited Ecuador Oilfields Limited, Carolina Oil Company, Petrópolis Oil Company, Concepción Ecuadorian Oilfields Limited, International Petroleum Company y The Shell Company of Ecuador Limited, Todas con miles de hectáreas de extensión, y algunas con millones, como la Shell por ejemplo (10’000.000). Las compañías dueñas de concesiones auríferas son estas: South American Development Company, Cotopaxi Exploration Company, Calera Exploration Company y Zamora mines Corporation. Algunas de las empresas de energía Eléctrica son también extranjeras, como las de Guayaquil y Riobamba, controladas por una filial de la Electric Bond and Share Co. Igualmente la Compañía de Cable y la Ecuador Land Company de Esmeraldas. El Ferrocarril del Sur sigue en manos norteamericanas. La Grace Line –empresa naviera- señorea como en casa propia en el puerto de Guayaquil merced a un oneroso contrato celebrado por Arroyo del Río bajo el amparo de facultades extraordinarias. Y, por fin, para no extendernos más, la famosa United Fruit, con denominaciones diferentes, tiene todo un imperio territorial en nuestra patria (Albornoz, 1983, pp.57-58).

12

Los monopolios alemanes, que en la primera mitad del siglo XX son los exponentes de la segunda potencia más poderosa de la Tierra y que, con la segunda guerra mundial quieren ser los amos del universo, también están presentes en nuestra patria:

(…) en la actividad cacaotera en asocio con ricos empresarios del litoral, se cuentan Cacao Plantagen Gesellschaft Puga Aktiengesellschaft, Deutsche Ecuador Cacao, Plantagen Clementina, S. Koppel, A. Zohrer, Rohde y Co., Max Müller, Rickert y Co., Fernand Kugelman Handelsgesellschaft, de Hamburgo. Inglaterra que ha descendido al tercer lugar, también está representada por la Ecuador Land Company de Esmeraldas la Anglo Ecuadorian, etc. (Chiriboga, 1980. p. 238).

2.3 Algunos cambios sociales en el siglo XX

Acabar con el sentimiento revolucionario del pueblo, inspirado en la valiente lucha de la burguesía radical encabezada por el general Eloy Alfaro, fue la razón del pacto entre el ala derechista del liberalismo con el conservadurismo cavernario encabezado por la Iglesia católica en lo político. Todo eso a la par en la que el imperialismo yanqui ganaba en influencia, desplazando al hegemón británico, que había señoreado en el mundo y también en nuestro entorno durante el siglo XIX.

Luego de las sanguinarias piras de El Ejido, se impuso la llamada “Era Plutocrática” en lo económico, y a despecho de las élites terratenientes -eclesiásticas y laicas- especialmente serranas, se administró las indetenibles transformaciones que imponía la época con la tranquilidad propia de la actitud ociosa que la pseudo aristocracia habían desarrollado desde los tiempos coloniales. Una actitud contraria al trabajo especialmente físico que se consideraba sólo propios de las “clases bajas”.

De allí las características más notables en el comportamiento de las clases dominantes: Considerar que el trabajo de las clases explotadas tiene que ser lo más barato, gratuito de ser posible, aunque eso impida el crecimiento del mercado nacional, tan indispensable para el impulso de la industria y del mercado interno.

Con ese mismo criterio se actuaron de manera depredadora respecto de los recursos naturales que el país ofrece, promoviendo una ampliación de la superficie cultivable, pero sin proteger la productividad del suelo. Actividad que empieza depredando las fértiles tierras de la cuenca del Guayas y los feraces valles serranos. Así se explica en gigantesco

13 auge del cacao hasta la crisis del 29 y luego la extensiva producción de arroz que será el primer rubro de exportación del país hasta finales de los años cuarenta, mientras que la serranía es la huerta de víveres para todo el país gracias a la red ferroviaria.

Para el terrateniente conservador, otra constante es evitar al máximo posible todo gasto en maquinaria, insumos e infraestructura, como recomendaba la técnica, porque se podía recurrir al trabajo semigratuito del peón endeudado de por vida, más barato, aunque económicamente ineficiente.

Permitir que las empresas extranjeras, entonces interesadas en explotar nuestros recursos naturales, particularmente oro y petróleo, se los llevaran casi gratuitamente a cambio que se les deje acceder a los mercados metropolitanos para colocar nuestra producción agrícola.

Y, por último, promover una vida de ocio y placeres para la inmensa mayoría de los miembros de las clases dominantes, al punto de considerarse a sí mismos, casta superior por “derecho de sangre” y, por ello, con derecho a preservar esa condición de clase dirigente.

De manera que, desde agosto de 1911, cuando es derrocado el general Alfaro hasta la transformación de mayo de 1944, la mayoría de gobiernos de esas clases dominantes muy poco o casi nada hacen para desarrollar al país y menos para mejorar las condiciones de vida de la población. El Ecuador seguirá siendo esencialmente rural hasta el inicio de la explotación petrolera en la octava década del siglo XX. En resumen, lo que existe es un país capitalista atrasado, semifeudal y dependiente del imperialismo.

Claro que en ese lapso existieron unos pocos gobiernos de muy breve duración, nacionalistas y con importante vocación social, cuya labor significó importantes avances para el país. Nos referimos en concreto a la llamada Revolución Juliana que en esencia proporcionó una más eficiente organización del Estado, algunos derechos básicos en beneficio de los trabajadores y algunas conquistas políticas como el derecho de la mujer a participar en elecciones. Su principal defecto, haber permitido una mayor dependencia del Ecuador hacia EE UU.

14

2.4 La discriminación a la mujer, un fenómeno universal en las sociedades clasistas

La historia de la sociedad en el Ecuador es también la historia de la opresión de clases sociales propietarias, numéricamente reducidas, pero extremadamente poderosas desde el punto de vista económico, político, militar y cultural, sobre la inmensa mayoría de la población.

Los trabajadores que, con su denodado esfuerzo y sus múltiples sufrimientos, no solamente han creado la riqueza del país, también son víctimas de la más despiadada explotación laboral. Sobre sus cansadas espaldas se ha cimentado el edificio social en base a las mayores discriminaciones y abusos que se puede esperar. De entre todos, en primer término, los campesinos han sido las víctimas favoritas de los dueños de la riqueza y de la tierra. En particular, víctimas predilectas han sido el campesino indio, el montubio costeño y el negro esclavo posteriormente convertido en concierto. Discriminación que - atenuada- lamentablemente subsiste hasta el presente.

Abocados a trabajar, en prolongadas, extenuantes y rutinarias jornadas en los latifundios para engordar a sus amos, además para remate, han sufrido el discrimen que surge por razones económicas, raciales, nacionales o sexuales.

Aunque escasamente visibilizada en la historia nacional, la mujer, que compone la mitad de la población ha sido víctima permanente de tremenda marginación, no solo por las características enunciadas sino, más que nada, en razón de su sexo. Consideradas como mano de obra gratuita o muy barata y fábrica de mano de obra del futuro -los hijos-, las mujeres han sido colocadas siempre en plano secundario. En el mejor de los casos, cuando la dama pertenece a las clases acomodadas, generalmente ha sido tomada como objeto de adorno y de placer en el peor, igual que bestias de carga.

Si se revisa, aunque sea ligeramente, la producción histórica nacional, se encontrará que sobre ellas casi nada se dice, a menos que se trate de una mujer particularmente distinguida, cuya presencia, por sobresaliente ya no puede ser ignorada. Inclusive a las mujeres se les educa para que se sientan inferiores a los hombres, llenas de obligaciones y carentes de derechos. Desde pequeñas deben aprender la máxima de Schopenhauer que “la mujer es esa criatura de cabellos largos e ideas cortas”. Por lo tanto, su vida debe limitarse a la supervisión de un hombre que puede ser su padre o su esposo. Por eso, “la 15 mujer, por naturaleza, está destinada a obedecer (…) Ella necesita de un amo” repite el filósofo alemán en su trabajo póstumo Parerga y Paralipómena.

Con mayores o menores variaciones, esta es la opinión generalizada que siempre han tenido las clases dominantes, desde la antigüedad, acerca del “sexo débil”.

Cuando la historia recoge nombres de mujeres que se han destacado, casi siempre están desvinculados de sus méritos propios, pero si relacionados con la existencia de un hombre sobresaliente: en el caso nacional, si se habla de Manuela Espejo, inmediatamente se la vincula con su ilustre hermano Eugenio. Si se habla de la luchadora por la independencia americana Manuela Sáenz poco se dice de su actividad, pero se evoca el tórrido romance que vivió con el Libertador Simón Bolívar, como si el mérito hubiera sido ser su pareja.

En general, la mujer, en el Ecuador, ha sido casi siempre la de actuar como segundo violín dentro del hogar, de manera que, los reaccionarios, autoproclamados “defensores de la familia”, se atribuyen en el derecho de fijar a la mujer la obligación de cumplir la “profesión natural” de administradoras domésticas, paridoras y educadoras de niños” (Bebel, 1977, p. 40). A ellas -inclusive bien entrado el siglo XXI- se les prohíbe hasta el derecho de escoger cuando quieren ser madres a pesar de que muchas, muy jóvenes, ya están llenas de hijos y carecen de los recursos indispensables para mantenerlos.

Se llega al extremo de sostener que ni siquiera debe abortar quien ha sido terriblemente afectada con una violación y -en la maniquea visión de los censores de la moral ajena- debe aceptar la penosa carga que le impone el delincuente. Este atavismo quizás tiene su antecedente en el llamado “derecho de pernada”, tan presente en la sociedad feudal que permitía el desfloramiento de una doncella por parte del dueño de la hacienda.

Por lo tanto, de antemano, a esas víctimas de la violencia se les niega toda posibilidad de desarrollo personal y profesional. Porque esa mujer estará condenada a procurarse una ocupación mal remunerada y a una larga existencia de privaciones. Naturalmente, para los burgueses “defensores de la familia” esta infame imposición les ofrece una ventaja inmensa que hipócritamente no la reconocen: sus empresas siempre podrán contar con abundante mano de obra barata lo que redundará en ganancias más jugosas.

En contra de ese destino inexorable se han levantado siempre las mujeres para sacudirse de los prejuicios impuestos por una sociedad “patriarcal” y reemplazarla por otra forma

16 de organización social que sea más justa, lo cual es perfectamente posible. Sociedad donde se garanticen plenamente las posibilidades de desarrollo material y espiritual de todos sin discrimen de ninguna índole.

Por eso conviene hacer, aunque sea rápidamente, una revisión de la condición femenina en el devenir histórico del país.

2.5 Una breve revisión histórica de la evolución de la condición de la mujer

Durante la época colonial y el primer siglo de vida independiente del Ecuador, la situación totalmente relegada de la mujer es norma que se deriva de la sociedad feudal y a la cual la Iglesia católica y el Estado ecuatoriano hacen todo lo posible por postergarla. Semejante posición se convalida con párrafos de los propios textos sagrados, dándole un aura de destino divino lo que es una relación social muy terrenal.

A las mujeres de clases altas que por su posición social disfrutan de muchos privilegios sin que ello sea impedimento para un trato prejuicioso, además del indispensable catecismo, “se les enseña a leer solamente en libros impresos” durante largo tiempo hubo en la colonia preocupación hondamente arraigada de que a las mujeres les era nocivo, y aún peligroso, saber escribir”, reconoce el arzobispo Federico González Suárez (Albornoz, 1963, p.53). A esa limitada instrucción se añade el aprendizaje de normas de cortesía, bailes, elementos de piano, requisitos indispensables para que la mujer-adorno brille en las reuniones sociales. Todo ello, naturalmente, impartido por religiosas.

Para las mujeres pobres, mestizas en su mayoría, toda la educación se reduce a la asimilación del catecismo y, para las peonas de hacienda, indias principalmente, apenas la doctrina cristiana, impartida a palos. Como es natural, sus conocimientos en lo fundamental se reducen a lo que aprenden en la vida cotidiana con todos los errores y limitaciones que de ello se derivan.

Efectivamente, la independencia del Ecuador de España no significa un cambio en la condición subordinada de la mujer, manteniéndose las instituciones jurídicas hispanas, elaboradas por directa inspiración de la Iglesia católica. Recuérdese el testimonio del

17 propio arzobispo Federico González Suárez, según el cual, hasta 1768, ni siquiera en la capital de la Real Audiencia de Quito había algún colegio para mujeres.2

Pero no se trata solamente de educación. El discrimen está refrendado en las normas jurídicas de la época. En el Código Civil vigente desde 1861, elaborado por mandato del gobierno de Gabriel García Moreno, se lee:

Art. 124.- El marido debe protección a la mujer y la mujer obediencia al marido.

Art. 125.- La potestad marital es el conjunto de derechos que las leyes conceden al marido sobre la persona y bienes de la mujer.

Art. 234.- La patria potestad es el conjunto de derechos que la ley da al padre legítimo sobre sus hijos no emancipados. Estos derechos no pertenecen a la madre (Albornoz, 1989. p. 82).

Con el advenimiento de la independencia, dado que lo fundamental de los ejércitos patriotas abrazan las ideas del liberalismo, ya hay menos obstáculos para la introducción de ideas nuevas que amenazan el régimen semifeudal existente. Hay presidentes, como , José María Urbina e Ignacio Robles, que abiertamente reconocen como ideología propia el liberalismo lo cual, a los ojos del clero fanático, aparece como una monstruosa blasfemia. Ellos, son partidarios de la educación laica, extensiva también para las niñas.

Admitir mujeres en la universidad también es una conquista de liberalismo. El doctor Pedro Carbo, siendo jefe supremo de la provincia del Guayas durante su lucha contra la dictadura del general Veintemilla, decreta la obligación que tiene la Universidad de Guayaquil de aceptar mujeres en calidad de alumnas. El Art. 26 de la ley correspondiente dispone:

“No habiendo razón alguna para negar a las mujeres el derecho a aspirar a una carrera científica, se les admitirá en la Universidad de Guayaquil, para seguir los cursos que en ella se dictan i para obtener los grados i diplomas correspondientes” (Albornoz, 1989, p. 85).

2 Asevera González Suárez que a las mujeres [de cierta alcurnia E.M.] solo se les enseñaba a leer en libros impresos por cuanto, “durante largo tiempo hubo en la colonia una preocupación hondamente arraigada de que a las mujeres les era nocivo y aun peligroso saber escribir”. Citado por la Dra., Ketty Romo Leroux de Morales, Situación jurídica y social de la mujer en el Ecuador, Departamento de Publicaciones de la Universidad de Guayaquil, 1975, p. 91. 18

Para poner un dique al progreso, los representantes del gamonalismo conservador no solamente crean el “partido terrorista”,3 que por voluntad propia se hace tributario de los mandatos de la clerecía, sino que se agrupan bajo la dirección de la Congregación de Caballeros de la Inmaculada, para “conservar el influjo de la aristocracia quiteña, como fuerza social y política y emplearla para la restauración católica en todo el país” (Tobar, 1938, p. 401).

Influjo que se mantiene frecuentemente con violentos métodos de coerción, siendo los púlpitos avanzadillos del ataque a cualquier intento de alcanzar derechos para el pueblo.

Para que se comprenda el peso político de los “Caballeros de la Inmaculada”, según el mismo Tobar, es una organización a la cual pertenecen “varios Presidentes de la República, 9 Vicepresidentes, más de 20 Ministros de Estado, 15 presidentes de la Corte Suprema y 17 presidentes de Cámaras legislativas” (Tobar, 1938, p. 31).

Naturalmente, esta organización “laica”, sumada al peso inmenso que tiene la Iglesia católica, constituye la principal fuerza reaccionaria que pondrá permanentemente palos a las ruedas del progreso y contra la cual tienen que enfrentarse, obligatoriamente las mujeres que quieren que se les reconozca la igualdad de derechos.

Solamente en 1871, en el Código Civil, se concede a la madre la patria potestad sobre sus hijos, pero solamente a falta del padre. En el mismo cuerpo legal, además se presume “la autorización general del marido a la mujer casada que ejerce públicamente profesión o industria, mientras no haya reclamación o protesta por parte del mismo, capacitándola también para que pueda comparecer en juicio sin licencia de él en tales casos” (Romo Leroux, 1975, p. 92).

Como puede constatarse, antes de la revolución liberal, el dominio masculino sobre la mujer es inmenso. De la voluntad, o inclusive del humor particular del marido, depende si la esposa puede acceder a la patria potestad, e inclusive el derecho para dedicarse a una actividad que asegure el sustento de la familia como, pongamos por caso, ejercer el comercio.

3 Los liberales calificaban como “partido terrorista” al partido conservador dependiente de la Iglesia y formado por terratenientes laicos y eclesiásticos, por los actos de brutal violencia en contra de las insurgencias liberales. 19

Inclusive, libertades políticas muy elementales les están vedadas, como puede ser la participación en elecciones. En la constitución de 1883 decía, Art. 9.- “son ciudadanos los ecuatorianos varones que sepan leer y escribir, y hayan cumplido veintiún años, o sean o hubieren sido casados” (Albornoz, 1963, p. 82).

Recién en 1929, durante la Asamblea Constituyente, la mujer conquista el derecho al voto. Y, como se verá más adelante, en esa lucha tiene una actuación protagónica la lojana Matilde Hidalgo de Prócel.

2.6 La manipulación al servicio de las peores causas

El triunfo de la revolución liberal -en 1895- abre inmensas posibilidades para que la mujer se incorpore como ciudadana de pleno derecho a la vida nacional y eleve paulatinamente su condición social. Obviamente, que eso no ocurre de golpe. El machismo está profundamente enraizado en la conciencia social. Tras siglos de dominación, la Iglesia católica había aprendido a manipular a buena parte de la opinión pública de manera eficaz. La ignorancia, el fanatismo y los prejuicios, como parte determinante de la conciencia social, son poderosas armas que en sus manos permiten tener un amplio control de la mayoría de la sociedad y por lo tanto de la subsistencia de relaciones propias del sistema semifeudal, no obstante, su visible decadencia.

Es una constante histórica que las clases dominantes que están por perder el poder en un proceso revolucionario, recurran a la violencia más descarnada para mantener el sistema que les dota de los privilegios y por el cual lucharán ardorosamente para conservarlos.

Hoy en día, la mayoría de las personas tienen una idea muy elemental -si es que la tienen- que aquellas habilidades de manipulación de las conciencias, por lo que vale explicar cuál era el ambiente en el que desenvolvía su actividad terrorista para impedir el triunfo de las fuerzas del progreso.

José Peralta, uno de los ideólogos más sobresalientes del liberalismo ecuatoriano, hace visible semejante tendencia, en los duros momentos en que la revolución alfarista se jugaba su destino en los campos de batalla.4

4 Ver anexo A. 20

Cuenca, tercera ciudad del país y bastión del latifundismo clerical, en julio de 1896 había caído nuevamente en manos de los conservadores. De modo que cuando las tropas liberales avanzaban por el valle de Yunguilla para acabar con la restauración conservadora, la defensa de la ciudad en buena parte quedó en manos de esforzados curas. Aun que, en este caso, sólo referiremos los acontecimientos que están relacionados con la acción femenina.

El salesiano Célleri que obraba como comandante de las tropas “terroristas” del austro ecuatoriano, dispuso que se preparara la defensa de Cuenca. De entre todos los líderes, apareció uno con una iniciativa inesperada, formar un ejército de féminas. A las que la historia conoce como el Batallón de las Harpías. Su conductor, según la lógica católica debía ser un cura. Por sus cualidades se escogió al cura Anacleto Albarracín. “El presbítero Albarracín era un farolero de no escasa inteligencia, ligero en el pensar y más todavía en el hablar, reñido por costumbre con la verdad, y no en buena armonía con la decencia; un si es no es de enamoradizo y un tantico amigo del sumo de la vid”. (Peralta, 1910, p. 31).

A Anacleto Albarracín le pareció que no era suficiente que las mujeres hagan otra cosa que rezar y “echar por las calles las más estupendas imposturas contra los radicales”. Como hombre de mundo que era, “conocía perfectamente a ciertas hembras… que son de rompe y rasga… y entre ellas fue a escoger la plana mayor de la femenina falange”.

Semejantes damas ya se habían distinguido por su crueldad tras el combate del 5 de julio, cuando fueron a rematar a “los heridos liberales, aplastándoles la cabeza con enormes piedras, hundiéndoles toscos y mal afilados cuchillos o abrazándolos con agua hirviente” (Peralta, 1910, p. 32), por los que el catolicismo las llenó de elogios.

La superstición y el fanatismo son gemelos… Mientras mayor es la ferocidad de los fanáticos campeones de la divinidad, más ardiente se reputa su fe, más grande su celo… y para ganarse la palma en este digamos certamen de inhumanidad, se esmeran las atrocidades y ultrapasan los límites de la barbarie” … El clérigo Albarracín quería escenas semejantes para escarmentar al radicalismo impío… Escogió entre la inmunda mesnada las hembras más pervertidas y varoniles y las nombró jefas y capitanas del batallón… Era de ver como acudían en tropel, a la hora y lugar designados, multitud de mujeres de vida airada, viejas devotas y fanáticas, indias ignorantes y estúpidas, hasta beatas de mejor posición y que podían llamarse recatadas… con banderas de todas las cofradías y armadas de machetes y cuchillos (Peralta, 1910, p. 34).

21

La mañana del 22 de agosto empezó la batalla del Girón, tristemente célebre por el derramamiento de sangre que dejó como saldo:

Las harpías entraron en más serias y peligrosas funciones: unas distribuían cartuchos, recorriendo la filas más avanzadas con un valor extraordinario, propio únicamente de la exaltación producida por el fanatismo, otras retiraban del campo a los heridos y les prestaban los primeros auxilios; aquellas ejercían de cantineras acuciosas e incansables; algunas espiaban los movimientos del enemigo y daban útiles avisos a los jefes reaccionarios; y las más aullaban de furor, en espera del momento de la carnecería prometida (…) Pero no estuvo de Dios que los campeones de la fe llevasen la ventaja en la porfiada contienda; y, a pesar del heroico denuedo que desplegaron los defensores de la plaza, se inició la derrota a las dos de la tarde. El Coronel Vega abandonó a los suyos en la brecha y tomó el camino del Oriente con su Estado Mayor; el Coronel Muñoz Vernaza cayó herido y lo escondieron en un convento; el Jefe Civil y Militar Doctor Arízaga y sus empleados desaparecieron sin dejar huella… el pueblo continuó batiéndose, por cuenta propia (…) Las sombras de la noche interrumpieron la terrible contienda; y el nuevo sol vino a mostrar todo el horror del campo de batalla. Muchas infelices del Batallón de Harpías yacían muertas… Efímero fue el reinado de las harpías; pero en cincuenta días probaron cuanto mal puede hacer la mujer del pueblo, impulsada por el clero y enloquecida por el fanatismo (Peralta, 1910, p. 38). 5

El clero había predicado que Dios protege a los defensores de la religión, que los escapularios serían el escudo divino donde rebotaban las balas liberales, cosa que los fanáticos creyeron sin dudar.

Los fugitivos jefes, antes de huir vergonzosamente, habían llamado al valor de los cuencanos para defender a la “Santísimo Religión Católica”. Nuevamente, fue sangre de los desposeídos la que se derramó generosa en defensa de una causa que era contraria a los intereses de ese pueblo.

Con cuánta razón diría Bolívar: “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza” … “El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas”.

2.7 Las manipulaciones caudillistas

Cuando el liberalismo traidor, ese liberalismo que pactó con los “curuchupas”6 para impedir la profundización de las transformaciones, estaba en proceso de descomposición,

5 Idem, p.34. Las negritas son del autor. 6 “Curuchupas” apelativo que recibieron los miembros del partido conservador y que traducido del quichua significa que tienen gusanos en el trasero. 22 por sus múltiples desafueros, los conservadores -aliados de ayer- creyeron llegado el momento de manipular a los desposeídos, para alzarse con el poder íntegramente.

Pero, tampoco ellos estaban libres de la antipatía de amplios sectores sociales, por lo tanto, debieron disfrazar sus intenciones formando organizaciones amplias y aparentemente independientes. Por ejemplo, en 1931 la candidatura del terrateniente Neptalí Bonifaz fue proclamada por la Compactación Obrera Nacional (CON) que en el decir de los historiadores Quintero y Silva, “utilizaban tácticas y procedimientos inspirados en los “camisas negras” de Mussolini y movilizaba artesanos, obreros e indios de hacienda en miras de legitimar el movimiento. Tres años más tarde, disuelta y desaparecida ya la CON, el 31 de octubre de 1933, en la ciudad de Quito, unos 1.048 asambleístas emitían su voto para designar al candidato de la “Junta Nacional del Sufragio Libre” para el cargo de primer mandatario del país… conformada por miembros natos de la aristocracia terrateniente, intelectuales orgánicos y obreros, quienes… fueron organizados por la Iglesia y los terratenientes”, siendo escogido por 944 votos el doctor José María Velasco Ibarra (Quintero, Silva, 2001, p. 382).

El sector femenino, en virtud a las condiciones antes expuestas, era más vulnerable a las manipulaciones de la Iglesia católica. Y a ellas recurrió para conseguir su apoya a los candidatos más reaccionarios, pero que ante la población aparecían como los defensores del orden, del progreso y de la moral pública.

Obedeciendo lo decretado por la Constitución de 1929, la mujer ya admitida como ciudadana, tenía derecho al voto. Aprovechando esa situación, ese mismo año se conformaron los clubes electorales femeninos “Pro Velasco Ibarra” en varias partes del país. Pero más fácil fue organizarlos en la Sierra, donde el influjo del clero seguía siendo poderoso. El diario El Universo de Guayaquil relata que las órdenes del Consejo Provincial de Pichincha produjeron incidentes entre zambranistas7 y velasquistas, por la orden de la policía de que por cada mujer se inscriban dos hombres. Los clubes electorales zambranistas se quejaron de la parcialidad observada por las Juntas parroquiales durante las inscripciones, donde según órdenes superiores, “se debía preferir en el registro a las

7 Se refiere a los partidarios del militante socialista Carlos Zambrano que fue ministro de Alberto Guerrero Martínez. 23 mujeres que estaban allí… lo cual no permitía inscribirse a ningún hombre” (El Universo, 07-12-1933, citado por Quintero, Silva, 2001, p. 398).

Pero, el sector femenino también fue manipulado para impedir que acceda al gobierno algún elemento progresista. Es el caso de que el 24 de agosto de 1929, cuando el descontento arreciaba en contra de , el mandatario decidió declinar su mandato en favor del coronel quien debía gobernar hasta el 1° de septiembre de 1932. El mandatario gozaba del apoyo de la oficialidad joven y de sectores intelectuales de izquierda. Razón por la que los curuchupas decidieron hacerle la máxima oposición:

El cargo de Presidente Provisional recayó sobre un joven oficial, muy inteligente, estudiado en Chile y con gran prestigio dentro de las Fuerzas Armadas, el mismo que contaba con la simpatía y el respaldo de los jóvenes oficiales, se trataba del coronel Luis Larrea Alba, que se desempeñaba como Ministro de Gobierno y que de acuerdo con la Constitución debí subrogar al presidente Ayora (Muñoz, 1988, p. 63).

Pero la Compactación Obrera quería subir a la presidencia al terrateniente Neptalí Bonifaz, entonces prepararon las movilizaciones para poner fin al mandato transitorio de Larrea.

Esta compactación organizó a sus comités y salieron a las ocho de la noche, empezaron a malear a la tropa, amotinaron a la masa popular compuesta por artesanos, obreros, panaderos, carpinteros, zapateros y demás, que eran fanáticos de la religión, respaldado este movimiento por el elemento femenino que tenía contactos con la tropa (Muñoz, 1988, p. 64).

El resto es conocido, el triunfo electoral de Bonifaz provocó su descalificación por el Congreso y con ella la “Guerra de los cuatro días” que dejó un saldo de un millar de muertos. Es decir, la lucha de clases estaba a tal punto exacerbada que virtualmente había un empate entre fuerzas democráticas y huestes conservadoras y ni siquiera la manipulación de las masas a través de la religión era suficiente para conseguir otra cosa que no sean efímeros triunfos. Situación que, con incidentes similares, se prolongaría a todo lo largo de la década del treinta, como telón de fondo de la más profunda crisis económica que ha sufrido el sistema capitalista mundial y que golpeó con particular dureza al Ecuador.

24

A la vez demostraba la necesidad de poner más atención sobre el sector femenino y tratar de conquistarlo para causas verdaderas y que conciten su interés, porque su adhesión a las causas conservadoras objetivamente conspiraba para que ellas puedan alcanzar nuevos y mejores derechos.

2.8 El laicismo en la vida nacional

Pero, pese a todas las traiciones que acabaron con el alfarismo machetero en 1912, y que en reemplazo de la burguesía revolucionaria se alzó con el poder la plutocracia en vergonzoso pacto con sus enemigos de ayer los conservadores, e instaló un régimen solo acorde con los intereses de las clases dominantes, el Ecuador ya había cambiado. Y, muchas de las instituciones creadas por el liberalismo se quedaron. Una de ellas, que crecería con el tiempo, fue la educación laica.

Es la educación laica la que por primera vez quita el cerrojo de los portones carcelarios que había cerrado el conservadurismo. Y, una luminosa era se abría en el país. La reacción siempre ha querido mostrar al liberalismo revolucionario como enemigo de la religión. Y nada más falso y tendencioso que esa afirmación.

Recuérdese que laicismo representa neutralidad del Estado respecto de la religión y, desde la revolución francesa se impone el principio de la independencia del Estado respecto de la Iglesia católica. Por lo tanto, de esta concepción cardinal, se desprenden las libertades políticas como la de conciencia y de cultos, la libertad de prensa y el derecho a una educación basada en la ciencia y no en los dogmas.

El término laico que en griego significa popular, también ideológicamente representa el principio formal burgués de igualdad entre todos. Es decir que, en términos teóricos se opone cualquier discriminación. Por eso su implantación en la educación abre enormes posibilidades de que quienes han sido postergados en la sociedad feudal tengan nuevas y mejores posibilidades de progresar. Y, en nuestro país, eso abre las puertas a nuevas posibilidades para las mujeres.

Entre otras razones porque el género femenino ya puede tener una visión más amplia del mundo, acceder a centros educativos, como los colegios normales que les permiten ser

25 maestras, adquieren el derecho a trabajar en la administración pública y, en el futuro a una mayor participación en la vida política, social y cultural del país.

Y la voz de las educadoras laicas contribuye a elevar la conciencia del pueblo y a sentir como propias las demandas de los más pobres.

Es de tomar en cuenta que algunas mujeres que egresan de los colegios normales Manuela Cañizares o Rita Lecumberri8 y de las universidades, más tarde, pasan a integrar esa grupo de intelectuales del país que florece en las primeras décadas del siglo XX.

Otras de las conquistas femeninas de carácter cultural fue la creación de los Fundación de los Institutos Normales femeninos en Quito y Guayaquil contribuyeron al adelanto de la situación de la mujer pues, como menciona Oswaldo Albornoz en su obra Luces y Sombras del Liberalismo, no fue solo en el campo del trabajo, sino y sobre todo como medio de participación en actividades sociales y culturales de nuestro pueblo, de las que anteriormente estaba excluida o tan solo era parte como una “figura decorativa”.

Destacamos algunos nombres de escritoras, poetas y maestras de la época como María Piedad Castillo, poeta; Angela Carbo de Maldonado, poeta; Dolores Sucre, poeta; Carolina Cordero de Arévalo, poeta; Adelaida Velasco G, escritora; Inés M. Balda, institutora; Cristina Cornejo de Espinoza, institutora; Rita Lecumberri, escritora; Débora de Alminate, institutora; Julia B. de González, institutora; María Esther Fajardo Paredes, institutora; Lidia Gualpa Vargas, institutora; Irene Pomer, institutora; Rosaura E. Galarza, periodista; Celina María Galarza, institutora.

Está condición permite que un creciente número de mujeres se incorporen a la intelectualidad, y, de entre ellas las más audaces también.

Apenas meses después del triunfo de la revolución, el 19 de diciembre de 1895, Alfaro expide el Decreto Supremo N° 68, por el cual se habilita a la mujer para que pueda ejercer cargos públicos. Y, en consonancia con lo dispuesto se contrata a un grupo de señoritas como empleadas de correos. Al mismo tiempo se crea en Guayaquil una Escuela de telegrafistas para señoritas que posteriormente se desempeñen en las oficinas telegráficas.

8 Ver anexo B.

26

Presentándose como un hito a la primera mujer empleada pública en Ecuador, la señorita Matilde Huerta Centeno como empleada en la Oficina Postal de Quito, y en la ciudad de Cuenca Carmen Astudillo Jaramillo fue la primera mujer en ejercer un cargo público como telegrafista.

El Decreto Supremo No 68 del 19 de diciembre de 1895 menciona lo siguiente:

Art. 1.- Desde el 1°. De enero de 1896, los puestos para el despacho de cartas al público, en las Administraciones de Correo de todas las capitales de Provincia, serán servidos por señoritas. Art.2.- Desde la misma fecha, la venta de estampillas para el franqueo de Guayaquil, se hará en la Administración de Correos; y este cargo será servido por una señorita, asignándole treinta y seis sucres mensuales de sueldo. Art.3.- Establézcase en Quito y Guayaquil, una clase de telegrafía costeada por el Gobierno y dedicada a la enseñanza de señoritas, para que más tarde puedan ejercer el cargo de telegrafistas, previo el diploma de un jurado de profesores en el ramo discernirá a la rindiente.

Estos son los esfuerzos del Liberalismo Nacional para generar condiciones materiales para la inserción de la mujer a la vida pública de una manera responsable y llena de decoro.

Debe recordarse que los primeros maestros normalistas, venciendo la obstinada y frecuentemente hostil oposición del clericalismo, desplegaron una abnegada labor de formación de las nuevas generaciones sobre la cual se cimentó una nueva cultura nacional, mucho más científica, más libre y de mejor calidad.

La Dra. Romo Leroux al destacar la posibilidad de que mujeres puedan ingresar a las universidades, nos dice lo siguiente:

Protección cultural abriendo a las mujeres las universidades de la República a fin de que pudieran dedicarse al estudio de profesiones científicas. Las primeras mujeres que ingresaron a ellas a adquirir una carrera liberal, liberaron verdaderas batallas al haberse atrevido a tomar actitudes absolutamente privativas del sexo masculino. La lojana Matilde Hidalgo y la guayaquileña Obdulia Luna fueron las primeras que venciendo las presiones de la época obtuvieron sus títulos de médica y abogada respectivamente. Posteriormente lo hicieron las médicas María Luisa Müller y Elena Valle (Romo Leroux, 1975, p. 86).

Verdaderos hitos en la época liberal, las mujeres logran el acceso a un nuevo entrenamiento en el campo médico. “En 1899, una Escuela de Obstetricia fue establecida en la Maternidad, bajo el auspicio de la Universidad Central para entrenar científicamente 27 a mujeres como parteras. Esto fue parte de un esfuerzo por transformar la práctica de la obstetricia de ser un oficio a ser una ciencia” (Clark, 2005, p.89).

Entre 1904 y 1905 se establece en la ciudad de Quito el primer curso de prueba de farmacéutica dando como resultado que las mujeres poseen especiales capacidades para el trabajo científico, gracias a esto en 1905 seis Hermanas de la Caridad fueron licenciadas provisionalmente para distribuir fármacos en hospitales. Para 1909 otras mujeres comenzaron a recibir el título formal en Licenciadas en Farmacia.

La creación de otras formas de trabajo práctico para mujeres de capas más bajas, un ejemplo de esto es la creación de una Escuela Taller establecida en Quito, con el objetivo de entrenar a mujeres pobres para que puedan ganarse la vida de manera decente como menciona Kim Clark. Entre los cursos impartidos están los de cocina, lavado, planchado de ropa, tejido, costura, artes domésticas, cuidados infantiles, además de desarrollar la lectura y las matemáticas.

Lo aquí mencionado trata de documentar la preocupación de la Revolución Liberal por romper con aquellos estereotipos impuestos por una sociedad extremadamente conservadora con una moral que sometía a las mujeres a un rol de cuidadoras y a una vida netamente dedicada al hogar.

Tiene razón el historiador Oswaldo Albornoz cuando afirma que “Los horizontes abiertos por el liberalismo diestro magníficos frutos. La mujer, dueña ya de la facultad de actuar en las luchas políticas y sociales de nuestro pueblo demostró pronto su inteligencia y coraje. De su seno emergieron valerosas combatientes por la democracia y el progreso” (Albornoz, 1983, p. 86).

Otro paso importante para la protección de la familia fue la Ley de Registro y Matrimonio Civil, expedida en octubre de 1902. Un Registro Civil, atendido por funcionarios del Estado. De esta manera se quitaba a la Iglesia un poderoso mecanismo de presión y manipulación. En esta ley también se reconoce el derecho al divorcio en caso de adulterio. En 1910 se reconoció también el derecho a divorcio por mutuo consentimiento, constituyendo una forma civilizada de superar los desencuentros conyugales irreconciliables.

28

La protección de los derechos de la mujer casada se ampliaron con el decreto de 26 de septiembre de 1911 que originó el “principio de la exclusión de bienes”,9 como parte fundamental de la Ley de Emancipación Económica de la Mujer, que garantizaba la parte correspondiente de la herencia en casos de muerte del cónyuge o de separación de la pareja.

Finalmente, la primera Constitución Liberal de 1896-1897 que fue decretada por la Asamblea Nacional establece en el artículo 31 que “para ser elector se requiere ser ciudadano en ejercicio” es decir tener 21 años de edad y saber leer y escribir, suprimiendo por primera vez el carácter del sexo presente en las anteriores constituciones y dando paso así a cimentar las bases para que la mujer ecuatoriana pudiera ejercer el derecho al sufragio.

El liberalismo radical promulgó las condiciones para que las mujeres ecuatorianas pudieran despertar de aquel letargo de siglos, ahora se abría la posibilidad de convertirse realmente en actoras de la sociedad, donde podían acceder a la educación, al trabajo digno y a una nueva conciencia, este influjo impulsó a que muchas de estas mujeres en un futuro muy cercano participen en el ámbito político, una situación inédita hasta hace poco tiempo.

