El Cabildo Muisca De Bosa: El Discurso De Un Nuevo Movimiento Social Étnico Y Urbano
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EL CABILDO MUISCA DE BOSA: EL DISCURSO DE UN NUEVO MOVIMIENTO SOCIAL ÉTNICO Y URBANO MONOGRAFÍA DE GRADO PARA OPTAR AL TÍTULO DE POLITÓLOGO CARLOS ANDRÉS DURÁN BERNAL DIRECTOR: ROBERTO PINEDA CAMACHO UNIVERSIDAD DE LOS ANDES, FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTÁ D.C. JULIO DE 2004 Para Laurita D., la luz de mis ojos ii AGRADECIMIENTOS Son demasiadas las personas a las que me veo en la obligación de agradecerles por el apoyo que me dieron para llevar a cabo esta monografía. Comenzaré por los muiscas de Bosa: A Oscar Melo Neuta, Yamile Chiguasuque, José Chiguasuque y Nojadd Neuta, por recibirme y brindarme su mano amiga en todos los momentos. Al resto de la comunidad también, aquellos que llegaron siempre ante mí con un cálido y amable ¡chichazo! A la gente que me asesoró y me dio más información: Jairzinho Panqueba, Juan Carlos Gamboa, Julio Espinosa Caro, Hugo Cortés, Antonia Agreda, Yolanda Solano… Por su atención y compromiso con esta comunidad y con mi investigación. A mis profesores: Roberto Pineda y Gabriel Murillo, sin sus valiosos comentarios nada de esto hubiera sido posible. Lo mismo va para Jorge Morales, Carl Langebaek, Fabio Zambrano, Fabricio Cabrera, Ingrid Bolivar, Lariza Pizano, Germán Ferro y… en fin, aquellos que han aportado algo en mi proceso de formación. A mis amigos y amigas, sobretodo a quienes estuvieron conmigo en los momentos más difíciles: María Hilda Kligman, María Alejandra Pautassi, Lina Gómez, Freddy Osorio, Ramiro Lozano, Luis Pacheco, María Lucía Peláez, Beatriz Dávila, Lourdes Collazos, Tatiana Lee, Jenny Pryor, Ángela Cuartas, Isis Tíjaro, Laura Ulloa, Carlos Falla, Virginia Gutiérrez, Cristina Consuegra… Esto también es de ustedes, los quiero. A mi gran familia, porque ustedes son el bastión sobre el cual se erige toda mi vida. Gracias por escucharme, entenderme, apoyarme, soportarme, en fin, ¡por todo! iii INDICE Introducción…………………………………………………………………………….. 1 I. Los nuevos movimientos sociales y el sujeto del discurso étnico en América Latina. 10 1.1 Los nuevos movimientos sociales y el sujeto político contemporáneo …………….. 10 1.2 Etnicidad y nuevos movimientos sociales en el caso latinoamericano …………...… 14 II. El proceso histórico de los muiscas en Bosa y Bogotá……………………………... 17 2.1 Del resguardo a las haciendas………………………………………………………. 17 2.2 La inserción de Bosa a Bogotá: dinámicas políticas, territoriales, económicas y culturales………………………………………………………………………………… 20 2.3 La permanencia de ‘lo muisca’ en Bosa……………………………………………... 22 2.4 La etnogénesis: lucha por proteger el territorio…………………………………….. 23 2.5 La conformación del Cabildo Muisca de Bosa……………………………………… 25 2.6 La relación con el Cabildo Mayor Muisca………………………………………….. 27 III. El Cabildo Indígena muisca de Bosa: organización política para la gestión de recursos y el fortalecimiento de la identidad…………………………………… 28 3.1 La organización interna…………………………………………………………….. 31 3.2 La dinámica de las asambleas……………………………………………………… 32 3.3 El liderazgo………………………………………………………………………... 34 3.4 La movilización de recursos…………………………………................................. 35 3.4.1 La salud………………………………………………………………………….. 35 3.4.2 La educación…………………………………………………………………….. 37 3.4.3 La cultura………………………………………………………………………... 39 3.5 Las relaciones políticas hacia el exterior de la comunidad……………………….. 41 3.6 La percepción de “lo político” y las elecciones públicas………………………… 43 IV. La construcción de la identidad étnica de los muiscas de Bosa…………………… 47 4.1 Esencialismo estratégico para la construcción de la frontera étnica……………….. 47 iv 4.1.1 La “raza”…………………………………………………………………………. 48 4.1.2 La filiación……………………………………………………………………….. 49 4.1.3 La territorialidad…………………………………………………………………. 50 4.2 Las categorías construidas en el proceso de reetnización………………………….. 52 4.2.1 Los usos de la historia para el muisca contemporáneo…………………………... 53 4.2.2 El territorio y la memoria………………………………………………………... 54 4.2.3 Rituales y religiosidad…………………………………………………………… 55 4.2.4 Costumbres, invención y performance: la apropiación y exhibición de la cultura 58 4.3 Sentirse Indígena………………………………………………………………….... 60 V. Los problemas del reconocimiento oficial…………….………………………….... 64 5.1 El reconocimiento oficial de comunidades en proceso de reetnización y urbanas… 67 5.2 El reconocimiento del Cabildo Muisca de Bosa por parte de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C……………………………………………………………………………... 69 5.3 Los problemas del reconocimiento de derechos especiales para la parcialidad Muisca de Bosa……………………………………………………………………. 70 5.4 Recomendaciones…………………………………………………………………. 78 VI. Conclusiones……………………………………………………………………….. 79 VII. Bibliografía………………………………………………………………………… 86 VIII. Anexos…………………………………………………………………………….. 