00-P. P.Ginas + Editorial
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Estudios Atacameños Nº 16 - 1998 La tradición surandina del desierto: Etnobotánica del área del Salar de Atacama (Provincia de El Loa, Región de Antofagasta, Chile)1 CAROLINA VILLAGRÁN*, VICTORIA CASTRO**, GILBERTO SÁNCHEZ***, MARCELA ROMO**, CLAUDIO LATORRE** y LUIS FELIPE HINOJOSA** RESUMEN El área del Salar de Atacama, Provincia de El Loa, to de las plantas en los territorios de estas culturas segunda Región de Antofagasta del norte de Chi- y definir sus singularidades etnobotánicas, en co- le, es una de las más secas del mundo, correspon- rrespondencia con su situación tan especial den- diendo al área de máxima penetración del Desier- tro de los Andes del norte de Chile. Con este pro- to de Atacama en la costa Pacífica de Sudamérica. pósito, se realizó una recolección exhaustiva de la En efecto, y en concordancia con la disminución flora del área y un muestreo sistemático de la ve- de las lluvias en sentido NW-SE, desde los Andes getación, este último siguiendo un transecto de Arica (18°S), hacia los de Antofagasta (24°S), altitudinal desde el Salar de Atacama (2.700 m) se observa que la vegetación se retrae paulatina- hasta el Salar de Aguas Calientes (4.500 m). Pos- mente hacia mayores altitudes. Así, extensas áreas teriormente, se entrevistaron 38 personas prove- al interior de la ciudad de Calama, representadas nientes de San Pedro de Atacama, Toconao, por el Salar de Atacama, Cordillera de Domeyko Talabre, Camar, Socaire y Peine. y sectores bajos de la vertiente occidental andina corresponden a desiertos ‘absolutos’, con valores Para las 173 especies de plantas consultadas se de coberturas de plantas vasculares prácticamen- registraron 416 nombres vernaculares, correspon- te nulos. La hiperaridez de la región es interrum- diendo la mayor proporción al español (53%) o pida por oasis, como San Pedro de Atacama y una combinación indígena-español (12%). Entre Toconao, y algunas quebradas que cuentan con los nombres indígenas destacan los provenientes agua permanente, hábitats que permiten el desa- de los idiomas atacameño o kunza (8%), quichua rrollo de agricultura en el sector. Así, y a pesar de (5%), aymara (2%) o una combinación de estas la extremada aridez y aislamiento, subsisten en la tres lenguas (16%). Un rasgo interesante es la exis- región poblaciones con tradición atacameña que tencia de nombres múltiples, y en varias lenguas, han desarrollado un acabado conocimiento y uso para una cierta cantidad de especies, probablemen- de los precarios recursos bióticos del desierto. El te una expresión del multilingüismo que caracte- objetivo de este trabajo es acceder al conocimien- riza a la región. Se ha registrado también diferen- ciación de nombres de plantas dentro del área de 1Proyecto FONDECYT 1970908 estudio, existiendo un conjunto de nombres * Laboratorio de Palinología, Departamento de Biolo- vernaculares de plantas restringidos al sector sur gía, Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, Ca- del Salar de Atacama, específicamente a las loca- silla 653, Santiago, Chile. E-mail: lidades de Peine, Socaire y Camar. Estos nombres [email protected]. ** Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias son definidos por algunos informantes como co- Sociales, Universidad de Chile, Casilla 10115, San- rrespondientes a las denominaciones antiguas de tiago, Chile. E- Mail: [email protected]. las plantas (“nombres que daban los abuelos”) y *** Departamento de Lingüística, Facultad de Filosofía, pertenecerían al idioma atacameño o kunza. En lo Universidad de Chile, Santiago, Chile. E- Mail : [email protected] que se refiere a la etnoclasificación de las plantas, 7 y tal como ha sido documentado en otros estudios of the driest areas in the world as it corresponds to etnobotánicos andinos, la denominación de las the maximum penetration of the Atacama Desert especies, y la distinción de grupos de especies, se into the interior from the Pacific coast. This is basa principalmente en el contraste de caracterís- observed as well in the vegetation gradient which ticas morfo-fisionómicas. Entre las clases de agru- retreats to greater altitudes following the paciones de plantas registradas, categorías precipitation gradient that decreases from the NW etnogenéricas, destacan las construidas sobre la towards the SE, from the Andes of Arica (18°S) to base de formas de crecimiento (agrupaciones de the Andes of Antofagasta (24°S). Absolute desert, formas de vida); por parecido morfológico gene- areas with practically no plant vascular plants, ral (agrupaciones “taxonómicas”); por compara- occurs near the city of Calama to the interior, such ción con otras plantas importantes o útiles (agru- as the Salar de Atacama, the Domeyko cordillera paciones en torno a un referente); por similitud de or other low lying piedmont regions of the western algún atributo morfológico, terapéutico, alimenti- slope of the Andes. This hyperaridity is interrupted cio, u otros (agrupaciones por similitud en alguna by only a few oases such as San Pedro de Ataca- propiedad). En los Andes del norte de Chile, las