2.9 La crisis de los años 30 en el Ecuador

El cortísimo gobierno del general Alberto Enríquez Gallo10 permitió a los trabajadores de la ciudad y el campo conquistar algunas reivindicaciones fundamentales en el marco capitalista de la economía, recopiladas en el Código del Trabajo y la Ley de Comunas, un fuerte intento para controlar la inversión extranjera y un ambiente de mayor libertad para que las clases explotadas puedan desarrollar sus actividades sin el abusivo control de sus explotadores.

Naturalmente, esos avances fueron ferozmente combatidos por las clases dominantes, nunca dispuestas a hacer concesión alguna sino es cuando les resulta totalmente

9 La separación de bienes implica que cada uno de los cónyuges es dueño de su patrimonio personal, tanto el generado antes del matrimonio como el ingresado a posteriori. Además le corresponderá a cada uno de ellos el uso y disfrute de esos bienes, pudiendo disponer libremente de ellos. 10 Ver anexo C. 29 inevitables. Sólo para ejemplificar lo dicho recordemos que luego de que el general Enríquez renuncia a su cargo, la constituyente nombra a Narváez.11 Este es un profesor universitario, que se había comprometido con mantener la política progresista. Y por esa promesa obtiene el apoyo de la bancada legislativa del Partido Socialista. Pero, Mosquera Narváez, insincero como es, tan pronto llega al poder, reniega de todo lo ofrecido y hace lo imposible para que la plutocracia recupere el mando del país.

Así recuerda este hecho uno de los actores privilegiados de la época, el doctor Manuel Agustín Aguirre:

En la Asamblea Constituyente de 1938, los socialistas tuvieron la tercera parte de sus miembros, debido a la Ley de Elecciones del General Alberto Enríquez y junto con alcanzar la aprobación de una disposición constitucional que establecía la incapacidad para ejercer la Presidencia de la República y formar parte del Poder Legislativo, de aquellos que estuvieran al servicio de las compañías extranjeras o tuvieran concesiones del Gobierno para explotar las riquezas naturales del país, que tenía una clara dedicatoria antiarroyista, terminan ingenuamente por entregar sus votos al mismo Arroyo del Ríos, en la persona del doctor Aurelio Mosquera Narváez, Director Supremo del Partido Liberal Radical que, luego de elegido Presidente, clausura la Asamblea, destruye la Constitución y proclama la dictadura bajo la dirección militar del Ministro de Defensa, señor Lasso; lo que abre las puertas que se había tratado de cerrar, a la elección fraudulenta de dicho doctor Arroyo del Río, abogado de grandes empresas nacionales y extranjeras y hombre de confianza de los EEUU, montada por el encargado del Ejecutivo, doctor Andrés F. Córdova (Plaza y Córdova han sido proclamados seguramente campeones de la pulcritud democrática) ( Muñoz, 1984, pp. 213-214).

Su interés es devolver el poder a la burguesía primario-exportadora entonces capitaneada por ese venal abogado de compañías extranjeras que es Alberto Arroyo del Río, quien ocupara provisionalmente la presidencia, ante la prematura muerte del traidor.

Mosquera hará todo lo que esté en sus manos para convertir en letra muerta las leyes progresistas anteriores. Y no dudará en reprimir con violencia extrema a los trabajadores en su afán de derogar el Código del Trabajo. Él y sus sucesores. Andrés F. Córdova,12 y Arroyo usarán todo el poder del Estado para disolver las ya fuertes organizaciones de trabajadores y manejarán al Estado como hacienda propia. A ninguno de esos gobiernos

11 Ver anexo D. 12 Ver anexo E. 30 se puede atribuir la más mínima sensibilidad social. Tampoco obra alguna que conduzca al progreso del Ecuador. Es el Estado al servicio de las clases dominantes sin atenuantes.

Por eso la brega de los trabajadores de la ciudad y el campo, valiente y constante será inmensamente sacrificada. Tienen que defenderse de la arremetida de las clases explotadoras y pugnar por una vida mejor. En su auxilio llegan los éxitos de los trabajadores soviéticos que construyen una economía pujante y sin crisis al otro lado del planeta, mientras los demás países capitalistas se debaten en la más profunda y prolongada crisis económica desde el colapso de Wall Street en octubre de 1929, crisis que solo se resolverá con la Segunda Guerra Mundial.

Crisis de la cual no pueden salir ni mediante la intervención del Estado (keynesianismo) en EEUU, Inglaterra y Francia ni mediante la aplicación terrorista que aplican el nazismo en Alemania, el fascismo en Italia, el militarismo en Japón y una serie de otros gobiernos derechistas en distintos puntos del planeta.

31

CAPITULO III

LA GLORIOSA

3.1 El estallido popular más importante del siglo XX

La revolución del 28 de mayo no sólo fue el hecho de armas, heroico y magnífico, realizado en la ciudad de Guayaquil. La revolución del 28 significó una serie de conspiraciones hechas y desechas continuamente de trabajo subterráneo, peligroso y difícil ejecutado a lo largo del tiempo bajo la violencia de la tiranía (Aguirre, 1945, p.10).

La oposición contra el régimen arroyista se organizó a nivel nacional a través de ADE, ahí se aglutinaron varias corrientes que iban desde la izquierda, liberales y conservadores. La revolución de 1944 significó una serie de conspiraciones y mucha organización ante el régimen dictatorial que vivieron de forma tácita y que generaban las condiciones para el desarrollo de un proceso pre-revolucionario.

3.2 El Gobierno de Arroyo del Río

De los casi cuatro años de gobierno de Arroyo no hay como destacar obra alguna de relevancia nacional, pero si numerosos abusos, errores, omisiones y actitudes francamente lesivas a la patria. Dueño de un verbo encendido y de una amplia cultura, hacía discursos muy llamativos pero vacíos de contenido. En resumen, era el consumado demagogo que con tal de alcanzar sus fines podía ofrecer cualquier cosa a sabiendas que no iba a cumplir.13

Después de haber simpatizado con los nazis, en una vuelta de tuerca, colaboró con los intereses de EEUU, perjudicando a ciudadanos ecuatorianos, descendientes de alemanes e italianos. Propició la confiscación de sus bienes y patrimonios, entregando por tres años a grupos económicos de EEUU, fábricas como La Universal, de los Segale, La Roma de los Nozziglia y Valazza. Incluso, se levantaron campos de prisioneros en Cuenca, no solo

13 Ver anexo F.

32 para quienes habían emigrado al país sino también a ciudadanos ecuatorianos descendientes de los anteriores. Es un aspecto poco conocido pero ilustrativo de la naturaleza rapaz de la oligarquía agroexportadora y del servilismo hacia el imperialismo.

Más vergonzosa fue la actitud que adoptó Arroyo frente al peligro de agresión del Perú. El cónsul ecuatoriano en Paita, oficial retirado Víctor M. Naranjo, informó en diciembre de 1940 y en enero del año siguiente la acumulación de unidades militares peruanas hacia la frontera ecuatoriana. Pero, incomprensiblemente, el gobierno mostró una pasividad suicida.

Naranjo, que había trabajado en El Día, envió los mismos datos al periódico. Queriendo sacudir en algo la inacción gubernamental, El Día publicó un fuerte editorial criticando a la Administración por la falta de medidas defensivas. Arroyo llamó al editor Ricardo Jaramillo:

«Mire señor Jaramillo, si El Día insiste en hacer coro a las asechanzas de mis enemigos políticos, soliviantando a la gente, con la intención de captar el poder, con el pretexto de una increíble invasión peruana al Ecuador, me veré en el caso de clausurar su diario». Jaramillo le contestó indignado: «Si Ud. Quiere puede hacerlo desde ya, que El Día, señor presidente sabrá defender los derechos y el honor de la patria si usted no lo hace» (Norris, 1993, p. 270).

Posteriormente, nuevos informes alertaban al Ecuador del peligro del sur, que eran respondidos con indiferencia por el gobierno. Un domingo, 12 de enero, en el estadio, el pueblo pidió armas para defender a la patria y Arroyo, con una soberbia rayana en la estupidez, dio espaldas al pedido. Tanta soberbia irritó a los asistentes que se amotinaron. Entonces los carabineros respondieron con violencia. Cuando la manifestación avanzaba hacia el palacio, dispararon matando a una persona. Dos días más tarde, más de un centenar de personas guardaban prisión en Quito y docenas adicionales en el resto del país. Algún diplomático expresó: “Arroyo del Río ha perdido prestigio irremediablemente. La impresión es una (hay que decirlo) de cobardía y estupidez” (Norris, 1993, p. 273).

No sólo que fue incapaz de dirigir la defensa del país ante la aleve agresión peruana que terminaría arrebatándonos la mitad del territorio nacional, sino que puso todos los obstáculos para fortalecer las débiles defensas de la frontera.

33

Y es que el desinterés del gobierno arroyista en la defensa del territorio nacional estaba fuertemente justificado en su grave temor a entregar armas y que luego estas se fueron en contra suyo, es por eso que el ejército ecuatoriano combatió con valor y mucho coraje pero con casi ningún elemento de dirección que los llevara a la victoria, esto sin hablar de la escasa dotación armamentística que tuvieron, aquí un cuadro comparativo elaborado por los autores ecuatorianos Rafael Quintero y Erika Silva al respecto:

Tabla 1 .Diferencia en el equipamiento y organización militar de Ecuador y Perú (1939)

Equipos y Organización Ecuador Perú Sistemas de reclutamiento Desde 1938 Desde hace 30 años Escuela e institutos militares 5 13 (números) Ametralladoras 750 2000 Fusiles 50.000 177.000 Municiones fusiles, 15.000000 47.000000 ametralladoras Escuadrones de caballería 8 20 Artillería de Montaña 40 (con 10.000 cartuchos) 180 (con 180.000 cartuchos) (piezas) Artillería de posición 28 No precisadas Batallones de Ingenieros 4 (faltando material) 4 (completos) Servicios logísticos No organizados Organizados Reservistas instruidos 5.000 ( de dudosa 200.000 presentación) Grandes unidades de la zona 4 (Comandos de zona 5 ( Divisiones) incompletos y sin medios) FF.AA. en tiempos de paz 8.000 14.000 Fábricas de municiones 0 2 Cañones antiaéreos 20 36 Formación de nuevas No predispuesto Predispuesto unidades en tiempo de guerra Fuerzas movilizables 8.000 ( y pocos reservistas) Cerca de 200.000 34

Unidades navales de guerra 2 14 (incluyendo 5 submarinos y 1 portaviones) Bases navales organizadas ninguna 1 Bases fluviales en el Oriente Ninguna (marítima) Flotilla fluvial para Oriente 3 20 Bases aéreas en el Oriente Ninguna 6 Aviones de guerra 10 130 Comunicaciones Ninguna 4 automovilísticas a la frontera Fuente: Informe Reservado del Ministerio de Defensa a la Asamblea Constituyente de 1938, resumido en Manuel Medina Castro (1977, pp. 115-117). Elaborado: por los autores Quintero y Silva.

El cuadro elaborado por los historiadores Quintero y Silva nos permite tener una visión clara sobre el desigual enfrentamiento entre los dos ejércitos, el ejército ecuatoriano era inferior tanto en número de tropas y equipamiento a un ejército peruano mayormente tecnificado y con una dotación amplia de armamento.

La ofensiva peruana que, se produjo entre el 23 y el 26 de julio de 1941. Vastas zonas de El Oro, Loja y el sur Oriente cayeron en manos del ejército agresor. Los pocos militares destinados a la frontera lucharon con un heroísmo que no podía suplantar la falta de recursos, por lo que de antemano estaba condenados a la perdición.14

Posteriormente, en febrero de 1942, en actitud más que dócil ante el dictado de Estados Unidos y otros gobiernos americanos, su canciller el conservador Julio Tobar Donoso aceptó “con lágrimas en los ojos” el arbitrario Protocolo de Río de Janeiro que cercenaba al país la mitad del territorio en favor de los peruanos, pero fortalecía la tesis norteamericana de la “unidad continental”, que profundizaba la condición de América Latina como “patio trasero” de EEUU. Finalmente, una abyecta mayoría en el Congreso, integrada por elementos de la oligarquía ecuatoriana, ratifica el oprobioso tratado, no sin

14 El coronel Sergio Enrique Girón (1984, p. 15), entonces joven militar, con justificada amargura espeta que: “la tragedia de la frontera del año 41 intentaba el régimen echarla encima del Ejército, y, en particular, de la joven oficialidad que actuó en la campaña. Si después de 44 años de la heroica defensa de la patria por nosotros los oficiales, aún la pasión política no nos ha perdonado y todavía, hasta nuestros compañeros en servicio activo, nos tildan de derrotados, cobardes y corridos”. 35 antes escuchar las voces de la oligarquía de Guayaquil que había pedido una rápida rendición ente las tropas peruanas.

Otro hecho extremadamente paradójico es que el mismo Arroyo que había impulsado la mayor pasividad ante el peligro de la invasión peruana, con los enormes costos que tuvo para el país, en descarada sumisión al gobierno norteamericano, en 1942, declaró la guerra a los países del Eje (Alemania, Japón e Italia), sumándose al sistema de defensa Interamericano patrocinado por EEUU.

Con ese pretexto, cedió a la potencia del norte las Islas Galápagos y la Puntilla de Santa Elena donde se instalaron sendas bases militares. Como quedó dicho, en Cuenca se estableció un campo de prisioneros para alemanes, japoneses e italianos con sus mujeres e hijos ecuatorianos. Luego, los prisioneros, fueron deportados a Arizona. Se creó un “Lista Negra” para los ecuatorianos que fueron socios, empleados o amigos de los deportados. No podían disponer de sus bienes, contratar ni viajar y fueron obligados a comparecer en los consulados de EEUU y responder a largos interrogatorios.

“La “Lista Negra” se prestó a muchos abusos y atracos. Ciertas empresas mixtas formadas por americanos y nacionales, se apropiaron de los bienes de italianos, alemanes o ecuatorianos descendientes de éstos, para su explotación. Tal el caso de la fábrica “La Universal” que pasó a poder del grupo Yoder y de otras muchas más que sería largo de enumerar” (Pérez, 1987, p. 66).

Importante factor de descontento popular fue el encarecimiento del costo de la vida. A pesar de que la presidencia de Arroyo coincidió con el estallido de la II Guerra Mundial. Catastrófico enfrentamiento militar que redujo grandemente la adquisición de productos importados, pero favoreció las exportaciones ecuatorianas, como lo demuestra este cuadro elaborado por Manuel Medina Castro:

36

Tabla 2. Productos cuya exportación a EEUU aumentó durante la guerra (en kilos)

Años Caucho Balsa Cacao Café en grano 1938 392.092 1’162.365 4’179.959 1’824.709 1939 967.192 1’837.526 6’989.113 8’236.152 1940 1’371.274 1’853.434 9’579.935 12’703.489 1941 1’091.766 4’518.998 13’850.585 11’489.416 1942 2’150.246 7’897.707 10’695.156 5’732.305 1943 2’186.138 12’335.316 15’669.625 11’626.764 1944 2’801.035 8’529.824 11’498.261 12’187.555 Fuente: Manuel, M. (1977). EEUU y la independencia de América Latina, p. 98. Elaborado: por el autor.

Es evidente, de la información insertada, que el aumento de la exportación de materias primas ecuatorianas a EEUU es notable. Según el producto, en unos casos más que se duplica y en alguno hasta se multiplica por seis, si tomamos el año 1939, cuando se inició la conflagración mundial. Sin embargo, Medina añade que “el trato que recibimos en los precios no fue tampoco muy satisfactorio. El precio impuesto al caucho fue muy inferior al ofrecido a otros países latinoamericanos, sin embargo, de su importancia para la industria bélica y que EEUU había perdido sus posesiones en el Extremo Oriente. El cacao y el café también tuvieron mejor cotización en otros mercados” (Medina, pp. 98- 99).

Por lo demás, la política de la plutocracia primario-exportadora en favor de los monopolios extranjeros venía afianzándose desde mucho antes. Como puntualiza Silvia Vega, “en 1937 se celebró el tratado de comercio con EEUU por el cual se redujo a la mitad la tasa arancelaria para la importación de harinas, y el Tratado con el Japón para la importación de textiles a precios inferiores a los nacionales, tratados que fueron patrocinados por la banca comercial aliada a las casas extranjeras” (Vega, 2014, pp. 35- 36), con grave perjuicio tanto para la producción textil, como para el cultivo de cereales, ambos importantes productos de la serranía.

Pero, por entonces, el producto ecuatoriano de exportación que más prosperó fue el arroz. Después de la crisis cacaotera muchas de las grandes extensiones de territorio que fueron destinadas para la producción de la codiciada pepa de oro, esos terrenos fueron 37 convertidos por los campesinos en zonas de aparcería arrocera. “La producción de arroz se incrementó de 957.164 quintales en 1939 a 1'610.489 quintales en 1942 (Dirección Nacional de Estadística, 1944, p. 239), transformándose el producto en uno de exportación” (De la Torre, 1993, p. 61).

La tan proclamada “Política del Buen Vecino” ofrecida por Roosevelt, evidentemente no pasaba de ser una una expresión alejada de la realidad, puesto que ni siquiera por la necesidad de satisfacer las imperiosas necesidades de la guerra, EEUU ayudó a la industrialización de nuestros países. Por el contrario, se mantuvo una política de obstaculizar cualquier intento en ese sentido porque afectaba a los intereses de los grandes monopolios yanquis. Objetivo que lo podían alcanzar gracias a que en los gobiernos de la época siempre estaba presenta la plutocracia bancaria o comercial.

En cambio, cuando en 1943 se reunió el Congreso de los Trabajadores del Ecuador, no solo hizo lo posible para sabotearlo, sino que lo disolvió sin miramientos. Ya entonces el Cuerpo de Carabineros actuaba, con violencia desmedida, como “guardia pretoriana” al servicio del poder.

Para poner las cosas en contexto, debemos recordar que, tras la masacre del 15 de noviembre de 1922, el movimiento sindical ecuatoriano entonces fuertemente influenciado por el anarcosindicalismo, quedó muy debilitado. Pero con el surgimiento de los partidos Comunista y Socialista se reinició el activismo en favor de desarrollar la organización obrera como arma principal de defensa frente a sus explotadores. Durante los años 30 se organizaron las federaciones regionales del litoral y de la sierra, como organismos aglutinadores de los sindicatos de la ciudad y el campo.

Pero el deseo de unidad nacional que se intentó en el III Congreso Obrero, en las postrimerías del gobierno del general Enríquez, lamentablemente no surtió los efectos deseados porque a su directiva ascendieron elementos oportunistas que se encargaron de disolverlo.

Un gran número de dirigentes obreros del país, en una reunión efectuada en Guayaquil, en octubre de 1942 con la asistencia de Vicente Lombardo Toledano, Presidente de la CTAL, acuerdan formar una Confederación de Trabajadores del Ecuador, empezando de inmediato los trabajos para preparar el Congreso que hará efectiva esa finalidad (…) en marzo de 1943 el congreso se reúne en la ciudad de Quito con la presencia de doscientos delegados más o menos, que llenos de fervor y entusiasmo, intentan otra vez hacer efectiva la tan perseguida unidad de los trabajadores. Desgraciadamente, también

38

en esta ocasión el intento fracasa. El gobierno logra introducir algunos agentes en su interior -los llamados pato-cuervos- que desde un primer momento tratan de producir choques y sembrar la división, objetivo que no se consigue por ser predominantes las fuerzas revolucionarias y partidarias de la unidad. Ante esto, al día siguiente, por órdenes del Presidente Arroyo del Río, soldados armados con ametralladoras se apoderan del local de reunión y desalojan a los congresistas. Como secuela se desata una feroz persecución contra los asistentes, muchos de los cuales son apresados y conducidos a prisión (Albornoz, 1983, pp. 54-55).

De hecho, la tónica del gobierno de Arroyo fue la de perseguir sin tregua a los partidos de izquierda y a las organizaciones de masas sean laborales, campesinas, estudiantiles, de maestros. Cualquier pretexto servía para encarcelar o desterrar a personas que no le caían bien al régimen. Una vez más, es preciso recurrir al testimonio de dos actoras relevantes de la época: Isabel Herrería y Ana Moreno de Safadi:

El doctor Carlos Alberto Arroyo del Río había ganado las elecciones presidenciales el 12 de enero de 1940 mediante el más grande fraude electoral. Nadie se sorprendió. Todos esperaban eso. Era la comprobación de la crisis del liberalismo. La oposición a Arroyo se inició desde antes de tomar el Poder. “Algunos que se titulaban arroyistas se avergonzaban de serlo y más bien callaban (…) Muchos fueron los actos de violencia y represión que cometió Arroyo del Río: prisión del doctor Manuel Agustín Aguirre, cierre de la imprenta La Tierra, encarcelamiento del doctor Arízaga Luque, del licenciado Colón Serrano y doctor Parra Velasco, confino a Galápagos de Floresmilo Romero, confino a Manabí al doctor Carlos Palacio Sáenz, Pedro Saad y Rodrigo Chávez González, encarcelamiento en el Panóptico de Gustavo Becerra, Secretario General del Partido Comunista, a los parlamentarios Clotario Paz y Armando Espinel. En fin, sería muy largo enumerar los abusos cometidos por el dictador Arroyo y la memoria olvida otros nombres (Muñoz, 1987, pp.240-241).

En resumidas cuentas, la arrogancia aristocrática del gobierno de Arroyo de no atender ninguna de las demandas del pueblo a pesar del creciente empobrecimiento de la población, más la brutal represión del gobierno al menor acto de protesta, la incapacidad de hacer algo para defender la Patria y el servilismo al capital extranjero, son los principales ingredientes para que se forme una situación revolucionaria que tenía que estallar con la violencia que adquirió.

Finalizaba su mandato cuando el Partido Liberal lanzó la candidatura del banquero ambateño Miguel Ángel Albornoz que contaba con el consabido fraude para alzarse con el poder, no en vano había sido mano derecha de Arroyo y experto en el manejo económico del país en función de la plutocracia. Méritos que le habían convertido en la mano derecha de Arroyo. El candidato de oposición era Velasco Ibarra, quien debió hacer

39 su campaña desde Colombia, lugar de su exilio, en medio de un tenso ambiente en donde el descontento social crecía a pasos agigantados.

3.3 El velasquismo como fenómeno político

“Para poder llevar a la práctica a la vía junker fue necesario optar por un aspecto político, que respaldara su ejecución, es decir fue imperante crear una fuerza política que abra el camino” (Albornoz, 1989, p. 163).

Como se menciona en la cita anterior el inicio de este fenómeno político conocido como el velasquismo tuvo un origen diferente al que se le ha querido atribuir como una tendencia libre de conceptos ideológicos preconcebidos y que además aglutinaba a las grandes mayorías, o como menciona Quintero el “velasquismo” habría reivindicado la ciudadanía del subproletariado.

El camino adoptado fue el velasquismo una nueva forma política que suprimía algunos problemas que se habían generado entre liberales y conservadores; una pugna mantenida desde principios del siglo XX en torno a una serie de diferencias ideológicas, como principalmente el laicismo y su postura frente a la iglesia, problemas políticos como la supremacía del Partido Liberal en la dirección del Estado deponiendo el control del Partido Conservador en estos aspectos y dejándolo relegado; y por último, el aumento de impopularidad del Partido Liberal ante las masas por su accionar entorno a dos hechos históricos muy relevantes : el 15 de noviembre de 1922 y el 25 de julio de 1925.

Dieron inicio a su nuevo proyecto con el lanzamiento de la candidatura presidencial de Neptalí Bonifaz apoyado por el Partido Conservador, la Unión Patriótica Nacional y la Compactación Obrera. Teniendo como contendiente al liberal Modesto Larrea Jijón. Su victoria fue dada gracias a la amplia votación de las provincias de la sierra, pero esta fue efímera pues el candidato tenía ciudadanía peruana y este hecho hizo que el Congreso lo descalificara en una sesión secreta del 19 de agosto de 1932.

La consecuencia de esta descalificación que obviamente no fue aceptada por los perdedores fue una rebelión conocida como la guerra de los “cuatro días”, un levantamiento que enarboló la lucha en contra de comunismo, hecho que produjo una

40 cruenta cacería de izquierdistas en Quito y dio como saldo la muerte de cientos de inocentes y terminaron de aceptar la derrota los bonifacistas.

Ahora entraba a la palestra Velasco Ibarra que fue el nuevo representante del Partido Conservador, él había sido electo como diputado por ese mismo partido. Velasco Ibarra fue ese nuevo aglutinador del núcleo conservador y bajo ese sostén procedió a encabezar el derrocamiento al presidente liberal Martínez Mera y aprovechar esa coyuntura para ser nominado como candidato presidencial.

Velasco Ibarra tuvo un aparataje electoral más amplio que su antecesor Bonifaz, aunque no estuvo afiliado al Partido Conservador este le brindó su apoyo incondicional puesto que no lanzaron un candidato propio; como representante de este orden naciente y de la consolidación de la vía junker o dura del capitalismo era más que predecible que tuvo el respaldo del Club de Agricultores que fundaron la Junta Nacional de Sufragio Libre, pero el apoyo de la clase latifundista no se quedó ahí: se sumaron a su candidatura la fuerza económica de los bancos, principalmente el Banco del Pichincha, Banco Hipotecario y la Compañía Agrícola e Industrial de Quito.

El apoyo a Velasco también fue dado por parte de aquellos liberales vinculados al latifundismo, en la ciudad de Guayaquil formaron “El Comité Liberal Demócrata del Litoral Pro Velasco Ibarra” que fue presidido por el hacendado Aparicio Plaza Sotomayor.

El triunfo estuvo asegurado, y efectivamente su victoria fue amplia pues obtuvo 51848 votos que representó el 80% de la votación total. Quintero en su estudio ha demostrado que fue crucial para esta victoria el voto proveniente del electorado rural que es ampliamente controlado por los terratenientes pues de un total de 39.833 votantes 34.012 votaron por Velasco Ibarra contrariamente a los 17.836 votos urbanos.

Los partidos tradicionales quedaron relegados al pasado y a partir de ese momento se vieron atados al naciente velasquismo, que rápidamente se transformaría en el centro dirigente de las clases dominantes. Este fenómeno político se convirtió en el árbitro de las pugnas y contradicciones de aquellos sectores que están relegados a ella pero que a la larga les dio amparo para continuar con la explotación del pueblo ecuatoriano.

3.4 La situación de la mujer antes y durante “La Gloriosa”

41

Como se ha dicho reiteradamente, Ecuador de mediados del siglo XX era un país principalmente rural, donde el capitalismo contra grandes dificultades, se abría paso tanto en las ciudades como en el campo. Efectivamente, entonces las dos terceras partes de habitantes habitaban en zonas rurales:

Tabla 3. Población urbana y rural 1938 - 1942

Años Urbana % Rural % Migratoria % 1938 969.943 33,85 1’893.616 66,14 1.016 0,01 1940 1’016.788 33,13 1’958.391 65,75 3.703 0,12 1942 1’063.097 34,41 2’021.866 65,46 4.115 0,13 Fuente: Ecuador en cifras. 1938-1942, Imprenta del Ministerio de Hacienda, Quito, 1944, pp. 53-55. Elaborado: por el autor.

En esa época, además, la mayoría de la población era serrana. Entonces la población costeña es la mitad que la serrana y la oriental es apenas la décima parte de ella. Una parte significativa es la población india: 39% según la publicación Ecuador en Cifras ya citada. La condición del indio no ha dejado de ser precaria lo cual es testimoniado por un alto prelado del arzobispado de Quito:

Todos los indios son libres [jurídicamente] en la actualidad, según las leyes de la república ecuatoriana; más hay algunos entre los mismos que, por carecer de tierras de labranza propias y no serles posible el ganarse la vida de otro modo, se han visto forzados a vivir en las haciendas de los blancos, prestándoles a éstos exclusivamente todos sus servicios en detrimento de su libertad (Rodríguez, 1949, p. 4).

Eso explica el porqué es tan importante el callejón interandino en los procesos electorales, donde las fuerzas conservadoras y especialmente la Iglesia católica tiene una enorme influencia, como se puede observar a continuación:

42

Tabla 4. Población por regiones 1938-1942

Regiones 1938 % 1940 % 1942 % Sierra 1’755.499 61,28 1’820.613 61,11 1’886.748 61,08 Costa 917.639 32,03 963.680 32,35 1’007.018 32,60 Oriente 188.304 6,57 188.730 6,33 189.005 6,11 A. de Colón 2.117 0,07 2.156 0,07 2.192 0,08 Inmigración 1.016 0,03 3.703 0,12 4.115 0,13 Totales 2’864.575 99,98 2’978.882 99,98 3’089.078 100,00 Fuente: Ecuador en cifras. 1938-1942, Imprenta del Ministerio de Hacienda, Quito, 1944, pp. 53-55. Elaborado: por el autor.

Siendo un país con fuerte rezagos feudales, y muy dependiente del imperialismo es lógico que, entonces, la educación todavía sea un privilegio de pocos, que forman parte de la pequeña burguesía urbana (lo que ciertos sociólogos llaman capas medias), pues apenas la quinta parte de la población sabe leer y escribir. Y que los padres, cuando tenía posibilidades, prefirieran enviar a los varones a la escuela antes que a las niñas.

Esto tiene fuertes consecuencias en los procesos electorales porque hasta el año 1979 el analfabeto no tiene derecho al voto. Y, esta condición margina de la política activa a las cuatro quintas partes de la población. De ello se desprende que especialmente la población campesina, india y montubia, tiene escasas opciones de salir de su inveterada pobreza mediante la obtención de una ocupación laboral mejor calificada. En esa época es frecuente que en muchos hogares se prefiera que sean los hombres quienes estudien, mientras que la mayoría de mujeres tienen que conformarse con ser iletradas.

Tabla 5 Población por cultura

Cultura 1938 Porcentaje 1942 Porcentaje Alfabetos 586.379 20,47 632.335 20,47 Semialfabetos 555.155 19,38 598.663 19,38 Analfabetos 1’723,041 60,15 1’858.080 60,15 Totales 2’864.575 100,00 3’089.078 100,00 Fuente: Ecuador en cifras. 1938-1942, Imprenta del Ministerio de Hacienda, Quito, 1944, pp. 53-55. Elaborado: por el autor.

43

Estas cifras demuestran que, en vísperas de la revolución, las cuatro quintas partes de la población adulta carecían de derechos políticos pues de acuerdo con la ley vigente, solo podían elegir y ser elegidos quienes sabían leer y escribir. De manera que la inaccesibilidad a la escuela constituía un mecanismo de discriminación política para los sectores más pobres de la sociedad.

Esa aparente contradicción debe obedecer a muchos factores: peores condiciones de salud y alimentación, trabajo excesivo para las mujeres más pobres, escasa o nula atención a la maternidad. En fin, la mujer entonces tiene una peor situación incluso entre sus iguales lo que explicaría una mortalidad más alta: Tabla 6. Población por sexo

Sexo 1938 Porcentaje 1942 Porcentaje Hombres 1’484.709 51,83 1’601.069 51,83 Mujeres 1’379.866 48,17 1’488.009 48,17 Totales 2’864.575 100,00 3’089.078 100.00 Fuente: Ecuador en cifras. 1938-1942, Imprenta del Ministerio de Hacienda, Quito, 1944, pp. 53-55. Elaborado: por el autor.

Si algo llama la atención es que entonces el sexo femenino represente el 48% de la población total, 113.160 mujeres menos que los hombres. Actualmente los demógrafos han demostrado que las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que el sexo masculino y por eso son más numerosas. En el caso de las mujeres indias, su situación es todavía más penosa, pues en todos los aspectos se observa su condición inferior. El mismo cura Rodríguez, que ya citamos, hace las siguientes observaciones acerca de la forma cotidiana de comportarse un matrimonio indio:

Es obligación de la esposa cuidar del esposo y servirle. Muy por la mañana, y antes de que el esposo salga al trabajo, prepara la esposa el desayuno y se lo sirve. Al medio día, si ella ha quedado en casa, llévale el almuerzo en una olla de barro al lugar del trabajo. Si por una razón u otra ambos tienen que ausentarse de casa, la esposa lleva encima una manta y sobre sus espaldas el alimento, consistente en cosas sólidas tan sólo y del que han de servirse a su debido tiempo (…) El esposo, en su carácter de tal, ejerce casi omnímoda autoridad sobre su esposa. Ordinariamente ésta nada de importancia hace sin la aprobación de su esposo. El esposo, y no la esposa, es quien entiende en los asuntos domésticos de alguna gravedad y los resuelve. Esto no quiere decir que entre los dos no se pongan de acuerdo. Muy por el contrario, antes de tomar una decisión importante se consultan mutuamente. Primando, eso sí, la voluntad del esposo (…) Con frecuencia se pone de manifiesto el respeto que la esposa tiene al esposo. Cuando los dos se presentan ante otra persona, especialmente si ésta es de alguna categoría, quien primero toma la

44

palabra es el esposo. La esposa ordinariamente no habla sino cuando es preguntada o cuando su esposo le indica que hable. Cuando van de camino el esposo precede a la esposa; si bien esta precedencia obedece también a una ley de protección. En casa, el primero en ser servido es el esposo, a no ser que estuviera presente un huésped, por tal o cual respecto superior a él (…) Parece estar convencida de que su esposo tiene derecho de reprenderla severamente y aún golpearla (Rodríguez, 1949, pp. 12-13).

No hay ninguna duda que el triunfo de la revolución rusa tiene gran impacto en el desarrollo de la conciencia política de las mujeres del mundo. También en el Ecuador.

Otros acontecimientos que influyen notablemente en la conciencia del país son la revolución mexicana, la guerra civil española y la segunda guerra mundial. Especial impacto tiene en las mentes de la época la denodada lucha del pueblo soviético en contra del fascismo hitleriano.

Por lo mismo, la conciencia femenina no queda al margen de acontecimientos tan impactantes. Las mujeres adoptan posiciones según su manera de comprender los acontecimientos, pero siempre tras el cristal de la experiencia social, de los prejuicios imperantes y según las aspiraciones que esperan alcanzar.

Por eso es tan meritoria la actuación de mujeres de pensamiento avanzado que desde AFE, hacen tanto esfuerzo para cambiar al país y, con él, la situación subordinada de la mujer. AFE era -como debe ser- un frente amplio de mujeres que agrupaban en su seno distinguidas intelectuales liberales, socialistas y comunistas, pero con amplia influencia social, determinada por la acción política de sus partidos matrices. Los sectores de la burguesía y de la pequeña burguesía y con deseos de reivindicar a la mujer, pero sin poner en tela de juicio el sistema socioeconómico, eran activistas o simpatizantes del Partido Liberal. Mujeres de la pequeña burguesía y de los sindicatos obreros militaban en el Partido Socialista y, mujeres de la pequeña burguesía, del proletariado y del campesinado de la Costa y de la Sierra, eran miembros del Partido Comunista:

AFE no era un núcleo de mujeres intelectuales militantes; se extendió su organización a los barrios populares quiteños, y en los sucesos revolucionarios, las mujeres del pueblo participaron activa y destacadamente. Si bien AFE tenía su fuerza principal en Quito y en otras ciudades de la Sierra, coordinaba actividades con núcleos femeninos del Guayas, que participaron en forma organizada en el levantamiento” [del 28 de mayo de 1944] (Vega, 2014, p. 103).

45

3.5 La caída de Arroyo

Dadas las características brevemente reseñadas antes, podemos decir que, a finales del gobierno de Arroyo, se habían configurado todas las condiciones objetivas -ajenas a la voluntad de las fuerzas políticas actuantes- de una situación revolucionaria que, como la define Lenin, surge, primero, cuando hay crisis en el mando político de la clase gobernante, que ya no puede mantener su dominio con los viejos métodos; segundo, se agudizan por encima de lo habitual las necesidades y penurias de las clases oprimidas; y, tercero notable incremento de la acción de las masas que ya no se resignan a la opresión ni a la falta de derechos políticos (Lenin, 1951, p.13).

En síntesis, las revoluciones “surgen cuando decenas de millones de personas -para el caso de Rusia en el decir de Lenin- llegan a la conclusión de que no pueden seguir viviendo como antes” y actúan en consecuencia.

Pero para que se produzca una revolución triunfante, como el tránsito del poder de una clase dominante a otra oprimida también es importante el factor subjetivo de la sociedad. Esto es la capacidad de los partidos revolucionarios de organizar a las masas populares de tal manera que derroquen a sus opresores. Y, aquí es donde los revolucionarios ecuatorianos se encontraron con las mayores dificultades.

No adelantemos criterios y primero revisemos como se desarrollaron los acontecimientos.

Cuando el gobierno de Arroyo del Río, preso de sus insolubles contradicciones empieza a desmoronarse, el pueblo ecuatoriano pasa a ser el actor más activo de los acontecimientos políticos. Cualquier acto de abuso del gobierno se vuelve un preanuncio de que el pueblo está dispuesto a reaccionar altivamente. Pero, arrogante como es Arroyo, no puede comprender que su final se acerca y que recibirá una sanción social de la que nunca podrá recuperarse.

La oposición cada vez más generalizada incorpora a un creciente número de mujeres en el combate a la dictadura disfrazada de régimen constitucional. Y ellas saben hinchar de bríos a los varones a que actúen de la manera más decidida posible.

Uno de los hechos que enardeció al pueblo quiteño fue el injustificable y vil asesinato de una niña de 15 años llamada María del Carmen Espinosa el 21 de mayo. Dos días antes, 46 el 19 de mayo los carabineros también asesinaron a un joven estudiante recién graduado del colegio Vicente Rocafuerte: Héctor Hugo Pauta.

El sepelio de esas inocentes víctimas se trasformó en masivos actos de protesta de un pueblo indignado hasta la exaltación. En el caso del joven Pauta, los carabineros no se limitaron con ultimarle, sino que después, mientras se velaba el cadáver en casa de sus padres, los carabineros quisieron apoderarse del ataúd. Más tarde, “cerca del anfiteatro donde debía realizarse la autopsia, nuevamente los carabineros impidieron el acceso al anfiteatro y cargaron con bayonetas contra la comitiva”. Por suerte, “la actitud serena de algunas personas caracterizadas evitó una segura mortandad entre los estudiantes” que masivamente y en silencio acompañaban a su compañero (De la Torre, 1993, pp. 35-36).

