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UNIVERSIDAD TORCUATO DI TELLA DEPARTAMENTO DE HISTORIA MAESTRÍA EN HISTORIA TESIS Octubre 2017 EL CONGRESO GENERAL DEL 22 DE MAYO DE 1810 Y EL CABILDO DE BUENOS AIRES Autor Dr. Eduardo R. Graña Director Dr. Gabriel Di Meglio El congreso general del 22 de mayo de 1810 y el Cabildo de Buenos Aires Eduardo R. Graña Abstract Aunque actualmente parece suscitar escaso interés en nuestra historiografía, el desarrollo del congreso general del 22 de mayo de 1810 y las decisiones de los dos días siguientes del Cabildo de Buenos Aires han sido objeto de múltiples interpretaciones, algunas de ellas en extremo discordantes. Así, se ha sostenido, por una parte, que esta institución instrumentó con fidelidad lo decidido por el voto de la mayoría o, alternativa- mente, que incurrió en un abierto fraude cuyo propósito también es motivo de controver- sia. Desde luego, también se registran opiniones intermedias con mayor o menor aproxi- mación a ambas posiciones extremas. Es común que los autores ofrezcan al lector única- mente su conclusión personal, sin incluir ninguna información acerca del procedimiento mediante el cual llegaron a ella. En la generalidad de los casos, además, la doctrina tradi- cional centra su interés exclusivamente en la cuestión de la destitución del virrey y omite toda referencia a la otra pregunta que se le formuló a la asamblea: la de quién debía susti- tuirlo en el caso de que la respuesta a aquel interrogante fuera afirmativa. Recordando las diversas tesis enunciadas, esta investigación –mediante un detalla- do análisis de las actas del cuerpo municipal y de otros documentos oficiales contempo- ráneos– estudia por separado dichas decisiones de los vecinos de la ciudad proponiendo distintos criterios concretos de clasificación y computando los votos enunciados en base a ellos; tras lo cual formula sus propias conclusiones. En consecuencia, éstas son suscepti- bles de verificación y permiten ulteriores desarrollos de futuros interesados en el tema. El trabajo no parte de una alineación ideológica con ninguno de los proyectos en pugna en esa coyuntura histórica, ni tampoco participa de una visión determinista según la cual los sucesos –aun en circunstancias que eran de clara incertidumbre sobre el futuro inmediato– debían seguir una trayectoria institucional ineludible hacia una meta fijada de antemano. En consecuencia, las distintas posiciones –propuestas o instrumentadas– no son evaluadas como avances o retrocesos con relación a ciertos objetivos –con frecuencia establecidos retrospectivamente– sino que procura únicamente su adecuada comprensión, intentando explicar las razones por las que eventualmente fueron adoptadas entre otras opciones posibles. En este sentido, el estudio avanza sobre otros dos temas íntimamente relacionados con ese momento de nuestro pasado: la concepción de la monarquía de los vecinos porte- ños tal y como surge de los sufragios que entonces emitieron, al margen de una eventual discordancia con sus íntimos pensamientos, y la existencia o inexistencia de un grupo homogéneo entre quienes se pronunciaron por la destitución del virrey en aquellas cir- cunstancias. Capítulo 1 Introducción La época del dominio hispánico en Buenos Aires concluyó en 1810 y su epílogo se inscribe en el marco de los sucesos políticos a los que se alude comúnmente como la Sema- na de Mayo. Tales acontecimientos significaron una reacción de la ciudad ante la disolución de la autoridad a la que había jurado obediencia y frente a la eventual pérdida total de la Es- paña europea a manos de la Francia de Napoleón Bonaparte; hecho que, por entonces, pare- cía inminente pero que nunca ocurriría. En aquellos días se inició la descomposición jurídi- ca del régimen virreinal1 al constituirse un gobierno fundamentado en una nueva legitimi- dad que, en adelante, se desenvolvería con autonomía de la antigua metrópoli; y, seis años más tarde, un congreso constituyente declararía la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica2. Esta tesis, sin embargo, no tiene la pretensión de explicar tal complejo proceso histórico3 ni tampoco el de la llamada “Revolución de Mayo” sino que sus metas son mucho más circunscriptas. Intenta «analizar una de las experiencias más novedosas que importó la revolución: la de comenzar a elegir nuevas autoridades»4. Esta investigación, como objetivo general, se limita sólo a los actos que el Cabildo porteño protagonizó el 23 y el 24 de mayo de 1810. Al respecto, se procurará establecer si las con- clusiones que extrajo del congreso general que se había celebrado el anterior día 22 se co- rrespondieron –como entonces señaló– con la voluntad que había predominado en la vota- ción o si, por el contrario, la posición mayoritaria fue desnaturalizada, imponiendo el cuer- po su propia voluntad política. Seguidamente, como objetivo específico, tratará de determi- nar si el cuerpo municipal –al crear una Junta de gobierno en sus acuerdos de aquellos días– obró en el marco de las facultades que le habían sido conferidas por tal Cabildo abierto o, haciendo abuso de ellas, tomó decisiones que concluyeron por desvirtuar incluso los mis- mos resultados que había proclamado. Este trabajo –finalmente– perseguirá también otros dos propósitos. En tal sentido, a partir del análisis de los sufragios registrados en el acta del congreso general del 22 de mayo, pretenderá establecer –en primer lugar– cuál era la visión 1 Cfr. RAVIGNANI, Emilio: Historia constitucional de la República Argentina, Peuser, Buenos Aires, 1926, t. I p. 125. 