Estudios Sobre El Teatro De Lope De Vega. Crónicas Y Leyendas Dramáticas De España (Conclusión), Y Comedias Novelescas
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Estudios sobre el teatro de Lope de Vega. Crónicas y leyendas dramáticas de España (conclusión), y comedias novelescas. T.4 Índice: CRÓNICAS Y LEYENDAS DRAMÁTICAS DE ESPAÑA (CONCLUSIÓN) LA PÉRDIDA HONROSA Y CABALLEROS DE SAN JUAN EL CERCO DE VIENA POR CARLOS V CARLOS V EN FRANCIA LA MAYOR DESGRACIA DE CARLOS V Y HECHICERÍAS DE ARGEL EL VALIENTE CÉSPEDES EL ALDEGÜELA EL VALOR DE M ALTA LA SANTA LIGA LOS ESPAÑOLES EN FLANDES DON JUAN DE AUSTRIA EN FLANDES EL ASALTO DE MASTRIQUE POR EL PRÍNCIPE DE PARMA POBREZA NO ES VILEZA LA TRAGEDIA DEL REY D. SEBASTIÁN Y BAUSTISMO DEL PRÍNCIPE DE MARRUECOS EL ALCALDE DE ZALAM EA ARAUCO DOMADO EL MARQUÉS DE LAS NAVAS LA NUEVA VICTORIA DEL MARQUÉS DE SANTA CRUZ EL BRASIL DESTITUIDO LA NUEVA VICTORIA DE DON GONZALO DE CÓRDOBA DIÁLOGO MILITAR EN ALABANZA DEL MARQUÉS DE ESPÍNOLA COM EDIAS NOVELESCA S LOS PALACIOS DE GALIANA LA MOCEDAD DE ROLDÁN LAS POBREZAS DE REINALDO EL MARQUÉS DE MANTUA UN PASTORAL ALBERGUE LOS CELO S DE RODAM ONTE ANGÉLICA EN EL CATAY EL PREMIO DE LA HERMOSURA URSÓN Y VALENTÍN LOS TRES DIAM ANTES file:///C|/PARA_PUBLICAR/ABRIL/MENENDEZ_PELAYO/029137/11.HTM ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA — VI : CRÓNICAS Y LEYENDAS DRAMÁTICAS DE ESPAÑA (CONCLUSIÓN) Y COMEDIAS NOVELESCAS CRÓNICAS Y LEYENDAS DRÁMATICAS DE ESPAÑA (CONCLUSIÓN) [p. 7] LXXIX.—LA PÉRDIDA HONROSA Y CABALLEROS DE SAN JUAN Esta comedia, inédita hasta ahora, se imprime aquí por un manuscrito de la Biblioteca Nacional, copia moderna mandada sacar por D. Agustín Durán de un manuscrito antiguo que perteneció al librero de Madrid, Quiroga, y cuyo actual paradero no consta. El argumento de este poema dramático no pertenece, en rigor, a la historia de España, aunque algunos españoles hubiese entre los heroicos y desventurados defensores de Rodas. Pero no he querido separarla de las demás que tratan asuntos del reinado de Carlos V, que fué, entre todos los príncipes cristianos, el único que trató de socorrer a los caballeros de San Juan, aunque el socorro no llegó a tiempo para salvar la isla, consumándose así aquella catástrofe que hizo a los turcos dueños absolutos del mar de Grecia. La historia de este memorable cerco, que duró desde el 28 de julio de 1522 hasta el 1.º de enero de 1523, ha sido escrita muchas veces, y de ella hay libro especial, De bello Rhodio, compuesto por el italiano Jácome Fontano, y traducido del latín a nuestra lengua por el bachiller Cristóbal de Arcos, clérigo de Sevilla, en 1526, con el título de La muy lamentable conquista y cruenta batalla de Rodas. [1] Para nuestro objeto basta con otra [p. 8] relación más breve, y también de autor contemporáneo. La trae Vasco Díaz Tanco de Frexenal, en su Palinodia, que viene a ser un compendio de la historia de los turcos, tomado principalmente de Paulo Jovio: [1] «Cap. 54. De como el gra turco Solimano hizo la empresa de Rodas, do dio terribles baterias y combates contra la religion de S. Juan, do los turcos rescibieron grandissimo daño. Belgrado, siendo posseido de aqueste maldito principe Solimano por espacio de un año, luego determino este can rabioso [p. 9] de hacer la empresa de Rodas, contra el parescer de Pirro Bassá (Bajá) y de otros muchos Sanjacos, que se acordaban con cuanta dificultad y daño su abuelo Mahometo habia tentado aquella empresa, y sobre todo le dixeron que no les parescia cosa segura que el pusiese su persona a tanto riesgo sobre una isleta tan sin provecho. Porque si acaso la armada de mar rescibiese algun daño señalado o de la suerte de la tempestad, o de la fuerza de las armadas cristianas, seriale forzado retirarse onde no podria haber buen succeso, ni se podria ganar mucha honra, y esto decian ellos porque les parescia que Rodas de razon habia de ser socorrida de poniente. Do los sobredichos bassás al fin concluyeron en que su señoria mandase gran armada de mar fornida de mucha artilleria, y su señoria en ninguna manera pasase, porque estaban los inconvenientes muy ciertos, y que su señoria lo mirase y notase y examinase con más maduro consejo y que no arriscase ansi su persona tan accidentalmente, porque no le estaba bien. Mas Solimano que habio oido decir a su padre que las empresas no han buen effecto por la mayor parte si el señor con determinado proposito no se mueve a ellas, y gana las victorias de su mano, se determinó de venir en persona sobre la dicha isla de Rodas. file:///C|/PARA_PUBLICAR/ABRIL/MENENDEZ_PELAYO/029137/11.HTM (1 de 9)21/04/2008 9:32:48 file:///C|/PARA_PUBLICAR/ABRIL/MENENDEZ_PELAYO/029137/11.HTM Paso el gran turco Solimano en fin de Junio del