Multitudinario fue el entierro de María del Carmen Espinosa. El 23 de mayo unos 10.000 manifestantes acompañaron sus restos. Allí estaban presentes dirigentes de todos los partidos de ADE, todos los sindicatos de trabajadores, los gremios de choferes y controladores del servicio urbano y no pocos del rural. En resumen, una multitud perteneciente a todos los sectores de la sociedad, según crónica de El Comercio de 24 de mayo de 1944 (De la Torre, 1993, p. 36).

Silvia Vega ha recogido la crónica de El Mercurio que relata estos dos acontecimientos:

Inmensa muchedumbre participó en el imponente desfile fúnebre efectuado ayer. El traslado de los restos de María del Carmen Espinoza constituyó un acontecimiento raras veces presenciado en esta capital, como expresión de duelo. Dirigentes de los partidos aliancistas, universitarios, y estudiantes del Mejía, comités electorales y delegaciones obreras, presidieron el desfile seguidos por miles de personas y centenares de carros… Entre los oradores podemos citar al Dr. Vintimilla; la Sta. Nela Martínez, y un estudiante del Mejía (Vega, 2014, p. 102).

Para el caso de esta tesis, es particularmente interesante que, una joven comunista, dirigente de AFE, tenga una participación tan importante en los días previos al levantamiento popular. Eso demuestra que la organización femenina ha alcanzado un reconocimiento social tan grande que ya no puede ser ignorado, de manera que comparte tribuna con el conservador Mariano Suárez, futuro encargado del poder y con el dirigente liberal Teodoro Salem.

47

Lo que además demuestra que el prolongado trabajo de AFE entre los sectores populares es bien recibido por la población quiteña que, de otro modo, no la hubiera dejado intervenir.

La Dra. Romo Leroux destaca la participación estelar de la mujer en estos cruciales momentos de la vida política del país:

La situación se tornó insoportable y se hizo inminente la revolución, en cuya gestación las mujeres al igual que los hombres intervinieron decididamente, organizando comités, repartiendo volantes en fábricas y almacenes, participando en las manifestaciones callejeras y en una serie de acciones encaminadas a derribar la dictadura. Destacada actuación tuvieron Nela Martínez, Isabel Herrería, Ana Moreno, Corina Hidalgo, Alba Calderón, Luisa Gómez de la Torre, Nelly Cereceda, Dominga Holmes, María Julia Salazar, Gloria Baquerizo, Alicia Arévalo, Elfida Suárez, Rosita Castillo, Zoila de Novillo, Isabel de Cereceda, Carmen Obregón, Esther Rites, Digna Baidal, Felicia Brown, Zeneida Balcourt, Encarnación Alvarado, y muchas otras entre las cuales sobresalieron las campesinas de Cayambe, quienes al mando de la indígena Dolores Cacuango se tomaron el cuartel de esa población (Romo Leroux, 1975, p. 94-95).

Existen momentos en los que la historia se acelera, y lo que un día parecía impensable, al siguiente se convierte en inevitable.

El 28 de mayo, un respetable dirigente liberal, Francisco Arízaga Luque, encabezó el levantamiento popular y militar en contra del régimen arroyista.

Al día siguiente Arroyo se refugió en la embajada de Colombia y posteriormente abandonó el país

Siguiendo las instrucciones del Partido Comunista, a través de sus activistas dedicados al trabajo campesino, los indios de Cayambe que tan decididamente lucharon por la caída de Arroyo, se movilizan para aplaudir a quien aparece como la esperanza ecuatoriana de solución a los problemas del país: Velasco Ibarra. Una crónica de El Comercio de 2 de junio de 1944 cuenta que en Cayambe Velasco fue recibido por más de 200 indígenas, que a caballo formaban una calle de honor junto a más de quinientos indígenas que lo vivaban y hacían la “V” (De la Torre, 1993, p.36).

3.6 La Gloriosa en Guayaquil

Según los varios testimonios recogidos sobre el estallido popular de La Gloriosa de 1944, fueron tantas las contradicciones generadas al pueblo ecuatoriano que existió un alto 48 grado de organización y voluntad de cambio. Y es que fue de conocimiento del régimen arroyista que desde hace más de dos años que se habían organizado fracciones para intentar derrocarlo, y en 1944 más que nunca el movimiento se fortaleció y fue integrado por cientos de trabajadores, estudiantes, indígenas y mujeres.

Aquel domingo 28 de mayo de 1944 en el puerto principal sabían que algo iba a pasar, era cuestión de horas nada más para el arroyismo y sus secuaces vieran su hora final. A continuación, un fragmento de “Estampas de la Revolución” realizadas por el escritor comunista Joaquín Gallegos Lara tomados del Noticiario Tropical, diario El Universo del 12 de junio de 1944:

Fuego Solitario. Nada empezaba a las nueve y media de la noche. Los transeúntes se retiraban a sus casas. De pronto sonó un tiro aislado en la Avenida Olmedo. Luego, los guardas del Estanco, con descargas de sus viejos fusiles se lanzaron a perseguir por la corta callejuela Huaynacapac a un patalsuelo de camisa desgarrada que retrocedía de pilar en pilar, replicando fuego a fuego. Era un solo hombre con un solo revolver; era el pueblo. Entre tiro y tiro, sereno, atento a hacerse oír, les gritaba: ‒¡¡¡Viva Velasco Ibarra, carajo!!! El que esto escribe lo escuchó que antes de disparar su último tiro y alejarse, roncaba más abajo no gritándoles a ellos, sino conversando con su propia alma: ‒Esta última por el chico Pauta y la señorita Espinoza. (INIESEC, 1984, p. 188).

La fecha se había adelantado pues los apresamientos de líderes civiles y las sospechas de que la joven oficialidad tramaba algo hizo que se adelante para el domingo 28 de mayo en pleno día la madre.

Elementos militares que conformaban el Batallón de Infantería Carchi, Ingenieros de Chimborazo, artillería y conscriptos Villamil, junto con cientos de civiles y las guardias de choque del batallón Roosevelt atacaron al Cuartel de Carabineros.

En seis bocacalles distintas a la redonda, cada una a diez cuadras del cuartel de carabineros, comenzaron los primeros choques. Los soldados avanzaban en son de guerra, tomándose las esquinas. La noche, aún joven como se dice al empezar un baile, iniciaba un viento fresco.

‒Adelante pueblo! Adelante soldados ¡Viva Velasco!

49

Algo se les había quebrado dentro. A pesar de su fuego superior, retrocedían. Consideraban a los conscriptos como bisoños, en tanto que se sentían la guardia pretoriana preferida del tirano. ¿Qué los quebraba?

¿Era el nombre de Velasco que, en espantosa contradicción constituía también su esperanza, pues, bajo sus uniformes pardos, igual que los demás eran pueblo ecuatoriano?

De estante en estante, de bocacalle en bocacalle, perdían terreno. Ya la sangre se había mezclado al sudor con pólvora y al sereno pálido de la noche azul de mayo. Muchos cuerpos yacían inmóviles, tiesos, caídos en media calle o en los portales ¿A dónde ir? Atrás, en el barrio del Astillero, el Chimborazo atacaba.

La rebelión popular había estallado y al frente de ella estuvo el Capitán Sergio Girón representante de la joven oficialidad inconforme con la triste realidad del humilde pueblo ecuatoriano, los representantes de ADE núcleo Guayas a la cabeza por Francisco Arízaga Luque, Pedro Saad y Enrique Gil Gilbert, junto a estudiantes, mujeres, obreros, intelectuales y las llamadas guardias de choque armados por el ejército.

Los guardias de choque de la Alianza, mil muchachos de veinte años, se reunían, aguardando recibir armas. Murmuraban los nombres de la Revolución y de Velasco, los rodeaba la espera en un solar de Calvopiña en Ballén, cerca del cuartel. Gallegos prosigue relatando:

Ellos odiaban la tiranía y la corrupción de Arroyo. Anhelaban la libertad, la regeneración, el castigo de explotadores y traidores, confiaban en sus hermanos del Ejército. Eran ayudados por los técnicos organizadores que los comunistas les habían enviado: Simón Zambrano, el experto y coordinador; el turco vehemente Fortunato Safadi; Franklin Pérez, revolucionario puro, ebrio de humanismo; Maldonado, de sonrisa suave y corazón temerario (INIESEC, 1984, p. 186).

Desde que inició el estallido popular en Guayaquil la noche del 28 de mayo hasta la mañana del 29 de mayo según el testimonio del Capitán Sergio Girón, de los 1000 efectivos del cuerpo de carabineros del Guayas que combatieron ferozmente, apenas 90 quedaron con vida. En tan solo un día de combate cientos de civiles quedaron heridos y otras fallecieron. La implacable rabia popular que se había desbordado incendia el cuartel de carabineros en busca de justicia y un baño de sangre purificador ante sus crueles verdugos.

50

No existe un dato preciso sobre las víctimas mortales de la jornada del 28 y 29 pues algunos periódicos de la fecha estiman que fueron 230 muertos (El Día, 30 de mayo de 1944), y autores como De la Torre presentan cifras de diarios que mencionan que fueron más de 200 heridos y más de 120 muertos, otros señalan que hubieron 55 entierros y de 15 a 63 cadáveres no identificados la mayoría de ellos carabineros, pese a la no existencia de este dato exacto lo que sí es seguro es que la sangre derramada fue del pueblo, el pueblo llano y el pueblo con uniforme.

Una furia colectiva se desató en contra de los albornocistas y algunas instituciones estatales que representaban al régimen, De la Torre señala que fueron quemados los salones de baile “El Pigalle” y “El Dixie” propiedad de los hermanos Echeverría y los bares restaurantes Miraflores del señor Enrique Zamora, el almacén de abarrotes y salón licores de Tarquiño Alaña. Las instituciones destrozadas fueron la Jefatura de Tránsito, la Comisaría Tercera y la Inspectoría Provincial del Estanco y la Caballería de la Policía.

La propiedad de algunos personajes nefastos que fueron cercanos al régimen fueron quemados: el automóvil del gobernador del Guayas y el domicilio del Inspector de Seguridad del país el Comandante Manuel Carbo Paredes, por ejemplo.

Según los diarios porteños El Telégrafo y El Universo en su edición extra del 30 de mayo de 1944 relatan los siguientes hechos:

Luego de rudo combatir cayó el Cuartel de Carabineros. Restos de la Unidad se rindieron al Ejército y civiles armados, después de sufrir crecidas bajas en la lucha. El segundo y tercer Jefes del grupo de Carabineros murieron en la lucha. Los comandantes: Lugardo Proaño y Luis Andrade. El primer Jefe Coronel Carlos M. Rosales cayó preso. La masa popular enfurecida prendió fuego al Cuartel. Es imposible fijar con certeza el número de bajas, pero en el Anfiteatro anatómico y en la sala de profundis, se encontraban numerosos cadáveres del día de ayer. Intenso júbilo popular por el Triunfo de la Revuelta, se evidenció en las manifestaciones copiosas que fueron organizadas.

La victoria del estallido popular conocido popularmente como “La Gloriosa” de mayo de 1944 había llegado en la mañana del 29, ahora solo quedaba salvaguardar y tomar el orden de la ciudad para impedir que siga el derramamiento de sangre y que no mueran más inocentes.

ADE en Guayaquil rápidamente tomó el control de la situación y, para evitar desmanes, comenzaron a organizar brigadas de conscriptos y obreros y los enviaron a casas a las 51 cuales podrían ir a saquearlas o destruirlas por ser amigos de Arroyo y el otro propósito era desarmar a los ladrones que pudieron aprovecharse de la situación.

Consolidado el triunfo de la revolución el Dr. Francisco Arízaga a nombre de ADE y el cap. César Montúfar como Jefe Civil y Militar de la Provincia enviaron un telegrama al Dr. Velasco Ibarra que estaba en la ciudad de Pasto para invitarle a que retorne al país y se una la lucha.

Se construyó una Junta Provisional de Gobierno en la ciudad que fue conformada así:

Jefe Civil- Militar: Mayor Julio C. Sáenz. Junta Asesora: Dr. Francisco Arízaga Luque; Dr. Alfonso Larrea Alba; Efraín Camacho Santos; Ángel Felicísimo Rojas; Pedro Saad; Aparicio Plaza Sotomayor Secretarios: Dr. Armando Espinel Mendoza y Pedro Jorge Vera. Gobernador: Dr. Pedro Pablo Egüez Baquerizo Intendente de Policía: Dr. Carlos Puig Vilazar (Vega, 2014, p. 113).

Dicha junta tendría una vigencia hasta la llegada de Velasco Ibarra, luego decidirían con él si asume el mandato o hay otras salidas como la de convocar elecciones presidenciales o la instalación de una nueva Asamblea Constituyente. Otras de las competencias que tuvo la Junta fue la de enviar comunicaciones a los cónsules de EE.UU. y Gran Bretaña sobre el carácter democrático y antifascista de la Revolución, además articuló comunicación con el resto del país.

3.7 La Gloriosa en Quito

La llegada de noticias a la ciudad de Quito el 19 de mayo fueron confusas pues decían que en Guayaquil había estallado la revolución, pero que había aniquilada por refuerzos militares enviados desde Salinas, Guaranda y Riobamba; y temían un ataque a la capital.

52

Según testimonio del Dr. Francisco Pólit Lasso, el domingo 28 de mayo fue un día de mucha actividad política pese a ser día de la madre. El Comité Leonidas Plaza Lasso fue en comitiva a llevarle un ramo de flores a la madre de Velasco Ibarra doña Delia Ibarra de Velasco. La señora agradeció a la delegación y les pidió que se cuidaran, la respuesta de ellos fue que no se preocupen y que lo único que pasaría era que su hijo sería el nuevo Presidente de la República.

La mañana del 29 de mayo, dice Pólit, los periódicos retardaron su circulación. Se presumía que algo transcendental estaba sucediendo, al fin salió el diario “El Comercio” con un gran titular “Movimiento Subversivo Estallo en Guayaquil”:

El comercio cerró sus puertas, toda la actividad se paralizó y los ciudadanos comenzaron a agruparse en las esquinas a vivar a la Revolución. Carros militares con soldados y conscriptos pasaban después del mediodía. Viva Velasco Ibarra, Viva ADE. El gobierno se concretó en la casa presidencial (al final del Parque de Mayo) y a su alrededor había un cerco de guardias. La policía se replegó a su cuartel, mientras llegaban noticias del movimiento triunfante en Guayaquil, del levantamiento del pueblo de Riobamba. Al anochecer el pueblo entero estaba en las calles y llegó la noticia de la renuncia de Arroyo, su asilo en la Embajada de Colombia y el desbande del gobierno (Muñoz, 1984, pp. 56-57).

El pueblo vibraba de alegría, una gigantesca manifestación popular se tomó las calles y se dirigió a la Plaza de la Independencia y gritando vivas a la Revolución, Velasco Ibarra y ADE. Portaron retratos de Velasco y las banderas nacionales y realizaron la “V” señal distintiva de los partidarios de ADE, según calculan hasta las 10 de la noche cerca de la mitad de la población de la ciudad de Quito estuvo volcada a las calles apoyando el triunfo de la revolución.

A la media noche del 29 el Buró Político de ADE se encaminó al Palacio de Carondelet y asumieron el Poder. Como menciona en su relato Pólit la falta de policía fue suplida por los jóvenes universitarios que formaron una guardia y que se distinguían con un brazalete rojo, pero nada pasó en la ciudad, no hubo desmanes ni atentados en contra de nada ni nadie.

53

Otro participante de la revolución, el Dr. Plutarco Naranjo, también relata su vivencia en el libro de Muñoz, y dice lo siguiente sobre cómo se desarrolló el momento revolucionario en la capital:

En Quito había noticias vagas y confusas, pues las comunicaciones habían quedado interrumpidas. El gobierno mismo no tenía noticias exactas de la situación en Guayaquil. Los batallones acantonados en Quito se habían negado a movilizarse contra Guayaquil, para defender al gobierno. Según se supo con posteridad. Arroyo del Río, había renunciado a la presidencia la noche del 29, aislándose luego en la legación de Colombia. Durante ese mismo día lunes 29, vimos desaparecer de las calles de Quito a los carabineros y los estudiantes nos tomamos la ciudad…. Al día siguiente ya no había gobierno, el pueblo se había volcado a las calles y los estudiantes asumimos la responsabilidad de supervigilar la ciudad. Desde luego, a pesar del odio que existía contra miembros de gobierno, no se produjeron desórdenes ni atropellos… En la tarde de ese mismo día no tomamos el Palacio Presidencial. Estuve entre los primeros en entrar en el despacho del Presidente. Encontramos su escritorio cubierto de papeles y comunicaciones, todo en gran desorden. Nos instalamos en el Palacio y comencé luego a redactar los primeros boletines de prensa, anunciando el triunfo de la revolución (Muñoz, 1984, pp. 265-266).

Como demuestran los testimonios anteriormente citados en la ciudad de Quito a diferencia del puerto principal no hubo actos violentos ni mayor resistencia de parte de la fuerza que cuidaba al gobierno de Arroyo del Río, sino todo lo contrario hubo mucho consenso y los hechos se fueron dando de forma pacífica.

Mas sin embargo dentro de estos acontecimientos ocurridos en Quito, hay uno en particular que llama la atención, según el testimonio del socialista Manuel Agustín Aguirre el Buró Político de ADE recibió una invitación del Coronel Pablo Borja que deseaba reunirse con una delegación de dicho Buró. Los delegados fueron el Jefe Nacional del Frente Democrático Ponce Enríquez, por la derecha, y por la izquierda el Secretario General del PSE y el socialista Dr. Juan Isaac Lovato.

Cuando ingresáramos a un cuartel situado en La Magdalena, donde se hallaban reunidos numerosos oficiales, nos esperaba el coronel Borja, quien mirando su reloj pulsera, nos dijo; Señores, tengo para ustedes unos pocos minutos. He sido designado por la oficialidad de todos los batallones, Jefe Civil y Militar del Norte y Centro de la República y en tal virtud los conmino a retirar inmediatamente a las masas de las calles. Habrá elecciones libres, el doctor Velasco podrá retornar al país cuando desee y seguramente triunfará. Replicamos que eso significaba la proclamación de una dictadura militar y sin más nos introdujimos en la sala de oficiales, donde pudimos reconocer algunas caras amigas y preguntamos a los señores oficiales si estaban todos de acuerdo

54

con la dictadura del coronel Borja, que acababa de proclamarse (Muñoz, 1984. pp. 225- 226).

Los militares aclararon que ellos no habían autorizado eso, después de conversar con los oficiales aclararon las cosas y dispusieron prisión al capitán Borja, militar que había estado ocupando un alto cargo al servicio de Arroyo del Río, nombraron al mayor Leonardo Chiriboga, hombre cercano a ADE como Jefe de Policía. Se había develado un intento de dictadura militar.

3.8 La Gloriosa en Cuenca

El 29 de mayo de 1944 los diarios cuencanos informaron sobre la rebelión popular en la ciudad de Guayaquil. El mismo día según recoge datos la autora cuencana Catalina León se prendió la protesta y comenzó la movilización que duro hasta el día siguiente.

Después de difundir la noticia los principales dirigentes de ADE fueron apresados: “Dr. Carlos Cueva, Lcdo. Rafael Galarza A, universitario Rafael Arízaga V, Dr. Gonzalo Cordero Crespo, Lcdo. Luis Cobos Moscoso y el artesano José Miguel León” (León, 2016, p. 50).

Por temor a la población la ciudad pasó a manos del cuerpo de carabineros, la vigilancia se reforzó con la instalación de ametralladoras en las esquinas cercanas al cuartel de policía, pero pese a todo el pueblo cuencano salió a las calles en una gran manifestación.

Los dos hechos que más destacan en la ciudad de Cuenca según manifiesta De la Torre fue la represión policial en contra de las celebraciones por la dimisión de Arroyo del Río. Se disparó en contra de los manifestantes que gritaban “Viva Velasco, Abajo el Régimen de Tiranía, Viva a la Revolución” (El Telégrafo, 3 de junio, 1944) cuando pasaron frente al edificio de Estancos y Alcoholes. Murieron tres. Una de ellas, el ebanista Luis Moncayo antes de morir se expresó así: “Viva Velasco compañeros sigan luchando hasta salvar a la patria. No miren mi sangre, miren como sangra y se desagarra la patria” (El Comercio, 31 de mayo, 1944). Así mismo, el mecánico Miguel Zambrano exclamó: “muero por mi patria”, a lo cual uno de los familiares que lo sostenía contestó “así me gusta valiente muchacho (León, 2016. p. 50). También murió un hojalatero. Resultaron heridas diez personas: un estudiante universitario, un joven, un chofer, un sastre y seis personas de ocupación desconocida” (De la Torre, 1993. p. 51).

55

Y el segundo hecho fue aquel que sucedió en torno a la residencia del entonces legislador por el arroyismo el liberal Arturo Neira, según testimonio recogido por Catalina León a F. Avendaño:

El domicilio fue invadido por la muchedumbre, que procedió a lanzar a la calle el mobiliario, el piano, los espejos de cristal de roca. Los levantados lo destrozaron todo, sin llevarse nada. Se trataba más bien de un desagravio de índole social y política, no solamente porque Neira era diputado por el régimen de turno y su hermano Manuel Ignacio, el jefe de pesquisa, sino también debido a la violencia hacia los campesinos a su servicio (León, 2016. p. 51).

Tal como sucedió en Guayaquil, en la ciudad de Cuenca si hubo vestigios de violencia y represión al pueblo por parte de los representantes del régimen arroyista en un intento de conservar el orden establecido, como denotan las notas de prensa el saldo fue de fallecidos y de heridos. La respuesta del pueblo no se hizo esperar y tomaron acciones en contra de un representante del arroyismo que había maltratado a los estratos populares de la ciudad abusando de su poder.

3.9 La llegada de Velasco

El 30 de mayo el país se encontró en la siguiente situación: en la ciudad de Guayaquil estuvo constituida una Junta Provisional de Gobierno, en Quito el Buró Político de ADE se había posesionado en el Palacio de Gobierno después de la renuncia de Arroyo del Río, en el resto del país el ejército se hallaba adherido a los principios de la revolución y existió una gran acogida popular.

Velasco Ibarra, el gran ausente había iniciado su viaje a Ecuador desde la ciudad de Pasto después de recibir la noticia de la victoria de la revolución. A las 15h30 horas del 30 de mayo se hallaba en la ciudad de Tulcán, en donde le darían encuentro algunos comités velasquistas. Como narra Aguirre, desde que se conoció el itinerario de Ibarra los dirigentes de los partidos de centro y de derecha rápidamente se movilizaron para darle encuentro en desenfrenada competencia con el objetivo que ya es de conocimiento histórico. Aguirre aclaró que “los dirigentes de izquierda nos mantuvimos en una actitud digna junto a las masas” (Muñoz, 1984, p. 227).

56

La caravana en la cual se movilizaba Velasco avanzaba con lentitud debido que paraba en cada pueblo y caserío, pues todos quisieron conocer y saludar al gran ausente. Vega en su texto sobre La Gloriosa manifiesta que en la ciudad de Carchi tuvo un recibimiento “delirante y apoteósica”: alrededor de treinta mil personas se reunieron en las calles y plazas para recibir al candidato de ADE.

En la ciudad de Quito lo esperaban ese mismo día, pero Velasco debió de cumplir sus compromisos con el ala centro-derecha de la revolución. Es así que se hospedo en la hacienda “Pinsaquí” propiedad de Modesto Larrea Jijón. En dicha residencia se realizó una conversación en la que no participaron ni comunistas ni socialistas, en la cual ya hubo de pactarse y acordar como repartir el poder y marginar a ADE que ya resultaba ser demasiado incómodo para sus verdaderos intereses de clase.

Según describe el diario El Comercio del 1 de junio de 1944 el recorrido de Velasco Ibarra a la ciudad de Quito estuvo llena de recibimientos llenos de patriotismo y algarabía por parte del pueblo en varias localidades, quizá uno de los más destacados por su significación es la calle de honor realizada por los indígenas pobladores de Cayambe y sus lideresas indígenas Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña.

El titular del mencionado diario fue “Apoteósico recibimiento se tributó al Dr. José Velasco” y narra cómo Guayllabamba fue el sitio escogido por el Buró Político para darle el saludo oficial al doctor José María Velasco Ibarra. La población adornó sus casitas y calles de leyendas y banderas en honor al gran ausente.

El 31 de mayo Velasco llegó a Quito, y como menciona dicho diario “La entrada del doctor Velasco Ibarra a la capital revistió caracteres grandiosos que hasta la fecha posiblemente, no se ha rendido a persona alguna en la vida histórica de la Capital.

A las 5 de la tarde llegó Velasco al Palacio de Gobierno entre honores militares y repiques de campanas, lo aclamaron grandes masas cuando apareció en el balcón del palacio.

El espectáculo que ofrecía la Plaza de la Independencia vista desde la altura era el de una ola humana, que en medio del más absoluto orden se movía en apiñada muchedumbre, ávida de contemplar el arribo del candidato popular… Personas que por su edad han tenido oportunidad de presenciar acontecimientos de esta naturaleza expresaban que jamás habían visto un espectáculo tan imponente como el que se ofrecía en la tarde de ayer, con la participación de todos los habitantes de Quito. Sin temor de

57

equivocarnos podemos decir que alrededor de sesenta mil personas contemplaron la llegada del Dr. Velasco Ibarra (Vega, 2014, p. 128).

Ante tanta algarabía del pueblo y aprovechando el momento se consumó la traición sin previa consulta al Buró de ADE, una maniobra planificada con antelación fue realizada por el Director de turno el señor Julio Teodoro Salem quien, en plena Plaza Grande, ante el asombro de todos, entregó el poder a José María Velasco Ibarra declarándolo como Jefe Supremo, violando todo acuerdo sobre el camino que debería tomar la revolución. Había dado un golpe mortal la derecha sobre las fuerzas populares.

Manuel Agustín Aguirre narra sus recuerdos sobre el hecho histórico:

En la tarde lluviosa del 31, en la Plaza Grande de la Independencia, desbordante de un pueblo enardecido y esperanzado, presenciamos el acto insólito y arbitrario de la entrega del poder, simbolizado en una bandera, que le hiciera el Director de turno del Buró, señor Julio Teodoro Salem, violando lo resuelto en una sesión anterior, en la que se decidiera que debía hacérselo en una sesión especial, en la que se le presentara un informe completo sobre la situación del país y se tratara de la organización del gobierno y su acción inmediata ( Muñoz, 1984. p. 227).

Las infamias continuaron como su relato narra:

Con todo, se convino en celebrar una sesión del Buró a las 8 pm. Del mismo día, en el Palacio de Gobierno. Mientras esperábamos la sesión y atendíamos algunos llamados de provincias, cuyos puestos de dirección habían sido tomados por numerosos socialistas, fuimos abordados por periodistas, quienes al conocer de la reunión nos informaron que está estaba realizando me parece que en la casa del doctor Ponce Enríquez y que el Gabinete ya se había conformado, dándonos algunos detalles. En efecto, nos reunimos los dirigentes de los partidos de izquierda, pero los otros delegados no llegaron (Muñoz, 1984, p. 227).

La misma noche del 31 de mayo Velasco prescribió sus dos primeros decretos: el primero fue para convocar a la Asamblea Constituyente y puso en vigencia la Constitución de 1906 “en cuanto no se oponga a los principios de la Revolución” y el segundo fue para nombrar a su gabinete que quedó conformado por las siguientes personas:

Dr. Aparicio Plaza Sotomayor, Ministro de Gobierno y Policía. Dr. Camilo Ponce Enríquez, Ministro de RR.EE. Dr. Carlos R. Sánchez, Ministro de Educación Pública. Dr. Luis Eduardo Lasso, Ministro de Hacienda. Sr. Julio Teodoro Salem, Ministro de Obras Públicas. Tnte. Crnel. Carlos Mancheno, Ministro de Defensa Nacional. Dr. Mariano Suárez Veintimilla, Ministro de Agricultura. Ing. Alfonso Calderón Moreno, Ministro de Previsión Social (Vega. 2016. p, 129). 58

La izquierda fue excluida del gabinete que hubo conformado Velasco Ibarra y el reparto ya estaba consumado, pues la mayoría de los nombres ahí expuestos son del centro a la derecha más recalcitrante, tan sólo el último nombre era afiliado al Partido Socialistas Ecuatoriano.

La convocatoria a la Asamblea Constituyente significaba a grandes rasgos institucionalizar a la revolución y desviar la atención del pueblo hacia el juego electoral, consiguiendo que se minara la unidad anteriormente lograda, dando así por terminada aquella fuerza que fue motor para el proceso revolucionario de la jornada de mayo. En efecto como logró sintetizar el ingenio popular, de la nueva realidad nacional se decía lo siguiente: “los muertos están en Guayaquil, los vivos en Quito”.

El 4 de mayo de 1944 Velasco viaja a la ciudad de Guayaquil y tiene un recibimiento como un verdadero héroe de la democracia. Su entrada a la ciudad fue al igual que en Quito apoteósica, la alegría inundaba las calles de la urbe porteña y aproximadamente unas ochenta mil personas recibieron al gran ausente.

Sergio Girón en sus memorias menciona:

Velasco al asomarse a los balcones del Palacio de la Zona fue que llegó al éxtasis al ver como los corazones del pueblo entero de Guayaquil se desbordaban de entusiasmo y alegría, y con las manos en alto formando la V.V, lo vivaban incesantemente, lo mismo que a la libertad, la democracia, el ejército, la Alianza Democrática y el Ecuador. Tomaron la palabra Arízaga Luque, Sergio E. Girón, Alejandro Idrovo a nombre de UDU, Pedro Saad. Todos los oradores invariablemente, remarcaron dos pedidos al Jefe Supremo: el cumplimiento del programa de ADE y la sanción a los “traidores” arroyista (Vega. 2016, p, 130).

3.10 La Constituyente de 1945

Las elecciones para la Asamblea Constituyente que se realizaron el 23 de julio de 1944 fueron las más libres y democráticas que haya tenido el Ecuador. En esas elecciones se enfrentaron dos bloques: el de la derecha (Partido Conservador, Frente Democrático Nacional) y el de ADE agudizando las contradicciones de clase, pues estos dos bloques representaban con claridad intereses particulares ya sea de la élite económica o los del pueblo.

59

Durante la campaña se evidenciaron un aparente boicot por parte de la derecha y sus aliados como la iglesia para impedir el fortalecimiento y la conquista de escaños en las próximas elecciones e impedir que así la Asamblea Constituyente tuviera una composición mayoritariamente de izquierda.

Citamos a continuación un extracto del pronunciamiento del Arzobispo de Guayaquil que fue citado en el discurso del presidente Velasco transmitido en cadena nacional radial, el 23 de julio de 1944:

Con insistencia aterradora se nos viene manifestando, sobre todo en los últimos días, que los partidos políticos de izquierda y de modo especial el comunismo, con motivo de las próximas elecciones, se van a lanzar a desmanes sociales como la quema y saqueo de las iglesias y aún el asesinato de sacerdotes y monjas. Esto ha sembrado la inquietud y la alarma entre el pueblo cristiano (Vega, 2016, p, 148).

No obstante, la clase trabajadora se encontraba con un alto grado de conciencia y la correlación de fuerzas le favoreció, pues los resultados de esas elecciones dieron como triunfo a ADE en las provincias más importantes: Pichincha, Guayas, Loja, El Oro, Esmeraldas, Los Ríos, Manabí, Napo y Pastaza, como se puede ver en el siguiente cuadro:

Tabla 7 . Composición global de la Asamblea Constituyente de 1944-1945

Tendencia política Diputados Diputados Total Provinciales Funcionales Independientes 1 1 2 Frente Electoral 20 3 23 Velasquista ADE 37 30 67 Socialistas 18 13 31 Liberales 15 13 28 Comunistas 4 4 815 Fuente: Vega Ugalde, 2014. p. 153. Elaborado: por la autora.

En los datos de ADE se incluyen a los socialistas, liberales y comunistas.

60

Pese la victoria en las urnas de ADE a la larga quedaron envueltos en la institucionalización de la revolución que cambió la correlación de fuerzas, y se fueron fortaleciendo los grupos de poder, pues al ser viejos conocedores sobre las artimañas que se desenvuelven en esos espacios y sumada la influencia que podían ejercer en Velasco Ibarra, fueron minando toda posibilidad de que la Asamblea Constituyente llegará a desarrollarse con éxito.

La Constituyente finalmente terminó de minar la relación con el pueblo que estuvo cerca de la izquierda a lo largo de los acontecimientos. Así es como los dirigentes que estuvieron al pie del cañón se encontraban atascados en los embrollos administrativos permitiendo que se desmonte todo lo construido.

En las primeras semanas la Asamblea se embarcó en la tónica de sancionar y enjuiciar a todos los traidores arroyistas, pero conforme esto afectó a la sacrosanta propiedad privada, pues ya no eran simples sanciones morales ni políticas reacciones, la burguesía reaccionó de inmediato.

Velasco cada día se alejaba más de la revolución que un día admiró y prometió defender, su corazón de péndulo cada vez más oscilaba a la derecha. La influencia de algunos personajes como Camilo Ponce Enríquez, intrigaban cuanto podían contra todo proyecto progresista. Otra personalidad nefasta para el movimiento fue Guevara Moreno un político joven que supo ser hábil y malicioso para conseguir sus objetivos.

3.11 La Constitución de 1945

Una de las favorables consecuencias de la revolución de mayo de 1944 para el avance democrático de nuestro país fue la aprobación de la Constitución expedida el 5 de marzo de 1945 por la Asamblea Constituyente, que determinó la redacción de una constitución innovadora, realista y sociológica que interpretó profundamente la problemática nacional. Pese a las virtuosas características antes mencionadas fue corta su vigencia: de apenas un año y veinticuatro días, pues el 30 de marzo de 1946 fue derogada gracias a la autoritario y antidemocrática conducta de Velasco Ibarra.

61

Entre los legados dejados por esta constitución está la definición con firmeza que perfila al Estado ecuatoriano como un cuerpo político independiente, soberano, democrático y unitario es decir la afirmación de soberanía nacional. Independencia de la Función Electoral con la creación del Tribunal Superior Electoral para garantizar elecciones libres y autónomas al control del Poder Ejecutivo. Creación del Tribunal de Garantías Constitucionales con amplias funciones para garantizar que no se viole la Constitución y sus principios. Establecimiento de Congreso unicameral conformado por diputados electos y funcionales. La regulación de la aprobación del presupuesto estatal por el Congreso y el Ejecutivo. Régimen administrativo descentralizado con el restablecimiento de los Concejos Provinciales, convirtiéndose en los impulsores de obras públicas.

Una conquista democrática obtenida en el marco de las garantías fundamentales de los derechos individuales fue la creación del Habeas Corpus. Otra de las victorias dentro de esta constitución fue la introducción de normas que establecieron la igualdad entre cónyuges, la igualdad de derechos de los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio y defiende el patrimonio familiar declarándolo inalienable.

En el ámbito educativo se establece que en las escuelas donde predominen la población indígena se usará para la enseñanza la lengua quichua. La constitución también estableció la autonomía universitaria como garantía indispensable para liberar a la educación y a la enseñanza profesional de la imposición política gubernamental.

En materia económica la constitución también estableció normativas en torno al régimen de la vida económica pues esta debe responder a principios de justicia social y a una existencia digna. Y se establecieron la remuneración mínima para los trabajadores para que puedan cubrir sus necesidades personales y familiares. Se fijó la jornada laboral de cuarenta y cuatro horas con media jornada del día sábado y la jornada nocturna será remunerada con un cargo extra. Se erradicaron las formas de trabajo obligatorio y se agregaron conquistas referentes a los contratos de trabajo, derecho a la huelga, paro patronal, descanso y vacaciones y seguro social.

En cuanto a las mujeres trabajadoras, se creó una legislatura que por primera vez la protegía. La constitución dice que a ninguna madre trabajadora se la puede separar de su trabajo, se declara en descanso anterior y posterior al parto que será también remunerado

62 y se garantizó la lactancia materna con tiempo para alimentar al niño y dotar de espacios aptos para esta actividad.

Como se menciona en la biografía de Ricardo Paredes, militante del partido Comunista:

Velasco Ibarra estaba convencido que la Revolución de Mayo era un “triunfo personal” y para él la Constitución de 1945 era: “bárbara, absurda, utópica e imposible” y de corte bolchevique inspirada por el “comunismo criollo y dirigida a la lectura de los iletrados indios”. El viraje para la derecha conservadora y clerical, fuente de donde Velasco Ibarra abastecía su ideología, estaba en curso (Paredes, 2012, p. 211).

Pese a estos hechos la influencia de la izquierda en la redacción de la Constitución de 1945 fue decisiva y se introdujeron nuevos elementos democratizadores en el régimen estatal, siendo garantizadas la igualdad ante la ley, pues quedaron relegados los privilegios personales y toda aquella segregación por motivos de clase, sexo o raza.

3.12 La contrarrevolución

Después de que la Constitución se expidiera en marzo de 1945, los partidos de izquierda pasaron a ser de oposición, cambiando así drásticamente la correlación que hace poco tiempo hubo de favorecerlos.

No obstante haberse declarado ser de izquierda Velasco mantenía sus viejas costumbres antidemocráticas y se dejaba llevar por las improvisaciones que era la forma que como le gustaba para hacer política, e incumplió con el programa de ADE.

Su accionar no se diferenció de lo que había hecho anteriormente Arroyo del Río continuó, según menciona Vega, entregando concesiones al capital extranjero, como la otorgada la víspera de la reunión de la Asamblea Constituyente a la Anglo Ecuadorian Oil Fields por 41.500 hectáreas y 50 áreas de terrenos petrolíferos; pretendió alquilar las islas Galápagos por 99 años a EE.UU; declaró enfáticamente el respeto al Protocolo de Río de Janeiro; profundizó la miseria popular favoreciendo el proceso inflacionario; reprimió y conculcó elementales derechos ciudadanos, mantuvo intacto el poder burgués (Vega, 2016, p. 171).

63

El camino hacia la contrarrevolución se estaba trazando. A toda costa se intentó impedir el tránsito del pueblo ecuatoriano hacia una fase más avanzada, los discursos se fueron cayendo, las ilusiones transformadoras llegaron a su fin con la caída de la careta que cubrió el verdadero rostro de Velasco.

