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Ai;o II. Agosto H J e 19U4. Nü::11. 2c . • LA REVIS'l~A. -SEMANARIO HISPANO CUBANO.- DIRECTOR: R. M . Ybor. Redaccion Y Adrninistracion;- 9a. Ave. 1520. C OND I C IONE S D E L A :PUBLICACION. PREOIOS D E $USC RIPC ION y ANUNC IOS. E sta R eviSTA se publica rá los Domingos. P o r un m es, en T a mpa. $ o 30 Se admiten toda clase de trabajos, siempre que P o r un t rimestre en id. o 85 no contengan ataques persona les, ó m ezquinos N úmero suelto, corriente. • . , 10 . • desahogos contra instituciones ó sociedades. rúmeros a trasad os. 15 · j N o se publicará n los escritos que carezcan de F uera de la localidad, un trimestre . I 6o .!'j firma respo nsable. Anuncios c&da espacio marcado , los ~ - La Dirección deja á ' los autores la respo nsabili comerciales, .. on dere• ho a l número. 1 so .~· dad de las opinio nes que emitan en sus escritos. Profesionales , id. id. I 11 Los trabajos no fi rmados que se publiquen será n El preci8 de los a nuncios se entiende por un mes de la esclusiva responsabilidad de la R edacción . y si la inserció n fuera por más tiem po ó más de un • El pago de anuncios, comunicados avisos, etc. espacio se hará el oportuno descuento se hará por adela ntado. Anuncios extraordina rios, previo a rreglo. NO de los a s m~~os de más trascendencia y que presenta mayor difi?ultad en su estudio, lJ por la compleJidad que envuelve, es ese estado del hombre en la vida llamado matrimo nio. El despierta en el pensad or un vivo deseo de poder penetrar hasta lo rmís n:cónd ito d~ augusto santuario, EL H OGAR DO:M BS'l'ICO, para así tomar de él los antecedentts que han de servir de guía, y presentar fi el original de los caractéres que han de formar el to do único de su estudio. Hemos pues de consid erar primero a l hcmbre aisladamente en En s relaci0nf s ( Gl • b eutidad matrimonial, y luego á esta misma e ntidad para analizar su marcha y desenvol· vimiento al través de los siglos; pero antes debemos estudiar _las causas que le dan exis· tencia, y así podemos presentar como su primer odgen, al amor, esa, dulce atracción de los seres organizados, y cuya tendencia es la unión de ell'Os para encaminarse á Dios, el tipo primordial de toda hell f> zn y perfección. Sí, el Hmor, ese fluído por decirlo así, indispema· ble á toda criatura para vivir, siendo el ~unhi e nt e necf>s ario del espíritu como lo es el aile para la vida material, dehía ser el único factor del matrimonio: pero desgraciadamenteno sucede así. ¡Cuántas veces no vemos ir al altar df>l himeneo dos personas que en nada tu - vieron en cuenta ese medio en que vive el alma! ¡Y cuántas no sucederá que la una sea at'rastrada por el amor, mientras que la otra es llevada por distinta aspiración! De allí surge ineludiblemente esa antipatía que siempre se ha notado en muchos matrimonios y que ha ocal'iionado la desgracia de la familia. Para que el hombre sea felíz en su vida conyugal, es necesarísimo, en nuestro cou concepto, que el amor lo lleve á él. De otra manera muy prante llf>gará el hastío, porque se acabarán las circunstancias postizas que le hicieron cambiar de estado, y solo subsis tirán en el hogar dos espíritus desunidos y con distintas aspiraciones. ¿Y qué puede es perarse entonces? j¡ Desde que el hombre tiene conciencia de los fines que traen los seres organizados, 6 en otros términos, desde que siente los primMos impulsos de la reproducción, busca por todas partes los medios de cumplir con esta ley natural, y de aquí se enciende en su 'alma el fuego del amor, que lo lleva á escoger la unión imeparable f> ll la vida . Y cuando e 11 la elección de ésta no ha intervenido para nada el cálculo, los intereses de familia y otras circunstancias qu@ suelen desviar el objeto natural, entonces puede decirse que el matii monio que contrae es para su bien y felicidad. 228 LA REVI TA • Aunque son muy raros los enlaces así coustituidos, no es sin em1argo imposible el multiplicarse, si se tiene en cuenta la libertad del hombre en este asuuto y la natural atracción que domina en los dos st-xos. Y así, si se comprendiua cuán trascLnd~:::utal seda para nosotros el modo con que nos unimos eu mattimonio, pcdda d~:::sistirse ~ eEos me dios postizos y solo se pondrían en vigor los naturales, que siempre nos harían felices. Nadie ignora que un matrimonio efectuado por el nmor, lleva en sí el sello de la dicha. 