Imágenes Argentinas En La Postdictadura(1)
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PAGINA 18 | LOS ‘80 Imágenes argentinas en la postdictadura (1) El poder memorizar Por Viviana Usubiaga subjetividad, un arte ecléctico, que rechaza la idea de vanguardia y manifiesta un desinterés Introducción por la búsqueda de lo nuevo, características to- das afines al discurso posmoderno. (4) ste trabajo propone analizar un conjunto La primera de ellas, fue la muestra colectiva del de imágenes artísticas argentinas realiza- Grupo IIIII integrado por los representantes de Edas y exhibidas en Buenos Aires en los la nueva generación, Guillermo Kuitca, Osvaldo primeros años de la década de 1980. Si bien el Monzo, Pablo Bobbio, Ernesto Bertani y Miguel recorte está fundado en el interés de revisar cier- Melcom, que se realizó en el Centro de Arte y tas imágenes que devuelven una representación Comunicación. Días más tarde, Carlos Esparta- del sujeto en tiempos de transición de un poder co presenta en el Estudio Giesso a Alfredo político dictatorial hacia uno democrático, el tex - Prior, Rafael Bueno, Guillermo Kuitca, Armando to es más un intento de recuperar el espesor del Rearte y Enrique Ubertone. Al titular a la expo- campo artístico de esos momentos que un reco- sición La Anavanguardia, el crítico se apropia rrido exhaustivo de la producción de un grupo de del término "transvanguardia" adaptándolo a artistas en particular. El foco de la mirada des - una versión local. Y en este sentido continúa su cansa en un corpus de obras que sugieren la gesto de adhesión a las ideas de Bonito Oliva al reaparición de la imagen de la figura humana, manifestar en el prólogo del catálogo que la que si bien nunca se dejó de representar, había Anavanguardia "pone en duda el optimismo his- sido relativamente restringida de las telas en los toricista de (la vanguardia), implícito en la idea denominados realismos de la década anterior (2) de progreso y la de evolución del lenguaje" (5). y que en ese momento reaparecen y permiten La tercer muestra a la que se hace referencia se reparar en nuevas significaciones. llevó a cabo en la galería del Buen Ayre y fue En este sentido, el trabajo estudia a las imáge- presentada por Jorge Glusberg con el título, im- nes como configuradoras de la memoria colec- portado de Estados Unidos, La Nueva Imagen. tiva postdictatorial a través del análisis de las Artistas de diferentes orígenes, lenguajes y ge- mismas, de los modos en que fueron exhibidas y neraciones tales como Antonio Berni, Pablo de los discursos de los agentes de la produc- Bobbio, Rafael Bueno, Juan José Cambre, ción artística de aquellos años. Américo Castilla, Ernesto Deira, Jorge De la Ve- ga, Ana Eckell, Guillermo Kuitca, Rómulo Mac- Parte de lo dicho ció, Méndez Casariego, Osvaldo Monzo, Luis Felipe Noé, Juan Pablo Renzi y Luis Wells, son Los relatos sobre el arte de los años ochentas reunidos y etiquetados como un producto soste- sostienen al año 1982 como inaugural en la im- nido por un discurso no carente de fisuras que plementación de las ideas de la Nueva Imagen intentará dar cuenta de las vinculaciones de la americana, la pintura salvaje alemana y la adap- nueva imagen con un cúmulo de experiencias tación de la noción de Transvanguardia italiana artísticas dentro de proceso de la plástica ar- (3) en el campo artístico local. Durante ese año gentina. (6) se realizan tres exposiciones ya cristalizadas en Frente a estas experiencias, desde mediados la historia del arte argentino como introductorias de la década del ’70 artistas como César Pater- de una pintura ligada al expresionismo, que no nostro y Alejandro Puente trabajan con la recu- encarna estilos definidos sino que responde a la peración de ciertos elementos de la imaginería LOS ‘80 | PAGINA 19 indígena latinoamericana dentro de un lenguaje años ochenta que da lugar a maniqueas versio- abstracto. Sus trabajos involucran los concep- nes. Un debate que recupere las voces de los tos de identidad, tradición, americanismo y re- agentes que actuaron en la escena de aquellos gionalismo que también operan dentro del pen- años y que matice las posturas construidas en samiento posmoderno. el presente al dar cuenta de los diferentes posi- Estos dos tipos de planteos —brevemente ex- cionamientos, intereses y negociaciones que puestos— y extraídos de una trama mayor de configuran las condiciones de producción, circu- expresiones que conviven dentro del campo ar- lación y recepción de las obras. tístico, corporizan dos posturas antagónicas pe- ro igualmente criticadas en las reseñas actuales. Algo de lo hecho El arte argentino de la década del ochenta pare- ce haber quedado atrapado entre un "internacio- I nalismo mimético", irreflexivo y "un localismo re - A partir de lo expuesto proponemos resituarnos trógrado". Carlos Basualdo, al reflexionar sobre en el año 1983 para recuperar algunas obras y los últimos años del arte argentino, afirma que así poder memorizar el arte posdictatorial de un "El internacionalismo mimético