92 v INTRODUCCIÓN El problema En los últimos cincuenta años se viene presenciando en Colombia la proliferación de actores sociales que se han organizado con el objetivo de buscar el reconocimiento político, luchar contra la dominación económica y cultural y ser incluidos activamente en la vida democrática del país. A estos actores se les denomina nuevos movimientos sociales (NMS), los cuales han construido discursos políticos novedosos, ya que no sólo se enfrentan a las inequidades económicas (las condiciones materiales para subsistir), sino que también luchan por obtener espacios simbólicos y culturales de reconocimiento (las condiciones espirituales para existir) (Escobar y Álvarez, 1992, Evers, 1986). Bajo esta lógica de lucha, las manifestaciones de etnicidad y las acciones afirmativas por parte de grupos minoritarios en Colombia se pueden caracterizar como nuevos movimientos sociales. Tal es el caso de la población indígena colombiana que, mediante la consolidación de organizaciones regionales y nacionales, ha buscado defender su vida material y espiritual, representada en la recuperación de sus territorios ancestrales y la protección y el fortalecimiento de sus tradiciones culturales. Esta situación también se hizo presente en otros países americanos, lo cual llevó a que la causa indigenista se internacionalizara hasta el punto de lograr plasmarla en el Convenio 169 de 1989 sobre pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del Trabajo. Tanto la firma de este Convenio (ratificado en Colombia mediante la ley 21 de 1991) como la movilización de las organizaciones indígenas colombianas, permitió que se reconocieran derechos especiales para minorías étnicas en la Constitución Política de 1991. La declaración de Colombia como una nación pluriétnica y multicultural en la Constitución Política de 1991 es resultado de la búsqueda de reconocimiento político por parte de actores sociales marginales del país. La Carta trae consigo el establecimiento de unos derechos especiales cuyo objeto es garantizar la subsistencia de minorías étnicas, culturales y religiosas que anteriormente no habían sido reconocidas como pertenecientes a la nación colombiana1. 1 “Definir al país como multiétnico y pluricultural es, rompiendo con el pasado y su doctrina, afirmar con certeza y en voz alta en la Constitución que la nación ya no es la misma. El nuevo contrato social que plantea la legitimidad de los cortes étnicos le da a las poblaciones indígenas un lugar en la sociedad civil y un nuevo destino. Éste ya no consiste en desaparecer por asimilación o extinción física, o de permanecer aparte y en estado “salvaje”: la integración (lo que en otros tiempos se llamaba “reducción a la vida civilizada”), querida por unos, 1 Estos derechos especiales buscan generar espacios propicios para el desarrollo económico, cultural y político de aquellos que se han mantenido como diferentes al resistirse a las imposiciones de la colonización europea y la modernidad occidental. Así, estos derechos crean condiciones favorables para que estos grupos puedan subsistir y competir en igualdad de condiciones con la sociedad mayoritaria, de manera que sus culturas sigan existiendo dentro de la diversidad nacional. En los años posteriores a la proclamación de la Carta, la política indigenista estatal rindió frutos en cuanto al reconocimiento de estos derechos: la asignación de territorios de resguardo para comunidades étnicas incrementó sustancialmente con respecto a las décadas anteriores; se le dio autonomía a estas comunidades dentro del territorio asignado para mantener su jurisdicción propia, administrar los recursos propios y los que comenzaron a recibir del presupuesto nacional; se dio pie a la ejecución de proyectos de etnodesarrollo, etnoeducación y protección en salud; y se permitió la participación y representación política de las comunidades en los espacios de decisión locales, departamentales y nacionales (ver: Arango y Sánchez, 2004; Borrero, 2003; Pineda Camacho, 1997; 2001). Pero la política del reconocimiento de derechos especiales desarrollada por el Estado no se puede definir del todo como exitosa. El Estado colombiano, a pesar de definirse como un Estado Social de Derecho en la Constitución de 1991, no ha logrado proteger a la totalidad de la población nacional. Las minorías en Colombia no sólo son étnicas, culturales o religiosas, también hay población en condiciones de pobreza que además ha sido excluida de la política nacional. La tarea del Estado es responder satisfactoriamente a las demandas de todos estos sectores, tratándolos a todos por igual. Pero, por la existencia de unos derechos especiales para aquellas minorías declaradas étnicas, se genera un desbalance en las políticas públicas orientadas a la protección de la población marginal. Por esto, surgieron