Uno de los golpes más duros fue el del 25 de noviembre de 1945 cuando se realizaron elecciones para alcaldes y concejales cantonales y el 9 de diciembre para concejales provinciales. Los rotundos resultados demostraron el abrupto cambio en la correlación de fuerzas en relación a las elecciones de la Constituyente, pues ganó el Partido Conservador 4 a 1 en la mayoría de provincias.

La derrota significa un termómetro para medir los cambios suscitados en tan poco tiempo, un fracaso de ese nivel solo demostraba a la larga una verdadera derrota sobre el movimiento obrero y el pueblo que se hubo de organizar ante los postulados de la revolución de la Gloriosa.

Pero el puntal más alto de la contrarrevolución fue la consumación de la dictadura de Velasco declarándose dictador y derogando la Constitución de 1945. El 30 de marzo de 1946 sobrevino el golpe de Estado y fue la estocada final para terminar de matar aquello que no terminaba de nacer, la tierna revolución fue asfixiada, y es que el marco de una dictadura le daba las facultades a Velasco para perseguir y confinar a los dirigentes de izquierda, acallar a la prensa opositora y censurar a todo aquel que denunciara la falta de coherencia y la traición.

Sigue una ola de represión desencadenada desde el Ministerio de Gobierno, donde la figura del ex izquierdista Carlos Guevara Moreno, se constituye en el brazo ejecutor de una implacable persecución contra los comunistas y socialistas, desterrando a cientos de izquierdistas y varios oficiales del servicio pasivo, entre ellos el General Alberto Enríquez Gallo (Paredes, 2012, p. 214).

Como se relata en la historia de vida de Paredes, la violenta ola de represión que originó después del golpe de Estado afectó a amplios sectores sociales y lo irónico es que este fue comandado por un joven que decía haber militado en el Partido Comunista Francés. La organización social no dudó en luchar por los derechos recientemente conseguidos en la nueva constitución, así es que se movilizaron las principales organizaciones sindicales:

64

CTE, FEI, FEUE, diversos sindicatos campesinos y obreros, los partidos Comunista y Socialista, y sectores civiles.

Velasco se encontraba presionado por los grupos de poder que condicionaron su apoyo a cambio de la derogatoria de la constitución. La presión ejercida por banqueros, latifundistas serranos, agroexportadores y empresas multinacionales consiguieron su objetivo y que se mantengan intocables sus intereses económicos en cuanto a la propiedad de los latifundios y sus prebendas.

Durante la dictadura de Velasco fue llevado a prisión el Secretario General de la FEI Jesús Gualavisí en un vano intento de minar a la organización recientemente constituida legalmente. Luego de estos hechos el dictador se vio en la necesidad de convocar a elecciones para elaborar la constitución número dieciséis, ante lo cual los partidos Comunista, Socialista, Vanguardia Revolucionaria y Liberal se negaron a participar.

La nueva Constitución fue promulgada el 31 de diciembre de 1946 y entre sus principales puntos tuvo los siguientes:

Crea las bases legales para que el latifundio continúe siendo el modelo primario de producción agrícola, elimina las representaciones funcionales, retoma el sistema de dos Cámaras (diputados y senadores), suprime el Tribunal de Garantías Constitucionales, retira las referencias a las lenguas indígenas como el quichua y son suprimidos los avances en materias de protección a los derechos de los trabajadores (Paredes, 2012, p. 216).

Una constitución regresiva que plasmaba los intereses de la burguesía nacional como clase dominante. Además, declaraba a Velasco como presidente constitucional.

La creciente presión popular ante la corrupción del velasquismo, la represión a la prensa y todos sus adversarios políticos, sumado el descalabro económico que produjo un proceso inflacionario, llevaron a que se fragüe el derrocamiento del gobierno de Velasco desde su propio gabinete, propiciándose el mismo el 23 de agosto de 1947.

65

CAPITULO IV

EL NACIMIENTO DE LA ALIANZA FEMENINA ECUATORIANA (AFE)

4.1 La organización femenina

La Alianza Femenina Ecuatoriana fue una organización que se constituyó en el año de 1938 con una línea programática autodefinida como progresista y democrática, horizontal en su práctica, pero estructurada en su funcionamiento como recoge la historiadora ecuatoriana Alejandra Salazar16 de las Actas de sesión de AFE en los años 1944-1946.

AFE fue una plataforma amplia de mujeres sin ningún tipo de distinción y discriminación política o ideológica, cualquier mujer podía ingresar de manera voluntaria y consciente, debían aceptar los estatutos para ingresar, mismos que establecían la garantía de voz y voto, estar facultadas como integrantes para ser electas y elegir dentro de sus dignidades.

El objetivo principal fue la defensa de la mujer, pero entre sus principales intereses también estuvo la protección de los niños y niñas, puesto que realizaron múltiples campañas de beneficencia como aquella que consistió en dotar de calzado a los infantes.

AFE se autofinanció con la recolección de aportes mensuales y algunos de carácter especial, el no poder cumplir con los aportes fue motivo de sanción, al igual que al tener tres faltas seguidas a las sesiones y al mal uso del nombre de la organización, faltas que fueron contempladas como motivo de expulsión. La organización se caracterizó por disciplina mantenida dentro de sus filas.

La organización se interesó por la ampliación de la convocatoria de su militancia a diversos espacios sociales dentro de la ciudad de Quito que fue su sede central, las militantes propusieron

(…) la formación de organismos femeninos autónomos en las universidades, colegios, fábricas y empresas (…) Adicionalmente, incorporaron a sus principios la apertura hacia el acercamiento con entidades continentales y mundiales que persiguieran la causa

16 Investigadora de la Universidad Andina Simón Bolívar, Maestra en Investigación en Historia por la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Licenciada en Ciencias Históricas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. 66

femenina con la idea de fomentar la confraternidad para todas las mujeres de la orbe” (Alianza Femenina Ecuatoriana, 1938).

Organizativamente AFE se caracterizó, como se había mencionado antes, por poseer una militancia muy disciplinada y bien estructurada, su funcionamiento orgánico estuvo conformada por comisiones y secretarías, existió además un Comité Ejecutivo que era el encargado de controlar a las actividades de las secretarías y de sus militantes, el Comité sesionaba semanalmente y planificaba cada año la celebración de fechas conmemorativas como el día de la madre, día del niño y el aniversario de Fundación de AFE cada 30 de abril.

Como establecía el estatuto de AFE, la directiva debía ser cambiada anualmente, por lo cual se tiene conocimiento de algunas directivas electas en los años de 1938, 1944, 1945 y 1950 trabajo de recolección que fue realizado por Alejandra Salazar en su artículo “Una lectura a la versátil militancia de Alianza Femenina Ecuatoriana, 1938-1950” de 2017:

Tabla 8. Directorio de Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), 1938-1950

Año Cargo Nombre Secretaría General Matilde Nogales Secretaría de Organización Virginia Larenas Secretaría de Propaganda Nela Martínez Secretaría de Finanzas María Luisa Gómez de la Torre Secretaría de Comunicaciones Raquel Verdesoto Secretaría de Cuestiones Sociales Julia de Reyes

Junta Consultiva Carlota Félix de Garcés 1938 Junta Consultiva Aurora E. Ayala de Ramírez Junta Consultiva Zoila Ugarte de Landívar Junta Consultiva Leonor de Carbo Junta Consultiva María Angélica Idrobo Presidenta Hipatia Cárdenas de Bustamante Vicepresidenta Elbia de Calderon Secretaría General Nela Martínez Secretaría de Organización María Luisa Gómez de la Torre Secretaría de Arte María Zaldumbide de Dennis

67

Secretaría de Propaganda Virginia Larenas Secretaría de Finanzas Matilde Nogales Secretaría de Cultura Aurora E. Ayala de Ramírez 1944 Secretaría de Educación María Angélica Idrobo Secretaría de Higiene y Deportes Matilde Hidalgo de Prócel Secretaría de Asuntos Sociales y Obreros Lucía Clavijo Peñaherrera Secretaría de Asuntos Indígenas Dolores Cacuango Secretaría de Relaciones Políticas Lucrecia López Secretaría de Temas Estudiantiles Rosa Lovato Presidenta Nela Martínez Secretaría General María Luisa Gómez de la Torre Secretaría de Organización Esther de Castrejón Secretaría de Finanzas Judith Cevallos Secretaría de Actas y Comunicaciones Elisa Mujica Secretaría de Propaganda Clemencia Salazar

Secretaría de Educación María Angélica Idrobo

Secretaría de Educación y Divulgación Aurora E. Ayala de Ramírez 1945 Estética Secretaría de Higiene y Deportes Rosario Mendizábal Secretaría de Asuntos Sociales y Obreros Mercedes pacheco Secretaría de Asuntos Indígenas Zoila de Torres Secretaría de Relaciones Exteriores Letty Guerrero Secretaría General Aurora E. Ayala de Ramírez Secretaría de Actas y Comunicaciones Virginia Córdova Illescas 1950 Delegada de las estudiantes universitarias Sara del Pozo Fuente: Elaboración de Alejandra Salazar con base en documentos AM-M, Carpeta AFE y notas de prensa de los diarios El Comercio y El Día entre 1944 y 1950. Elaborado: por la autora.

Entre los registros que se han logrado conseguir sobre las directivas de AFE, aquellas que se dará relevancia son las de los años de 1944 y 1945. Se tiene conocimiento que en 1944 la organización sesionó cada sábado en diversos locales de la ciudad de Quito a las 16 68 horas, se tiene conocimiento también de que en ese año las secretarías aumentaron y se vuelca a nuevos tipos de trabajo en AFE, ya no solo de índole asistencialista sino más político. En ese año se tiene conocimiento que militaron cerca de 124 mujeres entre encargadas de secretarías, fundadoras y socias, como manifiesta la historiadora Alejandra Salazar.

AFE tiene un crecimiento exponencial entre su año de creación de 1938 y 1945, donde pasa de tener siete secretarías a catorce:

La nueva estructura fue copada por mujeres que lideraban la agenda de AFE, que se movían entre la militancia política y las actividades de beneficencia. El componente social de la organización permitió encontrar a mujeres de distintas esferas sociales, políticas e intelectuales en una plataforma de trabajo amplia (Salazar, 2018, p. 169).

Esa diversificación de la militancia permitió que a las sesiones puedan asistir mujeres de todas las clases y estratos sociales, obreras, mujeres de clase popular y profesionales, la organización contó con una amplia presencia del sector de la educación donde destacaron nombres como los de Matilde Nogales, primera Secretaria general de AFE, María Angélica Idrobo, prominente formadora de juventudes, normalista y feminista que se desempeñó como Secretaria de Educación, Hipatia Cárdenas de Bustamante, intelectual y maestra que estuvo a cargo de la Secretaría de Organización en 1944, y Virginia Larenas, también normalista conocida por su carácter e ímpetu y estuvo al frente de la Secretaría de Propaganda en el mismo período.

AFE estaba integrada también por mujeres que provenían de la izquierda marxista como María Luisa Gómez de la Torre fundadora de la organización, Nela Martínez como Secretaría General y presidenta, Dolores Cacuango encargada de la Secretaría de Asuntos Indígenas y Tránsito Amaguaña; y de militantes de otras ciudades, AFE de Guayaquil: Isabel Herrería, Alba Calderón y Ana Moreno que no poseemos información sobre qué cargos desempeñaron en las directivas de la ciudad, pero sí precisamos que todas militaron en las filas del Partido Comunista del Ecuador.

Mientras que militantes de la corriente del socialismo fueron Virginia Larenas anteriormente mencionada, Raquel Verdezoto maestra y escritora que participó de AFE como encargada de la Secretaría de Comunicaciones. La trayectoria política de estas

69 mujeres influencia en la incorporación en los debates sobre los referentes a los problemas obreros e indígenas.

La organización tuvo intereses en realizar acciones en otras ciudades e inclusive en el extranjero, ejemplo de esto tenemos la conformación de una célula juvenil de AFE en Otavalo, la responsabilidad de generar un vínculo con las jóvenes universitarias fue delegada a Rosa Lovato Secretaria de Tema Estudiantiles; y en cuanto al tema de generar relaciones internacionales con plataformas femeninas fue una preocupación constante y delegaron como responsable de esta Secretaría a Letty Guerrero con sede en Washington.

Como destaca Salazar, según la revisión de actas de sesión, se sabe que todos los sábados entre junio de 1944 y septiembre de 1945 sesionaron y que aquellas reuniones acudieron un amplio componente social entre las miembros de la dirección, las obreras de la fábrica “La Industrial”, la empresa “Internacional” y miembros de los comités barriales de San Juan, San Roque y la célula “José Mejía” del barrio quiteño San Marcos.

Es relevante destacar que, como señala Salazar, entre el año de fundación de la organización 1938 y los años de mayor actividad entre 1944-1945 se debió a una coyuntura política enmarcada en el debate laboral impulsado por la expedición del primer Código de Trabajo en agosto de 1938.

Este nuevo panorama dio pie a que las mujeres demandarán el cumplimiento de sus derechos laborales femeninos, que la organización se perfilará como vocera de la lucha por las reivindicaciones de los derechos femeninos políticos, sociales y civiles, además del cuidado de los niños y niñas.

4.2 En procura de una vida mejor para la mujer

En agosto de 2006 se publicó Orígenes del feminismo en el Ecuador. Antología compilada por Ana María Goetschel. Dentro de la colección de testimonios y documentos se encuentra uno muy interesante: “Se reunió ayer la Asamblea de Mujeres Ecuatorianas (AFE)”, publicado en el periódico El Día en 1938, en donde se nos notifica que se ha producido una reunión femenina muy representativa donde: “Fueron aprobadas diversas

70 exposiciones y planes de acción encaminados a propugnar la "Alianza Ecuatoriana" de fines netamente redentores”.

A la reunión asistieron las más destacadas representantes femeninas de la cultura ecuatoriana de entonces y procedieron a designar al Secretariado y a la Junta Consultiva de la entidad quedaron constituidas (revisar tabla número 8, año de 1938).

Referente a la creación de AFE Silvia Vega en su libro sobre la Gloriosa menciona lo siguiente:

AFE, constituida en 1938 con la participación de destacadas mujeres como Zoila Ugarte de Landívar, redactora de El Día, periódico de orientación liberal; Hipatia Cárdenas de Bustamante, que escribía en El Comercio con el seudónimo de Aspacia, -liberal-; Matilde Hidalgo de Prócel –también liberal-. Las mujeres de izquierda eran el eje de AFE: Luisa Gómez de la Torre –comunista que fue la primera mujer que dictó clases en un colegio de varones, el colegio Mejía; Nela Martínez -comunista- primera mujer parlamentaria, que participó en el Congreso Extraordinario de 1945; Raquel Verdesoto de Romo, Virginia Larenas -socialista-, etc., etc. (Vega, 2014, p. 79).

La comunista Nela Martínez, fue quien puso en consideración del encuentro la exposición de motivos por los que deben organizarse las mujeres ecuatorianas y que fue aprobada. Se trató de una

Exposición larga y erudita, en la que se estudia el desenvolvimiento de la mujer a través de la historia, el medio social y la evolución de su propio ser, al ritmo de las etapas sucesivas de su vida y al amparo de los derechos que le concedieron los imperativos éticos, jurídicos y sociales; llegándose a concluir que es necesario formar una Alianza de la Mujer, que sea capaz de vincularse a todas, para la defensa de sus propios intereses y el ejercicio de todos sus derechos, respondiendo así a las exigencias de las realidades en marcha que se abren paso en una esfera de inquietud proclive a las mejores inspiraciones del bien, de la justicia y del amor...(El Día, Quito, 1938).

Ana María Goetschel sobre dicha reunión manifiesta lo siguiente “A esta Asamblea concurrieron la Sra. Hipatia Cárdenas de Bustamante y la Srta. María Luisa Calle, quienes, con sus ideales noblemente exteriorizados, dieron relieve a la reunión y afianzaron sus propósitos encaminadas a la redención femenina” (Goetschel, 2006, pp.181-184).

Luego púsose en consideración, siendo asimismo aprobada, la Exposición de Aspiraciones de la Alianza, presentada por la señorita Matilde Nogales y cuya síntesis es la siguiente:

71

a) Igualdad de derechos económicos, sociales y políticos con disposiciones que obliguen a cumplir las leyes existentes. b) Reclamar leyes especiales para la educación de la mujer, en el sentido profesional y doméstico. c) Reforma de las leyes de trabajo, para la igualdad de salarios y de rendimientos. d) Leyes especiales para las empleadas de empresas particulares, talleres pequeños, vendedoras ambulantes, domésticas, trabajadoras de cordel, etc. e) Mayor higienización en las fábricas donde trabajen las mujeres y defensa de la salud. f) Creación de comedores para mujeres trabajadoras e indigentes. h) Creación técnica de casas cunas. i) Reglamentación del servicio de nodrizas. j) Intervención de la mujer en la formulación de leyes que se relacionan con ella y con el niño. k) Defensa de sus posiciones civiles y políticas ya conquistadas. 1) Revisión de leyes penales para delincuencia femenina, aspirando a transformar las cárceles y lugares de corrección en centros de trabajo y reeducación de la mujer. La señora Julia de Reyes presentó el Programa de la Alianza, sentando las bases y señalando los derroteros de un feminismo moderno, que compagina los derechos del hombre y de la mujer, reduciéndolos a una sola acción de recíprocos intereses y de mutuas ejercitaciones.

Fueron, por último, aprobados los medios de acción para realizar el programa de Alianza Femenina, obra de la señora Carlota Félix de Garcés y las sugerencias para la reorganización presentadas por la señorita Virginia Larenas.

Para llegar a conclusiones prácticas y eficientes, en la propugnación de todos estos postulados se hizo derroche de una discusión honda, erudita y bien aquilatada y se terminó la Asamblea, enviando un Saludo a las Mujeres Trabajadoras del Ecuador, que son el brazo de acción y el sustento de las ideas reivindicadoras.

El programa político y de acción de la Alianza Femenina Ecuatoriana tenía muy en claro que se debía luchar por conseguir la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, que 72 sin dicha lucha no se podría comenzar a cimentar una sociedad más equitativa y justa para la mitad de la población del país.

Tanto la militancia como su dirigencia reclamaban la creación de leyes especiales para garantizar el acceso a la educación de la mujer, apertura que se había iniciado con el proceso de la Revolución Liberal pero que encarecidamente solicitaban se amplíe para que más mujeres puedan estudiar carreras profesionales y técnicas que les garanticen días mejores.

Leyes que garanticen un trabajo digno con igualdad de salarios y que disminuyan la brecha salarial17; leyes que incluyan a las trabajadoras de empresas privadas, talleres pequeños, vendedoras ambulantes, trabajadoras domésticas, etc.

Las propuestas presentadas pedían más higiene en sus lugares de trabajo como la fábrica, el derecho a la salud, como trabajadoras pedían la creación de comedores para mujeres trabajadoras e indigentes, y la implementación de casas cunas y servicios de nodrizas que a la actualidad serían el servicio de guarderías, incondicionales reivindicaciones que la mujer de la época y la actualidad necesitan para disminuir la pesada carga de trabajo y de cuidados para el adecuado desarrollo profesional femenino.

Estos pedidos van de la mano a la intervención de las mujeres en la formulación de leyes que se relacionen con ella y con sus hijos, la defensa de sus derechos previamente conquistados y de los nuevos que adquieran, con la revisión de las leyes penales para la delincuencia femenina para transformar a las cárceles en centros de trabajo y reeducación de la mujer.

Muchos de estos pedidos e iniciativas de la organización femenina se dieron gracias a la influencia que tuvo en estas valiosas mujeres, las conquistas obtenidas por las mujeres en la reciente revolución rusa, un verdadero faro de luz para el mundo.

17 Conquista que hasta la actualidad no se logra en su totalidad puesto que según datos del año 2018 de la Organización Internacional del Trabajo, la brecha se encuentra en el 20% (INEC/OIT, noviembre de 2018). 73

4.3 Biografías de las militantes de AFE

A continuación, se ha recogido algunas de las biografías de una serie de destacadas y connotadas mujeres que fueron activas militantes de AFE. Altas representantes de género femenino que sobresalieron por su sensibilidad, inteligencia y valentía a lo largo de los años.

Se ha precisado integrar las historias de vida de estas mujeres para poder conocer y precisar el accionar de estas mujeres, ya sea desde su ámbito profesional o desde sus militancias políticas, hechos que marcaron sus procederes y las llevaron a integrarse a una de las organizaciones femeninas más importantes de siglo XX.

4.3.1 Aurora Estrada y Ayala (militante comunista)

Nació en Puebloviejo, provincia de Los Ríos en 1901 y murió en Guayaquil en 1967. Egresada del normal Manuela Cañizares, regente de varias instituciones educativas y poetisa de elevados vuelos que conmueve con su obre literaria. Forma parte del grupo Hermes donde alterna de igual a igual con intelectuales que son la cima de nuestra cultura: Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero, Leopoldo Benítez Vinueza, J. J. de Pino Icaza, Antonio del Campo, Remigio Romero y Cordero y muchos más. Pero, también con sobresalientes intelectuales de América Latina como el costarricense Rogelio Sotela, los uruguayos Juana de Ibarbourou, Carlos Sabat Ercasty, la argentina Alfonsina Storni, la chilena Gabriela Mistral. Todos ellos que son parte de esa pléyade de intelectuales surgidos en los años veinte y treinta.

Sensible a los problemas sociales de su tiempo, con la galanura de su canto y la firmeza de sus convicciones, condena la sangrienta dictadura de Gómez a los venezolanos, la invasión fascista de Mussolini a Etiopía y defiende a la república española de la agresión del capitalismo mundial encabezado por el fascismo hitleriano.

Comunista de firmes convicciones, colabora en lo que puede con el movimiento de trabajadores. En el Congreso inaugural de la Confederación de Trabajadores del Ecuador se lee su “Canto al 28 de mayo” siendo sonoramente aplaudida por los asistentes que le invitan a la Mesa Directiva para solemnizar el acto. 74

También condena enérgicamente las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki y, en general su voz se alza siempre de defensa de las causas honradas del Ecuador y del mundo.

Compañera de estudios y amiga de Aurora es otra distinguida intelectual: la quiteña Hipatia Cárdenas de Bustamante, poetisa talentosa, presidenta de la Primera Asamblea de Periodistas (Ambato, 1932), Consejera de Estado, fundadora del importante grupo cultural “América”, miembro de la Liga Internacional Americana Pro Paz y Libertad,

En su calidad de Presidenta de la “Unión de Mujeres del Guayas”, no deja de puntualizar que los problemas de las mujeres también lo son de toda la sociedad:

(…) cuyos postulados -los de la Unión- son: elevar el nivel jurídico y humano de la mujer, sobre la cual pesa un estatuto injusto y anacrónico que la coloca en una suerte de interdicción intelectual. La mujer casada debe obediencia y respeto al marido, en forma tal que no puede hacer uso ni siquiera del derecho natural; ello, evidentemente, la coloca en una situación de inferioridad frente a los hombres. Salvaguardar la vida biológica y espiritual del niño -hombre del mañana-, sobre el que rebotan en última instancia todos los malestares sociales; muchos niños a edad temprana trabajan y, a veces, como hombres, con la diferencia de que ellos, como las mujeres no reciben una remuneración a igual trabajo. La lucha por la paz es una obligación que se debe plantear la especie humana sobre todo en este mundo del átomo que de ser mal empleado nos llevaría a una hecatombe de consecuencias fatales para toda la humanidad por la utilización de las terribles armas termonucleares (Ramírez, 1976, p. 60).

4.3.2 Elisa Ortiz Garcés de Aulestia (militante socialista)

Nacida y fallecida en Guayaquil, su vida trascurre entre el 12 de septiembre de 1902 y el 27 noviembre de 1991. Pero pese a si ingente aporte al desarrollo de la educación del país, su nombre es casi desconocido por las actuales generaciones.

Velasco Ibarra, que nunca supo respetar el talento ajeno y menos el de una mujer, destituye del rectorado del colegio Manuela Cañizares a Elisa por, entre otros “delitos”, negarse a despedir a dos profesoras, ambas sobresalientes intelectuales y por añadidura comunistas: Aurora Estrada i Ayala y Mary Corylé (Ramona María Cordero y León). También se le imputa haber aceptado -por primera vez en la historia del Normal- a una campesina negra de la Chota llamada Eudocia. Por haber matriculado en el sexto curso a dos mujeres que estaban embarazadas. Y, a falta de más delitos, haber adherido al Partido Socialista (Cordero, 2002, pp. 40-41).

75

Cabe indicar que en su gestión se logró que el porcentaje de pérdida de año de las alumnas del “Manuela” bajara del 30-20% anual a sólo el 9%. Elisa Ortiz, además publicó una serie de textos destinados a elevar la capacidad pedagógica de los demás maestros del plantel. De manera que a ella y a sus compañeros se les castigó por el buen desempeño de sus funciones.

Pero la persecución no solo se circunscribe a la maestra Ortiz, sino que Velasco se ensaña con toda la familia y medio centenar de profesores del plantel también son separados por sus ideas “bolcheviques”. Su intachable esposo, también despedido debe dedicarse a la fotografía para obtener recursos económicos para la familia. Sus hermanas Clara y Rosa debieron ofrecer clases particulares de violín y piano para subsistir. Sus hermanos varones Tomás y Ángel, profesores de los conservatorios de Cuenca y Quito debieron emprender en la actividad industrial el uno y artesanal el otro para procurarse la vida. Pronto cada uno de ellos buscaría en el extranjero la suerte que su propio país les negaba. Con eso, Velasco conseguía separar a una familia antes muy unida.

Como puede verse, si en la Europa de ese tiempo los gobiernos fascistas perseguían y eliminaban a las personas por sus ideas políticas, acá, en nuestro medio, los herederos de García Moreno, procedían con la misma brutalidad y vileza en contra de quienes buscaban un mundo mejor para el pueblo. No se detenían siquiera ni ante la delicada condición de mujer como es el caso de Elisa Ortiz. Para justificar estos desproporcionados arrebatos totalitarios, los partidarios se dieron en llamar a Velasco con el cariñoso apode de “El Loco”. Pues, según su maniqueo entender, las atrocidades que cometía no obedecían a su plúmbea formación conservadora sino a arrebatos propios de la desajustada personalidad que tienen todos los líderes sobresalientes. Y, de esta “graciosa” manera, quedaba oculta la defensa de los intereses de los sectores más reaccionarios del país.

4.3.3 Nela Martínez (militante comunista)

Nela nació en la Hacienda “Colloctor” en la provincia de Cañar un 24 de noviembre de 1912, hija de César Martínez Borrero de ideología conservadora y de Enriqueta Espinosa Espinosa una mujer de múltiples cualidades de un temperamento dulce y una gran lectora.

76

Creció en la hacienda Colloctor rodeada de las comodidades de la época, junto con los indígenas que trabajaban y veía su diario trajinar en una vida llena de pesares y maltratos.

Su educación primaria la realizó en la Escuela de las Hermanas Catalinas en Cañar y en 1924 fue enviada de interna al Colegio de los Sagrados Corazones en la ciudad de Cuenca, desde muy pequeña gracias a la influencia y carácter de su madre se convirtió en una asidua lectora, leyendo todo aquello que llegará a sus manos, siendo un hito que la marcaría la lectura de la revista Amauta del intelectual peruano José Carlos Mariátegui que la inició en las ideas de cambio y lucha.

Para 1926 se dio el levantamiento indígena en el austro por el aumento del precio de la sal gravada con un alto impuesto que sería destinado para terminar la construcción de la Catedral de Cuenca, Nela fue testigo de la efervescencia popular en contra de medias injustas y abusivas.

Su curiosidad intelectual era cada vez más intensa escribía poesía y cuentos, un buen día leyó un poema de Joaquín Gallegos Lara y la sorprendió de gran manera, se emocionó mucho y le escribió a Guayaquil a quien seria de muchas maneras su mentor y compañero.

En 1929 Nela viaja con su madre a la ciudad de Guayaquil para dejarla interna en el Colegio de la Providencia, allí comenzó a escribir sus primeras crónicas en el diario El Telégrafo con el seudónimo de “Meliasur”. Asistió a una exposición de la artista Allere Flamma en donde se vinculó con el joven movimiento intelectual guayaquileño e inició una amistad con Enrique Gil Gilbert quien la invito a la buhardilla de Joaquín Gallegos Lara.

Nela decidió viajar a la ciudad de Ambato y solicitar empleo al Director de Estudios de la provincia de Tungurahua Julio C. Larrea que la designó como maestra en una escuela nocturna y por cuyo empleo percibiría un salario de 60 sucres.

Comenzó su nueva vida en Ambato y se mudó a la casa de la Familia Chacón, en la ciudad en 1934 comenzó su militancia en una célula comunista junto con su amigo un sastre de nombre Manuel Ribas, causando asombro puesto que era la única mujer en la ciudad que tenía participación política de esta índole.

Rápidamente se conoció de su participación y apoyo dado a las manifestaciones y reclamos de los huelguistas además sufrió de la represión policial, al poco tiempo fue

77 despedida de su empleo como profesora, ante los hechos suscitados Joaquín decide pedir matrimonio a Nela.

Nela habló con su padre sobre la relación con Joaquín y sobre su discapacidad ante lo cual la respuesta fue que él prefería que se haga monja de la caridad, Nela fue tajante y contrajo matrimonio con Gallegos Lara para juntos luchar contra las injusticias, se casaron en la ciudad de Ambato.

Se mudaron a Guayaquil y convivieron con la madre de Joaquín compartiendo un departamento con Francisco Ferrandiz Albors, Enrique Gil Gilbert, Alba Calderón de Gil y en el centro de la ciudad, vivían una armoniosa convivencia prestándose libros y teniendo una tertulia amena con mucho aprendizaje y crítica.

En el puerto de Guayaquil Nela pudo militar más activamente en el Partido Comunista del Ecuador junto con su esposo Joaquín. Trabajaba con los sindicatos y realizaba manifiestos y lecturas pedagógicas e incurría en dar clases y charlas de educación política en las noches para así ayudar a la clase obrera, tal como ella dice, fue un tiempo fecundo de aprendizaje y trabajo, pues la entrega de los y las militantes era acto de verdadero amor y desinterés.

De a poco la relación de Joaquín y Nela se fue resquebrajando por varios motivos, problemas económicos que los llevaron a extremos como no tener para comer, la dificultad de la movilidad y la imposibilidad de conseguir trabajo sumado a como la misma Nela menciona la personalidad melancólica de Gallegos Lara hicieron que sea inminente su separación, pues ella viajó a Quito a una reunión y decide instalarse y buscar nuevos días.

Ya en la capital Nela consigue un trabajo de archivadora en la Contraloría General del Estado gracias al apoyo de Don Jerónimo Avilés Aguirre, Joaquín decidió mudarse también a Quito, pero al poco tiempo el matrimonio se resquebraja totalmente dejando de vivir juntos, aproximadamente nueve meses se frecuentaron hasta el intento de suicidio de Joaquín y su regreso al puerto principal derivando en un divorcio inminente.

En 1935 intervino en la reunión de los partidos de izquierda. El 1936 trabajó en los estancos a las órdenes del Coronel Luis Dueñas, organizó un servicio médico contra el

78 paludismo para beneficio de los inspectores y fue secretaria en la Contraloría, llevada por el ministro Jerónimo Avilés Alfaro.

Su vida se desenvolvía es espacios nada particulares para una mujer de la época puesto que trabajaba con campesinos, obreros y sindicalistas, se movía de un espacio a otro sin importar la hora o la distancia o si debía hacerlo sola, al calor de esa lucha en el Partido Comunista ella entabló una nueva relación con el Secretario General del Partido Ricardo Paredes, fruto de la relación afectiva nació el primer hijo de Nela: Leonardo Paredes Martínez.

Asumió una decisión escandalosa para la época como lo era hacer pública su condición de madre soltera, saliendo a las calles de la ciudad y presentando a su hijo a camaradas, amigos y conocidos. En esa época su apoyo incondicional fue Luisa Gómez de la Torre militante comunista. Se mudó a vivir con ella puesto que ayudaba en la crianza del pequeño Leonardo.

En el año de 1938 se organizó la Alianza Femenina Ecuatoriana, la primera organización de mujeres de carácter popular que contó con el apoyo y participación de destacadas mujeres que trabajaron por reivindicaciones feministas y políticas, realizaban talleres y capacitaciones. De a poco se fueron consolidando como una organización muy fuerte y con activa participación de mujeres de barrios populares que nutrieron el movimiento en un hito histórico como lo fue “La Gloriosa” de 1944.

Años duros fueron el final de la década del treinta y el inicio de los años cuarenta una dura crisis social, económica y política desencadenó un masivo descontento popular sumando al terrible desencanto por la Segunda Guerra mundial y la extensión de ideas fascistas en la época dio como resultado la revuelta popular conocida como “La Gloriosa” de 1944. Mismo donde destacó la participación de las mujeres que militaban en AFE.

Nela tuvo un papel destacado al haberse convertido en la primera mujer que fue Ministra de Gobierno, en palabras propias menciona que al enterarse de lo que había sucedido en Guayaquil ADE (Alianza Democrática Ecuatoriana) frente del que era parte AFE, envió a algunos militantes, simpatizantes y estudiantes desarmados a tomarse el Palacio de Carondelet, Nela asume la responsabilidad de dirigir la toma y de dar órdenes para liberar a los presos políticos y enviar noticias que ahora ADE estaba en el poder.

79

Luego de noches sin dormir, y estar al frente con otras camaradas, viene aquello que ella siente como una traición al pueblo y al movimiento, pues pese a todo lo hablado y acordado Velasco Ibarra es declarado como Jefe Supremo por Teodoro Salem, el complot se había consumado y ahora se rompería cualquier derecho, la persecución iniciaría muy pronto.

Durante las elecciones que se producen luego de “La Gloriosa”, para conformar la Asamblea Constituyente, Nela Martínez consigue la designación de diputada suplente. Posteriormente es principalizada, porque el titular, el dirigente sindical Hugo Briones fallece. Se constituye así en la primera mujer ecuatoriana en convertirse en parlamentaria.

Sin estas distinguidas y doctas mujeres, que con su saber y sensibilidad guían a las demás, no hubiera sido posible la lucha de todas por alcanzar derechos que paulatinamente aseguren la igualdad jurídica con los varones.

Igualdad todavía incompleta, es verdad, pero que ha colocado a la mujer en una situación mucho mejor que la existente antes de la revolución liberal. Y ese es uno de los grandes méritos del liberalismo machetero encabezado por Eloy Alfaro.

4.3.4 Dolores Cacuango (militante comunista)

Nació en el año de 1881 en el Latifundio de San Pablo-Urco en Santo Domingo de Cayambe, desde niña sintió el maltrato en carne propia y vio como los indígenas eran sometidos a largas jornadas de trabajo, a vejaciones de tal índole que no se los consideraba seres humanos, sino “bestias” nacidas para sufrir.

Desde pequeña la rebeldía y tesón de su carácter se destacó, su alma inquieta la motivo a salir de ese espacio nocivo y se trasladó a Quito donde trabajó de empleada doméstica en casa de un militar, allí aprendió a hablar español y escuchó lo que pasaba en el Ecuador de ese entonces, Dolores escuchó de un “indio Alfaro” entonces ahí pensó: “Ese Alfaro nos va a ayudar porque es runa como nosotros”.

Así poco a poco fue construyendo su conciencia política, con todas las limitaciones materiales que podía tener una mujer pobre, analfabeta e indígena, su pensamiento fue la herramienta más clara y precisa, su mejor guía para luchar por los cambios que visionó.

80

En 1931 participó en un alzamiento de la Hacienda Olmedo donde las mujeres tuvieron un rol protagónico aún a costa de sus vidas, teniendo como tareas el espionaje, reclutamiento y defensa sin miedo a las balas que llovían de parte de los patrones y soldados.

A raíz de este hecho se formaron los primeros sindicatos indígenas del Ecuador en Cayambe: “Tierra Libre”, “Pan y tierra” y “Moyurco”. Así Dolores fue activista en “Tierra Libre”. Ese mismo año ayudó a Jesús Gualavisí en la organización del I Congreso Indígena del Ecuador que se llevaría a cabo en dicha población y que sería truncado por el gobierno de Isidro Ayora.

Fue activista en la campaña presidencial del Dr. Ricardo Paredes en 1934 y participó a una reunión de cabecillas que cimentó las bases para consolidar la unidad a nivel nacional del Partido Comunista del cual fue parte Dolores. En 1942 preparó en Cayambe el recibimiento de Vicente Lombardo Toledano, presidente de la Confederación de Trabajadores de América Latina CTAL.

Después de la histórica visita de Lombardo Toledano, la escritora ecuatoriana Raquel Rodas menciona lo siguiente:

Dolores tuvo un proceso de rápido crecimiento en su desenvolvimiento público. Ella poseía una gran capacidad de aprendizaje, reflexión y expresión. Con el apoyo de los camaradas incrementó su formación política y desenvolvimiento personal. Pasó de ser la mujer sufrida, abrumada por su condición de mujer pobre y analfabeta, a la líder segura, altiva, clara y contundente (Rodas, 2007, p. 66).

EL 28 de mayo de 1944 Mama Dulu encabezó el asalto al Cuartel “La Remonta” de Cayambe, centenares de indígenas de las comunidades rodearon el cuartel hasta la noche para presionar la caída de Arroyo del Río. Es por eso que cuando Velasco Ibarra viajaba a Quito saludó con Dolores y los demás cabecillas desde el balcón municipal; por primera vez el pueblo indígena participó como actor en una transformación política nacional.

En julio del mismo año concurrió al Congreso de Trabajadores del Ecuador. En agosto reunió a los delegados de las diversas comunidades indígenas de la sierra y aprobaron los estatutos de creación de la Federación Ecuatoriana de Indios. Jesús Gualavisí fue designado Secretario General de la FEI y Dolores le reemplazó al poco tiempo en tan dura lucha. Ya destacaba como gran oradora en un idioma casi mixto entre quechua y 81 castellano, fuerte y musical, con el cual convenció a los auditorios con la patética narración de los sufrimientos de su raza matizándolos con hermosas metáforas.