ma and Toconao, and a few ravines supplied with dos últimas clases de agrupaciones son exclusivas flowing water on a permanent basis that allow for de la región del Salar de Atacama. agriculture to be sustained on a regular basis. Despite these factors, the few atacameño De las 173 especies consultadas en Atacama, 165 traditional communities that subsist in the area tenían uno o más usos (94,8%), distribuyéndose have developed a thorough knowledge and use of los distintos tipos de usos en las siguientes 10 cla- the biotic resources present in the desert. Our ses principales: Forrajero, 35%; Medicinal, 24%; objective in this paper was to access the plant Alimenticio, 9%; Combustible y Leña, 6%; Cons- knowledge of these cultures as well as defining trucción y Artesanías, 6%; Adorno, 5%; Tintóreo, 4%; Perjudicial, 3%; Ritual, 2%, y Otros usos va- their ethnobotanical uniqueness, particularly when riados, 6%. Generalmente, las especies tienen de seen from their special viewpoint within the An- uno a tres usos aunque, para varias especies, se des of northern Chile. With this goal we set out to registraron usos múltiples (e.g. la chillka, con siete exhaustively collect the flora of the area as well usos; el algarrobo, con seis). La utilidad de la flora as working on systematic surveys of the vegetation de los distintos pisos de vegetación muestra las through an altitudinal transect from the Salar de siguientes tendencias: El Piso Altoandino es pre- Atacama (2.700 m) to the Salar de Aguas Calien- dominantemente forrajero (52%) y los Pisos tes (4.500 m). We also obtained 38 interviews from Puneño y Prepuneño son principalmente forrajero the inhabitants of San Pedro de Atacama, Toconao, (Puneño, 31%; Prepuneño, 44%) y medicinal Talabre, Camar, Socaire and Peine. (Puneño, 25%; Prepuneño, 13%). También, en ambos pisos, las especies de plantas tintóreas y For the 173 species of plants consulted in these alimenticias son más abundantes que en el resto interviews, we registered 416 common names, de la vegetación del área. La flora azonal de las with the largest proportion of these originating quebradas, riberas de ríos, salares y chacras mues- from spanish (53%) or a native-spanish combina- tra un uso más diversificado, hecho que corres- tion (12%). Among those pure native names en- ponde a la heterogeneidad vegetacional que ca- countered, these have their origins in atacameño racteriza estas formaciones. or kunza (8%), quichua (5%), aymara (2%) or a combination of these three languages (16%). One Se discuten los resultados etnobotánicos en el con- interesting feature is the existence of multiple texto de la cosmovisión, percepción ambiental, names in several languages for certain species, control de recursos naturales y transformaciones, possibly an expression of the many languages por parte de las comunidades estudiadas. present in the region. Name differentiation within the study area was also observed, with a set of ABSTRACT common names restricted to a certain locality, such as Peine, Socaire and Camar. These names were The Atacama salt flat, or salar, lies in northern described by a few informants as originating from Chile’s second region of Antofagasta, and is one “ancient” names (“names used by our grandfa- 8 thers”) and correspond to the atacameño or kunza de Copiapó en territorio chileno (27°S), siendo uno languages. Regarding plant ethnoclassification, the de los más secos del mundo (Borgel, 1973; naming of different species as well as differences Caviedes, 1973; Mortimer, 1980). La escasez de between groups of species is based primarily on precipitaciones en la región determina la ausen- contrasting morpho-phisionomical traits, as docu- cia total de procesos erosivos significativos y la mented in other Andean ethnobotany studies. mantención de uno de los relieves más extraordi- Among the different classes of groups of plants narios del mundo: en menos de 300 kilómetros recorded (ethnogeneric categories), the most existen casi 15000 m de desnivel entre la fosa prominent are those based on different growth Chileno-Peruana de Atacama (-8066 m) y la cum- forms (life form groups); morphological similar- bre del Volcán Llullaillaco (6723 m), en la Cordi- ity (“taxonomic” groups); comparisons to differ- llera de los Andes (Abele, 1988). ent other important or useful plants (reference groups); or by a common attribute such as mor- Dentro del área ocupada por el Desierto de Ataca- phology, therapeutic value, food, etc. (groups with ma, la región administrativa de Chile conocida shared properties). These last two groups are como Región de Antofagasta, entre 22° y 26°S, unique to the Salar de Atacama region within corresponde a la de máxima penetración de la ari- northern Chile. dez hacia el interior del continente sudamericano, conformando un desierto “absoluto” en gran par- Of the 173 species consulted in Atacama, 165 had te de su superficie, donde los valores de las cober- one or more uses (94.8%), with the different types turas de plantas vasculares son prácticamente nu- of uses distributed in 10 main classes: Fodder 35%, las (Villagrán et al., 1981; Villagrán et al., 1983).