'l'anto el humure como la mujer, bUI:can un fiu {mico: el de la reproducción de la es pecie; altísimo destino del ser organizado. Es entoucés cunrdo e udn.ila u:a unidad de acción en ambos en cuanto á los cuidados y educación de lo. hijos, qne da por result< do la moralidad de la familia. Y como de esta mo1 alidad depende la de la sociE-dad, bien se comprende1á. cuan impottante es el ::tsunt de que nos ocupamos. Como para lleg;-n· á alcanzar la paz inalterable del h0gm·, es preciso que los s res qne se unan sean anastrados por verdaderas simpatías, que es la ntracción natural qHe debe fundir su espíritu eu un todo único, podría objetarse que e~to es sumamente difícil, y J:lOl' • consiguiente, una rémora parn el progreso de los pueblos por la falta de matrimonios con· testaremos: que 110 E' S tan difícil que no pueda conseguirse. Las simpatías entre dos seres sólo se conocen cnaudo se sol icitan, y es fácil di!>iiuguir cuándo son positivas ó negativas. El que se enamora, lo prime1 o que hace es lll:il1ifutar al ser amado el deseo que tiene de correspondencia á su muor. Y si hay simpatías en ~re ambos, no hay duda que la. uuión puede verificarse; pero aqui es pncisan1enie t-n dolJde se necesitan de pruebas reales ¡Cuántas veces no sucH](Já que á la p1imera dtclmaciá"n de amor, se eucien<le éste en el })f·cho de uuo mient1 ~~s que en t l otro bullen otras ar::1 iracitJ nes! ¡Y cuántas no servirá uno de los novios de !lleln pantalla pa1a ocultar acóones p cr> dignas y mc,r:des! Mas hay un medio casi seguro de qne los ama u tes puedan conocerse, y es el de las 1·0· soluciones producidas por el amor. El que ama de veras, no tiene nin·gún inconveniente en satisfacer hasta el más peligroso mandamiento, y así poclemc,s adn1inn tantas acciones heróicas 0jecutaClas á impulsos de ese móvil del espíritu que nos hace vali entes, sufridos é irreflexivos. De manera que cuando á. los actos de los amantes precede la 1·eífexión, puede asegumrse que no existe en ellos el amor, porque éste absorve toda nuestra atención cuando estalLlOS poseídos ele él. 'l'ienen, pues, este recurRo para, adivinar si se corresponden mútnamente, pero sin creer por esto que una exigencia bn1tal ó ÜJITJoJal pueda E'llb:n ba jo <lel dominio clel amor, que siempre es desinteresado y sublime en cualquim sentido . El qne ama, busca y quiere lo mejor para el ser amado; y así, desde el mum~:;n toe u que saliéndose fuera del dominio del amor, se p1 ctE'lldiE- I a hacer obrar al amante ele un modo incliguo, este sólo seda nn proceder vil y sugerido por la, especulación; nada más. Ct ncluirá . DE CUB~. y las estrellas en Odas y Sonetos; ó da uno opi.nn ele una m:wera distin un veterinario, esto es, haciendo to ta y en tanto sigue la enfermedad. En verdad que si en esta corres do lo contrario que recomendaba No me extrafía; yo he Yisto á un p <lndencia fu e ra yo á comentarles lo Moracio, cuando se oponía <Í que se cubano e. -guerri llero que fué apa que por aquí pasa, no bastarían las jnntarnn leado en San Antonio de los Baños, columnas de "La Revista" para tan "Mansos bichos y fieras alima metérsele en la chola que una yacn to material : ésto quiere decir que fías ." tenín un tumor verrugoso en la re sobran asun tos. gión renal t:uando los verdaderos ve -Empecemos por las nota~ cómi- * * 'Jlo terinarios y otros que alguna prác cas.- Consulten la prensa de la Habana. tica tenían, opinaban que era una -Es indiscutible r¡ue vivimos en correspondiente á la última quince excrecencia callosa ocasionada por u n gran país y que casi ning.uno de na del me; pasado y verán los vete una quemada y en vista de la plan nosotros se aplica el "Nosce teip rinarios como ~e tiran los trastos á la cha tirada quiso valerse de alguna sum." donde ménos se piensa salta cabeza con motivo de la enfermedad intriguilla contra un honrado padre un poeta cantándole al sol, la luna, reinante en el ganado caballar; ca- de familia, pero éste tenía en Sil ar- t:~\ REVISTA. , i. ~ .l • t ' ~ t t~ . ,..Í X l·" ' li\ ehivo particular. tales datos que por Las obra~ de'l Maletót:J pr ,~~"itiitl S LA OPINION PUBLICA poco el buen Señor es biografiado y á pa .~a llzarae frente al Hospital de en Corea.