Una Misión Fascista En América Latina: La Travesía De La R
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Centro de Investigación y Docencia Económicas A.C. División de Historia. Una misión fascista en América Latina: la travesía de la R. Nave Italia, 1922-1924. Tesis que para obtener el grado de Maestro en Historia Internacional presenta Walter Raúl de Jesús Martínez Hernández. Asesor: Dr. Marco Zuccato. 2014. 1 Índice. Agradecimientos. 3 Introducción. 5 Capítulo I. Punto de partida. 14 Capítulo II. Una nave llamada Italia. 27 Capítulo III. La travesía Latinoamericana. 63 Capítulo IV. México: un estudio de caso. 87 Epílogo. 129 Consideraciones finales. 146 Anexo I. 154 Anexo II. 163 Fuentes. 177 2 Agradecimientos. Dedico este trabajo a mi familia, que me apoyó y reconfortó en los momentos más complicados. Agradezco infinitamente el cariño y el apoyo moral que me ha brindado la mujer con la que he compartido los últimos seis años de mi vida, Daniela Calderón Canseco. Expreso también mi agradecimiento al Ingeniero Roberto Hernández López, sin cuyo respaldo no hubiera podido concretar este y otros proyectos de vida. Mi gratitud inmensa para el profesor Stefano Tedeschi de la Università La Sapienza di Roma, quien tuvo la gentileza de aceptar y asesorar mi estancia de investigación en Italia. Doy gracias, igualmente, al Dr. Paolo Evangelisti por haberme dado orientación y asesoría personalizada durante mi labor en el Archivio Storico della Camera dei Deputati en Roma. Quiero agradecer al Dr. Marco Zuccato, mi asesor de tesis, por el compromiso que asumió con mi trabajo y todos los consejos francos y útiles que me ha dado. No olvidaré tampoco las críticas, opiniones y recomendaciones tan valiosas de la Dra. Clara García Ayluardo, quien me ofreció su ayuda desde que esbocé el proyecto. Varios aspectos importantes de la investigación surgieron a partir de las múltiples conversaciones que sostuve con ella. Mis más sinceros agradecimientos para la Dra. Beatriz Urías Horcasitas por comentar mi tesis, y por haberme brindado apoyo y orientación académica cuando lo he necesitado. Tengo en alto aprecio las charlas con el Dr. Carlos Bravo Regidor, que me hicieron reflexionar muchos puntos sobre el fascismo italiano y sus conexiones en América Latina. Mi gratitud más sincera para el personal de la Biblioteca del CIDE, porque siempre me facilitaron con prontitud el material que yo necesité, aun cuando muchos libros no se encontraban entre el acervo de la institución. Les debo mucho a quienes fueron mis 3 profesores durante mis estudios de maestría, porque a través de sus clases pude conocer herramientas y formas de hacer Historia que eran nuevas para mí y a comprender mejor las que ya conocía. Espero que de alguna manera dichos conocimientos se vean reflejados en este trabajo. Asimismo, estaré siempre agradecido con todos y cada uno de mis colegas que formaron, junto conmigo, la primera generación de la Maestría en Historia Internacional y Comparada del CIDE. Quiero manifestar que, durante dos años de trabajo duro, sus críticas siempre fueron para mí constructivas y motivantes. 4 Introducción. Entre febrero y octubre de 1924 un grupo de políticos, empresarios y artistas italianos realizaron un recorrido por varios países de América Latina, a bordo de una embarcación que llevaba el nombre de Italia. Tratando de seguir los pasos de los grandes navegantes itálicos, como Cristóbal Colón, Américo Vespucio o Marco Polo, se aventuraron a la mar con la idea de redescubrir y explorar un horizonte que cada vez les parecía más atractivo: América Latina. La empresa había sido planeada con más de un año de anticipación por el gobierno de Italia, bajo el auspicio del prestigiado poeta Gabriele D’Annunzio y del Presidente del Consejo de Ministros, Benito Mussolini. Los objetivos del viaje no eran poca cosa. Se había dicho abiertamente que tenía el propósito de expandir el mercado italiano mediante nuevos convenios que propiciaran la importación de productos elaborados en la península y el abastecimiento de materias primas. También era de conocimiento público la finalidad de conocer el estado en que se encontraba el servicio exterior del reino en América Latina, para luego aplicar reformas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de sus migrantes y las relaciones con los países de la región. Mientras que en un nivel soterrado, subyacía la misión de politizar a las comunidades italianas diseminadas en ese cuadrante para brindar una base de apoyo al nuevo gobierno en el extranjero, así como la intención de conformar un bloque o liga con las naciones de origen “latino” que respaldara sus actuaciones en el ámbito internacional. En la nave fue montada una insólita exposición de productos italianos para su promoción en el subcontinente americano. A bordo viajaban un equipo de reporteros en 5 calidad de corresponsales, varios representantes de la industria italiana, una comisión cultural integrada por algunos artistas e intelectuales de renombre, y una misión diplomática encabezada por Giovanni Giuriati, quien asumía el mando político del viaje. A lo largo de nueve meses la Italia tocó tierra en trece países, entre ellos, Brasil, Argentina, Chile, México