Una biografía, un símbolo: reseña de la obra de David Ginard i Féron Aurora Picornell (1912-1937). De la història al símbol *

Irene Abad Buil Doctora en Historia por la Universidad de Zaragoza

Una vez más David Ginard i Féron nos vuelve a ofrecer los resultados de una ar- dua investigación que, desde la perspectiva biográfi ca, contribuye a ampliar la historia local de , en particular, y de la Es- paña de la guerra y el franquismo, en gene- ral. La resistencia antifranquista a Mallorca (1939-1948) (1970); Les Baléares sous le ré- gime franquiste (2002), Matilde Landa: de la Institución Libre de Enseñanza a las prisio- nes franquistas (2005) o Heriberto Quiñones y el movimiento comunista en España (2010) son algunos de los títulos que preceden a Aurora Picornell (1912-1937). De la història al símbol, biografía que responde a la pre- gunta de quién fue una de las más signifi ca- tivas militantes del PCE mallorquín. Esta «biografía contextualizada» nos presenta algo más que la corta existencia de una mujer convencida de que había mu- chas cosas que cambiar para las mujeres, para los trabajadores, para la sociedad en general; nos conduce, con una narrativa la historia nos encontramos con factores perfectamente lineal, por el camino que lle- que permiten cubrir esos dos objetivos del vó a la creación de todo un símbolo. Ya que libro: relatar la vida de una mujer marcada desde el primer momento en el que arranca por las abruptas circunstancias de la época en la que le tocó vivir y describir el proce- * David Ginard i Féron, Aurora Picornell (1912-1937), De la història al símbol, , Edicions Documenta so de construcción de un símbolo cultural a Balear, 2017, 344 pp. través de lo que representó la fi gura de Au-

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rora Picornell: feminismo, laicismo, obre- mentos en un verdadero símbolo de lai- rismo, izquierdismo. Un ejemplo de esto cismo que, en el caso de la biografi ada se sería el propio contexto de nacimiento, por materializó en la militancia de Lliga Laica, nombrar alguno. La biografi ada nació en asociación preocupada por la construcción Mallorca, en 1912, en el seno de una casa de un Estado laico. Los distintos estadios ubicada en el barrio industrial de El Mo- ideológicos de Aurora se vinculaban de ma- linar. Era el momento y el lugar en el que nera inexorable, puesto que sus aprendiza- dejaría una importante huella el incipiente jes de género en el ámbito de la industria obrerismo mallorquín de izquierdas. Auro- textil pronto se vieron implementados por ra lo mamó y lo interiorizó de tal manera la infl uencia que sobre ella ejerció la escri- que desde muy joven estuvo vinculada a tora Margarita Leclerc y la posibilidad que agrupaciones políticas o asociaciones cul- ésta le brindó de publicar en su revista Con- turales de perfi l progresista. Pero no sólo se cepción Arenal, con una importante preocu- conformó con la militancia, sino que pron- pación por la emancipación de la mujer. Sus to pasó a ser un elemento destacado dentro escritos en este campo nos presentan una del mismo, contribuyendo a la creación y mujer con una clara conciencia feminista. posterior consolidación del PCE en Mallor- Decía anteriormente que la obra de Ginar ca. El contexto marcó la personalidad de la nos presenta una biografía trazada por el protagonista de esta historia. contexto, como ya hemos podido ejemplifi - Su familia paterna respondía al mode- car. Pero podemos afi rmar, al mismo tiem- lo de familia obrera ilustrada y la materna po, que la obra puede presentarse como la profesaba una intensa religiosidad. Sin em- narración de un «contexto biografi ado», es bargo, y otra vez, el entorno y las circuns- decir, el conocimiento de un lugar y un es- tancias hicieron que tanto Aurora como sus pacio a partir de una vida determinada. Un seis hermanos se decantaran por el autodi- ejemplo muy claro de esta idea es el capítu- dactismo ilustrado, la solidaridad obrera y lo 5, «entre Octubre i Octubrina (novembre la conciencia política y social. Una forma- 1933-desembre 1934)». Dicho capítulo re- ción que quedó enriquecida por la escue- presenta un buen ejemplo de historia local, la «La Bandera», de la Casa del Pueblo del cómo se vivió la preparación, el desarrollo barrio, y por las lecturas extraídas de la bi- y las consecuencias de octubre de 1934 en blioteca donde trabajaba su padre. Palma de Mallorca, con una clara presencia En el aspecto del feminismo, es intere- en todo el proceso tanto de Aurora como de sante ver cómo la protagonista transita por Heliberto. Un contexto perfi lado por dos vi- él. Su hermana Joana le enseñó el ofi cio das y en cuya proyección política se vieron de modista. «Igual que el resto de mujeres los efectos del ámbito personal, como fue el obreras de aquel tiempo, comenzó en el hecho de que fue justo en estos momentos mundo laboral aproximadamente a los 14 cuando nació la única hija de ambos, Oc- años» (p. 28). Desde un ámbito laboral fe- tubrina Rojo (un nombre, a su vez, total- minizado pronto descubrió las necesidades mente condicionado por acontecimientos que como obreras y como mujeres tenían y históricos como la Revolución rusa). las malas condiciones que envolvían a las Abordar la investigación histórica desde trabajadoras. Consecuencia de las inmun- la perspectiva biográfi ca no es un reto sen- das circunstancias laborales murió María cillo y más si cabe cuando no se cuenta con Ginard Mascaró, en 1927, amiga de Aurora. el testimonio del objeto de estudio, como es Su entierro civil se convirtió en esos mo- el caso de la presente obra. Y esa problemá-