Ese mismo año continuó consolidándose como una líder ahora de carácter internacional pues fue invitada al Congreso Latinoamericano de Trabajadores organizado por la CTAL que se realizó en la ciudad de Cali, junto con otros líderes sindicalistas como Pedro Saad y Nela Martínez. Era la primera vez que una indígena podía exponer a la conciencia latinoamericana la realidad que vivían los trabajadores del campo:

Allí en Congreso de Cali todo planteé, para que conozcan cuál es la situación de los indios. Todo dije. Cómo hemos sufrido, cómo hemos llorado. Hecho una lástima por servir de huasicama, de vaquero, a punte palo. Nosotros necesitamos tierra, necesitamos casita, necesitamos qué vestir, qué comer, qué alimentarnos. Somos humanos, queremos que nos traten bien, así dije, todo eso dije en Congreso de Trabajadores.18

Mama Dulu se convirtió en la voz de los callados, esa voz que transgredía como látigo ante las injusticias, Dolores fue una líder de grandes cualidades, oradora y muy inteligente que no solo cautivó a su pueblo indígena con la palabra y las acciones, sino también a los estudiantes, trabajadores y a las mujeres. Dolores es la voz del páramo que retumba por su fuerza y determinación.

4.3.5 Luisa Gómez de la Torre Páez (militante comunista)

La influencia de los acontecimientos del mundo también pone su impronta en la evolución política de la mujer. En la década del veinte, ninguna es tan influyente como la revolución rusa. Y no son pocas las mujeres ecuatorianas que quieren un destino similar para el pueblo ecuatoriano. Una de ellas, comunista convencida, que se distinguirá con la lucha de toda su vida en favor de la redención del indio y activista que con frecuencia dirige la propaganda de ese partido es Luisa Gómez de la Torre Páez (1887-1978).

En 1887 en el barrio del Tejar en la ciudad de Quito nace Luisa Gómez de la Torre, hija de una madre soltera sufrió una infancia llena de privaciones, rodeada de soledad y el

18 Palabras de Dolores Cacuango pronunciadas en el Congreso de la CTAL realizado en la ciudad de Cali en el año de 1944. 82 rechazo social, pero su madre doña Francisca llenó la vida de la pequeña Luisa de amor, amor que forjó su vida y fue su brújula para caminar.

Luisa fue de las primeras señoritas que ingresó a estudiar al Normal Manuela Cañizares, pese a la dura oposición de la iglesia y de la excomunión pública de la que fue parte madre e hija, Luchita continúo estudiando en el Normal con mucho ahínco para recibir su título de Profesora Normalista Superior en 1916.

La culminación de su carrera despliega su corazón de golondrina, repleta su cántaro de miel ansioso de verterse por los niños; pero para Luisa el haber obtenido su título significó mucho para su vida pues ahora ella podría trabajar y ayudar a su madre.

Consta como una de las fundadoras del Partido Socialista Ecuatoriano,19 partido que, posteriormente, acogiendo un requisito de la III Internacional Comunista (Comintern) adoptará el nombre de Partido Comunista del Ecuador. Justamente, siendo promotora de la organización política llamada a sentar las bases de una compresión moderna de la sociedad, ya deja ver su talla de precursora de las mejores causas del pueblo ecuatoriano.

Respecto a la presencia de Luisa Gómez de la Torre, el líder del nuevo partido, Dr. Ricardo Paredes expresó en la sesión inaugural unas breves ideas de cuál ha sido y cuál debe ser la condición de la mujer en la nueva sociedad socialista:

Por vez primera en una Asamblea de carácter político veis unidos en íntimo consorcio a ciudadanos de todas las categorías sociales dando una muestra de la verdadera igualdad que proclamamos. Aquí una distinguida compañera, es la representante de la Gran Víctima social: la mujer. La mujer, que nuestra gastada civilización, miente haberla redimido; la mujer, que hoy como antes permanece esclavizada por las limitaciones políticas y civiles que se le imponen; por los prejuicios sociales; que le ponen inerme en brazos de todas las explotaciones; siendo su debilidad, motivo solo de una galante reverencia, mientras se la defrauda, en su trabajo y en sus energías todas (Paredes, pp. 28-29).

Fue la primera profesora mujer del Instituto Nacional Mejía después de ganar un concurso de merecimiento, comenzó a dictar la cátedra de gimnasia y fue la inspectora de las chicas que allí estudiaban; luego pasó a dar las cátedras de historia y geografía. En 1937 formó

19 Labores de la Asamblea Nacional Socialista y Manifiesto del Consejo Central del Partido (16-23 de Mayo), Quito, 1926, Guayaquil, Imp. El Tiempo, p. 97. César Augusto Alarcón Costta, en su Diccionario Biográfico Ecuatoriano asegura que junto con Luisa Gómez, también participó como fundadora la maestra normalista Luz Bueno (p. 517), cuyo nombre no consta en la lista publicada al final de folleto de la Asamblea. 83 el Sindicato de profesores del “Mejía”. En ese plantel trabajó hasta 1946 cuando por orden expresa de Velasco Ibarra fue despedida por sus convicciones políticas.

Es que ella tuvo destacada actuación durante la Revolución de mayo de 1944 y Velasco, tras la traición cometida el 30 de marzo, no podía dejar de perseguir a esa valiente mujer que tanto había impulsado la lucha de los campesinos. Había sido cuadro principal para la fundación de la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) y de la Federación Ecuatoriana de indios (FEI).

Antes, en los años treinta fue activa luchadora que hizo mucho por organizar la solidaridad con la República Española, agredida por el fascismo con la complicidad de las demás potencias imperialistas.

A la par, actúa como promotora de la naciente Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), en 1938, tribuna desde la que impulsa la acción de las mujeres en defensa de sus derechos y que tendrá enorme influencia en las décadas siguientes en la tarea de elevar la conciencia política femenina, tan manipulada por la derecha gracias a la persistente existencia de prejuicios formados en las sociedades clasistas.

Luchita, inmersa desde su origen en la organización del movimiento obrero no descuidó la formación y la superación de las “compañeras” obreras. Junto a otras importantes mujeres militantes como Nela Martínez, Esthela Castrillón, Isabel Herrería, Judith Cevallos, Lola Rodríguez entre otras, y fundaron en 1938 la Alianza Femenina Ecuatoriana con clara orientación política de izquierda y desde la cual se buscó concientizar a las trabajadoras de la necesidad de militar juntas y pelear por reivindicaciones sociales y políticas.

Justamente con Alianza Femenina Ecuatoriana en 1944 valiosas intelectuales y mujeres del pueblo salieron a las calles de las ciudades principales para participar de la revolución conocida popularmente como “La Gloriosa”. Un nutrido movimiento de mujeres que se fue forjando desde el año de 1938 y que tuvo su actuación principal aquel 28 de mayo al calor de la lucha.

Cuando estalló la II Guerra mundial, como no podía ser menos, participó activamente en el Movimiento Antinazi del Ecuador, movimiento del cual es una de sus principales dirigentes.

84

Posteriormente, junto con Dolores Cacuango, fue la organizadora de las escuelas indias en Cayambe, pese a la virulenta oposición de los terratenientes de la zona, “por lo que más tarde fueron suprimidas por gobiernos que las consideraron centros de difusión ideológica” (Alarcón, p. 517). Y todo eso a pesar de que esos gobiernos, ni por asomo, hacían nada para impulsar la educación de los indios.

En esas escuelas, trabajaban como maestros, dirigentes indios de la FEI que habían tenido la posibilidad de instruirse como el maestro normalista Neptalí Ulcuango y querían sacar de la oscura ignorancia a sus hermanos del campo más pequeños.

Eficiente como era, además dirigía la Editorial Espejo S.A., en su calidad de gerente de la misma. Es de recordar que allí se publicaba el influyente órgano del PCE, el semanario El Pueblo antes de que se traslade su publicación a la ciudad de Guayaquil.

4.3.6 Tránsito Amaguaña (militante comunista)

La líder indígena Rosa Elena “Tránsito” Amaguaña Alba nació el 10 de septiembre de 1909, a la corta edad de 7 años comenzó su vida de trabajo como jornalera en el huasipungo. A los 9 años tuvo la oportunidad de asistir a la escuela por período de 6 meses en los que tiene un tiempo breve para leer, escribir y conocer los números.

Ya a los 14 años Tránsito se casó y tuvo cuatro hijos de un marido borracho y maltratador. La joven tuvo que soportar humillaciones y ofensas constantes en su matrimonio, su esposo atentó inclusive a la vida de uno de sus hijos y se oponía a la participación de Tránsito en los sindicatos indígenas aduciendo que le gustaban los “mishus” o mestizos. En hora buena su matrimonio llegó a su fin y Mama Tránsito continuó su camino de lucha.

Su participación en el activismo comunitario se inició con organizaciones cercanas al Partido Comunista. Participó en marchas indígenas a la ciudad de Quito siendo una madre joven caminaba varios días con su hijo en brazos para reclamar tierras y derechos laborales.

Tránsito se unió al Partido Comunista y se adhirió a los planteamientos de justicia y solidaridad que promovían los camaradas, por hambre y por maltrato se unió y esto le valió la condena por parte de la iglesia y de su comunidad.

No lleves con esos comunistas con cachos, rabudos, diablos son, a la misma hermana hacen parir”. ¡Yo no vide eso! Racionales, leídos, educados eran. “Ni cacho ni rabo han 85

tenido”, dije yo. Nunca me han faltado, nunca una broma, un chasco. Siempre me han respetado. Por eso he seguido en esta línea. Si me hubieran hecho algo ¡Ay carajo! Yo me he envejecido en esta lucha. Comunista he sido y comunista he de morir. Si TRÁNSITO AMAGUAÑA ha de ser mi alma comunista, ha de ser. ¿Hay alma o no hay alma? Yo qué de saber todavía. No sé nada (Bulnes, 1990, pp.32-40).

Su intervención en la huelga agrícola de 1931 en la localidad de Olmedo le costó la destrucción de su casa y 15 años de clandestinidad. Se unió al Partido Comunista y desde allí luchó por implantar un sistema cooperativista en el campo. En ese tiempo se estrechó su relación con Dolores Cacuango. Ella también se encontraba en una situación sumamente complicada, pero en la adversidad se consolidó como una lideresa.

Las mujeres habían tomado el control de las rebeliones eran las más aguerridas, eran decididas, ya sea porque eran descendientes de antiguas cacicas de la zona o porque seguían el ejemplo de sus madres, lo cierto es que las mujeres eran las cabecillas del movimiento indígena en Olmedo- Cayambe.

Los primeros años de la década del cuarenta habían sido muy duros, las condiciones económicas, políticas y sociales empeoraron. Las cosas se salieron de control cuando Perú invadió el territorio nacional y en una desigual guerra, ganó y Ecuador fue obligado a firmar el Protocolo de Río de Janeiro, firma que le costó la pérdida de grandes extensiones de terreno en la región Oriental.

Tal crisis derivó en la participación de centenares de indígenas en Cayambe en “La Gloriosa” de 1944, mismos que fueron liderados por Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña y Jesús Gualavisí: atacaron y rodearon el Cuartel militar de “La Remonta” manteniendo a los militares inmovilizados.

Mama Tránsito participó de la creación de los primeros sindicatos agrícolas del país y junto a otros militantes y defensores de los derechos humanos, en 1944, el movimiento indígena respaldó a José María Velasco Ibarra, quien reconoció oficialmente las organizaciones indígenas campesinas, como la Federación de Indígenas del Ecuador y es allí cuando fundaron legalmente en 1944 después de largos años de lucha.

En 1945 con el apoyo de otras grandes dirigentes -Dolores Cacuango y Luisa Gómez de la Torre- y sin el apoyo gubernamental fundan las primeras escuelas campesinas bilingües en Cayambe:

86

Con la Dolores y con la compañera Luisa Gómez de la Torre, quiteña, comunista también, organizamos las escuelas para los indígenas. Pusimos de profesor a indígenas que enseñen en nuestra propia lengua. Neptalí Ulcuango era el profesor de Pesillo, José Amaguaña, mi hermano, en la Chimba, José Alberto Tarabita en San Pablo Urco y Luis Catacuamba, hijo de la Dolores, en Yanahuaico. Por eso me cogieron presa la primera vez para que no organice escuela para indios (Rodas, 2007, p. 54).

Tránsito, al igual que Dolores, se consolidó como una líder de carácter internacional y pudo viajar a Cuba y a la Unión Soviética donde participó de múltiples eventos y conoció un nuevo mundo de igualdad y derechos para todos. Al regresar de la Unión Soviética, en 1963, fue detenida y encarcelada, acusada de recibir dinero y armas rusas para promover la revolución en el país, algo que ella desmintió. Amaguaña, agitadora beligerante, incansable luchadora, activista persistente, se entregó a la causa pese a la persecución constante.

4.3.7 Isabel Herrería (militante comunista)

Isabel Herrería nació en la provincia de Los Ríos en 1910 en una hacienda cacaotera propiedad de su abuelo. Recibiendo sus primeras letras en dicha finca de manos de un preceptor español.

Posteriormente se traslada a Guayaquil para continuar su educación en el Normal Rita Lecumberri, es en eso años de juventud donde su mundo se abre radicalmente y conoce a intelectuales como Enrique Gil Gilbert, Joaquín Gallegos Lara de manos de su primo Demetrio Aguilera. Fuertes influencias para sus primeros pasos políticos, dando como resultado su primera arremetida en la organización popular cuando dirige la primera huelga estudiantil en 1932 en el Colegio Rita Lecumberri, armada de un revólver, exigiendo que se lleve adelante una reforma educativa.

En medio de la ardua actividad política Isabel conoce a Pedro Saad, estudiante de primer año de la Facultad de Jurisprudencia, los ímpetus revolucionarios compartidos forjarían en los dos lazos de amor que se verían interrumpidos por la orden de destierro a Saad por parte del presidente Federico Páez. Mientras Pedro se encontraba en el exilio, Isabel trabaja como maestra en diferentes escuelas fiscales de Guayaquil y desarrolla actividades políticas. En 1939 Saad regresa y se une en matrimonio con Isabel. 87

En la Revolución del 28 de mayo de 1944, Isabel jugó un papel importante en la ciudad de Guayaquil, junto con otra valiosa mujer Ana Moreno, que provenía de un estrato económico solvente. Isabel con cuatro meses de embarazo no teme involucrarse de lleno en dicho hecho histórico con su compañera de lucha Ana Moreno, están al frente de las acciones combativas con el pueblo guayaquileño para exigir la renuncia de Carlos Alberto Arroyo del Río.

Un trágico hecho que marca la vida de Isabel y de su familia fue el accidente que le ocurrió al pequeño Pedro; los hechos se suscitaron en el año de 1946 cuando Velasco Ibarra después de haber subido al poder gracias a la revolución popular conocida como “La Gloriosa” de 1944 saca del poder a Carlos Arroyo del Río. Velasco rompe la Constitución y se declara dictador y entre sus primeras acciones se encarga de perseguir a sus antiguos compañeros de ADE que fueron los que lo llevaron al poder; Saad se encontraba en esa lista y debe recurrir a la clandestinidad para salvaguardar su vida.

Isabel decide trasladarse a la ciudad de Quito y se hospeda en el Hotel Ritz con sus dos pequeños hijos, el pequeño Pedro de seis años e Isabel de apenas dos años, Isabel era el enlace entre Pedro ella pacientemente transcribía los estatutos de la CTE, Isabel le pedía a su empleada que no abriera la puerta de la habitación donde se hospedaban pero un día un par de hombres tocan su puerta y dicen que van a llevar a Pedrito a tomar helado, la intención era clara querían matar al pequeño para que su padre salga de la clandestinidad; ya en la calle Pedrito intenta escapar de esos hombres y es atropellado y queda gravemente herido. Isabel debe afrontar la situación y lo hace sola puesto que decide que Pedro no saber de la situación para no exponerse, es así como Isabel una mujer de carácter afronta la dura realidad y la infamia y cobardía de aquellos que están en el poder.

Isabel es una activa militante del Partido Comunista y mantiene relaciones muy cercanas con otras mujeres, su más íntima compañera fue Ana Moreno; también mantiene una relación de amistad con Cecilia Ubilla. En Quito sus amigas cercanas son Nela Martínez, Luisa Gómez de la Torre, destacadas militantes comunistas. Isabel apoya a la Federación Ecuatoriana de Indios, y sobre todo a los trabajos de alfabetización y dotación de insumos de las escuelas bilingües de Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña.

88

4.3.8 Ana Moreno (militante comunista)

Un suceso que impactó la sensibilidad de la joven Ana Moreno fue el ver pasar por su ventana varias plataformas llenas de cadáveres, víctimas del bautizo de sangre de la clase obrera en aquel fatídico 15 de noviembre de 1922. Pese a tener una vida acomodada y llena de lujos, estudiar con profesoras privadas, Ana fue forjando un carácter recto y contestatario.

En 1937 inició su vinculación con la colectividad siendo Trabajadora Social en la I Campaña Antituberculosa (LEA) que dirigían varios especialistas, entre ellos, los doctores Gabriel Burbano Zúñiga, Armando Pareja Coronel, Juan Tanca Marengo y Jorge Higgins Jaramillo.

Participó de las actividades culturales de la Agrupación “Allere Flamma” y de a poco comienza a interesarse por los problemas del pueblo. En 1938 suscribió el llamamiento mundial para la defensa de la República Española y en casa de Joaquín Gallegos Lara ayudó a organizar el movimiento "Socorro Rojo", destinado a recaudar ropa, dinero y medicamentos para los combatientes del frente republicano.

En 1943 en casa de Alba Calderón de Gil se afilió al Partido Comunista "después de un largo recorrido de conciencia política” tal como mencionaría la propia Ana. Entonces comenzó a intervenir en actos públicos de denuncia y rápidamente se integró al trabajo de ADE “Alianza Democrática Ecuatoriana”, organización precedida por Francisco Arízaga Luque, y organizó comités populares barriales, sindicatos y grupos campesinos; además el Partido le asignó el trabajo en las zonas de Durán, Yaguachi, Milagro, Naranjito y Bucay pues Ana trabaja en el Ferrocarril de la Costa.

En 1944 continuó en el frente de resistencia al gobierno de Arroyo del Río. El sábado 27 de mayo recibió varias consignas del comando de ADE. Al día siguiente, domingo 28 de mayo, día de la madre, trabajó hasta las 10 de la noche que estalló la revolución, entregando consignas a los comprometidos y a duras penas pudo llegar a su casa justo a tiempo para evitar el tiroteo. Al día siguiente su hermano Francisco Moreno Franco abrió las puertas de "Senefelder" e hizo imprimir la primera Proclama de la revolución.

En cuanto a militancia partidista, fue una de las más cumplidoras y en los desfiles portaba la bandera roja por las calles, fue una mujer que, a pesar de su procedencia de clase alta,

89 se vinculó de lleno a las causas sociales y participó en un hecho de transcendental importancia para la historia nacional, la revolución de “La Gloriosa”.

4.3.9 Alba Calderón (militante comunista)

Alba, nacida en la provincia de Esmeraldas el 27 de julio de 1908, es otra de las importantes intelectuales que parió el siglo XX en el Ecuador. A su corta edad se trasladó de su natal Esmeraldas con una beca a Quito para iniciar sus estudios en el Normal Juan Montalvo y luego se pasó al Normal Manuela Cañizares; a los pocos años de estudio, decide optar por el estudiar en la Escuela de Bellas Artes, lugar donde compartiría enseñanzas con celebres artistas nacionales como Guillermo Coronel, Diógenes Paredes, Alfredo y Daniel Elías Palacio, Piedad Paredes, Leonardo Tejada, Germania Paz y Miño, Jaime Andrade Moscoso y Luis Crespo Ordóñez.

Aun sin terminar sus estudios debe mudarse al puerto principal, donde trabajaría con María Angélica Idrobo en el Liceo Ariel de profesora, junto con Aurora Estrada. El colegio cerró por problemas económicos. Alba posteriormente se dedicó a dar clases de dibujo a domicilio y pronto adquirió fama por sus bonitas obras entre las principales familias guayaquileñas.

En una exposición de poemas murales Alba asiste invitada por su amiga Aurora y tiene la oportunidad de conocer a Enrique Gil Gilbert, el amor surgiría desde entonces y se convertirían en inseparables compañeros de vida, la pareja se casa en el año de 1934.

Enrique era para ese entonces militante del Partido Comunista, y se convirtió en la influencia directa de Alba, a poco tiempo de casados, pasaron a residir en una casa céntrica de la cuidad donde compartieron con intelectuales de la época como Galo Galecio, Alfredo Palacio, Joaquín Gallegos.

En el año de 1937 forma parte de la Agrupación “Allere Flama” del escultor Enrique Pacciani y regresa a su oficio de pintora. Ese año realizó un retrato al óleo de Enrique, que fue muy comentado, así como los óleos “Tejedora de hamacas”, “Después del velorio”, “El betunero”, “La zamba”, “Retrato de mi hijo” y varios dibujos al carbón y en sepia. También fue parte de la Sociedad de Artistas y Escritores Independientes en la cual mantenían reuniones literarias y artísticas. Alba siempre fue una pintora figurativa dentro

90 de la línea del realismo y realizó obras donde plasma retratos y paisajes y a los campesinos en sus faenas agrícolas.

Alba Calderón fue una gran militante del Partido Comunista. Junto a Enrique trabajaban arduamente para poder llegar cada día a los obreros y campesinos, tuvo un importante trabajo en el cantón Naranjal en el cual se formó una célula y fue Secretaria General y participó activamente en la Federación de Trabajadores.

4.3.10 Laura Almeida (militante socialista)

Como muchas señoritas de la época Laura Almeida sigue la tradición familiar e ingresa al Normal Manuela Cañizares donde obtiene si título de Bachiller en Ciencias de la Educación en el año de 1943.Cuando llega a la mayoría de edad ocurre un acontecimiento de suma relevancia en la historia nacional: la revolución de “La Gloriosa” de 1944.

Laura acompañada de su padre que era miembro del Partido Socialista presenció las manifestaciones de protesta y rebelión de las mujeres en las calles y en las plazas de la ciudad de Quito, allí vio desfilar a Luisa Gómez de la Torre quien se convertiría en su entrañable compañera y amiga de lucha; con Luchita también desfilaron Nela Martínez, Raquel Verdesoto, Hipatia Cárdenas, Matilde Hidalgo y muchas mujeres del pueblo cuyos nombres no han sido registrados por la historia formal, todas bajo consignas para derrocar el nefasto gobierno de Carlos Arroyo del Río.

Con el pasar de los años Laura se transforma en una importante y destacada militante del Partido Socialista, esto gracias a la influencia de su padre. En sus años universitarios, por su recio carácter y su constancia, se transforma en una líder innata en los espacios de representación universitaria como la FEUE (Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador) y de AFU (Asociación Femenina Universitaria).

Pero en el espacio donde destacaría mayoritariamente por su entrega fue en las filas del movimiento obrero a través de su militancia en el Partido Socialista, pese a que en ese entonces las mujeres que decidieran tener una militancia política eran mal vistas. Laura continúo con mayor tenacidad y luchó por romper con el statu quo, luchó contra una dura sociedad conservadora y en el calor de la lucha su carácter se templó, maduró y se consolidó en una dirigente política.

91

Además de sus tareas políticas, supo sobresalir por sus capacidades y su responsabilidad profesional, destacó como maestra en el Normal Manuela Cañizares y en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.

Laura Almeida, gracias a sus dotes de estratega política, llegó a la más alta dirigencia del Partido Socialista, una posición política a la que no ha llegado ninguna mujer hasta ese momento, Almeida fue la primera Secretaria General del Partido Socialista. Además, asumió la máxima autoridad de la Confederación Nacional de Trabajadores del Ecuador en la época de la Junta Militar.

4.3.11 Virginia Larenas (militante socialista)

Virginia, nacida en el cantón Vinces en el año de 1907, fue mujer de recio carácter y amplia personalidad, hija del capitán Leonardo Larenas, militar de corte liberal radical, que sembraría los ideales laicos y que con el tiempo se hicieron socialistas.

Como toda señorita liberal de la época ingresaría a estudiar en el Normal Manuela Cañizares, graduándose en 1925 de Preceptora Normalista en el Normal Juan Montalvo con la sola intensión de romper esquemas puesto que era un normal masculino.

Para la década del treinta Virginia ya militaba activamente en el Partido Socialista, allí participaba en la organización de movimientos populares cuya base indigenista es de singular importancia.

Virginia Larenas fue una mujer muy valiosa, controvertida y adelantada a su tiempo en el afán de acelerar los procesos de transformación política del país. Desde sus principios socialistas, irrumpe en la formación de organizaciones de base, pero también se compromete con la ayuda humanitaria. Actúa como socia del Instituto Indigenista y fue Secretaria de la Alianza Femenina Ecuatoriana, miembro de la UNE, así como del Grupo Cultural “Siembra”.

Una líder nata en la docencia ejerce su carrera desde 1926, y como profesora normalista mantuvo una metodología para la educación, fue sumamente activa y procuraba llevar a las alumnas al conocimiento de los hechos por la observación y experiencia, tomando a la naturaleza y a la vida del hombre como fuente de investigación insustituible.

92

Su posición firme y resuelta incentivaba a sus alumnas del Manuela Cañizares a tener una actitud más valiente y perseverante ante la vida:

Una vez en su calidad de maestra llama a su alumna Luisa de la Torre y con vehemencia le dice: “¡Carajo! ¿Por qué tienes miedo de hablar en público? Si eres inteligente y conoces la materia. Imagínate que tienes que hablar con la rectora o con el Ministro de Educación y no puedes porque un montón de basura te impide al paso. Lo que tienes que hacer es patear la basura, quitarla de tu camino y cuando te encuentres manos a boca con ellos, te has de dar cuenta que han sido más ignorantes que tú (Rodas, 2000, p. 75).

Virginia Larenas en las décadas del cuarenta al sesenta continuó con su ejercicio profesional, pero da un vuelco a su militancia política del socialismo al velasquismo, y es desde esta posición que en 1961 fue electa diputada por la provincia de Pichincha convirtiéndose así en la segunda mujer en ocupar esa dignidad.

4.3.12 Raquel Verdesoto de Salgado (militante socialista)

A los catorce años Raquel, en 1924, se traslada a Quito para ingresar al Instituto Normal Manuela Cañizares, obteniendo después su título de Preceptora Normalista. Regresando al poco tiempo a su ciudad natal Ambato, para iniciar su carrera docente y también su colaboración con la prensa local.

Raquel da inició a su producción artística e intelectual con la publicación de su obra Sin Mandamientos en 1934, demostrando su estado de transición entre su pasado y su futuro. Impedida de continuar con su labor retorna a la ciudad de Quito para dedicarse de lleno a la docencia como un deber y entrega maternal en la escuela Rosario González de Murillo anexa al Manuela Cañizares.

Acorde a sus convicciones intelectuales ingresa a la Universidad Central del Ecuador. Se especializa en Literatura y culmina su carrera como Doctora en Ciencias de la Educación, posteriormente Raquel de dedicará a la docencia en su Alma Mater como profesora de Literatura en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, convirtiéndose en unas de las primeras mujeres en ejercer el magisterio en dicha Facultad junto con Matilde Hidalgo y Moraima Carvajal, llegando a jubilarse Raquel y recibiendo un nombramiento de Profesora Honoraria.

La producción literaria de Raquel Verdesoto fue basta y muy importante. Un claro ejemplo es su obra Lecciones de Literatura de tres tomos. En 1949 publica una serie de 93

Microbiografías de Ecuatorianos Ilustres. Para 1952 se consolida en su oficio de escritora y el Ministerio de Educación Pública le concede un premio por su ensayo biográfico sobre Luis Felipe Borja. Continúan los reconocimientos, pues al año siguiente en la Facultad de Filosofía le otorgan el primer premio en el concurso de Historia y para 1954 triunfa en el Concurso Literario Femenino Nacional con la biografía de Marieta Veintimilla.

La biografía de Manuela Sáenz de dos tomos es considerada como su obra más representativa, continúa su labor intelectual y publica Arrullos de la Escuela y de la Vida escrito en colaboración con los escritores argentinos José Mas y Clara de Toro y Gómez, Recogí de la Tierra y Romance de Gabriela.

Raquel es una mujer que admiro mucho el pensamiento de su coterráneo Juan Montalvo, y este pensamiento la influenció para luchar por la dignidad humana y la libertad política, es así que incursiona en la línea del socialismo. Conoce a Nela Martínez y a Luisa Gómez de la Torre y junto a otras mujeres se integra al movimiento Alianza Femenina Ecuatoriana. AFE constituye un bastión indudable a la hora de cimentar las bases de los movimientos sociales y de mujeres.

4.3.13 Matilde Hidalgo de Prócel (militante liberal)

Nacida en la ciudad de Loja el 29 de septiembre de 1889, provino de una familia liberal hija de doña Carmen Navarro del Castillo y de Don Juan Manuel Hidalgo, familia sin más patrimonio que su propio esfuerzo.

La última de siete hijos, su padre fallece meses antes de su nacimiento y de acuerdo a las tradiciones de la época su madre guardó celosamente duelo, hasta que los ahorros comenzaron a escasear y doña Carmen tuvo que comenzar a trabajar como costurera para solventar los gastos.

La pequeña Matilde ingresa a la escuela primaria de La Inmaculada que estaba en manos de las Monjas de la Caridad, pero gracias a sus cualidades intelectuales y su carácter es electa como auxiliar de enfermería para ayudar en la asistencia de enfermos.

Su deseo de continuar con sus estudios después de terminar la escuela la hace iniciar un sendero de rupturas y búsquedas que la llevan a convertirse en un sujeto de censura. La educación en los colegios fue en ese entonces patrimonio exclusivo de varones y es por 94 esto que Matilde y su madre deciden hablar con el Dr. Ángel Rubén Ojeda, rector del Colegio Bernardo Valdivieso, y el 22 de octubre de 1907 el colegio abre las puertas por primera vez a una mujer.

Como era de esperarse la sociedad lojana no acepta la acción, y comenzaron a aislar a sus hijas de la “loca endemoniada” que era como la habían nombrado a Matilde, pero el acoso también fue para su madre pues es amenazada de ser excomulgada y la obligan a escuchar misa dos pasos atrás del pórtico. Ante la dura situación Matilde encuentra refugio en la poesía. Fragmento de su poema “El Deber de la Mujer”:

No contentarse tan solo con el rosario en la mano y el breviario del cristiano querer la vida pasar… Es preciso al pensamiento remontarle a las regiones donde se hallan instrucciones que la ciencia suele dar… Es preciso abrirse paso entre envidia y mezquindades y burlando tempestades dedicarse ya a estudiar 20

En 1914 Matilde comienza a cosechar sus primeros frutos del esfuerzo, su sueño se cumple y el Rector Dr. Luis Jaramillo firma su título de Bachiller de la República con calificación de Sobresaliente, es así como Matilde se convierte en la primera bachiller de la provincia y del país.

Para el mismo año viaja de inmediato a Quito con el propósito de cumplir su sueño de graduarse como doctora. Sin embargo, fue rechazada por la Universidad Central que no admite mujeres. Pero no se desanima y continúa golpeando puertas, hasta que es admitida

20 Fragmento del poema “El deber de la Mujer” de Matilde Hidalgo de Prócel tomado del libro Maestras que dejaron huellas: aproximaciones biográficas, Raquel Rodas editora, Gráficas Cobo, Quito-Ecuador, 2000, p. 44.

95 por la Universidad del Azuay y su rector el Dr. Honorato Vásquez la apoya de forma incondicional.

La religiosa ciudad de Cuenca no aceptó que una mujer rompa con los cánones sociales, Matilde nuevamente es objeto de burlas e insultos. Pero sigue con persistencia su camino y el 29 de junio de 1919 después de dos horas de exámenes y con la obtención de cinco votos de primera clase recibe el título de Licenciada en Medicina.

Dos años después Matilde se presentó ante un Tribunal Examinador para rendir pruebas finales en la Universidad Central, mismas que aprobó y le confirieron el título de Doctora en Medicina.

Matilde también ejerció la docencia y lo pudo hacer en la ciudad de Machala en la cátedra de Ciencias Naturales en el Colegio Nueve de Octubre y en reconocimiento a su labor en 1923 es nombrada como vicerrectora. Viaja a la ciudad de Quito buscando colegios para la educación secundaria de sus hijos y también obtiene el cargo de Médico-Catedrático en el Normal Manuela Cañizares.

Con el tiempo asume las cátedras de Biología e Higiene, organiza cursos de nutrición y primeros auxilios, después dicta las mismas materias en el Colegio religioso La Inmaculada en el cual abre un consultorio gratuito. En 1949 ocupó el cargo de vicerrectora en el Normal Manuela Cañizares.

Unos de los hitos que hizo destacar a Matilde fue haberse convertido en la pionera nacional y latinoamericana en el sufragio femenino, Y fue así como en 1924 decidió acudir a inscribirse en los registros electorales del cantón Machala, para poder asistir a las próximas elecciones para Senadores y Diputados. Después de un pronunciamiento del Concejo de Estado de que determinó la legalidad de la solicitud es como pudo acudir a las urnas y ser la primera mujer en votar.

Pero el ímpetu de Matilde Hidalgo no se detendría y ahora atravesarían por su vida los caminos de la política. Fue nombrada como la Primera mujer Concejala en la ciudad de Machala. En el año de 1941 ante la convocatoria para elecciones de diputados en el período de Carlos Arroyo del Río, las mujeres lojanas hacen una petición a la Junta Provincial Liberal, el nombre de Matilde se incluye para ser tomada en consideración por el Directorio Supremo de la Junta Provincial Liberal. Después de una ardua campaña de

96 apoyo y una votación a favor, sus seguidores celebran su triunfo, no obstante, en el momento de enviar la lista de ganadoras, su derecho es usurpado y su nombre no consta en el primer lugar sino como primera suplente electa.

4.3.14 Hipatia Cárdenas (militante liberal)

Compañera de estudios y amiga de Aurora Estrada, la quiteña Hipatia Cárdenas de Bustamante es otra distinguida intelectual, poetisa talentosa, presidenta de la Primera Asamblea de Periodistas (Ambato, 1932), Consejera de Estado, fundadora del importante grupo cultural “América”, miembro de la Liga Internacional Americana Pro Paz y Libertad.

En calidad de Presidenta de la “Unión de Mujeres del Guayas”, no deja de puntualizar que los problemas de las mujeres también lo son de toda la sociedad:

(…) cuyos postulados -los de la Unión- son: elevar el nivel jurídico y humano de la mujer, sobre la cual pesa un estatuto injusto y anacrónico que la coloca en una suerte de interdicción intelectual. La mujer casada debe obediencia y respeto al marido, en forma tal que no puede hacer uso ni siquiera del derecho natural; ello, evidentemente, la coloca en una situación de inferioridad frente a los hombres. Salvaguardar la vida biológica y espiritual del niño -hombre del mañana-, sobre el que rebotan en última instancia todos los malestares sociales; muchos niños a edad temprana trabajan y, a veces, como hombres, con la diferencia de que ellos, como las mujeres no reciben una remuneración a igual trabajo. La lucha por la paz es una obligación que se debe platear la especie humana sobre todo en este mundo del átomo que de ser mal empleado nos llevaría a una hecatombe de consecuencias fatales para toda la humanidad por la utilización de las terribles armas termonucleares (Ramírez, 1976, p. 60).

Sin estas distinguidas y doctas mujeres, que con su saber y sensibilidad guían a las demás, no hubiera sido posible la lucha de todas por alcanzar derechos que paulatinamente aseguren la igualdad jurídica con los varones.

Igualdad todavía incompleta, es verdad, pero que ha colocado a la mujer en una situación mucho mejor que la existente antes de la revolución liberal. Y ese es uno de los grandes méritos del liberalismo machetero encabezado por Eloy Alfaro.

97

4.3.15 Zoila Ugarte de Landívar (militante liberal)

Nació en Machala en 1875 aproximadamente, recibe su primera educación en su ciudad natal para luego trasladarse al puerto de Guayaquil. Allí comienza su larga trayectoria en el periodismo, espacio desde el que libro innumerable batallas políticas con mucha valentía y aplomo.

Zoila vive en su juventud un proceso de cambio de un modelo conservador elitista a uno democrático, con toda la sangre, dolor y lucha que significó. Después funge como un centinela cuando el liberalismo alfarista se ve asaltado por el placismo; desprecia los abusos del gobierno y mantiene la vigencia del liberalismo radical. Con su pluma muy firme reta a los traidores no les da tregua, los expone sin temores ni cobardía alguna.

Se inició en las letras con el seudónimo de Zarelia escribiendo para la revista “El Tesoro del hogar”, dirigida por Lastenia Larriva de Llona. En 1906 escribe para La Prensa y en La Patria junto a escritores como Manuel J. Calle, Luis Robalino Dávila, Gonzalo Córdova y Luis F. Chávez.

De 1911 a 1920 Zoila se desempeña como Directora de la Biblioteca Nacional, su lugar ideal lleno de libros y de mucho conocimiento albergado y listo para ser descubierto. En ese entonces la Biblioteca publicaba un boletín donde aparecían en otras sus propias producciones literarias:

“Hay una pluma prodigiosa y fina Que vierte luz cuando a escribir empieza Regia pluma, tocada de belleza Que si hiere la sombra, la ilumina…”21

Es en la Biblioteca Nacional donde conoce a una asidua lectora y que prontamente entablan una amistad que perduraría a lo largo de sus vidas, es María Angélica Idrobo una joven maestra normalista, que mantenía mucha curiosidad intelectual. Después María Angélica la lleva a trabajar en el Colegio “Fernández Madrid” como profesora de

21 Verso de Zoila Ugarte de Landívar tomado de Maestras que dejaron huellas: Aproximaciones biográficas, Raquel Rodas editora, Gráficas Cobo, Quito-Ecuador, 2000, pág. 16. 98 castellano. Poco tiempo después las dos se embarcan en la creación de un proyecto pedagógico y de apoyo a la educación de la mujer, crean el Colegio “Simón Bolívar”.