2 Cfr. RAVIGNANI, Emilio: Asambleas Constituyentes Argentinas seguidas de los textos constitucionales, legislativos y pactos interprovinciales que organizaron políticamente la Nación, Peuser, Buenos Aires, 1937, t. I pp. 216/217. 3 TERNAVASIÓ, Marcela: “Los laberintos de la libertad. Revolución e independencias en el Río de la Plata”, en Las declaraciones de independencia. Los textos fundamentales de las independencias americanas, Alfredo Ávila, Jordana Dym y Erika Pani (coordinadores), El Colegio de México-UNAM, México, 2013, p. 214. 4 TERNAVASIO, Marcela: La revolución del voto. Política y elecciones en Buenos Aires, 1810-1852, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002, p. 30. 3 EDUARDO GRAÑA de los asistentes sobre la naturaleza de la crisis de la monarquía española y, como conse- cuencia, sobre el derecho de los pueblos que la integraban a organizar sus propios gobier- nos. En segundo término, desentrañar si es posible señalar la existencia de un bloque políti- co homogéneo entre quienes entonces se expidieron por el cese del virrey o si, por el con- trario, puede detectarse la presencia de grupos que impulsaban alternativas distintas sobre cuál era la autoridad que debía sucederlo. Existe una vasta bibliografía que guarda íntima relación con el tema de estudio de esta tesis de la que luego se dará breve cuenta. En lo que respecta a las obras más tradicio- nales, no es un exceso sostener que existe una tendencia a referir los sucesos y, al mismo tiempo, la opinión que el autor tiene de ellos, confundida en la narración. Así, a partir de una toma de posición predeterminada, detractores y panegiristas de la actuación que le cupo a personajes e instituciones que ocuparon el centro de la escena en ese momento histórico los presentan de una manera muy diversa; que resulta desdibujada, además, por una marca- da tendencia a la inclusión de calificativos. Este es el motivo aparente por el que, en mu- chas oportunidades, las exposiciones de los mismos episodios –cuando provienen de co- rrientes opuestas– suelen ser fuente de perplejidad más que de información para quienes se interesan desprevenidamente en esta cuestión. El ánimo de estos breves comentarios no es, desde luego, censurar tal enfoque; intentan, únicamente, poner énfasis en que el desarrollo de esta investigación seguirá un plan diferente. Guibourg señala «que una cosa es lo que pa- só; otra, lo que sabemos que pasó. Una tercera, lo que nos parece relevante describir. Una cuarta, nuestro juicio valorativo acerca de los acontecimientos conocidos. Una quinta, el ti- po de relato que ofrecemos a nuestros semejantes, seleccionando unos hechos frente a otros y presentándolos como felices o nefastos, inevitables, producto de errores humanos o fruto de inspiraciones geniales. Confundir todos estos elementos, o aun dos de ellos entre sí, es un error que se paga caro en términos de conocimiento individual y más caro aún en el campo de la lealtad frente a los demás»5. Tradicionalmente, solemos decir que una afirmación es verdadera o falsa en virtud del gra- do de verosimilitud que le otorgan los acontecimientos a los que se refiere y que se conside- ran comprobados. La mayor o menor intensidad con la que se sostiene una creencia o el mayor o menor número de personas que la comparten, en cambio, no parecen ser criterios adecuados para tomar una decisión a ese respecto. En tal sentido, este trabajo –en la medida en que tal propósito es humanamente alcanzable– intentará brindar una interpretación de los 5 GUIBOURG, Ricardo A.: “La lectura de la historia”, en La Nación, Buenos Aires, ejemplar del 17 de febre- ro de 2014, p. 17. 4 EL CONGRESO GENERAL DEL 22 DE MAYO DE 1810… sucesos que constituyen su objeto de estudio que sea lo más ajustada posible a los indicios susceptibles de verificación documental. Pese a ello, no dejará de dar cuenta de otras re- construcciones que se plantean en la doctrina, aunque manteniéndolas en un plano conjetu- ral. Al respecto, obviando el evidente anacronismo, se hará intervenir en el diálogo a los au- tores que se han referido al tema, aunque sus aportes correspondan a épocas y orientaciones muy diversas. En segundo lugar, no se partirá de una alineación ideológica con ninguno de los proyectos en pugna en esa coyuntura histórica, ni tampoco participará de una visión determinista se- gún la cual los sucesos –aun en circunstancias que eran de clara incertidumbre sobre el futu- ro inminente– debían seguir una trayectoria institucional ineludible hacia una meta fijada de antemano.