año de nuestra redencion de M.D. XXI j (1522) con cuatrocientas velas quadradas y latinas y con dozientos mil combatientes, y con artilleria infinita, con la qual tiraron las defensas a la ciudad, porque la plantaron sobre dos muy altos caballeros hechos de dos montañas [p. 10] de tierra. Cosa increible a quien las vee, porque de dos millas atrás comenzaron con azadas y palas a echar la tierra hazia los fosos de la ciudad, onde era tanta la multitud de los turcos que trabajaban cavando, que en breve tiempo entraron en los fosos y comenzaron a hacer minas y cortar con picos los muros de la ciudad. Alli Filipo Villadan, frances, gran Maestre de aquella religion, con muchos caballeros religiosos que alli se hallaron, hicieron todas las provisiones posibles para defenderse, do hicieron con artilleria y con otros ingenios de guerra gran daño a los turcos, y en las batallas se defendieron tan animosamente, que los fosos eran llenos de cuerpos de turcos muertos, y ni por aquesto el fiero Solimano afloxo su terrible proposito ni se ceso de su ferocisimo combate, aunque en este tiempo le morieron de fluxo de sangre y cámaras más de treinta mil hombres. Y al fin, cavando gran número de turcos por baxo de tierra, fueron cortadas las torres y derrocados los muros con todos los géneros de artilleria, y con minas ocupadas las extremas cintas de la ciudad, de manera que con cavar palmo a palmo y con dar batallas de hora en hora, ganaban siempre mas espacio, do era necesario que los christianos se retirasen, reparando de mano en mano lo mejor que podian. Entonces las casas de la ciudad (como estaban atormentadas con los grandisimos trabucos y morteretes y pelotas de un brazo de diametro que aterraban los tejados y solares y hundian el terreño, con gran espanto de los que de dentro estaban), sin mas tocarles se caian por todas partes. E pasando cinco meses que trabajaban en su defensa aquellos nobles religiosos, sin tener algun socorro de la christiandad ni esperanza de ninguna parte, llego al fiero Solimano gran socorro de Natholia, enviado por Farath Bassa, con que se refresco el campo Turquesco y cobro gran animo, porque vino mucha gente, y armas, y tiros de artilleria, y polvora en gran cantidad, y muchas provisiones para sustentacion de la gente, y tambien llegaron de Alexandria cuarenta velas con cosas muy necesarias para aquella guerra, las cuales velas le imvio Caierbeio, que no le fue poco favor, y el Maestre con los de su compañia, ningun remedio ni esperanza tenian.» [p. 11] «Cap. 55. De como el gran Maestre de Rodas, con la religion de San Juan, no teniendo otro remedio, se rindio al gran turco Solimano el cual entro en Rodas con gran orden. Do el triste Maestre salio con gran afrenta de la christiandad. En aquel tiempo llego el Papa Adriano de España en Roma con algunas naos y galeras y buena infanteria, do el cardenal de Medicis, que despues fue papa Clemente Septimo, y el cardenal Farnesio, que ahora es papa Paulo tercio, y otros algunos principes eclesiasticos dixeron a Su Santidad que quisiese mandar las naos e infanteria la via de Rodas, porque con los vientos prosperos del otoño sin duda entrarian en el puerto, a despecho de toda la armada turquesca, especialmente estando en la isla de Candia, como estaban, cincuenta galeas venecianas, que les habían de hacer algunas espaldas o favor, al menos de muestra, mas Su Santidad, por ser venido nuevamente en el pontificado, no se oso determinar a tomar el subito consejo, ni Dios le dio gracia para resolverse en tan glorioso remedio. E ansi, siendo las cosas de Rodas muy atribuladas con continua guerra y los caballeros de aquella religion desesperados de remedio, al cabo de seis meses de tan gran resistencia, el gran maestre Filipo Villadan hizo pacto con el gran turco Solimano, y se rendio con salvar las vidas y ropa y todos los muebles que llevar se pudiesen, excepto la artilleria, y ansi Solimano le complio la promesa, y no toco las cosas sagradas de los templos. Notable cosa es que la primera vez que entro el gran turco Solimano en la ciudad de Rodas llevo file:///C|/PARA_PUBLICAR/ABRIL/MENENDEZ_PELAYO/029137/11.HTM (2 de 9)21/04/2008 9:32:48 file:///C|/PARA_PUBLICAR/ABRIL/MENENDEZ_PELAYO/029137/11.HTM consigo XXX mil turcos, entre los cuales jamas se sintio una palabra, que en esto parescian frailes de la observancia. Y cuando el reverendisimo Maestre fue la segunda vez a tomar licencia, fue rescibido del gran turco Solimano con manso semblante y amigable cara, el cual se volvio a Hebrain Bassa, su muy favorito, que estaba solo con el, y le dixo: «Ciertamente me desplaze que este pobre viejo sea echado de su casa y se vaya ansi mal contento.» Ansi salio de su antigua ciudad e ysla el triste Maestre, do [p.