Pero Zoila Ugarte se ha consolidado como pionera del feminismo nacional, puesto que ella plantea tempranamente muchas reivindicaciones en pro de la mujer. En 1905 funda la revista La Mujer que es la primera en su género publicada en Quito, la revista se convirtió en la palestra pública para dar a conocer el talento de nuestras mujeres literatas, poetisas e intelectuales.

Como era de esperarse la circulación de La Mujer una revista cuyo fin fue el de socializar las ideas feministas y defender públicamente los derechos de las mujeres, desato comentarios negativos y lascivos entre los defensores de las instituciones tradicionales. Un extracto del pensamiento de Zoila Ugarte en esta revista:

La mujer tiene derecho a que se le dé trabajo, puesto que necesita vivir, y no se vive, ni se adquieren comodidades sin trabajar. Las falanges de “obreras” que llenan las fábricas, no han podido menos que comparar la diferencia de salario señalado para los dos sexos, por idénticos esfuerzo, por las mismas horas de trabajo. El feminismo no es doctrina caprichosa y un objeto, es la voz de la mujer oprimida, que reclama aquello que le pertenece, y que no hay, mañana o cualquier día lo conseguirá, siendo por lo tanto inútil ponerle trabas.22

Como era de esperarse Zoila continúa con ahínco en la publicación de la revista La Mujer que siguió por algunos años más y que tan sólo paró al escasear los recursos que la financiaban.

En cuanto al ámbito del activismo feminista, ella fundó en 1922 la Sociedad Feminista “Luz de Pichincha” organización que también presidió como presidenta. Para inicio de la década del treinta del siglo veinte fundó el “Centro Feminista Anticlerical” agrupación que luchó por el respeto al derecho voto femenino, la agrupación estuvo conformada por otras feministas como Hipatia Cárdenas de Bustamante, Mercedes González de Moscoso y Delia Ibarra entre otras.

La Sociedad Feminista “Luz de Pichincha” logra crear una escuela primaria y un colegio nocturno de carácter gratuito para mujeres. Realizaban visitas a las cárceles y luego de

22 Extracto de una publicación en la revista La Mujer de Zoila Ugarte de Landívar. 99 verificar las malas condiciones en las que vivían las mujeres privadas de la libertad hicieron denuncias públicas.

En 1930 invita a feministas de la talla de Belén de Sárraga23 a dar una charla en el Instituto Nacional Mejía en la ciudad de Quito y posteriormente recorrieron varias ciudades del país promoviendo los derechos sociales de las mujeres. Belén Segarra fue, además, invitada por Ugarte a dar una conferencia en La Confederación Obrera del Guayas.

En 1938 junto con otras destacadas compañeras de lucha por la mujer contribuyó en la creación de la Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE), conto la intervención de María Angélica Idrobo, Matilde Hidalgo de Prócel, Virginia Larenas entre otras importantísimas luchadoras por los derechos femeninos.

En los años cuarenta Ugarte participa como mentora en representación de Ecuador, en la organización internacional femenina del Comité de las Américas de la liga Internacional Femenina por la Paz y Libertad.

4.3.16 María Angélica Idrobo (militante liberal)

Una educadora nata, se puede decir que desde la cuna recibió influencias de su padre un excepcional educador de la provincia de Imbabura encargado de instruir a los niños del poblado de Atuntaqui, Andrade Marín, Salinas y del Valle del Chota. Da sus lecciones en escuelas pequeñas y pobres de la ruralidad ecuatoriana, su padre infunde a María Angélica sus primeros anhelos de ser maestra.

Otro de los hitos que marcarían su formación fue el haber conocido al General Eloy Alfaro, el 6 de mayo de 1901 en una visita suya a la provincia de Imbabura, es así que los pocos liberales y habitantes asisten a la misma, los niños habrían de formar la calle de honor para recibir al Viejo Luchador, en cuanto a María Angélica fue elegida para saludar al mandatario.

A sus once años pronuncia su discurso y da la bienvenida y entrega un ramo de flores al presidente, él emocionado acaricia la cabellera de la niña, admirado por la vivacidad de

23 Ver Anexo G. 100

María Angélica le recomienda a su padre que al terminar sus estudios primarios la envíe al Instituto Pedagógico de Señoritas.

El 10 de septiembre de 1912 María Angélica obtiene su título de Profesora Elemental Normalista, siendo de las primeras generaciones que tuvieron la importante tarea de consolidar el modelo educativo laico, que, soportando el rechazo de un sector de la sociedad, las maestras demuestran que su objetivo es “encender la luz de las conciencias y desechar las sombras de la ignorancia y el fanatismo”.

Como educadora tempranamente tuvo bajo su responsabilidad crear y dirigir importantes instituciones educativas como la Escuela de niñas 10 de agosto, el Liceo de Señoritas Ariel, Liceo Fernández Madrid y el Colegio de Señoritas Simón Bolívar. María Angélica fue una escritora de amplia producción, siendo su obra más relevante “Homenaje a las Madres”.

Aquí un pequeño extracto del discurso de inauguración del Colegio de Señoritas Simón Bolívar en Quito, proyecto pedagógico que contó con la ayuda de Zoila Ugarte de Landívar:

Queremos contribuir con un grano de arena al mejoramiento de la Patria, hemos resuelto continuar prestando nuestros servicios a la causa educacional de la juventud femenina en la que está fincado el porvenir moral de la Nación. Nada más indicado para modelar el alma de las futuras generaciones de América que las doctrinas bolivarianas, cuyo conocimiento y cuya aplicación en nuestro vivir democrático nos dará el acierto para gobernarnos conforma a las máximas aspiraciones que concibió para nuestro continente héroe máximo de las gestas de América (Rodas, 2000, p. 54).

El Manuela Cañizares fue el plantel donde laboró largos años, realizando un verdadero apostolado, entre sus obras más importantes fue el haber dotado a la institución de su local ubicado en el sector de la Mariscal y tal como se refería la misma María Angélica inauguró un “palacio para el normalismo”. Además, redacta el Reglamento Interno del Colegio y funda la Escuela Anexa Guayaquil y anexa la Escuela Sarmiento y crea la biblioteca.

Su amistad con Zoila Ugarte fue de vital importancia para su participación política, para profundizar sus convicciones sociales. En 1936 forman en Quito el grupo “Alas” cuyas integrantes fueron las maestras María Angélica Idrobo, Zoila Ugarte, Rosaura Emelia Galarza y Victoria Vásconez Cuvi. También fue parte de la Alianza Femenina

101

Ecuatoriana en la cual participó en la Junta Constitutiva de la organización mostrando su interés en las causas justas y en la lucha por conseguir mejores días para la mujer ecuatoriana.

102

CAPITULO V

TESTIMONIOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES DE AFE EN “LA GLORIOSA”

Como se ha visto, existen varios personajes que participaron en la revuelta popular del 28 de mayo de 1944 y sus testimonios resultan de gran utilidad para conocer y analizar cómo sucedieron aquellos hechos, y sobre todo para indagar sobre cómo fue y cuál la participación política de las mujeres de AFE, su relación con el poder y cómo estas se desenvolvieron en aquel contexto.

5.1 Nela Martínez

La entonces militante comunista Nela refiere sobre aquellos días el siguiente testimonio que ha sido tomando íntegramente de su autobiografía Yo siempre he sido Nela Martínez Espinosa, en el relata cómo se vivió en la ciudad de Quito el hecho histórico de la Gloriosa de 1944, y como ella junto con otras mujeres militantes de AFE y de ADE (Alianza Democrática Ecuatoriana), militantes que se pusieron al frente después de lo ocurrido en Guayaquil. Ellas vivieron largas horas enfrascadas en dar respuestas al pueblo que se había volcado a las calles.

5.1 La toma del Palacio

El 29 de mayo de 1944, Quito amaneció inquieto. Se sabía que algo había pasado el día anterior en Guayaquil; sin embargo, como se habían interrumpido las comunicaciones telegráficas, no se conocía exactamente cuáles eran los sucesos. Nela trabajaba en un programa que desarrolló con el doctor Luis Eduardo Lasso,24 cuando llegó a la oficina, escuchó los rumores de un levantamiento popular en el puerto principal, y salió rumbo a la sede de ADE, en la calle Venezuela.

24 Economista, ministro de Economía del segundo velasquismo. Fue coautor del Plan Económico, junto con Néstor Mogollón y Manuel Agustín Aguirre; este último, destacado teórico marxista y catedrático universitario, quien entregó el Plan a Velasco Ibarra en Ipiales. 103

Allí convocamos a la gente e hicimos todo lo que había que hacer, principalmente tratar de averiguar cuál era la posición de los militares y los carabineros. Reunimos a los estudiantes y a los ciudadanos para preparar la defensa. Era un río humano que yo nunca he vuelto a ver. Estaban dirigentes estudiantiles, universitarios, trabajadores, mujeres de las distintas células de Alianza Femenina Ecuatoriana. En ese momento se supo que Arroyo del Río se había refugiado en la Embajada de Colombia y que en Guayaquil el pueblo había quemado el cuartel de la Policía. Poco después llegó una delegación de carabineros, uniformados y con armas, para decirnos que querían hablar con la directiva de Alianza Democrática. Cuando les preguntamos por su postura, nos dijeron que ellos no combatirían, solo se defenderían, que únicamente en el caso de ser agredidos por los militares irían a la pelea. (Martínez, 2006, pp. 81-82).

Inmediatamente fueron enviadas delegaciones a los cuarteles de la ciudad para dar la noticia de que los carabineros deponían las armas. Los militares reaccionaron y reconocieron el derecho a la insurrección y a Alianza Democrática como la organización que estaba al frente del movimiento. Ciudadanos comunes y jóvenes estudiantes hablaron y dirigieron a las masas en esos momentos.

Era de noche cuando me ‘iluminé’ y dije que el poder estaba en el Palacio de Gobierno, así que fui allá con unos pocos estudiantes, todos desarmados, y lo ocupamos. Había una efervescencia maravillosa de un pueblo necesitado de una dirección, desesperado por hacer una revolución. Reuní entonces a los empleados del Palacio y les pedí que cuidaran los objetos, porque allí no se debía perder ni un lápiz. Inclusive mandé a algunos a que fueran haciendo un inventario. Cuando lo tomamos era de madrugada, ya no había guardia presidencial. En el despacho del Ministro de Gobierno, el cuencano Aurelio Aguilar Vásquez, encontramos las listas de los perseguidos y los presos y nos pusimos a dar órdenes de libertad, a ratificar a los gobernadores que quedaban o a encargar a miembros de ADE que tomaran el poder en cada sitio que conocíamos (Martínez, 2006, p. 82).

Desde el Palacio, Nela comunicó a los dirigentes de ADE, que estaban reunidos en un domicilio en el norte de Quito, la toma de la sede del Gobierno. Apenas recibió la noticia, el líder conservador Mariano Suárez Veintimilla, quien no podía concebir que una mujer comunista estuviese dirigiendo el proceso, corrió a Carondelet. Él ocuparía la Presidencia de la República tres años después, en 1947.

La población no cometió desmanes. Fue la revolución del pueblo y, pese a haber sido un gran movimiento con toda la emotividad que ello implica, no hubo un solo exceso en la calle. La gente no atacó los comercios ni nada, tampoco a los carabineros, a quienes odiaban porque en ese tiempo habían sido violentos y crueles (Martínez, 2006, p. 83).

104

Por otra parte, resultaba gracioso ver a los dirigentes de ADE entrar al Palacio, la mañana siguiente, con fusiles pedidos a los estudiantes, cuando ya el pueblo se había tomado el poder.

5.1.2 Primera mujer ministra

El resto de dirigentes viajó al Carchi para traer a Velasco Ibarra y acomodarse en el Gabinete. Mientras tanto, Nela Martínez Espinosa, la única mujer en el Palacio, se convertía también en la primera mujer en la historia del país que ocupaba el Ministerio de Gobierno.

Desde el Ministerio ordené la liberación de los presos, principalmente los del Movimiento Antifascista, que estaban en diferentes provincias o confinados en el Oriente, por luchar contra el régimen de Arroyo del Río. Se informó a todo el país que ADE se había hecho cargo de la Presidencia de la República; pedimos que se organizaran gobiernos seccionales para impedir que actuara la contrarrevolución - aunque el término no es exacto. Ordené lo que había que ordenar: la coordinación de toda la actividad a escala nacional. Había una actividad muy grande allí, porque también muchos liberales pedían protección. Además, estaba el cuidado de toda la ciudad, la comunicación nacional para unificar las acciones de ADE, y un pueblo entero levantado, al que había que mantener bajo vigilancia constante. Se formaron patrullas de trabajadores y estudiantes que custodiaban la ciudad. Pasé tres días y tres noches sin dormir. Y los estudiantes también, sin dormir ni comer. Los hechos sucedieron tan precipitadamente que no nos dieron tiempo para pensar en suministro de víveres ni nada. No hubo diferenciación de responsabilidades sino acción política de todos, una combinación de intereses para consolidar la revolución, para levantar la ADE; una puja para que no pasara lo que pasó: la toma del poder dictatorial por Velasco, que era el candidato de Alianza Democrática Ecuatoriana. Ahora pienso que fue incorrecto aceptar la participación de la derecha porque la lucha fue iniciada por la izquierda. Arízaga Luque, Vanguardia Socialista, el Partido Comunista y el Partido Socialista fueron los fundadores de ADE. Solo cuando el movimiento fue creciendo y la candidatura de Velasco, tomando cuerpo, pidieron ingresar a la Alianza una fracción del Partido Liberal, con Julio Teodoro Salem a la cabeza, y el Partido Conservador, dirigido por Mariano Suárez Veintimilla. De modo que, aunque aparentemente fuimos ganando en unidad, en el fondo perdimos porque el germen de la traición ya estaba adentro (Martínez, 2006, pp. 83-84).

Nela lo comprendió después: el complot se consumó al llegar el caudillo a Quito, el 1º. de junio. Entonces Julio Teodoro Salem, que era el director de turno de ADE, le entregó la bandera y lo proclamó Jefe Supremo de la Nación, a pesar de que no se había resuelto 105 que Velasco se hiciera cargo del poder sino, simplemente, que fuera el candidato de la Alianza.

Velasco conquistó al gentío con su oratoria. Después, en el Palacio, leyó la nómina del Gabinete completo y comprendí que la cosa había sido resuelta de antemano. Cuando entró al despacho, me preguntó que qué podía hacer por mí, dónde quería quedarme, ya que la Patria me debía muchísimo. Le contesté que yo había cumplido mi deber y que esperaba que él cumpliera el suyo. Me despedí y me fui. Salí con la conciencia plena de que la revolución se había frustrado y que tomaba otros rumbos. Tuve esa sensación luego del discurso, pero, sobre todo, con la composición del primer Gabinete, que se había preparado en Ibarra. Llegué a mi casa y me dormí de tanto cansancio que tenía. Cuando desperté al día siguiente, leí en la prensa que la oficina en la que trabajaba había sido cerrada. En términos de insurrección, el movimiento fue mucho más fuerte en Guayaquil, porque allí hubo una represión más fuerte. El 28 de mayo murieron también mujeres y jóvenes universitarios. La mayor parte de la fuerza obrera estaba en el Puerto, donde había sindicatos bien conformados, mientras en Quito estábamos todavía en la conformación de la Casa del Obrero y las organizaciones gremiales recién empezaban a consolidarse. Allá, los trabajadores se rebelaron contra los policías; hubo muertos en ambos bandos, pero al final prevalecieron los primeros. Las guayaquileñas se movilizaron y recogieron armas y dinamita. Tiempo después, Ana Moreno me hizo conocer los lugares que recorrió en busca de explosivos para hacer bombas (Martínez, 2006, pp. 84-85).

Como muestra el testimonio el rol de las mujeres que militaron en AFE dentro de la Gloriosa de 1944 en la ciudad de Quito fue muy importante, aquellas mujeres tomaron el Palacio de Gobierno y como menciona Nela, ella fue la primera mujer en el Ministerio de Gobierno y desde allí tuvo la posibilidad de liberar a los presos políticos y dar ese tipo de respuesta para el importante momento que se vivía, Martínez en compañía de otra valiosa mujer Luisa Gómez de la Torre pasaron tres días de ardua labor, pues comunicaron y unificaron la dirección de ADE a nivel nacional.

Muy poco se sabe de papel que jugaron las mujeres militantes de base de AFE en la ciudad de Quito, no existen relatos que nos indiquen cual fue su participación exacta, pero no hay duda que después de un período de intensa actividad política y sobre todo activista en el marco de la Gloriosa. Un momento prerrevolucionario haya sido parte de la influencia de las mujeres intelectuales que se destacaron en la organización de AFE y nutrieron a la misma, las mujeres de barrios populares, estudiantes y trabajadoras se hayan volcado a las calles a apoyar a la gesta y que se hayan encargado de la misma manera de defenderla y velar en esos tres días que en la ciudad no se produzcan hechos que lastimen el nombre de la Gloriosa de 1944. 106

Se debe destacar particularmente el papel de Nela Martínez antes de la gesta de la Gloriosa, puesto que ella fue una de las delegadas que viajó a Pasto a visitar a Velasco Ibarra, hecho que conmovió al mismo y como ella manifiesta sorprendió a los políticos conservadores y liberales que viajaron en la delegación y rompieron muchas ideas de cómo era una mujer comunista.

5.2 Isabel Herrería y Ana Moreno

Este testimonio está recogido íntegramente del libro de Elías Muñoz Vicuña sobre “La Gloriosa” de 1944, publicado en 1984. Aquí las dos militantes comunistas nos refieren sobre los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Guayaquil, la noche del 28 de mayo. Resulta de gran importancia pues uno de los pocos relatos que existen desde las mujeres protagonistas de aquel hecho histórico.

La noche del 28 de mayo de 1944, Día de la Madre, el pueblo de Guayaquil, bajo la dirección de la Guarnición Joven se levantó en armas destruyendo el Cuartel de Carabineros. Cuando las familias guayaquileñas, muy apegadas a la fecha, todavía compartían los postres y bebían las últimas botellas de refrescos, a las diez en punto de la noche sonaron los primeros disparos. ¡Sorpresa para los no compactados! ¡Seguridad de lealtad para los que tenían conocimientos del hecho! Era algo así como la confirmación de un secreto conocido por todos. Explicación a mujeres y niños de lo que pasaba. Petición de prudencia para las familias. Había que impedir la confusión, la histeria. Los jefes de familia explicaban a grandes rasgos lo que pasaba. Felizmente toda la ciudadanía estaba contra el presidente Arroyo del Río. Estamos en los años 40. La Prensa, La Radio, Las Revistas, etc., no formaban un poder: EL DE LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN, como hoy. Todavía los periódicos publicaban manifiestos, remitidos, protestas, etc., que aun cuando tenía un precio, dejaba a los hombres la seguridad de ser escuchados. La propaganda, que durante la Segunda Guerra Mundial adquirió proporciones gigantes y pasó a dirigir al mundo, todavía no se hacía sentir en Ecuador. Los manifestantes de Alianza Democrática Ecuatoriana podían ser leídos por todos, los Partidos Socialista y Comunista publicaban sus Manifiestos, sus puntos de vista. A quien le interese la investigación sobre este momento histórico bien puede desempolvar los periódicos de la época y formar su criterio. Nosotras recurrimos a nuestra memoria. Las sesiones en pueblos, ciudades y en el campo se agrupaban en comités populares. Al final de la reunión se pasaba el sombrero y cada quien daba lo que podía. Así se publicaba las resoluciones redactadas por los más letrados. Las mujeres consideraron que era menester organizar comités femeninos y realizar su propia Convención Semanal en donde se daba cuenta del trabajo de cada Comité, de las conquistas logradas. Se formaban dirigentes. Sobresalían las más valientes. Respetaban una los intelectuales y las llamaban por su nombre. No les importaba de que no fueran nacidas en los sectores más pobres. Todavía los estudios secundarios y universitarios no habían llegado al pueblo. El término “camarada” pasaba a ser un título y un significante cultural. Nos 107

queríamos. Nos ayudábamos. Estimulábamos a sus hijas cuando sabían cantar, recitar, bailar. Así el comité pasaba ser algo más que la reunión política. Todavía vivían algunas combatientes del Quince de Noviembre. María Julia Salazar, analfabeta, nos contaba con lujo de detalles su actuación en esa jornada. “Nosotras no teníamos miedo”, nos decía. “Las ricas no se atrevían a asomarse al balcón porque nosotros los amenazábamos con nuestros gritos”. ¡Habían pasado veinte años! El tiempo marcando sus huellas las dejaba un rostro curtido por el sol y el trabajo rudo, tal como si fueran momias apergaminadas. Pero en el comité de recobrar la vida. Se reían a carcajadas en forma estridente. No semejaban rostros femeninos sino más bien estatuas que recobraba movimientos (Muñoz, 1984, pp. 241-242).

5.3 Ana Moreno

El siguiente fragmento de la historia de vida de Ana Moreno, una militante comunista, fue recogido por el escritor ecuatoriano Rodolfo Pérez Pimentel en su Diccionario Biográfico, se ha tomado de lo concerniente a un antecedente de la Gloriosa hasta el momento que Velasco se declara dictador traicionando la revolución de mayo.

En 1943 obtuvo su pase al ferrocarril de la costa, viajó a Guayaquil y en casa de Alba Calderón de Gil se afilió al partido comunista, "después de un largo recorrido de conciencia política", entonces empezó a intervenir en actos públicos de denuncia y a los pocos meses trabajó para "Alianza Democrática Ecuatoriana” (A.D.E.) que presidía Francisco Arízaga Luque, organizando comités populares barriales, sindicatos y grupos campesinos. En esas labores empleaba las horas de la noche y los fines de semana y por sus vinculaciones con el Gremio de los Ferrocarriles, el partido comunista le asignó las zonas de Durán, Yaguachi, Milagro, Naranjito y Bucay. En 1943 su padre la fue a buscar a la estación del Ferrocarril a la Costa donde trabajaba haciendo inventarios y se la llevó a "Artes Gráficas Senefelder", mejorándole el sueldo, mientras él viajaba a tratarse en los Estados Unidos; allí falleció el 4 de marzo de 1944. En "Senefelder" tuvo a cargo las cajas grande y chica y el manejo de los roles de pago, llegando a percibir hasta S/4.000 mensuales en la década de los años 50. En 1944 continuó en la organización de la resistencia al gobierno de Arroyo del Río. El sábado 27 de mayo recibió varias consignas del comando de A.D.E. Al día siguiente, domingo 28 de mayo, día de la Madre, trabajó hasta las 10 de la noche que estalló la revolución, entregando consignas a los comprometidos y a duras penas pudo llegar a su casa justo a tiempo para evitar el tiroteo. Al día siguiente su hermano Francisco Moreno Franco abrió las puertas de "Senefelder" e hizo imprimir la primera Proclama de la revolución. El 30 de mayo, con Eduardo Borja Illescas dirigió a los grupos revolucionarios de Durán e impidió el linchamiento de Juan Francisco Marcos Aguirre cuando era conducido por tren al panóptico de Quito. Poco después recibió del Gobernador del Guayas, doctor Pedro Pablo Egüez Baquerizo, la orden de salir a combatir a Yaguachi a las tropas que se creía que venían a defender al Gobierno de Arroyo, felizmente el encuentro nunca se llegó a producir Poco después ayudó a organizar las elecciones de Diputados a la Asamblea Constituyente y se obtuvo una gran mayoría izquierdista que expidió la Constitución del 45, considerada un modelo de democracia porque instituyó el sistema electoral a base del voto libre y secreto y la conformación del Tribunal Superior Electoral, así como el establecimiento del recurso de Habeas Corpus. 108

En cuanto a militancia partidista era de las más cumplidoras y en los desfiles portaba la bandera roja por las calles y todos se sorprendían de ver esta mujer tan hermosa liderando a las mujeres del pueblo, porque Anita siempre fue verdaderamente hermosa, hasta en los últimos años de su vida, como lo pueden testificar quienes la conocimos y gozamos de su noble amistad. El 30 de marzo de 1946 Velasco asumió todos los poderes y se lanzó a la más grande represión política contra sus partidarios de izquierda. Ana se trasladó al diario "El Universo" con Alba Calderón de Gil a solicitar un "Manifiesto" y en la puerta fueron interceptadas por varios pesquisas que las arrearon a trompones y patadas a un vehículo y de allí las condujeron detenidas a la Cárcel Pública Municipal, pero "como en todas partes uno encuentra aliados cuando ama al pueblo", uno de los guardias municipales que había pertenecido a un Comité Popular permitió que se pudieran comunicar con parientes y amigos y a los cuatro días salieron libres Meses después la pesquisa allanó su domicilio en las Peñas y se llevó el archivo completo de los comités y sindicatos organizados desde 1943 (Pérez, 1987, p. 215).

5.4 Isabel Herrería

El caso de Isabel Herrería es similar al de otras de las militantes de AFE. Existe muy poca información sobre su participación en aquel hecho. Pérez Pimentel ha recogido su relato de vida y ahí se manifiesta lo siguiente:

En 1943 entré de lleno a la política antiarroyista y ayudé a la formación de los Comités Populares de Guayaquil, dictaba cursos nocturnos de orientación, fui miembro del bureau político del partido y contribuí a organizar el I Congreso de la Confederación de Trabajadores del Ecuador, que se realizó en la clandestinidad porque lo prohibieron las autoridades". Entre 1942 y el 44 Pedro Saad cayó varias veces preso y fue perseguido por las pesquisas que no lo dejaban ni a sol ni a sombra. Vivíamos modestamente, de una módica pensión mensual que nos pasaba mi suegro Kalil Saad, quien siempre quiso a su hijo y nunca lo dejó de proteger, porque vivía orgulloso de él. Al triunfar la revolución del 28 de mayo Pedro fue designado Diputado a la Asamblea Constituyente del 45, por el Congreso Nacional de Trabajadores del Ecuador que se reunió en Quito. Ya era Secretario General del Partido Comunista Ecuatoriano y a mí me consideraban la primera dama del Partido. El Presidente Velasco Ibarra dio el golpe dictatorial del 30 de marzo de 1946 y su Ministro de Gobierno Carlos Guevara Moreno inició una de las mayores persecuciones políticas que registra la historia del país. Pedro Saad estaba de Presidente de la Confederación de Trabajadores del Ecuador y tuvo que esconderse. Guevara ordenó el secuestro de nuestro hijo Pedrito -que sólo tenía 4 años- para obligarlo a presentarse ante las autoridades. A Pedrito lo sacaron con engaño del interior del Hotel Savoy mientras yo me encontraba ayudando al Sindicato de la fábrica de tejidos La Internacional, que había declarado la huelga. Cuando mi hijo era conducido al vehículo de la Intendencia del Pichincha, de placas 0-002 se dio cuenta de la estratagema, logró soltarse y salió corriendo, entonces las pesquisas cometieron el crimen de lanzarle el carro y lo tumbaron al suelo sangrando y mal herido y como lo creyeron muerto huyeron del lugar. Pedrito fue recogido y llevado a la Clínica del doctor Isidro Ayora donde estuvo algunas semanas entre la vida y la muerte, con fracturas múltiples en el cráneo y contusión cerebral. El asunto se hizo público y la opinión nacional censuró acremente 109

al gobierno. La señora Corina del Parral, esposa de Velasco Ibarra, mandó a su médico personal que, por supuesto, fue cortésmente rechazado. ¡Así eran de duros esos tiempos! (Pérez, 1987, p. 202).

5.5 Alba Calderón

La pintora comunista Alba Calderón relata esa parte de su historia de vida, contextualizando lo que sucedía en el Ecuador de esa época, particularmente se ha indagado sobre lo ocurrido en el 28 de mayo de 1944 en la ciudad de Guayaquil, epicentro de los hechos ocurridos en el estallido popular de “La Gloriosa”:

El 42 comenzó a sentirse un malestar contra el régimen arroyista que inició una durísima persecución contra sus opositores políticos y era usual que se los torturara en la pesquisa hasta con descargas eléctricas. El 43 intervino en la Exposición de pintura de octubre y Leopoldo Benítez Vinueza opinó que su arte era un pregón de combate y un grito de protesta. “Ese año ascendí al Cuadro medio del partido y en mi casa organicé los comités femeninos de la Acción Democrática Ecuatoriana ADE, que luchaba por Velasco Ibarra. El entusiasmo era general, solamente el comité La Pasionaria contaba con casi dos mil quinientas mujeres que hacían propaganda electoral, vendían bonos de puerta en puerta y llevaban comida a los velasquistas presos y al triunfar la revolución el 28 de mayo de 1944, ADE, me designó su delegada ante el Comité Femenino de la Cruz Roja Provincial del Guayas, pero esas damas pidieron que se reconsiderase mi nombramiento porque la Cruz Roja era una institución apolítica. ADE les contestó que yo me había excusado, pero el incidente reveló cuan pobre era la cultura política de ellas, que confundían caridad con servicio público y se asustaban frente a una mujer comunista. El 45 concurrí con Galo Galecio como delegada de la Sociedad de Artistas y Escritores Independientes a Quito, para la fundación de la Confederación de Trabajadores del Ecuador CTE y cuando se fundó la filial del Guayas, formé parte del directorio, debatí en numerosas ocasiones y me designaron responsable de la comisión de mujeres. Mi labor de organización me copó hasta el 48 cuando se desencadenó la huelga del Anglo en Ancón, que fue por razones económicas y sociales, pues se reclamó mejores e igualitarios salarios entre empleados y obreros nacionales y extranjeros y que cesara la discriminación en el campamento donde los ingleses tenían sitios especiales a los que no podían acceder los nacionales. La situación se tornó álgida en extremo. Guevara Moreno era Alcalde y mandaba a sus garroteros a nuestros mítines de solidaridad. Alfonso Quijano Cobos era el abogado de los trabajadores y la huelga se prolongó casi tres meses, al final la ganamos contra viento y marea y desde entonces las compañías extranjeras dieron fin a esa política discriminatoria, tan denigrante para la dignidad de los ecuatorianos. En la Federación de Trabajadores del Guayas ubicada en Pío Montúfar y Colón, tuve la oportunidad de tratar y conocer a todos los dirigentes. Con Neptalí Pacheco León organizamos el 54 la Federación de Trabajadores Agrícolas del Litoral FTAL y fui ascendiendo de Secretaria General de Célula a miembro del Comité Provincial, luego formé parte del Comité Central y del Comité Ejecutivo, que es lo más alto del partido cuando no está reunido en Congreso. Trabajábamos todos los días en el local de Quito y Luque hasta que después del 63 pasamos al actual local en Malecón entre Calderón y Reyna, casa que era de la familia Maugé y ahora es de una compañía anónima. Al día siguiente de la dictadura velasquista del 30 de marzo del 46, concurrí con Anita Moreno a El Universo portando el Manifiesto con la protesta del partido y al 110

salir fuimos rodeadas por pesquisas y conminadas con orden de prisión. Nosotras nos agarramos de unas rejas para impedírselo y uno de ellos nos dio varios puñetazos por las espaldas y así consiguieron desprendernos. La noticia salió al día siguiente a grandes titulares, se armó el escándalo y dos días después recobramos la libertad para continuar la lucha. Por esa fecha el Concejo expropió una faja de terreno del frente de la casa de mi suegra con la finalidad de extender la calle y tuvimos que cambiarnos a la casa de nuestro tío Pedro Menéndez Navarro en Eloy Alfaro y General Franco donde habitamos hasta el 57 que Enrique construyó una villita en Lorenzo de Garaycoa y Azuay. Ese año viajé a China (Pérez, 1987, p. 76).

Los testimonios femeninos de las militantes de AFE de la ciudad de Guayaquil, indican como se desarrolló el proceso revolucionario de la Gloriosa en el puerto Principal, y plasman el sentir de la mayoría de la población, que estuvieron en contra del régimen de Arroyo del Río.

La destacada participación de Ana Moreno, Alba Calderón e Isabel Herrería confirman la valentía y el coraje de las mujeres que participaron en La Gloriosa de 1944, mujeres de todos los estratos sociales habían comenzado a articularse en torno a AFE y ADE para generar algún tipo de respuesta en contra de la violencia generada por el arroyismo.

El papel de estas mujeres fue desde organizar comités femeninos y tener sus reuniones semanales, donde recibieron a todas las mujeres que desearon participar, ahí les brindaron acompañamiento y trabajaron políticamente, pero además si alguna mujer o alguna hija de las “camaradas” como se trataban entre ellas tuvo algún talento o cualidad allí fueron estimuladas para desarrollarlo, dígase en el canto o en la exclamación. El espacio paso de ser más que político y se convirtió en zona de liberación y de generación de conciencia en muchas de ellas puesto que contó con la presencia de mujeres que lucharon en el 15 de noviembre y ellas las nutrieron con sus relatos y su tesón, e hicieron que las más jóvenes se sintieran motivadas a participar y luchar en La Gloriosa de 1944.

5.6 Dolores Cacuango

La escritora feminista Raquel Rodas (2007) realizó un trabajo de investigación sobre la vida de Dolores Cacuango y construyó su historia de vida a través de los relatos proporcionados por los habitantes de Cayambe que conocieron a la lideresa, un aporte

111 fundamental fue el testimonio de Tránsito Amaguaña sobre Mama Dulu así como el primer libro que se ha escrito sobre Dolores por el autor marxista Oswaldo Albornoz.

5.6.1 Dolores y la Revolución de Mayo

Su espíritu ardoroso y temerario llevó a Dolores a comandar un intento de asalto al cuartel “La Remonta”, de Cayambe. Centenares de indios e indias de las comunidades de Cayambe rodearon el cuartel hasta entrada la noche para presionar la caída de Arroyo del Río, en la famosa revolución del 28 de mayo de 1944, conocida como La Gloriosa. Por ello cuando Velasco Ibarra llegó de Colombia, con dirección a la capital, saludó con Dolores y los demás cabecillas y compartió el balcón municipal desde donde el gran orador señalaba con su palabra inflamada y su dedo acusador los males que iba a derrotar para siempre cuando asumiera el poder por segunda oportunidad. Por primera vez el pueblo indígena participó como actor en una transformación política nacional. Se cuenta que las principales lideresas indígenas que se integraron a las acciones de Cayambe fueron introducidas en el palacio de gobierno.

La revuelta de mayo favoreció el establecimiento legal de varias expresiones de organización popular entre ellas la Central de Trabajadores Ecuatorianos, CTE. Esta organización declaró enfáticamente su interés y preocupación por vencer la oprobiosa situación de los trabajadores del campo. Dio especial importancia a la superación de la población indígena que en ese entonces todavía era la mitad de toda la población nacional.

El papel conductor de Ricardo Paredes, la presencia combativa de Dolores y el peso de las comunidades indígenas en los acontecimientos de mayo lograron la creación de la primera organización indígena, la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI.

5.6.2 La fundación de la FEI

La lucha de los sindicalistas del campo presionó a los políticos que se vieron obligados a discutir en otro tono la cuestión indígena. Entonces se escuchaban en el Parlamento frases como éstas que difundían los periódicos de la época:

- El problema del indio es un problema nacional - Todos los problemas del país se resumen en el indio - Es hora de que cambien radicalmente sus condiciones.Es hora de que se haga justicia a quienes han alimentado con su sudor y su sangre la fortuna de muchos potentados.

Otros querían introducirles rápidamente a los intereses del mercado, los veían como potenciales consumidores. -Los indios más que tierra lo que necesitan es circulante. ¡Dinero, ese es el asunto!

112

Pero, como es de suponerse, muchos políticos se negaban a considerar un asunto prioritario. Sin analizar debidamente la situación, sostenían alevosamente que el indigenado era un peso muerto, un lastre nacional, que no valía la pena poner interés en el tema. -Tan solo son indios, no se puede discutir sobre ello tanto tiempo cuando hay otros asuntos importantes para la República, decía un Honorable Legislador, en el seno del Congreso. Como reflexiona A. Muyulema: La integración a la cultura nacional, a la civilización era vista como la única forma de redención de la raza indígena, mediante un acto sacrificial de su cultura propia, de su propio proyecto civilizatorio.

No faltaron quienes, queriendo defender a los indios, construían horrendas descripciones de su persona y de su vida, que más bien producían el efecto contrario. Creaban una especie de repudio acerca de ellos como si la naturaleza les hubiese condenado a ser seres abyectos y por tanto su destino fuese fatalmente inmutable.

La creación de la FEI dejaba de lado estas absurdas creencias y concedía status social a la masa campesina de la Sierra formada en su mayoría por indígenas quichuas. Las líneas programáticas de la FEI, expresadas en su Manifiesto a la Nación ponían en el tapete un conjunto de principios y ordenamientos congruentes, factibles y de urgente aplicación si realmente se quería procurar el mejoramiento del indigenado. La FEI no pedía, exigía públicamente, por primera vez el traspaso de la tierra a quienes la cultivaban, la parcelación de las tierras, como paso previo a la Reforma Agraria. Esto significaba en primer lugar la parcelación de las tierras de la Asistencia Pública y de las tierras baldías. Del mismo modo exigían: la inmediata regularización de las jornadas de trabajo y de los salarios de hombres y mujeres que laboraban en la hacienda; la supresión de las “obligaciones” consideradas connaturales a su estadía en la hacienda; el establecimiento de servicios de salud, educación, vivienda; la tecnificación de la agricultura; la defensa de su lengua y su cultura y la incorporación de la población indígena a la vida democrática del país (Rodas, 2007, pp.68-70).

La participación de mama Dulu en la Gloriosa demostraron el alto grado de conciencia y la trascendencia que tuvieron para ese entonces, es decir, ella quebranto los roles tradicionales femeninos de mantenerse alejadas de la política o de la vida pública.

Dolores notoriamente demostró su apoyo a la gesta de la Gloriosa con la toma de la guarnición militar “La Remonta”, y dejó en claro que ella representó políticamente a una parte importante de la población: el pueblo indígena, que era tan marginado y maltratado en ese entonces.

Dolores fue reconocida legítimamente por el gobierno, gracias a esto y años de lucha y persistente organización se pudo constituir la primera organización de indígenas la FEI. Siendo está una de las importantes conquistas conseguidas en el marco de la revolución de mayo de 1944.