posee un carác- otro modo. La representación del sujeto en ima- ter predominantemente formal (...), consiste en gen es el elemento clave sobre el que se focali- intentar copiar las obras sin reflexionar acerca zará la lectura de las obras en un contexto de del significado que las mismas poseen en el me- producción que amplíe las perspectivas de visi- dio en el que han sido producidas. (...) Por otra bilidad de ciertas imágenes. Se hace necesario parte, en el extremo opuesto están las obras o revisar los nuevos y múltiples estilos que fueron los artistas que, presas por el furor falsamente interpretados como reproducciones de lengua- anti-internacionalista, esencializan otras estrate - jes internacionales para indagar nuevamente a gias formales, que pretendidamente estarían las imágenes y encontrar áreas descartadas. bendecidas por un contacto más íntimo con los El contexto de producción de estas obras, una orígenes y una presunta identidad nacional — Argentina en plena dinámica de cambios y rea- claro que las estrategias estilísticas a las que se comodamientos políticos, sociales y culturales, recurre en estos casos están siempre imbuidas no funciona como telón de fondo de la produc- de modernidad, y por lo tanto, de un tácito inter- ción de estos años. Existen suficientes motivos nacionalismo. En el primero de los casos se tra- coyunturales que dan cuenta de ciertas caracte- ta de un internacionalismo apurado, de revista rísticas de la expresión artística en una socie- malleída,enelotrodeunregionalismomalen- dad que por esos días se proponía liberarse de tendido que hasta puede llegar a rozar la obsti- su oscuro pasado y embarcarse en la ilusión nación folklórica". (7) Desde esta perspectiva, la democrática. Este momento de transformación tentación por la copia y repetición acrítica de y redefinición de poderes implica procesos trau- modelos importados opera en una producción máticos. En este escenario, más allá de sus que se deja tentar por el poder de un mercado búsquedas subjetivas, las obras responden que tiene más de espejismo para muchos que también a cuestiones más inmediatas vincula- de realidad para pocos. das a la reconstrucción sociocultural, sin restrin- Queda pendiente la reconstrucción exhaustiva girse necesariamente a un arte político pero de un debate que excederá estas páginas, que devela los procesos traumáticos que atra- acerca de la valoración de la producción de los viesa la sociedad en tiempos de transición. PAGINA 20 | LOS ‘80 (12) se reproducen las fotografías de varios de II los artistas junto a sus obras y comentarios. En La derrota de la guerra de Malvinas en 1982 el tono general de la reseña subyace el ambien- agudiza los conflictos en los que se encuentra te de cambios que se vienen. "Rojo infierno, el régimen militar desde la crisis financiera de amarillo sol, negro duelo." Con estas palabras 1981 y en ese momento comienzan a hacerse Ana Torrejón encabeza el texto y sintetiza los públicos los conflictos que hasta entonces se sentimientos expresados en color que corpori- habían intentado ocultar. Tras siete años de dic - zan las obras. El infierno es la representación tadura y represión sistemática, la movilización más cercana al horror que comenzaba a reve- civil insta al gobierno del general Reinaldo Big- larse para muchos y que es el ámbito donde none a fijar fecha de elecciones para fines de aun parecen estar algunos de los cuerpos re- 1983. Luis Alberto Romero describe el sentir de presentados. El sol es la aparición de un nuevo estos días diciendo que "De alguna manera, la tiempo tras el diluvio. El duelo es el camino que sociedad experimentaba una nueva primavera: se debe transitar. Las imágenes muestran este el enemigo común, algo menos peligroso pero abanico de sentimientos contradictorios que to- aún temible, estimulaba la solidaridad y alenta- dos juntos se vuelven ambiguos. ba una organización y una acción de la que se Las figuras de las mujeres de Ana Eckell aún esperaban resultados concretos". (8) padecen el dolor, según la cronista, son mujeres En esta auspiciosa primavera los jóvenes y en torturadas esperando ahogarse. Sus cuerpos particular, los artistas parecían ser bienvenidos flotan sobre la superficie del cuadro y superpo- a ser protagonistas de los cambios. Juventud, nen su sufrimiento. que había sido sinónimo de subversión hasta Un mes antes Carlos Espartaco expone una mi- ese entonces muta con un valor agregado para rada de las obras de la artista como lugares don- los nuevos tiempos. Los artistas jóvenes ahora de conviven términos contrapuestos como el hu- son llamados a ocupar espacios antes vedados. mor y el horror. "Los dibujos y pinturas de Eckell, Y así lo hicieron. se han transformado en relatos que fluctúan En la revista Artinf se hace un balance del año desde el humor al horror no sólo porque los te- 1983 en términos ilustrativos: "Las muestras de masapuntanaestetipodesecreciones,sino los más jóvenes han sido el signo de la tempo- porque toda la posición narrativa de su obra ac- rada que pasó.