y Venezuela, por mencionar algunos. Durante este periodo los representantes comerciales del reino pudieron realizar algunos negocios; mientras que Giuriati y su comitiva lograron reunirse con jefes de Estado, ministros y legisladores de toda la región, con las comunidades italianas, consulados y los fasci locales. Desde luego no faltaron los incidentes a lo largo del viaje: roces diplomáticos, desordenes dentro de la nave y hasta intentos de sabotaje por parte de algunas organizaciones de izquierda, que se opusieron a la visita de emisarios de un gobierno que consideraban reaccionario. De todo esto dan cuenta los testimonios de Piero Belli, Enrico Carrara y Manlio Miserocchi, miembros del despacho de prensa encargado de cubrir la gira; la crónica y los informes elaborados por Giovanni Giuriati a petición del propio Mussolini; y una variedad de documentos que se conservan en los archivos. La historiografía no ha sido generosa con la historia de esta travesía. A lo mucho se le ha dedicado un capítulo o apartado en unas cuantas obras, y sólo ha sido abordado de manera tangencial. En el libro Fascistas en América del Sur, que integra cinco ensayos compilados por Eugenia Scarzanella, se hace mención sobre los aspectos generales del viaje. Sus autores concluyen que la travesía de la Italia marcó el inicio del proceso de adhesión al fascismo de las colectividades italianas de Latinoamérica, en tanto que representó la primera campaña de propaganda fascista que se realizó a gran escala en esa región. En su trabajo Giovanni Giuriati. Biografia Politica, Sheyla Moroni dedica un capítulo completo a la 6 actuación de Giuriati como encargado político de la gira y las repercusiones que esto tuvo en su vida política. Siguiendo ese mismo eje, los autores de Sartorio, 1924. Crociera della Regia Nave ‹‹Italia›› nell’America Latina se encargaron de reseñar la participación de Giulio Aristide Sartorio como comisionado artístico-cultural del viaje. Por otra parte, el historiador Franco Savarino aborda en varias de sus trabajos el tema de la nave Italia, particularmente en lo que toca a su escala en la República Mexicana, concentrando su análisis y reflexiones en la asimilación de la doctrina fascista por parte de la comunidad italiana, la geopolítica del gobierno de Mussolini y las relaciones diplomáticas entre México e Italia. 1 En todos estos trabajos se ha comprobado que el recorrido de la Italia permitió al gobierno fascista conocer mejor la situación de las colonias y el servicio exterior italianos del subcontinente, lo que a la postre sirvió para implementar reformas en ese rubro y algunas campañas de propaganda política. También se ha observado que el impacto del discurso fascista entre dichas poblaciones se tradujo en la fundación de nuevas secciones locales del Partido Nacional Fascista (PNF) y afiliaciones masivas, la creación de publicaciones pro fascistas y de organizaciones civiles con ciertos grados de activismo político e incluso funciones de representación, así como el desarrollo de un sinnúmero de actividades artísticas y culturales encaminadas a exaltar la italianidad y los valores del fascismo. Además, desde un principio la empresa de la nave Italia fue concebida para darle lustre a la nueva administración, y para contribuir a la materialización de las ideas de renovación nacional que 1 Entre sus obras destacan México e Italia. Política y diplomacia en la época del fascismo, 1922-1942 (México: Secretaria de Relaciones Exteriores, 2003); “Bajo el signo del Littorio: la comunidad italiana en México y el fascismo (1924-1941)” en Revista Mexicana de Sociología, vol. 64, número 2, Instituto de Investigaciones Sociales-Universidad Nacional Autónoma de México (enero-marzo 2002): 113-139; y “Fascismo y Nación. Miradas e interpretaciones italianas acerca de México durante el periodo entre guerras”, Itinerarios. Cultura, memoria e identidades en América Latina y el Caribe (México: CONACULTA-Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2006), 39-54. 7 proclamaba el fascismo. Justo en este periodo aconteció la complicada transición a la dictadura. En ese sentido, la Italia tuvo una función legitimadora. Por otro lado, el deseo de conquistar el mercado regional, el propósito de infundir la doctrina fascista, por lo menos entre las colectividades italianas, y la idea buscar una alianza política con los países latinoamericanos son indicios de la existencia de un proyecto imperialista tras bambalinas, un objetivo que los fascistas tuvieron muy en claro desde que conformaron el movimiento. Dicho proyecto no ha sido analizado a conciencia por los historiadores, o por lo menos no le han dado suficiente importancia, debido a que se inserta en un momento en el que supuestamente el Reino de Italia buscaba, en términos de política exterior, alcanzar la estabilidad económica y política, bajo un clima más o menos pacífico, tras la Primera Guerra Mundial. Quienes han estudiado esta gira, señalan que significó para Italia el redescubrimiento de un área geográfica sobre la que nunca había podido ejercer dominio o una influencia considerable, como sí lo habían hecho otros países occidentales en algún momento de la historia.