113

5. 7 Luisa Gómez de la Torre

Quizá este sea uno de los testimonios más enriquecedores sobre el accionar político de las mujeres de AFE en la Gloriosa, experiencias de vida publicada por Silvia Vega, quien rescata el valor de la casi olvidada Luisa Gómez de la Torre como luchadora social, gracias a un testimonio de otra joven participante en la revolución de mayo, la socialista Laura Almeida:

La izquierda, aunque débil todavía, se proponía derribar al Gobierno de Arroyo, mediante la insurgencia del pueblo. Por otra parte, era notorio que en el ejercicio (venido a menos por la creciente influencia de la carabinería), se operaba un movimiento de la oficialidad joven y de la tropa, que deseaban reivindicar el nombre de su Institución, precisamente sacando por la borda a los principales responsables del desastre nacional y de su propio desprestigio.

Conforme crecía la oposición al Gobierno, en la que convergían todos los sectores políticos e institucionales anotados (excepto el liberalismo a oficial), aumentaba la inestabilidad de Arroyo. Este hecho determinó que se pensara en la necesidad de aglutinar a todas las fuerzas de la oposición en un frente amplio. A este frente convergieron los partidos: Socialistas Ecuatoriano, Comunista y Conservador; un sector del liberalismo, representado por Julio Teodoro Salem, un grupo de neo- conservadores encabezados por el Dr. Camilo Ponce Enríquez; la oligarquía terrateniente, representada por don Modesto Larrea Jijón y los Plaza Lasso; y el velasquismo, como movimiento caudillista independiente. Este desde frente adoptó el nombre de Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), organismo de composición heterogénea, como lo hemos anotado, que unía a las extremas políticas y a las clases históricamente antagónicas en un objetivo común: el derrocamiento de la de la dictadura arroísta. La izquierda que había combatido con mayor vigor que ninguna otra fuerza a la dictadura (a través del Partido Socialista Ecuatoriano y del Partido Comunista del Ecuador y de la juventud universitaria), era la que tenía mayores posibilidades de conducir al pueblo a una lucha no del tipo electorero -como así sucedió-, si no ha insurreccional. Sin embargo, el movimiento popular rebasó, inclusive, estas estructuras políticas y se desbordó en forma incontenible. En ADE y en su buró político, tuvieron destacada y feliz participación algunas mujeres, descollando magníficamente las figuras de Luisa Gómez de la Torre y Nela Martínez, ésta última que por sus dotes de gran oradora y su capacidad política, pronto se convirtió en una verdadera líder de masas. Algunas acciones importantes que fueron el preámbulo de los sucesos del 28 de mayo de 1944, tuvieron la inteligente y valiosa colaboración de Nela Martínez y Luisa Gómez. La publicación de panfletos, manifiestos que invitaban al pueblo a levantarse y luchar contra la dictadura; el entierro de María del Carmen Espinosa, una humilde hija del pueblo que fuera asesinada por la carabinería, y que constituyó una de las más grandes movilizaciones políticas del pueblo quiteño; y las luchas callejeras; la resistencia contra la dictadura, etc., constituyen un balance apretado, pero real y positivo, de su destacada intervención.

El 28 de mayo, se alzó en armas, en Guayaquil, la oficialidad joven, secundada por las tropas acantonadas en dicha ciudad; y luego de una sangrienta lucha, que contó con la participación heroica del pueblo guayaquileño que había recibido centenares de fusiles y otras armas, se logró derrotar a las fuerzas gubernamentales. En odio mortal que sentía

114 el pueblo la carabinería le llevó al hecho extremo de incendiar el cuartel de la policía, en cuyo interior perecieron centenares de oficiales y de tropa de esta.

La insurrección iniciada en el puerto, estímulo grandemente la lucha popular en Quito, para generalizarse luego en todo el país. El pueblo quiteño realizó una jornada sin precedentes: en forma multitudinaria se toman las calles, rodeó los cuarteles e hizo rendir, con su presencia masiva, a los batallones que aún le eran leales a la dictadura y a la propia carabinería. Es en ese instante cuando el pueblo siente la presencia vigorosa de Nela Martínez y de Luisa Gómez de la Torre, la primera efervorizándolo, acicateando su lucha con su palabra encendida elocuente orientadora; y la segunda, con su acción inagotable, con sus iniciativas aplicadas sobre la marcha; aceptando una y otra, con convicción y fe, las responsabilidades que les imponía este momento tan trascendental, y conquistando un sitio de honor, bien logrado, en la historia de este movimiento.

No pretendemos afirmar erróneamente que fue la acción aislada de estas dos valiosas mujeres la que condujo a la victoria de la revolución de mayo en Quito. Fue el pueblo, en primer término, que luchaba por su libertad, por su amor y por la dignidad nacional. Reconocemos el importante papel que jugó ADE en su dirección y en sus bases, y particularmente destacamos la acción valerosa de izquierda, conducida por Manuel Agustín Aguirre, secretario General del Partido Socialista Ecuatoriano y Gustavo Becerra, secretario General del Partido Comunista del Ecuador; la heroica lucha de la juventud universitaria en la que descollaron decenas de jóvenes de gran capacidad y valor, aun cuando años más tarde éstos habían de cambiar de campo; pero queremos destacar, en todo lo que vale -puesto que la historia casi siempre ignora o minimiza la participación de las mujeres, por notable de efectiva que fuera-, y porque hemos querido precisamente escribir sobre hechos que otros los consideran y trascendentes, a veces porque hieren el amor propio de los hombres.

Luisa Gómez de la Torre nos ha contado, con infinidad de detalles, muy importantes, por cierto, todo el proceso de lucha del pueblo de Quito antes y en el 28 de mayo. Por eso sabemos, que mientras el buró político de ADE, realizaba prolongadas y fatigosas reuniones, con el propósito indudable de que canalizar debidamente al instante político y de adoptar resoluciones para el triunfo total de la insurgencia y decidir sobre el futuro, las masas peleaban en las calles, casi sin conducción, y es precisamente en ese instante que brindaron su mejor aporte Luisa Gómez y Nela Martínez, junto con algunos dirigentes de la juventud universitaria. En íntimo contacto con las masas, a las que estimulaban permanentemente, sobre todo Nela, con sus fervorosas intervenciones, en las calles en las plazas y barricadas, en las que siempre estuvieron; vivieron, Luisa y Nela, ese memorable día, minuto a minuto. Su decisión y entusiasmo las llevó, inclusive a tomarse junto con la multitud el Palacio de Gobierno, del cual se posesionaron en nombre de la revolución.

La revolución triunfante, que levantaba auténticos, como también falsos valores; que inflaba las filas de los partidos de izquierda, no siempre con verdaderos revolucionarios, dando muchas veces cabida a oportunistas e aprovechadores, no cambió a Luisa Gómez de la Torre que continuó, junto al pueblo, como un modesto soldado de la lucha libertadora.

Después de la revolución de mayo, el trabajo de la izquierda fue intensísimo. El Partido Socialista Ecuatoriano y el Partido Comunista del Ecuador, afirmaban sus estructuras orgánicas, aunque es indudable que cometieron errores fundamentales; el más importante, haber permitido que se entregará el poder a Velasco Ibarra sin antes reunir 115 la Constituyente y obligarle a aceptar el programa de ADE; haber permitido que las oligarquías y la derecha reaccionaria, que se habían soldado alrededor de Velasco Ibarra, temerosas del curso de los acontecimientos y de la profundidad de la revolución misma, utilizarán todo el poder del Estado para organizar y realizar la contrarrevolución, como en efecto ocurrió el 30 de marzo de 1946.

Sin embargo, la izquierda realizó una obra muy positiva -no precisamente en la Constituyente, donde se dijeron hermosos discursos y se elaboró la Constitución más progresista que ha tenido el país, pero que apenas durara unos meses-, sino al organizar y crear la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE), con sus federaciones provinciales y algunas de industria; al dejar definitivamente el estructurada la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador FEUE que, desde entonces, han sido dos bastiones inexpugnables de la lucha del pueblo ecuatoriano contra el imperialismo, las oligarquías y las fuerzas negativas de la patria; y las avanzadas de esta lucha del pueblo ecuatoriano por la liberación nacional en la transformación revolucionaria del Ecuador.

Luisa Gómez de la Torre tomó su participación en la formación de la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), filial de la CTE y allí ha permanecido, organizando sindicatos campesinos, cooperando en las luchas de los indios, a lo largo de más de 20 años. A mediados de 1944, junto con otras mujeres, participó en la restructuración de Alianza Femenina Ecuatoriana, que fuera fundada el 30 de abril de 1938; y fue designada secretaria de organización. Su participación activa en este organismo le permitió –a pesar de la vida efímera de AFE -, cumplir algunas tareas que tienen relación con las reivindicaciones inmediatas de las mujeres y las madres, y de los derechos de los niños, como la creación de guarderías infantiles y casas-cunas, la preparación de documentos y el planteamiento a la Constituyente para que dictaran leyes que protejan al niño, sin discriminación alguna, reconocimiento de derechos al hijo ilegítimo, etcétera.

Interesada en incorporar al mayor número de mujeres en la lucha por sus propias reivindicaciones, se preocupó siempre por los postulados de la Alianza Femenina Ecuatoriana, cobraran vida y no fueron simples enunciados. Por eso estimuló, en toda oportunidad, la participación de la mujer en la vida nacional y política “para que haga uso consciente de sus derechos cívicos”, para que adquieran cada vez mayor influencia en el proceso de desarrollo transformación del país.

Luisa Gómez y Nela Martínez, junto con decenas de mujeres socialistas y comunistas y centenares de mujeres del pueblo, lograron darle un papel destacado esta organización femenina, aunque lamentablemente, poco tiempo después, la dictadura del 30 de marzo, liquidaría definitivamente.

Después de esta etapa de experiencias interesantes, la vida y la acción de Luisa Gómez de la Torre han estado íntimamente ligadas a las luchas del pueblo y de la izquierda ecuatoriana. Su participación ha sido muy activa y múltiple: contra la dictadura del 30 de marzo de 1946, lucha que le valió la cancelación de su cargo de profesora del Instituto Nacional Mejía, que lo había ejercido por más de veinte años. Su altiva como enérgica condenación a Velasco Ibarra, por su traición a la revolución del 28 de mayo, así como su protesta por el atropello de que fuera víctima.

Laura Almeida una militante socialista en su testimonio relata el importante papel de Nela Martínez y Luisa Gómez de la Torre, como ella dice dos mujeres que siempre 116

estuvieron preocupadas por incentivar la participación de las mujeres por la lucha de sus propias reivindicaciones.

AFE se convirtió en una organización que logró aglutinar a muchas mujeres que provenían del pueblo, profesionales y mayoritariamente a maestras y a una capa de la intelectualidad femenina. Los tres días posteriores al 28 de mayo de 1944 como se ha mencionado en reiteradas ocasiones en varios relatos se destacaron por su valentía y determinación (Vega, 2007, pp. 50-54,80-81).

Se ha recogido dos cartas aquí anexadas25 que representan un vivo testimonio sobre el accionar de Luisa Gómez de la Torre, ella una activa militante de la Alianza Femenina Ecuatoriana fue la autora de una carta muy dura y que cuestionó con firmeza la carente coherencia del entonces presidente José María Velasco Ibarra.

Puesto que poco tiempo después de asumir el poder posterior a la Gloriosa, comenzó un breve tiempo de aparente instauración de la revolución con la creación de una nueva Constitución, una de las más progresistas de la historia. Pero, a partir del 30 de marzo de 1946, Velasco se declaró dictador y el que un día fue el edil de la democracia se tornó en opresor del pueblo, dándole garrote y bala. Velasco había traicionado a la revolución de mayo y a sus postulados.

La primera carta ahí transcrita fue una carta pública que enviaron algunas militantes de AFE mostrando su inconformidad ante los hechos sucedidos, ante la violencia y el descaro con el que actuó Velasco Ibarra. Aquellas mujeres en actitud muy valiente y digna le recordaron a Velasco como sus acciones contradijeron aquella revolución de la que algún día él se declaró como garante, a ese pueblo que él dijo defender, puesto que aún las viudas y los huérfanos de los muertos del 28 de mayo esperaban que esas vidas no se hayan ofrendado en vano.

En cuanto a la segunda carta fue escrita por Luisa Gómez de la Torre en el contexto de su intempestivo despido del Colegio Mejía, un acto de injusta venganza personal. Luisa manifiesto que a pesar de todos los vejámenes que pretendieron hacerle, ella no decaerá en su defensa de la libertad y de la democracia y que será ejemplo para la juventud que luche contra los actos dictatoriales e injustos.

25 Ver los anexos H y J, versiones completas de las cartas escritas por las mujeres de AFE la primera, y la segunda escrita por Luisa Gómez de la Torre al presidente Velasco. 117

5.8 La participación de las mujeres de la ciudad de Cuenca en la Gloriosa

La narración de la participación de las mujeres cuencanas en la Gloriosa de 1944 fue recogida de la publicación de la escritora cuencana Catalina León en el libro sobre los 70 años de la Gloriosa.

Las mujeres de las capas populares de la ciudad de Cuenca participaron muy activamente en el hecho histórico, e inclusive se menciona nombres que trascendería en la memoria popular de la ciudad de mujeres valientes y con mucha legitimidad dentro del pueblo cuencano, aunque el relato habla sobre el papel de ADE en la Atenas del Ecuador, no hay en específico un dato que mencione que las mujeres que participaron fueran militantes de AFE, pero se sabe que si fueron cercanas a la Alianza Democrática Ecuatoriana. Este su testimonio:

Una fuerza social indiscutible fueron las panaderas, concentradas en los barrios de San Sebastián, El Vado y Todos los Santos quienes en esa época se encontraban en permanente estado de alerta. Se movilizaban sin la compañía masculina por varios motivos: el temor al reclutamiento forzoso de los varones por el servicio militar y para la construcción de las faraónicas obras gratas a las élites. Los reclamos obedecieron también a la escasez de los productos básicos y a la presión de las políticas higienistas del Estado, pues el gobernador arroísta Julio Vinueza presionaba por el aseo de las panaderías, por el uso de ropa más liviana y mandil, en lugar de las polleras campesinas colocadas una sobre otra, y por la erradicación del amasado del pan con el agua de las acequias que corrían por la calzada -eventualmente con desechos de las necesidades humanas- y del contrato campesinos, quienes amasaban con los pies.

La panadera paralizaba la ciudad, y los grupos protestantes se nutrían de la intervención de diversas agrupaciones de mujeres ayudantes de panadería, “las ashamonas, las tocaches y las catas. Las manifestantes infundían miedo, inclusive a las caballerías, pues lanzaban fuego y carbón o leña encendidos a las patas de los caballos, llevaban, además, grandes piedras en los delantales, para repartir a los muchachos que las lanzarían en cuanto los dirigentes den alguna señal.

Entre las mujeres levantadas sobresalía una, la señora Carmen Correa, alias “la culi bronce”, panadera y vendedora de harina en el mercado “Diez de Agosto”, típica chola cuencana, persona conocida y controversial. Algunos testigos de la Gloriosa la recuerdan como una líder popular, otros como “mujer de mala conducta”, probablemente por su exposición al mundo de la calle y su presencia continua en las refriegas con los carabineros; para terceros, era una mujer trabajadora. A despecho de la variedad de versiones Jaime Galarza Zavala, hijo de Rafael Galarza Arízaga, socialista y uno de los dirigentes de la Gloriosa en Cuenca, indica que fue ella quien encabezó la manifestación del 29 de mayo, en Cuenca, organizando “a la gente del mercado” y marchando para liberar a los presos políticos. Tal participación de las mujeres, aunque estuviera lejos de ser “revolucionaria”, no tenía visos de ser “espontánea”, pues en los días previos a la insurrección del 28 de mayo, al local de ADE, ubicado en la calle Gran Colombia, frente a la plaza de Santo Domingo, y administrado por el señor Rafael Galarza, concurría constantemente la gente de los 118

mercados: cargadores, vivanderas y ciertamente las panaderas; en aquellos eventos con frecuencia Carmen Correa hacía uso de la palabra (Galarza, 2016. pp.52-53).

Catalina León fue entrevistada como experta en el tema dado que ella ha escrito un artículo por los 70 años de “La Gloriosa” y las mujeres, aquí se presenta su apreciación sobre el tema y además se anexa26 la entrevista.

Para Catalina León la participación de las mujeres fue amplia y aunque haya sido invisibilizada como en muchos otros casos de lucha social, las mujeres en la Gloriosa de 1944 salieron masivamente a las calles a la par de sus parejas, familias y organizaciones, fueron la mitad de la movilización y permitieron con su participación que la misma fuese de carácter popular.

El papel de las mujeres para León radicó en la subalternidad para ella la participación se dio desde la cotidianidad y está no tuvo aspiraciones a cuotas políticas puesto que se diferenciaba a la participación de los hombres que fue institucionalizada en partidos y sindicatos.

En cuanto a las motivaciones que tuvieron las mujeres en la Gloriosa, León recalca que fueron los mismos que para los hombres; el cansancio a la arbitrariedad de los carabineros, el alto costo de la vida y la violencia del Gobierno Arroyista.

Además, recalca que AFE estuvo directamente relacionada con la organización de la insurrección, pero no tuvo más que un papel suplementario dejando de lado la agenda.

5.1.9 Raquel Rodas

Más que un testimonio lo siguiente es parte de una entrevista27 realizada a otra experta. Raquel Rodas se destacó a lo largo de su vida por ser una mujer interesada en el estudio de la historia desde una perspectiva de género, y ese fue uno de los legados que dejó en la historiografía nacional pues dedicó grandes trabajos a estudiar a las mujeres y su accionar en la sociedad.

26 Revisar entrevista completa en el anexo K. 27 Revisar entrevista completa en el anexo L. 119

La participación de las mujeres puede ser definida a través del concepto de Norberto Bobbio que sugiere que: la participación puede ser enumerada en diferentes actividades como el acto del voto, la militancia en un partido político, la participación en manifestaciones, la contribución dada a una cierta agrupación política, la discusión de sucesos políticos, etc.

Es así que Raquel Rodas, reconocida historiadora, destacó que las mujeres de AFE se reunían y se estaban organizando, que entre ellas compartían una matriz ideológica cercana de izquierda; ya sean socialistas o comunistas y que este pensamiento fue una fuerte influencia para el accionar de la organización femenina pues entre sus destacadas militantes estaban mujeres como Nela Martínez o María Luisa Gómez de la Torre.

Menciona que también en la organización estuvieron presentes mujeres de Guayaquil como Alba Calderón, Isabel Herrería, Ana Moreno. Pero siempre destacando el carácter y entereza de Nela Martínez que sobresalió de esa forma en el espacio político pues ella discutía, debatía e inclusive viajó a Ipiales a reunirse con Velasco Ibarra previo a su retorno, pero eso no queda ahí porque Rodas menciona que Nela se dirige al Palacio de Gobierno y asume que ella debe dirigir, y así lo hace.

Figuras como Dolores Cacuango asimismo es citada pues ella es reconocida como una líder absoluta e innata que vio todo el maltrato a los indígenas y el abuso a las mujeres. La participación política de mama Dulu debe estar a las siete en la Gloriosa fue haber tomado un cuartel de los militares (una acción simbólica pues en ese momento el aparato represor estaba en manos de los carabineros), es así que cuando Velasco Ibarra viajaba hacia la ciudad de Quito después del triunfo de la Gloriosa paro para saludarla pues conocía del liderazgo que ella poseía.

Entre las victorias conseguidas por la influencia de la participación de las mujeres de AFE y las mujeres en el hito histórico de la Gloriosa está la participación de Nela Martínez en la Asamblea Constituyente de 1945 tornándose así en la primera mujer diputada.

120

CONCLUSIONES

La revolución popular conocida como “La Gloriosa” de 1944 fue el resultado de las más legítimas luchas del pueblo ecuatoriano, fortalecidas por la acción organizativa y unitaria de trabajadores, estudiantes, artesanos, militares, intelectualidad y mujeres.

Es imprescindible reconocer el accionar y la participación política de las mujeres de AFE y de aquellas mujeres anónimas que participaron del 28 de mayo, el alto grado de conciencia que se había generado a lo largo del siglo XX, aspecto vital para posibilitar esta participación femenina masiva en aquella jornada.

La influencia de la revolución liberal y las conquistas femeninas que permitieron acceder a muchas mujeres a la esfera pública y al estudio fue un factor decisivo en la consolidación y construcción de una moral nueva en esas mujeres que fueron precursoras en campos antes no permitidos para el sexo femenino: la política. Un hecho relevante fue la participación de mujeres como Luisa Gómez de la Torre en la fundación del Partido Socialista en el año 1926.

La misma revolución liberal dio paso a que muchas jóvenes mujeres hayan tenido la posibilidad de estudiar en colegios normales para luego convertirse en embajadoras de la educación laica y, a través de esta nueva educación, generar una nueva conciencia sobre los papeles que las mujeres pueden desenvolver en la sociedad. Se rompe con la idea de que la mujer esta relegada al hogar. Esta nueva educación fortaleció en gran medida a un gremio naciente, el de las educadoras, gremio que sobresalió por su participación política, pues en el estudio de las biografías de algunas militantes de AFE se sabe que muchas de ellas fueron prestigiosas educadoras que estudiaron en colegios normalistas, es decir, ese antecedente previo permitió democratizar nuevos roles femeninos y se debe destacar sobremanera que aquellas educadoras fueron las promotoras de la nueva conciencia a más mujeres.

Quizá uno de los acontecimientos que democratizó mayoritariamente la participación política de la mujer fue el reconocimiento del voto femenino en el año de 1928, se sabe muy bien que este nuevo hecho fue utilizado hábilmente por la derecha para consolidar un voto duro por parte de las mujeres, gracias a la influencia que en ellas tenía la Iglesia,

121 pero también se sabe que muchas mujeres decidieron participar por ejemplo en comités electorales velasquistas para la primera campaña presidencial de Velasco Ibarra.

Desde la creación de AFE esta organización femenina se fue consolidando con el paso de los años como un espacio femenino amplio, pese a que muchas de sus militantes y afiliadas eran cercanas a los Partidos Comunista y Socialista, no se excluyeron a militantes de otras tendencias ideológicas, más bien ese pluralismo le permitió a AFE a cimentarse como una organización cuya legitimidad era altamente reconocida en la ciudad de Quito y logró contar con la participación de muchas mujeres de diversas condiciones sociales.

AFE participó ampliamente antes de la Gloriosa desde su creación en 1938 hasta 1944, fueron años de una difícil coyuntura nacional en los cuales el alto costo de la vida y la violencia que vivió el pueblo de manos de los carabineros ayudó a forjar las condiciones prerevolucionarias para que se organice un masivo movimiento popular antiarroyista, es así que las mujeres se adentran en un tiempo extraordinario y pueden comenzar a participar políticamente más abiertamente, pese a las condiciones de violencia, porque habían tenido un proceso previo de acumulación de fuerza y ahora podían ir a la palestra pública y expresarse mejor que hace décadas anteriores de inicio del siglo XX.

La organización pudo participar políticamente, refiriéndonos directamente a la definición de Norberto Bobbio que enumera actividades como:

(…) el acto del voto, la militancia en un partido político, la participación en manifestaciones, la contribución dada a una cierta agrupación política, la discusión de sucesos políticos, la participación en comicios o en una reunión sectorial, el apoyo dado a un determinado candidato en el curso de la campaña electoral, la presión ejercida sobre un dirigente político, la difusión de información política, etc. (Bobbio, 1999, p. 1137).

Según este concepto, aquellas mujeres que conformaron AFE efectivamente sí participaron políticamente en la Gloriosa de 1944, pues según la investigación realizada ellas fueron parte de diversas actividades políticas y organizativas, tanto en la ciudad de Quito como de Guayaquil, con el propósito de fortalecer el movimiento popular que termine con la dictadura arroyista y les asegure mejores condiciones de vida.

122

La participación se vio reflejada en que diversos sectores femeninos integraron AFE y los comités velasquistas para apoyar al candidato a presidente José María Velasco Ibarra. En estos espacios ellas discutían y se formaban políticamente para afrontar de esa coyuntura.

En la memoria popular quedaron grabados los nombres de valiosas y aguerridas militantes de AFE, que lograron implantar hitos, como el de Nela Martínez, que fue la primera mujer ministra y también la primera mujer diputada en la historia política.

La influencia de AFE dentro de la Asamblea Constituyente y de la elaboración de la Constitución de 1945, en cuanto a los derechos de las mujeres trabajadoras, es muy importante pues hasta la actualidad dicha Constitución es una de las más avanzadas en la historia nacional.

En AFE se consolidaron recias personalidades de mujeres que a lo largo de la historia nacional del siglo XX y XXI fueron la fuente de inspiración para que otras mujeres continuaran luchando por los derechos de la mujer en diferentes ámbitos de su actividad social.

Finalmente, en este trabajo se ha intentado dar un abordaje desde una perspectiva de género destacando la participación de actoras femeninas, esto como un impulso para pensar y repensar a los hechos históricos que han marcado la historia nacional, desde el accionar de los sujetos subalternos para así lograr entrever nuevas aristas y matices sobre un problema o un hecho que marcó y transformó la realidad ecuatoriana.

123

BIBLIOGRAFÍA

Albornoz, O. (1963). Historia de la acción clerical en el Ecuador. Desde la conquista hasta nuestros días. Quito: Ed. Espejo S.A. — (1983). Historia del movimiento obrero ecuatoriano. Quito: Ed. LetraNueva. — (1989). Ecuador, luces y sombras del liberalismo. Quito: Ed. El Duende Acanda, J. (2008). Poder y Revolución: Claves Para Asimilar Foucault. Recerca: Revista De Pensament I anàlisi, 69-93. Recuperado de http://www.e- revistes.uji.es/index.php/recerca/article/viewFile/285/267 Alarcón, C. (2000). Diccionario Biográfico Ecuatoriano. Quito: Fundación Ecuatoriana del Desarrollo (FED). Bebel, A. (1977). La mujer y el socialismo. Madrid: Akal Editor. Bobbio, Matteucci y Pasquino. (1999). Diccionario de política. México: Siglo Veintiuno Editores. Recuperado de https://es.scribd.com/document/256208980/Bobbio-Norberto- Diccionario-de-Politica-en-Espanol Bulnes, M. (1990). Hatarishpa Ninini. Me levanto y digo. Testimonio de Tránsito Amaguaña. Quito: El Conejo. Chiriboga, M. (1980). Jornaleros y gran propietarios en 135 años de exportación cacotera (1790-1925). Consejo Provincial de Pichincha. Clark, K. (2005). Feminismo estéticos y antiestéticos en el Ecuador de principios del siglo XX: un análisis de género y generaciones. Procesos: revista ecuatoriana de historia. 22 (I-II Semestres, 2005): 85-105. Recuperado de http://revistaprocesos.ec/ojs/index.php/ojs/article/view/229 Cordero de Espinosa, S. (2002). Elisa Ortiz Garcés de Aulestia. La mujer, la educadora, Comisión Permanente de Conmemoraciones Cívicas. Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión. De la Torre, C. (1993). La seducción velasquista. Quito: Libri Mundi. Ecuador. Dirección Nacional de Estadística Ecuador en cifras. 1938-1942. (1944). Quito: Imprenta del Ministerio de Hacienda. Engels, F. (2006). El Origen de la Propiedad Privada y la Familia. Madrid: Fundación Federico Engels. Recuperado de https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/engels_origen_familia_interior_a lta.pdf Galarza, C. (2016). Las mujeres y la “Gloriosa”: Mayo de 1944.En Cabrera H. (ed.). La Gloriosa, ¿revolución que no fue? Quito: Universidad Andina Simón Bolívar/ Corporación Editora Nacional. Girón, S. (1945). La revolución de Mayo. Quito: Ed. Atahualpa. Girón, S. (1984). La transformación política del 28 de mayo de 1944. El 28 de Mayo de 1944. Testimonio. Guayaquil: Universidad de Guayaquil.

124

Goetschel, A. (comp. 2006). Orígenes del feminismo en el Ecuador. Antología. Quito: Consejo Nacional de las Mujeres, CONAMU, FLACSO. Recuperado de https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/102853-opac INIESEC. (1984). 28 de mayo de 1944 y fundación de la CTE. Quito: Corporación Editora Nacional/INFOC. Lenin, V. (1951). Bancarrota de la II Internacional. Moscú: Ediciones en Lenguas Extranjeras. Marx, Engels. (2011). El Manifiesto del Partido Comunista. México: Centro de Estudios Socialista Carlos Marx. Recuperado de https://centromarx.org/images/stories/PDF/manifiesto%20comunista.pdf Medina, M. (1977). EEUU y la independencia de América Latina. Guayaquil: Artes Gráficas Senefeider C.A. Ltda. Muñoz, E. (1984). El 28 de mayo de 1944. Testimonio. Guayaquil: Edit. Universidad de Guayaquil. Muñoz, L. (1988). Testimonio de Lucha. Memorias sobre la historia del socialismo en el Ecuador. Quito: Corporación Editora Nacional. Martínez, N, (2006). Yo siempre he sido Nela Martínez Espinoza. Quito: CONAMU/ UNIFEM. Recuperado de https://es.scribd.com/document/391767925/Yo-Siempre-He- Sido-Nela-Martinez Norris, R. (1993). El Gran Ausente. Biografía de Velasco Ibarra. T. I. Quito: Librimundi. Paredes, L. (2012). Ricardo Paredes y su Luz en el Mundo. Ensayo Biográfico sobre el Fundador del Partido Comunista del Ecuador. Natal y João Pessoa. Recuperado de https://pdfslide.net/documents/ricardo-paredes-3aapdf.html Peralta, J. (1910). Tipos de mi tierra, (Cuadros al Natural).Cuenca: Impreso en los Talleres Gráficos del Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Peralta, J. (1974). ¡Pobre pueblo! En Años de lucha, T. I. Cuenca: Ed. Amazonas Pérez, R. (1987), Diccionario Biográfico del Ecuador, Tomo Guayaquil: Litografía e Imprenta de la Universidad de Guayaquil. Recuperado de http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos.htm?__cf_chl_jschl_tk__=fd1a10 92aeac48458265ae0dd69b8a450ca9848d-1581823128-0- AYsyeX9_7dM_RnPbCIcTMM41uhycGJKxK38zWsXDNyZHO3FCoov5ysNAb_3kN 8jFawLu1YVwHHyDmUAe5qbTG9FjBCo2f6SyPHsMIsNa- mYsDO5oEJxJZc10E9VsEHzgqwKqcgrCb9W1KlBX140HVxlCBHGkS7qXRbUU6y Ebmx_X0h4dIEXCykrUFh0YMSEu5ogjmUnbrwI74JpdBClHLoS6tE54cv6A4TT9eqU UNSamA144qL-FW4_kMVSwT0k4c2MUKPNhEHZ- JuTFIsHbdk7EsQ5UzJLty9y8CsbQdUvp Quintero R., E. Silva. (2001), Ecuador: una nación en ciernes. 4ta. ed. Quito: Editorial Universitaria. Ramírez, I. (1976). Aurora Estrada y Ayala. Estudio biográfico-literario y antología, Colección Letras del Ecuador, Casa de la Cultura Ecuatoriana. Guayaquil: Núcleo del Guayas. Rodas, R. (1992). Nosotras que del amor hicimos. Quito: Editorial FRAGA. — (2000). Maestras que dejaron huellas: aproximaciones biográficas, Raquel Rodas editora. Quito: Gráficas Cobo. 125

— (2007). Dolores Cacuango, Pionera en la lucha de los derechos indígenas. Quito: CREAR GRÁFICA- EDITORES. Recuperado de https://www.academia.edu/27892543/Dolores_Cacuango_por_RAQUEL_RODAS Rodríguez, L. (1949). MA, Presbítero de la Diócesis de Quito, Vida Económico-Social Del Indio Libre De La Sierra Ecuatoriana. Washington DC: The Catholic University of America Press. Romo Leroux de Morales, K. (1975). Situación jurídica y social de la mujer en el Ecuador. Guayaquil: Departamento de Publicaciones de la Universidad de Guayaquil. — (1997). El Movimiento de Mujeres en el Ecuador. Guayaquil: Editorial de la Universidad de Guayaquil. Salazar, T. (2018). Una Lectura a la versátil militancia de la Alianza Femenina Ecuatoriana, 1938-1950. Trashumante Revista Americana de Historia Social 11.p. 164- 186. Recuperado de http://revistatrashumante.com/en/avada_portfolio/numero-11/ Sánchez Vázquez, A. (1989), La cuestión del poder en Marx. Entre la realidad y la utopía. Ensayo sobre política, moral y socialismo. Recuperado de https://marxismocritico.files.wordpress.com/2011/10/la_cuestion_del_poder_en_marx.p df Scott, J. (1986). El género: una categoría útil para el análisis histórico. " American Historical Review 91, No. 5 (December 1986), pp. 1053–75. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2226823 Tobar Donoso, J. (1938). El coronel don Manuel de Ascásubi. En Monografías Históricas. Quito: Ed. Ecuatoriana. — (1938), Estudios religiosos. Quito: Ed. Ecuatoriana. Vega Ugalde, S., (2014). “La Gloriosa”. De la revolución del 28 de Mayo de 1944 a la contrarrevolución velasquista. Quito: Ediciones La Tierra. — (2007). Antología de Laura Almeida Cabrera; Estudio introductorio. Quito: Ediciones La Tierra.

Documentos:

Programa de Alianza Democrática Ecuatoriana difundido por la sección provincial de Guayas. (1981). Quito: Talleres Gráficos Nacionales. Reproducido en Biblioteca Ecuatoriana, N° 28, Departamento de Publicaciones de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Guayaquil. Aguirre, Manuel Agustín: Informe al XI Congreso del PSE. AFE (s.f.) Actas de sesión, años 1944-1946. AM-M. Quito, Carpeta Actas de sesión de AFE. Alianza Femenina Ecuatoriana (AFE). (1938). Estatutos de Alianza Femenina Ecuatoriana. Quito: Talleres Gráficos de Educación. R. Discurso del compañero Secretario General del Núcleo Central Socialista en la sesión inaugural de la Asamblea General, en Labores de la Asamblea Nacional Socialista y Manifiesto del Consejo Central del Partido.

126

Periódicos:

El Telégrafo: 15 de mayo de 1944. El Telégrafo: 22 de mayo de 1944. El Telégrafo: 27 de mayo de 1944. El Telégrafo: 30 de mayo de 1944. El Telégrafo: 03 de junio de 1944. El Día: 30 de mayo de 1944. El Día: 01 de junio de 1944. El Comercio: 20 de abril de 1943. El Comercio: 24 de mayo de 1944. El Comercio: 31 de mayo de 1944. El Comercio: 01 de junio de 1944. El Comercio: 02 de junio de 1944. El Universo: 07 de diciembre de 1933. El Universo: 14 de agosto de 1943. El Universo: 30 de mayo de 1944. El Universo: 12 de junio de 1944. La Tierra: 17 de abril de 1946.

127

Anexos

128

Anexo A

Las batallas entre fuerzas liberales y conservadoras solo a mediados del año 1896 son las siguientes:

29 de mayo de 1896: combate contra fuerzas conservadoras colombianas, en Cabras, provincia del Carchi. 3 de junio, Combate en Huerta Redonda, provincia de Chimborazo. Triunfa la causa liberal. 9 de junio, combate en Tanquiz, provincia de Chimborazo. 15 de junio combate en favor de la causa liberal en Pangor, Azuay. 16 de junio, combate por segunda ocasión en Chacaguán, provincia de Chimborazo. 16 de junio, combate de Cicalpa, provincia de Chimborazo. 18 de junio, segundo combate en Tanquiz, provincia de Chimborazo. 18 de junio, Combate en Columbe, provincia de Chimborazo. 5 de julio, Combate en la ciudad de Cuenca. 9 de julio, combate en Tanqueros, provincia de Chimborazo. 23 de julio, combate en San Miguel de Bolívar. 5 de agosto, tropas conservadoras atacan la ciudad de Píllaro, tomándola tras cuatro horas de lucha. 9 de agosto, combate en Telinbela, cantón Chimbo, provincia de Bolívar. 11 de agosto, combate en Latacunga, provincia de Cotopaxi. 15 de agosto, tropas liberales baten a las conservadoras en Píllaro, provincia de Tungurahua. 17 de agosto, combates en Huapante, Santo Domingo, Pucará y Bellavista entre tropas liberales y conservadoras. 19 de agosto, combate en El Salado (Guayas) y en Patate (Tungurahua). 21 de agosto, el coronel Pedro Concha Torres, frente al batallón Esmeraldas, triunfa sobre los conservadores en Daldal, Tungurahua. 22 de agosto, tropas liberales al mando del general Leonidas Plaza toman la población de Baños, provincia de Tungurahua. 23 de agosto, Combate del Girón en la provincia del Azuay y entrada triunfal de Alfaro a la ciudad de Cuenca. 29 de agosto, segundo combate en Daldal, Tungurahua y en Cajanuma, provincia de Loja. Fuente: Trabucco (1968). Síntesis Histórica de la República del Ecuador. Quito: Ed. Santo Domingo, pp. 607-608.

129

Anexo B Rita Lecumberri

(Guayaquil, 14 de noviembre de 1831 ‒ 23 de diciembre de 1910) , fue una poeta, escritora y educadora ecuatoriana de ideas liberales. Hija del coronel Ignacio Lecumberri y de Juana María Rita Robles y García, hermana del general , presidente de la República del Ecuador de 1856 a 1859. Fue directora de la Escuela San Alejo, de 1880 a 1882 y la Nueve de Octubre, de 1882 a 1895. Se enfocó además en la educación rural, siendo directora de escuelas en Yaguachi, especialmente una para niñas. Demás está decir que en su vida se distinguió por su labor de educadora y poetisa. Menciona la investigadora María Luisa Mariscal de Guevara que Rita Lecumberri como poetisa es exquisita, dulce, tierna, sus poemas revelan un temperamento tranquilo, bondadoso y desinteresado. Escribió el juguete cómico en un acto y en verso titulado "La embustera arrepentida" para los alumnos de la escuela 9 de Octubre, cuando ejerció el cargo de directora. Después publicó más poesías en el periódico "Guayaquil artístico", en la revista "El hogar cristiano" y en la revista "Olmedo". Son sus obras: Ensayos poéticos (1883), Abecedario moral, Soneto a Olmedo, Himno del Colegio Normal Rita Lecumberri. La Convención Nacional reunida en Guayaquil en 1896 expidió el derecho jubilatorio de doña Rita Lecumberri Robles. Pero no quiso descansar, pues siguió trabajando por la educación de la mujer guayaquileña. Jubilada en 1903, a los 72 años de edad, fundó la Academia Nocturna de Señoritas. Por no haber un local disponible, ofreció su casa de la calle Sucre 917 para que funcionara ahí. La labor de su vida fue reconocida: Triunfó en el concurso literario que promovió la Municipalidad de Guayaquil, el 9 de octubre de 1883, obtuvo una Medalla de Oro y diploma de honor por la Municipalidad de Guayaquil por su labor educativa. En su natal Guayaquil, existe un colegio fiscal que lleva su nombre, creado mientras ella vivía bajo el nombre de "Colegio Normal" por el entonces presidente Eloy Alfaro. En el año 2013, el Ministerio de Educación del Ecuador decidió denominar con su nombre al premio anual para galardonar la excelencia docente.