142 Nuestra Historia, 5 (2018), ISSN 2529-9808, pp. 141-145 David Ginard i Féron, Aurora Picornel (1912-1917). De la història al símbol Irene Abad Buil

tica la constata el autor de manera parale- cas de Aurora Picornell resultaron enorme- la a la inexistencia de documentación que mente transgresoras con las convenciones complete algunas partes de la corta vida de de edad y de género del momento. Trans- la biografi ada que quedan, por tanto, sin ce- gresora, adelantada a su tiempo, politizada, rrarse del todo, como bien apunta Ginard, a con conciencia, valiente, voz de las y los sin pesar del intento por tratar de resolverlas voz, incansable, comunicadora, soñadora, con una intensa investigación centrada trabajadora, feminista. Estas son algunas en la recopilación de testimonios de per- de las conclusiones que se sacan de la corta sonas que sobrevivieron a la existencia de vida de Aurora Picornell. Corta vida porque Aurora y que, en su momento, la rodearon. las circunstancias la llevaron al peor de los Entre todos destaca el de su hermana Lli- fi nales. bertat. Otro mecanismo utilizado es el in- Y es en este punto donde nos volvemos tento por completar vidas paralelas a la de a encontrar la combinación entre la escasa Aurora, como la de Heriberto Quiñones, su documentación existente y los testimonios compañero sentimental y padre de su úni- indirectos para relatar la última fase de vida ca hija, pues no se pudo llegar a demostrar de la biografi ada, existiendo algún dato que si llegaron a casarse. Una época de la que se ha podido contrastar. Por ejemplo, mien- existen pocos datos es de cuando estuvo en tras el expediente del Centro Penitenciario , se sabe que utilizó el pseudónimo de Palma especifi ca que Aurora entró en de Amparo Pino, que participó en un mitin prisión el 19 de julio, el libro de anotacio- junto a Mª Teresa León, y ambos anteceden- nes de la Secretaría del Gobierno Civil de tes llevan a la generalización, probable, de Baleares señala el día 24 como la fecha en que su actividad política fue intensa (p. 76). la que la «comunista del Molinar» entró en El sustrato ideológico de Aurora es, por prisión. De lo que no hay ninguna duda es el contrario, el mejor documentado, puesto que Aurora Picornell fue la primera mujer que fue una prolífi ca escritora de artículos presa en Mallorca tras el golpe de estado desde su más temprana juventud en la re- franquista. Ella mantenía una actitud opti- vista Concepción Arenal hasta sus numero- mista sobre su futuro, como así lo relató un sos artículos en la revista republicana fede- preso aragonés en la cárcel de Palma, Odón ral Ciudadanía o en Nuestra palabra. de Buen, «sobre el departamento nuestro Ginard demuestra un profundo cono- se hallaba la cárcel de mujeres y algunas cimiento sobre la biografi ada al hilvanar de ellas animaban a los presos con sus can- a la perfección sus actitudes de vida con tos; se distinguía una muchacha joven que la proyección que ella misma hizo de su me dijeron que era una valerosa propagan- ideología a través de los distintos discur- dista de las reivindicaciones obreras» (p. sos, intervenciones o artículos. Encajando, 155). Pero, sin embargo, la situación en la al mismo tiempo, con los acontecimientos cárcel poco a poco se iba a volver cada vez políticos, económicos, culturales y sociales más insostenible, fundamentalmente por que defi nían el entorno en el que se suce- los niveles de hacinamiento alcanzados, dían las actividades de Aurora. Todo esto que mezclados con las pocas posibilidades nos permite a los lectores sacar nuestras de salir en libertad, hicieron desaparecer propias conclusiones sobre la implicación cualquier atisbo de optimismo que pudiera de la protagonista en la realidad que le quedar. Con el relato de los meses de pri- tocó vivir, como cuando extraemos la idea sión sufrido por Aurora, Ginard nos ofrece de que las primeras intervenciones públi- la oportunidad de conocer las condiciones

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de vida en el penal de mujeres de Mallorca. mado político que años atrás se construía Su hija, en esos momentos, contaba única- con ansias de crear una realidad basada en mente con dos años y acudió con su abuela la igualdad y en la libertad, ahora se des- en alguna ocasión a visitar a su madre a la moronaba con los efectos de la represión prisión. Y esas serían las últimas posibili- sublevada. Dicha represión ponía fi n a una dades que Octubrina tendría de disfrutar de corta pero intensa vida de compromiso po- su madre porque en enero de 1937 Aurora lítico, social y cultural y contribuía a crear fue fusilada en las tapias del cementerio de los cimientos de un recuerdo que, aunque , junto a Catalina Flaquer Pascual, durante los años dictatoriales permaneció sus hijas Antonia y María Pascual Flaquer y en el silencio, a partir de 1975 se reactivó Belarmina González Rodríguez. para acabar construyendo un símbolo re- Y, como escribe David Ginard en la pá- presentativo de todos aquellos valores por gina 172, a partir de aquí es prácticamente los que había dejado su vida. Y esta repre- imposible distinguir entre la historia y la senta otra de las grandes contribuciones de leyenda. «La conmoción que generó el bru- Ginard en su libro: el análisis de cómo evo- tal asesinato de Aurora Picornell estimuló, luciona la memoria colectiva de la repre- sin duda, la fantasía popular». La tragedia sión franquista dependiendo de las circuns- que rodeó a la familia Picornell (el padre tancias políticas que se suceden. Del olvido de Aurora y sus hermanos, Ignasi y Gabriel provocado por un largo silencio impuesto, a también fuero fusilados) representa las la reactivación democrática de un recuerdo dimensiones alcanzadas por la violencia que quedó convertido en símbolo, como nos estructural del franquismo. Todo el entra- demuestra la biografía de Aurora Picornell.

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