Fuente: Wikipedia consultada el 25-08-2019.

130

Anexo C Alberto Enríquez

Nació en la hacienda Pachuzala, parroquia de Tanicuchí, provincia de Cotopaxi el 25 de julio de 1895 y falleció en Quito el 13 de julio de 1962, hizo estudios secundarios en el colegio Vicente León de Latacunga y en el Instituto Nacional Mejía de Quito. Como muchos jóvenes confundidos por una propaganda artera, combatió en las filas de los generales Leonidas Plaza y Julio Andrade en contra del alfarismo radical. Posteriormente formó parte de las tropas gubernamentales enviadas a Esmeraldas para sofocar la rebelión del coronel Carlos Concha. El 15 de noviembre de 1922, bajo órdenes del general Barriga, participó en la represión de los trabajadores del Puerto Principal. Eso lo llevó a ser integrante de la oficialidad joven que protagonizó la Revolución Juliana de 1925. El 4 de marzo de 1927 le tocó sofocar la rebelión del general Francisco Gómez de la Torre en el norte del país. En 1931, fue nombrado Jefe del Regimiento de la Hacienda Remonta, en Cayambe, población que se había alzado contra los gamonales de los contornos y en la que imperaba un clima de violencia. Luego pasó a Primer Comandante del Regimiento de Caballería Yaguachi. Esos acontecimientos despertaron en él un progresivo rechazo a la política de coacción de las clases dominantes en contra del pueblo. Durante la “Guerra de los Cuatro Díaz” (29 de agosto y 1° de septiembre de 1932), estuvo entre las tropas que ahogaron el intento de Neptalí Bonifaz de ser presidente. También se opuso al intento de Velasco Ibarra de proclamarse dictador el 20 de agosto de 1935. Tras la renuncia del Interino , el 26 de septiembre de 1935, favoreció el ascenso al poder del Ing. Federico Páez que por entonces presumía de socialista. En ese gobierno actuó como Ministro de Defensa. El 22 de octubre de 1937 se proclamó Jefe Supremo y ejerció el mando del Ecuador hasta el 10 de agosto de 1938. Con este paso, los militares. Como los julianos de 1925 querían sentar nuevas reglas de juego político, regular las relaciones laborales y orientar el crecimiento del Ecuador. Enríquez, a diferencia de Páez, se mostró amplio y generoso, dando garantías a todos los perseguidos políticos. En su gobierno no solo que impulsó la legislación pro obrera con la expedición del Código del Trabajo, Ley de Asistencia Social, Ley Orgánica de Hogares de Previsión Social y la Ley de Comunas, sino que ayudó a la organización del III Congreso Obrero entre el 25 de julio y el 5 de agosto de 1938. Otras leyes importantes fueron: Código de Menores, Ley de Educación Primaria y Secundaria, Ley de Educación Superior. De su recta forma de ser también certifica el hecho de que apoyó la huelga de los trabajadores de Portovelo contra la compañía estadunidense South Americam Development Co. que los discriminaba y aumentó los impuestos a dicha empresa y, rechazó coimas y otros beneficios que le propusieron a título personal, en muestra poco corriente de inclaudicable honestidad. Dejó el poder en manos del Dr. Manuel María Borrero, cuando se pensó que un acuerdo liberal socialista garantizaba la continuidad del gobierno progresista con Aurelio Mosquera Narváez. 131

Tras la revolución del 28 de mayo de 1944, fue degradado a Coronel por haber ordenado la creación del Cuerpo de Carabineros en 1937. Como desagravio, la Asamblea Nacional Constituyente, en sesión de 7 de marzo de 1945, le rehabilitó y devolvió el grado de general. Entonces Velasco Ibarra, vetó la resolución en uno de sus típicos actos de venganza. A raíz de la dictadura del 30 de marzo de 1946, Alberto Enríquez fue deportado con otros políticos de izquierda a Talara, en el norte de Perú, de donde siguió a Lima, radicando en esa capital varios meses. El 12 de agosto de 1947, el Congreso Nacional le restituyó el grado de General de la República y el 25 cayó Velasco Ibarra, pudiendo volver a Ecuador. En mayo de 1948, el partido socialista lanzó su candidatura a la presidencia de la República en binomio con el Dr. que recibieron el apoyo de las izquierdas unificadas, pero perdió las elecciones ante el proyanqui Galo Plaza Lasso. En 1956, fue electo Senador por Cotopaxi y asistió al Congreso hasta que en 1960, Entonces viajó a tratarse sin éxito de una úlcera gástrica en EEUU. Tras larga dolencia falleció en el Hospital Militar de Quito en 1962.

132

Anexo D Aurelio Mosquera Narváez

Nació el 2 de agosto de 1883. Alcanzó el título de médico y fue profesor universitario. Entre 1929 y 1932 fue rector de la Universidad Central. Entre 1931-32 fue vicepresidente del Senado, Director Supremo del Partido Liberal. Tras la renuncia del Presidente Provisional Manuel María Borrero, la Asamblea Constituyente lo elevó a la presidencia de la República por el periodo 1938-1942. Quince días más tarde disolvió la Asamblea y apresó a los diputados que le habían dado el voto. En marzo de 1939 reprimió violentamente una huelga de trabajadores y estudiantes que, entre otras cosas, reclamaba la vigencia del Código del Trabajo. Repentinamente, murió el 14 de noviembre de 1939. Le sucedió en el cargo Alberto Arroyo del Río, quien encargó el poder a Andrés F. Córdova para levantarse como candidato del Partido Liberal. Y, tras el consabido fraude, alcanzó la primera Magistratura del país. Fuente: Elaboración personal.

Anexo E Andrés F. Córdova Nieto

Nació en Cañar el 8 de mayo de 1892 y murió en Quito el 3 de octubre de 1983. Abogado, fue profesor y directivo de varios planteles educativos. En 1931 fue ministro de Obras Públicas en el breve gobierno de Luis Larrea Alba. Posteriormente fue legislador. El 11 de diciembre de 1939, en su calidad de Presidente de la Cámara de Diputados, como encargado del Poder, asumió la Presidencia de la República, desde donde favoreció el fraude electoral en favor de Arroyo del Río. Posteriormente fue jefe de campaña de Galo Plaza a quien le nombró Ministro de Defensa. Al final de su vida actuó como “patriarca de la componenda” en favor de las oligarquías y en particular a favor del ascenso al poder de León Febres Cordero.

Anexo F Carlos Alberto Arroyo del Río

Nació en Guayaquil el 27 de noviembre de 1893 y murió a los 75 años de edad en la misma ciudad el 31 de octubre de 1969. Hijo de Manuel María Arroyo y de la guayaquileña Aurora del Río. Aunque vivió la niñez y adolescencia en la pobreza, perteneciendo a familias importantes del Puerto, pudo ascender socialmente gracias a su

133 talento., su ambición y falta de escrúpulos Se graduó de abogado antes de cumplir los 21 años de edad; a los 22 era diputado suplente por el Guayas. Tempranamente se acercó a la oligarquía con una conveniente matrimonio: El 31 de mayo de 1922 contrajo nupcias en la Catedral de Guayaquil con la heredera y aristócrata Elena Yerovi Mateus, con quien tuvo dos hijos: Elena y Carlos Agustín. Regentó el gabinete jurídico privado de José Luis Tamayo mientras éste ejercía la presidencia de la República; a los 29 años presidió el Concejo Cantonal de Guayaquil y representó a Guayas como diputado; a los 31 estuvo en el Senado; a los 33 en el decanato de la Facultad de Jurisprudencia y en la Junta Suprema del Partido Liberal; a los 39 rigió la universidad y terció brevemente como candidato a la presidencia. A los 40 de edad, era el líder indiscutido del liberalismo. Ocupó dos veces la presidencia del Congreso y desde ella capitaneó la oposición a Velasco Ibarra, reunificó el partido e inició el retorno al Poder. Como abogado, actuó en representación de las empresas extranjeras que invertían y producían en el Ecuador. Luego de ser derrocado de la presidencia, Se asiló en Bogotá, Colombia. En su asilo colombiano (1944- 1946) escribió los dos volúmenes de "Bajo el imperio del odio" en defensa de su gestión presidencial, y algunas entregas de "En plena vorágine" contra Velasco Ibarra. En 1947 trabajó como abogado en Nueva York. Regresó a Guayaquil en 1948, donde, colaboró con el gobierno de Plaza y sus sucesores. A partir de 1959 organizó la Autoridad Portuaria de Guayaquil.

Anexo G Belén de Sárraga

Nació en Valladolid, 1874-México, 1951 fue una periodista y activista feminista española, nacionalizada mexicana, del Partido Republicano Federal e integrante de la masonería. Realizó giras de propaganda y prolongadas estancias en Iberoamérica. Fue activista anticlerical durante la Revolución Mexicana en los años 20, en los que realizó conferencias por todo el país auspiciada por los gobiernos junto a Atala Apodaca. Participó activamente en la política de la Segunda República Española. Se exilió en México.

Anexo H Carta abierta al Sr. Dr. Dn José María Velasco Ibarra 134

Señor doctor don José María Velasco Ibarra. Palacio de Gobierno.-

Las mujeres ecuatorianas que un día levantamos un nombre con una bandera de esperanza ante la angustia nacional, que acompañamos nuestros muertos clamando justicia, que expusimos tranquilidad y vida para quebrantar las tiranías gubernamentales del pasado y traerlo Ud. al poder -creyendo que representaba el espíritu de la reconstrucción moral y material de la patria- venimos a decirle que escucha clamor de la ciudadanía ecuatoriana y que evite la guerra civil y el caos económico retirándose a tiempo y voluntariamente de la Presidencia de la República, que Ud. ha violado al romper la Constitución y las leyes que rigen la vida jurídica y democrática del país.

Ud., señor, ha dejado de ser el Presidente Constitucional de la República del Ecuador al quebrantar su juramento constitucional e impugnar la existencia de los más altos organismos del Estado: el Tribunal de Garantías y la Comisión Legislativa. Ud. ha dejado de ser el defensor de las garantías ciudadanas a desconocer la inviolabilidad de los hogares ecuatorianos al encarcelar y deportar ciudadanos sin previa fórmula de juicio. Ud. ha dejado de ser representante de la democracia ecuatoriana al impedir violentamente la libre asociación del pueblo. Ha dejado de ser el maestro de las juventudes a las que ha vejado, humillado, desalojado de universidades, encarcelado y ofendido como no se atreviera hacerlo ninguno de los tiranos que a Ud. precedieran. Ud. no es más el defensor del pueblo que ante Ud. trataba de exponer su anhelo legítimo de orden y constitucionalidad desde que los cascos de los caballos y las bayonetas rompían, por su mandato, las filas de los hombres con conciencia. Ud. no es el amigo de las mayorías populares pues ordenó a lanzar bombas, bala y garrote contra los humildes que a Ud. habían ensalzado para que les diera las posibilidades de una vida con pan y con dignidad. Ud. no es el personero de una nación civilizada después de los salvajes atropellos perpetrados en contra de la libertad de imprenta. No es el mandatario de un estado democrático y culto. Las prensas rotas, el material de imprenta destrozado, las huellas de la brutalidad policial, serán su monumento. Monumento a su memoria, doctor. Velasco, que estará alumbrado por la llamas del pensamiento escrito que ardiera en las calles de la 135 ciudad de Quito, el 1º de abril de 1946, igual que en otras fechas en las calles de Berlín o Roma. Los trabajadores consientes de nuestro destino histórico no han sido, no serán jamás solidarios con la tiranía y ya han expresado su palabra de repudio a la dictadura que Ud. preside, la voz de protesta de los partidos políticos independientes y que no aspiran a las ventajas políticas de un régimen inconstitucional, ya se ha dejado oír en esta ahora de traiciones y persecuciones. La acción del pueblo ecuatoriano será tan firme en esta ocasión como en todas las veces en que se ha levantado defender su honor de nación soberana y sus derechos de país civilizado del libre. Ud. ha expresado, hasta la saciedad, que el pueblo debe manifestarle su repudio para que Ud. deje de poder el poder. ¿Si lo que acabamos de enumerarle no es suficiente para orientar su opinión en este sentido de los diversos sectores cívicos en las manifestaciones políticas disueltas e impedidos por las autoridades? ¿Qué intereses le ciegan a Ud. que así, tan de pronto, olvida sus promesas de mandatarios honor de hombre?

Aún viven los hijos y las viudas de los muertos del 28 de mayo de 1944. Aún nos conmueve y duele la acción heroica de nuestro pueblo, que Ud., ciertamente, no la merecía. No aumente los fantasmas que atormentarán sus días futuros, si es que Ud. aún tiene conciencia. Este pueblo que hizo una “revolución originalísima” según su expresión, este “pueblo intuitivo” volverá a encauzar la vida constitucional del país, entregando el poder a quienes son sus legítimos representantes. Impida pues que sangre inocente continúe manchando su nombre y retírese, antes que sea tarde, de la escena política que Ud. no supo ahora ni prestigiar. No aumente el número de viudas y huérfanos que maldecirán su recuerdo. Hágalo, se le rogamos, en memoria de los caídos en todas nuestras luchas por la democracia, la libertad, hoy conculcadas y la paz cívica que ha sido interrumpida por su dictadura inconsecuente desaventurada.

De Ud., atentamente,

(Firman) Nela Martínez E, Esther Núñez de Castrejón, Luisa Gómez de la Torre, Judith Cevallos, Isabel de Saad

Fuente: Diario La Tierra, Quito, 17 de abril de 1946.

136

Anexo J CARTA ABIERTA

Señor José María Velasco Ibarra Palacio de Gobierno

Señor:

Sé bien que en esto desaventurados tiempos para la vida institucional de la República, cuando campea a violencia ciega, la traición a los más vitales intereses de la Nación, el odio a la cultura, al derecho y la libertad, no puedo ni debo pedir justicia.

Tengo sí, pese a todas las cadenas contra la verdad y la dignidad, el derecho, que todos los seres libres de la tierra han tenido siempre, aun al estar sojuzgados por tiranos: el de la expresión de su pensamiento.

He recibido una comunicación firmada por uno de sus subalternos, en la que se transcribe el Acuerdo N° 627, expedido por Ud. en el Palacio Nacional, el 25 de abril de 1946 por el que se me separa del ejercicio del magisterio, como profesora del Colegio. Nacional “Mejía”.

Si Ud. como dictador tuviese un poco más de Hombría y no se ocultara en la Ley Vigente de Escalafón y Sueldos del Magisterio Nacional, para cometer uno de sus actos de inmoralidad administrativa y venganza personal nada tendría que decir. Pero, lejos de proceder francamente, Ud. me acusa de haber incurrido en las sanciones contempladas en la letra a) del Art. 43, de la mencionada Ley. Dicho Artículo dice: “Al término de la suspensión, el profesor será separado del cargo, previo Acuerdo ministerial, por las siguientes causas: a) Por la conducta comprobada por las autoridades del ramo, previo sumario administrativo, con notificación y defensa del interesado”.

Pasando por alto la tendenciosa calumnia, dejo constancia de las siguientes disposiciones legales que han sido violadas en este caso:

1ro. No ha existido sumario administrativo. Pregunto ¿Ha informado el señor Rector del Instituto Nacional “Mejía” acerca de mi conducta? ¿Se ha levantado el expediente, aún como mera fórmula, necesario para dar a la condenan apariencia de legalidad? ¿Se han

137 revisado los informes de las Autoridades del Ramo, siguiendo la trayectoria de mi vida de maestra?

2do. No se me ha notificado, ni permitido la legítima defensa del caso. La única información que tuve, al respecto, fue la dada por mi distinguido amigo y ex-colega, el doctor. Benjamín Terán Varea, quien tuvo la gentileza de insinuarme mi aceptación, en la posibilidad de un cambio dentro de la misma categoría y en el Colegio que yo eligiere. Tuve que contestar que agradecía la gestión del amigo, pero que la conciencia, a mi entender, no se mudaba ni alterada por un cambio administrativo y que yo esperaba las sanciones de la Dictadura, como un galardón a mi carrera de maestra y a mis intervenciones cívicas de ciudadana amante de la paz republicanas de la democracia. Tuve, lógicamente que expresar, al señor doctor Terán Varea, Visitador de la Administración Pública, que la calificación de mi conducta no cambiaba por el hecho de permitir mi traslado a otro colegio. ¿Debe ser de una clase la conducta del maestro cuando se educa en el Primer Colegio de Enseñanza Secundaria y distinta en otro plantel de la República?

De los 24 años que se miden el Magisterio Nacional, he pertenecido durante 21 años a la docencia del Colegio Mejía. Una vida de maestra dedicada a cooperar en la gran tarea de la cultura ecuatoriana. Modesta vida, humilde obra, esfuerzo sin desmayo, realizado con la más alta conciencia de maestra mujer. En todos esos largos años, en los que me ha tocado servir a la juventud y luchar contra las corrupciones administrativas, es usted el primero que se atreve a ultrajar mi dignidad. Defiendo mi honor porque éste no se compra, ni aun usurpando el más alto cargo de la república, ya que hay valores humanos que son permanentes y eternos, inherentes al individuo, aunque usted los ignore.

Todos los tiranos de todas las épocas han acudido a la calumnia para desprestigiar a los que denunciaban el crimen y luchaban por el imperio del Derecho de Gentes. Seguidor fiel de la tradición de los déspotas, usted luego de declarar que se me separara del Magisterio Nacional por la disposición contenida en el Art. 43 de letra a) de la Ley vigente de Escalafón y Sueldos del Magisterio Nacional, expedida por la H. Asamblea Nacional, a pedido del entonces Ministro de Educación señor Alfredo Vera, se me acusa, en efecto de tratar de subvertir el orden constituido y se me menciona una publicación aparecida en el Diario “La Tierra” del 17 de abril, como lesiva a los intereses del país. No he incitado 138 a ningún otro, que no sea Ud. a cambiar la política del país, pues le he pedido junto con otras mujeres dignas y consientes, que deje Ud. el poder para evitar el actual caos nacional. He expresado y me ratifico que Ud. no era Presidente Constitucional del Ecuador si no Dictador que traicionaba a la Historia y al Pueblo. En el segundo aspecto debo manifestarle que yo como maestra estaba en la obligación de dictar mi cátedra sin hacer proselitismo político, de manera que me estaba vedado defender su Dictadura. La carta abierta dirigida a Ud. no fue leída por mí en ninguna de mis clases. Si los alumnos la conocieron es cosa que no he averiguado. Estoy acostumbrada a cumplir con mis deberes de ecuatoriana con la misma responsabilidad con que trabajado como maestra. Si algo pudiera sorprendernos a todos los ecuatorianos, sería una sorpresa el confrontar las declaraciones del Ministro de Educación, hechas al diario “El Día”, en las que garantiza los derechos de los maestros ecuatorianos a tener sus propias opiniones políticas, fuera de la cátedra, y la razón aducida por Ud. para proceder a mi cancelación. Dígame señor Dictador, ¿los maestros ecuatorianos teníamos la obligación de enseñar a nuestros discípulos el respeto la Constitución y las Leyes hasta el 30 de marzo? ¿El primero de abril debíamos cambiar nuestra conciencia como una prenda de vestir y acatar los actos dictatoriales, detestar de la Constitución y las Leyes en el mismo tono oficial, renegar de nuestra historia y de nuestra tradición democrática? ¿Deberíamos dar a la juventud el ejemplo de la traición, de la inestabilidad política, del acatamiento servil a la fuerza bruta? ¿Y todo esto por conservar el cargo? Durante 24 años he conducido mis pasos hacia la escuela o el colegio; soy maestra por vocación y convicción de la alta misión que la enseñanza realiza al sacar al hombre de la caverna y conducirlo a través de la ciencia hacia la cultura; he considerado a mis alumnos como hijos de mi corazón y mi espíritu cumpliendo mi misión con el sentido maternal y humano que a las mujeres nos es substancial. Usted me impide concluir mi vida junto con mi obra. No lamento, señor. Mi nombre limpio dará a la juventud de mi patria, un mensaje de honor y dignidad. Usted que ayer maltrató a los estudiantes, amenazó de muerte e hirió a los trabajadores, encarceló ciudadanos y militares por el delito de defender la constitucionalidad, es por primera vez en su vida, consecuente con su verdadera personalidad política al destituir, maestros, al ofenderlos y calumniarlos. Ojalá fuera yo la víctima propiciatoria de los maestros pero sé, desgraciadamente, que usted perseguirá al magisterio laico porque su gestión política trae la misión siniestra de destruir todas las conquistas liberales. Mañana

139 tratará de hacer de la escuela, el colegio y la universidad, los centros de la negación de la cultura y el progreso.

Continué su obra, señor Dictador. A todos los retrógrados que han pretendido marchar contra la historia que es vida y futuro, conquista social, económica y política, les ha llegado su hora. Continué su obra, señor Dictador, que yo daré, ahora sí, una lección diaria, de dignidad y rebeldía, a la juventud de mi patria.

(Firma) LUISA GOMEZ DE LA TORRE

Quito a 27 de abril de 1946.

Fuente: Rodas, 1992. pp.69-72.

140

Anexo K

ENTREVISTAS A EXPERTAS

TRANSCRIPCIÓN ENTREVISTA A CATALINA LEON Entrevistadora: Evelyn Moreno Entrevistada: Catalina León28 Fecha de la realización de la entrevista: 09/12/2019.

E.M. En una respuesta breve, ¿Qué papel jugaron las mujeres dentro de la Gloriosa?

C.L. El papel de las mujeres fue crucial, aunque ha sido invisibilizado, como en muchos otros casos de las luchas libertarias y eventos de protesta social. Las mujeres salieron a las calles a la par con sus parejas o grupos familiares, de amistad, vecindad u organización. De hecho, sin ellas la multitud participante no hubiera sido tan impresionante como realmente fue la presencia popular, eran “la mitad” o quizás más de la mitad de los participantes. El papel tiene que ser evaluado en relación con el tipo de participación de los varones. En primer lugar, hay que identificar la participación de los varones de los partidos y sindicatos, es decir, la participación institucionalizada: se trata de una participación en negociaciones políticas, sobre todo. El resto de los sujetos sociales tiene una participación subalterna. Entre ellos, por supuesto las mujeres. Su participación se da desde la cotidianeidad, es decir sin la aspiración a cuotas políticas y/o de gobierno. Es así, inclusive, si hablamos de mujeres prominentes como Nela Martínez, Mama Dolores, Tránsito o María Luisa Gómez de la Torre. A raíz de La Gloriosa, la mayor parte de estas dirigentes no obtuvieron ni puestos de gobierno o de escaños. Debe haber un hermoso material sobre el tema en el archivo Martínez-Meriguet, yo no pude hacer esa consulta porque el local del archivo en ese entonces estaba en remodelación o algo así.

E.M. Según su opinión, ¿Cuáles serían los motivos centrales para que las mujeres y el movimiento AFE se hayan movilizado en las revueltas de La Gloriosa?

C.L. Bueno, los motivos de la movilización de las mujeres son similares a la de los hombres, un evidente cansancio con la arbitrariedad, el autoritarismo y la violencia del gobierno de Arroyo del Río. Por otro lado, está la misma inconformidad con el Protocolo de Río de Janeiro. A esas alturas, ya había colapsado no solamente el consenso plutocrático, sino inclusive el ciclo juliano de reformas. Había emergido con fuerza un

28 Doctora en Sociología. Es profesora principal en la Universidad de Cuenca. Ha sido docente invitada en la Maestría de Estudios de Género de la Universidad San Marcos en Lima y en los programas de posgrado en Historia de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Algunas de sus obras de relevancia son: La cara oculta de la crisis (2009); Reconocimiento, género y discurso populista (2006); y La Primera Alianza: El matrimonio criollo, género y violencia conyugal, Cuenca 1750-1800. 141 componente popular expresado en el velasquismo, sobre todo (Ver el importante debate entre Quintero y Cueva), las fuerzas sociales deseaban también una mayor institucionalización de las reformas en el espíritu de la agenda de Lázaro Cárdenas, pero esto se plasmó, en forma algo confusa, en esta “tercera opción” que fue el velasquismo, al que, dicho sea de paso, plegó inclusive la izquierda política, que luego fue “despedida” y perseguida por Velasco Ibarra.

E.M. ¿Cómo estaba relacionado el movimiento AFE con la coyuntura nacional antes que se den los sucesos de “La Gloriosa” de 1944?

C.L AFE estuvo directamente relacionada con la organización de la insurrección, pero insisto, se le otorgó un papel subsidiario. Diría también que las mujeres dieron prioridad a las agendas políticas por sobre sus propias agendas, a la sazón aún no definidas con claridad.

E.M. Las mujeres en la Gloriosa tuvieron un papel importante y de primera línea. ¿Cuáles fueron las estructuras de movilización y de organización que las mujeres de AFE tuvieron para lograr esta incursión y en qué lugares se desarrolló?

C.L. Revisa la biografía narrada de Nela Martínez.

E.M. Entre las figuras femeninas relevantes que se destacaron en este proceso están los nombres de: Nela Martínez, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Luisa Gómez de la Torre y Alba Calderón, entre otras. ¿Cuál fue su aporte y trascendencia y que otras mujeres podríamos destacar?

C.L. Habría que hablar de Ana Miranda, Laura Almeida, Isabel Herrería, de lo que se me viene a la mente este momento.

142

Anexo L

TRANSCRIPCIÓN ENTREVISTA RAQUEL RODAS Entrevistadora: Evelyn Moreno Entrevistada: Raquel Rodas29 Fecha de la realización de la entrevista: 19/17/2017

R.R: Lo que se habla entorno a la A.F.E., no tiene mucho sustento, sustento histórico. Hasta este momento y se ha dicho que A.F.E. jugó un papel fundamental, que fue la primera organización de mujeres, eso no es cierto. Porque había organizaciones de mujeres desde el Siglo XIX. Ya en la Revolución Liberal participaron y en algunas acciones participaron mujeres y no se diga en la Independencia. No es que la mujer surge en el S. XX. E.M: Claro, incluso yo había leído el libro de Ana María Goetschel. E.M: Un apellido un poco impronunciable, había leído y ahí también como que surgían más dudas. Porque ahí ella habla sobre el origen del feminismo en el Ecuador y entonces ahí habla de las organizaciones en la Revolución Liberal y como Ud. dice en la Colonia, en la Revolución, en la Independencia un montón de nombres de mujeres que no son tomadas en cuenta porque la Historia la han escrito los hombres victoriosos. Entonces desde ahí radican las dudas. Pero me llama la atención la AFE por el momento histórico también, por la Gloriosa. R.R: Ya, bueno. Aquí le voy a decirle bien poquito. Pero la que le puede dar información exacta y quizás con documentos, es la hija de Nela. Ustedes tienen que hablar con la hija de Nela. Que tiene un museo de Nela. Y que no sé, tiene cientos de documentos escritos por Nela o recogido entorno a Nela. Entonces ahí está la fuente fidedigna. Lo que yo conocí, a través de Luisa Gómez de la Torre, porque le hice la biografía de ella, es que las mujeres estaban organizadas, digamos, más que organizadas, reunidas. Porque participaban del mismo pensamiento de izquierda. O eran socialistas o eran comunistas. El partido se había dividido, ¿no cierto? Pero el hecho de que sean de izquierda, les unía en un momento determinado. Pero no fueron muchas, no lo sabemos. Nela Martínez la más convertida, la más lúcida, la más formada. María Luisa de la Torre, también ferviente militante. Ella fue la fundadora del Partido Socialista. E.M: Ajá, fue fundadora del Sindicato de Profesores del Mejía también.

29Nació en Paute 21 de junio de 1940 fue escritora, historiadora, feminista e intelectual. Su vida la dedicó a la docencia, el estudio de la filosofía y a la investigación desde un enfoque feminista sobre el aporte de mujeres trascendentales en la historia del país, como Tránsito Amaguaña, Dolores Cacuango o María Luisa Gómez de la Torre. Así también escribió sobre el voto femenino. Raque Rodas constituyó la organización 8 de Marzo con diversas mujeres, luego formó el grupo Frente Amplio de Mujeres. Ella fue activa en el quehacer político e intelectual, integró el Centro de Investigación de Estudios de la Mujer y fue parte de la Academia Nacional de Historia.

143

R.R: También. Pero del Partido Socialista fue la única mujer que estuvo presente en la fundación del Partido Socialista. Nela Martínez y Luisa de la Torre aquí. Yo no he sabido. Ustedes nombran a otra persona a Hipatía Cárdenas. E.M: Yo leí el Acta de Fundación en el libro de Ana María Goetschel, ahí estaba. R.R: ¿Fundación de qué? E.M: De la AFE. R.R: Ah ya. E.M: Entonces ahí, por eso digo Hipatia Cárdenas. Inclusive Nela Martínez quedaba como secretaria de prensa y propaganda y la presidenta, no recuerdo su nombre, me falla la memoria ahorita. Pero no quedó de presidenta Nela, por eso me llamaba la atención que, en la Gloriosa, Nela va a hablar con Velasco Ibarra, como representante de la AFE. Creo que es por la capacidad política que Nela haya tenido, ¿no? R.R: Y era más combativa que cualquiera de nosotras. Entonces en Guayaquil, estaban Alba Calderón, estaban Isabel Herrería, estaban, era demasiada niña para haber estado Ketty Romo Leroux, muy jovencita. Entonces, eso, más obreras de los sindicatos, algunas obreras escogidas, escogidas de los sindicatos. O sea, no era un movimiento fuerte. Nela una suerte de pocas mujeres, muy bien formadas y muy combativas, todas ellas. Entonces, el protagonismo se da porque Nela Martínez es una mujer de coraje indudable. Entonces ella está presente en todas las reuniones en las que se discute que hacer. Si traer o no traer a Velasco Ibarra. Al fin se decide en traerle desde Ipiales y en ese lapso no hay quien gobierne. No hay Ejecutivo. Entonces Nela va hacia el Palacio de Gobierno y asume que ella va a dirigir. ¿No? Dirigir sobre todo a Policías que custodian eso. Y se pasan ese día y esa noche. Bueno, no toda la noche. Ese día y hasta las primeras horas de la noche. Custodiando el Palacio de Gobierno. Después, ya cuando oscurece, pues vienen los familiares y se las llevan. Entonces, yo no veo que haya habido ninguna acción decisiva. Entonces eso. No, diciendo que fue una presencia que se logró gracias a la combatividad de estas mujeres, pocas mujeres. Luego de Dolores Cacuango ella era una indígena que tenía actuación desde 1932. ¡Ella fue una líder absolutamente auténtica! ¡Una líder innata! Que había visto todo el maltrato a los indígenas. Todo el abuso a las mujeres. Y todo. Y era que decía "al pan pan y al vino vino" de frente y a cualquiera. Sea cura, sea patrón. Ella sí era una combativa innata. Entonces cuando supo que venía Velasco Ibarra desde Ipiales ella fue a esperarle a Cayambe. No para oponerse. Sencillamente para conocerle. Y con los grupos indígenas se tomaron el cuartel de Cayambe. Tomaron el cuartel de los militares. Pero claro, Carlos Arroyo del Río que había formado a los Carabineros, a los Policías de las calles. A esos les dio el poder. ¿No cierto? Entonces el haber tomado el Cuartel de Cayambe, no era tan decisivo. Era más simbólico más que nada. Porque el poder no estaba en los militares en esa época. Sino en los policías. De todas maneras, Velasco Ibarra, la saludó porque le dijeron "es líder Dolores Cacuango", la saludo, le dio la mano y la invitó al Palacio para 144 que viniera cuando quisiera. Esas son las acciones de Dolores Cacuango, en torno a la Gloriosa. Tránsito Amaguaña, era muy chiquita como para que esté. Todavía no. En el 44. Bueno sí, ya acompañaba a Dolores, pero no era todavía una... Tenía 15 años. Entonces una chiquita con "uno tirando y el otro cargando". Bueno eso es lo que les puedo decir. ¿Alguna cosa más? E.M: Sí, teníamos unas preguntas. Habíamos elaborado unas preguntas entorno a esto. Yo le envié las preguntas. R.R: Sí, si estaba revisando. Pero en torno a este tema ¿No cierto? ¿Qué importancia tuvo la llamada Gloriosa, que no era un nombre original, sino que lo adoptaron de una revolución de España? La Gloriosa es un punto de quiebre. Porque termina la Plutocracia y se visibiliza y entra al poder los socialistas y los comunistas. Porque todos hacen una gran oposición a Carlos Arroyo del Río que firmó el documento de Río de Janeiro y que, apoyó a los banqueros a las Plutocracia. Entonces en el 44 el Congreso es multipartidista. Están todos los partidos ahí. Eso es un gran avance. Es un momento fundamental. Y para los indígenas es fundamental en cuanto se forma la Federación Ecuatoriana de indios. E.M: La CTE también. R.R: La primera organización y la Confederación de Trabajadores Ecuatorianos. Entonces, es sumamente importante el período. Cambia de lo que eran dos gobiernos que se disputaban, el Liberal y El Conservador, ahora empiezan múltiples partidos. Hay otras propuestas, las propuestas que no habían podido ser colocadas. Ni en la Revolución Liberal ni a partir del 15 de noviembre de 1922 ahora se colocan en el gobierno de Velasco Ibarra. Y por supuesto va la primera diputada que va como alterna, pero renuncia el principal y ella llega a ser diputada y da un discurso a nombre de las mujeres, eso es importante. Por ejemplo, eso sería lindo, si ustedes pueden recuperar ese documento que está en manos de la hija. E.M: ¿Y cómo podemos llegar a la hija? ¿Usted nos podría dar el contacto? ¿O en dónde está?

R.R: Solo le digo que es en la calle Zaldumbide en La Floresta. Creo que tiene un letrero también que dice "Museo Nela Martínez" algo de eso. Ella debería darles esos datos.

E.M: Ella es Nela Meriguet.

R.R: Si E.M: Debe ser Nela Meriguet Martínez. Supongo.

R.R: Claro. Sí, sí, sí. Porque es hija. Entonces, ahí pueden hacer ustedes un buen trabajo. Porque si no todo es así, suposiciones. No hay nada escrito.

E.M: En los pocos escritos que hay de La Gloriosa, hablan, pero de la Gloriosa pero nada de las mujeres, es solo un extracto. Lo que yo más encontré de mujeres es lo de las memorias de Nela Martínez, "Yo soy Nela Martínez", del CONAMU. De ahí nada más.

145

R.R: La Nela habla de sí misma. No es creíble. No es creíble porque también las personas pueden mitificarse, volverse mito y sin sustento. Entonces todo tiene que ser comprobado.

E.M: No hay mucho de la AFE.

E.M: Ah. En el libro de Ketty Romo Leroux también "La Historia del Feminismo" en ese libro también hay pocas cosas. Entonces, solo son ideas, no hay justificaciones más científicas, que nos lleven a otras fuentes y poder decir "sí esto pasó". Entonces ha sido complicado nuestro trabajo.

R.R: O sea, eso de seguir repitiendo versiones no conviene. Porque hay que ir a los documentos. Inclusive a documentos fotográficos si es que hubiera, ¿No? Y yo creo que Nela debe tener todo. Porque a la Nela el gobierno le financió no sé si USD 60.000 este gobierno de Correa, para que haga el museo. Y entonces, ella pagó gente que le ayude a buscar cartas, artículos, ponencias, etc. Pero no está abierto al público. Entonces, si ustedes tienen suerte serán las primeras creo que puedan acceder a él.

E.M: A mí me interesa bastante. Y creo que sería hasta un bonito tema para tesis, o no sé. En realidad, a mí me apasiona mucho este tema, saber más y nos encontramos con estas trabas, que no hay documentos, no hay escritos, no hay nada que nos justifique. Y lo único que hemos encontrado son los Estatutos de A.F.E. Que estaban en la biblioteca. Y de ahí cosas pequeñitas que nos da luces. Igual encontré un libro de la A.D.E. pero no habla mucho de las mujeres y cosas así pequeñitas, pero no encontramos. R.R: ¡Ah!!! Pero eso es una buena cosa. Pero es fundamental si tienen un Estatuto. Si está en la biblioteca quiere decir que si se imprimieron varios y dejaron un buen testimonio ahí. Me parece fantástico. Y hay eso. Que tiene para uno o dos capítulos analizando que proponen, como van a actuar, y luego constatar si es que actuaron así. Pero cuántas eran. Lo que a mí siempre me ha preocupado ¿Cuántas eran? Porque si eran 4, no podían hacer mucho. O sea, si eran 4 no era un movimiento popular. No eran representantes de las mujeres. E.M: Exacto. Esa era mi duda. Si tenían, por ejemplo, un movimiento a nivel nacional o solamente estaban en qué ciudades. O solo estaban en Guayaquil y Quito. Porque de Cuenca no he escuchado nada de la A.F.E, porque obviamente son muy conservadoras. Pero en Guayaquil estaban Alba Calderón como usted dijo, y A.D.E. nace en Guayaquil. Ana Moreno también que es militante del Partido Comunista. R.R: Nada en Cuenca. Isabel Herrería esposa de Pedro Saad. Ana Moreno también. Pero, de todas estas Isabel Herrería si ha dado entrevistas. Si debe existir. Ketty Remoleroux tiene un libro. De Alba Calderón no se ha escrito mucho. Pero la otra señora, la que nombró, la que es rubia, Ana Moreno también tiene entrevista.

146